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Las características de la superficie del suelo o del sitio se registran por primera
vez. Luego se hace una descripción del terreno, horizonte por horizonte,
comenzando por la cima. Las reglas para la descripción del suelo y la codificación
de atributos a menudo se basan en las directrices de descripción del suelo de la
FAO (1990).
Si bien la ciencia y tecnología ha ido avanzado, lo que ha traído consigo una serie
de herramientas poco convencionales que sirven para la descripción del suelo y
para facilitarnos dichos estudios, ya que estas herramientas permiten evaluar el
estado estructural del suelo, su fertilidad física y analizar de manera eficiente la
implementación de estrategias, se deben registrar las características de la
superficie del suelo, como afloramientos rocosos, fragmentos gruesos rocosos,
erosión inducida por el hombre, encostramiento y agrietamiento. También se
pueden describir y registrar otras características de la superficie del suelo como
son: la ocurrencia de sales, arena descolorida, restos orgánicos, restos de
lombrices, camino de hormigas, etc .
Por lo anterior, con estas herramientas podemos observar con respecto al color
que se puede ver en los suelos, una descripción de la estructura de suelos
cultivados, basada en la cuantificación de la porosidad visible en un perfil y en la
resistencia que ejerce el suelo a un cuchillo de campo.
Si bien es cierto, el suelo es un elemento natural muy complejo, que puede tener
muchas variaciones dependiendo de las regiones geográficas y de la variación
que el hombre le haya aplicado. La importancia del suelo radica en el hecho de
que los humanos lo utilizan para cultivar sus alimentos más básicos.