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'\sí habló Zaratustra : n Ubro para todo y para
nadie. Friedrich Wilhelm ictz che .. . El banquete, o
Del runor. Platón... Camino de servidumbre. Friedrich
Augu t von Hayek. .. El Capital. Karl Marx ... Crítica
de la razón pura. lmmanuel Kant.. . De la Guerra.
Karl von Clau ewitz ... Emilio, o de la Educación .
Jean-Jacque Rous eau ... Enciclopedia. o Diccionario
razonado de las ciencias, de las rutes y de los oficio .
Denis Diderot... llistoritL~, Herodoto de Halicarnaso .. .
Institución de la Religión Cristiana. Juan Calvino .. .
Leviatán, o La materia, forma y poder de un Estado
cele iástico y chil. Thomas Hobbe ... El mundo como
voluntad y representación. Arthur chopenhauer...
Las nubes. Ari tófane ... Los orígene del totalitatismo.
Hannah Arendt. .. Poética. Ari tótele ... La rebelión
de las masas. José Ortega y Gasset. .. El ser y la nada.
Jean-Paul Sartre... Tiempo y ~er. Martin Heidegger...
Ltopía. Tomás Moro ... Vida de Don Quijote y.. ancho.
Miguel de Unamuno ...
ste DICctonono de los mtl obrus clovr df'/ f)('flsmrut'lllu , ..
una obra de referencta e m~trumcnto d<· tr ah.t¡u nu fJIIIIMHt
ble que perm1te a cudiQUIC'r pl"r .OthJ mtt•rc"Htd.s . !;111 .c•r '''
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Las obras, que se mc.luyen alfc~bl:t 1c.am~nt,.. orcl''lt.lfl·•·· IJ()I
su título. están prcsentadi.lS nwdtttnlt• u11 <Ht kulo qu•• 1 on
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• Resumen claro y conc1so de su contPmdo.
• Análisis de sus pnnc: 1palcs 1d1•,1s y nocaont•s
• Valorac 1ón del 1ntcrés gcncr c~l de wobr.t
• Descnpc1ón d el contc•xto de su ap.mc 1611
• Examen de su 1nflucnrttJ en la post cndc.~d, y tocios lor,
datos tnd1spensablcs p<~ra 1,1 rc.JIIzac 1ón dr- 1111 tr,tiMJO clr·
estudio, de d1sertactón o de mvPsll¡~tl< 1ón sobre· I.J obw hu•,
cada título o ngmal fech.l de pubiKJI 1ón, n0rnbrc: y <rono
log1a del autor. ed1c1ón o cdltloncs más <.~scqUibles y brc·1e
b1bllografta complementan a
Un índ1ce alfabéttco de autorPs, a cuyos nombres <J<:om
paña en cada caso una lista ordenada cronotóg•<.amentc de
todas las obras aqui tratadas del autor en cuestión, pcrrm·
te al lector recorrer la evoluc16n h1stónca del m1srno y poder
así ut1llzar el d1cctonano como un manual o una h1stOrtd del
pensamiento
Esta ed1c1on fac.1llta al lector la referenua a las traducc1o·
nes al castellano de los libros cxtran¡eros Citados e mcor
para un apénd1ce sobre obras prmc1pales del pensam1ento
español
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DICCIONARIO
DE LAS MIL OBRAS CLAVE
DEL PENSAMIENTO
DENIS HUISMAN
DICCIONARIO
DE LAS MIL OBRAS CLAVE
DEL PENSAMIENTO
Traducción de
CARMEN GARCÍA TREVIJANO
SEGUNDA EDICIÓN
ÍNDICE
PREFACIO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Pág. 11
CóMO CONSULTAR EL DICCIONARIO . ... .. . .. . .. ... .. . . . .. .. ... . .. ... .. . ... ... . .. ... .. . .. . .. ... . .. . . .. ... 18
DICCIONARIO .. . .... ... . ... . .. . ...... .. . ... ... . ... . .... ... . .. . . .. . ... . .. . .. ... . ... . .. . ... . ... .. .. . . 21
ÍNDICE DE AUTORES .. . . .. . ... ... . . . .. . ... . ... . ... . .. . ...... .. ... . .. . ... . ... . . . .. . ... . ... . .. . . .. .. . .. . . 691
[9]
PREFACIO
fHubo un tiempo en que el hombre cultivado podía vanagloriar-
se de haber leído todo. Así Pico de la Mirandola, cuyas obras han
sido reeditadas actualmente 1 , logró realizar la síntesis de todos los sabe-
res de su época. El <<príncipe de los eruditoS~>, que leía en sus textos, 1 \
con una bulimia legendaria, las obras de los pensadores griegos, latí- o o
nos, hebreos y árabes, abordó en 1486 la tarea de reunir sus tesis
en un solo volumen: se trataba nada menos que de novecientas ~
clusiones que el autor expuso en su obra del mismo título 2• Mas
¿quién podría pretender en nuestros días haber <<leído todos los librOSt>?
El que se limitara simplemente a recorrer lo que se ha escrito en un
campo ínfimo del saber no tendría suficiente con una sola vida. No
hay más que entrar en una biblioteca para convencers_g.l
Esta es la razón de ser, la causa final de este diccionario: ayu-
dar al novicio, al aficionado, al alumno, o al amante del saber a orien-
tarse en <<la jungla» de las producciones que, con razón o sin ella, se
califican de filosofía. Las obras que aquí se han reunido son los tex-
tos mayores del pensamiento universal. Son los libros-faro que, como
La República de Platón, el Discurso del método de Descartes o la
Crítica de la Razón Pura de Kant, han renovado nuestra manera
de ver el mundo, introducido conceptos nuevos, dado nacimiento a
corrientes, doctrinas, escuelas, en suma: a ideologías. En este sen-
tido, estas mil obras son verdaderamente las claves: <<claves de bóve-
da» de los edificios levantados a lo lar o de los si los por el es íritu
de hombre, y a la vez me íos e acceso privilegiados a a cultura
propiamente filosófica.
Existen ciertamente, en diversas lenguas, algunos voluminosos
diccionarios susceptibles de cumplir esta función 3 • Pero, por lo que
sabemos, el Diccionario de las mil obras clave del pensamiento es
1993.
2 Véase, en la página 448 de este Diccionario, el artículo sobre las Novecien-
DENIS HUISMAN
4
Véase, precisamente en Éditions Nathan, la colección «Les Intégrales de phi-
lo» (treinta títulos aparecidos).
------------------------------------ ..
lector examina el índice de autores que figura al final del libro, no tardará en adver-
tir para su satisfacción que contiene una rigurosa ordenación histórica de todas las
obras tratadas correspondientes a cada autor. Con su ayuda puede uno utilizar el
diccionario para recorrer, como en cualquier manual o tratado de historia de la filo-
sofía, la trayectoria y evolución temática de los grandes pensadores.
[15)
DICCIONARIO DE LAS MIL OBRAS CLAVE DEL PENSAMIENTO 16
Título de la obra en su - - - - - - - - - ,
traducción española t
ENSAYO SOBRE LAS COS1UMBRES
Títul<:> <:>riglnal Y EL ESPfRrrU DE LAS NACIONES,
de la obra - Essai sur les moeurs et l'esp.rit des
nations, 1756 -+---------- Fecha
Apellido, .,.. VOLTAJRE. (Fran~ois Marie Arouet), 1694- de su primera
nombre 1778 publicación
y datos del autor r-------
[18]
19 CÓMO CONSULTAR EL DICCIONARIO
Cuando una misma obra es conocida por varios títulos o por un títu-
lo simplificado, el artículo del diccionario que trata de ella aparece uni-
do al título por el que se la designa tradicionalmente. En este caso, el
título alternativo es objeto de una entrada de reenvío. P. ej.:
ALTERNATIVA (LA), S0REN AABYE KlERKEGMRD.
Véase O ESTO ... O AQUELLO.
[23]
ACTOS DE HABLA 24
bies puesto que están constituidos por acuerdo entre la proposición y el hecho.
una quinta sustancia: el eter (la quinta- Searle elimina toda significación previa al
esencia de los escolásticos). El mundo acto de habla -literalmente del discur-
supralunar no conoce más movimiento so- que significa: la acción que se reali-
que el circular uniforme, figura de la per- za mediante una emisión lingüística. Este
fección, y participa de la esencia divina. «acto>> ilocucionario es la unidad primor-
Es evidente que la imagen del mundo dial que está a la base de toda comuni-
que propone esta obra está íntimamen- cación. En cada acto de habla distingue
te ligada a la ~ Física del estagirita. Searle su contenido proposicional y su
El tratado Acerca del Cielo ha sumi- fuerza ilocucionaria: frases diferentes (o
nistrado a la cosmología escolástica medie- la misma frase pronunciada en situacio-
val su marco de referencia. Este marco nes diferentes) pueden tener en común la
geocéntrico es el que romperá la revolu- misma «proposición» (el mismo sujeto,
ción científica de la edad clásica (y sobre el mismo predicado), por ejemplo: «Yo
todo Galileo) para imponer el heliocen- ordeno que», «Yo te pregunto si», «Yo afir-
trismo copemicano. Sin embargo, es pre- mo que». Tienen, en cambio una fuerza
ciso guardarse de atribuir a Aristóteles y ilocucionaria diferente según la manera
al libro Acerca del Cielo tesis que fueron de proferidas, o según su «realizativo»
elaboradas mucho más tarde por la cos- explícito (es decir, la acción constituida
mología y la física escolásticas. por la emisión lingüística en sí misma;
por ejemplo: el locutor ejecuta la acción
Edición: Acerca del cielo (tr. M. Candell), que él expresa cuando dice <<Yo ordeno»).
Gredas, Madrid, 1996. Existen diferentes «marcadores» de fuer-
Estudios: Introducción de M. Candell a la
ed. cit.; J. Barnes; Aristóteles (tr. M. San- za ilocucionaria. En esta obra formula
sigre), Cátedra, 1987, cap. 14; W. Jaeger, Searle las reglas de los actos de habla que
Aristóteles. Bases para la historia de su son posibles de efectuar por medio de
desarrollo intelectual (tr. J. Gaos), México, tales «marcadores». Y distingue cuatro:
Fondo de Cultura Económica, 1946; M. Cla-
velin, La Philosophie naturelle de Galilée, 1) las reglas de contenido proposi-
Armand Colín, 1968, cap. 1: «Aristote et le cional: un marcador de promesa no pue-
mouvement local». de ser aplicado más que a un enunciado
en el cual un predicado atribuye un acto
futuro a un sujeto que designa al propio
locutor;
ACTOS DE HABLA_ Ensayo de filo- 2) las reglas preliminares, que espe-
sofía del lenguaje_ Speech Acts. An cifican las condiciones para que el acto
essay in the Philosophy of Language, pueda ser realizado (por ejemplo, en el
1969. caso «Yo ordeno», que el auditor sea capaz
JOHN ROGER 5EARLE, nacido en 1932 de ejecutar el acto ilocucionario que se le
ha ordenado);
La obra se sitúa en la línea de la filo- 3) las reglas de sinceridad: el que
sofía analítica inglesa, en particular en las dice «yo afirmo» debe creerlo;
investigaciones de John L. Austin, de 4) las reglas esenciales: hablar una
quien es discípulo Searle, sobre los enun- lengua es realizar actos de habla confor-
ciados realizativos: primera etapa en el me a las reglas verdaderamente consti-
acercamiento entre la lengua y el acto de tutivas, a la manera del juego de ajedrez;
enunciar-, en desacuerdo con Saussu- las reglas no gobiernan una forma de com-
re que creía poder definir el sentido de portamiento preexistente que existiera sin
los enunciados con independencia del ellas; ellas constituyen esa forma de com-
valor que pueda adquirir su enunciación. portamiento. Así, existiría un comporta-
Austin mantenía una cierta correspon- miento parlante, una actividad parlante
dencia entre lenguaje y realidad, y se man- que recibiría su sentido de la observación
tenía fiel al concepto de verdad como de ciertas reglas. Por ejemplo, "YO pro-
25 AFORISMOS PARA LA SABIDURÍA DE LA VIDA
años de su vida y quedó inacabada. Las Este libro anticipa la antropología del
cuestiones principales de estas «conside- siglo XVII y la psicología moderna.\
raciones sobre los problemas metafísicos» Edición: El alma y la vida (tr. l. Roéaf. Ayun-
que forman el libro están marcadas por la tamiento de Valencia, 1992.
Estudios: J. Ortega y Gasset, Vives-Goethe,
filosofía que subyace a ellas, el pragma- Revista de Occidente, 1973; A Guy, Vives, col.
tismo. Después de una exposición de los «Philosophes de tous les temps>•, Seghers, 1972.
temas tradicionales de la metafísica («Los
problemas de la metafísica••, «El problema
del ser>•), James analiza en la parte central
de la obra, «Percepción y Conceptos••, la ALMA Y LAS FORMAS (EL), Die See-
articulación filosófica realizada por el prag- le und die Formen, 1911.
matismo entre los fenómenos y las aser- GYóRGY LUKÁCS, 1885-1971.
~iones o conceptos que de ella resultan.
1En una perspectiva pragmática, se trata Lukács juzgará más tarde este escrito
<<de interpretar cada concepción según sus (publicado en húngaro en 1910) como
consecuencias prácticas••; la realidad de un dependiente de un «idealismo subjetivo>>,
concepto es la suma de las percepciones pese a que él no ha sido jamás un neo-
que le pueden ser asociada5l El conjunto kantianofpor aquel entonces él pensaba
de los análisis de James se apoya en este que, en el dominio estético, el hombre podía
«punto de vista perceptual••. captar la realidad profunda mediante un
La obra es para James ocasión de con- acto de intuición. Se encontraba próximo
frontar sus tesis pragmáticas con el conjun- a la fenomenología, a la que abordaba a
to de los problemas tradicionales de la través de cuestiones de técnica poétic~
metafísica. Este texto póstumo muestra
la amplitud del pragmatismo en su liga- Edición: El alma y las formas (tr. M. Sacris-
tán), Grijalbo, 1974.
zón con sistemas de filosofía científica Estudio: George Lichtheim, Lukács (tr.
tales como el positivismo, y anuncia así J. Muñoz), Grijalbo, 1972.
ciertas obras de Bachelard.
amar al amor más que al objeto de éste, Confucio ha tenido innumerables dis-
de ahí la exaltación extrema del hecho de cípulos -de los que el más importante es
amar, cuyo obstáculo absoluto es la muer- Mencio- y una posteridad extraordina-
te. 8 amor-pasión es una búsqueda incon- ria, pues, todavia hoy, el confucianismo
fesada del sufrimiento que destruye a los es, junto con el taoísmo, la corriente de
que a ese amor se abandon~ pensamiento más importante en ChinaJ
____________________¡ 1
31 ANIROPOLOGÍA EN SENTIDO PRAGMÁTICO
tos más concretos -incluso anecdóticos- de Kant. El placer que hoy podría pro-
de la existencia. Kant detalla en particu- porcionar su lectura sería achacable prin-
lar una reflexión sobre los sentidos, don- cipalmente al carácter un tanto pinto-
de se encuentra una «Apología en favor de resco de sus páginas y a la revelación de
la sensibilidad» (libro primero: De la facul- un Kant totalmente diferente del que sus
tad de conocer). En el libro segundo (El otros escritos (y sobre todo la leyenda)
sentimiento de placer y desplacer) ana- podrían hacer suponer. Un Kant huma-
liza y clasifica las diversas especies de pla- no, celoso de no permanecer encerrado
cer. Vuelven a encontrarse aquí (por ejem- en la discusión de consideraciones y prin-
plo, a propósito del placer intelectual) cipios abstractos.
distinciones bien conocidas (ideas-con-
ceptos). El libro tercero (De la facultad Edición: Antropología (tr. J. Gaos), Alian-
apetitiva) trata de los deseos, de las emo- za, 1991.
Estudios: E. Cassirer, Kant, vida y doctri-
ciones, de las pasiones. Kant diseña aquí na (tr. W. Roces), Fondo de Cultura Econó-
un «Tratado de las pasiones» que recuerda mica, 1993; M. Castillo, Kant et /'avenir de
un poco a Descartes en su celo por ilustrar la culture, col. «Philosophie d'aujourd'hui»,
su teoría con observaciones prácticas que P.U.F., 1990.
permitan un buen uso de las pasiones. En
el detalle de los análisis, donde cabría espe-
rar un Kant austero y rigorista, el filósofo
de Ki::inisberg se muestra voluntariamente ANTROPOLOGÍA ESTRUCTURAL,
más próximo a Epicuro que a los estoicos. Anthropologie structurale, 1958 y
La segunda parte (Característica antro- 1974.
pológica) trata «De la manera de conocer CLAUDE LÉVI-STRAUSS, nacido en 1908.
el interior del hombre por el exterioP•. Kant
examina aquí sucesivamente los caracte- El primer volumen reunió diecisiete de
res: de la persona, del sexo, del pueblo, de los cien textos escritos por Lévi-Strauss
la raza. Sin duda es ésta la parte que más entre 1927 y 1958!La obra comienza
-y peor- ha envejecido. Podrían enu- con una introducción que enfrenta a la
merarse sin gran dificultad los prejuicios historia con la etnología, para constatar
e ideas recibidas, o simplemente las afir- que la sociología, en ramas tales como la
maciones tributarias de una época dema- etnografía y la etnología, ha evoluciona-
siado definida. Es muy chocante ver a un do mucho en relación con la historia. Las
Kant, que jamás había salido de Ki::inis- antiguas diferencias quedan difuminadas,
berg, ¡describiendo por el menú los bue- porque las dos disciplinas caminan al uní-
nos y malos rasgos de cada pueblo! sono en el mismo sentido. La confronta-
La obra está sembrada de multitud de ción de la antropología con la lingüística
pequeños análisis y observaciones de toda que a continuación aparece, permite eva-
índole, a menudo sutiles y sugerentes, sobre luar las relaciones entre lenguaje y paren-
aspectos infinitamente varios de la vida coti- tesco como también entre lenguaje y socie-
diana en sociedad: utilización de los senti- dad. Lévi-Strauss observa que los sistemas
dos y facultades (imaginación, memoria ...), de parentesco indoeuropeos comportan
conversación, juego, alimentación, buenas la utilización de pocos términos, y que
maneras. Trata incluso del tabaco, del mareo éstos se organizan según una perspectiva
en barco, de la crueldad de los españoles y subjetiva. A veces, por el contrario, los sis-
de la frivolidad de los franceses. Se apren- temas de parentesco comportan un gran
derá en el parágrafo 88 que es «malsano» número de términos; tal ocurre en el sis-
para un filósofo comer solo, y que esta con- tema chino. Las lenguas europeas y la
creta excentricidad tiene incluso un nom- estructura social que les corresponden
bre latino: <<So/ipsismus convictorii». gozan de una gran libertad, con una diver-
La Antropología no está considera- gencia marginal entre la forma y la sus-
da -a justo título- como una •gran» obra tancia y numerosas excepciones a las
33 ANTROPOLOGÍA ESTRUCTURAL
de Fénelon, ya fuertemente comprome- _?_JJartir del azar que reina _en el n~l
tido por su toma de postura en favor del microscópico, ser com altbles con el
quietismo. segun o princi io de a termodi':ámica.
azar mterviene tgua mente a mvel del
Edición: Las aventuras de Telémaco (tr. R. patrimonio genético, y el DNA asume
Pi de la Tour), Orbis, 1985. -en la estructura celular- el papel de
Estudio: H. Gouhier, Fénelon philosophe, vinculo entre invarianza y teleonomía.
Vrin, 1974.
El problema lleva directamente a la
cuestión sobre el origen de la vida, es decir
del código genético. Cualquiera que este
sea, un tal status del azar despoja a la
AZAR Y LA NECESIDAD (EL). Ensa- humanidad de tooa si nificacton fraseen
yo sobre la filosofía natural de la bio- dente. in embargo la ética no se a a
logía moderna, Le hasard et la néces- en peligro, porque el mismo conocimiento
sité. Essai sur la philosophie naturelle cientifico descansa en imperativos mora-
de la biologie moderne, 1970. fes, que gozan del mismo rango que el de
JACQUES MONOD, 1910-1976. Ta objetrvrdad. El afán de superacton y de
trascendencia humano se encama, según
Esta obra es una tentativa de reflexión 'MonOCl en un soctiilismo humanista, que
sobre los resultados de la biología con- no es ~¡ «soctahsmo cientitico» marxtsta,
temporánea, que el mismo Monod había pero que deberá perseguir el ideal de la
contribuido a hacer progresar con sus tra- Objetividad científica.
bajosf{Jacques Monod fue efectiv~ente - El libro de Jacques Monod ha conoci-
Premio Nóbel en 1965, con Andre Lwoff do un éxito y una notoriedad considerables,
y Franc;:ois Jacob). Los seres vivientes son al igual que el de su colega Franc,;ois Jacob
estructuras dotadas de propiedades parti- (--*La lógica de lo viviente). Asimismo ha
ll?o
0"
cülares: invarianza reprOducbva y teleo-
nomta (que son esfrucfuras en apanencTa
contribuido a animar gran cantidad de deba-
tes en muy diversas direcciones: filosofía de
finalistas). Mas MonOd critica vivamente
las ciencias, moral, política, e!3
todas las explicaciones globales teleoló-
gicas y animistas, que suponen una alian- Edición: El azar y la necesidad (tr. F. Ferrer),
za entre el hombre y la naturaleza, como Tusquets, 1989.
también las reivindicaciones de esa alian- Estudios: J. L. Monod, •<Sobre la teoría mole-
za procedentes del ciencismo (religiones, cular de la evolución», Teorema, vol. IX/2,
antropocentrismo teilhardiano, materia- 1979, pp. 183-200; A. Katz, «Perspecti-
lismo dialéctico de los marxistas).L¡ pro-
ves sur le hasard et la nécessité», Revue de
métaphysique et de moral, 79/1, 1974,
piedades de lo viviente deben exp icarse pp. 118-125.
B
BANQUETE (EL), To l:Uf.i1t6crwv, o filosofía se define a sí misma: amor (y
hacia 387 a.C. no posesión) de la sabiduría.
JENOFONTE, hacia 430-después de 355 a.C. Los personajes de El Banquete --bien
conocidos de los contemporáneos de Pla-
Con ocasión de un banquete en casa tón- representan cada uno un carácter
del noble Calías, Sócrates y sus amigos perfectamente diseñado. Platón encuentra
exponen su teoría del amor terrestre y del un placer evidente en la sátira, y traza, de
amor celeste. Inspirándose en Platón, cuya nuevo aqui, una •<apología de Sócrates>•.
fuerza de especulación no alcanza, Jeno- El amor, cuyo elogio pronuncian aquí
fonte intenta desarrollar el pensamiento los protagonistas, es primordialmente el
de su maestro. amor pederasta, modo natural de la edu-
cación griega: 'Epro<; (Eros), mientras que
Edición: Recuerdos de Sócrates. Económi- Afrodita encama más bien el amor entre
co. Banquete, Apología de Sócrates (tr. hombres y mujeres.
Juan Zaragoza), Gredos, 1933.
Estudios: Introducción de J. Zaragoza a la Cada uno de los discursos se organiza
ed. cit. (pp. 295-305); J. Luccioni, Xénop- según las más clásicas exigencias de la
hon et le socratísme, P.U.F.,1953. retórica, de moda entonces en Atenas.
Conviene relacionar El Banquete con
todos aquellos diálogos en los que Platón
se dirige a los sofistas de su tiempo ( --> G:>r-
BANQUETE (EL), o Del amor, l:uf.inó- gias, -->Protágoras, -->Eutidemo ... ).
mov, i'¡ IlEpí cporto~, O hacia 385 a.C. 8 primero en intervenir, Fedro, elige exal-
PlATóN, 428/427-348/347 a.C. tar el valor educativo de la relación amoro-
Diálogo. sa, fuente de una saludable emulación, por-
que el amor transfigura al que lo experimenta
El más célebre quizá de los diálogos de confiriéndole el deseo de superarse. Para
Platón no es un diálogo, sino una suce- probar su teoria, Fedro recurre a una serie
sión de discursos barrocos y pintorescos. de ejemplos tomados de la mitología.
Lo serio, es decir lo sublime, sucede a lo Pausanías discierne, en el amor, una
cómico, e incluso a la farsa. Teórico, líri- jerarquía. Según que éste haya sido ins-
co, teatral, El Banquete es todo esto, y pirado por la Afrodita celeste o por la
al mismo tiempo un texto central para Afrodita terrestre, el amor se revelará
la filosofía. Porque en él se indaga sobre noble, espiritual, o, por el contrario, vil,
el amor, y es precisamente así como la por ser puramente camal.
[43]
BANQUETE (EL) 44
jo y A. M~d_ina), Gredas, 1990, pp. 352- pers acomete en este voluminoso ensa-
381; M. Fiemo, De amare. Comentario a yo. Reteniendo la lección de las tragedias
«El Banquete•• de Platón (tr. R. de la Villa),
Tecnos, 1986; W. Jaeger, Paídeia. Los idea- de Hiroshima y Nagasaki, el autor invita
les de la c,u!tura griega (tr. J. Xirau y W. al hombre libre a una reflexión desapa-
Roces), MexKo, Fondo de Cultura Econó- sionada sobre la bomba atómica.
mica, 1967; L. Robin, La Théorie platoni- Ahora que la humanidad dispone de
cienne de l'amour, P.U.F., 1964. abundancia de medios para autodestruir- ·
se, es de todo punto necesario encontrar
no tanto una u otra via de salvación, sin~
BARBARIE CON ROSTRO HUMANO la autenticidad de un pensamiento razo-
(LA), La Barbarie d uísage humaín nable y filosófico sobre el futuro del hom-
1977. , bre. No es aquí cuestión de extraviarse
BERNARD HENRI-LÉVY, nacido en 1948.
en la especulación, sino, por el contrario,
de tomar conciencia de los hechos, de ana-
Esta obra debe leerse, dice el autor, como lizarlos, sintetizarlos, y comprenderlos a la
una «arqU€0logía del tiempo presente>• aten- luz de la inteligencia. Es preciso pasar de
ta a descubrir en los discursos y prácticas la actividad exterior a la interior, del enten-
actuales el «sello de una barbarie con rostro dimiento a la razón.
humano•. Lévy demanda pues aquí a la <<nue- Una reflexión filosófica sana tiene todos
va filosofía» que se plantee el problema del los visos de engendrar una transformación
poder, y que despliegue en su desarrollo un de la conciencia política del hombre, a poco
profundo pesimismo. La idea de progreso que éste comprenda que esa reflexión no
es ilusoria; es la mentira de un pensamien- puede nacer más que de una disposición
to reaccionario que conduce al mundo a la interior: la atención al mundo moderno, la
barbarie. El Estado totalitario, lejos de ser observación, y una comprensión filosófica
un accidente de la Historia, es el fin; en cuan- de la técnica. Pero esto no es más que un
to al socialismo, es la versión más grave de plan de conjunto que, si se lo siguiera, cam-
ese optimismo que niega el Mal radical en biaría sin duda no sólo este mundo, sino
la Historia. la orientación de la humanidad. Jaspers
Aparecida en el mismo año que -+ Los piensa en modo condicional. Correspon-
maestros pensadores de André Glucks- de al hombre que actúa, el hombre de Esta-
mann, esta obra fue un best-seller. Bemard do, unir a su acto la reflexión filosófica
Henry-Lévy, activo defensor de los dere- sobre su acto.
chos humanos, definía así el lugar del inte- «Filosofía y política deberían reencon-
lectual en la sociedad: «El intelectual anti- trarse». Este ensayo fundamental es de lec-
bárbaro será ante todo metafísico, y cuando tura obligada para todo aquel que quiera
digo metafísico quiero decir angélicamente>>. informarse sobre la manera en que la filo-
sofía puede suscitar el despertar de la con-
Edición: La barbarie con rostro humano ciencia política. Jaspers demuestra bri-
(tr. E. Simons), Monte Ávila, 1978. llantemente que el filósofo no tiene nada
Estudio: G. Schiwy, Les Nouueaux Phi/o- de sabio retirado en su torre de marfil, sino
sophes, Gonthier-Denoel, 1979.
que, al contrario, la filosofía no es nada si
no está enraizada en lo real y en el acon-
tecer histórico de la humanidad.
BOMBA ATÓMICA Y EL FUTURO DE
LA HUMANIDAD (LA), Die Atom- Edición: La bomba atómica y el futuro
bombe und die Zukunft der Menschen, de la humanidad (tr. l. Garfeldt-Kiever de
Leal), Cía. Gral. Fabril Editora, 1961.
1958. Estudios: H. Arendt, «Karl Jaspers, ¿ciu-
KARL JASPERS, 1883-1969. dadano del mundo?», en su libro Hombres
en tiempos de oscuridad (tr. C. Ferrari),
Colaborar a la conciencia política de Gedisa, 1990, pp. 67-80; A Kremer-Mariet-
nuestro tiempo: tal es el proyecto que Jas- ti, Jaspers, Seghers, 1974.
BOSQUEJO DE UN CUADRO HISTÓRICO DE LOS PROGRESOS DEL ESPÍRITU HUMANO 46
edad de oro, y merecen algo mejor que Edición: Esquisse d'une phi/osophie per-
los sarcasmos condescendientes con que sonna/iste, Vrin, 1942.
se los gratifica la mayoría de las veces. Estudio: M.-M. d'Hedencourt, Essai sur la
philosophie de Pere Laberthonniere Vrin
Después de todo, Condorcet no está tan 1947. ' '
lejos del Pascal del --> Prefacio para el
Tratado del vacío, y de las tesis de
Auguste Comte.
BOSQUEJO DE UNA TEORfA DE
Edición: Bosquejo de un cuadro histórico LAS EMOCIONES, Esquisse d'une
de los progresos del espíritu humano (tr. théorie des émotions, 1939.
Suárez Femández, A. Marcial-Torres) Edi- JEAN-PAUL SARTRE, 1905-1980.
tora Nacional, 1980. '
Estudios: E. Bréhier, Historia de la filoso-
fía (tr. J. A. Pérez Millán y M.• D. Morán), La psicología de la primera mitad de
vol. ll, Tecnos, 1988, pp.166-169; J. B. este siglo es una investigación sobre
Bury, La idea del progreso, Alianza, 1971; hechos; no ha comprendido que no se
F. E. Manuel y F. P. Manuel, El pensamiento puede «alcanzar la esencia [del hombre)
utópico en Occidente (tr. B. Moreno), Tau-
rus, 1984; K. M. Baker, Condorcet: From acumulando los accidentes»: los análisis
Natural Philosophy to Social Mathematics, de las emociones que ofrecen Janet o
University of Chicago, 1975. James manifiestan un perfecto descono-
cimiento de la realidad humana. Toman-
do por base los trabajos de Husserl y de
Heidegger, Sartre elabora una teoría de
BOSQUEJO DE UNA FILOSOFfA las emociones encaminada a la constitu-
PERSONAUSTA, Esquisse d'une phi- ción de una psicología fenomenológica.
losophie personnaliste, 1942.
LUCIEN l.ABERTI-IONNIERE, 1860-1932. Edición: Bosquejo de una teoría de las emo-
ciones (tr. M. Acheroff), 6.• ed., Alianza,
Orador y director de la revista Anna- 1987.
Estudio: F. Jeansqn, Sartre par lui-meme,
les de philosophie chrétienne, Labert- col. «Microcosme-Ecrivains de toujourS>•, Le
honniere fue atacado por ciertos teólo- Seuil, 1974.
gos y la revista fue condenada por un
decreto del lndice, en 1913. A partir de
entonces le fue prohibido publicar, lo que
explica que la mayoría de sus obras apa- BOSQUEJO DE UNA TEORfA GENE-
recieran después de su muerte. RAL DE LA MAGIA, Esquisse d'une
En la intransigencia de su filosofía se théorie générale de la magie, 1902-
le plantea a Laberthonniere el verdadero 1903.
problema humano: el del conocimiento MARCEL MAuss, 1872-1950.
del otro, puesto que para él la única meta-
física es la de la caridad. Amar a un ser La magia es para Mauss una «función
es amar a todos. El autor concede al ser social», y él analiza las condiciones indivi-
personal un lugar privilegiado. Cada indi- duales y colectivas del funcionamiento «efi-
viduo es una •<persona humana», en la cual caz» de la misma. La creencia en la magia
Dios permanece del principio al fin. En no excluye una parte de superchería. Esta
lugar de explicar al hombre en función creencia se articula en tomo a la noción,
del mundo, Laberthonniere recomienda fundamental en Mauss, de mana, término
explicar al mundo en función del hom- difícil de definir que remite a la idea de un
bre. Contra la ciencia, que conociendo al «Vaaor de las cosas y de las genteS>•.
objeto ignora al sujeto, se adhiere a la fór- El autor intenta aquí situar a la magia
mula de Bérulle: «Dios nos ha concedí- por relación a otros fenómenos sociales
do a nosotros mismos el don de nosotros (derecho, economía, estética, lenguaje,
mismos.» ciencia, religión).
BREVE TRATADO ACERCA DE LA EXISTENCIA YDE LO EXISTENTE 48
Edición: «Bosquejo de una teoría general de que prefigura ciertas tesis ulteriores del
la magia», en M. Mauss, Sociología y antro- filósofo. Por otra parte, conviene precisar
pología (tr. T. Rubio), Tecnos, 1979. que el tratado no ha sido escrito en latín,
Estudios: Introducción de Lévi-Strauss a la
ed. cit.; J. Cazeneuve, Sociología de Mar- sino en holandés, y que no es más que
ce( Mauss, Península, 1970. una redacción más o menos clara de notas
que ni el mismo Spinoza ha verificado.
Igualmente se debe abordar este texto
con prudencia, ya que el pensamiento
BREVE TRATADO ACERCA DE LA metafísico del filósofo se encuentra mucho
EXISTENCIA Y DE LO EXISTENTE. mejor expuesto en sus otras obras.
Court traité de /'existence et de /'exis-
Edición: Breve tratado de Dios, del hom-
tant, 1947. bre y de su felicidad. Tratado teológico-
JACQUES MAR!TAIN, 1882-1973. político (tr. A. Domínguez y E. Dobry),
Círculo de Lectores, 1995.
Este abreve tratado» pretende ser un Estudios: St. Hampshire, Spinoza (tr. V.
ensayo sobre el existencialismo de Tomás Peña), Alianza, 1982; J. Moreau, Spinoza,
col. «Que sais-je?», P.U.F., 1971.
de Aquino. Publicado en la época en que
Sartre hacía furor, esta obra se presenta
como una puesta a punto de la cuestión
del ser y de la existencia.
BREVIARIO DE PODREDUMBRE, Pré-
Para Maritain, el tomismo auténtico da
cis de décomposition, 1949.
ala primacía a la existencia y a la intuición
ÉM!L M!CHEL C!ORAN, 1911-1995.
del ser existencial». El solo existencialis-
mo que él reivindica es aquél en que pre-
En esta primera obra escrita en fran-
domina la existencia, mas «en tanto que
cés, Ciaran, ese «pensador de ocasión»,
implica y salva las esencias o naturale-
este «anti-profeta» para el que «no hay
zas>>, y en tanto que manifiesta la victoria
nobleza más que en la negación de la
de la inteligencia y de la inteligibilidad.
existencia», revela con un tono incisivo
Edición: Breve tratado acerca de la exis- los grandes temas y obsesiones (la
tencia y de lo existente (tr. F. de Sesma), decadencia, el mal, la historia, la nada ... )
Desclée De Brouwer, B. Aires, 1949. que jalonan su obra.
Estudios: F. Copleston, Historia de la filo- Manifestando desde el comienzo un
sofía, vol. 9: De Main de Biran a Sartre (tr. rechazo hastiado de la filosofía, ese afán
J. M. García de la Mora) Ariel, 1996, cap.
XII; Jacques Maritain. Su obra filosófica, de teorizar la vida, ese «triunfo de la inau-
Desclée de Brouwer, 1960; H. Bars, Mari- tenticidad", y un desprecio por el filóso-
tain en notre temps, Grasset, 1959. fo, ese profeta charlatán que quiere cono-
cer pero no expresa nada, Cioran invita
a imitar a la mujer pública, la «criatura
menos dogmática, que, separada de todo,
BREVE TRATADO DE DIOS, DEL se abre a todo sin convicción. La vida,
HOMBRE Y DE SU FELICIDAD, Kor- «estado de no-suicidio», comienza con la
te Verhandeling van God, de Mens en quiebra de la filosofía, ese «recurso de
des zelfs Welstand, 1852. todos aquellos que esquivan la exuberan-
BARUCH SP!NOZA, 1632-1677. cia corruptora de la vida».
Para aquel que, dotado de la facul-
Colección de notas tomadas entre 1650 tad de la indiferencia, ha dicho «adiós a
y 1660, este texto está muy alejado del la filosofía», más le vale volverse a la poe-
pensamiento de Spinoza tal como apa- sía, que, como la vida, no tiene nada que
rece en la--> Ética. Este «breve tratado» probar y todo lo tiene por expresar. Ele-
comporta cuatro categorías de textos, de vando las apariencias «al nivel de un esti-
las que sólo la última merece atención por- lo», sólo la frivolidad, "el antídoto más
49 BURGUÉS (EL)
eficaz para el mal de ser lo que se es», histórica» que estudia al burgués, enten-
permite engañar al mundo. diendo por tal no el representante de una
clase social sino un tipo de hombre dota-
Edición: Breviario de podredumbre (tr. F. do de cualidades psíquicas particulares.
Savater), Taurus, 1992. El espíritu burgués nace en el siglo xv
Estudio: F. Savater, Ensayo sobre Ciaran,
Espasa-Calpe, 1992. en Rorencia, espíritu que, como el espí-
ritu de empresa, es uno de los elementos
esenciales del capitalismo y evoluciona
con este sistema. Al capitalismo primiti-
BURGUÉS (EL). Contribución a la his- vo corresponde un espíritu conquistador,
toria espiritual del hombre económico mientras que el capitalismo tardío se carac-
moderno, Der Bourgeois: zur Geistes- teriza por un aumento de la racionaliza-
geschichte des modernen Wirtschafts- ción y de la organización, lo que lleva con-
menschen, 1913. sigo una pérdida de dinamismo.
WERNER SOMBART, 1863-1941.
Edición: El burgués (tr. M.• P. Lorenzo),
Alianza, 1993.
Discípulo de Karl Marx y de Max Estudio: A. de Benoist, prefacio a Le socia·
Weber, ligado a la Escuela histórica ale- lisme allemand, de Werner Sombart, col.
mana, Sombart elabora una «psicología «Révolution conservatrice», Pardes, 1990.
------------- ........
e
CAMINO DE SERVIDUMBRE, The entre esos fines singulares, para lo cual
Road to Serfdom, 1944. disponen los planificadores de un poder
FRIEDRICH AUGUST VON HAYEK, 1899- total.
1992. Para Hayek no existe racionalidad
alguna que sea superior a la de los indi-
En este «libro político», cercano al pan- viduos (tesis del individualismo metodo-
fleto, Hayek propone una explicación crí- lógico); la única racionalidad efectiva es
tica del totalitarismo. Éste, ya sea nazi, fas- la que resulta del equilibrio de las accio-
cista o comunista, no es más que el nes individuales. De lo que se sigue que
resultado de las ideas socialistas. Apolo- plan (socialismo) y mercado Oiberalismo)
gista de las ideas liberales de los siglos xvm son dos sistemas económicos inconcilia-
y XIX, ideas que han combatido a Marx, bles, siendo el totalitarismo (planismo) el
a Friedrich Ust, a Gustav Schmoller y a resultado del abandono del liberalismo.
Sombart, el autor desarrolla la tesis de que No hay libertad política sin libertad eco-
el totalitarismo se apoya exclusivamente nómica.
en la planificación económica. Así, el nazis- Premio Nobel de economía (1974),
mo no se explica ni por una pretendida Hayek defiende aquí un liberalismo radi-
alma germánica ni por una reacción al cal que hace de él uno de los maestros de
socialismo, sino por las ideas estatistas los «libertarios». La moda del neolibera-
constitutivas de un socialismo autoritario. lismo, venida del mundo anglosajón, ha
Toda planificación es necesariamente anti- contribuido a la amplia difusión del pen-
democrática y tiránica. samiento hayeksiano, concretamente de
No obstante, en lugar del término «pla- su explicación económica del totalitaris-
nificación», Hayek prefiere el de «pla- mo, en la que el socialismo es el funda-
nismo». Si la planificación es una tentati- mento común del nazismo, del fascismo
va de racionalización de la actividad social, y del estalinismo.
el planismo implica una dirección cen-
tralizada y autoritaria de toda la actividad Edición: Camino de servidumbre (tr. J. Ver-
económica, conforme a un plan único. gara), Alianza, 1995.
Pero la vida económica está constituida Estudios: E. Butler, Hayek. Su contribu-
ción al pensamiento polftico y económi-
por individuos egoístas que persiguen fines co de nuestro tiempo (tr. E. Fuentes), Unión
diferentes, concurrentes y a veces incluso Editorial, 1989; J. Ferry, F.A. Hayek: Les
antagónicos. Establecer un plan econó- éléments d'un libéralisme radical, Presses
mico es imponer elecciones autoritarias universitaires de Nancy, 1990.
[51]
CAMINOS DE BOSQUE 52
Este ensayo guarda afinidad con La pre- E~ición: Cándido o el optimismo (tr. E.
gunta por la técnica (contenida en Con- Dzego), Cátedra, 1985.
ferencias y artículos), que desarrolla igual- Estudios: A. J. Ayer, Voltaire (tr. M. Can-
mente el tema de la noche del mundo, dell), Crítica, 1988; P.-L. Assoun, «La que-
relle de l'optimisme dans Candide et ses
desde el punto de vista de la dominación e~jeux philosophi~ues», en Analyses et refle-
del ente y que se articula sobre los versos xzons sur «Candrde», de Voltaire, Ellipses-
de Holderlin comunes a ambos textos: Marketing, 1982.
«Pero donde está el peligro, crece j tam-
bién lo salvador.»
La sentencia de Anaximandro es la CANON DE lA MEDICINA, al-Qanún
de un presocrático, y pasa por ser la más fiat·tibb.
antigua en filosofía. Heidegger hace de AVICENA (ibn Siná), 980-1037.
ella, más allá de las categorias presocrá- Suma enciclopédica.
ticas, una lectura temática. El pensamiento
es poema, «dictare» original; el pensa- Suma considerable de conocimientos
miento del ser es el orden primero del esta obra es una de las más compacta~
decir poético. La Af¡ttTJ (Léthé: el olvido) del corpus enciclopédico de Avicena· es
es la claridad del ser; el pensamiento no junto con el Kitab al-Shifa ( -> Líbr~ d~
la sigue: gira en tomo, y ese es el reino la curación), la obra que asegura la
de la errancia, del error (lrrtum), el espa- influencia científica de Avicena hasta el
cio de despliegue de la historia. El ente final de la Edad Media.
es llevado a sí mismo (ereignet). El olvi- La observación, la investigación y la
do del ser es el olvido de su diferencia por experiencia del hombre práctico son
relación al ente. expuestas con todo detalle, pero reba-
sando con mucho la dimensión de un sim-
Edición: Caminos de bosque (tr. H. Cortés ple tratado científico o de un manual prác-
y A. Leyte), Alianza, 1995. tico, Avicena elabora en esta obra un
Estudio: Otto Püggeler, El camino del pen- sistema de reglas que gobiernen la obser-
sar de Martin Heidegger (tr. F. Duque)
Alianza, 1993. ' vación y la experimentación. Apoyándo-
se en los métodos de las concordancias,
de las diferencias y de las variaciones con-
comitantes, pueden enumerarse siete
CÁNDIDO, o El optimismo, Candide reglas prácticas: la limpieza del remedio,
ou L'Optimisme, 1759. el aislamiento de la acción por relación a
VoLTNRE (Fran<;ois Marie Arouet), 1694- la causa, la diversidad de los objetos de
1778. una misma experiencia, la proporción
Cuento filosófico. entre el remedio y la enfermedad, la obser-
vación de la duración del efecto, la sepa-
Arrojado de su morada, Cándido des- ración de los efectos «accidentales" de los
cubre, después de mU peripecias, que «los efectos «esenciales>• que se producen siem-
preceptos de su buen maestro Pangloss•• pre o la mayoría de las veces, la aplica-
son inapropiados: ¿es éste «el mejor de ción del remedio exclusivamente al cuer-
los mundos»? En todas partes hay vio- po humano.
lencia, intolerancia, iniquidad. Mientras Esta regla de la distinción entre lo acci-
recorre el mundo, Cándido apenas si logra dental y lo esencial en la experiencia reve-
sosiego, pero encuentra al fin la felicidad la la reflexión lógica, prefiguración de la
en su jardín, con sus amigos. epistemología, que es la base del Canon
Con humor feroz, Voltaire ataca ese de la medicina. La regularidad del efec-
mundo imaginario, encamación de Leib- to experimental justifica e ilustra la teoria
niz, que describe Pangloss; mas con la mis- del silogismo científico de Aristóteles, al
ma ferocidad, este cuento critica igualmente que se refiere Avicena: los efectos y las
las instituciones políticas y religiosas. causas que habitualmente se presentan
CAPITAL (EL) 54
son el término medio necesario para fun- En el libro 1, releyendo de manera crí-
damentar una ciencia. La teoría es la con- tica a los economistas clásicos ingleses
dición primera y necesaria de la expe- (Adam Smith y David Ricardo esencial-
riencia que, cualquiera que sea su valor mente), Marx describe el capitalismo a
descriptivo y su alcance físico, continúa través de sus tres relaciones fundamen-
siendo el objeto de una ciencia particular tales: relación de intercambio mercantil,
subordinada a una ciencia más general. relación salarial, relación de producción,
La importancia de la descripción expe- que son las formas específicas de orga-
rimental y la primacía que el Canon de nización del trabajo del capitalismo. El
la medicina parece conceder a las cien- capitalismo es en efecto un modo de pro-
cias de la naturaleza tienen principalmente ducción que asocia a las fuerzas pro-
su justificación en una exigencia didácti- ductivas (conjunto de factores técnicos
ca: las ciencias particulares son para noso- de la producción) con las relaciones de
tros más manifiestas que la ciencia gene- producción {relaciones sociales resultan-
ral del ser (metafísica), pues el objeto de tes de las funciones cumplidas por los indi-
aquéllas es el dato sensible. A diferencia viduos y los grupos en el proceso de pro-
de Averroes, Avicena afirma la preexce- ducción y en el control de los medios de
lencia de la metafísica como fundamen- producción). Es una sociedad mercantil
to ontológico de toda ciencia de la natu- donde los capitalistas, propietarios de los
raleza. medios de producción, compran a los pro-
letarios su fuerza de trabajo, y organizan
Edición: Canon de la medicina, Roma, y dirigen el proceso productivo de las mer-
1593; ed. crítica en publicación, Nueva cancías que, vendidas, permitirán acre-
Delhi, vol.!, 1982, vol. 1!, 1988. centar el capital. El libro 11 trata del desa-
Estudios: M. Cruz Hernández, Historia del
pensamiento en el mund9 islámico, vol. rrollo de los capitales autónomos y de sus
1, cap. 7, Alianza, 1996; Etudes sur Aui· conexiones en la circulación del capital.
cenne (dir. J. Jolivet y R. Rashed), Les Selles Finalmente, el autor analiza en el libro
Lettres, 1984. IU el proceso global de la producción capi-
talista y bosqueja ciertas teorías, como las
de las crisis, del interés y de la renta de
bienes raíces.
CAPITAL (EL), Das Kapital, 1867, El Capital se abre con una descripción
1885 y 1894. de la sociedad burguesa y del sistema capi-
KARL MARX, 1818-1883. talista que asimila a los ciudadanos con
«una inmensa producción de mercancí-
Esta obra está compuesta de tres libros, as»; así se encuentra confirmada la ley del
de los que sólo el primero fue publicado ualor que el autor toma de los econo-
mientras vivia Marx. En 1859 apareció mistas clásicos, ley que revela la esencia
su Crítica de la economía política que, misma del capitalismo: /a explotación de
en 1867, se convertirá en el libro 1 de la fuerza de trabajo.
El Capital. El libro 11 (El proceso de cir- La economía moderna se apoya en
culación del capital) será publicado en efecto en el intercambio de mercancías
1885, y el libro Ili (El proceso global de (relación de mercancía). La mercancía es
la producción capitalista) en 1894. Frie- un objeto producido de manera regular
drich Engels sostenía estas publicaciones. para ser vendido en un mercado; es por
El filósofo Marx se aventura en la eco- tanto un objeto socialmente reproducible
nomía, la historia y la sociología para des- (lo que excluye a las obras de arte, a la
cribir una sociedad (la sociedad burguesa) tierra). Ese producto se presenta bajo un
y un modo de producción (el capitalismo), doble aspecto: como ualor de uso y como
elaborando un complejo conjunto de con- ua/or de cambio. Un objeto sólo se ven-
ceptos del que desgaja la «ley económica de a condición de que sea susceptible de
del movimiento de la sociedad moderna>>. satisfacer una necesidad (utilidad). Mas si
55 CAPITAL (EL)
cracia tiende a dominar, desterrando así los terroristas de la teoría, aquellos que
a la innovación. querrían preservar el orden puro de la polí-
Schumpeter concluye que el capitalis- tica y del discurso político. [... ] 2) Los las-
mo acabará por dejar lugar a un planifi- timosos técnicos del deseo -los psicoa-
cacionismo, a un socialismo. Sin embar- nalistas y los semiólogos- que registran
go no desea un socialismo de tipo cada signo y cada síntoma, y que querrían
marxista, sino una democracia cuya orga- reducir la organización múltiple del deseo
nización recompensará la competencia, a la ley binaria de la estructura y de la
una democracia nueva en la que, com- carencia. 3) Finalmente, el enemigo
petitivamente y al menor costo, serán mayor, el adversario estratégico [... ]: el
seleccionadas las elites. fascismo. Y no solamente el fascismo his-
tórico de Hitler y Mussolini [... ]sino tam-
Edición: Capitalismo, socialismo y demo- bién el fascismo que todos llevamos den-
cracia, Folio, 1984. tro, que asedia a nuestros espíritus y
Estudios: S. E. Harris, Schumpeter, cien-
tífico social (tr. R. Garcés), Paidós, 1984; nuestras conductas cotidianas, el fascis-
F. Perroux, La Pensée économique de mo que nos hace amar el poder, desear
Joseph Schumpeter, Ginebra, Droz, 1965. esa cosa misma que nos domina y nos
explota.»
Como su título indica, E/ Anti-Edipo
es ante todo una máquina de guerra con-
CAPITAUSMO Y ESQUIZOFRENIA, tra Freud, contra el psicoanálisis o más
Capitalisme et schizophrenie, 1972 y bien contra los efectos del poder que el
1980. psicoanálisis induce. La teoría del deseo
GILLES 0ELEUZE, 1925-1995, y PIERRE y del sujeto del deseo, que el psicoanáli-
FÉLIX GUAITARI, 1930-1992. sis invoca, es contra la que Deleuze y
Guattari van a forjar el nuevo concepto
Pese al título genérico bajo el que son de máquina deseante: el inconsciente
reagrupadas las dos obras, El Anti-Edipo es en sí una máquina en un universo de
(tomo !) y Mil Mesetas (tomo 11) son muy máquinas cuya función esencial es la de
diferentes por su forma, su estilo y sobre producir; es en esta lógica de la produc-
todo por el contexto político y teórico que ción mecánica donde el recurso a Marx
los ha visto nacer. Si el primero es pro- y a la explicación de los mecanismos de
ducto directo de Mayo del 68, si asume explotación capitalista deviene más fecun-
incluso la difícil tarea, por relación a la his- do. Finalmente se introduce contra el psi-
toria, de ser un libro de reacción al acon- coanális el proyecto de una nueva disci-
tecimiento a la vez que un libro prospec- plina, el «esquizo-análisiS>>, con la voluntad
tivo que pretende abrir un nuevo modo de firme de liberar al sujeto de la represión
filosofar, el segundo es por el contrario un que acompaña a su deseo en la que par-
libro de paciencia, un libro que se ha toma- ticipa el psicoanális.
do tiempo de maduración teórica, un libro En Mi/ Mesetas, la lucha contra el psi-
que retorna a su predecesor con armas coanális prosigue a veces en profundidad,
nuevas y mejor adaptadas a sus ambicio- y a veces se abandona la polémica en lo
nes. Porque estas dos obras son ante todo que respecta a la forma: es, por otra par-
obras polémicas o políticas, si por este tér- te, la forma misma lo que en este libro sor-
mino se entiende el combate de ideas en prende. En lugar de los capítulos tradi-
tanto que interesa al ciudadano. cionales, los autores proponen una serie
Michel Foucault, en el prefacio que de mesetas que se superponen las unas
escribió para la edición americana del Anti- a las otras a manera de placas tectónicas
Edipo, designaba claramente, en un esti- con efectos subversivos: el modelo de refe-
lo a su vez polémico, los tres adversarios rencia es de orden geográfico o, mejor,
a los que los autores se oponían: «1) Los geológico: es la Tierra en tanto que meca-
ascetas políticos, los militantes morosos, nosfera, máquina de máquinas, la que se
CARACTERES (LOS) 58
invoca como suelo en el que arraigan los so, el orgulloso, el necio, el cínico, el hipó-
hombres, que no es ya la ontología tradi- crita, el adulador ... Este libro, caracteri-
cional. E final de la obra, que habrá hecho zado por su bufonería y su perspicacia, ha
desfilar, al revisarlos, los grandes domi- influido en la comedia griega y, en el siglo
nios de la filosofía clásica, está consagra- XVII, ha sido imitado por La Bruyere.
do a una reflexión sobre la política y par-
ticularmente a la oposición entre el Estado Edición: Los caracteres (tr. M. Fernández
Galiano), Centro de Estudios Constitucio-
y el nómada, en tanto que éste represen- nales, 1985.
ta la alteridad fundamental de la sedenta- Estudio: L. Figuier, Teofrasto, Hachette,
riedad a la que invita el Estado. 1877.
En el hervidero barroco de las ideas que
siguieron al Mayo del 68, estas dos obras
ocupan un importante lugar, pues mani-
fiestan la ambición de un filósofo y de un CARACTERES Y PERSONALIDAD,
psicoanalista de revolucionar sus respecti- Caracteres et personnalité, 1954.
vas disciplinas superponiendo la una a la GASTON BERGER, 1896-1960.
otra a la manera de esas mesetas que los
autores evocan. No es de extrañar por tan- Gaston Berger reseña, en esta obra
to que estos dos libros hayan desconcer- que consta de seis capítulos, las diferen-
tado a filósofos y psicoanalistas, y que su tes tipologías de los caracteres humanos
recepción haya sido pasional. Las dos obras estudiando la pluralidad de sus manifes-
marcan además otro tipo de subversión: taciones, lo que le permite establecer una
la del género tradicional de la escritura filo- clasificación por géneros. Tras haber des-
sófica, fruto siempre de un espíritu solita- crito las diversas capas de la personali-
rio, mientras que aquí los autores asumen dad, el autor se interesa por las aptitudes
una escritura a cuatro manos con una úni- y el personaje, para acceder finalmente
ca voz. al sujeto trascendental en tanto que tal.
El objeto de este estudio se sitúa prin-
Ediciones: El anti-Edipo; capitalismo y cipalmente a un nivel empírico, puesto
esquizofrenia (tr. F. Monge), Paidós, 1995; que persigue un conocimiento psicológi-
Mil mesetas (tr. J. Vázquez), Pre-Textos, co del hombre, sin olvidarse de recono-
1994.
Estudios: J. Lechte, 50 pensadores con- cer, a la base del carácter, el aspecto tras-
temporáneos esenciales (tr. M.• L. Rodrí- cendental de la conciencia. El problema
guez Tapia), Cátedra, 1996, pp. 136-141; propuesto es: «¿Podemos responder a
V. Descombes, Lo uno y lo otro. Cuaren- la cuestión: Quién soy yo?••
ta y cinco años de filosofía francesa (1933-
1978) (tr. E. Benarroch), Cátedra, 1982, El individuo se revela en primer lugar
caps. 5 y 6; Philosophie contemporaine, por su actitud: sus gestos, el tono de su voz
obra colectiva, Les Belles Letres, 1985, en u otros signos espontáneamente exterio-
particular la conferencia de A Villani: «Deleu- rizados, que son otros tantos indicios de la
ze et la philosophie microphysique». realidad de su personalidad. Berger define
la noción de personalidad según Le Sen-
ne como «totalidad concreta del yo••, y
según Warren d'Ailport como «organiza-
CARACTERES (LOS), Kapax:tllpe~ ción dinámica de los aspectos cognitivos,
1)0tlCOt- afectivos, conativos, fisiológicos y morfo-
TEOFRASTO, hacia 372-hacia 285 a.C. lógicos del individua>•. Es preciso distinguir
entre personalidad y carácter, «estructura
Obra original escrita para ilustrar un en la cual vienen a depositarse las influen-
tratado de moral desaparecido, Los carac- cias y a grabarse los sucesos», pero tam-
teres está constituida por una serie de bién diferenciarla de las aptitudes, que son
retratos morales representativos de trein- los medios de los que disponemos para la
ta tipos diferentes de hombres: el vanido- prosecución de nuestros fines.
59 CARACfERES YPERSONALIDAD
res, las mismas que organizará, treinta parientes y amigos de Dión consejos
años más tarde, la Revolución. La Car- para conducirse uno mismo: <<Vivir cada
ta a D'Alembert sobre los espectáculos día de manera que uno llegue a ser lo
rompe las fUas de los filósofos y será oca- más posible dueño de sí••, o para la mar-
sión de una irreversible desaveniencia con cha de la ciudad, que no debe ser «escla-
el partido enciclopedista. va de los señores», sino «sometida a las
leyes>>. Esta tesis, mantenida en-+ Las
Edición: Carta a D'Alembert sobre los Leyes, constituye uno de los giros polí-
espectáculos (tr. Q. Calle), Tecnos, ~994. ticos más importantes en la filosofía de
Estudio: J. Rubio Carracedo, «Estudio pre- Platón, para quien las leyes habían sido
liminar>• a la ed. cit.
hasta entonces esencialmente arbitra-
rias, y por tanto injustas y nefastas.
Texto esencial, tanto por la doctrina
política del autor como por su biografía,
CARTA VII, o hacia 354 a.C.
la Carta VII aporta también precisiones
428/427-348/347 a.C.
PLATÓN,
importantes sobre la teoría platónica del
conocimiento: Platón expone en efecto
Entre las trece cartas atribuidas a Pla-
los cinco «factores indispensables del cono-
tón, la séptima es la única cuya autenti-
cimiento••, a saber, el nombre (la palabra
cidad parece hoy en día incontestable,
que designa el objeto que se quiere cono-
por el hecho de que Platón expone en cer), la «definición de la cosa en cuestión•,
ella con todo detalle sus tres viajes a Sici- la imagen o la figura que representa a ese
lia: de 390 a 388 se reúne con Dionisia objeto, después el conocimiento inteligi-
Primero, tirano de Siracusa, al que repro- ble, y finalmente el objeto en sí mismo.
cha sus costumbres poco virtuosas, incom- Platón se aleja así de las tesis de -+ La
patibles con la carga del gobierno de una República, donde sólo el conocimiento
ciudad; mas allí conoce también a Dión, inteligible era considerado conocimiento
joven pariente de Dionisio que se torna verdadero, y acepta la imagen como modo
en amigo y adepto de las teorías políticas de aprehensión de un objeto. Por todas
de Platón. A la muerte del tirano, en 367, estas razones, parece difícil considerar
le sucederá Dionisio «El joven»; ésta fue este texto como apócrifo, puesto que
la ocasión para Platón, que retoma a Sira- incluso explicita las obras tardías de Pla-
cusa a petición de Dión para poner en tón y la prudente posición de Aristóteles
práctica la teoría del rey-filósofo ense- con respecto a la actividad política.
ñando la virtud al nuevo tirano. La empre-
sa halló tan poca acogida en el entorno Ediciones: Cartas (tr. M. Toranzo), Centro
de Dionisio que esta tentativa terminó en de Estudios Constitucionales, 1970; Cartas
fracaso -fracaso renovado en un tercer (tr. J. Zaragoza), en el vol. VII de los Diálo-
gos de Platón, Gredos, 1992.
viaje de Platón hacia 360-. Estudios: J. Zaragoza, Introducción a las
Escrita poco después de la muerte de Cartas en la ed. de Gredos; J. Souilhé, intro-
Dión en 354 (asesinado cuando llevaba ducción de la edición francesa (Lettres de
tres años en el poder), la Carta VII está Platon, Les Belles Lettres, 1960).
dirigida «a los parientes y amigos de
Dión» que deseaban, con el apoyo de
Platón, continuar la línea de Dión. El CARTA SOBRE EL HUMANISMO,
autor explica aquí las razones de su com- Brief über den "Humanismus", 1947;
promiso político -la muerte injusta de Über den Humanismus, 1949.
«Sócrates, ese anciano que yo venera- MARTIN HEJDEGGER, 1889-1976.
ba»; la desastrosa política de los Trein- Carta dirigida a Jean Beaufret.
ta Tiranos; y, más generalmente, «el
temor (de parecer] incapaz de aplicarse En 1945 comienza con Jean Beau-
de buen grado a la acción••-, y da a los fret un diálogo que Heidegger continuará
63 CARTA SOBRE LA TOLERANCIA
CATEGORÍAS (LAS) 70
xionar sobre el derecho (Visión general El libro lii (Descubrimiento del ver-
del derecho universal, 1720). dadero Homero) reinterpreta los poemas
La lectura de la Scienza nuova es des- homéricos a partir de los principios de la
concertante en razón de la riqueza de su sabiduría poética enunciados en el libro
estilo ~ue hace de Vico un escritor y un precedente.
poeta al mismo tiempo que un filósofo-- El libro IV (Del curso que siguen las
mas también de su composición. Esta rela- naciones) contiene los elementos de lo que
tiva oscuridad se debe al pensamiento mis- podría ser considerado como una filosofía
mo de Vico, que no cree que la claridad de la historia. Esta última es comprendi-
y la distinción cartesianas puedan permi- da a partir de la evolución según un esque-
tir captar muchos grandes secretos. ma temario que coincide con las tres facul-
El tratado comienza por una «Idea de tades humanas: sensibilidad, imaginación
la obra>>, explicación de un grabado en el y razón. A estas tres facultades corres-
que son evocados simbólicamente los ponden tres edades: la de los dioses, la
temas principales. El libro 1 (Estableci- de los héroes y la de los hombres; estas
miento de los principios) es un desa- tres edades determinan igualmente (como
rrollo cronológico del material histórico más tarde en Comte) tres formas distin-
sobre el que se va a ejercitar el pensa- tas de vida social, cada una de las cuales
miento de Vico (del Diluvio a la primera tiene por derecho su forma particular.
guerra púnica); luego enuncia el autor, El quinto y último libro trata sobre El
bajo forma axiomática, los principios a nuevo curso de las cosas humanas en
priori de su «ciencia nueva» de la historia el renacimiento de las naciones. Vico
y del mundo humano (Elementos, Prin- analiza aquí la evolución de las socieda-
cipios, Métodos). des como una salida de la «barbarie de
El libro II (Sabiduría poética) tiene un la sensación» para entrar en la civilización.
papel considerable en la obra. Es preci- La Scienza nuova puede ser conside-
so entender el término «poética» en su rada como una tentativa sin preceden-
sentido etimológico (de la palabra griega tes de pensar racionalmente el devenir de
nou:i"v, poiein, que significa «creaP>): la la historia humana. Vico admite la con-
idea es que los primeros hombres cre- cepción cristiana de la historia (Agustín,
an las condiciones humanas de su exis- Bossuet), mas busca por su parte deter-
tencia, desarraigándose con ello de la minar las causas naturales. Además, el
obra propia de la animalidad. La «sabi- autor se inscribe en una concepción pla-
duría poética» es, si se quiere, la ideolo- tónica, idealista: la historia es considera-
gía de esos primeros tiempos, con sus da como el devenir cíclico de una idea úni-
manifestaciones religiosas y sociales cuyo ca que sucesivamente encarnan las
trazo distintivo es carecer de toda for- naciones (se está aquí a la vez muy pró-
ma abstracta, de reflexión, de racionali- ximo a Aristóteles y los estoicos, y a lo
dad. Este punto es capital; Vico da por que más tarde será la idea hegeliana). Mas,
sentado que la racionalidad no es el úni- pese a estas influencias, el método de Vico
co factor de comunidad en el seno de la es ya positivista, pues se prohíbe la fija-
humanidad; los pueblos comparten tam- ción de principios a priori y prefiere seguir
bién un patrimonio nacido de las facul- a la humanidad en su devenir.
tades no racionales. Las mismas ideas, La influencia de la Scienza nuova fue
las mismas creencias irracionales han grande, pero la posteridad no ha hecho
podido aparecer de manera separada siempre justicia a su autor. «Interpreta-
pero simultánea en el seno de diversas ciones», «lecturas», o recuperaciones
culturas aisladas entre sí. Para reencon- puras y simples se sucedieron. Muchos,
trar esas antiguas mentalidades, Vico uti- fuertemente interesados en enrolar a
liza las enseñanzas de la filología, pero Vico como precursor de su propio pen-
también las de las tradiciones poéticas y samiento, ignoran su originalidad filo-
mitológicas. sófica. El siglo XIX (Johann Gottfried
75 CIENCIA YFILOSOFÍA
Herder, Comte, Michelet, Marx) hizo de sión relaciona a Whitehead con Husserl,
Vico un filósofo de la historia románti- pues introduce a la idea de que la com-
co, mientras que sus compatriotas ita- prehensión del mundo nos es dada sin
lianos del temprano siglo xx (Croce, que jamás nos sea entregada completa-
Gentile) escoran su filosofía hacia el mente. El autor procede a continuación
hegelianismo. a un historial de la teoría mecanicista,
en el que muestra que la relatividad gene-
Edición: Ciencia nueva (tr. R. de la Villa), ralizada de Einstein no hace más que lle-
Tecnos, 1995. var hasta sus consecuencias extremas el
Estudios: l. Berlin, Contra la corriente.
Ensayos sobre historia de las ideas (tr. H. principio de inercia propuesto por Gali-
Rodríguez Toro), México, Fondo de Cultura leo. Whitehead hace una exposición muy
Económica, 1983 Oos ensayos m, IV y V ver- completa de la mecánica cuántica en la
san sobre Vico); J. Ferrater Mora, «Vico o que retoma la tesis de una periodicidad
la visión renacentista», en Cuatro visiones en epiciclos sobre las «órbitas de Bohr»,
de la historia universal, Alianza, 1988; B.
Croce, La filosofía di Giambattista Vico, la idea de que a la ondulación cinética
Laterza, 1973; l. Berlín, Vico and Herder, se añade una ondulación estructural, y
Viking Penguin, 1976. la noción de «oscilador acontecimental
de campo». Los <<conos de Minkowski»
le van a servir para desarrollar y pro-
fundizar la noción de acontecimiento
introduciendo el concepto de «ocasión
CIENCIA Y EL MUNDO MODERNO
prehensiva».
(I.A), Science ant the Modern World,
Finalmente, Whitehead amplía la con-
1925. cepción del objeto exponiendo su teoría
Al..rniD NüRTH WHITEHEAD, 1861-1947. de los objetos eternos, esencias cualitati-
vas presentes en el pensamiento de Dios.
Whitehead ha sido ante todo un teóri- Esta noción es en efecto requerida como
co de la ciencia moderna. En esta obra mediación necesaria entre la potenciali-
expone por primera vez las grandes lí- dad de los objetos eternos y la actuali-
neas de una ontología a partir de una crí- dad de los sucesos temporales.
tica de la concepción del universo de La-
place. Edición: La ciencia y e/ mundo moderno
El autor comienza por denunciar lo (tr. M. Ruíz Lago y J. Rovira Arrnengol), Bue-
que él llama el «sofisma de la localiza- nos Aires, Losada, 1949.
Estudios: J. D. García Bacca, Nueve gran-
ción simple» que dice que una cosa está des filósofos contemporáneos y sus temas,
allí donde se encuentra. Para Whitehe- Anthropos, 1990; J. Vuillemín, La /ogique
ad, una cosa está en todos los lugares et le monde sensible, Aammarion, 1971.
donde ella actúa. Mas ¿cómo hay que
concebir esta cosa? Según el esquema
laplaciano, la naturaleza no es más que
la materia en el espacio y en el tiempo. CIENCIA Y ALOSOÁA, &ience et phí-
Para Whitehead, la entidad de base es losophíe, 1886.
el acontecimiento o suceso. Sólo el MARCEUN BERTHELOT, 1827-1907.
acontecimiento tiene de por sí un lugar Colección de artículos de historia y de filo-
en el espacio y en el tiempo. A este áto- sofía de las ciencias.
mo de espacio-tiempo, que se define por
sus componentes vectoriales (el momen- Optimista y cientifista, la <<filosofía», tal
to y la energía), es a lo que el episte- como la entiende Berthelot, consiste aquí
mólogo confiere los atributos de la móna- en afirmar que sólo la ciencia procura a
da leibniziana: las percepciones de la los hombres <<moral y felicidad».
mónada devienen las «prehensiones» del Fuera del artículo consagrado a los
acontecimiento. Esta idea de prehen- «Orígenes de la alquimia» (que comien-
CIENCIA YLA HIPÓTESIS (LA) 76
za por la fórmula famosa: «El mundo no 1994; E. Bréhier, Historia de la filos'! fía
tiene hoy misterio»), el texto dedicado a (tr. J. A. Pérez Millán y M.• Dolores Moran),
vol. II, Tecnos, 1988, pp. 595-596 y 604;
Renan ~·La ciencia ideal y la ciencia posi- J. Vuillemin, prefacio de La Science et l'Hy-
tiva») propone distinguir entre la ciencia pothese, col. «ChampS>•, Flammarion, 1968.
que se apoya exclusivamente en la obser-
vación y la que, reuniendo el conjunto de
los hechos de una historia del espíritu
humano, trata a su manera las cuestio- CIENCIA Y MÉTODO, Science et mét-
nes de la antigua metafisica. Pero el artí- hode, 1908.
culo más interesante es sin duda el que HENRI Po!NCARÉ, 1854-1912.
trata de cuestiones científicas que tienen
aplicaciones mUitares (es sabido que Bert- Este tercer volumen de filosofía de las
helot realizó investigaciones sobre la pól- ciencias (tras --> La ciencia y la hipótesis,
vora y los explosivos). Su interrogación, 1902, y--> El valor de la ciencia, 1905)
siempre de actualidad, sobre la cuestión retoma la distinción entre lo que es resul-
de saber si conviene permitir que la cien- tado del poder de la mente -como la
cia se ponga al servicio de la eficacia homi- matemática pura, ligada al razonamiento
cida da fe de sus escrúpulos, aunque con- inductivo- y lo que es extraído de la expe-
cluye con la reafirmación de su esperanza riencia, cuyo valor proviene de su aptitud
en las consecuencias globalmente bené- para ser controlado por la observación.
ficas del progreso del conocimiento. Esta distinción permite escapar a los
excesos del convencionalismo: las teo-
Edición: &ience et philosophie, Calmann- rías son convencionales, ciertamente,
Lévy, 1886. pero son admitidas en función de su con-
Estudio: J. Jacques, Berthelot: 1827-1907,
autopsie d'un mythe, Belin, 1987. formidad con los hechos experimenta-
les. Así, el autor niega, contra Peano y
Russell, que las matemáticas puedan ser
reducidas a la lógica.
CIENCIA Y lA HIPÓTESIS (lA), La Edición: Ciencia y método, Espasa-Calpe,
science et l'hypothese, 1902. 1963.
HENRJ Pü!NCARÉ, 1854-1912. Estudios: D. Millar et al., Diccionario bási-
co de cientificos (tr. E. Lucena), Tecnos,
La contribución de Poincaré a la filo- 1994; E. Bréhier, Historia de la filosofía
sofía de las ciencias se mueve principal- (tr. J. A. Pérez Millán y M.• Dolores Morán),
vol. 1!, Tecnos, 1988, pp. 595-596 y 604;
mente en un estudio crítico del conven- R. Poirier, •Henri Poincaré et le probleme
cionalismo. de la valeur de la science», Revue phi/osop-
La concepción de un espacio y un tiem- hique de la France et de l'étranger, 1954,
po no absolutos, relativos a los instru- pp. 485-513.
mentos de medida del observador, con-
duce, en geometría y en la matemática
pura, a proponer axiomas que son ele- CIENCIA Y MORAL, Science et mora-
gidos por su comodidad: se trata de con- le, 1897.
venciones extraídas a su vez de teorías MARCEUN BERTHELOT, 1827-1907.
convencionales. No obstante, Poincaré Colección de artículos y de discursos.
tiende a limitar el papel y la importancia
de estas convenciones en aritmética y en Esta obra agrupa una serie de discur-
física.
sos pronunciados por Berthelot en los
Edición: La ciencia y la hipótesis, Espasa-
años 1880-1895 junto con algunos ar-
Calpe, 1963. tículos. El titulado «La ciencia y la moral»
Estudios: D. Millar et al., Diccionario bási- da nombre a la colección, que surge direc-
co de científicos (tr. E. Lucena), Tecnos, tamente del combate por la fe científica
77 CINCO MEDITACIONES SOBRE LA EXISTENCIA
que, tras la muerte de Renan (1892) y de tanto que actividad instrumental funda-
Taine (1893), mantuvo sólo Berthelot da en elecciones racionales) e interacción
frente al misticismo y al idealismo de los (en tanto que actividad comunicacional
que Ferdinand Brunetiére es uno de sus orientada a establecer relaciones media-
representantes. «El mundo carece de mis- tizadas por el lenguaje).
terio•• y la ciencia debe servir de base a la
moral y a la educación tanto como debe Edición: Ciencia y Técnica como «ideolo-
combatir el dolor y la injusticia. gía" (tr. M. Jiménez Redondo y M. Garrido)
El debate entre la Iglesia y el Estado, el
z.• ed., Tecnos, 1992. '
Estudios: Th. McCarthy, La teoría critica
librepensamiento y el clericalismo, la tradi- de Jürgen Habermas (tr. M. Jiménez Redon-
ción conserv<.v.:lora y la izquierda laica forman do), Tecnos, 1987; J.-M. Ferry, Habermas
el telón de fondo de esta serie de artículos. l'éthique de la communicatíon P.U.F.'
1987. , ,
Se encuentra entre ellos el célebre discurso
titulado «La ciencia emancipadora» que Bert-
helot pronunció en el banquete de Saint-Man-
dé organizado por Clemenceau, y en el que
se asocian estrechamente optimismo denlífi- CIENCIAS DEL UNIVERSO Y PRO-
co y fe republicana. Ciertos textos circuns- BLEMAS METAFÍSICOS, Scíences de
tanciales --Berthelot fue nombrado ministro l'uniuers et prob/emes métaphysiques,
en noviembre de 1895- no restan nada al 1976.
ClAUDE TRESMONTANT, nacido en 1925.
interés histórico y filosófico de esta colección.
común con las --> Meditaciones carte- otra parte, el autor demuestra que sola-
sianas. Se trata de una reflexión cristiana mente la providencia de Dios es la res-
sobre la persona humana. ponsable de la gloria de Roma, y no los
La primera meditación subraya la situa- dioses paganos. El sentimiento de los
ción trágica del filósofo en nuestra época. romanos hacía su patria debe ser un ejem-
Berdiáev recusa la filosofía especulativa plo a imitar por los cristianos respecto a
en todos sus aspectos, que privilegia el la Patria celestial, si es que quieren alcan-
acto de conocer por relación con el acto zarla. Agustín condena tanto la actitud de
de existir. Para el pensador ruso, la filo- los paganos que adoran a los dioses para
sofía está inmersa en la existencia antes obtener bienes materiales, como la de
de toda actividad de conocimiento. Por aquellos filósofos que justifican esas prác-
otra parte, no hay filosofía sin filósofo; es ticas pretendiendo que con ellas se ase-
decir, que todo pensamiento es pensa- guran los paganos su felicidad ultrate-
miento de un individuo singular. Berdiáev rrestre. También reprocha a los filósofos
está pensando en este punto en el hege- que se nieguen a reconocer la inmate-
lianismo, para el que la filosofía, y el hom- rialidad de Dios y a considerarlo como
bre en general, no es más que un instru- el creador. La verdad está en el cristia-
mento por el cual la Idea lógica se realiza. nismo, que es la búsqueda de la felicidad.
Con estas cinco meditaciones, Berdiáev En el principio, hay dos ciudades celes-
pretende integrar a la persona en la con- tes: la «ciudad de Dios», ciudad del bien,
creción de su existencia, y rechaza la abs- habitada por los ángeles bienhechores y
tracción -necesariamente reductora- obedientes de Dios, y la <<eiudad del mal»,
de la filosofía, especialmente la del idea- poblada de ángeles rebeldes, de demo-
lismo alemán. Berdiáev es uno de los gran- nios: esas dos ciudades tienen su equiva-
des pensadores rusos de este siglo, direc- lente en la tierra. La ciudad terrestre es
tamente influenciado por Dostoievski. víctima de tres males: la separación de
Dios y del bien supremo, la muerte --sea
Edición: Cinq Méditations sur I'existence que se trate de separación del alma y el
(tr. l. Vildé-Lot), Aubier-Montaigne, 1936. cuerpo o de muerte total en la ignoran-
Estudio: J. Gaith, Nico/as Berdiaeff, phi- cia de Dios- y el «pecado original», sím-
losophe de la liberté, Dar EI-Machreq, 1968. bolo de rebeldía y de debilidad camal.
Hay por tanto una ciudad camal y una
ciudad espiritual; la primera reposa sobre
la felicidad terrestre, el goce, cuya repre-
CIUDAD DE DIOS (LA), De Civitate sentación bíblica está en Caín, el herma-
Dei, o entre 410 y 426. no fratricida; la segunda, que vive en el amor
AGUSTIN (Aurelius Augustinus, San), 354- de Dios y a la espera de la felicidad celes-
430. te, está representada por Abe!, víctima de
Caín. Estas dos concepciones de la vida
En esta obra de filosofía y de teología, se perpetúan a lo largo de los siglos a tra-
San Agustín responde a la acusación vés de la Biblia y a través de la realidad; a
hecha por los paganos en 410 de que los veces llegan incluso a confundirse, y hay
cristianos eran responsables del abando- hombres que por interés juegan sobre los
no del culto a los antiguos dioses de la ciu- dos tableros: esperan gratificación en la vida
dad y de la derrota de Roma por los terrestre y redención en la vida futura.
godos. Agustin asume la defensa de los Sin embargo la actitud de cada uno
cristianos; a tal efecto, expone la verda- está sometida al juicio final de Dios; el
dera naturaleza del bien y del mal; demues- malvado será condenado a la desgracia
tra que la invasión de los godos ha signi- eterna; el hombre bueno será por el con-
ficado cambiar un mal por un bien: fue trario consagrado a la felicidad eterna
una prueba para recordar el escaso valor la única verdadera felicidad que no podrí~
de los perecederos bienes terrenales. Por encontrarse en la tierra. Así los santos
79 CIUDADANO CONTRA LOS PODERES (EL)
del sistema social, proyecta una sociedad los puntos esenciales; y finalmente aña-
perfecta que permite a cada uno acceder de un resumen.
a la felicidad, denuncia los defectos de los El tema de Dios es uno de los puntos
principios generales de la política y de la cruciales de la obra; fiel a Aristóteles, Ave-
moral (1." parte), de los principios par- rroes considera a Dios como un «acto
ticulares (partes 2.• y 3."), y propone «un puro» y refuta la idea de la Providencia,
modelo de legislación conforme con las aunque no niega la intervención de Dios
intenciones de la naturaleza» (4." parte). en los asuntos humanos. Averroes con-
La ley fundamental reposa sobre la comu- cuerda con Aristóteles en lo que respec-
nidad de los bienes. ta al «monopsiquismo» (la unidad de los
intelectos humanos): no hay más que un
Edición: Code de la nature, c9l. «Les Clas- solo intelecto, común a toda la especie
siques du peuple», Messidor-Ed. sociales,
1970. humana; es una razón impersonal e
Estudio: N. Wagner, Moref/i, Le méconnu inmortal; aunque permita al alma indivi-
des Lumieres, Klincksieck, 1978. dual ejercer sus facultades intelectuales
y dirigirse a sí misma, aquella razón es
superior a esta última que muere con el
cuerpo; un alma no sobrevive más que en
COLOQUIOS, Co/loquia familiara, el intelecto: se fusiona con él. Cada alma
1518-1533. es una inteligencia y un conocimiento dife-
DIDIER ERASMO DE ROTTERDAM, hacia rentes, pero el alma intelectiva posee siem-
1469-1536. pre la misma suma de conocimientos inte-
Diálogos. lectuales, cualquiera que sea el número
de seres humanos. A propósito de esta
Erasmo quería escribir un manual de fusión, se puede hablar de panteísmo, con
conversación para sus estudiantes. Des- tanta más razón cuando se admite el cono-
pués de algunos ediciones incompletas, cimiento intuitivo de Dios_
la obra fue acabada y publicada en Hay un dualismo en Averroes: cuan-
1533. El libro es una mofa de las cos- do habla como teólogo defiende la idea
tumbres, de las condiciones de vida y de de la inmortalidad personal; cuando habla
los acontecimientos de la época. Igual- como filósofo, se funda en los derechos
mente son criticadas algunas tradicio- de la sola razón. Averroes ha accedido a
nes religiosas. la obra de Aristóteles a través de la escue-
la de Alejandría y de la doctrina emana-
Edición: Coloquios, en Obras escogidas (tr.
L. Riber), AguiJar, 1964. tista neoplatónica. Tomás de Aquino lo
Estudios: M. Bataillon, Erasmo y el eras- respetaba sobremanera y utilizó su siste-
mismo (tr. C. Pujo!), Crítica, Barcelona, ma de exposición en su propio comen-
1983;P. Mesnard, Erasme, col. «Philoso- tario de Aristóteles; pero corrigió lo que
phes de tous les tempS», Seghers, 1969. a su juicio eran errores o perversiones del
espíritu peripatético. Averroes gozó de
gran predicamento entre la escuela fran-
ciscana, en la universidad de Paris y en la
COMENTARIO DE ARISTÓTELES de Padua, hasta su condenación en 1277.
AVERROES (ibn Rusd), 1126-1198.
Edición: Grand Commentaire de la
Escritos en árabe en la segunda mitad métaphysique d'Aristote (tr. A. Martin),
del siglo XII, el Scharh (Gran Comenta- Bibliotheque de la faculté de philosophie et
rio) y el Telkhís (Comentario medio o des lettres de l'université de Liege, Les Selles
Resumen) que componen esta obra abar- Lettres, 1984.
Estudio: Multiple Auerroes, en Actes du Col/o-
can la totalidad de la obra de Aristóte- que intemational organizado con ocasión del
les. El autor sigue primeramente a la letra 850 aniversario del nacimiento de Averroes, 20-
los escritos aristotélicos; después estudia 23 sept. 1976 en París, LesBelles Lettres, 1978.
COMENTARIOS SOBRE LAS SENTENCIAS 82
tativamente. Pero que las guerras o las algo al decirla) y de acto perlocuciona-
aduanas entorpezcan al comercio, y ese rio (el acto de producir algo por el hecho
bello equilibrio queda inmediatamente de decirlo).
quebrantado; la miseria o el contrabando Filósofo <<analítica», Austin verá su refle-
se adueñan de la situación, la agricultura xión continuada por el americano John
y la industria periclitan, se desarrolla la R. Searle (-->Actos de habla, 1969) y
especulación, que trae consigo la desi- por la corriente pragmatista.
gualdad en las riquezas.
Condillac quiere mostrar en esta obra Edición: Cómo hacer cosas con palabras,
que la economía sólo será floreciente cuan- (tr. G. R. Carrió y E. Rabossi), Paidós, 3.•
reimp; 1990.
do entre las naciones se establece la liber- Estudios: J. L. Austin, «Emisiones realizati-
tad de cambio y la unión económica: con vas», en L. M. Valdés (comp.), La búsqueda
ello está prefigurando el Mercado Común. del significado, Tecnos, 1991; F. Recana-
Escrito bajo el ministerio de Turgot en el ti, Les énoncés performatifs: contribution
que impera la doctrina de los fisiócratas a la pragmatique, Ed. de Minuit, 1982.
--que consideran a la agricultura como
única fuente de la riqueza-, este tratado
demuestra que sólo el desarrollo conjun-
to de agricultura e industria es lo que per- COMUNIDAD Y SOCIEDAD, Ge-
mitirá la prosperidad económica. meinschaft und Gesellschaft, 1887.
FERDINAND TóNNIES, 1855-1936.
Edición: Le Commerce et le Gouverne-
ment, Slatkine, 1980. El análisis sociológico de Tonnies repo-
Estudios: E. Bréhier, Historia de la filoso- sa en la oposición entre la voluntad orgá-
fía (tr. J. A. Pérez Millán y M.• D. Morán), nica (principio de toda acción que da a la
vol. !l, Tecnos, 1988, pp. 72-86; R. Lefe-
vre, Condillac, Seghers, 1976. vida su verdadera unidad) y la voluntad
racional (que orienta la energía de la volun-
tad orgánica). La voluntad orgánica desa-
rrolla la comunidad (Gemeinschaft), con
CÓMO HACER COSAS CON PAlA- lazos reales fundados en la sangre, la loca-
BRAS, How to do Things with Words, lidad, el espíritu. La voluntad racional desa-
1962. rrolla la sociedad (Gese/lschaft): de indi-
JOHN LANGSHAW AUSTIN, 1911-1960. viduos abstractos y separados sin lazos
reales, insertos en el mercado mundial
La obra reúne los textos de doce con- donde el único valor es el de cambio, qu~
ferencias pronunciadas en 1955 en Har- está ligado al beneficio. La comunidad, por
vard. El lenguaje no se orienta tanto a el contrario, es la forma de vida antigua,
constatar los hechos como a permitimos primitiva, en la que las relaciones de los
hacer alguna cosa por la palabra mis- individuos son vividas y sentidas. Mas estas
ma. De ahí la importancia de los enun- relaciones se intelectualizan bajo la influen-
ciados performativos, que no son ni afir- cia de la cultura, los contactos sociales se
maciones verdaderas o falsas, ni mecanizan y la comunidad evoluciona hacia
sinsentidos, sino enunciaciones orienta- la sociedad. El statut representa el dere-
das a realizar una acción: apostar, bauti- cho natural de la comunidad (el vestido, las
zar un barco, casarse ... Mas en realidad costumbres, la religión), mientras que el
dice Austin, todos los enunciados son d~ contrato representa el derecho de la socie-
alguna manera performativos. De lo cual dad: el individuo deviene una persona (el
se sigue la necesidad de reemplazar la dis- tipo perfecto es el comerciante).
tinción constatativo/performativo por las
nociones de acto locucionario (decir algu- Ediciones: Comunidad y sociedad (tr. J.
Rovira Armengol), Buenos Aires Losada
na cosa), de acto ilocucionario (el acto 1947; Comunidad y asociació'n (tr. J.~
que además de ser una locución produce F. lvars), Península, 1979.
85 CONCEPTO DE LO POLtnCO (EL)
enfrenta, al menos virtualmente, con otro «maldito», en razón de las funciones que
grupo de la misma naturaleza. En eco- desempeñó en el seno del III Reich ale-
nomía no existen amigos ni enemigos, mán.
porque no hay más que competidores y
compañeros (al recusar al enemigo, el libe- Edición: El concepto de lo político (tr. R.
ralismo niega la política). Un pueblo tiene Agapito), Alianza, 1991.
Estudios: D. Negro, Estudios sobre Carl
una existencia política, y es políticamen- Schmitt, Fundación Cánovas del Castillo,
te libre desde el momento en que puede 1995; H. Meier, Carl Schmitt, Léo Strauss
designar al enemigo, en que tiene la capa- et la notion de politique, col. «Commen-
cidad de operar por sí mismo esta discri- taire•, Juillard, 1990.
minación.
La configuración política donde se
revela la lógica última que opone el ami-
go al enemigo es la guerra. Ciertamen- CONCEPTO DE MAGNITUD NEGA-
te la política no está en la guerra mis- TIVA (EL), o Ensayo para introducir
ma, sino en la eventualidad efectiva de en la filosofía el concepto de magni-
esa situación excepcional, ese momen- tud negativa, Versuch den Begriff der
to decisivo en el que se designa al ene- negatiuen Grossen in die We/tweisheit
migo. La decisión politica, que es la einzuführen, 1763.
acción de la autoridad soberana, con- IMMANUEL KANT, 1724-1804.
siste en esta designación. Es soberano
aquel que decide políticamente, fuera Esta obra de Kant está consagrada al
de toda norma, y dispone de la vida físi- examen del problema que plantea el paso
ca de los hombres. El sentido de la gue- de un razonamiento lógico al estableci-
rra, situación anormal, reside en que miento de una existencia; dicho en otras
está dirigida contra un enemigo y no palabras, ¿es legítimo pasar de lo lógico a
emprendida en virtud de un ideal o de lo real? Kant pone en evidencia la dife-
un derecho (la guerra no es ni justa ni rencia fundamental que separa esos dos
injusta, es necesaria). ámbitos, a saber, que el enfrentamiento
Aunque el conflicto pueda constituir- de dos principios opuestos conduce a un
se en objeto de estudio, la teoría de Sch- equilibrio en la realidad, mientras que una
mitt no es conflictualista. El eje central contradicción lógica no tiene el menor
del pensamiento de Carl Schmitt está valor. Este resultado será utilizado por Kant
siempre articulado en torno a la cues- para criticar las pruebas metafísicas de la
tión del orden, de la cohesión, de la existencia de Dios. Por otra parte, esta
homogeneidad, de la unidad politica; su reflexión, que pone en cuestión el valor
teoría es integracionista. Así, la activi- del principio de causalidad, inicia las inves-
dad normal de un Estado es la de supri- tigaciones sobre la categoría de causali-
mir, en el interior de sí mismo, el carác- dad que Kant llevará a cabo en la --> Crf-
ter absoluto de los conflictos (en otro tica de la razón pura. En suma, es en este
caso surgiría la guerra civil, situación
escrito donde Kant establece definitiva-
excepcional); el amigo reenvía siempre
mente la radical oposición entre lo lógi-
a la homogeneidad, a una forma de per-
co y lo real.
tenencia.
El decisionismo de Carl Schmitt, al Edición: Versuch den Begriff der negati-
cual se opone radicalmente el normati- ven Grossen in die Weltweisheit einzu-
vismo de Hans Kelsen, es una de las teo- führen, incluido en las pp. 779-819 del vol.
rías más importantes del siglo XX y ha 1, dedicado a los escritos precríticos, de las
inspirado a numerosos teóricos, entre Obras de Kant de la edición de Darmstadt
otros a los franceses René Capitant y (lnsel Verlag, 1960).
Estudio: E. Cassirer, Kant, vida y doctrina
Julien Freund. Sin embargo, Carl Sch- (tr. W. Roces), México, Fondo de Cultura
mitt sigue siendo considerado aún como Económica, 1993.
87 CONCEPTOS FUNDAMENTALES
modo en que ellas reconocen el saber. cial para él, así como el orgullo que cose-
Al analizar las aporias de las filosofías hege- chaba de sus victorias; tampoco dudaba
liana y marxista, Lyotard se inspira en teo- en engañar, y se describe a sí mismo
rías contemporáneas de Merleau-Ponty, como un mentiroso y trapacero. El autor
Barthes, Serres, Wittgenstein, Habermas ... demuestra que su alma infantil estaba por
tanto bien corrompida desde el nacimiento
Edición: La condición postmoderna {tr. (L. 1).
M. Antolín), Cátedra, 1989. Su adolescencia discurrió en el peca-
Estudios: J. Lechte, 50 pensadores con- do: «Tenía el temor de parecer más abyec-
temporáneos esenciales {tr. M.• L. Rodrí-
guez Tapia), Cátedra, Madrid, 1996; C. Clé- to cuanto más inocente era, y de pasar
ment G. Lascault, M. Dufrenne, L. Morin, por tanto más vil cuanto más casto». Esta
«Jea~-Fran.,;ois Lyotard•, Revue /'Are, n. 0 manera de pensar le empuja cada día a
64, 1976. cometer nuevas faltas: la llamada de la
carne lo atormenta; incluso se acusa de
un robo de frutas. Es el deseo de poseer
o el temor de perder lo que se tiene lo
CONFESIONES (LAS), Confessiones, que empuja generalmente al crimen; pero
o hacia 400. él no ha buscado en su acción más que el
AGUSTÍN (Aurelius Augustinus, San), 354- latrocinio; ha hecho el mal por el mal,
430. simplemente por compartir ese juego tan
Obra filosófica y autobiográfica. tentador con sus camaradas.
Sigue un análisis del pecado. El autor
El objeto de esta obra está explicita- concibe la falta como una desviación del
do por San Agustín mismo: «Los trece bien, una perversidad. De hecho, come-
libros de mis Confesiones alaban a Dios, ter un pecado es una manera falaz de afir-
justo y bueno por mis males y mis bienes, mar la libertad. Pero ¿de qué libertad se
y despiertan hacia Él al entendimiento y trata? La libertad individual no es forzo-
al corazón del hombre.» De hecho, la obra samente buena, se trata de sustraerle algo
está dividida en dos partes distintas; la pri- para el propio placer a las leyes de la
mera comprende los libros 1a IX y rela- moral. Por el contrario, afirmar la libertad
ta la vida del autor hasta su conversión al del propio espíritu es un bien, si esto no
cristianismo; la segunda, compuesta por entraña ningún daño para sí mismo o para
los libros X a XIII, es más especulativa. otro (L. m.
Cuando el autor evoca su juventud, su En Cartago, la vanidad lleva a Agustín
concepción maniquea es evidente: sin a frecuentar a los elegantes y los mun-
cesar opone el bien y el mal; la inocen- danos; y se entrega a la concupiscencia
cia de la infancia está marcada por el peca- y al libertinaje. Experimenta siempre un
do; un niño no es más que un pequeño gran placer en contemplar los males del
hombre inevitable e instintivamente incli- otro representados en el teatro y se acu-
nado a la satisfacción de sus sentidos, por sa de esta satisfacción poco caritativa. Al
lo tanto al pecado; y cita a Job: «Porque mismo tiempo se entusiasma con el Hor-
nadie está libre de pecado en westra pre- tensia de Cicerón: descubre entonces la
sencia, ni siquiera el pequeño infante cuya filosofía, el amor de la sabiduría. Decep-
vida en la tierra no tiene más que un día». cionado con la Biblia, es seducido por la
De niño, reconoce San Agustín haber sido doctrina maniquea, y se deja cegar por
perezoso; no le gustaban las obligaciones esta concepción dualista del bien y del mal
que el estudio le imponía; a lo útil, pre- que le ofrece la explicación del pecado
fería lo agradable: experimentando aver- (L. III).
sión por el cálculo y el griego, se apa- De este modo, el autor nos relata los
siona en cambio por el latín y las ficciones hechos cotidianos de su infancia, y des-
poéticas como la Eneida. Sentía celos del pués los de su adolescencia, dominados
saber de otros niños. El juego era esen- en ambos casos por la satisfacción de sus
91 CONFESIONES (LAS)
sentidos. Así nos pinta su retrato: un ser A partir de aquí, relata el estado de
ardiente y sensual, esclavo a menudo éxtasis que le conducirá al bautismo ocho
de sus instintos; apasionado y ambicio- meses más tarde, como también el colo-
so (desea acceder a la gloria poética), mas quio místico con su madre, que muere
desilusionado, aspira a la purificación; se poco después (L. IX).
revela también inquieto y ansioso; la amis- Con el Ubro X comienza la parte espe-
tad ocupa igualmente un gran lugar en su culativa de la obra, que se centra sobre
vida: se siente, en efecto, desesperado por el problema del conocimiento de Dios. La
la muerte de un amigo. Esta desespera- razón no puede concebir a Dios, pues
ción le neva a una reflexión filosófica sobre nuestros sentidos son limitados. Dios es
la naturaleza del mal metafísico, que es en efecto eterno, fuera del tiempo, mien-
siempre la desviación de un bien; es un tras que el hombre tiene un pasado, un
mal por relación a nosotros, mas un bien presente, un futuro y un final; ese tiempo
por relación a las finalidades del universo. no tiene realidad en sí, es una invención
Agustín reconoce que su pena es egoísta; del hombre; está constituido por tres nadas:
sólo el hecho de amar a Dios, que es el pasado que ya no es, el futuro que no
inmortal, puede aportar la felicidad. es todavía, y el presente, fugitivo, mezcla
Después pone en cuestión la teoría de pasado y de futuro. Sólo Dios, que es
maniquea y se aleja de la retórica. De paso eterno, puede ser considerado como un
por Milán, escucha los sermones de San continuo presente (L. XI).
Ambrosio, que le dejan conmocionado Son las Escrituras las que nos dan la
(L. V}; está todavía atrapado por los pla- posibilidad de conocer estas verdades; hay
ceres de la carne, a los que continúa entre- muchos grados posibles de lectura del sim-
gándose; sólo el miedo a la muerte y al bolismo de la Biblia: todo hombre, sim-
juicio de Dios puede entonces salvarle ple o sabio, puede encontrar en ella su
(L. VI). alimento; el uno ve sólo las imágenes, el
Agustín conocía ya la inquietud antes otro puede comprenderlas y analizarlas.
de descubrir el neoplatonismo, primer Es Dios quien nos da la inteligencia de las
paso hacia el cristianismo. Los adeptos a Santas Escrituras. El tema de la creación
esta filosofia le inculcan la idea de un Dios no plantea en verdad ningún problema:
abstracto, sin forma, incorpóreo, ilimi- Dios ha creado la materia informe a par-
tado. Toda noción de amor está aquí tir de la nada. De este modo ha forma-
ausente; esta etapa es, sin embargo, esen- do el universo, el cielo y la tierra que esca-
cial para el autor (L. VII). pan a las vicisitudes del tiempo. Sin
Uberado de la imagen, puede por fin embargo, ciertos puntos permanecen
elevarse hasta el Dios de los cristianos, oscuros: ¿cómo conocer a Dios? (L. XII).
infinitamente bueno y grande. Su con- En realidad, según San Agustín, el cono-
versión tuvo lugar en julio del 386: mien- cimiento de Dios es innato, y se apoya
tras el autor, afligido, solloza bajo una en tres certezas indisociables: el hombre
higuera, escucha una voz que le dice: es, sabe que es, y quiere ser; estos sím-
«¡Toma y lee! ¡Toma y lee!•; él abre enton- bolos se encuentran en la Trinidad: el
ces el Evangelio y lee un pasaje de la Epís- Padre (Ser absoluto), el Hijo (Saber abso-
tola a los Romanos: «No viváis en la fran- luto) y el Espíritu Santo (Voluntad abso-
cachela y la embriaguez, ni en los placeres luta de Dios) (L. XIII).
impúdicos del lecho, ni en las querellas Obra fundamental de San Agustín jun-
y los celos; mas revestíos del Señor Jesu- to con --" La ciudad de Dios, Las Con-
cristo, y no os entreguéis a la concupis- fesiones constituyen un testimonio dra-
cencia de la carne ... Acoged a aquel que mático de la época de las persecuciones
es débil en la fe•; Agustín, transportado cristianas; mas esta obra es sobre todo la
por la iluminación, anuncia entonces la historia de la más apasionante aventura
buena nueva a su madre, Santa Mónica espiritual: la de la conversión y de la bús-
(L. VIII). queda de Dios. Reuniendo por vez pri-
CONFESSIO PHILOSOPHI 92
mera sabiduria pagana y pensamiento cris- positiva, religiosa o jurídica con la auto-
tiano, el Padre de la Iglesia abre la vía a nomía intelectual. Defendiéndose de los
otros famosos conversos, como Pascal o ataques del rey de Prusia que le repro-
incluso Maine de Biran. Su obra, inspira- chaba su depreciación del cristianismo
da por un pensamiento poderoso y un en -+ La religión dentro de los límites
gran corazón, es la de una etema juven- de la simple razón (1793), Kant reela-
tud ardiente y vígorosa. Es conmovedora bora aquí ciertos puntos de esa obra, con-
porque es sincera: el autor nos enseña que cretamente la idea de una Iglesia uni-
se veía aprisionado entre los deseos de versal e invisible; mas también incluye
orden sensual y la aspiración de su alma algunas observaciones sobre la Revolu-
a unirse con Dios; sus sentidos fueron cier- ción francesa y consejos relativos a la
tamente el último obstáculo para su con- salud.
versión; su drama interior, sus debilidades
nos dan una imagen simpática de este san- Edición: Contienda entre las Facultades
to que es, ante todo, simplemente un de Filosofía y Teología (tr. R. Rodríguez),
Debate, 1992.
hombre. Estudio: E. Cassirer, Kant, vida y doctrina
Agustín está en el origen del pensa- (tr. W. Roces), México, Fondo de Cultura
miento cristiano moderno, pero su obra Económica, 1993.
resta original y única en su presentación:
el autor mezcla estrechamente su expe-
riencia humana y religiosa con un estu-
dio especulativo del conocimiento de Dios. CONJETURAS Y REFUTACIONES. B
desarrollo del conocimiento científico,
Edición: Las Confesiones (tr. A. C. Vega), Conjectures and Refutations. The
Ed. Católica (B.A.C.), 1946. Growth of Scientific Knowledge, 1963.
Estudios: J. J. O'Meara, La jeunesse de KARL RAIMUND POPPER, 1902-1994.
saínt Augustín: lntroductíon a la lecture
des Confessions, Ed. L¡niversitaires de Fri-
bourg/Le Cerf, 1988; E. Gilson, Jntroduc- La ciencia progresa por ensayos y erro-
tion a l'étude de saint Augustin, Vrin, res, por conjeturas y refutaciones: tal es
1982. la tesis central de este libro, que reúne,
en una prolongación de -> La lógica de
la investigación científica, ensayos y
comunicaciones sobre historia de la filo-
CONFESSIO PHILOSOPHI. sofía e historia de las ciencias físicas, pero
GOTfFRJED WILHELM LEIBNIZ también sobre política e historia.
Veáse PROFESIÓN DE FE DEL Según el criterio de falsabilidad adop-
FILÓSOFO (lA). tado por Popper para distinguir entre
ciencia y pseudociencia, una teoría sólo
es científica cuando asume el riesgo de
ser invalidada por un test experimental.
CONRJCTO DE lAS FACULTADES En consecuencia, ninguna teoria, incluso
(EL), Der Streit der Fakultaten, 1798. la más sólidamente establecida en la comu-
IMMANUEL KANT, 1724-1804. nidad científica, está a salvo de una even-
tual refutación ulterior. Es preciso por tan-
La obra reúne tres tratados en los que to considerar a todas las leyes y teorías
Kant examina el conflicto que opone las científicas como provisionales, hipotéti-
Facultades llamadas superiores (Faculta- cas o conjeturales, no imponiéndose las
des de teología, de derecho y de medi- nuevas teorías más que como aproxi-
cina) a la Facultad de filosofía. Este triple maciones mejores que las que les prece-
conflicto -el filósofo disputa con el teó- dían.
logo, el jurista y el médico- es necesa- Contra la actitud dogmática, que se
rio porque es el conflicto de la tradición esfuerza en verificar las leyes para poder
93 CONOCIMIENTO DEL HOMBRE
esfuerzos ulteriores para pasar de la depen- cificidad de las ciencias sociales. Intenta
dencia infantil a la independencia de la edad reconstruír •la prehistoria del positivismo
adulta. Adler subraya la importancia de las moderno» exponiendo: la crisis de la cri-
influencias familiares y sociales sobre el tica del conocimiento (Kant, Hegel, Marx,
niño y el adolescente. 8 niño debe en efec- l." parte), el positivismo, el pragmatis-
to combatir sus propios impulsos biológi- mo, el historicismo (Comte, Mach, Peir-
cos, pero también los de sus padres, her- ce, Dilthey, 2.• parte), la crítica como uni-
manos, hermanas e institutrices. dad del conocimiento y del interés (Kant,
El autor expone aquí su teoría del com- Schelling, Freud, Nietzsche, 3.• parte).
plejo de inferioridad, en particular en el Prolongando su •lección inaugural» pro-
capítulo V. Al principio, Adler suscribe nunciada en la Universidad de Francfort
sin reservas las tesis freudianas para expli- en junio de 1965, Habermas afirma que
car la tendencia de ciertos neurópatas a existe un lazo entre el conocimiento (la
compensar su •sentimiento de inferiori- ciencia) y el interés (en el sentido de inte-
dad» con manifestaciones agresivas. Pero rés universal). La ciencia es interesada
muy pronto renuncia a esta aplicación porque son los intereses comunes a la
dogmática del freudismo para defender especie humana en conjunto los que
un punto de vista diametralmente opues- demandan el conocimiento.
to. No es, para él, la pulsión sexual, sino A este respecto, se deben distinguir las
la aspiración a la perfección lo que hace ciencias exactas de las ciencias humanas.
inteligible el dinamismo de la vida psíqui- Las ciencias exactas son empírico-ana-
ca. La herencia, la educación, los azares líticas: empíricas en tanto que emplean
sociales han determinado desde la infan- el control por la experimentación, y ana-
cia el ideal que cada individuo se esfuer- líticas por la formalización lógico-mate-
za por alcanzar en su vida. Destinado a mática de las teorías hipotético-deducti-
compensar el sentimiento de inferioridad vas. Habermas refuta la pretensión de la
experimentado inicialmente por el niño llamada objetividad de la experiencia cien-
frente al mundo adulto, esta construcción tífica, en realidad del orden de la inter-
psíquica protege el sentimiento de supe- subjetividad (que es a la vez intersubjeti-
rioridad que anima las conductas huma- vidad empírica de la observación e
nas. Así, en la neurosis, el individuo rehu- intersubjetividad lógico-lingüística de su
ye el contacto de una realidad frustrante formulación). Las ciencias empírico-ana-
para salvaguardar su superioridad fingida. líticas proceden de un interés técnico del
conocimiento.
Edición: Conocimiento del hombre (tr. H. Las ciencias humanas son por su par-
Bark), Espasa-Calpe, 1984. te ciencias histórico-hermenéuticas. Pro-
Estudio: H. Schaffer, La Psychologie d'Ad- ceden de un interés práctico que está
ler: théorie et applications, Masson, 1976.
orientado al mantenimiento y la exten-
sión de la intersubjetividad de una com-
prehensión entre los individuos.
Habermas propone finalmente una
CONOCIMIENfO E INfERÉS, Erkenn-
•tercera ventana», la de las ciencias críti-
tnis und Interesse, 1968.
cas (critica de las ideologías, psicoanáli-
JURGEN HABERMAS, nacido en 1929
sis) que proceden de un interés emanci-
pa torio donde coinciden al fin
Opuesto al cientifismo positivista tal
conocimiento e interés en la intención de
como se expresa en --> La lógica de la
realizar la racionalidad comunicativa de
investigación científica de Karl Pop-
la interacción (noción opuesta a la de tra-
per y en Carl G. Hempel y Paul Oppen-
bajo).
heim --que pretenden definir de mane-
ra exclusiva los criterios de toda verdad Edición: Conocimiento e interés (tr. M.
científica-, Habermas afirma la espe- Jiménez y F. lvars), Taurus, 1992.
95 CONOCIMIENTO YERROR
Estudio: Th. Mac Carthy, La Teoría Críti- esa raza ha producido en el curso de su
ca de Jürgen Habermas (tr. M. Jiménez historia, no cesarian por ello de existir.
Redondo), 3.• ed., Tecnos, 1987.
Porque el mundo 3 es autónomo: las solu-
ciones que se han descubierto pueden dar
lugar al nacimiento de nuevos problemas,
nuevas discusiones, nuevas soluciones,
CONOCIMIENTO OBJETIVO, Objec-
que a su vez vendrán a enriquecer las ante-
tive Knowledge, 1972.
riores. Así, el tercer mundo de Popper no
KARL RAIMUND POPPER, 1902-1994. es el mundo inmutable de las Ideas de Pla-
tón. Ese mundo evoluciona, progresa
En esta prolongación de -+ La lógica según el grado de las conjeturas y las refu-
de la investigación científica, Popper se
taciones que los hombres hayan elabo-
propone elaborar una teoría objetiva (u rado. Sobre él opera una suerte de selec-
objetivista) del conocimiento que rompe ción darwiniana que divide nuestras
definitivamente con el punto de vista sub-
teOtias en teorías caducas (puesto que han
jetivista tradicional: el del racionalismo sido invalidadas por los tests) y teorías
cartesiano como también el del empiris- verosímiles (las que, hasta el momento,
mo de Locke, de Hume o de Berkeley. han resistido la prueba de los tests).
Este último postula en efecto que «las Si este tercer mundo es una creación
experiencias subjetivas son particular- de la racionalidad humana, ésta, a su vez,
mente seguras y constituyen por ello un debe mucho al tercer mundo. Es esta
punto de partida sólido o un asidero ade- autotrascendencia lo que constituye para
cuado». Contra esta obsesión por el fun- Popper el hecho más notable de la evo-
damento, a la cual han sucumbido la lución humana: «Ocurre con nuestras teo-
mayoría de los filósofos, Popper toma rías lo que con nuestros hijos: tienden a
el partido del sentido común, espontá- devenir sumamente independientes de
neamente realista. Que los objetos de sus progenitores. Y tal como puede suce-
nuestro entorno familiar no se desplazan der con nuestros hijos, puede también
solos cuando les damos la espalda, esta- ocurrir con nuestras teorias: que reciba-
mos todos dispuestos a admitirlo. Pero mos de ellas una cantidad de conoci-
esta actitud restablece precisamente una miento mayor de la que al principio había-
concepción objetivista del conocimien- mos puesto en ellas>•, escribe el autor para
to. Un conocimiento fiel a la realidad es concluir.
independiente del sujeto cognoscente, t~
es el conocimiento objetivo (o «conoci- Edición: Conocimiento objetioo (tr. C. Salís),
miento sin sujeto cognoscente») que Tecnos, 1988.
defiende el autor. Estudios: K. R. Popper, Búsqueda sin tér-
Para ilustrar mejor el estatuto parti- mino (tr. C. García Trevijano), Tecnos, 19~7;
R. Bouveresse, Karl Popper ou le Ratw-
cular de nuestras teorías, conjeturas y nalismecritique, Vrin, 1987; D. C. Stove,
suposiciones subjetivas, Popper distingue, Popper y después: cuatro ir;acion~listas
un poco a la manera de Platón, tres mun- contemporáneos (tr. C. Garc1a TreVJ)ano y
dos: el «mundo h, o el mundo físico; el S. Nuccetelli), Tecnos, 1995.
«mundo 2», o el mundo de nuestros esta-
dos de conciencia y de nuestros pensa-
mientos subjetivos; y por último el «mun-
do 3» o el mundo del pensamiento CONOCIMIENfO Y ERROR, Erkennt-
objeti~o, constituido por los contenidos nis und Irrtum, 1905.
lógicos de los libros, las teorías, los pro- ERNST MAcH, 1838-1916.
blemas las discusiones, las obras de arte,
etc. L~ raza humana podría muy bien Nacido en Moravia, este físico, psicó-
desaparecer, pero los habitantes del ter- logo y filósofo de las ciencias enseña ~ísi
cer mundo, que son «las teorías en sí» que ca experimental durante veintiocho anos
CONOCIMIENTO YREALIDAD 96
taire; en la actualidad, esta obra no se lución como un castigo divino que rege-
cuenta entre las más importantes del filó- nerará a Francia y la hará emerger más
sofo de Konisberg. fuerte tras esas duras pruebas. La Repú-
blica no puede durar, porque promulga
Edición: Versuch einiger Betrachtung über leyes para un hombre abstracto; pero la
den Optimismus, 1759, incluido en las pp. voluntad razonada no puede fundamen-
583-594 del vol. 1 dedicado a los escritos
precríticos, de las Obras de Kant de la edi- tar un Estado. Contra Constant y su temor
ción de Darmstadt (lnsel Verlag, 1960). a un retomo violento de los realistas. Mais-
Estudios: E. Cassirer, Kant, vida y doctri- tre --<<realista saboyano>>-- se transforma
na (tr. Wenceslao Roces), México, Fdo.Cul- en panfletario y afirma que la contrarre-
tura Económica, 1993; P. Henriot, Consi- volución no es una revolución ni un nue-
dérations sur l'optimisme, Reuue de
/'enseignement philosophique, n.o especial vo terror. Gracias a la Providencia, la
«Les Lumieres», sept./oct. 1987. monarquía de los Barbones será resta-
blecida simplemente, inspirada por el per-
dón, y permitirá el retorno del orden y
la armonía.
CONSIDERACIONES SOBRE FRAN- Joseph de Maistre brinda aquí un tes-
CIA, Considérations sur la France, 1797. timonio esencial sobre la Revolución, in-
JOSEPH DE MAISTRE, 1753-1821. cluso aunque su providencialismo com-
prometa su análisis. Pensador de la
Fuertemente influido por Edmund Bur- contrarrevolución, anclando sus referen-
ke y sus Reflexiones sobre la revolución cias en la tradición y en la historia, resuel-
francesa (1790), donde el filósofo bri- to adversario del liberalismo, del racio-
tánico denunciaba esos dos males revo- nalismo y del progreso, es uno de los
lucionarios que son la abstracción y el primeros, mientras la Revolución triun-
individualismo, Joseph de Maistre desa- fa, en defender el Antiguo Régimen. Pese
rrolla aquí un análisis y una explicación a ese realismo y ese tradicionalismo,
globales del fenómeno revolucionario Augusto Comte ha reconocido haber sido
como también una refutación de la obra influido por Maistre y su pasión por la
de Benjamín Constant, De la fuerza del historia.
gobierno actual y de la necesidad de
asociarse (1795), en la que éste hacía el Edición: Consideraciones sobre Francia (tr.
elogio del Directorio. J. Poch), Tecnos, 1990.
Para el teórico contrarrevolucionario, Estudios: A. Truyol y Serra, «Presentación••
Dios está en el origen de todo lo que es; en la ed. cit.; E. Bréhier, Historia de la filo-
sofía (tr. J. A. Pérez Millán y M.• D. Morán),
no existen el azar, lo ilógico ni lo absur- vol.ll, Tecno§, 1988; R. Triomphe, Joseph
do, pues todo está ordenado conforme de Maístre. Etude sur la vie et sur la doc-
a los planes de la Providencia. El hom- trine d'un matérialiste mystique, Ginebra,
bre se cree libre, aunque no es más que Droz, 1968.
un «instrumento de Dios». Así pues, nadie
ha podido prevenir ni nadie detendrá la
Revolución; esta última es una necesidad
resultante de un decreto de la Providen- CONSIDERACIONES SOBRE LA RE-
cia que, al turbar un orden que les era VOLUCIÓN FRANCESA, Beitriige zur
favorable, inflinge un castigo a los hom- Beríchtigung der Urteíle des Publikums
bres. La Revolución, obra de Dios y no über die franzosische Revolution, 1793-
de los hombres, ha penalizado a Francia, 1794.
que a la cabeza de la cristiandad ha trai- JOHAN GOTTLJEB F!CHTE, 1762-1814.
cionado su misión al facilitar la propa-
gación de las impiedades de los filósofos. Publicado en una época en que la
Continuador de Bossuet, Maistre es un contrarrevolución se hacía sentir en Ne-
providencialista que describe a la Revo- mania, esta obra, que quedó inacabada,
99 CONSIDERACIONES SOBRE LAS CAUSAS DE LA GRANDEZA DE LOS ROMANOS YDE SU DECADENCIA
tica del régimen ateniense: se remonta a pales escritos están constituidos por ata-
los tiempos míticos y luego aborda los pri- ques contra la religión cristiana, en par-
meros balbuceos de la república. Al prin- ticular el --+Discurso verdadero, que es
cipio no había ningún código escrito y la el objeto de las refutaciones de Orígenes.
república se cimentaba más bien en la aris- Contra él, Orígenes, Padre de la Iglesia,
tocracia y en el feudalismo. El primer códi- utiliza el método de la exégesis, que le
go escrito se remonta a Dacrón, aunque es familiar por sus comentarios de la
es Salón el autor de la constitución ate- Biblia. Citando numerosas afirmaciones
niense moderna. Gracias a él experimen- de Celso sobre la naturaleza de la religión
tó Atenas un gran progreso: abolió la escla- cristiana y sus relaciones con la filosofía
vitud por deudas, decisión grave en una platónica, Orígenes las refuta una por
sociedad en la que los ciudadanos son dis- una. En efecto, contrariamente a lo que
tribuidos, en función de sus ingresos, en afirma Celso, que es un filósofo pagano,
cuatro clases políticas. Aristóteles evoca la religión cristiana no extrae su potencia
a continuación los disturbios y conflictos de la magia o de la sumisión ciega de los
de Atenas hasta que se restablece el orden cristianos, porque esta religión puede estar
en manos de Trasíbulo. sujeta a interpretaciones diferentes según
La segunda parte describe el sistema el grado de cultura que cada uno posea.
de gobierno democrático tal como era Por otra parte, Origenes denuncia la apro-
practicado bajo el reinado de Alejandro ximación abusiva entre las tesis platóni-
Magno: todos los ciudadanos mayores de cas y el contenido del cristianismo.
dieciocho años que han cumplido sus debe- Esta polémica refleja el clima espiritual
res de efebía, especie de servicio militar, del comienzo de nuestra era en el que se
reciben los derechos cívicos y políticos que mezclan las influencias platónicas, el atrac-
podrán ejercer de por vida; tienen así el tivo de la magia y la revelación del cris-
control de los asuntos públicos y pueden tianismo. Los ataques de Celso contra éste
intervenir en los dominios judicial, ejecu- inspiraron a los filósofos que ulteriormente
tivo y legislativo. se opusieron a la religión cristiana.
Aristóteles ha escrito con esta Cons-
titución una obra de vulgarización. Su Edición: Contra Ce/so (tr. D. Ruiz Bueno),
afán de objetividad no oculta su volun- Ed. Católica (B.A.C.), 1967.
Estudios: E. Gilson, La filosofía en la Edad
tad filosófica; en toda circunstancia pre- Media (tr. A. Pacios y S. Caballero), Gredos,
coniza su gusto por el justo medio, y de 1972, pp. 52-57; P. Nautin, Origéne, sa
ahí su simpatía por la constitución de vie, son oeuvre, Beauchesne, 1977.
Salón, que aspiraba a la justicia social y
a la realización del bien del Estado.
la verdad: fin asignado al hombre y su úni- un proyecto más amplio, abandonado por
co deber. Ucencio, que defiende por su par- Rousseau: un Tratado de las institucio-
te una teoría diferente, la de los académi- nes políticas. Es cierto que «el Contrato»
cos, le responde que hay que conocer la es inseparable del conjunto de la obra
verdad. Mas este conocimiento implica la de Rousseau, en particular del-+ Discur-
aptitud para reconocer el error a fin de so sobre el origen y los fundamentos de
poderlo evitar. Agustin y Alipo intervienen la desigualdad entre los hombres, del
entonces; el primero expone la doctrina de cual es una prolongación. Se lo debe leer
la Academia; una diferencia es empero igualmente en paralelo con el-+ Emilio.
introducida por el segundo distinguiendo El preámbulo del libro 1enuncia el pro-
entre la Nueva Academia, donde reina el yecto de Rousseau: «Quiero investigar si
escepticismo, y la Antigua. Los neoacadé- en el orden civil puede haber alguna regla
micos afirman en efecto que no se puede de administración legítima y segura,
alcanzar la verdad; esta seguridad le pare- tomando a los hombres tal cual son y a
ce paradójica a San Agustin, que rehusarla las leyes tal como pueden ser>>. Rousseau
afirmar cualquier cosa cuya verdad no estu- piensa que el estado social no es en abso-
viera perfectamente asegurada. luto connatural al hombre, pero se le ha
Sólo el sabio accede a la verdad con tomado indispensable. El problema resi-
la ayuda de Dios. Los académicos han de pues en encontrar una fórmula de con-
adquirido esta certeza, pero son avaros y vención que conserve la libertad carac-
no la revelan más que a un pequeño núme- terística del estado de naturaleza {al igual
ro de privilegiados ya ancianos. Por su que en el Emilio, se trata de educar al
parte el autor se ha lanzado a la búsque- niño conservando en él toda la bondad
da de esta verdad; puede alcanzarla de dos natural del hombre).
modos: mediante la religión, mantenien- La esencia del proyecto no es aquí de
do la fe y la confianza en Cristo, o median- carácter histórico: no se trata de descri-
te la filosofía, adoptando una doctrina bir la génesis del Estado {»yo no discuto
que se empleara en ilustrar la fe cristiana. los hechos», dice Rousseau). No hay que
Para Agustín, en efecto, verdad cristiana confundir las descripciones de este con-
y verdad filosófica son una misma cosa. trato con las conjeturas del segundo Dis-
La influencia de Platón es flagrante en curso sobre el nacimiento del poder polí-
esta obra que el autor ha dedicado a su tico. La presente empresa tiene carácter
amigo Romanien, cuyos hijos educaba. normativo: es preciso decir lo que el Esta-
Mas Agustín desea librarse del escepti- do debe ser para que el poder que ejer-
cismo neoacadémico y construir su doc- ce sea legítimo, es decir conforme al dere-
trina teológica sobre algo estable. cho. Rousseau se desmarca aquí de todos
los teóricos que buscan explicar las ins-
Edición: Contra los académicos (tr. V.
Capánaga), contenido en las pp. 74-233 del tituciones políticas, incluso las más impor-
t. Ill (Obras filosóficas) de las Obras de San tantes, a la manera de Montesquieu, a
Agustín, Ed. Católica (B.A.C.), 1947. quien Rousseu admira y del que toma
Estudios: Introduccié¡n del P. V. Capánaga mucho.
a la edición indicada; E. Gilson, Introduction La obra está dividida en cuatro libros.
a l'étude de saint Augustin, Vrin, 1982.
El primero describe la parte social: el con-
trato propiamente dicho. En este libro,
guiado por la idea del derecho natural,
CONTRATO SOCIAL (EL), o Principios es donde están propuestos los «Principios
de derecho político, Du Contrat social, del derecho politico•. Los dos libros siguien-
ou Príncipes du droit politique, 1762. tes exponen las condiciones por las que
JEAN-JACQUES ROUSSEAU, 1712-1778. esos principios viven en las instituciones
concretas particulares. El segundo libro
Un pasaje de las Confesiones nos dice trata de la soberanía y de los derechos que
que El Contrato social es una parte de le son anejos. El tercer libro, más concreto
103 CONfRATO SOCIAL (EL)
y detallado aún, habla del gobierno; la vida mo de «universal»). Esta última noción,
y declinación del gobierno son someti- central en la problemática de la obra, no
dos a estudio, como también los medios debe ser confundida con la suma de las
de evitar esa declinación. El libro cuarto voluntades particulares. La voluntad gene-
trata de las instituciones políticas (elec- ral es la voluntad que establece el ciuda-
ciones, altas magistraturas), de las cos- dano cuando toma hecho y causa por el
tumbres, y de una cuestión decisiva a los interés del todo (el Estado), más allá de
ojos de Rousseau: la de la religión. Según sus intereses particulares (los de su pro-
avanza la obra, se ve por tanto que lo con- pia persona o -con más frecuencia-los
creto en particular adquiere mayor impor- del grupo social al que él pertenece).
tancia y se proyecta sobre los principios La voluntad general es, por definición,
abstractos aos ejemplos históricos se hacen, justa. Pero su formación puede ser vicia-
notablemente, más y más numerosos); da, y la mayoría puede equivocarse. Rou-
mas los principios generales son reteni- sseau propone un cierto número de garan-
dos y no cesan de organizar la reflexión tías destinadas a prevenir la corrupción
sobre las condiciones de la vida concreta de la voluntad general por las «facciones»
de los Estados. (grupos con intereses particulares). Para
El Contrato social comienza por la él, la igualdad social debe jugar un papel
critica y la eliminación de las falsas solu- primordial en el mantenimiento de la liber-
ciones propuestas al problema del fun- tad política.
damento de la autoridad política. El con- El objeto de la voluntad general es la ley,
tenido es aquí por tanto fuertemente que jamás debe apuntar a lo particular, sino
polémico. Rousseau se dirige a aquellos siempre a lo general. Es propio de la sobe-
que querrían fundar la legitimidad del ranía, indivisible e inalienable, elaborar la
poder sobre una relación natural (mito del ley. Al obedecer la ley, el ciudadano es libre:
jefe-padre de familia, o del jefe-pastor), o «La obediencia a la ley que ha sido pres-
sobre una relación de fuerzas: es en el crita es libertad». La libertad es aqui la auto-
libro 1, uno de los más famosos, donde nomía (cosa que Kant tendrá muy en
Rousseau muestra la gratuidad de un pre- cuenta).
tendido «derecho del más fuerte». Igual- Se denomina República a todo Esta-
mente es recusada la idea de un contra- do que está así legítimamente constitui-
to «libre», en términos del cual podría un do (incluso aunque, por ejemplo, la for-
hombre consentir en devenir esclavo de ma de su gobierno sea monárquica). En
otro. La libertad es inalienable. El terre- cuanto a los poderes que distingue tradi-
no está pues roturado para el verdadero cionalmente la ciencia política: legislati-
contrato, solución del problema plante- vo, ejecutivo y judicial, no son más que
ado: «Encontrar una forma de asociación emanaciones del cuerpo social.
que defienda y proteja de toda fuerza Pero si la ley no puede tener por obje-
común a la persona y a los bienes de cada to más que lo universal, si no se puede
asociado, y por la cual cada uno, unién- legislar sobre lo particular, ¿cómo actuar
dose a todos, no obedezca más que a sí sobre la realidad, que es siempre concreta
mismo y quede tan libre como antes>•. Por y particular? Ahí reside la misión del
este contrato, cada hombre se somete a gobierno, emanación del soberano (recor-
la autoridad única de la ley y deviene por demos que cuando Rousseau escribe
ello ciudadano. Al no estar sometido más «soberano», hay que leer siempre «pue-
que a la ley, no está sujeto a persona blo soberano»). Este gobierno se encar-
alguna. na en un poder concreto, llamado prín-
La servidumbre consiste en estar some- cipe; el príncipe es de alguna manera el
tido a una voluntad particular distinta de cuerpo del Estado, del cual la soberanía
la de uno propio. La libertad residirá en es el alma.
la sumisión a la voluntad general («gene- La clasificación de los gobiernos (demo-
ral» ha de ser tomada aquí como sinóni- cracia, autocracia, monarquía) se esta-
CONTRIBUCIÓN ALA CRÍTICA DE LA FILOSOFÍA DEL DERECHO DE HEGEL. INTRODUCCIÓN 104
CONVERSACIONES SOBRE LA ME- de las vías por las que debe actuar, la
TAFÍSICA Y SOBRE LA RELIGIÓN, Gloria en vista de la cual todas sus accio-
Entretiens sur la métaphysique et sur nes son efectuadas, y la Creación del mun-
la religion, 1688. do. En la conversación duodécima, Male-
NICOLAS MALEBRANCHE, 1638-1715. branche se aplica a exponer la teoría del
ocasionalismo que fundamenta definiti-
Once años después de las ---> Con- vamente el papel central de Dios en su
versaciones cristianas, Malebranche sistema filosófico, puesto que sólo Dios
vuelve a emplear el estilo de la conver- puede ser una causa verdadera. La obra
sación, mas si antes lo había escogido se cierra con reflexiones propiamente teo-
para exponer su sistema de manera acce- lógicas con dos conversaciones consa-
sible y amena, ahora lo utiliza para pre- gradas a la providencia y a la fe.
sentar y reunir todas las objeciones que A través de estas conversaciones resul-
le han sido planteadas y que son per- ta patente el verdadero proyecto de Male-
fectamente solubles, puesto que aquí branche: demostrar la verdad de la reli-
se trata ya de un libro de filosofía y no gión cristiana apoyándose sobre principios
meramente de controversias. Obra de filosóficos y, más particularmente, sobre
madurez, estas Conversaciones contie- principios cartesianos.
nen la exposición más completa de la
Edición: Conversaciones sobre metafísica,
filosofía de Malebranche. La obra se I-lll (tr. A. Zoraya), Madrid, 1921.
compone de catorce libros, consagra- Estudios: E. Bréhier, Historia de la filoso-
do cada uno de ellos a la exposición de fía (tr. J. A. Pérez Millán y M.• D. Morán),
un concepto clave de la filosofía del vol. I, Tecnos, 1988; F. Alquié, Le Carté-
autor. La primera conversación aborda sianisme de Malebranche, Vrin, 1974.
los respectivos papeles del alma y del
cuerpo en el conocimiento sensible a fin
de introducir una reflexión sobre la natu- CONVERSACIONES SOBRE LA PLU-
raleza de las ideas. En efecto, Male- RALIDAD DE LOS MUNDOS, Entre-
branche afirma que el conocimiento sen- tiens sur la pluralité des mondes, 1686.
sible necesita la reunión de un FONTENEUE (Bemard le Bovier de), 1657-
sentimiento y de una idea pura, sien- 1757.
do el primero una modificación del alma
causada por Dios, y la segunda residiendo La obra relata una serie de conversa-
en Dios. Esto es lo que le autoriza a afir- ciones científico-galantes con una mar-
mar que Dios es la única fuente del cono- quesa, de noche, en un parque. En Seis
cimiento, y con tanta más razón si se tie- veladas, nuestra marquesa abandona sus
ne en cuenta que Dios debe unir el opiniones espontáneamente geocéntri-
sentimiento y la idea con ocasión de la cas para adoptar, no sin reticencias, el
presencia del objeto. La segunda con- sistema de Copémico. Las Conversacio-
versación trata del conocimiento que nes terminan con vastas ensoñaciones a
podemos tener de Dios. Las conversa- propósito de los extraterrestres.
ciones tercera a sexta forman un bloque Las Conversaciones sobre la plurali-
cuyo hilo conductor es el papel de las dad de los mundos son en 1686 un libro
ideas. En ellas se abordan las ideas en moderno en más de un sentido. Fonte-
su relación con los sentimientos, el papel nelle desciende a la divulgación, contra la
de los sentidos en la vida del hombre y tradición escolástica de una ciencia que
en las ciencias, como también el pro- habla en latín y está reservada a los doc-
blema del grado de existencia de los cuer- tos. Toma partido por Descartes y los
pos. La conversación séptima trata de Modernos contra los Antiguos. La meta-
la impotencia del hombre; y las siete últi- física, la de los grandes sistemas del siglo
mas conversaciones están centradas que termina, es cuestionada en nombre
sobre Dios: sus atributos, la simplicidad de un método científico más positivo. Las
107 CORRESPONDENCIA DE LAS ARTES (LA)
CRISIS DE LA CULTURA (LA), Bet- que es «el acto consciente de la razón per-
ween Past and Future, 1954. sonal o del individuo aislado en toda la
HANNAH ARENDT, 1906-1975. claridad de su consciencia individual>>.
Colección de artículos aparecidos en dife- Soloviev pertenece a ese tipo de filó-
rentes revistas americanas. sofos que, como Gabriel Maree!, Henri
Bergson o Emmanuel Mounier, piensan,
Especialista en filosofía política, Arendt cada uno a su manera, que la filosofía es
comenta en este texto los datos de nues- ante todo el hecho de la persona huma-
tra época en crisis. Asistimos en efecto a na, del sujeto.
un deterioro de la tradición por una parte,
mas, por otra, el porvenir se presenta como Edición: Crise de la philosophie occiden-
inconcebible, desvaído, sin realidad, sin tale, Aubier-Montaigne, 194 7.
proyecto. Así, el hombre actual está ante Estudio: N. Losski, Histoire de la philoso-
phie russe des origines a 1950, Payot, 1954.
la puerta falsa de un pasado terminado y
un porvenir incierto. Es por tanto urgen-
te hacer un balance y sobre todo aprender
de nuevo a pensar en nuestro siglo, no
CIDSIS DE lAS CIENCIAS EUROPEAS
para reencontrar el pasado ni inventar el
Y LA FENOMENOLOGÍA TRASCEN-
futuro, sino simplemente para enseñar al
DENTAL (LA), Die Krisis der europais-
hombre a moverse en su posición actual.
chen Wissenschaften und die trans-
Al analizar las nociones de libertad, de
zendentale Phanomenologie, 1934.
autoridad y de educación, Hannah Arendt
EoMUND HussERL, 1859-1938.
hace la radiografía de una época en con-
flicto.
«Después de la Krisis de Husserl, dice
Edición: La crisi de la cultura (tr. J. Colo- Patocka, ningún filósofo ha reflexionado
mer y A. Valls), Portie, 1989. La crise de la realmente sobre el problema de Europa».
culture (tr. bajo la dir. de P. Lévy), col. «Folio- La Europa de Husserl es la que, embar-
Essais», Gallimard, 1989. cada en la vía de la deshumanización, iba
Estudios: J. Lechte, 50 pensadores con- a conocer las barbaries facista y nazi; pero
temporáneos esenciales (tr. M.• L. Rodrí-
guez Tapia), Cátedra, 1996; A.-M. Roviello, también la que tuvo por lugar de naci-
Sens commun et modernité chez Hannah miento espiritual la Grecia de los siglos
Arendt, Ousia, 1988. N y mantes de Cristo. Esa Grecia que sus-
tituyó la agrimensura por la geometría y
que dio al mundo una humanidad ya no
prisionera de la empiria, sino investida de
CRISIS DE LA FILOSOFÍA OCCI- <<tareas infinitas» que tenían por ideal una
DENTAL. Contra los positivistas, Kri- humanidad dominada por la razón. Si hay
zis Zapadnoy filosofi: Protiv pozitivis- crisis, la hay por relación a este proyecto
tov, 1874. VLADÍMIR SERGUÉIEVICH So- (té/os). Sin dudar jamás de la rectitud de
LOVIEV, 1853-1900. sus prestaciones, Husserl subraya la res-
ponsabilidad de las ciencias en esta enfer-
Este texto de 1874, que constituye la medad. Excluyendo las cuestiones relati-
tesis doctoral de Soloviev, está fundado vas al sentido de la existencia, estos saberes
en la idea de que la filosofía abstracta, perpetúan ese sesgo de la ciencia galilea-
«exclusivamente teórica», pertenece al na: el objetivismo físico que olvida nues-
pasado y no sabría, cualquiera que ésta tro mundo-de-la-vida (Lebenswelt) en bene-
sea, sustituir a la interrogación metafísica. ficio de las idealidades matemáticas.
Aunque reconoce el interés de ciertas Tornándose por este camino la razón en
problemáticas planteadas por este tipo de instrumental, se vaciaba de su sentido.
andadura filosófica, Soloviev afirma que La fenomenología propone un reme-
el auténtico camino no es abstracto, sino dio espiritual para esta patología: reha-
CRISTIANISMO DESENMASCARADO (EL) 110
bilitar el ideal griego y reactivar el sen- por la corriente atea más radical del Siglo
tido de la historia que alienta en las mani- de las Luces. Es preciso en todo caso guar-
festaciones del pensamiento. Situada en darse de dos errores: creer que esa corrien-
este punto de la historia en que se enfren- te fue dominante en el siglo xvm (como ha
tan el objetivismo fascista y el subjeti- mostrado Cassirer, las Luces no fueron
vismo trascendental, la fenomenología principalmente antirreligiosas ni ateas), y
quiere reconciliar al hombre consigo mis- tomar este libro por la expresión más aca-
mo: el mundo es vuelto a colocar en los bada y sutil que ese siglo ha producido en
horizontes de la vida subjetiva y el ego materia de filosofía atea y materialista.
se descubre a sí mismo como origen de
todo sentido. Edición: Le Christianisme dévoi/é, col.
Testamento espiritual de Husserl, la «Bibliothéque du libre penseur», Eds. de
Krisis fue redactada en 1935-1936, en l'Idée libre, 1961.
Estudios: E. Bréhier, Historia de la filoso-
una atmósfera de <<fin del mundo» que evo- fía (tr. J. A. Pérez Millán y M.• D. Morán),
ca también Spengler. La fenomenología, vol. Il, Tecnos, 1988; Presentación de P.
filosofía del cogito, se tomaba en filoso- Charbonnei en la colección de Premiéres
fía de la historia. En este nuevo «retomo Oeum;es, «Les Classiques du peuple», Mes-
a las cosas mismas», Husserl preconiza- sidor-Editions sociales, 1971.
ba un retomo a la Lebenswelt escondi-
da. Esta mundanizacíón de la conscien-
cia (su encamación) abría la vía a la noción
merleau-pontiniana de «eame» ( -+ Lo Visi- CRITIAS, o La Atlántida, Kptn'm;, i'J
ble y lo Invisible). A'tA.avtiXÓ~.
PlATóN, 428/427-348/347 a.C.
Edición: La crisis de las ciencias europeas Diálogo inacabado.
y la fenomenología trascendental (tr. J.
Muñoz y S. Mas), Crítica, 1991. En una prolongación del --> Timeo, el
Estudio: P. Trotignon, Le Coeur de la Raí-
son, Fayard, 1986. Critias (del nombre del personaje que casi
constantemente mantiene la palabra)
expone el mito de la Atlántida: la antigua
Atenas había combatido victoriosamente
CRISTIANISMO DESENMASCARA- contra los invasores venidos de la isla
DO (EL), o Examen de los principios Atlántida, antes de que ésta fuese engu-
cristianos y de los efectos de la reli- llida por las olas.
gión cristiana, Le christianisme dévoi- Critias describe una ciudad ideal, suer-
lé, ou Examen des príncipes et des effets te de -+ República realizada, y las etapas
de la religion chretienne, 1767. de su decadencia. El interés de este diálo-
HOLBACH (Paul-Henri Dietrich, barón de), go es indudable, aunque es más literario
1723-1789. que filosófico.
Bajo el nombre de Nicolás Antonio Edición: Critias (tr. F. Lisi), en Platón, Diá-
Boulanger, Holbach presenta aquí un ata- logos, vol. VI, 1992.
que en regla contra la religión, en parti- Estudio: R. Weil, I'Archéologie de Platon,
Klincksieck, 1959.
cular la cristiana, la Iglesia, los sacerdo-
tes. No se trata para él de proponer
consideraciones metafísicas, sino de mos-
trar que el hombre sería mucho más feliz CRITICA DE U\ EXPERIENCIA PURA,
si se liberara de la tutela espiritual y mate- Kritik der reinen Erfahrung, 1888-1890.
rial de la religión, de aquellos que la sir- RICHARD A VENARIUS, 1843-1896.
ven, y se sirven de ella.
El cristianismo desvelado ofrece un Esta obra expone el empiriocriticismo
ejemplo típico de la literatura producida de Avenarius. Se trata de una crítica del
111 CRÍTICA DE LA RAZÓN DIALÉCTICA
conocimiento --el título de la obra es un dean puede realizar este proceso de tota-
guiño a Kant-, apoyada sobre una base lización, esta dialéctica materialista. «La
biológica (el cerebro). Avenarius sigue a dialéctica es un método y un movimien-
Schopenhauer (el mundo es mi represen- to en el objeto.>• El hombre puede cono-
tación) y se interroga sobre las condicio- cer esta dialéctica considerando su rela-
nes de posibilidad de la afirmación de una ción con los objetos materiales, es decir,
realidad objetiva. Esta afirmación es posi- reconociendo que su praxis individual
ble por un proceso -al que el autor lla- -sus actos- depende de su entorno.
ma «introyección>>-- que involucra al suje- Pero ¿en qué se fundamenta la dialéctica
to, a sus representaciones, y a los otros. misma? Pues es difícil afirmar una con-
Esta tentativa de superar el problema cordancia entre «el ser material, la praxis
crítico ha caído hoy en el olvido. Mas en y el conocimiento•, sosteniendo al mis-
su tiempo alcanzó cierto eco y sobre todo mo tiempo que la dialéctica no está
encontró dos opositores célebres: Hus- preestablecida.
serl(~ Investigaciones lógicas), y Lenin El solo medio de afirmar una dialéctica
(-+Materialismo y empiriocriticismo). no a priori consiste en intentar definirla
a fin de poder "Criticarla•. Por otra parte
Edición: Krítík der reinen Erfahrung, Leíp- el movimiento dialéctico se funda a sí mis-
zig, 1888-1890. mo, en el sentido de que querer captar-
Estudio: L. Kolakowski, La filosofía posi- lo, es descubrir que no aparecerá más que
tivista, Cátedra, 1988. en el seno de nuestra praxis. Así, la expe-
riencia humana es la única capaz de afir-
mar la existencia de ese algo (esa razón
dialéctica) que el individuo construye en
CRÍTICA DE LA RAZÓN DIALÉCTI- su relación con el mundo, pero que se le
CA, Critique de la raison dialectique, escapa en tanto que los otros también lo
1960. construyen. Dicho en otras palabras, noso-
JEAN-PAUL SARTRE, 1905-1980. tros captamos interiormente ese movi-
miento dialéctico de nuestra praxis que
En~ Cuestiones de método, obra con- actúa sobre el mundo exterior, pero, al
siderada por el autor como primera par- mismo tiempo, comprendemos que esta
te del presente texto aunque publicada por exterioridad permanece irreductible a nues-
separado en 195 7, Sartre se interrogaba tra propia individualidad. En efecto, cada
sobre la posibilidad de un método -exis- praxis humana constituye un momento de
tencialista y marxista a un mismo tiem- esa dialéctica, cada individuo no es más
po- que permitiera analizar tanto al indi- que una totalización parcial; "la dialéctica
viduo como a la sociedad. La Crítica se es la ley de Totalízación», o incluso «la tota-
propone justificar este método <<regresivo- lización de las totalizaciones concretas».
progresivo• legitimando al materialismo Exterior a todos porque es interior a cada
dialéctico. Mas a este sistema se le repro- uno, la dialéctica se nos escapa siempre
cha el suponer un Todo trascendente que por su movimiento alternativo <del hacer
no está fundado ni es demostrable, y por al conocer y del conocer al hacer>•. En
lo tanto, el retomar a un idealismo dog- cuanto a los objetos que están ya cons-
mático. Sartre responde confirmando cier- truidos, obra de una praxis «pasada-reba-
tamente el recurso, en su dialéctica, a una sada•, siguen perteneciendo al movimiento
totalización, si bien a una totalización que dialéctico actual, pero en tanto que tota-
no está ya constituida, que no reenvia a lidades (y ya no totalizaciones) devenidas
un ideal a priori: la razón dialéctica debe inertes; «la totalidad no es más que un prin-
captarse a sí misma en su movimiento, cipio regulador de la totalización». La his-
al igual que Diógenes <demostraba el movi- toria terminada no es más que un momen-
miento andando••. Solamente el individuo to de la Historia en curso.
en su relación con los objetos que lo ro- Queda por determinar el lugar de esta
CRÍTICA DE LA RAZÓN PRÁCI1CA 112
praxis humana en el interior del campo ría de los conjuntos prácticos», al que
social. La experiencia individual se des- habría debido seguir otro tomo que con-
cubre inmediatamente en una praxis huma- firmase, con ayuda de numerosos ejem-
na incompleta y limitada. Captar su pra- plos históricos, la validez del método
xis es comprender que el otro detenta «regresivo-progresivo» para descubrir la
igualmente su propia praxis, que cada indi- razón dialéctica por medio de la praxis.
vidualidad del grupo posee su propio cam-
po práctico. La segunda experiencia del Edición: Crítica de la razón dialéctica, Bue-
individuo es entonces la disolución de nos Aires, Losada, 1963.
Estudios: R. Laing y D.G. Cooper, Razón
su praxis en el seno de la comunidad. Mas y violencia: una década de pensamiento
esta disolución no es desaparición: •<Sin la sartreano (tr. Martha Eguía), Paidós, 1984;
praxis humana, la clase se reducirla a un F. Jeanson, El problema moral y e/ pen·
colectivo inerte.» La praxis individual, samiento de Sartre (tr. A. Llanos), Buenos
que nos hace descubrir la dialéctica, y a Aires, Siglo Veinte, 1968.
través de la cual se nos aparece la praxis
del Otro, es también el medio por el que
captamos el objeto de nuestra acción. Este
objeto es en primer lugar materia: si cela CRÍTICA DE lA RAZÓN PRÁCTICA,
materia es la primera captación de exte- Kritik der praktischen Vernunft, 1778.
rioridad de la praxiS>•, ella se transforma IMMANUEL KANT, 1724-1804.
desde entonces en cela primera unión de
los hombres>•, mas en este sentido se cons- Esta obra es inseparable del conjunto
tituye también en «fundamento de la alie- del edificio critico, y en particular de otra
nación», puesto que proporciona al hom- obra de Kant que precede y sustenta el
bre el objeto de su trabajo. Lo que Sartre desarrollo de ésta: la --+Fundamentación
denomina «materialidad práctico-inerte» de la metafísica de las costumbres
se comprende como asociación entre una (1785). Mientras que en este primer escri-
«praxis alienada» por la existencia del Otro to Kant se proponía formular con rigor
y cela inercia trabajada» de la materia. Pero la moral común ya existente y dar al deber
en tanto que lugar de unidad y de conflicto sus expresiones abstractas (las famosas
entre los hombres, la materia es •<el motor «fórmulas» del imperativo categórico), la
de la Historia». Crítica de la razón práctica ataca un pro-
La Crítica de la razón dialéctica for- blema particular, que la Fundamentación
mula varias críticas al sistema hegeliano, no había hecho más que evocar en la últi-
al que Sartre reprocha no haber alcan- ma sección. De este problema depende
zado a ver que la Historia no está nunca toda la cuestión del fundamento de la
totalmente constituida, y que el individuo moralidad. Se trata de saber cómo la
no se deja disolver en el Todo. Pero tam- voluntad pura (de todo móvil sensible) pue-
bién critica la posición de Marx, que, a su de interesarse por la ley moral. Mientras
juicio, no ha sabido refundar una dialéc- que el desarrollo de la Fundamentación
tica a partir de la praxis humana. Por lo era esencialmente analítico, aquí se impo-
cual, es esencialmente a los «marxistas ne un método sintético.
contemporáneoS>•, y concretamente a Pie- Al igual que la --+ Crítica de la razón
rre Naville (ya denunciado en E/ exis- pura partía de la ciencia, considerándo-
tencialismo no es un humanismo), a los la como un hecho, tampoco la moralidad
que Sartre dirige sus criticas, acusándo- es puesta aquí en cuestión; la fuerza y el
los de «volver a caer en un idealismo dog- carácter respetable de la ley moral le pare-
mático» al predicar una «dialéctica de la cen indiscutibles a Kant. El imperativo
Naturaleza». Considerada como uno de categórico es un hecho. Mas ¿cómo es
los textos más importantes de Sartre, esta posible ese hecho? La clave de bóveda
obra debía constar al menos de dos volú- del sistema es la libertad, presente des-
menes; sólo llegó a su fin el primero, «teo- de el comienzo de la obra («Analítica de
113 CRÍTICA DE LA RAZÓN PRÁCTICA
la razón pura práctica»). En efecto, sólo siste aquí en una identificación con la ley
la libertad puede realizar la síntesis de la racional, sino que se asemeja más bien,
buena voluntad con la idea de una legis- como observa Ferdinand Alquié, a una
lación universal. La libertad está aquí potencia de elección espontánea; poten-
inmersa en el concepto de autonomía, cia absoluta, superior a la ley misma (pues-
cuya etimología es particularmente escla- to que la puede negar), por la cual el mal
recedora: la autonomía no es otra cosa entra en el mundo. Esta contradicción en
que la voluntad que se da a sí misma la el seno mismo de la idea de libertad la iden-
ley, que se identifica con la ley. Kant vuel- tifica Sartre ya en Descartes.
ve a hallar aquí una idea que Rousseau Resta la cuestión del mobi/e moral,
expresaba en el plano político: «La obe- que no puede ser sensible (so pena de
diencia a la ley que uno se ha prescrito comprometer la autonomía), ni pura-
es libertad.» Hay, por el contrario, hete- mente inteligible, lo que lo haría ineficaz
ronomía cuando la voluntad está deter- para el hombre, cuya voluntad reside en
minada por un objeto situado fuera de ella una naturaleza sensible. Kant ve en el
(la felicidad o el placer, por ejemplo). respecto un sentimiento determinado a
Pero es preciso investigar todavía si priori. Los análisis de la «Analítica de la
una libertad semejante es posible. ¿No razón pura práctica» (cap. III) ponen al
será contraria al principio de la razón y a descubierto la doble naturaleza del res-
las exigencias del determinismo de la natu- peto: sentimiento que me eleva y al mis-
raleza? En este punto es imposible sepa- mo tiempo me humilla delante de la ley.
rar la Crítica de la razón práctica del El respeto da testimonio de la dualidad
aspecto teórico del criticismo: la Critica esencial del hombre: racional y sensible.
de la razón pura había mostrado en efec- Kant se inscribe aquí en una corriente
to que si la naturaleza (el conjunto de los «pesimista» pascaliana que se niega a ver
fenómenos en tanto que están constitui- en el heroísmo del sujeto el mérito moral
dos por las formas a priori de la sensibi- auténtico. Juzga con severidad el orgu-
lidad y del entendimiento) estaba someti- llo estoico. La moralidad no está, como
da a la ley de causalidad, no se podía en Comeille, en la nobleza del alma. En
afirmar nada de lo que es en sí, el mun- un sentido, Kant coincide aquí con el cris-
do de los noúmenos. La libertad es al tianismo, del que acepta los manda-
menos posible, y esto basta para soste- mientos y la afirmación del mal radical;
ner la moralidad, cuya realidad exige y pero no puede hacer del amor el prin-
supone una voluntad libre. La ley moral cipio supremo de la moralidad. La
viene a establecer la realidad de aquéllo voluntad no puede -una vez más so
de lo que la primera Crítica había esta- pena de heteronomía- ser aplicada
blecido solamente su carácter no con- más que a la ley.
tradictorio. Al final de la «Analítica» el divorcio es
Pero es claro que el acto libre, al esca- pues total entre los reinos del ser y del
par a los determinismos naturales, no pue- deber ser, de la naturaleza y de los valo-
de ser situado en el tiempo; que necesa- res. Será en la «Dialéctica de la razón pura
riamente está ~n lo que concierne a su práctica» donde tendrá lugar la síntesis.
ser nouméniccr-- fuera del tiempo. De aquí Esta síntesis se realiza mediante el con-
la afirmación (que Schopenhauer acepta- cepto de bien soberano. Si la vírtud es el
rá como condimento de un contrasentido, bien más excelso, le falta sin embargo
pero que muchos han rehusado admitir) alguna cosa que impide que sea califica-
del carácter inteligible del ser racional: da de bien completo: la felicidad vendrá
este último se da Oibremente) a sí mismo a colmar esa carencia. Pero atención: la
un carácter moral esencial, que determina felicidad no tiene valor moral, y la acción
sus elecciones prácticas efectivas. El vílla- moral no hace forzosamente feliz al hom-
no se elige como tal, fuera del tiempo, de bre; epicúreos y estoicos están igualmente
una vez por todas. Mas la libertad no con- equivocados sobre este punto. Estamos
CRÍTICA DE LA RAZÓN PURA 114
cio estético, que deja poner en juego las no es gracias a un principio de finalidad
facultades de conocer no ya a la manera subjetiva, que es inherente a las leyes par-
como lo hacían en la primera Crítica, al ticulares de la naturaleza y está de acuer-
servicio exclusivo de la ciencia sistemática, do con el principio de finalidad del espí-
sino en beneficio de una finalidad reco- ritu. El capítulo II de la Introducción, que
nocible ahora por el efecto de la reflexión. afirma como imposible el pasaje que per-
Se trata, dicho de otro modo, de un jui- mita ir del concepto de naturaleza al con-
cio reflexivo, que se realiza «conforme al cepto de libertad -puesto que el abismo
concepto de naturaleza en el sujetO» Ontr., que separa esos dos mundos hace que
VIQ. Sobre esta base, con el juicio reflexi- el primero sea inoperante para el segun-
vo en general que es el juicio teleológico, do- permite, no obstante, el pasaje inver-
Ontr., VIII), Kant ha introducido un tipo de so como jurídicamente posible, puesto
juicio que se caracteriza por buscar lo gene- que es en principio necesario. El salto es
ral mientras que sólo lo particular le es pues posible, pero queda reservado a la
dado, y que no puede prescribir un prin- filosofía moral, que cuenta con la pre-
cipio a la naturaleza, como lo hace el jui- sencia eficaz del deber moral.
cio determinante que subsume lo parti- Si ello puede ser así, lo es también sobre
cular en lo general. El juicio teleológico todo en la medida en que intervenga un
considera ciertos objetos de la naturaleza principio de razón suficiente o un cierto
según los principios particulares propios principio de armonía, es decir, el principio
de un juicio reflexivo: un juicio desprovis- de la finalidad formal de la naturaleza
to del poder de determinar a los objetos. Ontr., V), según el cual la naturaleza pue-
Para Kant, que en la Crítica de la de ser pensada legítimamente de manera
razón pura investigaba cómo pueden las tal que se realice en ella «el orden de los
ciencias permitirse producir las leyes gene- fines, que es al mismo tiempo un orden de
rales, «la idea general de la naturaleza la naturaleza", de acuerdo con lo que Kant
como conjunto de objetos de los sentidoS>> escribía en la primera Crítica en su «Refu-
(§ 61) no implicaba que los objetos natu- tación del argumento de Mendelssohn". El
rales tuviesen que recurrir a algún tipo de autor muestra aquí con toda evidencia el
acomodación de medios en vista de fines. referente principal que representa al mode-
No obstante, en la «Critica del juicio tele- lo de la comprehensión humana al que
ológico»(§ 61), e incluso aunque un prin- se remite el juicio reflexivo para com-
cipio de finalidad no sea directamente prender «las leyes empíricas particulares
observable en las leyes generales de la de la naturaleza» Ontr., IV), mientras que el
naturaleza, se dice que el concepto de juicio determinante, en tanto que realiza
fin tiene al menos su lugar en el seno de una subsunción, «explica» la posibilidad de
las facultades de conocer en lo tocante a una naturaleza como objeto de los senti-
una comprehensión de la naturaleza; y dos. Por tanto, no es para «explicar>> para
ello «según la analogía con un principio lo que Kant admite una utilización pro-
subjetivo de reunión de las representa- blemática del juicio teleológico en las cien-
ciones en el interior de nosotroS>>. cias de la naturaleza(§ 61). Completando
Este recurso al principio subjetivo del este análisis con un escrutinio sobre la
espíritu se reúne con el principio de fina- manera en que el espíritu humano res-
lidad evocado al principio del parágrafo ponde a eventuales requisitos en su bús-
61, que admitía -más para las leyes par- queda de leyes empíricas particulares, Kant
ticulares de la naturaleza- «una finali- muestra hasta la evidencia que el juicio
dad subjetiva concorde con la compre- reflexivo se da a sí mismo por ley un prin-
hensión del juicio humano y que hace cipio trascendenal (Intr., M, puesto que
posible la reunión en un sistema de las en él ha de tener cabida un principio par-
experiencias particulares». La Crítica del ticular a priori que no es deducible de los
juicio nos hace descubrir que no pode- conceptos a priori del entendimiento, con-
mos realizar la menor reunión mental si ceptos que el juicio reflexivo utiliza sin dedu-
CRITÓN 120
insta a que huya (la ciudad habria consen- Cronista de talento y desnudo de todo sen-
tido en conmutar así la pena de muerte por tido patriótico, Froissart narra con objetivi-
el destierro). Pero Sócrates permanece dad los acontecimientos de su época. Poco
insensible a estas recomendaciones. Recri- importa la nacionalidad de los que retrata;
minando a Critón por seguir la opinión lo que cuenta es el espíritu de caballería: el
de la muchedumbre, se esfuerza en mos- autor está más al servicio de una casta que
trarle que él no podria escapar a la sen- al de una sociedad. Su gran cualidad está
tencia pronunciada por la ciudad sin ultra- en dar vida a los sucesos que tan pintores-
jar a la justicia. Aquí tiene lugar la célebre ca y graciosamente sabe describir.
•Personificación de las leyes>•: Sócrates hace Reportero de talento, Froissart es el pre-
pronunciar a las leyes mismas los repro- cursor de un género que más tarde rea-
ches que con pleno fundamento dirigirían nudarían el cardenal de Retz y Saint-Simon.
contra él si intentase sustraerse a su juris-
Edición: Chroniques, éd. M.-Th. de Medei-
dicción. Por fidelidad a ellas decidirá per- ros, Le Livre de poche, L.G.F., 1988.
manecer en prisión, por patriotismo rehu- Estudio: J. Bastin, Froissart, chroniqueur,
sará desertar de Atenas; mas esta fidelidad romancier et poete, Nizet, 1948.
y este patriotismo son en primer lugar cívi-
cos, y por encima de todo filosóficos. Lo
que Sócrates tiene en mente no es tanto la
CUADERNOS AZUL Y MARRÓN
Atenas empírica como la idea misma de (LOS), The Blue and Brown Books,
legislación, el principio de la ciudadanía. 1958.
LUDWIG JosEF WmGENSTEIN, 1889-1951.
Edición: Critón (tr. J. Calonge), en Platón,
Diálogos, 1, Gredos, 1981.
Estudios: W. K. C. Guthrie, Historia de la El texto del Cuaderno azul fue dicta-
filosofía griega, vol. N: Platón (tr. A. Valle- do a sus alumnos por Wittgenstein en el
jo y A. Medina), Gredos, 1990, pp. 97-104; curso de los años 1933-1934, y el del
F. Chatelet, El pensamiento de Platón, Cuaderno marrón al año siguiente. Witt-
Labor, 1968.
genstein inicia en ellos la elaboración de
su nueva filosofía que encontrará la expre-
sión más acabada en las --> Investigacio-
nes filosóficas, cuyas principales nocio-
CRÓNICAS (CRÓNICAS DE FRANCIA, nes, como las de «juegos de lenguaje•,
DE INGlATERRA, DE ESCOCIA, DE «formas de vida• y «aire de familia» ya apa-
ESPAÑA, DE BRETAÑA, DE HANDfS recen en estos Cuadernos.
Y LUGARES DE SU ENTORNO), Chro-
Edición: Los cuadernos azul y marrón (tr.
niques (Chroniques de France, d'Angle- F. Gracia), Tecnos, 1984.
terre, d'Écosse, d'Espagne, de Bretagne, Estudios: F. Waismann. Los principios de
de Gascogne, de Flandes et lieux d'a- la filosofía lingüística (tr. J. A. Robles, ed.
lentour), fin del siglo XV. R. Harré), Universidad Nacional Autónoma
JEAN fROISSART, hacia 1337 -después de
de México, 1970; J. Bouveresse, Le Mythe
de I'intériorité. Expérience, signification
1404. et langage privé chez Wittgenstein, Minuit,
Epopeya en prosa. 1987.
CUADERNOS PARA UNA MORAL Edición: Cahiers pour une mora/e Galli-
Cahier pour une mora/e, 1983. ' mard, 1983. '
JEAN-PAUL SARTRE, 1905-1980. Estudio: Sur les écrits posthumes de Sar-
tre (dir. P. Verstraeten), Éditions de l'Uni-
versité de Bruxelles, 1987.
Esta obra, inacabada, reune notas
tomadas en 1947 y en 1948, y se divi-
de en dos cuadernos y dos apéndices. Fue
publicada a título póstumo en 1983. CUADRO ECONÓMICO, Tableau éco-
Se sabe que Sartre, al final de--> El ser nomique, 1758.
y la nada (1943), abria perspectivas mora- FRAN<;:OIS QUESNAY, 1694-17 74.
les, y anunciaba una obra futura sobre la
cuestión que jamás escribió. Esta ausen- Médico de Madame de Pompadour,
cia de moral sartriana se debe en gran
Quesnay fue el jefe de la Escuela fisiócrata
parte a la ambigüedad y a la casi impo-
(que incluía igualmente a Dupont de
sibilidad de pensar una ética a partir de
Nemours, Mirabeau, Mercier de la Rivié-
la ontología del filósofo. El existencialis-
re, Baudeau, etc.), la primera gran escue-
mo de Sartre pone a la subjetividad, la
la económica francesa.
realidad humana, es decir el hombre
El «divino Doctor>> concibe la econo-
como fuente originaria de todo concep~
mía como un circuito en el que los bie-
to. Y esto conlleva la afirmación de que
nes y la moneda circulan de manera con-
el hombre no está definido por nada, o
tinua entre las diferentes categorías
también, que es absolutamente libre. Pue-
sociales, animando así la vida económi-
de decirse, en términos sumarios, que
ca como la circulación de la sangre (des-
es este punto el que impide en la obra de
cubierta en 1628 por William Harvey) ani-
Sartre la constitución de una moral. Si
ma la vida humana. Así, la economía,
el hombre no está constreñido en su ser
por nada (por ninguna elección origina- obedeciendo a un movimiento continuo
ria ni por ningún Dios), entonces la moral y cíclico, funciona como un organismo
no sabria asignarle un deber. Aquí es don- vivo, en donde las leyes económicas están
de la ambivalencia de Sartre resulta mayor. derivadas de las leyes de la naturaleza.
Por una parte, es necesario que haya una Quesnay defiende también la libertad eco-
moral, y por otra, nada sabría legitimar- nómica y la propiedad privada y se opo-
la plenamente. ne al intervencionismo del Estado (col-
Es preciso que la consciencia se dé un bertismo, mercantilismo), y se inclina por
imperativo moral, pero al mismo tiempo la supresión de la reglamentación del
este imperativo no vale nada si todos los comercio y de la agricultura.
hombres no hacen otro tanto. La moral Analizando las interacciones econó-
debe obligar a todos; y, si no, no hay moral. micas entre las diferentes categorías socia-
La ética sartriana padece las conse- les, el autor distingue las tres clases de
cuencias de la ontología fenomenológica ciudadanos que constituyen la nación:
expuesta en El ser y la nada. Siendo el la «clase productora» (los agricultores), la
hombre injustificado, no siendo debido •clase de los propietarios» (el soberano,
a ninguna causa creadora (Dios), es por los dueños de la tierra, los perceptores de
tanto imposible sostener la primacía abso- diezmos), y la «clase estéril» (los artesa-
luta de una moral que sujetase o constri- nos, los manufactureros, los comercian-
ñese al ser del hombre. Simone de Beau- tes). Para Quesnay, la riqueza no reside
voir ha tratado de pensar una moral en la posesión de metales preciosos, sino
hurtándose a esas mismas paradojas (Para en la tierra; sólo la clase productora crea
una moral de la ambigüedad, 1947). la riqueza bajo la forma de un excedente
La lectura de los Cuadernos para una (el producto neto) que no se consume por
moral es extremadamente difícil, por razón completo y que beneficia en consecuen-
de las múltiples paradojas del texto. cia a las otras clases. Así muestra Ques-
CUADROS SOCIALES DE LA MEMORIA (LOS) 124
filosofía, para la que no hay más que pro- con el añadido del existencialismo. Mas
posiciones inciertas: persistir en la duela es este elogio no está exento de una violenta
una actitud estéril que puede aniquilar la crítica de los «marxistas contemporáne-
libertad del hombre que la adopta. El pro- os» y del estalinismo. Este texto consti-
babilismo es un medio para superar este tuye la primera parte (publicado en Polo-
peligro: un paso hacia el camino de la liber- nia) de la-+ Crítica de la razón dialéctica.
tad. El probabilismo devuelve confianza al
hombre y le aporta ayuda en muy variados Edición: Questions de méthode, col. «Te!»,
Gallimard, 1986.
dominios, sean artísticos o morales. Así pues, Estudio: F. Jeanson, El problema moral y
facilita la búsqueda del Bien supremo. el pensamiento de Sartre (tr. A. Llanos),
Cicerón se vanagloriaba de aportar un Buenos Aires, Siglo Veinte, 1968.
género nuevo a la literatura romana. Sin
embargo, con los Académicos, sin duda
la obra más puramente filosófica del autor, CUESTIONES DISPUTADAS, Quaes-
Cicerón no da la menor prueba de origi- tiones disputatae.
nalidad, limitándose a exponer solamen- TOMÁS DE AQUINO (Santo), hacia 1225-
te por qué le convence la filosofía de la 1274.
Academia.
Colección de reflexiones filosóficas y
Edición: Cuestiones académicas, Espasa-
Calpe, s.f. teológicas que el maestro ha considera-
Estudio: M. Nisard en la edición francesa do en diferentes épocas de su vida.
(Les Académiques, Les Belles Lettres, 1970). El tema central de la obra es el de la
verdad. En tomo a este tema gravitan las
cuestiones relativas al conocimiento en
general y al conocimiento de Dios en par-
CUESTIONES DE MÉTODO, Ques- ticular. Igualmente son abordadas otras
tions de méthode, 1957. materias, como el libre albedrío, la espi-
JEAN-PAUL SARTRE, 1905-1980. ritualidad y la inmortalidad del alma, la
virtud y el apetito en el hombre.
Toda filosofía viva debe expresar la pra-
xis humana. Pero el sistema totalizador de Edición: Quaestiones disputatae, ed. R.
Spiazzi, vol. 1: De Veritate, vol. U: De Poten-
Hegel no describe la realidad social, y el tia, De Anima, .etc., Roma/furín, Mariet-
existencialismo de Kierkegaard olvida la ti, 1953.
realidad histórica; sólo el materialismo de Estudio: M. Piclin, Philosophie et théo/o-
Marx «queda como la filosofía de nuestro gie chez saint Thomas d'Aquín, Klincksieck,
1983.
tiempO>>, porque da cuenta de la Historia
real en tanto que alienación del hombre en
las cosas que produce. Examinar tanto el
proyecto del hombre (con el concurso de CUESTIONES INAUDITAS: CUES-
las ciencías humanas) como el campo social TIONES ARMÓNICAS, CUESTIONES
es el método que aquí nos propone Sartre TEOLÓGICAS, lAS MECÁNICAS DE
para captar al hombre en su realidad con- GALILEO, LOS PRELUDIOS DE lA
creta. «El hombre es a la vez el producto ARMONÍA UNIVERSAL, Questions
de su propio producto y un agente histó- inoui'es: questions harmoniques, ques-
rico.» El método existencial es «regresivo- tions théologiques, les mécaniques de
progresivo»: regresivo, porque niega el Galilée, les préludes de l'harmonie uní-
Todo Objetivo para descubrir al individuo, verse/le, 1634.
progresivo, porque niega esta negación MARJN MERSENNE (Abate), 1588-1648.
por «la Objetivación» de lo real.
A través de numerosos ejemplos inten- Mersenne destinaba esta obra, que ante-
ta Sartre rehabilitar el método marxista, cede en dos años a la Armonía universal
127 CURSO DE ECONOMÍA POLÍTICA
zo. Los utilitaristas suman las utilidades CURSO DE ALOSOÁA PARA CIEN-
individuales para medir el bienestar colec- TÍFICOS. Filosofía y filosofía espontá-
tivo. El autor muestra que aquí se oculta nea de los dentíficos, Phi/osophie et phi-
un error, porque cada individuo tiene sus losophie spontanée des savants, 1974.
propios criterios de utilidad. La enumera- LOUIS ALTI-IUSSER, 1918-1990.
ción cardinal es sustituida por una enu-
meración ordinal. Las acciones de los hom- Esta obra, que durante mucho tiempo
bres presentan ciertas uniformidades, ha circulado en forma de multicopias, reto-
ciertas constantes observables. El autor ma, siete años más tarde, el texto de un
distingue entre la utilidad y la ofelimidad, «curso de filosofía para científicoS>> impar-
clarificando así el término de utilidad, de tido por Althusser en 1967 en la Escuela
contenido plurívoco. normal superior que inauguraba una serie
La utilidad designa lo que es benefi- de conferencias sobre epistemología pro-
cioso, las acciones que buscan el placer, nunciadas ulteriormente por Macherey,
el disfrute. La ofelimidad es «la relación Balibar, Régnault, Pécheux, Fichant,
de conveniencia que hace que una cosa Badiou (algunas de esas conferencias han
satisfaga una necesidad o un deseo, legí- sido igualmente editadas en Maspero).
timo o no». Si la utilidad es subjetiva y no A través de veinticinco tesis se realiza
es una magnitud mensurable, la ofelimi- la distinción entre la filosofía, la ciencia y
dad es una noción objetiva y observable, la ideología. La filosofía no tiene objeto
pudiendo un bien ofélimo ser dañino. El --contrariamente a la ciencia, que tiene
hamo oeconomicus es pues un individuo uno-, sino objetivos; la filosofía no pro-
que tiende a la mayor ofelimidad. duce conocimientos, sino que enuncia tesis
Este principio de ofelimidad permi- («la filosofía está hecha de palabras orde-
te construir modelos abstractos, hacien- nadas en proposiciones dogmáticas lla-
do posible la explicación de fenómenos madas Tesis»), que son productoras de
complejos y concretos. En particular, categorías filosóficas (y no de conceptos
permite reinterpretar el equilibrio wal- científicos) que se relacionan entre sí para
rasiano. Para Walras, la ley de la igua- formar un sistema. No pudiendo ser obje-
lación de las productividades marginales to de demostraciones o de pruebas cien-
de los factores de producción a costa de tíficas, no se puede decir de las tesis filo-
esos factores, permite concluir que la sóficas que sean •<VerdaderaS>> (en relación
libre concurrencia es el mejor régimen con una teoría), pero se puede decir que
posible. Para Pareto, ningún criterio son «adecuadas» (en el sentido de ade-
absoluto permite afirmar que tal situa- cuación a una práctica). Fmalmente, la filo-
sofía como intervención tiene como fun-
ción es preferible a tal otra. Así, el eco-
ción primordial la de trazar una línea de
nomista italiano, aunque liberal, abre la
demarcación entre lo ideológico de las
vía a una teoría del bienestar socialista.
ideologías y lo científico de las ciencias.
Si Pareto, economista marginalista y
Apoyándose en estas tesis, Althusser
utilitarista, ha conocido una cierta cele-
concluye en el carácter masivamente ideo-
bridad, su principio de ofelimidad apenas
lógico de la palabra, entonces de moda
ha sido utilizado por los economistas.
interdisciplinaridad; igualmente mues~
Edición: Cours. d'économie politique, en tra «que en todo científico dormita un filó-
Oeuures completes de Pareto, t. 1, Ginebra, sofo», aludiendo a que todo científico está
Droz, 1964. afectado por una ideología (de la que no
Estudios: J. A. Schumpeter, Diez grandes necesita ser consciente), por una «filoso-
economistas de Marx a Keynes (tr. A. de fía espontánea del científico», que se reve-
Lucas), Alianza, 1969, cap. 5; Raymond
Aron, Las etapas del pensamiento socio- la muy particularmente en el caso de una
lógico (tr. A. Leal), vol. TI, Buenos Aires Siglo crisis de las ciencias, como la que surgió
Veinte, 1970, pp. 125-231; J. Freund,' Pare- a finales del siglo XIX cuando se habló de
to. La Théorie de l'équilibre, Seghers, 1974. una disipación de la materia. La situación
129 CURSO DE FILOSOFÍA POSITIVA
Los análisis que Auguste Comte propo- notas tomadas por sus alumnos durante
ne de las diversas ciencias no dan siempre los cursos que impartió entre 1906 y
testimonio de la misma clarividencia; no deja 1911.
de extrañar, por ejemplo, que el autor recu- Decir que la lingüística es ciencia del
se a priori la posibilidad de una astrofísica. lenguaje, es decir que éste puede ser des-
Mas sus análisis se apoyan indiscutiblemente crito científicamente y que puede captar
en un conocimiento directo y extremada- algo de sí mismo. La hipótesis mínima es
mente rico del saber de su tiempo. que lo formal y lo material pueden ser
Si no se quiere apreciar este libro más disociados, de acuerdo con el modelo de
que por relación al conjunto de la obra de la distinción que se establece en los sis-
Comte, lo mejor es atenerse al juicio del temas jurídicos entre el quid facti y el
propio autor; una vez llegado a lo que quid juris; el lenguaje se nos aparece
consideraba la culminación de su sistema, entonces como un sistema formal del que
Auguste Comte no veía en el Curso otro cabe enunciar un cierto número de reglas.
valor que el de representar un momento Tal es la hipótesis de un proyecto de cien-
(ya pasado) de la constitución de su pen- cia lingüística. Este interés por la forma-
samiento; casi puede decirse que Comte lización es lo que caracteriza en primer
renegaba de él. Pero la posteridad está lugar al Curso de Saussure.
muy lejos de juzgarlo así, y es, por el con- La segunda característica demostra-
trario, este texto el que ha sido privile- da por Saussure es que un ser lingüísti-
giado, en detrimento del -> Sistema de co (signo, palabra, frase) no tiene natu-
política positiva y de la-~ Síntesis sub- raleza propia: es un conjunto de
jetiva. Seguramente Comte habría visto relaciones. Las posiciones predominan
en ello una traición a su pensamiento, por relación a los seres. Éstos son, efec-
actualmente bien olvidado. Resta decir tivamente, definidos por el conjunto de
que los análisis del Curso de filosofía posiciones que pueden ocupar según dos
positiva han contribuido poderosamente ejes: el eje vertical de los posibles (para-
a instaurar en Francia una tradición de digma), que define las relaciones con los
epistemología y de historia de las ciencias vecinos, y el eje horizontal de los coro-
que está tachonada de nombres ilustres. posibles (sintagma), que define las rela-
ciones de exclusión mutua. Todo signo
Edición: Curso de filosofía positiva (tr. J. es elegido, en efecto, entre un reperto-
J. Sanguineti), Ed. Magisterio Español, 1987. rio infinito de posibles y según una rela-
Estudios: E. Bréhier, Historia de la filosofía ción de sucesión lineal con otros signos
(tr. J. A. Pérez MiUán y M.• D. Morán), vol. U, ya elegidos. Así una palabra no encuen-
Tecnos, 1988; R. Aron, Las etapas del pen-
samiento sociológico (tr. A. Leal), vol. 1, Bue- tra su sentido en sí misma, sino sola-
nos Aires, Siglo Veinte, 1970, pp. 93-170; mente por las relaciones de compatibi-
P. Dupouey, presentación de las ulecciones 1 lidad o de exclusión que mantiene con
y 2» del Cours de philosophíe posítiue, col. otras palabras y que definen su senti-
uLes intégrales de philo>•, Nathan, 1989. P. do. El sentido no preexiste a las rela-
Macherey, Comte, la philosophie et les scien-
ces, col. «Philosophies», P.U.F., 1989. ciones; es su resultante. La lengua es
un conjunto de relaciones sin soporte.
Es lo que expresa Saussure cuando habla
del carácter negativo -o relativo- de
CURSO DE UNGÜÍSTICA GENERAL, las propiedades del lenguaje, que se desa-
Cours de Linguístique Générale, 1916. rrolla según una línea paradigmática o
FERDINAND DE SAUSSURE, 1857-1913. una línea sintagmática.
Reconstrucción de la enseñanza impar- La tercera caracteristica es la distinción
tida por Saussure. que establece Saussure entre la lengua
(/angue), el lenguaje (/angage) y el habla
Esta obra no ha sido redactada por (paro/e). La lengua es un <<producto social
Saussure, sino elaborada de acuerdo con de la facultad del lenguaje y un conjunto
131 CURSO DE LINGÜÍSTICA GENERAL
[133)
DE LA CAUSA, PRINCIPIO YUNO 134
Estudio: B. Rioux, L'Etre et la Vérité chez cepción monista de una materia anima-
Heidegger et Saint Thomas d'Aquin, da por fuerzas vivientes.
P.U.F., 1963. Acusado de brujeria, Agrippa fue per-
seguido y encarcelado.
DE LA GENERACIÓN Y lA CORRUP-
DE lA ALOSOÁA OCULTA, De occul- CIÓN, nepi )'f.VÉoero¡; K:al q>Oop1i¡;, o
ta phílosophia, 1531-1533. hacia 334-330 a.C.
HEINRICH CORNEUUS AGRIPPA VON NET- ARISTÓTELES, 384-322 a.C.
TESHEIM, 1486-1535.
Este escrito puede ser considerado como
«Filósofo» en un tiempo en el que la apéndice que cerraba lo que Aristóteles
palabra significaba ante todo «alquimis- había escrito en su -+ Tratado del cielo;
ta••, Agrippa expone en este libro, su obra en efecto, cada uno de los dos libros ter-
más importante, los elementos de la alqui- mina con consideraciones cosmológicas.
mia; disciplina que se funda en la con- Aristóteles define aquí la generación como
139 DE LA GUERRA
mente>•, Clausewitz elabora un conocimien- Hobbes). El autor evoca por tanto, no sola-
to empírico de la guerra. La obra abunda en mente la posibilidad, sino la necesidad
experiencia militar de su autor: las guerras de un retomo a la paz. Y no porque los
revolucionarias (los «Soldados del año ll•), las beligerantes hayan alcanzado un equilibrio
conquistas de Napoleón y los fracasos de -situación que Clausewitz considera impo-
éste en España y Rusia. Del Ubro, se ha rete- sible-, sino porque la continuación de las
nido la fórmula bien famosa: «La guerra es hostilidades no es siempre deseable, y la
la continuación de la política por otros evolución misma del conflicto ofrece oca-
medios.» No hay aquí el menor cinismo, sino siones en que no reporta ninguna venta-
el recuerdo de una verdad universal: no se ja continuar con el duelo. La situación está
hace la guerra por la guerra; toda guerra entonces de acuerdo con la necesidad ori-
busca objetivos que son extraños a ella, no ginal del enfrentamiento armado, que es
militares, sino políticos (en un sentido ampllo). -recordémoslo-- política. Y cuando los
Sin embargo, el modo en que la guerra es objetivos militares están fuera de alcance,
conducida obedece a imperativos que, esta la guerra acaba en diplomacia.
vez, son militares. Se los puede resumir de De la guerra ha tenido una enorme
manera simple: aniquilar al enemigo; no influencia en el pensamiento militar con-
exterminarlo, sino privarlo de todas sus capa- temporáneo, y mucho más allá de las estra-
cidades ofensivas y defensivas (al igual que tegias propias de ese campo. Los dirigentes
Rousseau, Clausewitz distingue al hombre de las guerras de descolonización (Chi-
del soldado que combate). na, Vietnam) recordarían, en particular,
Ello es tanto como decir que la guerra las lecciones extraídas por Clausewitz de
no tiene más ley que la relación de fuer- las guerras revolucionarias en Francia
zas. La cuestión ética de un derecho de -la guerra es asunto de toda la nación
la guerra no es planteada, pues la obra (idea que se encuentra ya en Maquiave-
sólo trata de estrategia. Una vez empren- lo}- y del fracaso de Napoleón en Espa-
dida la guerra, hay que ganarla. Y ganar- ña y Rusia -la potencia de un pueblo
la contra un adversario cuyas decisio- organizado en guerrillas sobre su propio
nes imprevisibles, puesto que son libres, territorio puede acabar con el ejército más
deben al menos estar integradas en la «moderno» y mejor equipado--. Por lo
estrategia. De la guerra es aquí el here- demás, la obra ha suscitado una multitud
dero de una problemática ya elaborada de estudios, comentarios, y nuevos análi-
por Maquiavelo (--> El arte de la guerra). sis de los conflictos contemporáneos, entre
Clausewitz discierne una tendencia que los cuales hay que mencionar la obra
le parece esencial a toda guerra. El con- monumental de Raymond Aron.
flicto armado evoluciona naturalmente,
por su propia lógica, hacia la situación de Edición: De la guerra, Estado Mayor del
Ejército, 1978.
«guerra absoluta•, que excluye toda con- Estudio: R. Aron, Pensar la guerra, Clau-
sideración ética o humanitaria suscepti- sewitz (tr. B. Lacoste), Ministerio de Defen-
ble de falsear el juego de fuerzas. No hay sa, 1993.
cuestión alguna para las fuerzas en litigio
que no sea la tendencia a evolucionar
hacia la maximización del ensañamiento.
Esto no significa que la guerra deba pro- DE LA IDEA DE LEY NATURAL EN
ponerse como objetivo destruir absoluta- LA CIENCIA Y LA RLOSOFÍA CON-
mente todo en el campo del adversario TEMPORÁNEAS, De l'idée de loi natu-
(por ejemplo, la población civil), sino que, relle dans la science et la philosophie
en el teatro de las operaciones, la máxi- contemporaines, 1895.
ma violencia es la ley. ÉMILE BOUTROUX, 1845-1921.
Al no ser en absoluto la guerra un fin
en sí, no podría convertirse en un estado Esta obra completa la tesis de Émile
permanente u original (Ciausewitz no es Boutroux: __,. De la contingencia de las
141 DE LA INTELIGENCIA
leyes de la naturaleza. El autor retoma del absolutismo real. Budeo es el más radi-
aquí las ideas fundamentales e intenta cal de todos ellos, puesto que no concibe
mostrar que «las leyes de la naturaleza no el menor límite al poder real.
se bastan a sí mismas y tienen su razón
en las causas que las dominan: de mane- Edición: Una reproducción del texto origi-
ra que el punto de vista del entendimien- nal se encuentra en la obra de Cl. Bontems,
to no sería el punto de vista definitivo del Le Prince dans la France des XVI• et XVII"
si1kles, P.U.F., 1966.
conocimiento de las cosas». Estudio: L. Delaruelle, Guillaume Budé:
Les origines, les débuts, les idées maftris-
Edición: De l'idée de loi naturelle dans ses, Slaktine, 1970.
la science et la philosophie contemporai-
nes, Vrin, 1949.
Estudio: J. Wahl, Tableau de la philoso-
phie franc;aise, Idées/Gallimard, 1962.
DE LA INTELIGENCIA, De l'inteli-
gence, 1870.
DE LA INSTITUCIÓN DEL PRíNCIPE, HIPPOLYTE TAINE, 1828-1893.
De l'Institution du prince, 1547.
GUILLAUME BUDÉ(BUDEO), 1467-1540. Meditada desde los años 1850, esta
obra, consagrada al estudio del entendi-
El manuscrito, redactado hacia 1519, miento o de la facultad de conocer, ha
no llevaba originalmente ningún título. Éste contribuido largamente a la difusión de la
le fue añadido en 1547 y varía según los psicología experimental.
editores: Testimonio del tiempo, o Ense- El libro primero de la primera parte
ñanzas y exhortaciones para la institu- trata de los signos. Un signo es •<una expe-
ción del Príncipe (ed. de Guillaume Ca- riencia presente que nos sugiere la idea
zeau), De la Institución del príncipe (ed. de una experiencia posible». El libro ntra-
de Jean de Luxembourg), El libro de la ta de las imágenes. Una imagen es «una
institución del príncipe para el muy cris- sensación que renace espontáneamente».
tiano rey Francisco Primero (ed. de Jehan A estos primeros elementos del conoci-
Foucher). Como este último titulo indica, miento se añaden las sensaciones (1. un,
la obra está dedicada al rey Francisco l. a propósito de las cuales se hace refe-
En la obra define Budeo las modalidades rencia a los principales trabajos de la épo-
del poder real apelando a un reforzamiento ca en materia de psicología experimen-
del absolutismo real: el poder del prínci- o.
tal IV).
pe no debe ser compartido; el pueblo y la Compuesta, al igual que la primera, de
nobleza no tienen ningún papel político cinco libros, la segunda parte aborda el
que jugar. Budeo traza igualmente el retra- principio general del conocimiento, como
to del Príncipe ideal, que debe reunir en también el conocimiento de los cuerpos y
su persona unas cualidades físicas que ins- de los espíritus, y de las cosas en general.
piren respeto en sus súbditos y una fuer- Taine extrae leyes relativas a las cosas
za intelectual consagrada por entero al reales, y pone de manifiesto el vínculo
arte de la política. El príncipe aparecerá entre los caracteres generales de la razón
así como un ser superior, dotado de una explicativa de las cosas. Igualmente expli-
superioridad de derecho y de hecho que cita los métodos para encontrar «el inter-
se apoya en esta superioridad física y espi- mediario explicativo».
ritual. El príncipe reinará en solitario, y la
riqueza del Estado -que garantiza la esta- Edición: De l'intelligence, 2 vols., Hachet-
bilidad interior y exterior- será para él te, 1948.
Estudios: E. Bréhier, Historia de la filoso-
un precioso auxiliar. fía (tr. J. A. Pérez Millán y M.• D. Morán),
Este texto da testimonio del atractivo vol. ll, Tecnos, 1988, pp. 495-498 y 508;
que ejercía sobre los pensadores políticos C. Evans, Taine: essai de biographie inté-
de principios del siglo XVI la posibilidad rieure, Nizet, 1976.
DE LA INTERPRETACIÓN 142
A los ojos de Cicerón, estas dos teo- la guerra de todos contra todos, los hom-
rías son extremas e inaceptables. El autor bres han de renunciar a su derecho natu-
hace intervenir a un tercer interlocutor, ral sobre todas las cosas y comprome-
Corta, que expresa su propio pensamien- terse a obedecer para siempre al principe,
to. Después de haber refutado la teoria del que en compensación les garantizará su
epicúreo, Cotta condena el politeísmo, seguridad.
como también toda visión antropomórfi- Es preciso relacionar esta obra con otro
ca de los dioses. Dios no es un ser con- escrito de Hobbes, el tratado --> Del hom-
creto: es el espíritu. bre, que presenta, de manera menos orde-
Este tratado, redactado poco después nada, el mismo contenido.
de la muerte de César, está dedicado a Bru-
to, su asesino; es un triptico dialéctico; tres Edición: «La naturaleza humana» (tr. E.
Lynch), en Hobbes, antología preparada por
teorias son en efecto expuestas: el epicu- E. Lynch, Península, 1987, pp. 123-178.
reísmo, el estoicismo y el neoplatonismo. Estudio: Introducción de E. Lynch a la ed. cit.
Al criticar las posiciones religiosas de las
dos primeras doctrinas, Cicerón se man-
tiene muy neutro. Entre esos dos extre-
mos, elige, a través de su doble Cotta, una DE LA NATURALEZA O DEL NO-
vía intermedia, mesurada y equilibrada. SER, flept qn)cre~ f) flept to'tl lllÍ ovto~,
La obra no contiene ninguna teoría o hacia 440 a.C.
nueva u original, no da ninguna solución GORGIAS DE LEONTIUM, hacia 487-hacia
personal, pero es el testimonio sobre la 380 a.C.
teología antigua de un hombre fatigado y
decepcionado por los acontecimientos Existen dos versiones de esta obra, la
sociales e ideológicos que lo han alejado de Sexto Empírico y la del pseudo-Aris-
de la escena política. tóteles. Gorgias se esfuerza en mostrar
que ningún ser existe por razonamientos
Ediciones: Sobre la naturaleza de los dio- que apuntan tanto al ser como al discur-
ses (tr. F. Samaranch), Aguilar, 1970; De la so. En Gorgias, la ontología no es sepa-
nature des dieux (tr. M. Van den Bruwae- rable del arte de la retórica que lo ha hecho
ne), 4 vols., Latomus, Bruselas, 1970-1986. célebre. Más que de ontología, habria que
Estudio: R. Mondolfo, El pensamiento anti-
guo. Historia de la filosofía greco-romana hablar -en Gorgias- de «rechazo de toda
(tr. del ita!. por S. A. Tri), vol. ll: Desde Aris- problemática ontológica» (Jean Louis Poi-
tóteles a los neoplatónicos, Buenos Aires, rier). La argumentación del tratado se arti-
Losada, 1942, pp. 173-182. cula en etapas rigurosamente sucesivas,
según el modo regresivo del «incluso si>>
(argumento <<a fortiori»): el ser no existe;
incluso si existiera, no podría ser pensa-
DE LA NATURALEZA HUMANA, o do; e incluso si pudiera ser pensado, el
Los elementos fundamentales de la lenguaje no sabría expresarlo. La posibi-
política, Human Nature, or the Fun- lidad de la retórica (véase el diálogo de Pla-
damental Elements of Po/icy, 1650. tón que lleva el nombre de --> Gorgias)
THOMAS HOBBES, 1588-1679. está así fundada sobre una ruptura entre
Primera parte de los Elementos del dere- el dominio del ser y el del lenguaje.
cho natural y político.
Edición: Sofistas, Testimonios y fragmen-
tos (tr. A. Melero Bellido), Gredos, 1996.
En esta obra, que fue traducida por el Estudios: Introducción de A. Melero Belli-
barón de Holbach en 1772, Hobbes estu- do a la ed. cit.; J. Barnes, Los presocráti-
dia la naturaleza del hombre -y más cos (tr. E. Martín), Cátedra, 1992; W. Jae-
específicamente sus pasiones- con vís- ger, Paideia. Los ideales de la cultura
griega, México, Fondo de Cultura Econó-
tas a establecer las condiciones de su mica, 1981; T. Calvo, De los sofistas a Pla-
supervívencia en comunidad. Para evítar tón: política y pensamiento, Madrid, 1986.
149 DE LA RELIGIÓN, CONSIDERADA EN SU FUENTE, SUS FORMAS YSU DESARROLLO
que se corresponden con un cierto nivel este libro su posición espiritual. Profe-
de desarrollo de la inteligencia. Cuando, sa una religión natural que tiene rela-
por haber progresado la inteligencia, las ción con la teología cristiana. Para Fici-
formas de la religión devienen obsoletas, no, existe un Dios universal al que
se abre una época de crisis. El sentimiento veneran todos los creyentes, cualquiera
busca nuevas formas. Al no encontrarlas, que sea su credo.
se refugia en la incredulidad o en las
supersticiones más viles. Y ello continúa Edición: De la religion chrétienne, Gilles
hasta haber encontrado una forma nue- Beys, 1578.
Estudios: N. Abbagnano, Historia de la Filo-
va <<que la inteligencia perfeccionada pue- sofía (tr. J. Estelrich y J. Pérez Ballestar), vol.
da admitir. Una vez hallada esta forma Il, Montaner y Simón, 1973, pp. 62-65 y
[... ],todo vuelve a su orden». 71; R. Maree!, Marsile Ficin, Les Belles Let-
De estos análisis, el autor extrae una tres, 1958.
tipología de las religiones. Las formas
sacerdotales, petrificadas, tienen un
acusado carácter opresivo (el Egipto
antiguo). En oposición a ellas, las for- DE LA TEOLOGÍA MÍSTICA, IIepi
mas abiertas acogen de mejor grado ).lUO"ttK'fj~ 9EOA0yl<l~.
los progresos de la inteligencia (Gre- Pswoo-DIONISIO, síglos V-VI.
cia). En desarrollos que anticipan los
de Auguste Comte, analiza Constant el Atribuído primeramente a Dionisio
paso del fetichismo al politeísmo, y des- el Areopagita, este tratado místico origi-
pués del politeísmo al monoteísmo, nal e inesperado, ensalza, no la luz de
como la marcha irreversible de la huma- Dios, sino sus tinieblas. Es posible unir-
nidad hacia el progreso. Este progre- se a Dios por la negación de todo y de
so atraviesa en la época de Constant uno mismo, apoyándose en el silencio
un estadio en el que el carácter exce- perfecto de la ignorancia: es el éxtasis
sivamente sacerdotal del teísmo está místico, tal como ha sido experimenta-
desquiciado por la incredulidad. Esta do por los contemplativos que se unen
teoría de las religiones, defendida por así con Dios.
un espíritu que se declaraba protes-
tante, apenas si tuvo éxito. Sin embar- Edición: Obras completas del Pseudo-Dio-
nisia Areopagita, ed. T. H. Martín, Ed. Cató-
go, para el lector contemporáneo De lica (B.A.C.), 1996.
la religión es una obra altamente suges- Estudios: E. Gilson, La filosofía en la Edad
tiva que, además, fue escrita por uno Media (tr. A. Pacios y S. Caballero), Gredos,
de los más reconocidos prosistas fran- 1972, pp. 66-81 y 90; R. Roques, L'Uni-
ceses de su siglo. vers dionysien, Le Cerf, 1983.
paternal del autor y su cuidado en prever judicial se reduce pues -y debe reducir-
las objeciones de su hijo y refutarlas: sus se- a la estricta aplicación de la ley.
preceptos deben ser aceptados y seguí- Pero ¿qué se busca con la pena? Insti-
dos. Abandonando el diálogo y el estilo tuir un sistema de distribución de los dolo-
pomposo y ambicioso, Cicerón se dirige res. La eficacia de este sistema está garan-
al lector en un tono simple y confidencial. tizada por el delincuente mismo, invitado
por la ley a calcular su interés bien enten-
Edición: Sobre los deberes (tr. J. Guillén), dido. Porque es preciso repetir una y otra
Tecnos, 1989. vez que, en un régimen de arbitrariedad
Estudios: R. Mondolfo, El pensamiento
antiguo. Historia de la filosofía greco-roma- -donde el poder tiene la capacidad de
na (tr. del ita!. por S. A. Tri), vol. 1!: Desde inventar los delitos según su interés-, el
Aristóteles a los neoplatónicos, Buenos delincuente potencial no puede prever
Aires, Losada, 1942, pp. 173-182; P. Gri- nada y se encuentra por tanto dispuesto
ma!, Cicéron, Fayard, 1986. a todo.
De los delitos y de las penas ofrece
a los hombres de las Luces la teoría del
derecho que convenía a su ideal políti-
DE LOS DELITOS Y DE lAS PENAS, co. La fortuna del libro de Beccaria supe-
Dei delitti e del/e pene, 1764. ró con mucho su ambición, y eso des-
BECCARIA (Cesare Bonesana, marqués de), de el instante en que fue publicado.
1738-1794. Filósofos, teóricos del Derecho y juris-
tas se afanarán por reclamar para sí o
Beccaria propone una idea nueva para discutir sus tesis (por ejemplo Kant en la
su tiempo: la justicia no es la sirviente de Doctrina del derecho respecto a la pena
la religión; una condena no venga una ofen- capital).
sa a la divinidad. 8 derecho no debe ser
definido y considerado más que como ins- Edición: De los delitos y de las penas (tr.
tancia social. Su razón de ser es la utilidad. J. A. de las Casas), Alianza, 1995.
Nos encontramos aquí en el corazón de la Estudios: Introducción y apéndice de J. A.
inspiración política antíabsolutista de las Delval a la ed. cit.; Voltaire, «Comentario al
libro De los delitos y de las penasn, inclui-
Luces y de su afán por romper todo lazo do en esa misma ed.; N. Abbagnano, His-
entre lo sagrado y las instituciones. toria de la Filosofía (tr. J. Estelrich y J. Pérez
Las penas no tienen otro origen que el Ballestar), vol. ll, Montaner y Simón, 1973,
deseo de seguridad humano. Los hombres pp. 393-96; presentación de la edición fran-
consienten en sacrificar a esta seguridad cesa en Flammarion; J. Jacomella, «Actua-
lité de la pensée de Cesare Beccarian, en
una parte de su libertad. Pero es necesario Revue internationale de crimino/ogie et de
que el intercambio sea equitativo, lo cual po/ice technique, enero-marzo de 1964.
supone un cálculo de las sanciones que
deben imponerse a tal o tal atentado come-
tido contra la sociedad. La justicia se hace
matemática, y el rigor del razonamiento DE LOS ERRORES Y DE LA VER-
juridico queda garantizado por el recurso a DAD, Des erreurs et de la uéríté, ou les
las formas silogísticas de la lógica clásica. Hommes urappelésn au príncipe uní-
El ejercicio legítimo de la justicia impli- verse/ de la science, 1775.
ca además una legalidad, con relación LOUIS CLAUDE DE SAINT-MARTIN, 1743-
a la cual se definen delitos y penas, y fue- 1803.
ra de la cual no habría más que arbitra-
riedad. Es lo que hoy día se llama un Esta- Queriendo explicar la Creación, el autor
do de derecho. Los análisis de la ley que se remite a una ciencia de las cifras poco
Beccaria propone tienen fuertes analogías inteligible. En ciertos respectos, se trata
con los que en esa misma época escri- también de un manual de ejercicio de la
bió Rousseau. El ejercicio de la función voluntad a partir de un saber adquirido
155 DECADENCIA DE OCCIDENTE (LA)
por la humanidad. Pues la especie huma- Edición: Traité des Príncipes (tr. H. Crou-
na fue más libre otras veces de lo que lo zel y M. Simonetti), Le Cerf, 1978.
es hoy. Estudios: E. Gilson, La filosofía en la Edad
Media (tr. A. Pacios y S. Caballero), Gredas,
1972, pp. 52-57; H. Crouzel, Origene et
Edición: Des erreurs et de la vérité, en Oeu- la philosophie, col. «Théologie», Desclée De
ures majeures, Olms G., Hildesheim, 1975. Brouwer, 1962.
I;studio: R. Amadou, Trésor martiniste,
Editions traditionnelles, 1969.
«mágica» (mundo árabe), y la cultura <<Íáus- autores, incluso aunque los filósofos (Loc-
tica» (Occidente europeo y principalmente ke, Voltaire, Rousseau) no sean men-
alemán). cionados.
Teórico de la «revolución conserva- Una Declaración de los derechos del
dora», contrario al racionalismo y a la idea hombre y del ciudadano no es un acto
de progreso, recuperado por los nacio- por el cual esos derechos son instituidos.
nal-socialistas pese a su hostilidad hacia Los que los enuncian y los codifican no
ellos, Spengler desarrolla el tema de la pretenden más que «exponerlos», evo-
decadencia y del declive, de gran impac- carlos, publicarlos, a fin de garantizar la
to en el siglo xx. humanidad futura contra su olvido. Sien-
do esos derechos naturales, son tan vie-
Edición: La decadencia de Occidente (tr. jos como el hombre mismo, que hasta
M. García Morente), Espasa-Calpe, 1989. ahora no ha hecho más que sufrir, o hacer
Estudio: G. H. von Wríght, «Spengler y
Toynbee», ensayo contenido en el libro de sufrir, por haberlos ignorado. En materia
este autor El espacio de la razón (tr. J. Par- de derecho, una Declaración es un acto
do), Verbum, 1996. cuyo valor es inmenso, pero que no crea
nada.
La Declaración del 26 de agosto de
1789 se impone como modelo. Va
DECLARACIÓN DE LOS DERECHOS mucho más lejos que sus hermanas ame-
DEL HOMBRE Y DEL CIUDADANO, ricanas aa de Virginia de 1777, por ejem-
Déclaration des droits de l'homme et plo) porque reivindica la universalidad.
du cito yen, 26 de agosto de 1789. No es laica, puesto que ha sido produ-
cida «en presencia y bajo los auspicios
No existe una, sino varias Declara- del Ser supremo». Es la herencia de la
ciones de los derechos del hombre y del religión natural de las Luces la que intro-
ciudadano. Aquí consideraremos prin- duce al mismo tiempo en la Declaración
cipalmente a la de 1789, matriz de todas un principio de tolerancia: «Nadie debe
las otras. Aunque la comparación con las ser inquietado por sus opiniones, inclu-
versiones posteriores es evidentemente so religiosas.>>
de lo más instructiva. El hombre tiene, pues, derechos que
¿Son textos filosóficos estas Decla- la naturaleza le confiere: libertad, pro-
raciones? En sus intenciones, segura- piedad, seguridad, resistencia a la opre-
mente no, porque no son teóricas, sino sión. Mas para ser «naturaleS>>, el segun-
prácticas, o sea históricas. En su expo- do y el último de esos derechos, por
sición, tampoco: los derechos y debe- ejemplo, no han cesado jamás de ser obje-
res que presentan -bajo forma de ar- to de un vivo debate ideológico y filosó-
tículos sucesivos- no están fundados en fico, mucho tiempo antes y después de la
razón; se limitan a enunciarlos. La solem- publicación de este texto. La igualdad,
nidad que rodea al texto no es un susti- inscrita en el artículo primero, es jurídi-
tuto de los análisis discursivos. Se puede ca. 8 aspecto económico o social no ha
incluso decir que la redacción de las sido evocado. Lo cual ha concentrado
Declaraciones da testimonio de la urgen- sobre este punto un gran número de crí-
cia política que presidió su nacimiento. ticas ulteriores.
Mas en su cuidado por articular «el fin de La definición de la legitimidad políti-
toda institución política>> en tomo a un ca lleva el sello de Rousseau: «El princi-
discurso sobre la naturaleza del hombre, pio de toda soberanía reside esencial-
dejan entrever una preocupación que está mente en la nación»; «La ley es la
muy emparentada con la filosofía. Y, por expresión de la voluntad general>>. Fór-
último, las Declaraciones se nutren direc- mulas tales no sólo eran válidas como
tamente de una tradición filosófica clási- principio de exclusión de la monarquía
ca, conscientemente reivindicada por sus (la persona del rey no es mencionada),
157 DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS DERECHOS HUMANOS
Naciones Unidas, sino que vale sobre todo to Magno de los textos de Aristóteles relati-
como referencia moral en las batallas por vos al intelecto. Siger de Brabante afuma la
los derechos del hombre que se libran a identidad del intelecto en todos los hombres,
lo ancho del mundo. y el ideal de la fusión de este intelecto con el
intelecto divino. Tomás de Aquino replicará
Edición: Declaración universal de los dere- a este tratado inspirado en tesis averroístas
chos humanos, en A. Truyol y Serra, Los con su--> De la unidad del intelecto.
derechos humanos, 3.•ed., Tecnos, 1982.
Estudio: «Estudio preliminara de A. Truyol
y Serra en la ed. cit. Edición: Quaestiones in tertium de anima.
De anima in te/lectiva. De aeternitate mun-
di (ed. critica B. Bazan), Vrin, 1972.
Estudio: E. Bréhier, Historia de la filoso-
fía, vol. 1, Tecnos, 1988, pp. 548-550.
DEL ALMA, Tiepí lJfllXí'\<;, De anima.
384-322 a.C.
ARISTÓTELES,
tino y de libre arbitrio. El autor quiere Berdiáev es, junto con Chestov, uno de
sobre todo mostrar su desacuerdo con los grandes pensadores rusos. Impregnada
los estoicos y los peripatéticos, que tie- de mística y de idealismo, su obra puede
nen de la vida una concepción fatalista. parecer dificil, mas su originalidad es cierta.
En efecto, Cicerón afirma que el hom-
bre puede sustraerse a la necesidad del Edición: De la destination de l'homme,
L'Áge d'Homme, Lausana, 1979.
destino y sostiene que la libertad de la Estudio: J. Gaith, Nicolas Berdiaefj, phi-
voluntad anula la fatalidad. De este modo losophe de la liberté, Dar El-Machreq, 1968.
salvaguarda la responsabilidad humana,
esencial en su doctrina moral.
Para apoyar estas tesis, Cicerón toma
algunos argumentos de la filosofia acadé- DEL DESTINO Y DE LA UBERTAD,
mica fundados en el probabilismo. El esta- TIEpi EÍJ.Lap¡.tÉV'I')c; Ka't tOV ecp'T¡¡.tív (De
do fragmentario en que nos ha llegado este fato), o entre 198 y 209.
documento no nos permite sin embargo ALEJANDRO DE AFRODISIA, fin del siglo n-
extraer una conclusión bien clara. principios del siglo m.
Edición: Traité du destin (tr. A. Yon), ed. Comentando las teorías del alma y de
bilingüe, Les Belles Lettres, 1950. la mezcolanza desarrolladas por Aristó-
Estudios: R. Mondolfo, El pensamiento teles en su tratado -+ Del alma, esta obra,
antiguo. Historia de la filoso/fa greco-roma-
na (tr. del ita!. por S. A. Tri), vol. !I: Desde dedicada a los emperadores Septimio
Aristóteles a los neoplatónicos, Buenos Severo y Antonino Caracalla, analíza tam-
Aires, Lo~ada, 1942; O. Hamelin, Sur le bién los problemas nuevos aparecidos en
De jato, Ed. de Mégare, 1978. filosofía después de la muerte de Aristó-
teles: -problemas relativos al destino, a
la libertad y a la Providencia-.
DEL DESTINO DEL HOMBRE. Ensa- Abordado aquí, partiendo de los prin-
yo de ética paradójica, O naznacheni cipios y métodos de Aristóteles, el pro-
cheloveka, 1931. blema de la naturaleza del destino es con-
NICOLÁI ALEXÁNDROVITCH BERDIÁEV (o siderado esencialmente como una cuestión
BERDIAEFF), 1874-1948. física, en relación con la idea de causali-
dad, aunque tenga incidencias prácticas
La filosofía de Berdiáev es escatológica, y en particular morales. Dirigiendo sus
es decir, se inscribe en la perspectiva de los críticas contra las concepciones dema-
fines últimos del hombre y del mundo. Ésta siado deterministas del destino como fuer-
es la razón de que la noción de salvación za cósmica, y contra aquellos filósofos
sea en él esencial, como también la de para quienes todo lo que ocurre se pro-
redención. Berdiáev concibe tres tipos de duce fatalmente -los estoicos parecen
tiempo: el tiempo cósmico, el tiempo his- ser el blanco, aunque no sean nombra-
tórico y el tiempo existencial, que es el de dos-, este tratado se propone salva-
la subjetividad y de la interioridad humanas. guardar la idea de libertad. El De fato
Estos tres tiempos tienden cada uno de ellos disocia por tanto la idea de una natura-
hacia la eternidad, que es el fin del tiempo. leza determinada de la idea de la liber-
De la misma manera, la ética de Ber- tad de elección entre virtud y vicio. Sin
diáev es escatológica, en el sentido de que esta libertad, la responsabilidad, el enco-
todo acto moral realiza el fin del mundo mio y la reprobación no tendrían nin-
en el que vivimos y lleva en él la eterni- gún sentido; la existencia misma de los
dad. Esta obra analiza las múltiples posi- dioses sería puesta en cuestión.
bilidades de concebir la ética desde un Sabemos que existía una larga serie de
punto de vista cristiano y termina con con- tratados relativos al problema del destino;
sideraciones metafísicas sobre la muerte, pero, junto con la de Cicerón, esta obra
la inmortalidad y el paraíso. está entre las únicas que se han conservado.
163 DEL ESPÍRITU DE LAS LEYES
tesquieu: política y ciencia natural, Alian- cuando dijeron que era «la medida del
za, 1984; L. Althusser, Montesquieu: la movimiento••. ¿Por qué empeñarse en que-
política y la historia (tr. M. Ester Benítez), rer definir una noción que todo el mun-
Ariel, 1979.
do emplea con buen criterio?, ironiza Pas-
cal. Es preciso por lo demás ser bastante
ingenuo para creer que una tal •<definición••
nos muestra la verdadera naturaleza del
DB... ESPÍRllU GEOMÉlRICO, De /'es-
tiempo. Eso es confundir las definiciones
prit géométrique, 1776.
de cosa --que desvelan la esencia misma
Bl.AISE PASCAL,1623-1662.
del objeto definido- y las definiciones de
nombre --que consisten en establecer, de
El «espíritu geométrico», o «espíritu de
manera convencional, una equivalencia
geometría» designa en Pascal la facul- entre un nombre Oo definido) y una expre-
tad de apercibir los grandes principios y sión cuyos términos son perfectamente
de realizar a partir de ellos demostracio- conocidos (la definición). Pero en mate-
nes rigurosas. En la obra de construcción mática, recuerda el autor, sólo las defini-
de los razonamientos matemáticos, sólo ciones de nombre son admitidas. Inútil,
el espíritu geométrico es capaz de respe- por tanto, intentar definir términos pri-
tar, en la exposición de sus demostracio- mitivos tales como el tiempo, el espacio,
nes, «el orden geométrico», que consiste el movimiento, el número y tantos otros
en definir los términos poco claros y en «que todo el mundo entiende por sí mis-
demostrar las proposiciones que no son mo». De la misma manera, sería muy pre-
evidentes por sí mismas. El matemático suntuoso emprender la demostración de
previene así las objeciones y se libra de los axiomas más evidentes de la geome-
la confusión que naturalmente arrastra el tría, como el principio de la doble infini-
lenguaje. tud de la naturaleza, según la cual todo
Sin embargo, el orden geométrico es número, toda duración, todo espacio, toda
muy inferior al «orden absolutamente rea- velocidad, puede ser indefinidamente dis-
lizado» al que ciertos espíritus presuntuo- minuido o aumentado sin quedar anulado
sos han pretendido llegar. Este último con- o devenir infinito por ello.
sistiría en definir todo y en demostrar todo, Para Pascal, la impotencia de nuestra
de tal suerte que la razón no aceptaría razón para definir todo y para demostrar
jamás nada que no estuviera previamen- todo debe ser considerada como una per-
te probado de manera absolutamente cier- fección y no como una carencia, porque
ta. Pero, para Pascal, este orden perfec- lo que nos impide definir los términos pri-
to sigue siendo inaccesible, «porque lo que meros o demostrar los axiomas no es la
está más allá de la geometría nos sobre- oscuridad de éstos, sino, por el contrario,
pasa a nosotros». En efecto, si quisiéra- <<SU extrema evidencia••. Al hacer esos obje-
mos definir todo y demostrar todo, ten- tos accesibles al corazón de los hombres,
dríamos que embarcamos en una regresión la naturaleza suple de alguna manera la
al infinito, cosa de la que nuestro espíritu imposibilidad en que los ha colocado de
es naturalmente incapaz. El geómetra debe acceder al orden absolutamente perfecto
también renunciar a ese orden inaccesi- al que su razón aspira sin embargo.
ble y adoptar como punto de partida de Los editores han adjuntado tradicio-
sus razonamientos términos indefinibles nalmente al Espíritu geométrico otro
(o términos primitivos) y proposiciones opúsculo, -->el Arte de persuadir, redac-
indemostrables (o axiomas), y a partir de tado más o menos en la misma época,
ellos definirá los otros términos y demos- hacia 165 7. Estos dos textos parecen
trará las otras proposiciones. haber sido compuestos para servir de pre-
Mas la razón no abdica tan fácilmente facio a los Elementos de geometría que
de sus prerrogativas. También los aristo- Pascal destinaba a la enseñanza de los
télicos creían haber definido al tiempo alumnos de Port-Royal. Aunque los dos
-----------------------
DEL FUNDAMENTO DE LA INDUCCIÓN 166
quedaron inacabados, esclarecen con nue- menos forma, según Lachelier, un siste-
va luz el pensamiento del autor de las -+ ma que está caracterizado por la unidad.
Provinciales. Además de las reflexiones Otro crítico de Lachelier, Maurice Bou-
sobre la doble infinitud de la naturaleza, dot, ha escrito (1972): «¿Quién puede pre-
se encuentra aquí en efecto la descripción tender que [... ]los principios que Lache-
de un sistema hipotético-deductivo que lier enuncia validen una inferencia de
responde perfectamente a las exigencias algunos a todos?>>
de la axiomática contemporánea. Al recor-
dar en múltiples ocasiones que las defi- Edición: Del fundamento de la inducción,
Ed. Reus, 1928.
niciones son «libres» en matemática, Pas- Estudios: E. Bréhier, Historia de la filoso-
cal pone el acento, muy anteriormente fía (tr. J. A. Pérez Millán y M.• D. Morán),
a nuestros lógicos, sobre el carácter fun- vol. U, Tecnos, 1988, pp. 545-552; L. Millet,
damentalmente convencional del orden Le Symbolisme dans la philosophie de
geométrico. Lachelier, P.U.F., 1959.
sophiae), y cuya tercera parte es el céle- Hobbes propone aquí una concepción
bre tratado que lleva por título~ Del ciu- de las relaciones entre el hombre y la
dadano (De cive). El tratado Del hombre sociedad muy próxima a la que define en
vuelve a tomar, de manera más desarro- el Leviatán•: el estudio fisiológico y bio-
llada y menos sistemática, los temas que lógico del individuo tomado aisladamen-
Hobbes había ya abordado en una obra te permite descubrir su comportamiento
fechada en 1650, 4 La naturaleza huma- en colectividad.
na (Human Nature).
Como su título indica, este tratado está Edición: De homine, vol. !1 de las Opera
consagrado al estudio del ser humano, y Latina, Scientia Verlag.
más particularmente al del alma humana, Estudio: F. Téinnies, Thomas Hobbes: vida
y doctrina (tr. E. Imaz), Alianza, 1988.
puesto que el estudio físico del cuerpo es
muy sucinto. En efecto, el autor se contenta
con recordar el principio fundamental que
gobierna toda su teoría fisiológica, a saber,
DEL HOMBRE, DE SUS FACULTA-
la identificación de la vida con el movi-
DES INTElECTUALES Y DE SU EDU-
miento, siendo para él el movimiento del
CACIÓN, De J'homme, de ses facultés
corazón el principio mismo de la vida. Sin
intel/ectuelles et de son éducation, 1772.
embargo, el autor se extiende largamente
CIAUDE AoR!EN HELVETIUS, 1715-1771.
en su exposición de la teoría de la visión,
por una parte porque ya había formulado
Esta obra es continuación directa de
los grandes principios en un esbozo de
-->Del espíritu, cuyas tesis aquí desarro-
Dióptrica, y por otra porque la visión le
lla, extrayendo sus consecuencias. Estas
permite introducirse en el estudio del alma
consecuencias se manifiestan principal-
por la vía de la imaginación.
mente en el dominio de la educación, que
Tras haber demostrado el origen de las
Helvetius tiene por omnipotente en la for-
ilusiones ópticas, Hobbes abandona defi-
mación de los espíritus: «La educación lo
nitivamente el dominio de la fisiología para
puede todo»; •No hay nada imposible para
consagrarse al estudio de nociones espiri-
la educación; hace danzar a los osos.»
tuales como el lenguaje, la ciencia y las
Pues el autor del Espíritu no cree apenas
pasiones, le ley y la religión. El filósofo con-
en la eficacia de un determinismo inter-
cibe al lenguaje como una creación artifi-
no, de tipo fisiológico; para él, el espíri-
cial del hombre mediante la cual éste une
tu no es un •don de la naturaleza», sino
una palabra arbitraría con la cosa que ella
«un efecto de la educación».
designa. En cuanto a la ciencia, Hobbes
la identifica con el conocimiento de la cau-
Se debe a Oiderot una refutación de esta
obra. En ella critica, en nombre de la natu-
sa, y no hay ciencia más que cuand? s~
raleza de los seres, la fe absoluta de Hel-
pueden demostrar, a partir de este pnnci-
vetius en la omnipotencia de la educación:
pio, las consecuencias que de él se d~riva_n.
«No se le da olfato a un galgo.» Rousseau
Por esa razón, la física no es una ciencia,
lo amonesta igualmente, esta vez por su
puesto que no hace más que constatar fenér
materialismo, en la Profesión de fe del
menos que luego, a posteriori, relaciona
vicario de Sabaya Oibro IV del 4 Emilio).
con su causa. Las pasiones son los movi-
mientos que nos hacen dirigimos hacia cier- Edición: De /'homme, de ses facultés inte-
tas cosas, y calificamos de bien aquello que 1/ectue//es et de son éducation, 2 vols., col.
satisface nuestro deseo. El autor afirma que «Corpus des oeuvres de philosophie en lan-
la ley no tiene valor moral a menos que se gue frano;:aise••, Fayard, 1989. .
dirija, en el ámbito humano, al ciudadano. Estudios: E. Bréhier, Historia de la f¡/o_so-
fía (tr. J. A. Pérez Millán y M.• D. Moran),
Pmalmente define la fe y el culto, que englo- vol. 11, Tecnos, 1988, pp. 115-123;G. Be~
ban una sola y misma realidad -la reli- se Histoire /ittéraire de la France, Messi-
gión-, como una manifestación individual d~r-Éditions sociales, 1987, t. Ill, pp. 490-
o colectiva, respectivamente. 496.
DEL INFINITO MATEMÁTICO 168
pecado es necesario para la perfección se al nivel del primero; de este modo se esta-
del universo; es justo que el pecador sea blece entre ellos una suerte de ósmosis.
castigado por el mal que ha realizado;
el castigo puede por tanto ser conside- &iición: Del maestro, en Obras de San Agus-
rado como un bien. El alma aspira a un tín, t. llJ (trad. P. M. Martínez), Ed. Católica
(B.A.C.), 1947.
bien, y debe actuar por ello de una mane- Estudios: Introducción del P. M. Martínez
ra que le permita acceder a él; la vida bie- en la ed. cit., pp. 667-680. A. Mardouze,
naventurada es la recompensa suprema. Saint AugusUn: /'aventure de la raíson et
Lo que es interesante en esta obra de de la grace, Etudes augustiniennes, 1968.
juventud es la exposición de las doctrinas
del autor sobre la gracia, la predestinación,
y el pecado original, que desarrollará en
sus obras posteriores. Esta obra deja entre- DEL MODO DE EXISlENCIA DE LOS
ver que Agustín no está siempre seguro; OBJETOS TÉCNICOS, Du mode d'exis-
mas sus teorías para conciliar las diversas tence des objets techniques, 1958.
doctrinas católicas son originales y su len- GILBERT S!MONDON, 1924-1989.
guaje es incontestablemente nuevo.
El conocimiento del objeto técnico es
Edición: «Del libre albedrío» (tr. E. Seijas), necesario; en otro caso se toma sagra-
en voi.III (pp. 235-521) de las Obras de San do: idolatrado o maldito. La evolución
Agustín, I;:d. Católica, (B.A.C.), 1947.
Estudio: E. Gilson, lntroduction d l'étude
técnica, de acuerdo con el instrumento
de saint Augustin, Vrin, 1982. del que el hombre es portador, y que pro-
longa sus órganos, hace surgir al indivi-
duo técnico, unidad de elementos con
una causalidad recurrente de sus accio-
DEL MAESTRO, De magistro líber, nes, objeto «concreto» que tiende hacia
0389. la coherencia interna, característica de
AGUSTÍN (Aurelius Augustinus, San), 354- los vivientes. De ello resultan dos ras-
430. gos del objeto técnico: su minoría social,
cuando es utilizado por el saber implíci-
Este diálogo didáctico entre el autor y to del hábito, y su mayoría social, cuan-
su hijo, Adeodat, fue escrito después de do su uso exige el conocimiento de sus
su bautismo, en 389. interacciones internas. Mas el siglo XX ha
Utilizando el método de Sócrates, Agus- recreado una alienación, porque la máqui-
tín demuestra a su hijo, que morirá dos na no prolonga ya el esquema corporal
años más tarde, que no son las palabras y su funcionamiento no es conocido más
del maestro las que enseñan la verdad: que por los especialistas. Por tanto hay
éstas pueden ser mal interpretadas; no una relación del hombre con el individuo
son más que un medio para expresar la técnico, no solamente respecto a su
verdad que está en nosotros. Para juz- invención, sino cuando entre los dos rea-
gar sobre la veracidad de las palabras del lizan una función reguladora de manera
maestro es preciso volverse hacia esta ver- mejor que cada uno por separado: por-
dad interior inspirada por Dios. Cada que el hombre selecciona las formas en
hombre está así habitado por esta pala- función de su pasado y puede modificar
bra divina, en la cual debe reconocer su los problemas a resolver por recurrencia
solo y único maestro. del porvenir sobre el presente; la máqui-
Agustín proseguirá este estudio en La na, en cambio, no reacciona más que
manero de catequizar a los ignorontes: abor- ante lo ya dado, y por tanto tiene nece-
dará el tema del amor, generador de la comu- sidad del hombre para recibir un pro-
nión de espíritu que une al maestro y al discí- grama.
pulo; el primero saldrá de sí al ponerse al nml La esencia de la técnica tiene que ser
de su alumno, que a su vez acabará por alzar- situada en el interior de las diversas rela-
171 DEL ORIGEN, NATURALEZA, DERECHOS YMUTACIONES DE LAS MONEDAS
nismo chocante. Su obra, capital para la servicio de la teología. Basta con creer
historia económica francesa, tendrá reper- para que Dios sea, y todas las pruebas
cusiones en toda Europa; el célebre eco- del mundo no cambiarán nada.
nomista Adam Smith coincidirá en nume- Esta obra es esencialmente una medi-
rosos puntos con la teoría de este genio tación sobre el sentido de la existencia y
normando. sobre la realidad del hombre, «siendo el
hombre concreto el sujeto y el supremo
Edición: Tratado de la primera invención objeto de la filosofía ... » La dialéctica fun-
de las monedas (tr. J. Binaghi), Orbis, 1985. damental de la filosofía unamuniana es
Estudios: E. Gilson, La filosofía en la Edad la que se inscribe en la relación del hom-
Media (tr. A. Pacios y S. Caballero), Gredos,
1972, pp. 630-632; Ch. Pérez, Monnaie bre con Dios, de la existencia con la eter-
du pouvoir, pouvoir de la monnaie; une nidad. Las únicas razones válidas aquí aba-
pratique discursive origina/e, le discours jo son «las razones que el corazón siente».
figuratif monétaire, Les Selles Lettres, Unamuno estuvo al origen de una ver-
1986. dadera renovación de la filosofía en Espa-
ña; su influencia se ha extendido a Italia
y a Alemania, como también a Inglaterra
y Rusia.
DEL SENTIMIENTO lRÁGICO DE lA
VIDA EN LOS HOMBRES Y EN LOS Edición: Del sentimiento trágico de la vida
PUEBLOS, 1913. (prólogo de F. Savater), Alianza, 1986; Del
MIGUEL DE UNAMUNO, 1864-1936. sentimiento trágico de la vida (introducción
de P. Cerezo), Espasa Calpe, 1995.
Estudios: Introducción a cualquiera de las
La obra mayor del filósofo español no ediciones indicadas; J. Ferrater Mora, Una-
se ubica bajo ninguna categoría filosófica muna. Bosquejo de una filosofía, Alianza,
determinada; por sus ecos existencialistas, 1985; J. D. García Bacca, Nueve grandes
se relaciona sin embargo con la inspiración filósofos contemporáneos y sus temas,
de un Kierkegaard, de un Nietzsche o de Anthropos, 1990, pp. 83-148; A. Guy,
Unamuno et la soif d'éternité, Seghers,
un Heinrich von Kleist -hombres impreg- 1964.
nados de un espíritu de sabiduría más que
de ciencia racional. Para Unamuno, el sen-
timiento que tenemos de la vida es abso-
lutamente primero; irreductible a toda DEL SER Y DE lA UNIDAD, De ente
racionalidad, de él es de donde nace toda et uno, 1496.
filosofía, toda concepción del mundo e JEAN PICO DE LA MIRANDOLA (Giovanni
incluso todo pensamiento. Así «este sen- Pico Della Mirandola), 1463-1494.
timiento, en lugar de proceder de ciertas
ideas, más bien las determina». Común a La obra plantea la cuestión del deber
todos los hombres y a todos los pueblos, del filósofo: ¿no consiste en la búsqueda
el «sentimiento trágico de la vida» expre- de la unidad y de la concordia? Platón y
sa nuestra «sed de inmortalidad», sed que Aristóteles resultan reconciliados en la
la ciencia -ese «cementerio de ideas muer- identificación del Ser con la Unidad. San
taS>>-- no puede apagar. Agustín va incluso más lejos al identificar
Unamuno pone aquí en cuestión el al Ser con lo Verdadero y el Bien. Así,
dualismo entre el corazón y la razón que el mal y lo falso son la nada: el filósofo
postulan los racionalistas, que no con- desmiente a los maniqueos.
sideran ni admiten más que lo que resul-
ta de la pura abstracción. El autor está, Edición: De ente et uno, Venecia, 1948.
por el contrario, convencido de que la Estudio: N. Abbagnano, Historia de la Filo-
verdadera raíz de las ideas reside en el sofía (tr. J. Estelrich y J. Pérez Ballestar), vol.
II, Montanery Simón, 1973, pp. 66-71; H.
corazón de los hombres. Es también un de Lubac, Pie de La Mirando/e, Aubier-Mon-
grave error querer poner a la lógica al taigne, 1974.
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res propios del mundo aristocrático y, más europeos han de enfrentarse con el mis-
particularmente, por la libertad. Su pro- mo problema institucional, en el sentido
pia vida está articulada en torno al pro- amplio del término: ¿cómo convertir sus
blema de la doble influencia de lo teórico pasiones en leyes y en instituciones?
y de lo vivído, o al de esa teoria de lo vivi- T ocqueville afina su análisis en el segun-
do familiar que mezclará sin cesar hechos do volumen de su obra (parte 3.•, cap.
y valores y que aunará la riqueza concep- XXI): los pueblos europeos son menos
tual y la minucia documental con las con- <<democráticos» que «revolucionarioS>•. Esta
vicciones políticas. reflexión introduce una distinción esen-
América va a permitir a Tocqueville pro- cial, mantenida a todo lo largo del segun-
ceder a un análisis in vivo del principio do volumen, y por la cual explica el autor
democrático: tanto de los riesgos que ha la estabilidad política y el consenso ame-
de afrontar como de las ventajas que ofre- ricano. Muestra que el estado social demo-
ce respecto a la libertad. las naciones euro- crático es poco propicio a las revolucio-
peas están a medio camino entre aristo- nes, en razón del muy trabado tejido de
cracia y democracia, desgarradas por el micro-intereses conservadores que ese
conflicto entre esos dos principios, e incli- estado no cesa de crear y mantener. Es la
nadas con frecuencia hacia esa forma extre- desigualdad lo que lleva a la revolución,
ma de la democracia que es la revolución; y fue por destruir el estado social aristo-
si el ejemplo americano no representa el crático y la ideología de la desigualdad por
porvenir de las naciones de Europa, les lo que los franceses la hicieron; pero han
ofrece al menos material para pensar este conservado pasiones y un estado de espí-
porvenir de manera que extraiga el máxi- ritu poco propicios a la estabilidad de las
mo de ventajas y el mínimo de inconve- instituciones. <<En América, se tienen ide-
nientes en la cuestión de la libertad. as y pasiones democráticas; en Francia,
En el capítulo IX, libro II del primer volu- tenemos todavía pasiones e ideas revolu-
men de la obra, T ocqueville se interroga cionarias.» La obra se articula en torno a
sobre el papel de las leyes y las costum- algunas oposiciones simples, que Toc-
bres en el mantenimiento de la democra- queville utiliza de manera refinada median-
cia americana, por oposición a lo que él te una constante dialéctica entre lo cultu-
llama «causas materiales», esto es, las par- ral, lo social y lo político. América ofrece,
ticularidades del Nuevo Mundo y sus pri- en tanto que sociedad y en tanto que cul-
vilegios en lo que concierne a la relación tura, el ejemplo de una democracia pura.
del hombre con su espacio fisico. Pues Es sabido que La democracia fue publi-
para el pensamiento de Tocqueville, los cada en dos etapas. El primer volumen,
Estados Unidos no son para Europa ni una esencialmente consagrado a la descripción
experiencia conceptualmente comparable analítica de las instituciones americanas, apa-
ni un modelo que habría que seguir: «Es reció en 1835; el segundo, que estudia de
posible concebir un pueblo democrática- manera más abstracta la influencia de la
mente organizado de manera distinta al democracia sobre las costumbres y los hábi-
pueblo americano.» Lo que confiere, sin tos nacionales apoyándose en el ejemplo
embargo, valor universal a este análisis de americano, vio la luz cinco años más tarde.
la democracia americana es la existencia
de un fundamento común al pueblo ame- Ediciones: La democracia en América (ed.
ricano y a los pueblos europeos, a saber: critica preparada y traducida por E. Nolla),
2 vols., AguiJar, 1989; edición popular (tr.
su común pertenencia a la naturaleza D. Sánchez de Aleu), 2 vols., Alianza, 1995-
humana. Los americanos han hecho con 1996; La democracia en América (tr. L. R.
sus manos su sociedad y el motor que la Cuéllar), México, Fondo de Cultura Econó-
impulsa; pero la han canalizado median- mica, 1984.
te el derecho, la religión, las instituciones, Estudios: R. Aron, Las etapas del pensa-
miento sociológico (tr. A. Leal), vol. I, Bue-
las costumbres. Al estar impulsados por nos Aires, Siglo Veinte, 1970; M. Zetter-
pasiones sociales idénticas, los pueblos baum, «Aiexis de Tocqueville», en L. Strauss
175 DEONTOLOGÍA OCIENCIA DE LA MORALIDAD
DEMOCRACIA Y TOTALITARISMO
DEMOSTRACIÓN DE LA EXISTEN-
Démocratie et totalitarisme, 1965. '
CIA Y DE LOS AlRIBUTOS DE DIOS,
RAYMOND AHON, 1905-1983.
A Demonstration of the Being and Attrí-
butes of God, 1727-1728.
Influido por la sociología alemana, en
particular por Max Weber, partidario del pri-
SAMUEL Cl.ARKE, 1675-1729.
mado de lo político (la política es el ejerci-
Esta obra reúne los sermones de los
cio del poder), Raymond Aron se aplica a
años 1704-1705 que Clarke había rees-
definir una sociología política que no sea
crito depurándolos de su presentación
una filosofía política. No se trata para él de
oratoria. El libro está dirigido principal-
construir una teoría del mejor régimen polí-
mente contra el materialismo de Hobbes
tico, sino de fundamenlar una sociología ais-
y de Spinoza.
lando las variables de los regímenes políti-
Clarke deduce la necesidad de Dios a
cos reales a partir de los modelos teóricos
partir de la idea de su eternidad. Según
de los tipos ideales que los fundamentan. '
él, la existencia de Dios no puede ser pro-
El autor señala dos modelos funda-
bada más que por la razón pura, lo cual
mentales: el «régimen constitucional plu-
lo aleja del teísmo y de la teología en boga
ralísta» y el «régimen del partido mono-
en su época, notoriamente la de Newton.
polístícO>•. Así, la unicidad o la multiplicidad
En cambio toma de este último la asimi-
de los partidos políticos permiten estable- lación del espacio y del tiempo infinitos
cer una tipología. El régimen constitu-
a los atributos divinos.
cional pluralista (la democracia) presen- Esta tesis se verá prolongada en la céle-
ta rasgos característicos: la concurrencia bre correspondencia con Leibniz de
pacífica de muchos partidos políticos y el 1715-1716; en este intercambio, Clar-
carácter constitucional de la elección de los ke se tomará en portavoz de las tesis new-
gobiernos y del ejercicio de la autoridad.
tonianas.
Con el pluralismo de partidos se corres-
ponde un pluralismo ideológico. El régi- Edición: A Demonstration of the Being
men del partido monopolístico (el totali- and Attributes of God, en The Works of
tarismo) pretende que un partido tenga el Samuel Clarke, Londres, 1738-1742.
monopolio de la actividad política, que Estudio: A. Koyré,-+ Del mundo cerrado
al universo infinito, Siglo XXI, 1979.
defienda una ideología que tenga una auto-
ridad absoluta y se convierta en la verdad
oficial del Estado (confusión del Estado con
la sociedad), disponiendo este último de
todos los medios de coacción y de per- DEONTOLOGÍA, O CIENCIA DE LA
suasión para difundir esa ideología. Cada MORALIDAD, Deontology, or &ience
régimen real es, según Aron, la realización of Morality, 1834.
histórica de uno de esos dos modelos, de JEREMY BENTHAM, 1748-1832.
uno de esos dos tipos ideales (democra-
cia y totalitarismo). En su justificación del Este tratado busca determinar los con-
multipartidismo como constitutivo de la tenidos de la moral privada en principio,
DERECHO ALA PEREZA (EL) 176
extrema; la información está necesaria- quedan fijados por el orden para cada uno
mente dispersa y es siempre imperfecta. de ellos. A los taxis corresponden las the-
Y por otra parte está la finitud del saber sís, es decir, las reglas que hayan de apli-
humano. Ninguna autoridad central pue- carse a las situaciones por venir y a todos
de conocer todas las informaciones a fin los individuos que se encuentren en tales
de elaborar racionalmente un plan. Es situaciones. En la sociedad abierta exis-
imposible determinar con exactitud las te un orden espontáneo (cosmos), que no
consecuencias de una decisión. El éxito ha sido creado por ningún hombre y no
o fracaso de una acción depende de las está al servicio de ningún fin preciso. Cada
circunstancias, siendo éstas singulares y individuo se fija sus propios objetivos y es
constantemente cambiantes. Las mejores su único juez; nadie decide por los otros.
decisiones son por tanto las tornadas por Las solas reglas que prevalecen son las
aquellos que conocen mejor las circuns- reglas de conducta, frutos de la selección,
tancias; pueden adaptarse a ellas y reac- las reglas universales (nomos} que deter-
cionar en función de las informaciones minan lo que es un comportamiento jus-
recibidas. De ahí que la mejor solución to o, las más de las veces, sentencias que
sea la libertad individual y el mejor régi- definen lo que es injusto. Gracias a estas
men el del libre mercado. reglas, cada individuo sabe qué medio pue-
Los fenómenos sociales, demasiado de utilizar en la prosecución de sus obje-
complejos para que la razón humana pue- tivos. Así, si estas reglas son respetadas,
da captar todos sus aspectos, se trans- todo conflicto queda evitado. De ahí que
forman. Razón y civilización evolucionan exista una catalaxía, en la que cada indi-
conjuntamente, sin que la razón preceda viduo trata de alcanzar sus fines propios
a la civilización ni haya podido concebir- utlizando al máximo las informaciones
la por tanto. Hayek defiende igualmente que le son accesibles. El orden espontá-
la existencia de un evolucionismo social. neo, cuya complejidad es excepcional,
Las instituciones sociales evolucionan por- surge de un juego en el que cada indivi-
que los hombres, cuando actúan, no pue- duo, por sus acciones, obtiene una posi-
den conocer ni las causas ni los efectos de ción en función de un proceso aleatorio
sus actos. La concurrencia selecciona al (equilibrio de ofertas y demandas} que no
azar las «buenas reglas», que son las <<reglas es consciente. Es éste un orden no natu-
de conducta>• que permiten a los individuos ral y no querido; los individuos se ajustan,
o a los grupos devenir más prósperos o sin quererlo, los unos a los otros y con
más poderosos. Gracias a esta selección ello hacen emerger reglas e instituciones.
nacen y se perfeccionan ciertos sistemas Así, el mercado (y la concurrencia} es el
de reglas y se eliminan las restantes por mejor de los sistemas, es decir, el más efi-
ineficaces. Lo cual significa que la Histo- caz. Independiente de la consciencia y de
ria es un caos, que no tiene ningún senti- la manipulación de los hombres, es la úni-
do, que no obedece a ninguna lógica (supe- ca forma de regulación social compatible
rior o inmanente), y que se hace en función con la libertad. El individuo es libre cuando
de las prácticas humanas, es decir, de acci- decide sus objetivos y utiliza sus recursos
dentes. sin verse sometido a la arbitrariedad de otro.
El autor explica así la evolución de las Con el mercado, nadie decide por los otros,
civilizaciones, de la tribu primitiva, la socie- nadie dirige; cada individuo tiene la misma
dad tribal (sociedad cerrada), a la Gran probabilidad de ganar. Ciertamente el mer-
Sociedad (sociedad abierta}, distinguien- cado genera desigualdades (ganadores y
do pues entre taxis y cosmos, thesis y perdedores}, mas estas desigualdades no
nomos. En la sociedad cerrada existe una son justas ni injustas, puesto que no son
fuerte jerarquía y un orden querido, com- voluntarias.
puesto por individuos que persiguen los Este orden espontáneo del mercado
mismos fines -los que se impone la orga- que garantiza la libertad, no debe en nin-
nización-, y cuyos derechos y deberes gún caso ser perturbado, concretamente
DERECHO NATURAL EHISTORIA 178
J. Cropsey (comps.), Historia de la filoso- guez Tapia), Cátedra, 1996, pp. 153-158;
fía política (tr. L. García Urriza, D. L. Sán- S. Malka, Lire Levinas, Le Cerf, 1984.
chez y J. J. Utrilla), México, Fondo de Cul-
tura Económica, 1993, pp. 851-881; L.
Strauss y H. Meíer, Carl Schmitt, Léo
Strauss et la notíon de polítique: un dia-
logue antre absents, Julíard, 1990. DESEO DE ETERNIDAD (EL), Le désir
d'éternité, 1943.
FERDINAND ALQUIÉ, 1906-1985.
por parte de Dios, para crear nada. A decir ta con defender la idea matriz de los filó-
verdad, este argumento se encuentra en sofos (según la cual todas las multiplici-
Aristóteles, mas también en Parménides. dades necesitan un principio común), y se
Averroes, concilia, en efecto, la concep- escandaliza cuando Ghazáll se pregunta
ción aristotélica del primer motor inmóvil prosaicamente por qué el movimiento cir-
con la idea coránica de creación, y expli- cular uniforme es privilegiado por Aris-
ca la creación eterna por la eterna actua- tóteles, y si el reposo eterno no sería igual-
lización de la potencia en acto. Además mente concebible y más apropiado.
piensa que el argumento de Ghazaii impli- A la crítica de la espiritualidad y de la
ca que se imputa a Dios una voluntad autosubsistencia del alma, y sobre todo a
humana. «Motivo», al igual que •<deseo•• y la de su inmortalidad, le opone Averroes
«voluntad», son términos que no tienen un punto de vista aristotélico mezclado
sentido más que para un ser viviente ani- con la escatología de los últimos autores
mado por las necesidades. Si se habla de griegos. Rechaza, como los filósofos en
voluntad de Dios, esa palabra tiene que general, la resurrección de la carne, mas
tomar un sentido muy diferente al que tie- admite para el alma de los cuerpos un
ne para el ser humano. Para el ser perfec- cuerpo «pneumático» que evoluciona en
to no hay ni necesidad ni elección, puesto la esfera de la Luna. Acepta la teoría de
que él no puede actuar más que de mane- los Djinns, equivalentes de los daimones
ra perfecta. De acuerdo con Aristóteles, su griegos. En el último capítulo, Averroes
acción es una eterna autocontemplación. resume su posición respecto a la religión
Con el añadido de que un ser omnisciente y a la teología, que Ghazáll defiende con-
no puede actuar ni decidir. Pero la perfec- tra la filosofía. Esta posición se sitúa entre
ción de Dios implica su omnisciencia. Para el escepticismo de los racionalistas grie-
él, el futuro es tan irremediable como el gos que hicieron de la religión •<el opio del
pasado. Como observa Simon Van den pueblo», y la teología que sostiene que la
Berg en su introducción a la traducción religión expresa la verdad absoluta. Para
inglesa, «paradójicamente, lo omnipotente Averroes, los conceptos religiosos son los
es impotente». Según los aristotélicos, el simbolos de una verdad filosófica superior
devenir es la actualización de lo que está en que son tomados por realidades en sí por
potencia, y Ghazali, como los megáricos y los no filósofos. La fe en la razón no des-
los asharitas, niega la potencia. fallece jamás en él. Cree absolutamente
Frente al problema de la incorruptibili- en la capacidad de la razón para alcan-
dad del mundo, Ghazáll opone las mis- zar un conocimiento absoluto. Reprocha
mas tesis que al de su eternidad. Averro- a Ghazáll de buscar menos la verdad que
es las refuta por tanto de la misma manera. a Dios y su piedad, y a los teólogos en
Mas es su critica de la causalidad, que anun- general de hacer de Dios, principio des-
ciaba a Hume, lo que ha dado a Ghazall humanizado, un hombre inmortal.
su celebridad. Según éste, los términos de Averroes concede que el avicenismo
acto y de agente son aplicados a Dios deba ser criticado, pero mediante pro-
indebidamente. Al igual que los asharitas, cedimientos estrictamente demostrativos.
él no concibe causalidad alguna en el mun- Los de Ghazali son para él puramente dia-
do. Lo que se cree ser el fruto de una rela- lécticos. Pone en evidencia la paradoja
ción causal no es de hecho más que el de la estrategia de Ghazáll, que emplea
resultado de una consecución. Averroes la dialéctica misma para denunciar la
muestra que Ghazall se contradice a sí impotencia de la filosofía para alcanzar la
mismo cuando afirma que no existe más verdad. Ghazall es para él un «renegado
que una causa extramundana, que es Dios. de la filosofía, un ingrato que ha obteni-
¿No ha reservado la acción únicamente a do todo su saber de los escritos filosófi-
la persona humana? Frente a la crítica cos y que ahora dirige contra los filóso-
de la tesis de la emanación del mundo, fos las armas que esos mismos filósofos
Averroes se muestra evasivo. Se conten- le han proporcionado». La Destrucción
DESTRUCCIÓN DE LA FILOSOFÍA 182
gible en sí y subsiste por sí, es decir, sin dad griega, y filosofar es, de una cierta
el recurso a ningún dado externo. manera, volver a ser griego. Toda la filo-
sofía no es más que una perpetua varia-
Edición: Dialectique du monde sensible, ción sobre un solo y único tema, insti-
2." ed., P.U.F., 1953. tuido por los griegos: el ser. Únicamente,
Estudio: A. Forest, «Lavelle et Malebran- por tanto, mediante un diálogo con los
che», Les Études phi/osophiques, 32-46,
1957. griegos puede efectuarse el desvelamiento
de eso que la filosofía moderna (Descar-
tes, Pascal, Leibniz, Kant, Hegel, Marx,
Nietzsche) ha ocultado durante tanto tiem-
po: la diferencia del ser v del ente. Es,
DIALÉCTICA NEGATIVA, Negative por lo demás, el olvido de esta diferen-
Dialektik, 1966. cia lo que caracteriza a la tradición cris-
THEODOR WIESENGROUND AooRNO, 1903- tiana (t. Il). El tercer tomo está consa-
1969. grado a las relaciones de la filosofía y la
ciencia, a la cuestión del fin de la filoso-
En esta obra maestra, cuya dinámica fía y a la cuestión de la técnica. El cuar-
es una «segunda reflexión>> por relación a to volumen considera el sentido del iti-
la dialéctica de la Ilustración (-+ La dia- nerario filosófico de Heidegger, itinerario
léctica de la Ilustración), el autor afinna que, según el propio interesado, no apor-
que la obra de arte comporta una racio- ta ningún socorro moral, ningún confort
nalidad y una lógica que le son propias: espiritual, camino que no lleva a ningu-
ella permite una rehabilitación del na parte.
«momento de la corporeidad», rompien- Jean Beaufret ha contribuido larga-
do por la contradicción con el primado mente a la introducción del pensamiento
del pensamiento. de Heidegger en Francia.
Edición: Dialéctica negativa (tr. J. M. Ripal- Edición: Dialogue avec Heidegger, 4 vols.,
da), Taurus, 1992. Ed. de Minuit, l. Philosohie grecque, 1973;
Estudios: J. Lechte, 50 pensadores con- 11. Philosophie moderne, 1973; !U. Appro-
temporáneos esenciales (tr. M." L. Rodrí- chede Heidegger, 1974; IV. Le chemin de
guez Tapia), Cátedra, 1996, pp. 225-230; Heidegger, 1985.
M. Jay, Adorno (tr. M. Pascual Morales), Estudios: O. Poggeler, El camino del pen-
Siglo XXI, 1988; M. Jay, La imaginación sar de Martín Heidegger (tr. F. Duque),
dialéctica (tr. J. C. Cucutchet), Taurus, Alianza, 1986; D. Le Buhan y E. de Rubercy,
1988. Douze questions posées d J. Beaufret d
propos de Heidegger, Aubier-Montaigne,
1983.
das a pesar de las persecuciones, lo que DIÁLOGO SOBRE LOS DOS MÁXI-
prueba que él está en el buen camino. MOS SISTEMAS DEL MUNDO, Dia-
El filósofo, iluminado por la razón, cri- logo di Galileo Galilei linceo ... dove ne
tica a los creyentes que creen sin dis- i congressi di quattro giornate si dis-
cernimiento. ¿Cómo se puede fundar la corre sopra i due massimi sistemi del
certeza sobre lo indeterminado y sobre mondo tolemaico e coperniciano, 1632.
tanta divergencia de opiniones? Él con- GAUlEO GAULEI, 1564-1642.
sidera que también es posible alcanzar
el bien supremo en la tierra; no se tra- Esta obra expone, para hacerlos com-
ta más que de acceder a la felicidad parecer ante el tribunal de la crítica cien-
mediante la paz interior; el mal supre- tífica y filosófica, dos sistemas astronó-
mo es el castigo que debe sufrir el cul- micos: el geocentrismo ptolemaico y el
pable. El filósofo se interroga asimismo heliocentrismo copernicano. Mas, como
sobre el Infierno, la resurrección y la subraya Alexandre Koyré, «no es un libro
visión beatífica de Dios. El cristiano se de astronomía, ni siquiera de física. Es
refiere al Nuevo Testamento, que, según ante todo un libro de crítica; una obra
él, significa un progreso respecto al de polémica y de combate; es al mismo
Antiguo, pues contiene a la vez las ver- tiempo una obra pedagógica, una obra
dades fundamentales de la fe y además filosófica; es en fin un libro de historia:
está fundado en la razón. Para el cris- "la historia del espíritu del señor Galileo"».
tiano, la felicidad es un don divino y con- La obra, dividida en <<Jornadas», pone
siste en la visión beatífica de Dios, bien en escena tres personajes, que mantienen
supremo. En cuanto al mal supremo, libremente la discusión teórica que sus
consiste en la culpa, que hace malvado adversarios han rehusado siempre a Gali-
al hombre. En este caso, el castigo ha leo. Simplicio defiende el punto de vista
de ser considerado como un bien. tradicional, ptolemaico y escolástico. Sal-
Los tres personajes mantienen cada viati es el portavoz del propio Galileo.
uno su fe y sus creencias frente a los Sagredo (que es un personaje real) encar-
otros en un diálogo de estilo platóni- na al hombre honesto, el no especialista
co. Después de un largo debate, toman cuyo espíritu está abierto a ideas nuevas.
al autor, Abelardo, por árbitro. Éste tien- Representa a maravilla al público al que
de a demostrar que Cristo es la verdad se dirigía Galileo al escribir esta obra.
total que contiene en sí las verdades judía Para comprender la importancia del Diá-
y filosófica: sólo Cristo acierta a ligar logo es preciso captar la unidad profun-
religión y filosofía, a reconciliar fe y da de los dos sistemas conceptuales a los
razón. que dirige sus ataques Galileo: la física
Abelardo termina su obra aconse- aristotélica y el geocentrismo ptolemai-
jando la lectura del Tratado de la gra- co. La primera Jornada aborda directa-
cia (De summo bono) de San Agustín, mente un fundamento teórico esencial
que sin ninguna duda ha influido sobre de este edificio: la distinción peripatéti-
él, al igual que Cicerón y Plotino. En ca de las dos regiones del mundo, sublu-
esta obra se encuentran todos los ele- nar y supralunar. Galileo afirma la uni-
mentos de base del método didáctico de dad esencial del cosmos y rehusa
Abelardo. adjudicar a ciertos cuerpos celestes un
estatuto privilegiado. Esta primera Jor-
Edición: Diálogo entre un filósofo, un judío nada almacena una recolección de obser-
y un cristiano (tr. A. Sanjuán y M. Pujadas), vaciones efectuadas gracias al telescopio
Yalde, 1988. en los años 1609-1610 (descubrimien-
Estudios: Introducción de A. Sanjuán y M. to de las fases de Venus, del relieve de
Pujadas a la ed. cit.; «Abélard: le Dialogue; la Luna, de los satélites de Júpiter).
la philosophie de la logiquen, Actes du Callo-
que Abélard 1979, Revue de théologie et Las Jornadas segunda y tercera ins-
de philosophie, Neuchatel, 1981. truyen la documentación del debate astro-
DIÁLOGOS SOBRE LA RELIGIÓN NATURAL 186
po. Mi cuerpo es un existente-tipo y señal física, estética). Estos artículos son otros
de los existentes, pero eso en tanto que tantos brillantes panfletos, a veces de una
el cuerpo es mío, es decir mientras que virulencia extrema, contra la superstición,
yo sea encamado. En el fondo, no hay el fanatismo, la injusticia, el despotismo,
más existencia que la sensible. El pro- la intolerancia, o la infatuación de los hom-
blema de la existencia implica que uno se bres. La filosofía y la metafísica no son,
interrogue sobre el cuerpo a partir del cual pese a su título, lo esencial del Diccio-
está construida. Mas lo que trasciende la nario filosófico, que se ensaña sobre tcxlo
objetividad se extingue en la noción de en el establecimiento de la debilidad de la
objeto existente. Por tanto, mi cuerpo inteligencia humana en estos dominios
está en simpatía con las cosas. De ahí la (art. •Facultad»). Para comprender lo que
posibilidad de un modo de visión. el término «filosófico» quiere decir en el
título, debe simplemente consultarse el
Edición: Diario metafísico, Guadarrama, artículo •Filosofía•.
1969. La religión es el blanco privilegiado del
Estudio: J. Parain-Vial, Gabriel Maree/, un
vei/leur et un éveilleur, L'Age d'Homme, autor, que no le ahorra ninguna de las
Lausana, 1989. más fuertes críticas. No hay textos sagra-
dos, puesto que todos son penalizables
por la crítica histórica. Los artículos
dedicados a temas bíblicos -y desde
DICCIONARIO FILOSÓFICO, Dic- «Abraham» a «Salomón» son muy nume-
tionnaire philosophique, ou la Raison rosos- se ceban sobre las contradiccio-
par aiphabet, 1764. nes e inconsecuencias del Antiguo y del
VoLTAIRE (Fran(:ois Marie Arouet), 1694- Nuevo Testamento. La tolerancia es el
1778. lema de esos artículos, donde la vanidad
y la pretensión de la multitud de sectas
No es indiferente que Voltaíre quisie- son descalificadas por la exposición en
se que este diccionario fuera •<de bolsillo•. paralelo de sus discursos y de sus prácti-
Frente a la -• Enciclopedia, obra monu- cas. La evocación pintoresca de los nom-
mental que presentaba en veintiocho volú- bres, por su efecto propiamente poético,
menes una reseña universal de los cono- refuerza aún más la ironía. Puesto que el
cimientos humanos, el Diccionario cristianismo viene de hecho a decir lo mis-
filosófico encama el aspecto crítico, corro- mo que siempre se ha dicho y hecho en
sivo, y destructor del espíritu de las Luces. todas las religiones paganas, ¿en nombre
No se trata tanto en él de instruir como de qué habría de pretender una superiori-
de incitar, de golpear cuando sea preci- dad cualquiera? Todas las religiones reve-
so. Es un arma. ladas son humanas, demasiado humanas,
El orden alfabético no responde aquí y el cristianismo no es una excepción h Y
a una preocupación enciclopédica (reco- osamos, después de esto, burlamos de los
rrer todo, no omitir nada). Un orden tal lapones, de los habitantes de Samoa y de
no es en absoluto orden, sino más bien los negros!•, se lee en el artículo «Convul-
un desorden, una enumeración rapsódi- siones»).
ca de prejuicios, supersticiones, estupi- Voltaire se adhiere a la religión natu-
deces, oscuridades, intolerancias. Lo arbi- ral, al deísmo de Newton: «El mundo
trario del desorden alfabético responde al es con toda seguridad una máquina admi-
baratillo de los errores humanos. Esta obra rable; por lo tanto hay en el mundo una
es más bien una •sinrazón por alfabeto•. inteligencia admirable>> (art. «Ateísmo»)
Se presenta bajo forma de una sucesión Pero no es propio de la inteligencia
de artículos (más o menos numerosos humana sondear los atributos de la divi-
según las ediciones), que abordan temas nidad: «¡Cómo! ¿No sabes lo que es ser
de una gran diversidad (religión, sociedad, un espíritu? Decididamente no: ¿de qué
justicia, política, historia, filosofía, meta- me serviría?, ¿sería yo más justo?, ¿sería
DICCIONARIO HISTÓRICO YCRÍTICO 190
yo mejor marido, mejor padre, mejor pasa a examinar y refutar los prejuicios y
maestro, mejor ciudadano?» (art. «Dios»). errores más comúnmente admitidos sobre
Como puede verse, la moral le lleva, por ellos en los otros diccionarios. La primera
su valor, a la religión, que debe servir a parte de cada artículo se dedica en gene-
la primera y que no ha sido instituida ral a recoger las certidumbres históricas
más que por ella. Esta moral prescribe fiables sobre los personajes evocados.
a los hombres vivir en la paz, la justi- Pero mucho más numerosas son las incer-
cia, la libertad. Los artículos expresa- tidumbres y errores registrados en la
mente políticos («Igualdad•, «Estados», segunda parte. Lo esencial, sin embargo,
«Gobiernos», «Guerra•, «Leyes civiles y no se encuentra en los artículos del Dic-
eclesiásticas••, «Señor>•, etc.) no son los cionario, sino en las notas, prodigiosa-
únicos en combatir la tiranía. En los ar- mente desarrolladas, que los acompañan.
tículos que tratan de las materias apa- La vocación crítica de Bayle encuen-
rentemente más anodinas, se despliega tra su origen en una idea cartesiana: el
toda una estrategia antidespótica: bas- acceso a lo verdadero está impedido por
te leer, por ejemplo, el artículo «Trigo». la masa de los prejuicios más que por la
En fin, las preocupaciones estrictamen- vacuidad del espíritu. Pero de manera muy
te judiciales encuentran aquí un amplio poco cartesiana, Bayle toma a la historia
eco. Voltaire continúa su lucha contra como objeto y medio en su empresa de
las costumbres y reglamentaciones bár- erradicación de los errores. La crítica his-
baras de Francia en estos dominios. tórica (principalmente la confrontación y
El Diccionario filosófico es un monu- la discusión de las fuentes) permitirá lim-
mento de las Luces francesas. En unos piar el campo de la historia humana de
cientos de páginas concentra toda la fuer- las fábulas que lo recubren. Al servicio de
za y la punzante ironía de una de las más este proyecto, el autor pone por una par-
grandes plumas del siglo. Sería preciso te su gusto por la erudición (le encantaba
leer, como prolongación de esta obra las referirse a la tradición del siglo XVI y a la
Mélanges de Voltaire, escritas en esta del Renacimiento), y por otra una memo-
misma vena. Estos textos no han perdi- ria extraordinaria.
do hoy día ni un átomo de su anterior El Diccionario histórico y crítico apa-
fuerza y utilidad. reció así ante todo como un inmenso
museo de horrores y errores humanos:
Edición: Diccionario filosófico (tr. A. G. equivocaciones, ilusiones, mentiras, crí-
Valíente), versión completa en 3 vols., Dai- menes. Esta confrontación de fecharlas
mon, 1977. humanas, de las que son culpables los
Estudios: E. Bréhier, Historia de la filoso- campos más opuestos, desemboca en
fía (tr. J. A. Pérez Millán y M.• D. Morán),
vol. ll, Tecnos, 1988; A. J. Ayer, Voltaire escepticismo e incertidumbre. Este escep-
(tr. M. Candell), Crítica, 1988; B. Groet- ticismo funda a su vez la tolerancia, en
huysen, Philosophie de la Révo/ution una línea que se hará familiar a lo largo
franc;aise, col. «Tel», Gallimard, 1956, cap. de todo el siglo XVIII (piénsese, por ejem-
N: «Voltaire ou la passion de la raison•. plo, en Voltaire). Mas esta tolerancia no
se nutre sólo de la constatación desen-
gañada de la relatividad de los valores
sino que se funda sobre la afirmació~
DICCIONARIO HISTÓRICO Y CRÍTI- decidida del respeto debido a la con-
CO, Dictionnaire historique et critique, ciencia de cada uno. Nadie puede ser obli-
1695-1697. gado a creer. Protestante (pese a una bre-
PlERRE BAY!E, 1647-1706. ve conversión al catolicismo), Bayle aboga
por una aceptación benevolente de las
El método de Bayle es muy particular. creencias de cada uno; la comunidad de
Procede por la recensión de nombres pro- filósofos podría prefigurar una sociedad
pios (de personas o de lugares), y luego de esta índole.
191 DIFERENCIA (LA)
que Descartes añadió al---> Discurso del La libertad, que es el fin supremo de
método y que son por tanto aplicacio- la historia, no es posible más que den-
nes prácticas de ese método. Mas, por tro de una sociedad. Dios, absurda cre-
encima de los descubrimientos científicos encia que esclaviza las conciencias, fue
que reseña, el principal valor de este tex- inventado para hacer aceptable toda
to está en la teoría de la percepción que autoridad, concretamente el Estado, que
su autor enuncia. La dióptrica, en efec- reduce a los hombres a la esclavitud
to, tiene por objeto la visión y se compo- mediante sus leyes. Las leyes políticas
ne de diez discursos. El primero trata de buscan en efecto someter a los hombres
la luz, cuya naturaleza compara Descar- a la autoridad. Mas, si el Estado ha de
tes con el movimiento de un corpúsculo, ser abatido, no puede ser confundido
lo cual le permite explicar mecánicamen- con la sociedad, que es una manifesta-
te los fenómenos de reflexión y de refrac- ción de la naturaleza y una necesidad
ción (discurso segundo). Los discursos ter- para el hombre y su liberación. Si la
cero y quinto están dedicados a un estudio sociedad es un medio, no es sin embar-
fisiológico del ojo. Los discursos cuarto y go un fin, pues el hombre no tiene otra
sexto, que tratan de Jos sentidos y de la finalidad que él mismo. El hombre libre
visión, permiten al autor definir de mane- es aquel que no obedece más que a sí
ra más precisa el papel d~ los sentidos en mismo, y ello con pleno conocimiento
el acto de la percepción. Estos se limitan, de las leyes de la Naturaleza. Si las leyes
a su juicio, a suministrar signos al alma; políticas esclavizan, las leyes naturales
mas es sólo el alma la que tiene la posi- son constitutivas del ser humano y de su
bilidad de conocer verdaderamente las cua- libertad. La Naturaleza libera, mientras
lidades de las cosas sensibles. Los senti- que el Estado, pretendiendo sustituir a
dos no son más que medios, solamente el las leyes naturales, es una potencia auto-
alma percibe. Los últimos discursos tienen ritaria, una negación de la libertad.
un contenido principalmente técnico. A la creencia en Dios y la obediencia
La función que Descartes atribuye al al Estado, se opone el conocimiento: la
alma en el fenómeno de la percepción ciencia es una fuerza liberadora. Sin
inspirará a las psicologías posteriores. embargo, la libertad del hombre no con-
Edición: Dióptrica, incluida en la edición siste en someterse a las leyes establecidas
del Discurso del Método (tr. y notas de G. por sabios y especialistas, sino en reco-
Quintás), Alfaguara, 1981. nocerlas como tales. Al rechazar todo
Estudio: P. Costabel, Démarches origina- gobierno de científicos, Bakunin afirma
les de Descartes sauant, Vrin, 1982. la autonomía del hombre en la sociedad.
En nombre de esta autonomía, el hom-
bre puede observar las leyes naturales que
la educación le permite conocer y adqui-
DIOS Y EL ESTADO, Dieu et I'État, rir así la verdad. En la realización de su
1871. libertad, cada uno completa la de los otros,
MIJAÍL ALEXÁNDROVICH BAKUNIN, 1814- creando así la solidaridad y la igualdad de
1876. todos.
Inspirado por el materialismo natura-
Este aristócrata y revolucionario ruso,
lista del siglo XVIII, Bakunin es uno de los
adversario de Karl Marx, defiende una
primeros teóricos del anarquismo, de un
idea fundamental: la rebelión contra toda
socialismo libertario y utópico opuesto al
forma de autoridad, divina o humana,
colectiva o individual. Por esta rebelión, de Karl Marx.
el hombre puede conquistar su libertad Edición: Dios y el Estado (tr. D. Abad de
en el seno de una sociedad libre, es decir, Santillán), Júcar, 1992.
sin autoridad ni Estado, donde los hom- Estudio: M. Grawitz, Michel Bakounine,
bres son iguales y solidarios. Plon, 1990.
DIOSES (LOS) 194
DIOSES (LOS), Les Díeux, 1934. dada sobre una crítica de la imaginación
ALAIN (Émile Auguste Chartier), 1868- y del lenguaje (la esencia de las religio-
1951. nes es metafórica), Alain añade una diná-
mica, de aire hegeliano (las religiones son
Alain escribió en una Reflexión que consideradas un poco a la manera de las
para evitar caer en el error hay que con- formas sucesivas del arte en la -> Esté-
sentir en descender hasta él. Esto es exac- tica).
tamente lo que hace en Los Dioses. Ateo No debería separarse la lectura de Los
sin concesiones ni compromisos, Alain no Dioses de la lectura de los Preliminares
aprobaba el ateísmo de vocingleras mani- a la mitología y de las Reflexiones sobre
festaciones de su época, que no quería ver la religión.
en la religión más que un entramado de
necedades, un amasijo de supersticiones Edición: Les Dieux, col. «Tel•, Gallimard,
para espíritus débiles, y un instrumento de 1985.
Estudio: J.-L. Poirier, «Le Vrai des religions»,
fraude en manos de los sacerdotes. Revue de l'enseignement philosophique, n.o
La idea de Alain es que todas las reli- 3, año 29, 1978, pp. 3-25.
giones son verdaderas, esto es, com-
prensibles; como es verdadera, si se la
capta en su necesidad interna, no impor-
ta qué ilusión de la percepción. Eviden- DISCERNIMIENTO DEL CUERPO Y
temente, la referencia obligada es aquí DEL ALMA EN SEIS DISCURSOS
Spinoza («pensar los dioses en Dios y PARA EL ESClARECIMIENTO DE LA
como Dios», dice Alain). FÍSICA (EL), Le discernement du corps
Comprender las religiones es referir- et de /'ame en six discours pour servir
las a las condiciones reales de su pro- al'éc/aircissement de la physique, 1666.
ducción. Pero estas condiciones reenví- GÉRAUD DE CORDEMOY, 1626-1684.
an a diversos órdenes que Alain se detiene
Preparando el ocasionalismo de Male-
a considerar articulándolos. Las religio-
nes son de imaginación, y en esto sus branche, Cordemoy aporta una primera
detractores tienen razón: son cuentos, sistematización de esta posición. Presen-
mas plenos de sentido, «y uno no se pre- ta una especie de atomismo según el cual
gunta si un cuento es verdadero». Las reli- la materia sutil ocupa los intervalos entre
giones son de infancia, en tanto que los cuerpos. El libro suscitará las críticas
expresan una relación con los signos y no de Robert Desgabets y de Malebranche,
con las cosas (Alain recuerda el -+ Emi- pero será aprobado por Leibniz.
lio). La infancia es, según un extraño uso
Edición: Le discernement du corps et de
que Alain hace de los conceptos, «bur- /'ame, en Oeuvres philosophiques de Cor-
guesa»: no trabaja, sino que <<Vive de per- demoy, P.U.F., 1968.
suadir• a aquellos que poseen los pro- Estudio: G. Rodis-Lewis, Dictionnaire des
ductos del trabajo, los adultos, esos philosophes, P.U.F., 1984.
primeros dioses a los que el niño sabe tan
bien rogar. El milagro es siempre eso que
se obtiene sin trabajo, sin esfuerzo.
La crítica de Alain a las religiones no DISCIPLINAS (LAS), De disciplinis,
es pues ni claramente psicológica ni cla- 1531.
ramente sociológica (los guiños a Marx JUAN LUIS VNES, 1492-1540.
son permanentes, mas los conceptos mar-
xistas están subvertidos constantemente), En este tratado de educación, redacta-
salvo si se toma el término «sociológico>> do de una manera particularmente didác-
en el sentido en que lo emplea Augusto tica, Vives preconiza reformas en mate-
Comte (otra referencia decisiva de Alain). ria de gramática, de derecho, de dialéctica,
A una estática de las religiones, fun- de filosofía y de moral. Recomienda una
195
DBCURSODELMÉTODO
educación cristiana, pero regenerada y niz será notoriamente vapuleado por Vol-
repensada. Conviene, escribe el autor, efec- taire por su teoría sobre «el mejor de los
tuar un retroceso crítico con respecto al mundos posibles».
dogma aristotélico (Aristóteles era la úni-
ca autoridad en el siglo XVI) y aprender el Edición: Discurso de metafísica (tr. e introd.
verdadero método para la educación. de J. Marias), Alianza, 1982.
La educación debe ser desinteresada y Estudio: Y. Bélaval, Leibniz, initiation asa
no perseguir otro fin que el de la formación philosophie, Vrin, 1962.
de los jóvenes. Mas es preciso que previa-
mente el propio educador reciba una for-
mación para enseñar. Finalmente Vives
afirma la necesidad de la educació~ fisica. DISCURSO DEL MÉTODO, Discours
Su obra es un reflejo de las preocu- de la méthode pour bien conduire sa
paciones del Renacimiento, y de él se raison et chercher la vérité dans les
ha podido decir que fue un precursor de sciences, 1637.
Montaigne. RENÉ DESCARTES, 1596-1650.
Edición: Las disciplinas (tr. D. Abad de San- Este texto, aparecido en 1637 sin fir-
tillán), Júcar, 1992. mar, es el prefacio de una serie de Ensa-
Estudio: V. García Hoz, •<J. L. Vives péda- yos científicos Oa Dióptrica, los Meteoros,
gogue de l'Occident», en Les Grandd Péda- la Geometría), y hasta el siglo XIX no comen-
gogues, P.U.F., 1980.
zó a publicarse independientemente. Se ha
convertido en una de las obras emblemá-
ticas de la filosofía, y su fama ha desbor-
DISCURSO DE MEI'AÁSICA, Discours dado desde hace tiempo las fronteras de la
de métaphysique, 1686. filosofía propiamente dicha. Que se haya
GOTIFRIED WILHELM I...ErnNIZ, 1646-1716. convertido en lugar común hablar de un
«espíritu cartesiano» tanto en el ámbito de
En este primer esbozo de su sistema, la filosofía como fuera de ella, no debe hacer
Leibniz quiere dar cuenta del Acto de Dios: olvidar que el Discurso es un libro de filo-
la Creación. De su entendimiento total- sofía, y por cierto de los más rigurosos.
mente libre, y por su voluntad todopode- Al presentar el Discurso el propio Des-
rosa, brota «la armonía general del univer- cartes distingue seis partes, que él per-
so». En el interior de ese mundo coexisten mite recorrer al lector en otras tantas eta-
«sustancias individuales» como las almas pas. «En la primera se encontrarán diversas
particulares, sustancias que, en su conjun- consideraciones relativas a las ciencias.»
to, componen todo el universo. Mas una «El buen sentido -afirma Descartes-
sustancia constituye un punto de vista par- es la cosa mejor repartida del mundO>•: esta
ticular del mundo, y a cada uno corresponde profesión de fe en el sentido común con
tomar conciencia de esta visión. Dios es que se abre el libro, ¿tiene carácter iróni-
amor y quiere el bien supremo para el hom- co? No han faltado discusiones sobre ello.
bre: la contemplación; pero permite el peca- En todo caso está el hecho de que Des-
do, necesario porque el hombre sufre de cartes constata que, sin la eficaz ayuda de
un mal radical y original: su limitación. un método, el buen sentido no va muy
Destinado a Amaud, discípulo de Des- lejos. Y como prueba aduce el autor la
cartes, el Discurso es pragmático, y expo- decepción que le causaron los estudios
ne a la vez tanto las definiciones filo- escolásticos del colegio de La Réche. De
sóficas (bosquejadas en 16 7 3 en su todas las disciplinas que le fueron ense-
---+ Confessio) como la justificación de la ñadas, sólo las matemáticas encontraron
bondad divina (tema de sus ---+ Ensayos gracia a los ojos de Descartes. Y esto es
de teodicea de 1710). Cristiano, aunque lo que determinará su proyecto filosófico.
adhiriéndose también a la Tradición, Leib- Esta primera parte es, pues, tanto una
196
DISCURSO DEL MÉTODO
tende pensar la unidad de aquello cuyo con- Estudio: M. Paty, «D'Alembert et le rapport
tenido va a exponer la Enciclopedia. science-philosophíe au XVIII síécle», Revue
Una primera parte está dedicada a «la de l'enseígnement phílosophíque, n.o espe-
cial «Les Lumiéres», año 38, n.o l.
genealogía y filiación de nuestros cono-
cimientos las causas que debieron hacer-
los nacer ~ las características que los dis-
tinguen»; se trata de una «exposición
DISCURSO SOBRE EL ESPÍRITU PO-
metafísica del origen y ligazón de las cien- SITIVO, Discours sur /'esprit positif,
cias». Para realizar correctamente esta
1844.
exposición, D' Alembert no parte de los
AUGUSTE CüMTE, 1798-1857'
objetos, sino del sujeto humano y de ~us
facultades de conocer, asumiendo as1 el
Es la primera de las tentativas de Augus-
legado cartesiano de la Primera de las --+
te Comte para dar a su doctrina una amplia
Reglas para la dirección del espíri!~: difusión popular. Es por tanto -incluso
La segunda parte es una «exposicion
para el propio autor- una obra de divul-
histórica del orden en el que se han suce-
gación.
dido nuestros conocimientos». La noción
Considerado hoy día como opúsculo inde-
de orden es aquí central. En efecto, al optar
pendiente, había sido colocado al comie~
por la presentación alfabética, más fun-
zo de un Tratado filosófico de astronomia
cional aunque arbitraria, la Enciclopedia
popular. Este tratado recogía un curso de
subvierte el orden objetivo de lo real. El
astronomía que Comte había impartido a
Discurso preliminar sirve, pues, para res-
partir de 1830 (se trataba de una enseñan-
tablecer a este último en sus derechos.
za gratuita organizada por el ayuntamien-
La ciencia podría ser una aglomeración de
to del distrito 3 de París y destinado en par-
conocimientos aislados en compartimien-
ticular a los proletarios); puede ser
tos distintos si el universo no se presenta-
considerado como un resumen de la doc-
ra cada vez más como una totalidad con-
trina de Comte en los años 1840. El autor
tinua; este principio de continuidad, de~dor
expone las ventajas del espíritu positivo en
tanto de una tradición materialista antigua
el dominio intelectual y para la organización
(epicureísmo) como de Leibniz, será rea-
social (partes primera y segunda), e indica
firmado con frecuencia en los propios ar-
además las <<Condiciones de instauración del
tículos de la Enciclopedia. Un sistema de
régimen positivo» (tercera parte).
referencias mutuas entre esos artículos per-
La famosa ley de los tres estadios,
mite en efecto dar cuenta de la fundamental
presentada por primera vez en la prime-
unidad de las cosas. Al orden alfabético y
ra Lección del-+ Curso de filosofía posi-
al orden de materias hay que añadir el
tiva, es retomada aquí con todo lujo de
orden genealógico de los conocimientos,
detalles y precisiones, encontrándose ade-
que se descubre a partir de las facultades
más expuesta con un neto esfuerzo de
de conocer del sujeto humano, y, en últi-
síntesis de los diversos órdenes (intelec-
mo Jugar, el orden histórico de los descu-
tual, ideológico, social, político), y no sólo
brimientos en las ciencias.
desde el punto de vista de la evolución de
En el Discurso preliminar de la Enci-
los conocimientos. Al afirmar la supe-
clopedia, D'Alembert se afirma como un
rioridad del espíritu positivo sobre el espí-
precursor de la historia de las ciencias.
ritu <<teológico-metafísico», Comte refle-
No es difícil calibrar lo que a él le deben,
xiona sobre las condiciones de conciliación
por ejemplo, las dos primeras lecciones
del orden y del progreso, y sobre la nece-
del --+ Curso de filosofía positiva de
Auguste Comte. sidad de un nuevo «poder espiritual" tras
el derrumbe del antiguo (surgido del modo
Edición: Discurso preliminar a la Encíclo- de pensamiento teológico).
pedia (tr. A. Rodríguez Huéscar), Aguilar, Las reflexiones sobre la educación insis-
1965. ten en la necesidad de hacer penetrar
199 DISCURSO SOBRE EL ORIGEN YLOS FUNDAMENTOS DE LA DESIGUALDAD ENTRE LOS HOMBRES
pectiva religiosa está ausente. Rousseau cía Urriza, D. L. Sánchez y J. J. Utrilla), Méxi-
no evoca ni creación ni pecado original. co, Fondo de Cultura Económica, 1993,
pp. 529-548; J. Starobinski, Jean-Jacques
La segunda parte imagina por qué pro- Rousseau: La transparencia y el obstácu-
ceso ha podido imponerse la desigualdad lo, Taurus, 1983.
en una sociedad que la ignoraba natural-
mente. Y éste es el punto más delicado
del discurso: ¿cómo dar cuenta de una
evolución necesaria sin apelar para nada DISCURSO SOBRE LA HISTORIA
a la naturaleza de las cosas? Rousseau UNIVERSAL, Discours sur /'histoire
describe un funesto encadenamiento de uniuerselle, 1681.
circunstancias, a la vez naturales y huma- JACQUES BÉNIGNE BossuET, 1627-1704.
nas. Todo comienza por la propiedad,
responsable de la desigualdad de fortu- Escrito para el Delfin, hijo de Luis XN,
nas. La sociedad civil y las leyes nacen del retocado a menudo por su autor, el Dis-
deseo de los ricos de legitimar y así peren- curso sobre la historia universal desa-
nizar su dominación. A partir de ese rrolla una filosofía católica de la historia.
momento, la sociedad entera, con su cor- El diseño es netamente apologético, pero
tejo de desigualdades sociales, de jerar- esta intención no le quita a la obra su inte-
quías de poder, va a imponer su orden. rés teórico.
Los magistrados, al principio elegidos, se La primera parte (las Épocas) traza un
convierten en déspotas hereditarios, los rápido cuadro de la historia del mundo, des-
mismos que reinan hoy día. de la Creación a Carlomagno. La segun-
La academia de Dijon, escandalizada da parte (el Acompañamiento de la reli-
sin duda por la audacia de estas tesis, le gión) se dedica a mostrar que la historia del
niega el premio a Rousseau. Pero para pueblo judío, tal como el Antiguo Testa-
él, éste fue el comienzo de la verdadera mento nos la ha dado a conocer, anuncia
gloria. Con fuerza aún mayor que en el la persona y la enseñanza de Jesús, como
Discurso sobre las ciencias y las artes, también la institución de la Iglesia. La ter-
la elocuencia revolucionaria transmite cera parte Oos Imperios) quiere hacer apa-
su ardor a los razonamientos. El tema del recer los designios de la Providencia en el
•buen salvaje», popularizado ya por los destino histórico de los pueblos escitas, eti-
relatos de exploradores, queda definiti- opes, egipcios, asirios, medos, persas, grie-
vamente asentado. Pero aún más funda- gos y romanos.
mental es el hecho de que una revolución En el corazón de estas explicaciones
se está gestando: el despotismo y la socie- de Bossuet se encuentra la noción de Pro-
dad del orden son ilegítimos y están con- videncia; de sus «mandatos secretos»
denados a desaparecer. Y más aún, la depende el curso de la historia humana:
Revolución (de 1879) que los habrá de «Dios tiene desde lo más alto de los cie-
derribar es criticada con anticipación: los las riendas de todos los reinos [... ] y
Rousseau ve venir la revolución burgue- remueve a todo el género humano [... ]
sa, con sus justificaciones ideológicas de según las reglas de su justicia siempre infa-
la propiedad privada y de los privilegios. lible.» En consecuencia: «No hablemos de
Anticipadamente y por principio, Rous- azar ni de fortuna, o hablemos de ellas
seau descalifica toda legitimación de desi- solamente como de un nombre con el que
gualdades y privilegios, sean de la natu- cubrimos nuestra ignorancia», porque no
raleza que sean. hay en la historia ninguna contingencia;
eso sería suponer que Dios es ignorante
Edición: Discurso sobre el origen de la desi- o impotente sobre alguna cosa. Mas hable-
gualdad entre los hombres (tr. A. Pintor), mos de finalidad inmanente al devenir his-
Tecnos, 1987.
Estudios: A. Bloom, •Jean-Jacques Rous- tórico, pues «todo concurre al mismo fin»;
seaw•, en L. Strauss y J. Cropsey (comps.), todo, comprendidas por supuesto las
Historia de la filosofía política (tr. L. Gar- voluntades individuales, cualquiera que
201 DISCURSO SOBRE LA SERVIDUMBRE VOLUNTARIA
sea la libertad que los agentes humanos fijada en su estadio teológico. Con Augus-
imaginen usar en la elección de sus accio- te Comte se tendrá la primera tentativa
nes. En esto hay (como en Hegel) una notable de síntesis histórica. No es exce-
astucia, no de la razón, sino de la provi- sivo afirmar, por tanto, una cierta conti-
dencia divina. nuidad entre la obra de Bossuet y la his-
El interés propiamente histórico de toria moderna.
esta obra es menos débil de lo que se Ni que decir tiene que el Discurso se ha
acostumbra a veces a decir. Se encuen- impuesto también como obra literaria de
tra en ella al menos una admirable sín- primer orden. Mas importa señalar tam-
tesis de lo que entonces se podía saber bién que Bossuet abandona el período
de la Antigüedad. Las páginas sobre amplio de las oraciones en favor de un esti-
Roma son antológicas, y no solamente lo más conciso e incisivo, que anuncia lo
por su valor literario. Con Roma, Bos- que más tarde se encontrará bajo las plu-
suet se encuentra en su casa, al igual que mas de Montesquieu y Voltaire. Es cierto
Montesquieu o Rousseau. Para los perí- que la naturaleza misma de la materia tra-
odos más remotos de la Antigüedad, Bos- tada ha determinado al autor a 01ientarse
suet no podía disponer de fuentes igual- hacia un estilo original.
mente seguras, y la calidad de las
informaciones acusa evidentemente las Edición: Discurso sobre la Historia Uni-
limitaciones de la época en materia de versal, Escelicer, 1964.
Estudio: Th. Goyet, L 'humanisme de Bos-
historiografía. suet, 2 vols., Klincksieck, 1965.
En fin, Bossuet no cede a la tentación
de plegar los hechos a una concepción a
priori, ni de recurrir -por necesidades
apologéticas- a explicaciones sobrena- DISCURSO SOBRE LA SERVIDUM-
turales. Por lo demás, esta resistencia no BRE VOLUNTARIA, o el Contra uno,
se justifica solamente por consideraciones Discours de la servitude volontaire, hacia
deontológicas, sino ante todo por una tesis 1547.
sobre la manera de actuar de la Provi- ÉTIENNE DE U\ BüÉTIE, 1530-1563.
dencia: si sucede que Dios produce sus
efectos «por ciertos golpes extraordina- «En honor de la libertad, contra los tira-
rios», el historiador verifica siempre que nos», escribe el autor como prefacio del
«nunca ha ocurrido un gran cambio que libro. En él se propone resolver un enig-
no haya tenido sus causas en los siglos ma: ¿cómo es posible que los hombres
precedentes». La causa primera, y única, consientan en servir al tirano y en obe-
del devenir histórico es ciertamente la divi- decerlo? Para La Boétie, la servidumbre
nidad; mas ésta actúa casi siempre a tra- es contra nature. Ante todo porque los
vés de una causalidad puramente «natu- hombres, naturalmente iguales, no están
ral». Bossuet no es un historiador para el destinados a oprimirse mutuamente; lue-
que la explicación de un suceso cualquie- go porque la fuerza no está jamás del lado
ra se reduzca a una evocación de la Pro- del que domina, sino siempre del lado de
videncia. Es posible incluso que el lugar los oprimidos. Ciertamente, el tirano está
que el autor adjudica a la Providencia no bien armado, pero bastaría con que el
responda a una convicción fundamental pueblo dejara de obedecerlo, con que le
(aun cuando éste sea seguramente el caso); retirara su consentimiento, para que el
la evocación de la Providencia posee tam- tirano quedara desarmado. Un rey está
bién una virtud pedagógica: no olvidemos desnudo ante quien se contenta con decir
que la obra estaba destinada principal- no y cruzarse de brazos.
mente a la instrucción y edificación del El problema que ataca La Boétie es
Delfín. el mismo que el de Maquiavelo, su con-
El Discurso sobre la historia univer- temporáneo. Con la diferencia de que
sal no representa únicamente la historia Maquiavelo lo plantea desde el punto de
DISCURSO SOBRE LAS CIENCIAS YLAS ARTES 202
vista del Príncipe (¿cómo conquistar y con- leer el Mercure de France, se topa con
servar el poder?), mientras que La Boé- la cuestión sacada a concurso por la aca-
tie se coloca del lado del pueblo. Pero las demia de Dijon: «Si el reestablecimiento
gentes no eligen la desobediencia. La cos- de las Ciencias y de las Artes ha contri-
tumbre, ante todo, que opera en contra, buido a depurar las costumbres.» «En el
acaba por hacerles creer que su condición momento en que leí esto --escribió más
es la «natural». A lo cual se añade la exis- tarde Rousseau- vislumbré otro univer-
tencia de diversos mecanismos por los so y me convertí en otro hombre». Así
que el poder se asegura la voluntaria pasi- pues, decidió concursar.
vidad de los sujetos: favores, intimidación Este primer Discurso, en plena épo-
por el prestigio, distintivos de poderío. ca de esplendor de las Luces, mantiene
De todos estos mecanismos, el más insi- una paradoja: el desarrollo de las cien-
dioso y el más eficaz es la difusión del cias y de las artes (entendiendo por •<arteS>•
poder mismo en todos los estratos. La a las técnicas} ha corrompido las cos-
jerarquía responde a una necesidad vital tumbres. Para defender esta tesis, Rous-
para el poder, que se refuerza disemi- seau moviliza un cierto número de argu-
nándose. El análisis teórico del funciona- mentos históricos y filosóficos. La
miento del poder coloca al autor muy cer- civilización debilita las costumbres, es
ca de una condenación de la monarquía. decir, las «enerva» y las •<afemina», hacien-
El Discurso de la servidumbre volun- do perder a la gente el gusto por la liber-
taria apenas es leído. Sin embargo con- tad. La gentileza y los buenos modales
tiene un análisis extremadamente fino del no son más que vil adulación, corrupción
poder que es, sobre todo, perfectamente del corazón. Según Rousseau, todos los
moderno. Se calibra raramente lo que a él ejemplos históricos -Grecia, Roma,
le deben muchos pensamientos políticos Constantinopla, China, Alemania- lo
ilustrados: Pascal: «La gente, que no sabe prueban: la fuerza y la virtud de los pue-
que este efecto viene de esta costumbre ... »; blos están en razón inversa de su grado
Rousseau: «Los ciudadanos no se dejan de refinamiento.
oprimir más que si están arrastrados por Rousseau no está muy lejos aquí de
una ciega ambición y, al poner su mira en hacer apología de la barbarie. A estas
lo ruin más que en lo noble, la dominación pruebas por los hechos se añaden las
les resulta más atractiva que la indepen- pruebas por razonamiento: nacidas del
dencia, y consienten en llevar cadenas para orgullo del hombre, las ciencias alien-
poder imponerlas ellos a su vez»; Alain: tan la ociosidad y destruyen la moral.
«Lo que subsiste de esclavitud viene muy Las artes están en parte aliadas con el
claramente de que el ciudadano pone tam- lujo, corruptor y económicamente rui-
bién a los pies del jefe su propio juicio.» noso.
Rousseau se alza con el premio de la
Edición: Discurso sobre la servidumbre academia de Dijon. Mas, a pesar -o a
voluntaria (tr. J. M. Hemández-Rubio), Tec-
nos, 1986. causa- de su estilo sumamente elo-
Estudio: J. M. Hernández-Rubio, estudio cuente, la obra atrae sobre su autor una
preliminar en la edición citada. avalancha de refutaciones (el Pastor Ver-
net, Grimm, el rey Stanislas de Polonia).
Rousseau respondió de manera detalla-
DISCURSO SOBRE lAS CIENCIAS Y da en textos de estilo menos elocuente,
lAS ARTES, Discours sur les sciences pero también más precisos y eficaces que
et les arts, 1750. las largas diatribas del Discurso, sobre el
JEAN-JACQUES RoussEAu, 1712-1778. cual arrojan una luz maravillosa. Mas
Rousseau no consiguió evitar la margi-
Mientras visitaba a Diderot, encarce- nación, en un siglo entregado en cuerpo
lado en la fortaleza de Vicennes por su y alma al ideal de progreso de las Luces.
-+ Carta sobre los ciegos, Rousseau, al Se considera a Rousseau un autor de
203 DISCURSOS ALA NACIÓN ALEMANA
no por aquellos que contienen la esencia co que se rige por las leyes de la causa-
misma de las cosas». Además, este texto lidad o de la semejanza. Una tal variabi-
asegura a la metafisica la única garantía sóli- lidad de las pasiones echa por tierra la
da: una distinción neta entre lo inteligible y necesidad de un vinculo entre la causa y
los modos del conocimiento sensible, some- el objeto de una pasión, y conduce, sobre
tido al tiempo. el plano de la identidad del yo, a un escep-
Kant no distingue aquí entre entendi- ticismo que anuncia la critica kantiana de
miento y razón, y mantiene la posibili- la sustancia espiritual.
dad de una «utilización real» de las facul-
tades intelectuales. El conocimiento de Edición: Disertación sobre las pasiones (tr.
lo en-sí no nos está vedado, incluso aun- J. L. Carmona), Anthropos, 1990.
que el autor se resista ya a reconocer Estudios: A. J. Ayer, Hume (tr. J. C. Arme-
ro), Alianza, 1988; G. Deleuze, Empirismo
en el hombre una intuición intelectual. y subjetividad, Gedisa, 1981.
Así, al final de la obra, Dios es presen-
tado como el fundamento de la armo-
nía entre las sustancias que componen el
mundo.
En la Disertación de 1770 se DISERTACIONES, 'EmK'rf¡tov Otatpt-
encuentran elaborados muchos de los [3m, <>hacia 130.
temas que desarrollará la -> Crítica de EPICfETO, hacia 50-hacia 125.
la razón pura. Mas en su gran obra crí-
tica, Kant no dudará en atacar una varie- La enseñanza de Epicteto ha sido
dad de concepciones que todavía defen- transmitida bajo forma de lecciones de
día en 1770. las que se conservan todavía cuatro libros
(sobre ocho o doce), de un-> Manual
Edición: La dissertatio de 1770, Consejo que pasa por ser un resumen de las lec-
Superior de Investigaciones Científicas, 1961. ciones, y de fragmentos compuestos por
Estudios: E. Cassirer, Kant: vida y doc- citas dispersas en diversos autores (Esto-
trina (tr. W. Roces), Fondo de Cultura Eco-
nómica, 1993; A. Philonenko, L'oeuvre beo, Aulo Gelo, Marco Aurelio, etc.). El
de Kant, Vrin, 1983, t. 1, cap. 11, § 5, 6 libro recoge las lecciones orales que Aa-
y 7. vio Arrio, discípulo de Epicteto, trans-
cribió al parecer en «directo», en la for-
ma que hoy llamamos Conversaciones,
pero que la tradición filosófica llama tam-
DISERTACIÓN SOBRE LAS PASIO- bién discusiones o diatribas (en el sen-
NES, A Dissertation on the Passions, tido de conversaciones filosóficas en las
1757. que un autor, la mayoría de las veces fic-
DAVID HUME, 1711-1776. ticio, toma vivamente partido por la filo-
sofía).
La mayor parte de la obra de David De lo conservado se ha podido inten-
Hume consiste en una modificación crí- tar discernir un orden: el libro 1 estaría
tica de su imponente -> Tratado de la consagrado a los principios lógicos y
naturaleza humana. La Disertación físicos sobre los que se asienta la moral;
sobre las pasiones retoma, en un aná- el libro 11 explicaría cómo los discípulos
lisis más condensado y pertinente, las pueden vivir libres, seguros, y exentos
reflexiones del libro II del Tratado y de todo temor; el libro III estaría com-
aporta importantes modificaciones filo- puesto de exhortaciones a una vida de
sóficas. ascesis y de control de sí; mientras que
Hume presenta un sistema en el que el libro IV, después de una introducción
cada pasión está destinada a transfor- sobre la libertad, establecería una com-
marse en otra pasión, según el sentido paración entre la escuela y la vida. Mas
unilateral e invariable de un orden cícli- con frecuencia, temas similares son reto-
207 DISTINCIÓN (LA)
lisis sobre los conceptos de habitus, Estudios: Jacques Maritain. Su obra filo-
de campo, de mercado y de capital sim- sófica, Desclée de Brouwer, 1960; J. Dau-
jat, Maritain, un maftre pour notre temps,
bólico, Bourdieu emprende en esta obra Téqui, 1978.
la tarea de desmistificar el fetichismo
social que permite a cada clase distin-
guirse a sf misma, protegiéndose así
contra la intrusión ilegítima de todo ele- DIVAGACIONES, Propos, 1906-1951.
mento extraño. ALAIN (Émile Auguste Chartier), 1868-
Edición: La distinción (tr. M.• C. Ruiz), Tau-
1951.
rus, 1991. Colección de breves fragmentos (1 a 2
Estudios: J. Lechte, 50 pensadores contem- páginas) sobre todos los temas capaces
~níneos esenciales (Ir. M.• L. Rcx:lriguez Tapia), de suscitar la reflexión del filósofo.
Cátedra, 1996, pp. 69-73; A. Accardo, lni-
tiation d la sociologie. L'il/usionnisme social:
une lecture de Bourdieu, Mascaret, 1991. Las Divagaciones son, por su estilo, un
acontecimiento único en la producción filo-
sófica universal. Escritos día a día para el
Dépeche de Rouen, y después para otros
DISTINGUIR PARA UNIR, o Los gra- periódicos, publicados más tarde en nume-
dos del saber, Distinguer pour unir, ou rosos volúmenes (cronológicos o temáti-
les Degrés du savoir, 1932. cos), constituyen en sí mismo, un género
JACQUES MARITAIN, 1882-1973. original, tributario de las servidumbres del
periodismo, pero siempre a la altura de las
Abordando el problema del conoci- exigencias de la filosofía: «elevar la hoja del
miento desde el punto de vista de una periódico al nivel de la metafísica», decía
«topología metafísica••, Maritain confirma Alain. El'volumen recoge cerca de cinco
el valor del realismo tomista, colocándo- mil apuntes.
se así en neta oposición con el idealis- Las Divagaciones de Alain son, en el
mo contemporáneo, al que le reprocha sentido más fuerte de la palabra, actua-
desdeñar numerosos aspectos de lo real. les. La actualidad está presente en la medi-
Hostil a la idea de un plan único de da en que Alain no cesa de comentarla:
intelección, el autor propone, por el con- el acontecimiento, la política, la historia,
trario, una escala de planes diferentes, el debate público, todo pasa por su plu-
abordables según grados de abstracción ma. Mas el presente se manifiesta tam-
que s~ corresponden con los grados del bién por otras vías; el retomo periódico
ser. Esta es la razón de que el espíritu de los fenómenos naturales, los trabajos
humano deba evitar el inmovilismo y humanos, las fiestas (la Pascua, el Día de
aceptar desarrollarse mediante una mul- Todos los Santos, la Navidad ... ), los ritos
titud de conceptos, de una pluralidad de sociales (la vuelta al colegio, las conme-
ciencias y de una escala de grados del moraciones): todo esto es recogido aquí
saber. Yjuzgado según las exigencias de un pen-
La originalidad del trabajo de Mari- samiento vivo, actual en el sentido de que
tain se encuentra en la diferenciación de se produce en acto, cada día, para el lec-
las abstracciones que saca a la luz. Y tor. Actual también porque el pensamiento
subraya una distinción mayor: mientras de Alain no se contenta jamás con acom-
que las ciencias de la naturaleza multi- pañar al presente tal como éste se da ni
plican sus procedimientos de compre- de encerrar al comentario en la fu~az
hensión, la metafísica progresa hacia novedad del suceso. Las Divagaciones no
la interioridad. son la «espuma de los días». Por el con-
trario, están atravesados por un esfuerzo
Edición: Distinguer pour unir, Desclée De constante por elevar el hecho banal la
Brouwer, 1959. cotidianidad, al rango de objetos de'un
209 DIVINA COMEDIA (LA)
pensamiento universal e intemporal. Tocio fuerza. Y raros son los rechazos (Berke-
lo que de ordinario es pequeño deviene ley, Freud).
en él inmediatamente grande al ser ele- Sin embargo, el autor no oculta sus
vado a la altura de las experiencias más preferencias: filosofía del juicio (Descar-
fundamentales de la humanidad; la refe- tes mejor que Spinoza), de la voluntad
rencia constante a los grandes autores y soberana contra las pasiones (Epicteto
a las grandes obras de la humanidad {«<as mejor que Epicuro), de la idea (Comte
HumanidadeS>•) comporta esta exigencia: mejor que Marx).
pensar el presente, la obra cotidiana de El recurso constante y exigente a lo real
las cosas y de los hombres, para extraer no es solamente el proceder de un pen-
lo esencial. samiento deseoso de sacar partido de todo.
Alain habla aquí, por tanto, de todo. Es ante todo, como ya se ha dicho, la idea
Nada, a priori, escapa a la atención del (a la vez spinozista y hegeliana) de que
filósofo. Alain quiere ser el heredero de todo lo real es verdadero, hasta en sus ilu-
Hegel, para quien la lectura del periódi- siones y engaños. La reflexión de Alain
co es la «plegaria matutina» del hombre sobre las religiones es ejemplar (véase -->
moderno. Los dioses están también entre Los Dioses). Para el autor sigue siendo
los pucheros; el propio hecho diverso es protección y garantía contra la tenden-
Dios. El sol, la lluvia, la marea, el vuelo cia natural a instalarse confortablemente
de un pájaro, una ilusión óptica, un recuer- en el universo de los propios pensamien-
do literario (Balzac, Hugo, Dickens), el tos; Alain habría aplaudido estas palabras
gesto del artesano o el del prestidigitador, de Prévert: «El mundo mental miente.
el grito de reclamo del vendedor ambu- Monumentalmente».
lante, la vela que bate y se hincha con el La lectura de las Divagaciones no es
viento, el incendio, el accidente de coche siempre fácil; algunas de ellas son bellos
ofrecen la ocasión de meditaciones reno- enigmas. El estilo de Alain puede despis-
vadas al infinito. El autor extrae, por lo tar. Es lamentable que esta última «razón»
demás, abundante material de su expe- pueda bastar para abandonar la lectura
riencia en la guerra de 1914. de estos textos.
Alain habla de todo. Pero sería mejor
decir que Alain juzga todo, negándose Ediciones: Selección de Propos, 2 vols.,
sistemáticamente a adorar y prohibién- Bibliotheque de la Pléiade, Gallimard, 1990.
donos adorar cosa alguna. Nada hay Numerosas selecciones temáticas están
igualmente disponibles, en concreto Pro·
sagrado, nada hay respetable fuera de pos sur le bonheur, col. «Folio-EssaiS>•, Galli-
lo único que merece respeto: el ejerci- mard, 1985; Propos sur les pouvoirs, col.
cio libre del pensamiento soberano. «Folio-Essais», Gallimard, 1985, y Propos
Alain se deja a veces llevar por una jus- sur l'éducation, col. «Quadrige», P.U.F.,
ta cólera. 1986.
Estudios: A. Maurois, presentación del
Una filosofía toma cuerpo y realiza vol. 1 en la edición citada; S. S. de Sacy,
su labor a lo largo de las Divagaciones, presentación del vol. II en la edición ci-
que con toda seguridad no difiere en nada tada.
de la expuesta en sus otros escritos. Alain
es un filósofo original, mas no propone
ninguna doctrina nueva o inédita. En buen
hegeliano, Alain acepta toda la filosofía DIVINA COMEDIA (LA), La Divina
y la hace vivir a partir de Platón con la Commedia, 1472.
convicción de que toda la filosofía es ver- DANTE AuGHIERI, 1265-1321.
dadera: Platón en paralelo con Aristóte-
les, Epicuro casa bien con Epicteto, Des- La «Divina Comedia» es la aventura
cartes con Spinoza. Ningún eclecticismo espiritual de la humanidad. El poeta, que
por tanto que edulcore las doctrinas res- representa a esta última, recorre los tres
pectivas; cada uno está ahí, con toda su reinos del más allá: Infierno, Purgatorio,
DIVISIÓN DEL 1RABAJO SOCIAL (LA) 210
Paraíso. La composición de la obra, que te, en este texto y en algunos otros, creó
se extiende desde 1307 hasta 1321 obe- la lengua italiana.
dece a eruditas consideraciones ~ume
rológicas, guiadas por el valor simbólico Edición: La Divina Comedia. La vida nue-
del número 3 (la tríada desempeñaba un va (tr. Conde de Cheste), Aguilar, 1967.
Estudios: J. Santayana, «Dante», en Tres
papel particular en la aritmología pita- poetas filósofos (tr. J. Ferrater Mora), Tec-
górica). Tres partes (o «Cánticos»), com- nos, 1995; M. de Gandillac, Dante, Seg-
puestos de treinta y tres cantos cada uno, hers, 1968.
suceden al prólogo.
Extraviado en el bosque del pecado,
rodeado de monstruos, el viajero será res-
DIVISIÓN DEL TRABAJO SOCIAL
catado por la razón (personificada por
(LA), De la division du travail social
Virgilio). Conducido a través de los nue- 1893. '
ve círculos del Infierno, asistirá al suplicio
ÉMILE DURKHEIM, 1858-1917.
de los condenados (por los que se ven
pasar algunos grandes culpables históri-
cos) y tomará la medida del mal en todo
La división del trabajo social es el prin-
cipio de cohesión de las sociedades moder-
su horror. En razón de la imaginación deli-
nas: ¿no es paradójica esta división y no
rante de la que da testimonio y de la viva-
conviene preguntarse por su valor moral
cidad de sus descripciones, El Infierno
y social? Durkheim intenta aquí estable-
ha quedado como la parte más célebre
de la obra (incluso a veces ha sido publi- cer una ley evolutiva entre las sociedades
cada sola). A continuación, el poeta acce- arcaicas (donde la solidaridad es mecá-
derá al Purgatorio, lugar de penitencia, nica e impuesta por reglas represivas) y
mas también de esperanza (la montaña las sociedades superiores (donde la soli-
de nueve gradas). Para terminar, el des- daridad es orgánica porque es resultado
cubrimiento del Paraíso (los nueve cielos de la diferenciación de los roles de los indi-
del universo ptolemaico) tendrá lugar bajo viduos). Los individuos en las sociedades
la guía de Beatriz y de San Bernardo, ¡el primitivas son no egoístas y se asemejan
pagano Virgilio no estaba cualificado para entre sí, mientras que las sociedades
entrar aquí! Al igual que en el Infierno modernas multiplican los tipos individua-
pueden verse aquí algunos elegidos ilus~ les, hac;:iendo así problemática la solida-
tres -San Francisco, Santo Domingo, ridad. Esta no puede manifestarse en el
San Benito, Tomás de Aquino, Siger de cuadro de la división del trabajo si no se
Brabante-, con los que el poeta discute cuenta con un centralismo coordinador
sobre teología. La visión de Dios en el (el derecho) y con la interiorización del
Empíreo corona la alegoría. valor de la solidaridad social (la moral). Es
La Divina Comedia es un poema, una el precio que hay que pagar para evitar
epopeya, mas también una suma, una la anomía.
suerte de enciclopedia viviente de los cono- Durkheim parece aquí muy influido por
cimientos de la época. Pertenece al teso- Auguste Comte aunque también estable-
ro de las obras inextinguibles. Su copio- ce las premisas de la mayoría de sus obras
sa y desbordante riqueza tal vez sea sólo posteriores.
comparable con la de la --> Enciclopedia
Edición: La división del trabajo social Pla-
o la de -> La fenomenología del espíri- neta-Agostini, 1985. '
tu (obra con la que presenta muchas otras Estudios: R. Aron, Las etapas del pensa-
analogías). Desde el punto de vista esti- miento sociológico (tr. A. Leal) vol. II Bue-
listico, el acierto de este libro está funda- nos Aires, Sigl? Veinte, 1970, pp. 21'-123;
mentalmente en la potencia intrínseca del S. Lukes, Emtle Durkheim. Su vida y su
verso de Dante y en la perfecta unidad del obra, Ce~tro de Investigaciones Sociológi-
cas, Madnd, 1984; B. Lacroix Durkheim
todo con la infinita variedad de detalles et le po/itique, Presses de la Fondation natio-
que lo jalonan. Es preciso añadir que Dan- nale des sciences politiques, 1981.
211 DOCI'RINA DE LA CIENCIA
DOCTA IGNORANCIA (lA), De doc- sófico que hace de ésta una exposición
ta ignorancia, 1440. muy superior a las que la precedieron.
Nicou\s DE CusA, 1401-1464. Se trata de hecho de simples notas de
cursos cuyo objetivo y materia han que-
Esta obra con título paradójico con- dado, desgraciadamente, desacredita-
tiene la visión teológica que Nicolás de dos por la empresa de Hegel (al publi-
Cusa tuvo en una especie de revelación car --> La ciencia de la lógica entre
una noche de noviembre de 1437. 1812 y 1816, Hegel dispensaba teó-
Su teología une la especulación dia- ricamente a sus lectores de estar infor-
léctica a la inspiración mística. Este últi- mados de las «doctrinas de la ciencia»
mo punto es fundamental, en el sentido posteriores a 1794).
de que en él se reúne lo esencial de la teo- El texto está formado por dos par-
logía apofática de los siglos XN y xv. La tes: la primera desarrolla una teoría de
apófasis consiste en negar que Dios ten- la razón y de la verdad; la segunda una
ga el menor atributo, sea el que sea. Dios fenomenología y una variedad de enfo-
es pura trascendencia y escapa infinita- ques de la reflexión. En la primera par-
mente a todos los nombres con los que te aparecen los prolegómenos, esto es,
se intentara definirlo. Así, al negar esos una descripción del hecho de lo abso-
nombres, uno permanece en la ignoran- luto, llamado todavía «hecho ontológi-
cia. Mas esta ignorancia no es pasiva. Es, co del saber», como también una lógi-
por el contrario, la ocasión de descubrir ca de la historia de la filosofía que llega
en la negación de los nombres el proce- hasta el saber absoluto. En la segunda
so mediante el cual se realiza la unión mís- parte propone Fichte una analítica de
tica con Dios (la Deidad). las condiciones y del sentido de la rea-
Nicolás de Cusa es uno de los grandes lización del saber absoluto, que desem-
místicos herederos de la mística renana, boca en la comprensión absoluta del
en concreto de Eckhart. saber absoluto. Distribuido en veintio-
cho conferencias que carecen de títu-
Edición: La docta ignorancia (tr. M. Fuen- lo, el texto comienza por la considera-
tes), Orbis, 1985. ción del carácter «histórico y simbólico>>
Estudios: E. Cassirer, Individuo y cosmos -y no real- de la vida en la mentali-
en la filosofía del Renacimiento (tr. A.
Bixio), Buenos Aires, Emecé, 1951; M. de dad de la época. Mas el elemento
Gandillac, La philosophie de Nicolas de importante de la vida es claramente el
Cues, París, 1941. pensamiento; este pensamiento toma
la forma de filosofía cuando expresa
la verdad, es decir, la unidad absoluta
o la inmutabilidad de la opinión. La
DOCTRINA DE lA CIENCIA. Die Wis- cuestión es la de saber qué es la doc-
senschaftslehre, 1834. trina de la ciencia. Mas no puede haber
JoHANN GorrUEB FlcHTE, 1762-1814. ser sin pensamiento, y además existe,
Exposición de 1804. según la filosofía de Kant, un vínculo
absoluto (A, por Absolut) entre el ser
Se conocen ocho versiones diferen- (S, por Sein) y el pensamiento (D, por
tes de la Doctrina de la ciencia de Fich- Denken). De aquí la revisión de las tres
te, así como numerosos resúmenes e -->Críticas kantianas realizada por Fich-
introducciones relacionadas directa- te en este punto preciso de su exposi-
mente con ella. La exposición de 1804 ción. Existiendo A, se escinde prime-
no es tan conocida como la de 1794, ramente en S y D, después en x, y y z
aunque está más acabada; no ofrece ya (o sea, los mundos sensible, inteligible
una teoría unificada de los mundos sen- y estético); estas dos escisiones no son
sible e inteligible (como la de 1801), conocidas inmediatamente. El saber per-
pero desarrolla una teoría del saber filo- manece igual a sí mismo pese al cam-
¿DÓNDE VA EL TRABAJO HUMANO? 212
bio de los objetos. El objeto designa el sí, nos resta descubrir cómo hemos lle-
saber absoluto propuesto en la prime- gado a ello. Haciendo referencia al sis-
ra lección y se acompaña de represen- tema de la Identidad de Schelling, Fich-
tación. te observa que este último no ha hecho
Aparecido con evidencia, el saber es más que «copiar» la síntesis de la teoría
existente por sí, con independencia de sin realizarla; la ha predicado sin hacer-
toda variedad: es una unidad igual a sí la. Al final de este recorrido, la vía ori-
misma y cerrada para sí. En las cien- ginal de la razón parece consistir en el
cias reales, los principios son fáctica- hecho de fundar su propia existencia en
mente evidentes; la presente teoría bus- una objetividad que le pertenece en pro-
ca también introducir una evidencia piedad. Pero el saber absoluto presupo-
absolutamente genética, de la cual hará ne ya el saber ordinario. Y la razón se
derivar esas evidencias fácticas. De lo escinde ella misma, en la vida del obrar,
cual resulta, en conclusión, que la «suje- en ser y en hacer a la vez.
to-objetividad» es inseparable del cam-
bio. Aunque la teoría de la ciencia se Edición: Doctrina de la ciencia (tr. J. Cruz),
detiene en el punto A (y no directa- Aguilar, Argentina, 1975.
Estudios: H. Heimsoeth, Fichte (tr. M. Gar-
mente en A, que es algo muerto), el cía Morente), Revista de Occidente, 1931,
enfoque de la teoría no es una síntesis cap. ll; M. Guéroult, L'évolution et la
post factum. La unidad de la teoría es structure de la Doctrine de la science chez
más precisamente la unidad orgánica Fichte, Olms G., Hildesheim, 1982.
interna de los dos. Y la teoria capta inte-
lectualmente la consciencia común, que
jamás puede ser construida en reali-
dad. Por un lado razonamos, por el otro ¿DÓNDE VA EL TRABAJO HUMA-
indagamos cómo hemos razonado: de NO?, Ou va le travail humain?, 1950.
este modo intentamos responder a la GEORGES FRIEDMANN, 1902-1977.
cuestión sobre la génesis. Toda filoso-
fía tiene por tarea reducir lo diverso a Las angustias nacidas de la técnica des-
la unidad: de hecho, no debemos que- quician todos los valores de la civilización.
darnos ni en la unidad ni en la diversi- El desarrollo incontrolado de las técnicas
dad, sino entre las dos. Así es como está en efecto en trance de convertirse en
alcanzaremos los principios genéticos. el problema esencial del mundo contem-
Con esto hemos llegado al corazón de poráneo. Este libro intenta extraer las lec-
la exposición: Fichte puede ahora afir- ciones de esta mutación y de ponernos
mar que la disyunción originaria de la en guardia contra los peligros a los que
luz se produce entre el ser y el pensa- nos expone una deshumanización exce-
miento. Y lo que nosotros tomamos, siva del trabajo. La primera parte de la
a través de la forma, por la luz origi- obra subraya la oposición entre el medio
naria se transforma en simple visión y natural y el medio técnico, y bosqueja una
en sustituto de la luz. teoría de la presencia humana. Este ensa-
Una nueva investigación más profunda yo teórico está reforzado por una ilus-
comienza entonces. El concepto, o el tración práctica: la de la obra de un escri-
hecho general del saber, no reside ni en tor-obrero.
la luz ni en la visión, sino entre una y La segunda parte está orientada hacia
otra. La cuestión se aplica a nuestra pro- los problemas psicológicos de la industria
pia marcha: «¿Cómo hemos llegado al y del «factor humano». La tercera reúne
punto superior de deber abandonar lo algunos testimonios sobre el medio téc-
que había sido supuesto?>> No es des- nico.
plazando lo ya conocido como el pro- La progresión de un inconsciente inva-
blema podrá ser resuelto. Si intuimos sor, al que acompaña la incompleta auto-
el anonadamiento, si concebimos el en matización de un número siempre ere-
- - ------------------------ ..
213 DURACIÓN YSIMULTANEIDAD
[215]
ECONOMÍA Lffi!DINAL 216
Edición: Economía libidinal (tr. R. Alber- tad está por encima de todo ser: la esen-
di), Saltes, 1980. cia de Dios posee la libertad como ele-
Estudios: J. Lechte, 50 pensadores con-
temporáneos esenciales (tr. M.• L. Rodrí- mento constitutivo. Lo necesario y lo libre
guez Tapia), Cátedra, 1996, pp. 309-315; están en él estrechamente asociados. Sólo
C. Clément, G. Lascault, M. Dufrenne, L. lo que está libre de toda oposición puede
Morin, •<Jean-Fram;ois Lyotard», Revue L'Arc, aproximarse a lo que está exento de con-
n. 0 64, 1976. tradicciones. Por sus raíces, la naturaleza
se liga con Dios, con lo que él tiene de más
oscuro. La potencia de afirmación depen-
de de la potencia de negación.
EDADES DB.. MUNDO (lAS), Die We/- Los tres elementos son respectiva-
talter, 1811, 1813 y 1815. mente: el fundamento de la naturaleza, el
FR!EDRICH WllliELM JOSEF VON ScHEWNG, mundo de los espíritus y el alma univer-
1775-1854. sal que anima el cosmos. Para Schelling,
el pasado eterno de Dios no constituye
Este tratado teológico que debía com- una dificultad lógica: el concepto total de
portar tres épocas (y no comprenderá más Dios permite pensarlo. Lo divino en sí no
que la primera) desarrolla tesis que pro- es ni lo existente ni lo no-existente. La
vocarán vivas controversias. Y dará lugar verdadera eternidad es el tiempo supera-
a tres versiones diferentes. do y pasado. Dios debe ser concebido no
Para Schelling, la intuición es capaz de como un ser-consciente eterno, sino como
proporcionamos lo absoluto: al menos, un devenir-consciente eterno. El espíritu
en los momentos de su autoformación. eterno domina a la naturaleza: el estado
Schelling trata de lo que podría ser el dra- presente del mundo material no es un
ma divino en el que participan la natura- estado primitivo. El proceso entre los fenó-
leza y la humanidad. En la introducción menos que forman el mundo y las fuer-
se dice que el pasado es conocido, que el zas de la vida interior produce una ana-
presente es constatado y que el futuro logía. El alma universal es inmanente a la
es presentido: se los puede por tanto rela- naturaleza y al mundo y permite la cir-
tar, exponer y profetizar. culación de la sensibilidad entre lo más
Para mostrar cómo se construye la idea bajo y lo más elevado. La divinidad pura
total de Dios, el filósofo distingue entre la se desdobla en su comportamiento. El
libertad y la necesidad de Dios. Estando eterno rigor y la eterna necesidad se
salpicada de contradicciones, la naturale- encuentran propuestos como comienzo
za original va a intentar alcanzar la unidad. de la revelación propia de Dios.
Por la vía de la contradicción, la vida va a El tiempo coexiste con la eternidad; es
entrar en la primera naturaleza necesa- el movimiento por el que la naturaleza eter-
ria. No siendo el comienzo lo que debe ser, na se eleva hacia lo supremo para volver
hay por tanto una negación original: el no- a descender y recomenzar su ascensión.
Existente mismo, que no es la nada. Que Según este movimiento de relojería, Dios
éste se niege a sí mismo es lo que hace la calcula y mide los momentos de la ince-
potencia de Dios. El esbozo de una futu- sante repetición de la eternidad. La eter-
ra unidad es posible porque el día es ocul- nidad anterior al mundo es reducida a un
tado por la noche. Esta unidad está escin- solo instante. Mas Dios ha decidido revelar
dida en dos. La tercera potencia necesaria su Yo más sublime. Estando todo tiempo
es la esencialidad por excelencia. El ver- ausente en Dios, era preciso que hubiera
dadero conocimiento se encuentra en la un tiempo exterior a él. Así, Dios no es real;
base de una progresión inintemunpida. La él lo deviene. Lo Eterno no existe más que
naturaleza visible es una imagen de ese por su voluntad. Todo desenvolvimiento
movimiento incesante de sístole y diástole supone un envoMmiento. Los tiempos pri-
que se renueva a sí mismo. El primer prin- mitivos suponen, en efecto, tinieblas e invo-
cipio no accede jamás al ser. Pero la liber- lución. Nosotros, por el contrario, estamos
EDUCACIÓN DEL GÉNERO HUMANO (LA) 218
inmersos en la vía de los tiempos, donde ra en que tal causa puede engendrar un
toda cosa está ligada a la naturaleza, que efecto no querido. Analiza también la
no existía en el origen. La vida misma no noción de cambio social (cómo la igual-
es más que una alternancia incesante de dad puede desembocar en desigualdad).
contradicción y expansión. Sigue un estudio de las instituciones esco-
La unidad de las fuerzas nace de la lares después de 1968, en el que el autor
variedad de la naturaleza. Descartes ha trata los problemas de las universidades
sacrificado la unidad a la dualidad, Spi- y de la enseñanza superior. Finalmente,
noza ha procedido a la inversa, mas para a través de una crítica de corrientes socio-
llegar a una unidad muerta. lógicas tales como las de Marx, T ocque-
ville, Merton o Weber, Boudon examina
Ediciones: Die Weltalter, fragmentos com- la interacción paradójica de los «determi-
¡:¡ilados por M. Schroter, Múnich, 1946; Les
Ages du monde (tr. S. Jankélévitch), Aubier, nismos sociales>• y de la libertad individual.
1949. La obra intenta llamar la atención sobre
Estudio: J.-F. Marquet, Dictionnaire des la complejidad del orden social.
philosophes, P.U.F., 1984.
Edición: Effets pervers et ordre socia/, col.
«Quadrige", P.U.F., 1989.
Estudio: R. Boudon y F. Bourricaud, artículo
EDUCACIÓN DEL GÉNERO HUMA- «lndividualisme méthodologique" en Dic-
NO (LA), Díe Erzíehung des Men- tionnaíre critique de la sociologie, P.U.F.,
schengeschlechts, 1780. 1986.
GoTIHOLD EPHRAIM l..E.ssiNG, 1729-1781.
vo con el nivel superior, de donde pro- una de las principales tesis de la filoso-
cede. El grado de alejamiento por rela- fía de Merleau-Ponty.
ción al Uno determina el valor de cada El autor vuelve a encontrar en Berg-
ser, siendo la absoluta simplicidad la per- son lo que debe ser la tarea del verda-
fección absoluta. dero filósofo, a saber, captar la relación
Proclo enriqueció el sistema neoplató- entre el sentido y el acontecimiento,
nico haciendo corresponder cada nivel es decir, aprehender el ser en su deve-
de realidad con una divinidad. Igualmente nir. La filosofía no debe, por tanto, opo-
lo abrió al misticismo, porque es median- ner el espíritu a la materia, porque el
te una facultad irracional como el alma se propio espíritu deviene al investir a la
une al Uno. materia, esto es, al expresarse. El filó-
sofo que busca descubrir el sentido pri-
Edición: Éléments de théologie, Aubier- mero del ser debe por tanto hundirse en
Montaigne, 1965. el ser, y ello lo logrará mediante la per-
Estudios: R. Mondolfo, El pensamiento anti-
guo. Historia de la filosofía greco-romana cepción, pues ella permite que este ser
(tr. del ital. por S. A. Tri), vol. 11: Desde Aris- que se da en la exterioridad del mundo
tóteles a los neoplatónicos, Buenos Aires, nos salga al paso. Por esta razón es posi-
Losada, 1942; P. Bastid, Proclus et le cré- ble aproximar esta percepción del ser a
puscule de la pensée grecque, Vrin, 1969. la célebre intuición bergsoniana que nos
revela igualmente nuestra pertenencia
al ser.
Merleau-Ponty se interesa por el papel
ELOGIO DE lA FILOSOFÍA, Éloge de del filósofo en tanto que hombre que vive
la philosophie, 1953. en el mundo entre los otros hombres. Afir-
MAURICE MERLEAU-PONTY, 1908-1961. ma en efecto que el filósofo debe sumer-
girse en el mundo y entrar en relación
Este discurso es la lección inaugural con sus congéneres, porque es en sí mis-
que Merleau-Ponty pronunció en el Cole- mo y con ellos como descubrirá lo ver-
gio de Francia. El texto no fue escrito con dadero.
la intención de convertimos a la vida filo-
sófica -como el título pociria dar a enten- Edición: Éloge de la philosophie et au-
der-, sino mas bien para definir el papel tres essais, col. «Folio-Essais», Gallimard,
del filósofo. 1989.
Para empezar, Merleau-Ponty afirma Estudios: J. Lechte, 50 pensadores
que el filósofo no debe pretender alcan- contemporáneos esenciales (tr. M.• L. Rodrí-
guez Tapia), Cátedra, 1996, pp. 51-56;
zar el saber absoluto, sino más bien osci- A. Robinet, Merleau-Ponty. Sa uie, son
lar, en un incesante ir y venir, entre el oeuure auec un exposé de sa philosophie,
saber y la ignorancia: no será un hom- P.U.F., 1963.
bre de certezas, sino uno que convive
con el saber en devenir. El autor verifi-
ca esta concepción del filósofo en la per-
sona de Louis Lavelle. En efecto, este ELOGIO DE lA LOCURA, Encomium
filósofo no concibe nuestro saber de lo Moriae, 1511.
absoluto como un saber estático, sino DIDIER ERASMO DE RoTTERDAM, hacia
más bien como un saber que surge del 1469-1536.
movimiento por el cual el filósofo sale
de sí mismo para ir al mundo y obliga a Esta obra de Erasmo, que se divide en
batirse en retirada a su propia interiori- sesenta y ocho breves capítulos, está mar-
dad para apropiarse de ese mundo exte- cada por el carácter profundamente indi-
rior. El ser no es por tanto un absoluto, vidualista y no conformista de su autor,
sino que participa de nosotros como que descuella aquí por su dominio del arte
nosotros participamos de él. Ésta será de la sátira y de la crítica. El elogio está
EMILIO 222
dedicado a Tomás Moro, amigo íntimo y mundo entero; incluso hoy día, Erasmo
colaborador de Erasmo. Bajo el disfraz de no ha perdido actualidad.
una persona, la Locura es puesta en esce-
na sobre el gran teatro del mundo, su Edición: Elogio de la locura (tr. P. Rodrí-
imperio. Ya se trate de papas, científicos guez Santidrián), Alianza, 1995.
Estudios: M. Bataillon, Erasmo y el eras-
o príncipes ... , la Locura o estupidez tor- mismo (tr. C. Pujol), Crítica, 1983; M. Rat,
na en ridículos payasos a los hombres y introducción a Éloge de la folie (tr. P de Nol-
compromete a todos los estamentos. A hac), col. GF, Rammarion, 1988.
propósito de los predicadores, por ejem-
plo, Erasmo hace decir a la Locura: «Yo
misma pude oír en cierta ocasión a un EMIUO, o De la educación, Émile ou
loco egregio -miento, quería decir a un De l'education, 1762.
sabio-- que en un sermón muy célebre JEAN-JACQUES RoussEAu, 1712-1778.
quiso explicar el misterio de la Trinidad.
Desplegando las dotes excepcionales de Esta obra, que expone la teoría rous-
su saber y queriendo halagar los oídos de soniana de la educación, hace pareja con
los teólogos,[ ... ] comenzó con las letras ~La Nueva Eloísa (1761, teoría de la
del alfabeto, las sílabas y la oración, para familia) y con el Contrato social (teoría
pasar después a tratar de la relación del de las instituciones políticas).
nombre con el verbo y del adjetivo con el «Todo está bien cuando sale de las manos
sustantivo (cap. 54) [... ]» del autor de las cosas, todo degenera entre
Erasmo hace el elogio de la Señora Locu- las manos del hombre.» Así comienza el
ra, <<el resorte oculto de la vida>> a la que nada Emilio. El programa pedagógico de Rous-
se le escapa, pues adopta la multitud de sem- seau está ya trazado: dar al niño y después
blantes que la vida nos muestra a lo largo al adolescente una educación negativa, que
de nuestra experiencia. Aunque cargada de lo proteja tanto tiempo como sea posible
humor, la obra no es por ello menos polé- de la venenosa influencia de la sociedad. El
mica, y bajo el disfraz de la chanza denun- pequeño Emilio es educado en el campo,
cia males bien reales. Así, en ese mismo alejado de los hombres y de los libros. La
capítulo 54, la Locura delata ante el pueblo libertad será el fin y el medio de esta edu-
el proceder de sus cabezas espirituales: «Os cación, y la naturaleza el primer maestro.
dais cuenta, supongo, de lo mucho que me El niño se formará por su propia expe-
debe esa raza de personas [que a sí mismos riencia, bajo la vigilancia de un preceptor
se llaman Religiosos y Monjes] que, con sus tan discreto como omnipresente; porque
ridículos gestos, sus altisonantes palabras y si el niño no ha de recibir lecciones de per-
vaciedades imponen una especie de tira- sona alguna, sino de las cosas, es preciso
nía sobre los mortales.» que se organice alrededor de él, y sin que
La Locura goza revistiendo al mundo él lo sepa, un mundo propio que asegure
de falsos honores y dignidades. Y si la la formación de su juicio libre. Nada será
dama denuncia la ingratitud e hipocresía pues dejado al azar.
de los hombres que •son dientes suyos y, Ninguna empresa educativa podría pres-
sin embargo, se avergüenzan tanto de su cindir de definir sus fines. Es un hombre lo
nombre en público que lo lanzan contra que hay que formar ante todo, y luego
los demás como si fuera algo vergonzo- -pero sólo luego-- un cabeza de familia
so», lo hace porque «no hay truco ni afei- y un ciudadano. Como no se desea un
te en ella, ni disimula en la frente lo que «pequeño maestro» apto para brillar en los
siente su corazón>> (cap. 5). salones y, como decía Descartes, para
No es difícil comprender que tras el «hablar con verosimilitud de todas las cosas»,
valiente elogio de la locura que aquí pro- se evitará el cultivo de las virtudes de apa-
nuncia Erasmo hay oculto un sincero amor riencia y de instrucción libresca.
por la verdad. La obra alcanzó enorme Primer principio: dejar hacer a la natu-
éxito en su época y fue traducida en el raleza, eliminar solamente lo que obsta-
223 ENCICLOPEDIA
mientas esparcidos sobre la superficie de dopedistas fueron reclutados más bien entre
la Tierra; exponer el sistema general a los los adeptos de la religión natural.
hombres con los que vivimos, y transmi- Aunque los privilegios, el absolutismo
tirlo a los hombres que vendrán después y la monarqtúa de derecho divino son fuer-
de nosotros; a fin de que los trabajos de temente contestados en nombre de la
los siglos pasados no hayan sido trabajos razón, la Enciclopedia no se declara en
inútiles para los siglos que han de suce- absoluto revolucionaria, ni siquiera repu-
der; de que nuestros descendientes, al blicana. En su conjunto, es el pensamiento
devenir más instruidos, se hagan al mis- de Montesquieu el que la inspira princi-
mo tiempo más virtuosos y más felices, y palmente. Dedica un amplio espacio a las
de que nosotros no muramos sin haber ideas económicas y de los fisiócratas. Evi-
merecido pertenecer al género humano>> dentemente, sería preciso calificar a la
(art. «Enciclopedia>>). La Enciclopedia de ideología de los enciclopedistas de refor-
Diderot podría ser tenida simplemente por mista más bien que de revolucionaria. No
el antepasado de las obras actuales que obstante, con la misma claridad y sin tapu-
llevan ese título si no les añadiera una jo alguno son igualmente fustigados el
dimensión esencial: el esfuerzo por escla- fanatismo, la intolerancia, la esclavitud,
recer el sentido de los conocimientos y la tortura, la guerra.
las prácticas descritos. Lo cual la convier- Con sus veintiocho volúmenes (dieci-
te en un libro filosófico (Hegel rendirá siete de textos, once de ilustraciones), sus
homenaje al título, con esta misma idea). setenta y un mil ochocientos dieciocho
A pesar de la diversidad de sus artícu- artículos, la Enciclopedia es acreedora del
los, de su desigual calidad (reflejo de la calificativo de Voltaire: «monumento de
disparidad de los colaboradores), el pro- los progresos del espíritu humano>>. Monu-
yecto de la obra da testimonio de una mental, y no sólo por sus dimensiones; un
innegable unidad. Las adquisiciones de la hito en la historia de la cultura humana
cultura universal no son solamente des- que no fue sólo un acontecimiento en la
critas, son interpretadas como etapas de historia de la filosofía en cuanto tal, sino
una marcha hacia la civilización y la feli- una bomba cuya explosión ha traspasado
cidad. Abatir los prejuicios, hacer valer las barreras de su siglo. No le faltaba razón
en todos los dominios los derechos de la a Burke cuando en sus Réflexions sur la
razón, eso es lo que los enciclopedistas Révolution franr;aise (Reflexiones sobre
esperan de su prodigiosa empresa de la Revolución francesa, 1790) ponía en
divulgación. Es preciso resaltar la volun- cuestión a la «cábala filosófica• y a los
tad explícita de reevaluar la dimensión «hombres de letras políticoS>>. La Revolu-
práctica y técnica de la cultura humana ción misma, que no se engañó, supo reco-
(las «artes y oficios»); siendo evidente que nocer su deuda con los enciclopedistas
la atención concedida a la utilidad social (como también con Rousseau).
del artesano tenía innegablemente en esta Es lamentable que en la actualidad, en
época un matiz revolucionario. el país de Diderot y D'Alembert, el adje-
Es muy difícil trazar un cuadro exhaus- tivo «enciclopédico• haya adquirido una
tivo de las posturas filosóficas de esta obra. connotación peyorativa. Calificativo de
La fe en la perfectibilidad del género huma- los saberes dispensados por la escuela,
no, en la necesidad de su progreso moral se lo asimila a una pesada acumulación
bajo el impulso del conocimiento (las de conocimientos pasivamente recibidos.
«luces>>), está sin embargo omnipresente. Cuando se fustiga el «enciclopedismo>> de
La religión es combatida en sus formas los programas escolares, debería recor-
intolerantes, y el cristianismo -a pesar de darse que esa bella palabra significa en
las precauciones que imponía la censura- griego «círculo de la educación>>; lo cual
no escapa a ello. En todo caso, aunque quiere decir que sólo hay verdadera ins-
hubo ateos entre los colaboradores de Dide- trucción cuando ésta es sistemática y
rot (él mismo terminó siéndolo), los enci- ordenada.
225 ENCICLOPEDIA DE LAS CIENCIAS FILOSÓFICAS
Ediciones: L 'Encyclopédie, articles choi- igual título que las ciencias positivas, e
sis, 2 vols. col. GF, Flammarion, 1986; D. incluso más científica aún, puesto que ella
Diderot y J. L. R. d'Alembert, Artículos polí- pone de manifiesto su necesidad interna
ticos de la Enciclopedia, Tecnos, 1986.
Estudios: E. Bréhier, Historia de la filoso- mientras las otras ciencias no pueden ofre-
fía (tr. J. A. Pérez Millán y M.• D. Morán), cer más que una necesidad extrinseca. La
vol. Il, Tecnos, 1988; J. Proust, Diderot et filosofía, en la ambición científica que
I'Encyclopédie, Slatkine reprints, Genéve- supone el proyecto de una enciclopedia,
Paris, 1982. exhibe una vocación de absoluto (esa mis-
ma vocación que expresa por su parte
la religión, que Hegel situará como un
momento relativo del sistema, entre otros):
ENCICLOPEDIA DE LAS CIENCIAS lo absoluto, el saber absoluto, es el fin que
ALOSÓACAS, Enzyklopéidie der phi- persigue y realiza efectivamente la cien-
losophischen Wissenschaften im Grun- cia filosófica desde el momento en que
drisse, 1817. ella progresa en su historia y en su siste-
GEORG WILHELM FRIEDRICH HEGEL, 1770- ma de manera metódica.
1831. Mas si la idea de la enciclopedia se pre-
sentó repentinamente y de modo acaba-
El propio Hegel ha definido de mane- do al espíritu de Hegel, su realización fue
ra modesta la obra considerable que él ha laboriosa y fragmentada: las tres partes
redactado: se trataba de brindar a sus que la constituyen (la Ciencia de la lógi-
oyentes un hilo conductor que los orien- ca, la Filosofía de la naturaleza, la Filo-
tase a través de sus lecciones de filosofía. sofía del espíritu) han tenido, tanto por
Y hay que reconocer que ésta ha sido la su elaboración como por la importancia
manera en que más frecuentemente se la de su lugar en la obra acabada, un desti-
ha utilizado: como guía del lector que ale- no bien diferente; la primera parte del sis-
jado del faro necesita situarse en los mean- tema, la Ciencia de la lógica, fue elabo-
dros del sistema. Puesto que se retoma rada entre 1812 y 1816. Fue en 1816,
aquí de modo condensado cada momen- en la universidad de Heidelberg, cuando
to del sistema en el orden que el saber Hegel pronunció sus lecciones sobre la
enciclopédico impone necesariamente, Enciclopedia de las ciencias filosóficas;
esta obra es el resumen y el modo de y el libro, eco de esas lecciones, fue publi-
empleo de toda la filosofía de Hegel. cado en 1817. No es de extrañar por tan-
La idea de una sistematicidad en filo- to el desequilibrio que manifiesta la obra
sofía, es decir, de un modo de desarro- en sus diversas partes: en la época de su
llo racional y sistemático y no de un sim- publicación, sólo la primera parte había
ple modo de presentación formalmente sido objeto de un trabajo de elaboración
organizado, es una opción que Hegel eli- absolutamente sistemático, mientras que
gió pronto: desde 1802, durante los cur- las dos otras partes proyectadas no habí-
sos que imparte en Jena, se elabora la an sido verdaderamente desarrolladas
división en ramas orgánicamente ligadas, todavía. En los años que siguen, Hegel se
que atraviesa por un primer momento consagrará en sus cursos a otras materias
lógico, un segundo orientado hacia una filosóficas -el derecho, la estética, la his-
filosofía de la naturaleza, y un tercero que toria-, y habrán de pasar diez años has-
se vuelve hacia una filosofía del espíritu. ta que, en 1827, presionado concreta-
La exigencia de sistema está por lo demás mente por el hecho de que la primera
ampliamente expresada en el famoso Pre- edición se ha agotado, se decide a publi-
facio a la -+Fenomenología del Espíri- car la segunda edición. El éxito conside-
tu, a través de la cual diseña Hegel su pro- rable que tuvo la obra condujo a una ter-
grama filosófico general, que sobrepasa cera edición en 1830, en la que Hegel se
a esta obra particular: hacer científica a esfuerza, según sus propias palabras, por
la filosofía, convertirla en una ciencia con ser «más claro y más preciso».
ENCRUCUADAS DEL LABERINTO (LAS) 226
En uno y otro sistema, la tesis del para- es, según Bonnet, la noción de fibra. El
lelismo es contradictoria, y tanto es así, autor intenta reconstruir, a partir de este
que hay que oscilar del idealismo al rea- substrato fisiológico, la totalidad de la vida
lismo, y del realismo al idealismo, mas •<de del espíritu. La obra desarrolla una con-
manera tan rápida que uno cree estar cepción sensualista y continuista de la acti-
inmóvil y, por así decirlo, como a hor- vidad espiritual.
cajadas sobre los dos sistemas reunidos
en uno sólo». Edición: Essai analytique sur les facul-
tés de /'ame, Slatkine, 1970.
Edición: La energía espiritual, Espasa-Cal- Estudio: É. Guyénot, Les Sciences de la
pe, 1982. vie aux XVII et XVIII siéc/es, col. «L'Évo-
Estudios: E. Bréhier, Historia de la filoso-
fía (tr. J. A. Pérez Millán y M.• D. Morán), lution de l'humanité••, Albín Michel, 1941.
vol. Il, Tecnos, 1988; G. Deleuze, El berg-
sonismo, Cátedra, 1987; L. Adolphe, La
phílosophie religieuse de Bergson, P.U.F.,
1946. ENSAYO DE PSICOLOGÍA, Essai de
psychologie, 1754.
CHARLES BONNET, 1720-1793.
ENESIDEMO, o Sobre los fundamen- Más ambicioso que su título, este ensa-
tos de la filosofía elemental de Rein- yo trata de las operaciones del alma, mas
hold, Aenesidemus, 1792. también de metafísica (la libertad, Dios),
GOTILOB ERNST SCHULZE, 1761-1833. de moral y de educación. Bonnet desa-
Obra epistolar. rrolla una concepción sensualista muy
próxima a la de Condillac; pero el alma
Esta obra desarrolla una crítica del cri- es la sede de una actividad propia, que
ticismo kantiano, a partir de un curso se apoya en el movimiento mecánico de
sobre la filosofía elemental de Reinhold, las «fibras».
profesor en la universidad de Jena. Para
Schulze, la razón crítica no ha fundado Edición: Essai de psychologie, Olms G.,
ninguna ciencia válida. Le habría faltado Hildesheil;n, 1978.
la determinación del sujeto y del objeto. Estudio: E. Guyénot, Les Sciences,de la vie
aux XVII et XVIII siecles, col. «L'Evolution
Fichte se inspirará en esta crítica. de l'humanité», Albín Michel, 1941.
Edición: Aenesidemus, oder Über die Fun-
damente der von dem Herrn Professor
Reinhold in Jena gelíeferten Elementar-
phílosophie, Berlín, 1911. ENSAYO DE UNA FILOSOFÍA DEL
Estudios: J. G. Fichte, Reseña de «Enesi- ESTILO, Essai d'une philosophie du
demo» (tr. V. López Domínguez y J. Rive- style, 1968.
ra), Hiperión, 1982; A. Klemmt, Karl Rein-
holds Elementarphílosophie, Hamburgo, GILLES-GASTON GRANGER, 1929-
1958.
Al definir el objeto de este ensayo como
un análisis estático de las obras, Granger
busca determinar la relación de forma a
ENSAYO ANALÍTICO SOBRE LAS contenido en tanto que forma de trabajo.
FACULTADES DEL ALMA, Essai Mientras que el conocimiento científico
ana/ytique sur les facu/tés de /'ame, tiende a reducir Jo concreto vivido a fin
1760. de producir un proceso de conceptualiza-
CHARLES 80NNET, 1720-1793. ción, la creación artística tiende a revelar
no sólo una universalidad sin concepto,
La clave de las operaciones intelec- sino más bien una «individualidad concep-
tuales (sensación, memoria, imaginación) tualizada». Así, el trabajo realizado por la
ENSAYO DE UNA NUEVA TEORÍA DE LA REPRESENTACIÓN 230
2), de la formación de las lenguas meri- ENSAYO SOBRE B.. ORIGEN DE LOS
dionales y las del norte (caps. 9 y 10), del CONOCIMIENTOS HUMANOS, Essai
origen de la música (cap. 12), de su dege- sur /'origine des connaissances humai-
neración (cap. 18), de la relación de los nes, 1746.
lenguajes con el gobierno (cap. 20). CONDIUAC (Étienne Bonnot de), 1714-
Rousseau, defensor de la melodía, 1780.
como muchos de los Enciclopedistas, se
opone aquí al músico Jean-Philippe Rame- Este ensayo puede ser clasificado entre
au, partidario de la armonía. Pero sobre las psicogonías, pues es un intento de des-
todo este ensayo ofrece, en la línea de cribir el desarrollo del espíritu a partir de
Condillac, una teoría del lenguaje -liga- un dato primero que sería la sensación.
da a una representación del hombre (con Condillac considera ante todo al espí-
su jerarquía: necesidades, pasiones, ritu en tanto que receptor de las impre-
razón)--- y también una visión de la his- siones venidas del mundo exterior. Al enri-
toria (con su sucesión: pueblos salvajes, quecerse, la sensación engendrará el
bárbaros y civilizados). El lenguaje no ha contenido mental, y ello en un progreso
nacido de las necesidades físicas, que ale- continuo. En primer lugar, al tornarse
jaban entre sí a los individuos, sino de las consciente, la sensación hace nacer la per-
pasiones que acercaban a los hombres y cepción, pues Condillac, siguiendo a Loc-
«que arrancaron las primeras voces». Ello ke y contra Leibniz, asimila la percepción
hizo que las primeras lenguas fueran can- a una sensación consciente. Esta per-
tantes y apasionadas. En la historia de las cepción subjetiva es la sede de variacio-
civilizaciones, el lenguaje pinta en primer nes cuantitativas y cualitativas: esta facul-
lugar los objetos (las figuras alegóricas tad que nos permite recibir un número
egipcias), luego las palabras con ayuda de variado de sensaciones, y de manera más
caracteres convencionales Oa escritura chi- o menos distinta, es para Condillac la
na); finalmente el lenguaje no pinta ya «atención». Las percepciones no son ni
la palabra, sino que la analiza (invención únicas ni aisladas las unas de las otras,
del alfabeto). sino ligadas y repetitivas: de la toma de
En la evolución que nos hace pasar de conciencia de esta repetición nacen la per-
la naturaleza a la convención, del orden manencia del sujeto --como asiento de
de los sentimientos al orden de la razón, esa repetición- y la permanencia del
del universo próximo del canto al de la objeto --como materia de esa repetición.
palabra, la articulación, con las conso- Además, al percibir la permanencia de
nantes que se multiplican, se extiende y nuestra consciencia sobre el fluir de las
transforma profundamente la lengua. diversas percepciones, adquirimos tam-
Ciertamente la lengua deviene más exac- bién el sentimiento de existir como indi-
ta y clara, pero los sonidos son menos vidualidad. Finalmente, Condillac defi-
variados, la diversidad de acentos se pier- ne esas tres facultades del espíritu que
de, la voz deviene monótona, más pesa- son modalidades más refinadas de la per-
da y más sorda. Es en esta perspectiva cepción: la que se produce en ausencia
donde hay que ubicar la indagación por del objeto. En primer lugar está la ima-
las causas físicas de la distinción primiti- ginación cuando se da una percepción
va entre las lenguas del sur (ligadas a las de la imagen del objeto, luego la memo-
pasiones) y las lenguas del norte (liga- ria cuando recurrimos al nombre o a las
das a las necesidades), mas «duras y circunstancias de la aparición del objeto,
vibrantes». y finalmente la contemplación que
corresponde a una percepción perdura-
Edición: Ensayo sobre el origen de las len- ble del objeto que acaba de desaparecer.
guas (tr. M. Armiño), Akal, 1980. Estas simples operaciones del espíritu
Estudio: J. Derrida, -->De la gramatología
(tr. O. del Barco y C. Ceretti), introd. Ph. serán utilizadas para producir operacio-
Sollers, Siglo XXI, 1976. nes más complejas. Condillac explica así
ENSAYO SOBRE EL PRINCIPIO DE POBLACIÓN 236
los eleatas se produce porque ellos iden- ENSAYO SOBRE LOS ELEMENTOS
tifican esta serie de actos indivisibles y PRINCIPALES DE lA REPRESENTA-
sui generis con el espacio homogéneo CIÓN, Essai sur les éléments principaux
que los sustenta.» de la représentation, 1907.
Tomando como centro el problema de OCTAVE HAMEUN, 1856-1907.
la libertad, que «es común a la metafísi-
ca y a la psicología», Bergson indica qué La filosofía clásica forma la armadura
es lo que caracteriza a «los datos inme- del ensayo de Hamelin. En la edición
diatos» de la conciencia (o hechos psí- de 1925, André Darbon ha aportado
quicos). algunas notas susceptibles de hacer la
La conciencia, en primer lugar, es obra más inteligible. Se trataba para
cualidad pura, y si, pese a ello, habla- Hamelin de integrar en el pensamiento
mos de «la intensidad de los estados psi- todo lo cognoscible siguiendo un méto-
cológicos••, lo hacemos sólo porque la do rigurosamente sintético.
intensidad es el «signo•• cualitativo de
la cantidad (la causa de los hechos psí- Edición: Essai sur les éléments principaux
quicos internos está en el espacio exte- de la représentation, P.U.F., 1952.
Estudios: E. Bréhier, Historia de la filoso-
rior). fía (tr. J. A. Pérez Millán y M.• D. Morán),
En segundo lugar, la conciencia es vol. JI, Tecnos, 1988, pp. 590-592 y 594;
duración. La inclinación a hablar de la F. Turlot, ldéalisme dialectique et person-
multiplicidad de los estados de concien- nalisme, Essai sur la philosophie d'Ha-
cia se debe a un compromiso. Porque melin, Vrin, 1976.
la noción de número apunta a la vez a la
idea de un espacio homogéneo (exterior),
en donde los términos son distintos unos
de otros, y a la de un proceso (interior) ENSAYO SOBRE LOS FUNDAMEN-
de penetración en el que las unidades se TOS DE lA PSICOLOGÍA Y SOBRE
añaden dinámicamente. SUS RELACIONES CON EL ESTUDIO
Finalmente, la conciencia es libertad. DE lA NATURALEZA, Essai sur les fon-
Pertenece al orden del hecho íntimo. «No dements de la psychologie et sur ses rap-
sería posible razonar sobre ella sin des- ports avec l'étude de la nature, 1859.
plegar las condiciones de manera que las MAINE DE BIRAN (Marie Franr;:ois Pierre
unas resulten exteriores a las otras, en Gontier de Biran), 1766-1824.
el espacio y no en la pura duración.•• Pros- Extracto de las Obras inéditas publica-
cribir la libertad (determinismo), o colo- das por Ernest Naville.
carla incluso en el dominio intemporal de
las cosas en sí (Kant), refleja el mismo Sólo un pequeño número de las obras
malentendido que los sofismas de la escue- de Maine de Biran aparecieron mientras
la de Elea en la antigüedad: «Como esos vivía. Fue preciso esperar a la publica-
sofismas mismos, tiene su origen en la ilu- ción de 1859 en tres volúmenes para
sión por la cual se confunden sucesión y que la originalidad del filósofo se diera
simultaneidad, duración y extensión, cua- a conocer. Se lo descubre sucesivamen-
lidad y cantidad», o, dicho de otro modo, te como sensualista, intelectualista y
en la confusión de la exterioridad y la inte- como místico.
rioridad. El Ensayo sobre los fundamentos de
la psicología representa el estadio más
Edición: Ensayo sobre los datos inmedia· acabado de su filosofía. Denunciando el
tos de la conciencia (tr. Dr. Bamés), F. Bel- método erróneo de Condillac, Maine de
trán, 1925. Biran sigue el suyo propio, el método
Estudios: E. Bréhier, Historia de la filoso-
fía (tr. J. A. Pérez Millán y M.• D. Morán), genético, para desvelar la potencia de
vol.ll,Jecnos, 1988; H. Hude, Bergson, 2 esfuerzo en acción que se desarrolla en
vols., Editionsuniversitaires, 1989y 1990. la conciencia y permite comprender la
241 ENSAYO SOBRE LOS FUNDAMENTOS DE NUESTROS CONOCIMlENTOS ...
reflexión sobre la muerte; mas a través aunque conservando los principios estoi-
de todo esto el autor se describe a sí mis- cos sobre la existencia: es preciso saber
mo: <<Soy yo quien sufre. Soy yo mismo desembarazarse de las aflicciones para
la materia de mi libro.>> Montaigne se des- <<saber ser uno mismo». Atraviesa enton-
cribe en efecto físicamente, pero sobre ces una crisis escéptica ( Apología de Ray-
todo intelectual y moralmente: él es ilus- mond Sebond) antes de alcanzar la sabi-
trado, <<buen funcionario», de inteligencia duría más sonriente del epicureísmo. La
lenta aunque penetrante, y de una curiosi- verdadera felicidad puede ser lograda gra-
dad insaciable; odia la violencia y la nece- cias a la armonía del ser y de la natura-
dad; le gusta viajar y leer; es franco, sin- leza. Es preciso obedecer a la Madre Natu-
cero, indolente y dado a la fantasía; raleza, divinidad tutelar, someterse a su
aprecia la ironía y los rasgos de ingenio, orden; es preciso ejercitarse en estable-
mas desconfía de las pasiones; tiene una cer un acuerdo, siempre efímero, entre
sobresaliente aptitud para la felicidad. las exigencias mudables de la consciencia
Para alcanzar esa felicidad es necesa- y las todavía más mudables de la natura-
rio protegerse del otro: «Mi opinión es que leza: <<las vidas buenas son a mienten-
hay que prestarse al otro y no entregarse der aquellas que se conforman al mode-
más que a uno mismo»; es preciso tam- lo común y humano, con orden, mas sin
bién alejar de sí las pasiones: <<Yo no dura- extravagancias.» Es necesario permane-
ría; soy demasiado frágil, tanto por natu- cer en la condición que nos determina;
raleza como por uso [... ].» Montaigne se para alcanzar la felicidad perfecta hay que
repliega pues sobre sí mismo y se refu- saber <~ugar lealmente con nuestro seP> y
gia en su biblioteca. Este repliegue sobre no engañarse con sueños. La educación
sí ocurre tras la muerte de su amigo La desempeña aquí un papel importante: es
Boétie; en la amistad, sentimiento noble preciso formar el juicio del alumno, for-
por excelencia, Montaigne sabía entre- talecer su naturaleza sin contrariada; es
garse: <<En la verdadera amistad de la cual preciso que tenga <<la cabeza bien hecha
soy experto, le doy a mi amigo más de más que bien llena».
lo que le exijo para mí»; y añade: <<Si se Los Ensayos son un libro único. Son
me obliga a decir por qué lo amaba, sien- el reflejo de una vida que se realiza: <<Yo
to que no puedo expresarlo de otra mane- no he hecho mi libro más que lo que mi
ra más que respondiendo: "Porque se tra- libro me ha hecho a mí.» Es un <<libro con-
taba de él, porque se trataba de mí".» sustancial con su autoP•: se ve en él la evo-
Después de la muerte de La Boétie, Mon- lución de un pensamiento, el despliegue
taigne ya no es sino la sombra de sí mis- del espíritu de un hombre libre y cultiva-
mo; mas queda encandilado por su ami- do. Libertad de pensamiento, mas tam-
go, que se ha desvanecido siendo estoico. bién de estilo: Montaigne es un ser diná-
Influido por Séneca, transtornado por mico, como lo es su obra; se entrega a la
la desaparición de su amigo y por una digresión, utiliza la metáfora, pasea su
experiencia personal que lo ha llevado a pensamiento a través de los meandros de
las puertas de la muerte tras un acciden- sus frases. Sin embargo, esta libertad no
te a caballo, Montaigne reflexiona sobre disimula un rigor y una articulación pre-
la muerte; no hay que vencer a la muer- meditada. Fiel a la antigua filosofía de
te, sino al miedo que se tiene de ella. Séneca y de Plotino, Montaigne repre-
La muerte es el <<fin, no por tanto el obje- senta el pensamiento de su siglo. Sabio,
tivo de la vida»; <<saber morir» es la última partidario del justo medio, es un diletan-
palabra del <<saber vivir». El escritor hace te refinado y mundano. Adepto a la feli-
suya la tesis estoica: <<Filosofar es apren-
cidad terrestre, Montaigne simboliza al
der a morir». Siguiendo el ejemplo de La
<<hombre honrado» por excelencia.
Boétie, Montaigne abraza el estoicismo;
pero él no estaba verdaderamente hecho Edición: Ensayos (ed. D. Picazo y A. Mon-
para esta filosofía; por eso se aleja de ella, tojo), Cátedra, 1987, 3 vals.
ENSAYOS DE CRfrrCA GENERAL 244
su siglo). Contra estas tendencias, el autor ero orden, de esas estructuras primoro-
hace valer el deber de obediencia a los sas que despiertan admiración en La
poderes políticos y a la Iglesia infalible, Monadología o en el --+ Discurso de
el deber del respeto al otro y el del amor metafísica. En lugar de eso, de creer a
a Dios. Leibniz mismo, meros «jirones,., «cosi-
Los Ensayos de moral no han logra- dos entre sí para formar una obra,.. Su
do la difusión a la que podrían haber erudición apabullante (sumada a la de Bay-
podido aspirar. Sin duda, su orientación le, a quien critica) le condujo a digresio-
netamente apologética ha impedido que nes a veces considerables; no recula ante
el éxito obtenido entre sus contempo- la anécdota pintoresca. Dicho brevemente,
ráneos no se prolongara más allá del la obra es la imagen misma de Leibniz y
Gran Siglo. La Rochefoucauld y Pascal, de su curiosidad universal: barroca, fron-
de estilo más conciso, han conocido dosa, exuberante. A semejanza de su filo-
mejor fortuna. sofía, en la que el menor aspecto de la
realidad refleja la entera totalidad. La len-
Edición: Éssais de mora/e, Slatkine, 1971. gua tampoco es indiferente. Leibniz ha
Estudio: J. Laporte, La doctrina de Port elegido escribir estos Ensayos en francés
Royal, la mora/e, 2 vals., Vrin, 1951 y por las mismas razones de Descartes en
1952. el --+ Discurso del método: a fin de que
fuera leído por la Europa de los hombres
de bien -sinceramente conturbados en
su fe por la cuestión del mal- más que
ENSAYOS DE TEODICEA SOBRE lA por los teólogos profesionales.
BONDAD DE DIOS, lA LIBERTAD Después del prefacio, un Discurso de
DEL HOMBRE Y EL ORIGEN DEL la conformidad de la fe con la razón
MAL, Essais de Théodicée sur la bonté muestra que los descubrimientos más
de Dieu, la liberté de l'homme et /'ori- recientes de la ciencia (Leibniz piensa
gine du mal, 1710. sobre todo en la física y la astronomía) no
GoTTFRIED WII..HELM LEIBNIZ, 1646-1716. contradicen los datos de la revelación. Y
lo hace no tanto para extraer una con-
El título de esta obra ha acuñado para firmación de esta última, sino más bien
el vocabulario filosófico un nombre para librar a la ciencia de la sospecha de
común, teodicea, por el cual se desig- impiedad. La obra concluye con dos capí-
na toda tentativa de disculpar a Dios de tulos consagrados a la crítica de obras de
la responsabilidad del mal en la crea- Hobbes y de William King. Se entrecru-
ción. Cuando Leibniz lo intentó en zan aquí muchas cuestiones fundamen-
1710, la cuestión estaba lejos de ser tales de la teología y de la metafísica: el
nueva (¡Platón decía ya: Dios es ino- mal, la libertad humana, su conciliación
cente!). Pero al menos Leibniz creó la con la providencia divina y la predesti-
palabra, aunque con tan escasa preo- nación, la naturaleza y la gracia, la crea-
cupación por explicar su sentido, que ción. En el centro de la problemática se
algunos de sus contemporáneos vieron encuentra la cuestión clásica del mal:
en ella el nombre emblemático de algún ¿cómo un Dios todopoderoso e infini-
autor desconocido (la obra apareció sin tamente bueno puede tolerar la existen-
nombre de autor). El más importante de cia del mal en el seno de su creación?
los libros publicados en vida del autor Leibniz hace reparar en que la existencia
es una obra de circunstancias, destina- misma del mal puede tal vez ser una con-
da a polemizar con Bayle, cuyo --+ Dic- dición para que nosotros podamos, por
cionario había despertado el interés de contraste, percibir el bien. Pero sobre
la Europa filosófica. todo, el autor distingue tres especies de
La composición del libro es de lo más mal: el mal metafísico, el mal físico y el
desconcertante. Nada aquí de ese pul- mal moral. El primero está arraigado en
ENSAYOS HERÉTICOS SOBRE LA FILOSOFÍA DE LA HISTORIA 246
dice que en el hombre •eso habla», mien- Reacciona ante esta imagen con una mími-
tras que «el inconsciente es el discurso del ca de júbilo, mas todo parece indicar que
Otro», parece ya prefigurada en esta crí- esta presencia del espejo, esta imagen que
tica del cogito. es la suya, es reconocida como siendo la de
Lacan escogió por lo demás el ejemplo algún otro, y que, inversamente, la ima-
del niño que se mira en un espejo y que gen del otro es percibida como si fuera la
aprende, poco a poco, a contemplar su de su propio cuerpo.
imagen. Colocado ante un espejo, un niño En una segunda etapa, el niño va a
de seis meses reacciona a la vista de su comprender que el otro del espejo (oca-
imagen con una mímica de júbilo. Esbo- sionalmente, la madre) no es más que una
za toda una serie de gestos que se diri- imagen, y no un ser real. Ya no intenta
gen a esa imagen. «Experimenta, escribe coger la imagen, a buscar al otro detrás
Lacan, lúdicamente la relación de los del espejo, porque sabe ya que no hay
movimientos asumidos de la imagen con nada.
su entorno reflejado y de este complejo La tercera etapa estará marcada por
virtual con la realidad que duplica, bien el reconocimiento, no sólo del otro como
con su propio cuerpo y con las perso- imagen, sino también del otro como sien-
nas, o bien con los objetos, que se encuen- do su propia imagen. Desde entonces
tran a su alrededor>•. El autor subraya que el niño sabe que el reflejo del espejo es
la experiencia del estadio del espejo con- una imagen y que esa imagen es la suya.
serva todo su sentido hasta la edad de die- Es a partir de esta dialéctica del ser y de
ciocho meses. Y revela un dinamismo líbi- la apariencia como se efectúa la conquista
dinal que ha pasado desapercibido hasta de la identidad del sujeto por una imagen
ahora. El estadio del espejo es la expe- total que anticipa la unidad de su cuerpo.
riencia de una identificación fundamen- Hay otro tema que Lacan privilegia en
tal y de la conquista de una imagen, la del su obra: el orden simbólico. «El estadio
cuerpo, que estructura al «Yo» antes de del espejo aporta la regla de división entre
que el sujeto se implique en la dialéctica la imaginación y lo simbólico en el momen-
de la identificación del otro por medio del to de la captura por una inercia histórica
lenguaje. El estadio del espejo es así pre- cuya carga recae sobre todo lo que se con-
sentado por Lacan como una dialéctica sidera autorizado a ser psicología, aunque
temporal que estructura fundamentalmente fuese por vías que arrastraran la preten-
la historia del individuo. sión de desembarazarse de ella.» Si el hom-
Parecería pues que el niño careciese bre piensa el orden de lo simbólico, es por-
primitivamente de la experiencia de su que está inmerso en su ser. También es la
cuerpo como totalidad unificada, y que lo suprema ilusión del individuo creer que él
percibiese como una dispersión de todos ha constituido ese orden, porque es sólo
sus miembros; de ahí la expresión ••fan- por participar en él por lo que el sujeto
tasma del cuerpo partido». En conse- puede también hacer su entrada en el •<des-
cuencia, es preciso admitir que la unidad file radical de la palabra». La dialéctica
del cuerpo no es original, sino la culmi- de la intersubjetividad que rige todos los
nación de una larga conquista. Lo que fenómenos, de la transferencia a la para-
parece ser original es la angustia del cuer- noia, debe ser comprendida a partir del
po partido. La función del espejo y de la momento en que el sujeto se dirige al Otro
fase que a él se liga será la de poner fin a como Absoluto, a través de la apertura
esta dispersión pánica, integrando al niño específica de la relación imaginaria con su
en una dialéctica que lo constituirá como semejante.
sujeto. Así, el estadio del espejo puede ser
descompuesto en tres etapas. Edición: Escritos (tr. T. Segovia), 2 vols.,
En una primera, el niño percibe la ima- Siglo XXI, México, 1984.
Estudios: J. Lechte, 50 pensadores con-
gen que le devuelve el espejo como un ser temporáneos esenciales (tr. M.• L. Rodrí-
real al que intenta coger o aproximarse. guez Tapia), Cátedra, 1996, pp. 96-101; J.
251 ESCRITURA Y LA DIFERENCIA (LA)
tanto la de crear toda clase de «persona&•; caracteriza. por el retomo del Espíritu sobre
pero éstas no son jamás más que «per- sí mismo y el análisis crítico de nuestras
sonajes» que él fabrica. De aquí la ambi- facultades intelectuales que conduce al
güedad de un arte que traiciona en par- escepticismo. Al fin de este período, se
te su objetivo al ofrecer al espectador una manifiesta la tendencia a construir a prio-
diversión agradable. ri el universo, tendencia que alcanza su
apogeo desde Kant a nuestros días. Final-
Edición: L'essence du théatre, col. ~<Pre mente, la filosofía contemporánea trata
senceS>•, Plon, 1943. de conciliar el naturalismo y el idealismo.
Estudio: J. Verdt, Dictionnaire des phi/o-
sophes, P.U.F., 1984. La segunda parte de la obra consiste
esencialmente en la exposición del idea-
lismo absoluto de Royce. La demostra-
ción se inicia con la afirmación de los gran-
des principios del idealismo: el mundo tal
ESENCIA Y FORMAS DE LA SIM-
y como puede ser conocido por nosotros
PATÍA. Wesen und Formen der Sym-
no es más que un sistema de ideas: sien-
pathie, 1923.
do nosotros Espíritus, podemos concebir
MAX SCHELER, 1874-1928.
un Espíritu, pero una existencia desnu-
da de todo atributo mental nos es total-
El comportamiento simpático está a
mente opaca. Así el mundo real es o bien
la base, junto con otros factores, de la
Espíritu, o bien incognoscible. Por otra
cohesión social de todos los grupos huma-
parte, el absoluto incognoscible carece de
nos de cualquier tipo -de la ~<muche
sentido, y es por tanto necesariamente
dumbre inorgánica» a las formas supe-
no-ser. Porque si existe un mundo fuera
riores de la comunidad. Max Scheler
de nosotros, su esencia debe ser suscep-
analiza las diferentes formas que puede
tible de ser conocida por algún espíritu,
revestir la simpatía e intenta extraer su
y si es así es porque ese mundo es de
naturaleza profunda consagrando varios esencia ideal.
capítulos al conocimiento del yo del otro
Por añadidura Royce es llevado a dis-
y al tú, es decir, el otro en la medida en
tinguir dos mundos. El mundo «descrip-
que se relaciona afectiva y simpatética-
tivo», el de la exterioridad y de la causa-
mente conmigo.
lidad, no es todo el mundo real; existe, al
Edición: Esencia y formas de la simpatía lado de éste, un mundo de la ~<estimación»
(tr. J. Gaos), Buenos Aires, Losada, 1950. que, no pudiendo ser un mundo de móna-
Estudio: M. Dupuy, La philosophie de Max das aisladas, requiere una conexión de
Scheler, 2 vols., P.U.F., 1959. sujetos. Éste es el que obliga al Espíritu
a salir de sí mismo para poner fuera de sí
otro Espíritu. Este mundo de la estima-
ción es el del universo interior, y por tan-
ESPÍRITU DE LA FILOSOFÍA MO- to de la libertad pura, porque escapa al
DERNA (EL), Spirit oj Modern Phi/o- tiempo y a la causalidad.
sophy, 1892. Las conclusiones de la obra plantean
JOSIAH ROYCE, 1855-1916. varios problemas. ¿Por qué este dualismo
en el interior del idealismo absoluto? Por
La primera parte de la obra pretende otra parte, Royce habría podido intro-
mostrar que el idealismo, tal y como lo ducir un tercer mundo, intermedio entre
concibe Royce, es el punto culminante de el de la objetividad y el de la libertad pura,
la evolución de la filosofía moderna. Ésta a saber, el mundo de la sensibilidad y de
puede dividirse en tres períodos: de Ga- las pasiones, que continúa pertenecien-
lileo a Spinoza, siendo el naturalismo do al de la «estimación», pero está some-
racionalista la concepción dominante; el tido al tiempo y a la causalidad. Final-
segundo período, de Locke a Kant, se mente cabe preguntarse si una libertad
255 ESTADO COMERCIAL CERRADO (EL)
fuera del tiempo puede fundar sólidamente título indica, trata en ella del espíritu y de
una moral. la realidad, pero sobre todo de sus rela-
ciones, que el filósofo trata aquí de escla-
Edición: Espíritu de la filosofía moderna recer.
(tr. V. Pérez Quintero), Nova, 1947. Al analizar la objetivación del espíri-
Estudio: G. Deledalle, «Josiah Royce», en
La Philosophie américaine, Bruselas, De tu, es decir, su manera de estar ante el
Boeck-Wesmael, 1987. mundo y en el mundo, el pensamiento de
Berdiáev vuelve a encontrarse inevitable-
mente con los problemas clásicos del mal,
ESPÍRITU DE lA UTOPÍA (EL), Geíst del tiempo, y del sufrimiento.
der Utopie, 1918. Mas la originalidad del pensador ruso
ERNST BLOCH, 1885-1977. consiste principalmente en que se detie-
ne a estudiar la significación de la asce-
El ensayo contiene las premisas de la sis, que es la opción del individuo para el
concepción de la forma abierta, que será espíritu, desde una perspectiva cristia-
desarrollada en +El principio esperan- na, y que asume activamente el necesa-
za. La parte principal de este trabajo, rio sufrimiento ligado a toda elevación y
publicado en 1918 y reeditado por el filó- a todo esfuerzo en el orden de la fe.
sofo en 1923, está consagrada a la filo- Berdiáev es además autor de El espí-
sofía de la música. En ella se expresa el ritu de Dostoieuski, escritor por el que
deseo de instaurar una nueva metodolo- estuvo muy influido.
gía para la determinación de las grandes
corrientes: se trata de una antropología Edición: Ésprít et réalité, Aubier-Montaig-
ne, 1943.
de la música fundada en la relación a lo Estudio: J. Gaith, Nicho/as Berdiaeff, phí-
percibido y a la interpretación musical. losophe de la liberté, Dar el Machreq, 1968.
El autor rechaza el aspecto de «catálo-
go>> que presenta la sucesión de aconteci-
mientos históricos y sociales para propo-
ner una nueva interpretación de la historia ESTADO COMERCIAL CERRADO
situándose más allá de las post-críticas. Su (EL), Der Gesch/ossene Hande/sstaat,
aproximación procede por una multitud 1800.
de percepciones aisladas, elementos par- JOHANN GOTTUEB FlCHTE, 1762-1814.
ciales o aforismos desarrollados que rea-
grupa bajo los títulos de las grandes partes Discípulo de Kant y viviendo en una
del tratado. Encadenamiento y sistemati- nación financieramente arruinada, Fichte
zación transitan ambos por lo vivido. expone una teoría general que busca ins-
tituir un régimen económico racional, con-
Edición: Geist der Utopie (1918, 1923), forme al derecho y a la moral. Fichte cri-
vol. lii de las Obras completas de Bloch, tica las dos doctrinas económicas de su
Suhrkamp, 1964.
Estudio: J. A Gimbemat, Ernst Bloch: uto- época, el librecambismo Oiberalismo eco-
pía y esperanza, Cátedra, 1983. nómico) y el mercantilismo, que, aunque
bien opuestos, se apoyan en principios que
«ofenden a la moralidad». El liberalismo
económico, al exigir la libertad total de mer-
ESPÍRITU Y REALIDAD, Dukh i rea/- cados y el principio de concurrencia, con-
nost, 1938. duce a la guerra entre individuos y entre
NICOLÁI ALEXÁNDROVITCH BERDIÁEV (o naciones productoras, y por tanto a la rui-
BERDJAEFF), 1874-1948. na de todos. El mercantilismo por su par-
te desemboca en un sistema de monopo-
Esta obra es sin duda la más cristiana lios en el interior y en un sistema de
de cuantas escribió Berdiáev. Como su conquistas y colonización en el exterior.
ESTADO YLA REVOLUCIÓN (EL) 256
Fichte propone una tercera vía, el «Esta- este libro es al mismo tiempo una inter-
do comercial cerrado», que puede tener la vención circunstancial en un debate polí-
apariencia de un socialismo de Estado, un tico, en una coyuntura que hay que sope-
socialismo nacional. El Estado, totalidad sar al reflexionar sobre ciertos objetos. La
orgánica (organizada y organizándose) coyuntura es la guerra imperialista de
colocada por encima de los intereses par- 1914 y el desarrollo de una corriente
ticulares, debe orientar la producción eco- socialista oportunista, presta a apoyar a
nómica en el sentido de las necesidades los burgueses nacionalistas en la vasta
generales de la sociedad y preservar los empresa de reparto del mundo y accesi-
intereses de todos. La economía debe apo- ble a los temas patrióticos y «chauvínis-
yarse en la propiedad privada, que es fun- taS>>. El objeto teórico es aquí el poder y
damental y originaria para el autor inclu- el aparato del Estado.
so aunque admita una propiedad pública En el prefacio de la primera edición,
para ciertos medios de producción, con- Lenin anuncia su objetivo: estudiar, para
cretamente en la industria. Mas corres- reestablecerla contra las deformaciones
ponde al Estado controlar la economía oportunistas, la teoría marxista (y engel-
(producción y comercio interior) e impe- siana) del Estado; luego, criticar las con-
dir todo comercio con el exterior. Esta cepciones de la 11 Internacional (Kautsky)
autarquía permite al organismo social que sobre el Estado; y finalmente, extraer «las
es la sociedad conocer un régimen eco- principales enseñanzas de la experien-
nómico racional cuya planificación (dis- cia de las revoluciones rusas de 1905 y
tribución de las fuerzas de trabajo, fijación sobre todo de 1917".
de precios, etc.) compete al Estado. Lenin evoca la sustancia de la teoría
Con la introducción del socialismo en de Marx a propósito del Estado: el «pro-
la economía nacional, concretamente ducto de las contradicciones de clases
mediante la planificación, Fichte, pensa- inconciliables». El Estado es un instru-
dor organicista, anuncia al economista ale- mento, en manos de la clase dominan-
mán Friedrich List (1789-1846), que está te, para oprimir a la clase dominada y
en el origen de la Unión aduanera (Zo/1- mantenerla en la sumisión. Su papel prin-
verein), etapa decisiva hacia la unidad eco- cipalmente -aunque no sólo- represi-
nómica alemana. Fichte es considerado vo es manifiesto. Todo Estado es así una
además o bien como el inspirador lejano «dictadura de clase».
de la planificación francesa -lo que quie- «Dictadura»: se atisba aquí un contra-
re decir, de la planificación autoritaria sentido, que procede de la ideología bur-
soviética-, o bien como el precursor de guesa del derecho. Esta última remite en
una economía nacional-socialista. efecto las nociones de democracia y de
dictadura (o de violencia) a las formas del
Edición: El Estado comercial cerrado (tr. Estado (es decir, a sus características jurí-
J. Franco Barrio), Tecnos, 1991. dicas). Mas <<dictadura» significa para Lenin
Estudios: J. Franco Barrio, «Estudio preli- que el poder del Estado es siempre el ejer-
minar" a la ed. cit.; H. Heimsoeth, Fíchte
(tr. M. García Morente), Revista de Occi- cicio, violento en su esencia, de un domi-
dente, 1931; A. Philonenko, L'Oeuure de nio que el derecho «sanciona» después de
Fichte, Vrin, 1984. realizado, pero que no podría funda-
mentar, puesto que no hay ninguna rea-
lidad anterior a la dominación de clase.
A la luz de las experiencias históricas
ESTADO Y LA REVOLUCIÓN (EL), pasadas (1848, la Comuna de París, las
Gosudarstvo i reuolyutsiya, 1917. revoluciones rusas de 1905 y 1917), el autor
lENIN (Vladímir llich Uliánov), 1870-1924. desgaja los principios de una estrategia revo-
lucionaria proletaria. La conclusión esencial
Como todas las obras teóricas de Lenin de Lenin se resume en esta afirmación: no
-y de la tradición marxista en general--, es posible revolución proletaria alguna si el
257 ESTÉTICA
piejos. «Es mediante ellos como se mani- tal proyecto implica empero contar con
fiesta, en una teoría deductiva, la activi- una teoría unificada de la ciencia, y pue-
dad creadora del espíritu.>> La antino- de ser que sea esto lo que más choca al
mia entre el carácter apodíctico del lector hoy día.
razonamiento en geometría y el enri- Camap distingue entre tres grandes
quecimiento progresivo e indefinido de categorías de objetos: los objetos físicos,
esta ciencia le parece así resuelta al autor. los objetos psicológicos, y los objetos cul-
No obstante advierte que los principios turales. Uno de los principales problemas
formadores no son más que funciones que se plantean en el marco de una tal
proposicionales: no podrían en conse- construcción concierne a la determina-
cuencia crear los objetos a los cuales ellas ción de los objetos básicos. Carnap eli-
se aplican; es preciso que los objetos sean ge para el sistema que él propone una
dados con antelación para que los prin- base <<autopsicológica», esto es, compuesta
cipios formadores jueguen su papel e inte- de objetos psicológicos que pertenecen
gren esos objetos en la teoría deducti- al propio sujeto. Es ciertamente cons-
va. Lo cual es, de una cierta manera, ciente del riesgo de subjetivismo que tal
admitir que el formalismo no podría ser elección implica; mas piensa que ese ries-
integral ni prescindir de la intuición en la go desaparece desde el momento en que
actividad creadora de los matemáticos. se pone el acento en el carácter «estruc-
tural» de la ciencia. La cuestión siguien-
Edición: La structure des théories déduc- te es la de saber qué elementos elegir de
tives, Alean, 1921. esta base. La elección de Camap se incli-
Estudio: P. Jacob, L 'empiris¡ne logique,
ses antécedents, ses critiques, Ed. de Minuit, na por las experiencias elementales (que
1980. en su sistema son unidades inanalizables)
y por la relación E de «semejanza recor-
dable» (suficiente para construir el mun-
do). A partir de esto, el autor reconstru-
ESTRUCTURA LÓGICA DEL MUN- ye sucesivamente el mundo fenoménico,
DO (lA), Der logische Aufbau der Welt, el mundo psíquico, el psiquismo de los
1928. otros, y los objetos culturales.
RUDOl.F CARNAP, 1891-1970. La «constitución» de la Aufbau supo-
ne una base fenomenalista. En su filoso-
Este gran libro de la filosofía del siglo fía ulterior, Camap elegirá, por razones
xx sigue siendo mal conocido, si no des- de comodidad, una base fisicalista; mas
conocido, por el gran público filosófico, en razón de su «principio de tolerancia»,
tal vez debido al hecho de su tecnicidad. esta diferente elección no entraña para
El proyecto es sin embargo grandioso: se él ningún tipo de revisión: se trata sim-
trata nada menos que de derivar el con- plemente de adoptar un «sistema de coor-
junto de las concepciones científicas del denadas» más manejable.
mundo a partir de algunos conceptos bási- La Aufbau sigue siendo una obra cla-
cos, de aplicar al análisis de la realidad ve de nuestro siglo; conviene resaltar
el método puesto a punto por Russell y por lo demás que ha servido de punto
Whitehead para las matemáticas, de uti- de partida y de texto de referencia a Nel-
lizar la teoría de las relaciones -pieza son Goodman, del que La estructura
capital de la lógica moderna- para dar de las apariencias (1951) es nada
cuenta de lo dado. Esta derivación se rea- menos que el comentario crítico de la
liza sobre el modelo de una constitución, obra de Carnap.
que es el reverso de una reducción. Redu-
cir un concepto a otro equivale a tradu- Edición: The Logical Structure of the
World, Londres, Routledge & Kegan Paul,
cir los enunciados que lo contienen a 1967.
enunciados que contienen al concepto Estudios: R. Carnap, Autobiografía inte-
tenido por más primitivo o «básico». Un lectual (tr. C. Castells), Paidós, 1992; J. Vui-
ESTRUCTURAS ELEMENTALES DEL PARENTESCO (LAS) 262
ÉTICA, 1922.
PIOTR ALEXÉIEVICH KROPOTKIN, 1842-
1921. ÉTICA A NICOMACO, HStKd NtKo-
¡.HiXEtU.
Teórico del anarquismo científico, Kro- ARisTóTELES, 384-322 a.C.
potkin desarrolla en este texto la noción
de ayuda mutua estableciendo el primer Esta obra filosófica consta de diez libros.
eslabón de una cadena que comporta El título indica el tema: «ética», del griego
igualmente la justicia y la moral. Tl6tKÓ~ (ethikos), designa las concepcio-
En efecto, estos tres eslabones son nece- nes morales en las que un ser humano
sariamente vitales en la evolución huma- cree.
na. Actuando de manera que estos tres ele- Según el autor, el único fin que el hom-
mentos sean respetados es como los bre persigue es el bien, cualquiera que sea
hombres podrán fundar un sistema ético lo que diga o haga. Incluso aunque parez-
en armonía con los imperativos sociales ca orientarse hacia fines imperfectos, lo
del mundo moderno. A la base de la ética que busca en última instancia es el bien
está el reconocimiento de la igualdad. Y supremo, el fin absoluto, apetecido por sí
apoyándose en ese principio de la igual- mismo.
dad, Kropotkin afirma la posibilidad de des- Los hombres en general piensan que
truir todas las ilusiones acumuladas por la el bien supremo es la felicidad; ésta difie-
filosofía, la religión y sus diferentes doc- re según los gustos y las inclinaciones de
trinas. cada uno; la felicidad es la realización de
las satisfacciones espirituales y eudemo-
Edición: Ética (tr. A. Zuloaga y J. Veñik), nistas. Analizada y dividida así, la felicidad
Libros Dogal, 1977. depende de la ética colectiva, de una polí-
Estudio: G. Woodcock e l. Avalwmovic, tica. Aristóteles se consagra esencialmente
I;l príncipe anarquista (tr. J. M. Alvarez y
A. Pérez), prólogo de A. J. Cappelletti, Júcar, a la virtud humana. Según él, hay dos tipos
1978. de virtudes: las virtudes éticas que nacen
ÉTICA DE LA VOLUNTAD PURA 266
del hábito, y las virtudes dianoéticas que una virtud esencial; sobre ella se apoya
derivan de la inteligencia y pueden ser la salvación del hombre o al menos su
desarrolladas por enseñanza (l. n. La vir- felicidad: la amistad borra las faltas, empu-
tud es el tema principal del libro ll: es una ja a las buenas acciones, es la fuerza que
cualidad potencial; no se realiza más que sostiene a dos amigos. El libro X expo-
cuando se actúa adecuadamente; hay que ne la teoría de la felicidad: el ejercicio de
ser educado en ella; la virtud es una cua- la virtud puede ser realizado en el placer;
lidad que se adquiere voluntariamente, mas todas las funciones del alma, incluso las
requiere que uno sea justo, mesurado y más altas, pueden estar ligadas al placer:
razonable. La virtud no es ni un don ni la contemplación pura de la verdad eter-
una pasión, sino un acto perfecto na es la posibilidad de participar en la
EU7tpa~ía (eupraxia). Este acto perfecto beatitud divina. Liberado de sus males
se opone al mal; es sobre todo su valor terrestres, el hombre alcanza así la feli-
mediador lo que interesa a Aristóteles. cidad suprema. Mas la felicidad no pue-
En el libro III, el filósofo estudia el de ser continua, sea que esté dirigida a
aspecto voluntario o involuntario de la Dios o que lo esté hacia los hombres;
acción. Una acción deliberada encuentra es preciso además ser virtuoso y respe-
su origen en el deseo op~t<; (orexis), del tar los valores morales en los que uno ha
sujeto; ese deseo puede ser razonado: sido formado.
puede provenir de una elección o de una La gran mora/llevaba el sello de un
intención. El hombre es por ello total- cierto eudemonismo humanista; la -+ Éti-
mente responsable de su virtud, que nace ca a Eudemo se orientaba en cambio
de su intención. Por lo mismo, es res- hacia un intelectualismo ético. Este tra-
ponsable de sus vicios. tado, que es la obra de moral más ela-
En el libro N describe Aristóteles cier- borada de Aristóteles, trata de conciliar
tas virtudes éticas que es necesario pose- esas dos tendencias; con ella nos ha deja-
er: templanza, honradez, magnanimidad, do el autor la forma más acabada de su
sinceridad. Después, en el libro V, pasa doctrina.
a la justicia, de la que estudia sus diversos
tipos y relaciones. Las virtudes dianoéti- Edición: Ética a Nicómaco {tr. J. Marías y
cas son el objeto del libro VI; concier- M. Araujo), Centro de Estudios Constitucio-
nen a la inteligencia, y existen cinco: la nales, 1985.
Estudios: J. Bames, Aristóteles {tr. M. San-
ciencia emcrtl\u'Tl (episteme), que demues- sigre), Cátedra, Madrid, 1987; R. A. Gaut-
tra los hechos y conduce al conocimien- hier, La Mora/e d'Aristote, P.U.F., 1973.
to de lo universal; el arte tÉXV'Tl (tekhne),
cuyo fin es la creación; la prudencia
<ppÓV'Tlcrt<; (phrónesis), que, basada en el
buen sentido y la razón, conduce por la ÉTICA DE LA VOLUNTAD PURA,
vía del bien; la inteligencia voU<; (nous), Ethik des reinen Willens, 1904.
detentadora de los conocimientos, y final- HERMANN COHEN, 1842-1918.
mente la sabiduría cro<pía (sophía), que
reúne ciencia e inteligencia y que es nece- Este discípulo de Kant fue el funda-
saria para las más elevadas acciones o dor de la escuela de Marburgo, a la que
reflexiones. pertenecieron Cassirer y Natorp. Para
Aristóteles condena, en el libro VII, a Cohen, la contingencia abre la via al que-
los hombres que utilizan su saber para fines rer puro. La ley moral es método; pro-
nefastos; estos últimos no son -Aristóteles duce un contenido, tiene el valor de la
se une aquí a Sócrates- hombres que cosa en sí. El bien soberano se identifica
conozcan la ciencia. Los libros VIII y IX con la moralidad perfecta.
sobre la amistad y el amor son los más
conocidos. La amistad, designada como Edición: Ethik des reinen Willens, 5.• ed.,
el amor por la palabra <ptA.ía (phi lía), es Hildesheim/Nueva York, 1981.
267 ÉTICA DEMOSTRADA SEGÚN EL ORDEN GEOMÉTRICO
Estudio: J. Vuillemin, L'héritage kantien dona!. Por ejemplo, Spinoza sigue a Des-
et la révolution copernicienne, P.U.F., cartes (pero no a Aristóteles) en la noción
1954. de substancia. En cambio su Dios no es
nada cartesiano; no es el Creador tras-
cendente, sino la naturaleza misma; es el
famoso Deus sive natura: Dios, es decir
ÉTICA DEMOSTRADA SEGÚN EL (es la misma cosa que) la naturaleza. Atri-
ORDEN GEOMÉTRICO, Ethica ordi- butos y modos no son los estadios de una
ne geometrico demonstrata, 1677. ontología jerárquica, ni las etapas sucesi-
BARUCH SP!NOZA, 1632-1677. vas de una procesión o de una emanación
(a la manera neoplatónica), sino los aspec-
Al igual que Spinoza es el modelo del tos bajo los cuales la substancia puede ser
filósofo, su Ética es el modelo del libro aprehendida por la inteligencia humana.
de filosofía. Austera, abstracta, difícil, la La substancia posee una infinidad de atri-
obra articula el conocimiento metafísi- butos, de los que sólo dos nos son cono-
co para una finalidad moral: la beatitud. cidos: la extensión y el pensamiento.
El libro contiene la síntesis acabada del Es paradójico que este libro, que se ini-
pensamiento ontológico, antropológico cia con una primera parte que trata «de
y moral de su autor. Está dividido en cin- Dios•, no ha cesado de ser considerado,
co libros: l. De Dios; II. De la naturale- tanto por sus seguidores como por sus
za y origen del alma; III. Del origen y detractores, como el breviario del ateís-
naturaleza de los afectos; IV. De la ser- mo. Esta atribución apenas si puede ser
vidumbre humana o de la fuerza de los considerada como una traición. Pues no
afectos; V. Del poder del entendimiento se ve qué metafísica, qué teología podría
o de la libertad humana. reconocer a su Dios en la pura inmanen-
La Ética está escrita more geometri- cia de la substancia en la naturaleza, en
co, según una presentación que puede esta «ontología naturalista y monista••, en
desconcertar. Se encuentran en ella defi- términos de Robert Misrahí. Esta filosofía
niciones, axiomas, proposiciones, demos- destierra todas las representaciones antro-
traciones, cuyo modelo es evidentemen- pomórficas de la divinidad: Dios no es una
te la construcción euclidiana. Pero sería providencia organizadora, ni un padre
insuficiente no ver en ella más que una amante, ni un monarca severo, ni un juez
sumisión exterior y formal al modelo de justiciero. El apéndice al libro I desmonta
rigor matemático tan venerado en su épo- los mecanismos de estas ficciones, cuyos
ca (piénsese en Descartes). Y más falso intereses ideológicos e incluso políticos
sería aún creer que Spinoza intentaba ver- son analizados. Al mismo tiempo que toda
ter en ella una concepción cuantitativa del concepción tradicional de la divinidad, y
mundo físico (a la manera de Galileo); Spi- bajo la misma acusación de antropo-
noza no pretendió nunca deducir mate- morfismo, Spinoza destierra también la
máticamente la totalidad de lo real. 8 more finalidad (adscribiéndose con ello al car-
geometrico spinozísta debe ser retrotraí- tesianismo más ortodoxo). Es fácil com-
do a su modelo cartesiano: las Segundas prender por qué Spinoza fue excluido de
Respuestas a las objeciones de las - • toda comunidad religiosa y perseguido por
Meditaciones; se trata de un procedi- las Iglesias de su tiempo y la posteridad.
miento de exposición, y no de descubri- El libro II desarrolla la teoría del cono-
miento de la verdad. cimiento, que había guiado ya el bosque-
La obra comienza con una serie de defi- jo del-+ Tratado de la reforma del enten-
niciones problemáticas, en la medida en dimiento, como también una teoría sobre
que Spinoza, que retoma ciertos términos las relaciones entre el alma y el cuerpo.
clásicos de la ontología y de la metafísica Es sabido que este problema, punto débil
(Dios, substancia, atributos, modos), no del cartesianismo, ha nutrido, al mismo
les da necesariamente un sentido tradi- tiempo que al spinozismo, a las grandes
ÉTICA DEMOSTRADA SEGÚN EL ORDEN GEOMÉ1RICO 268
(y menos grandes) doctrinas metafísicas mal, o vivir mal, no es transgredir los man-
post-cartesianas de la segunda mitad del damientos o normas trascendentes, es con-
siglo (Leibniz y Malebranche, por ejem- vertirse en esclavo. Los libros N y V exa-
plo). Según Spinoza, «el orden y la cone- minan por sus causas esta servidumbre y
xión de las ideas son los mismos que el orden esta sabiduria ----o beatitud- humanas. No
y la conexión de las cosas»; aquí está el se trata jamás para Spinoza de prescribir,
principio de una inteligibilidad universal alabar o castigar, sino de comprender los
del ser. El alma es por tanto «la idea del mecanismos del deseo y de su fluctuación
cuerpo». La teoría spinozista del conoci- (el juego de los afectos o pasiones). La ima-
miento se distingue por su negativa a ginación es aquí objeto de una crítica seve-
hipostasiar las facultades (entendimiento, ra (Spinoza se une a toda una tradición). Mi
voluntad), como hace el cartesianismo, y deseo es siempre susceptible de ser deter-
convertirlas en agentes activos en las ope- minado por fines exteriores, y de ser diri-
raciones del conocimiento. Entendimiento gido por afectos que comporten una dis-
y voluntad son seres de razón; lo único minución de mi potencia de obrar y me
que existe son las ideas y las voliciones. lleven por tanto a la tristeza.
El libro 111 construye el pedestal de lo ¿Qué es, entonces, ser libre? No es
que propiamente puede llamarse la ética preciso imaginar ningún tipo de libre albe-
spinozista. Al orientar el análisis del alma drío, a la manera de Descartes. Spinoza
humana bajo la perspectiva de una antro- ha rechazado siempre que se haga del
pología positiva, concebida de modo estric- hombre «un imperio en un imperio», es
tamente determinista, la teoría del deseo decir, una excepción a la ley universal de
de Spinoza arruina todo moralismo. Su la necesidad (el libro III tematiza esta crí-
teoría de los afectos se apoya, como la tica a la ficción del libre albedrío, cuyos
ontología, en un rechazo de toda tras- fundamentos del apéndice al libro 1había
cendencia. ¿Qué es el deseo? El cona tus, comenzado a desvelar). Por lo demás, lo
esfuerzo por perseverar en su ser. Este que se opone a la libertad no es la nece-
deseo puede detectarse en los dos niveles sidad, sino la coacción. Yo sería libre, no
del cuerpo y del espíritu, sin que ninguna a pesar del determinismo, sino con él y
acción causal haga del uno la explicación por él, por la capacidad que me da el
del otro (eso que hasta el fracaso mismo conocimiento para dirigir mis deseos en
del cartesianismo frente al problema de la el sentido de la consecución de la ale-
unión substancial prohibía). En el vacío de gría más perfecta. El contrasentido sería
todo valor trascendente, el deseo se tor- aquí creer que Spinoza no nos deja como
na en norma. No es que deseemos una libertad más que la de sabemos esclavos,
cosa porque ella sea buena, es que la lla- Jo que sería siniestro y paralizante. Por el
mamos buena porque la deseamos. Tal contrario, al emancipar la libertad del libre
vez se esconda tras esto un relativismo, albedrío (lo cual suponía en su época un
pero nunca un nihilismo. Por el contrario, esfuerzo realmente heroico), la Ética abre
es una ética humanista la que se inaugu- la vía a una liberación por el conocimiento
ra en el libro III, contra todos los moralis- adecuado. Al dejar de pertenecer a la tras-
mos teológicos de la trascendencia. cendencia, el ideal y la perfección no se
Mas ¿qué desea el deseo? La potencia; toman forzosamente por ello más fáciles
ninguna relación con una voluntad de domi- de alcanzar; al menos no quedan más defi-
nación: la potencia es el pleno y entero nidos por relación a los sueños de la ima-
desarrollo de la actividad de un ser. Mien- ginación (Kant dirá que la religión con-
tras aumento mi potencia, yo siento ale- siste en representarse a todos nuestros
gría; y tristeza en el caso inverso. Tristeza deberes como mandatos divinos; y esto
y alegría son los afectos fundamentales de es exactamente lo que Spinoza rechaza).
los que derivan todos los otros. Obrar bien Lo que queda así abierto al hombre es
no es por tanto orientarse hacia un cierto pura y simplemente la eternidad. No hay
ideal irreal, es realizarse a uno mismo. Obrar que entender por esto una inmortalidad
269 ÉTICA PROTESTANTE YEL ESPÍRITU DEL CAPITALISMO (LA)
del alma como substancia distinta del cuer- Emmanuel Levinas evoca aquí los gran-
po que sobreviviese a éste, sino al alma des momentos de su peregrinación filo-
humana que, al acceder al conocimien- sófica: desde su descubrimiento de la
to del tercer nivel, comprende sub spe- Biblia, y después de los grandes filóso-
cie aeternitatis (desde el punto de vista fos clásicos, hasta la revelación que fue
de la eternidad). Se puede hablar aquí para él la fenomenología de Husserl, cuya
de la beatitud como un «amor intelectual «verdad esencial» fue sacando poco a
de Dios», a condición de no ver en ella poco; desde su admiración por el Hei-
ninguna experiencia de orden místico. degger de -> Ser y tiempo que devolvió
Y a condición también de no hacer de al ser su expresividad verbal, haciendo así
esta beatitud la recompensa de la virtud: de la filosofía «la ontología fundamental»,
es la virtud misma (de la misma manera hasta la elaboración de su propio pensa-
que el suplicio de los insensatos es su sin- miento, cuya principal originalidad con-
razón). siste en vincular tan íntimamente ética y
La Ética es uno de esos libros cuya metafísica, que la ética deviene la filoso-
influencia es imposible medir, tan enor- fía primera.
me ha sido su alcance. A priori, uno se Resultante de una serie de coloquios
siente tentado a interpretar la acogida registrados y difundidos por France Cul-
que merecieron sus tesis como un des- ture en 1981, este libro viene a ser la
mentido a su valor. Porque lejos de indu- mirada que arroja el filósofo al fin de su
cir a sus contemporáneos a una actitud vida sobre el conjunto de su obra, pero
de bienvenida y tolerancia, Spinoza puede constituir igualmente una intro-
desencadenó contra él y su sistema un ducción al pensamiento de este autor, a
huracán de pasiones cargadas de odio quien su interlocutor llama «el filósofo
que su muerte no logró apagar, y ni de la ética, sin duda el único moralista del
siquiera atenuar. Excomulgado durante pensamiento contemporáneo».
su vida, mientras la Ética circulaba disi-
mulada bajo la capa, Spinoza también Edición: Ética e infinito (tr. J. M. Ayuso),
lo siguió estando -hasta de la filosofía Visor, 1991.
misma- después de su muerte. Estudios: J. Lechte, 50 pensadores con-
temporáneos esenciales (tr. M.• L. Rodrí-
Todo el siglo XVIII ha leído esta obra, guez Tapia), Cátedra, 1996; F. Ciarameli,
aunque se sabía muy bien que era peli- Transcendance et éthique: Essay sur Levi-
groso confesar que se defendía el spino- nas, Ousia, 1989
zismo. «Spinozista>> seguirá por lo demás,
hasta en el siglo XX, siendo sinónimo de
«materialista ateo».
ÉTICA PROTESTANTE Y EL ESPÍ-
Edición: Ética (tr. V. Peña), 3.• ed., Edito- RITU DEL CAPITALISMO (LA), Die
ra Nacional, 1980. protestantische Ethik und der Geist des
Estudios: S. Hampshire, Spinoza (tr. V.
Peña), Alianza, 1982; M. Guéroult, Spino- Kapita/ismus, 1905.
za, 2 vols., Aubier-Montaigne, 1971 y 1974. MAx WEBER, 1864-1920.
más adecuado para poder definir la pie- to fundamentalmente diferente del modo
dad. Sin embargo, Eutifrón se muestra de existencia del yo; el conocimiento de
incapaz de dar tal definición. Después este último nos permite extrapolarlo a la
de hacerle observar a su interlocutor que naturaleza entera.
un ejemplo particular no puede servir La naturaleza está animada, como el
para definir una noción abstracta, Sócra- yo individual, por una «exigencia de cre-
tes critica la proposición de Eutifron: lo ación», un «impulso vital» que atraviesa
piadoso es aquello que complace a los todas las etapas de la evolución, adap-
dioses; pues que una cosa plazca a los tándose a todas las diferentes ramas de
dioses no es razón para llamarla piado- la evolución. Esta perspectiva lleva a inter-
sa, sino al contrario: porque es piado- pretar al conjunto de la evolución bioló-
sa, complace a los dioses. En cuanto a gica como un proceso orientado hacia la
lo que sea la piedad en sí, es algo que producción de especies más y más com-
queda por investigar. plejas y perfeccionadas.
Pocos diálogos socráticos son tan ade- Sin embargo, Bergson se guarda de
cuados como el Eutifrón para adaptar el reconducir pura y simplemente el anti-
espíritu a las exigencias de la búsqueda guo finalismo, y no ve en la evolución
de una definición abstracta. el simple despliegue de un plan con-
cebido de antemano por «una voluntad
Edición: Eutifrón (tr. J. Calonge), en Pla- poderosa y sabia••. Simplemente, el puro
tón, Diálogos, t. 1, Gredos, 1981. mecanismo ~ue sostiene por ejemplo
Estudios: W. K. C. Guthrie, Historia de la al esquema darwiniano ortodoxo- le
filosofía griega, vol. N: Platón (tr. A. Valle-
jo y A. Medina), Gredos, Madrid, 1990; J.- parece insuficiente. Ni providencialis-
Y. Chateau, Euthyphron dJ? Platon, col. mo finalista, ni mecanismo materialis-
«Lectoguide Philosophien, Ed. Pédagogie ta: Bergson, de acuerdo con un pro-
modeme, 1979. cedimiento que le es familiar, rechaza
igualmente las dos doctrinas antago-
nistas.
La aparición del hombre no introduce
EVOLUCIÓN CREADORA (lA), L'Éuo- en la evolución ninguna solución de con-
lution créatrice, 1907. tinuidad. Por el contrario, la emergencia
HENRI BERGSON, 1859-1941. del espíritu creador no ha sido posible
más que porque la vida que lo ha produ-
Obra fundamental de Bergson, es fru- cido es ya, en su esencia, espiritual y cre-
to de la crítica de una doctrina a la que adora. Aquello que, por el hombre, está
en un tiempo Bergson se había adherido: llamado a ser, sigue siendo la creación
el evolucionismo de Spencer. Mientras bajo formas nuevas (concretamente, el
que Spencer considera la vida como el arte). El hombre se toma así en herede-
resultado de una evolución puramente ro del impulso vital, a la vez que en su
mecánica, Bergson la ve como una fuer- depositario. No se le puede negar a
za de naturaleza esencialmente psíquica, Bergson un cierto parentesco -al menos
por lo tanto libre e imprevisible. en los resultados- con las tesis teológi-
Cuando publica La evolución creado- cas de un Teilhard de Chardin (-+El fenó-
ra, Bergson ha elaborado ya su doctrina meno humano).
de la duración. Se trata para él, en 1907, Sin embargo, el hombre es también
de pasar de la duración interior (el yo) a principio de discontinuidad: en él emer-
la duración exterior (el mundo). Este pasa- ge la individualidad, como instancia de la
je es legítimo, en la medida en que la intui- consciencia creadora y como valor. Mas
ción de la duración interior, pese a su el desarrollo humano de la inteligencia
carácter limitado, ofrece para Bergson un tiene lugar a costa de la intuición, con lo
cierto acceso a lo absoluto. El modo de que se hipertrofia un tipo de conocimiento
existencia de la naturaleza no es por tan- en detrimento del otro. Gracias a su inte-
EXHORTACIÓN ALA VIDA BIENAVENTURADA (LA) 272
lativo que encuentra su inspiración en el grada a la estructura del Ser, mientras que
corazón. la segunda estudia el desarrollo del Ser.
La tesis propiamente especulativa sub- La obra termina finalmente con el estu-
yacente en esta obra popular es la de la dio sobre la significación del ser que nos
síntesis quintuple que, desde 1801, jue- es dado, y que se manifiesta como pasa-
ga un papel central en la filosofía de Fich- je por el tiempo.
te. La vida del ser se divide en dos polos,
uno objetivo y otro subjetivo, que a su Edición: L'Existence tempore/le, Éditions
vez se dividen en ser y pensamiento por universitaires, 1989.
Estudio: M. Reboul, J. et J. Feller, Le Temps
una parte, y amor y objeto del amor por d'une uie, Retz-Centurion, 1980.
otro. Mas ser y pensamiento se unen
en el saber absoluto, y amor y objeto del
amor, en la beatitud. El saber absoluto
y la beatitud se funden finalmente el uno EXISTENCIALISMO ES UN HUMA-
con el otro por su identificación con la NISMO (EL), L'Existentialisme est un
vida, quinto término y resultado de la sín- humanisme, 1946.
tesis quíntuple. JEAN-PAUL SARTRE, 1905-1980.
Schelling, a su vez, replicará a Fichte
en la Exposición de la verdadera rela- Con este opúsculo ha querido Sartre
ción de la filosofía de la naturaleza con justificar su concepción existencialista del
la filosofía retocada de Fichte, denun- hombre respondiendo a diversas obje-
ciando la contradicción entre el compro- ciones que, en concreto, le plantearon los
miso operado por La exhortación a la católicos y los marxistas. «Yo querría aquí
vida bienaventurada y la Doctrina de la defender el existencialismo>>, dice el autor
ciencia de 1801, que condenaba de ante- en su introducción. A esta doctrina, que
mano toda doctrína que erigiera en abso- concibe a la existencia como anterior o
luto un punto de vista en el que subsis- previa a toda esencia, los críticos le repro-
tiera una contradicción entre el acto y la chan «haber traicionado a la solidaridad
palabra. humana» y ser «pura gratuidad», pues fue-
ra de la individualidad no es absolutamente
Edición: La exhortación a la vida biena-
venturada o La doctrina de la religión (tr. nada. Igualmente se le reprocha condu-
A. Ciria y D. Innerarity), Tecnos, 1995. cir a un pesimismo desesperante, puesto
Estudios: A. Ciria, «Estudio preliminaP• a la que •la angustia es la esencia del hombre»
ed. cit.; H. Heimsoeth, Fichte (tr. M. Gar- y éste no puede escapar a su condición.
cía Morente),_Revista de Occidente, 1931; En respuesta a estos ataques, Sartre afir-
M. Guéroult, Etudes sur Fichte, Aubier-Mon- ma que sólo el existencialismo hace la vida
taigne, 1977; D. Julia, La question de
l'homme et le fondement de la philosop- humana posible al reconocerle un valor
hie, Aubier-Montaigne, 1965. al individuo. Mas, según el autor, los crí-
ticos sienten temor ante esta doctrína por-
que en ella se «deja una posibilidad de
elección al hombre», lo que no es el caso
EXISTENCIA TEMPORAL (lA), L'Exis- para el pensamiento idealista (en el que
tence temporelle, 1949. la esencia precede a la existencia) o el teo-
JEAN GumoN, nacido en 1901. lógico (que concibe a Dios como causa
de nuestra existencia). Rechazando las crí-
La obra es de hecho un estudio del ser, ticas que se le han dirigido, Sartre quie-
como testimonian los títulos de los dife- re redefinir al existencialismo a fin de mos-
rentes apartados. La introducción anun- trar el fundamento optimista que lo anima.
cia en efecto las investigaciones sobre el Para explicar su filosofía, retraza la his-
ser que son la naturaleza, el espíritu y la toria del pensamiento existencialista. Bus-
existencia. La primera parte está consa- cando suprimir la idea de Dios, los filó-
EXISTENCIALISMO ES UN HUMANISMO (EL)) 274
sofos del siglo XVIII (Kant, Voltaire, Dide- esta universalidad es siempre construi-
rot) conservaron la teoría de que la esen- da subjetivamente. La angustia de la res-
cia es anterior a la existencia. En los siglos ponsabilidad y de la soledad ante la elec-
XIX y XX se desarrollan dos aspectos del ción no debe significar que haya que
existencialismo: uno, cristiano, estima que extremar las cautelas; por el contrario,
el individuo no se afirma más que en la el hombre tiene que ser emprendedor.
fe (Kierkegaard, Jaspers); el otro, ateo, el «Lo que cuenta es el compromiso total.•
de Heidegger y Sartre, es según este últi- La acción es en efecto necesaria, pues-
mo «más coherente>>, puesto que al recha- to que ella no es solamente condición de
zar a Dios no reconoce otra realidad que mi libertad, sino también de la de los
la subjetiva. Tal es el principio primero otros. Sólo el compromiso permite, por
del existencialismo: el hombre es ante una superación de sí, querer la libertad
todo un sujeto, que es exactamente lo del otro al buscar la de uno mismo; es
que él quiere ser, y es más digno que esto lo que constituye una moral exis-
cualquier otro objeto porque tiene cons- tencialista, o también «un existencialis-
ciencia de su existencia. Tampoco hay mo humanista>>.
naturaleza humana; el hombre es res- Este texto es uno de los primeros en
ponsable de cada uno de sus actos por los que Sartre critica a los comunistas.
las elecciones que él mismo se impone. Pero se trata sobre todo de reproches diri-
Mas en este proyecto que el individuo gidos a sus contemporáneos más que a
se forma hace su aparición la angus- Marx (al que le critica sin embargo un mate-
tia: «Él elige solo>>. Pero la responsabi- rialismo que no da suficiente cuenta de
lidad no es puramente individual, pues la acción individual). Poco técnico, este
la elección se hace también por los libro es esencialmente polémico, relatan-
otros, puesto que elegimos lo que esti- do incluso a guisa de conclusión una dis-
mamos que es lo mejor y, por lo tanto, cusión con sus detractores, de los que uno
lo mejor también para los otros. Nues- de ellos, Pierre Naville, había escrito un
tra conciencia ha de sentirse angustia- opúsculo contra el existencialismo (D'Hol-
da ante la responsabilidad de una elec- bach et la philosophie scientifique au
ción que afecta a la humanidad. Sin XVII( siecle) y se oponía políticamente a
embargo esta angustia existencial es la Sartre pese a ser marxista (fundador del
condición de toda acción, y por tanto PSU). En todo caso, no hay que subesti-
de nuestra libertad. No pudiendo recu- mar el alcance filosófico de esta obra, por-
lar delante de la elección (negarse a ele- que al tratar de explicitar su doctrina, Sar-
gir es ya elegir), el hombre «está con- tre elabora nociones claves, tales como la
denado a ser libre>>. necesidad del compromiso o también la
En su libertad de obrar, el hombre se del proyecto humano, temas que serán
encuentra pues desamparado; «ninguna retomados en sus obras posteriores(-+
moral general puede indicamos lo que hay Cuestiones de método, 1957; -+ Críti-
que hacer». Lo que podría parecer un indi- ca de la razón dialéctica, 1960). A medio
vidualismo desesperante exalta por el con- camino de su recorrido filosófico, El exis-
trario un optimismo humanista. En efec- tencialismo es un humanismo se refiere
to, al descubrir su consciencia, el sujeto implícitamente a sus ensayos precedentes
constata que el otro es también un ser en lo relativo a las nociones de angustia,
consciente. Hay una intersubjetividad entre de libertad y de consciencia, ya concep-
los hombres que implica a cada uno de tualizadas en ~ La trascendencia del ego
ellos en el mundo. El otro «es como una (1936) y en -~ El Ser y la Nada (1943).
libertad puesta enfrente de mí>>, y toda con-
dición humana es consciencia del otro. Edición: El existencia/ismo es un huma-
Hay por tanto un valor universal en las elec- nismo (tr. V. Prati), Edhasa, 1992.
Estudio: Francis Jeanson, El problema
ciones individuales -puesto que el otro moral y el pensamiento de Sartre (tr. A.
puede comprender mis proyectos-, mas Uanos), Buenos Aires, Siglo Veinte, 1968.
275 EXPERIMENTUM MUNDI
para quien los tipos de frases son innu- intervienen sin cesar en la utilización que
merables, Searle propone un número limi- el locutor hace del lenguaje. «Referen-
tado de actos ilocucionarios, de los que te>>, •contexto», no son nociones simples;
distingue exactamente cinco: actos aser- la comunicación implica una aptitud para
tivos, conmisivos, directivos, expresivos, la metacomunicación. Las investiga-
y declarativos. Los criterios para esta cla- ciones de Searle se verán prolongadas
sificación son la conformidad de las pala- por el establecimiento de una tipología
bras con el mundo, del mundo con las de los diálogos y por la determinación
palabras, el ajuste en estas dos direccio- de las reglas que condicionan su éxito
nes, o en ninguna de ellas. o su fracaso (trabajos de Francis Jac-
Estos análisis han dado prueba de su ques).
fecundidad, en concreto dando lugar a
Edición: Expressíon and meaníng, Cam-
una concepción <<dialógica» de la inter- bridge University Press, 1979.
locución. Las conjeturas sobre la mane- Estudio: F. Jacques, Díalogiques. Recher-
ra en que el auditor recibe los mensajes ches logiques sur le dialogue, P.U.F., 1979.
F
FEDúN, o De la inmortalidad del alma Edición: Phédon, ou De l'immortalité de
en tres diálogos, Phiidon oder über die !'ame (tr. M. Junker), Heideloff, 1830.
Unsterblichkeit der Seele in drei Gespréi- Estudio: S. Zac, Spinoza en Allemagne.
Mendelssohn, Lessing et Jacobi, Mérideins-
che, 1767, 1768 y 1769. Klincksieck, 1989.
MüSES MENDELSSOHN, 1729-1786.
Reanudación del diálogo de Platón.
Estos tres diálogos retoman la proble- FEDÓN o Del alma, <Patorov, Tí llEpt
mática del ~ Fedón de Platón: el primero \VUKfl~. o hacia 385 a.C.
sigue al filósofo griego en el relato de la PlATóN, 428/427-348/347 a.C.
muerte de Sócrates, pero Mendelssohn Diálogo.
añade una diatriba contra el suicidio. El filó-
sofo alemán ilustra así el hecho de que Bellísimo diálogo, mayor en la obra
no se puede tratar el mismo tema de la de Platón, incluso aunque se haya pues-
misma manera en la Antigüedad y en los to en duda su autenticidad, el Fedón es-
tiempos modernos. cenifica los últimos momentos de Sócra-
El segundo diálogo refleja igualmente tes. El viejo maestro reúne en tomo a sí
las preocupaciones del siglo XVIII: Sócra- -además de a su mujer Jantipa (rápi-
tes afirma que jamás se debe odiar a la damente eliminada)- a sus discípulos
razón. B diálogo como tal se interrumpe Apolodoro, Cebes, Critón, Fedón y
en la tercera parte, en la que Sócrates Simias. Es este mismo Critón el que, en
toma en exclusiva la palabra como si se tra- el diálogo que lleva su nombre, había
tara de popularizar la filosofía. La demos- intentado en vano persuadir a Sócrates
tración de la inmortalidad del alma es de que se evadiera.
expuesta a la manera de Baumgarten y La discusión trata principalmente sobre
de Lessing. la inmortalidad del alma, y ello es ocasión
B racionalismo moderno que Mendels- para elaborar toda una teoría de las rela-
shon atribuye a Sócrates armoniza los ciones entre el alma y el cuerpo, teoría
derechos con los deberes. B Fedón pro- que la filosofía occidental retendrá con el
vocó una discusión con Johann K. Lava- nombre de dualismo. Al cuerpo y al alma
ter e hizo de Mendelssohn el promotor de no le corresponden los mismos placeres.
la religión natural en su pais. Ampliamente Los que complacen al alma son sólo aque-
traducida, la obra alcanzó renombre por llos que sirven para fundamentar la exis-
toda Europa. tencia moral, que se caracteriza por la
[279]
FEDÓN 280
Edición: Fedón (tr. C. García Gua!), en Diá- cómo todas las almas no experimentan
logos III, Gredas, 1.• reimp., 1988. el mismo destino: unas, más que otras,
Estudios: W. K. C. Guthrie Historia de la
filosofía griega, vol. N: Platón (tr. A Valle- tienen la capacidad de elevarse hasta la
jo y A Medina), Gredos, 1990, pp. 315- región de las esencias eternas. Mas todas
352; W. D. Ross, La teoría de las Ideas captan aquí abajo el eco debilitado de la
de Platón (tr. J. L. Díaz Arias) Cátedra belleza ideal. Al igual que -+ El Ban-
1989. , ,
quete, del que es prolongación indis-
pensable, el Fedro articula una reflexión
sobre el amor y la filosofía en torno a
la Idea de lo bello.
FEDRO, o De la belleza, <l>atopo<;, fi El diálogo termina con una crítica a los
TIEpi KaA.oU, <>hacia 375-370 a.C. fundamentos de la retórica, como tam-
PL<\TÓN, 428/427-348/347 a.C. bién de la escritura, a la cual opone Sócra-
Diálogo. tes la palabra viva.
El Fedro toca dos cuestiones: el amor Edición: Fedro (tr. E. Lledó), en Diálogos
y la retórica, cuyo parentesco puede no III, Gredas, 1.• reimp., 1988.
Estudios: W. K. C. Guthrie, Historia de la
ser evidente, pero cuya unión ocupa tal
filosofía griega, vol. N: Platón (tr. A Valle-
vez justamente el centro del platonismo. jo y A Medina), Gredos, 1990, pp. 381-
Sócrates y Fedro conversan a la som- 415; W. D. Ross, La teoría de las Ideas
bra de un plátano en las orillas del río !li- de Platón (tr. J. L. Díaz Arias) Cátedra
1989. , ,
so; de todos los diálogos de Platón, el
Fedro es el único en el que el marco es
descrito con precisión, y uno de los raros
en donde un personaje (Fedro) es objeto
de una verdadera caracterización psico- FELICIDAD Y CIVILIZACIÓN, Bon-
lógica. heur et civilization, 1966.
El punto de partida del diálogo es un JEAN CAZENEUVE, nacido en 1915.
discurso del retórico Lisias, por el que
el joven Fedro siente una admiración Esta obra reflexiona sobre la aspira-
desmesurada. A este discurso opone ción a la felicidad y sobre las «recetaS>> que
Sócrates una plática sobre el mismo nos sugiere nuestra civilización para ser
tema: ¿es mejor conceder nuestros favo- feliz.
res a aquél que nos ama, o al que no En vena sociológica, Cazeneuve estu-
nos ama? (El Fedro debe ser evidente- dia también la noción de paraíso que nos
mente ubicado en el contexto cultural ofrecen los medios técnicos, de los cua-
griego, en el que la homosexualidad les señala a la vez sus contradicciones y
desempeñaba un papel particular.) Pues- utilidad. Casi todos los mitos desarrollan
to que Lisias elegía (paradójicamente) la una concepción del paraíso. Las civiliza-
segunda respuesta, Sócrates va a defen- ciones, en particular la nuestra, sustitu-
der la primera. yen por esta idea las nociones de confort,
Pero Sócrates no se va a contentar de bienestar, de ideal.
con añadir un discurso a otro discurso. Cazeneuve muestra la legitimidad de
Su reflexión sobre el amor pasará por la aspiración a la felicidad y se pregunta
un análisis del alma humana. Y aquí tie- si el hombre de mañana podrá, o sabrá,
ne lugar la célebre imagen del tiro ala- armonizar la técnica con sus sueños. Estas
do de caballos: el alma es comparable al preocupaciones volverán a manifestarse
conjunto formado por un cochero y sus en-+ La razón de ser.
dos caballos, el uno dócil, el otro brutal. Edición: Bonheur et civilisation, Idées/Galli-
Esta imagen lleva a Platón a una alego- mard, 1970.
ría del conocimiento, de la vida virtuo- Estudio: A. Akoun, Dictionnaire des phi-
sa, de la filosofía misma. Platón explica losophes, P.U.F., 1984.
FENÓMENO HUMANO (EL) 282
<<La cosa no puede nunca ser efectiva- que se trata de una autobiografía, no hay
mente en sí, porque sus articulaciones son duda de que la singularidad de la vida de
las mismas de nuestra existencia y por- Hegel, como las diversas fases del des-
que ella se presenta al final de una mira- pertar de su propia conciencia, han ser-
da y al término de una exploración que vido de trama a esta obra universal. Por
la inviste de humanidad.» lo demás, ¿no es para Hegel la historia lo
que permite extraer el momento particu-
Edición: Fenomenología de la percepción lar, realzar una vida individual insertán-
(tr. J. Cabanes), Península, 1980. dola en el devenir universal?
Estudios: J. Lechte, 50 pensadores con-
temporáneos esenciales (tr. M.• L. Rodrí- La historia de la filosofía, la historia
guez Tapia), Cátedra, 1996, pp. 51-56; Cl. del saber absoluto, la historia de la razón:
Lefort, Sur une colonne absente: écrits tantos devenires compuestos de la histo-
autour de Merleau-Ponty, col. <<Essais>>, Galli- ria de todas las conciencias singulares que
mard, 1978. han sido los hombres, que repiten cada vez
la humanidad toda entera y el acaecer de
cada uno. Sin duda, Hegel no admitirla ser
el personaje principal de su novela: «Lo
FENOMENOLOGÍA DEL ESPÍRITU. que hay de mí en mis libros es falso.» Este
Phéinomenologie des Geistes, 1807. rechazo del punto de vista subjetivo, ver-
GEORG WILHEM FRIEDRICH HEGEL, 1770- tido tal cual en la obra, no invalida la idea
1831. de la necesaria mediación de sí mismo para
reencontrar a la humanidad toda entera.
Obra filosófica singular porque está pen- La universalidad de la conciencia de sí pasa
sada por su autor como un relato, y más por la comprehensión de la irreductibilidad
precisamente como una historia, la Feno- a sí misma de su propia conciencia. Y esta
menología del Espíritu es la historia de aguda conciencia de sí que tiene Hegel se
la conciencia, del alma devenida con- vuelve a desvelar en la obra que describe
ciencia, de la conciencia superándose siem- la génesis de la conciencia universal.
pre a sí misma a través de los diferentes La obra de Hegel invita a su lector a la
momentos o etapas de su desarrollo. En experiencia explícita del reconocimiento
un sentido, no sería exagerado decir que de sí a través de las figuras de la conciencia
se trata de la novela de la conciencia, e y del pensamiento objetivadas por media-
incluso de su epopeya; tanto se complace ción de la reflexión: cada uno de noso-
Hegel en dramatizar los momentos cru- tros es a la vez la totalidad de las formas
ciales y en recurrir a imágenes a menudo del pensamiento y un momento particu-
teatrales para ofrecer a la reflexión las for- lar de esa totalidad; es cuestión ahora
mas sumamente abstractas mediante las de reconocerse, de tomar conciencia de
cuales se constituye la conciencia. Es natu- lo que se es y de fundar el pensamiento
ralmente el calvario de Cristo lo que uno reflexivo a partir de esta conciencia. La
se siente tentado a invocar a la vista del paradoja de la obra de Hegel es que man-
modelo trinitario asumido explícitamen- tiene al lector a distancia por la dificultad
te por Hegel; mas la odisea de la con- de los conceptos y la pesadez de la maqui-
ciencia que es la Fenomenología del Espí- naria sistemática que los expone, mien-
ritu tiene parecido con cualquier romance tras al mismo tiempo invita explícitamente
iniciático; tiene también algo de Don Qui- a cada uno a reconocerse en ellos, a leer
jote en los laberintos en que la concien- su propia experiencia intelectual a través
cia no cesa de perderse y volver a salir. de las figuras presentadas. La fenome-
Finalmente, tras los personajes concep- nologfa del Espíritu no podría dejamos
tuales que nos presenta Hegel como figu- indiferentes, pues comprendemos bien,
ras universales de la conciencia, no es más allá de su dificultad, que es de cada
aventurado reconocer las etapas de su uno de nosotros de lo que trata; es nues-
propia formación. Sin llegar a sostener tra propia historia la que está en juego.
--------------------------------------------------------------------...
La figura del camino de la cruz, del •<eal- ter a veces ambiguo de la historia, y con-
vario• que Hegel mismo elige para defi- cretamente de la historia de la filosofía:
nir la progresión de la conciencia que la Fenomenología del Espíritu es un fres-
deviene Espíritu, puede ser retomada aquí co al que las grandes corrientes del pen-
para caracterizar las ocho «estaciones• samiento occidental son convocadas para
propuestas a guisa de plan: l. La Certe- ilustrar un momento preciso de la vida del
za sensible; 11. La Percepción; III. Fuerza Espíritu; es así como Hegel invoca por
y Entendimiento; N. La Verdad de la Cer- turno lo trágico de los griegos, la con-
teza de sí mismo; V. Certeza y Verdad de tradicción en Roma entre la subjetividad
la Razón; VI. El Espíritu; VIL La Religión; personal y la objetividad universal, el asce-
VIII. El Saber absoluto. tismo de la Edad Media, el Renacimien-
El famoso Prólogo, titulado «Del cono- to, las Luces, la Revolución francesa, el
cimiento científico••, puede e incluso debe Terror, el romanticismo alemán: otros
ser leído de manera autónoma: redacta- tantos momentos históricos que compo-
do por Hegel después del cuerpo de la nen a la vez el cuadro del mundo en su
obra, no introduce propiamente a ésta, universalidad y la conquista del Espíritu,
sino más bien al conjunto del sistema de la Razón a través de la historia.
hegeliano. Más todavía, vuelve a situar el Hegel no es, frente a esta obra, un sim-
lugar que Hegel adjudica a esta obra en ple espectador desinteresado: la historia
el conjunto de su sistema: el de un comien- está orientada, tiene una finalidad, un
zo por el cual hay que pasar mas también objetivo que debe alcanzar; si el trabajo
superar, es decir, abandonar; no es que del historiador se limita a manifestar el
Hegel haya abandonado verdaderamen- autodesarrollo de la conciencia a través
te la Fenomenología, sino que, al pare- de la historia, el del filósofo es el de con-
cer, tanto por su forma como por su con- tribuir al avance efectivo de esta historia.
tenido, la consideró más tarde como El objetivo de la historia es evidentemente
«superada• por el resto de su obra. Por lo el mismo que el contemplado por la Feno-
demás, la Fenomenología del Espíritu menología: el Saber absoluto que cierra
es efectivamente la historia de un comien- el ciclo abierto por la conciencia en sus
zo: en la historia de la conciencia, Hegel comienzos, en el divorcio que la separa
acierta a aislar un primer momento, el de de ella misma. El fin de la historia es tam-
la conciencia inmediata, el de la con- bién la clausura del sistema, el retomo al
ciencia sensible que ni siquiera ha llega- punto de partida bajo la forma de recon-
do todavía a darse a sí misma un objeto. ciliación de lo mismo y de lo otro. Mien-
Siendo apenas conciencia de algo, ella tras que la conciencia primero, y el Espí-
misma es apenas conciencia: propiamente ritu después, no han cesado de buscarse
hablando, ella no piensa, no tiende con --esto es, de perderse y reencontrarse-
precisión a nada y ni siquiera se enfren- a través de los falsos avatares de un des-
ta a nada, es decir, no se enfrenta a lo tino inexorable, el Saber absoluto marca
negativo a partir del cual podría determi- el momento del retomo a sí, de la iden-
narse a sí misma. tidad al fin encontrada, reconocida y asu-
El punto de partida de Hegel es lo mida. Porque toda la historia ha sido la
inmediato: no hay historia prevía, ningún historia de la alienación, es decir, de la
pasado del cual hubiera surgido; la con- salida fuera de sí de la que la conciencia
ciencia presente, en su origen, la contra- fue ante todo la víctima: es a través de
dicción de no surgir jamás de la nada y al la desgracia, del desgarramiento, como
mismo tiempo no tener en cuenta su pasa- la conciencia abandona el mullido aun-
do para comenzar a determinarse. Lo que que estéril confort en el que la simple
va a determinar a la conciencia está en identidad consigo misma la mantenía. Es
devenir a través de ella: son las media- con la evocación de esos momentos dra-
ciones que ella lleva en sí y que pone de máticos en cuyo transcurso se desgarra
manifiesto por la historia. De ahí el carác- la conciencia, cuando Hegel rompe el
FENOMENOLOGÍA DEL ESPÍRITU 286
rigor conceptual del estilo y ofrece a sus reconciliados en el tercer momento que
lectores la ilustración mundana, o sim- es la verdad de ambos. La dialéctica de la
plemente fenomenológica, de su teoría. conciencia se traduce en una progresión
Una de las características de esta obra que lleva, a fin de cuentas, a la verdad. Mas
es, en efecto, la de estar sembrada de tro- esta historia no está jamás acabada, pues-
zos de ardor teórico que son para algunos to que recomienza sin cesar para cada con-
piezas de antología: entre ellas la famosí- ciencia (cada vida revive a su manera la
sima «dialéctica del amo y del esclavo», Fenomenología del Espíritu) y engrosa
mediante la cual expone Hegel el conflicto con todas las historias que la componen.
interno de cada sujeto entre el deseo de sí La pretensión oficial de esta obra de ser
y el deseo del otro, como la necesidad de toda la historia del mundo, de agotar todas
reconocimiento inherente a cada ser huma- las figuras posibles de la experiencia huma-
no, por la cual cada yo aspira a ser reco- na, no debe ser mal interpretada: es en sus
nocido por el otro tanto como aspira a des- principios en donde radica su universalidad,
truirlo. La historia de la filosofía, sobre todo no en sus figuras particulares.
gracias a la intervención de Kojeve, ha con- Hasta 1806, fecha en que termina el
tribuido a elevar este pasaje del maestro y manuscrito, Hegel no había compuesto
el esclavo a una dimensión universal que más que obras, si no menores, al menos
Hegel no le había concedido sin duda; mas de <guventud». La Fenomenología del Espí-
este ejemplo es sintomático de la forma y ritu es la obra que marca la verdadera
la estructura de la obra, en la que se entre- entrada en el sistema, incluso aunque su
lazan la exposición doctrinal y la referencia forma, su carácter a la vez estructurado y
mundana. Lo que favorece el recurso a este deslabazado, el rigor de sus encadena-
tipo de pasajes más «fácileS>> en la obra, es mientos y la hinchazón barroca de ciertos
seguramente el estatuto que Hegel reserva pasajes hagan de este escrito un produc-
a la experiencia; en un primer tiempo, había to singular por relación a los otros. Si,
pensado llamarla Ciencia de la experien- en el momento de su aparición, la obra
cia de la conciencia. Y efectivamente es la fue reconocida en su justo valor por Goet-
odisea de esta experiencia por la cual se he, ello fue prácticamente una excepción,
forma la conciencia lo que esta obra narra, y hubo que esperar largo tiempo para que
sin olvidar jamás el recurso a las <<VivenciaS>> fuera considerada como la obra mayor del
de la conciencia que la fenomenología hus- filósofo; se prefería el rigor conceptual de
serliana sabrá retomar más tarde. la --* Enciclopedia o las diversas --* Lec-
La estructura por la cual la conciencia ciones que fueron publicadas siguiendo
progresa en la historia y en su historia es sus cursos. En la misma Alemania, aun-
dialéctica: es lo negativo como negación que la reputación de Hegel no hacía más
de la primera afirmación lo que provoca que crecer a lo largo de su carrera que cul-
el primer movimiento. Mientras se perma- minó en 1830 en Berlín, la Fenomeno-
nezca en la identidad formal y abstracta de logía quedó sin embargo subestimada.
la falsa conciencia de sí, en el simple <<yo Globalmente, la obra entera de Hegel
= yo», no habrá comienzo. La historia tardaría en ser conocida en Francia por
empieza con la negatividad que, junto con razones que no son sólo técnicas (ausencia
la alteridad, se opone a la conciencia; es el de traducciones y dificultad del lenguaje de
cara-a-cara de la conciencia y de su otro, Hegel), sino ante todo filosóficas: fue por
del sujeto y del objeto lo que constituye el lo que en él había de preparación para la
movimiento de la dialéctica: es negándose futura historia de la filosofía -marxismo,
como se determina y como se adquiere el existencialismo y humanismo cristiano-
propio contenido positivo. Así, la historia por lo que el sistema de Hegel sería intro-
progresa a través de la célebre estructura ducido a posteriori en la vida filosófica fran-
ternaria por la cual el elemento primero es cesa. Víctor Cousin trató de introducir con
negado por su opuesto, para que los dos algunas traducciones y algunas adaptacio-
se reencuentren finalmente superados y nes libres la doctrina hegeliana en el siglo
287 FILOSOFÍA CRISTIANA
XIX, mas no encontró eco suficiente; había tes lo coloca en la hegemonía de la razón
que esperar hasta 1929 y a la obra de Jean y de la ciencia. Platón se opone así a las teo-
Wahl, Le malheur de la conscience dans rías hedonistas -en boga en su época--
la phílosophie de Hegel (La desgracia de de Aristipo de Crrene y de Eudoxo. 8 méto-
la conciencia en la filosofía de Hegel), do del Filebo no tiene menor interés que su
para asistir a la primera introducción seria conclusión: Platón aplica rigurosamente
de esta filosofía, y en concreto a la Feno- su método de la división y el análisis suce-
menología del espíritu; pero aún enton- sim de los elementos constituyentes del obje-
ces el autor no traducía más que algunas to estudiado. Se encuentran así en el File-
páginas en apoyo de su tesis. La primera bo muy bellos análisis psicológicos y morales
traducción francesa, debida a Jean Hyp- sobre el placer y la sabiduría.
polite, aparecerá en 1939-1941, y dará
testimonio, después de la obra de Jean Edición: Filebo (tr. M.• A. Durán), en Pla-
Wahl, del interés creciente por el pensa- tón, Diálogos, vol. VI, Gredos 1992.
Estudios:, V. Brochard, «La morale de Pla-
miento de Hegel, del que el seminario ton», en Etudes de philosophie ancienne
impartido por Alexandre Kojeve de 1933 et de philosophie moderne, Vrin, 1974; W.
a 1939 se hizo también eco: en él se D. Ross, La teoría de las ideas de Platón
comentaba esencialmente la Fenomeno- (tr. J. L. Arias), Cátedra, 1989.
logía imprimiéndole una cierta interpreta-
ción que debía marcar duraderamente el
paisaje filosófico francés de la postguerra.
Su-> Introducción a la lectura de Hegel, FILOSOFÍA COMO CIENCIA RIGU-
que apareció en 194 7, reúne la suma de ROSA, Philosophie als strenge Wis-
ese trabajo. Pero hasta 1991 --o sea, senschaft, 1911.
medio siglo después de la primera- no EDMUND HUSSERL, 1859-1938.
se realizó una segunda traducción de la obra
por mano de Jean-Pierre Lefebvre. En este artículo refuta Husserl al natu-
ralismo científico y al historicismo de Dil-
Edición: Fenomenología del Espíritu (tr. they. El autor defiende la necesidad de
W. Roces), México, Fondo de Cultura Eco- una filosofía que, como la ciencia, tenga
nómica, 1966. por objeto la validez objetiva.
Estudios: A. Kojéve, A. Kojéve, Introduc- Este texto restituye la idea original (y
ción a la lectura de Hegel, 3 vols., Bue-
nos Aires, 1971-1972; G. R. G. Mure, La por tanto platónica) de la filosofía y maní-
filosofía de Hegel (tr. A. Brotons), Cátedra, fiesta el interés creciente de Husserl por
1988; H. G. Gadamer, La dialéctica de la objetividad, en una perspectiva inten-
Hegel (tr. M. Garrido), Cátedra, 1988; cional precursora de las -+ Ideas relati-
J. Hyppolite, Génesis y estructura de la vas l.
fenomenología del espíritu de Hegel, Penín-
sula, 1974; J. M." Ripalda, Comentario a
la filosofía del espíritu de Hegel, UNED/ Edición: La filosofía como ciencia riguro-
Fondo de Cultura Económica, 1993. sa (tr. J. Pereira), Ed. Magisterio Español,
1980.
Estudio: Q. Lauer, Phénoménologie de
Husserl. Essai sur la genése de l'inten-
tionnalité, P.U.F., 1955.
ALEBO, o Del placer, <l>iA.r¡l3o¡;, 1'1 ITEpi
T¡oov'f'\¡;, o hacia 350 a.C.
PLATóN, 428/427-348/347 a.C.
Diálogo (probablemente uno de los últi- ALOSOFÍA CRISTIANA, Philosophia
mos de Platón). Christiana, 1671.
AMBROSIUS VICfOR, 1621-1695.
La cuestión del Fi/ebo es la del Bien
supremo: ¿reside éste en el placer o en la Este tratado de teología es una reedi-
sabiduría? Sin rechazar el primero, Sócra- ción y una refundición de tres obras ante-
FILOSOFÍA DE LA CULTURA 288
riores: Sanctus Augustinus de existen- dad». El fin que persigue aquí Simmel
tia et de veritate dei (1653), De Anima es desgajar, a través de los comporta-
(1656), De Philosophia morali (1658). mientos propios de la vida moderna, las
A través de esta obra, antes incluso que formas del conflicto que sólo el arte o la
las ediciones de Descartes publicadas por religión permiten tal vez, superar (2. o vol.).
Clerselier, fue divulgado por primera vez el El estilo de vida impuesto por las gran-
cartesianismo. Comentario de textos toma- des metrópolis despersonaliza al indivi-
dos de aquí y de allá en la obra de San Agus- duo y engendra al mismo tiempo en él el
tín, esta suma filosófica es un chocante violento deseo de distinguirse; intelec-
mosaico y deja creer a veces que Agustín tualiza la vida pero provoca la indiferen-
había sostenido al pie de la letra teorias que cia. Esta vida regulada por el tiempo de
en realidad son teorías cartesianas. Es la los relojes, donde toda relación humana
física, una física sin formas sustanciales y es superficial, donde la libertad es muy
compatible con la teología agustiniana, más grande y el conformismo profundo, no
que la filosofía de Descartes lo que es defen- deja de tener un alma o un aura que
dido aquí. La filosofía sigue siendo el cono- sobrepasa ampliamente su existencia
cimiento y el amor de Dios. material.
Al ser la teoría del cuerpo-máquina y Esta selección de escritos articulados
la de los animales-máquina desarrollada en tomo a la temática simmeliana del indi-
en esta obra una pieza esencial del siste- viduo moderno constituye una buena intro-
ma de Descartes, la Philosophia chris- ducción a la obra del filósofo.
tiana gozó de gran predicamento entre
los cartesianos, hasta el punto de que el Edición: Sobre la aventura. Ensayos filo-
poder real llegó a confundir cartesianis- sóficos (tr. G. Muñoz y S. Mas), Península,
mo y agustinismo en su persecución del 1988.
Estudios: J. Lechte, 50 pensadores con-
jansenismo. temporáneos esenciales (tr. M.• L. Rodrí-
Esta obra que, por antiaristotelismo, guez Tapia), Cátedra, 1996: F. Léger, La
adopta ciertas tesis de la filosofía carte- pensée de Georg Simmel: contribution a
siana, jugó un importante papel en la his- /'histoire des idées au début du XX siécle,
toria de la enseñanza de la filosofía y en Kimé, 1989.
la de la teología positiva en Francia.
Edición: Philosophia christiana, París,
1671. FILOSOFÍA DE LA ILUSTRACIÓN
Estudio: H. Gouhier, Cartésianisme et (LA), Die Philosophie der Aufk/arung,
augustinisme au XVII siécle, Vrin, 1978.
1932.
ERNST CASSIRER, 1874-1945.
llama su «energía interna». La filosofía y de nuestra mirada ante ella, el autor exa-
de la Ilustración es la última obra publi- mina el papel que juega la imagen en
cada por Cassirer en Alemania, antes dominios tan diferentes como la geo-
de su exilio por el advenimiento de Hitler. morfia, la medicina, la estética y la socio-
El tema del libro no carece por lo demás logía. Dagognet distingue netamente entre
de relaciones con la situación histórica la imagen supuestamente <<objetiva•• que
-el surgimiento de una nueva barbarie nos suministran los medios de comuni-
oscurantista-, lo cual hace decir a Pie- cación, y la imagen <<subjetiva», la nues-
rre Quillet, traductor francés de la obra, tra propia, que nos ve mejor a nosotros
que <<Cassirer es un Ilustrado». Su libro mismos de lo que nos ve la exterior.
ha quedado como referencia indiscutible
sobre el tema. Edición: Philosophie de l'image, Vrin,
1984.
Edición: La filosofía de la Ilustración (tr. Estudio: G, Deleuze, Cinéma, 2 vols., col.
E. Imaz), Fondo de Cultura Económica, <<Critique», Ed. de Minuit, 1985.
1993.
Estudios: Cassirer, n.o especial de la Reuue
Internationale de Philosophie, 10, fase. 4,
1974; P. Quillet, presentación del texto en
la edición francesa (La philosophie des ALOSOFÍA DE LA LIBERTAD (LA),
Lumieres, Agora, 1986). La philosophie de la liberté, 1848 y
1849.
CHARLES SECRÉTAN, 1815-1895.
NO>>. Esta última está a la base de un supe- costumbres: «Mi objetivo es probar que
rracionalismo que determina las propie- debemos esforzamos por cambiar nues-
dades de un superobjeto, •resultado» de tras costumbres si queremos conservar el
una objetividad que no retiene del obje- gobierno adoptado.» Sade se aplica ante
to más que aquello que ella no ha criti- todo a demostrar que «el teísmo no con-
cado (el átomo, definido como la suma viene en modo alguno a un gobierno repu-
de las criticas sucesivas a las que fue some- blicano». La existencia de Dios es «una
tida su imagen primera, es un ejemplo en quimera»; «es preciso haber perdido el
la microfísica contemporánea). sentido para creer>>. La religión natural no
sirve para comprender la naturaleza:
Edición: La filosofía del no (rr. N. Fioreto), «¿Esclarece algo vuestra quimera deifica?
Buenos Aires, Amorrortu, 1973.
Estudio: C. Canguilhem, •Dialectique et phi- [... ) Y ¿cómo quéreis que yo admita, como
losqphie du Non chez Gaston Bachelard», causa de algo que yo no comprendo, una
en Etudes d 'histoire et de philosophie des cosa que comprendo todavía menos?» La
sciences, Vrin, 1983. crítica de la religión revelada no recula
ante ninguna blasfemia: «Como el hom-
bre jode, ha querido que Dios joda igual-
mente[ ... ) En el seno de una puta judía,
ALOSOÁA DEL VALOR (lA), La phi- en un establo de cerdos ¡es donde se anun-
losophie de la valeur, 1952. cia el Dios que viene a salvar la tierra!»
RAYMOND RUYER, 1902-1987. ¿De qué leyes tiene necesidad la repú-
blica? Sade empieza por observar que «no
Conocida por el público gracias al hay nada verdaderamente criminal más
movimiento romántico y a Nietzsche, la que lo que reprueba la ley; porque lo que
noción de valor existe de hecho desde el la naturaleza nos inspira, al dictamos por
siglo XVIII. Ha tomado el lugar del Bien, igual vicios y virtudes en razón de nuestra
del Soberano Bien y de la Perfección. organización, o más filosóficamente aún,
Apoyándose en las obras •<de una muche- en razón de la necesidad que ella tiene de
dumbre de espíritus distinguidoS>>, Ruyer los unos y las otras, devendría una medi-
examina primeramente las diversas ca- da demasiado incierta para regular con
racterísticas del valor y de los valores, para precisión lo que está bien y lo que está
exponer y clasificar a continuación las mal•. El autor pasa acto seguido a demo-
diversas teorias del valor. ler el antiguo edificio moral, que se apo-
yaba en la santa trinidad de los deberes:
Edición: La philosophie de la valeur, hacia Dios, hacia el otro, hacia uno mis-
Armand Collin, 1952.
Estudio: J. Parain-Vial, Dictíonnaire des mo. Porfía por un arsenal jurídico redu-
philosophes, P.U.F., 1984. cido al mínimo. Ni la calumnia, ni el robo,
ni los delitos de libertinaje (prostitución,
adulterio, incesto, violación, sodomía ... ) y
asesinato deberían ser legítimamente cas-
ALOSOÁA EN EL ccBOUOOIR» (lA), tigados. Por el contrario, ¡la legislación
La philosophie dans le boudoir, 1795. debería alentarlos!
SADE (Donatien Alphonse Fram;;ois, mar- Uno se queda pasmado ante la orgía
qués de), 1740-1814. (hay que decirlo) de razonamientos filosó-
ficos movilizados para establecer estas con-
Este texto es conocido sobre todo por clusiones. Mas sería un error suponer que
el panfleto del quinto diálogo: •France- el interés de tales discursos reside sólo en
ses, un esfuerzo más, sí queréis ser repu- su carácter pintoresco. Sade coloca a su
blicanos» (estamos en los estertores de la siglo frente a problemas, y a veces ante con-
Revolución). Según Sade, un nuevo tradicciones, formidables. Baste pensar en
gobierno exige que la revolución sea el uso inmoderado que las Luces hicieron
extendida a la religión, a las leyes y a las de la idea de Naturaleza.
.------------------- -- --
Edición: La filosofía en el «boudoir>• (tr. A. deja reducir a conceptos, sino que debe
García Calvo), Ruedo Ibérico, 1975. expresar las voluntades contradictorias e
Estudio: J. Deprun, «Sade et le rationalisme instintivas del hombre: el conocimiento y
des Lumieres», en Raison présente, avril/juin
1980. la vida. El «genio del pueblo griego» ha
residido en ligar sus interrogaciones sobre
la Naturaleza con su manera de abordar
la vida. El origen del «espíritu filosófico»
ALOSOÁA EN lA EDAD MEDIA (lA), se descubre en los presocráticos y los trá-
La philosophie au Moyen Age, 1922. gicos griegos: «Lo que aprendían, que-
ÉTIENNE GILSON, 1884-1978. rían vivirlo a continuación.» Comentando
los textos de Tales, Heráclito o Anaxi-
En esta obra didáctica estudia Gilson la mandro, estima Nietzsche que todos expre-
evolución de la filosofía, desde los Padres de san la realidad del mundo, su actividad
la Iglesia hasta el siglo XN. En ella encuen- intensa, su eterno devenir. A la inversa,
tran lugar tanto los diferentes sistemas es- Platón constituye «el primer gran híbrido»
peculativos como los pensamientos místicos. porque reúne y sistematiza los pensa-
Sin embargo, el proyecto de Gilson no mientos de sus predecesores; con él
se circunscribe a lo meramente histórico: comienza la decadencia de la filosofía.
la filosofía de la Edad Media se inscribe en Escrita en 1873, esta obra desarrolla
un contexto cultural e intelectual preciso
explícitamente los temas abordados en
que ha de tenerse en cuenta para com- - • El origen de la tragedia (1872). Sin
prender las múltiples corrientes de pen-
embargo, el pensamiento del autor ya ha
samiento de la época. Finalmente Gilson
evolucionado, concretamente en lo que
propone su propia tesis: la filosofía medie-
toca a Sócrates: considerado como el tipo
val comienza al principio de nuestra era y
mismo del héroe en 1872, aquí no es
no únicamente en la Edad Media propia-
ya más que un «plebeyo inculto», incluso
mente dicha. Se constituye en efecto en el
aunque pese a todo siga siendo «el último
encuentro de la religión cristiana con el
sabio»; en sus obras posteriores (-• El cre-
pensamiento helénico, y el fin persegui-
púsculo de los ídolos, 1889), Nietzsche
do por los Padres de la Iglesia es el de con-
lo estigmatizará como el primer decadente
ciliar la fe con la filosofía.
Independientemente del punto de vis- de la historia de la filosofía.
ta de Gilson, La filosofía en la Edad Edición: La filosofía en la época trágica
Media sigue siendo hoy día una obra de los griegos (tr. P. Simón), en Obras com-
magistral de historia de la filosofía. pletas, t. 1, Buenos Aires, Ediciones Presti-
gio, 1970.
Edición: La filosofía en la Edad Media Estudio: E. Fink, La filosofía de Nietzsche
(tr. A. Pacios y S. Caballero), Gr~dos, 1995. (tr. A. Sánchez Pascual), Alianza, 1994.
Estudio: Mélanges offerts ó Etienne Gil-
son, Vrin, 1959.
Cavaillés: la preocupación histórica del autor vida moral y su relación con la filosofía
está atemperada por una reflexión sobre la en tanto que tal.
esencia de las matemáticas y su devenir; a
través de la historia problemática del naci- Edición: Philosophie mora/e, Vrin, 1981.
miento, el desarrollo y la crisis de la teoría Estudio: G. Kirscher, Figures de la violen-
ce et de /g modernité: essais sur la philo-
de conjuntos, nos ofrece Cavaillés un ejem- sophie d'Eric Weil, Presses universitaires de
plo particularmente rico en •<inflexiones ines- Lille, 1992.
peradas del devenir matemático».
A continuación de este primer trabajo,
y a modo de ilustración, aparece publica-
da la correspondencia mantenida por Can- FILOSOFÍA Y FILOSOFÍA ESPON-
tor y Dedekind entre 1872 y 1899, que TÁNEA DE LOS CIENTÍFICOS.
Cavaillés tradujo junto con la matemáti- LOUIS ALTHUSSER.
ca alemana Emmy Noether y que publi- Véase CURSO DE FILOSOFÍA PARA
caron en 1937. CIENTÍFICOS.
El tercer estudio, Transfinito y conti-
nuo, completa la historia de la teoría de
conjuntos comentando un teorema de
Godel de 1939. FILOSOFÍA Y RELIGIÓN, Philosophie
und Religion, 1804.
Edición: Philosophie mathématique, Her- FRIEDRlCH WILHELM JOSEPH VON SCHE-
mann, 1971.
Estudios: J. Lechte, 50 pensadores con- lliNG, 1775-1854.
temporáneos esenciales (tr. M.• L. Rodrí-
guez Tapia), Cátedra, 1996; G. Ferrieres, Dirigido contra Adolph C. A Eschen-
Jean Cavaillés, un philosophe dans la gue- mayer, este ensayo responde al proble-
rre, Le Seuil, 1982.
ma de la creación. Schelling recurre a los
principios platónicos para explicar el ori-
gen del mundo como una caída de las
Ideas que se engendran a partir de lo
FILOSOFÍA MORAL, Philosophie
Absoluto. La libertad reside en la posibi-
mora/e, 1961.
lidad que tienen esas Ideas de ser inde-
Éruc WEIL, 1904-1977.
pendientes.
Puesto que no existe nada que pueda Edición: Philosophie et Religion.
limitar a la filosofía, y en este sentido ella Estudio: B. Gilson, presentación del texto
es infinita, toda filosofía se ve obligada a en la edición francesa, Vrin, 1988.
justificarse. Para realizarlo extrae de sí mis-
ma y pone al descubierto diversos méto-
dos, al mismo tiempo que da por supues-
tas ciertas condiciones lógicas, históricas FILOSOFÍA ZOOLÓGICA, Philosophie
y sociales. Así es como se construye el mar- zoologique, 1809.
co de una reflexión moral que pretende ser lAMARCK (Jean-Baptiste de Monet, caba-
diferente de la que pueda producir la moral llero de), 1744-1829.
concreta, y que requiere lo universal como
superación de lo particular histórico. ¿Cuál Lamarck expone aquí la primera ten-
es el fin asignado a esta reflexión moral? tativa de elaboración de una teoría siste-
Ante todo, hallar la certeza perdida en la mática de la evolución de los organismos
cotidianidad de la moral concreta, por enci- vivos. El autor se representa la aparición
ma de la cual se eleva esta reflexión. de los primeros seres vivos (infusorios) por
Sobre estas bases analiza Éric Weil el generación espontánea. No olvidemos que
concepto de moral y el contenido de la esta hipótesis permitía, antes de que Pas-
moral, a la vez que se interroga sobre la teur hubiera presentado sus ilustres expe-
.----------------------------------------------------------------------------------
FÍSICA 298
299 FORMACIÓN DEL CONCEPTO DE REFLEJO EN LOS SIGLOS XVII YXVID (LA)
pues enuncia una tesis original que pone prender la génesis de las categorías fun-
en cuestión los fundamentos tradiciona- damentales del pensamiento y la natura-
les de la ética. En efecto, según Scheler, leza de la autoridad. La religión es consi-
es preciso concebir la existencia de valo- derada aquí como un fenómeno social
res objetivos y no únicamente formales. universal que no se define por la creen-
De esta manera se opone a la concepción cia en una trascendencia, sino por la opo-
kantiana de la moral que concede al for- sición entre sagrado y profano. El tote-
malismo de la ley moral el verdadero valor: mismo ve en el totem una fuerza
para Kant sólo cuenta la forma de la máxi- impersonal y anónima exterior al indivi-
ma que determina a la voluntad. Scheler, duo y cuyos símbolos son considerados
que aplica a la moral el método fenome- sagrados. Esta fuerza es la única que
nológico, sostiene que existe una obje- sobrepasa a los individuos, mas es de
tividad del valor que está fundada y es hecho la sociedad misma la que expre-
aprehendida por la emoción ~iendo ese sa así indirectamente su dominio sobre
momento de la aprehensión el verdadero ellos.
momento ético-.
Scheler abre así nuevas perspectivas a Edición: Las formas elementales de la vida
la moral afirmando que los valores pue- religiosa (tr. S. González Noriega), Alian-
za, 1993.
den ser objeto de una intuición inmedia- Estudios: R. Aron, Las etapas del pensa-
ta que se nos ofrecerla por la inatendida miento sociológico (tr. A. Leal), vol. 11, Bue-
vía de la emoción. nos Aires, Siglo Veinte, 1970; J. A. Prades,
Persistance et métaphore du sacré: actua·
Edición: Ética. Nuevo ensayo de funda- liser Durkheím, col. «Sociologie d'aujour'·
mentación de un personalismo ético (tr. H. hui••, P.U.F., 1987.
Rodríguez Sanz), 2 vols., Revista de Occi-
dente, 1941-1942.
Estudios: J. Ferrater Mora, Diccionario de
filosofía, Alianza, 1990; H. Buczynska-Gare-
wicz, La phénoménologie du sentiment de FRAGMENTOS
Max Scheler, Wroclaw, 1975. ANAxÁGORAS DE CU\ZÓMENAS, hacia 500-
hacia 428 a.C.
y la razón (que forman una sola cosa) y por FRAGMENTOS ALOSÓFICOS, Frag-
tanto liberarse de las pasiones (apathia) y ments philosophiques, 1826.
permanecer dueño de sí mismo (ataraxia). VICTOR COUSIN,1792-1867.
Al conformarse a la naturaleza, el hombre
alcanza su felicidad en la unidad reencon- Esta obra refleja la fusión de las diver-
trada. sas influencias ejercidas sobre Víctor Cou-
sin. Desconocida, la obra representa sin
Edición: H. von Arnim, Stoicorum Vete· embargo lo esencial de su doctrina filo-
rum Fragmenta, vol. 1, Teubner, Stuttgart, sófica (mejor que su curso sobre lo ver-
1964. dadero, lo bello y el bien, frecuentemente
Estudio: A. Jagu, Zénon de Citium: son
róle dans l'établissement de la mora/e stoi·· citado). En la segunda edición (1833), el
cienne, Vrin, 1946. autor rinde homenaje a Pierre Laromi-
guiere y a Maine de Biran.
Edición:Fragmentos filosóficos (tr. A. Can-
clini), Arg~?ntina, Aurora, 1956.
FRAGMENTOS Estudio: E. Bréhier, Historia de la filoso-
ZENóN DE ELEA, s. v a.C. fía (tr. J. A. Pérez Millán y M.• D. Morán),
Tecnos, 1988, pp. 283-331.
Los fragmentos de un tratado de Zenón,
De la naturaleza, citados por Simplicio no
son suficientes para establecer la aporta- FUERZA Y MATERIA, Kraft und Stoff,
ción del filósofo, tal como la tradición la ha 1855.
mantenido. El testimonio de Aristóteles, LUDWIG BüCHNER, 1824-1899.
que nos ha dado a conocer las famosas
paradojas, es aquí decisivo, aunque no es El monismo de esta obra puede ser resu-
siempre fácil distinguir en él lo que verda- mido en esta fórmula: «La fuerza y la mate-
deramente es de Zenón. Se conocen los ria son fundamentalmente la misma cosa,
argumentos de la flecha, de Aquiles, del considerada desde dos puntos de vista dife-
estadio ... A fin de defender a Parménides rentes.>> La materia es eterna e increada. El
de los ataques de que era objeto, y de refu- hombre es un aspecto de la naturaleza, y
tar el discontinuismo pitagórico, Zenón su conciencia es «un modo específico del
de Elea reflexiona sobre lo infinito, o lo ili- movimiento natural>>. 8 libro de Büchner
mitado: tal es lo uno, divisible al infinito; se obtuvo un gran éxito e influyó poderosa-
lo puede en efecto dividir indefinidamente mente en el desarrollo del materialismo.
en dos (dicotomía). Mas la divisibilidad del
uno implica la existencia de los términos de Edición: Force et matiere, Costes, 1929.
la división, ellos mismos indivisibles (áto- Estudio: O. Bloch, Le Matérialisme, col.
mos). Ello condujo a la apertura a nuevas •Que sais-je?•, P.U.F., 1985, cap. 11, 4.
soluciones de las dificultades del pensa-
miento eleático, soluciones exploradas prin-
cipalmente por la escuela de Abdera. Hnal-
mente, es preciso mencionar que se atribuye FUNCIÓN DE lA RAZÓN (lA), The
a Zenón la invención de la dialéctica, arte function of reason, 1929.
de refutar a un interlocutor partiendo de AuREo NüRTH WHITEHEAD, 1861-194 7.
sus propias premisas.
Según Whitehead, la razón se mueve
Edición: G. S. Kirk y J. E. Raven, Los filó- en dos direcciones: una hacia la espe-
sofos presocráticos (tr. J. García Fernán- culación, la otra hacia la acción; estas
dez), Gredos, 1969. dos direcciones están simbolizadas por
Estudios: J. Bames, Los presocráticos (tr. las figuras griegas de Platón y Ulises.
E. Martín}, Cátedra, 1992; M. Caveing,
Zénon d'Eiée, prolégomenes aux doctri- Si la función esencial de la razón es de
nes du continu, CNRS, Vrin, 1982. orden biológico, a saber, la adaptación
1
FUNCIONES MENTALES EN LAS SOCIEDADES INFERIORES (LAS) 310
ca de Karl Marx. Desde 1843, Marx estu- nes más importantes de la epistemología de
diaba y criticaba los trabajos de Proud- la física. Si el Camap del Círculo de Viena
hon y de Ricardo. La crisis económica ha debido aligerar considerablemente su
de 185 7 fue lo que lo decidió a ordenar posición para dar cuenta del lado •<teórico•
sus ideas sobre la cuestión económica, de la ciencia, sus análisis no quedan por ello
en el centro de la cual situó su teoría de menos marcados por el empirismo, el induc-
la plusvalía. Emprendió entonces la tarea tivismo y la importancia concedida al len-
de criticar las categorías económicas sur- guaje. Su distinción entre leyes empíricas
gidas del sistema burgués, dividiendo su (que se refieren a los observables) y leyes
trabajo en seis apartados: 1 el capital; 2 teóricas (que tratan de los no-observables)
la propiedad de los hacendados; 3 el tra- es una buena Uustración de su actitud.
bajo asalariado; 4 el Estado; 5 el comer-
cio internacional; 6 el mercado mundial. Edición: Fundamentación lógica de la físi-
Estos cuadernos de 1857-1858 reú- ca (tr. N. Míguez), Sudamericana, 1969.
Estudio: R. Carnap, Autobiografía inte-
nen los textos de Marx relativos a la rela- lectual (tr. C. Castells), Paidós, 1992.
ción de la producción con la distribución,
el intercambio, el consumo y el dinero.
La cuestión importante que aquí se plan-
tea es la siguiente: «¿es posible cambiar FUNDAMENTOS LÓGICOS DE LAS
las relaciones de producción y de distri- CIENCIAS EXACTAS (LOS), Die logis-
bución transformando el instrumento y la chen Grundlagen der exakten Wis-
organización de la circulación?». senschaften, 1910.
PAUL NATORP, 1854-1924.
Edición: Los fundamentos de la crítica de
la economía política, A. Corazón, 1972. Contra Frege y Dedekind, que consi-
Estudio: R. Dangeville, prefacio de Fonde- deran a la matemática como una división
ments de la critique de l'économie politique
(tr. R. Dangeville), col. 10/18, U.G.E., 1968. de la lógica, Natorp señala que las mate-
máticas no son la ciencia de la lógica.
La confusión entre lógica y matemática
viene de haber olvidado desde hace tiem-
FUNDAMENTOS FILOSÓFICOS DE po la síntesis a priori. Natorp deduce las
LA ÁSICA, Philosophical Foundations leyes de su desarrollo a partir de las cate-
of Physics, 1966. gorías.
RUDOlF CARNAP, 1891-1970.
Edición: Die logischen Grund/agen der
exakten Wissenschaften, Berlín, 1910.
Este libro, surgido de un seminario impar- Estudio: J. Vuillemin, L'héritage kantien
tido en la universidad de California a finales et la révolution copernicienne, P.U.F.,
de los años cincuenta, aborda las cuestio- 1954.
G
GÁTHÁ (LOS), (HIMNOS) da en «el espacio bienaventurado de la lUZ>>
ZOROASTRO o ZARATUSTRA, hacia 660- y la fusión con Dios.
hacia 583 a.C. Puede verse aqui que, desde el siglo VII
antes de Cristo, la idea de paraíso para
Aforismos y preceptos metafísico-reli- los elegidos -aquellos que han manifes-
giosos cuya fecha es incierta. tado su devoción a Dios y han merecido
Estos textos -atribuidos a Zoroastro, sus bendiciones- está ya presente. Este
cuya existencia ha devenido mítica- cons- concepto de un Dios único que posee los
tituyen una serie de cantos en prosa rima- atributos de justicia y de espíritu santo
da, que a veces son invocaciones, otras es la primera de las originalidades del sis-
veces máximas y parábolas, y que hun- tema de Zoroastro, en reacción contra el
den sus raíces en la tradición védica. Los politeísmo entonces dominante. La sabi-
Gathdson la parte más antigua de El Aues- duría consiste en actuar de acuerdo con
ta, la «biblia» del «mazdeísmo», corriente el orden del mundo que es el bien origi-
filosófica y religiosa iniciada por Zoroas- nal, inútilmente perturbado por la influen-
tro. cia de las potencias negativas. Conside-
Más que una religión -la del culto de rado a la vez como profecía y reforma
Ahura Mazda, dios úrúco, creador de todas religiosa, el pensamiento de Zoroastro es
las cosas, que representa la luz del uni- también una filosofía, en el sentido de que
verso y el bien absoluto-, es una visión su visión, en tanto que búsqueda de pri-
nueva del mundo lo que propone Zoroas- meras causas y de primeros principios,
tro. Una visión dualista en la que las fuer- es un sistema metafísico.
zas del mal se oponen a las potencias posi- Es sabido que su doctrina se extendió
tivas, a las entidades divinas que Mazdá ampliamente en Irán -hasta el punto de
ha hecho garantes del orden universal. convertirse por un tiempo en la religión
Siendo el bien y el mallos principios anta- oficial-, y luego en la India. Platón y Aris-
gonistas consustanciales al mundo, el hom- tóteles tuvieron conocimiento de ella.
bre se encuentra situado frente a una elec- Mani, el fundador del maniqueísmo, tomó
ción decisiva ante la perspectiva del muchas cosas de la metafísica de loro-
apocalipsis que predice Zoroastro. Porque astro. Pero hubo que esperar hasta el siglo
el papel del hombre es activo: elegir el bien, xvm para que el Occidente se interesara
la conducta justa, es contribuir al triunfo por las creencias del mazdeísmo, que Vol-
de las fuerzas del bien sobre las del mal y, taire califica de «palabrería». En el siglo
al final, verse recompensado por la entra- XIX, Nietzsche inmortalizará al personaje
[315)
GAYA CIENCIA (LA) 316
mítico de Zoroastro, aunque sin retomar que fue desterrado para siempre de nues-
su doctrina. tra cultura.
El cuarto libro, Sanctus Januarius, se
Edición: Zoroastre, G. P. Maisonneuve, abre con motivo del •<año nuevCI!• y la «Pro-
1948. videncia personal» que permite la «fe en sí
Estudio: J. Varenne, Zarathustra et la tra-
dition mazdéenne, col. «Maítres spirituels», mismo». También nos habla Nietzsche de
Le Seuil, 1977. las •caltas tonalidades del alma», que él sien-
te, y del <delirio de los contemplativoS>•, que
él conoce. Asimismo se ocupa de la felici-
dad y del •dominio de sí», de la •<Sabiduría en
GAYA CIENCIA (l.A), Die frohliche Wis- el doloP•, y finalmente de la «grandeza».
senschajt, "la gaya scienza", 1833 y El quinto libro, Nosotros los intrépi-
1887. dos, se eleva aún más de tono hasta alcan-
FRIEDRICH WILHELM NIETZSCHE, 1844- zar, si no la petulancia, al menos una cre-
1900. encia original en la trascendencia, con un
piedad particular y, sobre todo, un «gran
Cinco libros con un prólogo, «Burla, punto de interrogación»: «El último térmi-
astucia y venganza», y, con un apéndi- no seria el nihilismo; mas ¿no seria igual-
ce, las •<Canciones del príncipe Ubre como mente el primero ... el nihilismo?» Las fluc-
un PájarCI!•, retoman, según un flujo y reflu- tuaciones del pensamiento o las contiendas
jo propio del autor, los principales temas del espíritu nos remiten a problemas rela-
de Nietzsche. tivos al origen: el de los sabios, pero tam-
El primer libro discute sobre el «fin de bién el de las religiones, y el de la noción
la existencia» con sus «doctores» y de lo misma de conocimiento. Uno se pierde
que es «noble» y wil», frente a los «debe- entonces en un «nuevo infinito».
res absolutos». Pero, más allá de la «con-
ciencia intelectual» y de la «conciencia» a Edición: La Gaya Ciencia (tr. G. Crego),
secas, se plantea además el problema Akal, 1987.
de los «fines de la ciencia». Nietzsche pro- Estudio: G. Deleuze, Nietzsche y la filoso-
cede a un análisis de los sentimientos «de fía, Anagrama, 1994.
potencia», de «orgullo antiguo», de dis-
tinción, y también a un análisis de pasio-
nes tales como la generosidad, la noble-
za y el sufrimiento. GENEALOGfA DE LA MORAL (LA):
El segundo libro pone en primer pla- una obra polémica, Zur Genealogie der
no de la escena la realidad de la crea- Moral: ein Streitschrift, 1887.
ción de los artistas y aproxima «arte y FRJEDRICH W!LHELM NIETZSCHE, 1844-
naturaleza», como lo hacían los griegos, 1900.
a los que se referirá con frecuencia res-
petuosamente. Se pone en cuestión la Compuesta de tres disertaciones, esta
sastidad o la maternidad de las mujeres. obra indica la voluntad de volver a las fuen-
Etica y estética son confrontadas a tra- tes, al origen, al nacimiento de los valores
vés del ejemplo de los músicos y los filó- morales (el bien y el mal), a fin de seña-
logos. lar la inversión que han sufrido bajo la
El tercer libro se aventura en el inmen- influencia tenaz y soterrada de la astucia
so dominio del conocimiento que es •más de los débiles. Esta génesis es hipotética
que un medio», sumergiendo al lector en y no histórica: el origen no se confunde
su «origen» y en el origen de la lógica, con el comienzo. Además, esta genealo-
pero también en sus efectos patéticos («el gía es crítica, no en un sentido reactivo,
lamento del cognoscente»). De ahí que el sino más bien en el elemento de afirma-
«pecado» no quede lejos, y Nietzsche hace ción en que se mueve el pensamiento de
un elogio del politeísmo bien inspirado Nietzsche. Por último, esta genealogía
317 GENEALOGÍA DE LA MORAL (LA)
Estudio: M. Foucault, introducción a la edi- enseñar- se basa en una teoria del cono-
ción citada. cimiento. Al no estar acabada la natura-
leza humana en el momento del naci-
miento, las escuelas son los «talleres de
humanidad», que incluyen a la pedago-
GRAN COSMOLOGÍA, Mé~ <iuiKoo- gía concebida como un arte, como una
¡.w~. intervención hábil del hombre para dar
l..EUCIPO, siglo V a.C. paso al juego de fuerzas naturales, sin olvi-
dar que el fin de la humanidad se sitúa fue-
De esta obra, que Teofrasto atribuye ra de la vida terrestre. Con este objetivo,
a Leucipo (mas otros a Demócrito) no nadie puede ser excluido: gentes de alto
queda prácticamente nada, salvo algu- rango y gentes del pueblo, doncellas o
nos restos dispersos. Como ocurre fre- muchachos, dotados o deficientes, todos
cuentemente con los presocráticos, Leu- deben ser educados. •Omnes, omnia, omni-
cipo es mejor conocido por sus no", reza La gran didáctica: todos deben
comentaristas. participar en la educación, todos deben ser
Los escritos de Leucipo fundan el ato- instruidos en todo lo que es necesario
mismo materialista antiguo, desarrollado para devenir hombres, la educación debe
por Demócrito, y más tarde por Epicuro moldear al hombre entero en todos sus
y Lucrecio. La doctrina atomista repre- componentes.
senta un intento de superar las dificulta- El tratado, redactado en checo en los
des planteadas por el eleatismo (Parmé-
años 1627 a 1632 aunque publicado en
nides); su génesis es más conceptual y
latín, debe ser ubicado en el cuadro del
racional que fundada sobre la observación
aristotelismo barroco de Comenius, pero
de los fenómenos. La principal originali-
también en el cuadro de la Reforma emer-
dad de Leucipo parece haber consistido
gente. Esta doble influencia produjo una
en la introducción del vacío para conce-
obra de gran originalidad cuyas propues-
bir el universo. En el seno de este vacío,
tas prácticas son de un modernismo sor-
que es un no-ser, transitan los átomos
prendente.
absolutamente plenos, y sus movimien-
tos y combinaciones dan cuenta de la tota- Edición: Didáctica magna (tr. S. López
lidad de lo observable. Peces), Akal, 1986.
La fuerza de la intuición de Leucipo Estudio: J. Prévot, L'Utopie educative,
reside en la idea de que lo visible debe ser Comenius, Belin, 1981.
explicado por lo invisible despojado de
toda cualidad sensible. (Véase el artículo
sobre los --+Fragmentos de Demócrito.)
GRAVEDAD Y LA GRACIA (LA), La
Edición: Los filósofos presocráticos, vol. pesanteuret la grace, 1947.
Ill (tr. A. Poratti, C. Eggers Lan y otros), Gre- S!MONE WEIL, 1909-1943.
das, 1980.
Estudio: J. Bames, Los presocráticos (tr.
E. Martín), Cátedra, 1992. Colección de textos políticos, filosófi-
cos y religiosos, el libro está marcado por
el misticismo cristiano de Simone Weil y
su interés por el pensamiento griego. La
GRAN DIDÁCTICA (LA), Didáctica autora desarrolla en él su concepción del
magna, 1657. hombre y de sus deberes, sus pecados,
CoMENIUS (Jan Amos Komensky), 1592- sus ilusiones. Para su salvación preconi-
1670. za una ascetismo y privación totales, úni-
co camino de la verdad y del bien.
Este tratado de filosofía de la educa- Obra póstuma, compuesta de extrac-
ción -<<didáctica» significa aquí arte de tos de los once primeros cuadernos de
GUERRA YLAPAZ(LA) 322
Weil y reunidos por Gustave Thibon, estas la guerra transformada, y Proudhon tenía
reflexiones no dejan de conservar por ello la íntima convicción de que esta revolu-
una gran unidad: el hombre es sufrimiento ción estaba ya en marcha y que la paz sería
(opresión marxista) e ignorancia (caverna «la obra del siglo XIX».
platónica), mas es también amor divino
desgarrado entre «la gravedad y la gracia»: Edición: La Guerre et la Paix, en Oeuvres
completes de Proudhon, t. VI, Slatkine
Edición: La gravedad y la gracia (tr. C. Orte- 1982. '
ga), Trotta, 1994. Estudio: P .. Bécat, L 'Anarchiste Proudhon,
Nouvelles Editions latines, 1971.
Estudio: M. Veto, La métaphysique re/i-
gieuse de Simone Weil, Vrin, 1971.
[325]
HJMNOAZEUS 326
quinto volumen: El Paso del Noroeste, Deba- la belleza? Es preciso recordar aquí que
te, 1991. para un griego, lo bello no es solamente
Estudios: J. Lechte, 50 pensadores con- un valor estético; la belleza posee una
temporáneos esencia/es (tr. M.• L. Rodrí-
guez Tapia), Cátedra, 1996, pp. 114-119; dimensión moral. Entre lo bello y el bien,
F. Armengaud, Díctíonnaíre des phíloso- el griego no distingue, como nosotros lo
phes, P.U.F., 1984. hacemos, dos universos. ¿Qué es lo bello?
Las definiciones propuestas por Hipias
se distinguen ante todo por su simpleza:
Sócrates se las ve y se las desea para
HIMNOAZEUS hacerle comprender la necesidad de for-
CLEANTES, hacia 312-hacia 232 a.C. mular una definición universal (no se defi-
Poema filosófico. ne lo bello aduciendo un ejemplo parti-
cular: una bella muchacha, o bien el oro).
Este poema es una invocación a la divi- Pero incluso cuando a duras penas ha
nidad omnipotente, providencia ordena- captado la necesidad de elevarse al nivel
dora del universo en la doctrina estoica. de la abstracción, Hipias se extravia en
El tipo de escrito rezuma tanto poesía confusiones. Ni lo útil, ni lo beneficioso,
como discurso especulativo. Aunque per- ni lo agradable se confunden con lo bello.
teneciente al estoicismo antiguo, este tex- No se puede en absoluto definir la belle-
to pone ya claramente en relación la físi- za por referencia a los sentidos de la vis-
ca, la teología y la moral. Es una teodicea, ta o del oído, porque las bellas leyes no
puesto que en él se plantea la cuestión producen ningún placer de esta especie.
del mal y de su posibilidad en un mundo A cada observación crítica de Sócrates,
ordenado por la divinidad. Hipias intenta escaparse manifestando su
Edición: Hymne ó Zeus, en Les Stoi"ciens, indiferencia respecto a la verdad. ¿Le hace
Bibliotheque de la Pléiade, Gallimard, 1962. observar Sócrates que es preciso distin-
Estudio: P.-M. Schuhl, presentación del tex- guir entre lo bello y lo agradable? Hipias
to en la edición citada. contesta que tal vez esa diferencia pase
desapercibida a un interlocutor mediana-
mente atento o exigente. Dicho breve-
mente, como buen sofista, Hipias no cono-
HIPIAS MAYOR, o Sobre lo bello, 'Iut- ce más que una exigencia: la fuerza
mw;, 1í Ilepho~ KO.AOU. persuasiva del discurso, la eficacia, que
PlATóN, 428/427-348/347 a.C. permite no ser contradicho.
Diálogo. El diálogo acaba con una aporía; y el
final presenta un ejemplo muy elaborado
Al poner en escena a Hipias de Elis, de ironía socrática.
es una vez más (con Protágoras o Gor- A su interés propiamente filosófico -en
gias) una figura de pro de la sofística el él se anuncia la problemática de -+ El Ban-
objeto de los ataques de Platón. Pero quete-, el Hipias mayor añade un ver-
mientras que se había cuidado mucho de bo literario poco común. El recurso, por
marcar la dimensión intelectual de los parte de Sócrates, a un tercer personaje
sofistas de Abdera o de Leontium, Pla- que no es otro que su propio doble, per-
tón carga al pobre Hipias con todas las mite a Platón producir efectos cómicos
taras: presuntuoso, pedante, ingenuo, poco habituales.
envuelto permanentemente en un tono
de gran señor y en un soberano despre- Edición: Hipias mayor (tr. J. Calonge), en
cio por la verdad; pero sobre todo, inca- Platón, Diálogos, vol. I, Gredas, 1981.
paz de encontrar el camino de la Idea. Estudios: W. K. C. Guthrie, Historia de la
filosofía griega (tr. A. Vallejo y A. Medí-
El Hipias mayor es por ello más que na), vol. N (cap. N), Gredos, 1990; W. D.
un pretexto para atacar a los sofistas. El Ross, La teoría de las Ideas de Platón (tr.
tema es en efecto importante: ¿qué es J. L. Díaz Arias), Cátedra, 1989.
327 IDSTORIA DE LA LOCURA EN LA ÉPOCA CLÁSICA
escapa a toda medida y justificación por Después, «pedagogización>> del sexo del
parte de la psicología. niño: es la afirmación de que todos los
La Historia de la locura consagra una niños se entregan a una actividad sexual
nueva perspectiva sobre el poder y la polí- indebida, «natural>> y «contra natura>> a la
tica. Foucault presenta a la razón como vez, que debe ser vigilada por la familia,
una de las figuras del poder, que funcio- los educadores, los psicólogos, los médi-
na como un modelo de exclusión y que cos. Y finalmente, la «psiquiatrizacíón•
permite al hombre dominar al hombre. del placer perverso: se ha hecho el aná-
La obra ha tenido también un impacto lisis clínico de las formas de anomalías
práctico: ha contribuido a acelerar la cri- sexuales y se ha buscado producir una
sis del movimiento psiquiátrico y refor- tecnología correctiva. En estas estrate-
zado la posición de los anti-psiquiatras gias, no se trata de controlar o de repri-
como Laing y Cooper. mir la sexualidad, sino, por el contrario,
producir siempre por el contrario más
Edición: Historia de la locura en la época sexo.
clásica, {tr. J. J. Utrilla), 2 vols., México, Fon- En El uso de los placeres, más que
do de Cultura Económica, 1967. hacer un recuento de las prohibiciones
Estudios: H. L. Dreyfus y P. Rabinow,
Michel Foucault: más allá del estructura- que se ocultan o se manifiestan en las exi-
lismo y la hermenéutica {tr. C. de !turbe), gencias de austeridad sexual, estudia Fou-
Universidad Nacional Autónoma de México, cault la manera en que el comportamiento
1988; D. Macey, Las vidas de Michel Fou· sexual ha sido considerado por el pen-
cault (tr. C. Martínez Gimeno), Cátedra, samiento griego clásico, las formas bajo
1995. las cuales ha sido problematizado y deve-
nido objeto de una preocupación moral.
El autor descubre así algunas grandes figu-
ras de la austeridad sexual, que iban a
HISTORIA DE lA SEXUAUDAD, His- hacerse recurrentes en cuatro grandes
toire de la sexualité, 1976-1984. ejes de la experiencia: por relación al cuer-
MICHEL FOUCAULT, 1926-1984. po, junto con la cuestión de la salud; por
relación al otro sexo, con la cuestión de
En el primer tomo de esta historia de la la esposa y de la institución familiar; por
sexualidad, la Voluntad de saber, Foucault relación al propio sexo, con la cuestión
constata de entrada que nosotros hemos de los compañeros que se pueden elegir;
aprendido a leer la sexualidad <<eomo la cró- por relación a los jóvenes y a la verdad.
nica de una represión creciente». ¿Cómo La austeridad recomendada por el pen-
conciliar esta idea del sexo reprimido con samiento griego no se presenta bajo for-
la proliferación, desde finales del siglo XVI, ma de una ley universal a la que cada uno
de los discursos sobre el sexo? deberá someterse, sino como un princi-
Es pasando de alguna manera por pio de estilización de la conducta para
detrás de la hipótesis represiva y de los aquellos que quieren vivir de la manera
hechos de prohibición (o de exclusión), más bella y realizada posible ...
como Foucault se ve conducido a des- En La inquietud de sí analiza Foucault
cubrir los grandes conjuntos estratégicos los textos de los dos primeros siglos de
que, a propósito del sexo, desarrollan nuestra era. Los temas de austeridad, a
dispositivos específicos de saber y de la vez que se refuerzan, experimentan una
poder. Ante todo, «histerización>> del cuer- inflexión dominada por el cuidado o
po de la mujer: proceso por el cual el inquietud de sí. Este arte de sí-mismo afir-
cuerpo de la mujer es analizado como ma la necesidad de someter la actividad
cuerpo saturado de sexualidad, integra- sexual a una forma universal que ligara
do en el campo médico, puesto en comu- a todos los humanos. Este arte concede
nicación con el cuerpo social, con el igualmente valor a todas las prácticas y
espacio familiar y con la vida del niño. ejercicios que ayuden a guardar el con-
HISTORIA DE LOS ANIMALES 330
y de atracción sobre una materia primera torizada por el autor mismo, sin que por
no uniformemente densa. Por la atracción, ello dejara de ejercer una gran influencia,
las masas de materia quedan constituidas en particular sobre sus contradictores, como
allí donde la densidad es más fuerte. Estas Heidegger o Ernst Bloch. Para bien cap-
masas son atraídas por un núcleo central, tar su valor teórico, conviene abordarla sin
pero las fuel7a5 de repulsión alteran su tra- adherirse demasiado estrechamente a los
yecto; se transforman entonces en torbe- debates internos y externos al marxismo.
llinos cuya densidad más fuerte se encuen- Estos ensayos se oponen a la separación
tra en el núcleo central. Las mismas fuerzas -fundamental en toda la historia de la filo-
vuelven a actuar en cada torbellino, y así sofía- del sujeto y el objeto, y a la defini-
se forman los planetas, que son otros tan- ción realista de la verdad como acuerdo de
tos núcleos centrales. La creación del mun- la representación con los objetos exterio-
do no terminará jamás, pues ella progre- res a ella. El concepto principal es el de
sa continuamente por la formación de «reificación>>, que retoma y precisa las ide-
mundos nuevos que poco a poco se enca- as marxianas de alienación y de fetichis-
minan hacia el orden. Finalmente, Kant mo de la mercancía; se define como aque-
aborda la posibilidad de que otros mundos llo que transforma a los seres y las cosas
estén habitados. En efecto, puesto que en res y materializa todo lo que posee el
todos los planetas del Universo han sido estatuto de «pseudo-objetividad» raciona-
formados según las mismas leyes, ¿por qué lista o de «pseudo-subjetividad>> idealista,
no podrían estar habitados por otros seres borrando toda mediación con la praxis
vivientes? social como totalidad y convirtiendo a los
En esta obra completa Kant el siste- fenómenos en hostiles y extraños.
ma de Newton, puesto que explica mecá- Este libro permite ver en Lukács al
nicamente el primer choque, que Newton comentador de Marx más influyente en
tenia por inexplicable. Deja sin embargo el siglo XX.
fuera de discusión el dominio propio de la
religión, en la medida en que la nada pri- Edición: Historia y consciencia de clase (tr.
mitiva y la causa de la organización del M. Sacristán), Grijalbo, 1978.
Universo no pueden tener explicación cien- Estudio: L. Goldmann, Lukács et Heideg-
tifica. Fmalmente, Kant afirma que es posi- ger, Denoel, 1973.
ble probar la existencia de Dios a partir
del orden y la belleza del Universo, con-
cepción sobre la cual volverá ulteriormente.
HISTORIA Y CRÍTICA DE LA OPI-
Edición: Historia universal y teoría del cie· NIÓN PÚBUCA, Strukturwandel der
lo, Buenos Aires, Lautaro, 1946. Offentlichkeit, 1962.
Estudio: E. Cassirer, Kant. Vida y doctri-
na (tr. W. Roces), México, Fondo de Cultu- JüRGEN HABERMAS, nacido en 1929.
ra Económica, 1948.
Redactada como tesis de sociología en
la universidad de Marburgo (1961), la obra
fue publicada en Alemania en 1962. Pala-
HISTORIA Y CONSCIENCIA DE CLA- bra por palabra, el titulo alemán dice:
SE, Geschíchte und Klassenbewusst· «cambio de estructura de lo público>>.
sein, 1923. Por publicidad no hay que entender
GYóRGY LUKÁCS, 1885-1971. la publicidad comercial (el reclamo). La
Colección de ensayos de filosofía de la publicidad, hablando propiamente, es lo
historia. que es público (en oposición a lo que es
privado): es la actividad que se hace en
Esta obra fue violentamente combatida público (en oposición a la que es secre-
tanto por los comunistas ortodoxos como ta), en el sentido de «publicidad de los
por la socialdemocracia, después fue desau- debate&>; es lo que, para constituirse, nece-
333 HISTORIA YVERDAD
dictados de la razón. Moral del placer y filosófica, en la medida en que implica una
de la búsqueda de la felicidad, que vienen evacuación del «espíritu>•: Por lo demás, ¿a
a ser lo mismo, pues para La Mettrie la santo de qué hablar de espíritu? «Lo único
felicidad consiste en disfrutar de sensa- que hay son dos "aspectos" de un solo y
ciones agradables. Y la obra se encarga mismo acontecimiento, que podrá descri-
de romper todo lazo entre la virtud y la birse en términos tomados del lenguaje del
felicidad: «Por relación a la felicidad, el psicólogo (o de la introspección), o en los
bien y el mal son en sí totalmente indife- del neurobiólogo.»
rentes.>• Esta toma de postura filosófica no impi-
8 libro fue muy mal recibido. Y desen- de que E/ hombre neuronal establezca
cadenó tempestades en los medios ecle- siempre una neta distinción entre la expo-
siásticos. 8 fisiólogo Haller se vio obligado sición de los datos de experiencia y las
a desautorizar públicamente la dedicatoria conclusiones ideológicas o metafísicas que
que encabezaba El hombre-máquina, en puedan ser extraídas.
la que La Mettrie se declaraba discípulo
suyo. El escándalo determinó incluso a Edición: El hombre neuronal, Espasa-Cal-
Federico el Grande a ofrecer su hospitali- pe, 1986.
Estudio: A. Comte-Sponville, «Le Oémon
dad al filósofo, acompañada de una pen- de Changeux», en Une éducation phi/o-
sión real. Los ecos de la obra no traspa- sophique, col. «Perspectives critiques»,
saron los límites de su tiempo. Y aunque P.U.F., 1990 (2." ed.).
numerosos filósofos {Hegel, Marx) se inte-
resaron más tarde por los materialistas
ateos del Siglo de las Luces, la influencia
de la obra sobre la historia de las doctrinas HOMBRE REBELDE (EL), L 'homme
ha seguido siendo modesta. Lo cual no réuolté, 1951.
es una razón para presentar, como con ALBERT CAMUS, 1913-1960.
frecuencia se ha hecho, una imagen exa-
geradamente simplificada de las tesis de El Toda la obra de Camus está marcada
hombre-máquina. por el absurdo y la rebeldía. Pero lo que
no era más que ensayo literario {Bodas, El
Edición: El hombre-máquina (tr. J. L. Pérez verano, -> El mito de Sísifo, El extran-
Calvo), Alhambra, 1987.
Estudio: E. Bréhier, Historia de la filoso- jero) deviene con El hombre rebelde una
fía (tr. J. A. Pérez Millán y M." D. Morán), interrogación filosófica. La rebelión es total:
vol. II, Tecnos, 1988, pp. 115-123 y 128. contra la muerte, la enfermedad, la mise-
ria, contra todas las formas de sabiduría
(cfr. Calígula). Mas cuando se observa su
naturaleza íntima, la rebelión aparece sos-
HOMBRE NEURONAL (EL), L'homme tenida por la sed de absoluto, por el gus-
neuronal, 1983. to de lo sagrado, de la permanencia. Camus
JEAN-P!ERRE CHANGEUX, nacido en 1936. reconocía por tanto que esta sed queda
por siempre insatisfecha.
Esta obra ha sido escrita para defen- Después de haber examinado la obra
der que <<el hombre piensa con su cerebro»; de Proust y la de Nietzsche, después de
afirmación que puede ser objeto de un haber analizado la literatura rusa en su
acuerdo muy amplio mientras no se le de dimensión nihilista y revolucionaria, Albert
un sentido muy preciso. Para Changeux, Camus llega a un relativismo que se pre-
se trata de mostrar que en el psiquismo tende tranquilizador, pero en el que no deja
humano no hay nada más que la actividad de sentir una desilusión total. Frente a su
de las neuronas del cerebro. «Todo com- deseo de absoluto, el hombre está desar-
portamiento se explica por la movilización mado. La única manera de vivir es acep-
interna de un conjunto topológicamente tando nuestra humanidad tal como es, es
definido de células nerviosas.» La tesis es decir, fragmentaria y dolorosa en su ser.
337 HOMBRE UNIDIMENSIONAL (EL)
El objetivo de este libro es para Marcu- energías sexuales y artlstícas, eso que Mar-
se determinar cuál de estas dos hipótesis cuse llama una •<desublimación represiva».
se cumplirá: o bien que la sociedad pue- Para organizar esta atrofia, ofrece un poco
da impedir las transformaciones, impo- más de sexo (por la pornografía o la supre-
niéndose entonces la represión definitiva- sión de los tabús) o de arte (comercializán-
mente; o bien que un «contra-movimiento dolo). Mas ¿no es patente que paralela-
internacional y global» pueda hacer esta- mente se desarrollan una agresividad y
llar esta sociedad. Pero en el siglo XX, y frustración cada vez mayores? El hombre
hasta el presente, los progresos técnicos de nuestros días es unidimensional: un
se han puesto siempre al servicio de la hombre que ha perdido una dimensión, la
represión. Baste con tomar el ejemplo de de la autonomía, de la personalidad, del
la bomba atómica; ha sido aceptada por humanismo, en suma, la dimensión de los
la población como un medio de defen- valores idealistas y románticos. Mas al ten-
derse contra el peligro. De hecho, la ame- der a su derrumbe la sociedad unidimen-
naza de la explosión de una bomba ató- sional, no es imposible que este hombre
mica «preserva las fuerzas mismas que vuelva a encontrar algún día su bidimen-
hicieron durar ese peligro>>. La apariencia sionalidad, su libertad.
de peligro es un medio de represión efi- «Solamente por causa de aquellos que
caz. mientras la sociedad «no devenga no tienen esperanza nos es dada la espe-
menos rica••. Desgraciadamente, la bom- ranza.» Acabando su texto con esta frase
ba no es el único ejemplo de opresión, que de Walter Benjamín, Marcuse desea creer
ciertamente está muy generalizada. Todos todavia en una posible revolución. De las
los sistemas de producción han sido orien- dos hipótesis del libro, el propio autor con-
tados hacia el poder, todas las maquina- fiesa que no puede determinar cuál será
rias son sus instrumentos. «La sociedad confirmada: la teoría critica de la sociedad
contemporánea tiende al totalitarismo>>, no permite conocer el porvenir. Todo lo
que se manifiesta por la uniformización, más, lo que autoriza es el optimismo, pues-
tanto política como económico-técnica. to que afirma que siempre es posible for-
Todos los modos de consumo son pre- mular una critica. Por eso Marcuse desea
sentados como libertades económicas, creer en la utopía de una revolución; y a
mientras que de hecho satisfacen falsas
falta de su realización, puede siempre ima-
necesidades. Por «la eficacia de los con-
ginarla. Si el hombre es severamente repri-
troles socialeS>•, la prensa se autocensura
mido, es también profundamente libre para
y la libertad se reduce a «escoger entre las
imaginar y para pensar.
distintas marcas y fruslerías>>.
El texto más famoso de Marcuse, El
Queda una esperanza. El fracaso de la
hombre unidimensional desarrolla temas
guerra de Vietnam indica que Jos pobres
que ya estaban presentes en sus escritos
pueden a veces ganar contra los ricos. Aho-
anteriores, sobre la imaginación y su facul-
ra bien, en una sociedad que se presenta
como racional (puesto que produce más tad de sublimación(--> Eros y civilización)
confort, más eficacia ...), los signos de la a propósito de las tesis de Freud, o sobre
irracionalidad se hacen día a día más mani- el pensamiento negativo a partir de las
fiestos. El hecho de que esa sociedad se vea teorías de Hegel (-• Razón y revolución).
obligada a ofrecer siempre más progreso Pero este libro es el primero en el que,
tiende a que al final el individuo no pueda haciendo labor de sociólogo, abandona
ya estar sometido a la alienación por el tra- las teorías marxista, psicoanalítica e ide-
bajo, pues éste se convertirá en marginal, alista para buscar en el seno mismo de la
gracias precisamente al progreso técnico y sociedad lo que el hombre ha devenido.
al maquinismo. El funcionamiento y el fun-
Edición: El hombre unidimensional (tr. A.
damento de la sociedad industrial condu- Elorza), Planeta-Agostini, 1995.
cirán a su derrumbe. De la misma manera, Estudio: A. Maclntyre, Marcuse, Londres,
la sociedad represiva ha de canalizar las Fontana, 1970.
339 HOMOVIATOR
HOMBRE Y LA TÉCNICA (EL), Der te, en los tabús, las prohibiciones y las
Mensch und die Technik, 1931. leyes que imponen un orden inmutable y
ÜSWALD SPENGLER, 1880-1936. preservan la unidad del grupo; por otra,
en los ritos de transgresión, concreta-
El ojo, que determina la mirada, orga- mente en las fiestas y en las orgías. Así,
niza el mundo e inspira el deseo de domi- Caillois distingue un «sagrado de respeto»
nar; él es quien determina lo verdadero. (teoría de las prohibiciones), y un «sagra-
La mano, que distingue al hombre del ani- do de transgresión•• (teoría de la fiesta).
mal, le permite apoderarse del mundo y La guerra presenta un carácter sagra-
dominarlo con ayuda de instrumentos y do, siendo una de sus funciones esen-
armas. La técnica es así un producto de ciales la de la fiesta, de la orgía ritual.
la conciencia y una táctica con vistas a En las sociedades contemporáneas, que
utilizar y dominar el mundo. El hombre pierden el sentido de la fiesta y de los ritos,
prometeico, suplantando a la naturaleza, las guerras cristalizan todas las fuerzas de
deviene creador. lo sagrado en vastos trances colectivos, y
Al rechazar la espontaneidad de la vida, devienen más y más frecuentes y apa-
el Occidente moderno ha roto el lazo entre sionados.
historia y naturaleza y ha permitido impo-
nerse a la técnica. Ya no dominan los filó- Edición: L'hommeet lesacré, ldées/Galli-
sofos, los sacerdotes y los científicos (el mard, 1983. .
ojo), sino los mercaderes, los políticos y Estudio: J. Worms, Entretiens, Ed. de La
los militares (la mano). Con la tecnocra- Différence, 1991.
cia que acompaña al socialismo, el cálculo
suplanta al pensamiento, quedando el
hombre en adelante sometido a la pro-
ducción. Así, el Occidente se agota vital HOMO VIATOR, 1944.
y espiritualmente. GABRIEL MARCEL, 1889-1973.
Profeta de la decadencia mas también
pensador de la técnica, Spengler anun- Esta obra se presenta como el esbozo
cia aquí ciertos análisis de la escuela de de una metafísica de la esperanza. Está
Francfort. compuesta de once ensayos, de los que los
dos últimos están consagrados a Rilke y a
Edición: El hombre y la técnica y otros -+ El hombre rebelde de Camus. Maree!
ensayos, Espasa-Calpe, 19 trata de la intersubjetividad, que es la rela-
Estudio: H. S. Hugues, Oswald Spengler. ción existencial de dos conciencias singu-
A Critica/ Estímate, Nueva York/Londres,
1952. lares; trata también de la fidelidad conce-
bida como lazo incondicional o primordial,
y de la familia. Diseña además una crítica
del -+ El ser y la nada de Sartre, en la que
HOMBRE Y LO SAGRADO (EL), afirma su oposición total al pensamiento
L'homme et le sacré, 1939. existencialista del autor de La náusea.
RoGER CAILLOIS, 1913-1978. Esta obra es uno de los grandes textos
de Maree!, junto con el -+ Diario meta-
Discípulo de Maree! Mauss, Roger Cai- físico y-+ Ser y Tener. Su autor es una
llois elabora una «psicología de lo sagra- de las grandes figuras del existencialismo
do» describiendo los diferentes aspectos, llamado cristiano. La esperanza maree-
y analizando los mecanismos sociales que liana está ligada al amor, a la fe, a la ale-
la fundan y sus funciones sociales. gría y a la salvación. Está fundada sobre
Lo sagrado, cuya antítesis y comple- una relación viviente con el otro; y en
mentaridad son lo profano, ofrece una esto, está ligada con la intersubjetividad.
bipolaridad que se manifiesta en los ritos Es distinta del deseo que tiende hacía la
bajo dos formas opuestas: por una par- posesión. Finalmente, Maree! escribirá
HORAS (LAS) 340
HUMANISMO Y TERROR. Ensayo la vida moral (•De las cosas primeras y últi-
sobre el problema comunista, Huma- mas••), la vida religiosa, la ética artística,
nisme et terreur. Essai sur le probleme la vida en sociedad, la vida cívica y políti-
communiste, 1947. ca («Una ojeada al Estada>•), la filosofía exis-
MAURICE MERLEAU-PONlY, 1908-1961. tencial del hombre •<Solo consigo mismo••.
Una importante parte del volumen está
Aparecido inicialmente por fragmen- escrita «Para servir a la historia de los sen-
tos en la revista Les Temps modernes en timientos morales>• y trata del origen de la
1946 y 194 7, este ensayo fue conside- justicia, de la justicia distributiva, de la legí-
rado como una apología de los proce- tima defensa, de la venganza. El análisis
sos de Moscú, en la inmediata posguerra. quiere ser •<profunda>• y permanente: «Hom-
Aunque se trata de un simple «ensayo», bres profundos», «Relaciones con el Yo
es en todo caso revelador de la fascina- superioP•. El epílogo discurre «entre ami-
ción que ejercía la Unión Soviética sobre gosn, en una comunidad de silencio.
los intelectuales de entonces, incluidos los Los dos textos que componen el segun-
pensadores más auténticamente filósofos. do volumen, escrito también en forma de
Merleau-Ponty ha explicado después aforismos -en su conjunto más cortos
las razones que le llevaron a escribir este que los del primer volumen-, aparecie-
texto: en primer lugar, todo el mundo ron separadamente: Opiniones y sen-
ignoraba en aquella época la coerción que tencias varias en 1879, y E/ viajero y su
existía en la Unión Soviética; en segun- sombra en 1880. Nietzsche autoriza la
do, ese gran imperio no aparecía como edición conjunta de los dos textos en 1886
imperialista: y finalmente, la fascinación bajo el título Humano, demasiado huma-
por esa potencia se veía reforzada por no ll. El prefacio del segundo volumen
la victoria de los rusos sobre la Alema- conecta con Humano, demasiado huma-
nia hitleriana. no I mediante un pensamiento sobre el
silencio y la palabra: •Sólo se debe hablar
Edición: Humanismo y terror (tr. L. Rozitch- cuando no se debe callar».
ner), Buenos Aires, Leviatán, 1956; El aforismo 171 de Opiniones y sen-
Estudios: J. Lechte, 50 pensadores con-
temporáneos esenciales {tr. M.• L. Rodrí- tencias varias desarrolla en dos páginas
guez Tapia), Cátedra, 1996, pp. 51-56; A. una filosofía de la música concebida como
Robinet, Merleau-Ponty, P.U.F., 1970. ley interior de una civilización determi-
nada. Varios aforismos del mismo ensa-
yo inciden sobre la herencia griega de la
HUMANO, DEMASIADO HUMANO. civilización occidental, a conservar como
Un libro para espíritus libres, Mensch- lugar de comunicación de la cultura
liches, Allzumenschliches. Ein Buch für actual. El largo aforismo 33 del Viajero
freie Geister, 1878 y 1886. y su sombra trata de los «Elementos de
FRIEDRICH WILHELM NIETZSCHE, 1844-
la venganza»; el tema de la venganza rea-
1900. parecerá de nuevo en el aforismo 259:
«¡Hay tantas formas sutiles de vengan-
El primer volumen de Humano, dema- za!». Varios aforismos de este ensayo
siado humano fue publicado en honor de siguen desarrollando aún ideas de esté-
Voltaire, «uno de los más grandes libera- tica musical y de ética existencial.
dores del espíritu», para el primer cente-
Edición: Humano, demasiado humano, (tr.
nario de su muerte, acaecida el30 de mayo P. Simón), Buenos Aires, Ed. Prestigio, 1970.
de 1778. Se trata de una colección de afo- Estudio: E. Fink, La filoso/fa de Nietzs-
rismos más o menos extensos relativos a che (tr. A. Sánchez Pascual), Alianza, 1994.
1
IDEA DE BIEN EN TOLSTÚI Y EN dumbres e interrogantes íntimos. Para Tols-
NIETZSCHE (lA), L'idée de bien chez tói, el Bien es Levin, contra Ana y Vrons-
Tolstoi' et Nietzsche. Phílosophie et pré- ki, que no persiguen el Bien verdadero.
dication, 1900. Levin «se traza en la vida un camino deter-
LEóN CHESTOV (Lev Issaákovich Chvarts- minado, bueno para él[ ...] y aunque no
man), 1866-1938. busca el Bien, llega a la convicción de que
su vida lleva el sello incontestable del Bien•,
Chestov, pensador ruso cuya densa obra precisamente porque, según Chestov, no
subraya la primacía de la vida interior, se lo busca. Tolstói no se enternece ante la
interesa aquí por la esencia del pensamiento desgracia de otro y opone una severidad
de T olstói y de Nietzsche, de los que extrae rigurosa a la debilidad humana.
su inspiración. Antirracionalista, Chestov Volvemos a encontrar en Nietzsche esta
concibe la conquista del Bien o de lo Ver- tendencia a la afumación vital y ese vilipendio
dadero desde la perspectiva del principio de de la insipidez ... El autor exalta a Nietz<;che,
relación, y busca más allá de la experien- en quien el problema del bien se encuen-
cia lo que él presenta como inextinguible. tra directamente ligado al destino.
El autor se interroga sobre las concep- Chestov encuentra en estos autores
ciones aparentemente antagonistas de Tols- una riqueza de pensamiento que le alla-
tói y de Nietz<;che -siendo este último para na el camino hacia eso que está más allá
T olstói «responsable de una falsa concep- del Bien: Dios.
ción del arte•>--, mas observa que la lec-
tura de T olstói conduce a las cuestiones Edición: L 'idée de Bien e hez Tolstoi" et
Nietzsche, Vrin, 1949.
primordiales que se planteó Nietzsche. Estudio: R. Bespaloff, Cheminements et
T olstói concibe el Bien para el hom- carrefours, Vrin, 1938.
bre como la sana exteriorización de ins-
tintos vitales, y condena de manera irre-
ductible la sumisión al destino, la virtud o
la tiranía del deber. Las cualidades de abne- IDEA DE PRINCIPIO EN LEIBNIZ Y
gación o de renuncia son aquí desacredi- LA EVOLUCIÓN DE LA TEORÍA
tadas como persecución «engañosa» de DEDUCTIVA (lA), 1958.
prescripcíones divinas. Sus personajes refle- JOSÉ ÜRTEGA Y GASSET, 1883-1955.
jan la idea que su autor tiene del Bien; y
su trabajo en Ana Karénina o en Guerra Esta obra póstuma e inacabada ofre-
y paz es la imagen de sus propias incerti- ce el conjunto más sistemático de la cri-
[343]
IDEALIDADES MATEMÁTICAS (LAS) 344
tica de la racionalidad positiva a la que de los posibles; y con esto ¡Leibniz inau-
se entrega el autor, defensor de un «racio- gura de hecho el pesimismo moderno!
vitalismo» -que erige en principio fun- En el capítulo IX («El nivel de nuestro
damental de explícación del universo a radicalísmo~>) el autor despeja las coorde-
«Mi vida>>, y a la razón <<Vital» como la úni- nadas de su propia perspectiva, situán-
ca capaz de analizar esta última por enci- dose en concreto por referencia al neo-
ma de todas las formas de la razón pura- kantismo, a Dilthey y a Heidegger, a la
mente lógica y del positivismo. fenomenología y al existencialismo.
Educado en Marburgo con el neokan-
tiano Hermann Cohen, Ortega y Gasset Edición: La idea de principio en Leibniz y
rompe con esta orientación en 1914 y deja la evolución de la teoría deductiva, Bue-
nos Aires, Revista de Occidente/Emecé,
de pensar la realidad como un sistema de 1958.
relaciones. Se aplica entonces -a la mane- Estudios: J. Marias, Ortega. Las trayecto-
ra de Husserl, aunque sobre otras bases-- rias, Alianza, 1983, pp. 441-492; A. Guy,
a resolver la •<erisis de la racionalidad occi- Ortega y Gasset, col. «Philosophes de tous
dental>> y descubre a la vida como «realidad les temps», Seghers, 1969.
radical». Su autor predilecto es Leibniz y su
antimodelo Aristóteles. En esta obra preci-
sa en qué sentido el modo de pensar moder-
no ha dado, con el matematicismo leibni- IDEAliDADES MATEMÁTICAS (I.AS),
ziano, un salto decisivo. Compara nuestro Les idéalítés mathématiques. Recher-
modo de pensar con el aristotelismo, toma- ches épistémo/ogiques sur le développ-
do como síntesis de las maneras de pensar ment de la théorie des fonctions de
antigua y medieval, caracterizadas según variables réelles, 1968.
Ortega por un arraigado sensualismo (Aris- JEAN TOUSSA!Nf DESANTI, nacido en 1914.
tóteles funda todo sobre la sensadón y pien-
sa los dos noús sobre el modelo de la mate- El objeto de esta obra, indicado en el
ria), por el dogmatismo de los principios subtítulo, es analizar el modo de exis-
(Aristóteles se complace en evidencias no tencia y de producción de algunas teorí-
demostradas, por ejemplo el principio de as matemáticas. En esta perspectiva, el
no contraclicdón), y por un ontologismo pla- autor se sitúa en una línea de epistemó-
gado de contradicciones íntemas que frena logos que va de Bachelard a Cavaillés.
el conocimiento. El autor pretende destruir ¿De qué habla el matemático? ¿En qué
la idea de que el aristotelismo es un espiri- lugar residen las matemáticas, si no es el
tualismo, como su posteridad tomista quie- cielo ni la tierra? ¿Cómo se producen?
re hacer creer; lo que ve en él es más bien No se trata de elaborar desde fuera una
un empirismo íntegra!. Con la «hiperlucidez filosofía de las matemáticas, síno de situar-
extrahumana» de Leibniz, se eliminan los se en el corazón mismo del discurso mate-
últimos residuos precríticos, se anticipa la mático para asistir al despliegue de las
época contemporánea. Cierto, Leibniz ha conexiones entre sus conceptos, por tan-
enunciado demasiados príncipios, mas no to de desenterrar el sistema de las rela-
es un «principialista»: ínsiste sobre la nece- ciones no expresadas que sostienen y fun-
sidad de probar los principios y los emplea dan las matemáticas escritas. Método
de manera ágil y operativa. reflexivo por excelencia, pero también
En el Apéndice, analiza Ortega el «opti- actitud fenomenológica poderosa que se
mismo• leibniziano, que encaja con su gus- esfuerza por explicitar las relaciones que
to por una filosofía <1ovial» de habla fres- se entretejen por detrás del encadena-
ca. Lo estudia por relación al «principio de miento de las operaciones inmediata-
lo mejor>> y muestra que este optimismo es mente perceptibles.
absolutamente diferente del de la philo- Desanti define preliminarmente el
sophia perennis: Leibniz no sostiene que dominio: lo que los matemáticos llaman
el mundo es bueno, sino el menos malo la teoria de funciones de variables rea-
345 IDEAS PARA UNA ffiSTORIA UNIVERSAL EN CLAVE COSMOPOLITA
les, es decir, el análisis real, que va de tra aquí el eco de los grandes descubri-
Cauchy a Bourbaki. A partir de aquí, el mientos del siglo xvm. La finalidad de la
autor aborda la topología, que estructura obra había sido definida al comienzo: deter-
los espacios de funciones y la teoría de minar filosóficamente la ciencia de la natu-
conjuntos a partir de Cantor, luego las raleza. La filosofía está destinada a dis-
diferentes teorías de la integración, las cernir lo que es a priori de lo que depende
series de Fourier y las diversas represen- de la investigación experimental.
taciones de las funciones. El dinamismo de Schelling se opone a
También se ocupa de describir la evo- las teorías mecanicistas y hace prevale-
lución histórica de dos conceptos clave cer una interpretación finalista de la natu-
presentes por doquier: el de número real raleza.
y el de conjunto de puntos, «nudos ope-
ratorios» a partir de los cuales el autor Ediciones: Ideen zu einer Philosophie der
Natur, en Werke, 12 vols., Schroter,
va a analizar y desarrollar la teoría cen- Múnich, 1927-1928; la Introducción a dicha
tral de su libro: «Estatuto de objeto y con- obra, publicada por Schelling el mismo año
ciencia de objeto». Un objeto tal como e, que ésta con el título «Introducción a Ideas
un conjunto dado de puntos, comporta para una filosofía de la naturaleza», apare-
siempre «un espectro de idealidad» que ce incluida en el conjunto de ensayos afi-
nes de Schelling Escritos sobre filosofía de
no es en sí un objeto en un punto deter- la naturaleza (tr. A. Leyte), Alianza, 1996,
minado del campo de la conciencia, pero pp. 69-117.
es susceptible de ser desplegado en idea- Estudios: La «Introducción» de A. Leyte a la
lidades distintas. obra cit.; M. Veta, Le Fondement selon
Schelling, Beauchesne, 1977.
Por este camino puede Desanti dar
cuenta de las conexiones engendradas
por el matemático, exhibir sus descubri-
mientos, reencontrar el gesto del mate-
mático creador.
IDEAS PARA UNA HISTORIA UNI-
VERSAL EN ClAVE COSMOPOUfA,
Edición: Les idéalités mathématiques, Le Idee zu eíner allgemeinen Geschichte
Seuil, 1968. in we/tbürgerlicher Absicht, 1784.
Estudio: F. Dosse, Histoire du structura- !MMANUEL KANT, 1724-1804.
lisme, t. I, La Découverte, 1991.
El artículo, aparecido en la revista
Berlinísche Monatschrift de noviem-
bre de 1784, consta de una introduc-
IDEAS PARA UNA ALOSOFÍA DE lA ción (¿se puede encontrar para la espe-
NATURALEZA, Ideen zu eíner Phílo- cie humana un hilo conductor de una
sophíe der Natur, 1797. historia que se realiza según un plan
FRIEDRICH WILHELM JOSEPH VON SCHE- determinado de la naturaleza?) y nue-
LUNG, 1775-1854. ve proposiciones.
Si todas las disposiciones naturales
En oposición al idealismo de Fichte, de una criatura están destinadas a des-
Schelling le reconoce una consistencia a plegarse un día de manera exhaustiva (1),
la naturaleza, aunque aduce, sin embargo, las disposiciones naturales en el hombre
una concepción errónea de la atmósfera. (que se orientan al uso de la razón) no
Pero es en el segundo libro donde apare- deben desarrollarse completamente más
ce la parte teórica, punto central de la obra. que en la especie (2), mientras que el hom-
La filosofía afirma el carácter sintético bre extrae todo únicamente de sí mismo
del concepto de materia, mientras que en y de su propia razón (3). Para esto, la
Kant ésta sigue siendo una cosa en sí. Sche- naturaleza se vale de la insociable socia-
lling hace depender de la dinámica las leyes bilidad de los hombres (4), lo que con-
generales del proceso químico. Se encuen- duce a la constitución de una sociedad
IDEAS RELATIVAS AUNA FENOMENOLOGÍA PURA 346
civil que administra universalmente el dere- interesa por lo real mundano (Reales), sino
cho (5). Éste es el último problema a resol- por lo irreal (Nicht Reales): Husserl expo-
ver por la especie humana (6). E implica nía en 19131os grandes principios de una
una Sociedad de Naciones que forje un fenomenología concebida como ciencia
estado de paz (7). Esta constitución poli- de las esencias, es decir, como ciencia
tica perfecta encama así la situación en eidética -doo~ (eidos) designa en griego
la cual la naturaleza desarrolla en la huma- «la esencia», «la forma», «la estructura fun-
nidad todas sus disposiciones; y respon- damental»-. Sin embargo, el término
de a un plan oculto de la naturaleza (8). esencia designa aquí una realidad muy dis-
Finalmente, y a título de conclusión, Kant tinta de la contemplada por Platón, Leib-
justifica su tentativa (9). niz y también los empiristas. La esencia,
distinta del «hecho» que Husserl remite a
Edición: Ideas para una historia univer- la contingencia de la realidad espacio-tem-
sal en clave cosmopolita y otros escritos poral de un individuo, designa por el con-
sobre filosofía de la historia (tr. C. Roldán trario su necesidad, es decir el «haz per-
Panadero y R. Rodríguez Aramayo), Tecnos,
1987. manente de predicadoS>> que le convienen
Estudios: R. Rodríguez Aramayo, «Estudio necesariamente: cada cosa posee en efec-
preliminaP> en la ed. cit.; A. Philonenko, La to «una especificación eidética propia» y,
théorie kantienne de l'histoire, Vrin, 1970. en la cima, la especificación general de
•<Cosa material en general>>. Operando sobre
el objeto una variación imaginaria que obe-
dece a las solas exigencias del •<yo puedo»
IDEAS RELATIVAS A UNA FENO- o del «yo no puedo», es como hago apa-
MENOLOGÍA PURA, Ideen zu einer recer ese eidos o invariante de la cosa:
reinen Phaenomenologie und phaeno- esta última implica la temporalidad, la espa-
menologischen Philosophie [Ideen I], cialidad, las relaciones de causalidad que
1913. mantiene con otras cosas, cualesquiera
EDMUND HUSSERL, 1859-1938. que sean las particularidades que la dis-
tingan de ellas.
Entre las --> Investigaciones lógicas y Si la fenomenología es por tanto, al
las Ideen I, la fenomenología abre una igual que el empirismo, un «retorno a las
nueva dimensión a la conciencia. Profe- cosas mismas», difiere de éste en que ella
sor entonces en Gotinga, donde reúne a se remonta por encima de la experiencia
sus primeros discípulos, Husserl publica hasta las esencias, en esa intuición origi-
en 1907 sus primeros escritos sobre el naria que es la «visión de las esencias»
tema de la reducción fenomenológica (la (Wesenschau). Así es como pueden for-
Idea de la fenomenología), mas es en marse esencias diversas, objetos de dife-
1913, con Ideen I, cuando emprende la rentes eidéticas «regionaleS>• (por ejemplo:
publicación de un vasto trabajo sobre la región «cosa», región «conciencia»), coro-
«fenomenología pura», ciencia nueva por nadas a su vez por la ontología formal
cuanto que «caracteres esenciales la hacen consagrada a la esencia de objeto en gene-
extraña al pensamiento natural» (intro- ral. En este estadio del análisis, cada cien-
ducción). De esta ciencia ha subrayado ya cia empírica o «ciencia de hechos» depen-
Husserl su especificidad respecto a la psi- de por tanto de una ciencia eidética. La
cología y al psicologismo -la fenome- fenomenología eidética de la región «con-
nología de las Investigaciones lógicas se ciencia», constituye notoriamente el fun-
oponía a toda deducción de las verdades damento esencial de la psicología y de las
lógicas a partir de los procesos psíquicos. ciencias del espíritu.
La distinción fundamental de la feno- Esta región de la conciencia debe ser
menología respecto a la psicología resi- comprendida en su estricta oposición a
de en que la fenomenología no busca rea- la región «naturaleza»; se trata de dos
lidades naturales, sino esencias, no se modos de ser diferentes, y Husserl desig-
347 IDEAS RELATIVAS AUNA FENOMENOLOGÍA PURA
contradicción clásica del realismo y el todo una filosofía del ser-en-el-mundo: «La
idealismo: quedan de golpe suspendidos reflexión no se retira del mundo hacia la
todos los prejuicios naturalistas que hacen unidad de la conciencia como fundamen-
de la conciencia una res entre otras, mas to del mundo, sino que retrocede para ver
también un idealismo de tipo berkeleya- surgir las trascendencias.•• (--> Fenomeno-
no o kantiano. Si aún se puede hablar, logía de la percepción). Para ver el mun-
como lo hace el propio Husserl, de un do y asombrarse de su presencia, es pre-
idealismo, habrá que entender por ello ciso operar una ruptura con él. En un
un idealismo trascendental, consagrado sentido, el In der Welt sein (el ser-en-el-
a la tematización de la subjetividad. La mundo) heideggeriano no puede aparecer
reducción fenomenológica es esta primera más que sobre el fondo de la epoché.
marcha del ego que reflexiona y se des- Podrán reconocerse aquí las perspectivas
cubre como fundamento originario e indu- de Merleau Ponty, que supo orientar los
dable: la trascendencia de las cosas se famosos temas husserlianos de la des-
encuentra aquí fundada. Al brindamos el cripción fenomenológica, de la intencio-
análisis intencional, la reducción nos com- nalidad, hacia el de un «sujeto atado al
promete por tanto a considerar el pro- mundo».
blema de la constitución de la cosa, ope-
ración de la cual la epoché no era, por Edición: Ideas relativas a una fenomeno-
así decirlo, más que el negativo y a la cual logía pura (tr. J. Gaos), 2.• ed., México, Fon-
do de Cultura Económica, 1962.
habrían de consagrarse las Ideen II. Estudio: E. Levinas, --> En découvrant
En efecto, en su origen, las Ideen I for- l'existence avec Husserl et Heidegger, Vrin,
maban parte de un conjunto de tres volú- 1974.
menes. La última parte de este «triptico»
-Ideen III- había de consagrarse a la
Idea de la fenomenología; en cuanto a las
Ideen II, por las cuales Paul Ricoeur se IDEAS Y lAS EDADES (lAS), Les idé-
interesó muy particularmente (Revue de es et les áges, 1927.
métaphysique et de mora/e, n. 4, 1951;
0
ALAIN (Émile Auguste Chartier), 1868-
n. 1, 1952), ha sido preciso esperar has-
0
1951.
ta su tardía aparición en Francia para des-
cubrir la aplicación del método del análi- Aunque poco leída, esta obra en dos
sis «intencional» que presentaban las Ideen volúmenes, que es uno de los «grandes••
I, al problema de la constitución de la cosa libros de Alain, es menos difícil que --> Los
y del yo psicofisiológico. El acceso al tex- dioses o las Conversaciones a la orilla
to sigue siendo relativamente difícil; y lo del mar. Alain desarrolla en ella su filo-
es tanto más por cuanto que los análisis sofía del hombre, que es una filosofía del
desarrollados por las Ideen I están indi- juicio al mismo tiempo que una filosofía
sociablemente vinculados a los de las Inves- de la libertad. La obra está dividida en
tigaciones lógicas (1900-1901), cuyo nueve libros: el Sueño, las Ilusiones, los
segundo tomo nos hizo entrar en una pro- Cuentos, los Juegos, los Signos, los Amo-
blemática de la correlación. Si bien es pre- res, los Oficios, el Culto, las Naturalezas.
ciso ver en ésta una de las obras esencia- Se reconocen aquí los temas recurren-
les de Husserl, no fue sin embargo la que tes de la obra de Alain.
le dio notoriedad en el público no alemán, El autor define así la materia de su libro:
que descubrió más bien a su autor gracias «La naturaleza pensante, ¡en la medida en
a las conferencias por él pronunciadas en que se puedan unir los dos términos!»
Londres y en la Sorbona en 1922-1929 Extraño programa, cuando se sabe que
(-->Meditaciones cartesianas). Alain, fiel cartesiano, separa absolutamente
La reducción fenomenológica, lejos de el reino de la naturaleza mecánica del pro-
ser, como se ha dicho a veces, la expre- pio del espíritu, y que esta separación con-
sión de un idealismo subjetivista, es ante diciona la libertad. Las ideas y las edades
349 IDEOLOGÍA ALEMANA (LA)
cámara oscura». La ideología alemana toria; la base está en el desarrollo del pro-
en particular, surgida de la descomposi- ceso real de la producción, y es cela socie-
ción del hegelianismo, primero con los dad civil en sus diferentes estadios>> la que
viejos hegelianos -o hegelianos de dere- constituye el fundamento de toda la his-
cha- y luego con los hegelianos jóvenes toria, que consiste en representarla en su
(Feuerbach, Bruno Bauer, Stirner) -o acción en tanto que Estado.
hegelianos de izquierda--, cree •<en el mun- La alienación es definida, ya no en tér-
do existente, en los reinos de la religión, minos filosóficos como en los Manuscri-
de los conceptos y del Universal>>. Por el tos de 1844, sino como fuerza producti-
contrario, Marx y Engels afirman que no va, decuplicada gracias a la cooperación
es la conciencia la que determina la vida, de los individuos en la división del traba-
sino que es la vida la que determina la con- jo, y apareciéndose a los hombres como
ciencia. «Se parte de individuos reales y «un poder extraño, situado fuera de ellos,
vivientes por sí mismos, y se considera a que no pueden dominar>> y que, en ver-
la conciencia únicamente como la con- dad, dirige la voluntad y la marcha de la
ciencia de ellos.>> De ahí que no haya más humanidad. La contradicción entre las
que una sola ciencia, la de la historia, y fuerzas productivas y las relaciones de
«casi toda la ideología se reduce a una fal- producción (ceSe llega a un estadio en el
sa concepción de la historia, o bien a una que nacen fuerzas productivas y medios
total abstracción de ella>>. de circulación que no pueden ser más que
Pero lo que son los hombres se reve- nefastos en el marco de las relaciones exis-
la igualmente bien en lo que ellos produ- tentes>>) provoca el movimiento práctico
cen que en la manera en que lo produ- de su resolución (la revolución) gracias
cen. La historia de los hombres se a la lucha de clases («Nace una clase que
confunde por tanto con la historia de las se encuentra por fuerza en la oposición
diferentes formas que ha tomado su más abierta con todas las otras claseS>>).
comercio en el correr del tiempo. Y así El comunismo es desde entonces con-
son anticipadas, en la búsqueda y tenta- cebido como •<el movimiento real que anu-
tiva de un nuevo vocabulario, las nocio- la el estado actual>>. («El comunismo no es
nes de fuerza productiva (o modo de pro- para nosotros ni un estado que debe ser
ducción) y de relación de producción creado, ni un idea/ sobre el que la reali-
(forma de las relaciones humanas ligadas dad haya de regularse>>).
a la división del trabajo): «Esta suma de
fuerzas productivas, de capitales, de for- Edición: La ideología alemana (tr. W.
mas de relacion social que cada individuo Roces), 4.• ed., Pueblos Unidos/Grijalbo,
y cada generación encuentran dados en 1972.
la existencia, es la base concreta de eso Estudios: L. Kolakowski, Principales corrien-
tes del marxismo, vol. 1: Los fundadores
que los filósofos se han representado (tr. J. Vigil), Alianza, 1993, cap. Vlll; L. Séve,
como "sustancia y esencia del hombre".>> Une introducti9n a la philosophie mar-
En los amarillentos y tachados legajos de xiste, Messidor-Editions sociales, 1980.
los casi indescifrables cuadernos de borra-
dor que nos han llegado, se bosqueja una
descripción de la historia de la humani-
dad ligada a la división del trabajo (que IDEOLOGÍA O EL ORIGEN DE LAS
pone el acento en la división del trabajo IDEAS RECIBIDAS (LA), L'idéo/ogie
material e intelectual en correspondencia ou /'origine des idées rec;:ues, 1986.
con la separación de la ciudad y el cam- RAYMOND BoUDON, nacido en 1934.
po) y a las formas de la propiedad (tri-
bal, comunal, feudal). Raymond Boudon propone una his-
Contrariamente a lo que afirma Hegel, toria crítica de la noción de ideología.
no son las formas jurídicas y el Estado los En el siglo XVIII, ese término designa-
que dan la explicación última de la his- ba la ciencia de la génesis de las ideas,
351 IMAGEN DE LA NATURALEZA EN LA FÍSICA AcruAL (LA)
-relativista y cuántica- que de ellos se las de la imagen. Hay tres tipos de con-
sigue. Igualmente se interroga sobre el ciencia: la percepción, que «aprehende»
valor cultural del conocimiento físico. El el objeto, el pensamiento, que no lo apre-
libro concluye con algunos estudios his- hende, y la imagen, que depende más del
tóricos sobre los grandes físicos, de Kepler pensamiento que de la percepción.
a De Broglie. La conciencia imaginante no precede
a su objeto. En el acto que la constitu-
Edición: La imagen de la naturaleza en la ye, ella se lo plantea como una nada: el
física actual, Planeta-Agostini, 1993. objeto es imaginario. Pero se reacciona
Estudios: W. Heisenberg, Diálogos de físi-
ca atómica (tr. W. Strobl y L. Pelayo), Ed. al objeto como si éste existiera. En la ima-
Católica (B.A. C.), 1972; L. de Broglie, Les gen activa, hay una divisoria entre ima-
incertitudes d'Heisenberg, et l'interpréta- gen percibida e imagen creada. El obje-
tion probabiliste de la mecánique ondu- to está representado por el retrato, la
latoire, Gauthier-Villars, 1982. caricatura o la imagen simple. Y se lo
determina mediante la palabra, por imi-
tación o por esquematismo. La conciencia
imaginante desencadena pues un proce-
IMAGINACIÓN (LA), L'imagination,
so psíquico que funciona como equiva-
1936.
lente del objeto. Es el «análogo", que el
JEAN-PAUL SARTRE, 1905-1980.
autor confiesa no poder circunscribir com-
pletamente; así, su estudio es colocado
Sartre aborda aquí la problemática de
por Sartre bajo el signo de lo probable.
la conciencia, por la vía de la percep-
¿De qué está hecho, pues, el análogo?
ción/imaginación. Como en _,. La tras-
De un «saber>> (para constituirse, la ima-
cendencia del ego, la conciencia es defi- gen tiene necesidad de un conocimiento
nida como conciencia de algo. «La imagen
del objeto), también de una intención
es un cierto tipo de conciencia [... ] es «afectiva>>, que la imagen une al saber; de
conciencia de alguna cosa." una <<impresión cínestésica>> o movimiento
Al examinar las posiciones de los clási- formador de la imagen; y, en fin, de la
cos y también las de los psicólogos moder- palabra misma que designa el objeto.
nos, el autor introduce la descripción feno- Con independencia del problema del
menológica de la estructura «imagen». análogo, la imagen juega un papel impor-
Edición: La imaginación (tr. C. Dragonet- tante en la vida psíquica. Tiene una fun-
ti), Edhasa, 1980. , ción simbólica o «presentificadora>> (que
Estudio: F. Jeanson, Sartre, col. «Ecrivains hace aparecer al objeto por comprensión
de toujours», Le Seuil, 1974. simbólica). Engendra una vida imagina-
ria, en la que los objetos irreales forman
un «anti-mundo••. Escinde al yo (real/ima-
ginario), y puede provocar también con-
IMAGINARIO (LO), L 'imaginaire, 1940. secuencias patológicas, en la alucinación
JEAN-PAUL SARTRE, 1905-1980. y en la obsesión. Mas, por lo demás, hace
soñar y permite la creación artística. En
El autor se plantea el poder irrealizan- definitiva, la imagen conduce a Sartre a
te de la conciencia y la resultante de ello: una «tesis de irrealidad>>.
lo imaginario. En una indagación feno- En este estudio, el autor hace fructifi-
menológica se pone de manifiesto la car la influencia ejercida sobre él por la
«estructura intencional" de la imagen: cre- fenomenología husserliana y sus des-
ar lo irreal es una intención de la conciencia cripciones de la conciencia trascenden-
imaginante. tal. Al dar testimonio de una facultad tras-
La imagen es una relación de la con- cendente de la conciencia, la problemática
ciencia con el objeto. Las propiedades del de Lo imaginario refuerza dos ideas cla-
objeto son, en este contexto, idénticas a ves del existencialismo sartriano: el dis-
353 IMPERIO DE LOS SIGNOS (EL)
dones del signo tomando ejemplos extre- concurso abierto por el Instituto en 1801
madamente simples: el signo en la ciudad, sobre el tema: «Determinar la influencia
en el jardín, en la tienda, etc. del hábito sobre la facultad de pensar».
Este ensayo, atractivamente ilustrado 8 jurado alaba su manuscrito, mas lo invi-
en la edición de bolsillo, es una muestra ta a retocarlo y a enviarlo de nuevo. En
de la originalidad y sutileza del pensa- 1802, Maine de Biran obtiene el primer
miento de Barthes. premio, y luego publica su libro.
Desde que Hume propusiera una solu-
Edición: El imperio de los signos (tr. A. ción al problema de la causalidad que se
García Ortega), Mondadori, 1991. apoyaba en una psicología del hábito, este
Estudios: J. Lechte, 50 pensadores con-
temporáneos esenciales (tr. M.• L. Rodrí- último se ha tomado en una noción muy
guez Tapia), Cátedra, 1996, pp. 161-166; importante en filosofía. Condillac colo-
J.-B. Fages, Comprendre Roland Barthes, ca la repetición en el centro de sus aná-
Privat, 1979. lisis. Los ideólogos (Destut de Tracy, Caba-
nis) hacen de ella objeto de estudio
positivo. En Maine de Biran, el hábito
ocupa un lugar central y doblemente reve-
INDIVIDUO CONTRA EL ESTADO lador. Es en efecto la reflexión sobre el
(EL), The Man versus the State, 1884. hábito lo que abre a Maine de Biran el
HERBERT SPENCER, 1820-1903. camino a un pensamiento propio, y más
precisamente a una de sus ideas rectoras:
Militarismo e industrialismo son pues- la oposición entre actividad y pasividad
tos en esta obra en contradicción. Privile- en el interior del sujeto.
giando por su parte al industrialismo, Spen- Pero sobre todo es el hábito mismo
cer funda en él grandes esperanzas sociales, el que revela esta oposición fundamental.
mientras maldice al militarismo, que repre- 8 hábito es el revelador psíquico que per-
senta a sus ojos la desmesurada injerencia mite distinguir lo que no depende en noso-
del Estado, uniformador e invasor. tros de la percepción sino que es propio
8 filósofo rehúsa reconocer en el Esta- del ego mismo (actividad), y lo que depen-
do sus pretensiones a imponerse como de de la sensación, signo de empobreci-
benefactor, legislador o educador. En cam- miento del espíritu (pasividad). Con la
bio, el industrialismo, ayudado por el Esta- repetición de una impresión, lo que depen-
do, es para el filósofo una garantía de pro- de de la sensación se embota y disminu-
greso para el futuro de la sociedad liberal. ye, mientras que lo que depende de la
percepción se agudiza. La repetición esta-
Edición: El individuo contra el Estado (tr.
A. Gómez), Doncel, 1977. blece una dialéctica selectiva entre lo pasi-
Estudio: O. Gaupp, Spencer (tr. J. Gonzá- vo y lo activo mediante la cual desenreda
lez), Revista de Occidente, 1930. el yo del yo mismo.
8 hábito perfecciona el ejercicio de la
acción. Mas, aunque la percepción sea prin-
cipio de apercepción, la repetición no acre-
INFLUENCIA DEL HÁBITO SOBRE LA cienta su carácter consciente, sino al con-
FACULTAD DE PENSAR O MEMORIA trario. El hábito, en la medida en que
SOBRE EL HÁBITO, lnfluence de l'ha- disminuye el esfuerzo requerido para rea-
bitude sur la faculté de penser ou Memoi- lizar la acción, lleva aparejado «ese grado
re sur l'habitude, 1802. de perfeccionamiento por un lado, y de
MAINE DE BIRAN (Marie Franc;ois Pierre ceguera en su ejercicio por otra>• que carac-
Gontier de Biran), 1766-1824. teriza al automatismo. 8 automatismo, efi-
caz aunque pasivo, es para Maine de Biran
Más conocido como Memoria sobre el una revancha de la pasividad sobre la acti-
hábito, este ensayo es la segunda versión vidad, que aquella mima mientras la des-
de la contribución de Maine de Biran al truye. Si quiere rehabilitar su propia aper-
355 INSTITUCIÓN DE LA RELIGIÓN CRISTIANA
cepción, <<es preciso que el individuo se físico y teológico. Tal es el objetivo del
determine a rehacer con atención todo lo Quod Deus.
que antes había hecho por hábito».
B campo que más necesitado está de Edición: L'immutabi/ité de Dieu, Le Cerf,
esta atención es el lenguaje, donde la pér- 1963.
Estudio: Philon d'Aiexandrie, Actes du
dida del sentido de las palabras arrinco- colloque de Lyon (1966), éd. du CNRS,
nadas por el pensamiento es realmente 1967.
peligrosa a juicio del autor. De hecho, el
hábito tiene el doble efecto de matar al
espíritu y de hacerle olvidar que lo mata.
Las facilidades motoras, la mecánica y los INSTITUCIÓN DE LA REUGIÓN
automatismos son por tanto olvido del CRISTIANA, Institution de la religion
pensamiento verdaderamente activo, e chrétienne, 1560.
incluso olvido de este olvido. Por esta razón JuAN CALVJNO, 1509-1564.
Maine de Biran no cesa de escribir y rees-
cribir, intentando reiterar el esfuerzo ini- Esta obra se presenta como un manual
cial que había madurado su pensamiento. de instrucción cristiana destinado a la for-
Aunque la filosofía de Biran no haya mación del creyente. Se trata de enseñar,
alcanzado aún su expresión más acabada, y la Institución incluye por eso una par-
la obra contiene ya muchos de sus temas te doctrinal. La primera edición de 1536,
esenciales. La oposición entre actividad y en latín, no tenía más que seis capítulos.
pasividad, por ejemplo, será retomada y En la edición francesa de 1560, la obra
enriquecida en la --> Memoria sobre la des- tiene diecisiete. La introducción trata sobre
composición del pensamiento. el conocimiento de Dios y del hombre,
sobre el Decálogo, el Credo y el Padre,
Edición: Influence de l'habitude sur la en suma, sobre aquello que contenían los
faculté de penser, P.U.F., 1954. antiguos catecismos católicos. Calvino
Estudios: E. Bréhier, Historia de la filoso-
fía (tr. J. A. Pérez Millán y M.• D. Morán), extiende su enseñanza al innatismo de
vol. Il, Tecnos, 1988, pp. 252-276; D. Vout- la idea de Dios. Si el espectáculo del mun-
sinas, La psychologie de Maine de Biran, do muestra la existencia de la Providen-
S.I.P.E., 1964. cia, no es menos evidente que una reve-
lación interior es indispensable.
Calvino exhorta al hombre a la humil-
INMUTABIUDAD DE DIOS (LA), dad y para alcanzarla es bueno y útil el
Quod Deus sit immutabilis. conocimiento de uno mismo. Con inde-
FILóN DE AlliiANDRÍA, hacia 20 a.C.- hacia pendencia de que exista o no la libertad,
45. el hombre debe actuar en todo para la
gloria de Dios. La cuestión del libre arbi-
Este tratado, redactado originalmen- trio es compleja. Calvino lo admite, mas
te en griego, es un comentario a los ver- precisa que la voluntad está corrompida
sículos del Génesis. Filón aborda el sacri- por el pecado. También es necesario que
ficio de Isaac, la cólera de Dios, la fuente el libre arbitrio sea sostenido por la gra-
del Mal, la misericordia de Dios. Hay cia: ella es el solo remedio. B autor tra-
muchos pasajes consagrados a Noé. B ta a continuación de la fe, de la peni-
tratado acaba con el tema del Camino tencia, de Jesucristo.
real. Este camino es el que el hombre jus- La enseñanza fundamental de Calvino
to debe recorrer. El Génesis no es sola- es de orden práctico. La vida cristiana
mente el relato de la creación, sino que consiste en llevar cada uno su cruz, pero
indica el camino para cada alma particu- es propio del hombre meditar sobre la
lar, que es imagen de Dios. vida futura. Aunque pueda hacerse uso
Ftlón no se queda ahí: es necesario que de los bienes de este mundo, el cristiano
este camino reciba un fundamento meta- tiene el deber de no ligarse a ellos. En fin,
INSTITUCIÓN IMAGINARIA DE LA SOCIEDAD (LA) 356
les modernas, no como forma organiza- «He ahí por qué la sola estrategia es catas-
dora>>. Las formas sociales no conocen lo trófica, y no dialéctica.>> «Contra un siste-
simbólico más que bajo la forma de la ma hiperrealista, la sola estrategia es pata-
familiaridad, estando su exigencia «obs- física.» .Es preciso hacer de la tautología
truida sin cesar por la ley del valoP>. del sistema el arma misma que acabará
Tres acontecimientos teóricos son de con él.
una importancia capital: los anagramas El autor no concibe a la muerte como
de Saussure, la donación-intercambio de un acontecimiento, sino como una forma:
Mauss, y la pulsión de muerte de Freud. la reversibilidad. Es a la vez el término del
«En ellos se ve perfilarse una misma y sistema y la exterminación simbólica que
grande forma[ ... ] que pone espalda con- lo acecha a partir del momento en que es
tra espalda economía política y econo- perfecto. La reversibilidad es a la vez lo
mía libidinal [... ]dibujando desde aquí, que el sistema no puede hacer y aquello
desde ahora, un más allá del valor. Que- a lo cual él no puede escapar. Siendo irre-
da por tanto el esquema de una relación versible el proceso del valor, sólo la rever-
social fundado sobre el exterminio del sibilidad es mortal para él. «El término de
valor, mas ocultado por las interpreta- intercambio simbólico no quiere decir otra
ciones freudiana y marxista que, lejos de cosa.>>
exterminar la ley, la prolongan bajo la Para Baudrillard, el sistema es indivisi-
forma de ley del Padre por una parte, y ble. En esto se opone a Lyotard, que dis-
de ley de la Revolución por otra. Bau- tingue la economía libidinal de la econo-
drillard retiene, pues, la proposición freu- mía del sistema, y a Deleuze, que distingue
diana de una pulsión de muerte pero •a entre esquizo capitalista y esquizo revolu-
condición de radicalizarla contra el pro- cionario. Para él, «la dispersión de las ener-
pio Freud.>> Lo mismo hace con Saussu- gías es la forma misma del sistema actual>>.
re y Mauss, es decir que, en una violen-
cia teórica, los dirige contra sí mismos. Edición: L'Échange symbolique et la Mort,
Este principio de reversibilidad, que por NRF Sciences humaines, Gallimard, 1976.
sí solo puede poner fin al orden del códi- Estudios: J. Lechte, 50 pensadores con-
temporáneos esenciales (tr. M.• L. Rodrí-
go en el que vivíamos oponiéndose al guez Tapia), Cátedra, 1996, pp. 293-298;
principio de simulación que lo gobierna, R. Hess, Dictionnaire des philosophes,
y que para nosotros toma la forma del P.U.F., 1984.
exterminio y de la muerte, es la forma
misma de lo simbólico.
Al antiguo sistema que dominaba el
principio de realidad ha sucedido la inde- INTERSUBJETIVIDAD Y ONTOLO-
terminación de un orden hiperreal don- GÍA, Intersubjectiuité et onto/ogie,
de los simulacros han reemplazado a las 1974.
ideologías. No es intentando resucitar, en MAURJCE NÉDONCELLE, 1905-1976.
una nostalgia de lo reí;ll, los antiguos valo-
res que no eran de suyo más que simula- Maurice Nédoncelle había manifestado
cros de segundo orden, ni oponiendo a una suerte de antiontologismo en La per-
los simulacros de tercer orden nuevos simu- sona humana y la naturaleza, en 1944.
lacros, como podrá irrumpirse en el códi- Se preguntaba cómo una ontología, es
go. Sólo la muerte lo puede porque su decir, una metafísica del ser, puede alcan-
reversibilidad es de un orden superior al zar a la persona, y proponía una psicolo-
del código. Lo que caracteriza al orden del gía de la persona. Compuesta por dife-
código, es que se presenta como un sis- rentes artículos, esta obra marca la
tema. Ahora bien, todo sistema, encami- reconciliación -ya esbozada en 1970 en
nado por su propia lógicí;l a la perfección Exploraciones personalistas, mas siste-
total, está también encaminado, por esta matizada aquí- de las dos nociones y la
perfección misma, a la defección total. formación de una ontología personalista
-- - - -----------~------------------------------ ...
Hombre es el que •<dice» el ser (es el •<deci- se inscribe en una perspectiva filosófica
dor>• del ser). Salir de la indeterminación propiamente contemporánea al disociar
es considerar la palabra «es». Su uso en irreductiblemente ser y ente. De esta dife-
una frase está determinado por lo que rencia es garantía el lenguaje, verdadero
designa. Por tanto, si al decir el ser se lo poema original, «casa del ser>•, y que (el
determina, entonces se lo delimita, se uso de la etimología lo muestra} proclama
vuelve a encontrar su sentido. La inver- el origen griego de la filosofía. La mirada
sión de perspectiva permite al autor con- de Heidegger restaura y continúa la de los
frontar al ser con su otro, diciendo lo que pensadores griegos; esta especificidad hace
él no es. El ser no es el devenir. Refi- de él una figura tan esencial como origi-
riéndose a Parménides, Heidegger da nal del siglo XX filosófico.
al ser el sentido de «unido», «unificador>•,
«presente», lo cual no puede ser asimi- Edición: Introducción a la metafísica (tr.
lado al devenir. Interpretando a Herá- P. A. Ackermann), Gedisa, 1992.
Estudio: M. Haar, Heidegger et /'essence
clito y a su aforismo ccTodo fluye», Hei- de l'homme, Millon, 1990.
degger muestra que el ser es la
«recolección» de todos los antagonismos,
y no los antagonismos mismos. El ser no
es tampoco la apariencia. Aunque de ori- INTRODUCCIÓN A lA SEMÁNTICA,
gen idéntico (el ser aparece}, se oponen
Introduction to Semantics, 1942.
de hecho: el ser es latencia, principio; la RUDOlF CARNAP, 1891-1970.
apariencia es una caída, un resultado. La
filosofía comienza por la distinción entre
Esta introducción a la semántica cons-
ser, parecer y no-ser. En tercer lugar, el
tituye el primer volumen de Studies in
ser no es el pensamiento en sentido lógi-
Semantics y marca un nuevo giro en la
co. Con Platón, la filosofía ha reempla-
evolución del pensamiento de Camap.
zado al ser por la idea del ser; éste fue
Reconociendo su deuda con Alfred Tars-
el nacimiento de la lógica como instru-
ki, Camap decide en efecto completar
mento de la verdad o discurso adecua-
con una semántica rigurosa los estudios
do «sobre cualquier cosa». Heidegger pro-
de sintaxis formal en la que es reconoci-
pugna superar la lógica en beneficio de
do maestro.
un pensar más originario, un pensar que
A diferencia de Taski, Camap mantie-
«reúne o recolecta»: un Lagos. El senti-
ne sin embargo una frontera muy neta
do primero de Lagos es «recolección del
entre semántica y sintaxis y, dentro de la
ente misme»•. Este sentido desvela la esen-
semántica, entre verdad factual y verdad
cia del Hombre: «Ser hombre es asumir
lógica -y todo ello dentro de la línea de
la recolección, la aprehensión recolec-
sus orientadones filosóficas fundamentales.
tora del ser del ente, la puesta en obra
de la apariencia por el saber, y gestionar Edición: Introductíon to Semantícs, Cam-
así la no-latencia, preservándola de la bridge, Massachusetts, 1942.
latencia y del encubrimiento.» Finalmen- Estudio: R. Carnap, Autobiografía inte-
te, el ser no es el deber: el deber es el lectual (tr. C. Castells), Paidós, 1992.
modelo según la idea y no según el ser.
En el deber, no es el ser lo que da la medi-
da; está recubierto por el valor.
Heidegger fue discípulo de Husserl. Su INTRODUCCIÓN A lAS CIENCIAS
obra lleva el sello de la fenomenología, i>fi. ESPÍRITU, Einleitung in die Geis-
parcialmente aplicada al problema central teswissenscha ften, 1883.
del pensamiento del autor: el ser, y el olvi- WILHELM DILTHEY, 1833-1911.
do del ser por el pensamiento occidental.
A este respecto, esta obra está en el cora- Este libro estaba destinado a resolver el
zón de la problemática heideggeriana, y problema de la fundamentación filosófica
INTRODUCCIÓN ALA CIENCIAS DEL ESPÍRITU 364
de las ciencias humanas. 8 filósofo se pro- damentos psicológicos de las ciencias que
pone aquí estudiar la realidad histórica y se ocupan de la organización externa de
social, como también las ciencias que tie- la sociedad; esta última es un dato histó-
nen por objeto esa realidad. Las «ciencias rico que hay que exponer teóricamente.
del espíritu» constituyen para Dilthey un Mas la filosofía de la historia y la sociolo-
conjunto en sí que se opone a las «ciencias gía no son verdaderamente ciencias, pues-
de la naturaleza». Las ciencias del espíritu to que se apoyan sobre abstracciones.
no pueden tener por fundamento la meta- La realidad de la historia forma un todo
física: es lo que el autor expondrá en la complejo al que es preciso aplicar un
segunda parte de su obra. La parte critica método apropiado. Por añadidura, las
es la más importante y extensa. La con- ciencias particulares del espíritu se ocu-
clusión lleva a mostrar como imposible el pan siempre de hechos nuevos. También
ideal de la metafísica que desvela a priori es necesario explicitar una teoría del cono-
el orden lógico del mundo; posición supe- cimiento susceptible de fundamentar las
rada por lo demás, porque el orden del ciencias particulares del espíritu. Dilthey
mundo no puede ser positivamente demos- se fija la tarea de considerar a la reali-
trado. La primera parte de la obra, llama- dad histórica y social en el conjunto que
da «Libro primero••, da una visión de con- ellas forman. Atacando tanto al empiris-
junto de las ciencias humanas particulares mo (al que declara igualmente «abstrac-
y demuestra la necesidad de una ciencia to») como a la especulación, Dilthey
fundamental del hombre. demuestra que las teorías precedentes no
¿Cuál es el objetivo de esta iniciación han cumplido el fin que él acaba de defi-
a las ciencias del espíritu? Podrá dar al polí- nir. La metafísica inspiraba las teorías;
tico, al jurista, al teólogo y al pedagogo, por lo tanto, la metafísica misma se tor-
un instrumento para mejor trabajar al ser- na en objeto de estudio para Dilthey, en
vicio de la sociedad. La totalidad de estas tanto que ha sido inspiradora de las repre-
ciencias estará en relación con la totalidad sentaciones colectivas. La descomposi-
de las ciencias de la naturaleza. 8 hombre ción de la metafísica ha permitido el adve-
está así determinado por un doble juego nimiento de las ciencias particulares.
de relaciones. Las ciencias particulares del En cuanto a los fenómenos psíquicos que
espíritu se desgajan de la realidad históri- devienen el objeto de una ciencia ---que tam-
ca y social. Opuesto tanto a la escuela de bién se ha desgajado de la metafísica-, es
la abstracción como a la escuela histórica, claro que no pueden ser estudiados según
Dilthey quiere incluir todas estas ciencias el método de la ciencia natural, y exigen un
en el todo de las ciencias del espíritu. Por método que les sea adecuado. La unidad
su parte, las ciencias del individuo son los lógica ansiada por el ideal de la metafísica
elementos de esta realidad nueva. no es posible, pues la realidad está en con-
Frente a las ciencias de la historia y tradicción con ese ideal. El principio de
de la sociedad, hay que considerar tam- razón suficiente no juega el mismo papel
bién otras clases de ciencias particulares en las ciencias del espíritu que en las cien-
que tratan del arte, de la ciencia, del Esta- cias de la naturaleza. 8 intelecto no pue-
do, de la religión, etc. Es preciso por tan- de, en efecto, determinar los vínculos que
to aceptar la consideración de un objeto confieren al mundo una unidad metafísica.
que consistiría en los diversos sistemas de En documentos inéditos que se refe-
civilización. El derecho es un dato de rían a la Introducción a las ciencias del
hecho; también es una comunidad de fines, espíritu, Dilthey confirma la postura ori-
fundado en la conciencia jurídica, en tan- ginal del libro, que coincide con la suya:
to que dato psicológico activo. De igual proponer un método enteramente nuevo.
modo, el sistema de la moralidad está com- Dilthey considera que, hasta el presente,
puesto de un grupo de hechos de con- todo procedía de la especulación: tanto los
ciencia y de actos que dependen de esos conceptos como los objetos, e incluso la
hechos. Dilthey insiste pues sobre los fun- pretendida realidad. Su fin es por tanto el
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365 INTRODUCCIÓN ALOS PRINCIPIOS DE LA MORAL YDE LA LEGISLACIÓN
de elevarse hasta una conciencia históri- na Mounier los temas fundamentales (con-
ca que sea capaz de esclarecer el proble- tingencia, alienación, fragilidad y soledad
ma planteado. Su método exige una veri- de la existencia) y las nociones claves (nada,
ficación constante por los hechos. Dilthey compromiso, otro ... ), e intenta compren-
quiere utilizar medios tales como perso- der eso que, por encima de las divergen-
nalidad, estilo, forma interior en el pro- cias doctrinales, hace que dentro de lastra-
yecto de las ciencias humanas, con el fin diciones existendalistas <<el diálogo entre las
de alcanzar un conocimiento objetivo. más opuestas sea siempre más fácil que el
mantenido con las doctrinas extrañas a sus
Ediciones: Introducción a las ciencias del supuestos comuneS>•.
espíritu (tr. E. Imaz), Fondo de Cultura Eco- Al situar el propio Mounier al perso-
nómica, 1944; íd. (tr. J. Marias), Alianza,
1986. nalismo en el corazón mismo de la rama
Estudios: J. Ortega y Gasset, «Guillermo cristiana, es importante no perder de vis-
Dilthey y la idea de la vida» (inicialmente publi- ta --cuando ve en «la marca de un retor-
cado en la Revista de Occidente, 1933- no a lo religioso» el carácter global del
1934) e incluido en las Obras completas, existencialismo-- que su análisis, por cla-
Alianza, vol. VI, pp. 165-213; H. Schna-
delbach, Filosofía en Alemania: 1831-1933 ro y sintético que pueda ser, sigue sien-
(tr. P. Linares), Cátedra, 1991; A Kremer- do un análisis «de lo interioP•.
Mariettí, Wilhefm Dilthey et f'anthropolo-
gie historique, Seghers, 1972. Edición: Introducción a los existencialis-
mos (tr. D. Monserrat), Guadarrama, 1973.
Estudio: Le personnalisme d'Emmanuel
Mounier. Actes du colloque organisé par
l'Association des amis d'Emmanuel Mounier,
INTRODUCCIÓN A LOS EXISTEN- Le Seuil, 1985.
CIALISMOS, Introductíon aux exís-
tentia/ismes, 1946.
E.MMANUEL MouNJER, 1905-1950.
INIRODUCCIÓN A LOS PRINCIPIOS
Aunque define al existencialismo •<Como DE LA MORAL Y DE LA LEGISLA-
una reacción de la filosofía del hombre con- CIÓN, Introductio to the Principies of
tra los excesos de la filosofía de las ideas y Mora/s and Legíslation, 1789.
de la filosofía de las cosas>•, Emmanuel Mou- JEREMY BENTHAM, 1748-1832.
nier --como testimonia el título de la obra-
no concibe uno, sino varios existencialis- Esta obra es fundamental en la cons-
mos. Se pregunta en efecto qué es lo que trucción del utilitarismo y permite medir
«esa mezcla de existencialismo y de ine- su alcance político: del principio de «la
xistencialism<Y• de la filosofía de Sartre, que utilidad» son deducidas una concepción
•<SUrgida de Heidegger, se ha constituido en del derecho y una teoría de los gobiernos.
oposición radical a los fundadores de la filo- Siendo el bienestar Oa felicidad} el fin últi-
sofía moderna de la existencia», tiene en mo del hombre, la búsqueda del placer y
común con esos últimos, que son para Mou- la evitación del dolor constituyen los moti-
nier Pascal, Maine de Biran, y por supues- vos de las acciones. Inspirándose en Hel-
to Kíerkegaard. Pues es partir de Kíerke- vetius, para el cual la «ley moral del inte-
gaard cuando el tronco del existencíalismo réS>• es análoga a las leyes del movimiento
se escinde en dos ramas. La una, atea y ali- en el universo físico, Bentham elabora, a
mentada por la fenomenologia, conduce a partir del principio de utilidad, una seve-
Sartre. La otra, cristiana y mucho mejor ra crítica del derecho natural. Si la utili-
equipada, está al origen de las filosofías dad es el principio de la legislación, son
de Bergson, Gabriel Maree!, Jaspers, Ches- solamente el cálculo de los efectos y la
tov, pero también en el pensamiento de experiencia los que permiten fijar la ley.
Charles Péguy y Martín Buber. A la luz de Las leyes positivas determinan las con-
esta genealogía del existencialismo exami- diciones de felicidad del mayor número
INTRODUCCIÓN AL CONOCIMIENTO DEL ESPÍRITU HUMANO 366
de individuos y varían según los tiempos, taire: doscientas máximas fueron supri-
los lugares y las costumbres, sin que nin- midas.
guna «ley justa» pueda tener valor abso-
luto y universal. Edición: Introduction d la connaissance de
/'esprit humain et autres oeuures, col. GF,
Esta obra, etapa decisiva hacia el posi- Rammarion, 1981.
tivismo jurídico, entra directamente en Estudio: A. Hof, J-listoire líttéraire de la
conflicto con los defensores de los Dere- France, Messidor-Editions sociales, 1987, t.
chos del hombre, por lo que será segui- III, pp. 276 SS.
da de una crítica del propio Bentham de
las declaraciones americana y francesa.
les, todos estos caracteres relegan la físi- dicional durante tanto tiempo ejercitada,
ca y la química a un papel de ciencias el valor principal de la Introducción al estu-
auxiliares, como la anatomía por relación dio de la medicina experimental no está
a la fisiología: para saber cualquier cosa tanto en la exposición del método cuanto
sobre las funciones de la vida, es preciso en los límites y restricciones de Claude Ber-
estudiarla sobre el ser viviente. Estos cua- nard respecto a las consideraciones gene-
tro caracteres permiten especificar los rales sobre los postulados y técnicas de
fenómenos vitales en el interior del deter- experimentación. Todo ocurre como si el
minismo universal: la vida es la creación. objeto -la vida misma- aportara un des-
En efecto, lo que caracteriza a la máqui- mentido permanente al protocolo experi-
na viviente no es la naturaleza de sus pro- mental que precisamente pretendía des-
piedades físico-químicas, por complejas cribirlo y captarlo. En lugar de ser signo de
que éstas sean, explica Claude Bemard; decepción, ese objeto es signo de riqueza.
es la creación realizada por esta máqui- Una filosofía implícita de espera y de
na, que se desarrolla ante nuestros ojos regulación innovadora se desprende de
en las condiciones que le son propias, y la definición misma de la causalidad en los
según una idea definida que expresa la seres vivientes. Es una prueba suplemen-
naturaleza del ser viviente y la esencia de taria de que la vida, en su evolución, se
la vida. No hay que entender «idea» en ve abocada, aunque siempre bajo una lega-
el sentido metafísico, sino más bien como lidad, a modificarse, es decir a contrade-
un principio regulador y o¡;ganizador que cirse. El principal obstáculo epistemológi-
asegura el desarrollo de cada organismo co en el estudio de la vida, es la vida misma.
en interacción con el medio, pero tam- Era habitual, después de Bergson, con-
bién con independencia por relación a él: siderar a la Introducción al estudio de la
el medio interior es esa noción que per- medicina experimental como el equiva-
mite comprender al organismo viviente lente en las ciencias de la vida del ~ Dis-
como resultado de un proceso autónomo curso del método (1637) de Descartes en
que, por un determinismo circular, las ciencias abstractas de la materia: un
encuentra en su propia necesidad la cau- tratado de metodología con intenciones
sa de su realización. La fijeza del medio pedagógicas. A partir de Canguilhem y
interior no es una noción metafísica ni Dagognet, en particular, la atención filo-
sistemática: no proviene de una armonía sófica se desplazó hacia el conocimiento
preestablecida ni de ningún pretendido del ser viviente.
principio vital; es el fruto de un meca- En la actualidad, el interés mayor del
nismo regulador que es la condición de la libro nos parece residir en esa filosofía
autonomía de lo viviente. implícita de improvisación y de reglaje
Esta noción es realmente un concep- inventivo que refuta a todo sistema filo-
to fundador en fisiología; por ella, la medi- sófico y a toda ciencia demasiado segura
cina ha pasado del estadio de ciencia con- de sí. Por los límites que enuncia de lo
jetural al estadio de ciencia. En tanto que que describe, y las restricciones impues-
ciencia, la medicina debe necesariamen- tas a lo que él mismo propone, este libro
te establecer leyes precisas y determina- está mucho más cerca aún del quehacer
das que deriven del criterio experimental, científico contemporáneo, donde el diá-
tal como éste ha sido expuesto en la pri- logo, la incertidumbre y la regulación-refu-
mera parte del libro: mezcla de duda filo- tación son los principales factores de pro-
sófica y del determinismo de los fenó- greso y de descubrimiento.
menos de la naturaleza. Mas la precisión
de estas leyes no atenta contra el inde- Edición: Introducción al estudio de la medi-
terminismo que hay en todas las ciencias cina experimental (tr. A. Espina), Círculo
de Lectores, 1996.
sin el cual el hombre no existiría. Estudio: J. Mici)el, La nécessité de Claude
Es importante hacer notar aqui que, con- Bernard, col. «Epistémologie•, Méridiens-
trariamente a la presentación escolar o Ira- Klincksieck, 1991.
INTRODUCCIÓN AL PSICOANÁLISIS 368
que el niño puede coger y tocar con su posición y de ocultamiento a menudo muy
boca, después el que experimentará al complejas. Por ello, el sueño constituye
realizar las funciones de excreción (cap. para Freud la vía privilegiada, «el camino
5). Estos comportamientos perversos, y real», para acceder al conocimiento de los
en particular el auto-erotismo, deben sufrir mecanismos del inconsciente y para pro-
un rechazo para que la sexualidad deven- bar de manera irrefutable su existencia.
ga normaL Las primeras impresiones de Por otra parte, la producción de sueños
la infancia, la manera en que el niño ha y de síntomas neuróticos está fundada
sido tratado, amado, los primeros con- sobre los mismos procesos inconscientes;
flictos con sus padres, sus primeras angus- por ello, la interpretación de los sueños
tias ante la soledad, la pérdida eventual servirá de punto de apoyo para desvelar
del afecto que se le demostraba, todos el sentido de las neurosis. Interpretar un
estos acontecimientos, devenidos incons- sueño (cap. 4) consistirá en remontarse
cientes, permanecen sin embargo inde- desde el contenido manifiesto hasta las
lebles y dan muy pronto una tonalidad ideas latentes. De este modo descubre
particular a nuestra experiencia futura, la Freud el simbolismo del sueño. Hace apa-
encierran por así decirlo en un molde recer los mecanismos esenciales del ocul-
determinado. Porque lo propio del incons- tamiento: el sueño condensa muchos
ciente es no olvidar nada, conservarlo acontecimientos en uno solo, desplaza la
todo. El inconsciente se define como lo carga emocional de una idea a otra. El
rechazado y lo infantil. Mas ¿es también desciframiento del sueño se parece al de
lo sexual? una lengua. Se descompone el relato en
El inconsciente está regido por el prin- sus diferentes elementos constitutivos,
cipio del placer. El inconsciente debe por después se busca encontrar recuerdos,
tanto ser continuamente reprimido, pero ideas, representaciones, comparaciones
también utilizado, canalizado, por ser la que se asocian libremente con cada uno
fuente de toda la energía psíquica que po- de los términos del sueño. Es la técnica
seemos, en beneficio de otro principio, de las asociaciones libres.
el principio de realidad. Otro punto abordado por Freud es el
La obra se divide en dos grandes partes: de las neurosis. ¿Qué es una neurosis? Es
la primera, que trata de los actos fallidos una enfermedad psíquica cuyos síntomas
y de los sueños, concierne al hombre nor- pueden ser físicos. Según Freud, los neu-
mal; la segunda se refiere a las neurosis. róticos padecen la represión. Sus males
Mas la unidad de la obra descansa en la juegan un papel de compromiso: les sir-
demostración freudiana que establece que ven para protegerse de los efectos de la
todos estos fenómenos son significativos represión y, al mismo tiempo, para man-
de una intención del inconsciente. tenerla. Porque una de las características
Por «actos fallidoS>• entiende Freud los esenciales de la neurosis es que el sujeto
pequeños <<tropiezo&> de la vida diaria, como no sabe lo que él rechaza, es decir, igno-
las distracciones, los errores involuntarios, ra los deseos ocultos de su inconsciente.
los lapsus. Los sueños tienen también un Freud toma el caso de una neurótica obse-
sentido, y ese sentido es una intención, un siva. Todos los detalles del ceremonial del
deseo reprimido. Mas el método de des- neurótico son simbólicos, lo cual quiere
ciframiento de los sueños es delicado, dado decir que los neuróticos representan de
que, según Freud, el sueño realiza un tra- manera figurada, imaginada, sus conflic-
bajo muy sutil de transformación de los ele- tos y deseos inconscientes. Freud distin-
mentos inconscientes. gue un cierto número de características
«Todo sueño es la realización de un generales válidas para toda neurosis:
deseo.» Pero ese deseo está siempre más - La fijación a un fragmento del pasa-
o menos disfrazado. El sueño revela que do constituye un trazo común a todas
el inconsciente, con ayuda del precons- las neurosis; todo neurótico permanece
ciente, es capaz de operaciones de trans- ligado por una afectividad profunda a un
INVENCIÓN DEMOCRÁTICA (LA) 370
momento del pasado, en general unido a ción de que no hay fundamento último
la primera infancia. en el dominio del poder político que no
- El sentido de los síntomas y su valor sea el del conocimiento. La sociedad
simbólico son desconocidos para el enfer- democrática comparte con el psicoaná-
mo. Él no puede establecer la relación lisis el hecho de admitir la indetermina-
entre el acontecimiento del pasado y el ción en su seno; así, no constituirá una
acto presente. forma de régimen político sino una inven-
- En el momento en que los proce- ción, un proceso continuo en el que el
sos inconscientes son introducidos en la autor percibe, principalmente en los paí-
conciencia mediante el intercambio que ses del Este, signos de extinción.
se establece entre el enfermo y el ana-
lista, y a condición de que el primero Edición: L'inventíon démocratique, Fayard,
alcance a comprender, no sólo intelec- 1981.
tualmente sino de modo vívido, el sen-
tido de esos síntomas (cap. 7), estos
últimos desaparecen.
- Se observa igualmente en todos los INVESTIGACIÓN DE LA VERDAD
neuróticos una perturbación más o menos
POR LA LUZ NATURAL (LA), La
recherche de la vérité par la lumiére
grande de la memoria, mientras que los
pasajes de la historia individual que son nature/le, 1701.
así «olvidados» desempeñan un papel
RENÉ DESCARTES, 1596-1650.
determinante en la formación de los sín-
tomas. Este «olvide»> no es una laguna pro-
La fecha de composición de este diá-
logo dejado inacabado por Descartes no
visional o momentánea de la memoria:
es conocida con precisión, y el estable-
no se sitúa al nivel preconsciente; se adhie-
cimiento del texto, conocido por diversas
re en realidad a hechos o situaciones que
copias, plantea numerosos problemas.
el enfermo desea ocultarse a sí mismo.
Los personajes del diálogo: Epistemon,
Freud se verá conducido a revisar la doc-
Poliandro y Eudoxo, representan tres acti-
trina aquí expuesta después de 1920. Sin
tudes diferentes hacia la cultura. Episte-
embargo, esta obra sigue siendo capital
mon es el erudito escolástico, totalmente
para el psicoanálisis y los psicoanalistas.
impregnado de la enseñanza de las escue-
Edición: Lecciones introductorias al psi- las y de los libros (un poco equivalente al
coanálisis (tr. L. López Ballesteros), en Obras Simplicio de los diálogos de Galileo).
completas, t. VI, Biblioteca Nueva, 1972. Poliandro no ha aprendido nada en los
Estudios: L. Stevenson, Siete teorías de la libros; es el Descartes del final de la pri-
naturaleza humana (tr. E. lbáñez), Cátedra, mera parte del - • Discurso del Método
1984; J.-B. Ponta!is, Apres Freud,
Idées/Gal!imard, 1971. que ha viajado y estudiado «en el gran libro
del munde»>. Rnalmente, Eudoxo -€1 pro-
pio Descartes- posee el «buen juicio>> (en
griego: eu ooxa), el que resulta del buen
INVENCIÓN DEMOCRÁTICA (LA), L'in- uso de la luz natural.
vention démocratique, 1981. La investigación de la verdad traza el
CLAUDE LEFORT, nacido en 1924. programa de una enseñanza razonada de
las ciencias útiles (siendo descartadas las dis-
En esta serie de artículos consagra- ciplinas de pura erudición}. El diálogo sigue
dos al estudio de la democracia, Lefort el itinerario de las - + Meditaciones meta-
observa que, contrariamente a las socie- físicas, y se intenumpe en el cogíto, en la
dades totalitarias que afirman sin dificul- cuestión de la naturaleza del ser pensante.
tad su identidad, la sociedad democrática
Edición: Investigación de la verdad, en
se apoya en la heterogeneidad de los com- R. Descartes, Dos opúsculos, México,
portamientos sociales y sobre la convic- U.N.A.M., 1984, pp. 53-88.
---------------------------------------------------------- ...
371 INVESTIGACIÓN SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO
motivos para creer. El resultado es por cipales cuestiones que aquí son examinadas
lo demás que el autor no encuentra jamás --1a posibilidad de eliminar los particulares
milagro alguno sostenido por un testi- egocéntricoS>>, la existencia de un lenguaje-
monio cuya fiabilidad pueda contrapesar objeto y de una jerarquía de lenguajes, la defi-
la reticencia de nuestro espíritu a acep- nición de la verdad- permiten a Russell pro-
tarlo. poner tesis originales en este campo.
La idea de providencia soporta una
crítica igualmente violenta: esa idea no es Edición: Investigación sobre el significado
sino el resultado de una analogía ilegíti- y la verdad (tr. J. Rovira Armengol), Losa-
ma entre la naturaleza y los productos del da, Argentina, 1946.
Estudios: W. P. Alston y otros, Los oríge-
arte humano (Sección 11.•); este tema nes de la filosofía analítica: Moore, Rus-
será ampliamente tratado en los --> Diá- sell, Wittgenstein (tr. C. García Trevijano y
logos sobre la religión natural. otros), Tecnos, 1976; A. J. Ayer, Russe/1
La 12.• y última Sección expone algu- (tr. J. J. Acero), Grijalbo, 1970.
nas reflexiones sobre el carácter de los
grandes problemas de la filosofía, y sobre
la naturaleza y función del escepticismo.
Al pirronismo a ultranza y por tanto insos- INVESTIGACIÓN SOBRE LA MENTE
tenible, opone Hume un escepticismo HUMANA SEGÚN LOS PRINCIPIOS
moderado, que no afectaría a las facul- DEL SENTIDO COMÚN, An Inquiry
tades, sino al uso que hacemos de ellas. into the Human Mind on the Principies
La Investigación sobre el entendi- of Common Sense, 1764.
miento humano logró el resultado ape- THOMAS RE!o, 1710-1796.
tecido por Hume. Junto con otros escri-
tos, dio cierta popularidad a su doctrina. Esta obra retoma las discusiones en
Es sabido, por ejemplo, el papel que jugó torno a las especulaciones de Hume sos-
para Kant la lectura de Hume en la géne- tenidas por la Sociedad Filosófica de
sis de la filosofía crítica (pese a que estu- Aberdeen (el Club de los Sabios), de la
dios recientes tienden a relativizar ese que Reid formaba parte y en donde habla
papel). Sin duda, la popularidad de esta leído muchos de sus textos. Reid anali-
obra se debe en gran parte a su estilo, za aquí el modo en que nosotros perci-
más cuidado que el del Tratado. bimos por los sentidos, para concluir la
validez de las creencias del sentido común.
Edición: Investigación sobre el entendi-
miento humano (tr. J. de Salas Ortueta), Edición: An Inquiry into the Human Mind
Alianza, 1980. on the Principies of Common Sense.
Estudios: A. J. Ayer, Hume (tr. J. C. Arme- Estudio: S. A. Grave, The Scottish Phi/o·
ro), Alianza, 1988-, Y. Michaud, Hume et la sophy of Common Sense, Oxford, Ciaren-
fin de la philosophie, P.U.F., 1983. don Press, 1960.
tesis fundamental de Smith trata sobre el impide que se lo considere como <<una pie-
origen de la riqueza o, si se lo prefiere, del za sobre un tablero de ajedreZ>•.
valor. Es el trabajo humano, y no la tierra Es importante por tanto que el Estado
ni los intercambios, lo que es realmente se abstenga de todo tipo de intervención
productor de bienes útiles. Smith ataca en el dominio económico. La tiranía eco-
aquí el pensamiento de los fisiócratas; reto- nómica está llamada, más pronto o más
ma en parte su herencia, mas se sitúa en tarde, a desembocar en tiranía política. Nin-
el universo del capitalismo manufacture- guno de los tres poderes -que Smith rea-
ro y no en el del capitalismo agrario. Una firma de paso que deben estar separados-
economía que se cuida de la productivi- puede interferir con el juego económico.
dad debe por tanto garantizar la libertad El papel del Estado es así puramente nega-
y la división del trabajo. Es necesario dis- tivo: se limita a permitir la libre expansión
tinguir el valor, creado por el trabajo, del de los mecanismos económicos. Se equí-
precio, determinado por la combinación vocaría por tanto quien creyera que Smith
de los salarios, los beneficios y las ren- alimentaba la menor ilusión respecto al
tas. El segundo libro trata sobre el capital; papel real del Estado: «Todo gobierno civil
el tercero sobre la organización econó- está en realidad instituido para defender
mica de las naciones. En el cuarto libro al rico contra el pobre.»
son desarrolladas las principales teorías En los temas hasta aquí desarrollados,
económicas. El quínto y último libro reto- cada uno habrá reconocido la materia
ma, considerándolas desde la perspectiva de debates ideológicos que siguen gozan-
del Estado, todas las cuestiones discutidas do de plena actualidad. Adam Smith defi-
en los libros precedentes. nió el marco y planteó los términos de una
Se considera habitualmente a La rique- discusión que está lejos de haberse acaba-
za de las naciones como un texto fun- do. No faltan empero ciertas contradic-
dador del liberalismo económico. Es en ciones en el interior mismo de la obra. Por
efecto en este libro donde Smith formula ejemplo, cuando examina las consecuen-
la famosa doctrina del «dejad hacer, dejad cias posibles de la división del trabajo, el
pasaP•. La fórmula caracteriza perfecta- autor vacila entre dos perspectivas; la una,
mente bien su hostilidad a las medidas utópica: esta división creará las condicio-
reglamentarias, a los controles que el Esta- nes de un entendimiento y una coopera-
do impone sobre los agentes económicos. ción fraterna entre los hombres; la otra,
Según Smith, el bien común, el interés realista: la atomización del trabajo coloca-
público son resultado natural del libre jue- rá a los trabajadores en el umbral del embru-
go de los móviles egoístas en la esfera eco- tecimiento psíquico. Lo cual no disminuye
nómica. Cada individuo no busca más que el merecido crédito que esta obra se ha
su interés particular, pero con ello con- ganado por sus fundamentales descubri-
curre, sin quererlo ni incluso saberlo la mientos económicos. A ella se debe en par-
mayoría de las veces, a la buena salud del ticular la importante noción de «producto
todo. Es la famosa teoría de la «mano invi- nacional». Se encuentran también en Smith
sible», providencia que guía los egoísmos conceptos de los que la economía (incluso
particulares hacia el interés común; algún la no liberal) ha hecho amplio uso, como
vestigio de esta idea podrá encontrarse en la distinción entre trabajo productivo y tra-
la «insociable sociabilidad» de Kant, o en bajo no productivo, aunque lo menos que
la <<astucia de la razón» de Hegel. Pero esta se pueda decir de ella, por otra parte, es
ley no tiene valor más que en el plano esta- que es harto discutible.
dístico, a escala de la sociedad en con- La Investigación sobre la naturale-
junto. Smith juzga utópica e ineficaz la pre- za y causas de la riqueza de las nacio-
tensión de organizar, de planificar la nes ha contribuido con toda seguridad a
sociedad en función de una idea preesta- la fundación de la economía política clá-
blecida de bienestar común. Cada sujeto sica como disciplina independiente (de
social dispone de una voluntad libre que la moral, en particular). Es también sobre
INVESTIGACIÓN SOBRE LOS PRINCIPIOS DE LA MORAL 374
este texto sobre el que se ejercerá la crí- INVESTIGACIÓN SOBRE LOS PRIN-
tica de los fundamentos de esta disci- CIPIOS DEL CONOCIMIENTO NATU-
plina, por ejemplo en la obra de Karl RAL, An Enquiry concerning the Prin-
Marx. cipies of Natural Knowledge, 1919.
AlFREo NoRTHWHITEHEAD, 1861-1947.
Edición: Investigación sobre la naturaleza
y causas de la riqueza de las naciones (tr. La idea central de Whitehead se mue-
G. Franco), México, Fondo de Cultura Eco-
nómica, 3." reimp., 1982. ve en tomo a la distinción entre suceso
Estudios: J. Cropsey, «Adam Smith (1723- y objeto. El suceso constituye la entidad
1790)», en L. Strauss y J. Cropsey (comps.), de base de su epistemología. El momen-
Historia de la filosofía política (tr. L. Gar- to y la energía son sus componentes vec-
cía Urriza, D. L. Sánchez y J. J. Utrilla), Méxi- toriales. El suceso no existe más que en
co, Fondo de Cultura Económica, 1993, pp.
597-618; J. Mathiot, Adam Smith, philo- su relación con su antecedente, su con-
sophie et économie: de la sympathie d l'é- comitante y su consecuente, y la per-
change, col. "Philosophies», P.U.F., 1990. cepción supone un "suceso percipien-
te••, un sujeto que es a su vez suceso. El
espacio-tiempo, al que está consagrada
la primera parte de la obra, designa
INVESTIGACIÓN SOBRE LOS PRIN- entonces el continuum de este suceso.
CIPIOS DE LA MORAL, An lnquiry con- Los objetos, por el contrario, son enti-
cerning the Principies of Morals, 1751. dades que se obtienen buscando los tér-
DAVID HUME, 1711-1776. minos susceptibles de ser «reconocidos»,
de ser tenidos por permanentes e idén-
Esta nueva investigación es una refun- ticos a ellos mismos. Pero no son sin
dición del tercer libro del-+ Tratado de embargo ideas platónicas. Aunque estan-
la naturaleza humana. La filosofía moral do fuera del tiempo y del espacio, siguen
que en ella se expone obedece a los prin- siendo inmanentes a la representación,
cipios generales del empirismo humea- pues no son más que las formas y las pro-
no. La Investigación sobre los principios piedades recurrentes de los sucesos de
de la moral echa por tierra la idea de una los que, de alguna manera, expresan el
razón moral que dictaría sus reglas a la carácter remanente. Para Whitehead,
acción (el autor tiene en mente al francés nuestra experiencia fundamental sigue
Malebranche y al ingles Clarke). La razón siendo la de una naturaleza en devenir,
no suministra mas que las reglas para juz- donde todo se modifica sin cesar y don-
gar sobre la adaptación de los medios a de los sucesos se producen y se super-
los fines; no juzga nunca sobre el valor de ponen entre sí.
los fines, que únicamente el sentimiento Esta distinción entre sucesos y objetos es
puede decidir. La universalidad del juicio tratada esencialmente en la parte 11 de la
moral, que es sin embargo un hecho, obra. La tercera parte expone el método de
resulta de la aprobación de otro que juz- •<abstracción extensiva», que define las abs-
ga nuestros actos, aprobación que a su tracciones geométricas, por ejemplo el pun-
vez deriva del placer. to, como nociones-límites que se obtienen
Parece obvio que el hecho de fundar a partir de los datos del espacio concreto.
la moral sobre el sentimiento no condu- La última parte propone una teoría de la
ce aquí a Hume a minar las pretensiones materia, de la causalidad, y también la del
de validez universal de ésta. ritmo correspondiente al •<SUceso-vida», cuya
propiedad es volver a pasar por una serie
Edición: Investigación sobre los principios de fases semejantes. La obra da fe del nota-
de la moral (tr. F. Mellizo), Alianza, 1993. ble esfuerzo de Whitehead por reconstruir
Estudios: A. J. Ayer, Hume (tr. J. C. Arme-
ro), Alianza, 1988; J.-P. Cléro, La philo- lógicamente, a partir de las nociones origi-
sophíe des passions chez David Hume, col., nales que ha elaborado, los conceptos geo-
•Philosophia», Klincksieck, 1985. métricos y mecánicos fundamentales.
375 INVESTIGACIONES FILOSÓFICAS
genstein no vacila en afirmar que la com- pretación. Sería sin duda reducir su
prensión de la cultura de los que hablan es importancia ver en ellas la biblia de la filo-
necesaria para la comprensión de lo que sofía del lenguaje ordinario. Es, efecti-
dicen. Toda la concepción que se hacía Witt- vamente, toda una concepción de la filo-
genstein del análisis resulta pues modifica- sofía como revisión jamás acabada del
da. Mientras que en la época del Tractatus saber, como quebrantamiento perpetuo
el análisis consistía en una descomposición de nuestras certidumbres y de nuestros
de la proposición en proposiciones atómi- dogmas, lo que emerge de estos análi-
cas y se asignaba como tarea la puesta en sis que a primera vista tanto nos des-
evidencia de los constituyentes últimos, en conciertan.
las Investigaciones filosóficas el análisis
toma la forma de una descripción de vastos Edición: Investigaciones filosóficas (tr. A.
contextos en los cuales es proferida una García Suárez y U. Moulines), Critica, 1988.
Estudios: N. Malcolm, ensayo sobre Witt-
enunciación. Éste es sin duda el punto en el genstein en W. P. Alston y otros, Los orf-
cual la autocrítica de Wittgenstein está más genes de la filosofía analítica: Moore, Rus-
justificada y es más evidente. se//, Wittgenstein (tr. C. García Trevijano y
Toda investigación de un nucleo inva- otros), Tecnos, 1976; A. Kenny, Wittgens-
riante, de una esencia común, es recu- tein (tr. A. Deaño), Alianza, 1995; A. Gar-
cía Suárez, La lógica de /a experiencia, Tec-
sada. De aquí se desprende una crítica nos; S. Kripke, Wittgenstein sobre reglas
del concepto que puede revelarse peli- y lenguajes privados, Uiversídad Autónoma
grosa para la filosofía -al menos tal de México, 1989; J. Bouveresse, Le mythe
como ésta es tradicionalmente conside- de l'intériorité, Ed. de Minuit, 1987.
rada. De hecho, Wittgenstein introduce
una cierta fluidez en el uso de los con-
ceptos y, rechazando toda investigación
de un elemento común a diversas ins- INVESTIGACIONES FILOSÓFICAS
tancias, pone el acento en la necesidad SOBRE LA ESENCIA DE LA UBER-
de desmadejar el enredo o confusión de TAD HUMANA Y DE LOS OBJETOS
las semejanzas, de desanudar la compleja CON ELLA RELACIONADOS, Phílo-
red de analogías entre instancias para sophische Untersuchungen über das
desgajar lo que llama un «aire de familia>>. Wesen der menschlischen Freiheit und
Estos análisis constituyen una importan- die damit zusammenhangenden Gegens-
te contribución al estudio del «problema tcinde, 1809.
de los universales". FR!EDR!CH W!LHELM JOSEPH VON SCHE-
la obra desarrolla igualmente una argu- lliNG, 1775-1854.
mentación, que desde entonces se ha tor-
nado clásica, contra la idea de un «lengua- Último gran ensayo publicado por
je privado>> y ofrece soberbios ejemplos de Schelling durante su vida, esta obra mar-
análisis de los «procesos psíquicos>> y los ca un giro en su itinerario filosófico. Acu-
«estados de conciencia>>. Y no es el menor sa a la vez la influencia de Jacob Boeh-
de sus méritos haber propuesto, por otra me y de la decisión de abordar la filosofía
parte, una concepción original de la filo- del espíritu propiamente dicha.
sofia presentada como una actividad, como Aunque se trata en ella de la libertad
una «lucha contra el embrujamiento de nues- humana, la obra examina igualmente las
tra inteligencia por medio de nuestro len- grandes cuestiones metafísicas: Dios, la
guaje». creación del mundo, el bien y el mal. La
Al igual que el Tractatus, las Investi- posición de Schelling es antirracionalis-
gaciones filosóficas han tenido un ta. Adopta un ~<realismo viviente>•, o filo-
inmenso impacto en la filosofía contem- sofía de la naturaleza, en donde la liber-
poránea, pero, también al igual que el tad es concebida como una elección entre
Tractatus, han dado frecuentemente el bien y el mal. El mal, bajo la forma del
lugar a malentendidos y errores de ínter- pecado, es necesario a la humanidad para
377 INVESTIGACIONES LóGICAS
que ésta se purifique. Está permitido por Edición: Investigaciones lógicas (tr. L. M.
Dios en la medida en que se crea a sí mis- Valdés), Tecnos, 1984.
mo al desdoblar el Urgrund, o fondo indi- Estudio: Introducción de L. M. Valdés a la
edición citada; A. Kenny, Frege (tr. C. Gar-
ferenciado antes de esta creación, en natu- cía Trevijano), Cátedra, 1997.
raleza y espíritu. Mas este mismo
desdoblamiento es el que hace posible
el triunfo del bien sobre el mal.
La lucha del bien contra el mal es la INVESTIGACIONES LÓGICAS, Logis-
tarea de la libertad humana. Lo cual no che Untersuchungen, 1900-1901.
es incompatible con una necesidad total, EDMUND HUSSERL, 1859-1938.
pues todos los seres se encuentran para
Schelling bajo la entera dependencia de La actividad de Husserl en Gotinga
Dios. Mas este panteísmo, contrariamente estuvo marcada por la redacción de las
al de Spinoza, incluye la posibilidad de Investigaciones lógicas, compuesta de
una libertad de las criaturas y del mundo dos partes cuya unidad es problemáti-
mismo. En efecto, Schelling extiende la ca: en los Prolegómenos a la lógica
noción de libertad, a su juicio demasia- pura (1900), Husserl se propone librar
do limitada en Kant y en Fichte, al uni- a los sistemas formales de toda influen-
verso entero. cia psicologista; en cuanto al segundo
Esta concepción «realista» de la liber- tomo (1901), es una exposición de las
tad abrirá la vía a la «utopía metafísica» Investigaciones relativas a la feno-
que caracteriza a ciertas corrientes anti- menología y a la teoría del conoci-
estatales y anti-autoritarias del siglo XIX. miento.
Las Investigaciones dan testimonio
Edición: Investigaciones filosóficas sobre
la esencia de la libertad humana y de los por tanto del enraizamiento de la feno-
objetos con ella relacionados (tr. H. Cor- menología en una reflexión lógica,
tés y A. Leyte), Anthropos, 1989. depositaria tradicional de la idea de ver-
Estudios: A. Leyte y V. Rühle, «Estudio intro- dad, y sobre todo de la tentativa hus-
ductorio» a la ed. cit.; M. Heidegger, Sche- serliana de elucidar la naturaleza de la
lling: le traité de 1809 sur l'essence de la
liberté humaine [Schellings Abhandlung subjetividad en tanto que la verdad se
über das Wessen der menschlichen Freiheit da a ella como un en-sí, orientación que
(1936), Tubinga, 1971]. se aleja del objetivismo o del psicolo-
gismo. La subjetividad que se apropia
las «idealidades» no es el sujeto psico-
lógico: está caracterizada por los actos
INVESTIGACIONES LÓGICAS, Logis- o vivencias intencionales que constitu-
che Untersuchungen, 1918, 1923 y yen esas mismas idealidades; en una tal
1969. correlación subjetivo-objetivo podrá ver-
GOTILOB FREGE, 1848-1925. se la vía de acceso a una nueva ciencia.
Esta correlación está directamente impli-
Las dos primeras investigaciones, publi- cada en la noción de evidencia (Ein-
cadas en 1918, tratan, respectivamente, sicht): la lógica es tenida por normati-
del pensamiento y de la negación. La ter- va en el sentido de que puede
cera, dedicada a la composición de los actualizarse en la evidencia que la reve-
pensamientos, apareció en 1923. Una la como «dato originario»: aquí está la
cuarta, que debía tratar de la generalidad, condición de la idealidad de su forma y
fue objeto de una publicación póstuma en es por esto por lo que se establece «la
1969. Estos textos ocupan un lugar des- conexión esencial entre vivencia de ver-
tacado en la historia de la constitución del dad y verdad».
moderno cálculo lógico, en el que en Esta comprensión de la evídencia con-
muchos puntos es Frege un pionero. duce a una teoría de la verdad en gene-
INVESTIGACIONES SOBRE LA NATURALEZA YFUNCIONES DEL LENGUAJE 378
ral, esto es, a la fenomenología -inte- Edición: Recherches sur la nature et les
rrogando el suelo original de las objeti- fonctions du langage, ldées/Gallimard,
vaciones en las que nuestra conciencia 1972.
Estudio: Hommage aBrice Parain, en Nou-
está comprometida, lo vivido que ellas velle Revue Franr;aise, n. 0 223, 1971.
presuponen. Esto conduce a Husserl a
investigaciones cuyos resultados no serían
para nosotros propiamente lógicos, y que
están consagradas a la matemática y al INVESTIGACIONES SOBRE LAS OSA-
lenguaje, concretamente a la noción de MENTAS FÓSD.ES DE LOS CUADRÚ-
significado. PEDOS, donde se restablecen los carac-
Con ello se expresa el cuidado, paten- teres de muchas especies de animales
te desde la Filosofía de la aritmética que las revoluciones del globo parecen
(1891), de pensar la unidad de la conciencia haber destruido, Recherches sur /es osse-
y de la ciencia, descartando cualquier posi- ments fossiles des quadrupedes, ou l'on
tivismo y también el empirio-criticismo rétablit les caracteres de plusieurs espe-
de Avenarius y de Mach. Fmalmente, estos
ces d'animaux que les révolutions du
elementos de una fenomenología descrip-
globe paraissent avoir détruites, 1812.
tiva -la problemática de la correlación en
GEORGES CUVIER, 1769-1832.
concreto- encontrarán más amplia expre-
sión en las --> Ideas relativas a una
Esta obra funda la paleontología. Cuvier
fenomenología.
se vale de los principios de la subordinación
Edición: Investigaciones lógicas (tr. M. Gar- de los órganos y de la correlación de las for-
cía Morente), Alianza, 1985. mas para reconstruir la configuración de
Estudio: R. Scherer, La fenomenologfa de los animales desaparecidos. Esos principios
las «Investigaciones lógicas» de Husserl, permiten en efecto extraer, a partir de frag-
Gredas, 1969.
mentos fósiles del esqueleto, conclusiones
relativas a las partes que faltan. Gracias a
este método, Cuvier llegó a describir cer-
ca de 160 especies desaparecidas.
INVESTIGACIONES SOBRE LA NA-
TURALEZA Y FUNCIONES DEL LEN- Edición: Recherches sur les ossements fas-
GUAJE, Recherches sur la nature et les si/es des quadrupedes, ou l'on rétab/it les
fonctions du /angage, 1942. caracteres de p/usieurs especes d'animaux
BRICE PARAIN, 1897-1971. que les révolutions du globe paraissent
avoir détruites, Culture et civilisation, 1969.
Este texto analiza la noción de lenguaje Estudios: Drouin «De Linneo a Darwinn en
M. Serres (comp.), Historia de las ciencias
según tres lineas principales. Se trata en (tr. R. Herrera y otros), Cátedra, 1991;
primer lugar del aspecto histórico del len- S. J. Gould, «Las antraconitas de Oeningenn,
guaje. Brice Parain comienza por resal- en Dientes de gallina y dedos de caballo
tar la necesidad de conocer, insistiendo (tr. A. Resines), Blume, 1984.
sobre la relación entre el pensamiento y
la palabra. A continuación, esta obra retra-
sa la evolución de la dialéctica, desde los
griegos hasta Hegel. Finalmente, el autor ION, o Sobre la llíada. ''Icov, T¡ Ilepi
examina las diferentes concepciones del 'IA.táoo~, o hacia 399-390 a.C.
lenguaje en Descartes, Leibniz y Pascal. PLATÓN, 428/427-328/347 a.C.
Brice Parain se propone esencialmente Diálogo.
concebir una filosofía del lenguaje. En este
sentido, ha producido una obra original, Sócrates interroga, según su célebre
en la que se insiste en que la filosofía no método, la mayéutica, al rapsoda Ion sobre
puede sustraerse a una reflexión sobre el su arte. En esta época, el rapsoda es una
lenguaje. suerte de actor que declama los poemas
379 ISAGOGE (INTRODUCCIÓN)
de otro; Sócrates utiliza por lo demás indi- IRONÍA (LA), L'ironie, ou la Bonne
ferentemente dos términos muy empa- Conscience, 1936.
rentados: pm¡K¡)OO; (rhapsódos «rapsoda» VlADIMIR JANKÉLÉVITCH, 1903-1985.
y 'Ó7tOKptTIÍ; (hypokrités, «actoP>). Ion se
jacta de tener talento y de comentar a Esta obra es un análisis ontológico. La
Homero mejor que nadie; mas Sócrates, ironía es un movimiento de conciencia que
aunque reconoce el virtuosismo del actor, distiende lo serio. El presente es provisio-
no concede al rapsoda la cualidad de exé- nal y se lo toma con desenvoltura. En su
geta: el discurso del actor no es más que forma, la ironía es alegórica, es una <<pseUdo-
una paráfrasis elogiosa sin contenido filo- logia». La ironía socrática es atenuación,
sófico. Sócrates demuestra que esos invitación a conocer. Más trágica que cómi-
comentartos no se apoyan en una 'tÉXVll ca, la ironía es también una trampa: no
(tekhne), un conjunto de reglas basadas conoce límites y quiere dominar lo posible.
sobre un conocimiento científico (Emcrrft.ill, En definitiva, la ironía no existe.
episteme). De ser así, ¿por qué Ion no sabe Representativo de su tiempo, este ensa-
comentar bien más que a Homero? De yo se interroga sobre la actitud filosófica
hecho, cuando ejerce su arte, el rapsoda y sus prolongaciones.
está bajo el influjo divino: un dios desciende
sobre él y le hace perder momentánea- Edición: La ironía (tr. R. Pochtar), Taurus,
mente la razón; es el entusiasmo. 1986.
Mas Sócrates no se detiene en los rap- Estudio: Vladimir Jankélévitch, Critique
sodas; el verdadero tema del diálogo es n." 500/501, Éd. de Minuit, 1989.
la poesía. Los buenos poetas no crean
más que bajo el delirio divino que les qui-
ta la razón; no son dueños de su crea-
ción y no sobresalen más que en el domi- ISAGOGE (INTRODUCCIÓN), Ei-
nio en que los coloca la Musa: entonces cruyory¡í, o hacia 267-270.
pueden hablar incluso de lo que no cono- PORFIRIO DE TIRO, 234-hacia 305.
cen. La poesía no es ni un don natural Introducción a las --+ Categorías de Aristó-
ni un saber adquirido; es un privilegio teles.
divino.
Sócrates muestra en este diálogo la Esta obra, redactada en Sicilia a peti-
escasa estima en que tiene a la poesía: el ción de Crisaurio, un discípulo de Porfi-
poeta, como el rapsoda, no sabe nada; rio, no tenía otra ambición que la de ser-
su sola cualidad, limitada y precaria, es el vir de introducción a la lectura del tratado
entusiasmo; incapaz de juzgar por sí mis- de las -+ Categorías de Aristóteles.
mo, no es más que el intérprete de los Los cinco capítulos que la componen
dioses ante los hombres. Es uno de los están sucesivamente consagrados a los
eslabones de una cadena, al igual que el cinco conceptos fundamentales estudia-
rapsoda, que permite a los dioses hablar dos por Aristóteles: el Género, la Espe-
con los hombres. Esta teoría de la inspi- cie, la Diferencia específica, la Diferen-
ración divina será retomada por los poe- cia propia, el Accidente. Después de
tas románticos, que insistirán por su par- haber dado la definición de cada una de
te en su papel mediador, papel esencial esas nociones, el autor estudia las rela-
que no cesarán de glorificar. ciones de semejanza o de diferencia que
existen entre ellas. Sin embargo, no apor-
Edición: Ion (tr. E. Uedó), en Platón, Diá- ta una verdadera solución al problema de
logos, vol.!, Gredos, 1981. la realidad o la abstracción de esos con-
Estudios: W. K. C. Guthrie, Historia de la ceptos.
filosofía griega (tr. A. Vallejo y A. Medí- Boecio, que realizó la traducción y el
na), vol. N, pp. 195-207, Gredos, 1990; F.
Chatelet, El pensamiento de Platón, Labor, comentario de esta obra y de la de Aris-
1968. tóteles, reproduce las soluciones de Pla-
ISAGOGE (INTRODUCCIÓN) 380
[381]
JUVENTUD DE AUGUSTE COMTE YLA FORMACIÓN DEL POSIDVISMO (LA) 382
[383}
KANT Y EL PROBLEMA DE LA METAFÍSICA 384
[385]
LECCIONES DE ESTÉTICA 386
men presente desde el principio mismo la publicación de sus notas, y las de sus
del progreso: el Espíritu. Se encuentran alumnos, relativas a su enseñanza. En
en él los grandes proyectos de la histo- este libro se realiza el proyecto hegelia-
ria apologética (Agustín, Bossuet), hasta no de comprehensión filosófica total de
tal punto coincidentes que difícilmente se la realidad.
puede distinguir una historia profana de Al igual que la filosofía, la religión tie-
una historia sagrada. Hegel reúne el Cie- ne vocación de expresar lo absoluto. Mas
lo y la Tierra; la historia humana entera contrariamente a la filosofía, que lo hace
está sacralizada, como proceso del adve- por mediación del concepto, la religión
nimiento del Espíritu. accede a lo absoluto mediante la repre-
Los triunfos sucesivos, y efímeros, de sentación y el sentimiento. Esto coloca
los Estados que por tumo han ocupado de entrada a la filosofía en posición supe-
la vanguardia de la escena histórica, repre- rior, y le permite pensar la religión en
sentan las victorias de los diversos «prin- su verdad.
cipios espirituales» que esos Estados han La religión es el estadio superior al esta-
encamado. En cada época, un Estado asu- dio político: a la reunión todavía exte-
me así la tarea de expresar el más alto rior de los individuos en el Estado, suce-
grado de desarrollo del Espíritu universal: de la comunidad espiritual. En la Iglesia,
el despotismo oriental, Grecia y Roma, lo individual se funde con lo absoluto. Con
la Francia revolucionaria, la Alemania cris- la religión, el Espíritu se encuentra al fin
tiana. en casa. Todas las manifestaciones de este
Las contingencias y las ilusiones de una Espíritu (el arte y la filosofía no son excep-
iniciativa libre de los individuos, son por ción) son comprendidas como esencial-
tanto negadas. Por eso que Hegel llama mente religiosas, y susceptibles de una
una «argucia de la Razón», el individuo interpretación religiosa.
ambicioso (César franqueando el Rubicón) Las religiones particulares (al igual
sirve al advenimiento de lo nuevo. Seme- que las formas políticas, estéticas o reli-
jante perspectiva vada a la historia de todo giosas) se encadenan en un proceso de
enjuiciamento moral. La historia humana advenimiento de lo absoluto. Aquí tam-
se asemeja así a una teodicea. bién se da una historia, en el curso de
la cual las formas sucesivas de la cultu-
Edición: Lecciones sobre la filosofía de ra toman conciencia de sí mismas como
la historia (tr. J. Gaos), Alianza, 1980.
Estudios: N. Hartmann, La filosofía del otras tantas etapas necesarias. Una reli-
idealismo alemán (tr. E. Estíu), t. 11: Hegel, gión es por tanto mucho más que una
Buenos Aires, Sudamericana, 1960; H. Mar- «creencia»; es el momento por el cual la
cuse, Razón y revolución: Hegel y el sur- humanidad se descubre como entidad
gimiento de la teoría social (tr. J. Fambo- espiritual. La religión absoluta es para
na de Sucre), Alianza, 1995; J. M. Ripalda,
Fin del clasicismo. A vueltas con Hegel, Hegel el cristianismo, en su forma
Trotta, 1992; G. R. G. Mure, La filosofía luterana.
de Hegel (tr. A. Brotons), Cátedra, 1988. La filosofía hegeliana de la religión
ha suscitado entre muchos de sus dis-
cípulos (David Strauss, Bruno Bauer,
Feuerbach) interpretaciones varias, que
LECCIONES SOBRE LA RLOSOÁA los han conducido a las fronteras del
DE LA REUGIÓN, Vorlesungen über ateísmo.
die Philosophie der Religion, 1832.
GEORG WILHELM FRIEDRICH HEGEL, 1770- Edición: Lecciones sobre la filosofía de
1831. la religión (tr. R. Ferreras), 3 vols., Alianza,
Lecciones impartidas de 1821 a 1831. 1987.
Estudio: Ch. Buco-Giucksmann, «Hegel et
la religion», en Philosqphie et Religion
Las Lecciones de Hegel no son tex- (C.E.R.M.), Messidor-Editions sociales,
tos redactados por su propia mano, sino 1974.
LECCIONES SOBRE LA HISTORIA DE LA FILOSOfÍA 388
lianismo mismo, del que las Lecciones son LENGUAJE (EL), Language, 1933.
totalmente solidarias. Es lo que hace, por LEONARD BLOOMAELD, 1887-1949.
ejemplo, Marx. En -+ La ideología ale-
mana, él, que fue un «joven hegeliano» Cuadro completo y sistemático de los
contesta la idea misma de una historia orígenes y de los años ulteriores de la lin-
autónoma de la filosofía, al considerarla güística estructural, esta obra tiene un
como una forma de conciencia ideológi- doble valor: cientifico y pedagógico. En
ca que está ligada a un cierto estadio de el fondo, el análisis lingüístico de Bloom-
desarrollo del modo de producción. Mas field no se distingue del de los fonólogos
de manera muy hegeliana, en su supera- de Praga. La noción de lenguaje como
ción de la concepción de las Lecciones, producto social, por ejemplo, está toma-
Marx conserva una idea esencial: no hay da de Sapir. La obra ha servido de refe-
otra filosofía que la de su propio tiempo. rencia a los lingüistas americanos que,
después de Bloomfield, definen las rela-
Edición: Lecciones sobre la historia de la ciones sintácticas de subordinación, de
filosofía (tr. W. Roces), 3 vols., México, Fon- coordinación y de construcción exocén-
do de Cultura Económica, 1955. . trica como relaciones que se identifican
Estudio: F. Chatelet, Hegel, col. «Ecrivains
de toujours», Le Seuil, 1978. con las tres funciones de la glosemática:
selección, combinación, solidaridad. A
Bloomfield se debe la definición de la pala-
bra como la «forma libre mínima». Este
LECCIONES SOBRE LAS PRUEBAS
criterio funciona negativamente para cla-
sificar las unidades ligadas. Se trata de
DE lA EXISTENCIA DE DIOS.
hecho de una definición puramente lin-
GEORG W!LHELM FRIEDRICH HEGEL.
güística.
Véase PRUEBAS DE LA EXISTENCIA
La base de la enseñanza de Bloomfield
DE DIOS (LAS).
es la observación. El lenguaje es para él
lo que coordina al grupo social. Espera,
por tanto, que la lingüística permita com-
prender mejor a las sociedades humanas.
LECCIONES Y FRAGMENTOS CÉlE-
BRES, Célebres /e¡;ons et fragments, Edición: Lenguaje, Universidad Mayor de
1950. San Marcos, Perú, 1964.
JuLES lAGNEAU, 1851-1894. Estudio: B. Malmberg, Los nuevos cami-
nos de la lingüística (tr. J. Almela), Méxi-
co, Siglo XXI, 1967 (pp. 174-205: «La lin-
Esta recopilación recoge la huella de güística estadounidense moderna»).
una enseñanza oral que marcó profun-
damente a ciertos alumnos de Lagneau,
como Alain. Analizando el juicio, la per-
cepción, la evidencia, la certeza, Lagne- LENGUAJE (EL)- Una introducción al
au quiere <<reencontrar todo el pensamiento estudio del habla, Language, an Intro-
en el menor de nuestros pensamientos»; duction to the Study of Speech, 1921.
desarrolla una filosofía reflexiva, espiri- EoWARD SAP!R, 1884-1939.
tualista y voluntarista a la vez. El célebre
curso sobre Dios identifica la divinidad con Sapir aplica el espíritu de síntesis a los
la libertad, en la conciliación suprema de hechos lingüísticos al estudiar los princi-
la moralidad y de la naturaleza. pales aspectos de la «forma lingüística».
Con independencia de Saussure --del que
Edición: Célebres Le¡;ons et Fragments, ignora los trabajos-, el autor descubre
P.U.F., 1964.
Estudio: Alain, «Souvenirs concemant Jules la noción de fonema y distingue entre
Lagneau>>, en Les Passions et la Sagesse, fonología y fonética, o dicho de otro
Bibliotheque de la Pléiade, Gallimard, 1960. modo, entre aproximación formal y apro-
LENGUAJE, VERDAD YLÓGICA 390
está más bien regulada por la estructu- LENGUAJES DEL ARTE, Languages
ra profunda, y la segunda (fonética) por of Art, 1968.
la estructura superficial. En estas con- NELSON GOODMAN, nacido en 1906.
diciones, el niño no puede saber cuan-
do nace qué lengua va a aprender, mas Desde el comienzo de esta obra, Nel-
debe saber que su gramática es de una son Goodman anuncia que no va a tra-
forma predeterminada que excluye tar de estética. Pero ¿puede la filosofía
muchas lenguas imaginables: esta res- analítica imponerse en materia de arte
tricción innata constituye una precondi- si prescinde, por una parte, de la heren-
ción, en el sentido kantiano, de la expe- cia estética continental, y, por otra, de
riencia lingüística. la percepción estética propiamente
dicha?
Edición: El lenguaje y el entendimiento El punto de vista «semántico" adopta-
(tr. J. Ferraté y S. Oliva), Seix Barra!, 1986. do por el autor descubre los concordan-
Estudio: C. P. Otero, La revolución de
Chomsky, Tecnos, 1984. tes de una variedad simbólica, el «lugar»
lógico en el que la obra funciona; tam-
bién evoca la visión relativista de la «ver-
dad". Mas se sabía ya que la refundición
de la realidad no es la copia del mundo
LENGUAJE Y EL PENSAMIENfO (EL),
real, que la actitud (¿psicológica?) en el
Le langage et la pensée, 1930.
arte no se cansa jamás de experiencias
HENRI DELACROIX, 1873-1937.
nuevas, en fin, que la expresión liga al
símbolo con una etiqueta que lo denota
En el punto de partida de esta obra metafóricamente.
se encuentra la distinción saussuriana entre Para Goodman, las concepciones del
lengua y palabra. Mas Delacroix afina esta mundo no se apoyan en «metáforas-enrai-
distinción haciendo aparecer diferencias zadas>>, porque los mundos son creados fue-
entre el lenguaje (la función humana), la ra de los procesos verbales y no verbales.
lengua (institución lingüística), la palabra
(el fonema físico) y el habla (uso individual Edición: Los lenguajes del arte (tr. J. Caba-
de la lengua). Estas distinciones, por las nes), Seix Barra!, 1974.
cuales el autor ha realizado muchas apor- Estudio: «Nelson Goodman et les langages
taciones a la lingüística, están hoy a la de l'art», en Cahiers d1,1 musée national
d'Art moderne, n.o 41, Ed. du Centre Pom-
base de toda reflexión sobre el lenguaje. pidou, 1992.
Delacroix se interesa igualmente por
las condiciones sociales del lenguaje, como
también por su origen, para el cual admi-
te una intervención combinada de lo afec- LENGUAJES TOTAUTARIOS: Críti-
tivo y lo intelectual. Estatuto de la lengua, ca de la razón y de la economía narra-
fonética, adquisición del lenguaje son otros tiva, Langages totalitaires: Critique de
tantos presupuestos para la reflexión sobre la raison (et) de l'économie narrative,
las relaciones del lenguaje con el pensa- 1972.
miento. JEAN-PIERRE FAYE, nacido en 1925.
Aunque admitiendo un pensamiento
prelingüístico (como también la expe- Esta obra no es solamente una cap-
riencia de lo inefable), el autor afirma aquí tación de historia enriquecida con un
el papel esencial del lenguaje en la for- ensayo lingüístico, sino un primer paso
mación del pensamiento conceptual. hacia una nueva Crítica, más allá de las
críticas de la razón física y de la econo-
Edición: Le Langage et la Pensée, Alean,
1930. mía política. Esta «crítica de la narración»
Estudio: A. Palau, Dictionnaire des philo- arrastra a su autor a un examen atento
sophes, P.U.F., 1984. de los enunciados que hacen la historia,
LENIN YLA FILOSOFÍA 392
Después de esta teoría del conoci- nidad sin frenos pudiera sobrevivir a sus
miento se aborda la teoría de la voluntad, propios desmanes. Pues desde el momen-
con el estudio de las pasiones útiles o no to en que la multitud instituye el sobera-
al hombre en su vida cotidiana. Los dis- no, el efecto del pacto es el de una ele-
cursos «conducen» al éxito o al abando- vación: el soberano es el que encarna la
no. Hobbes contempla a la filosofía des- fuerza cohesiva adecuada para transfor-
de el punto de vista de su eficiencia ligada mar a la multitud en un pueblo consciente.
a su utilidad pragmática. Por esta razón Hobbes reconoce al sobe-
La segunda parte del Leviatán opone rano el derecho y el deber de ser el juez
por tanto a las pasiones humanas, ellas mis- permanente: tanto sobre las medidas nece-
mas <<naturales>•, las «leyes naturales>> que son sarias para el mantenimiento de la paz
las primeras «leyes moraleS>• (equidad, justi- como en materia de doctrinas a enseñar,
cia, gratitud, así como las virtudes con ellas de decisiones relativas a la guerra, y, en
conectadas) pero que los hombres no siem- general, de todo aquello que afecte a cues-
pre están dispuestos a obedecer. Ésta es la tiones de retribución o castigo.
razón de que las <<Convenciones>•, sostenidas ¿Qué ocurre entonces con la libertad
por la g/aive (espada), sean necesarias para de los suúbditos? Hobbes considera que
la supervivencia de la comunidad. La pri- toda acción del soberano es también simul-
mera vocación del Estado es por tanto la de táneamente la acción de todo súbdito que,
garantizar la seguridad. Porque sólo un poder en consecuencia, puede ser considerado
común puede refrenar las voluntades y diri- como el autor de la acción. Y en grado
gir las acciones hacia un beneficio común. tal, que la libertad es siempre libertad
Para Hobbes, únicamente el principio polí- del Estado; dicho en otros términos: nin-
tico es susceptible de tener por efecto el guna acción escapa al orden político, úni-
de reunir a las diversas fuerzas en un solo co poseedor de la libertad a la que todos
hombre o una sola asamblea, y a las volun- los hombres aspiran. De hecho, la mayor
tades particulares en una sola voluntad. En parte de la «Verdadera» libertad individual
la perspectiva de eliminar los conflictos sur- del súbdito reside en el «silencio de la ley»
gidos constantemente entre los hombres del que le deja decidir por sí mismo. Esta
hecho mismo de su igualdad natural, Hob- segunda parte del Leviatán tiene también
bes somete la voluntad y el juicio del con- un carácter esencialmente jurídico, pues
junto de los particulares a la voluntad y el trata de los derechos de los soberanos,
juicio de un hombre o una asamblea que de los de las organizaciones políticas y
asume desde entonces las personalidad de privadas, de los ministerios públicos, de
todos. Es la institución del Estado lo que per- las leyes civiles y penales.
mite así establecer los derechos y prerro- Estableciendo un díptico entre el «rei-
gativas del hombre u hombres a los que se no natural de Dios» y el poder del sobe-
ha conferido el poder mediante el <<Consenso rano que depende de un pacto, Hobbes
del pueblo reunidO>>. La persona así inves- aborda, en la tercera parte de la obra,
tida de poder soberano lo es por conven- la noción de Estado cristiano. Tras haber
ción con «la multitud entera••, y no puede obtenido los elementos constituyentes del
ser destituido. Estado tanto de «la naturaleza de los hom-
Buscando refrenar el deseo de poder bres» como de las «definiciones de las
que ve inscrito en el corazón de los hom- palabras esenciales», Hobbes prosigue su
bres y las manifestaciones de violencia discurso apoyándose ahora sobre «la pala-
que observa a su alrededor, Hobbes movi- bra natural de Dios» y sobre «su palabra
liza a la fuerza política modulándola en profética». Mediante el análisis de pala-
esa forma de gobierno que se conoce bras tales como <<Vida eterna», «infierno»,
como «absolutismo». Sobre el fondo de «salvación», «mundo futuro» «redención»
una teoría de las pasiones, el recurso a Hobbes muestra que existe ~ Estado qu~
la unidad política se le aparecía como el desborda a la «sociedad civil». Y bajo la
único medio de garantizar que una huma- misma perspectiva procede a enunciar
395 LEYES DE LA IMITACIÓN (LAS)
los «derechos del reino de Dios» y a deli- LEYES (LAS), o Sobre la legislación,
mitar el «poder eclesiástico». Nó¡.tot, ñ Tiepi vo!lo9ecriac;, o hacia 35 7-
En contrapartida, el reino de las tinie- 347 a.C.
blas se constituye en objeto de la cuarta y PlATóN, 428/427-348/347 a.C.
última división del Leviatán, en la que Hob- Diálogo.
bes critica la interpretación que se ha hecho
de la Escritura calificándola de «Val1a filo- ---> La República describía la ciudad
sofía>> y de amasijo de <<tradiciones de fábula>>. ideal; Las Leyes se esfuerzan en imaginar
en detalle una ciudad posible, esto es, un
Edición: Leviatán (tr. C. Mellizo), Alianza, compromiso entre las exigencias de la Idea
1989. y la realidad humana. Entre los factores de
Estudios: L. Bems, «Thomas Hobbes (1588-
1679)», en L. Strauss y J. Cropsey (comps.), estabilidad política, Platón distingue los que
Historia de la filosofía política (tr. L. Gar- son resultado de las condiciones natura-
cía Urriza, D. L. Sánchez y J. J. Utrilla), Méxi- les -sobre los cuales no tienen autoridad
co, Fondo de Cultura Económica, 1993, pp. los hombres- de los elementos que el legis-
377-399; F. Tonnies, Thomas Hobbes: vida lador puede modelar. La estabilidad resi-
y doctrina (tr. E. Imaz), Alianza, 1988; N.
Bobbio, Thomas Hobbes (tr. M. Escrivá), de en el equilibrio de las tendencias, que
Plaza y Janés, 1991. actúa como freno Oos cambios son siem-
pre malos) y jamás como factor de pro-
greso, noción ésta que carece de sentido
en Platón. Particular importancia tienen
LEYES (LAS), De /egibus, o hacia 50 las condiciones subjetivas de la obediencia
a.C. a las leyes; por ejemplo, en el libro X es
CICERÓN (Marco Tulio), 106-43 a.C. condenado el ateísmo por sus efectos anti-
sociales (como lo será más tarde en Rou-
Escrito bajo forma de diálogo, este tra- sseau). Platón murió mientras escribía Las
tado político en tres libros y publicado post Leyes, la más larga de sus obras.
mortem, pone en escena tres personajes:
el propio Cicerón, Quinto, su hermano, Edición: Las Leyes (tr. J. M. Pavón y M.
Femández Galiana), 2 vals., Centro de Estu-
y Atico, uno de sus amigos íntimos.
dios Constitucionales, 1983.
Los interlocutores discuten de la nece- Estudios: L. Strauss, «Platón (427-347 a.C.}»,
sidad para la naturaleza humana de ela- en L. Strauss y J. Cropsey (comps.), Histo-
borar leyes, desde el momento en que ria de la filosofía política (tr. L. García Urri-
está sometida a la complejidad de una za, D. L. Sánchez y J. J. Utrilla), México,
Fondo de Cultura Económica, 1993, pp. 43-
estructura social. Después evocan la hipó- 95; W. Jaeger, Paideia. Los ideales de la
tesis de una legislación perfecta que esta- cultura griega (tr. J. Xirau y W. Roces), Méxi-
ría fundada en una dosificación equilibrada co, Fondo de Cultura Económica, 1967;
de lo profano y lo sagrado, como lo esta- W. D. Ross: La teoría de las ideas de Pla-
ban las antiguas leyes de las Doce Tablas. tón (tr. J. L. Díez), Cátedra, 1989; P.-M.
Schuhl, L'oeuvre de Platon, Vrin, 1971,
Después de Platón y Cicerón, el tema libro IV, cap. 11.
de la legislación inspirará igualmente a
Montesquieu, que escribirá---> El espíritu
de las leyes.
LEYES DE LA IMITACIÓN (LAS), Les
Edición: Las leyes (tr. A. d'Ors), Centro
de Estudios Constitucionales, 1971. /ois de l'imitation, 1890.
Estudios: J. E. Holton, «Marco Tulio Cice- GABRIEL DE TARDE, 1843-1904.
rón (106-43 a. C.)>>, en L. Strauss y J. Crop-
sey (comps.), Historia de la filosofía polí- Para estudiar la desviación, Tarde se ve
tica (tr. L. García Urriza, D. L. Sánchez y J. obligado a especializarse en el estudio de los
J. Utrilla), México, Fondo de Cultura Eco-
nómica, 1993, pp. 158-176; P. Grima!, fenómenos sociales. Representante de la
Cicerón, Fayard, 1986. escuela del medio social, opuesta a la escue-
LIBRO DE LA CONSOLACIÓN DIVINA (EL) 396
LIBRO DEL CIELO Y DEL MUNDO 1834 y que será consagrada a dar a cono-
(EL). cer las teorías económicas que el autor
NICOlÁS DE 0RESMES. formuló a partir de sus experiencias como
Véase TRATADO DEL CIELO Y DEL industrial y como fundador de una comu-
MUNDO. nidad obrera autónoma. El texto fue publi-
cado de manera fragmentaria entre 1836
y 1844, para devenir inmediatamente el
texto de referencia de los owenianos.
LIBRO DEL FILÓSOFO (EL), Das Phi- Owen condena a la floreciente sociedad
losophenbuch, 1872-1875. industrial que reduce a la indigencia a la
FRIEDRICH WILHELM NIETZSCHE, 1844- mayor parte de los trabajadores, y apela
1900. al advenimiento de otro tipo de socie-
dad que se apoye sobre el trabajo coo-
En la estela abierta por --+ El naci- perativo. Rechaza sin embargo la idea de
miento de la tragedia, Nietzsche se pro- una revolución violenta engendrada por
ponía escribir y terminar El libro del filó- la lucha de clases en beneficio de una
sofo, que ha quedado en su mayor parte reforma social de la que las comunidades
bajo forma de aforismos, de bosquejos y que él había fundado serían los antece-
de planes, tal como los que abundan en dentes. Owen puede ser asimilado a los
la obra completa de Nietzsche. El interés socialistas utópicos por su voluntad de
primordial de estos perspicaces textos creer en la posibilidad de establecer una
sobre la cultura y la civilización reside en sociedad ideal.
su concentración sobre el doble problema
Edición: The book of the «New Moral
de la verdad y el lenguaje, que el autor World», Nueva York, Kelley, 1970.
plantea desde el comienzo como filólogo- Estudio: S. Dupuis, Robert Owen ou la Pen-
filósofo que reflexiona sobre los orígenes sée et l'Action d'un socialiste utopique,
del pensamiento y del lenguaje. 1771-1858, Atelier national de reproduc-
Nietzsche continuará, a todo lo largo de tion des theses de l'université Lille, 1989.
su carrera filosófica, tratando de la relación
del lenguaje con la verdad. Para él, el len-
guaje es de esencia retórica, y la verdad,
LIBRO DEL SABIO (EL).
que pasa a través del tamiz del lenguaje,
es a su vez retórica. Según Nietzsche, hay
CHARLES DE BoVELLES.
Véase SABIO (EL).
una noción que está llamada a jugar un
importante papel en el desarrollo huma-
no: la noción de imposible; porque lo impo-
sible es el «correctivo del hombre».
LIBROS DE LAS SENTENCIAS, Libri
Edición: El libro del filósofo (tr. A Bera- quatuor sententiarum, o 1148-1152.
sain), Taurus, 1974. PEoRO LOMBARDO, hacia 1100-1160.
Estudio: G. Deleuze, Nietzsche y la filoso- Suma teológica.
fía (tr. C. Arta!), Anagrama, 1994.
Base de la especulación teológica
medieval, los cuatro libros de las Sen-
tencias tratan del misterio de la Trinidad,
UBRO DEL NUEVO MUNDO MORAL del problema de la creación y de la con-
(EL), A book of the new moral world, dición de las criaturas, de la Encamación
1836-1844. y de la acción del Espíritu Santo, de los
ROBERT OWEN, 1771-1858. sacramentos. Esta suma, que ha suscita-
do innumerables comentarios, será reem-
Esta obra de Owen corresponde a la plazada en la tradición por la--+ Suma
segunda fase de su acción, empezada en teológica de Tomás de Aquino.
LINGÜÍSTICA CARTESIANA 398
cas. Las diversas «formas• de juicio son un momento encandilado por el <<todo es
tomadas como etapas hacia la totalización espíritU>> del monismo de los dos «Diós-
lógica de la realidad, sobre el modelo de curos» antes de seguir a George Moore
formas biológicas, de tipos morfológicos por la vía de la defensa del sentido común.
que se adaptan más y más a lo real. Se ha podido decir que con estos monu-
La segunda edición aumentada (1911) mentos lógicos «el idealismo absoluto
pertenece a una segunda época en el iti- moría de belleza, después de haber dado
nerario del autor, marcado por la apari- lo mejor de sí mismo» (Jean Pucelle).
ción de -->Apariencia y realidad de Erad-
ley. Bosanquet toma partido por el Edición: Logic, or Morphology of Know-
idealismo absoluto de este último contra Jedge, 2 vals., Clarendon Press, Oxford,
1911.
los ataques de James. Mientras que has- Estudio: F. Houang, Le Néo-hégélianis-
ta antonces consideraba a la realidad como me en Angleterre: la phílosophie de Ber-
el término ideal hacia el que tiende el cono- nard Bosanquet, Vrin, 1954.
cimiento, ahora hace de ese término una
absoluta satisfacción de todas las nece-
sidades humanas en todos los planos
(moral, religioso, etc.). Por ello se ve con- LÓGICA (LA), o Los primeros desa-
ducido a interpretar el pensamiento de rrollos del arte de pensar, La Logique,
manera más amplia que su maestro -en ou les Premiers Développements de
el sentido de la Vernunft hegeliana, facul- /'Art de penser, 1780.
tad del Universal concreto-, como una CONDILI.AC (Étienne Bonnot de), 1714-
actividad inmanente a la vida afectiva y a 1780.
la acción, que aspira a la armonía inter-
na y hace posible una dialéctica de la expe- En este tratado, redactado en 1777,
riencia: «principio inmanente y activo de Condillac se propone definir lo que es pen-
no-contradicción o de individualidad». La sar bien. Pensar bien es pensar de con-
conciencia se afirma en la expansión y formidad con lo que la naturaleza nos ense-
no en el fracaso. Las experiencias más ña por la vía del placer y del dolor, es
significativas del hombre son aquellas que pensar utilizando la más natural de las facul-
marcan el máximo de expansividad, de tades del espíritu, el análisis, que nos lle-
potencia, de armonía. va de lo conocido a lo desconocido. La
Se ha opuesto el carácter alegre de lógica de Condillac no es por tanto una
Bosanquet al humor sombrío de Bradley. teoría de las proposiciones, sino un arte
Así la confianza del primero en una Pre- del análisis que introduce al arte de los sis-
sencia universal viene a ser el contrapunto temas.
de la destrucción de todos los lazos rela-
cionales que realiza el monismo del segun- Ediciones: Lógica. Extracto razonado del
do, replegado sobre sí mismo y asedia- Tratado de las sensaciones (tr. J. Villa),
do por el Absoluto -decía James- como Orbis, 1985; La Logique, en Oeuvres
completes de Condillac, Slatkine, 1970.
por un enemigo extranjero. Estudio: E. Bréhier, Historia de la filoso-
Los últimos capítulos muestran que la fía (tr. J. A. Pérez Millán y M.• D. Morán),
filosofía de lo Absoluto es el despliegue vol. Il, Tecnos, 1988, pp. 72-85.
de la lógica, y no una presuposición arbi-
traria anterior a ésta. El autor critica de
manera profunda la lógica simbólica y el
pragmatismo. LÓGICA: La teoría de la investigación,
Esta obra ocupa una posición estraté- Logic: The Theory of lnquiry, 1938.
gica inmensa al modo de la de Bradley: JOHN DEWEY, 1859-1952.
en efecto, en torno a estos autores es
como se articula una parte de los oríge- No se trata ni de lógica clásica ni de
nes del empirismo lógico. Russell estuvo lógica moderna, sino que el autor se pro-
401 LÓGICA DE LA FILOSOFÍA
pone estudiar la naturaleza de la lógica hoy por «lógica», a saber, una disciplina
en la perspectiva abierta por sus libros formal. Se ocupa de la lógica, pero tam-
anteriores: Estudios de lógica teórica bién de la filosofía y, de una manera gene-
(1903), Ensayos de lógica experimental ral, de la teoría del conocimiento (con-
(1916) y Cómo pensamos (1910). Dewey ceptos, juicios, razonamientos, método).
presenta primeramente la «matriz de la La teoría de los razonamientos retoma la
investigación» a partir de lo biológico y lo división kantiana de las facultades: enten-
cultural; a continuación establece una dis- dimiento, razón, facultad de juzgar.
tinción entre la indagación del sentido
común y la indagación científica. Edición: Logique (tr. L. Guillermit), Vrin,
La segunda parte de la obra está dedi- 1970.
cada a la constitución de la investigación Estudio: A. Philonenko, L'Oeuvre de Kant,
t. 11, Vrin, 1988.
(estructura y juicios); la tercera parte se
ocupa de la proposición y los términos;
la cuarta explicita la lógica del método
científico. Finalmente un cuadro analíti-
LÓGICA DE LA FILOSOFÍA, Logique
co retoma en su conjunto el movimiento
de la philosophie, 1950.
del pensamiento del tratado.
ÉRIC WEIL, 1904-1977.
La lógica por la que el autor se intere-
sa aquí es una lógica de la investigación,
En la obra de Éric Weil, este ensayo
diferente de la de Peirce. ¿Qué es la inves-
ocupa un lugar central en la medida en
tigación? «La investigación es la transfor-
que se trata de un reflexión de la filoso-
mación controlada o dirigida de una situa-
fía sobre e!!a misma, la tentativa de una
ción indeterminada, en una situación que
comprensión sistemática de esta com-
es tan determinada en sus distinciones y
prensión sistemática que es la filosofía.
relaciones constitutivas que convierte los
Es una lógica porque e!!a es un sistema
elementos de la situación original en un
y porque se interroga sobre sus propios
todo unificado.» Tal es el esquema de este
presupuestos; es la filosofía misma, por-
estudio, cuya vocación es proponer el pro-
que para Éric Weil «la filosofía es cientí-
blema mientras lo instituye.
fica»; esta reflexión comprende al discur-
Dewey establece con esto las bases de
so filosófico total, es decir, a la razón y
una epistemología de tipo procedimen-
a su otro. Aunque sistemática, la filosofía
tal, que está de acuerdo con la que lan
permanece «abierta» a su otro, y ese otro
Hacking propone hoy día. es lo que Weilllama la violencia, inser-
ta en la misma filosofía y que ésta revela
Edición: Lógica. Teoría de la investigación en su incapacidad para reducirla. De Hegel
(tr. E. lmaz), México, Fondo de Cultura Eco-
nómica, 1950. retiene el autor la voluntad de abarcar el
Estudio: G. Deledalle, L 'Idée d'experience discurso sistemático entero, de com-
dans la philosophie de John Dewey, P.U.F., prender cómo la razón puede encontrar
1967. en el interior de e!!a misma la negatividad
absoluta; de Kant toma la voluntad de
comprender ese deseo mismo de com-
prender y el carácter irreductible de la
LÓGICA, Logik, 1800. antinomia razón/violencia.
IMMANUEL KANT, 1724-1804. Lo que caracteriza la apertura del dis-
curso weiliano es que, sistemática y cohe-
Esta obra es la ordenación realizada rentemente, conserva sin embargo el ale-
por un antiguo estudiante (Jasche) de las jamiento y la separación del con-sigo;
notas personales que el filósofo utilizaba permanece abierto a la realidad exterior
en su enseñanza. El objetivo de la obra que lo contradice sin sobrepasar la exte-
sobrepasa lo que nosotros entendemos rioridad radical de la violencia y de la razón
LÓGICA DE LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA (LA) 402
en una dialéctica de tipo hegeliano. Para tificidad. Acabó por quedar persuadido
Éric Weil, la dialéctica revela la contra- de que ninguna de las dos son de la mis-
dicción más que superarla. Pretende man- ma naturaleza que la teoría de la relativi-
tener una relación con Hegel, mas supe- dad, a cuyo estudio se consagró enton-
rar a Hegel mismo. Su dialéctica es una ces. De aquí su búsqueda de un «criterio
oposición entre actitudes y categorías, su de demarcación» capaz de establecer de
lógica, una lógica de actitudes y catego- manera concluyente la naturaleza o el
rías filosóficas en una estructura comple- estatuto científico de una teoría.
ja de recuperaciones, por las cuales el dis- La tesis más ampliamente admitida en
curso se va paulatinamente abriendo y la época afirmaba que la ciencia se dis-
cerrando sobre sí mismo. Consciente de tingue de otras disciplinas por el carácter
su finitud, el ser finito quiere comprender empírico de su método. De un gran
la totalidad de lo real, por tanto com- número de observaciones o de experien-
prenderse a sí mismo, en la infinitud del cias, el sabio se creía autorizado a extra-
discurso. er, en virtud del famoso principio de la
Esta obra da testimono, tal vez mejor inducción, las leyes que él consideraba
que ninguna otra; de la originalidad del como universalmente válidas. Pero, obser-
pensamiento de Eric Weil, demasiado a va Popper, nadie (ni el mismo Kant) ha
menudo considerado como un simple logrado justificar racionalmente la infe-
comentarista de Hegel. rencia inductiva. Una multitud de casos
particulares no nos permiten en ningún
Edición: Logique de la phílosophie, Vrin, caso inferir una regla universal: «Poco
1985. ' importa el gran número de cisnes blan-
Estudio: G. Kirscher, La Philosophie d'E-
ric Weil: systématicité et ouverture, col. cos que podamos haber observado, ello
«Philosophes d'aujourd'hui», P.U.F., 1989. no justifica la conclusión de que todos los
cisnes son blancos.» Popper se orienta
más bien hacia un método deductivo que
se apoya en una «puesta a prueba» de las
LÓGICA DE LA INVESTIGACIÓN teorías. De la teoría examinada, convie-
CIENTÍFICA (lA), Logik der Forschung: ne deducir enunciados singulares, o «pre-
Zur Erkenntnistheorie der modernen dicciones», susceptibles de ser fácilmente
Naturwissenschaft, 1934. comprobados en la experimentación. Si
KARL RAIMUND PoPPER, 1902-1994. la teoría no supera las pruebas, se dirá
que está falsada, o refutada por la expe-
La cuestión propuesta en el punto de riencia. Si, por el contrario, pasa airosa
partida de esta monumental obra no ha las pruebas, la teoría será considerada
cesado de movilizar a los filósofos, desde como «corroborada» -provisionalmente,
Bacon y su--> Novum Organum: ¿exis- se entiende, porque nada impide que fra-
te un criterio que permita distinguir la ver- case en pruebas posteriores o que se vea
dadera ciencia de la metafísica o de las reemplazada por una teoría mejor-. Este
pseudociencias (alquimia, astrología)? Pop- <<deductivismo» conduce muy naturalmente
per juzga esta cuestión tanto más crucial a Popper a formular un criterio de demar-
por cuanto que, siendo un joven estu- cación que no dependa de la lógica induc-
diante, se interesó por las tres corrien- tiva. Porque, hasta entonces, una teoría
tes revolucionarias de pensamiento que parecía tanto más asegurada cuanto
sacudían la Viena de los años veinte: la mayor hubiera sido el número de obser-
teoría de la relatividad de Einstein, el psi- vaciones que la confirmaban. Criterio ina-
coanálisis de Freud y la teoría de la his- ceptable a los ojos de Popper, puesto que
toria de Marx. Aunque fascinado por la la acumulación de verificaciones no podría
potencia de estas dos últimas doctrinas, establecer definitivamente la validez de
Popper no podía evitar el preguntarse por una teoría. Es por el contrario la «falsa-
la legitimidad de sus pretensiones de cien- bilidad», o la posibilidad de ser falsada
403 LÓGICA DE LO SOCIAL (LA)
de el punto de vista de las categorías del de esta época: «El entusiasmo fue general:
mundo sensible. Se trata de la constitu- todos nos hicimos feuerbachianos.»
ción, tal como la entiende Camap, o de Para Engels, la cuestión fundamental
la estructura de las apariencias, tal como de toda filosofía es la de la relación del
la concibe Goodman. pensamiento con el ser: el idealismo afir-
Estos diversos exámenes conducen a ma el primado del espíritu sobre la natu-
identificar las dificultades encontradas por raleza; el materialismo, el de la natura-
las teotías contemporáneas. El análisis de las leza sobre el espíritu. El materialismo
apariencias deja subsistir una inexactitud de mecanicista del siglo xvm era incapaz
principio que afecta a todo conocimiento de concebir el mundo como un proceso.
empírico. El problema que se plantea es el En cuanto al materialismo de Feuerbach,
siguiente: las figuras geométricas, ¿son <<ide- no ha sabido ni integrar los descubri-
ales>> o «abstractas»? La generalización o mientos de su tiempo (la célula, la trans-
abstracción conjuntista y la abstracción pro- formación de la energía, el evolucionis-
piamente dicha son distinguibles, pero las mo datwiniano), ni aplicarse a la ciencia
dos acusan un carácter arbitrario. de la sociedad.
Cierto, Feuerbach demuestra que
Edición: La logique et le monde sensible, Dios no es más que el reflejo fantásti-
Rammarion, 1971.
Estudio: F. Armengaud, Dictionnaire des co del hombre, pero pese a esto sigue
philosophes, P.U.F., 1984. siendo un idealista -en todo punto infe-
rior al Hegel de los ~ Principios de la
filosofía del derecho, cuya forma es
idealista pero cuyo contenido (la moral,
LUDWIG FEUERBACH Y EL AN DE el derecho, la economía, la política) es
LA ALOSOFÍA ClÁSICA ALEMANA, realista. «En Feuerbach es todo lo con-
Ludwig Feuerbach und der Ausgang der trario; desde el punto de vista de la for-
klassischen deutschen Philosophie, ma es realista, toma como punto de par-
1886. tida al hombre; pero del mundo en el
fRIEDRICH ENGELS, 1820-1895. que este hombre vive no se hace en
absoluto cuestión.»
Con ocasión de la publicación por el Marx ha surgido igualmente de la desa-
filósofo danés Carl N. Starcke de un gregación del hegelianismo. Mas él parte
Ludwig Feuerbach (Stuttgart, 1885), del aspecto revolucionario de la dialéctica,
Engels redacta un texto (aparecido en y la pone cabeza abajo. Que todo en la his-
abril-mayo de 1886 en la revista social- toria es proceso tiene que ser aplicado tam-
demócrata Neue Zeit) en donde exa- bién a la historia de la sociedad. Todas las
mina el lazo que une la filosofía clásica luchas políticas son luchas de clases que
(Hegel) y el movimiento obrero alemán, buscan la emancipación económica. Con-
y donde expone la concepción marxis- trariamente a lo que pensaba Hegel, es
ta de la historia. la sociedad civil (el dominio de las rela-
La filosofía de Hegel (de la que Engels ciones económicas) y no el Estado el ele-
se complace en subrayar su carácter revo- mento determinante de la historia.
lucionario) es a la vez sistema (idealista) y
método (dialéctico). Después de la infa- Edición: Ludwig Feuerbach y el fin de la
filosofía clásica alemana (tr. editorial), Agui-
tuación (1830-1840), viene la descompo- lera, 1969.
sición. >- La esencia del cristianismo de Estudio: G. Labica, Karl Marx, les theses
Feuerbach aparecía como el libro ruptura sur Feuerbach, P.U.F., 1987.
M
MAESTROS PENSADORES (LOS), Les MALESTAR EN LA CULTURA (EL),
maítres penseurs, 1977. Das Unbehagen in der Ku/tur, 1929.
ANDRÉ GLUCKSMANN, nacido en 1937. S!GMUND FREUD, 1856-1939.
Como sugiere su título, parodia del de Se puede considerar esta obra como una
la ópera wagneriana (Los maestros can- suerte de alegato para hacer aceptar la hipó-
tores), este ensayo es una virulenta denun- tesis -que Freud calificaba por lo demás de
cia de los discursos filosóficos alemanes <<especulativa>>- del famoso dualismo Eros-
del siglo XIX. En su proceso de teorización Tánatos. Pero jamás es presentado aquí
del fenómeno totalitario, Glucksmann ve Tánatos en tanto que tal; es la agresividad,
en efecto en los llamados maestros libe- aliada de las pulsiones eróticas y de las pul-
radores de la humanidad (Fichte, Hegel, sienes de muerte, lo que constituye el eje
Marx y Nietzsche) a los que condujeron a del libro. Así la cultura, tomada como la
la conciencia europea por el camino del suma de las instituciones surgidas del pro-
Mal, el de los campos de exterminio y del ceso de civilización (el matrimonio, la reli-
Goulag. gión, la moral, la política, etc.) es presa de
La obra consagraba la aparición de un malestar profundo y permanente, efec-
una «nueva filosofía>> determinada, a par- to de la represión social de las pulsiones.
tir de mayo del 68, a analizar la realidad Para Freud, es el mismo proceso de civili-
del poder. Inicialmente defensor de la zación el que lleva en sí los gérmenes de ese
variante maoísta, Glucksman que, en La malestar. Porque la civilización transforma
cocinera y el devorador de hombres las pulsiones de los hombres en aspiracio-
(1975), había visto en la práctica del capi- nes (sociales, culturales, intelectuales) que
talismo y el marxismo la misma volun- no les permite satisfacer. De aquí un senti-
tad de poder, anuncia el crepúsculo de miento de frustración, de decepción, de
los ídolos antes de invitarnos a ajustar malestar que es común a todos los hombres.
nuestras conductas teniendo en cuenta La obra tendrá una gran incidencia en
la evidencia del Mal (Cinismo y pasión, el pensamiento del siglo XX. Marcuse se
1981). inspirará directamente en ella para redac-
tar~ Eros y civilización.
Edición: Los maestros pensadores (tr. J.
Jordá), Anagrama, 1978. Edición: El malestar de la cultura (tr. L.
Estudio: G. Schiwy, Les Nouveaux Philo- López-Ballesteros), en Obras completas, t.
sophes, col. «Médiations», Denoel, 1979. VIII, Biblioteca Nueva, 1974.
[409]
MANIFIESTO DEL PARTIDO COMUNISTA 410
Estudio: O. Mannoni, Freud, col. «Écrivains las comidas, el estadio- forman este tex-
de toujourS>>, Le Seuíl, 1977. to atribuido a Epicteto y ordenado des-
pués de su muerte por su discípulo Ravío
Arriano, ya redactor de las --> Conversa-
ciones (de las que el Manual seria un resu-
MANIAESTO DEL PARTIDO COMU- men). Destinado a los «progresantes» que
NISTA, Manifest der kommunistischen aspiran a devenir filósofos, el Enquiri-
Partei, 1848. dión (traducido por «manual» o «puñal»)
KARL MARX, 1818-1883, y FRIEDRICH ha sido comparado por Simplicio (siglo
ENGEI.S, 1820-1895. VI) a «un puñal que hay que tener siem-
pre a mano y del que aquellos que dese-
El texto, publicado anónimamente en an vivir bien estén prestos a servirse en
alemán en unos cientos de ejemplares, todo momento».
formó el programa de la Uga de los Comu- El punto de partida de la obra es la dis-
nistas, tal como fue decidido en el curso tinción realizada por Zenón de Citio entre
de un congreso celebrado en Londres y las cosas que dependen de nosotros
en el que Engels había participado acti- (nuestros juicios, nuestras tendencias,
vamente. Abriéndose con estas palabras: nuestros deseos, nuestras aversiones) y
«Un espectro recorre Europa, el espectro las cosas que no dependen de nosotros
del comunismo», el manifiesto sienta el (nuestro cuerpo, la riqueza, la celebridad,
principio rector según el cual «la historia el poder). La desgracia de los hombres
de tcxla sociedad es la historia de las luchas procede de que toman irreflexivamente
de clases». Es la que hoy se libra entre las segundas por las primeras. Así pues,
los proletarios y la burguesía. El objetivo no son las cosas en sí mismas (la enfer-
de los comunistas es la constitución del medad, la muerte) lo que hay que temer,
proletariado en clase, el derribo de la domi-
sino el juicio erróneo que nos hacemos
nación de la burguesía, la conquista del
sobre ellas. En cambio, la libertad es con-
poder politico por el proletariado. Tras
quistada por aquél que no siente «ni atrac-
una confrontación de los diferentes tipos
ción ni repulsión por nada que dependa
de socialismo y la exposición de la posi-
de los otros».
ción de los comunistas con respecto a los
Adaptado por los ermitaños cristianos
diferentes partidos de oposición, el texto
del monte Sinaí, el manual se puso de
termina con esta famosa consigna: «¡Pro-
moda en el siglo XVI entre los protestan-
letarios de todo el mundo, uníos!»
tes, y después entre los católicos.
Texto fundador, el Manifiesto contie-
ne algunas de las «piedras angulares» del Edición: Enquiridión (tr. J. García Mora),
marxismo, y por esta razón es una de las Anthropos, 1991.
obras más internacionalmente editadas Estudios: F. Sánchez de las Brozas, Doc-
(primera traducción francesa en 1872). trina del filósofo estoico Epicteto que se
llama comúnmente enchiridión, Diputa-
Edición: Manifiesto del partido comunis- ción Provincial de Badajoz. Opto. Publica-
ta (tr. W. Roces), Ayuso, 1974. ciones, 1993; G. Rodis-Lewis, La Mora-
Estudio: F. Claudin, Marx, Engels et la révo- le stoicienne, P.U.F., 1970.
lution de 1848, Maspero, 1980.
vida. Así, la obra apunta a la vez al cris- reinar soberanamente, con la pretensión
tianismo, al socialismo y al nihilismo, sien- de ser fines en sí, y no medios entre otros
do el segundo el resultado lógico del pri- medios.
mero, mientras que el tercero es la Después de una cuarta parte que reú-
consecuencia fatal de los otros dos juntos. ne algunas <<máximas e interludioS>>, Nietzs-
En la primera de las nueve partes en che intenta volver a trazar la «historia natu-
que está dividida Más allá del bien y del ral de la moral» (quinta parte): hasta ahora,
mal, denuncia Nietzsche los «prejuicios de los filósofos se han esforzado en «fundar>>
los filósofos». El más grave de todos es la la moral que ellos creían necesaria; si se
creencia en el valor absoluto de la verdad: hubieran tomado la molestia de examinar
«¿Qué es lo que propiamente aspira en la genealogía de esta moral, habrían com-
nosotros a la "verdad"»? ¿Por qué los filó- prendido que está apoyada en una «pro-
sofos no habrían de buscar más bien lo digiosa inversión de los valores», por la
no-verdadero, lo incierto, o sea lo falso? cual los esclavos han impuesto en toda
¿Por qué no dan valor más que a la sin- Europa una «moral de rebaño», una moral
ceridad, al desinterés, a la realidad, y no de sacrificio y de renuncia que exalta las
sienten más que desprecio por la menti- virtudes democráticas y los instintos gre-
ra, el egoísmo y las apariencias? Porque garios.
las investigaciones de los filósofos están La sexta parte de la obra se dirige a los
por entero orientadas por las ideas mora- sabios («Nosotros, los sabios»), que con-
les a las cuales pretenden llegar. Así, las viene poner al servicio de los podero-
normas que ellos creen extraer de la razón sos, como simples instrumentos de cono-
universal no son más que los reflejos de cimiento. En cuanto a los filósofos del
sus instintos personales y de la jerarquía porvenir, deberían «recorrer por entero
a la que están sujetos. Nietzsche denun- el círculo de los valores» para asumir la
cia igualmente la utilización que los hom- noble tarea de legislar y determinar el des-
bres hacen de ciertos conceptos, como los tino del hombre. No hay que creer, sin
de causa, de ley, de libertad, de necesidad, embargo, que los inmoralistas del maña-
de fin: sería erróneo creer que esas nocio- na no tengan sus propias virtudes; en la
nes permiten explicar los fenómenos, parte séptima («Nuestras virtudeS>>), Nietzs-
cuando en realidad no son más que fic- che procede a enumerarlas y a mostrar
ciones destinadas a designarlos. La segun- en qué difieren éstas de la virtudes medio-
da parte está consagrada al «espíritu libre». cres de las que se glorian los débiles.
No al librepensador, que no piensa más En las dos últimas partes («Pueblos y
que en conquistar la «felicidad del rebaño patrias» y •¿Qué es la aristocracia?»), tras
para todo el mundo», sino al filósofo del haber diseccionado la pretendida «pro-
pon;enir que comprende que sólo la <<Volun- fundidad» del pueblo alemán y apelado al
tad de poder>>, libre de toda consideración refinamiento del espíritu francés, Nietzs-
moral, permitirá que la humanidad se des- che precisa su ideal moral y social: «Has-
pliegue y progrese: «Creemos[ ... ] que todo ta ahora, toda elevación del tipo huma-
lo que es malo, terrible, tiránico en el hom- no ha sido obra de una sociedad
bre, lo que hay en él de fiera y de serpiente, aristocrática, y así continuará siendo; dicho
sirve tanto a la elevación de la especie de otro modo, ha sido la obra de una
"hombre" como su contrario.» sociedad jerarquizada que cree en la exis-
La tercera parte, titulada «El fenóme- tencia de fuertes diferencias entre los hom-
no religioso», trata de la historia del alma, bres y que tiene necesidad de una forma
del problema de la fe y de la «neurosis reli- cualquiera de esclavitud.» Así, quedan neta-
giosa» que se ha extendido por toda la tie- mente distinguidos dos tipos de moral: la
rra. Nietzsche subraya el carácter perni- de los señores, que se apoya en la antí-
cioso de las religiones: en lugar de ponerse tesis «noble»/«despreciable», y la de los
al servicio de la selección y educación esclavos, fundada en la oposición «bue-
de los hombres, no piensan más que en no»/«malo», ¡donde el •malo» en la moral
413 MATERIA YMEMORIA
puesto que sólo él actúa con ocasión de nues- invertirse sin destruir la obra. Martial Gué-
tros pensamientos y nuestras acciones. Las roult lo ha mostrado luminosamente en
meditaciones que siguen tratan de los debe- su magistral comentario (véase <<EstudioS>•
res del hombre para con Dios. Fmalmente, al final de esta entrada). Antes de inten-
las ocho últimas meditaciones abordan el tar restituir el movimiento es preciso aña-
problema de la gracia que debe ayudar al dir que las meditaciones apenas si son
hombre a cumplir sus deberes, bien sea por separables de la serie de objeciones y res-
la gracia de la iluminadón que nos ayuda a puestas que las acompañan. Estas obje-
conocer esos deberes, bien por la grada del ciones, formuladas por contemporáneos
sentimiento que, limitando nuestra atracción de Descartes, se distribuyen en siete
por el placer, nos permite cumplirlos. series. No todas son de valor igual, y Des-
En esta obra se mezclan los principios cartes debe a menudo insistir machaco-
filosóficos procedentes del cartesianismo namente ante lectores que no están a su
con un cristocentrismo inspirado por el altura. Mas a veces esas objeciones arro-
cardenal de Bérulle. jan sobre el texto original una luz irre-
emplazable. Señalemos finalmente que
Edición: Méditations chrétiennes et la traducción francesa fue revisada por
métaphysiques, Vrin, 1967. el propio Descartes.
Estudios: E. Bréhier, Historia de la filoso-
fía (tr. J. A. Pérez Millán y M.• D. Morán), Meditación primera: la duda. Es pre-
vol. 1, Ternos, 1988, pp. 788-809; F. Alquié, ciso deshacerse de todas las antiguas opi-
Le cartésianisme de Malebranche, Vrin, niones, reputadas inciertas. No por
1974. desesperanza escéptica, sino como
medio de buscar lo verdadero, que no se
debe dudar en encontrar. Los argu-
mentos de los engañosos sentidos y del
MEDITACIONES MEfAÁSICAS, Médi- sueño arruinan el conocimiento que mis
tations métaphysiques. Meditationes de sentidos me dan del mundo exterior,
prima philosophia, in quibus Dei exis- como también la certeza que yo tengo
ten tia et animae humanae a corpore de su existencia (lo cual hace tambale-
distinctio demonstrantur, 1641. arse a todas las ciencias de lo real). A
RENÉ DESCARTES, 1596-1650. estas razones naturales para dudar se
añade la hipótesis de un Dios mentiro-
Menos famosas para el gran público so, que pone en peligro el edificio de las
que el-+ Discurso del método, las Medi- verdades racionales (matemáticas). La
taciones metafísicas son para el filósofo famosa hipótesis del genio maligno per-
la obra maestra de Descartes, el libro alre- mite universalizar la duda.
dedor del cual se articulan todos los otros Una vez que se ha hecho tabla rasa,
textos. Más aún: un pilar y un eje para nada queda de cierto. Salvo esto: que
toda la historia de la filosofía. incluso aunque no se salga de este esta-
Las Meditaciones deberian leerse por do, se conserva la seguridad de no estar
sí mismas, fuera de toda referencia his- engañado, puesto que se es al menos
tórica o erudita. No porque no tengan su consciente de la incertidumbre de todos
historia, como cualquier otro texto, sino Jos conocimientos.
porque ellas despliegan en un presente Meditación segunda: la misma per-
de eternidad la marcha de un pensamiento severancia en la duda es la que conduce
que ha resuelto no apoyarse más que en a la primera certeza: «yo soy, yo existo»;
sí mismo, no contar más que con sus pro- el genio maligno puede engañarme cuan-
pias fuerzas, para acceder a la verdad. to quiera, pero yo no podría dudar sin
Seis meditaciones, seis jornadas en ser.
que la reflexión se desarrolla y progresa La certidumbre de mi existencia va
según un «orden de razones», orden ana- acompañada de una conciencia clara de
lítico del descubrimiento que no podría mi naturaleza de existente; por el mamen-
-------------------------------------------
to no sé más que esto: yo soy «una cosa Meditación. Aquí interviene una tercera
que piensa>>. prueba de la existencia de Dios. Esta prue-
El análisis del trozo de cera, que nos ba es más conocida por el nombre (debi-
introduce contra toda esperanza en el uni- do a Kant) de «argumento ontológico». Es
verso de las cosas, apunta a establecer la misma que había utilizado ya San Ansel-
definitivamente la futilidad de la certeza mo en el -+ Proslogion, mas Descartes le
sensible, que sigue creyendo que las cosas da una forma matemática inédita. La exis-
exteriores nos son mejor conocidas. Des- tencia de Dios puede ser deducida de su
cartes muestra que la aprehensión sensi- esencia, exactamente igual que de la esen-
ble de la cera supone ya una «inspección cia de una figura geométrica se extraen
del espíritu». sus propiedades. Pues es propio de la
Meditación tercera: la Meditación pre- naturaleza de Dios ser perfecto, y si la
cedente ha desembocado en el solipsis- existencia no le perteneciera, Él carece-
mo. Una reflexión sobre las ideas va a ría de una perfección. A la prueba de la
permitir salir de él. Hay en efecto en mí Meditación tercera, que se remontaba
una idea na palabra no tiene ninguna sig- de un efecto contingente a su causa nece-
nificación platónica y se escribe con saria, la prueba ontológica añade la
minúscula) de la que yo no puedo ser el demostración geométrica, que se apoya
autor. Es la idea de infinito. La experiencia únicamente en el razonamiento. Esta prue-
de la duda me hace conocer en efecto mi ba geométrica es posible sólo, subrayé-
finitud y mi imperfección. A la idea de moslo, porque tenemos la certeza de la
infinito corresponde por tanto necesa- veracidad divina; y ella requiere por tan-
riamente, fuera de mi, una realidad que to -el orden de las razones obliga- las
posea al menos tanta perfección como la pruebas precedentes.
idea que la representa: Dios. Por otra par- Meditación sexta: queda la cuestión
te, yo soy un ser imperfecto que posee de la existencia de las cosas exteriores,
sin embargo la idea de lo perfecto; yo no de la cual pende -nada menos que-la
puedo ser por tanto el autor de mi pro- posibilidad de las ciencias que tratan del
pia existencia: segunda prueba de la exis- mundo. Es la experiencia de la imagina-
tencia de Dios. ción la que inclina a pensar que existen
La existencia de Dios está pues pro- fuera de mí los cuerpos que mi espíritu
bada. Siendo perfecto, Él no puede que- se aplica a considerar. Seria preciso que
rer engañarme. La veracidad divina per- Dios fuera mentiroso para que la muy
mite considerar con serenidad la tarea del fuerte inclinación que tenemos a atribuir
conocimiento. a los cuerpos nuestras impresiones fue-
Meditación cuarta: Dios garantiza las ra falsa. Sin embargo, Descartes niega
ideas claras y distintas, mas yo estoy sin que los sentidos puedan ofrecer un medio
embargo sujeto al error. ¿Cómo es posi- seguro para obtener cualquier conoci-
ble éste? Descartes exculpa a las faculta- miento sobre el mundo objetivo. Resta,
des. El entendimiento es sano, aunque pues, considerar el hecho de la unión del
finito, pues no hace más que proponer alma (sustancia espiritual) y el cuerpo (sus-
representaciones. La voluntad, por sí mis- tancia material); sobre este punto, Des-
ma, no es responsable del error. Mas al cartes permanece fiel a la enseñanza esco-
afirmar una idea que no es perfectamen- lástica, en contra del dualismo platónico.
te clara y distinta, yo hago un mal uso de Sin embargo, la cuestión se tornará en
mi facultad de querer, y yo soy por tan- una de las dificultades mayores del car-
to el responsable del error. tesianismo: ¿cómo conciliar la unión sus-
Meditación quinta: la existencia de las tancial y la distinción real de las dos esen-
cosas exteriores sigue siendo dudosa; en cias, espiritual y corporal? El problema
cambio, las esencias, que me son cono- alimentará la correspondencia con la prin-
cidas por las ideas claras y distintas, tie- cesa Isabel, envenenará las relaciones del
nen su verdad garantizada en la tercera maestro con algunos discípulos (Regius)
419 MEDITERRÁNEO YEL MUNDO MEDITERRÁNEO EN LA ÉPOCA DE FELIPE li (EL)
estados afectivos puros, mas en donde la «la via indicada por Maine de Biran es sin
reflexión es la llave maestra. Éste, en tan- duda la via definitiva de la metafísica».
to que es apercepción inmediata y razo-
namiento, es pues el procedimiento esen- Edición: Mémoire sur la décomposition de
cial. De hecho, el método de Maine de Biran la pensée, en Oeuvres, t. III, Vrin, 1988.
Estudios: E. Bréhier, Historia de la filoso-
integra todos los procedimientos emplea- fía (tr. J. A. Pérez Millán y M." D. Morán),
dos por sus predecesores, que no son fuen- vol. JI, Tecnos, 1988, pp. 252-276; R. Van-
tes de error más que en la medida en que court, La théorie de la connaissance chez
se haga de ellos un uso exclusivo. Maine de Biran, Aubier-Montaigne, 1944.
La cuestión del método ocupa la primera
parte de la obra. Con la segunda se entra
de lleno en la determinación de las facul-
tades elementales del pensamiento. Para MENÉXENO, o La oración fúnebre,
empezar, el autor retoma y refuerza la dis- Mev~evo¡;, i) 'Em-ráq>w¡; r¡eucó¡;, o hacia
tinción introducida en Memoria sobre el 386 a.C.
hábito entre actividad y pasividad, y dis- PLATÓN, 428/427-348/347 a.C.
tingue dos elementos primitivos de base: la Diálogo.
afectividad o sensibilidad afectiva, y la movi-
lidad voluntaria o potencia de esfuerzo, que Menéxeno reprocha a Sócrates que
se mezclan en proporción variable. siempre se está burlando de los oradores,
A ello siguen un «análisis de los senti- cuyo arte es sin embargo muy difícil.
dos considerados bajo la relación de ori- ¿Sabría él, Sócrates, improvisar un dis-
gen y de derivación de los dos órdenes curso bien trabado sobre no importa qué
de facultades y de ideas elementales», una materia? Sócrates acepta el desafío y fabri-
clasificación de las diferentes sensaciones, ca así de principio a fin un discurso acor-
después un <<análisis de las facultades huma- de con las reglas del arte que consta de
nas consideradas en su carácter general y dos partes: elogio de los muertos, exhor-
en su asociación con los signos artificia- tación a los vivos.
les». La imaginación sensitiva, los senti- El Menéxeno forma pareja con el
mientos y las pasiones pertenecen al orden -+ Gorgias (al igual que el -+ Eutidemo
pasivo. La imaginación intelectual, a la vez con el-+ Protágoras): contribuye a denun-
espontánea y regulada, constituye el sis- ciar, bajo forma de parodia, el arte de los
tema intuitivo intelectual. Finalmente el sis- oradores y de los sofistas, que embele-
tema aperceptivo se divide en memoria sando a los atenienses se hacían acree-
por una parte, simple prolongación de la dores de cualidades extraordinarias.
conciencia que almacena el trabajo del espí-
ritu y que es a la conciencia lo que la vis- Edición: Menéxeno (tr. E. Acosta), en Pla-
ta es al tacto, y razonamiento por otra, que tón, Diólogos, vol. JI, Gredas, 1983.
no es más que la memoria de las opera- Estudios: W. K. C. Guthrie, Historia de la
filosofía griega, vol. N: Platón (tr. A. Valle-
ciones intelectuales. jo y A. Medina), Gredas, 1990; R. Clavaud,
Aunque hace suya la fórmula sensua- Le Ménexene de Platon et la rhétorique
lista: «Nihil est in intel/ectu quin prius de son temps, Les Selles Lettres, 1980.
fuerit in sensw•, Maine de Biran se sepa-
ra radicalmente del sensualismo de Con-
dillac. Él se esfuerza -y esta palabra ha
de tomarse en el sentido biraniano del tér- MENÓN, o Sobre la virtud, Mévmv, f\
mino- por captar el pensamiento bajo Ilept apetf¡¡;, hacia 387 a.C.
todos sus aspectos, en todos sus grados PLATÓN, 428/427-348/347 a.C.
de perfección, con los medios apropia- Diálogo.
dos. Ejerció una gran influencia sobre el
movimiento idealista del siglo XIX y sobre ¿Qué es la virtud? y ¿se la puede ense-
el intuicionismo de Bergson, para quien ñar? Es esta segunda cuestión la que
423 MENTALIDAD PRIMITIVA (LA)
Menón propone a Sócrates, que -{:omo Desde el punto de vista del platonis-
es habitual en él- responde con la pri- mo, el Menón marca un giro: introduce
mera: ante todo es preciso dar una defi- la teoría de la reminiscencia y matiza el
nición general de la virtud. Menón es inca- juicio vertido en el __,. Gorgias sobre los
paz de formularla, y en lugar de ello hombres políticos y los sofistas.
propone un «enjambre de virtudes», las
del hombre, las de la mujer, las del vie- Edición: Menón (tr. F.J. Olivieri), en Platón
jo; mas, como la mayoría de los interlo- Diálogos, vol. Il, Gredos, 1983.
Estudios: W. K C. Guthrie, Historia de la
cutores de Sócrates, Menón no se eleva filosofía griega, vol. N (tr. A. Vallejo y A.
a la universalidad y dispersa sus esfuerzos Medina), cap. V, Gredos, 1990; W. D. Ross
de definición en el ámbito de lo particu- La teoría de las ideas de Platón (tr. J.
Diez Arias), Cátedra, 1989.
L:
lar. Decepcionado por su propia inca-
pacidad, Menón compara a Sócrates con
una raya, ese pez que paraliza a todos los
que le tocan.
Es preciso animar a Menón, demos- MENTALIDAD PRIMITIVA (LA), La
trarle que él puede encontrar esa defini- menta/ité primitive, 1922.
ción; mejor aún: que la sabe ya. Aquí ocu- LUCIEN LÉVY-BRUHL, 1857-1939.
rre un episodio decisivo para el diálogo,
e incluso para toda la obra de Platón. Inte- A partir de una abundante y dispar
rrogando a un pequeño esclavo ignoran- documentación etnográfica, la obra se
te, Sócrates lo va conduciendo a encon- propone mostrar que no hay nada de <<pre-
trar por sí mismo una solución de rracionalista" en la manera de pensar de
geometría (el problema de la duplicación los pueblos primitivos.
del cuadrado). El pequeño esclavo no ha Los primitivos tienen un modo de pen-
recibido esta solución de Sócrates, mas sar que difiere absolutamente del racio-
éste le ha posibilitado recordarla. Es la nalismo, que podría ser calificado de mís-
famosa teoría de la reminiscencia (parti- tico o de «prelógico". Violan claramente
cularmente desarrollada en el--> Fedro). nuestras reglas, no utilizan el principio
Sin embargo, Menón no encontrará la de no contradicción, pero son sensibles
definición buscada y se obstinará en su a otra forma de coherencia y a otra for-
interrogación primera: ¿puede ser ense- ma de contradicción; los sueños, los pre-
ñada la virtud? Consintiendo a examinar sagios adivinatorios, las ordalías obede-
pese a todo esta cuestión, Sócrates pare- cen a un sistema de pensamiento que
ce dirigir a sus interlocutores hacía una parece común a todas las sociedades que
respuesta afirmativa: por ser un saber, la carecen de escritura y que esta obra se
virtud puede ser transmitida. Sin embar- esfuerza en describir; este sistema se orde-
go no deja de ser paradójico que -sí la naría en torno al principio de «partici-
virtud es una ciencia- ninguno de los lla- pación", sin que en ninguna parte apa-
mados maestros de virtud esté de acuer- rezca diferencia alguna entre natural y
do con sus colegas respecto a su natura- sobrenatural.
leza, y que, si la virtud puede ser No hay que olvidar que, pese a la pre-
transmitida, el más virtuoso de los hom- cariedad de las fuentes, se opera en este
bres (Pericles) no haya sabido hacer que libro una verdadera «revolución copemi-
sus propios hijos se beneficien de ella. cana», puesto que en él se entroniza el
La conclusión se impone entonces por «punto de vista del otro», sin que el autor
propio peso: la virtud no es en absoluto tenga que recurrir a la hipótesis de la
saber, sino opinión justa. De hecho nin- carencia o de la «razón deficiente".
guna de las respuestas a las cuestiones Edición: La mentalité primitive, Retz
propuestas al principio del Menón es satis- 1976. '
factoria para el lector. El Menón es un Estudios: E. E. Evans-Pritchard, Historia
diálogo aporético. del pensamiento antropológico, Cátedra,
METAFÍSICA 424
1987, cap. XII; J. Cazeneuve, Léuy-Bruhl, materia de que están hechas. Qué sea la
sa uie, son oeuure, P.U.F., 1963. causa motriz (origen del movimiento),
o la causa final (hacia la cual tiende el
movimiento), es asunto que toca a la
metafísica descubrir, puesto que es la
METAFÍSICA, Ta ¡.tE'tcxta <pum Ka. «ciencia reina», superior a todas las otras
ARISTÓTELES, 384-322 a.C. ciencias.
El libro a (alfa minor) es apócrifo: es
Compuesta de catorce libros, esta probable que haya sido compuesto por
colección de tratados filosóficos y cientí- un sobrino de Eudemo, Pasicles de Rodas,
ficos reunió la totalidad de los conoci- a partir de las notas tomadas en los cur-
mientos de Aristóteles en materia de «filo- sos impartidos por Aristóteles. En este
sofía primera». ¿Qué es la filosofía libro se demuestra que, gracias a un méto--
primera? El estudio del Ser en cuanto ser. do filosófico adaptado a su nivel, es posi-
En el libro A (Alfa), define Aristóteles ble para los discípulos de Aristóteles cono--
los diversos tipos de conocimientos antes cer la verdad de las causas primeras, pues
de abordar la ciencia que verdaderamen- éstas tienen en efecto un fin que el inte-
te le interesa, la metafísica. A este fin estu- lecto puede comprender.
dia las conclusiones de las filosofías pre- En el libro B (Beta) plantea Aristóteles
cedentes y en particular la de Platón que, una serie de cuestiones relativas al méto--
según él, ha cometido un error al esta- do a adoptar. Ante todo es necesario saber
blecer un dualismo entre el mundo de las qué es realmente la metafísica: ¿se trata
Ideas, invariante y eterno, y el mundo de estudiar únicamente las causas? ¿Hay
transitorio, el nuestro, que en realidad que integrar en este estudio el de los prin-
procede del primero; por añadidura, este cipios lógicos? Y ¿qué son esos princi-
sistema filosófico, demasiado estático, es pios?: ¿géneros?, ¿los elementos consti-
incapaz de explicar el motor dinámico de tutivos de las cosas? ¿Cuáles son los
nuestro mundo. géneros que dependen del Principio? ¿Qué
Aristóteles establece nuevas defini- es lo que puede ser considerado como
ciones de los diferentes niveles de cono- principio, aparte de la materia y la forma?
cimiento, que comienza por el «saber ¿Tienen todos los principios las mismas
empírico». Este tipo de saber está fun- cualidades? ¿Son universales o individua-
dado en la experiencia; los datos que ella les, eternos o corruptibles? ¿Qué son las
nos proporciona pueden servir de pun- sustancias y qué los accidentes?
to de partida para la investigación abs- El Ser es el verdadero objeto del cono--
tracta; el segundo tipo de conocimiento cimiento filosófico, como lo evidencian los
es la 'tÉXVTJ (techne) que, como su nom- axiomas indemostrables, base de todo pro--
bre indica, concierne a la facultad téc- ceso de razonamiento. Aristóteles lo afir-
nica: es el conocimiento de las causas ma en el libro r (Gamma): el primero y el
que producen las cosas. El tercer tipo de más firme de entre ellos es el principio de
saber es la ciencia, que estudia el con- no-contradicción: «Es imposible que el mis-
junto de la materia y define los diferen- mo atributo pertenezca y no pertenezca
tes elementos. Finalmente está la meta- al mismo tiempo al mismo sujeto y bajo el
física: esta ciencia es una investigación mismo respecto.>> De este principio se dedu-
racional que tiene por objeto el conoci- ce el principio de tercero excluido: el atri-
miento de Dios, el Ser absoluto, el de las buto pertenece al sujeto o no le pertenece,
causas del universo y el de los principios mas no hay una tercera posibilidad. Des-
primeros del conocimiento. Se trata por pués, en el libro ó (Delta), Aristóteles defi-
tanto de definir las esencias de Dios, ne al Ser, como también un cierto núme-
de la naturaleza, del espíritu y de la mate- ro de nociones clave de la Metafísica.
ria, y de precisar a qué tipo de causa se Propiamente hablando, el autor no tra-
debe la forma de todas las cosas, o la ta del problema de la metafísica hasta !le-
425 METAFÍSICA
gar al libro E (Épsilon). Aristóteles define naturaleza, este «Motor primero» es per-
primero el papel de las diversas ciencias, fecto; «Es eterno, sustancia y acto puro»;
que son de tres tipos: la 1tpa/;t¡; (praxis), es Dios mismo, que es la Inteligencia
que designa las ciencias prácticas que tie- suprema.
nen relación con la acción del sujeto mis- En los libros M (My) y N (Ny), los dos
mo; la 1tOÍrtcn~ (poiesis), o ciencias poé- últimos de la obra, se trata de las Ideas y
ticas, que concierne a la creación de una de los números; Aristóteles welve a tomar
obra y no al sujeto; finalmente la teología, la célebre teoría platónica, mas para cri-
la física y la matemática, que aportan el ticarla. Según esta teoría, llevada al extre-
conocimiento de los principios y de las mo por los Académicos, las Ideas-núme-
causas, a las que llama ciencias teóricas. ros son los principios sobre los cuales
Entre estas últimas, la teología, que trata lo real está constituido. Aristóteles, que
de Dios, motor primero del universo, es no admite ya las Ideas platónicas, se nie-
la más importante. ga a tomar los Números ideales como los
Los libros Z (Zeta) y H (Eta) están dedi- elementos de base de la materia, de lo
cados al examen de la sustancia, que es real; para él, el número existe poten-
de tres tipos: primeramente está la mate- cialmente en la materia y el pensamien-
ria, o úA.rt (hule), luego la forma, o ei&o~ to puede extraerlo. La teoría del núme-
(eidos) -que organiza esta materia, la ro de Aristóteles se opone absolutamente
desarrolla y determina su devenir-, y a la visión pitagórica y académica. Estos
finalmente la sustancia individualizada, dos libros, compuestos durante un perí-
o <YWoA.ov (sunolon). Por su síntesis, estos odo muy extenso, han sido sin duda ree-
tres tipos de sustancias están al origen de laborados y rectificados a menudo por el
todas las «categorías". autor.
En el libro e (Theta), Aristóteles trata La obra ha sido redactada en su mayor
del movimiento. Todo efecto tiene una parte por Aristóteles. Mas ciertos libros
causa; hay por tanto una evolución en están compuestos por los discípulos del
todo acto. Toda cosa, toda persona, antes filósofo, que se apoyaron o bien en los
de ser debe existir potencialmente. Tam- cursos impartidos por Aristóteles, o bien
bién debe existir un punto de partida, sobre sus obras mismas. Es posible que
un motor primero: ese motor es inmóvil el título original hubiera sido: Meni td
y corruptible, no eterno; y permite pasar qn>cnKci ~t~A.ía (Meta ta phisika biblia):
de la potencia al acto. El motor del pen- «Libros escritos después de la Física»; esta
samiento, sin embargo, es perfecto. hipótesis despoja sin embargo al título de
En los libros 1 (lota) y K (Kappa), habla toda su dimensión filosófica: de lo que
Aristóteles de lo Uno y lo Múltiple; des- esta obra trata en efecto es del Ser supre-
pués, tras un breve resumen de lo que ha mo, de Dios, de eso que está más allá de
dicho en los libros anteriores, aborda de la física.
nuevo el problema de lo infinito, sin cesar La voluntad del autor de expresar la
renovado, que no puede existir en acto, trascendencia divina es por lo demás evi-
puesto que el acto es un elemento finito, dente en el ritmo y vigor con que la obra
acabado, y en consecuencia corruptible. es conducida: una potencia didáctica y
La existencia de un «Motor primero» apodíctica se revelan puntualmente en el
es necesaria, afirma Aristóteles en el libro curso del libro; el estilo es variado, tal vez
A (Lambda). Este «Motor primero» es de debido en parte a la intervención de los
hecho <<Causa primera"; es un elemento discípulos y en parte a Aristóteles mis-
en sí mismo inmóvil que genera el movi- mo: al tratar de una materia divina, el
miento, esférico o de otro tipo; este autor parece a veces animado por una
«MotoP• está al origen de las causas pri- inspiración casi divina. La Metafísica
meras, materiales, que construyen el mun- es una de las obras filosóficas esencia-
do y dan forma a los cuerpos. Principio les de Aristóteles; ejerció una influencia
del mundo del cual penden el cielo y la fundamental en su época y sigue siendo
METAFÍSICA 426
ser en tanto que ser es una construcción metáfora y a la semántica del discurso: la
original que se emparenta con el plato- semántica envuelve a la semiótica, sien-
nismo, pero también con la psicología do esencial en este proceso la creación
moderna, más concretamente con el psi- de sentido.
coanálisis. La andadura espiritual del indi- La <<nueva retórica» extiende a las figu-
viduo es esencial: cuanto más se eleva ras del discurso las reglas de segmentación,
en la escala de los niveles de conciencia, de identificación y de combinación propias
más oportunidades tiene de alcanzar la de las entidades fonológicas y léxicas. Rico-
verdad. eur le reprocha acantonarse en confirmar
A un tiempo pensador extremada- el primado de la metáfora-palabra en detri-
mente fecundo, comentarista védico ori- mento de la teoría de la metáfora-propo-
ginal, ecuménico y tolerante, Aurobindo sición.
es también un guru que ha atraído a su
ashram, cerca de Calcuta, a numerosos Edición: La metáfora viva (tr. A. Neira),
Cristiandad, 1980.
discípulos occidentales. No deja una obra Estudio: J. Greisch y R. Keamey, Paul Ríco-
puramente doctrinal y un sistema cerra- eur ou les Métamorphoses de la raison her-
do: su pensamiento evoluciona en fun- méneutíque, Le Cerf, 1991.
ción de sus experiencias espirituales y de
su despertar al conocimiento, del cual
intenta transmitir la vía. La clasificación
temática de este libro, que retoma un pen- METEOROLOGÍA, MEtEropoA.oytK<i,
samiento filosófico diseminado en el con- o hada 334 a.C.
junto de su obra (La Vida Divina, los ARISTÓTELES, 384-322 a.C.
comentarios de los Veda, sus cartas, con-
versaciones y conferencias principal- En este tratado científico estudia Aris-
mente), facilita el acceso a un sistema tóteles lo que aún no ha examinado en
de conceptos complejo y con frecuencia ninguno de sus tratados físicos o cos-
místico. mológicos: los fenómenos meteoroló-
gicos.
Edición: Métaphysíque el psychologíe (tr. La obra está compuesta de cuatro
J. Herbert), Albin Michel, 1988. libros; los tres primeros forman un blo-
Estudio: J. Herbert, introducción de la edi- que homogéneo consagrado a los fenó-
ción citada. menos atmosféricos resultantes de las rela-
ciones entre los cuatro elementos
fundamentales que son el fuego, el aire,
el agua y la tierra. El cuarto libro, que
METÁFORA VIVA (LA), La métapho- ha planteado problemas de autenticidad,
re uiue, 1975. ocupa en este tratado un lugar de transi-
PAUL R.!COEUR, nacido en 1913. ción entre los escritos aristotélicos dedi-
cados a la materia y los consagrados al
Figura de discurso en una sola palabra, ser vivo.
la metáfora es un tropo por semejanza. La aportación principal de esta obra
Los dos primeros estudios corresponden es el descubrimiento por Aristóteles de
a este primer nivel en la referencia a Aris- la doble exhalación seco/húmedo fxva-
tóteles. La retórica domina a la clasifica- 9v¡.tíacnc;, anathumíasis) que permite
ción y a la taxonomía como desplaza- explicar los fenómenos atmosféricos. En
miento por relación al uso cotidiano. efecto, estos fenómenos deben ser expli-
El segundo nivel de aproximación no cados por los intercambios que se pro-
concierne a la denominación desviante ducen entre los cuatro elementos. Cuan-
sino a la predicación no pertinente: pun- do el calor del sol calienta la tierra, el
to de vista de los tres estudios siguien- agua, y el aire, se produce una exhala-
tes. El estudio clave es el consagrado a la ción seca, mas igualmente una exhala-
MÉTODO (EL) 428
ción húmeda, que originará las brumas y como disjunto. Y Morin dirige sus baterías
las nieblas. contra los compartimentos estancos y las
alternativas que la historia de la filosofía ha
Edición: Acerca del cielo. Meteorológicos convertido en verdaderos dogmas: dualis-
(tr. M. Cande!), Gredos, 1996. mos del hombre y la naturaleza, de la mate-
Estudios: Introducción de M. Cande! en la
ed. cit.; G. G. Granger, La théorie aristo- ría y el espíritu, del sujeto y el objeto, de la
telicienne de la science, Aubier-Montaigne, causa y el efecto, del sentimiento y la razón,
1976. de lo uno y lo múltiple ...
8 método adoptado por el autor se apo-
ya en tres principios, que a su vez están en
una interacción mutua: el principio dialó-
MÉTODO (EL), La méthode, 1977 a gico, que es definido como «la asociación
1991. compleja de instancias, necesarias en con-
EDGAR MORIN, nacido en 1921. junto a la existencia, para el funcionamiento
y desarrollo de un fenómeno organizado»;
El método cartesiano debía permitir al el principio recursivo, que da cuenta de los
hombre «dirigir bien a su razón y buscar procesos «en donde los efectos o produc-
la verdad en las ciencias». Al embarcar- tos son al mismo tiempo causantes y pro-
se en la redacción de este monumental ductores en el proceso mismo, y donde los
Método, Edgar Morin no tenía otra ambi- estados finales son necesarios para la gene-
ción. Salvo que su duda, contrariamen- ración de los estados iniciales>>; y finalmente
te a la duda cartesiana, es duda de sí mis- el principio hologramático, según el cual
mo; salvo que la verdad que busca Morín <<el todo está de una cierta manera incluido
no se acantona en las «ideas claras y dis- (engramado) en la parte que está incluida
tintas». El método que el autor elabora en el todo».
aquí no se arredra, en efecto, ante la com- En el útimo volumen de El método (Las
plejidad de lo real: el hecho de que el ideas. Su hábitat, su vida, sus costum-
hombre es a la vez un individuo biológi- bres, su organización), Morín explora el
co y un actor social; el hecho de que, mundo constituido por las cosas del espí-
en la naturaleza, el orden puede nacer ritu: representaciones, lenguajes, símbolos,
del desorden, y recíprocamente; el hecho mitos, creencias, nociones, teorías. ¿Cómo
de que lo que limita al conocimiento es nacen, viven y mueren las ideas que pue-
también lo que lo hace posible; el hecho blan la noosfera (su medio propio)? ¿Cuál
de que todo objeto de conocimiento, es su organización? ¿Cómo logra una reli-
como bien lo había visto Kant, lleva la gión abatir un mito? ¿Cómo se hace desa-
marca del sujeto que lo conoce, y que, parecer una religión abrazando una ideo-
a la inversa, todo sujeto cognoscente lle- logía? Para el autor, en la actualidad no
va la impronta del mundo exterior de los estamos más que en la <<prehistoria del espí-
objetos cognoscibles. ritu humano»; es urgente por tanto <<civili-
Como puede comprenderse, un dise- zar las teoríaS>>, es decir, tomarlas abiertas,
ño tal no puede acomodarse a un método complejas, autocríticas, reflexivas, dispuestas
reductor y simplificador, a un método que a autorreformarse y a dialogar las unas con
intentara aislar a los fenómenos de su entor- las otras abandonando todo dogmatismo o
no, a eliminar al observador de la obser- endoctrinamiento.
vación, a excluir de la ciencia todo «aque-
llo que no entre en el esquema lineal>> Edición: El método (tr.A Sánchez), 4 vols.:
tomado como modelo por Descartes: lo l. La naturaleza de la naturaleza; 2. La
aleatorio, lo incierto, lo complicado, lo con- vida de la vida; 3. El conocimiento del
tradictorio, lo anormal. Se trata por el con- conocimiento; 4. Las ideas, Cátedra, 1986-
92.
trario de adoptar un •paradigma de com- Estudio: E. Morin, Introducción al pensa-
plejidad>> que permita concebir como ligado miento complejo (tr. M. Pakman), Gedisa,
aquello que, hasta ahora, era considerado 1994.
429 MI VISIÓN DEL MUNDO
_______________________________________
._ -- - - -
431 MISERIA DE LA FILOSOFÍA
esto uno de los conflictos más profundos Europa. En Francia tiene el derecho de
entre cristianismo y razón humana. ser un mal economista porque pasa por
ser un buen filósofo alemán. En Alema-
Edición: Miettes philosophiques (tr. K. Fer- nia, tiene el derecho de ser un mal filó-
lov y J. J. Gateau), col. •Te!», Gallimard, sofo porque pasa por ser un economista
1990.
Estudios: M. H. Hartshome, Kierkegaard: francés muy prestigioso. Nosotros, en
el divino burlador (tr. E. Lucena), Cáte- nuestra cualidad de alemán y de econo-
dra, 1992; L. Chestov, Kierkegaard y la mista a la vez, hemos querido protestar
filosofía existencial (tr. J. Ferrater Mora), contra este doble error»: tal es el fin de
Buenos Aires, Sudamericana, 1947. este panfleto escrito en francés por Marx
en 1847, un año después de la publica-
ción de la -->Filosofía de la miseria por
Proudhon. Esta publicación es, según
MIL MESETAS. Marx, una «obra informe y presuntuosa».
GJU.ES DElEUZE y PIERRE FÉUX GUATIARJ. Su autor, hecho «de un débil hegelianis-
Véase CAPITAUSMO Y ESQUIZOFRE- mo para imponerse como espíritu fuer-
NIA. te», «Ve en la historia una serie de desa-
rrollos sociales, encuentra el progreso
realizado en la historia», y hace del movi-
miento real de la historia una fantasma-
MINIMA MORAUA. Reflexiones sobre goría que tiene la pretensión de ser dia-
la vida mutilada, Minima Moralia, léctica. Es en realidad incapaz de
Reflexionen aus dem beschadigten comprender los desarrollos económicos
Leben, 1951. y sociales.
THEODOR WIESENGRUND ADORNO, 1903- Las categorías económicas de Proud-
1969. hon no son más que las abstracciones
-que él diviniza y las,hace eternas- de
La obra, que reúne 153 aforismos, está las relaciones reales. Estas son, en lugar
dividida en tres partes, sucesivamente fe- de los hombres que producen las rela-
chadas en 1944,1945, y 194647. Bautor ciones sociales, las ideas y las categorías.
presenta estas «pequeñas morales» como Las categorías económicas son las expre-
«reflexiones sobre la vida mutilada» en la siones teóricas de relaciones de produc-
que el individuo se encuentra atomizado: la ción históricas que se corresponden en
gentileza cede su puesto a las relaciones uti- un cierto grado con el desarrollo de la pro-
litarias. Los aforismos tratan de la mentira, ducción material. También Proudhon
la cólera, la adhesión partidista, el genoci- expresa, indirectamente, la posición de
dio, o la alienación del hombre. los economistas pequeño-burgueses, y
afirma implícitamente que la vida burguesa
Edición: Mínima moralia (tr. J. Chamorro), es una realidad eterna. Según Marx, el
Taurus, 1987. modo de vida de la burguesía no es una
Estudios: M. Jay, Adorno (tr. M. Pascual
Morales), Siglo XXI, 1988; M. Jiménez, verdad intemporal más que para los bur-
Adorno et la modernité: vers une esthéti- gueses mismos. Proudhon no ha com-
que négative, Klincksieck, 1986. prendido que «las formas económicas bajo
las que los hombres producen, consumen,
intercambian, son transitorias e históri-
cas». El estado político emana de la socie-
MISERIA DE LA RLOSOFÍA, Misere dad civil, que emana ella misma de las ins-
de la philosophie, 1847. tituciones sociales, de la organización de
KARL MARX, 1818-1883. la familia, de los órdenes y de las clases,
las cuales dependen a su vez de las for-
•El señor Proudhon tiene la desgracia mas de comercio y de consumo que ema-
de ser singularmente desconocido en nan directamente del estado de desarro-
MISERIA DE LA FILOSOFÍA 432
llo de las facultades productivas. Las fuer- bres. Así, consideran que el feudalismo
zas productivas están por tanto a la base es artificial y antinatural, mientras que las
de toda la historia de las sociedades, y las instituciones burguesas son naturales. En
relaciones materiales de los hombres a la lo que atañe a los socialistas, Marx com-
base de todas sus relaciones, en la medi- parte con Proudhon su aversión por la
da en que estas relaciones constituyen las «sensiblería» de que dan muestra. Estos
formas en las que se realiza su actividad. «utopistas que para aliviar las necesidades
El sistema de Proudhon no es «una de las clases oprimidas improvisan siste-
historia profana (de los hombres), es una mas y persiguen una ciencia regenera-
historia sagrada (de las ideas)». Para Marx, dora» se contentan con constatar la mise-
la visión proudhoniana de un juego eter- ria y denunciarla, sin ver que ella es el
no de las contradicciones de acuerdo con elemento subversivo motor de la revolu-
principios económicos invariantes, surge ción. Mas Proudhon, al igual que los uto-
de la ilusión metafísica o de la ficción mís- pistas, recurre a una pretendida dialécti-
tica. «Su explicación es de una ingenui- ca, exterior a la realidad de la miseria, e
dad sublime.» La única acción no ilusoria intenta extraer una fórmula a priori que
es, a los ojos de Marx, la acción revolu- resuelva las contradicciones sociales, «en
cionaria fundada en la lucha de clases. lugar de situar la ciencia en el conoci-
Contrariamente a Proudhon, él afirma el miento crítico del movimiento histórico,
derecho a la coalición y a la huelga, y juz- movimiento que produce por sí mismo
ga que la división del trabajo es una eta- las condiciones materiales de la emanci-
pa necesaria del desarrollo capitalista. pación».
Proudhon no tiene más que ideas falsas, No solamente desemboca Proudhon
vagas y parciales sobre el valor del inter- en absurdos y contrasentidos al referirse
cambio, que es sin embargo el funda- a la filosofía alemana que desconoce total-
mento de toda la economía. Hace de las mente, sino que, deseando resolver las
máquinas una categoría económica, en contradicciones a toda costa, represen-
pie de igualdad con la división del traba- ta en definitiva al «pequeño-burgués, que
jo, la concurrencia o el crédito, lo que constantemente oscila entre el Capital
para Marx es un absurdo. Las máquinas y el Trabajo, entre la economía política
no son resultado, como pretende Prou- y el comunismo». Querría ser la síntesis
dhon, de la división del trabajo. Proud- de las dos posiciones, colocarse por enci-
hon ha divinizado la división del trabajo ma de ellas como hombre de ciencia;
y ha hecho de ella una categoría tan abs- pero no es más que un «error compues-
tracta que no puede comprender que está to». Su tentativa de establecer el siste-
directamente ligada a la separación de ma de categorías económicas por medio
la ciudad y el campo efectuada en Ale- de la dialéctica sólo lo ha conducido a
mania desde el siglo !X al xn. «La cone- la sofística.
xión entre la división del trabajo y las Por detrás de la crítica del sistema y
máquinas es completamente mística en del método de Proudhon, a través de los
Proudhon.» ataques a los economistas y socialistas,
A través de la critica de la obra de Prou- se va diseñando la teoría marxista del
dhon, Marx se rewelve a la vez contra los valor. Aunque el vocabulario no sea toda-
economistas y socialistas o «utopistas>• que vía el de--> El Capital (no es cuestión aún
Proudhon piensa haber superado al ase- de las «fuerzas de trabajo»), esta obra con-
mejarlos en su --+ Sistema de las con- tiene ya las ideas rectoras del --> Mani-
tradicciones económicas. Los econo- fiesto del partido comunista, que apa-
mistas, tal como los teólogos, fundan la recerá un año más tarde. La antinomia,
verdad de sus opiniones sobre una pre- el antagonismo entre la burguesía y el pro-
tendida revelación. Las teorías que se letariado son ciertamente considerados
les oponen no son entonces más que aquí como fundamentales, inherentes al
puras hipótesis, invenciones de los hom- capitalismo, y sobre todo como los gér-
433 MISTERIOS DE EGIPTO (LOS)
por otra sobre el emperador Juliano, sobre lutiza lo irracional. No puede uno con-
Proclo, Damascio y Simplicio; luego influi- tentarse con comentar el absurdo.
rá en el Renacimiento italiano de los siglos Por el contrario, El mito de Sfsifo invi-
XV y XVJ. ta a afrontar la toma de conciencia de lo
absurdo: <<Se trata de vivir.» <<Yo saco así
Edición: Traíté des mysteres d'Égypte, Les de lo absurdo tres consecuencias, que son
Belles Lettres, 1989. mi rebelión, mi libertad, mi pasión.••
Estudio: J. Trouillard, «Le néo-platonisme»,
en Hístoíre de la phi/osophie, t. !, Ency- La rebelión. No rehuir el absurdo una
clopédie de la Pléiade, Gallimard, 1969. vez que se ha tomado conciencia de él es
obligarse a mirarlo a la cara. Constituir-
lo en objeto de un incesante desafío: «Vivir
es hacer vivir al absurdo.» No resignarse
MITO DE SÍSIFO (EL). Ensayo sobre jamás. No se trata de consolarse por
el absurdo, Le mythe de Sísiphe. Essaí medio de no se sabe qué esperanza, sino
sur l'absurde, 1942. de batirse y de conferir así a la existencia
ALBERT CAMUS, 1913-1960. un valor que ella no tiene, y que por tan-
to es preciso darle.
Este texto puede ser considerado como La libertad. Sería mejor hablar de libe-
el ensayo filosófico central de la obra de ración. Ésta es una consecuencia directa
Camus, en la medida en que en él se encuen- de la toma de conciencia de lo absurdo.
tra expuesta la «filosofía del absurdo», en Por decirlo mejor, es esta misma toma de
cuyo derredor se ordenan todos los otros conciencia, por la cual se instaura una
temas del pensamiento y la acción de Camus lucidez victoriosa fundamental en mi rela-
(por ejemplo, el tema de la rebelión). ción con el mundo. Esta libertad recien-
La cuestión del suicidio es aquí decisi- temente adquirida es el negativo de la fal-
va. No en sentido moral (Camus no se sa libertad de aquél cuya vida no está
pregunta, como lo hace Kant, si se tiene regida más que por el hábito maquinal.
derecho a matarse), sino porque da lugar La pasión. En una palabra: vivir. O
a otra cuestión, la del sentido de la exis- mejor todavia: «Estar frente al mundo lo
tencia. ¿No es la muerte voluntaria la sali- más a menudo posible.» Multiplicar las
da para aquel que ha comprendido el no- experiencias.
sentido de la vida? Camus diseña figuras posibles de aque-
La experiencia camusiana del absurdo llos que «protagonizan lo absurdo»: Don
recuerda a la náusea sartriana: una «lasi- Juan, el comediante, el conquistador. El
tud teñida de aversión» ante la banal y «más absurdo de los personajes» es el cre-
mecánica repetición de los momentos de ador, que por su obra busca «vivir dos
la existencia. La perspectiva de la muer- veces». Crear es para el artista conjurar el
te, la necesidad de hacer lugar a lo irra- absurdo, no licenciarlo ---io que sería impo-
cional en el mundo, todo esto contribuye sible- sino «respirar con él». La obra de
a precisar la noción de lo absurdo. No es arte «nace de la renuncia de la inteligen-
el mundo lo que, en sí, es absurdo; tam- cia a razonar lo concreto»; «si el mundo
poco lo es por su parte el hombre. El fuera transparente, el arte no existiria.»
absurdo nace de la confrontación de este Lo cual es tanto como decir que el sen-
mundo con el deseo humano de clari- timiento del absurdo, cualquier conduc-
dad y racionalidad. ta que él inspire, están también tan ale-
Se puede huir de esta antinomia a tra- jados como es posible del modo de
vés del suicidio, que anula la conciencia, existencia espontánea del hombre común.
o mediante la religión, que confiere a la Sísifo cargando con su roca no es cier-
existencia un sentido extramundano. El tamente un superhombre (en el sentido
mismo existencialismo (Kierkegaard, Jas- nietzscheano), pero es sin duda un héroe.
pers) se le aparece a Camus como un «sui- Este sentimiento del absurdo no desem-
cidio filosófico», en la medida en que abso- boca en una negación de los valores. Cier-
435 MITO YEPOPEYA
los Nartes del Cáucaso del norte, que des- Según el autor, los mitos encierran una
cienden de los escitas. De estas compa- sabiduría que ha permitido subsistir a la
raciones extrae el autor una •ideología tri- humanidad naciente. Se trata de pensar
partita», es decir, una estructura común lo que nos transmiten esos mitos y de ver
de tres •funciones»; estas funciones son en ellos una metafísica que hizo posible
jerarquizadas de la siguiente manera: sobe- que los primitivos se adaptaran a su tiem-
ranía mágica y jurídica, fuerza física y gue- po. Gusdorf propone así que la filosofía
rrera, abundancia tranquila y fecunda. se aplique ante todo a comprender la exis-
Este esquema, que se aplica a los dioses tencia real a la luz de la historia de la
de las mitologías india y escandinava, se humanidad, en lugar de concebir a la filo-
aplica igualmente a los hombres que fun- sofía como una simple ordenación de con-
daron Roma y su sociedad. Una historia ceptos. En este sentido, la noción de mito
que depende, empero, más del mito que nos enseña la primacía de lo vivido.
de la realidad. Gusdorf es también autor de un Tra-
Georges Dumézil es un innovador en tado de la existencia moral (1949) y
materia de estudio comparado de la mito- de un Tratado de metafísica (1956).
logía; y ha superado, efectivamente, el
estadio del simple estudio lingüístico, géne- Edición: Mythe et métaphysique, col.
ro de investigación este último que en •Champs>>, Rammarion, 1984.
modo alguno debe ser descuidado (pues Estudio: P. Clava!, Les Mythes fondateurs
des sciences sociales, P.U.F., 1980.
la lengua indoeuropea ha sido vehículo
de numerosas ideas y tradiciones a través
del espacio y el tiempo), aunque no siem-
pre conduce a resultados satisfactorios.
MITOLOGÍAS, Mythologies, 1957.
Gracias a su labor y a sus descubrimien-
ROLAND BARTHES, 1915-1980.
tos, esenciales para el progreso de los
estudios en ciencias humanas, Dumézil
A lo largo de una serie de cincuenta y
abre nuevos horizontes; este libro suyo es
tres artículos sobre temas de actualidad,
el fruto de treinta años de investigaciones
y constituye una de las principales obras Barthes trata de descifrar el lugar y el
del siglo veinte. papel del mito en nuestra sociedad. Par-
tiendo del principio de que •el mito es un
Edición: Mito y epopeya (tr. E. Trias), Seix lenguaje» (hipótesis demostrada en la
Barra!, 1977. segunda parte), analiza los hechos diver-
Estudios: J. Lechte, 50 pensadores con- sos de nuestra vida cotidiana como otros
temporáneos esenciales (tr. M.• L. Rodrí- tantos signos de un real mistificado. Así,
guez Tapia), Cátedra, 1996; P. Smith y D.
Sperber, •Mythologiques de Georges Dumé- en los espectáculos y en la publicidad los
zil», en Annales, 0. 0 XXVI, 1971 valores morales se dejan entrever siem-
pre a través de los eslóganes o los gestos:
tal detergente •mata la suciedad» (mito
purificador), tal «gángster» mata con un
MITO Y METAFÍSICA, Mythe et mé- simple signo -señal con la cabeza o con
taphysique, 1953. el dedo al cómplice que ejecuta-, mito
GEORGES GUSDORF, nacido en 1912. de la eficacia pura, en donde nada hay
que decir porque todo es acto realizado.
El proyecto de Gusdorf es aquí el de De la misma manera, el retrato de un
dar un sentido a la filosofía de nuestro actor, la imagen de una celebridad (como
tiempo, de descubrir un origen y un sig- el abate Pierre) pueden expresar el mito
nificado a las interrogaciones filosóficas del héroe, semidios, semihombre ...
fundamentales, de manera que puedan Esta lista no es exhaustiva: toda expre-
ser percibidos en el análisis de los mitos sión de lo real, todo objeto del discurso
primitivos. puede constituir una falsificación, una mis-
437 MITOLÓGICAS
todo humano-: de esta naturalidad con- que no ha tenido suerte y que ha sido
tra natura, de esta supematuraleza natu- designado al azar para morir.
ral de la muerte. Lucrecio quiere probar La muerte del «Tú• representa al pri-
la tranquilizadora legalidad física de la diso- mer Otro, el otro inmediatamente otro
lución mortal y hace lo que puede para y el no-yo en su punto de tangencia con
convencemos y, sin duda también, para el yo, el límite próximo de la alteridad.
convencerse a sí mismo: pero olvida la También la muerte de un ser querido es
profunda e irreductible extrañeza de un casi como la nuestra, casi tan desgarra-
hecho casi tan natural como la caída de dora como la nuestra: es lo inconsolable
los cuerpos y sin embargo tan misterioso que llora lo irreemplazable. En la piedad
en el fondo. La aniquilación definitiva de y la tristeza desconsolada que la desapa-
una persona, ¿consiste simplemente en la rición del ser amado nos inspira, vivimos
obediencia a las leyes de un pensador la muerte del próximo como nuestra pro-
metafísico cualquiera? La tragedia de la pia muerte, mas, recíprocamente, esta
muerte personal está inscrita en falso en proximidad sin coincidencia, esta vecin-
los consuelos del atomismo. Mientras que dad familiar sin identificación nos per-
Dios está absolutamente lejano, la muer- mite pensar la muerte de otro como una
te está a la vez lejana y próxima. Es sin muerte extranjera. La distancia del Yo
duda esta extrema proximidad lo que expli- al Tú representa la distancia mínima más
ca la tentación del candidato al suicidio allá de la cual devenimos capaces de pro-
ante el instrumento de su perdición: entre yectar el objeto de conocimiento.
el viviente y los grandes secretos del Más- La primera persona del singular no pue-
allá, ¿no se interpondría tal vez más que de conjugar «moriP> más que en futuro; e
el espesor del objeto del suicida? inversamente, el indicativo presente y el
Por lo demás, Jankélévitch conjuga indicativo pasado no se conjugan más que
la muerte con todas las personas. La exis- en segunda y en tercera persona. El que
tencia para sí que caracteriza al Yo es del dice «Yo muero• está vivo; puesto que él
orden de lo irreemplazable y de lo incom- cree morir, se desmiente a sí mismo. Decir
parable; cuando esta existencia está en <No muero• es una aporía, porque no pue-
peligro, la afectación de serenidad no pue- de decírselo de sí mismo más que en futu-
de cambiar nada. Mi propia muerte es ro; en pasado y en presente sólo se lo pue-
una otra manera de encarar la muerte: es de decir de los otros. La primera persona
una muerte que trastorna el mundo, una no tiene uso más que en una conjugación
muerte inimitable que no se parece a nin- defectiva, sin pasado ni presente.
guna otra.
La muerte en tercera persona es la Edición: La Mort, col. «Champs», Flamma-
muerte en general, la muerte abstracta y rion, 1977.
anónima, o bien la muerte propia en tan- Estudio: Jankélévitch, revista L'Arc, n." 75,
to que ésta es conceptual e impersonal- 1979.
mente considerada, a la manera en que
un médico se enfrenta a su propia enfer-
medad; para un médico-enfermo en don-
de el enfermo le cede el puesto al médi- MUERTE Y EL PENSAMIENTO (LA),
co, la tragedia sigue siendo fenómeno. La La mort et lo pensée, 1973.
muerte en tercera persona es problemá- MARcEL CoNCHE, nacido en 1922.
tica: es un objeto como cualquier otro, un
objeto que se describe y se analiza médi- Maree! Conche, profesor de filosofía y
camente, biológicamente, socialmente, metafísica, reconoce en su obra el vincu-
demográficamente y que representa la lo ontológico fundamental que existe entre
cumbre de la objetividad no trágica. En el pensamiento y la muerte, y critica la
este contexto, el Yo deviene sujeto anó- concepción común según la cual es pre-
nimo de una muerte indiferente, sujeto ferible alejar la muerte del pensamiento
MUNDO COMO VOLUNTAD YREPRESENTACIÓN (EL) 442
para ser feliz; el autor subraya el carácter bre <<de un único pensamientO>>, con el cual
ilusorio de esta idea que, de ser concebi- se identifica el autor, es el que remite toda
ble, implicaría de hecho una ausencia total observación, toda reflexión, a su idea como
de conciencia y de pensamiento. «No se a un centro fijo. Nada más variado, más
deja de pensar en la muerte más que heterogéneo, más dispar que los temas
dejando de pensar.>> El pensamiento está de que se ocupa Schopenhauer (el arte, el
pues íntimamente afectado por la muer- estilo, las mujeres, el juego, la premonición,
te; y «la muerte no es para el pensamiento la telepatia, la música), mas entrecruzando
alguna cosa extraña a él; por el contra- cada uno de estos temas, el autor está segu-
rio, de una cierta manera, se encuentra ro de encontrar <<el pensamiento único».
en el pensamiento mismo>>. La filosofía schopenhaueriana es una
Todo pensamiento es por tanto pen- sucesión de «consideraciones doctas>>. La
samiento de la muerte; y, partiendo de primera prolonga el idealismo kantiano
ideas comúnmente admitidas, el autor va al afirmar que el mundo, tal como lo cono-
haciendo surgir dialécticamente la pro- cemos, no es más que la representación
fundidad innegable de esta relación. que de él tenemos y no tiene realidad en
sí; es sólo una «ensoñación de nuestro
Edición: La Mort et la Pensée, Éd. de Méga- cerebro»; una ensoñación bien trabada
re, 1975. que, sin embargo, no tiene más realidad
Estudio: M. Conche, Vivre et philosopher,
réponses aux questions de Lucí/e Laooggi, sustancial que la del sueño. Segunda con-
P.U.F., 1992. sideración: el idealismo kantiano permi-
te que no nos dejemos engañar por este
mundo; pero nos lleva a preguntamos «si
este mundo no es nada más que repre-
MUNDO COMO VOLUNTAD Y RE- sentación; en cuyo caso debería aparecer
PRESENTACIÓN (EL), Die Welt a/s a nuestros ojos como una ilusión sin sus-
Wi/le und Vorste/lung, 1818. tancia, o un fantasma aéreo indigno de
ARTHUR ScHOPENHAUER, 1788-1860. ser valorado; o bien si por ventura no fue-
se alguna otra cosa>>; en cuyo caso la nece-
Desde las primeras líneas del prefacio sidad «metafísica» de una realidad, el asom-
a la primera edición, Schopenhauer subra- bro ante la existencia, nos empujan a ver
ya la diferencia entre un sistema de pen- en este mundo un enigma a descifrar.
samientos y un pensamiento único: «Un Es la experiencia interior la que comien-
sistema de pensamientos debe tener siem- za a iluminamos; es ella la que nos hace
pre una trabazón arquitectónica, de suer- conocemos como un individuo que tiene
te que una parte soporte a la otra, mas no tendencias, necesidades, aspiraciones y,
a la inversa; el fundamento soporta al res- en sentido amplio, una voluntad (Wille);
to sin ser soportado por él, y la cima es además, esa experiencia nos hace ver esta
soportada sin que ella soporte ya nada más. voluntad tan estrechamente ligada a nues-
En cambio, un pensamiento único, por tro cuerpo que toda tendencia o deseo
amplio que sea, debe conservar la más per- se traduce inmediatamente en un movi-
fecta unidad.» Incluso si uno se ve obliga- miento corporal. El cuerpo, que es un obje-
do, por comodidad en la exposición, a divi- to entre los otros, aparece como la expre-
dir este pensamiento en partes, se ha de sión de una voluntad, más aún, como mi
tener buen cuidado en que cada una de esas voluntad misma. Es la voluntad conocida
partes «contenga al todo al igual que el todo del exterior, como representación: «La
la contiene a ella, que ninguna parte sea la voluntad es el conocimiento a priori del
primera ni ninguna la última, que, para cada cuerpo, y el cuerpo el conocimiento a pos-
una, el todo sea completamente distinto, teriori de la voluntad, [... ]mi cuerpo es la
pero que la más pequeña de entre ellas objetividad de mi voluntad.»
no pueda ser plenamente comprendida sín Por lo demás, la raíz del mal inherente
que previamente lo sea el todo>>. El hom- a la existencia es el querer-vivir, absurdo,
443 MUNDO YEL INDNIDUO (EL)
sin razón y sin objeto, que engendra siem- MUNDO DE LOS VALORES (EL), Le
pre nuevas necesidades y con ellas nue- monde des ua/eurs, 1948.
vos dolores. Toda la experiencia humana RAYMOND RUYER, 1902-1987.
queda clarificada; se comprende ahora el
amor sexual y su furor, sus celos, su poten- Más que una discusión sobre el estatuto
cia que ignora toda razón; su seriedad trá- de los valores, Ruyer nos propone un estu-
gica que hace nacer sin cesar nuevos seres dio que trata sobre los valores en sí mismos.
para experimentar nuevos sufrimientos; El autor somete a un análisis sistemático los
jamás se detendrán los maleficios del •<genio diferentes temas del mundo de los valores,
de la especie». De aquí las famosas diatri- apoyándose en los escritos de Kierkegaard,
bas de Schopenhauer contra las mujeres, Bergson y Kant. Mas lejos de subrayar sus
cuya pretendida belleza es la trampa que incompatibilidades, se esfuerza por el con-
nos tiende el genio de la especie. ¿Ha satis- trario en hacerlos coincidir con un cuidado
fecho el hombre al fin sus deseos? Enton- constante de evitar todo dogmatismo.
ces comienza el hastío, el mal tan temido Edición: Le monde des ualeurs, Aubier-
como el sufrimiento y que puede conducir Montaigne, 1948.
a la desesperación. Ningún progreso cabe Estudio: J. Parain-Vial, Dictionnaire des
esperar para la humanidad, donde los mis- philosophes, P.U.F., 1984.
mos males -la enfermedad, el crimen, la
guerra- renacen sin cesar. No es posible
oponer a este pesimismo la existencia del
placer: porque el dolor que nace del que- MUNDO HISTÓRICO (EL), Der Auj-
rer-vivir es la única realidad positiva, y el bau der geschichtlichen Welt in den
placer no se deja sentir más que en el fugaz Geisteswissenschaften, 191 O.
momento en el que el dolor cesa. En lo que WILHELM DILTHEY, 1833-1911.
respecta al arte y a la moral, se trata de
revelaciones directas de la esencia de las Dilthey investiga la especificidad de las
cosas, de verdaderas gnosis, que tienen por ciencias del espíritu, por oposición a las
sí mismas un efecto calmante y directo sobre ciencias de la naturaleza. Este volumen
la voluntad, sin tener que pasar por el tamiz reúne varios ensayos que versan sobre la
de la filosofía. El filósofo se limita aquí a fundamentación de dichas ciencias: la his-
reflexionar sobre las experiencias del artis- toria de las ciencias humanas y sociales,
ta y sobre los actos con valor moral; encon- la vivencia, la gnoseología, la hermenéu-
trará en el genio y en el asceta un conoci- tica, las categorías del mundo histórico.
miento directo de la esencia del mundo, Edición: El mundo histórico (tr. E. Imaz),
mas al mismo tiempo una liberación de la México, Fondo de Cultura Económica, 1944.
acción nociva de la voluntad: esta tercera Estudio: A. Kremer-Marietti, Wilhelm Dil-
y cuarta consideraciones, al mismo tiempo they et /'anthropologie historique, Seghers,
que desvelan a la voluntad, la toman ino- 1971.
fensiva. La inmensa influencia de estas dos
últimas partes es lo que ha hecho de Scho-
penhauer, según expresión de Nietzsche,
el «educadoP• de la generación siguíente. MUNDO Y EL INDMDUO (EL), The
World and the Individual, 1900 y 1901.
Edición: El mundo como voluntad y repre· JOSIAH ROYCE, 1855-1916.
sentación (tr. E. Ovejero), Buenos Aires, Colección de conferencias.
Biblioteca Nueva, 1942.
Estudios: B. Magee, Schopenhauer (tr. A. Esta colección reúne dos series de con-
Bárcena), Cátedra, 1991; R. Safranski, &ho- ferencias sobre el idealismo absoluto pro-
penhauer y los años salvajes de la filoso·
fía (tr. J. Planells), Alianza, 1992; A. Philo- nunciadas entre 1899 y 1900.
nenko, &hopenhauer. Une philosophie de La primera serie -la más importan-
la tragédie, Vrin, 1980. te- tiene por subtítulo Las cuatro con-
MUNDO YEL INDIVIDUO (EL) 444
[445]
NORMAL YLOPATOLÓGICO(LO) 446
como mantienen estos últimos, un asun- que no puede ser regulado espontánea-
to de disminución o de multiplicación, que mente.
es por tanto una cuestión de diferencias Mas las reflexiones más nuevas y sor-
cuantitativas. prendentes son sin duda las relativas al
Los análisis de Canguilhem tienen apli- concepto de error en patología. Canguil-
caciones e implicaciones que afectan a la hem muestra que la introducción del error
racionalidad médica: ésta no puede con- por el organismo mismo, bajo forma por
tentarse con ser puramente crítica; por ejemplo de un error innato del metabo-
su rechazo en principio de todo esencia- lismo, revoluciona la concepción misma
lismo o de todo naturalismo, debe poder de la enfermedad y la salud: de ahora en
integrar todo lo que a ella se oponga y adelante, estar enfermo «es ser malo, no
convertir al obstáculo en su objeto. como un chico malo, sino como un mal
Esta racionalidad médica presenta tres terreno». El malestar no se perfila como
características principales: tolera la con- resultado de un mal-obrar. La enfermedad
tradicción, puesto que el propio orga- no es ya por tanto un asunto de respon-
nismo realiza la inversión de la protección sabilidad individual.
convirtiéndola en ataque; no está cons-
treñida por las reglas de la aritmética ele- Edición: Le normal et le pathologique, col.
mental, puesto que el principio de orden «Quadrige», 2.• ed., P.U.F., 1988.
Estudios: J. Lechte, 50 pensadores con-
prevalece sobre el principio cuantitati- temporáneos esenciales (tr. M.• L. Rodriguez
vo; finalmente, ha renunciado a la con- Tapia), Cátedra, 1996, pp. 30-35; Can-
cepción de un determinismo verificado guilhem, especial de la Revue de métaphysique
por la universal identidad de sus limita- et de mora/e, n.o 1, Annand Colín, 1985.
ciones: cuando se trata de la vida, la fle-
xibilidad se impone sobre la rigidez, y los
márgenes de tolerancia sobre la inflexi-
bilidad mecánica del medio. NOSTALGIA DEL SER (LA), La nos-
Por este triple carácter, la racionalidad talgie de /'etre, 1950.
médica podría ser calificada de no ber- FERD!NAND ALQU!É, 1906-1985.
nardiana en la medida en que ésta funda
lo que la otra no ha logrado jamás inte- Como anuncia el autor en su prólogo,
grar, la individualidad biológica, constan- «este estudio no propone ninguna filo-
temente considerada como infidelidad al sofía nueva sino que intenta encontrar,
tipo. en la historia de la filosofía, un camino
En sus Nouvel/es Réflexíons concer- que ella cree eterno».
nant le normal et le patho/ogíque (1963- Reflexionando sobre la historia de la
1966), que completan este ensayo, Can- filosofía por hacer, Alquié se esfuerza por
guilhem compara las normas sociales y discernir en ella un movimiento que indi-
las normas orgánicas para demostrar que, que la relación eterna de la conciencia
pese a las apariencias y a las analogías, al Ser. Aparece entonces que la certeza
son más opuestas que semejantes: las pri- del Ser es ante todo certeza de su ausen-
meras son exteriores y legislativas, las cia, y que la filosofía está de parte a par-
segundas son interiores y reguladoras; e te animada por el deseo del Ser. «En este
incluso aunque en los dos casos se trate sentido nuestra conciencia es nostalgia
de inventar más que de observar, la sabi- del Ser, indisoluble unión de certeza y de
duría del cuerpo no es resultado de un deseo.» ¿Puede ser superada esta condi-
cálculo, sino la resultante de un sistema ción? Para Alquié, «el saber propiamen-
de regulaciones internas al organismo; la te filosófico[ ... ) explicita una experiencia
sabiduría de una sociedad, por el con- fundamental, una presencia no concep-
trario, es el resultado siempre precario de tual del Ser en la conciencia».
un cálculo y de una política que buscan Esta concepción de la conciencia como
regular, mediante técnicas apropiadas, lo nostalgia y deseo del Ser vuelve a encon-
NOVECIENTAS CONCLUSIONES 448
todo caso, lo que afirma Platón en su ciencia había sido constituida contra la
->Apología de Sócrates. naturaleza. ¿Acaso el mundo postulado
y descubierto en el diálogo experimen-
Edición: Las nubes; Ranas; Pluto (tr. F. tal no era una naturaleza muerta y pasi-
Rodríguez Adrados), Cátedra, 1995. va, sometida a un pequeño número de
Estudio: F. Chatelet, ->El pensamiento de
Platón, Labor, 1968. leyes simples e inmutables; un mundo
transparente, perfectamente previsible,
en el que el devenir y la complejidad esta-
ban ausentes? La física clásica, basada
NUESTRO CONOCIMIENTO DEL en la idea de que la naturaleza se com-
MUNDO EXTERIOR, Our knowledge portaba como un «autómata sumiso», ha
of the Externa/ World, 1914. estado ciega ante lo que ésta ofrece de
BERTRAND RUSSELL, 1872-1970. inestable, de irreversible y de no repro-
ducible. Ha sido incapaz de ver que la
Las construcciones más sofisticadas de llama no podía «desardeP•, el animal reju-
la física matemática dan finalmente cuen- venecer y el azúcar «desfundirse» en la
ta de un mundo aprehendido bajo la for- taza.
ma de datos sensoriales. Con los empi- Poniendo en cuestión la posibilidad que
ristas, Russell pone el acento en el origen tiene el hombre de adoptar un punto de
vista objetivo, exterior a la naturaleza e indi-
sensible del conocimiento, mas, contra-
ferente a sus obras, los autores de este ensa-
riamente a ellos, no piensa que la con-
yo anuncian la reconciliación de la ciencia
cepción del mundo físico sea simplemente
con la naturaleza. 8 sabio está ciertamente
el fruto de una inferencia. Es el resultado
inmerso en el mundo que él describe; de
de una construcción cuyo método es ana-
esta inmersión nace un nuevo diálogo en
lizado aquí. el que una de las partes reconoce a la otra
Edición: Conocimiento del mundo exte· su libertad, su espontaneidad, su historia.
rior (trad. M.• T. Cárdenas), Buenos Aires, Así, la ciencia y la cultura están en inte-
Compañía General Fabril Editora, 1964. racción constante: las cuestiones que el
Estudio: P. Devaux, Bertrand Russell ou sabio plantea a la naturaleza están también
la Paix dans la vérité, Seghers, 1967. ligadas al contexto cultural en el que toman
sentido tanto sus preguntas como las res-
puestas que recibe. Es llegado por tanto el
tiempo de «nuevas alianzas, desde siempre
NUEVA ALIANZA (LA), La nouvelle anudadas y tanto tiempo ignoradas, entre
alliance, 1979. la historia de los hombres, de sus socie-
ILYA PRJGOGINE, nacido en 1917, e lsA- dades, de sus saberes, y la aventura explo-
BELLE STENGERS, nacida en 1949. ratoria de la naturaleza».
En-> El azar y la necesidad (1970), Edición: La nueva alianza (tr. M.• C. Mar-
Jacques Monod extraía esta lección de tín-Sanz), Alianza, 1983.
Estudio: l. Prigogine e l. Stenger, Entre el
los progresos de la biología molecular: tiempo y la eternidad (tr. J. García), Alian-
«La antigua alianza está rota; el hombre za, 1994.
sabe al fin que está solo en la indiferen-
te inmensidad del Universo del que él ha
emergido por azar.» Para los autores de
La nueva alianza, esta visión de un hom- NUEVA ATIÁNTIDA (LA), New Atlan-
bre extranjero en el mundo que descri- tis, 1627.
be caracteriza ante todo a «la ciencia clá- FRANCIS BACON, 1561-1626.
sica», que conoció su apogeo con el
triunfo del mecanicismo newtoniano. Un viaje imaginario (mas no fantás-
Pero, pese a sus resonantes éxitos, esa tico) que tiene valor de metáfora con-
451 NUEVO CRISTIANISMO (EL)
duce al descubrimiento de una isla del lo o una descripción de una institución fun-
Pacífico, denominada Bensalem, en la dada con el fin de interpretar a la naturale-
que un Colegio se consagra a la inves- za y de producir grandes y maravillosas obras
tigación del conocimiento y de sus apli- para bien de todo el género humano»: pro-
caciones; dicho en otras palabras, en longar la vida, aminorar el dolor, etc.
la que se instaura, con todo el respeto
que le es debido, un Instituto de las Cien- Edición: La nueva Atlántida (tr. E. García),
cias y de las Técnicas. Porque, para Mondadori, 1988.
Bacon, la filosofía teórica sólo tiene inte- Estudios: A. Quinton, Francis Bacon (tr. P.
Castrillo), Alianza, 1985; B. Farrington, Fran·
rés si va acompañada de una filosofía cis Bacon, filósofo de la revolución indus-
práctica; por lo mismo, la reforma del trial, Endymion, 1991.
entendimiento entraña, para él, la refor-
ma de la sociedad.
El texto ha podido ser redactado
en 1621; luego abandonado, y retoma- NUEVO CRISTIANISMO (EL), Le nou-
do en 1623. Desde 1620, Bacon venía veau christianisme, 1825.
diseñando un Modelo de historia natu- SAINT-SIMON (Claude Henri de Rouvroy,
ral, y la publicación acto seguido de La conde de), 1760-1825.
nueva Atlántida hubiera sido una suer-
te de aplicación a la vez que de explica- Esta obra, que quedó inacabada, fue
ción de la obra teórica. En 1906, Bacon publicada poco después de la muerte de
había elaborado además una teoría del Saint-Simon por su discípulo Olinde Rodri-
mito en la que confería a lo imaginario gues, que relata así las últimas palabras
un carácter histórico y un valor igual- de su maestro en su agonía: «La última
mente filosófico desde el punto de vista parte de mis trabajos, El nuevo cristia-
de los sentidos. Como en las «mitologí- nismo, no debe ser incluida. Se creía que
as•• que Platón inventa para imponer el el sistema religioso tenía que desapare-
lagos, el mito de Bacon tiene un senti- cer porque se había logrado probar la
do que justifica el recurso a la ficción caducidad del sistema católico; nos hemos
para hacer valer la <<Verdad» ante los doc- engañado. La religión no puede desapa-
tos y los reyes. El objeto de esta utopía recer, no hace más que transformarse.»
es múltiple: es a la vez la ética, la esté- Este corto texto, especie de manifiesto,
tica y la sociología de un proyecto de es por tanto también un testamento; llama
reforma de las ciencias. Igualmente es a los reyes y a los pueblos a la caridad, a la
manifiesto que esta novela es un anexo fraternidad, al verdadero espíritu del cris-
de la magna obra de Bacon, La Gran tianismo: «Mejorar la suerte de la clase más
Restauración de las ciencias (véase --> pobre y hacer a los hombres felices cual-
Novum Organum). Desde el estricto quiera que sea su posición.» El cristianis-
punto de vista de la investigación cien- mo será así superado, la Iglesia desapare-
tífica que aquí se propone, Bacon sugie- cerá, la teología será reemplazada por la
re la parte de elementos no racionales ciencia y Saint-Simon no duda en escribir:
que interviene en el trabajo racional del «Yo acuso al Papa y a su Iglesia de herejía.»
investigador. Sugerencia que será arrin- Marx, Comte, Durkheim leerán apa-
conada con el desarrollo de la ciencia sionadamente a Saint-Símon. El nuevo
moderna (que se presume objetiva por
cristianismo, manifiesto para una religión
excelencia) mas que reaparecerá en nues-
laica y milenaria (se trata de realizar el
tros días como digna de ser tomada en paraíso en la tierra), constituye una bue-
consideración.
na introducción a la obra de Saint-Simon.
La nota de Rawley, el editor póstumo de
esta novela utópica, advierte sobre la inten- Edición: El nuevo cristianismo (tr. P. Bra-
ción del autor diciendo que esta «fábula» vo), Centro de Estudios Constitucionales,
ha sido concebida para <<presentar un mode- 1981.
NUEVO ESPÍRITU ARTÍSTICO (EL) 452
Edición: Le Nouvel Esprit scientifique, coi. Este libro ofrece la exposición más cla-
«Quadrige», P.U.F., 1987. ra del pensamiento de Fourier; por ello
Estudios: J. Lechte, 50 pensadores con· ejercerá una influencia considerable en el
temporáneos esenciales (tr. M." L. Rodrí- siglo XIX. Muestra bien «la íntima alianza
guez Tapia), Cátedra, 1996; J. Sánchez Tra- de la poesía y la matemática» (Raymond
balón, Gastan Bachelard (1884-1%2), Orto,
1995; P. Ginestier, Bachelard, col. «Pour Queneau) que caracteriza a Fourier, y une
conna!tre la pensée de>>, Bordas, 1987. a la audacia de proposiciones sin prue-
ba ni verosimilitud -que seducirán a
André Breton o a Roland Barthes- la
minuciosa descripción de convenios amo-
rosos o domésticos.
NUEVO MUNDO AMOROSO (EL), Le Supremamente irreverente con el pen-
nouveau monde amoureux. samiento político, crítico de sus compa-
CHARLES FüURIER, 1772-1837. ñeros de «socialismo utópico» (Owen y
Texto inédito hasta 1967. Saint-Simon), Fourier se dispone aquí a
disipar las amenazas que las pasiones
Esta obra fue elaborada dentro de un humanas representan para la vida social
proyecto de reforma radical de la orga- componiendo «series», equilibrios, mos-
nización económica y social, mas tam- trado antipatías. La sociedad, en el
bién con una finalidad de transforma- momento en que deje de oponerse a las
ción del entendimiento humano. Fourier pasiones y, por el contrario, se convier-
se propone hacer evidente el fondo ta en un dispositivo pasional, conocerá
pasional de la humanidad, que repre- una gran prosperidad industrial.
senta a su juicio el motor verdadero e Cercana al iluminismo romántico, esta
inconsciente de toda sociedad. Reco- obra enriquece y multiplica las prescrip-
nocía pues en el deseo un potente ciones precisas en el dominio del comer-
motor esencial, y sus descubrimientos cio amoroso y da muestras de un femi-
psicológicos servirían a una permanente nismo muy original.
ambición de armonía general.
Edición: Le Nouveau Monde industrie/ et
Calificado de utopista por la mayoría, societaire, col. «Nouvelle Bibliotheque roman-
Fourier ha sabido sin embargo aliar la libe- tique», Flammarion, 1973.
ración del deseo con una organización Estudio: S. Debout, L'Utopie de Charles
rigurosa del sistema social. Algunos se Fouríer, Payot, 1979.
NUEVOS ENSAYOS SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 454
ca. También explican la armonía prees- po no tienen realidad. No son más que
tablecida entre el alma y el cuerpo, y el puras abstracciones.
hecho de que la muerte no pueda ser asi- El capítulo sobre los modos del pla-
milada simplemente al sueño. cer y del dolor es la ocasión del célebre
El libro 1 está dedicado a las nocio- desarrollo del tema de la inquietud. «En
nes innatas (Leibniz sigue al Ensayo pun- alemán se llama Unruhe, es decir, inquie-
to por punto, refutándolo libro por libro tud, al péndulo de un reloj de pared.
y capítulo por capítulo). Para Locke, no Podemos decir que con nuestro cuerpo
hay nada virtual en el espíritu humano. sucede igual, y que nunca podrá sentirse
Para Leibniz, por el contrario, «las ide- totalmente a gusto». La inquietud es para
as y las verdades nos son innatas como Leibniz la condición del placer y el motor
inclinaciones, disposiciones, hábitos o de toda acción. «La inquietud es el prin-
virtualidades naturales, y no como accio- cipal, por no decir el único, aguijón que
nes». El alma no es una tabla rasa. Es excita la industria y la actividad de los
innata respecto a sí misma en todo lo que hombres.>> En lo que concierne a la liber-
le viene de su propio fondo. El alma no tad, Locke confunde libertad y potencia
es un bloque informe; tiene sus aptitu- de ejecución. Para Leibniz, la libertad de
des, sus predisposiciones, un diseño inte- indiferencia cartesiana no existe. Nuestra
rior. Los sentidos y la experiencia des- elección está siempre motivada por peque-
piertan sus poderes latentes. Reflexionar ñas percepciones, sin que por eso la liber-
significa para el alma prestar atención a tad haya de estar motivada. Contra Loc-
lo que pasa fuera de ella misma. A la céle- ke, Leibniz sostiene que el alma piensa
bre fórmula de los aristotélicos: «Nada siempre. Hay dos clases de ideas: las ideas
hay en el espíritu que antes no haya esta- simples, que vienen por sensación y por
do en los sentidos» (que Locke suscribe), reflexión, y las ideas complejas que pro-
añade Leibniz: «excepto el entendimien- ceden del trabajo del espíritu sobre los
to mismo>>. Además, si las ideas son inna- datos de la sensación y de la reflexión.
tas, son igualmente universales y nece- El libro IV, Sobre el conocimiento,
sarias, lo que niega Locke. Como lo ha constituye una verdadera rehabilitación
mostrado Platón en el-+ Menón, la geo- del conocimiento humano, que el empi-
metría y la aritmética son innatas en el rismo y la prudencia positivista de Loc-
niño. ke habían fuertemente comprometido.
El libro 11 trata de las ideas, y el libro III Para empezar, la teoría de las pequeñas
de las palabras que son nombres de las percepciones autoriza a Leibniz a reco-
ideas. Al negar el innatismo, Locke devuel- nocer un valor cognitivo al conocimien-
ve a sus antecedentes cronológicos las to confuso u oscuro. Al igual que cada
ideas de tiempo, de espacio, de sustan- mónada reflexiona sobre el universo ente-
cia, de infinito ... Para Locke, la idea de ro, «cada alma conoce el infinito, conoce
sustancia es la más ocura que hay; para todo, aunque confusamente>>. Entre el gra-
Leibniz, la más rica. «La identidad del hom- do más bajo del conocimiento y el más
bre consiste en la duración de la sustan- alto, no hay en efecto más que una dife-
cia simple o inmaterial que hay en él», rencia de grado, y cada grado posee una
dice efectivamente Leibniz. La conscien- perfección que le es propia. De manera
cia y la memoria atestiguan la identidad general, el conocimiento es la represen-
del hombre, mas no la constituyen, con- tación sensible e intelectual de las ideas.
trariamente a lo que pretende Locke. Es El conocimiento puro es la percepción de
la permanencia de la sustancia lo que es las relaciones que ligan diversas ideas o
el fundamento de la identidad y de la indi- proposiciones. A la prudencia de Locke
vidualidad. Locke confunde la idea de en materia de gnoseología (para Locke,
espacio con la idea de extensión. Para la sabiduría del hombre reside en su humil-
Leibniz, que anuncia así la estética tras- dad frente al Creador, que le aconseja
cendental kantiana, el espacio y el tiem- renunciar a conocer el mundo tal como
NUEVOS PRINCIPIOS DE ECONOMÍA POLÍTICA 456
Dios lo conoce y contentarse con cons- Leibniz, para quien •<todo lo que no es un
tatado), opone Leibniz la teoría del cono- ser no es un ser», liga ontológicamente
cimiento que -habiendo admitido la teo- universalidad y unidad.
ría de las pequeñas percepciones, de las Los Nuevos Ensayos responden ver-
ideas innatas, y el hecho de que la móna- daderamente al deseo de Leibniz de man-
da sea la única realidad y que ésta refle- tener correspondencia con Locke -deseo
xiona sobre todo el universo pese a que contrariado, pues Locke contestó con
no tiene puertas ni ventanas- de mane- su silencio a las cartas de Leibniz. La lec-
ra natural se desprende de su sistema. tura del Ensayo sobre el entendimiento
«Nuestros sentidos no nos dan nunca más humano provocó efectivamente en Leib-
que ejemplos, es decir, verdades parti- niz el deseo de refutarlo empleando todo
culares o individuales>>, y todos los ejem- su sistema, por lo demás perfectamente
plos del mundo no serían suficientes para cerrado y coherente. Contrariamente a
establecer la necesidad universal de una Descartes, cuya influencia fue constituti-
verdad general. Sin principios innatos va del sistema leibniziano, Locke inter-
«cuya prueba no depende de ejemplos», pela a Leibniz en el momento en que su
no habría verdades necesarias. Leibniz pensamiento está suficiente maduro y
distingue las verdades primitivas, inme- completo para resistir todos los ataques
diatas o intuitivas, de las verdades deri- sin tener que revisar supuestos. Los Nue-
vadas, deducidas de las verdades primiti- vos Ensayos «se adosan» al sistema ela-
vas y extraídas de la experiencia de los borado en el --+ Discurso de metafísica
sentidos. Una y otra puede ser verdades y en la ---> Monadología «sin ser propia-
«de razón», cuando el predicado está con- mente su exposición», observa J. Brunsch-
tenido en el sujeto, o «de hecho», cuando wig, para quien «es preciso leer los Nue-
la conexión entre el predicado y el suje- vos Ensayos como una suerte de prueba
to no está inmediatamente explicitada. por sus consecuencias: el pensamiento
La intuición que tenemos de nuestra exis- leibniziano ofrece aquí la prueba de su
tencia individual es una verdad «de hecho». poder de ensanchar sin límites el alcance
Para Leibniz, «la conexión de los fenó- de su jusrisdicción».
menos, que garantiza las verdades de
hecho respecto a las cosas sensibles fue- Edición: Nuevos ensayos sobre el enten-
ra de nosotros, se verifica por medio de dimiento humano (tr. J. Echeverría), Alian-
las verdades de razón, como las aparien- za, 1992.
Estudios: J. Echeverría, Leibniz, Barcano-
cias de la óptica se verifican por la geo- va, 1981; Y. Belaval, Leibniz, initiation a
metría». sa philosophie, Vrin, 1975.
Al igual que cada mónada, aunque en
el más alto grado que sea posible para
una criatura, el espíritu humano expresa
todo el universo, y esta expresión es natu- NUEVOS PRINCIPIOS DE ECO-
ralmente objetiva. Locke prohibía al enten- NOMÍA POLÍTICA, o De la riqueza en
dimiento humano colocarse bajo ningún sus relaciones con la población, Nou-
punto de vista desde el que ese mismo veaux principes d'économie politique,
entendimiento pudiera aparecérsele como ou De la richesse dans ses rapports avec
un objeto entre otros. Para Leibniz, el la population, 1819.
espíritu se conoce a sí mismo objetiva- JEAN CHARLES LÉONARD S!SMONDI, 1773-
mente como parie de un todo que él cono- 1842.
ce y del cual conoce los principios y las
leyes. Locke se atenía prudentemente a Sismondi critica aquí la tradición libe-
los datos de los sentidos; Leibniz, con las ral de la economía inglesa, encamada en
pequeñas percepciones, revela lo que hay particular en Adam Smith. La teoría de
más allá de lo dado. Locke no daba valor éste: «dejar hacer, dejar pasaP> está al ori-
más que a lo particular y a lo múltiple; gen, según el autor, de una desigualdad
457 NUEVOS PRINCIPIOS DE ECONOMÍA POLÍTICA
siempre credente en el reparto de las rique- orden económico antiguo y no ver la sal-
zas. Contra el «liberalismo salvaje•, Sis- vación más que en el retomo a la peque-
mondi preconiza una intervención del Esta- ña producción individual. Sin embargo
do, en particular en el dominio social debe mucho a la critica que hace Sismondi
(sistema de asistencia contra el paro, fon- del liberalismo.
dos de pensiones financiados por los
empresarios). Edición: Economía política, Alianza, 1969.
Estudio: J. de Salis, Sismondi: la vie et
Karl Marx, que lo califica de «econo- l'oeuvre d'un cosmopolite phi/osophe,
mista romántico•, le reprocha idealizar el Slaktine, 1973.
o
O ESTO ... O AQUEU.O, Enten-eller, ña. No se la puede abordar sin haber sido
1843. advertido sobre su estructura.
S0REN AABYE KIERKEGAARD, 1813-1855. La primera parte trata de la estética,
y comienza por los «Diapsalmata». Com-
Traducido a veces por La Alternativa, puestos en gran parte a base de notas
título menos literal aunque más explícito, extraídas del Diario de Kierkegaard [edi-
O esto ... o aquello es una obra volumi- tado en Buenos Aires, Santiago Rueda],
nosa publicada en 1843 en Copenhague. los «Diapsalmata» se presentan como una
Lo que choca de entrada al lector es la serie de aforismos. Es indudable que la
estructura de la obra. Kierkegaard la fir- desesperanza que de ellos emana es la
ma con el nombre de Víctor &emita, sus- de Kierkegaard en su juventud. Algunos
trayéndose así a toda responsabilidad per- de esos aforismos son de una rara belle-
sonal. En realidad, Kierkegaard recurre za, aunque no se trata más que de inter-
aquí a varios pseudónimos, sobre los que medios (diapsalmata en griego).
los comentaristas no han cesado de inte- El primer gran capítulo, «Las etapas eró-
rrogarse. En efecto, once capítulos com- ticas espontáneas o el erotismo musical»,
ponen esta obra, dividida en dos partes. abre verdaderamente la obra. En su análi-
Mas el autor de la segunda ya no es Víc- sis del Don Juan de Mozart, Kierkegaard
tor Eremita, como tampoco Kierkegaard. se revela como un esteta, mas de una mane-
Eremita no hace más que publicar el tex- ra original. En efecto, no sistematiza su jui-
to. Se debe por tanto leer O esto ... o cio estético, y no son categorías lo que él
aquello teniendo en cuenta que Kierke- extrae de la ópera. Lo que él percibe, lo
gaard ha buscado voluntariamente borrar que se desprende del Don Juan es su genia-
las pistas, quedar oculto en razón de los lidad sensual. La música expresa la espon-
acontecimientos difíciles y dolorosos que taneidad del deseo sexual; manifiesta la
acababa de vivir: la ruptura de su com- esencia del esteticismo puro, el goce cere-
promiso con Regina Olsen dos años antes bral, la embriaguez de la posesión, la cau-
(1841). Por esta razón varios capítulos tividad ineludible de la feminidad.
están directamente, aunque de modo sutil, Kierkegaard no es hombre que cons-
dedicados a su ex prometida. Es com- truya una teoría; por eso advierte que el
prensible que esta voluntad ambigua de único medio de captar la profundidad de
enmascararse, aunque deseando ser la sensualidad que desprende el Don
entendido, haya inducido a Kierkegaard Juan es escucharlo sin fin. «¡Escuchad,
a montar su obra de una manera tan extra- escuchad, escuchad el Don Juan de
[459]
OBRA DE ARTE EN LA ÉPOCA DE SU REPRODUCflBILIDAD TÉCNICA (LA) 460
En su origen, la obra de arte está ente- los signos, o semiótico, ligada a tres ca-
ramente al servicio de un ritual mágico y tegorías faneroscópicas (fenomenológi-
por tanto religioso. Se caracteriza por su cas), en correspondencia cada una de ellas
aura, que es definida como «la aparición con un tipo de representación. Es la lógi-
única de un lejano» («Inhalar el verano, a ca de las relaciones, de la que él es igual-
la hora del mediodía, contemplar en el mente el fundador, la que permite ligar
horizonte una cadena de montañas o una entre sí estas categorías.
rama que arroja su sombra sobre el que Así, Peirce distingue el icono, el índi-
reposa, es respirar el aura de esas mon- ce, y el símbolo. La cualidad del icono en
tañas o de esa rama»). La obra de arte tanto que cosa representativa lo hace apto
auténtica se caracteriza por su aquí y su para ser un representante. La secunda-
ahora, por <<la unicidad de su presencia en riedad del índice hace de él una relación
el lugar en donde ella se encuentra». En la existencial. En cuanto al símbolo, una
actualidad, la obra de arte, tal como es regla determina su interpretación, el resul-
producida por la fotografía y aún más por tado significativo de un signo.
el cine, no se apoya ya en el ritual y su Opuesto a la intuición cartesiana, Peir-
aura declina; es múltiple y próxima. A par- ce la sustituye por la acción. Sólo la
tir de este hecho, todo queda modificado: acción decide sobre la claridad de una
tanto el estatuto del creador como las con- idea. La acción constituye la «segundi-
diciones de recepción de las obras por el dad», y el modo de acción, o el hábito,
público, que Benjamín analiza en detalle. será asimilado a la «tercereidad». Celo-
Inscribiendo su reflexión en el mar- so de distinguir su propia filosofía del
xismo («La proletarización creciente del pragmatismo de William James, Peirce
hombre contemporáneo y la progresiva la designa con el término de «pragmati-
importancia de las masas son dos aspec- cisma».
tos del mismo proceso histórico»), Wal-
ter Benjamin dirige sus propias tesis con- Edición: Obra lógico-semiótica (tr. R. Alcal-
tra el fascismo, aunque las estima de y M. Prelooker), Taurus, 1987.
Estudio: A. N. Prior, Historia de la lógica
utilizables para las exigencias revolucio- (tr. A. Antón y E. Requena), Tecnos, 1976.
narias en la política del arte: mientras el
fascismo tiende a la estetización de la
política, la respuesta del comunismo se
orienta a la politización del arte. OBRAS DE PIEDAD, Oeuvres de pié-
té, entre 1597 y 1629.
Edición: «La obra de arte en la época de
su reproductibilidad técnica», en W. Benja- PIERRE DE BÉRUllE, 1575-1629.
mín, Discursos interrumpidos 1 (tr. J. Agui- Colección de escritos espirituales.
rre), Taurus, 1973.
Estudios: H. Arendt, Hombres en tiempos El cardenal de Bérulle, fundador del
de oscuridad (tr. C. Ferrari), cap. sobre •Wal- Oratorio de Jesucristo en 1611 (orden de
ter Benjamín, (1892-1940)>>, Gedisa, 1990,
pp. 139-191; B. Witte, Walter Benjamín los oratorianos), es uno de los padres de
(tr. A. L. Bixio), Gedisa, 1990. esa espiritualidad francesa del siglo XVII
que, al renovar el pensamiento religioso,
influye en el pensamiento filosófico, pues-
to que aquél está ahora en el corazón de
OBRA LÓGICO-SEMIÓTICA, 1978. la reflexión fUosófica. Esta obra está teñi-
CHARLES SANDERS PEIRCE, 1839-1914. da del misticismo descubierto por Béru-
Textos extraídos de Collected Papers, lle en los místicos españoles y renano-fla-
1931-1958. mencos que modifica los lugares
respectivos que se le asignaban entonces
Continuador de los trabajos de Boole al hombre y a Dios. En efecto, el autor se
en lógica, Peirce ha creado una teoria de niega a conceder el primer lugar al hom-
OBRAS MORALES 462
Edición: Opus tertium, Oxford, Clarendon cia primera (cap. V) como aquello que
Press, 1905-1940. no es afirmado de un sujeto ni está en
Estudios: E. Gilson, La filosofía en la Edad un sujeto -se trata, por tanto, del indi-
Media (tr. A. Pacios y S. Caballero), Gredas,
1972; C. Bérubé, De la philosophie a la viduo- y la sustancia segunda como el
sagesse chez saint Bonauenture et Roger género y la especie a los cuales perte-
Bacon, Roma, lstituto Storico Cappucino, nece el individuo. Los capítulos VI a XI
1976. están dedicados al estudio detallado de
las otras categorías o modos de predi-
cación. Finalmente, el capítulo X estu-
dia los opuestos, el capítulo XI los con-
ORGANON, 'Opyavov. trarios, el XII lo anterior, el XIII la
ARISTÓTELES, 384-322 a.C. simultaneidad, y el XIV el movimiento.
El capítulo XV cierra el tratado con el
Esta obra, consagrada a la lógica, com- estudio de la categoria de posesión.
prende seis tratados: las Categorías, De Los catorce capítulos del tratado De la
la Interpretación, los Primeros Analíti- interpretación se consagran al estudio de
cos, los Segundos Analíticos, los Tópi- las proposiciones, que son definidas como
cos, las Refutaciones sofísticas, y lleva un discurso en el cual reside lo verdadero
el nombre de Organon, que significa en o lo falso. Estas proposiciones son clasi-
griego «herramienta, instrumento». En ficadas en afirmativas y negativas, uni-
efecto, Aristóteles considera a la lógica versales, particulares o singulares, según
como el medio de que dispone el espíri- que el sujeto de la proposición esté pre-
tu para poder razonar y expresarse de cedido de las partículas «todo», •alguno, o
acuerdo con la verdad. esté constituido por un nombre propio.
El autor dedica las Categorías al estu- Aristóteles estudia igualmente las diferen-
dio de la predicación -el verbo griego tes relaciones de oposición entre las pro-
(KatT]yopEtv, katégorein) significa «atri- posiciones, a saber: la contradicción y la
buir un predicado a un sujeto». En el pri- contrariedad. Un capítulo de este trata-
mer capítulo ofrece la definición de los do está consagrado al estudio de la opo-
términos «homónimo» --se dicen homó- sición de las proposiciones modales (cap.
nimas las cosas que no tienen en común XII), mientras que el capítulo IX trata de
más que el nombre- y «sinónimo» --se la célebre cuestión de los futuros con-
dicen sinónimos las cosas que tienen en tingentes.
común el nombre y el concepto, como Después de haber examinado la cons-
por ejemplo el hombre y el buey, que los trucción de las proposiciones, Aristóteles
dos pueden ser llamados «animal» y com- va a consagrar los Analíticos a reunir
partir el concepto de animal. Después, en estas proposiciones para formar los razo-
el segundo capítulo, establece la distinción namientos. Los Primeros Analíticos están
entre los nombres -nombre común, ver- dedicados al estudio del silogismo -vincu-
bo, grupo atributivo- y las proposicio- lación deductiva de tres proposiciones,
nes, que son un enlace o vinculación ((j\)f.l.- que sirve para construir demostraciones
7tAOKJÍ, sumploké) de nombres. del tipo •A es B, y Bes C, luego A es Ü•,
Tras haber definido el atributo (cap. donde las dos primeras proposiciones son
III), Aristóteles distingue las diferentes llamadas premisas y la tercera es la con-
significaciones de la predicación (cap. clusión-. El predicado de la conclusión
'IV). Así, el atributo puede significar la recibe el nombre de término mayor y su
sustancia (ouma, ousía) -cuando res- sujeto el de término menor; el nombre
ponde a la cuestón «¿Qué es esto?»-, que vincula uno con otro se denomina
mas también puede significar la canti- término medio. Los silogismos son cla-
dad, la cualidad, la relación, el lugar, el sificados en tres tipos, según el lugar que
tiempo, la posesión, la posición, la acción ocupe el término medio, aunque sólo el
y la pasión. Aristóteles define la sustan- primer tipo es demostrado directamente.
ORIGEN DE LA FAMILIA, DE LA PROPIEDAD PRNADA YDEL ESTADO (EL) 466
Tras haber estudiado el silogismo des- 1877), Engels expone las diferentes formas
de un punto de vista formal, Aristóteles originales de la familia y los sistemas de
dedica los Segundos Analíticos a la apli- parentesco, y muestra que la «genS>> salva-
cación práctica de aquél. A su juicio, pode- je es la forma original de la <<genS>• (grupo
mos afirmar que conocemos una cosa cuan- de consanguineos que forman un solo lina-
do conocemos su causa, siendo ésta el je) tal como se la encuentra ulteriormente
término medio del silogismo. Por otra par- en los griegos, los romanos, los celtas y los
te afirma que los principios del conoci- germanos. El autor analiza la génesis del
miento nos son dados por la inducción que Estado en Atenas y en Alemania como diso-
permite el paso de lo particular a lo uni- lución de la organización gentilicia.
versal. Es la intuición intelectual (vó'Tlm<;, Así, el Estado no ha existido siempre y
noésis) la que aprehenderá ese universal. tampoco hay certeza de que exista indefi-
Los Tópicos se encargan del examen nidamente: <<La sociedad que reorganizará
del silogismo dialéctico, cuyas premisas la producción sobre la base de una asocia-
son sólo probables. Aristóteles ofrece aqui ción libre e igualitaria de los productores,
un recuento de todos los procedimientos relegará toda la máquina del Estado al lugar
que permiten convencer sin preocuparse que deberá ocupar en el futuro: al museo
del valor de verdad del discurso. de antigüedades, junto a la rueca y el hacha
Finalmente, las Refutaciones sofísti- de bronce.»
cas están dirigidas contra los sofistas: Aris-
tóteles examina, para refutarlos, los argu- Edición: El origen de la familia, de la
mentos que éstos dirigen contra sus propiedad privada y del Estado, Pla-
adversarios. neta-Agostini, 1993.
Estos tratados de lógica han sido lar- Estudio: Ch. Parain, Ethnologie et His-
gamente comentados durante la Edad toire, Messidor-Éditions sociales, 1975.
Media y utilizados hasta el advenimiento
de la lógica moderna.
cioso análisis del lugar de los judíos en la de apoyar la causa de los judíos al opo-
historia moderna, Arendt establece cua- nerse a los burgueses expansionistas,
tro fases de desarrollo de las relaciones cuando lo que en realidad estos presi-
entre el orden político y los judíos, fases dentes perseguían era simplemente con-
que conducen finalmente al rechazo anti- servar la integridad de los territorios nacio-
semita. nales agobiados por la enormidad de los
Si, en los siglos XVII y XVI!l, los «Judíos territorios conquistados.
de Corte» influyen sobre la monarquía, En oposición con los hombres de nego-
gracias a su aportación financiera, los cios, los jefes políticos, igualmente des-
«Estados-Naciones» que surgen después prestigiados ante la sociedad, daban al
de la Revolución francesa tienen aún más pueblo la impresión de ser ya incapaces
necesidad de capitales; como compensa- de manejar los avances de la revolución
ción por sus dádivas, se amplían los dere- industrial. «La expansión se aparecía como
chos de los judíos. Al final del siglo XIX, una tabla de salvación», y la violencia colo-
con el nacimiento del imperialismo, se nizadora como el medio de ese nuevo
exige a los financieros que se impliquen poder. A su vez, los movimientos impe-
políticamente; los judíos, que no partici- rialistas se declararon por encima de los
pan en las colonizaciones, ven decrecer partidos, en nombre del interés superior
su influencia. Finalmente, en el siglo XX, de la Nación. «En teoría, un abismo sepa-
tanto la comunidad judía como el Estado- ra el nacionalismo del imperialismo; en la
Nación se desintegran y los judíos se con- práctica, ese abismo puede ser y ha sido
vierten en objeto de odio. Mas todavía es franqueado por el nacionalismo tribal y el
preciso desconfiar de los prejuicios: no es racismo brutal.» Era, pues, perfectamen-
la sociedad la que aísla progresivamente te lógico que los judíos se convirtieran en
a los judíos; desde el fin del siglo XVI, ellos el blanco de los «imperialistas nacionaleS>>.
mismos se separan de los grupos socia- Desde hacía dos siglos, los judíos habían
les y rehúsan la integración en nombre constituido en efecto los lazos financieros
de una elección superior (y mítica) del pue- y diplomáticos entre los Estados, apare-
blo judío. Y cuando los primeros partidos ciendo así como los garantes de un orden
antisemitas, en el siglo XIX, denuncian una político obsoleto. Al asociarse ahora el
pseudo «sociedad secreta judía» deseosa interés de las masas al de los demagogos
de tomar el poder, es demasiado tarde. totalitarios, el siglo XX no tenía más reme-
<<Es necesario volver a colocar al anti- dio que desembocar en los sistemas nazi
semitismo moderno en el marco más y comunista, necesariamente violentos por
general del desarrollo del Estado-Nación», ser profundamente imperialistas.
empezando por analizar las relaciones que En su papel de historiadora, Hannah
se establecieron entre los judíos y el <<popu- Arendt desmonta la máquina implacable
lacho>> que permitió el acceso al poder de del totalitarismo para «intentar decir y com-
los jefes nazis. Pero aún más preciso será prender lo que pasó» en esta historia
captar las razones de la caída de los Esta- reciente, tan inexpresable e incomprensi-
dos-Naciones en beneficio de la burgue- ble al parecer, de la Alemania de los años
sía capitalista. Y la causa de esta sustitu- treintá o de la Rusia de postguerra. Mas
ción hay que buscarla en los movimientos la crítica que la autora dirige contra las
imperialistas de las naciones europeas en masas y la burguesía no exime a los judí-
el siglo pasado. A finales del siglo XVIII, os de sus responsabilidades frente a una
«el Estado-Nación culmina su desarrollo crisis en la que ellos han sido también acto-
y se proclama por encima de todas las res. Judía de origen alemán, refugiada en
clases», mas experimentó severos reve- Francia en 1933, expatriada después a
ses cuando «se reveló incapaz de permi- los Estados Unidos a partir de 1944,
tir su continuada expansión a la econo- Arendt se declara intransigente con los
mía capitalista». Los hombres de Estado, partidos que han buscado su interés en un
Clemenceau, Bismarck, fueron acusados sistema que ha destruido a la sociedad.
469 ORÍGENES YEL SENTIDO DEL COMUNISMO RUSO (LOS)
Escrita entre 1945 y 1949, esta obra enfoque histórico u objetivo, el enfoque
mayor de Arendt se muestra pesimista político o polémico, y el religioso o apo-
respecto al carácter ineluctable del tota- calíptico. Este último punto de vista es el
litarismo. Sólo con la - Condición del que el autor adopta para definir el comu-
hombre moderno volverá la autora a recu- nismo ruso como «una deformación de la
perar la esperanza en las soluciones que vieja idea mesiánica rusa». Berdiáev ve en
el hombre pueda proponer a los defectos efecto en la concepción absolutista (pero
que las sociedades llevan en sí mismas; lo también mística y teocrática) del poder
que llevará a Paul Ricoeur a decir, en el temporal en Rusia elementos premar-
prefacio a este escrito de 1958, que es xistas y, en los espíritus rígidos e intole-
«el libro de la resistencia y de la recons- rantes de la inteligencia rusa del siglo XIX
trucción». a los precursores de los bolcheviques. Para
el autor, la revolución es expresión de la
Edición: Los orígenes del totalitarismo (tr. antigua búsqueda del reino de la justicia,
G. Solana), 3 vols., Alianza, 1981. mas «concebida en la atmósfera de la gue-
Estudios: J. Lechte, 50 pensadores con-
temporáneos esenciales (tr. M.• L. Rodrí- rra y de la más horrible descomposición».
guez Tapia), Cátedra, 1996; A Enegren, La Berdiáev propone pues un análisis indu-
Pensée politique de Hannah Arendt, dablemente original e interesante de las
P.U.F., 1984. relaciones del marxismo con el bolche-
vismo, que -<<síntesis de Iván el Terrible
y de Marx»- apenas debe su carácter
ORÍGENES Y EL SENTIDO DELCO- totalitario a Marx, «que bebía indudable-
MUNISMO RUSO (LOS), Istoki i smysl mente en las fuentes humanistas».
russkogo kommunizma, 1939.
NIKOLÁI ALExÁNDROVICH BERDIÁEV, 1874- Edición: Orígenes y espíritu del comunis-
1948. mo ruso (tr. F. Sabaté), Valencia, Fomento
de Cultura, 1958.
Estudio: A. Klimov, Nicolas Berdiaev ou
Berdiáev distingue aquí tres enfoques la réuolte contre l'objectiuation, col. •Phi-
posibles del fenómeno revolucionario: el losophes de tous les tempS>•, Seghers, 1967.
p
[471]
PALABRAS YLAS COSAS (LAS) 472
pasaje del _,. T eeteto muestra que Platón ciones colocarán a los comentaristas (neo-
sentía un gran respeto por Parménides. platónicos sobre todo) ante verdaderas
Al elegir el método dialéctico, rinde tam- dificultades, que desembocarán en «lec-
bién homenaje al otro jefe de filas de la turas» muy aventuradas con frecuencia.
corriente eleática: Zenón. Las críticas de Persistirá la duda sobre la cuestión de
Parménides contra la teoría de las Ideas saber si conviene atribuir al «ejercicio dia-
se centran sobre un punto que el - • Fedón léctico» (Émile Bréhier) del Parménides
había ya tocado, aunque sin examinarlo una dimensión ontológica, o si habrá que
verdaderamente: la relación de las Ideas limitar estrictamente el interés al dominio
con las cosas, de lo inteligible con lo sen- de la lógica. Parece que Platón buscaba
sible. Antístenes el cínico recusaba la legi- ante todo establecer la imposibilidad de
timidad misma de la noción de Idea («Yo un eleatismo radical. Como la via soste-
veo los caballos, pero no veo la caballei- nida por los partidarios de una movilidad
dad»). Es conocido el famoso argumento universal (Heráclito) es igualmente imprac-
«del tercer hombre»: puesto que es pre- ticable, queda que el camino de las Ideas
ciso recurrir a la Idea de hombre para es en definitiva el único viable.
reconocer la unidad en la diversidad de Esta segunda parte del Parménides se
los hombres concretos, ¿no seria nece- parece pues a un libre juego de hipóte-
sario entonces un término superior para sis puramente intelectuales, a un «labo-
asegurar la unidad de la Idea por una par- ratorio de metafísica>>, según expresión
te y del conjunto de los seres humanos de Pierre-Maxime Schuhl, en el que se
por otra? El contexto de estas criticas es, elaboran los interrogantes de la filosofía
pues, el de la «participación» de las Ideas occidental eterna. Si el Parménides es
en lo sensible al que abarcan. uno de los diálogos de Platón menos leí-
Dicho brevemente, lo que aquí está en dos por el gran público en razón de su
cuestión es sencillamente el problema de dificultad, es en cambio uno de los más
la relación entre lo Uno y lo múltiple. La comentados. Entre los comentarios con-
noción de Idea encarna la exigencia de temporáneos, el estudio de Jean Wahl
unidad; mas ¿no implica la satisfacción constituye una referencia.
de esta exigencia que la Idea misma esté
condenada a multiplicarse, esto es a per- Edición: Parménides (tr. l. Santa Cruz, A
derse en tanto que Idea? Por lo demás, el Vallejo y N. L. Cordero), en Diálogos, t. V,
joven Sócrates se ve forzado a admitir que Gredas, 1988.
encuentra muchas dificultades en conce- Estudios: F. M. Cornford, Platón y Par-
ménides (tr. F. Gíménez García), Vísor,
bir una Idea para las cosas viles: el pela- 1989; W. D. Ross, La teoría de las ideas
je, la basura. ¿Tendría que conocer lími- de Platón (tr. J. L. Díez Arias), Cátedra,
tes la noción de Idea? 1989; J. Wahl, Étude sur le Parménide de
La segunda parte del diálogo ofrece un Platon, Vrin, 1930.
ejemplo del método de Parménides, y son
examinadas las consecuencias lógicas de
la hipótesis eleática: Lo Uno es; luego las
de la negación de esa hipótesis: Lo Uno PARTE MALDITA (LA), La part mau-
no es. El joven Aristóteles da la réplica a dite. Essai d'économie générale, 1949.
Parménides. Buscando las condiciones de GEORGES 8ATAILLE, 1897-1962.
legitimidad de la atribución de un predi-
cado a un sujeto cualquiera, Platón llega Si todos los libros de economía refuer-
a las fronteras de una teoría de las cate- zan más o menos la ideología econó-
gorías. Mas sobre todo establece -al tér- mica dominante incluso cuando preten-
mino de un ejercicio dialéctico extrema- den combatir el sistema existente, esta
damente abstracto y sutil- que las obra de economía política, que es con-
hipótesis contradictorias iniciales tienen tinuación de La noción de gasto (1933),
consecuencias idénticas. Esas contradic- marca una verdadera ruptura. Bataille
477 PASIONES DEL ALMA (LAS)
invierte en efecto los dogmas funda- PASIONES DEL ALMA (LAS}, o Tra-
mentales de la economía: la rareza, el tado de las pasiones, Les passions de
culto a la técnica, el productivismo, el /'ame, ou Traité des passions, 1649.
utilitarismo. Pensando la totalidad a fin RENÉ DESCARTES, 1596-1650.
de establecer una representación del
mundo -donde el orden económico se Después de haber demostrado en las
integra en un conjunto más vasto, con- ~ Meditaciones la distinción real entre
cretamente el de la cultura (de una socie- el alma y el cuerpo, Descartes debe pen-
dad industrial)-, Bataille adopta como sar ahora en la unión sustancial. Es el
punto de partida un hecho cósmico: el papel reservado al Tratado de las pasio-
excedente de energía solar, fuente de nes. Este libro no puede ser leído inde-
todo crecimiento. pendientemente de la correspondencia
Siendo la noción fundamental la de con la princesa Isabel, quien en parte lo
exceso, de gasto y no de rareza, la socie- ha suscitado y esclarecido constantemente.
dad no sobrevive más que por gastos No hay para Descartes contradicción algu-
improductivos: lujo, guerras, duelos, espec- na entre distinción y unión: la primera es
táculos, trabajos monumentales, artes sun- pensada, la segunda experimentada.
tuosas, etc. El término «pasiones» ha de entender-
Inspirándose en los trabajos de Mar- se aquí en su sentido clásico: todos los
ce! Mauss sobre el «potlatch» (véase el fenómenos en los que el alma participa,
~Ensayo sobre el don, 1923-1924}, es decir, padece una acción venida del
Bataille analiza el intercambio como una cuerpo. Esta acción se ejerce sobre un
pérdida, un proceso de gastos que da naci- lugar particular del cuerpo: la <<glándula
miento a un proceso de adquisición. La pineal», donde se efectúa el contacto con
función esencial del hombre es -de acuer- los «espíritus animales••, que son realida-
do con el mundo- el «consumo», es decir des enteramente corporales. Por supues-
el despilfarro, el consumo en pura pérdi- to la glándula pineal es, de la misma mane-
da, donde la acumulación se analiza no ra, el lugar donde se ejerce la acción del
como posesión sino como gasto. Igno- alma sobre el cuerpo, al que ella mueve
rando la noción termodinámica de entro- enviando a los nervios el flujo de los espí-
pía, Bataille plantea el problema del exce- ritus animales. Así, toda la primera par-
so que es el de su límite; en efecto, por te del tratado está dedicada a la descrip-
medios diversos es preciso destruir cons- ción, acompañada de análisis muy
tantemente el excedente, a fin de evitar la detallados, de esos mecanismos fisiológi-
catástrofe. Así, la guerra es interpretada cos. Es pues, según sus propias palabras,
como un gasto catastrófico de la energía en su condición de <<físico» como Descar-
sobrante, una suerte de inmenso pot/ach. tes trata las pasiones del alma. En térmi-
T eólico del don en la economía moder- nos modernos se diría que estamos ante
na, Georges Bataille invierte la lógica capi- la primera tentativa de una comprensión
talista cuyo motor no es ya la búsqueda materialista del fenómeno de las pasio-
del beneficio sino la voluntad del don gra- nes, es decir, de todas las interacciones
tuito. Su pensamiento no ha encontra- entre el cuerpo y el espíritu (Descartes
do eco en el mundo de los economistas, puede ser considerado como un precur-
a excepción de los trabajos de Franc;ois sor de la noción de <<psicosomático»).
Perroux. Comprender las pasiones es explicar-
las (fisiológicamente), mas también cap-
Edición: La parte maldita (tr. F. Muñoz), tar su sentido. Para conseguirlo, la obra
Icaria, 1987. propone una nomenclatura detallada y
Estudios: J. Lechte, 50 pensadores con- sistemática de las pasiones, que derivan
temporáneos esenciales (tr. M.• L. Rodrí- todas de la composición de seis pasiones
guez Tapia), Cátedra, 1996, pp. 131-136;
F. Marmande, Georges Bataille politique, primitivas: admiración, amor, odio, deseo,
Presses Universitaires de Lyon, 1985. alegría, tristeza. Pero el proyecto de Des-
PAZ YGUERRA ENTRE LAS NACIONES 478
cartes es moral y no se reduce a una sim- Poco importa que el instrumental cien-
ple descripción. tífico en el que se apoyan Las pasiones del
El Tratado de las pasiones desarrolla alma haya sido superado hoy. La sabidu-
en efecto una teoría del dominio de las ría cartesiana y el ideal de la generosidad
pasiones. Se trata de un tema clásico en no solamente han inspirado la figura del
la reflexión filosófica que Descartes renue- héroe de Corneille; se puede decir que el
va completamente, en concreto por rela- Trotado está al origen del gran movimiento
ción al estoicismo, en el que se inspiraba de rehabilitación de las pasiones que
en el -*Discurso del método (parte Ill, emprendió el siglo XVIII. La herencia car-
tercera máxima de la moral por provisión) tesiana sigue estando viva en la filosofía
-se recordará además que el Discurso moral, incluso en la época contemporánea.
contenía también una alusión desprecia- «Yo no creo», deda Alain, «que sobre esta
tiva a propósito de los estoicos-. No hay difícil cuestión de las relaciones de nuestro
nada más extraño al cartesianismo que cuerpo con nuestros pensamientos, pueda
una condena de las pasiones. «Todas ellas encontrarse todavía hoy mejor maestro que
son buenas por naturaleza», y no es pro- Descartes ni manera más adecuada de colo-
pio del hombre deshacerse de ellas: «No car al espíritu en el buen camino.»
pienSO>•, escribe el autor,«[ ... ] que uno deba
procurar no tener pasioneS>•; ello, en efec- Edición: Discurso del método. Tratado de
to, no sería ni posible, pues ellas son el las pasiones del alma (tr. E. Frutos), Pla-
precio de la unión sustancial, ni incluso neta, 1984.
Estudios: B. Williams, Descartes: el pro-
deseable, pues ellas son las que hacen pro- yecto de la investigación pura (tr. J. Col!),
piamente vivir. Sólo es cuestión de hacer Cátedra, 1996; G. Rodis-Lewis, La Mora-
un buen uso de las pasiones, que consis- le de Descartes, P.U.F., 1970.
te en orientarlas en el sentido que nos sea
más ventajoso. Porque una pasión no tie-
ne jamás otra causa que un fenómeno PAZ Y GUERRA ENTRE lAS NACIO-
puramente material, que no está en el NES, Paix et guerre entre les nations,
poder de nuestra alma impedir, pero del 1962.
que podemos modificar su interacdón con RAYMOND ARON, 1905-1983.
nuestros pensamientos. Las pasiones no
han de ser erradicadas, sino domestica- Dividida en una teoría, una sociología
das, o sea, sometidas a la razón. y una praxiología, esta obra es el resulta-
El ideal cartesiano tiene un nombre: do de la meditación activa de su autor
«la generosidad»; la palabra ha perdido el durante siete años, meditación que le ha
sentido que tenía en Descartes, para quien permitido captar en efecto, a diferentes
designaba el conocimiento de su propia niveles de conceptualización, la textura inte-
libertad y la «firme y constante resolución ligible de un universo social, presente sin
de usarla bien••. El sabio «sabe que no hay estar directamente ligado a la actualidad.
nada que verdaderamente le pertenezca
salvo esta libre disposición de su volun- Edición: Paz y guerra entre las naciones
tad»: virtud y felicidad ignoran aqui el con- (tr. L. Cuervo), 2 vols., Alianza, 1985.
flicto en el que las envolverá el kantismo. Estudio: G. Fessard, La philosophie histo-
El enfoque cartesiano de las pasiones rique de Raymond Aron, Julliard, 1980.
no es solamente físico; también lo es
médico. La salud fue siempre una preo-
cupación primordial de Descartes, que PEDAGOGO (EL), Tiatóayroyó<;.
veía en ella uno de los más preciados bie- ClEMENTE DE Al..EJANDRÍA, hacia 140-hacia
nes. El Tratado diseña los contornos de 220.
una higiene de las pasiones que nuestra
época, tan enamorada de la <<forma» y del Este escrito es el segundo de un tríp-
«buen aspecto», haría bien en considerar. tico consagrado a la descripción de la obra
479 PENSAMIENTO MODERNO YEL CATOLICISMO (EL)
del Verbo divino, el Lagos, en la vida de pendencia del sentido. Dicho brevemen-
un cristiano. Mientras que en el~ Pro- te, las cualidades, modos inmediatos del
tréptico el autor exhortaba a la conver- objeto, son pensadas en sistemas de opo-
sión, en El Pedagogo se dirige a los bau- sición. Así, las ciencias del hombre crean
tizados para confirmarlos en la fe. El modelos estructurales que permiten ubi-
pedagogo tiene el deber de preparar a los car el caso clínico, el acontecimiento his-
cristianos a recibir la enseñanza del maes- tórico, y que hacen con ello posible el
tro, tercera y última etapa (~a9¡.t~, bath- conocimiento de lo individual.
mos) de la acción del Lagos, que condu- Este libro se inserta en una empresa
ce a la Gnosis, conocimiento perfecto. El de «epistemología comparativa»; contra
pedagogo imparte una enseñanza orien- la exigencia de que toda ciencia sea medi-
tada hacia la vida activa (npalcttl(Ó~, prak- ción (según el modelo de las ciencias de
tíkos) y la formación moral (t¡eonoía, la naturaleza), el autor muestra que la
ethopoia), a fin de curar al alma de sus estructuración de lo cualitativo funda las
pasiones y sus debilidades. ciencias del hombre, en un enfoque orien-
Al mostrar a sus fieles la manera de tado hacia la práctica.
conducirse como verdadero cristiano, el
autor persigue un fin pedagógico; pero a Edición: Formalismo y ciencias humanas
(tr. M. Sacristán), Ariel, 1965.
esto se añade una intención polémica: la Estudio: J. Proust y E. Schwartz, La Phi-
lucha severa que en efecto plantea con- losophie de Gil/es-Gastan Granger, P.U.F.,
tra el gnosticismo. 1983.
PENSAMIENTO Y LO MOVIENTE
(EL), La pensée et le mouvant, 1934.
PENSAMIENTO SALVAJE (EL), La pen- HENRl BERGSON, 1859-1941.
sée sauvage, 1962.
CLAUDE UVI-STRAUSS, nacido en 1908. Aunque posterior cronológicamente a
las --> Dos fuentes de la moral y de la
Este libro, en estrecha conexión con --+El religión en la obra de Bergson, esta obra
Totemismo hoy («el primero es una espe- viene a completar --+ La energía espiri-
cie de introducción histórica y crítica del tual; los dos títulos no son de hecho más
segundo»), está consagrado al estudio del que los dos volúmenes de una misma obra.
modo de pensar de los indígenas, con una Se trata en efecto de otra colección de
voluntad de rehabilitación del mundo sal- ensayos, artículos y conferencias reuni-
vaje. das por Bergson para ilustrar el trabajo
Lejos de habérselas con un pensamiento realizado en sus obras mayores. Mientras
primitivo --con un pensamiento «de sal- que La energía espiritual exponía, al
vajes>>-, el autor descubre en esos pue- decir de Bergson, «los resultados de algu-
blos sin escritura un «apetito de conoci- nos de mis trabajos», los textos de El pen-
miento objetivo, aspecto de los más samiento y lo moviente «tratan princi-
desconocidos del pensamiento de esas gen- palmente sobre el método que creo mi
tes que nosotros llamamos primitivas». El deber recomendar al filósofo». Bergson
salvaje no está pues únicamente motiva- consideraba en efecto que, si la filosofía
do por sus necesidades. Así, como dice le debía algo, era más por su nueva mane-
Günter Tessmann, de quien Lévi-Strauss ra de aprehender las cosas y los seres que
toma las palabras: «El negrito está com- por los resultados positivos, que debían
pletamente integrado en su medio y estu- venir más tarde. Y Bergson prosigue:
dia sin descanso todo lo que le rodea.» «Remontarse hasta el origen de este méto-
Se constata efectivamente el desarrollo de do, y definir la dirección que imprime a
un saber sistemático que no está exclusi- la investigación, tal es más particularmente
vamente orientado hacia un saber prácti- el objeto de los dos ensayos que compo-
co. Este conocimiento es rico y preciso, nen la introducción.»
y, según F. G. Speck, los indios del nor- El primero de esos ensayos («Creci-
deste de los Estados Unidos «han elabo- miento de la verdad. Movimiento retró-
rado una verdadera herpetología con tér- grado de lo verdadero») es un ataque con-
minos distintos para cada género de tra los sistemas en filosofía; Bergson les
reptiles». reprocha su falta de «precisión» por haber
Lévi-Strauss se interesa igualmente por olvidado la cuestión del tiempo. Es pre-
el aspecto mágico y simbólico del pensa- ciso, pues, que se vuelvan a "integrar las
miento salvaje, que es un modo de cono- consideraciones de la duración» a fin de
cimiento «bien articulado» y coherente. plantear mejor, y tal vez de resolver, los
Hay por tanto una verdadera lógica en el grandes problemas metafísicos.
pensamiento salvaje. El segundo ensayo («Del planteamien-
to de los problemaS>•) compara los modos
Edición: El pensamiento salvaje, México,
Fondo de Cultura Económica, 1964. de conocimiento intuitivo e intelectual.
Estudios: J. Lechte, 50 pensadores con- Sin oponerlos radicalmente, ni descalifi-
temporáneos esenciales (tr. M." L. Rodrí- car a uno en beneficio del otro, Bergson
guez Tapia), Cátedra, 1996; C. Clément, muestra que esos modos engendran "dos
.-------------~-----
481 PENSAMIENTOS
especies de iluminación». Esta nueva pers- cia sobre Bergson y su doctrina: Claude
pectiva abre la vía de una colaboración Bemard, William James, Félix Ravaisson.
entre la metafísica y la ciencia, sobre la En el estudio dedicado a Ravaisson podrán
base de una redefinición de sus objetos leerse, por ejemplo, las páginas que se
respectivos: «a la ciencia la materia, y a refieren al papel jugado por este último en
la metafísica el espíritu>>. A partir de un la reforma de la enseñanza pública del dise-
análisis del viejo problema de las «ideas ño. La relación entre una reforma esco-
generales>>, Bergson retoma su afirmación lar y la intuición bergsoniana no es a prio-
fundamental: «Hay lugar para reformar y ri evidente; sin embargo hay en ella materia
a veces descartar el pensamiento con- para captar una fuente viviente del méto-
ceptual para arribar a una filosofía más do de nuestro autor.
intuitiva.»
Esta reforma del pensamiento filosófi- Edición: El pensamiento y lo moviente (tr.
co tendrá el mérito, entre otras conse- H. García), Espasa-Calpe, 1976.
cuencias saludables, de disipar algunos «fal- Estudio: G. Deleuze, El bergsonismo, Cáte-
dra, 1987.
sos problemas>> filosóficos: ¿Por qué hay
algo en lugar de nada? ¿Por qué la reali-
dad es ordenada? Bergson defiende el prin-
cipio de esta reforma contra la acusación
PENSAMIENTOS, Pensées, 1670.
de antiintelectualismo; lejos de pretender
BtAISE PASCAL, 1623-1662.
arruinar la ciencia, quiere por el contrario
que la filosofía se sujete a su control. Lo Colección de fragmentos y de aforismos
cual supone que cada una se mantenga reunidos y publicados por sus amigos.
en su lugar: «Hemos demandado sola-
mente que la ciencia permanezca científi- Si bien es cierto que nuestro interés por
ca, y que no se revista de una metafísica los Pensamientos debe sin duda mucho
inconsciente.>> Bergson apela a la «verda- al estado inacabado de algunos de ellos,
dera metafísica>>, que será «ciencia del espí- que nos permiten degustarlos en toda la
ritu», y al desarrollo (concretamente por frescura de su eclosión sin privamos por
los métodos pedagógicos de la escuela) ello de admirables secuencias enteramente
del giro de espíritu apropiado para apre- redactadas, en las que se afirma el genio
hender las cosas del espíritu. del escritor, seguimos condenados a no
Siguen algunos ensayos, artículos y con- saber jamás cuál era la obra que realmente
ferencias que en conjunto retoman (más tenía la intención de escribir Pascal. En
o menos directamente) los temas evoca- efecto, si se consideran las diversas inter-
dos en los dos ensayos introductorios. pretaciones a las que estos fragmentos
«Lo Posible y lo Real>> denuncia la ilu- póstumos han dado lugar, o las múltiples
sión por la cual la inteligencia se figura maneras en que han sido clasificados y
que lo real preexiste a sí mismo, bajo for- publicados, uno se encuentra en presen-
ma de virtualidad, de lo posible, cuyo cum- cia, no de una obra, sino de varias. Así,
plimiento sería. De esta ilusión se derivan después de tres siglos, los eruditos siguen
falsos problemas metafísicos, que son posi- discutiendo -sin poder apoyar sus diver-
bles sólo porque se confunde la creación sas opiniones en argumentos definitivos-
con una fabricación. sobre la respectiva importancia de las prue-
«La intuición filosófica>>, «La percep- bas de la religión cristiana que Pascal pre-
ción del cambio>> y «La Introducción a la tendía dar en los Pensamientos.
metafísica>> insisten sobre el modo par- En lugar de fundar en la razón la ver-
ticular de conocimiento que Bergson juz- dad de la religión cristiana, como lo habí-
ga apropiado para la metafísica. an hecho antes que él otros apologistas,
La colección termina con tres ensayos y en concreto Descartes, Pascal encuen-
dedicados a maestros del pensamiento filo- tra esas pruebas en la debilidad misma del
sófico que han ejercido una fuerte influen- hombre, extraviado por el amor propio
PENSAMIENTOS 482
y la concupiscencia. Una debilidad que caña pensante. [... ]Un vapor, una gota
sólo se deja explicar por el pecado origi- de agua, basta para matarlo. Pero, aun
nal. Siendo el hombre incomprensible sin cuando el universo lo aplastara, el hom-
Dios, será por tanto el camino que parta bre seguiría siendo más noble que aque-
de la naturaleza humana el que conduzca llo que lo mata, puesto que él sabe que
a la admisión de las verdades divinas. muere; y de la ventaja que el universo tie-
Sin duda es éste el método adoptado ne sobre él, ese universo no sabe nada.»
por Pascal para conducir a la fe a los El pensamiento, que constituye la gran-
escépticos y los libertinos. Mas lo que deza del hombre, está sin embargo lleno
ha dado riqueza excepcional a los Pen- de debilidades. Así, no le es posible con-
samientos no es seguramente ni su fuer- cebir, en lo infinitamente grande y en lo
za demostrativa ni su valor apologético. infinitamente pequeño, más •<que una apa-
Por el contrario, si esta obra ha ejercido riencia del medio de las cosas•. Esta idea,
y continúa ejerciendo tan gran fascina- desarrollada en el célebre fragmento sobre
ción sobre los espíritus más diversos, es la «Desproporción del hombre», inspira
por el espectáculo que ofrece del hom- al hombre, suspendido entre los dos infi-
bre: criatura quimérica arrojada en el seno nitos, el vértigo de su condición: no es
de un universo ininteligible, desgarrada más que «una nada con respecto a lo infi-
por sus propias contradicciones, priva- nito, un todo con respecto a la nada, un
da de puntos de referencia y que, según medio entre nada y todo». Y su pensa-
la expresión del autor «busca mientras miento, que debía hacer de él un ser pri-
gime••. vilegiado, no puede alcanzar ninguna cer-
No es pues exponiendo dogmática- teza, acosado como está constantemente
mente lo que él piensa ser la verdad como por las «potencias engañosas» de los sen-
Pascal nos obliga a reflexionar sobre nues- tidos y la imaginación.
tra propia condición, sino mostrándonos, Pascal multiplica los ejemplos de ilu-
mediante ejemplos que se imponen por la siones en las que la imaginación nos man-
fuerza de su exposición y por su concreta tiene, «esa maestra del error y la falsedad»:
y turbadora evidencia, que el hombre es ¿quién no ha palidecido y sudado ante la
un misterio para el hombre y que Dios per- idea de encontrarse seguro sobre una
manece desesperadamente oculto. amplia plancha ... colocada al borde de un
Ciertos fragmentos son la simple ano- precipicio? Y más importante aún: es en
tación de una idea que, a falta de ser desa- la imaginación en la que se asientan los
rrollada, queda oscura; otros son la expre- poderes temporales; se encuentra aquí ese
sión de un pensamiento más elaborado y rigor jansenista tan celoso de despojar al
por ello aún más intrigante. En uno de hombre de todos los prestigios que le con-
estos largos desarrollos, Pascal subraya la fieren el nacimiento, la riqueza, la gloria,
importancia del/'esprit de finesse, que los honores. Si el hombre es víctima de su
es el único capaz de captar con una sola imaginación, también lo es de la costum-
mirada los fenómenos complejos y deli- bre, que erróneamente confunde con la
cados. Es este espíritu el que nos hace naturaleza. El aspecto fragmentado de los
conocer al hombre en la doble perspec- Pensamientos se corresponde incontes-
tiva de su miseria y su grandeza, que son tablemente con la imagen del mundo que-
indisolublemente tributarias una de otra. brantado que nos despliega aquí Pascal.
Pues aunque el hombre es miserable, A poco que se piense en esta descripción
«arrinconado en este recodo del universo y en el lugar que en ella está reservado al
sin saber quién lo ha puesto en él» ni «lo hombre, no es posible permanecer insen-
que ha venido a hacer aquí», es sin embar- sible a la angustia y el dolor que rezuman
go el único ser de la creación que puede cada uno de esos fragmentos. Todos los
conocer, gracias al pensamiento, su mise- representantes de la corriente existencia-
ria: «El hombre no es más que una caña, lista reivindicarán, aún más allá de Kier-
la más débil de la naturaleza; mas es una kegaard, la paternidad de Pascal.
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Edición: Pensées diverses sur la comete Este libro, contemporáneo del tomo
(texto establecido por A. Prat), col. de la lli de la-> Enciclopedia, responde bien
Societé des textes fran.;ais modernes, vol. al estilo de Diderot: rico, exhuberante,
81-82, Nizet, 1984. oscuro, desordenado a veces («dejaré que
Estudio: P. Rétat, Le Dictionnaire de Bay-
le et fa lutte philosophique a u XVIII' sie- los pensamientos se sucedan bajo mi plu-
cle, Les Belles Lettres, 1971. ma, en el orden mismo en que los obje-
PERIPHYSEON 484
485 POÉTICA
por Dionisio el Viejo a quien había dis- de establecer la comunidad de los bienes,
gustado. Es preciso por tanto distinguir de las mujeres y de los niños. Aristóteles
entre el esclavo por naturaleza y el escla- critica muy violentamente estas ideas utó-
vo de hecho. picas. Aunque su concepción de la escla-
A una escala diferente, la familia es la vitud pueda chocar hoy en día, su prefe-
imagen del Estado. El poder que ejerce el rencia por un régimen atemperado en
Estado sobre los hombres libres es el mis- el que el hombre disfrute de un justo equi-
mo que ejerce el amo, no sobre sus escla- librio de fortuna, de honor y de libertad,
vos, sino sobre los miembros libres de su sigue teniendo actualidad.
familia: la mujer y los hijos. El amo se con-
duce como un republicano con su mujer: Edición: Política (ed. bilingüe y tr. J. Marias
armonía y entendimiento son establecidos y M. Araujo), Instituto de Estudios Políti-
por un consenso; respecto a sus hijos, se cos, 1951.
Estudios: Introducción de J. Marias a la ed.
conduce como un monarca: la educación cit.; C. Lord, «AristóteleS>•, en L. Strauss y J.
se basa en la adquisición de ciertos prin- Cropsey (comps.), Historia de la filosofía
cipios. El verdadero ciudadano es también política (tr. L. García Urriza, D. L. Sánchez
aquel que participa en la acción del Esta- y J. J. Utrilla), México, Fondo de Cultura
do, lo cual requiere tiempo y educación; Económica, 1993, pp. 123-157; J. Bames,
Aristóteles (tr. M. Sansigre), Cátedra, 1987;
el ciudadano debe saber obedecer, mas R. Weil, "La Politique" d'Aristote. Entre-
también mandar y tomar decisiones. tiens sur l'Antiquité classique, t. XI, Van-
Tres tipos de gobierno pueden encar- doeuvres-Ginebra, Fondation Hardt, 1965.
garse de la dirección del Estado: la monar-
quía, la aristocracia y la república; o sea,
el gobierno de un hombre solo, el de algu-
nos hombres, o el de un gran número de POLÍTICO, o Sobre la realeza, IIoA.t-
hombres. No puede decirse cuál es el nKQc;, fl IIEpi ¡3amAri~, o hacia 360 a.C.
mejor de estos gobiernos: los tres pueden PlATóN, 428/427-348/347 a.C.
ser justos y sabios, y los tres distinguen Diálogo.
entre el poder ejecutivo, el judicial, y el
legislativo. Sin embargo es necesario velar El diálogo del Político es una prolon-
para que esos gobiernos no degeneren gación inmediata del --> Sofista (un Filó-
en tiranía, en oligarquía o en democra- sofo formaba tal vez con los dos prece-
cia, lo que los haría insoportables. dentes una trilogía, pero no se lo ha
Al igual que hay señores y esclavos, hay encontrado nunca).
Estados señores y Estados esclavos. Aris- Es difícil decidir si Platón escribió el
tóteles legitima con esto el imperialismo Político para expresar sus reflexiones
de los países que a su juicio son superio- sobre el gobierno de la ciudad, o para
res por naturaleza, como Grecia, y que ofrecer a sus alumnos de la Academia un
ejercen su autoridad sobre los pueblos lla- ejemplo de investigación dialéctica. El
mados bárbaros. autor utiliza en efecto el método de las
La teoría del Estado que expone Aris- dicotomías sucesivas, método presenta-
tóteles es asaz original, y se opone a la do en el Sofista y que aquí está explíci-
idea sostenida por los sofistas de que el tamente presentado como modelo. Así,
Estado es la consecuencia de un acuerdo el arte de gobernar es distinguido en pri-
establecido entre los hombres. Resultado mer lugar del arte de conducir una grey
de profundos estudios sobre las consti- (el rey toma a su cargo el cuidado de la
tuciones de los pueblos que formaban la grey, pero no la alimenta), luego es defi-
Grecia antigua, nos encontramos ante nido sobre la base de aquello que lo dis-
una teoría realista en la que no hay el tingue de todas las artes que están, de cer-
menor vestigio de las quimeras y el comu- ca o de lejos, con él emparentadas
nismo de Platón. Su maestro defendía en (economía, estrategia, retórica, sofística).
efecto en --> La República la necesidad La doctrina política expuesta en el diá-
POLÍTICO YEL CIENTÍFICO (EL) 488
igual que •positivista») un valor de injuria. fica del desamparo infantil había des-
Hay, con toda seguridad, excelentes razo- pertado la necesidad de ser protegido: al
nes para ello. Pero queda la figura de ser amado; una necesidad que el padre
Renan, que no se sabría precipitar en el ha satisfecho.» Mientras dura su vida, el
golfo del olvido sin injusticia para él ni hombre sigue ligado a ese deseo de ser
perjuicio para nosotros. Su Porvenir de protegido por una figura tan poderosa
la ciencia merece más que la condes- como acogedora; por ello se forja a los
cendiente amnesia a la cual se le otorga dioses a imagen del padre. Mediante la
hoy derecho. ilusión religiosa intenta sustituir lo trági-
co de la existencia por una imaginaría
Edición: El porvenir de la ciencia, Doncel, reconciliación con su condición real. Por
1976. otra parte, la civilización exige que el
Estudios: E. Bréhier, Historia de la filoso-
fía (tr. J. A. Pérez Millán y M.• D. Morán), hombre renuncie a la satisfacción de cier-
vol. ll, Tecnos, 1988, pp. 493-495 y 508; tos deseos sexuales y agresivos, incom-
H. Peyre, Renan, col. «Sup. Philosophes», patibles con el orden social. Se sabe per-
P.U.F., 1950. fectamente que la prohibición del incesto
y la condena del asesino son universales.
Así, las renuncias diversas que la civili-
zación implica condenan al hombre a la
PORVENIR DE UNA ILUSIÓN (EL), insatisfacción permanente. Una vez más,
Die Zukunft einer Illusion, 1927. la religión compensa esta insatisfacción:
SIGMUND FREUD, 1856-1939. magnificando el sentimiento de frustra-
ción de los hombres, alivia su desampa-
Según Freud, el sentimiento religioso ro y reviste a sus renuncias con un tinte
procede de una ilusión que arraiga en los de nobleza. ¿Acaso no les asegura que el
deseos inconscientes del hombre. La fun- fin último de la vida no está en la tierra,
ción primordial de la religión es una fun- y que las múltiples privaciones sufridas
ción consoladora frente a la «dureza de la han sido aceptadas por amor de un Dios
vida». El hombre está en efecto conde- bueno que sabrá recompensarlos cuan-
nado a afrontar la angustia y el sufri- do llegue el momento?
miento, a anticipar su propia muerte; por Freud distingue aquí claramente la ilu-
ello busca el apoyo de una ilusión que le sión del error. El error depende de la lógi-
ayude a sobrevivir. ca, mientras que la ilusión brota de la
Al origen de la ilusión religiosa se afectividad. El error no supone, al con-
encuentran los deseos más anárquicos trario que la ilusión, una ruptura con lo
del hombre. La religión le ofrece efecti- real. Si el error puede ser rectificado, la
vamente la posibilidad de realizar esos ilusión que, a semejanza del sueño, rea-
deseos inconscientes que reenvían al esta- liza un deseo inconsciente, permanece
do de desamparo e indigencia que carac- indiferente a la realidad. Por ello, jamás
teriza a la infancia (deseo de ser amado es desmentida. La ilusión obedece en efec-
y protegido). El consuelo que aportan las to a una necesidad de orden afectivo: «Así,
ideas religiosas supone así la reactivación llamamos ilusión a una creencia cuando
de la figura protectora y consoladora por en su motivación prevalece la realización
excelencia, la imagen del padre, pues de un deseo, sin que al hacerlo tengamos
el adulto no puede nunca superar total- en cuenta las relaciones de esta creencia
mente al niño que ha sido: «Esas ideas, con la realidad, al igual que la ilusión mis-
que pretenden ser dogmas[ ... ], son ilu- ma renuncia a ser confirmada por lo real.»
siones, la realización de los deseos más Analizando las observancias y prácticas
profundos, más fuertes y más apre- religiosas, Freud establece una analogía
miantes de la humanidad; el secreto de entre la religión y la neurosis obsesiva. Esta
su fuerza radica en la fuerza de esos de- neurosis se caracteriza efectivamente por
seos. Lo sabemos ya: la impresión terrorí- síntomas compulsivos. La noción de com-
491 POST-SCRIPTUM DEFINITIVO YNO CIENTÍFICO ALAS MIGAJAS FILOSÓFICAS
PREFACIO PARA EL TRATADO DEL suerte», concluye Pascal, •que toda la serie
VACÍO, Préface pour le Traité du Vide, de hombres, en el curso de tantos siglos,
1663. debe ser considerada como un mismo hom-
BU\JSE PASCAL, 1623-1662. bre que subsiste siempre y que aprende
continuamente.»
En tomo al año 1651, Pascal, defini- Como puede verse, este texto denso y
tivamente convencido de la existencia de valiente anuncia directamente algunas de
la gravedad, decide redactar un gran Tra- las más importantes tesis del positivis-
tado del vacío en el cual demostrará que mo de Auguste Comte.
los efectos hasta entonces atribuidos al
«horror al vacío» no son más que casos Edición: Préface pour le Traité du vide, en
particulares de la ley universal del «equi- T raités scientifiques, col. «Les Intégrales de
philo», Nathan, 1990.
librio de los líquidos», o estática de los flui- Estudio: P. Guenancia, Du vide ó Dieu.
dos. De ese tratado, que probablemente Essai sur la physique de Pascal, col. «Algo-
jamás pudo terminar, no nos queda más rithme», Maspero, 1976.
que un proyecto de prefacio que sería
publicado en 1663 por iniciativa de Flo-
rín Périer.
Contrariamente a lo que podría hacer PREGUNTA POR LA COSA (LA). La
creer su título, el Prefacio para el Tra- doctrina kantiana de los principios tras-
tado del vacío aborda muy someramen- cendentales, Die Frage nach dem Ding.
te, y de manera bastante elíptica, el pro- Zu Kants Lehre von den transzenden-
blema del vacío. En realidad, su objeto es talen Grundsiitzen, 1962.
otro, y su alcance muy superior a una MARTIN HEIDEGGER, 1889-1976.
simple puesta a punto de un problema
que Pascal había ya ampliamente deba- La obra recoge el texto de un curso
tido. Se trata más bien de un vigoroso dado en la universidad de Friburgo de Bris-
manifiesto en favor del método experi- govia en 1935-1936, bajo el título: «Cues-
mental. En ninguna otra parte es el autor tiones fundamentales de metafísica».
más claro: las experiencias son «los úni- Partiendo de la cuestión «¿Qué es una
cos principios de la física>>. A la natura- cosa?», Heidegger muestra aquí que en
leza, y no al puro pensamiento especu- filosofía, contrariamente a lo que sucede
lativo, es a donde hay que acudir en último en las ciencias, es imposible acceder inme-
término para confirmar o condenar nues- diatamente a la cuestión. La palabra «cosa»
tras hipótesis. Así, Pascal afirma, con- se entiende, en efecto, de múltiples mane-
tra Descartes, la autofundamentación ras. ¿En qué límites vamos a fijar la signi-
del discurso científico, que determina libre- ficación de la palabra? ¿De qué cosa habla-
mente tanto las reglas a las que obede- mos? Si de lo que queremos hablar es de
ce como los conceptos a partir de los cua- las cosas que nos rodean, tal vez sean las
les está construido. ciencias las que mejor nos digan lo que
Con esta afirmación, Pascal inaugura son. Así, «la mineralogía y la química son
una distinción radical entre dos órdenes de las que mejor y más pronto nos dicen lo
conocimiento: las disciplinas que, como la que es una piedra». Resta entero, sin
física, se apoyan en el razonamiento y la embargo, el problema de saber lo que
experiencia, y las que, como la teología o determina la coseidad de las cosas, «lo que
la historia, se fundan en la autoridad de los de una cosa como tal hace precisamente
textos y en la fe. Si estas últimas no pue- una cosa». Este nuevo cuestionamiento lle-
den experimentar nuevos desarrollos, va a Heidegger a examinar, en la segun-
encontrándose tan «limitadas[ ... ] como los da parte del texto, la interrogación kan-
libros en los que están contenidas>>, las cien- tíana sobre la cosa, tal y como se encuentra
cias experimentales en cambio están abier- expuesta en la Analítica trascendental
tas a la era indefinida del progreso. «De de la ->Crítica de la razón pura. En Kant,
PRUMEROSANALfnCOS 494
cias del pueblo, sin preocuparse de la <<Ver- fuerza. Mas la guerra es la verdad de la
dad>> intrínseca de éstas. política. Si deben existir la libertad y el
La misión del Príncipe no es pues la derecho, hay que construirlos con todas
de instaurar (o restaurar) un orden ideal las armas.
de acuerdo con los valores absolutos. La Se ha discutido hasta el infinito la sig-
política se ejerce siempre a partir de una nificación que Maquiavelo mismo daba
realidad concreta singular, y sobre ella se a este pequeño libro: ¿es un manual para
actúa para transformarla. Contra toda uto- uso de tiranos?, ¿o nos encontramos más
pía (y aquí es Platón a quien el autor tie- bien ante un pensador que «enciende la
ne en mente), Maquiavelo restaura en sus mecha>> al desvelar a los pueblos los secre-
derechos «la verdad efectiva de la cosa». tos de sus opresores (como pensaban
Y la verdad es que la política significa ante Diderot y Rousseau)? Lo único cierto es
todo conflicto. Si hay -en un sentido- que pocas obras han desencadenado tan-
un orden a restaurar, se hace siempre tas pasiones como ésta. No hay más que
contra un desorden anterior, el desorden ver el número de refutaciones que El Prín-
que resulta del enfrentamiento de fuerzas cipe ha provocado (en concreto, el Anti-
antagonistas. El político (tanto si detenta Maquiavelo de Federico 11). Los pensa-
el poder como si está en lucha por con- dores políticos que en él se han inspirado
seguirlo) ocupa en estos conflictos una (Montesquieu, Spinoza) no citan casi nun-
cierta situación, en el interior de la cual ca su nombre. Y jamás, en todo caso, ha
dispone de un cierto margen para actuar. cesado de escandalizar, de producir males-
Pero actuar es producir efectos que deter- tar. Estamos al menos ante una obra que
minarán al adversario a reaccionar, según ha resistido todo intento de ser atenua-
modalidades que jamás pueden ser total- da o recuperada.
mente previstas. Es misión del político
administrar esa parte de lo aleatorio que Edición: El Príncipe (tr. H. Puigdoménech),
Maquiavelo llama «fortuna>>. En esto resi- Tecnos, 1988.
de la virtud del político, cuya encarna- Estudios: L. Strauss, Meditación sobre
ción difícilmente superable sigue siendo Maquiavelo, Centro de Estudios Constitu-
cionales, 1964; A. Gramsci, Notas sobre
César Borgia. Maquiauelo (tr. J. Aricó}, Nueva Visión Espa-
Pero esto no significa en modo algu- ñola, 1980; Cl. Lefort, --> Le Travail de
no para Maquiavelo que todos los com- l'oeuvre, Machíavel, col. «Te]>>, Gallimard,
bates hayan de ganarse, ni que la efica- 1986.
cia sea lo único que confiere valor a la
práctica política. Hay buenos y malos
combates, y el autor se esfuerza justa-
mente en designar y reforzar la buena vía. PRINCIPIA ETHICA, 1903.
Mas aquel que en política se olvidara de GEORGE EDWARD MOORE, 1873-1958.
la eficacia, aquel que quisiera conservar
sus manos limpias y un alma pura, sim- Recibido por los jóvenes de Cambrid-
plemente no sabría lo que buscaba. La ge como una verdadera carta magna y
voluntad de ser moral a cualquier precio por los filósofos como la crítica del natu-
(no mentir, no desdecirsee, no permitir- ralismo, este tratado de Moore ha mar-
se el uso de la violencia) puede incluso cado su época por su denuncia de la volun-
conducir --y en efecto conduce casi siem- tad de analizar lo inanalizable. No le falta
pre- a resultados históricos catastróficos razón cuando inserta como epígrafe:
incluso desde el punto de vista de la moral: «Cada cosa es lo que es y nada más.>> Y
más violencia todavía, más sangre aún. el prefacio vuelve sobre esta advertencia:
Dicho brevemente, Maquiavelo no la mayoría de las dificultades surgen por-
piensa que entre el bien y el mal no haya que se busca responder a cuestiones de
diferencia alguna; y en vano se buscaría las que no se sabe qué es lo que «cues-
en El Príncipe la menor apología de la tionan>>.
497 PRINCIPIA MATHEMATICA
cista, fue porque ambos compartían una mado «de reducibilidad», que sólo permite
concepción de la lógica muy amplia, que considerar el orden mínimo dentro de un
incluía a los sistemas de segundo orden y tipo dado. Este axioma no es lógico, lo cual
de orden superior, y admitían los con- le acarreará una severa crítica por parte de
juntos. Pero ello no impidió que las difi- Wittgenstein. En la segunda edición de la
cultades apareciesen muy rápidamente. obra en 1927, Russell abandonará el axio-
Russell y Whitehead admiten en efecto ma de reducibilidad, pero conservará la teo-
en los Principia el axioma de infinito, ría ramificada de tipos.
que enuncia que para todo número natu- Expresión acabada dellogicismo, los
ral existe un número natural mayor que Principia mathematica estaban destina-
él, y el axioma de elección (llamado tam- dos a correr la misma suerte que éste, y
bién «axioma multiplicativo»), que dice que muchos la ven hoy como una obra caduca
para cada conjunto de conjuntos disyun- dado que el programa logicista ha queda-
tos no vacíos, hay al menos un conjunto do seriamente quebrantado, al igual tal vez
que tiene exactamente un miembro en que cualquier otra tentativa de dar una res-
común con cada uno de los conjuntos puesta única al problema de la fundamen-
miembros. Russell admite que el axioma tación de la matemática. Frank P. Ramsey,
de infinito pueda ser aceptado o recha- Carnap, Quine, por citar sólo los más
zado por consideraciones puramente importantes, no han cesado de situarse por
empíricas, y que este axioma, al igual que relación a los Principia mathematica para
el axioma de elección, sea «existencial•• evaluar sus desarrollos y resultados y para
y no «lógico». La admisión de estos axio- proponer enmiendas a tal o cual tesis de
mas representa una primera limitación Russell y Whitehead; ¿qué mejor manera
del logicismo, mas es la admisión del axio- de rendir homenaje a este monumento del
ma llamado «de reducibilidad» lo que va a pensamiento humano?
provocar las objeciones más graves diri-
gidas contra Russell y Whitehead. Ediciones: Principia mathematica, Cam-
El axioma de reducibilidad se encuen- bridge University Press, 3 vals, reimp. 1957.
tra en efecto ascx:iado a la te01ia de los tipos. (Existe una edición abreviada en castellano
Uno de los mayores problemas planteados que incluye las introducciones de 191 O y
a la lógica y a la matemática a comienzos
1927, la Primera Parte, la Sección A de la
Segunda, y los Apéndices A y C, Paraninfo,
de siglo había sido el de las paradojas. Des- 1981.)
de 1903, en el Apéndice B de los Princi- Estudio: J. Vuillemin, Lec;ons sur la pre-
pios de la matemática (Principies of Mat- miere philosophie de Russell, Armand
hematics), Russell había propuesto, bajo el Colin, 1968.
nombre de <doctrina de los tipoS>>, su solu-
ción a las paradojas. Una vez refinada, esta
doctrina se convertirá en la <<teoria de tipoS>•,
cuyo principio es que cada predicado per- PRINCIPIO DE CRUELDAD (EL), Le
tenece a un tipo determinado y no puede príncipe de cruauté, 1988.
ser introducido sin riesgo de caer en sin- CLÉMENT RoSSET, nacido en 1939.
sentidos más que en expresiones de un tipo
inmediatamente inferior. Esta estratifica- Partiendo de la idea de que lo real es
ción de niveles del discurso comportaba «cruel» (duro, inhumano, indigesto), Rosset
algunos problemas, concretamente el rela- propone los dos principios de una «ética de
tivo a la existencia de una variable univer- la crueldad»: el principio de realidad sufi-
sal. Mas Russell no se arredra por ello e ciente y el principio de incertidumbre.
introduce diversos órdenes en el interior de Toda filosofía es una teoría de lo real,
los tipos en la <<teoria ramificada de tipos» una contemplación interpretativa y crea-
que aparece en los Principia mathemati- tiva de la realidad tomada en su totalidad.
ca. Para evitar dificultades suplementarias, Contra la filosofía occidental, que es una
se ve obligado a introducir un axioma, lla- reflexión sobre la insuficiencia de lo real
--- -----------------------------------------------------------------------------.
(la realidad no puede ser filosóficamente tracción hecha de las pulsiones sexua-
tomada en cuenta más que recurriendo a les) que Bloch desarrolla en el tomo 1, con-
un principio exterior a la realidad), Ros- sagrado al estudio de lo pre-consciente,
set, en la tradición de Lucrecio, Spinoza el tomo JI del Principio Esperanza, redac-
y Nietzsche, sostiene el principio de rea- tado de 1938 a 1947, es la llave maes-
lidad suficiente que dice que lo real es tra de toda la obra.
lo único que importa y que se basta a sí Emst Bloch trata sucesivamente aqui de
mismo, rechazando así la ilusión de otro las particularidades conceptuales de las uto-
mundo. Ciertamente, la realidad es «cruel" pías médicas, arquitecturales, geográficas
cuando se la despoja de todo lo que no es y sociales. Trazando así el vasto panora-
ella; entonces se toma trágica y dolorosa, ma de las realizaciones y las esperanzas de
única y sin apelación. Esta suficiencia de la voluntad humana, reconstruye la histo-
lo real sobrepasa la facultad humana de ria a partir de las representaciones de lo
comprenderla y de aceptarla. que él llama el «paisaje deseado». El tomo
Según el principio de incertidumbre, III denunciará la razón técnica en benefi-
es propio de la naturaleza de la verdad el cio de un principio de transcendencia liga-
ser dudosa. El filósofo enuncia una verdad do a una conciencia de las funciones sagra-
a sabiendas de que es eminentemente das de la teología.
incierta, en otro caso no seria filósofo. Toda
verdad filosófica tiene una <<Virtud negati- Edición: El principio esperanza (tr. F. Gon-
va»: elimina ideas mucho más falsas que la zález), Aguilar, 1975.
Estudio: J. A Gimbemat, Ernst B/och: uto-
verdad que ella enuncia a contrario. pía y esperanza, Cátedra, 1983.
Oponiendo pensamiento moral y pen-
samiento trágico, Rosset enfrenta dos tipos
de filósofos: el «filósofo curandero», com-
pasivo e ineficaz, que dispone de falsos
PRINCIPIOS DE BIOLOGÍA, Princi-
remedios que permiten al hombre sobre-
pies of Biology, 1864-1867.
vivir sin percatarse de la crueldad de lo real,
HERBERT SPENCER, 1820-1903.
y el «filósofo médico», despiadado y eficaz,
que dispone del único verdadero remedio
El concepto central de la obra es el de
(la administración de la verdad) que recon-
adaptación. Para Spencer, la vida proce-
forta a las naturalezas sanas y elimina a las
de en efecto a una adaptación continua de
débiles. Rosset, «filósofo médico••, es un
las relaciones internas a las adaptaciones
pensador solitario y original que, en nom-
bre de la unicidad de lo real, critica la filo- externas a las que está sometida. Hay una
interacción ininterrumpida entre el entor-
sofía occidental, a su juicio alienante, y
no y el organismo. Las variaciones astro-
defiende una visión trágica del mundo.
nómicas, geológicas, meteorológicas tie-
Edición: El principio de crueldad (tr. R. del nen como correlato variaciones orgánicas.
Hierro), Pre-Textos, 1994. Si no la palabra, al menos la idea de «bios-
fera» está presente ya en ese cuadro en el
que plantas y animales comparten un cir-
cuito de intercambios recíprocos en el seno
PRINCIPIO ESPERANZA (EL), Das de un elemento común. Así, factores inter-
Prinzip Hoffnung, 1959. nos y factores externos se resporden mutua-
ERNST BLOCH, 1855-1977. mente. De aquí la necesidad para el orga-
nismo de analizar el cambio, que rompe
El filósofo de la utopía evoluciona hacia el equilibrio y le obliga a reconstituir no sola-
una ontología del no-ser-todavía. En la mente un equilibrio indispensable, sino inclu-
constitución de una fenomenología de so una nueva estructura.
la conciencia anticipativa, y a continua- Sin haber sido discípulo de Darwin,
ción de una teoría de las pulsiones (abs- Spencer puede ser considerado, con su
PRINCIPIOS DE ECONOMÍA POLÍTICA 500
«hipótesis del desarrollo», como el pre- más igualitarias y que los individuos gocen
cursor de la tesis evolucionista. de una mayor independencia. Sin embar-
go, la igualdad total no es posible, y la liber-
Edición: Principies of Biology (1864-67), tad es siempre preferible a la igualdad.
reimp. de la ed. de 1899 en The Works of A fin de minimizar los daños (empo-
Herbert Spencer, vals. 11 y III, Osnabrück,
Otto Zeller, 1966. brecimiento, crisis comerciales...) que engen-
Estudios: F. Copleston, Historia de la filo- dra el capitalismo -cuyas ventajas son inne-
sofía, vol. 8: De Bentham a Russell (tr. V. gables-, Mili propone varios remedios
Camps), Ariel, 1985, cap. V; O. Gaupp, sociales para asegurar el progreso social:
Spencer (tr. J. González), Revista de Occi- la limitación del crecimiento demográfico,
dente, 1930; P. Tort, Spencer et le systeme
des sciences: naissance de l'évolutionnisme que permite un aumento del nivel de vida
libéral, P.U.F., 1987. {Mili es un maltusiano optimista y no un
puritano); la asociación de intereses, fun-
dada en las relaciones de independencia y
desarrollo entre diferentes grupos sociales,
PRINCIPIOS DE ECONOMÍA POLÍTI- concretamente entre obreros y empresa-
CA, Principies of Political Economy, rios, en el seno de cooperativas; la igual-
1848. dad social entre hombres y mujeres.
JoHN STUART MILL, 1806-1873. Escrita por uno de los más grandes
representantes del utilitarismo liberal, esta
Último gran representante de la econo- obra será el libro de referencia de la eco-
mía clásica, Mili reformula, en una puesta nomía clásica, antes de que los Principios
a punto perfecta, las leyes y principios enun- de economía política de Alfred Marshall
ciados por Adam Smith, David Ricardo, (1890-1907) tomen el relevo.
Jean &ptiste Say ... Uberal, ardiente defen-
sor de la propiedad privada y de la concu- Edición: Principios de economía política,
rrencia, considerando a!laisser-faire como México, Fondo de Cultura Económica, 1951.
Estudios: H. M. Magid, «John Stuart Mili••,
la regla y al socialismo (igualitarismo) como en L. Strauss y J. Cropsey {comps.), Histo-
tiránico, Mil! admite no obstante una inter- ria de la filosofía política (tr. L. García Urri-
vención del Estado: desempeñar un papel za, D. L. Sánchez y J. J. Utrilla), México,
pedagógico e incitativo. Fondo de Cultura Económica, 1993, pp.
737-753; M.-M. Salort e Y. Katan, Les éco-
En efecto, aunque la intervención del nomistes c/assiques: d'Adam Smith d Ricar-
Estado no es deseable en principio, pue- do, de Stuart Mili d Kar/ Marx, Hatier,
de sin embargo revelarse necesaria. Por 1988.
una parte, los individuos no son siempre
capaces de juzgar y de actuar por ellos
mismos; por otra, los mecanismos del mer-
cado no pueden resolver automáticamente PRINCIPIOS DE ECONOMÍA POLÍ-
todos los problemas, tales como la pobre- TICA Y TRIBUTACIÓN, On the Prin-
za o la dureza de las condiciones de tra- cipies of Politica/ Economy and Taxa-
bajo. Para legitimar esta intervención, Mili tion, 1817.
distingue entre la producción, sometida DAVID RICARDO, 1772-1823.
a las leyes naturales, y la distribución,
sometida a las leyes positivas (humanas). Ésta es la obra principal de David Ricar-
Así, el progreso económico no se redu- do. En ella expone su teoría del «horno
ce al crecimiento (producción, creación de oeconomicus», es decir, procede a elabo-
riquezas), sino que exige también una mejor rar una teoría de los fenómenos econó-
distribución de las riquezas con vistas a micos que no toma en cuenta más que los
un mejoramiento de las condiciones de móviles económicos de los agentes. Para
vida. Por otra parte, el progreso social, que Ricardo -y aquí reside el interés y la ori-
debe ser distinguido del progreso econó- ginalidad de su obra-, el universo eco-
mico, exige que las relaciones sociales sean nómico es susceptible de una comprensión
501 PRINCIPIOS DE LA ARITMÉTICA
para ella misma (la filosofía) y una verdad más bien un memorándum para uso de
para el hombre (la religión); la filosofía los buenos conocedores de la doctrina que
nueva toma el lugar de la religión. Eso es una introducción a la filosofía leibniziana.
lo que explica que la tarea filosófica de
los tiempos modernos sea la resolución Edición: Monadología. Principios de la
de la teología en antropología; su misión naturaleza y de la gracia (tr. M. García
Morente), Universidad Complutense, Facul-
es la de «devolver la filosofía del reino de tad de Filosofía, 1994.
las almas difuntas al reino de las almas Estudio: Y. Belaval, Leibniz, initíation ó sa
vivientes; hacerla descender desde la bea- philosophie, Vrin, 1975.
titud de un pensamiento divino y sin nece-
sidades, hasta la miseria humana».
truido la conciencia a partir de estados cer que la teoría de las riquezas, que es
elementales. una parte de la economía, es la única
La célebre teoría de la emoción, muy matematizable. A este punto hace refe-
controvertida, encaja menos con el resto rencia en su anterior obra: Investigacio-
de su psicología. La emoción tiene para nes sobre los principios matemáticos de
James un origen periférico y no central. la teoría de las riquezas (1838).
Sería la conciencia que tomamos de nues- Sin embargo, esta matematización es
tras reacciones viscerales, circulatorias y limitada, porque la teoria de las riquezas con-
motoras: yo lloro, luego estoy triste. No tiene un fondo vital del que sólo la teoria de
es posible comprender la especificidad de las fuerzas productivas puede dar cuenta.
la emoción en James más que colocán- El autor examina sucesivamente la
dose en una perspectiva evolucionista, moneda y la noción de sistema econó-
donde las manifestaciones orgánicas han mico, a la vez que precisa su oposición al
sido ya ligadas en la historia de la espe- socialismo. De lectura asequible, aunque
cie a movimientos útiles y por tanto han especializada, la obra de Coumot es repre-
precedido a la conciencia emocional. sentativa de la corriente liberal.
El calificativo de incoherente o de para-
dójica que a menudo ha merecido esta obra Edición: Investigación sobre los principios
no es más que el precio de la abundancia matemáticos de la teoría de las riquezas,
Alianza, 1969.
de intuiciones que encierra y de la riqueza Estudios: E. Bréhier, Historia de la filoso-
de una reflexión que no quiere sacrificar fía (tr. J. A Pérez Millán y M.• D. Morán),
nada. Un simple ejemplo dará testimonio vol. 11, Tecnos, 1988, pp. 533-537; C.
de ello: precisamente contra la definición Ménard, La formation d'une rationalíté
de la psicología como ciencia de la vida économique: Antaine Augustin Cournot,
Flammarion, 1978.
mental, contra el método introspectivo es
como se constituirá el behaviorismo. Mas,
paradójicamente, puede afirmarse también
que será precisamente el funcionalismo de PRINCIPIOS DE LÓGICA, Principies
James lo que le abra la vía. of Logic, 1883.
FRANCIS HERBERT BRADLEY, 1846-1924.
Edición: Compendio de psicología (tr. S.
Rubiano), Jorro, 1930. Como reacción contra la teoría aso-
Estudio: W. S. Sahakian, Historia y siste- ciacionista y sobre las huellas de Hegel,
mas de psicología (tr. A Sánchez), cap. XII, Bradley aborda aquí el estudio del juicio,
Tecnos, 1987.
del razonamiento, y más particularmente
el de la inferencia. El autor se muestra espe-
cialmente original en el análisis del juicio:
PRINCIPIOS DE LA TEORÍA DE LAS en el acto de juzgar, el predicado es una
RIQUEZAS, Príncipes de la théorie des propiedad asignada a la realidad, mientras
richesses, 1863. que el sujeto es la realidad misma. «Lo que
ANTOINE AUGUSTIN COURNOT, 1801- es la cosa» se opone al «esto». Bradley pro-
1877. cede a una clasificación de los juicios, dis-
tinguiendo entre jucios negativos y juicios
Este texto, compuesto en 1863, se ins- disyuntivos. En cuanto al razonamiento, se
cribe en un contexto económico que opo- trata para Bradley de precisar los tipos
nía a los partidarios del libre intercam- generales y de indicar el principio del razo-
bio y a los doctrinarios socialistas. namiento que sustituiría al silogismo.
Cournot analiza el conflicto que exis- El autor aborda igualmente el estudio
te, a su juicio, entre Derecho y Econo- de las relaciones entre la realidad y la ver-
mía, como también la oposición entre el dad. El pensamiento busca cualificar a la
vitalismo y el materialismo. Este estudio realidad mediante los predicados del jui-
le permite definir la Economía y estable- cio. Así, la verdad no puede ser más que
507 PRINCIPIOS DE SOCIOLOGÍA
cartes) de un filósofo que extrae a priori tatados. Kant y Laplace, por ejemplo,
conclusiones sobre el universo. Newton avanzarán conjeturas sobre la génesis del
aplica con gran precisión las matemáti- sistema solar. El segundo, en particular,
cas al conocimiento de los fenómenos considerará que una aplicación fiel del
naturales (de ahí el título de la obra), pre- método newtoniano debe conducir al
cisión que le viene facilitada por el noví- rechazo de la explicación por causas fina-
simo instrumento con que acaba de dotar les. Es el famoso episodio en el que Lapla-
a la matemática: el cálculo de fluxiones ce, a quien Napoleón preguntaba en qué
(cálculo infinitesimal). La invención de este lugar de su sistema se encontraba Dios,
cálculo será, dicho sea de paso, motivo repondió: •6ire, yo no he tenido necesi-
de una querella de prioridad con Leibniz. dad de esa hipótesis.»
La mecánica celeste de Newton exclu- La mecánica newtoniana se impuso rápi-
ye ---contrariamente, a la de Descartes- damente por su potencia explicativa y por
toda cosmogonía. En primer lugar, en vir- las confírmaciones experimentales que reci-
tud de un principio en cuyo nombre se bió. Las --+Cartas filosóficas de Voltaire
prohíbe Newton especular sobre lo que dan testimonio de la resonancia que alcan-
la experiencia no nos aporta: es el famo- zaron las teorías newtonianas al otro lado
so «Hypotheses non fingo» («No finjo del canal de la Mancha. No obstante, esas
hipótesis»); y en segundo lugar, porque teorías tropezaron en Francia con resis-
las condiciones iniciales no son mate- tencias muy vivas. Los Principios mate-
máticamente deducibles. máticos de la filosofía natural habían sido
Lo cual no impide a Newton avanzar un traducidos en 1 7 56 por la marquesa de
juicio acerca de la formación del sistema Chatelet, mas toda la retaguardia de los car-
solar: puesto que el azar no podría haber tesianos, capitaneada por Fontenelle, se
presidido la organización del sistema, es movilizó contra la gravitación. Se veía en
preciso admitir un ser inteligente y orde- ella un retomo a las fuerzas ocultas de la
nador del mundo. Es él quien ha colocado escolástica y una regresión respecto al meca-
al Sol y a los planetas a una distancia tal nicismo puro y duro del cartesianismo. Fue
que la gravedad no los precipita unos sobre preciso el ardor de un Maupertuis y de un
otros. Es también él quien, por interven- Voltaire para imponer la atracción univer-
ciones periódicas, mantiene la estabilidad sal contra los torbellinos de Descartes.
del sistema, impidiendo que las pequeñas Esta obra ejerció una influencia inmen-
perturbaciones inducidas por las trayecto- sa sobre todo el pensamiento de las Luces.
rias de los planetas acaben por romper su El rigor y la potencia de la teoria que en
equilibrio (esta idea de un Dios creador que ella se exponía sedujeron a todos los espí-
interviene en su creación para corregir sus ritus, puesto que los garantizaban en sus
imperfecciones escandalizará a Leibniz). refutaciones de los sistemas obsoletos de
La física newtoniana desemboca pues la metafísica. «Hypotheses non fingo»:
en una teología natural, que funda el deís- se deseaba adoptar la prudencia plena-
mo. Este aspecto, que fue especialmente mente experimental de Newton. Se bus-
tratado en el «Escolio general», conocerla caba incluso en la atracción universal un
una gran fortuna, puesto que seria el ger- principio de inteligibilidad universal, apli-
men del deísmo característico del Siglo de cable fuera del dominio físico (por ejem-
las Luces. Así, Voltaire fundará su religión plo con Hume, en la psicología). Al mis-
natural en la teleología newtoniana («El uni- mo tiempo, los Principia de Newton
verso me turba, y no puedo concebir/ Que ofrecían una garantía científica indiscuti-
este reloj exista sin que haya relojero»). ble a la religión natural y al deísmo, que
Sin embargo, una corriente filosófica el cartesianismo había acabado por hacer-
y científica post-newtoniana se negará a lo estremecer. Pero paralelamente, los
seguir al maestro en esta dirección, y bus- ateos se acomodaron perfectamente a la
cará por el contrario dar cuenta por nueva física, de la que sacaron conclu-
medios naturales de todos los efectos cons- siones distintas: si la materia dejaba entre-
PROBLEMA DE DIOS (EL) 510
obras pues es también una de las más cla- que coexisten. Toda experiencia compor-
ras: Browne enuncia en ella nuestra inca- ta una disposición de esas series que se
pacidad de comprender las nociones divi- reencuentran y forman un punto de vista
nas y, en consecuencia, la naturaleza particular del mundo. Todas las <<series armó-
ininteligible de Dios. nicas>> están determinadas desde toda la
En efecto, puesto que todas nuestras eternidad, mas ello no impide al hombre
ideas no tienen más que un solo y único ser libre: él no las conoce, y puede actuar
origen -los sentidos-, las nociones pro- siempre según su libre arbitrio. Puede por
piamente espirituales nos son totalmente tanto pecar si no hace buen uso de su razón
inaccesibles. Browne, al contrario que Loc- en sus actos, si no sabe reconocer su lugar
ke, no reconocía a la facultad mental de en el mundo. Siendo esto así, el mal no
la reflexión ningún papel en la adquisición es cometido por Dios, sino por el hombre
del conocimiento. que se niega a ver «la República universal».
Berkeley, que tendrá ocasión de cono- Y a la inversa, el que contempla la armo-
cer a Browne a lo largo de sus estudios, nía se regocija en Dios y lo ama. Dios es
consagrará sus propios trabajos a meditar un ser justo, que ni quiere ni no quiere el
y luego a refutar las tesis brownianas sobre mal: quererlo, sería amarlo (entonces Dios
la naturaleza del conocimiento humano. sería injusto); no quererlo, sería sufrir por
su existencia (entonces Dios no sería todo-
Ediciones: Procedure, Extent and Limits poderoso). Así pues, Dios permite los peca-
of Human Understanding, Londres, 1728;
reed. 1729 y 1737. Un ejemplar de cada dos, necesarios para <da Arrnonía del T odü>>.
edición se encuentra en la Biblioteca nacio- Como muchos escritos de Leibniz (con-
nal de París. cretamente el--> Discurso sobre metafí-
Estudio: P. Grenet, L'Analogie des noms sica), este diálogo está destinado a Amauld,
divins dans la pensée irlandaise du début el discípulo de Descartes. Es el primer tex-
du XVIII• siécle, tesis de Letras, 1949.
to en donde, al definir cada término (nece-
sario, contingente, posible, amar, per-
mitir, armonía, justo... ), Leibniz expone
su teoría del mejor de los mundos posibles.
PROFESIÓN DE FE DEL ALÓSOFO,
Pero su sistema no está con esto acabado:
Confessio philosophi, 1673.
le falta la noción de sustancia individual,
GOTIFRJED WILHELM LEIBNJZ, 1646-1 716.
a la que más tarde denominará «mónada»
(véase --> La Monadología). Pero ya este
Reconstruyendo una discusión imagi-
diálogo señala la ambigüedad constante en
naria entre un filósofo y un teólogo, Leib-
sus obras: la exposición es tanto filosófi-
niz se interroga sobre la bondad divina. ¿Es
ca como teológica; la razón es siempre
justo Dios? Pero Él es responsable del mal.
¿Es injusto? Pero Él desea la felicidad de sometida a la fe.
todo. Es preciso repensar el universo para Edición: La profesión de fe del filósofo (tr.
comprender esta aparente paradoja. Dios F. Samaranch), Aguilar, 1966.
es armonía universal, y esta armonía se Estudio: Y. Bélaval, Leibniz, initiation d sa
manifiesta en la diversidad del mundo. Esta philosophie, Vrin, 1962.
pluralidad es igualmente manifiesta en el
hombre, capaz de una dosis mayor o menor
de bien. La armonía provoca la discordan-
cia, fuente del mal; las ideas eternas del PROLEGÓMENOS, al-Muqaddimah,
entendimiento divino inducen el pecado en 1377.
la existencia. Es preciso imaginar esta crea- !BN JALDÚN, 1332-1406.
ción armónica como multiplicación infini- Fresco histórico.
ta de series de acontecírrúentos. Así, el alma
y el cuerpo de un hombre son dos series Mientras que el proyecto general de
paralelas completamente separadas pero las mil páginas del Kitiib a l-Ibar («Libro
PROLEGÓMENOS ATODA METAFÍSICA FUTURA QUE PUEDA PRESENTARSE COMO CIENCIA 512
físicas \1), Leibniz retoman el argumen- del orden de un saber transmisible. De opi-
to. Gaunilo, Tomás de Aquino, Kant(-+ niones diferentes, uno y otro van a inten-
Crítica de la razón pura: "De la impo- tar a su vez definir lo que es la virtud.
sibilidad de una prueba ontológica de Para responder a Sócrates, Protágoras
la existencia de Dios") lo refutan. relata una fábula sobre la creación de los
hombres por los Dioses. En este mito, aun-
Edición: Proslogio, acompañado del «Escri- que todas las criaturas están provistas de
to en favor de un insensato, y de la «Apolo- las cualidades necesarias para su supervi-
gía, de San Anselmo contra Gaunilo, en ver-
sión bilingüe de J. Alameda en Obras vencia, el hombre está desnudo, olvidado
completas de San Anselmo, Ed. Católica por Epimeteo; su hermano Prometeo le
(B.A.C.), 1942, vol. 1, pp. 351-437. roba entonces a otros Dioses «el conoci-
Estudio: A. Koyré, L'Idée de Dieu dans la miento de las artes con el fuego••, para que
philosophie de saint Anselme, Vrin, 1984. el hombre pueda protegerse, y Zeus le da
los medios para organizarse: la ciencia
política. Por tanto, «la justicia, la templanza,
la santidad y, para expresar en una sola
PROTÁGORAS, o los Sofistas. Ilpm- palabra una cosa única, la virtud» están
'tayópw;,11 LO<ptcr'taí, o hacia 388 a.C. igualmente repartidas entre todos, y cada
PlATóN, 428/427-348/347 a.C. uno debe aplicarse a «hacer avanzar la vir-
Diálogo. tud». Tal es el papel que se atribuye pre-
cisamente Protágoras. Pero Sócrates, a la
Figurando entre las obras mayores de vez que alaba el verbo del sofista, insiste
Platón, el Protágoras presenta tal varie- en la cuestión inicial. Comienza entonces
dad de estilos (diálogo, exposición, mito, el verdadero diálogo socrático (y ya no un
comentario) y de personajes (Sócrates, un simple monólogo), en el que Sócrates inte-
amigo suyo, Hipócrates, Alcibíades, Cri- rroga a Protágoras sobre su concepción
tias, Calias, Pródico, Hipias y Protágoras), de la virtud: ¿es una o múltiple? ¿En qué
que confiere a este texto una riqueza extre- sentido la justicia, la templanza y las otras
ma, tanto de contenido como de forma. cualidades de las que el hombre debe dar
Esta diversidad vuelve a encontrarse en su testimonio pertenecen a la virtud? Para
puesta en escena, muy teatral, puesto que Protágoras, estas cualidades son seme-
los tres actos están separados por tres jantes a las partes del cuerpo, en donde
momentos diferentes: Sócrates, al comien- cada miembro es diferente del otro, mas
zo del diálogo, relata a un amigo su encuen- todos forman una unidad. Sócrates recha-
tro con «el más grande sabio de los hom- za esta posición, porque lo que él busca
bres de esa época», el sofista Protágoras es la esencia de la virtud única, y no la
(primer tiempo); Hipócrates había venido suma de sus cualidades.
a verlo al alba (segundo tiempo) para que Después de esta primera aporía, y al
lo presentase al sofista a fin de convertir- estimar Sócrates que Protágoras actúa de
se en su discípulo. Mas la ciencia que ense- mala fe al rehusar responder a sus cues-
ña Protágoras, el arte de hablar, ¿es bue- tiones, manifiesta su deseo de marcharse.
na o mala para el alma? El grupo se traslada Convencido por el auditorio para que se
a la casa de Calias, el anfitrión de los sofis- quede, le pide a Protágoras que respon-
tas, donde Sócrates y Protágoras mantie- da concisa y claramente a sus preguntas.
nen la discusión sobre la cuestión esen- Mas para dar ejemplo, Sócrates respon-
cial del diálogo: ¿puede la virtud ser derá primeramente a las cuestiones del
enseñada (tercer tiempo)? En efecto, Pro- sofista. Éste le interroga sobre un poema
tágoras sostiene que él enseña a devenir de Simónides en donde el autor parece
mejor y que una vez adquirida esta ciencia contradecirse, puesto que afirma al mis-
-el arte de la prudencia- el discípulo pue- mo tiempo que es difícil devenir virtuoso
de gobernar tanto su casa como la ciudad. y que, por otra parte, Pítaco se equivoca
Mas, para Sócrates, la virtud política no es al decir que «es difícil ser un hombre de
PROTRÉPTICO 516
bien». Para Sócrates no hay ahí más que tras que su filosofía está principalmente
una paradoja aparente. En efecto, deve- orientada a combatirlos.
nir virtuoso requiere un esfuerzo perma-
nente, porque nadie puede, ni siquiera el Edición: Protágoras (tr. J. Calonge, E. Lle-
sabio, abstenerse de cometer actos irra- dó, C. García Gua!), en Diálogos I, Gre-
das, 3." reimpr., 1990. ·
zonables e injustos. Por tanto, ser virtuo- Estudio: F. Chatelet, E/ pensamiento de
so y permanecerlo siempre no es «difícil>>, Platón, Labor, 1968.
sino absolutamente imposible. Sócrates
comprende la posición de Simónides como
la tentativa de encontrar un «justo medio>>. PROTRÉPTICO, ITpo-rpmnKÚ<;, o hacia
Finalmente, Sócrates reanuda sus pre- 353 a.C.
guntas sobre las diferentes partes de la vir- ARISTÓTELES, 384-322 a.C.
tud y, al paso que muestra a Protágoras
que comete errores de juicio sobre la for- Aristóteles redactó este tratado para ani-
taleza o el placer, expone su propia con- mar a los atenienses ilustrados a cultivar la
cepción de la ciencia. Para él, la virtud ver- filosofía: se trata por tanto de un elogio de
dadera se encuentra en la «ciencia de la la vida filosófica. Este escrito pertenece a
medida» (que permite distinguir el bien del la fase idealista de Aristóteles: discípulo
mal), y «cuando se peca, se peca por fal- todavía de Platón, expone aquí una moral
ta de ciencia». Pero entonces, si la virtud acorde con la teoría platónica de las Ide-
es una ciencia, puede ser enseñada (bajo as y la creencia en la inmortalidad del alma
la forma de una enseñanza general y no (creencia emparentada a su vez con esas
de un arte, como sostenía Protágoras). Ideas). Éste es el más antiguo de los trata-
Sócrates ha demostrado lo que quería pro- dos de moral de Aristóteles.
bar Protágoras, mientras que sus posicio-
nes eran originalmente contrarias. Edición: Recherches sur /e premier Aris-
De este modo, el diálogo termina con tote: Eudeme, De la philosophie, Pro-
una nueva aporía en la que ni Sócrates treptique (textos reunidos y traducidos por
ni Protágoras han podido mantener sus B. Dumoulin), Vrin, 1981.
Estudio: R.-A. Gauthier, La Mora/e
tesis de partida. Pese a ello, el texto abor- d'Aristote, P.U.F., 1973.
da las cuestiones esenciales del pensa-
miento platónico a través de las nocio-
nes de bien, de virtud, de ciencia, de
política y de retórica. En efecto, si los diá- PROTRÉPTICO, Aóyo<; npo-rpcnnxó
logos de Platón que preceden a éste, --+ <; npó<; -roú<; 'EAAYJva<;,
Laqués y --+ Lisis, no aportaban res- CLEMENTE DE AlLJANDRÍA, hacia 140-hacia
puestas a los problemas planteados (el 220.
uno sobre el valor, el otro sobre la amis-
tad), Protágoras es en cambio el más ela- Este tratado de exhortación, que forma
borado -y el último-- de los diálogos de parte de una gran obra apologética, está des-
juventud de Platón. En este sentido, es tinado a demostrar la falsedad de las leyen-
el heraldo de los grandes textos que serán das y los mitos griegos. Atacando a los mis-
--+ Gorgias sobre la retórica, > Menón terios y a los dioses, insiste en la importancia
sobre la virtud, y -+ La República sobre y la superioridad de la filosofía cristiana, úni-
la justicia, obras en las cuales el sistema ca capaz de aportar la paz verdadera.
platónico se abre camino a través del
cuestionamiento socrático. Pero lo ver- Edición: Protréptico (tr. M.• C. lsart), Gre-
daderamente notable en este diálogo es das, 1994.
que al pasar revista a su época, Platón Estudios: E. Gilson, La filosofía en la Edad
Media (tr. A. Pacios y S. Caballero), pp. 45-
rinde un claro homenaje {pese a ser iró- 52, 57, Gredos, 1995; Cl. Mondésert, intro-
nico a veces) a los sofistas (Hipias, Pro- ducción a la edición francesa (Protreptique,
dices) y a su maestro Protágoras, mien- Le Cerf, 1980).
------------------- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - --~~----------·
zas entre Estados y el arbitraje de una asam- el espíritu de Hegel, estos textos no son
blea (el «Senado europeo») deberían ser exclusivamente escritos sobre la religión
capaces de prevenir Jos conflictos y de ase- o sobre la filosofía de la religión; son tam-
gurar la •<felicidad pública>>. 8 abate de Saint- bién textos de lógica que tratan sobre la
Pierre es en efecto un humanista, cuyo fin cuestión de la demostración.
último es la felicidad de los hombres. Las dos primeras conferencias, titula-
La obra disfrutó en su tiempo de una das «Fe y conocimiento», se centran esen-
celebridad que contrasta con el olvido en cialmente en el examen de la posibilidad
que ha caído hoy en día. 8 abate de Saint- racional de una prueba de tipo lógico apli-
Pierre gozó, junto con muchos otros, del cada a un problema como el de la exis-
ambiguo privilegio de haber suscitado la tencia de Dios. Las dos conferencias
critica de los más grandes nombres de la siguientes tocan la cuestión de la fe y del
filosofía, sin los cuales estaría completa- valor del sentimiento que ésta produce
mente olvidado. Rousseau escribió un desde el punto de vista del saber. La quin-
Extracto y un Juicio del proyecto de paz ta conferencia pone el acento sobre la
perpetua. Johann Gottfried Herder lo cri- posibilidad de un conocimiento real de
ticó en sus Cartas para el progreso de la Dios, mientras que la sexta muestra cómo
humanidad (1793-1797). Kant, final- la existencia de Dios es demostrada por
mente, se inspiró en él para la obra que pruebas metafísicas y no históricas.
lleva el mismo título, aunque, menos ambi- A partir de la séptima conferencia, •El
ciosa, no se orienta hacia la felicidad total concepto especulativo>>, es cuando Hegel
y definitiva de la humanidad. En un tiem- hace intervenir en su exposición los prin-
po en que nuestros gobernantes buscan la cipales conceptos extraídos de su propia
via de un «nuevo orden mondial>> (es decir, lógica, aplicándolos al examen de las prue-
el camino que permita salir del desorden), bas tradicionales de la existencia de Dios.
el Proyecto de paz perpetua es sin duda El objetivo general de Hegel a través de
merecedor de una nueva lectura. las conferencias que siguen es el de mani-
festar el movimiento del pensamiento por
Edición: Projet de paix perpétuelle, col. el cual el espíritu se eleva a Dios, movi-
«Les Classiques de la politique», Garnier, miento del que subraya su carácter dia-
1981.
Estudio: S. Goyard-Fabre, presentación del léctico. Hegel afirma finalmente, en la últi-
texto en la edición citada. ma conferencia, la superioridad de su
sistema respecto a los sistemas filosóficos
panteístas o «de la sustancialidad», y con-
cretamente respecto al de Spinoza.
PRUEBAS DE LA EXISTENCIA DE
DIOS (LAS), Vorlesungen über die Edición: Las pruebas de la existencia de
Beweise uom Dasein Gottes, 1840. Dios (tr. A. Garzón del Camino), México,
Alameda, 1955.
GEORG WILHELM FRIEDRICH HEGEL, 1770- Estudio: G. Fessard, Hegel, le christianis-
1831. me et /'histoire, P.U.F., 1990.
da» habría merecido sin duda la aproba- Edición: Psychology from the standpoint
ción de Reich. of a behauiorist, 3.• ed., Lippincott, Fila-
De todos los libros escritos por Wil- delfia, 1919, 3.•ed. 1929.
Estudios: W. S. Sahakian, Historia y siste-
helm Reich, La psicología de masas del mas de la psicología (tr. A. Sánchez), Tec-
fascismo es hoy sin duda la más viva. Ha nos, 1987; M. H. Marx y W. A. Hillix, Sis-
inspirado numerosos análisis y ha influi- temas y teorías psicológicos contemporáneos
do en la práctica de movimientos de con- (tr. J. Colapinto), cap. Vll, Buenos Aires, Pai-
dós, 1972.
testación y de lucha contra el fascismo.
La noción surgida en el sesenta y ocho
de «fascismo cotidiano», por ejemplo, ha
salido directamente de ella.
PSICOLOGÍA DESDE EL PUNTO DE
Edición: Psicología de masas del fascismo VISTA EMPÍRICO, Psychologie vom
(tr. R. Bein), Bruguera, 1980. empirischen Standpunkt, 1874.
Estudio: C. Sinelnikoff, L'Oeuure de Wil- FRANZ BRENTANO, 1838-1917.
helm Reich, Maspero, 1970.
Como anuncia el título, es ciertamen-
te un punto de vista empírico el que adop-
ta aquí Brentano. La psicología, defini-
PSICOLOGÍA DESDE EL PUNTO DE da primeramente como ciencia del alma,
VISTA DE UN CONDUCTISTA, Psy- y después como ciencia de los fenóme-
chology from the Standpoint of a Beha- nos psíquicos, reposa sobre la experien-
uiorist, 1919. cia, con el mismo derecho que las cien-
JOHN BROADUS WATSON, 1878-1958. cias de la naturaleza. Mas la determinación
inductiva de las propiedades más gene-
Queriendo hacer de la psicología una rales no presupone el conocimiento de
«rama puramente experimental de las los casos particulares.
ciencias naturales••, John B. Watson res-
tringe su estudio a las relaciones entre Edición: Psicología, Revista de Occidente,
los acontecimientos del entorno Oos estí- 1935.
Estudio: L. Gilson, La psychologie des-
mulos) y el comportamiento de los ani- criptive selon Franz Brentano, Vrin, 1955.
males y de los hombres (sus reacciones,
sus respuestas a los estímulos). El autor
sistematiza aquí el punto de vista hecho
público en su obra de 1914, El com- PSICOLOGÍA Y ALQUIMIA, Psycho-
portamiento: una introducción a la psi- logie und Alchemie, 1944.
cología comparada. CARL GUSTAV JUNG, 1875-1961.
El examen se centra en las acciones
observables en los organismos. El orga- Esta obra retoma el texto, ampliamente
nismo «responde» a las solicitaciones de corregido y aumentado por su autor, de
los estímulos ambientales. Mientras que dos conferencias pronunciadas en 1935-
la ciencia de la conciencia no era accesi- 1936. El paralelo que Jung establece aquí
ble más que por el método introspectivo, entre la psicología y la alquimia nace de
la psicología del comportamiento es una la confrontación entre su experiencia clí-
ciencia que dispone de un método obje- nica del psicoanálisis y el estudio amplio
tivo aplicable a datos que son accesibles y minucioso de los símbolos y prácticas
a muchos observadores. que los alquimistas habían utilizado. Así,
Watson ha sido la figura dominante del el autor se aplica a mostrar que el hom-
conductismo clásico. A partir de 1930 bre se ha servido de la alquimia no sólo
comienza el neoconductismo con Clark para afrontar los enigmas de la materia,
L. Hull, que privilegia la teoría de un com- sino también los enigmas -más acu-
portamiento de adaptación. ciantes- de su propio espíritu.
,---------------------------------------
Edición: Psicología y alquimia (tr. A Sabri- son objeto de un examen crítico severo,
do), Plazas Janés, 1989. al igual que las técnicas de exploración.
Estudio: E. Perrot, La Voie de la transfor- Así, no hay en Jaspers rastro de induc-
mation d'apres Carl Gustav Jung et l'al-
chimie, La Fontaine de Pierre, 1980. ción arbitraria de lo particular a lo gene-
ral; y del estudio de un caso específico no
concluye la realidad necesaria de una ley
universal. En efecto, el autor subraya aquí
PSICOPATOLOGÍA DE LA VIDA el carácter irreductible de todo ser huma-
COTIDIANA, Zur Psychopathologie des no, aunque sea un enfermo, y su condi-
Alltagslebens, 1901. ción fundamentalmente inabarcable.
S!GMUND FREUD, 1856-1939. Así supo aliar el autor la prioridad de
la razón en la investigación médica con
En este ensayo muestra Freud que los una concepción profundamente respe-
actos fallidos, los lapsus, no son simple- tuosa del hombre y de su misterio. Jas-
mente el resultado de un funcionamiento pers ha sabido ganarse sin duda un lugar
defectuoso del mecanismo psíquico, sino entre los filósofos en virtud de la irrecu-
que son actos psíquicos completos cuyo sable objetividad de su reflexión. Un día,
estudio puede tener una dimensión pro- en el seno de un círculo médico, pronun-
funda. 8 autor interpreta en efecto los actos ció estas palabras: «Los psicólogos deben
aprender a pensar>>.
fallidos como compromisos resultantes de
la concurrencia de dos tendencias o inten- Edición: Psicopatología general (tr. de la
ciones, una manifiesta y otra latente. A tra- 5." ed. alem. por R. O. Saubidet y D. A San-
vés del acto fallido, el individuo resuelve tillán), Buenos Aires, Beta, 1971.
ese conflicto expresando bajo un aspecto Estudio: M. Dufrenne y P. Ricoeur, Karl
deformado la tendencia latente. Jaspers et la philosophie de l'existence, Le
Seuil, 1947.
Edición: Psicopatología de la vida cotidiana
(tr. L. López-Ballesteros), en Obras com-
pletas, t. III, Biblioteca Nueva, 1969.
Estudio: P.-L. Asson, Le Freudisme, col. PSIQUIATRÍA Y ANTIPSIQUIATRÍA,
«Que sais-je?», P.U.F., 1990. Psychiatry and Anti-Psychiatry, 1967.
DAVID GRAHAM COOPER, 1931-1986.
Q
¿QUÉ ES LA FENOMENOLOGÍA?, teoría de lo subjetivo, porque disipa la ilu-
Was ist Phiinomeno/ogie?, 1965-1985. sión subjetiva que se revela entonces como
JAN PATOCKA, 1907-1977. ilusión trascendental de la reflexividad
absoluta. «Así llevada a su conclusión, la
Compuesta de siete artículos, el último epoché [... ]conduce a un a priori [... )que
de los cuales le da el título, esta obra inten- hace posible la relación a sí, estructura
ta, después de haber mostrado el subjeti- ontológica sin la cual ningún aparecer
vismo de la fenomenología de Husserl, sería posible.>> Para Jan Patocka la «yoi-
establecer la necesidad de una fenome- dad» no es central más que en tanto cen-
nología asubjetiva. El primer texto pro- tro de organización del mundo. En esta
pone una concepción nueva del espacio: medida, el mundo es subjetivo como
«el espacio íntimo, estructura del "yo-tú- «aquello con lo que el sujeto se relaciona
eso"», concepción que se corresponde como horizonte de su comprehensión>>.
con una fenomenología de los pronom- El séptimo texto toma esta radicalización
bres personales. El segundo texto, tras de la epoché en su distinción con la reduc-
una introducción a la fenomenología de ción a una esfera de inmanencia, con oca-
Husserl, subraya que «la presencia del otro sión de una confrontación con Husserl y
en mí es asubjetiva». La presencia del otro Heidegger. Si se interpreta a la epoché
es coextensiva al mundo, lo que lleva a con una óptica heideggeriana como des-
Patocka a conceder, en el tercer texto, la viación de la mirada del ente en favor del
prioridad original al mundo, como lugar ser, entonces se abre al ser de todo ente,
del sentido común fenomenológico. Los incluido el del sujeto.
textos cuarto y quinto afirman que no sola- Jan Patocka pertenece a la segunda
mente es posible una fenomenología asub- generación de fenomenólogos que leye-
jetiva, sino que es también necesaria, sien- ron y comentaron a Husserl, a veces a
do el sum del cogito originariamente la luz de los análisis de Heidegger. Su
asubjetivo. El autor pretende en efecto obra, fragmentaria y dispersa, ofrece sin
liberarse del carácter cerrado de la repre- embargo mucho más que una exégesis de
sentación en la concepción husserliana. Husserl y de Heidegger: una verdadera
En el texto seis radicaliza la epoché interrogación, un real camino en el sen-
hasta concebirla como suspensión de las tido de una praxis fenomenológica, que
representaciones y los pensamientos, mas le confieren un papel complejo y un lugar
también del ego que parece ser su por- original en la genealogía del movimien-
tador. Esta radicalización prohíbe toda to fenomenológico.
[527]
-l
Edición: Qu'est-ce que la phéno¡nenolo- túa son aleatorios y no son fruto de la sim-
gie? (tr. E. Abrams), col., «Krisis>>, Ed. Jéro- ple voluntad de su autor. Al igual que un
me Millon, 1988. _ automovilista no está nunca seguro de lle-
Estudio: Jean Patoeka, especial de Etu-
des phénoménologiques, n. 1, Ousia,
0 gar siempre, ni siquiera directamente, a
1985. su destino, así un filósofo no está jamás
seguro, en el juego de los conceptos, de
no ser juguete de ellos y verse conducido
por caminos que no había sospechado.
¿QUÉ ES LA FILOSOFÍA?, Qu'est-ce He aquí la razón de que la filosofía no sea
que la philosophie?, 1991. una autopista rectilínea enteramente orien-
GILlES DElEUZE, 1925-1995, y PIERRE H- tada hacia el progreso y de que tan a
LIX GUATIARI, 1930-1992. menudo se asemeje a un intrincado veri-
cueto: «[ ... ]la filosofía está en estado de
La tesis inicial de esta obra es la ree- digresión o digresividad perpetua.»
laboración de una tesis ya largamente sos- A partir de aquí, se trata de pensar la
tenida por Giles Deleuze: la filosofía es escena sobre la cual Jos conceptos, eri-
producción y creación de conceptos. Cada gidos por los autores en «personajes con-
filósofo crea un concepto y a veces varios ceptuales», van a jugar y a ser manipula-
que se articulan entre sí según modali- dos; la figura del personaje conceptual es
dades que este libro pretende explicar. La fecunda y ambigua: todo concepto impor-
definición de la filosofía como creación tante es en efecto personificado en la his-
de conceptos permite a los autores dis- toria de la filosofía (el cogito cartesiano,
tinguir esta disciplina de las ciencias y el espacio/tiempo kantiano, el esfuerzo
de las artes: «De las frases o de un equi- de Maine de Biran, etc.), mas también
valente, la filosofía extrae conceptos[ ... ], hay personajes que son en sí mismos con-
mientras que la ciencia extrae aspectos ceptos: Calicles por ejemplo.
[... ]y el arte extrae perceptos y afectos.>> Esta pieza posee una unidad de lugar
Toda la segunda parte del libro será dedi- a la que se llamará «plan de inmanencia>>
cada a la determinación de esta distinción para insistir en la ausencia de influencia
filosofía/ciencia/arte a partir de la dis- determinante desde el exterior: es de sí
tinción concepto/aspecto/afecto. mismo de donde el filósofo extrae la nece-
En la primera parte se estudia la filo- sidad de crear nuevos conceptos, y de la
sofía en sí misma, comenzando por el reorganización interna de su propio pen-
estudio del concepto, y en particular del samiento de donde obtiene esta sustancia.
cogito cartesiano tomado como modelo Así, la filosofía nació efectivamente en la
conceptual. La invención conceptual de Antigüedad, en Grecia, mas ese cuadro
Descartes -pues todo filósofo inventa al histórico, social y cultural no es más que
menos un concepto tal que conduzca a un preámbulo a la constitución de un plan
pensar de manera diferente al filósofo que de inmanencia, suerte de telón de fondo
lo ha precedido o a los que lo rodean- tejido por esos actores-realizadores que
es el cogito, y todo su sistema de pensa- son los filósofos, ante el que se va a repre-
miento está desde entonces coloreado por sentar el teatro conceptual. «Para que
ese nuevo concepto. Lo que entonces naciera la filosofía, fue necesario un
se trata de pensar es la relación que los encuentro entre el medio griego y el plan
conceptos mantienen entre sí, sea en el de inmanencia del pensamiento.» Por esta
interior de un mismo sistema, sea entre razón, si es preciso elegir entre la historia
diferentes sistemas; y para pensar esta y su razón determinante y la geografía y
figura topológica, los autores han recu- su razón contingente, es por esta última
rrido a la metáfora del «puente móvil>>, que por la que Deleuze y Guattari explican el
puede ser a la vez encrucijada, rodeo, ato- nacimiento de la filosofía, lo cual los con-
lladero, etc. Hay comunicación intercon- duce a edificar una «geofilosofía». El filó-
ceptual, mas los modos en que se efec- sofo-geógrafo visitará así los territorios de
529 ¿QUÉ ES METAFÍSICA?
[533]
RAZÓN DE LOS CASTIGOS YLAS RECOMPENSAS (LA) 534
ción, de una parte, por la proyección, de Este libro lúcido e innovador está ani-
otra. La proyección es lo que el individuo mado de un espíritu vivificante.
pone en el mundo, las ilusiones, las qui-
meras del espíritu que coloca sobre el obje- Edición: La rebelión de las masas, en Obras
completas, t. IV, Alianza/Revista de Occi-
to y que impiden con mucha frecuencia dente, 1983.
la percepción. La proyección vela, modi- Estudio: J. Marias, Ortega. Las trayecto·
fica, distorsiona la percepción; puede rias, Alianza, 1983, pp. 240-263; A. Guy,
incluso anularla para ocupar su lugar. Estas Ortega y Gasset, Seghers, 1969.
proyecciones son tanto más tenaces cuan-
do su origen es el inconsciente.
Otra noción estudiada en este texto es
la del arquetipo, esto es, una estructura RECIPROCIDAD DE LAS CONCIEN-
mental innata. Es una especie de <<Gestalt>> CIAS (LA). Ensayo sobre la naturale-
(forma), una suerte de imagen del instinto. za de la persona, La réciprocité des
Estos arquetipos forman la estructura de consciences. Essai sur la nature de la
base del individuo. Mas el plan arquetípi- personne, 1942.
co del ser no es inmutable. Es un plan vivien- MAURICE NÉDONCELLE, 1905-1976.
te, que evoluciona con la edad del sujeto.
La reflexión de Nédoncelle reposa en
Edición: Realidad del alma, Buenos Aires, la ambigua noción de <<persona»: a la vez
Losada, 1940. fundamento y presencia. Como funda-
Estudio: J. Jacobi, La psicología de C. G. mento, es para el autor garantía de liber-
Jung (tr. J. M. Sacristán), Espasa-Calpe, tad; como presencia, significa, en una
1963.
perspectiva personalista, esa presencia
en sí del sujeto que se realiza en la comu-
nicación profunda con el otro. Así, la iden-
tidad personal se construye en el encuen-
REBELIÓN DE LAS MASAS (LA), tro y la reciprocidad espiritual con
1930. personas individualizadas y heterogéne-
JOSÉ ORTEGA y GASSET, 1883-1955. as; esta comunión de dos identidades con-
duce a la emergencia de una identidad
Hay que esperar al último capítulo de nueva llamada «identidad heterogénea».
esta obra moral y política para ver enun- Es en una perspectiva cristiana don-
ciada la tesis de su autor: "Europa se ha de Nédoncelle descubre la necesidad de
quedado sin moral». Porque <<el hombre- relación de las conciencias, donde el otro,
masa» no quiere someterse a una moral: criatura de Dios, deviene un yo ideal.
no busca más que su placer y olvida todos
sus deberes. Edición: La réciprocité des consciences,
La obra destaca las ventajas consegui- Aubier-Montaigne, 1942.
das por la civilización europea, como el Estudio: J. Lacroix, Le Personnalisme com-
me anti-idéologie, P.U.F., 1972.
aumento de las expectativas de vida, pero
que hoy día se encuentran amenazadas.
El peligro mayor sigue siendo el Estado,
hasta cuando, por un sí o un no, inter- RECUERDO INFANTIL DE LEONAR-
vienen las masas de la única manera que DO DA VINCI (UN), Eine Kindheitse-
saben hacerlo: violentamente. Una cues- rinnerung des Leonardo da Vinci, 1910.
tión fundamental se plantea al final del SIGMUND FREUD, 1856-1939.
examen: «¿De qué insuficiencias radicales
adolece la cultura europea?» Y si el mun- En las • Cinco lecciones sobre el psi-
do no marcha como debería hacerlo, coanálisis (1909), recordaba Freud que
¿quién es el responsable? O dicho de otro la interpretación psicoanalítica se aplica
modo: "¿Quién gobierna el mundo?» también a los sueños, a los actos fallidos,
537 REFLEXIONES SOBRE LAS CAUSAS DE LA LIBERTAD YDE LA OPRESIÓN SOCIAL
do como mayor en la obra de Weil, es les mantengan la misma actitud mental que
tanto realista como visionario. En él se el sabio ante las ciencias exactas, y que
anuncian también las preocupaciones que renuncien a la idea de que los hechos socia-
asaltarán a Simone Weil en los años cua- les pueden ser directamente inteligibles
renta: la reflexión sobre Dios y su con- para el observador. La célebre proposición
versión del judaísmo al catolicismo (-+ La que preside esta obra y que dice que hay
gravedad y la gracia, 1947). que «considerar a los hechos sociales como
cosas», no ha sido siempre bien entendida
Edición: Reflexiones sobre las causas de y aún hoy sigue dando lugar a contrasen-
la libertad y de la opresión social (tr. C. tidos. Al afirmar que los «hechos sociales»
Revilla), Paidós, 1995.
Estudio: M. Veti:i, La Métaphysique reli- tienen una existencia objetiva, Durkheim
gieuse de Simone Weil, Vrin, 1971. pretende mostrar que la sociología satis-
face el requisito de toda ciencia, en la medi-
da en que ella tiene efectivamente un obje-
to de estudio propio que ni la biología, ni
REFUTACIONES SOFÍSTICAS. la psicología, ni la historia, y menos aún la
ARISTÓTELES. filosofía, sabrían atender.
Véase ORGANON. Sin embargo la ambigüedad -y la
riqueza- de las Reglas del método socio-
lógico no ha desaparecido. En efecto,
Durkheim no se limita a proponer sola-
REGlAS DEL MÉTODO SOCIOLÓGI- mente la idea de una determinación del
CO (LAS), Les regles de la méthode individuo por lo social, como tampoco la
sociologique, 1895. simple concepción de la sociología como
ÉMILE DURKHEIM, 1858-1917. ciencia exacta. La relación individuo/socie-
dad está efectivamente incluida de mane-
Este libro, cuyo título evoca dos obras ra compleja. Cierto que el individuo no es
de Descartes, describe la especificidad el centro ni la fuente de toda realidad, mas
de la sociología y define el método pro- los grupos y las sociedades no están por
pio de esta disciplina. Es un manifiesto ello menos formados de individuos que
destinado a establecer, por vez primera son a la vez portadores y garantes de la
sobre bases seguras y claras, la nueva sociedad; es pues legítimo pensar, con
ciencia. Georges Davy, que «la sociedad puede muy
Lejos de tener acceso al conocimien- bien ser exterior a los individuos en un sen-
to de sí, el individuo, afirman las Reglas, tido y distinta de ellos, aunque no puede
estaría dado al mundo anterior y exte- existir más que por ellos». Por otra par-
riormente a toda experiencia de sí mis- te, y en la línea de Auguste Comte, Durk-
mo y en estrecha dependencia de la socie- heim no concibe a la sociología como una
dad a la cual pertenece. La intención de pura descripción: a imagen de la biolo-
Durkheim es realizar así una doble críti- gía médica, se le aparece capaz de diag-
ca: crítica del innatismo cartesiano y del nosticar la salud y la enfermedad de las
método de introspección al que perma- sociedades. La ciencia social puede enton-
nece ligada la filosofía del conocimien- ces «servir para la dirección de la con-
to, y crítica del idealismo moral que fun- ducta», lo que equivale a decir que no es
da sus principios en la autonomía del extraña a la moral.
sujeto. Se trata de tomar acta del hecho Durkheim no obtuvo con este libro,
de que la sociedad precede al individuo, cuyas implicaciones filosóficas y episte-
que el contrato social es una teoría sin mológicas siguen siendo considerables,
fundamento y que el todo no es reduci- un éxito fácil: no se perdió ocasión de
ble a la suma de sus partes. oponer a las reglas metodológicas aquí
En consecuencia, conviene prescribir a expuestas el espiritualismo que despren-
los sociólogos que frente a los hechos socia- den algunas de sus otras obras.
539 RELACIONES ENTRE EL YO YEL INCONSCIENTE (LAS)
Edición: Las reglas del método sociológi- pondrán finalmente de manera tal que cono-
co (tr. S. González Noriega), Alianza, 1988. ciendo el primer término y la razón de la
Estudios: R. Aron, Las etapas del pensa- serie, pueda reconstruirse la serie entera;
miento sociológico (tr. A. Leal), vol. Il, Bue-
nos Aires, ~iglo Veinte, 1970, pp. 21-123; tal es el caso para la serie de una progre-
S. Lukes, Emile Durkheim. Su vida y su sión aritmética o geométrica que carece de
obra, Centro de Investigaciones Sociológi- algunos términos: pueden ser fácilmente
cas, 1984; J.-A. Prades, Durkheim, col. descubiertos gracias a la razón de la serie
«Que sais-je?», P.U.F., 1990. y a partir de los términos conocidos.
Lo que las Regulae buscan extender a
todas las ciencias no es tanto el método
de las matemáticas como su certeza. Pero
REGLAS PARA LA DIRECCIÓN DEL Descartes no encuentra certeza más que
ESPÍRITU, Regulae ad directionem en la matemática.
ingenii, 1701.
RENÉ DESCARTES, 1596-1650. Edición: Reglas para la dirección del espí-
ritu (tr. J. M. Navarro Cordón), Alianza,
Escrito en 1628, este tratado, que que- 1995.
dó sin acabar, no será publicado hasta Estudio: B. Williams, Descartes: el proyecto
de la investigación pura (tr. J. Coll), Cáte-
1701; mas, encontrado a la muerte de dra, 1996.
Descartes entre los papeles de Estocol-
mo, fue conocido bien pronto por Leib-
niz, Nicole, Amauld, y recuperado en la
segunda edición de la -+ Lógica de Port RELACIONES ENTRE EL YO Y EL
Royal. INCONSCIENTE (lAS), Die Beziehun-
Las Regulae están compuestas de una gen zwischen dem !eh und dem Unbe-
exposición general del método cartesia- wussten, 1928.
no y de consideraciones muy precisas sobre CARL GUSTAV JUNG, 1875-1961.
el álgebra y el análisis: al abordarlas, con-
viene por tanto plantear el problema de la Este libro se divide en dos partes
relación entre las matemáticas y el méto- importantes. La primera lleva por títu-
do. Es sabido que Descartes afirma que su lo Los efectos del inconsciente sobre
método es universal, que es aplicable a el consciente y el segundo La indivi-
todas las cuestiones, comprendidas las que duación.
surgen de la metafísica. Mas, en este tex- En esta obra esencial desarrolla Jung
to, el vinculo del método cartesiano con su teoría del inconsciente colectivo, que
una ciencia particular -la ciencia mate- comporta factores impersonales y colec-
mática- parece tan extremadamente estre- tivos bajo la forma de categorías hereda-
cho que cabe preguntarse si este método das y de arquetipos. Por otra parte, Jung
no es más que una simple generalización define la •<persona» como fragmento de la
de las matemáticas. Lo que en efecto se psique colectiva cuya realización cuesta
impone en él es la idea de un orden úni- a menudo grandes esfuerzos. Este térmi-
co, análogo al orden matemático. no latino expresa muy acertadamente lo
Cualquiera que sea el problema a tratar, que debe significar, puesto que original-
será preciso reducir las proposiciones oscu- mente la •persona» designaba la másca-
ras a las proposiciones simples de las que ra que llevaba el comediante e indicaba el
aquéllas están compuestas. Igualmente papel que desempeñaba en escena. Así,
habrá que examinar el enunciado del pro- la persona no es más que una máscara,
blema para «enumerar>• sus diferentes tér- que a la vez disimula una parte de la psi-
minos, para separar los conocidos de los que colectiva de la que está constituida, y
desconocidos. A continuación habrá que produce la ilusión de la individualidad; una
poner en orden esos términos y esforzar- máscara que hace pensar, a los otros y a
se en descubrir la razón de su serie. Se dis- sí misma, que el ser en cuestión es indi-
RELACIONES ENTRE LO FÍSICO YLO MORAL DEL HOMBRE 540
vidual, mientras que en el fondo está jugan- gos», reanuda la inspiración sensualista
do simplemente un rol a través del cual se de Condillac y le añade una dimensión:
expresan las características y los impera- la sensibilidad interna (Condillac no se
tivos de la psique colectiva. preocupó efectivamente más que de las
En la segunda parte, Jung introduce sensaciones venidas del exterior). La Rela-
la distinción entre el <<animan y el «ani- ciones deducen así de consideraciones
musn. ,,fisiológicas» el conocimiento de lo <<moral»
En la psicología analítica de Jung, el ani- del hombre (intelecto, voluntad).
ma designa la parte inconsciente de la per-
sonalidad masculina constituida por cuali- Edición: Rapports du physique et du moral
dades femeninas. Cuanto más viril es un de /'homme, Slaktine, 1980.
Estudio: G. Gusdorf, La conscience révo-
hombre, más femenina es su anima, lo lutionnaire, les ldéologues, Payot, 1978.
que le llevará a mostrarse sensible al sexo
opuesto. Esta bisexualidad psíquica es refle-
jo de la bisexualidad de los seres humanos.
Y correlativamente, el animus, en la ter- RElATIVIDAD ONTOLÓGICA Y OlROS
minología jungiana, es la personificación ENSAYOS (lA), Ontological Relativity and
de la naturaleza masculina de una parte del other Essays, 1969.
inconsciente de la mujer. El animus se WILLARD VAN ÜRMAN QUINE, nacido en
manifiesta en los sueños y fantasías indi- 1908.
viduales bajo la forma del amante ideal.
Cada mujer lleva así en su interior una ima- Publicado juntamente con otros impor-
gen del hombre, que ella proyecta incons- tantes ensayos, como <<Naturalización de
cientemente sobre el ser amado. la epistemología» y <<Existencia y cuanti-
Hay otro punto desarrrollado por ficación», La relatividad ontológica esta-
Jung en esta obra: la personalidad blece que, tomadas absolutamente, las
<<mana••, dotada de un poderoso poten- cuestiones de la ontología no tienen sen-
cial oculto -precisamente el mana-, tido. Una teoría se interpreta siempre en
que confiere fuerzas y conocimientos función de otra teoría subyacente. La rela-
mágicos. Jung hace evidente el juego tividad de la ontología corre así pareja
dinámico que tiene lugar entre el Yo y con la imposibilidad de escrutar la refe-
el inconsciente, a imagen del flujo y reflu- rencia.
jo de la vida.
Edición: La relatividad ontológica y otros
Edición: Las relaciones entre el yo y el ensayos (tr. M. Garrido y J. Blasco), Tecnos,
inconsciente (tr. J. Balderrama), Paidós, 1974.
1993. Estudio: P. Gochet, Quíne en perspectíve.
Estudio: J. Jacobi, La psicología de C. G. Essaí de phílosophie comparée, Flamma-
Jung, Espasa-Calpe, 1976; F. Fordham, rion, 1978.
Introduction d la psychologie de Jung, !ma-
go, 1979.
Para comprender este libro hay que Edición: La religión dentro de los límites
partir de la definición que Kant propo- de la simple razón (tr. F. Martínez Marzoa),
ne de la religión: «el conocimiento de Alianza, 1969.
Estudios: E. Cassirer, Kant: vida y doctri-
todos nuestros deberes como manda- na (tr. W. Roces), Fondo de Cultura Eco-
mientos divinos». La religión está así nómica, 1993; J.-L. Bruch, La philosophie
explícitamente subordinada a la moral, religieuse de Kant, Aubier-Montaigne, 1968.
y Kant se cuenta entre los adeptos, innu-
merables en la época de las Luces, de
una religión natural (razón por la cual no
propone ninguna prueba de la existen- RELIGIÓN Y CIENCIA, Religion and
cia de Dios). De hecho, Kant acierta difí- science, 1935.
cilmente a conciliar su compromiso BERTRAND RUSSELL, 1872-1970.
-al menos verbal- con el luteranismo
y su fidelidad al espíritu de la Aufkla- Para Russell, la ciencia ha estado siem-
rung. Porque el deísmo kantiano, muy pre en guerra contra la religión, incluso
orientado hacia la esperanza, no se aco- aunque los hombres de ciencia no tomen
moda apenas con las imágenes terrorí- directamente parte en este combate.
ficas o pesimistas del dogma: el Dios ven- Sobre puntos tan sensibles como la
gador, el pecado original. Este último es astronomía, la evolución de las especies
reemplazado por la idea de un «mal radi- o la medicina, el método científico ha veni-
cal», que se desprende de la naturaleza do a poner fin a las supersticiones de
sensible del hombre, naturaleza que lo orden religioso. La difusión de la menta-
expone a la tentación de infringir su lidad científica no solamente ha permiti-
deber; mas este mal radical no es una do aproximarse siempre más a la verdad,
condenación, pues, por el contrario, esti- sino que ha contribuido igualmente a
mula en él la vida moral. A la Iglesia de mejorar las condiciones de vida de los
la revelación, Kant prefiere la comuni- hombres. Así, el autor apela al «espíritu
dad de los hombres de buena voluntad. científico» para luchar eficazmente con-
Fiel al espíritu de las Luces, Kant niega tra la religión y los diversos fanatismos
a las Iglesias una verdadera autoridad; que engendra.
nadie puede exigir de la razón que se
incline ante algo. Edición: Religión y ciencia (tr. S. Ramos),
La ley moral tiene absoluta primacía Fondo de Cultura Económica, 1956.
Estudio: A. Wood, Bertrand Russell, el
sobre todo. Es por relación a ella como escéptico apasionado (tr. J. García Puente),
las grandes figuras religiosas adquieren su Aguilar, 1967.
valor. Para Kant, por ejemplo, Cristo es
un «profesor de moral"; no era, en último
término, más que un «hombre agradable
a Dios>>. No es difícil calibrar el alcance REPETICIÓN (LA). Ensayo de expe-
de semejantes fórmulas. Cabría en efec- riencia psicológica, Gjentagelsen. Et
to concluir, un poco prematuramente, Forsog i den experimenterende Psy-
que la religión no es para Kant más que chologi, 1843.
la «sirviente de la moral»; para ello bas- SOREN AABYE K!ERKEGAARD, 1813-1855.
taría con considerar que la religión ha per-
mitido a la humanidad aprender rápida- Íntimamente ligada a la ruptura de com-
mente lecciones que a la razón le habría promiso de Kierkegaard, esta obra se pre-
costado bastante más tiempo en hacér- senta más como relato novelado o novela
selas comprender. epistolar que como un estudio conceptual.
El estilo de la obra. pesado a menudo, En ella desarrolla Kierkegaard la noción de
podrá dificultar la marcha de la lectura. «repetición» (Gjentagelsen, que se tradu-
Se echa aquí en falta la claridad de los ce también por <<recuperación,), entendiendo
bellos períodos latinos de las • Críticas. por ello el compromiso matrimonial. Pero
REPRODUCCIÓN (LA) 542
fuera de este aspecto autobiografico, es lar a los hijos de las clases dominadas.
toda una concepción del tiempo y de la El instrumento privilegiado de esta selec-
existencia humana lo que Kierkegaard pre- ción es el lenguaje, del que disponen muy
tende aquí trazar. desigualmente los niños extraídos de cate-
La repetición es <<experimental», como gorías sociales diferentes. Para acceder a
lo indica el subtítulo de la obra. Uno vuel- las filas de la excelencia, es preciso por
ve a apropiarse lo que ya ha vivido. Pero tanto poseer un «capital lingüístico ren-
el alcance de esta experiencia es religioso table»; el mismo que poseen los «here-
en Kierkegaard. En efecto, el instante no deros» (véase el libro de Bourdieu y Pas-
es ya tomado como un átomo del tiempo seron que lleva este mismo título). El
que se desliza y se desvanece, sino como habitus de los actores sociales del siste-
el átomo de una eternidad sin corrupción. ma permite a éste funcionar en contra de
El instante es lo que nos permite instalar- las convicciones ideológicas de aquéllos
nos en lo permanente. La repetición no es (los profesores son más bien «de izquier-
pues la nostalgia del pasado al que tende- da»). La educación escolar se presenta así
rían nuestros deseos, sino, por el contra- como una especie de violencia simbóli-
rio, un impulso hacia el más allá del tiem- ca e institucional. Al mismo tiempo que
po. Conviene discernir en lo que el hombre las desigualdades, la escuela reproduce
hace, dice o piensa aquéllo que lo com- también los esquemas ideológicos que las
promete para siempre. La repetición es la justifican.
permanencia eterna de lo que ha sido y lo
que siempre será. Ella nos responsabiliza Edición: La reproduction. Éléments d;u-
ne théorie du systéme d'enseignement, Ed.
ante la comunidad de los hombres y ante de Minuit, 1970.
Dios. Estudios: J. Lechte, 50 pensadores con-
Kierkegaard propone una concepción temporáneos esenciales (tr. M.• L. Rodrí-
del tiempo original, muy alejada de la de guez Tapia), Cátedra, 1996, pp. 69-74; P.
Kant y sus sucesores, que ha marcado Ansart, Les sociologues contemporaines,
Le Seuil, 1990.
profundamente a la corriente existencia-
lista, tanto atea como cristiana.
'Arabl había expuesto en su Libro de las que Trotski califica de «cabriola ideológi-
teofanías, un ensayo de juventud que ha ca••, lo que provocó la escritura de este
inspirado todo su pensamiento filosófico libro. Trotski reexamina en él sus anti-
e iniciado la misión que el autor se había guos textos para responder a todas esas
impuesto: desembarazar a la fe de las falsificaciones y criticas, y para reflexio-
contingencias materiales y reconfortar al nar sobre sus propios errores, refirién-
creyente en cuanto al amor de Dios. Las dose siempre a la actualidad con la mira-
Revelaciones son también un himno al da puesta en Oriente y en la Revolución
amor: amor de Dios por sus criaturas, española.
amor del hombre para con Dios, que lo
ha creado para que reciba e irradie la luz Edición: La revolución permanente {tr. A.
divina, amor universal que sostiene al Nín), Fontamara, 1979.
Estudio: A. Brossat, En los orfgenes de la
mundo y permite la expansión individual. revolución permanente, Siglo XXI, 1976.
El libro, concebido como guía espiritual
para los musulmanes, es uno de los flo-
rones de la filosofía del Islam en gene-
ral y de la mística sufita en particular. REVOLUCIÓN SEXUAL (lA), The Se-
Ibn 'Arabí, contemporáneo de Ave- xual Revolution, 1945.
rroes, está considerado como uno de los WllHELM REICH, 1897-1957.
maestros espirituales del islam, pese a que
su pensamiento, que desarrolla la para- La obra se sitúa en la confluencia del
doja y la contradicción, ha suscitado un marxismo con el psicoanálisis. Es incluso
sinnúmero de polémicas entre los doc- el comienzo de esa corriente llamada freu-
tores de la Ley coránica. domarxismo que alcanzará una cierta cele-
bridad (con Marcuse en concreto}.
Edición: Las iluminaciones de La Meca {tr.
V. Palleja}, Siruela, 1996. Reich, médico comunista, expone las
Estudio: M. Chodkíewicz, Le sceau des consecuencias de la «miseria sexual de las
saints: prophétie el sainteté dans la doc- masas», en particular en el seno de la
trine d'Ibn 'Arabi, Gallimard, 1986. juventud. El autoritarismo burgués y la
moral religiosa están en el origen de una
multitud de prohibiciones, de tabús, de
represiones relativas a la sexualidad: pla-
REVOLUCIÓN PERMANENTE (LA), cer, masturbación, sexualidad preconyu-
La révolution permanente, 1928-1931. gal de los adolescentes, o sea sexualidad
TRDTSKI (Lev Davídovich Bronstein, lla- no procreadora. La interiorización de estos
mado León}, 1879-1940. tabús, la disociación entre un amor «res-
petable>> (bajo sus formas nobles, ideali-
Los puntos esenciales de la tesis de esta zadas, platónicas} y una sexualidad pura-
obra fueron formulados por Trotski, tras mente corporal, desembocan en una
sus lecturas de Marx, antes de 1905 y frustración masiva de consecuencias desas-
se convirtieron rápidamente en origen de trosas. En el primer rango de esas con-
las divergencias entre los bolcheviques y secuencias se encuentran los problemas
los mencheviques. La <<revolución per- de la sexualidad y del orgasmo, a los que
manente» designa una revolución que es siguen diversas formas de desviación de
democrática antes de devenir socialista la sexualidad (pornografía, violación real
y que, por su internacionalismo, se opo- o imaginada, prostitución ... ).
ne al socialismo nacional, que permane- Estas frustraciones sexuales proyec-
ce aislado. Atacado a menudo por Sta- tan también sus efectos en el plano social:
lin y Lenin en sus escritos, Trotski se sintió afianzamiento y generalización del senti-
escandalizado por la falsificación de sus miento de culpabilidad, miedo a la liber-
ideas y de la historia en general. Pero fue tad, inclinación a la resignación --efectos
más específicamente una obra de Radek, explotados por todos los poderes repre-
549 RITOS YLA CONDICIÓN HUMANA (LOS)
sivos-. Al mismo tiempo que el espíritu RISA (LA). Ensayo sobre la significa-
de libertad es recortado, se desarrolla la ción de lo cómico, Le rire. Essai sur
mentalidad retraída del <<pequeño hombre>• la signification du comique, 1900.
descrita en otro lugar por Reich (Escucha, HENRI BERGSON, 1859-1941.
pequeño hombre): mentalidad violenta de
aquél que intenta resolver sus contradic- Bergson emprende aquí la tarea de deter-
ciones psíquicas en la acción y el culto al minar los <<procedimientos de fabricación
jefe (véase igualmente -+ La psicología de de lo cómico». La noción central es la de
masas del fascismo). automatismo: es cómico aquello que hace
Reich ve en la revolución comunista la referencia a un proceso mecánico. Por otra
condición necesaria de la liberación sexual. parte, la risa crea una situación de com-
Pero al mismo tiempo subraya que esta plicidad, lo que la convierte en un gesto
última es indispensable para el triunfo de social: pennite reconducir a la realidad, por
la primera. Porque si no se favorece la medio de la ironía, a aquellos que se olvi-
expansión de la sexualidad y de los carac- dan en sus costumbres, en su orgullo.
teres más sanos, las estructuras psíquicas Existe lo cómico de situación (auto-
del retraimiento conducirán ineludible- matismo), lo cómico de las palabras, don-
mente al autoritarismo. Esto fue lo que de una idea sugiere un sentimiento, y lo
condujo a Reich a aprobar y sostener las cómico del carácter, que se observa en
medidas progresistas de la incipiente revo- los personajes de comedia.
lución soviética en materia de sexualidad, Ubro de análisis conceptual, este estu-
de familia y de costumbres. dio goza también de autoridad en el domi-
nio literario.
Edición: La revolución sexual, Planeta-
Agostini, 1985. Edición: La risa, Espasa-Calpe, 1986.
Estudio: C. Sinelnikoff, L'oeuvre de Wil- Estudio: G. Deleuze, El bergsonismo, Cáte-
helm Reich, Maspero, 1970. dra, 1987.
[551]
SAGRADO YLO PROFANO (LO) 552
La «sagrada Familia>> que contempla este po ciclico marcado por las fiestas y los
panfleto designa al joven hegeliano Bru- ritos.
no Bauer y sus correligionarios. Marx Aunque lo sagrado y lo profano cons-
denuncia su crítica idealista y espiritualis- tituyen dos modos de ser-en-el-mundo
ta de la política, que es resultado según inconciliables, Eliade observa que el hom-
él de una abstracción filosófica nefasta bre no religioso de las sociedades moder-
para la práctica revolucionaria. nas sigue comportándose de manera reli-
Aunque los adversarios que Marx refu- giosa. En las fiestas que acompañan a la
ta aquí no hayan marcado la historia de entrada del nuevo año, en el matrimonio
las ideas, La Sagrada Familia contiene o el nacimiento de un niño, en sus tabú-
las premisas del materialismo histórico es y supersticiones, en los escenarios ini-
marxista. ciáticos que marcan la entrada en la escue-
la o en el ejército, la mayoría de los
Edición: La sagrada familia. La situación hombres «sin religión» perpetúan incons-
de la clase obrera en Inglaterra (tr. P. Sea-
ron y otros), Crítica, 1978. cientemente y bajo una forma degradada
Estudios: L. Kolakowski, Principales corrien- las prácticas cuyo origen y significado son
tes del marxismo, vol. 1: Los fundadores religiosos.
(tr. J. Vigil), Alianza, 1993, cap. VII;
D. Mclellan, Les Jeunes Hégéliens et Karl Edición: Lo sagrado y lo profano (tr. L. Gil
Marx, Payot, 1972. Fernández), Labor, 1988.
Estudio: D. Allen, Mircea Eliade et le phé-
nomime religieux, Payot, 1982.
tamente los objetos (o las cosas) materia- Estudio: Étienne Gi/son et nous, Actes du
les, sino solamente los datos sensibles (sen- colloque sur l'actualité de la pensée d'Etien-
se data). ne Gilson (París, 1979), Vrin, 1980.
Para el autor, no hay que buscar una
respuesta a la cuestión de saber qué tipo
de cosas percibimos, sino más bien des-
prendemos del «argumento de la ilusión» SER Y LA ESENCIA (EL), De ente et
avanzado por Berkeley (caps. 3 a 6) y estu- essentia, o antes de 1254.
diar más de cerca ciertas palabras, como TOMÁS DE AQUINO (Santo), hacia 1225-
«real» (caps. 7 y 8) y «percibiP• (cap. 9). 1274.
Edición: Sentido y percepción (tr. A. Gar- El objetivo de esta obra es dar una defi-
cía Suárez), Tecnos, 1981. nición del «ser>> y de la «esencia». El «ser>•
Estudio: F. Recanati, Les énoncés perfor- abarca cosas o palabras que no tienen
matifs, Éd. de Minuit, 1981. necesariamente realidad; la «esencia», en
cambio, designa elementos que tienen
una realidad, que existen. Entre estos ele-
mentos, hay sustancias simples que están
SER Y LA ESENCIA (EL), L 'Etre et formadas solamente de una cosa (forma
l'essence, 1948. o materia), y sustancias compuestas que
ÉTIENNE G!lSON, 1884-1978. reúnen varias (forma, materia y acciden-
te). Las criaturas angélicas emergen del
La complejidad del problema del ser primer grupo, las criaturas humanas del
y de la existencia proviene del hecho de segundo. Las sustancias simples, aun sien-
que la filosofía moderna, desde Kant do superiores, son menos accesibles a
hasta nuestros días, adolece de confu- nuestro intelecto que las otras.
sión sobre el significado de la palabra El autor, que se remite a Aristóteles,
«ser», y, sobre todo, no acierta a dis- Avicena y Averroes, rompe aquí con el
tinguir claramente la manera según la platonismo cristiano: prueba la existen-
cual un objeto existe como concepto y cia de Dios, forma pura y perfecta, en
la existencia real del objeto (el concep- quien esencia y existencia se identifican.
to de una mesa no es la mesa real). ¿Es Dios está así en la cima a la vez de la exis-
la existencia un atributo, una cualidad tencia y de la esencia.
del objeto existente? Gilson responde
negativamente: la manera según la cual Edición: Le «De ente et essentia" (ed. del
el pensamiento moderno relaciona el texto latino con introducción y comenta-
ser a la existencia, y recíprocamente, se ríos de Rqland-Gosselin), Vrin, 1948. , .
sitúa a su juicio en el origen de las para- Estudio: E. Gilson, El tomismo (tr. F. Mugi-
dojas que impiden «todo uso filosófico ca), Eunsa. Ed.Universidad de Navarra,
1989.
de la noción de ser». El ser y la esen-
cia, publicado en 1948, es decir, cin-
co años después de ~ El ser y la nada
de Sartre, propone una mirada nueva SER Y LA NADA (EL). Ensayo de onto-
sobre el ser, en particular sobre el ser logía fenomenológica, L 'étre et le
tal como lo concibe Tomás de Aquino. néant. Essai d'ontologie phénoméno-
Rompe con la tradición idealista y feno- /ogique, 1943.
menológica para volver a encontrar, JEAN-PAUL SARTRE, 1905-1980.
allende los discursos dialécticos, una
visión más pura y más sana del ser. En 1943 apareció esta obra, la más
célebre de su ilustre autor: Jean-Paul Sar-
Edición: É. Gilson, El ser y la esencia (tr.
L. de Sesma), Buenos Aires, Desclée de Brou- tre. Generalmente, se hace remontar toda
wer, 1951. la historia del existencialismo francés a
......-------------------------------------------- - -
este primer origen: es el punto de parti- [... ].El mozo de café juega con su condi-
da del existencialismo ateo, habiendo naci- ción para realizarla», y Sartre compara
do el existencialismo cristiano en 1927 entonces la actitud del mozo con la de
con el --+ Diario metafísico de Gabriel otros comerciantes. «La condición de éstos
Maree!; los dos libros aparecieron, por lo es toda ella ceremonia, el público les recla-
demás, en la misma editorial (Gallimard) ma que la realicen como ceremonia: está
y en la misma colección: la «Bibliotheque la danza del tendero, la del sastre, la del
des IdéeS>•. tasador, mediante la cual se esfuerzan en
La idea rectora de la obra de Sartre persuadir a sus clientes de que no son más
proviene de Husserl: «Toda conciencia es que un tendero, un sastre, un tasador. Un
conciencia de algo.» Propiamente hablan- tendero perdido en sueños es ofensivo
do, para Sartre no existe en efecto el para el comprador, porque ya no es real-
inconsciente. El hombre debe siempre ser mente un tendero.» El mozo de café y lo
consciente de alguna cosa, y ante todo mismo que él los tres comerciantes se
de sí mismo. Mientras que la materia «cosifican»: devienen cosas en sí, ence-
«resiste», que el objeto «consiste», y que el rrados en la mala fe, incapaces de asumir
animal «subsiste», sólo el hombre existe su existencia, su «ser para sí».
verdaderamente: tiene siempre concien- Sartre cita igualmente la mala fe de la
cia de ser. Es lo que Sartre llama el «ser joven que es cortejada por un hombre y
para sí», en oposición a la materia o a los que intuye perfectamente las intenciones
animales que constituyen el «ser en sí». El que éste abriga a su respecto: «Se atiene
hombre que se niega a tomar concien- sólo a lo que de respetuoso y de discreto
cia de su ser se sumerge en lo que Sar- ofrece la actitud de su compañero. No cap-
tre llama «la mala fe» y en un universo que ta esta conducta como una tentativa de esta-
es el propio de los «sucioS>•. En Sartre, la blecer lo que se llama "primeros contactos"
mala fe consiste en negarse a tomar con- [... ]. Ella desarma [este comportamiento] de
ciencia de sí mismo, y especialmente de su trasfondo sexual, adjudica a los discur-
su libertad. Porque para Sartre, existen- sos y a la conducta de su interlocutor sig-
cia y libertad van a la par: para un hom- nificaciones inmediatas que ella considera
bre, existir es ser libre. El hombre es due- como cualidades objetivaS>> congelándolas
ño siempre de la elección de sus actos: •<en una permanencia cosista». «El hombre
es totalmente responsable. Así dice Sar- que le habla le parece sincero y respetuo-
tre: «El hombre nace libre, responsable so tal y como le parece que la mesa es
y sin excusa.» El que se refugia en malas redonda o cuadrada[ ... ]. Pues ella no se
razones pretextando no haber podido entrega del todo a lo que desea: es pro-
hacer otra cosa, es por tanto un menti- fundamente sensible al deseo que inspira,
roso, un fullero, y un falsificador. En efec- mas el deseo liso y llano la humillarla y le
to, ¡«negarse a elegir es elegir no elegir>•! causarla horror.» Torna pues a la vez su pro-
El hombre tiene, pues, en todo pio cuerpo y la conducta de su pareja como
momento la posibUidad, es decir, la nece- cosas. Son seres en sí. No queda lugar algu-
sidad de elegir su propia via, de elegir los no ni para la conciencia de sí misma (el para
Caminos de la libertad que se abren ante sí), ni para las posibUidades de su libre arbi-
él, y que él aceptará o no seguir según trio, ni para la conciencia de su libertad. Es
que tenga el coraje de asumir sus res- más fuerte que ella, que no puede obrar de
ponsabilidades o prefiera refugiarse tras otro modo. No tiene la libertad -ni por
la mala fe del determinismo. En un ejem- tanto la responsabUidad- de actuar como
plo célebre, Sartre cita el caso de un mozo quisiera. «El rechazo de la libertad no pue-
de café que ejerce su oficio mimetizan- de ser concebido más que como tentativa
do los gestos que debe hacer con pres- de captarse como ser en si.»
teza y agilidad notables. Según Sartre, Así pues, todo ocurre como si el ser
toda su conducta parece un juego. Mas estuviera rodeado por una suerte de <<abra-
¿a qué juega? «Juega a ser mozo de café zadera de nada», estando constituida esa
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nada por las diversas posibilidades -es El conocimiento del otro me va a per-
decir, la libertad- del hombre. El exis- mitir por tanto definirme a mí mismo por
tencialismo sartriano consiste por tanto aproximaciones sucesivas: «Así, yo sólo
en oponer el ser libre, en el que la exis- puedo aparecerme como cualidad tras-
tencia y la libertad se confunden, al ser cendente a la que se refieren los actos de
-cosa en si--- para el que todo está deter- otro y sus intenciones; pero al destruir
minado de antemano y que no dispone la objetividad del otro mi objetividad para
de ningún margen ni dominio de libera- él, sólo en tanto que sujeto intemalizado
ción posibles. A estos dos niveles de seres me capto yo como aquello a lo que se
añade Sartre un tercer grado, «el ser para refieren sus intenciones y sus actos. Yo
otro». El hombre no vive en solitario, en me pongo pues al oponerme a otro y rea-
un mundo en el que los otros habrian sido lizo lo que puede ser el "para otro" mirán-
suprimidos. No puede encerrarse como dome en su propia imagen.•• Nuestra
Montaigne en su bibioteca, ni como acción no puede cumplirse más que en
Robinson en una isla desierta. La exis- y por nuestra relación al otro. Sartre es
tencia de los otros va a obligarle por tan- ante todo un pragmatista, pues el «haceP•
to a una segunda superación. Ha debido es mucho más esencial que el «pensar>>
trascender el «en sí» para elevarse al «para o el «decir>•. De ahí que haya podido sos-
sí•. Ahora deberá volver a superarse, a tener que: «Hacer y al hacer hacerse y no
sobrepasarse, para alcanzar la actitud del ser otra cosa que lo que se hace.>>
«para otro». En efecto, una tercera parte La posteridad de la obra ha sido enor-
de la obra está consagrada al problema me. De 1943 a 1946 sus ejemplares se
de la existencia del otro, partiendo del vendieron a millares, y la escuela exis-
solipsismo clásico y oponiéndole las acti- tencialista se ha desarrollado a partir de
tudes de Husserl, de Hegel y de Heideg- su publicación. Testimonio de ello es el
ger. De hecho, para Descartes o Spino- éxito del lanzamiento de Temps moder-
za no hay más conocimiento que el que nes, cuyo primer número, aparecido en
se tiene de sí, por sí y para sí. La móna- octubre de 1945, había logrado reagru-
da no tiene puertas ni ventanas según par, además de los dos discípulos más fie-
Leibniz, y nosotros no podemos comu- les de Sartre (Simone de Beauvoir, a quien
nicamos unos con otros más que desde está dedicada la obra El Ser y la Nada,
una perspectiva muy superficial. Al hablar y Merleau-Ponty), pensadores tan dife-
de otro, Malebranche reduce con desdén rentes como Albert Camus, Raymond
su comprensión a un simple «conoci- Aron, Jean Wahl, Michel Leiris, Maurice
miento por conjetura». Hasta el siglo XIX, de Gandillac, Georges Bataille, Emma-
ningún filósofo ha creído verdaderamen- nuel Levinas, etc. No es exagerado decir
te en la existencia metafísica del otro. De que El Ser y la Nada, ha sido, de 1943
ahí que haya dado Sartre un gran paso a 1970, el libro culto, la obra de refe-
hacia adelante al afirmar que •yo no pue- rencia por excelencia, el texto más a
do definirme si no es por relación al otro». menudo citado por los jóvenes filósofos
El «para sí» no es más que una etapa: es que se han inscrito masivamente en el
preciso llegar al «para otro». El hombre movimiento del existencialismo. A partir
va a definirse progresivamente por la his- de 1970, el movimiento estructuralista ha
toria de sus relaciones con el otro. Pero hecho retroceder ligeramente a este libro
Sartre no cree en una verdadera relación maestro, que no tiene hoy la misma
de simpatía entre los seres. Se inclina más influencia entre los estudiantes de filoso-
bien por una suerte de apatía previa que fía. Es en todo caso un hecho que su
haria de los seres enemigos fundamenta- importancia histórica ha sido considera-
les y permanentes. Es de sobra conoci- ble, y que su lugar en el movimiento de
do: el amor nos hace ciegos. Mas el odio las ideas en el siglo XX sitúa a Sartre como
permite ser más clarividente. ¡Nadie nos uno de los «maestros pensadores» de las
conoce mejor que nuestro peor enemigo! generaciones que se han sucedido de
SER YLOS SERES (EL) 558
1940 a 1990, es decir, sobre media cen- Edición: L'étre et les étres, P.U.F., 1963.
turia del pensamiento occidental. Y no seria Estudio: L 'itinéraire philosophique de Mau-
rice Blande/ .(contribuciones compiladas por
falso decir que la obra continúa ejerciendo F. Lefevre), Ed. Spes, 1928.
en Estados Unidos una influencia más pode-
rosa que en Europa, pues Sartre es tenido
allí por el Voltaire del siglo XX.
Edición: El Ser y la Nada. Ensayo de onto- SER Y TENER, Etre et Avoir, 1935.
logía fenomenológica (tr. J. Valmar), Bue- GABRIEL MARCEL, 1889-1973.
nos Aires, Losada, 1976. .
Estudios: M. Contat y M. Rybalka, Les Ecrits Esta obra se divide en dos partes. La
de Sartre, Gallimard, 1970; A Cohen-Solal, primera, titulada •Ser y Tener», viene a
Sartre, Gallimard, 1985.
continuar el ---> Diario metafísico con el
•Esbozo de una fenomenología del TeneP>.
La segunda incluye tres estudios que ver-
SER Y LOS SERES (B..). Ensayo de on- san sobre el tema «Fe y Realidad». La dis·
tología concreta e integral, L 'etre et tinción entre el Ser y el Tener aparece en
les etres. Essai d'ontologie concrete et el Diario metafísico (16 de marzo de
intégrale, 1935. 1923). Tener es poder disponer de, o
MAURICE BLONDEL, 1861-1949. poseer un poder sobre, pero esta mane-
ra de tener implica la interposición del
Este ensayo de ontología plantea, en cuerpo. Además, Maree! subraya la ten-
la inquietud metafísica, el problema de los SÍÓn que opone la interioridad a la exte-
seres y del Absoluto, problemática de la rioridad en el hecho de tener. Tensión
multiplicidad existencial por relación al entre el yo tengo y la cosa que tengo.
Uno. ¿Cómo hacer compatibles al Ser Pero esta tensión se manifiesta igualmente
necesario (Dios) y los seres contingentes? en lo que el filósofo llama una tragedia
El Ser subsiste por su propia autosufi- del Tener. En efecto, el cuerpo es la señal
ciencia, mientras que los existentes sólo del Tener. Pero lo que yo poseo forma
perduran gracias a su sostén ontológico. de alguna manera parte de mí, sin ser
El conjunto de los seres no sabría igua- empero verdaderamente parte, puesto
lar a la sola noción del ser, porque ésta que yo puedo perderlo sin cesar por ello
entraña la noción de Infinito inconmen- de existir. Hay pues una ambigüedad fun-
surable. Hay pues una diferencia de natu- damental en el corazón de la noción del
raleza evidente entre el ser inmaterial y Tener. Así Maree! vincula el Tener a la
los seres finitos. No obstante, Maurice ansiedad, al deseo, al sufrimiento, a la
Blande! eleva los seres a esta noción de subyugación, a la muerte.
infinito, da un sentido a su existencia y Es sin embargo posible sublimar el
los reunifica descubriendo una «lógica Tener en Ser, porque conviene conside-
de los sereS>>: ésta afirma la unidad del uni- rar al Tener no como siendo fuera del Ser,
verso en su multiplicidad; el hombre par- sino como constituyendo una manera de
ticipa de Dios y de la materia simultáne- existir. Así, esa sublimación del Tener en
amente, por la encarnación. Ueva en sí Ser resulta posible modificando esta mane-
una exigencia sobrenatural que es su ver- ra de existir. De una posesión bruta y
dad y que le impulsa a actuar sin que pue- masiva se puede pasar a una especie de
da jamás unirse con ella. Sólo la fe pue- creación personal. Una cosa a la cual se
de conducirlo a Dios, y él presiente ya, está vitalmente vinculado deviene «la
en su propia existencia, esta posibilidad materia perpetuamente renovada de una
de unificación. creación personal». Maree! pone el ejem-
En su camino hacia el Ser, Maurice plo del jardín para quien lo cultiva, o del
Blande! ha sabido aliar sin sacrificar nin- instrumento de música para el intérpre-
guna de ambas, religión y filosofía. te. Aquí, el objeto no es solamente poseí-
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do, es como sublimado en ser. Deviene lo que dice de sí misma la propia obra?
prolongamiento de la interioridad. «Allí Ésta debería ser la cuestión. La totalidad
en donde hay creación pura, el tener en original de la realidad humana debe ser
tanto que tal es trascendido o aun volati- interpretada. El fundamento o sentido
lizado en el seno mismo de esta creación.» ontológico de la preocupación o cuida-
Esta obra es esencial para la com- do en que consiste el Dasein, implica la
prensión del pensamiento marceliano. temporalidad. Las investigaciones se
Contiene una tentativa de explicitación orientan, pues, hacia la interrogación de
del tema fundamental del pensamiento los fundamentos del Ser. Si el Dasein es
del filósofo. comprensión, ¿significa esto que sea pre-
ocupación o cuidado en la temporalidad?
Edición: Etre et Avoir, 2 vols., col. «Foi La analítica del Dasein es puramente
vivante», Flammarion-Aubier, 1970. ontológica. Siendo esta obra una elabo-
Estudio: M.-M. Davy, Un philosophe iti- ración de la cuestión del Ser, en la medi-
nérant: Gabriel Maree/, Aammarion, 1959.
da misma en que es elaboración, es tam-
bién interpretación. Todo ingrediente
del Dasein, desde el utensilio a la his-
toricidad, debe ser interpretado por la
SER Y TIEMPO, Sein und Zeit, 1927.
indagación ontológica. Trátese pues, en
MARTIN HEIDEGGER, 1889-1976. efecto, tanto de la angustia, de la preo-
cupación o el cuidado, de la muerte,
En esta obra inacabada, que trata de como de la cotidianidad o la frustración,
modo principal del Dasein (existencia o hay que darle un sentido existencial onto-
realidad humana), el Ser es captado exclu- lógico. «Existencial>> no es sinónimo de
sivamente a través del hombre. Por aña- «ontológico>>. Pero existir es tener en
didura, el tiempo no es la antítesis del Ser. su Ser relación al Ser.
El Ser es ya devenir. La cuestión del Ser Los análisis existenciales tienen para
es una cuestión tradicional. Conocer es Heidegger una dimensión ontológica. La
interpretar lo que hay más allá de las apa- hermenéutica del Dasein tiene por obje-
riencias. Sin embargo, el problema hei- to el análisis del Ser preocupado en el
deggeriano del Ser, y aun dando a éste mundo. Si el ente es preliminar, es por-
acceso a la existencia, se toma, de hecho, que el tema de la investigación es, preci-
en el problema de la esencia de la verdad. samente, el Ser. Establecida pues la evi-
Así, desde el principio queda anunciada dencia de la necesidad, de la estructura
la cuestión sobre el sentido del Ser. El Ser y de la prioridad de la cuestión del Ser,
puesto en cuestión suscita a su vez otra se pasa a acometer la tarea de elaborar
cuestión: la del olvido del sentido del Ser, la cuestión del Ser según un método ade-
que es la aporía esencial, sin que quede, cuado. La interpretación de la existen-
por otra parte, materialmente margen cia relativamente a la temporalidad, y la
para poder declarar ni la contingencia explicación del tiempo como horizonte
subjetiva ni la trascendencia objetiva del trascendental de ella, permitirán elucidar
Ser. La existencia se define por la rela- efectivamente la cuestión. A esto es a lo
ción al Ser. que va a preparar el análisis fundamental
Siendo a la vez Ser en general y Ser del Dasein.
en propiedad, el Ser interrogado por el La analítica del Dasein no puede ser
Dasein (que es la existencia o la realidad confundida con la antropología ni con la
humana) es el Ser del Dasein. Según que psicología o la biología. La constitución
se interprete esta obra a la luz de una fundamental del Dasein se nos presenta
obra ulterior o de cualquier otra de cuan- como Ser-en-el-mundo. El mundo está
tas figuran en la inmensa producción de necesariamente provisto de una mundani-
Heidegger, la diferente iluminación le dad. Pero ¿qué es este mundo? ¿Cuál es
dará un diferente sentido. Pero ¿qué es este horizonte hacia el que siempre hay
SER YTIEMPO 560
que volverse? Es, sin duda, la contextura tal. Es lo que vamos a examinar ahora.
de las referencias constitutivas de la El hecho de encontrarse ahí en tanto que
comprensión del Ser en el Dasein. La es- Dasein o Ser-ahí, es ónticamente la cosa
tructura del mundo permite descubrir la más conocida. Sobre todo en el modo de
condición de posibilidad de un ente intra- encontrarse ahí constituido por la pena.
mundano. El utensilio y el espacio dan, Es lo que Heidegger designa como el Ser
tras ser analizados, la evidencia de la cotidiano y el Cuidado en tanto que Ser
estructura del mundo. Esta estructura hace del Dasein. También aparece aquí la rea-
comprender al mundo en su relación a la lidad en tanto que problema ontológico:
existencia. El Dasein y el mundo guardan ella es «resistencia», e incluso la esencia
entre sí una mutua dependencia. Al mis- de la resistencia.
mo tiempo, se puede deducir una sepa- La segunda sección del libro trata del
ración entre ambos. También cabría ob- Dasein y de la temporalidad sobre la base
servar que el Dasein es en el mundo. Hay del resultado del análisis fundamental del
un Ser en el mundo analizable. Dasein, y con vistas a afrontar el impe-
Comprender, es proyectar: el proyec- rativo de una interpretación existencial ori-
to del Dasein es el lugar del desarrollo de ginal de este ente. Pero la temporalidad
una potencia efectiva que le es propia. El del Dasein no es un ente: ella temporali-
Ser-en-el-mundo y su comprensión tie- za sus modalidades. He ahí por qué la fini-
nen una estructura circular. Siendo el tud y la muerte son posibilidades auténti-
Dasein en el mundo, también lo será el cas del proyecto ontológico. La
logos. Ellogos del Dasein cotidiano debe temporalidad del Dasein funda una apre-
ser escuchado. El Dasein se refugia en la hensión del Ser por venir. Porque la tem-
cotidianidad: huye o escapa porque se poralidad comporta un carácter extático.
angustia. ¿De qué se angustia la angus- Hace posible el proyecto del Dasein en
tia? La amenaza atraviesa al Dasein. Es tanto que cuestiona el Ser. El proyecto del
el Ser-en-el-mundo quien genera la angus- Ser recibe perpetuamente la cuestión del
tia. Se trata de una nada, que es la sole- Ser. Y el Ser «comprende», a condición
dad del Dasein. Pero es también el poder de que nosotros «repitamos, las estructu-
propio del Dasein, que se beneficia de un ras evidentes. La articulacióon temporal
Ser. Porque el Dasein adviene así a una hace presentes estas estructuras, que son
transparencia que le revela el Ser. Ésta las del Dasein. La temporalidad no hace
es el Cuidado. Arrojado en el mundo, el otra cosa que articular las posibilidades de
Dasein se encuentra en dependencia de su unidad extática. Si aparecen estructu-
él, verificándose con ello la estructura ras no auténticas, es porque éstas son tam-
de un cuestionamiento del Ser. El mun- bién temporalizadas a través del Dasein.
do, el ente intramundano y el Ser, se des- La continuidad y la constancia en la ipsei-
cubren con el Dasein que los revela. El dad corren el riesgo de caer en la banali-
Dasein en el mundo ve su modo de Ser dad de un modo inauténtico.
constituido por la comprensión interro- La experiencia de la muerte del Otro
gativa en la cual el Ser del Dasein es la hace posible la captación de un Dasein
posibilidad de la cuestión del Ser. Por con- tomado en su totalidad. Hay en el Dasein
siguiente, nada hay más ontológico que una resolución anticipadora de la muerte
el Dasein. que nos lo da en su autenticidad. La pre-
Recapitulemos. En la primera sección ocupación mundana se sabe temporal. La
de Ser y Tiempo hemos visto cómo se estructura temporal de la mundanidad del
preparaba el análisis fundamental de la Dasein se revela en la dificultad que tie-
existencia como Dasein, que es Ser-en- ne éste en rebasar su proyecto. La tras-
el-mundo, así como también la munda- cendencia extática, fundada sobre la tem-
nidad del mundo y el Ser-en-el-mundo poralidad, es transgresión. Los horizontes
como Ser-con otro y Ser-sí mismo. Pro- son insuperables. Es en el seno de la fini-
cede pues analizar el Ser-en en cuanto tud donde elabora el Dasein la cuestión
561 SIGNOS
En sus múltiples evocaciones del pro- ne esta «historia secreta, púdica, no deli-
blema comunista (de lndochina, del 13 de berada, involuntaria, viviente••.
mayo de 1958, de esa post-guerra euro- En consecuencia, Signos parece abrir al
pea entusiasmada por el pensamiento mar- lector esas dos perspectivas que mantuvo
xista), el filósofo reconocerá sus «~mores de el pensador. La de la política en primer
pronóstico» y el prefacio de Signos, ver- lugar, puesto que, con pretensiones bas-
dadero testamento del autor de la -+ Feno- tante más amplias que las de un editoria-
menología de la percepción, es la ocasión lista ordinario, Merleau-Ponty no se con-
de exponer una nueva visión de la historia. tenta jamás con reflexionar sobre la
Ésta se le aparece ahora, no ya lógica, sino actualidad política: la vive dolorosamente y
caprichosa, sin arrepentimientos; ella «no asiste al hundimiento de las esperanzas mar-
rectifica jamás••, y si las cuestiones que se xistas; en Las aventuras de la dialéctica
le plantean son completas, las respuestas (1955) volvía a evocar estos desgarra-
que da son, en tanto que tales, fragmenta- mientos. La filosofía, como pensamiento
rias e inciertas. Merleau-Ponty parece pues de nuestra relación al Ser, constituye a buen
renunciar aquí a una filosofía de la historia: seguro la segunda de esas perspectivas, que
contra esas doctrinas que cargaban a la his- aquí toma la forma de una nueva ontología.
toria con el peso de la razón, con un pro-
yecto bajo el cual acababa por desapare- Edición: Signos (tr. C. Martínez y G. Olí-
cer, el autor intenta hacer pasar -como lo ver), Seix Barra!, 1964.
Estudios: J. Lechte, 50 pensadores con-
confirman los Resúmenes de cursos temporáneos esenciales (tr. M.• L. Rodrí-
(1968}-la contingencia de la historia por guez Tapia), Cátedra, 1996; X. Tllliette, Mer-
delante de su lógica. leau-Ponty, col. «Philosophes de tous les
Tales son al menos los artículos filo- temps», Seghers, 1970.
sóficos que constituyen lo esencial de la
obra; tienen particular interés los que
Merleau-Ponty consagra a sus «maestros••,
Maquiavelo por una parte y Husserl por SINIESTRO (LO), Das Unheimliche,
otra, cuya fenomenología del lenguaje y 1919.
concretamente -+ El origen de la geo- SIGMUND FREUD, 1856-1939.
metría influyeron considerablemente en
la filosofía de la expresión del autor. Aparecido primeramente en el tomo V
El articulo titulado «El lenguaje indirec- de Imago, este texto abre una reflexión sobre
to y las voces del silencio•• ofrece un pano- la naturaleza de la literatura a partir de una
rama muy sustancial. Este «ensayo••, cuyo de las hipótesis centrales de la teoría freu-
texto fue retomado, tras haber sido revi- diana, que sostiene que de hecho el adulto
sado, en -+La prosa del mundo, y que no se desprende jamás del niño que fue, y
explícitamente es un eco del texto de Mal- revive, bajo formas disfrazadas, sus prime-
raux (Las uoces del silencio, 1951), pre- ras emociones que perviven ocultas en el
senta una fenomenología de la palabra, inconsciente. Los relatos fantásticos pro-
gesto de expresión creadora que revela, al ducen el sentimiento de una inquietante
igual que la pintura, ellogos silencioso de extrañeza. O bien los seres más terroríficos
las cosas. Este acercamiento constante de (el hombre que arranca los ojos en Hoff-
una palabra que no habla más que sobre mann) despiertan terrores muy comunes (el
un fondo de silencio, y de una pintura que temor de perder la vista), o bien situaciones
dice todo permaneciendo muda, es la oca- banales se cargan poco a poco de una inten-
sión para Merleau-Ponty de ampliar el cam- sa ansiedad. Este texto ofrece claves para
po de sus investigaciones, y de compren- comprender la <modemidad». Lo que se repi-
der el sentido de la historia cultural que te caracteriza la vida cotidiana; la novedad,
reúne en un solo movimiento todos los fuente de placer (descubrimiento, desorien-
esfuerzos de expresión: a la historia empí- tación), puede tomarse en extraña inquie-
rica, «historicidad de muerte••, el autor opo- tud, en «incertidumbre intelectual».
563 SIS1EMA DE ÉTICA SEGÚN LOS PRINCIPIOS DE LA DOCTRINA DE LA CIENCIA
el centro del sistema, la ética debe permi- de moral fichteano termina en una reli-
tir a la forma circular del sistema encontrar gión en los límites de la razón.
el punto preciso en tomo al cual gira.
El encadenamiento de las proposicio- Edición: Das System der Sittenlehre nach
nes que permiten remontarse hasta el den Principien der Wissenschaftslehre,
Hamburgo, Phi!. Bibliothek, 1963.
principio fundador es de un rigor extre- Estudios: H. Heimsoeth, Fichte (tr. M.Gar-
mo: Fichte propone ante todo que la cía Morente}, Revista de Occidente, 1931;
moralidad reside en la unidad de las con- A. Philonenko, L'Oeuvre de Fichte, Vrin,
ciencias. El derecho ha hecho posible la 1984.
comunidad, que, a su vez, es requerida
por la realidad del orden moral.
El imperativo categórico, en tanto que
expresa el deber absoluto de todos los SISTEMA DE lA NATURALEZA (EL),
hombres, no tiene pues solamente por o Las leyes del mundo físico y del mun-
fin la sumisión de las inclinaciones a la ley do moral, Le Systeme de la nature, ou
moral; dicho de otro modo, no busca sola- Des lois du monde physique et du mon-
mente el perfeccionamiento del individuo: de moral, 1770.
«el que se aísla renuncia a su destino», HOLBACH (Paul-Henri Dietrich, barón de),
puesto que se desinteresa del progreso 1723-1789.
moral. Se trata en cambio de trabajar para
realizar la moral fuera de uno mismo, «en La obra fue publicada bajo el nombre del
la sociedad». El imperativo categórico académico Jean-Baptiste de Mirabaud. Es
supremo deviene deber para con los otros, posible que Diderot haya colaborado en ella.
«deber social>>. Es ésta la razón de que sea Holbach se inscribe aquí en una tra-
preciso superar el dualismo kantiano natu- dición materialista, próxima al sensua-
raleza/razón. La originalidad y el moder- lismo. Su crítica de las ideas innatas está
nismo de Fichte residen en esta exigen- inspirada en Hobbes, Locke y Condi-
cia: que el cuerpo no sea ya obstáculo, llac. Para Holbach existe ciertamente
sino medio. Hay que integrar la natura- una naturaleza, pero no en el sentido
leza en la libertad; tal es el fin de la edu- cartesiano de una materia extensa no
cación. La acción moral tiene por obje- pensante. Para Holbach, la materia está
to «la comunidad de los espíritus>> que en efecto dotada de movimiento y de
supera, en la unidad de la razón práctica, una cierta «facultad de pensar». No se
la separación de las conciencias finitas y trata pues de un materialismo mecani-
reconstituye la identidad en sí misma del cista, del tipo desarrollado por La Met-
Yo= Yo. La idea del Yo absoluto, pun- trie; en El Sistema de la naturaleza,
to de partida del sistema, es pues igual- los elementos primeros de las cosas tie-
mente su punto de llegada. Finalmente, nen propiedades específicas, y las com-
al término de la Ética, Fichte encuentra binaciones entre esos elementos se expli-
a lo divino, no postulado por la razón can por «simpatías» y «antipatías».
práctica como en Kant, sino propuesto La atribución a la materia de una movili-
como «ideal moral del mundo>>. dad esencial dispensa evidentemente de recu-
De este modo ha conseguido Fichte la rrir a alguna causa natural de cualquier géne-
superación del formalismo, y acertado a ro, como lo hacen el deísmo o la religión
ofrecer en esta obra el bosquejo de una natural. La materia no tiene la menor nece-
moral concreta que integrara la dimen- sidad de ser animada desde el exterior. Cada
sión histórica, la idea de un progreso inin- cosa tiende, en su interior, a perseverar en
terrumpido de la humanidad hacia la uni- su ser (tema de inspiración spinozista).
dad de las conciencias. Si la verdadera Por otra parte, Holbach concede una
religión admite que la creencia en lo divi- importancia muy particular a la crítica del
no no es más que la adhesión al orden libre arbitrio. Esta noción, que supone en
moral, se puede concluir que el sistema el hombre el poder milagroso de sus-
565 SISTEMA DE LA NATURALEZA
traerse a las leyes naturales, está aquí vio- como los estambres y los pistilos para los
lentamente refutada. De todo ello se des- vegetales, pero sobre todo cada orga-
prende una moral atea, que se funda en nismo es identificado por dos parámetros:
la búsqueda de la felicidad. Esta moral el nombre de la especie a la que ese orga-
estará basada en un sistema de educación nismo pertenece y el nombre del género
y de sanciones, y no ya en el terror ins- bajo el cual se ubica esa especie. Linneo
pirado por los castigos en el más-allá. La aplica así la célebre teoría aristotélica de
religión, que no existe más que por nues- la definición como discurso que enuncia
tro deseo de ser liberados del mal, es por el género y la «diferencia específica»; el
tanto severamente combatida. hombre es así definido como «animal
El Sistema de la naturaleza obtuvo racional>>.
un gran éxito y suscitó múltiples criticas Pero más allá del valor de las descrip-
y refutaciones. Goethe hablará de él como ciones propuestas por el autor y del inte-
de un libro <<tan pálido, tan tenebroso, tan rés práctico de su clasificación, esta obra
cadavérico que apenas podemos mante- tiene valor por lo que nos revela sobre
nerlo ante la vista y que nos produce tan- la estructura de la naturaleza, a saber: el
to horror como un fantasma». Toda una perfecto conocimiento que podemos
tradición materialista (marxista en parti- alcanzar de ella. En la -+ Crítica del jui-
cular) continúa sin embargo teniendo a cio citará Kant estos trabajos como mues-
Holbach por un precursor, aunque no sin tra de la posibilidad de un conocimiento
reconocer sus límites. organizado de la naturaleza, pese a la radi-
cal heterogeneidad de las individualida-
Edición: Sistema de la naturaleza (tr. J. M.
Bermudo), Ed. Nacional, 1982. des que la componen. Y para explicar la
Estudios: E. Bréhier, Historia de la filosofía posibilidad de la clasificación de Linneo,
(tr. J. A. Pérez Millán y M.• D. Morán), vol. 11, recurrirá al principio de la «finalidad de la
TecJ1os, 1988, pp. 115-123; J. M. Bermu- naturaleza en sus producciones», por la
do Avila, Heluetius y d'Holbach, Barcelona, cual nuestra facultad de juzgar asimila la
Horsori, 1987; A. Negri, «La s;osmologie
matérialiste de d'Holbach», ~n Epistémolo- naturaleza a un mecanismo cuyas pro-
gie et matérialisme, col. «Epistémologie», ducciones obedecen a ciertas reglas y se
Méridiens-Klincksieck, 1986. ordenan, por este hecho, según clases
que son susceptibles de ser determinadas
por la doble designación del género y la
especie.
SISTEMA DE LA NATURALEZA, o
Los tres Reinos de la naturaleza pre- Edición: Systema naturae, Estocolmo, Hol-
sentados de manera sistemática por mide, 1907.
clases, órdenes, géneros y especies, Estudio: K. Hagberg, Carl von Linné, le
Systema naturae, si ve Regna tria natu- Roi des f/eurs, Je Sers, 1944.
rae systematice proposita per classes,
ordines, genera et specíes, 1735.
CARL VON UNNEO, 1707-1778.
SISTEMA DE LA NATURALEZA, Dis-
Esta obra considerable, que conoció sertatio inauguralis metaphysica de uni-
once reediciones entre 1740 y 1768, se versalí naturae systemate, 1756.
propone hacer un registro exhaustivo de MAUPERTUIS (Pierre-Louis Moreau de),
los tres reinos: mineral, vegetal y animal. 1698-1759.
Lo que le da sin embargo su valor, no es
tanto la cantidad de elementos registra- Publicada primeramente en latín bajo
dos como el sistema de clasificación al un pseudónimo (Doctor Baumann), la obra
que Unneo ha recurrido. En efecto, cada expone los principios de un materialismo
reino está clasificado en función de ele- físico próximo al que puede encontrarse
mentos fácilmente reconocibles, tales en Diderot (-+Pensamientos sobre la
SISTEMA DE LAS BELLAS AR1ES 566
SISTEMA DE lAS CONTRADICCIO- resulta una cierta función que revela una
NES ECONÓMICAS O ALOSOÁA DE significación independiente del uso que
lA MISERIA. pueda hacerse del objeto. El análisis del
PlERRE JOSEPH PROUDHON. autor adquiere así la dimensión de una
Véase FJLOSOÁA DE lA MISERIA. «tecnología estructura[,.
La cuestión que se plantea es: ¿Cómo
un sistema •<tecnológicamente coherente"
cesa de serlo en concreto? La respuesta
SISTEMA DE LEIBNIZ Y SUS MODE- saca a la luz muchos aspectos de una mis-
LOS MATEMÁTICOS (EL), Le syste- ma realidad: el sistema es, desde ciertos
me de Leibniz et ses modeles mathé- ángulos, funcional y objetivo; se colo-
matiques, 1968. can los muebles según una disposición sur-
MICHEL SERRES, nacido en 1930. gida de las convenciones burguesas, mas
donde el gusto y la teatralidad han desa-
La filosofía de Leibniz es en la obra de parecido; la posesión de un mobiliario pro-
Michel Serres una referencia omnipre- ducido en serie y la maestría técnica del
sente. Así, la enciclopedia, en el sentido objeto hacen evidentemente abstracción
leibniziano de «sistema de sistemas", no de sus origenes. De la misma manera, la
ha cesado de ser en Serres una tentación. ••estructura ambiental" crea una atmósfera
¿No es hora en efecto de reconciliar los funcional, tanto por el color reducido a un
saberes y tender los puentes, establecer cálculo como por el uso del vidrio, mate-
las correspondencias entre disciplinas ria ambigua, en la frontera de la comuni-
que hasta el presente habían rehusado cación y su contraria. Es un hombre fun-
comunicarse entre ellas? Y es precisa- cional lo que nace de este universo
mente en Leibniz donde el autor encuen- doméstico devenido espectáculo, dirigido
tra ese ars inveniendi o método de inven- a los mitos de la eficiencia funcional. Esta
ción ligado al arte de comunicarse. mutación marca el fin de la dimensión sim-
Esta primera obra de Serres, que es el bólica: el hombre es rebajado a la con-
texto de su tesis doctoral, anuncia la céle- templación de su propia potencia; en los
bre serie de los--+ Hermes. hechos, el hombre se toma •<disfuncional".
Por otro lado, el sistema es también no
Edición: Le Systeme de Leibniz et ses funcional y subjetivo: al objeto moderno
modeles mathematiques, 2 vols., P.U.F., se opone el antiguo, histórico, emblema
1982. de lo originario. En una sociedad que se
Estudios: J. Lechte, 50 pensadores con-
temporáneos esenciales (tr. M. • L. Rodrí- olvida del pasado, el anacronismo del mue-
guez Tapia), Cátedra, 1996, pp. 114-119; ble antiguo denota una debilidad del sis-
Michel Serres, r¡. 0 especial de la revista Cri- tema; el último grado es el objeto de colec-
tique (n. 0 350), Ed. de Minuit, janvier 1979. ción, por el cual se colecciona uno a sí
mismo. El sistema es también metafun-
cional (por tanto disfuncional): la renova-
ción de objetos se agota en un estanca-
SISTEMA DE LOS OBJETOS (EL), Le miento contra el cual los únicos remedios
systeme des objets, 1968. son el juguete mecánico y el robot; el con-
JEAN BAUDRILl.ARD, nacido en 1929. sumidor deviene irresponsable Uuguete
mecánico es «esquizo-funcional,), hay ries-
El autor se propone analizar aquí, des- go de involución. Finalmente el sistema
de un punto de vista sistemático, la rela- es socioeconómico: fundado en una ide-
ción del hombre con los objetos en la ología de la serie que rehúsa lo original,
sociedad de consumo. Se trata de cir- se nutre principalmente del crédito, que
cunscribir un «plan de racionalidad del anticipa el disfrute del objeto y hace irres-
objeto•, porque este último tiene una ponsable el consumo; mas también se
estructura que le es propia y de la cual nutre de la publicidad, desproporcionada,
SISTEMA DE POLÍTICA POSITIVA 568
espiritual del positivismo y el apoyo más fir- SISTEMA DFL IDFAUSMO TRASCEN-
me del culto a la humanidad. DENTAL, System des tranzendantalen
El Sistema de política positivista es ldealismus, 1800.
sin duda, de todas las obras de Comte, la fRIEDRICH WILHELM JOSEPH VON SCHE-
que ha sufrido en más alto grado la influen- WNG, 1775-1854.
cia de los acontecimientos de su vida pri-
vada: es en efecto su amor por Clotilde Esta obra, la más importante de Sche-
de Vaux lo que ha determinado a Comte lling, marca la culminación de su pri-
a privilegiar el papel del sentimiento en el mera filosofía, que coincide también con
perfeccionamiento de la humanidad. La su período fichteano. Sin embargo, su
religión comtiana de la humanidad inte- marcha no es ya didáctica (como lo es
grará incluso un culto a la virgen-madre la de Fichte), sino que, bajo la influen-
directamente análogo al del catolicismo. cia de Jacob Boehme, ha devenido his-
Esta reevaluación del sentimiento entra- tórica.
ña la introducción de una ciencia -situa- La «filosofía trascendental» propone
da en la clasificación comtiana por enci- la primacía y el absolutismo de la sub-
ma de la sociología- que el Curso de jetividad, que constituye el momento
filosofía positiva ignoraba: la moral. Esta natural del cual deriva el momento de
ciencia deviene el hogar viviente de todas la objetividad. El instrumento de esta
las otras, en la medida en que procede ver- filosofía es la intuición trascendental,
daderamente, según la marcha subjetiva, o la facultad de captar y de producir a
de la misma humanidad: así, las otras cien- la vez los actos del espíritu; el yo es su
cias no son más que las «ramas de la objeto, y la conciencia de sí el principio
moral». El capítulo IIl de la Introducción supremo. De sus dos aspectos prácti-
había preparado por lo demás este adve- co y teórico, el yo efectúa la síntesis con
nimiento de la moral mediante un examen vistas a acceder a la autodeterminación
extremadamente profundo de las funcio- del entendimiento (facultad de abstraer
nes cerebrales. y de crear categorías) y sobre todo a la
El Sistema de política positiva ape- voluntad absoluta. La transformación de
nas si es leído hoy día, porque se consi- lo real por la acción se realiza gracias a
dera que el Curso de filosofía positiva la imaginación, y según las leyes de la
(y aun así, reducido a sus dos primeras intuición.
lecciones) es todo lo que la filosofía posi- La revelación de lo absoluto que es
tivista ha producido de interesante. Es, la historia tiene lugar en tres tiempos.
sin embargo, un error ignorar los pro- En el primer período, llamado «trági-
fundos análisis de la estática y la dinámi- co», lo absoluto aparece en tanto que
ca sociales (en concreto la teoría del len- destino. En el segundo, el de la ley natu-
guaje humano). Hay una cierta injusticia ral, dominan lo arbitrario y la violencia.
en el descrédito en que ha caído esta obra, El tercer período es el de la providen-
cuando se la compara con la fortuna de cia. El yo no deviene consciente de la
que continúa gozando la filosofía hege- identidad entre subjetivo y objetivo más
liana de la historia. que cuando aquélla se manifiesta en un
producto «teleológico», mas sin finali-
Edición: Systeme de politique positive, dad, por el cual la libertad y la necesi-
ou Traité de sociologie instituant la reli-
gion de /'humanité, Culture et civilisation, dad se encuentran conciliadas en la
1969. naturaleza. «La naturaleza es un poe-
Estudios: R. Aron, Las etapas del pensa- ma misterioso, cuyo enigma, sí nos fue-
miento sociológico (tr. A. Leal), vol. 1, Bue- ra desvelado, nos contaría la Odisea del
nos Aires, Siglo Veinte, 1970; J. Touchard, espíritu que se oculta mientras se bus-
Historia de las ideas políticas (tr. J. Pra- ca.•• Es en el corazón mismo de la natu-
dera), S.• ed., Tecnos, 1996; E. Bréhier, His-
toria de la filosofía (tr. J. A. Pérez Millán raleza donde reside la intuición por la
y M.• D. Morán), vol. 11, Tecnos, 1988. cual, al confundirse uno con otro el
SISTEMA DEL MUNDO (EL) 570
aplica al Imperio los principios relativos constituyen las potencias secular y espiri-
al Estado: establece la autonomía del tual en tanto que son libres y razonables.
Imperio y su independencia del papado. Ellos tienen, pues, derechos temporales,
Los argumentos de Occam son en su «libertades naturales>•, que confirma la Escri-
mayoría de orden teológico, mas, junto tura y que no pueden ser suspendidos en
a los argumentos canónicos, abundan las nombre del poder espiritual. Y si la Igle-
referencias a los Padres de la Iglesia, en sia es una sociedad espiritual, lo es gracias
particular a San Agustín: la reacción nomi- al conjunto de los fieles; su verdadero jefe
nalista encara en efecto el exceso de inte- no es el papa, sino Cristo; su unidad no
lectualismo de la teología reinante, que proviene de la obediencia a una autori-
multiplica las entidades metafísicas con dad dada, sino a la participación de cada
desprecio de las fuentes naturales. En uno en una misma fe y en una misma espe-
el mismo espíritu, el autor practica a ranza en la vida sobrenatural. 8 autor espi-
menudo un análisis literal de las Escritu- ritualiza así la noción de Iglesia identifi-
ras, por ejemplo para destruir la tesis clá- cándola con la fe. Es una razón semejante
sica de los «dos aceros» o las «dos espa- la que le lleva a defender contra Juan XXII
das», que forzaba las metáforas para la pobreza integral: un «orden», estando
justificar la atribución al papa de los dos compuesto de individuos y privado de
poderes, el espiritual y el temporal, dán- «esencia» propia, no puede reivindicar la
dole este último manos largas sobre el posesión legítima de ningún bien.
Imperio. La tesis nominalista de una omni- Occam no niega que los dos poderes
potencia de Dios sin «orden» divino tie- vengan de Dios, del mismo modo que en
ne tres consecuencias paradójicas: con- Dios está el principio único de la razón
forta los derechos temporales del hombre; y de la fe. Pero, al igual que éstos no se
libera al mismo tiempo a los individuos engendran el uno al otro, la Iglesia y el
por relación a esos derechos temporales Estado son separables. Derivándose del
que se desgajaban del orden divino; e invi- mismo principio, fe y razón no se con-
ta en fin a purificar la fe, a entender el tradicen jamás. Es, pues, posible conci-
mensaje evangélico en toda su autentici- liar la Iglesia y el Estado, a condición de
dad. Estas tres consecuencias están estre- reconocer sus dominios respectivos: así
chamente ligadas: así, el «Vicario de Cris- como la razón puede a veces acudir en
to» no hereda su omnipotencia; Cristo es auxilio de la fe e inversamente, a la Igle-
fuente de un espíritu de libertad; si El sia no le falta el derecho de inspeccio-
rechazó la ley mosaica, y si la Iglesia pri- nar las leyes del Principe; e incluso de sus-
mitiva afirmó la inanidad de las institu- tituir al poder secular cuando éste no
ciones judaicas (particularmente la cir- cumple su misión.
cuncisión), ¡no fue para invitar a los Occam ocupa por tanto una posición
cristianos a sufrir una nueva servidumbre equilibrada (una «uía media») entre dos
«bastante más tiránica••, la de Pedro y sus corrientes extremas: la defensa a ultranza
sucesores! El cristiano no debe recono- de la <<teocracia>> pontifical, y las tesis de los
cer más que un solo yugo: el del Evan- averroístas, antepasados de los libertinos,
gelio; la misión del papa es en sí misma que por defender los derechos del Estado
puramente espiritual. negaban al papa tcxlo origen divino y absor-
Por lo demás, Occam es consciente de bían la Iglesia en el Estado. Occam no cae
las interferencias inevitables entre los dos en estos últimos excesos, puesto que afir-
poderes y prevé casos excepcionales en ma que todo poder viene de Dios, que
los que el papa podría intervenir en asun- garantiza al papa la esfera de lo espiritual,
tos seculares. Todo ocurre como si, en la y que contempla incluso la posibilidad de
naturaleza --en ausencia de esencias-, que su jurisdicción se extienda ocasional-
Dios dejara actuar a las causas segundas y mente al ámbito de lo civil. Las dos tesis
a los individuos. Pero son esos mismos indi- extremas que Occam rechaza tienen en
viduos, bautizados y ciudadanos, los que común la confusión entre lo temporal y
573 SOBRE EL ORIGEN DE LAS ESPECIES POR MEDIO DE LA SELECCIÓN NATURAL
modificación de las especies, lenta y gra- Para Darwin, como observa Canguil-
dual, debida a la selección efectuada sobre hem, vivir es someter al juicio del con-
las variaciones. junto de los seres vivientes una diferencia
La intención de Darwin ha sido dema- individual, por ínfima que ésta sea. Ese
siado a menudo tergiversada en su signi- juicio no admite más que dos sanciones:
ficación original por una interpretación o morir o ser durante algún tiempo par-
ideológica: puesto que excluía el desve- te del jurado. Pero mientras se vive se
lamiento de un orden oculto de la natu- es siempre juez y reo.
raleza y todo providencialismo, el darwi-
nismo fue presentado como una <<doctrina Ediciones: El origen de las especies (tr. J.
inmoral y anticristiana». Por otra parte, Aguirre), Edhaf, 1980; existe una versión
trasladado de modo abusivo al terreno abreviada por Richard E. Leakey (tr. J. Ros
i Aragonés), Ed. del Serbal, 1983.
etnológico o sociológico, fue rápidamen- Estudios: S. J. Gould, Desde Darwin (Refle-
te asimilado a un reduccionismo simplifi- xiones sobre Historia Natural) (tr. A. Resi-
cador que justificaba el aplastamiento del nes), Blume, 1983; M. Ruse, La revolución
inferior por el superior. Lo cual es olvi- darwinista (tr. C. Castrodeza), Alianza, 1983;
dar, por una parte, que una transposición M. T. Ghiselin, El triunfo de Darwin (tr.
E. Pérez Sedeño), Cátedra, 1983.
en la que se cambia de dominio debe tam-
bién arrastrar un cambio de criterios; y
de otra parte, que el hombre no está mejor
adaptado a su medio que tal o cual ani-
mal «inferior». Su adaptación solamente SOBRE EL ORIGEN RADICAL DE
pone en juego mecanismos de una com- LAS COSAS, De rerum originatione
plejidad más elevada. La noción de pro- radicali, 1697.
greso, en biología como en cualquier par- GOTIFRlED Wl!J-IELM LEIBNIZ, 1646-1716.
te, debe ser utilizada con extrema
prudencia. Por ejemplo, la ventaja selec- El universo no es un caos. Mas ¿cómo
tiva que sus alas han comenzado a repor- comprender el orden que se despliega en
tar a los insectos no era para permitirles la existencia del mundo? Nuestra razón de
volar, sino más bien para asegurar la ven- ser no está en nosotros; es preciso remon-
tilación del animal y favorecer los inter- tarse hasta el origen para captar «la unidad
cambios térmicos. El vuelo no habría sido dominante en el universo»: Dios es el prin-
más que un beneficio secundario de su cipio de toda cosa, la razón última y sufi-
desarrollo. ciente de nuestra existencia. El hecho de
Por otra parte, la representación clá- que <<exista algo en lugar de nada» mues-
sica de la naturaleza, concebida como tra que la esencia del mundo (concebida
un conjunto ordenado y acabado, ha en Dios) tiende a hacerlo ser. El mundo es
quedado destruida: el gran arquitecto pues necesario, no para Dios, que habría
es la contingencia. Y el tiempo adquie- podido no crearlo (ya que es omnipoten-
re un nuevo estatuto: ya no es el cua- te), sino porque en su esencia misma hay
dro inmutable y reversible de la física una pretensión a ser. Con necesidad físi-
clásica; es la materia misma de la evo- ca y no metafísica, el universo es el mejor
lución. Y, aun así, conviene relativizar de los posibles, puesto que es según «las
su acción: «La sola duración del tiem- leyes de las verdades eternas>• que residen
po no puede nada por sí misma, ni a en Dios, y está así absuelto del mal.
favor ni en contra de la selección natu- Retomando de Descartes la prueba a
ral[ ... ]. La duración del tiempo es sola- posteriori de la existencia divina (sólo un
mente importante porque presenta más ser perfecto puede ser causa de las cosas
oportunidades para la aparición de menos perfectas), Leibniz desarrolla su
variaciones ventajosas, y porque les per- propia concepción de la «República uni-
mite, tras haber sido seleccionadas, versal>•. Pero hasta 1714 no se detendrá
acumularse y fijarse.» a explicar, en La Monadología, cómo
575 SOBRE LA CERTEZA
y de los juegos de lenguaje que dan sen- Edición: Sobre la diversidad de la estruc-
tido a estas expresiones. La certeza es tura de/lenguaje humano (tr. A. Agud),
aprehendida como una actitud, una for- Anthropos, 1990.
Estudios:,Prólogo de A. Aguda la ed. cit.;
ma de vida que no se dejaría invocar P. Tort, Evolutionnísme et línguístique,
como prueba de la existencia del mundo Vrin, 1980.
exterior o fundar filosofía alguna del «sen-
tido común» (a la manera de Moore, que
es aquí el blanco al que apunta Witt-
genstein). SOBRE LA LIBERTAD, On Liberty,
1859.
Edición: Sobre la certeza (tr. J. L. Prades JOHN STUART MILL, 1806-1873.
y V. Raga), Gedisa, 1988.
Estudios: L. M. Valdés, Estugio preliminar Obra de referencia para el liberalismo
a la obra de L. Wittgenstein U/timos escri- político inglés, Sobre la libertad se inte-
tos sobre filosofía de la psicología Il. Lo rroga por la libertad concreta del individuo
externo y lo interno (tr. L. M. Valdés), Tec-
nos, 1996; G. H. von Wright, Wittgenstein, en una sociedad democrática. Mil! limita
Blackwell, 1982, principalmente el capítulo de hecho la aplicación del principio de sobe-
titulado «Wittgenstein on Certainty", pp. 163- ranía absoluta de los individuos y el respeto
182. de su libertad interior a los hombres que
poseen la «madurez de sus facultades>•. Esta
madurez se caracteriza por la capacidad
de discusión igualitaria. Matizando las tesis
SOBRE LA DIVERSIDAD DE LA utilitaristas, mientras da muestras de un
ESTRUCTURA DEL LENGUAJE bello optimismo racionalista, este libro sos-
HUMANO, Über de Verschiedenheit tiene que la soberanía del individuo es com-
des mensch/ichen Sprachbaues und patible con su participación en el debate
ihren Einf/uss auf die geistige Entwic- social en virtud del criterio de la razón res-
kelung des Menschengeschlechts, 1836. ponsable, condición de la libertad social en
HUMBOLDT (Wilhelm, baron von), 1767- tanto que colectiva.
1835. Esta obra, que defiende la libertad de
pensamiento y de discusión, valora el plu-
Este título original anuncia, en toda su ralismo y la diversidad. La democracia
amplitud, un estudio de la influencia de la representativa mantiene el equilibrio entre
estructura de las lenguas sobre el desa- la participación del pueblo y la compe-
rrollo intelectual de la humanidad. En esta tencia de las elites, y le asegura un papel
publicación póstuma, llevada a término educativo: por la necesidad del voto, el
por los desvelos de su hermano (el barón individuo aprende a superar su interés pri-
Alexander von Humboldt), el filólogo y vado para adscribirse al interés general.
diplomático Wilhelm von Humboldt ela-
bora una representación de la evolución Edición: Sobre la libertad (tr. P. de Azcá-
rate), Alianza, 1970.
interna de las lenguas que tiene en cuen- Estudio: J. C. Rees, John Stuart Mil/'s «On
ta la influencia de los factores externos: Liberty», Oxford, Clarendon Press, 1985.
a la construcción orgánica de las lenguas,
el autor añade como objeto adicional de
estudio el conjunto de sus transforma-
ciones; e igualmente considera la elabo- SOBRE LA LIBERTAD DE LA VO-
ración interna de las lenguas de acuerdo LUNTAD, Über die Freiheit des Wil/ens,
con esa construcción. La obra fue reedi- 1841.
tada en dos volúmenes por August F. Pott ARTHUR SCHOPENAHUER, 17 88-1860.
(1876) y defendida por él contra las crí-
ticas de Heymann Steinthal. Este libro es 8 primero de los dos escritos de la obra
el breviario de la filología comparativa. publicada en 1841 bajo el título: Los dos
577 SOBRE LA LÓGICA YLA TEORÍA DE LA CIENCIA
biesen todas las nociones inéditas: lo cribe en una larga tradición, a la que per-
cual lleva a negar a nociones tales como tenece igualmente el --> Proyecto de paz
la de número negativo un derecho de perpetua del abate de Saint-Pierre. La obra
ciudadanía matemática porque esa se presenta como un tratado diplomático:
noción no se inscribe en la zona intui- una primera sección reúne seis articulas
tiva precedente, a la que se considera- preliminares redactados todos en modo
ba eterna e inmutable. Se trata así para prohibitivo; una segunda sección expone
Cavaillés de restaurar la dinámica dia- los tres artículos definitivos del tratado de
léctica de la conceptualización fijando paz que deberán concertar los Estados entre
precisamente el papel de la intuición y sí a fin de garantizar una paz duradera entre
del esquematismo trascendental en el ellos: l. La constitución civil de cada Esta-
interior de ese proceso. do debe ser republicana (que combine la
Ésta es la razón de que Cavaillés welva libertad de los miembros de la sociedad
a una teoría general de la ciencia extraída en tanto que hombres, la sumisión de todos
de la lectura de la obra de Bolzano: «Dicho en tanto que sujetos a una legislación
de otro modo, la teoría de la ciencia es común, y la igualdad de los ciudadanos);
un a priori, no anterior a la ciencia sino 2. Es necesario que el derecho de los pue-
alma de la ciencia, que no tiene requisitos blos se funde en una federación de Esta-
exteriores sino que los exige a su vez de la dos libres; 3. Fl derecho de ciudadanía mun-
ciencia. Doble dificultad de la solución bol- dial debe limitarse a las condiciones de una
zaniana: si tal solución evita la subordina- universal hospitalidad. Dos suplementos y
ción a un existente histórico o al absoluto un análisis completan este texto, que vie-
de la conciencia, debe poseer en sí la tota- ne a desembocar en la fórmula trascen-
lidad de lo que ella alcanza, y discernir a dental (a priori) del derecho público. «Las
continuación, si puede, el elemento esen- acciones referentes al derecho de otros
cial permanente de lo que es móvil por sí hombres son injustas, si su máxima no
mismo.» Solución en la medida en que ha admite publicidad». La paz perpetua es el
logrado excluir todo fundamento exterior reino por venir del derecho público en el
~ en particular toda conciencia tética- que se reconciliarán moral y política.
, la teoría de la ciencia sigue atormentada
por la contradicción entre su posición ini- Edición: Sobre la paz perpetua (tr. J. Abe-
llán), S.• ed., Tecnos, 1996.
cial y el contenido que ella genera. A esta Estudios: Introducción de A. Truyol a la ed.
dificultad propone Cavaillés una solución cit.; P. Hassner, «Immanuel Kant», en L.
que, a su juicio, había que profundizar: la Strauss y J. Cropsey (comps.), Historia de
dialéctica del concepto. la filosofía política (tr. L. García Urriza,
D. L. Sánchez y J. J. Utrilla), México, Fon-
Edición: Sur la logique et la theorie de la do de Cultura Económica, 1993, pp. 549-
science, Vrin, 1987. 584; E. Cassirer, Kant: vida y doctrina (tr.
Estudios: J. Lechte, 50 pensadores con· W. Roces), Fondo de Cultura Económica,
temporáneos esenciales (tr. M.• L. Rodrí- 1993; M. Castillo, Kant et /'avenir de la
guez Tapia), Cátedra, 1996, pp. 35-40; culture, P.U.F., 1990.
J. T. Desanti, 4 Les idéalités mathémati·
ques, Le Seuil, 1968.
da ser un «sep• o un «ser-así••. Lo que per- Edición: Sur les confins de la vie Ram-
manece es que el objeto contemplado marion, 1966. '
es un referente objetivo que no está en Estudio: R. Bespaloff, Cheminements et
carrefours, Vrin, 1938.
absoluto constituido por el acto de cons-
ciencia: es todo lo que se puede concebir
de un objeto en razón de su naturaleza.
Tal como ha sido establecida por Mei-
SOBRE PEDAGOGÍA, Über Pi:idago-
nong, puede subsistir la distinción entre
gik, 1803.
la aprehensión del objeto y la considera-
IMMANUEL KANT, 1724-1804.
ción del objeto en sí mismo.
Recopilación de notas.
La intencionalidad y el recurso de Hus-
serl a un sujeto trascendental, junto con
Hablando propiamente, Sobre peda-
la riqueza de los análisis husserlianos han
gogía no constituye un libro, puesto que
hecho olvidar un poco esta estricta teo-
ría de lo objetivo. En 1905, Russellla evo- se trata de una compilación de notas del
ca, para criticarla, en un artículo sobre la filósofo para los cursos que impartió en
denotación («On denoting») en el que la universidad de Konisberg desde 1776
exponía su teoría de las descripciones y a 1787. No se encuentra en esta obra el
refutaba la independencia del ser-así con orden y la arquitectónica habitual de las
relación al ser. obras de Kant. Por tal razón, el título de
Tratado de pedagogía que a veces se le
Edición: Über Gegenstandstheorie, en Mei- da es poco adecuado.
nongs Gesamtausgabe, Graz, Akademische La atención que el autor presta al pro-
Drück und Verlagsanstalt, 1971. blema de la educación es la propia de todo
Estudio: L. Linsky, Le probleme de la réfé- su siglo. Kant, gran lector de Rousseau,
rence, Le Seuil, 1974. Véase sobre todo el
capítulo Il: «La théorie des objets». piensa que «es en el fondo de la educa-
ción donde reside el gran secreto del per-
feccionamiento de la naturaleza huma-
na». Por otra parte, este interés se veía
SOBRE LOS CONFINES DE lA VIDA, reforzado por el deplorable estado de las
o La apoteosis del desarraigo, Sur les instituciones educativas de la Alemania
confins de la vie, 1905. de finales del siglo XVIII.
LEóN CHESTOV (Lev Issaákovich Chvarts- La introducción expone los puntos de
man), 1866-1938. la cuestión pedagógica para toda refle-
xión sobre el hombre. Kant articula en
En un serie de parágrafos expuestos ellos la libertad, como fin último de la edu-
desordenadamente, para reflejar la ima- cación, y la necesaria disciplina que toda
gen vacilante y contradictoria de la vida, educación comporta. Muy atento a los
León Chestov critica la elaboración de sis- impedimentos prácticos que pesan sobre
temas filosóficos cerrados y definidos, que toda empresa educativa -en particular
dan de la verdad una concepción tranqui- en la enseñanza pública-, Kant se nie-
lizadora aunque ilusoria: es preciso deses- ga sin embargo a ajustar las finalidades
tabilizar los axiomas como evidentes. La de la educación a la medida de lo que hay.
actitud filosófica verdadera se abre a la Si la educación es el medio por el cual la
•<apoteosis del desarraigo• y se niega a acre- humanidad puede arribar a su verdade-
ditar las verdades lisas y controladas de los ro destino, inaccesible al individuo, la edu-
racionalistas. El conocimiento por causas cación debe necesariamente ser regula-
no es verdadero conocimiento. La ver- da por un ideal.
dad está en todas partes y en ninguna; hay Toda la parte dedicada a la educación
que aprender a conocerla sin pretender física está muy inspirada en las ideas de
necesariamente captarla. El saber, inesta- Rousseau. Kant había leído en efecto el
ble, es revisable indefinidamente. -->Emilio muy atentamente.
SOCIEDAD CONTRA EL ESTADO (LA) 582
con el vacío, y al ser en su plenitud con comúnmente lanzada contra los estoicos)
los átomos. A este materialismo -el de contrasta con su situación de poder: nadie
Demócritcr- opone él la filosofía de los ha afirmado mejor que el emperador Mar-
«amigos de las Ideas» (tal vez los platóni- co Aurelio la igualdad innata de todos los
cos mismos), que rehúsan afirmar que hombres, depositarios de la razón divina y
todo es corporal. ciudadanos del mundo. Se ha llegado inclu-
Al analizar el Ser y el no-ser, Sócrates so a ver en esta afirmación primordial de la
los identifica con lo Mismo y lo Otro. igualdad de los hombres una prefiguración
Mediante razonamientos asaz sutiles, que de la idea cristiana. ¡Extraña manera de leer
hacen del Sofista un diálogo difícil, Pla- la historia al ~. que rrouce a las más altas
tón baraja la posibilidad de atribuir una inteligencias de la humanidad a la condición
cierta realidad al no-ser. de precursores titubeantes! ¿Por qué no
reconocer más bien que, pese a que la apor-
Edición: Sofista (tr. N. J. Cordero), en Diá- tación del cristianismo a la idea de igual-
logos V, Gredas, 1988. dad haya sido considerable, este último no
Estudios: F. M. Cornford, La teoría pla-
tónica del conocimiento (tr. N. L. Corde- es el inventor de ella?
ro y M. D. del C. Ligatto), Paidós, 1991; El autor se ve a sí mismo •progresan-
J.-F. Mattéi, L'ttranger et le Simulacre: do• en el camino de la sabiduria. En este
essai sur la fondation de l'ontologie p/a- escrito da testimonio de una lucidez sin
tonicienne, P.U.F., 1983. complacencia respecto a sí mismo y prac-
tica un examen de conciencia severo. El
libro se abre incluso con un amplio inven-
tario de tooo lo que el emperador es cons-
SOULOQUIOS, T&. dcr hw-tov, o de ciente que debe a otros. En lo esencial,
170 a 180. vuelve a tomar los preceptos de Epicte-
MARCO AUREUO, 121-180. to, el esclavo. Vivir de acuerdo con la natu-
raleza, en los dos sentidos de la palabra:
Marco Aurelio redactó los Soliloquios conformarse a las leyes del cosmos y obe-c
día a día, a veces muy cerca del teatro de decer al genio propio, ser uno mismo,
la acción. No son por tanto un diario ínti- asumir su propio papel. Nada que cons-
mo, sino el registro regular de un examen tituya un aporte original a la doctrina de
de conciencia. Las circunstancias de la sus predecesores. Intentemos discernir
redacción explican su composición asaz los elementos que definan la contribución
relajada, muy alejada de toda preocupa- específica de Marco Aurelio.
ción didáctica. La aportación de los Solí/oquios a la
Asumiendo la herencia estoica clásica, moral estoica parece ser principalmente
Marco Aurelio, último representante de técnica. Hablando en términos kantianos,
la escuela del Pórtico, desarrolla su pen- la cuestión es de orden pragmático:
samiento casi exclusivamente en el domi- ¿Cómo aplicar en la vida concreta los
nio de la moral. De la lógica, apenas se principios generales enunciados por los
preocupa. En física retiene sobre todo la maestros? A fin de hacemos capaces de
idea de una providencia que gobierna el no desear más que lo que dependa de
mundo. Se distingue, sin embargo, por la nosotros, el autor realiza una desmistifi-
afirmación de una esencia propia de la cación sistemática del mundo, de los ído-
inteligencia humana distinta del alma los y de los fantasmas, y nos invita a con-
material, sede de las pasiones. siderar las cosas por lo que ellas son sin
Es la moral lo que interesa a Marco Aure- más, reduciéndolas a sus elementos cons-
lio, hombre de acción confrontado con las titutivos. ¿La buena comida? «Aquí un
vicisitudes de la existencia y del poder, enre- cadáver de pez, allá un cadáver de ave.»
dado sin cesar en el trato con sus semejan- ¿Los placeres del amor? «Un frotamien-
tes. La humildad del filósofo (Marco Aure- to del vientre y la eyaculación de un líqui-
lio no está incluido en la acusación de orgullo do viscoso acompañado de un espasmo.»
----1
SOMBRA DE DIOS (LA) 584
¿La muerte? ¿No nos priva sobre todo de comienzo de la segunda mitad del siglo XX,
cosas bien mediocres? De todos los estoi- los problemas de la naturaleza, del valor
cos, Marco Aurelio es el más sensible al y de la existencia de Dios. Retomando
tema del orden del mundo y de la proví- el análisis de la «apuesta>> de Pascal, Sou-
dencia. Y construye un argumento en for- riau muestra que ese texto extraídos de
ma de dilema. Si este mundo no está regi- los -+ Pensamientos es la obra de una
do por orden alguno, ¿por qué amarlo, «sabiduría unificante>> que, a sus ojos, es
por qué lamentar abandonarlo? Si por insuficiente: es preciso poder acceder a
el contrario existe una providencia, ¿no la experiencia de aquello que reúne «la
debemos entonces confiar en ella? experiencia de lo que instituye las dis-
La atención prestada a la dignidad de tancias". Para Souriau en efecto, no se
la persona humana, depositaria de la puede acceder al conocimiento de Dios
razón universal, funda la exigencia de res- más que en y por un amor racional. Toda
peto y de justicia, mas también el deber nuestra existencia en la que se efectúa
de hacer el bien sobre su entorno ocu- concretamente nuestro esfuerzo, y su
pándose de los asuntos de la ciudad. decurso temporal e histórico, aparece
En su conjunto, los Soliloquios nos dan como «el envés del tapiz>>, con sus nudos,
la imagen del estoico más simpático sus rugosidades, sus deshilachados. «Mas
-en el sentido más puro de la palabra- la trama no es absolutamente opaca>>, nos
de todos. En parte alguna hay el menor advierte Souriau. «Misteriosamente las
indicio para sospechar que Marco Aure- sombras y las luces se pasean por ella
lio hubiera practicado el estoicismo como haciéndola a veces asaz translúcida para
un ideal estético de existencia. Menos poder entrever fugazmente con claridad
didáctico que Epicteto, menos austero que el esplendoroso objeto que hay al otro
Séneca, Marco Aurelio encarna la figura lado.>> Es a la captación de esta dimen-
del sabio consciente de sus debilidades, sión supraexistencial de lo real a lo que
mas también de su dignidad, entregado el hombre con vocación de espiritualidad
a la tarea de vívir su condición humana en debe consagrarse.
el ejercicio de pensarla, y no creyéndose
dispensado de vivírla porque la pensaba. Edición: L'Ombre de Dieu, P.U.F., 1955.
Los Soliloquios de Marco Aurelio son Estudio: L. de Vitry-Maubrey, La Pensée
un libro-faro, no solamente del estoicismo cosmologique d'Étienne Souriau, Klinck-
y de la filosofía helenística, sino también sieck, 1974.
del pensamiento occidental. La influencia
de Marco Aurelio continúa ejerciéndose
sin interrupción hasta la época contem-
poránea sobre los más grandes espíritus. STROMATA, TU>v x:ata tt1v ixA:r¡et¡
<ptAO<JOq>ÍaV yvroatt KUJV lJ1tO¡l Vll¡lCxtCOV
Ediciones: Soliloquios (tr. J. D. García Bac- atpro¡léttn<;, o hacia 179.
ca), México, Secretaría de Educación Públi- CLEMENTE DE ALEJANDRÍA, hacia 140-hacia
ca, 1944; Meditaciones (tr. B. Segura), Alian- 220.
za, 1996.
Estudio: Ch.Parain, Marc-Aurele, Bruselas,
Complexe, 1982. En los ocho libros que componen esta
obra, Clemente ha reunido las «simientes
de gnosis>> que tratan del cristianismo y
de las diversas doctrinas filosóficas de la
SOMBRA DE DIOS (lA), L'ombre de Antigüedad.
Dieu, 1955. El autor reconoce que la lectura de los
ÉTIENNESOURIAU, 1892-1979. griegos es útil a los cristianos, mas al mis-
mo tiempo afirma que el pensamiento
El esteta se interroga aquí sobre las griego ha tomado mucho de las Escritu-
perspectivas bajo las que se plantean, al ras, que son todavía más antiguas. Nume-
585 SUEÑO DE D' ALEMBERT
rosas cuestiones de teología son aquí abor- no delirio. Este procedimiento le permite
dadas, como la continencia, la perfección, a Diderot introducir las ideas más auda-
el martirio, la ascesis y la fe. ces: «No carece de ingenio haber pues-
to mis ideas en boca de un hombre que
Edición: Stromates, 8 vols., Le Cerf, 1949- sueña: a veces hay que dar a la sabidu-
1981. ría el aire de la locura, a fin de procu-
Estudios: E. Gilson, La filosofía en la Edad
Media (tr. A. Pacios y S. Caballero), Gredas, rar su admisión.••
1972, pp. 45-52 y 57; Cl. Mondésert, intro- Mientras que la Conversación entre
ducción a la edición francesa. D'Alembert y Diderot se proponía elu-
cidar la relación de lo inerte con lo vivo,
el Sueño de D'Alembert expone una teo-
ría del pasaje del ser sensible al ser pen-
SUEÑO DE D'ALEMBERT, Reve de sante. La explicación es totalmente mate-
d'Alembert, 1831. rialista, mas nunca mecanicista en sentido
DENIS DIDEROT, 1713-1784. cartesiano. Por ejemplo, la memoria es
Diálogo. resultado de la vibración de una cuerda
sensible que continúa resonando después
«No es posible ser más profundo y más de que se la haya pulsado. La asociación
loco", escribía Diderot a propósito de esta de ideas procede de la comunicación a
obra. El Sueño de D'Alembert es de sus vecinas de la vibración de una cuerda
hecho el segundo de una serie de tres diá- sensible. Este esquema fisiológico permi-
logos redactados en 1769: el primero te a Diderot dar cuenta de las facultades
es una Conversación entre D'Alembert psíquicas, explicadas a partir de conside-
y Diderot, y el último una Continuación raciones estrictamente materialistas.
de la conversación. Mas este texto no se limita a la com-
Los tres diálogos nacieron del interés prehensión de los mecanismos corpo-
siempre creciente de Diderot por las cues- rales o físicos. La situación del hombre
tiones biológicas, y por la de la relación en la creación se encuentra igualmente
entre el espíritu y la materia. Las con- afectada. Porque si el ser humano no
versaciones se alimentan de una infor- consiste más que en un agregado de
mación sumamente rica; sus lecturas sobre fibras dotadas de sensibilidad por su orga-
estas cuestiones eran innumerables y Dide- nización, entonces no goza de ninguna
rot estaba muy al día de los trabajos de situación privilegiada en el universo mate-
sus contemporáneos: Haller, Buffon, Mau- rial. El hombre no es más que un esta-
pertuis, los médicos Bordeu, Tronchin, dio particular en el gran movimiento
Petit, Roux (Bordeu interviene además, determinista de la materia: «El hombre
junto a Mademoiselle de Lespinasse, en no es más que un efecto común." Es por
el Sueño). Contra el cartesianismo y todo tanto más que evidente que Diderot reto-
dualismo en general, Diderot defiende ma aquí la tesis evolucionista planteada
la idea de una materia única, universal- ya a bastante profundidad en su --+ Car-
mente sensible, aunque bajo formas diver- ta sobre los ciegos. Contra la evidencia
sas. El continuismo de Diderot va a impo- inmediata, que constata la rigidez de las
ner sus consecuencias en el nivel biológico, especies vivientes, Diderot afirma: no
mas igualmente se ampliará a los nive- nos falta más que una visión de la inmen-
les de la antropología, la moral, la meta- sidad del tiempo para captar las trans-
física. formaciones.
Sus tesis no toman nunca la forma de Los mismos valores morales tampo-
un desarrollo sistemático. Muy al con- co salen indemnes. Pues la noción de per-
trarío, la exposición que Díderot hace sona humana se desvanece con el indi-
de ellas es extremadamente deshilva- viduo, inmerso en la totalidad cósmica de
nada, puesto que el D' Alembert que aquí cuyo seno emerge provisionalmente: «¡Y
pone en escena es un hombre en pie- vosotros habláis de individuos, pobres filó-
SUEÑOS (LOS) 586
La obra critica las pretensiones de Swe- l'}OS Aires, Siglo Veinte, 1970; S. Lukes,
denborg de utilizar un -sentido• especial para Emi/e Durkheim. Su vida y su obra, Cen-
entrar en contacto con los espíritus. Kant tro de Investigaciones Sociológicas, 1984.
llega hasta establecer un paralelismo entre
las •historias de espíritus>• del fundador de la
teosofía y los «sueñOS>• de la metafísica.
SUMA ATEOLÓGICA (lA), La Som-
Edición: Los sueños de un visionario (tr. me athéologique, 1954 y 1961.
P. Chacón e J. Reguera), Alianza, 1987. GEORGES BATAILLE, 1897-1962.
Estudios: E. Cassirer, Kant: vida y doctri-
na (tr. W. Roces), Fondo de Cultura Eco- Compuesta por La experiencia inte-
nómica, 1993; M. David-Ménard, La folie
dans la raison pure: Kant lecteur de Swe- rior (1943), El culpable (1945), y Sobre
denborg, Vrin, 1990. Nietzsche, a los que se añaden Aleluya
y Método de meditación (1947), La
Suma ateológica debía contener origi-
nalmente El Perturbador y El sistema
SUICIDIO (EL), Le suicide, 1897. inacabado del no-saber, que no vieron
ÉMILE DURKHEIM, 1858-1917. jamás la luz.
La obra da testimonio de la expe-
En este estudio de sociología que se riencia interior de Georges Bataille. Su
apoya en datos estadísticos muy nume- forma es la de un diario: fragmentos,
rosos, Durkheim ha mostrado admira- notas, cortos poemas, mas el tono adop-
blemente que la tasa de suicidio consti- tado por el autor no es el propio de las
tuye un indicador objetivo del grado de confesiones. Esta •experiencia interior••,
anomía de una sociedad o de un grupo cuyas modalidades son el éxtasis, la
social. Por •anomía» entendía él una rela- angustia, el saber y el no-saber, desig-
jación moral de la sociedad de la que na la experiencia de los límites que
resulta que los individuos no saben ya encuentra aquel que, habiendo dejado
qué normas deben seguir. En efecto, de querer ser Todo, comprende que él
la tasa de suicidio en una sociedad dada no es más que imperfección, inacaba-
varía en función inversa del grado de miento y desesperación, y en esta fini-
integración de los individuos en las tud encuentra el signo de su grandeza y
estructuras familiares, religiosas y polí- de su salvación. •Dios no es el límite del
ticas de esa sociedad. Pero toda crisis hombre, mas el límite del hombre es
social comporta un peligro de anomía, divino. Dicho de otro modo, el hombre
incluso aunque tenga su origen en un es divino en la experiencia de sus lími-
aumento brusco de poder o de fortuna. tes•• (El culpable).
Impresionado por las fuertes tasas de Con La Suma ateológica inaugura
suicidio constatadas en la industria y el Bataille un nuevo género literario: La
comercio en la época del desarrollo Experiencia interior, aunque alimenta-
industrial, el autor ha concluido que la da de la intimidad de su autor, alcanza
sociedad tradicional estaba inmuniza- el rigor abstracto de la verdad objetiva.
da por el hecho de su estabilidad. La Es a la actividad creadora lo que el ensa-
evolución ulterior ha mostrado que con yo es a la obra. Profundamente marca-
el progreso de la industrialización baja- do por la lectura de Pascal y de Nietzs-
ban las tasas de suicidio urbano, mien- che, Bataille concitó sobre sí las críticas
tras que las mayores tasas se encon- de los surrealistas, de los existencialistas
traban en las regiones rurales. (•M. Bataille sobrevive a la muerte de
Dios••, ironiza Sartre) y de los cristianos
Edición: El suicidio (tr. L. Díaz Sánchez),
Akal, 1992. (para Gabriel Maree!, Bataille no tiene
Estudios: R. Aron, Las etapas del pensa- la sinceridad que hacía de Nietzsche un
miento sociológico (tr. A Leal), vol. D, Bue- místico).
SUMA CONTRA LOS GENTILES 588
Edición: Somme athéologique I et JI, en tido de que está siempre en acto, jamás
Oeuvres completes, t. 5 y 6, Gallimard, en potencia; es omnipotente, aunque sin
1973 y 1987. embargo separado de la materia; es inte-
Estudios: J. Lechte, 50 pensadores con-
temporáneos esenciales (tr. M.• L. Rodrí- ligencia y voluntad, bondad y felicidad.
guez Tapia), Cátedra, 1996, pp. 131-136; Dios está en el orisen de toda cosa, de
J.-C. Renard, L'experience intérieure de todo ser viviente; es El quien ha concebi-
Georges Bataille ou la Négation du myste- do al mundo y a sus criaturas. Así ha cre-
re, Le Seuil, 1987. ado las inteligencias puras, separadas de
toda materia, como los ángeles, que habi-
tan las esferas celestes; también ha crea-
do las inteligencias humanas, que están
SUMA CONTRA LOS GENTILES, unidas a un cuerpo. El hecho de que el
Summa contra Gentiles, entre 1255 y alma humana esté estrechamente ligada
1264. TOMÁS DE AQUINO (Santo), hacia al cuerpo es esencial: el alma es un acto
1225-1274. del cuerpo, o una de las formas de éste.
El cuerpo, por medio de nuestros sen-
Obra teológica fundamental del autor, tidos, está por tanto al origen de nues-
la Suma contra los Gentiles tiene por tro entendimiento, de nuestras ideas y en
tema esencial la esencia de Dios y el cono- particular de la concepción que tenemos
cimiento que de Él tiene el hombre. de Dios. Mientras que el cuerpo, recep-
¿Cómo un simple mortal, imperfecto de táculo mortal, realizará su bien supremo
por sí, puede concebir un ser perfecto y en la resurrección de la carne, el alma
eterno? ¿Cómo puede incluso explicarlo? eterna e incorruptible no puede alcanzar
Éste es el vasto problema que Tomás de su fin más que reuniéndose con Dios. La
Aquino aborda aquí. muerte de su envoltura camal no da sin
Hay dos puntos de partida: Dios pue- embargo al hombre la visión perfecta de
de ser aprehendido por la sola razón y ser Dios: en efecto, el entendimiento huma-
aceptado por ella, incluso aunque esta no permanece limitado. Esta gracia pue-
visión sea susceptible de error; la otra ima- de no obstante serie acordada por Dios,
gen que poseemos de Dios es la que nos mas esto sigue siendo excepcional. La
dan las Escrituras. gracia divina completa y perfecciona el
Gracias a la razón humana, la exis- orden de la creación: es un bien. De la
tencia de Dios puede ser demostrada y misma manera, el amor al bien y el odio
probada. Si partimos del principio de que al mal que Dios inspira en el hombre no
todo efecto tiene una causa, el riesgo de menoscaban su libertad.
remontarse al infinito en la cadena de cau- El hombre sólo puede alcanzar la visión
sas y de efectos nos obliga a reconocer de Dios en el más-allá. La contemplación
como absolutamente necesaria la exis- de la esencia divina está en efecto dema-
tencia de una causa primera y absoluta: siado alejada de los problemas y preocu-
esto es lo que preconizaba ya el axioma paciones del hombre durante su vida terres-
aristotélico. Esta idea se encuentra tam- tre. Pero existe una verdad superior: la de
bién en las Escrituras: Dios creó al mun- los dogmas. La razón humana puede com-
do ex ni hilo; en la concepción cristiana, prender estos dogmas que la revelación
la materia no puede preexistir a Dios. divina ha impuesto a los hombres: la Tri-
Es preciso apoyarse también sobre la esen- nidad, el Sacramento y la Encamación.
cia humana para mostrar cuál es la natu- Sin embargo estos dogmas no pueden ser
raleza de Dios. El hombre es un ser imper- probados; es preciso aceptarlos, por un
fecto; pero como ninguna cosa existe sin acto de fe.
su contraria, existe necesariamente un ser La Suma contra los Gentiles es, jun-
perfecto, que es Dios. Contrariamente al to con la -> Suma teológica, una de las
hombre, Dios es eterno: no tiene ni obras fundamentales de Tomás de Aqui-
comienzo ni fin; es Acto puro, en el sen- no. El autor expone efectivamente en ella
589 SUMA DE TODA LA LÓGICA
[593]
TÉCNICA (LA) 594
al que Sócrates había augurado un gran los grandes diálogos morales: --> La Repú-
porvenir en su especialidad. La conversa- blica, -> Gorgias, ""Fedón.
ción -que presenta a Sócrates, Teeteto y La crítica de Protágoras y de Herácli-
Teodoro {también un matemático}- está to ha permitido establecer así que la sen-
contada por un cierto Euclides {que no tie- sación no podría servir de fundamento
ne nada que ver con el célebre matemáti- último a la ciencia. Esta crítica hace pare-
co griego). ja, en la obra de Platón, con la critica simé-
El objeto de este diálogo es el conoci- trica de Parménides y de las tesis de la
miento. Como es habitual, el problema es corriente eleática; el Teeteto es en esto
propuesto partiendo de la enseñanza de un complemento de el sofista.
los sofistas. Es sabido que Protágoras, por En un segundo movimiento, Platón va a
ejemplo, defendía un relativismo sensua- mostrar que lo mismo vale decir de la opi-
lista que resumía en la fórmula •El hom- nión verdadera. Ésta puede muy bien pose-
bre es la medida de todas las cosas.• El er fortuitamente la apariencia de ciencia,
Teeteto tematiza la crítica de este relati- mas no la posee más que de manera con-
vismo estableciendo que la fórmula de Pro- tingente, inestable, fugaz. Es lo que repeti-
tágoras es lógicamente contradictoria; rán los estoicos: el loco que dice, en pleno
suponerla verdadera es dar a cada uno el día, que es ele día, dice ciertamente algo ver-
derecho -¡en nombre del principio mis- dadero; sin embargo no posee la verdad,
mo!- de declararla falsa. Pero igualmente puesto que habría podido decir igualmente
es sabido que el relativismo sofista se apo- que era de noche. Bachelard lo formulará
yaba en un discurso sensualista y movi- así: «La opinión tiene siempre el derecho a
lista, el de Heráclito, que pretendía extra- equivocarse.»
er del movimiento perpetuo de todas las Sigue siendo evidente que los sentidos
cosas una prueba de la imposibilidad de juegan un papel en el conocimiento, y Pla-
conocer lo real. Es también de este escep- tón analiza con finura las condiciones de la
ticismo físico, evocado ya en el --> Cráti- percepción, el trabajo de síntesis que rea-
lo, del que se ocupa aquí Platón. Sin liza. Reconoce por tanto al alma una autén-
embargo, no se contenta con un vago tica actividad en la síntesis de los datos sen-
rechazo de las tesis sofistas y heraclitea- sibles. El Teeteto llega casi a proponer un
nas; preocupado, por el contrario, de dar bosquejo de tabla de las categorías (ser y
a esas tesis toda su fuerza, Platón las expo- no-ser, identidad y diferencia, unidad y mul-
ne en detalle y da incluso la palabra a Pro- tiplicidad ... ). Igualmente ofrece lo que tal
tágoras en persona. Por lo demás, pare- vez constituye el primer análisis filosófico
ce evidente que Platón tenía tanto respeto consistente del error. La crítica del valor de
por Heráclito como el que reconocía {en la opinión verdadera supone en efecto el
-+el Sofista) sentir por Parménides {dos descubrimiento de las condiciones de posi-
filósofos a los que combatía sin embargo); bilidad de la opinión falsa (problema entre-
aquí se cuida en efecto de distinguir las visto ya en el --> Eutidemo). Al recorrer
tesis de Heráclito de las de sus seguido- las sucesivas comparaciones que le presenta
res, que no extraen de su doctrina más el joven T eeteto, Sócrates analiza las con-
que consecuencias negativas. diciones del falso reconocimiento.
Por otra parte, la problemática del Tee- Finalmente se analiza la tesis de que la
teto no está limitada al dominio teórico ciencia es «la opinión verdadera acom-
estrictamente entendido; igualmente son pañada de razón». No es fácil saber qué
puestas en evidencia las implicaciones éti- sentido exacto es preciso atribuir a esta
cas del problema del conocimiento: no definición, ni a qué pensadores se refería
sería lícito fundar lo justo sobre lo útil, y Platón al criticarla; tal vez estuviera pen-
el pragmatismo de los sofistas en mate- sando en Antístenes o en los megáricos.
ria de moral es tan insostenible como su De lo dicho se desprende que el Teete-
relativismo gnoseológico. El Teeteto se to presenta un rico abanico de temas esen-
inscribe fielmente por tanto en la línea de ciales para toda reflexión filosófica. Se tra-
TELLIAMED OCONVERSACIONES DE UN FILÓSOFO INDIO CON UN MISIONERO FRANCÉS... 596
ta seguramente de uno de los diálogos más Edición: Telliamed ou Entretiens d'un phi-
ricos y profundos de Platón. Es necesario /osophe indien avec un missionnaire
jranc;ais, col. «Corpus des oeuvres de phi-
también señalar que da espléndidamente a losophie en langue fram;:aise", Fayard, 1984.
conocer la figura de Sócrates, partero de Estudio: M. Benítez, «Benoit de Maillet et
espíritus (Sócrates evoca aquí la figura de l' origine de la vie dans la mer: conjecture
Fenareta, su madre, que era mujer-sabia}: amusante ou hypothese scientifique?», Revue
Sócrates aparece aquí tanto como filóso- de synthese, janvier-juin 1984.
fo inflamado por la verdad, como en cali-
dad de hombre honesto y afable, mas fiel
siempre al Sócrates que Platón ha presen-
tado en sus otros diálogos. TEMA DE NUESTRO TIEMPO (EL),
1923.
Edición: Teeteto (tr. A. Vallejo Campos), JosÉ ORTEGA v GASSET, 1883-1955.
en Diálogos V, Gredas 1988; íd. (tr. M.
Balasch), ed. bilingüe, Anthropos, 1990. Habiendo tenido inicialmente por maes-
Estudios: Introducción de A. Vallejo Cam-
pos a la ed. de Gredas; F. M. Cornford, tro al neokantiano Hermann Cohen, Orte-
La teoría platónica del conocimiento (tr. ga y Gasset evoluciona enseguida hacia
N. L. Cordero y M. D. del C. Ligatto), Pai- una filosofía más personal, que toma por
dós, 1991; W. D. Ross, La teoría de las ide- objeto la vida como «realidad radical». Así,
as de Platón (tr. J. L. Diez Arias), Cátedra, rompiendo definitivamente con su primer
1889; A. Koyré, Introduction a la /ecture
de Platon, Gallimard, 1987. inspirador, se consagra aquí a una crítica
de la razón formal a la que opone la <<razón
vital,, única que nos permite analizar ese
principio fundamental que es la vida com-
TELLIAMED O CONVERSACIONES prendida en toda su radicalidad. Sin este
DE UN FILÓSOFO INDIO CON UN principio, le sería imposible explicar el uni-
MISIONERO FRANCÉS SOBRE LA verso en su totalidad. Mas «razón vital» es
DISMINUCIÓN DEL MAR, LA FOR- aquí sinónimo de «razón histórica»: la una
MACIÓN DE LA TIERRA, EL ORIGEN no tiene valor sin la otra. A través de ellas
DEL HOMBRE, ETC., Telliamed, ou nos resultan verosímiles todas las vidas
Entretiens d'un phílosophe indien avec de los humanos; de aquí la necesidad de
un missionnaire franc;ais sur la dimi- determinar la posibilidad y los límites de la
nution de la mer, la formation de la comprensión del otro. Ésta es la tarea que
Terre, /'origine del l'homme, etc., 1748. debe asumir toda epistemología de las cien-
BENOIT DE MAILLET, 1656-1738. cias sociales que quiera ser consecuente.
Se reconoce en este filósofo español
Aunque la obra no apareció hasta diez la influencia de Nietzsche, mas también
años después de la muerte de su autor, las de Simmel, Scheler y Dilthey.
circulaban de tapadillo, desde 1720, algu-
Edición: El tema de nuestro tiempo, Alian-
nas copias manuscritas. za, 1987.
El Tel/iamed (anagrama del nombre Estudio: J. Marías, Ortega. Las trayecto-
del autor) es una obra fuertemente ori- rias, Alianza, 1983, pp. 166-179.
ginal que expone, a la manera de Buf-
fon, una teoría general de la Tierra y de
los seres vivos. Maillet afirma en ella el
origen marino de todas las criaturas TEMOR Y TEMBLOR, Frygt og Boe-
vivientes, origen atestiguado por los fósi- uen, 1843.
les marinos, que se encuentran en todos S0REN AABYE KlERKEGAARD, 1813-1855.
los puntos del globo.
Sorprendentes intuiciones evolucio- Publicada bajo el pseudónimo de
nistas alternan aquí con conjeturas alta- Johannes de Silentio, esta obra describe,
mente fantasiosas. mediante la exégesis de la historia de
597 TENTACIÓN DE EXISTIR (LA)
La te01ía del contrato social reposa sobre dades admisibles son las que benefician
una «posición original>>; posición hipotéti- a los menos favorecidos, mientras que la
ca en la que los individuos actúan en com- desigualdad injusta no beneficia a todos.
pleta ignorancia y están racionalmente ani- Influenciado por Kant, Rawls desarro-
mados por sus propios intereses. Estos lla aquí una teoría sistemática de la justi-
individuos deben ponerse de acuerdo sobre cia que se apoya en principios racionales
un sistema de cooperación. Mas, sin cono- (la razón práctica). Su influencia, tanto
cer el lugar que ocupará en el sistema, cada sobre las teorías como sobre las políti-
uno se representa prudentemente lo peor, cas económicas del mundo anglosajón y
es decir el caso en el que él ocupara una del continente europeo, es grande, sin-
posición inferior. A partir de ahí, cada uno gularmente entre los liberales y los pro-
adopta la <<estrategia del máximum» (toma- gresistas. Mientras que el pensamiento
da de la teoría de juegos). Según esta estra- igualitarista, que identifica justicia con
tegia, para todo jugador que no está segu- igualdad económica, pierde su vigencia,
ro de ganar, el mejor plan a adoptar la teoría rawliana tiende a justificar las
consiste en asegurarse de que el peor resul- desigualdades, y ello en el nombre mis-
tado sea el mejor posible; con ello mini- mo de la justicia.
miza sus pérdidas máximas, o también
maximiza sus pérdidas mínimas. Edición: Teoría de la justicia (tr. M.• D.
En la posición original y en virtud de la González), Fondo de Cultura Económica,
estrategia del máximum, los individuos eli- 1978.
gen dos principios distintos, siendo el pri- Estudio: B. Barry, La teoría liberal de la
justicia. Examen crítico de las principa-
mero (libertad) prioritario por relación al les doctrinas de u Teoría de la justicia» de
segundo (diferencia). Según el principio John Raw/s (tr. H. Rubioi), México, Fondo
de libertad, los individuos se compro- de Cultura Económica, 1993; lndividu et
meten a instituir el marco de libertades justice socia/e. Autour de John Raw/s (obra
más amplio que sea compatible al mismo colectiva), Le Seuil, 1988.
tiempo con una libertad similar para todos.
Cada uno dispondrá así de la mayor liber-
tad compatible con la libertad del otro.
El principio de diferencia es el que justi- TEORÍA DE LOS SENTIMIENTOS
fica las desigualdades. Rawls critica aquí MORALES (LA), The Theory of Moral
la teoría neoclásica y utilitarista que igno- Sentiments, orAn Essay towards the
ra las desigualdades, confunde la justicia analysis of the principies by wich men
con la maximización del bienestar social, natural/y judge concerning the conduct
y admite con ello que el sacrificio de un and character, first of their neighbourgs,
individuo pueda aumentar el bienestar and afterwards of themselves, 1759.
de todos. Para Rawls, nadie es un medio ADAM SMITH, 1723-1790.
al servicio de la sociedad, estando siem-
pre las libertades civiles por encima de la Esta obra toma el texto de un curso de
economía. Pero las desigualdades no son ética que Adam Smith impartió en la uni-
necesariamente injusticias. Se las puede versidad de Glasgow, en la que enseña-
admitir bajo dos condiciones: en primer ba desde 1 7 51. El filósofo se propone
lugar, es preciso que haya una •1usta igual- aquí reelaborar uno de los problemas filo-
dad de oportunidades», o dicho de otro sóficos más clásicos del Siglo de las Luces.
modo, que las situaciones que aportan ven- Se trata, como indica claramente el títu-
tajas sean accesibles a todos; en segundo lo, de comprender la naturaleza y el ori-
lugar, que la sociedad tenga el poder de gen del «sentimiento moral», al que se atri-
hacer a los menos afortunados tan ricos buía habitualmente -hasta Kant- la
como le sea posible, esto es, de alcanzar responsabilidad de nuestros juicios éticos.
un óptimum en la distribución de los ingre- Smith admite una simpatía humana,
sos. De este modo, las únicas desigual- que hace a los individuos capaces de tras-
TEORíA DEL ARTE MODERNO 602
pasar su dimensión propiamente egoísta les nos es dada la percepción del mundo
para tomarse sensibles al sufrimiento de exterior. En efecto, según La teoría de
otro. El autor se cuida de subrayar bien Jos sentimientos morales, nuestros jui-
(como lo hará Kant) que la compasión, o cios morales conocen una multitud de
piedad, sigue teniendo su sede en el ego- matices, que son incompatibles con la
ísmo. Mas la compasión no actúa sola, hipótesis de un sentido moral único.
pues «por egoísta que se suponga ser un Aunque Smith, deísta, pronuncia lo
hombre cualquiera, hay evidentemente menos posible el nombre de Dios, el
algunos principios en su naturaleza que lo papel de la providencia está sin embar-
inclinan a interesarse por la buena fortu- go presente en cada página de este libro.
na de los otros y que toman la felicidad de Un finalísmo permanente se deja en efec-
éstos en algo necesario para él». Así, el to entrever en él.
sentimiento moral del hombre está orde- El privilegio, o mejor la exclusividad,
nado según su naturaleza propia, mas tam- que se atribuye al sentimiento en la con-
bién de acuerdo con la naturaleza entera ducta moral, conduce a Smith a terminar
y con la de la comunidad humana. Al igual su ensayo con críticas muy duras respec-
que los moralistas empiristas y utilitaristas to a la casuística, pues las obras que en
-compatriotas suyos en su mayoría-, ella se inspiran «buscan en vano deter-
Smith piensa que el hombre está desti- minar de una manera precisa aquello que
nado a establecer con sus semejantes rela- no puede serlo más que por el senti-
ciones de solidaridad y de ayuda mutua, miento; ¿cómo es posible en efecto encon-
únicas capaces de procurar la felicidad de trar reglas invariables que fijen el punto
todos. Esta idea de una felicidad posible en el cual, en cada caso particular, el sen-
es aquí determinante, hasta el punto de timiento delicado de la justicia se toma
conducir a Smith a una afirmación un tan- en un mero escrúpulo frivolo; que mues-
to paradójica que Kant discutirá: el autor tren el instante preciso en que la reserva
observa en efecto que nuestro juicio moral o la discreción degeneran en disimulo?».
no se ejerce jamás únicamente sobre las La teoría de los sentimientos mora-
intenciones que han presidido una acción, les ejerció una cierta influencia sobre
sino que integra siempre al mismo tiem- las concepciones morales del Siglo de
po los resultados o consecuencias (éxito o las Luces. La teoría se inscribe en el gran
fracaso) de esa acción. movimiento empirista, naturalista y deís-
Es muy claro para Smith que el senti- ta que atraviesa la reflexión ética -prin-
miento moral del hombre no está dicta- cipalmente en Gran Bretaña- en el
do por el interés; si ese fuera el caso, no siglo XVIII.
se comprendería que nos sugiriera apro-
bar acciones que individualmente nos per- Edición: Theory of Moral Sentiments, en
judican y desaprobar otras que podrían The Glasgow Edition of the Works and
sernos beneficiosas. La razón tampoco Correspondance of Adam Smith, vol. 1,
Oxford, Clarendon Press, 1976.
es el fundamento. En efecto, las reglas no Estudio: J. Mathiot, Adam Smíth, philo-
preceden al juicio moral que nosotros sophie et économie: de la sympathie ó
deduciríamos de la aplicación de normas l'échange, col. «Philosophies>>, P.U.F., 1990.
universales. Por el contrario, extraemos
por inducción las reglas generales a par-
tir del conocimiento de los casos parti-
culares. Así, la vida moral no está hecha TEORÍA DEL ARTE MODERNO,
más que de una infinidad de situaciones Théorie de l'art moderne, 1964.
singulares, siempre diferentes. Pero, con- PAUL .K!...EE, 1879-1940.
trariamente a otros moralistas (como el Colección de ensayos estéticos.
irlandés Francis Hutcheson), Smith se nie-
ga a admitir un «sentido moral» que se Para el autor, la modernidad en arte
sumaria a los sentidos mediante los cua- debe estar orientada hacia las formas iné-
603 TEORÍA ESTÉTICA
ditas del yo; así, el creador debe elevar- conceptual: la realidad es el espíritu que
se hasta el •<yo divino» {a priori). El artis- coincide con el mundo.
ta moderno desplaza el centro de grave-
dad de la materia y la considera desde un Edición: Teoría e historia de la historio-
nuevo ángulo. Si el dibujo es el arte de grafía (tr. E. J. Prieto), Buenos Aires, Imán,
1953.
eliminar, el color lo contiene todo. La per- Estudio: N. Abbagnano, Historia de la Filo-
cepción del artista es movimiento, al igual sofía (tr. J. Estelrich y J. Pérez Bal!estar),
que la obra, que se inscribe necesaria- vol. Ill, Montaner y Simón, 1973, pp. 438-
mente en el tiempo. Crear es dialogar con 452.
la naturaleza; porque hay leyes comu-
nes a la naturaleza y al arte. La forma cre-
adora «funciona» en la creación; el pintor
debe perseguir esta función, más que la TEORÍA ESTÉTICA, Aesthetische
forma acabada. Theorie, 1970.
Aunque contemporáneo de Kan- THEODOR WIESENGRUND ADORNO, 1903-
dinsky, el autor no sostiene los mismos 1969.
_puntos de vista que él, por encima de su
común voluntad de innovar. Donde Kan- En esta obra, que quedó inacabada, el
dinsky busca la forma a priori en su autor plantea la cuestión del estatuto mis-
dimensión absoluta, Klee se concentra mo del arte moderno, cuya evidencia no
en el carácter operativo de la forma. En aparece ni en sí mismo, ni en su derecho
este sentido, representa otra actitud res- a la existencia, ni en su relación con la
pecto de la conciencia creadora tras- sociedad. La ampliación de las posibilida-
cendental. des de creación entraña, a la inversa, un
estrechamiento de sus efectos sobre las
Edición: Teoría del arte moderno, Méxi- obras. La irrupción de lo «nuevo» en arte
co, Era, 1984. ha difuminado hasta la noción misma de
Estudio: J.-L. Ferrier, Paul Klee, les années tradición. El arte moderno está hecho a
vingt, Denoel, 1971. imagen de la ruina; expresa un desaliento
cuyo arquetipo es Rimbaud, que acabó por
abandonar la escritura. ¿Podría la eman-
cipación del arte haber minado las condi-
TEORÍA E HISTORIA DE LA HISTO- ciones de posibilidad de toda creación?
RIOGRAfÍA, Teoría e storia del/asto- El autor constata, por lo demás, que el
riografia, 1912. arte moderno se identifica con la sociedad
BENEDETIO CROCE, 1866-1952. de consumo del Occidente capitalista, mas
para oponerse a ella. Su función original
La historia constituye el cuarto domi- ha sido por tanto puesta en cuestión: antes,
nio (tras la estética, la lógica y la prácti- la obra de arte prometía un mundo mejor.
ca) al que Croce aplica su reflexión filo- Esta intención objetiva era y sigue sien-
sófica; con ello culmina la elaboración de do teóricamente el «contenido de verdad••
un sistema teórico -la Filosofía del/o de la obra, tal como la reflexión filosófi-
Spiríto Ga Filosofía del espíritu)-- cons- ca puede revelarlo (porque, al desplegar-
truido sobre una amplia base de erudición se, el contenido se transforma en el con-
crítica e historiográfica. cepto filosófico). De este modo, el
Fundada en su filosofía de la inma- contenido de verdad lucha contra el sufri-
nencia, la historia es, según Croce, una miento y la muerte, transmitiendo así la
«historia viviente»; necesariamente con- promesa de un mundo distinto. Mas el arte
temporánea, la historia •<es principalmente moderno ha olvidado el sufrimiento; trai-
un acto de pensamiento». Contra el posi- ciona la promesa: ¿no se está a punto de
tivismo y el romanticismo, Croce identi- firmar la condena a muerte del arte? No
fica el hecho histórico con su elaboración obstante, la naturaleza fundarnentalmen-
TEORÍA GENERAL DEL CONOCIMIENTO 604
pensar en acto. «El espíritu es una reali- hay que distinguir del positivismo filosó-
dad que se realiza por la conciencia que fico, cuyas consecuencias jurídicas son
ella tiene de sí misma.• Gentile llama actua· muy diferentes-, cercano en esto a Hans
lismo a la empresa filosófica que se fija por Kelsen, Carré de Malberg separa estric-
tarea pensar la unidad y la infinidad del yo tamente derecho, moral y política, dán-
o del sujeto absoluto. dole su autonomía a la ciencia jurídica.
Este idealismo absoluto se reconoce Según él, en efecto, el derecho natural
monista, pero en absoluto místico: resuel- no exime del jurídico; el único derecho es
ve las distinciones sin eliminarlas; preten- el derecho positivo, un derecho garan-
de pensar las diferencias como también las tizado efectivamente por un poder de
identidades. Igualmente el autor cree haber coacción, un derecho que no conoce nin-
llegado hasta la verdad profunda del cris- guna instancia «juridica» superior. Perte-
tianismo: la realidad actualizada como espí- nece, pues, a la esencia del derecho el
ritu puro no se deja ni negar (como en estar sancionado por una potencia coer-
las filosofias de la India), ni conocer (como citiva, suponiendo el derecho necesaria-
en la filosofía griega), sino construir; es mente la existencia de un Estado. El dere-
amor y voluntad, esfuerzo interior del «hom- cho positivo, por ser independiente de los
bre que se eleva por encima de la huma- valores morales y políticos, es axiológica-
nidad y se hace DioS>•; o también «el mun- mente neutro. Así, para el autor, la -+De-
do intrínsecamente moral» que es el que el claración de los derechos del hombre
hombre quiere que sea -el mundo tal reemplaza a la moral y no tiene ningún
como lo concibe el cristiano-. valor jurídico, no pudiendo apelar a nin-
El actualismo desemboca en estatismo, guna superioridad por relación a la cons-
puesto que la Historia, advenimiento de la titución de 1875; el legislador de la III
intersubjetividad concreta como Estado, República no está, en consecuencia, liga-
revela al hombre el secreto de su perpetua do en absoluto por este texto revolucio-
revolución y regeneración. El inmanen- nario.
tismo condujo a Gentile a reconocer en Heredero de Sieyés, el autor se remite
Mussolini el gran Renovador y a adherir- a la doctrina revolucionaria de la sobera·
se al fascismo. Murió también ejecutado nía nacional, reinterpretando así todo el
por los antifascistas, y su fin es como la derecho constitucional francés en confor-
ilustración de la incapacidad de este inma- midad con aquélla. La Nación, entidad
nentismo para ofrecer a sus adeptos un colectiva y abstracta, es la sola titular de la
criterio concreto de orientación, ni siquie- soberanía, siendo el Estado la personali-
ra en aquellas situaciones cuya singulari- zación unitaria de ésta. El Estado detenta
dad tan vivamente había promulgado. la autoridad, no porque domine de hecho,
sino porque él es soberano, porque es la
Edición: L'Esprit, acte pur (tr. A. Lion), potencia soberana de la Nación. La sobe-
Alean, 1925. ranía se define como «el carácter supremo
Estudio: N. Abbagnano, Historia de la Filo- del poden•, no admitiendo este poder con-
sofía (tr. J. Estelrich y J. Pérez Ballestar),
vol. III, Montaner y Simón, 1973, pp. 438- currencia alguna ni poder por encima de
428y 452. él. «El Estado tiene una potencia que no se
deja reemplazar por ningún otro poder y
que no puede ser igualada por ningún otro
poden•. El Estado, siendo soberano, no es
TEORÍA GENERAL DEL ESTADO, ni limitado ni determinado por una ins-
Contribution d la théorie générale de tancia superior como la moral; lo cual no
l'État, 1920 y 1922. significa que deba ser despótico o tiránico.
RAYMONDCARRÉDEMA!.BERG, 1861-1935. El Estado, organismo jurídico, está limita-
do por el derecho que él garantiza; la sobe-
Representante excepcional del positi· ranía no puede ser limitada más que por
uismo jurídico (formalismo jurídico) -que ella misma. Carré de Malberg retoma la
TEORÍA PURA DEL DERECHO 606
Natur), Husserl realiza una <<reducción» de antes de que esta última se hundiera bajo
la doctrina copemicana y presenta como las aguas.
presuposición trascendental la certeza de Al relato del mito sigue una exposición
que la Tierra es el suelo originario anterior de la cosmología platónica, cuyo funda-
a toda objetivación científica: es el «cuerpo- mento está constituido por la teoría de las
substrato> por relación al cual el movimiento Ideas. Para Timeo, estas Ideas han servi-
o el reposo de los otros cuerpos toman sen- do al demiurgo de modelos para construir
tido, mas en sí mismo <<ni se mueve ni está el mundo, cuya unidad geométrica fun-
en reposo». Este retomo a un Urboden es damental es el triángulo. La teoría del alma
un prerrequisito para los «Datos para la cons- del mundo atestigua una inspiración neta-
titución del espacio» (Notizen zur Raum- mente pitagórica. El tiempo es definido
konstitution), texto que considera la cons- aquí como «imagen móvil de la eternidad».
titución del espacio a partir del sistema 8 Ti meo continúa con una exposición de
cinestésico. Fmalmente, «8 mundo del pre- la «biología» de Platón, a partir de la teo-
sente viviente (Lebende Gegenwart) y la ría de los cuatro elementos. Las mujeres
constitución del mundo ambiente exterior y los animales son reencarnaciones de los
a la carne» trata de la constitución del mun- hombres de alma vil.
do objetivo privilegiando al cuerpo, Korper La conclusión esencial del diálogo es
y Leib (carne) a la vez. la idea de que la naturaleza -reflejo degra-
Estas reflexiones bosquejadas susten- dado de las esencias eternas- no podría
tarán las de la --+ Crisis de la ciencia eu- ser objeto de un conocimiento perfecto;
ropea y las de --+ El origen de la geo- de ella no es posible hacer más que con-
metría, mas también el pensamiento de jeturas probables.
Merleu-Ponty sobre la carne.
Ediciones: Timeo (tr. F. Lisi), en Platón,
Ediciones: La Terre ne se meut pos (tr. Diálogos, vol. VI, Gredas, 1992; en la trad.
D. Franck, D. Pradelle y J.-F. Lavigne), Ed. de las Obras completas de Platón por J.
de Minuit, 1989; La tierra no se mueve (tr. D. García Bacca, el Timeo figura en el vol.
A. Serrano), Universidad Complutense, VI, Caracas, 1980.
1995. Estudio: Introducción de F. Lisia la ed. de
Estudio: Husserl, revista Philosophie, n. 0 Gredas; G. M. A. Grube, El pensamiento
29, Éd. de Minuit, 1989. de Platón (tr. T. Calvo), Gredas, 1973, cap.
V; W. D. Ross, La teoría de las ideas de
Platón (tr. J. L. DíezArias), Cátedra, 1989;
L. Brisson, Le Meme et l'autre dans la struc-
ture ontologique du Timée de Platon,
TIMEO, o Sobre la naturaleza, Tí¡.tatO~, Klincksieck, 1974.
1'¡ llepi cpúoe~.
Pu\TÓN, 428/427-348/347 a.C.
Diálogo.
TOMISMO (EL). Introducción a la filo-
El Timeo, que pertenece al último pe- sofía de Santo Tomás de Aquino, Le
ríodo de la obra de Platón, contiene su Thomisme. Introduction d /a philosop-
filosofía de la naturaleza o, si se prefiere, hie de saint Thomas d'Aquin, 1921.
su física. ÉTIENNE G!LSON, 1884-1978.
El diálogo se abre con una evocación
del Estado ideal -tal como se lo encuen- Gilson ofrece aquí una lectura filosó-
tra descrito en --+La República-, del que fica de Tomás de Aquino destinada a
la Atenas primitiva ofrece, al decir de Cri- esclarecer, con un escrupuloso respeto
tias, una imagen relativamente fiel. Así, por los textos, su pensamiento sobre el
según el mito de la Atlántida, los prime- ser, sobre la existencia y sobre Dios. Se
ros atenienses habrían detenido a los inva- desprende de aquí una «filosofía cristia-
sores venidos de la isla Atlántida y libe- na» que, lejos de estar hoy día superada,
rado a los pueblos vecinos de su yugo puede incluso salvar a la filosofía con-
TÓPICOS (LOS) 610
eso que no puede ser visto, eso que no TÓTEM Y TABÚ, Totem und Tabu
se reduce a la percepción que tenemos 1913. ,
de él. Hay en el rostro una fragilidad y S!GMUND FREUD, 1856-1939.
una pobreza esenciales (el rostro está en
efecto expuesto, desnudo), mas también Freud intenta aquí por vez primera apli-
una primera palabra que enuncia un man- car los datos del psicoanálisis al dominio
dato: «No mataráS>>. El otro es al mismo de la cultura y de la religión. Más preci-
tiempo aquél contra el cual yo lo puedo samente, su idea es que existen nume-
todo y al que le debo todo. En el acceso rosas analogías entre los comportamien-
al rostro se da el acceso a la idea de Dios, tos de los «pueblos primitivos», tal como
a esa idea de infinito que, como en Des- los describen los etnólogos, y la vida psí-
cartes, excede al pensamiento. Mas para quica de los neuróticos.
Levinas, la relación con lo infinito no es Así, Freud ve en el tótem -el animal
un saber, sino un deseo, concebido como u objeto en el que el clan reconoce a la
«un pensamiento que piensa más de lo vez su ancestro y su genio tutelar- una
que él no piensa, o que piensa más de persistencia del <<temor al inceste»>, que en
lo que piensa•. La idea de lo infinito es la el neurótico se convierte en una verda-
condición de toda verdad y de toda obje- dera fobia. Todo sistema totémico prohí-
tividad: «Es el espíritu antes de que se be, en efecto, casarse entre sí a los miem-
ofrezca a la distinción de lo que él des- bros de un mismo grupo (ley de la
cubre por sí mismo y de lo que recibe de exogamia). De la misma manera, se pue-
·la opinión.» de relacionar el tabú, que inspira a los poli-
Si por experiencia se entiende la rela- nesios un «terror sagrado», con las prohi-
ción a lo absolutamente otro, la relación biciones de origen sexual que el individuo
del pensamiento a lo infinito -ese des- que padece neurosis obsesiva se impone
bordamiento en el cual se produce <<la infi- a sí mismo.
nición• de lo infinito- es entonces la Pero es el relato de la «muerte del
experiencia por excelencia. Oponer lo padre» lo que le ha dado a esta obra su
infinito a la totalidad es, para el autor, mayor fama. Freud toma de Darwin la
oponer el acatamiento del ser a la apro- hipótesis de la horda primitiva -forma
piación del ser, la ética al saber. Y pro- espontánea de asociación- en la que el
poner como esencial la exterioridad del padre, violento y celoso, posee a todas
ser, es concebir a lo infinito como deseo las mujeres y expulsa a sus hijos a medi-
de lo infinito, y, con ello, proponer la da que crecen. Un día, supone Freud, los
metafísica como deseo y producción del hermanos desterrados se reúnen, matan
ser como ser-para-otro, y no ya como y devoran al padre e instauran, con esta
negación del yo. El yo se conserva en su «comida totémica», la sociedad tal como
bondad y en su respeto por el ser. la conocemos ahora, con sus organiza-
El pensamiento de Levinas, que tiene ciones sociales, sus restricciones morales
aquí su obra más importante, ha sido y sus religiones. Mas, angustiados por los
influido grandemente por la filosofía isra- remordimientos, los hijos parricidas pro-
elita, concretamente por los trabajos de híben la matanza del tótem (que simboli-
Franz Rozensweig, que fue el primero en za al padre) y renuncian a unirse con las
revolverse contra las «totalizaciones» de mujeres del clan a las que no obstante han
la filosofía occidental. liberado.
En las manifestaciones de ese senti-
Edición: Totalidad e infinito (tr. D. E. Gui- miento de culpabilidad encuentra Freud
llot), Sígueme, 1995. los dos deseos reprimidos del complejo
Estudios: J. Lechte, 50 pensadores con- de Edipo: matar al progenitor del mis-
temporáneos esenciales (tr. M.• L. Rodrí- mo sexo y poseer al del sexo opuesto.
guez Tapia), Cátedra, 1996, pp. 153-158;
F. Poirie, Emmanuel Levinas, col. «Quietes- Para el autor, este sentimiento ambiva-
vous?•, La Manufacture, 1987. lente respecto al padre de la horda (temor
TOTEMISMO EN LA ACTUALIDAD (EL) 612
Edición: Tratado acerca de los significa- libre creación de las verdades eternas. Su
dos del intelecto, en al-Fara bl, Obras filo- teoría de la hecceidad otorga al individuo
sófico-políticas (ed. y tr. R. Ramón Gue- la inteligibilidad (reservada a la especie
rrero), Madrid, 1992.
Estudio: R. Walzer, artículo «al-Farabi», en por los aristotélicos) y una realidad posi-
Encyc/opédie de /'Islam, t. Il, Maisonneu- tiva distinta de la especie, a la vez que
ve et Larose, 1977. plantea el problema de un conocimiento
verdaderamente intelectual -y no sola-
mente sensible- del individuo. En fin,
por su demostración de la infinitud de
TRATADO ACERCA DEL PRIMER Dios, Duns Escoto «supera», a juicio de
PRINCIPIO, Tractatus de primo rerum lmbach, «el horror aristotélico del infini-
omnium principio, hacia 1305. to e inaugura un nuevo modo de pensar
JOHN DUNS EsCOTO, 1266-1308. sin el cual es inconcebible el pensamien-
to moderno».
Este tratado es considerado como el El rigor extremo de su exposición,
canto del cisne del «Doctor sutil». Escrito su método casi axiomático, su voluntad
por el franciscano inglés al final de su vida, de conciliar necesidad cientifica y expe-
constituye en efecto una síntesis definiti- riencia, hacen del Tratado acerca del
va de su teología filosófica. Una gran par- primer principio una etapa capital de
te del tratado proviene directamente de la historia de la teología filosófica, en
las Distinciones 2, 3 y 8 del primer libro su tentativa de demostración del ser del
de la Ordinatio. Dispersa en esta Ordi- primer principio o de la existencia de
natio, la metafísica escotista es presen- Dios.
tada en sus elementos esenciales y de la
manera más sistemática en el Tratado Edición: Tratado acerca del primer prin-
acerca del primer principio. Las dos pri- cipio, ed. bilingüe preparada por F. Allun-
meras partes presentan todos los ele- tis, Ed. Católica (B. A. C.), 1989.
mentos necesarios para la demostración Estudios: Introducción de F. Alluntis a la ed.
cit.; É. Gilson, Jean Duns Scot: introduc-
de la existencia de Dios como primer princi- tion el ses positions fondamentales, Vrin,
pio. La tercera demuestra su triple preemi- 1952.
nencia: elevación, perfección, causa final
y eficiente. Finalmente, en la cuarta par-
te, el tratado culmina con la demostración
de la simplicidad del primer principio, de TRATADO CONTRA EL MÉTODO.
su inteligencia y sobre todo de su infini- Esquema de una teoría anarquista del
tud. Como puede verse, los diferentes conocimiento, Against Method. Out/i-
momentos de la concepción escotista de ne of an Anarchistic Theory of Know-
Dios siguen siendo muy tradicionales. ledge, 1975.
Tal como subraya Ruedi Imbach, es en PAUL FEYERABEND (1924-1994).
el énfasis sobre ciertos elementos donde
residen la originalidad y el sorprendente ¿A qué puede parecerse una «teoría
modernismo de esta obra. Duns Escoto anarquista del conocimiento»? Feyera-
insiste sobre la libertad de Dios. Es una bend, campeón de las libertades indivi-
manera de protestar contra el determi- duales, se declara aquí en guerra contra
nismo integral, forma exacerbada del todas las epistemologías dogmáticas y,
necesitarismo greco-árabe. De esta acen- aún más allá, contra la dictadura que ejer-
tuación de la libertad derivan la primacía ce la ciencia sobre todas las otras for-
de la voluntad sobre el entendimiento, mas de saber.
una nueva apreciación de la contingen- Apoyándose en un examen atento del
cia y una nueva concepción del individuo. desarrollo de ciertas teorias físicas (la de
En abierta oposición al tomismo, Duns Galileo, por ejemplo), muestra que no hay
Escoto anuncia la teoría cartesiana de la un solo principio metodológico que no
617 TRATADO DE LA DESESPERACIÓN
nos años de intervalo: la Demostración trar que Santo Tomás estaba equivocado
de la existencia de Dios extraída del en su interpretación de Aristóteles.
conocimiento de la naturaleza Y pro-
porcionada a la débil inteligencia de los Edición: De immortalitate animae (tr. ita-
liana G. Morra), Bolonia, Nanni y Flam-
más simples, y la Demostración de la menghi, 1954.
existencia y de los atributos de Dios Estudios: N. Abbagnano, Historia de la Filo-
extraída de las ideas intelectuales. Influi- sofía (tr. J. Estelrich y J. Pérez Ballestar), vql.
do por Agustín y Tomás de Aquino, el JI Montaner y Simón, 1973, pp. 76-80; E.
autor expone aquí las pruebas metafísicas Gilson, «Autour de Pomponazzi. Probléma-
tique de l'immortalité de !'ame en Italie au
y teleológicas de la existencia de Dios. La début du XVI' siéclen, en Archives cfHistoire
idea -defendida en la primera demos- doctrina/e et littéraire du Moyen Age, Vrin,
tración- de que el maravilloso espectá- 1962.
culo de la naturaleza es suficiente para
revelamos la mano del Creador será reto-
mada por los filósofos del siglo XVIII.
TRATADO DE lA NATURALEZA HU-
Edición: Traité de l'existem:;e de Dieu, col. MANA, A Treatise of Human Nature,
«Philosophie européennen, Editions univer- 1739-1740.
sitaires, 1990. DAVIDHUME, 1711-1776.
Estudio: H. Gouhier, Fénelon philosophe,
Vrin, 1977.
El Tratado de /a naturaleza huma-
na es efectivamente un «tratado>>, en la
forma escolar del género. Netamente
TRATADO DE LA INMORTALIDAD estructurado en tres libros, subdivididos a
DEL ALMA, Tractatus de immorta/ita- su vez en partes y secciones, responde a
te animae, 1516. la voluntad, anunciada por Hume, de
PlETRO POMPONAZZl, 1462-1525. «introducir el método experimental de
razonamiento en los temas morales>>.
Este tratado levantó vivas controversias El libro 1, dividido en tres partes, tiene
entre los tomistas ortodoxos de la Iglesia por objeto la teoría del entendimiento.
católica, los averroístas dirigidos por Agos- La primera parte trata de las ideas de rela-
tino Nifo, y la llamada Escuela alejandri- ción, de modo, de sustancia, pero también
na. La polémica se prolongó a lo largo de de la asociación de ideas y de las ideas abs-
dos siglos. De hecho, Pomponazzi ponía tractas (Hume reanuda aquí la critica desa-
aquí en duda la inmortalidad del alma, si rrollada por Berkeley en el-> Tratado de
no desde el punto de vista cristiano (según los principios de/ conocimiento huma-
la fe), al menos desde el punto de vista filo- no). La segunda parte se ocupa del espa-
sófico (según la razón): la distinción intro- cio, del tiempo, de la existencia; la terce-
ducida era nueva. Así Pomponazzi no le ra estudia el conocimiento y la probabilidad.
negaba toda moralidad a los que pensa- Hume distingue entre impresiones e
ban que el alma era mortal. Fue necesa- ideas, que son copias de las impresiones.
rio que el filósofo se justificara con dos Toda idea es una combinación de impre-
ensayos, Apología (1518) y Defensorum siones o de otras ideas. Como Locke,
sive Responsiones (1519). El tratado fue Hume rechaza toda forma de idea inna-
sin embargo quemado en Venecia. ta: lo incondicionado, el suelo del espíri-
Hasta la época de Pomponazzi, el dog- tu, es la impresión. A continuación expo-
ma de la Iglesia estaba fundado en la filo- ne una teoría de la conexión de las ideas.
sofía de Aristóteles interpretada por San- Las ideas se asocian por semejanza, por
to Tomás. Pomponazzi reclamaba el contigüidad espacial o temporal y por
derecho a estudiar a Aristóteles por sí mis- causalidad. Estas leyes son para el espí-
mo: propuso por tanto una nueva lectu- ritu el análogo de la ley de la atracción
ra del De anima (--->Del alma) paramos- en la física newtoniana.
621 TRATADO DELA NATURALEZA YDE LA GRACIA
mayo de 1690. Este tratado presenta en La gracia es ese don de Dios por el
efecto una nueva formulación de las rela- cual el hombre, liberado del pecado, tie-
ciones a establecer entre Cristo y la Cre- ne acceso a una via de fe y de caridad que
ación por una parte, y entre la libertad le permite esperar la gloria, esto es, la
del hombre y la gracia que Dios le otor- contemplación eterna de Dios. Para Male-
ga por otra. branche, Dios no puede actuar más que
Bajo la influencia del pensamiento del conforme a la simplicidad, la constan-
cardenal de Bérulle, con el que se fami- cia y la regularidad: no puede por tan-
liarizó en su contacto con el Oratorio, to más que querer salvar a todos los hom-
Malebranche centra aquí su reflexión sobre bres concediéndoles a cada uno la gracia.
la persona de Cristo -que concilia las Mas es preciso distinguir al Padre, que es
naturalezas divina y humana- y edifica el Creador del mundo, del Dios que se ha
un sistema cristocéntrico en el que Cris- hecho hombre, es decir Cristo. En efec-
to será el supremo mediador entre el hom- to, si el don de Dios es universal, hace fal-
bre y Dios. Malebranche considera en pri- ta sin embargo la intervención del Hijo
mer lugar a Dios en tanto que es el para que ese don sea efectivo. Pero Jesu-
Creador del mundo. Él ha creado al mun- cristo, antes de ser el Redentor de todos
do y lo gobierna según la «ley de la sim- los hombres, es el Dios que se ha hecho
plicidad de medios». Su divino poder le hombre, el mediador entre Dios y el hom-
permite aliar la más grande simplicidad bre, puesto que en Él están reunidas las
de acción con la más grande fecundidad dos naturalezas divina y humana. Este
en resultados. La simplicidad de Dios se Cristo mediador tiene un doble papel en
manifiesta igualmente en el hecho de que la economía del sistema de Malebranche;
actúa siempre según lo general-pudien- Él es, ante todo, Aquél que al unirse al mun-
do ser considerada toda voluntad parti- do lo diviniza y contribuye así a la Gloria
cular como un signo del alejamiento de de Dios creador del mundo; por esta razón
Dios- y con constancia -pudiendo ser puede decirse que en este sistema la Encar-
interpretada igualmente toda modifica- nación justifica la Creación. Además, el
ción de la voluntad divina como un signo hecho de que Cristo reúne en sí el orden
de alejamiento-. de la naturaleza y el de la gracia es lo que
Todas estas tesis encuentran su fun- va a permitir al hombre acceder a la gra-
damento último en la idea de un Orden cia divina. En efecto, Dios quiere salvar a
supremo, con el que toda ley de Dios todos los hombres, y lo logra concedién-
podría ser identificada. En efecto, Dios doles la gracia del Creador, que permite
actúa según leyes necesarias y eternas, a cada hombre hacerse una idea clara de
que son otras tantas manifestaciones del su Orden; idea que le revelará que el peca-
Orden que le es consustancial. Estas leyes do es un alejamiento del movimiento de
divinas gobiernan la concordia entre el amor que nos empuja hacia Dios.
alma y el cuerpo, entre las almas y Dios, Mas el orden de la gracia obedece igual-
como también entre la naturaleza y la mente al ocasionalísmo, que nos obliga a
gracia, esto es, entre el orden natural y concebir a Jesucristo como la causa oca-
el orden sobrenatural. Es esta ley de la sional de la gracia del sentimiento, la
gracia la que le permite a Malebranche única que permite ejercitar la gracia de
concebir de manera innovadora las rela- la luz, que limita nuestra atracción por el
ciones entre la Encarnación y la Crea- placer y nos permite así permanecer aten-
ción por una parte, y las relaciones entre tos a Dios. Jesucristo es la causa ocasio-
la libertad del hombre y la acción de Dios nal de la gracia del sentimiento, porque
por otra. El Orden divino se manifiesta aunque Dios sólo es causa de la gracia,
efectivamente no sólo en la inmutabili- es con ocasión de una demanda de Cris-
dad de las leyes físicas, sino también en to como Dios otorga al hombre la gra-
las leyes que rigen el don divino de la cia del sentimiento. Malebranche conserva
gracia. la libertad en el hombre, puesto que la
623 TRATADO DE LA REFORMA DEL ENTENDIMIENTO
sobre el origen de los conocimientos Pero esta voluntad del ego altruista no
humanos, la percepción del espacio era se reduce a una simple buena conciencia;
adjudicada a la vista, Condillac, tras haber puesto que nuestra voluntad es libre, tene-
reflexionado sobre las condiciones de apa- mos la obligación de hacer todo lo que
rición del mundo exterior, concluye con esté en nuestra mano para que el otro
Locke que es más bien el tacto el que ense- participe del placer. La buena intención
ña el espacio a la vista. no basta; el deber-hacer es exigible siem-
pre. No hay esencia previa del bien o del
Edición: Tratado de las sensaciones (tr. G. mal; no es cuestión más que de compor-
Weinberg), Buenos Aires, Eudeba, 1963. tarse bien o mal. El acto virtuoso está
Estudios: R. Mondolfo, «Estudio preliminar>>
a la ed. cit.; E. Bréhier, Historia de la filo- siempre por hacer. Mas ¿qué es precisa-
sofía (tr. J. A. Pérez Millán y M.• D. Morán), mente este acto para el otro? Es inter-
vol. 11, Tecnos, 1988. cambio, el acto de amor. Querer el pla-
cer del otro es darle amor; la conciencia
egoísta se disuelve en el acto realizado
por amor del otro. La virtud amorosa, en
TRATADO DE LAS VIRTUDES, Trai- el instante de la buena acción, expresa
té des vertus, 1949. ese «algo de divino» en el hombre.
VLADIMIR JANKÉLÉVITCH, 1903-1985. Jankélévitch se refiere aquí volunta-
riamente a los filósofos clásicos: Platón,
El hombre es placer por naturaleza, Aristóteles o Kant. Y, en efecto, el acto
mas éste no tiene valor mientras el hom- virtuoso está ciertamente muy cerca de
bre no tenga conciencia de él. ¿Cuál sería lo que exige Kant para la razón prácti-
el atractivo de un placer sin conciencia? ca: «actos por deber más bien que actos
Y aún más, el placer debe ir acompaña- conformes con el deber» (--> Funda-
do de un displacer: «el dolor es el aroma mentos de la metafísica de las cos-
del placer». Tomar conciencia del propio tumbres). Mas el pensamiento de Jan-
placer es al mismo tiempo tomar con- kélévitch se sitúa igualmente en una
ciencia de lo amargo, de un juego de alian- cierta línea de continuidad con los
zas entre dulzura y sufrimiento. modernos: Bergson, Husserl, Sartre;
Sin embargo, lejos de ser negativo, el para él también <<la existencia precede
dolor es la mediación que permite a cada a la esencia».
uno remontarse sobre un goce pura-
mente instintivo para acceder al eude- Edición: Traité des vertus, 4 vols., col.
monismo. En este reconocimiento del «Champs», Flammarion: Le serieux de l'in-
placer, «la conciencia nos revela el paso tention, 1984; Les Vertus et I'Amour (2
tomos), 1986; L'lnnocence et la Méchan-
del dolor sufrido al sufrimiento asumi- ceté, 198f).
do». Mas para llegar a la virtud -y tal Estudio: Ecrits pour Vladimir Jankélévitch
es el fin de un eudemonismo efusivo- (obra colectiva), Flammarion, 1978.
es indispensable que nuestra conciencia
se desprenda del sufrimiento puramen-
te egoísta. El dolor no puede constituir
un fin en sí, pues no es más que «la TRATADO DE LOS ANIMALES, Trai-
simiente de nuestra salvación». Igual- té des animaux, 1755.
mente, nuestra conciencia de sí, nues- CoNDILLAC (Étienne Bonnot de), 1714-
tro ego debe querer superar su egoísmo 1780.
el desear el altruismo, el alter ego. La
voluntad de ser virtuoso demanda la puri- Este texto se encamina a probar que el
ficación del egoísmo original: «En los comportamiento animal no se deriva del
deberes de la conciencia hacia su volup- automatismo de la materia, sino que está
tuosidad hay una exigencia de esfuerzo guiado por el espíritu. En efecto, los ani-
catártico.» males están dotados de la sensación, que
627 TRATADO DE METAFÍSICA
la sociedad, la historia), estudia la noción cio tienen un sentido relativo; por esta
de cuerpo, luego intenta precisar las difi- razón, Oresme niega la existencia del
cultades de la relación persona/mundo centro fijo del universo con el que Aris-
exterior. Así son analizados el rechazo de tóteles relacionaba todos los movi-
lo real, la emoción, la intersubjetividad (o mientos celestes.
relación de dos conciencias singulares) y
la acción. Edición: Le Livre du ciel et du monde (tr.
El propósito de este tratado no es esta- inglesa A. D. Menut), Madison, The Uni-
blecer una clasificación caracterológica; versity of Wisconsin Press, 1968.
Estudios: E. Bréhier, Historia de la filoso-
muy al contrario, sublevándose contra las /fa (tr. J. A. Pérez Millán y M.• D. Morán),
múltiples caracterologías y psicologías en vol. 11, Tecnos, 1988, pp. 630-632; P.
boga en su época (Berger, Le Senne), Duhem, Le Systeme du monde, t. VII, Her-
Mounier busca restituir a la persona huma- mann, París, 1959.
na su dignidad mediante un enfoque sano
y no reductor de su complejidad psicoló-
gica y espiritual.
TRATADO DEL CONOCIMIENTO,
Edición: Tratado del carácter (tr. C. Ducret- Traíté de la connaissance, 1955.
tet), Buenos Aires, Eds. Antonio Zamora, LOUIS ROUGIER, 1889-1982.
1955.
Estudio: J.-M. Domenaf:h, Emmanuel Mou- Este tratado en cuatro libros expone
nier, col. «Microcosme-Ecrivains de toujours», las tesis del empirismo lógico a partir de
Le Seuil, 1972.
una crítica radical de las doctrinas adver-
sas. El libro 1tiene esencialmente por obje-
to el examen del método deductivo: los
principios de la axiomatización y de la for-
TRATADO DEL CIELO Y DEL MUN- malización, su valor, sus límites. El libro
DO, o El libro del cielo y del mundo, 11 trata del método experimental: esta-
Traité du cíe/ et du monde ou Le livre blecimiento de los enunciados de hechos,
du cíe/ et du monde, 1377. NICOLÁS análisis de las leyes y teorías. Igualmen-
ÜRESME, hacia 1325-1382. te presenta el punto de vista de la plura-
lidad de las lógicas (lógicas n-valentes,
Nicolás Oresme ha tenido el gran méri- lógica cuántica, etc.). El libro IIl expone
to de dar a la lengua francesa las prime- la filosofía del lenguaje a partir de la opo-
ras traducciones de Aristóteles, no a par- sición sentido/sinsentído. Al precisar la
tir del griego, sino a partir de la traducción regla de uso de las palabras es como éstas
efectuada sobre el texto árabe por un adquieren un significado; al exhibir la
monje dominico. manera de demostrar o de verificar es
Desde 1370, en un escrito sobre las como aquéllas adquieren sentido. El libro
adivinaciones, Oresme se venía levan- N aplica los resultados de estos análisis,
tando contra las supersticiones de su en particular los que conciernen a las con-
siglo y, en particular, contra la astrolo- diciones de la significación, a la crítica de
gía, a la que combatía oponiéndote el los pseudoproblemas de la teoría clásica
estudio científico de la astronomía. Entre del conocimiento. Aquí propone el autor
las traducciones al francés que hizo de una nueva teoría del conocimiento fun-
las obras de Aristóteles figura el libro dada sobre «una concepción evolutiva y
- > Del Cielo. En su propio Tratado del funcional de la razón».
cielo y del mundo, Oresme expone sus Rougier se separa del Círculo de Vie-
concepciones cosmológicas y se mues- na en dos puntos: por una parte opone
tra precursor de Copérnico. En él afir- la riqueza infinita de lo real a la idea
ma, en efecto, que el movimiento, la de una teoría unitaria de la ciencia; por
gravitación y las direcciones del espa- otra, tiende a distinguir los problemas
631 TRATADO POLÍTICO
do como una obra inacabada que reanuda para hacer brillar la justicia, en particular
ciertos temas del-> Tratado teológico-polí- el del caso Calas. La rehabilitación del
tico, siendo la libertad la preocupación pri- protestante Calas, injustamente acusado
mordial del autor. de la muerte de su hijo y condenado a tor-
Spinoza procede en dos tiempos. En mento, había costado a Voltaire tres años
primer lugar elabora un método e intro- de esfuerzos.
duce las nociones generales de ciencia Los dos primeros capítulos evocan el
política que le permitirán, ulteriormen- asunto Calas y los horrores del fanatis-
te, analizar las realidades singulares que mo. Voltaire predica una actitud distinta
son los Estados determinados histórica- con respecto a los protestantes.
mente. Después de haber establecido que Luego, el autor expone una historia de
el problema central es el de las condicio- la tolerancia, considerada desde el punto
nes de conservación de un régimen polí- de vista de su valor moral y de su cohe-
tico, el autor examina la cuestión para rencia con los principios mismos de la
cada tipo de régimen político: monarquía, religión cristiana. Las atrocidades de los
aristocracia, democracia ... conflictos religiosos son descritas sin com-
Y la democracia aparece como el mejor placencia, y el nombre de Jesucristo es
régimen. Cuanto más coincide la sobera- invocado en contra de toda pretensión
nía con el pueblo, más potente y estable cristiana de imponer el dogma por la fuer-
es el régimen, y capaz por tanto de pre- za y la violencia.
servar la paz y la libertad. El Estado se con- Voltaire insiste particularmente (al igual
serva conservando a aquellos que lo com- que en su--> Diccionario filosófico) en la
ponen, es decir, garantizando su seguridad, contradicción que hay en sostener, con
de lo cual dependerá su lealtad y su obe- medidas de persecución violenta, un dog-
diencia. El mejor régimen, el más estable, ma cuyos principios son en este punto
es por tanto aquel en el que la seguridad inciertos y discutibles. Y el autor no duda
de los individuos está mejor garantizada, en estigmatizar el orgullo de los hombres
donde los hombres viven en la concordia que comparten la ilusión de que sólo una
de una «verdadera vida del espíritU>•, una religión es verdadera, la suya, y bendeci-
vida humana definida por la razón. da por el único y verdadero Dios, el suyo.
Voltaire exalta la fraternidad: «Yo os digo
Edición: Tratado teológico-político. Tra- que hay que considerar a todos los hom-
tado político (tr. E. Tierno Galván), Tecnos, bres como hermanos nuestros. -¡Cómo!
1985.
Estudios: S. Rosen, «Baruch de Spinoza», ¿Hermano mío el turco? ¿Hermano mío
en L. Strauss y J. Cropsey (comps.), Histo- el chino? ¿El judío? ¿El siamés? -Sí, sin
ria de la filosofía política (tr. L. García Urri- duda: ¿no somos todos hijos del mismo
za, D. L. Sánchez y J. J. Utrilla), México, padre, y criaturas del mismo Dios?» Por
Fondo de Cultura Económica, 1993, pp. encima de su posición de principio sobre
433-450; J. Deleuze, Spinoza (tr. A. Esco-
hotado), Tusquets, 1984; J. Preposiet, Spi- la tolerancia religiosa, esta obra marca
noza et la liberté des hommes, Gallimard, para Voltaire una etapa de combate por
1967. la reforma de la justicia penal. Ese com-
bate, que sólo cesará cuando acabe su
vida, encuentra ramificaciones en una
multitud de textos diferentes.
TRATADO SOBRE lA TOlERANCIA, El Tratado sobre la tolerancia cono-
Traité sur la tolérance, 1763. ció un inmenso éxito, fácilmente explica-
VoLTAIRE (Fran<;:ois Marie Arouet), 1694- ble: la nobleza de la causa defendida, la
1778. altura filosófica y literaria del texto, su varie-
dad de tono: «Hay lugares que hacen gemir,
Los veinticinco capítulos de este tra- y otros que hacen desternillarse de risa,
tado extraen sus enseñanzas de los «asun- decía Voltaire: porque, a Dios gracias, la
tos» de los que Voltaire se ha ocupado intolerancia es tan absurda como horrible.»
633 TRATADO SOBRE LOS PRINCIPIOS DEL CONOCIMIENTO HUMANO
mediante una creencia viva, una vida social Edición: Tratado teológico-político. Tra-
fundada en el desinterés de cada uno. tado político (tr. E. Tierno Galván), Tecnos,
El Estado (en tanto que res publica, 1985.
Estudios: S. Rosen, uBaruch de Spinoza»,
«cosa pública») es, por definición, sobe- en L. Strauss y J. Cropsey (comps.), Histo-
rano; no está sometido a ninguna ley y ria de la filosofía política (tr. L. García Urri-
es fuente de toda ley, de todo derecho. za, D. L. Sánchez y J. J. Utrilla), México,
Todos los individuos deben obedecerle. Fondo de Cultura Económica, 1993, pp.
Por tanto, para mantenerse, el Estado 433-450; J. Deleuze, Spinoza (tr. A. Esco-
hotado), Tusquets, 1984; L. Mugnier-Pollet,
debe conceder a los individuos una total La philosophie poli tique de Spinoza, Vrin,
libertad de pensamiento y de expresión. 1976.
Spinoza concilia así la soberanía (abso-
luta) del Estado y la libertad individual.
Para salir del estado de naturaleza, que
es un estado de inseguridad, Jos hombres TRATADOS DEL GOBIERNO CML,
se han asociado y constituido así un cuer- Two Treatises of Governement, 1690.
po político. Por este pacto instituyente JOHN LOCKE, 1632-1704.
del Estado, los individuos han renuncia-
do al derecho de actuar mas no al dere- Existen dos Tratados del gobierno
cho de pensar. Este pacto, que permite civil, que aparecieron al mismo tiempo
a cada uno vivir en seguridad, desearía que el -->Ensayo sobre el entendimien-
que en el futuro la conducta de cada uno to humano.
estuviese determinada por la razón. Sin El primer tratado polemiza con Robert
embargo, el individuo no puede renun- Filmer, autor de una obra que había ejer-
ciar totalmente a su derecho de natura- cido cierta influencia: Patriarcha (1680).
leza, estando éste determinado no por la Filmer, a quien Rousseau atacará también
razón, sino por el deseo y el poder. Por muy violentamente, defendía el absolu-
último, el fin del Estado es la seguridad tismo monárquico identificando el poder
que permite a cada uno usar, con ente- real con la potestad paterna; para esto se
ra libertad, su razón. Si el Estado supri- apoyaba en una referencia a los textos
me toda libertad, provocará con ello una bíblicos. Locke, como más tarde Rous-
reacción violenta que lo destruirá. El régi- seau, se aplica a refutar esta confusión.
men político más natural, el que mejor El ejercicio del poder político no tiene nin-
está fundado en la razón, es la democracia guna analogía con la autoridad del cabe-
que «nace de la unión de los hombres que za de familia, y la comparación es obje-
gozan, en tanto que grupo organizado, tivamente ilegítima. Por lo demás, uno de
de un derecho soberano sobre todo aque- esos dos poderes no se transmite por
llo que está en su podeP•. En un régimen herencia (pues, según Locke, la herencia
de esta índole, el individuo dispone de la no puede aplicarse más que a la propie-
libertad de pensar. Con todo, cualquier dad). Este tratado denuncia además la uti-
gobierno de régimen colectivo, tal como lización abusiva que Rlmer hace de la auto-
una aristocracia, es aceptable si respeta ridad de la Biblia. La ley natural no podría
esta libertad. autorizar el poder de uno sobre todos: por
Al someter a la Biblia a una crítica his- el contrario, ordena la libertad.
tórica y a una lectura racional, al tiempo El segundo tratado funda el enunciado
que atacaba el poder de los teólogos, Spi- de la ley natural sobre la descripción del
noza provocó un gigantesco escándalo. hombre en el estado de naturaleza. A jui-
Pues afirmaba en efecto que la libertad cio de Locke, dos cosas caracterizan al
de filosofar sólo puede ser ejercida fuera hombre natural: la familia y la propiedad.
del ámbito de la teología, y que la liber- La familia porque las necesidades natu-
tad de pensar y de expresarse no encuen- rales de la procreación y la educación
tra su pleno desarrollo más que en el seno de los niños engendran esta célula origi-
de la democracia. nal. La propiedad requiere una argu-
TRAUMA DEL NACIMIENTO (EL) 636
comience a temer la pérdida de su pene; consagrada a esta obra unas páginas más
la angustia de castración reanimaría en él arriba). Pero la marcha de la exposición
la angustia experimentada en el momen- es diferente, y el estilo más amplio,
to de su nacimiento. menos conciso y seco. El autor desea
Según Rank, el acto sexual consuma- fervientemente mostrar que al renunciar
ría simbólicamente una unión con la a la ilusión de la materia, es decir, a la
madre ardientemente deseada, mas este existencia de una sustancia material inde-
episodio se desarrolla como si el retomo pendiente del espíritu que la percibe, no
a la madre implicara una reproducción en se pierde nada del mundo, de su rique-
sentido contrario de la situación trauma- za, de su belleza. Los diálogos transcu-
tizante del nacimiento. rren además al aire libre, en el entorno
de los jardines; en suma, en presencia
Edición: Le traumatisme de la naissance de toda la realidad sensible -sensual,
(tr. S. Jankélevitch), Petit Bibliothéque Payot, casi podría decirse- del mundo de las
1990.
Estudio: E. J. Lieberman, Actes de la volon- cosas. En las raíces griegas de los nom-
té: la vie et l'oeuvre d'Otto Rank, P.U.F., bres de los protagonistas, se adivina que
1991. Hilas (de uA.fl, hylé: la «materia••) se incli-
na por la sustancia material, mientras
que Filonus (de <píA.o<;, filos, y vo'b<;,
nous: el «amigo del espíritU>>) defiende el
TRES DIÁLOGOS ENTRE HILAS Y punto de vista berkeleyano. El infortu-
FILONUS, Three Dialogues between nado Hilas se verá obligado, a todo lo
Hylas and Philonous, 1713. largo de los Diálogos, a batirse en reti-
GEORGE BERKELEY, 1685-17 53. rada ante la crítica implacable de su inter-
locutor; en su defensa de la materia, esta
La aparición de estos diálogos obede- última noción tomará sucesivamente las
ció a una necesidad muy frecuente en la formas y los significados más diversos,
historia de las obras filosóficas. Berkeley hasta reducirse a un vacilante «no sé>>,
había publicado en 1710 una obra que del cual se está obligado a admitir que
contenía lo esencial de su doctrina bajo no responde a ningún significado inte-
forma de una exposición sistemática: el ligible.
--> Tratado de los principios del cono- Por relación al Tratado, los Diálogos
cimiento humano. Mas, al recibir la obra dedican mayor espacio a la crítica de las
una acogida bastante fría por parte del cualidades, sin el menor empacho en
público, decidió el autor redactar una ver- emplear con profusión antiguos argu-
sión más pedagógica y accesible (a este mentos escépticos (cuando se trata, por
respecto convendrá recordar que Hume ejemplo, de poner en cuestión la validez
y Kant corrieron la misma suerte con el del conocimiento por los sentidos). En
-->Tratado sobre la naturaleza humana cambio, no desarrolla de manera tan sis-
y la --> Crítica de la razón pura, lo que temática la crítica de las ideas generales
les condujo a publicar, respectivamente, abstractas; ello ocurre sobre todo al final,
la --> Investigación sobre el entendi- cuando Filonus se ocupa en mostrar que
miento humano y los--> Prolegómenos nuestra creencia en la sustancia material
a toda metafísica futura). Es preciso decir no es más que un prejuicio nacido de las
que las tesis inmaterialistas que defendía trampas del lenguaje. Berkeley se esfuer-
Berkeley le habían valido ser acusado de za sobre todo en devolver la acusación
extravagancia y de escepticismo por sus de escepticismo que suscitó el Tratado;
contemporáneos. Filonus no ha cesado de convencer a
El contenido doctrinal de los Tres Diá- Hilas de que es él el que duda de la rea-
logos retoma, sin modificación, la lec- lidad del mundo de las cosas, puesto que
ción del Tratado de los principios (con- asienta toda realidad en una sustancia
vendría consultar por tanto la entrada inaccesible, desconocida, y no ve en las
TRES ENSAYOS PARA UNA TEORÍA SEXUAL 638
cualidades sensibles más que apariencias TRES ENSAYOS PARA UNA TEORÍA
o, por decirlo de una vez, ilusiones. Des- SEXUAL, Drei Abhandlungen, zur Se-
de el momento en que la materia es un xualtheorie, 1905.
flatus vocis, ¿qué realidad queda en el SIGMUND FREUD, 1856-1939.
mundo para constituirlo? Berkeley no
puede aceptar la idea de que los senti- El primero de estos Tres Ensayos está
dos nos engañan; éste es uno de los pun- consagrado a las <<aberraciones sexuales».
tos fundamentales de desacuerdo con Al caracterizarse la pulsión sexual tanto
Malebranche (que defiende por otra par- por su fin (el acto sexual) como por su obje-
te la existencia de un mundo objetivo y to (el medio por el que esta pulsión logra
cree en el valor de las ideas abstractas). su satisfacción), las perversiones sexuales
Se encuentra también en los Tres Diá- se explican o bien por un desplazamiento
logos una exposición muy viva de la idea del fin (voyeurismo, exhibicionismo), o bien
berkeleyana de la divinidad. La intención por la sustitución del objeto normal de la
apologética es aquí mucho más neta que pulsión por un objeto <<aberrante» (bestia-
en el Tratado, aunque no sea más que lidad, paidofilia, fetichismo).
por el gran ardor que Filonus pone en la El segundo ensayo, que afirma la exis-
defensa de Dios. Mediante una analo- tencia de una <<sexualidad infantil», ha
gía explica que el espíritu divino crea levantado vivas polémicas. Para Freud,
las ideas (es decir, las cosas para noso- en efecto, la actividad sexual del hom-
tros) a la manera como nuestro espíritu bre no aparece con la pubertad, sino en
humano tiene la capacidad de formar las los primeros meses que siguen a su naci-
ideas en la imaginación. Esta tesis no está miento. Se trata de una sexualidad pre-
muy alejada de las ideas de Malebranche genital, dominada por <<pulsiones par-
(la visión en Dios). En cuanto al resto, los ciales», que satisface la excitación
dos hombres estarán de acuerdo; suele apropiada de tal o tal zona erógena. El
decirse que hay lugares en estas con- pequeño atravesaría así un cierto núme-
versaciones en los que el obispo habría ro de estadios (oral, anal, fálico), cuyo
sucumbido. desarrollo más o menos feliz contribuirá
Estos diálogos ofrecen seguramente a determinar su sexualidad futura.
uno de los más bellos ejemplos de lite- A esta sexualidad infantil sucede pues
ratura filosófica escrita bajo esta for- una <<segunda sexualidad», esta vez estric-
ma. No se puede decir que nada más ele- tamente genital; a esta sexualidad se con-
gante ha sido escrito desde Platón sin sagra el último ensayo de la obra, par-
ofender a Malebranche, mas la verdad tiendo del estudio de las <<transformaciones
es que la limpidez de estilo y la precisión de la pubertad».
de sus desarrollos hacen de esta obra un
Edición: Tres ensayos para una teoría
monumento de la escritura filosófica con sexual (tr. L. López-Ballesteros), en Obras
vocación «popular». No se siente el completas, t. IV, Biblioteca Nueva, 1972.
menor reparo en suscribir el juicio de Estudio: M. Robert, La révolution psycha-
Jean Pucelle: <<Sería preciso desear a un nalytique: La vie et l'oeuvre de Freud,
joven filósofo que ésta fuera su primera Payot, 1989.
gran lectura.»
los Tripitaka son los textos más antiguos ocupa el hombre- una moral práctica,
de esa inmensa corriente de pensamien- con un conjunto de preceptos y de direc-
to metafísico-religioso iniciada por Buda, tivas para encontrar el camino de la puri-
el buda histórico Siddharta Gautama. La ficación del espíritu, y una psicología que
primera colección enuncia las reglas de la analiza los mecanismos de la percepción,
vida monástica; la segunda (Sutra Pitaka) de las sensaciones, y de los sentimientos
es la transcripción de las palabras, dis- humanos. Es por tanto natural pensar al
cursos y sermones de Buda tal como las budismo en términos de filosofía más que
han transmitido sus discípulos; la tercera en términos de «religión>>. Los Tripitaka
propone una síntesis explicativa de sus no son en manera alguna obras de teo-
enseñanzas. logía, aunque, en la medida en que el
¿Qué dijo Buda? Que todo es dolor en budismo es un pensamiento que se apo-
la vida terrestre: enfermedad, vejez y degra- ya en la tradición del hinduismo, los dio-
dación física, sufrimiento ante la muerte, ses de la India antigua y sus avatares están
pérdida de lo que se ama, unión con lo que presentes y canalizan la aspiración hacia
se detesta. Este dolor permanente está liga- lo absoluto.
do a las pasiones, al apego del hombre a Es de sobra conocido el desarrollo del
los bienes materiales, a sus deseos y a sus budismo, extendido en la India y en todo
necesidades. Está en efecto cegado por el Oriente. A los occidentales les ha cos-
la ilusión que le producen sus sentidos y tado mucho tiempo tomar en cuenta este
sus sentimientos. Para hacer cesar dolor y pensamiento, que se sitúa en el polo
sufrimiento, el hombre debe renunciar a opuesto del racionalismo y, aún hoy en
toda afección al mundo material. Y tanto día, nuestra filosofía tiende a desterrar de
más teniendo en cuenta que la muerte no su campo al budismo y sus variantes. Exis-
es una liberación; por el contrario, un ciclo te sin embargo una literatura inmensa en
infernal de reencarnaciones encadena al tomo a esta concepción, a pesar de que
hombre a su karma, es decir, a la conta- los textos básicos, como los Tripitaka,
bilidad de sus actos y de sus pensamien- no hayan sido objeto aún de una traduc-
tos, que totaliza una carga más o menos ción integral.
negativa. Es esta carga la que determina
la suerte del alma, condenada a errar tras Edición: Les Moyens Discours du Boud-
dha {tr. J. Bertrand-Bocandé), Les Deux Océ-
la muerte hasta una reencarnación más o ans, 1988.
menos feliz. Luego volverá a comenzar el Estudio: M. Percheron, Le Bouddha et le
dolor terrestre. bouddhisme, col. «Microcosme-Maitres spi-
El objetivo de la existencia es para Buda rituels>>, Le Seuil, 1974.
romper este encadenamiento. Para lograr-
lo no hay más que una sola vía: la medi-
tación, la renuncia a las cosas de este
mundo, la ascesis y la victoria del espíri- TRISTES TRÓPICOS, Tristes tropi-
tu sobre la materia, únicas cosas que pue- ques, 1955.
den llevar al despertar, a la Iluminación, CLAUDE UVJ-STRAUSS, nacido en 1908.
esto es: al nirvana. El nirvana --que no Autobiografía intelectual.
es solamente el «paraíso>> de los budistas,
como se lo suele imaginar por analogía La obra, que se abre con esta afirma-
con las religiones cristianas- designa la ción paradójica: «Odio los viajes y a los
felicidad suprema, la liberación y la fusión exploradores>>, es el relato de las dife-
del individuo con la entidad cósmica que rentes expediciones que el etnólogo ha
está al origen del mundo. realizado a cuatro tribus de los indios del
La enseñanza de Buda es un sistema Brasil: los caduveo, los bororo, los nam-
de pensamiento que propone una meta- bikwara y los tupi-kawahib.
física -una reflexión sobre el funciona- Con un firme cuidado por la autenti-
miento del universo y del lugar que en él cidad, el autor relata sus asombros, sus
TUSCULANAS (LAS) 640
u
ÚNICO Y SU PROPIEDAD (EL), Der polémica, a la hipóstasis del Hombre,
Einzige und sein Eigentum, 1845. mas también del Estado, de la Socie-
MAX ST!RNER (Johann Kaspar Schmidt), dad o de la Revolución.
1806-1856. Stirner se muestra en concreto extre-
madamente critico con el humanismo de
Único libro entero escrito por Max Stir- Feuerbach, acusado de disolver la unici-
ner, El único y su propiedad le bastó dad del yo en una esencia universal vacía.
para conquistar una notoriedad conside- Creyendo arruinar la teología, Feuerbach
rable. Su título enigmático, en forma de la ha resucitado, por el contrario, bajo
provocación, merece algunas explicacio- una forma nueva. El hombre ha deveni-
nes: el hombre es único, no reducible a do simplemente el nuevo ídolo. Lo cual
la dimensión colectiva (social, política, reli- da como resultado una alienación en el
giosa); en tanto que tal, el hombre pue- hombre (y no ya en Dios); alienación secu-
de, por derecho, considerar a todo el res- larizada que no es menos alienante que
to como «su propiedad». su forma religiosa. El humanismo de
Es sabido que Stirner erige al yo en Feuerbach exige que cada uno realice el
valor supremo. No tendría sentido por ideal humano universal. Es siempre
tanto tratar de definirlo. El yo es prin- mofarse de las exigencias del yo, del
cipio primero; no puede ser pensado, «Único», lo que se hace al pedirle que
puesto que pensar equivale siempre a se someta a una norma exterior. La crí-
identificar o a incluir en un conjunto más tica se extiende hasta las formas revolu-
vasto. Decir que cada uno es el único no cionarias del liberalismo. Por ejemplo, el
es establecer un predicado común a socialismo y el comunismo no hacen,
todos, una esencia en la que todos se según el autor, más que transportar hacia
fundieran; lo cual significa que cada uno la sociedad divinizada los atributos de la
puede proclamarse irreductible a una tal opresión.
esencia o determinación universal. «Una Se cree con frecuencia que Stimer recu-
sola cosa me salva del pensamiento: la sa aquí la legitimidad de toda forma de ins-
ausencia de pensamiento.» Cabria cua- titución, la sociedad en particular. No hay
lificar de nominalista al individualismo tal. Stirner piensa incluso que la socie-
stirneriano. Bréhier habla incluso de dad es natural. Lo que él rechaza es su ten-
«nominalismo agresivo», lo cual parece dencia a constituirse en instancia autóno-
legítimo en la medida en que la crítica ma y ejercer sobre el hombre un dominio
de las abstracciones tiende, de manera material y espiritual, en lugar de servirlo.
[641]
UPANISADS 642
Hay dos formas de sociedad: la sociedad rados como tales. Compuestos en sáns-
que el individuo encuentra frente a él, tras- crito, todos ellos tratan de la noción de ser,
cendente e impuesta, y la sociedad que es de la ca-naturalidad del atman y del brah-
resultado de un proceso libre de asocia- man, es decir, del ego personal y del Sí-
ción mutua; la segunda corre en todo mismo universal.
momento el riesgo de degenerar en la pri- Los Upanisads son en gran parte cos-
mera. Se debe por tanto distinguir (como mogonías o cosmologías. La principal de
igualmente hace Proudhon) la sociedad, ellas, la Chandogyaupanisad, afirma la
generadora de un poder sacralizado que identidad de naturaleza del sí íntimo y del
oprime al individuo, de la asociación, for- ser del universo. Se trata de la naturale-
ma libre del compromiso de cada uno en za «material» que aquí es /a ilusión (maya).
la que el yo conserva su soberanía. La Copiosamente introducidos por Jean
sociedad es la asociación petrificada. Varenne, estos textos son los más impor-
El único y su propiedad es, como pue- tantes de la India y dan un panorama
de verse, un libro muy fuertemente ins- general de las filosofías hindúes.
crito en un contexto ideológico particular:
la descendencia inmediata del hegelia- Ediciones: Upanisads (tr. D. de Palma), pró-
nismo. En el momento de su publicación logo de R. Panikkar, Siruela, 1995; Sept
Upanishads (tr. J. Varenne), col. «Points
conoció un éxito notable. Al escribir -->La Sagesses••, Le Seuil, 1981.
ideología alemana, Marx y Engels consi- Estudio: J. Varenne, Cosmogonies védi·
deraron necesario consagrarle una crítica ques, Les Belles Lettres, 1982.
sustancial (en el capítulo titulado «San
Max>>). En ella reprochan a Stirner man-
tener una afirmación estéril, puesto que
es impotente, de los derechos del «yo»; USO DE LOS PLACERES (EL).
sólo la práctica es capaz de transformar MICHEL FOUCAULT.
la situación concedida al individuo. Véase HISTORIA DE LA SEXUAUDAD.
Mas la verdadera carrera de este libro
comenzará a finales del siglo XIX, cuando
un poeta anarquista, John Henry Mackay,
hace de El único y su propiedad la biblia UTILITARISMO, Utilitarianism, 1863.
del anarquismo individualista, oponiendo 1806-1873.
JOHN STUART MILL,
a Stirner al anarquismo comunista repre-
sentado por Bakunin. De una inteligencia precoz, John Stuart
A pesar de su inmensa fortuna, una tal Mili recibió una educación rigurosa de
recuperación póstuma es sin embargo dis- su padre, el economista e historiador
cutible, pues deja en la sombra la origina- James Mili. A los quince años había leí-
lidad del pensamiento de Stirner. do ya los trabajos de Bentham. Poco des-
pués, se entusiasmaba con el poeta
Edición: El único y su propiedad (tr. E. Subi- Samuel Taylor Coleridge y más tarde con
rats), Labor, 1974.
Estudio: D. Dettmejier, Ma;c Stirner, col. Auguste Comte, con el cual intercambió
«Cahiers de philosophie», L'Age d'Homme, una larga correspondencia (1841-184 7).
Lausana, 1979. Surgieron no obstante diferencias entre
Mili y Comte a propósito de la economía
política, y sobre todo por la emancipa-
ción de las mujeres, de la que Mili se con-
UPANISADS, entre los siglos XI y ma.C. virtió voluntariamente en heraldo: en
ANóNIMO. 1876, demandará, en tanto que miem-
Seleción de textos védícos. bro del parlamento británico, que se le
conceda a las mujeres el derecho de voto.
Esta selección agrupa extractos de sie- Sin embargo Comte y Mili defendían
te textos sagrados de la India, o conside- en común lo que ambos habían apren-
,---------------------------------------------------------------------------------- ..
643 UTOPÍA
V
VALOR DE LA CIENCIA (EL), La muerte de su autor, esta obra desarro-
valeur de la science, 1905. lla una filosofía de la Providencia que
HENRI POINCARÉ, 1854-1912. contiene pocas referencias directas al
dominio político. Bajo la forma de una
En este segundo estudio de filosofía de serie de conversaciones entre un sena-
las ciencias, Poincaré retoma y precisa los dor ruso, un caballero y un conde fran-
elementos teóricos introducidos en --+ La cés, Maistre avanza consideraciones
Ciencia y la Hipótesis. Aquí vuelve a afir- sobre los problemas morales y religio-
mar el carácter convencional y relativista de sos, sobre <<el gobierno temporal de la
toda ciencia, cuidando siempre de desmar-
Providencia•.
carse del instrumentalismo de Edouard Le
La Providencia domina y determina los
Roy o del pragmatismo de William James.
destinos humanos; no hay peor crimen
Si los principios y los axiomas adopta-
que negar el poderío de Dios: este peca-
dos por el científico no tienen más que un
do exige un castigo ejemplar hasta la erra-
valor hipotético, la ciencia no se ve por eso
dicación total del mal. El mundo puede
condenada al subjetivismo. Por el contrario,
por tanto ser purificado del mal median-
el autor admite, en las leyes físicas, la exis-
te la guerra -divina en tanto que <<ley del
tencia de un <<invariante universal• que sería
mundo• que expresa la voluntad de
independiente de nuestras convenciones.
Dios-, que permite a los hombres expiar
Edición: El valor de la ciencia (tr. A. B. Be- sus faltas.
sio y J. Banfi), Espasa-Calpe, 1946 .. Francmasón, enemigo encarnizado del
Estudio: D. Gillies, Philosophy of Sctence racionalismo y el optimismo de las Luces,
in the Twentieth Century, Blackwell, 1993.
Maistre es una de las figuras del pensa-
miento contra-revolucionario y tradicio-
nalista.
VELADAS DE SAN PETERSBURGO
(lAS), o Conversaciones sobre. el Edición: Las veladas de San Petersburgo
(tr. N. Malo), Aguilar, 1946. .
gobierno temporal de la Providencia, Estudios: E. Bréhier, Historia de la ftloso-
Les soirées de Saint-Pétersbourg, ou fía (tr. J. A. Pérez Millán y M." D. Morán),
Entretiens sur le governement tempo- vol. II, Tecno~. 1988; R. Triomphe, Joseph
rel de la Providence, 1821. de Maistre. Etude sur la vie et la doctrme
JOSEPH DE MAISTRE, 1753-1821. d'un matérialiste mystique, Ginebra, Droz,
1968.
Publicada unos meses después de la
[645)
VERDAD YEXISTENCIA 646
Estudio: J. Bames, Los presocráticos (tr. VIDA DE lA RAZÓN (lA), o Las fases
E. Martín), Cátedra, 1992. del progreso humano, The Life of Reo-
son or the Phases of Human Progress,
1905-1906.
VIDA DE DON QULJOTE Y SANCHO, JORGE SANTAYANA, 1863-1952.
1905. Este ensayo de historia del conoci-
MIGUEL DE UNAMUNO, 1864-1936. miento no opone lo sensible a lo racio-
nal, ni la materia al espíritu, sino que
Este ensayo, inspirado en la vida de los jerarquiza las modalidades de aprehen-
héroes de la novela de Cervantes, quie- sión del mundo exterior en un movi-
re ser la apología de una fe viva, que tras- miento ascendente en donde la razón
ciende en su emergencia a la humanidad soberana lleva a lo absoluto. Del cono-
y se pone al servicio de la voluntad gran- cimiento sensible al conocimiento racio-
diosa de una conquista infinita del espí- nal, el espíritu humano gravita en los esta-
ritu, «conquista jamás acabada de la ver- dios sucesivos que, en cada etapa,
inducen necesidades intelectuales más y
dad, suprema e infinita».
más elaboradas. Y cuando la razón no se
El quijotismo designa, por encima
basta ya a sí misma para satisfacer su sed
de las fronteras de la determinación
de conocimiento, alcanza el estadio últi-
lógica, artística o moral, la esperanza
mo, el de la espiritualidad, el de la supe-
ilimitada del hombre en lo irracional.
ración por la contemplación estética y
Se trata de un combate, de un impul- mística. ·
so vital, de una epopeya fantástica de Filósofo americano de nacionalidad
tendencia espiritual que, inclinándose española, Santayana despliega aquí, en
a un elogio de la locura, se opone a cinco volúmenes, un pensamiento filosó-
la cultura y al cientificismo. Esta fe per- fico y estético que, a pesar de la influen-
mite acceder a lo infinito, y la locura cia del pragmatismo de James, tiene un
generosa de Don Quijote, de acusados acento marcadamente platónico. Los dos
acentos caballerescos, predispone a la últimos volúmenes tratan esencialmente
elevación, «a la ciencia final y absolu- de lo bello, de lo sublime y de lo verda-
ta que no termina tal vez en grandes dero, con una aspiración hacia Dios. San-
cosas, pero las afronta con peligro de tayana no ha sido aún reconocido en su
su vida». La imaginación, la grandeza justo valor, en razón quizá del eclecticis-
moral apelan a la transformación del mo de su pensamiento: poeta, novelis-
mundo. Para realizarla, hay que bus- ta, ensayista y esteta, no se inscribe en
car al hombre en su verdad, despoján- corriente alguna y deja al lector un tanto
dose del sentido común, «que ahoga en perplejo.
cada uno de nosotros el sentido pro-
pio». Edición: La vida de la razón (tr. A. A. de
El quijotismo es un despertar a la sole- Kogan) Buenos Aires, Nova, 1958.
dad mas también al desprecio de la apro- Estudi~: J. Duron, La pensée de George
Santayana: Santayana en Amérique, Nizet,
baclón del otro: «Cúrate de la enferme- 1950.
dad consistente en preocuparte de la
opinión que de ti tienen los otros; ocú-
pate sólo de la opinión que mereces a los
ojos de Dios.» VIDA DE lAS FORMAS, Vie des for-
mes, 1934.
Edición: Vida de Don Quijote y Sancho, HENRI FocJLLON, 1881-1943.
ed. Alberto Navarro, Cátedra, 1988.
Estudios: Introducción de A Navarro en la
ed. cit.; A Guy, Unamuno et la soif d'éter- Este ensayo contempla la obra de
nité, Seghers, 1964. arte desde el punto de vista de su for-
VIDAS, OPINIONES YSENTENCIAS DE LOS FILÓSOFOS MÁS ILUSTRES 648
YO DMDIDO (EL), The Divided Self, YO Y Tú, lch und Du, 1923.
1960. MARTIN 8UBER, 1878-1965.
RONAill DAVID LAING, 1927-1989.
Obra maestra de Martin Buber, este
Laing está al origen de una reforma texto inaugura, en la tradición contem-
radical de la práctica psiquiátrica como poránea, la reflexión del otro.
también de los principios institucionales El autor parte de un análisis de la rela-
que permiten atender al enfermo. ción religiosa. El hombre está ante Dios,
Esta obra pone en evidencia el no como ante un ser trascendente, sino en
aspecto existencial de la esquizofrenia, una situación de cara a cara, movimiento
insistiendo sobre la enfermedad pro- recíproco hacia el otro. Contra un cierto
funda que la constituye, a la que Laing judaísmo, Buber ve en la relación con Dios
denomina la inseguridad ontológica. un reencuentro. Este esquema constituye
La amenaza que presiente el esquizo- el principio de la reciprocidad en el orden
frénico es total, no tiene objeto deter- humano. La dificultad principal que anali-
minado o, si se quiere, su objeto es el za esta obra es la cosificación, operación
ser mismo del enfermo, su vida. No por la cual yo reduzco al otro al conjunto
podría comprenderse la esquizofrenia de sus determinaciones objetivas. La cosi-
sin saber qué es la desesperación. Para ficación no es superada más que en la con-
Laing, el esquizofrénico está petrifi- versión de un movimiento hacia el otro. El
cado en su existencia. Este estado per- tú es, en el lenguaje, el índice de este movi-
manente no puede ser esclarecido más miento. La relación, la reciprocidad, es el
que por un enfoque existencial de la fundamento de la conciencia de sí.
desesperación. Buber elabora sobre estas bases lo que
Este ensayo, de lectura fácil, es una de podría llamarse una teoría general del diá-
las obras más conocidas de Laing, junto logo. A una forma auténtica de diálogo,
con el Sí mismo y los otros (1961) y fundada sobre la presencia recíproca y la
Razón y violencia (1964), escritos en donación íntima de sí, el autor opone
colaboración con David G. Cooper. las formas desviadas de diálogo. Los •diá-
logos de sordoS» se instauran en el espa-
Edición: El yo dividido. De la salud men- cio del discurso técnico (en todo lugar
tal a la locura (tr. F. González Aramburu),
Fondo de Cultura Económica, 1978. en donde el sentir social supone que se
Estudio: R. Evans, Rencontres avec Laing, habla), y están formados por cálculos y
Belfond, 1979. consideraciones que no comportan nin-
[653]
-------------------------------~~--------
RENACIMIENTO Y BARROCO
SERVET, Miguel, filósofo, teólogo, médico y místico español (1511-1552).
Restitución del Cristianismo, 1553.
HUARTE DE SAN JUAN, Juan, filósofo, psicólogo y médico español (1526-1588).
Examen de ingenios, 1575.
LEÓN, Fray Luis de, poeta, filósofo, y teólogo español (1527-1591).
De /os nombres de Cristo, 1583.
SÁNCHEZ, Francisco, filósofo y médico español (1550-1623).
Quod nihil scitur, 1581.
QUEVEDO, Francisco de, pensador, novelista y poeta español (1580-1645).
Sueños (Los), 1627.
[657]
DICCIONARIO DE LAS MIL OBRAS CLAVE DEL PENSAMIENTO 658
[661]
DICCIONARIO DE LAS MIL OBRAS CLAVE DEL PENSAMIENTO 662
[663]
DICCIONARIO DE LAS MIL OBRAS CLAVE DEL PENSAMIENTO 664
no, pero critica más radicalmente que las una con otra, en la teoría clásica de
otros la institución oficial del dogma de la los temperamentos de Hipócrates y Gale-
Trinidad por el Concilio de Nicea en el no y en la teoría clásica de las faculta-
año 325 y opone a «la ley babilónica y des. Pero, de acuerdo con el punto de
judaica» de la prepotente y materialmen- vista empírico de muchos investigadores
te ostentosa Iglesia Romana, «la ley del renacentistas, parece pensar, en contra
corazón, que es la sola ley de la fe>>. La de Platón y Aristóteles, que no es la fun-
censura se ha ensañado muy en particu- ción la que crea al órgano, sino el órga-
lar durante siglos con este libro, y pro- no a la función. De ahí la importancia
bablemente su única traducción comple- que otorga a la fisiología del cerebro en
ta a un idioma moderno es la española su análisis de los procesos mentales. El
que se cita a continuación. «ingenio>> o talento que hace a unos más
capaces que otros proviene, a su juicio,
Edición: Restitución del Cristianismo, ed. de la constitución física de cada cual.
A. Alcalá, Fundación Universitaria Españo- Los siete capítulos siguientes constitu-
la, 1980.
Estudio: H. Bainton, Servet: el hereje per- yen la parte aplicada del libro. En el capí-
seguido, Madrid, 1973. tulo VIII, «donde se da a cada diferencia
de ingenio la ciencia que le responde en
particulaP>, Huarte se adelanta treinta años
a Francis Bacon al proponer una clasifi-
EXAMEN DE INGENIOS PARA LAS cación no aristotélica de la ciencia, según
CIENCIAS, 1575. las distintas facultades mentales: 1) «artes
JUAN HUARTE DE SAN JUAN (1529?-1588). y ciencias que se alcanzan con la memo-
ria>> («gramática, latín y cualquier otra len-
La única obra de este médico nava- gua; la teórica de la jurispericia; teología
rro, que ejerció la mayor parte de su vida positiva; cosmografía y aritmética>>); 2) «las
en Andalucía, hace de su autor uno de que pertenecen al entendimiento» («teo-
los fundadores de la caracterología y la logía escolástica; la teórica de la medici-
psicología diferencial. En las páginas na; la dialéctica, la filosofía natural y moral;
introductorias del libro queda claramen- la práctica de la jurispericia, que llaman
te establecido el objeto principal de la abogacía>>) y 3) las que pertenecen a la
investigación y la originalidad de su plan- «imaginativa» («poesía, elocuencia, músi-
teamiento: «Todos los filósofos antiguos ca, saber predicar; la práctica de la medi-
hallaron por experiencia que donde no cina, matemáticas, astrología; gobernar
hay naturaleza que disponga al hombre una república, el arte militaP>). Esta teo-
a saber, por demás es trabajar en las ría le suministra al autor la explicación de
reglas del arte. Pero ninguno ha dicho una experiencia juvenil que le había dado
con distinción ni con claridad qué natu- mucho que pensar, cuando tres compa-
raleza es la que hace al hombre hábil ñeros de clase observaron con sorpresa
para una ciencia y para otra incapaz; que uno de ellos aventajaba considera-
ni cuántas diferencias de ingenio se hallan blemente a los dos restantes en latín, otro
en la especie humana; ni qué artes y cien- a los otros dos en dialéctica y otro en
cias responden a cada uno en particu- astrología.
lar; ni con qué señales se había de cono- El extenso capítulo XV y último es un
cer, que era lo que más importaba>>. audaz esbozo de eugenesia, donde se dan
Los siete primeros capítulos tienen un instrucciones a los padres para asegurar
carácter más general y están dedicados las mejores dotes de sus hijos.
al análisis de los grados o diferencias de R. Salillas investigó a principios de siglo
«ingenio>> o habilidad. Para construir su la influencia y las huellas del Examen de
tipología de grados de habilidad o inha- ingenios en «E/ ingenioso hidalgo don
bilidad mental, Huarte se apoya, aunque Quijote de la Mancha>> de Cervantes, y
sin seguirlas fielmente y combinándo- el pensador ilustrado Lessing tradujo en
665 RENACIMIENTO
1752 al alemán el libro de Huarte, que de ellas tenga en sí a todas las otras, y en
ha sido recientemente citado con elogio que, siendo una, sea todas cuantas les fue-
por Noam Chomsky. re posible, porque en esto se avecina a
Dios, que en sí lo contiene todo.» Y por
Edición: Examen de ingenios para las cien- otra entra en juego la teoría aristotélico
cias, ed. preparada por E. Torre, Editora escolástica del ser intencional: «Y porque
Nacional, 1977.
Estudio: G. Marañón, «Examen actual de un no era posible que las cosas así como son,
examen antiguo», en Tiempo viejo y tiem- materiales y toscas, estuviesen todas unas
po nuevo, Madrid, 1952. en otras, les dio a cada una de ellas, ade-
más del ser real que tienen en sí, otro ser
del todo semejante a este mismo, pero
más delicado que él[ ... ] con el cual estu-
DE LOS NOMBRES DE CRISTO, viesen y viviesen[ ... ] en los entendimien-
1583. tos de sus vecinos.» «Las cosas viven y tie-
FRAY LUIS DE LEÓN, 1527-1591. nen ser en nuestro entendimiento cuando
las entendemos y cuando las nombramos
Escrito en gran parte durante el tiempo en nuestras bocas y lenguas.» La singula-
en que su autor estuvo confinado en pri- ridad de esta obra reside en la inteligen-
sión por un proceso inquisitorial, este libro, te unión de motivos filosóficos, teológi-
uno de los más perfectamente escritos en cos, bíblicos y literarios dentro del marco
lengua castellana, transcurre en forma de de la belleza formal clásica de la prosa
diálogo que por la ausencia de dramatis- renacentista. «Puede decirse -ha escrito
mo se ajusta más al modelo ciceroniano Menéndez Pelayo- que la estética está
que al platónico. Tres agustinos de Sala- infundida y derramada por las venas de
manca, Sabino, Marcelo y Juliano, pasan la obra, y no sólo en el estilo, que es, a
las horas de calor en tiempo de vacacio- mi entender, de calidad superior al de cual-
nes departiendo en una huerta, a orillas quier otro libro castellano, sino en el tem-
del rio Tormes, sobre asuntos espirituales. ple armónico de las ideas.••
Marcelo, en quien algunos críticos Publicada en 1583la primera edición
creen identificar al propio Fray Luis, dia- en dos libros, el autor amplió a tres la
loga con sus compañeros sobre «los nom- segunda, que apareció en 1585. Poste-
bres con que es llamado Jesucristo en la riores ediciones añaden como apéndice
Sagrada Escritura», como Camino, Pas- el análisis del nombre «Cordero>>.
tor, Monte, Príncipe de Paz, Esposo, Hijo
de Dios o Jesús. En cada caso la mención Edición: De los nombres de Cristo, ed. pre-
del nombre va seguida de la indicación de parada por C. Cuevas, Cátedra, 1991.
Estudio: A. Guy, «Luis de León••, en Histo-
los pasajes bíblicos en que figura y de la ria de la filosofía española (tr. de A. Sán-
discusión de los problemas que plantea chez), Anthropos, 1985, pp. 121-130.
su interpretación. La cuestión que sub-
yace a la base de estas discusiones es,
obviamente, la semántica del nombre. Y
así como el paisaje que sirve de escena- CONCORDANCIA DEL LIBRE ALBE-
rio al diálogo son las verdes orillas del T ar- DRÍO CON EL DON DE LA GRACIA,
mes, las teorías filosóficas que sirven de De concordia, 1588.
fondo a la exégesis de los textos bíblicos LUIS DE MOUNA, 1536-1600 (véase p. 88)
son platónicas, aristotélicas y neoplató-
nicas. Por una parte interviene la idea
neoplatónica de la conciliación de unidad
y diversidad en el cosmos: «La perfección DISPUTACIONES METAFÍSICAS,
de todas las cosas, y señaladamente de Metaphysicarum disputationum ... , 1597.
aquellas que son capaces de entendi- FRANCISCO SUÁREZ, 1548-1617 (véase
miento y razón, consiste en que cada una p. 207).
DICCIONARIO DE LAS MIL OBRAS CLAVE DEL PENSAMIENTO 666
QUE NADA SE SABE, De multum del método verla la luz más de medio siglo
nobili et prima, universali scientia quod después); o más propiamente, quizá, como
nihil scitur (De la muy noble ciencia, un primer esbozo del mucho más tardío
primera y universal: que nada se sabe), programa positivista, que antepone a la
1581. construcción de la ciencia la destrucción
FRANCISCO SÁNCHEZ, 1552?-1623. critica de la metafísica. En todo caso, y por
poco versado que esté uno en historia de
Este breve libro, publicado por su autor la filosofía, estas palabras del libro de Sán-
en 1581, pero escrito ya por él varios chez no pueden menos de antojársele una
años antes, en 1576, es un modelo muy preformulación casi literal de la duda car-
singular del criticismo filosófico practi- tesiana: «entonces me encerré dentro de
cado en el Renacimiento. Es tentador ins- mí mismo y comencé a poner en duda
cribirlo en la línea de desarrollo del pen- todas las cosas como si nadie me hubiese
samiento escéptico de la época, que enseñado nada, y empecé a examinarlas
culminaría en los --+ Ensayos de Montaig- en sí mismas, que es la única manera de
ne, cuya fecha inicial de publicación es pre- saber algo. Me remonté hasta los prime-
cisamente el año 1580. Pero situado en el ros principios, y cuanto más pensaba, más
contexto de la obra de Francisco Sánchez, dudaba».
hispano-portugués que dedicó su vida a
la enseñanza y la práctica de la medicina Edición: Que nada se sabe, Espasa Calpe,
primero en Montpellier y luego, huido de 1991.
allí a consecuencia de las guerras religio- Estudio: M. Menéndez Pelayo, «De los orí-
sas, en Toulouse, el opúsculo Quod nihil genes del criticismo y del escepticismo y espe-
scitur debe ser más bien considerado como cialmente de los precursores españoles de
Kant», en Ensayos de crítica filosófica, ed.
un curioso anticipo español de la duda preparada por E. Sánchez Reyes, Santander,
metódica de Descartes (cuyo --+ Discurso S.A. de Artes Gráficas, 1944, pp. 174-202.
BARROCO
SUEÑOS (LOS), 1627. gaño, con su inseparable dialéctica del ser
FRANCISCO DE QUEVEDO, 1580-1645. y el parecer. En El mundo por dentro
un venerable anciano que simboliza al
Esta obra reúne un conjunto de rela- Desengaño le dice al narrador: <<Y o te
tos y discursos de intención satírica y moral enseñaré el mundo como es: que tú no
que, utilizando motivos paganos y cris- alcanzas a ver sino lo que parece», y le
tianos, conjugan la crítica social con el muestra, recorriendo la calle de la Hipo-
tema religioso de las postrimerías. Cons- cresía, lo que en realidad piensan y sien-
tituye, como ha escrito Ángel Valbuena, ten las personas que fingiendo dolor acu-
<<un paródico retablo barroco[ ... ) y una den a un entierro. En El sueño de la
gran aportación al mundo literario de muerte un monstruo que simboliza el
todos los tiempoS>>. El núcleo principal de Dinero (otro tema que obsesiona recu-
estos relatos había sido escrito por Que- rrentemente a Quevedo) rivaliza en mal-
vedo mucho antes de 1627, año en que dad con los tres enemigos del hombre,
vieron la luz por vez primera; luego el Mundo, Demonio y Carne.
Santo Oficio obligaría a una edición expur- Entre las fantasías morales añadidas
gada con cambios de títulos y personajes, con posterioridad destaca muy particu-
a la que más tarde se añadieron nuevas larmente la titulada La hora de todos y
fantasías morales. la Fortuna con seso, en la cual el genio
Más cerca de Luciano e incluso de Vol- satírico de Quevedo parece anticiparse a
taire que de Dante, el estoico y cínico La fábula de las abejas de Mandeville.
Quevedo pinta sarcásticamente la deca- Observando que la alocada Fortuna dis-
dencia de la sociedad de su tiempo con- tribuye demasiado caprichosamente sus
templándola bajo el prisma de la mitolo- dádivas entre los mortales, con el consi-
gía del Barroco. En El sueño del infierno guiente riesgo de descrédito para el Olim-
(posteriormente retitulado Las zahurdas po, el dios Júpiter trata de corregir esos
de Plutón) el autor contempla los dos caprichos y ordena que, por un lapso de
caminos de la vida, uno angosto y arduo tiempo <<se hallen todos los hombres con
y otro más ancho y de fácU tránsito, reco- lo que cada uno se merece». Súbitamen-
rrido por la multitud de personas que se te, ricos y pobres intercambian sus pape-
deja conducir al infierno. A Quevedo, les sociales mientras quedan ante todos
representante señero de la corriente neo- manifiestas las innumerables tretas y men-
estoica en el pensamiento del Barroco tiras con que engañan a su prójimo aman-
español, le obsesiona el tema del desen- tes, mercaderes y políticos. Pero el des-
[667]
DICCIONARIO DE LAS MIL OBRAS CLAVE DEL PENSAMJENTO 668
ca de su raptada esposa Felisinda (sím- les confiesa que sólo come y duerme bien
bolo de la felicidad terrena). Tras nau- desde que vive entre ganapanes y al entrar
fragar junto a las costas de la pequeña isla en «la jaula de todos» asisten al espec-
desierta Santa Bena, lo rescata de la muer- táculo de la locura universal.
te un joven que había vivido en estado de En el invierno de la vejez los viajeros
naturaleza en una cueva entre fieras. Cri- llegan a Roma y al conocimiento de la
tilo enseña a hablar al joven y lo bautiza moralidad y los valores espirituales. Sabe-
con el nombre de Andrenio (símbolo del dores finalmente de la vanidad de las cosas
hombre natural). En el gran teatro de la del mundo y desengañados de ellas, desis-
naturaleza en que se desarrolla esta pri- ten de seguir buscando a Felisinda, pues
mera parte, Andrenio sorprende a Criti- comprenden que la única felicidad que
lo con el relato de sus vivencias que inclu- pueden encontrarse en este mundo es la
yen la cartesiana «reflexión sobre mi inmortalidad de la fama, a la que aspi-
propio seP> («¿qué es esto?, ¿soy o no soy? ran y de la que gozan, aun después de su
Pero pues vivo, pues conozco y advierto, muerte, los héroes y los grandes hombres
ser tengo. Mas si soy, ¿quién soy yo? creadores; y así se «les franqueó de par
¿Quién me_ ha dado este ser?»). Habién- en par el arco de los triunfos a la man-
dosele abierto por un derrumbamiento de sión de la inmortalidad».
tierras el paso al mundo exterior, el espec- La primera parte de El Criticón vio la
táculo del cielo estrellado le llevará a luz en Zaragoza en 1651, firmada con el
barruntar, a través de las cosas del mun- seudónimo García de Mariones; la segun-
do «un Criador de todo», «escondido y da y la tercera aparecieron, respectiva-
manifiesto, tan lejos y tan cerca». Ambos mente, en Huesca en 1653 y en Madrid
viajan a Madrid, donde seduce a Andre- en 1657, ambas firmadas con el seudó-
nio una astuta mujer. nimo Lorenzo Gracián.
En la segunda parte los peregrinos visi- 8 éxito de este libro fue grande en Espa-
tan el mundo del arte y la cultura: la biblio- ña y en toda Europa. En su obra capital E/
teca y el museo del hospitalario Salásta- mundo como voluntad y representación
no (nombre en clave del mecenas de Schopenhauer la consideró, con Gulliver
Gracián en la vida real, Juan de Lasta- y el Quijote, como una de las mejores ale-
nasa) y las tierras de Francia. Pero el con- gorías de todos los tiempos.
tacto con la sociedad es contemplado bajo
el prisma del pesimismo de Gracián. Las Edición: El Criticón, ed. S. Alonso, Cáte-
virtudes no se encuentran, las monstruo- dra, 1993.
sidades se prodigan; al visitar los pere- Estudio: R. Senabre, Gracián y «El Criti-
grinos el trono del mundo un fugado rey cón>~, Universidad de Salamanca, 1979.
ILUSTRACIÓN Y SIGLO XIX
TEATRO CRÍTICO UNIVERSAL, rienda frente a la tradición y la lucha con-
1726-1741. tra la superstición mediante la crítica son
FRAY BENITO JERÓNIMO FEIJOO, 1676- los principios que inspiran todos sus ensa-
1764. yos, aunque dejando a salvo siempre Jos
principios básicos de la ortodoxia. Cons-
Este monje benedictino de origen galle- ciente de que el mérito singular de su obra
go, que enseñó teología en Oviedo des- no estaba en la creación, sino en la divul-
de 1709 hasta su muerte, es el primer gación, Feijoo se autodefinía modesta-
representante español de la crítica ilus- mente como «el Desengañador del Vul-
trada del XVIII. Su Teatro crítico univer- go••. Aunque algunos lo han llamado« el
sal o Discursos varios en todo género Voltaire español», ese epíteto no encaja
de materias, para desengaño de erro- con su esencial fidelidad religiosa.
res comunes reúne en nueve volúme-
nes una ingente cantidad de ensayos crí- Edición: Teatro crítico universal, ed. G.
Stiffoni, Castalia, 1986.
ticos de divulgación sobre física, Estudio: Arturo Ardao, La filosofía polé-
matemática, astronomía, ciencia natural mica de Feijoo, Buenos Aires, Losada, 1962.
y geografía, economía, política, medici-
na e historia, que se prolongan en los cin-
co volúmenes de sus Cartas eruditas y
curiosas. Los más de doscientos cincuenta GRAMÁTICA DE LA LENGUA CAS-
ensayos contenidos en el Teatro y las Car- TELLANA DESTINADA AL USO DE
tas alcanzaron una enorme difusión. LOS AMEIDCANOS, 1847.
Según cálculos de Lafuente, el número ANDRÉS BELLO, 1781-1865.
de volúmenes de Feijoo que se impri-
mieron en el siglo XVIII pudo llegar a Líder intelectual de la independencia
420.000. Los cuadernos o pliegos de sus americana, el venezolano Andrés Bello,
obras eran esperados con ansia todos los poeta, filólogo, filósofo, diplomático, ami-
años en todo el orbe de habla española. go de Humboldt y Bolívar y finalmente rec-
A despecho de su condición de teólo- tor de la Universidad Nacional de Chile,
go, Feijoo es un apasionado admirador introdujo con su Gramática castellana una
de Bacon, Descartes, Gassendi, Locke y profunda revolución teórica tan original
Newton, y los diccionarios de Bayle y como sencilla en la concepción de la gra-
Morieri se cuentan entre sus fuentes pre- mática. La proposición no se estructura
dilectas. La defensa de la razón y la expe- para Bello de modo tripartito, a la mane-
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DICCIONARIO DE LAS MIL OBRAS CLAVE DEL PENSAMIENTO 672
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DICCIONARIO DE LAS MIL OBRAS CLAVE DEL PENSAMIENTO 676
Edición: Leonardo Torres Queuedo, ed. F. Miguel Servet hasta el proceso del arzo-
González de Posada. Biblioteca de la Cien- bispo Carranza) y de las sectas místicas
cia Española, Fundación Banco Exterior,
1992, pp. 305-335. (alumbrados, Miguel de Molinos, reac-
Estudio: J. García Santesmases, Obra e ción ortodoxa). El jansenismo, el enci-
inventos de Torres Quevedo, Instituto de clopedismo y la influencia de la Ilustra-
España, 1980. ción francesa en el xvm son tema del libro
sexto. En los dos últimos el autor pole-
miza con acritud de basilisco con los hete-
rodoxos del siglo XIX.
HISTORIA DE LOS HEfERODOXOS Cuando aparecieron los dos prime-
ESPAÑOLES, 1880-1882. ros volúmenes de la obra, en 1880, la
MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO, 1856- batalla ideológica entre integristas y
1912. modernistas era campal, y el frente inte-
grista tomó, con explícita aquiescencia
Monumento literario que, tanto por su del joven autor, aquel libro por bandera.
contenido como por las circunstancias Pero cuando en 1882 vio la luz el ter-
externas que acompañaron a su gesta- cer tomo, Menéndez Pelayo se encon-
ción, refleja peculiarmente la espléndida tró, para su sorpresa, siendo también
y áspera historia del pensamiento espa- blanco de los ataques de sus congéneres.
ñol. Su autor, precoz polígrafo que ya a La verdad es que, en el fondo, su men-
los veinte años había trazado con todo talidad no encajaba del todo en ese ban-
detalle el plan de la obra, acometió la do, pues aunque su juvenil punto natural
empresa de dar cuenta de las múltiples de partida fue el integrismo y de hecho
manifestaciones del pensamiento disidente su furor polémico raya a veces en el paro-
de la tradición católica en el suelo ibéri- xismo, sin embargo su ideal filosófico era
co. Pero quiso llevarla a cabo atenién- lo que él denominó el vivismo, el criti-
dose al difícil propósito de aunar para- cismo renacentista, ecléctico y toleran-
dójicamente la objetividad y veracidad de te de Luis Vives, y de ahí que más tarde,
la ciencia histórica en la constatación de en años de madurez, introdujese en el
los hechos con el punto de vista parcial- prólogo a la segunda edición de la obra
mente interesado de esa tradición, a la una revisión que moderaba sus iniciales
que él se adscribía, en la valoración de los puntos de vista.
mismos. «Menéndez Pelayo -escribe S. Batta-
La magnitud del horizonte espacio glia- ha recorrido las más ocultas y difí-
temporal y la variedad temática de la ciles sendas del subsuelo cultural español,
investigación propuesta parecían des- revelando y haciendo resplandecer sus
bordar la capacidad de una sola perso- filones de oro[ ... ] Frente a la tradicional
na. La obra, que en su primera edición perspectiva de una España uniformemente
apareció en tres volúmenes, se divide en conformista en la que habían ido sumer-
ocho libros. Los dos primeros se ocupan giéndose y sedimentándose todas las here-
de la prehistoria y la historia de España jías de allende los Alpes, a él le corres-
anterior a la cristianización, desde las tri- ponde el mérito de haber agitado las aguas
bus ibéricas a la colonización fenicia y más hondas para ver salir de sus profun-
romana. El pensamiento islámico y semí- didades una vegetación rara y delicada
tico y las herejías de cátaros y albigenses que conserva el encanto fascinador de las
son tema del tercer libro, con especial cosas insólitas y singulares.••
consideración de las figuras de Arnau de
Vilanova y de Ramon Llull. Los libros Edición: Historia de los heterodoxos espa-
cuarto y quinto se ocupan respectiva- ñoles, 3 vols., C.S.I.C., 1992.
Estudio: P. Sainz Rodríguez, «Marcelino
mente de la influencia del erasmismo y Menéndez Pelayo», en Historia de la críti-
del protestantismo en España (desde los ca literaria en España, Taurus, 1989, espe-
hermanos Alfonso y Juan de Valdés o cialmente pp. 258-284.
DICCIONARIO DE LAS MIL OBRAS CLAVE DEL PENSAMIENTO 678
Erasmo, elogiar la locura. Al paradóji- del fracaso, como Cristo, Marx o Cer-
co tema de la «locura normal» o «cuer- vantes, puede amar más verdadera y más
da••, entendiendo por tal una cultura crí- democráticamente al hombre que un pro-
ticamente consciente de sus límites feta del éxito como Sócrates o Platón; y
naturales, está dedicado el tercero de también la idea de que una ética de la
los Diálogos en el limbo, a cuyo tér- compasión, al estilo de la predicada por
mino el Extranjero narra el mito de Schopenhauer, puede ser más sublime
Autólogos, que es clave para la com- que la ética socrática de la virtud o la éti-
prensión de la filosofía de Santayana y ca kantiana del deber.
también para entender el sentido de su En Tres poetas filósofos Santayana
novela El último puritano. había constatado que el espiritualismo de
En los tres siguientes diálogos el espec- Dante, admirable en su arquitectónica cla-
tro de Sócrates mide sus armas dialéc- ridad, adolecía del defecto de fundarse en
ticas con las del joven Extranjero. La acti- la idealización cristiana del sistema aris-
tud encamada por el romántico vitalismo totélico. Su contrapartida en Diálogos en
de Fausto en Tres poetas filósofos, es el limbo es una operación consistente en
escrutada en este nuevo libro, con la ópti- poner del revés a Aristóteles como hizo
ca del filósofo, en lo que a juicio de San- Hegel con Marx. La responsabilidad de
tayana es su más remota raíz y antece- efectuar semejante malabarismo le es
dente: la obsesión socrática por centrar endosada a Avicena, protagonista de los
todo análisis en el conocimiento del hom- dos últimos diálogos, y en la atmósfera
bre, olvidando la investigación del cos- de magia que los impregna es máxima la
mos. Sócrates, padre del platonismo, altura literaria que alcanzan las páginas
discutirá con su antagonista los crucia- del libro. Esos diálogos modulan el canto
les conceptos de democracia y amor al de Santayana a la materia con el tema de
hombre. Es una curiosa paradoja que la agonía del espíritu, que obsesionaría al
el Extranjero, que no demuestra dema- anciano pensador en la última etapa de
siado entusiasmo por defender frente a su vida.
Sócrates nuestra moderna democracia, En 1948, veintitrés años después de
se manifieste luego, al confrontar las ide- aparecida la edición original, Santayana
as de filantropía y caridad, como el más publicó una segunda de su libro enrique-
demócrata de los metafísicos. Ambos cida con tres nuevos diálogos.
interlocutores concuerdan en que el ver-
dadero filántropo, del que Sócrates es Edición: Diálogos en el limbo, Tecnos,
paradigma, ama al hombre tal y como 1996.
éste debe ser, en la plenitud de su per- Estudio: l. Izuzquiza, Santayana o la ironía
fección, y de ahí la afinidad electiva del de la materia, Anthropos, 1989.
maestro de Platón por los jóvenes pri-
vilegiados de su entorno que pudieran
llegar a esa cima. Pero si el conjunto
de los hombres perfectos es, en realidad, VIDA DE DON QUIJOTE Y SANCHO,
numéricamente escaso y la inmensa 1905.
mayoría de los humanos viven toda su MIGUEL DE UNAMUNO, 1864-1936 (véase
vida lejos de esa para ellos, de hecho, p. 647).
imposible perfección, agobiados por las
frustraciones, ¿no habría que decir que
el ser, sea o no divino, que ame verda-
deramente al hombre es el que lo ama DEL SENTIMIENTO TRÁGICO DE lA
no como debe ser sino como es real- VIDA EN LOS HOMBRES Y EN LOS
mente, en su inescapablemente mise- PUEBLOS, 1913.
rable condición? Esto sugiere el para- MIGUEL DE UNAMUNO, 1864-1936 (véase
dójico pensamiento de que un profeta p. 172).
681 SIGLO XX(!): REGENERACIONISMO Y98
va realizando entre nosotros una suerte tanda, guarda alguna afinidad con el coe-
de conquista moral». «Tenemos nuestra táneo mensaje de algunos noventayo-
nordomanía. Es necesario oponerle los chistas en España. El posterior conjunto
límites que la razón y el sentimiento seña- de ensayos de Rodó, Los motivos de Pro-
lan de consuno.» teo (1910), continúa, proyectándolos en
Este ensayo de Rodó fue, pese a ser tomo al problema de la vocación indivi-
también acervamente criticado, evange- dual, los mismos puntos de vista.
lio cultural de un núcleo de intelectuales
americanos de habla hispana entre los Edición: Arie/. Los motivos de Proteo, pró-
logos de Carlos Real de Azúa, Caracas,
años 1905 y 1915. En la medida en que Biblioteca Ayacucho, 1985.
conjuga lo universal del modernismo con Estudio: L. Zea, El pensamiento latino-
la preocupación por la propia circuns- americano, Ariel, 1976.
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SIGLO XX (II)
BIEN PLANTADA (lA), La Ben Plan- mediterráneo («aconsejaron los últimos
tada, 1911. románticos: haz tu propia vida como un
EUGENIO D'ÜRS, 1882-1954. poema. La Bien Plantada aconseja más
pronto: haz tu propia vida como la ele-
Con este título publicó el pensador gante demostración de un teorema mate-
español Eugenio d'Ors en su primera eta- mático»).
pa catalana un conjunto de glosas reuni-
das en una novela que ha sido calificada Edición: La Bien Plantada (tr. del catalán
de <<representación y símbolo de la Cata- por R. Marquina), Planeta, 1982.
Estudio: J. L. L. Aranguren, La filosofía de
luña naciente» y de «breviario de la Raza». Eugenio d'Ors, Espasa Calpe, 1981.
El propio autor, que la firmaba con el seu-
dónimo Xenius, proclamó: «nosotros no
escribimos un poema lírico, sino un ensa-
yo teórico sobre la filosofía de la catala- SECRETO DE LA FILOSOFÍA (EL),
nidad». 1947.
El epíteto «la bien plantada» es la for- EUGENIO o'ORS, 1882-1954.
mularía descripción de una mujer, el per-
sonaje principal del relato, que se recor- La principal obra de carácter sistemáti-
ta sobre el fondo de un pueblo de veraneo co de Eugenio d'Ors, que contiene, expues-
en la costa del mar Mediterráneo. Su nom- ta con gran elegancia, la síntesis de su pen-
bre, Teresa, es asociado a la Teresa de samiento filosófico. El libro -cuyo origen
Ausías March, y la construcción de este es un curso de doce lecciones impartido
personaje le da ocasión a D'Ors para pro- por D'Ors en Barcelona, Córdoba (Argen-
pugnar su programa cultural del nou- tina) y Ginebra entre 1917 y 1923- se
centismo o <<!love/ocentismo», con el que divide en tres partes: <<teoría de las ideas>•,
lideró, hasta ser defenestrado tras el falle- <<teoría de los principias>• y <<teoría del sabeP>,
cimiento de su protector político Prat de a las que precede una discusión prelimi-
la Riba, la renovación de la vida intelec- nar sobre la noción de filosofía. Cada par-
tual en la Cataluña de la segunda déca- te va seguida de un <<diálogo», y un suma-
da del siglo. Pero, con independencia rio final quintaesencia en quinientas palabras
de esta circunstancia, la obra contiene ya la filosofía del autor.
en germen todas las ideas claves del pen- El pensamiento dorsiano puede ser
samiento de D'Ors, particularmente su caracterizado como un <<intelectualismo
antirromántica vocación por el clasicismo humanista»: <<intelectualismo», porque se
[683]
DICCIONARIO DE LAS MIL OBRAS CLAVE DEL PENSAMIENTO 684
sitúa más allá del dilema entre raciona- pos tradicionales de contradicción y de cau-
lismo (de Descartes a Kant) e irraciona- salidad o razón suficiente, a los que pro-
lismo (de Kierkegaard a Bergson) en que pone sustituir, respectivamente, por los de
se hallaba inmersa la filosofía de su tiem- participación y de función exigida. Final-
po, y también porque quiere continuar la mente, en la tercera parte o teoría del
pugna por la claridad solar o «helioma- saber (lecciones XI-XII), el anterior corte-
quia•• propia del clasicismo mediterráneo; jo a la verdad culmina en las nupcias con
y «humanista», por el papel básico que ella. Totalidad y humanismo son los ingre-
otorga al hombre, integralmente consi- dientes esenciales de la filosofía en esta
derado como faber (el hombre que tra- fase, que es «sabeP• y <<saboP•, teoría y sen y
baja), ludens (el hombre que juega y valo- o sentido común, e incorpora la Ciencia
ra) y sapiens (el hombre que conoce y que de la Cultura.
sabe).
El secreto de la filosofía es, como dice Edición: El secreto de la filosofía, Tecnos,
su autor en los Preliminares (lecciones 1- 1997.
III), un tratado de filosofía general o dia-
Estudio: E. Colomer, S. J., «Eugenio d'Ors.
El hombre y su obra», en Historia general
léctica, entendiendo esta palabra no en de las literaturas hispánicas, tomo VI, Bar-
el sentido hegeliano de síntesis de ele- celona, 1967.
mentos contradictorios, sino en el senti-
do platónico-socrático de saber superior
a toda ciencia particular y esencial e iró-
nicamente abierto al diálogo: «hay que TEMA DE NUESTRO TIEMPO (EL),
aprender a ver, en la historia de la Filo- 1923.
sofía, como una amplia asamblea. Y, JosÉ ÜR1EGA Y GASSET, 1883-1955 (véa-
cuando en ella -no importa si contradi- se p. 596).
ciéndose- han pronunciado ya sus dis-
cursos los preopinantes Heráclito y Pitá-
goras, Sócrates y Platón y Aristóteles,
Epicteto y Epicuro, Dionisia y Agustín, REBELIÓN DE LAS MASAS (LA),
Tomás y Escoto, Lulio y Vives y Suárez, 1930.
Descartes y Spinoza y Leibniz, Kant y JosÉ ÜR1EGA Y GASSET, 1883-1955 (véa-
Hegel y los Románticos y los ochocen- se p. 536).
tistas y los modernos y Kiergegaard y el
profesor Heidegger, que vive aún, la pala-
bra pasa a ... a ti, lector, a cuyo oído soplo IDEA DE PRINCIPIO EN LEIBNIZ Y
yo, en el libro presente, el secreto de la LA EVOLUCIÓN DE LA TEORÍA
Filosofía.» DEDUCTIVA (LA), 1958.
En la primera parte o teoría de las ideas JOSÉ ÜR1EGA Y GASSET, 1883-1955 (véa-
(lecciones N-V) el autor subraya el funda- se p. 343).
mentalísimo valor de la palabra para la filo-
sofía, defiende la categoría básica de Orden
y extiende el discurso categorial al ámbito
de la filosofía de la cultura, donde cons- EN TORNO A GALILEO, 1933.
truye conceptos tales como los de eones y GASSET, 1883-1955.
JOSÉ ÜR1EGA
(las constantes históricas, como el barro-
co o lo eterno femenino) y mitos (de los Sin ser ésta una de las obras más leí-
que son ejemplos el derecho divino de los das, es sin embargo una de las más impor-
reyes o la <cdictadura del proletariado»). En tantes de cuantas escribió Ortega. Es el
la segunda parte o teoría de los principios texto de un curso de doce lecciones impar-
(lecciones VI-X) d'Ors discute, apoyándo- tido en 1933 en la Universidad de Madrid,
se en su criterio de ironía y en resultados cuya oportunidad venía justificada por la
de la ciencia contemporánea, los princi- fecha: justo trescientos años antes, en
685 SIGLOXX(II)
conjunto de sus notas, algunas de las cua- concientes que otras.» El integracionismo
les constituyen, en unidad concatenada de Ferrater, que pretende ser a la vez
en sistema, la «indole•• de la cosa: «la «nocional» y «real», utiliza los conceptos-
estructura primaria de la cosa es su 'cons- límites como marcos categoriales de polos
titución'»; y «lo que la constitución cons- opuestos en cuyo interior cabe detectar
tituye es una sustantividad••, siendo «la rea- realidades, o mejor <<tendencias» a ser rea-
lidad así constituida» «una realidad lidad. «Sólo mediante la conjunción de
sustantiva». Es finalmente tarea de la razón dos opuestos polos -o el manejo de dos
pensar la esencia misma de la realidad opuestos conceptos-límites- puede situar-
como «principio•• y «fundamento•• de la se y, con ello, fundarse conceptualmen-
cosa, una tarea que después de culmina- te una realidad o un proceso.»
da se cierra, a modo de conclusión, con El objetivo de El ser y la muerte -libro
estas palabras finales del libro: «En defi- que tiene su origen en otro anterior, aun-
nitiva, como principio, la esencia es prin- que bastante distinto, El sentido de la
cipio estructural de la realidad.» muerte, publicado por Ferrater en 1947-
es enfocar el problema de la muerte den-
Edición: Sobre la esencia, Alianza, 1985. tro del contexto de una filosofía integra-
Estudio: D. Gracia, Voluntad de verdad. cionista, donde pudieran conjugarse los
Para leer a Zubiri, Labor, 1986, especial- puntos de vista del pensamiento filosófi-
mente pp. 194-203. ccx:ientífico, que prescinde del factor per-
sonal en el planteamiento de las cuestio-
nes, con los puntos de vista del
pensamiento humanista, que tiene siem-
SER Y LA MUERTE (EL). Bosquejo de pre seriamente en cuenta ese factor.
filosofía integracionista, 1962. Ferrater afirma, parodiando a Aristó-
JOSÉ FERRATER MORA, 1912-1991. teles, que la muerte puede, como el ser,
«decirse de muchas maneras» y que, al
Constante aspiración de Ferrater ha igual que se habla de la analogía entís,
sido, como puede leerse en la «Introduc- puede hablarse asimismo de una analo-
ción» de este libro, lograr «una concep- gía mortis. Tres grandes y muy distintos
ción de lo real capaz de reconocer a la ámbitos del ser: la realidad inorgánica, la
vez su variedad y la articulación de sus realidad orgánica y la persona humana,
diversos componentes», lo cual le ha lle- que son susceptibles de ser polarmente
vado a «proponer un modo de filosofar ordenados desde el concepto-límite de
que puede calificarse de integracíonís- «exterioridad» al de «interioridad», están
mo». El integracionismo «postula la nega- sujetos en diversos grados a la muerte, la
ción de todo absoluto, llámese Naturale- cual se manifiesta como mera cesación
za o espíritu, objeto o conciencia». Pero externa («mortalidad mínima») en el pri-
al mismo tiempo admite todos los llama- mero de esos ámbitos, como proceso ter-
dos absolutos, si bien despojándolos de minal de la vida biológica de un individuo
su pretensión exclusivista y considerán- en el segundo, y como muerte «propia» e
dolos más bien como «conceptos-límites, interior en el ámbito de la vida personal
que designan a lo sumo realidades-lími- humana («mortalidad máxima»).
tes. Entre estas realidades -que llamo Situado cronológicamente hacia la
con frecuencia polos- se insertan, acer- mitad del más de medio siglo de produc-
cándose más o menos a ellas, pero sin ción literaria de Ferrater, este libro repre-
jamás transformarse en ellas -sin jamás senta el punto de mayor equilibrio en
absolutizarse-las realidades efectivas. dicha producción entre el enfoque de la
Nada es pura materia o puro espíritu; nada filosofía existencial de la persona, típico
es puro objeto o puro sujeto ... Pero hay del pensamiento continental europeo pre-
entidades que son más materiales que valente hasta los años cincuenta, y el enfo-
otras, o más orgánicas que otras, o más que más racional y objetivo de la filosofía
689 SIGLOXX(ll)
analítica del orbe anglosajón, que logra- de las ideas de modernidad y de progre-
ría alcanzar mundial predominio en el so, como ilustra el autor de este ensayo
penúltimo cuarto de siglo. Por ese enfo- analizando inteligentemente la obra de
que se inclinaría luego más claramente el esas figuras.
pensador español, efectuando, por utili- El anterior análisis le permite a Tierno
zar la fórmula que dio título a otro libro sugerir que el problema del pensamiento
suyo escrito doce años después, el corres- conservador hispano reside, pura y sim-
pondiente Cambio de marcha en filo- plemente, en que no existe como tal, pues
sofía (1974). los pensadores usualmente calificados de
conservadores en los manuales y tratados
Edición: El ser y la muerte, Alianza, 1988. del pensamiento político español son meros
Estudio: P. Cohn, «Tendiendo puentes: la importadores del <<tradicionalismo» francés
teoría del sentido y el continuo en Ferrater
Mora», Teorema, 11 (1981), pp. 37-56. de De Maistre y Bonald, una corriente que
no puede ser, en rigor, adscrita como el
conservadurismo europeo a la tradición
racional, sino que más bien debe ser inter-
TRADICIÓN Y MODERNISMO, 1962. pretada, igual que el Romanticismo, como
ENRIQUE TIERNO GALVÁN, 1918-1986. un retorno de la tradición mágica. Tierno
inserta en esta tendencia no sólo a Dono-
Lúcido análisis de la relación dialécti- so Cortés y a Balmes -a quien elogia, sin
ca entre el par de conceptos «tradición» embargo, por su independencia y sentido
y •modernismo», llevado a cabo desde la crítico, caracterizándolo como un «Burke
óptica de un pensamiento radical por español>>--, sino también, por su fideísmo
quien ha sido, según Mermall, «el filóso- religioso, a Feijoo.
fo más capaz en la historia del socialis- En los capítulos finales el autor hace
mo no utópico español». objeto de su consideración al funciona-
Tierno inicia su ensayo distinguiendo lismo pragmático y consumista de la socie-
entre una tradición •mágica» o «dogmá- dad afluente del bienestar, en cuyo apo-
tica», de remoto origen eclesiástico-reli- geo tuvo lugar precisamente la gestación
gioso, y una tradición «racional» o «críti- de este ensayo. A juicio de Tierno ese fun-
ca», elaborada por la intelectualidad cionalismo no sólo aleja en los paises desa-
burguesa para legitimar el poder emer- rrollados de Occidente la posibilidad de
gente de los Estados modernos, a lo lar- una revolución (fórmula aún abierta, sin
go de un proceso que se inicia con embargo, para los países del tercer mun-
Maquiavelo y Bodin y se desarrolla con do), sino que tiende incluso a vaciar de
las grandes figuras del pensamiento con- contenido al conservadurismo de tradi-
servador europeo, como Montesquieu, ción racional.
Voltaire, Locke o Burke. Siendo esa nue-
va tradición eminentemente conservado- Edición: Tradición y modernismo Tecnos
1962. , ,
ra, adopta, sin embargo, el punto de vis- Estudio: R. Morado, Tierno Galván y otros
ta empírico y se alimenta al mismo tiempo precursores políticos, Eds. El País, 1987.
ÍNDICE
DE AUTORES
Las obras tratadas en este diccionario han sido reclasificadas en este índice por
nombres de autores. Dentro de cada autor, las obras están ordenadas según el orden
cronológico de su primera aparición o, en su defecto, de su redacción. En este últi-
mo caso, la fecha que aparece tras el título va precedida por un rombo. Las obras
cuyos títulos llevan la indicación «s.f.» («sin fecha») han sido agrupadas al final de las
respectivas listas por orden alfabético. El asterisco (*)que sigue al nombre de un autor
significa que el autor en cuestión cuenta con una entrada en este índice. Finalmen-
te, el número en negrita es la página en donde comienza el artículo acabado de men-
cionar.
[691]
DICCIONARIO DE LAS MIL OBRAS CLAVE DEL PENSAMIENTO 692
B
BACHELARD, Gaston, filósofo y epis- Racionalismo aplicado (El), 1949,
temólogo francés (1884-1962). p. 533.
Nuevo espíritu científico (El), 1934, Materialismo racional (El), 1953, p. 414.
p. 452.
Formación del espíritu científico (La), BACON, Francis, político y filósofo inglés
1938, p. 300. (1561-1626).
Psicoanálisis del fuego (El), 1938, p. 520. Ensayos, 1597,p. 242.
Filosofía del No (La), 1940, p. 294. Novum Organum, 1620, p. 448.
DICCIONARIO DE LAS MIL OBRAS CLAVE DEL PENSAMIENTO 694
e
CABANIS, Pierre-Jean-Georges, médi- Sintaxis lógica del lenguaje, 1934,
co, filósofo y político francés (1757-1808). p. 563.
Relaciones entre lo físico y lo moral del Introducción a la semántica, 1942,
hombre, 1802, p. 540. p. 363.
Significado y necesidad, 1947, p. 561.
CAILLOIS, Roger, filósofo y ensayista Fundamentos filosóficos de la física,
francés (1913-1978). 1966, p. 313.
Mito y el hombre (El), 1938, p. 435.
Hombre y lo sagrado (El), 1939, p. 339. CARRÉ DE MAI.BERG, Raymond, juris-
ta francés (1861-1935).
CALVINO, Juan, teólogo y filósofo fran- Teoría general del Estado, 1920 y 1922,
cés de lengua latina (1509-1564). p. 605.
Institución de la religión cristiana, CASSIRER, Ernst, filósofo alemán
1560, p. 355. (1874-1945).
Sistemas postkantianos (Los), 1920,
CAMPANELLA, Tommaso, filósofo y p. 570.
teólogo dominico italiano (1568-1639). Filosofía de las formas simbólicas (La),
Ciudad del Sol (La), 1623, p. 79. 1923, 1925 y 1929, p. 292.
Filosofía de la Ilustración (La), 1932,
CAMUS, Albert, ensayista y escritor fran- p. 288.
cés (1913-1960).
Mito de Sísifo (El), 1942, p. 434. CASTORIADIS, Cornelius, sociólogo,
Hombre rebelde (El), 1951, p. 336. psicoanalista y filósofo francés de origen
griego (n. 1922).
CANGUIUIEM, Georges, filósofo y epis- Institución imaginaria de la sociedad
temólogo francés (n. 1904). (La), 1975, p. 356.
Ensayo sobre algunos problemas relati- Encrucijadas de/laberinto (Las), 1978-
vos a lo normal y lo patológico, 1943. 1990, p. 226.
Véase Normal y lo Patológico (Lo).
Conocimiento de la vida (El), 1952, p. 93. CASTRO, Américo, pensador, ensayis-
Formación del concepto de reflejo en ta y critico literario español (1885-1972).
los siglos XVJI y XVIII (La), 1955, p. 299. España en su historia. Cristianos, moros
Normal y lo Patológico (Lo), 1966, y judíos, 1948, p. 685.
p. 446.
Ideología y racionalidad en la historia CAVAILLEs, Jean, filósofo y lógico fran-
de las ciencias de la vida, 1977, p. 351. cés (1903-1944).
Método axiomático y formalismo, 1938,
CARNAP, Rudolf, lógico y filósofo ame- p. 429.
ricano de origen alemán (1891-1970). Sobre la lógica y la teoría de la ciencia,
Estructura lógica del mundo (La), 1928, 1947, p. 577.
p. 261. Filosofía matemática, 1962, p. 296.
DICCIONARIO DE LAS MIL OBRAS CLAVE DEL PENSAMIENTO 698
D
DAGOGNET, Fram;ois, médico y filó- DESCARTES, René, filósofo y científi-
sofo francés (n. 1924). co francés (1596-1650).
Filosofía de la imagen (La), 1984, p. Dircurso del método, 1637, p. 195.
289. Dióptrica (La), 1637, p. 192.
Meditaciones metafísicas, 1641, p. 417.
DANTE AUGHIERI, poeta y filósofo ita- Cartas a la princesa Isabel, <>de 1643 a
liano (1265-1321). 1649, p. 65.
Divina Comedia (La), 1472, p. 209. Principios de la filoso/fa, 1644, p. 502.
Convivio (El), 1490, p. 107. Pasiones del alma (Las) (o Tratado de
De la Monarquía, 1559, p. 144. las pasiones), 1649, p. 477.
Tratado del hombre, 1662, p. 631.
DARWIN, Charles Robert, naturalista Reglas para la dirección del espíritu,
inglés (1809-1882). 1701, p. 539.
Sobre el origen de las especies por Investigación de la verdad por la luz
medio de la selección natural, 1859, natural (La), 1701, p. 370.
p. 573.
DESTUTT DE TRACY, Antoine Louis
DELACROIX, Henri, psicólogo y filó- Claude, conde, filósofo francés (1754-
sofo francés (1873-1937). 1836).
Lenguaje y el Pensamiento (El), 1930, Elementos de ideología, de 1803 a
p. 391. 1815, p. 219.
DEIEUZE, Gilles, filósofo francés (1925- DEWEY, John, pedagogo y filósofo ame-
1995). ricano (1859-1952).
Diferencia y repetición, 1968, p. 192. Escuela y sociedad (o Educación y sacie·
Lógica del sentido, 1969, p. 405. dad), 1899, p. 252.
Anti·Edipo (El) (con Guattari*), 1972. Lógica, 1938, p. 400.
Véase Capitalismo y esquizofrenia.
Mil Mesetas (con Guattari*), 1980. Véa- DIDEROT, Denis, filósofo, escritor y cri-
se Capitalismo y esquizofrenia. tico francés (1713-1784).
Capitalismo y esquizofrenia (con Guat- Carta sobre los ciegos para uso de los
tari*), 1972 y 1980, p. 57. que ven, 1749, p. 64.
¿Qué es la filosofía? (con Guattari*), Enciclopedia (con D'Alembert*), de 1751
1991, p. 528. a 1772, p. 223.
Pensamientos sobre la interpretación
DEMÓCRITO de Abdera, filósofo grie- de la naturaleza, 1753, p. 483.
go de Jonia (hacia 460-hacia 370 a.C.). Suplemento al viaje de Bougaínvílle,
Fragmentos, s.f., p. 303. 1796, p. 591.
Sueño de D'Alembert, 1831, p. 585.
DERRIDA, Jacques, filósofo francés (n.
1930).
Escritura y la Diferencia (La), 1967, DILTHEY, Wilhelm, filósofo alemán
p. 251. (1833-1911).
De la Gramatología, 1967, p. 139. Introducción a las ciencias del espíritu,
Tañido, 1974, p. 593. 1883, p. 363.
Mundo histórico (El), 1910, p. 443.
DESANTI, Jean Toussaint, epistemó-
logo francés (n. 1914). DIÓGENES el Cínico, filósofo griego
Idealidades matemáticas (Las), 1968, (hacia 413-hacia 327 a.C.).
p. 344. Fragmentos, s.f., p. 304.
701 ÍNDICE DE AUTORES
DONOSO CORTÉS, Juan, pensador, DUNS ESCOTO, John, llamado «el Doc-
ensayista y político español (1809-1853). tor Sutil•, filósofo y teólogo escocés de
Ensayo sobre el catolicismo, el libera- lengua latina (1266-1308).
lismo y el socialismo, 1851, p. 672. Opus oxoniense, o entre 1303 y 1306,
p. 464.
D'ORS, Eugenio, filósofo español (1882- Tratado acerca del primer principio,
1954). hacia 1305, p. 616.
Bien plantada (La), 1911, p. 683.
Secreto de la filosofía (El), 194 7, DURKHEIM, Émile, sociólogo francés
p. 683. (1858-1917).
División del trabajo social (La), 1893,
DUFRENNE, Mikel, filósofo y esteta fran- p. 210.
cés (n. 1910). Reglas del método sociológico (Las),
Fenomenología de la experiencia esté- 1895, p. 538.
tica, 1953, p. 282. Suicidio (El), 1897, p. 587.
Formas elementales de la vida religio-
sa (Las), 1912, p. 302.
DUHEM, Pierre, físico y epistemólogo
francés (1861-1916).
E
ECKHART, Johannes, llamado «Maes- Sagrado y lo Profano (Lo), 1956, p. 552.
tro•, dominico y teólogo alemán (hacia
1260-hacia 1327). ELLUL, Jacques, sociólogo francés (n.
Libro de la consolación divina (El), o 1912).
1308 6 1313, p. 396. Técnica (La), 1954, p. 594.
G
GADAMER, Hans Georg, filósofo ale- De las cosas ocultas desde la fundación
mán (n. 1900). del mundo, 1978, p. 152.
Verdad y método, 1960, p. 646. Chivo expiatorio (El), 1982, p. 70.
1
IBN 'ARABÍ, filósofo, teólogo y místico IBN JALDÚN, historiador y filósofo ára-
musulmán (1165-1240). be (1332-1406).
Revelaciones [o Conquistas] de La Meca Prolegómenos, 1377, p. 511.
(Las), o de 1201 a 1231, p. 547.
Sabiduría de los profetas (La), o 1229, IBN TUFAYL, filósofo arábigo-español
p. 551. (n. 1185).
Filósofo autodidacto (El), s.f., p. 661.
J
JACOB, Fram;ois, genetista francés (n. JAMES, William, filósofo y psicólogo
1920). americano (1842-1910).
Lógica de lo viviente (La), 1970, p. 404. Principios de la psicología (Los), 1890,
p. 505.
JACOBI, Friedrich Heinrich, filósofo Pragmatismo (El), 1907, p. 492.
alemán (1743-1819). Algunos problemas de metafísica: para
De las cosas divinas y de su revelación, una introducción a la filosofía, 1911,
1811, p. 152. p. 27.
JUAN ESCOTO (ERÍGENA), filósofo irlan- JUNG, Carl Gustav, psiquiatra y psicó-
dés de lengua latina (hacia 810-hacia 870). logo suizo (1875-1961).
De la predestinación divina, o 851, Relaciones entre el Yo y el inconscien-
p. 149. te (Las), 1928, p. 539.
División de la naturaleza (De la) (o Realidad del alma, 1934, p. 535.
Periphyseon), o 867, p. 137. Psicología y alquimia, 1944, p. 523.
K
KANDlNSKY, Wassily, pintor y esteta Primeros principios metafísicos de la
alemán de origen ruso (1866-1944). ciencia de la naturaleza, 1786, p. 495.
De lo espiritual en el arte y en la pin- ¿Qué significa orientarse en el pensa-
tura en particular, 1911, p. 153. miento?, 1786, p. 530.
Crítica del juicio, 1790, p. 118.
KANT, Immanuel, filósofo alemán Religión dentro de los límites de la sim-
(1724-1804). ple razón (La), 1793, p. 540.
Historia general de la naturaleza y teo- Sobre la paz perpetua, 1795, p. 579.
ría del cielo, 1755, p. 331. Antropología en sentido pragmático,
Consideraciones sobre el optimismo 1798, p. 31.
[Ensayo de algunas], 1759, p. 97. Conflicto de las facultades (El), 1798,
Concepto de magnitud negativa (El), p. 92.
1763, p. 86. Lógica, 1800, p. 401.
Observaciones sobre el sentimiento de Sobre pedagogía, 1803, p. 581.
lo bello y lo sublime, 1764, p. 462.
Sueños de un visionario explicados por KELSEN, Hans, jurista americano de ori-
los sueños de la metafísica, 1766, p. 586. gen austriaco (1881-1973).
Disertación de 1770, 1770, p. 205. Teoría pura del derecho, 1934, p. 606.
Crítica de la razón práctica, 1778,
p. 112. KIERKEGMRD, S0ren Aabye, filóso-
Crítica de la razón pura, 1781, p. 114. fo danés (1813-1855).
Prolegómenos a toda metafísica futura Temor y temblor, 1843, p. 596.
que pueda presentarse como ciencia, Diario de un seductor, 1843, p. 187.
1783, p. 512. O esto ... o aquello (o La alternativa),
Ideas para una historia universal en cla- 1843, p. 459.
ve cosmopolita, 1784, p. 345. Repetición (La), 1843, p. 541.
Fundamentación de la metafísica de las Concepto de la angustia (El), 1844, p. 85.
costumbres, 1785, p. 310. Migajas filosóficas, 1844, p. 430.
709 ÍNDICE DE AUTORES
IAPIACE, Pierre Simon (marqués de), LENIN, Vladímir Ilich ULIÁNOV, teó-
matemático francés (1749-1827). rico revolucionario y político ruso (1870-
Ensayo filosófico sobre las probabili- 1924).
dades, 1814, p. 230. Materialismo y empiriocriticismo, 1908,
p. 415.
IAVEUE, Louis, filósofo francés (1883- Imperialismo, fase suprema del capita-
1951). lismo (El), 1916, p. 353.
Dialéctica del mundo sensible, 1922, Estado y la revolución (El), 1917, p. 256.
p. 183.
LEÓN, Fray Luis de, poeta, filósofo, y
LE BON, Gustave, médico y psicólogo teólogo español (1527-1591).
francés (1841-1931). De los nombres de Cristo, 1583, p. 665.
Psicología de las masas, 1895, p. 521.
LEROI-GOURHAN, André, etnólogo y
LE ROY, Édouard, matemático y filó- prehistoriador francés (1911-1986).
sofo francés (1870-1954). Gesto y la Palabra (El), 1964-1965,
Problema de Dios (El), 1929, p. 510. p. 318.
MACH, Emst, físico y filósofo austria- Influencia del hábito sobre la facultad
co (1838-1916). de pensar (o Memoria sobre el hábito),
Análisis de las sensaciones (El), 1882, 1802, p. 354.
p. 29. Memoria sobre la descomposición del
Conocimiento y error, 1905, p. 95. pensamiento, 1805, p. 421.
Ensayo sobre los fundamentos de la psi-
MAill..Ef, Benoit de, diplomático y geó- cología y sobre sus relaciones con el
logo francés (1656-1738). estudio de la naturaleza, 1859, p. 240.
Telliamed, 1748, p. 596.
MAISTRE, Joseph de, pensador políti-
MAIMÓNIDES (Rabbi MaSé ben MAI- co, filósofo y escritor francés (1753-1821).
MON), médico, filósofo y científico judío- Consideraciones sobre Francia, 1797,
español (hacia 1138-1204). p. 98.
Guía de perplejos, s.f., p. 322. Veladas de San Petersburgo (Las), 1821,
p. 645.
MAINE DE BIRAN (Marie Franc;ois Pie-
rre GONTIER DE BIRAN), filósofo fran- MALEBRANCHE, Nicolas, orador, filó-
cés (1766-1824). sofo y teólogo francés (1638-1715).
DICCIONARIO DE LAS MIL OBRAS CLAVE DEL PENSAMIENTO 712
NABERT, Jean, filósofo francés (1881- NATORP, Paul, filósofo alemán (1854-
1960). 1924).
Ensayo sobre el mal, 1955, p. 234. Fundamentos lógicos de las ciencias
exactas (Los), 1910, p. 313.
DICCIONARIO DE LAS MIL OBRAS CLAVE DEL PENSAMIENTO 714
o
OCCAM, Guillermo de, teólogo y filó- Contra Ce/so, o 248, p. 101.
sofo inglés de lengua latina (hacia 1285- De los principios, s.f., p. 155.
hacia 134 7).
Sobre el gobierno tiránico del Papa, o ORTEGA Y GASSET, José, filósofo y
1334-1342, p. 571. escritor español (1883-1955).
Suma de toda la lógica, 1488, p. 589. Tema de nuestro tiempo (El}, 1923,
Comentario sobre las Sentencias, 1493, p. 596.
p. 82. Rebelión de las masas (La), 1930,
p. 536.
ORESME, Nicolás, teólogo, economis- En torno a Galileo, 1933, p. 684.
ta y científico francés (hacia 1325-1382). Idea de principio en Leibniz y la evo-
Del origen, naturaleza, derechos y mu- lución de la teoría deductiva (La), 1958,
taciones de las monedas, hacia 1361, p. 343.
p. 171.
Tratado [o Libro] del cielo y del mun- OWEN, Robert, reformador y socialista
do, 1377, p. 630. británico (1771-1858).
Libro del nuevo mundo moral (El),
ORÍGENES de Alejandría, teólogo cris- 1836-1844, p. 397.
tiano de lengua griega (hacia 185-hacia 251).
715 ÍNDICE DE AUTORES
Banquete (El), o hacia 385 a.C., p. 43. POMPONAZZI, Pietro, filósofo italiano
Crátilo, o hacia 385 a.C., p. 108. de lengua latina (1462-1525).
Eutidemo, o hacia 385 a.C., p. 270. Tratado de la inmortalidad del alma,
Fedón, o hacia 385 a.C., p. 279. 1516, p. 620.
República (La), o entre 385 y 370 a.C.,
p. 544. POPPER, Karl Raimund, filósofo y epis-
Fedro, o hacia 375-370 a.C., p. 281. temólogo austriaco (1902-1994).
Teeteto, o hacia 368 a.C., p. 594. Lógica de la investigación científica (La),
Parménides, o hacia 367 a.C., p. 475. 1934, p. 402.
Sofista, o hacia 365 a.C., p. 582. Miseria del historicismo (La), 1957,
Político, o hacia 360 a.C., p. 487. p. 433.
Leyes (Las), o hacia 357-347 a.C., Conjeturas y refutaciones, 1963, p. 92.
p. 395. Conocimiento objetivo, 1972, p. 95.
Carta VII, o hacia 354 a.C., p. 62.
Filebo, o hacia 350 a.C., p. 287. PORFIRIO de Tiro, filósofo neoplató-
Critias, s.f., p. 110. nico griego de origen sirio (234-hacia
Hipias mayor, s.f., p. 326. 305).
Timeo, s.f., p. 609. Isagoge (Introducción), o hacia 267-270,
p. 379.
PLOTINO de Licópolis, filósofo griego,
cabeza del neoplatonismo (hacia 205-
269/270). PRIGOGINE, llya, químico belga de ori-
Eneadas, o 253/254-269/270, p. 226. gen ruso (n. 1917).
Nueva Alianza (La) (con Stengers*),
PLUTARCO de Queronea, biógrafo y 1979, p. 450.
moralista griego (hacia 46- hacia 120).
Obras morales, s.f., p. 462. PROCLO, filósofo neoplatónico griego
Vidas paralelas (o Vidas de los hombres (412-485).
ilustres), s.f., p. 649. Elementos de teología, s.f., p. 220.
obra fue atribuida durante mucho tiempo PUFENDORF, Samuel, jurista y filóso-
a Dionisia el Areopagita. fo alemán (1632-1694).
Jerarquía celeste (La), s.f., p. 381. Derecho natural y de gentes, 1672, p:
Teología mística (La), s.f., p. 150. 179.
Q
QUESNAY, Franc;ois, médico y econo- QUINE, Willard van Orman, filósofo y
mista francés (1694-1774). lógico americano (n. 1908).
Cuadro económico, 1758, p. 123. Palabra y objeto, 1960, p. 471.
Relatividad ontológica y otros ensayos
QUEVEDO, Francisco de, pensador, (La), 1969, p. 540.
novelista y poeta español (1580-1645). Filosofía de la lógica, 1970, p. 289.
Sueños (Los), 1627, p. 667.
R
RAMÚN Y CAJAL, Santiago, neurólo- Investigación sobre la mente humana
go español (1852-1934). según los principios del sentido común,
Recuerdos de mi vida: Historia de mi 1764, p. 372.
labor científica, 1917, p. 675. Ensayos sobre las facultades intelec-
tuales, 1785, p. 248.
RANK, Otto (Otto ROSENFELD, lla-
mado), psiquiatra austriaco (1884-1939). REINHOLD, Karl Leonhard, filósofo
Trauma del nacimiento (El), 1924, p. 636. alemán (1758-1823).
Ensayo de una nueva teoría de la repre-
RAVAISSON-MOWEN (FéJix lACHER), sentación, 1789, p. 230.
filósofo francés (1813-1900).
RENAN, Emest, filósofo y escritor fran-
Del hábito, 1894, p. 166.
cés (1823-1892).
Poroenir de la ciencia (El), 1890, p. 489.
RAWLS, John, filósofo americano (n.
1921). RENOUVIER, Charles, filósofo fran-
Teoría de la justicia, 1971, p. 600. cés (1815-1903).
Ensayos de crítica general, 1851-1864,
RÉE, Paul, filósofo alemán (1849-1901). p. 244.
Origen de los sentimientos morales (El),
1877, p. 467. RIBOT, Théodule, filósofo y psicólogo
francés (1839-1916).
REICH, Wilhelm, psicoanalista ameri- Psicología de los sentimientos (La),
cano de origen austriaco (1897-1957). 1896, p. 522.
Psicología de masas del fascismo (La), Lógica de los sentimientos (La), 1905,
1933, p. 522. p. 404.
Revolución sexual (La), 1945, p. 548. Ensayo sobre las pasiones, 1907, p. 238.
S
SADE (Donatien Alphonse Fran'<ois, SAINT-MARTIN, Louis Claude de, filó-
marqués de), escritor francés (1740- sofo francés, llamado «el Filósofo desco-
1814). nocido» (1743-1803).
Justina o los infortunios de la virtud, De los errores y de la verdad, 1775,
1791, p. 381. p. 154.
Filosofía en el boudoir (La), 1795, Hombre de deseo (El), 1790, p. 334.
p. 295.
719 ÍNDICE DE AUTORES
T
TAINE, Hippolyte, crítico, historiador y TEILHARD DE CHARDIN, Pierre, teó-
filósofo francés (1828-1893). logo, filósofo y paleontólogo francés,
De la inteligencia, 1870, p. 141. (1881-1955).
Filosofía del arte, 1882, p. 293. Fenómeno humano (El), 1955, p. 282.
Aparición del hombre (La), 1956, p. 34.
TALES de Mileto, filósofo y matemáti- Porvenir del hombre(El), 1959, p. 491.
co griego (hacia 625-hacia 545 a.C.).
Véase MILESIOS (los): Fragmentos. TEOFRASTO, filósofo y erudito griego,
discípulo de Aristóteles (hacia 372-hacia
TARDE, Gabriel de, jurista y sociólogo 285 a.C.).
francés (1843-1904). Caracteres (Los), s.f., p. 58.
Leyes de la imitación (Las), 1890, p. 395. Metafísica (La), s.f., p. 426.
DICCIONARIO DE LAS MIL OBRAS CLAVE DEL PENSAMIENTO 722
u
UNAMUNO, Miguel de, filósofo, poe- Del sentimiento trágico de la vida en los
ta y dramaturgo español (1864-1936). hombres y en los pueblos, 1913, p. 172.
Vida de Don Quijote y Sancho, 1905, Agonía del cristianismo (La), 1926, p. 26.
p. 647. San Manuel Bueno, mártir, 1931, p. 681.
V
VAUVENARGUES (Luc de ClAPIERS, VICO, Giambattista, historiador, jurista
marqués de), escritor y moralista fran- y filósofo italiano (1668-1744).
cés(1715-1747). Ciencia nueva, 1725, p. 73.
Introducción al conocimiento del espí-
ritu humano, 1745, p. 366. VIVES, Juan Luis, humanista español
de lengua latina (1492-1540).
_____________________________________________________________ ¡
723 ÍNDICE DE AUTORES
w
WAHL, Jean, filósofo francés (1888- Investigación sobre los principios del
1974). conocimiento natural, 1919, p. 374.
Estudios kierkegaardianos, 1938, p. 263. Concepto de naturaleza (El), 1920, p. 87.
Tratado de metafísica, 1953, p. 627. Ciencia y el mundo moderno (La), 1925,
p. 75.
WATSON, John Broadus, psicólogo Función de la razón (La), 1929, p. 309.
americano (1878-1958).
Psicología desde el punto de vista de WIENER, Norbert, matemático y cien-
un conductista, 1919, p. 523. tífico americano (1894-1964).
Cibernética (La), 1948, p. 70.
WEBER, Max, sociólogo alemán (1864- Cibernética y sociedad, 1950, p. 71.
1920).
Ética protestante y el Espíritu del capi· WITTGENSTEIN, Ludwig Josef, filó-
talismo (La), 1905, p. 269. sofo inglés de origen austriaco (1889-
Político y el científico (El), 1919, p. 488. 1951).
Ensayos sobre la teoría de la ciencia, Tractatus logico-philosophicus, 1921,
1922, p. 247. p. 613.
Investigaciones filosóficas, 1953, p. 375.
WEIL, Éric, filósofo francés de origen Cuadernos azul y marrón (Los), 1958,
alemán (1904-1977). p. 121.
Lógica de la filosofía, 1950, p. 401. Observaciones filosóficas, 1964, p. 462.
Filosofía moral, 1961, p. 297. Sobre la certeza, 1969, p. 575.
Gramática filosófica, 1969, p. 320.
WEIL, Simone, filósofa y escritora fran-
cesa (1909-1943). WOLFF, Christian, filósofo alemán
Gravedad y la gracia (La), 1947, p. 321. (1679-1754).
Echar raíces, 1949, p. 215. Principios del derecho natural y de gen-
Condición obrera (La), 1951, p. 89. tes, 1758, p. 508.
Reflexiones sobre las causas de la liber-
tad y de la opresión social, 1955, p. 537. WUNDT, Wilhelm, psicólogo y filósofo
alemán (1832-1920).
WHITEHEAD, Alfred North, matemá- Elementos de psicofisiología, 1873-
tico, lógico y filósofo inglés (1861-194 7). 1874, p. 220.
Principia mathematica (con Russell*),
1910-1913, p. 497.
DICCIONARIO DE LAS MIL OBRAS CLAVE DEL PENSAMIENTO 724
z
ZARATUSTRA (antiguamente llamado ZENÓN de Elea, filósofo griego de la
ZOROASTRO), profeta iraní (hacia 660- escuela de Elea (s. v a.C.).
hacia 583 a.C). Fragmentos, s.f., p. 309.
Gathd (Los), s.f., p. 315_
ZOROASTRO, véase ZARATUSTRA.
ZENÓN de Citio, filósofo griego, fun-
dador del estoicismo (hacia 335-hacia 264 ZUBIID, Xavier, filósofo español (1898-
a.C.). 1983).
Fragmentos, s.f., p. 308. Naturaleza, historia, Dios, 1944, p. 686.
Sobre la esencia, 1962, p. 687.
COLECTIVOS
Upanisads, o entre los siglos XI y 111 a.C., Declaración de los derechos del hom-
p. 642. bre y del ciudadano, 1789, p. 156.
Enciclopedia, de 1751 a 1772, p. 223. Declaración universal de los derechos
humanos, 1948, p. 157;