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Jean de La Bruyère (París, 16 de agosto de 1645-Versalles, 10 de mayo de 1696) fue un filósofo,

escritor y moralista francés, destacado por su sátira.

La Bruyère se hizo célebre con una sola obra: Les Caracteres ou les Moeurs de ce siècle (1688).
Compuesta por un conjunto de piezas literarias breves, constituye una crónica esencial del
espíritu del siglo XVII.

La Bruyère fue uno de los primeros escritores en servirse del estilo literario, desarrollando una
frase rimada en la cual los efectos de ruptura son preponderantes. Este estilo invita a la lectura
del texto en voz alta, otorgando a esta actividad un estatus de juicio moral. Muchos escritores
siguieron el camino estilístico iniciado por La Bruyère: Marivaux, Balzac y Proust, pasando por
André Gide.

Índice

1 Biografía

1.1 Juventud

2 Preceptor del duque de Borbón

3 El éxito

4 La Bruyère en la Academia

5 El fin de su vida

6 Enlaces externos

Biografía

Juventud

Durante mucho tiempo se creyó que La Bruyère había nacido en una ciudad cercana a
Dourdan, hasta que se encontró su acta de bautismo, que recoge que fue bautizado el 17 de
agosto de 1645 en la iglesia de Saint-Christophe-en-la Cité, en la Isla de la Cité. Fue el hijo
mayor de Louis de La Bruyère, burgués de París y controlador general de las rentas del
Ayuntamiento, y de Elisabeth Hamonyn. Su tatarabuelo paterno, Jean de La Bruyère,
farmacéutico de la calle Saint-Denis, y su bisabuelo, Mathias de La Bruyère, lugarteniente civil
de la prefectura y vizconde de París, tuvieron en el siglo XVI gran preponderancia en la Santa
Liga de París. Fue alumno de la Congregación del Oratorio de San Felipe Neri parisina y, a los
veinte años, se licenció en Derecho por la Universidad de Orleans. Regresó a París con su
familia, la cual atravesaba por una difícil situación económica, y se inscribió en el Colegio de
Abogados. En 1673 aceptó el cargo de tesorero general de Francia en la oficina financiera de la
generalidad de Caen, por el que percibía unas 12.350 libras anuales y que le confería un cierto
ennoblecimiento; se fue a Normandía a fin de instalarse, pero, una vez cumplidas las
formalidades, regresó a París y no volvió a aparecer por Caen. Vendió su puesto en 1686.
Desde el 15 de agosto de 1684 fue uno de los preceptores del joven duque de Borbón, nieto
del Gran Condé. Este empleo, en el que sucedió al abad Olivet, le fue concedido por
recomendación de Jacques Bénigne Bossuet, "quien proporcionaba normalmente a los
príncipes —según Fontenelle— personas de mérito en las letras que ellos necesitaban". No se
sabe cómo La Bruyère conoció a Bossuet.

Preceptor del duque de Borbón

El joven duque de Borbón, de 16 años, había terminado su segundo año de filosofía en un


colegio de Clermont dirigido por los jesuitas. Con dos de ellos, los padres Alleaume y Rosel, y
con el matemático Sauveur, La Bruyère compartió el encargo de completar la educación del
duque; le enseñaba historia, geografía y las instituciones francesas. Condé seguía de cerca los
estudios de su nieto, y La Bruyère, al igual que los otros profesores, tenía que presentarle el
programa de sus estudios, así como los progresos del joven, que no era precisamente un buen
alumno. El 24 de julio de 1685, el duque de Borbón se casó con Mme. de Nantes, hija de Luis
XIV y de Françoise de Montespan que tenía, por entonces, once años y diez meses; La Bruyère
se encargó de educar a ambos. El 11 de diciembre de 1686 murió Condé en Fontainebleau y la
educación del duque de Borbón se dio por terminada. Sin embargo, La Bruyère permaneció en
la casa Condé en calidad de gentilhombre del duque, o literato, sucediendo al abad Oliver, con
mil escudos de pensión. Estas ocupaciones, realmente vagas, le permitían a La Bruyère trabajar
a su aire, facilitándole, a su vez, observar el comportamiento de los nobles y los cortesanos, de
los que haría mordaces semblanzas. Pero también tenía que aguantar el carácter insoportable
de las altezas a las que servía, y que Saint-Simon dibujó con negros colores: "Hijo
desnaturalizado, cruel padre, marido terrible, amo detestable...", tal era, según las Memorias,
Henri-Jules de Borbón, hijo del Gran Condé. En cuanto a su nieto, el alumno de La Bruyére, "su
ferocidad era extrema y se demostraba a cada momento. Era, realmente, una mula que
asustaba a todos, sus amigos nunca estaban seguros frente a él, tanto por los insultos terribles
con que les imprecaba, como por las crueles burlas de las que eran objeto, componiendo
coplas improvisadas que corrían de boca en boca sin poderse olvidar nunca". La Bruyére,
hombre de carácter sociable, deseoso de complacerle, sufría constantemente al verse obligado
a defender su propia dignidad. Evitaba las persecuciones de las que era objeto el pobre
Santeul, pero se percibe la amargura del amor propio herido en los más duros párrafos de su
capítulo dedicado a los Grandes.

El éxito

La primera edición de los Caracteres apareció en marzo de 1688, con el título de Caracteres de
Théophraste, traduits du grec, avec les caratères ou le moeurs de ce siècle. En París, editor
Etienne Michallet, primer impresor del rey, calle Saint-Jacques, a Imagen Saint-Paul. M. DC.
LXXXVIII. Con el privilegio de Su Majestad, in nº 12.

El nombre del autor no figura en ninguna edición publicada mientras vivió.


Aunque la primera edición contenía sobre todo comentarios y casi no hay retratos, su éxito fue
inmediato, reeditándose dos veces en ese año sin que La Bruyère tuviera tiempo de ampliarla
como deseaba. La 4ª edición, aparecida en 1689, contenía más de 350 semblanzas inéditas, la
5ª edición (1690), más de 150; en la sexta (1691) y la séptima (1692) aparecieron cerca de
ochenta semblanzas más; la octava (1693) se vio enriquecida con otras cuarenta y también
incluyó el discurso de su presentación en la Academia francesa. La 9ª edición, corregida y
revisada por La Bruyére (1696), aparecida pocos días después de su fallecimiento, fue la única
que no incluyó nada inédito. La venta de sus libros enriqueció notablemente a La Bruyére, que
quiso dotar con el producto de los mismos a la hija de su editor (según algunos, la dote fue de
unos 100.000 francos; según otros, el doble o el triple).

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