Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Rey Saul David Salomon
Rey Saul David Salomon
1. Saúl ante su proclamación: Se escondió. Lejos de reflejar humildad (como tal vez
alguno pudiera pensar), esta actitud demostró serios problemas de autoestima. A
pesar de saber que fue escogido para reinar, se sentía inferior a los demás.
Esto dio una reacción automática adversa de una parte de quienes ahora estarían bajo
su reinado:
“Pero algunos insolentes protestaron: «¿Y éste es el que nos va a salvar?» Y fue tanto
su desprecio por Saúl, que ni le ofrecieron regalos.” 1 Samuel 10:27
2. Saúl ante sus temores: Demostró un liderazgo pobre en los momentos que su
carácter debía dominar su ser. Tuvo inseguridad en los retos que, como rey, pudo
haberlo catapultado a mayor respeto de sus súbditos.
Ante Goliat: Saúl mostró de una forma natural su cobardía en público. Cuando
debió mostrar valentía y gallardía.
3. Saúl ante sus fracasos: Su mayor fracaso, “la desobediencia“. Saúl fue un hombre
dominado por sus emociones y su orgullo exacerbado con el cuál pretendía esconder
su inseguridad. Esta desobediencia manifiesta lo llevó a no acatar las instrucciones
que Samuel le diera, instrucciones que provenían de Dios directamente.
La palabra del Señor vino a Samuel: «Me arrepiento de haber hecho rey a
Saúl, pues se ha apartado de mí y no ha llevado a cabo mis
instrucciones.»…
Samuel respondió:
4. Saúl ante la gente: Israel en ese período era guiado por La Torá, la cuál debían
obedecer desde los tiempos de Moisés. Aquí estaban sus principios de vida, tanto
morales como espirituales. Saúl no solo desobedeció estos, sino que peor aún,
justificó su desobediencia. Lo que incidiría en el pueblo directamente. Mostró su peor
actitud y su mayor debilidad cuando fue destituido como rey, ya que pretendió
“esconder” esta situacion . Le interesó más “lo que la gente dijera” que mostrar un
carácter intachable y comportarse como un hombre recto cuando comete un error, o
sea admitir y corregir.
1 Samuel 15
Introducción:
A. La liderazgo de autoridad.
1. Recibe a todo aquel que viene a él. (Vea parte B del primer punto)
a. En necesidad.
b. Falta de convicción.
c. Deseo de identificarse.
1. Coraje
Durante 40 días ningún soldado judío tuvo el coraje de dar un paso adelante y
luchar contra Goliat. Todo soldado entrenado para la guerra convencional sabía
que no tenía ninguna chance contra él. Luego el joven David, un cadete de
repartos que no tenía ningún entrenamiento convencional, llegó a la escena con
provisiones para sus hermanos que estaban en el ejército.
Al oír sobre la situación, con gran coraje se ofreció como voluntario para defender
el honor judío. Le ofrecieron las armas convencionales de esa época (armadura y
armas blancas) pero David decidió enfrentar a Goliat sólo con su fe y con su
honda, sabiendo que allí yacían sus fortalezas. Tomó un riesgo enorme y ganó.
El coraje es fundamental para el liderazgo. Impulsa a la persona a asumir desafíos
y a tomar los riesgos necesarios; a dar rienda suelta a estrategias revolucionarias
y a desafiar a todos los pesimistas.
2. Humildad
David nunca olvidó sus comienzos humildes, nunca se volvió un rey arrogante.
Las monedas que acuñó reflejan quién era: de un lado había una vara y una
alforja, símbolos de un pastor, del otro el símbolo real de la monarquía.
3. Nunca renunciar
El Rey David conoció la derrota; todo parecía perdido. Absalón, su propio hijo, se
levantó en su contra. Mediante el politiqueo y la astucia, Absalón había persuadido
a la gran mayoría del pueblo judío a unirse a su rebelión. David era impotente en
esta confrontación, ya que Absalón tenía la fortaleza de una gran mayoría
numérica para reemplazarlo como rey.
Primero, el Rey David escaló al Monte de los Olivos para dar una última mirada a
Jerusalem, su amada ciudad, pidiéndole a Dios Su ayuda para regresar victorioso.
Segundo, estableció una red de inteligencia en Jerusalem con sus seguidores
leales. Luego, lejos de Jerusalem, continuó su plan con sus leales seguidores para
la inevitable batalla final en contra de las fuerzas de Absalón.
En esa batalla murió Absalón; sus tropas huyeron milagrosamente. Al final David,
con su gran sabiduría, no sólo volvió a Jerusalem como un vengativo monarca de
antiguos enemigos, sino que esperó pacientemente hasta que los representantes
del pueblo judío lo invitaron y le suplicaron para que volviera a ser su legislador.
La derrota y los fracasos son parte de la vida. Un buen líder ve a la derrota como
parte del proceso hacia el éxito y continúa intentando. Tanto Henry Ford como
Walt Disney son recordados como emprendedores cuyos intentos iniciales
terminaron en la bancarrota. Menajem Begin, uno de los más grandiosos primeros
ministros israelíes, perdió ocho elecciones de la Knéset y nunca abandonó su
posición como líder de su partido.
4. Optimismo
El libro de los Salmos es un portal que nos permite echar un vistazo al interior de
David: sus pensamientos y sentimientos. Fue un hombre con gran pasión, fe y
optimismo. David enfrentó muchas batallas y adversidades personales, además de
los desafíos a su liderazgo. Muchas veces sus dificultades parecieron
terriblemente grandes, dejándole pocas posibilidades de sobrevivir, sin embargo
David no perdió la esperanza. Su fortaleza interior y su optimismo sobre un futuro
brillante emanaban de su conocimiento de que no estaba solo. En Salmo tras
Salmo David revela la profundidad de su relación con Dios. Con Él como
inspiración, ¿cómo puede alguien darse por vencido?
Los judíos son una nación de optimistas. ¿Qué otra nación continuaría siendo
optimista durante dos mil años sobre la idea de volver a Israel, nuestra tierra
patria? Y quiénes sino los judíos continúan siendo optimistas esperando un mundo
mejor, un mundo de paz y la llegada del Mesías, descendiente de nuestro líder por
excelencia, el Rey David.
En 1 Re 3,8 dice: “un pueblo tan grande que, por su multitud, no
puede contarse ni calcularse“.
Enseñanza #1:
Imagine que usted comienza a trabajar para una gran empresa y de repente, sin
siquiera tener experiencia en el campo le asignan el puesto de Gerente General.
Poco después de la asignación lo contactan y le dan la oportunidad de pedir lo que
usted quiera… ¿Qué pediría usted?
Salomón supo ver “el cuadro completo” y supo que con un pueblo tan grande, tenía
grandes responsabilidades y debería tomar grandes decisiones.
“Un buen líder tiene visión. Siempre ve más allá y avanza más allá que los demás.”
Enseñanza #2:
Llama mi atención que no se limita a pedir únicamente la habilidad o el hábito de
escuchar; sino que, comienza por pedir un “corazón” que escuche. En otras palabras,
Salomón le pide a Dios que le conceda la humildad de preocuparse sinceramente
por su pueblo. Comprende que no se puede liderar a un equipo (o pueblo en su caso)
sin antes aprender a liderarse a sí mismo; así que se olvida del Ego; descarta pedir
algo para sí mismo y pide por quienes tiene bajo su responsabilidad.
“Un buen líder primero piensa en su equipo. Un buen líder de hogar, primero piensa en
su familia.”
Enseñanza #3:
Nótese que no pide palabras sabias o elocuencia para hablar. No…cuando Salomón
pide, está pensando en la oportunidad de callar y permitir a su pueblo que hable y
se exprese. Desde que pide “un corazón que escuche”, ya está anticipando emociones
y amor por aquellos que necesitan hablar y sentirse escuchados. Salomón no sólo
quiere facilitarles que hablen y pretender que escucha. Salomón desea sentir
empatía por su gente; escucharles y ayudarles a sentirse mejor.
¿Cómo lograr eso sin poner el corazón?; ¿Cómo lograrlo si hubiese alimentado su ego
primero con un regalo de Dios para sí mismo?
“No se puede obtener resultados sostenibles en el tiempo sin contar con la base de la
confianza.”
Enseñanza #5:
Por último, pero no menos importante, debido a que Salomón se preocupó por el
pueblo de Dios más que por sí mismo; Dios no sólo le concedió lo solicitado, sino
que también le ofreció riquezas, esplendor y una larga vida (1 Re 3, 11-14). Su
acción desinteresada le trajo bienestar al pueblo y una recompensa que no espera
para sí mismo.