Está en la página 1de 10

Samuel (cuyo liderazgo conoceremos en una próxima entrega) fungía como juez,

sacerdote y profeta. Recibió indicaciones directas y precisas de Dios para ungir y


proclamar rey a Saúl (1 Samuel 9:16).
Análisis
Hay varios aspectos que podemos extraer de este caso, como análisis de esta
lección de liderazgo:

1. Saúl ante su proclamación: Se escondió. Lejos de reflejar humildad (como tal vez
alguno pudiera pensar), esta actitud demostró serios problemas de autoestima. A
pesar de saber que fue escogido para reinar, se sentía inferior a los demás.

Entonces fueron a buscar a Saúl, pero no lo encontraron, de modo que


volvieron a consultar al Señor:

—¿Ha venido aquí ese hombre?

—Sí —respondió el Señor —, pero se ha escondido entre el equipaje.

Fueron corriendo y lo sacaron de allí. 1 Samuel 10:20-24

Esto dio una reacción automática adversa de una parte de quienes ahora estarían bajo
su reinado:
“Pero algunos insolentes protestaron: «¿Y éste es el que nos va a salvar?» Y fue tanto
su desprecio por Saúl, que ni le ofrecieron regalos.” 1 Samuel 10:27

2. Saúl ante sus temores: Demostró un liderazgo pobre en los momentos que su
carácter debía dominar su ser. Tuvo inseguridad en los retos que, como rey, pudo
haberlo catapultado a mayor respeto de sus súbditos.
 Ante Goliat: Saúl mostró de una forma natural su cobardía en público. Cuando
debió mostrar valentía y gallardía.

Goliat se detuvo ante los soldados israelitas, y los desafió: «¿Para


qué están ordenando sus filas para la batalla? ¿No soy yo un
filisteo? ¿Y no están ustedes al servicio de Saúl? ¿Por qué no
escogen a alguien que se me enfrente? Si es capaz de hacerme frente
y matarme, nosotros les serviremos a ustedes; pero si yo lo venzo y lo
mato, ustedes serán nuestros esclavos y nos servirán.» Dijo además
el filisteo: «¡Yo desafío hoy al ejército de Israel! ¡Elijan a un
hombre que pelee conmigo!». Al oír lo que decía el filisteo, Saúl y
todos los israelitas se consternaron y tuvieron mucho miedo. 1
Samuel 17:8-11
 Ante David: Saúl se comportó como un perdedor, utilizó la envidia como
motivador de sus acciones.

Cualquier encargo que David recibía de Saúl, lo cumplía con éxito,


de modo que Saúl lo puso al mando de todo su ejército, con la
aprobación de los soldados de Saúl y hasta de sus oficiales.

Ahora bien, cuando el ejército regresó, después de haber matado


David al filisteo, de todos los pueblos de Israel salían mujeres a
recibir al rey Saúl. Al son de liras y panderetas, cantaban y bailaban,
y exclamaban con gran regocijo:

«Saúl destruyó a un ejército,


¡pero David aniquiló a diez!»
Disgustado por lo que decían, Saúl se enfureció y protestó: «A David
le dan crédito por diez ejércitos, pero a mí por uno solo. ¡Lo único
que falta es que le den el reino!» Y a partir de esa ocasión, Saúl
empezó a mirar a David con recelo. 1 Samuel 18:5-9

3. Saúl ante sus fracasos: Su mayor fracaso, “la desobediencia“. Saúl fue un hombre
dominado por sus emociones y su orgullo exacerbado con el cuál pretendía esconder
su inseguridad. Esta desobediencia manifiesta lo llevó a no acatar las instrucciones
que Samuel le diera, instrucciones que provenían de Dios directamente.

La palabra del Señor vino a Samuel: «Me arrepiento de haber hecho rey a
Saúl, pues se ha apartado de mí y no ha llevado a cabo mis
instrucciones.»…

Samuel respondió:

«¿Qué le agrada más al Señor:


que se le ofrezcan holocaustos y sacrificios,
o que se obedezca lo que él dice?
El obedecer vale más que el sacrificio,
y el prestar atención, más que la grasa de carneros.
La rebeldía es tan grave como la adivinación,
y la arrogancia, como el pecado de la idolatría.
Y como tú has rechazado la palabra del Señor,
él te ha rechazado como rey.»…
…—¡He pecado! —respondió Saúl—. Pero te pido que por ahora me sigas
reconociendo ante los ancianos de mi pueblo y ante todo Israel. Regresa
conmigo para adorar al Señor tu Dios. 1 Samuel 15

4. Saúl ante la gente: Israel en ese período era guiado por La Torá, la cuál debían
obedecer desde los tiempos de Moisés. Aquí estaban sus principios de vida, tanto
morales como espirituales. Saúl no solo desobedeció estos, sino que peor aún,
justificó su desobediencia. Lo que incidiría en el pueblo directamente. Mostró su peor
actitud y su mayor debilidad cuando fue destituido como rey, ya que pretendió
“esconder” esta situacion . Le interesó más “lo que la gente dijera” que mostrar un
carácter intachable y comportarse como un hombre recto cuando comete un error, o
sea admitir y corregir.

Tú has rechazado la palabra del Señor, y él te ha rechazado como rey de


Israel.
…—¡He pecado! —respondió Saúl—. Pero te pido que por ahora me sigas
reconociendo ante los ancianos de mi pueblo y ante todo Israel. Regresa
conmigo para adorar al Señor tu Dios.

1 Samuel 15

El liderazgo requiere ser construido sobre el carácter y no sobre la fuerza.

Texto bíblico: 2 Samuel 23.1–7

Introducción:

Entre sus muchos dones, David mostró grandes capacidades de


liderazgo. Se convirtió en «Sar» para su pueblo, un título
proféticamente dado al Mesías, «Sar Shalom», «Príncipe de Paz». Por
consiguiente, podemos estudiar a David como un modelo de liderazgo y
una ilustración de señorío.

I. Liderazgo como lo exhibió David.

A. La liderazgo de autoridad.

1. Mantener el orden en la sociedad. Romanos 13.1

2. Enseñar la obediencia en la familia. 1 Timoteo 3.4

3. Conservar la objetividad en la iglesia. 1 Timoteo 3.5


B. La necesidad del liderazgo.

1. Ministrar aquellos con un sentido de necesidad. 1 Samuel 22.1–2

2. Formar aquellos con sentido de misión. 1 Crónicas 11.1–3

3. Motivar aquellos con un sentido de cooperación. 1 Crónicas 12.17 –18

C. La responsabilidad del liderazgo.

1. Liderazgo en la justicia. 2 Samuel 23.3

2. Liderazgo en el temor del Señor. 2 Samuel 23.3

D. La calidad del liderazgo.

1. Tan prometedor como el amanecer. 2 Samuel 23.4

2. Tan refrescante como la lluvia.

E. La fuerza del liderazgo.

1. Inspira devoción. 1 Crónicas. 11.17–19

2. Inculca determinación. 1 Crónicas. 11.22–23

3. Infunde convicción. 1 Crónicas. 11.13–14

II. Señorío como lo ilustró David. Lea Isaías 9.6–7

A. El aspecto autoritario del señorío de Cristo.

1. Recibe a todo aquel que viene a él. (Vea parte B del primer punto)

a. En necesidad.

b. Falta de convicción.

c. Deseo de identificarse.

2. Demanda la fidelidad de todos aquellos que vienen a él.

B. El aspecto pulidor del señorío de Cristo.


1. Él desafía el espíritu rebelde.

2. Él condena el corazón obstinado.

C. Los aspectos atractivos del señorío de Cristo.

1. La promesa radiante de una nueva dirección. v. 4

2. La experiencia fructífera de una propósito fresco. v. 4

3. El conocimiento tranquilizador de una seguridad profunda. v. 5

4. La gloriosa seguridad de una salvación eterna.

Usado con permiso,

1. Coraje

La famosa historia de David venciendo a Goliat comienza con dos ejércitos


enemigos. El ejército filisteo acampaba en una montaña e intentaba destruir y
conquistar el reino judío. En la primera montaña después del valle estaba el
ejército judío. Goliat era un soldado gigante de proporciones inmensas. Todos los
días se burlaba de los judíos y los desafiaba a que enviaran un campeón para
luchar contra él. Esta batalla de campeones determinaría qué nación sería la
vencedora, que nación gobernaría sobre la otra.

Durante 40 días ningún soldado judío tuvo el coraje de dar un paso adelante y
luchar contra Goliat. Todo soldado entrenado para la guerra convencional sabía
que no tenía ninguna chance contra él. Luego el joven David, un cadete de
repartos que no tenía ningún entrenamiento convencional, llegó a la escena con
provisiones para sus hermanos que estaban en el ejército.

Al oír sobre la situación, con gran coraje se ofreció como voluntario para defender
el honor judío. Le ofrecieron las armas convencionales de esa época (armadura y
armas blancas) pero David decidió enfrentar a Goliat sólo con su fe y con su
honda, sabiendo que allí yacían sus fortalezas. Tomó un riesgo enorme y ganó.
El coraje es fundamental para el liderazgo. Impulsa a la persona a asumir desafíos
y a tomar los riesgos necesarios; a dar rienda suelta a estrategias revolucionarias
y a desafiar a todos los pesimistas.

2. Humildad

A diferencia de la Reina de Inglaterra, David tenía unos cuantos secretos de


familia no muy aristocráticos. Si bien era descendiente de la tribu de Yehudá, su
tatarabuela era Rut, la moabita que se convirtió al judaísmo. Yendo más atrás, se
podía rastrear su ascendencia a la unión incestuosa entre Lot y su hija. Además,
David había sido un pastor —no la más real de las ocupaciones—, sin embargo
Dios eligió a David, ¿por qué?

David no fue elegido rey a pesar de su linaje y su trabajo como pastor,


sino por ellos. Dios ama a los judíos y por lo tanto eligió a un pastor para Su
rebaño, alguien que fuera sensible a todos los judíos: el noble, el rico y el plebeyo
por igual. Por quién era y de dónde venía, David también se ocuparía de la clase
baja de la sociedad, los judíos en la base de la pirámide económica; judíos con
secretos oscuros.

David nunca olvidó sus comienzos humildes, nunca se volvió un rey arrogante.
Las monedas que acuñó reflejan quién era: de un lado había una vara y una
alforja, símbolos de un pastor, del otro el símbolo real de la monarquía.

La humildad posibilita la compasión, la bondad y la preocupación genuina por los


demás, al igual que la capacidad para demostrar apreciación verdadera. Estas
virtudes ayudan al líder a ganarse la lealtad del pueblo. No puedes ganarte el
corazón de las personas si no te interesas genuinamente en su bienestar. Los
líderes inspiran a los demás y la inspiración es gobernada por el corazón.

¿Acaso los comienzos normales y ordinarios contribuyen a la creación de grandes


líderes? Son definitivamente un factor positivo. Es muy alto el porcentaje de
presidentes que estaban en la segunda mitad de su clase en la escuela y más del
50% de los emprendedores millonarios nunca terminaron la universidad. Margaret
Thatcher, la mujer que el historiador Paul Johnson llamó “la más grandiosa líder
femenina desde Catalina la Grande” comenzó la vida en el departamento de arriba
del almacén de su padre.

3. Nunca renunciar

El Rey David conoció la derrota; todo parecía perdido. Absalón, su propio hijo, se
levantó en su contra. Mediante el politiqueo y la astucia, Absalón había persuadido
a la gran mayoría del pueblo judío a unirse a su rebelión. David era impotente en
esta confrontación, ya que Absalón tenía la fortaleza de una gran mayoría
numérica para reemplazarlo como rey.

Cuando Absalón se acercó a Jerusalem para establecer su monarquía, David y


sus fieles salieron al exilio, dejando Jerusalem derrotada. Todo parecía perdido,
no parecía haber ni la más mínima esperanza de restablecerse como rey. Sin
embargo no se dio por vencido, no se retiró ni se sometió a su hijo; en cambio,
reconoció su situación como un revés temporario y se puso en campaña para
reinstaurar su monarquía.

Primero, el Rey David escaló al Monte de los Olivos para dar una última mirada a
Jerusalem, su amada ciudad, pidiéndole a Dios Su ayuda para regresar victorioso.
Segundo, estableció una red de inteligencia en Jerusalem con sus seguidores
leales. Luego, lejos de Jerusalem, continuó su plan con sus leales seguidores para
la inevitable batalla final en contra de las fuerzas de Absalón.

En esa batalla murió Absalón; sus tropas huyeron milagrosamente. Al final David,
con su gran sabiduría, no sólo volvió a Jerusalem como un vengativo monarca de
antiguos enemigos, sino que esperó pacientemente hasta que los representantes
del pueblo judío lo invitaron y le suplicaron para que volviera a ser su legislador.

La derrota y los fracasos son parte de la vida. Un buen líder ve a la derrota como
parte del proceso hacia el éxito y continúa intentando. Tanto Henry Ford como
Walt Disney son recordados como emprendedores cuyos intentos iniciales
terminaron en la bancarrota. Menajem Begin, uno de los más grandiosos primeros
ministros israelíes, perdió ocho elecciones de la Knéset y nunca abandonó su
posición como líder de su partido.
4. Optimismo

El libro de los Salmos es un portal que nos permite echar un vistazo al interior de
David: sus pensamientos y sentimientos. Fue un hombre con gran pasión, fe y
optimismo. David enfrentó muchas batallas y adversidades personales, además de
los desafíos a su liderazgo. Muchas veces sus dificultades parecieron
terriblemente grandes, dejándole pocas posibilidades de sobrevivir, sin embargo
David no perdió la esperanza. Su fortaleza interior y su optimismo sobre un futuro
brillante emanaban de su conocimiento de que no estaba solo. En Salmo tras
Salmo David revela la profundidad de su relación con Dios. Con Él como
inspiración, ¿cómo puede alguien darse por vencido?

El optimismo le da al líder el empuje que necesita para continuar cuando todo


parece perdido. Es contagioso: cuando los tiempos son difíciles el optimismo del
líder da esperanza, eleva el espíritu y construye fortaleza en los demás. El
optimismo ayuda tanto al líder como a los liderados a confrontar dificultades, a
tolerar el estrés y a obtener resultados positivos.

Los judíos son una nación de optimistas. ¿Qué otra nación continuaría siendo
optimista durante dos mil años sobre la idea de volver a Israel, nuestra tierra
patria? Y quiénes sino los judíos continúan siendo optimistas esperando un mundo
mejor, un mundo de paz y la llegada del Mesías, descendiente de nuestro líder por
excelencia, el Rey David.
En 1 Re 3,8 dice: “un pueblo tan grande que, por su multitud, no
puede contarse ni calcularse“.

Enseñanza #1:
Imagine que usted comienza a trabajar para una gran empresa y de repente, sin
siquiera tener experiencia en el campo le asignan el puesto de Gerente General.
Poco después de la asignación lo contactan y le dan la oportunidad de pedir lo que
usted quiera… ¿Qué pediría usted?

 ¿Un aumento de salario?


 ¿Un contrato vitalicio?
 ¿Un equipo de asesores?
Exactamente lo mismo le pasó a Salomón y en ese momento tuvo la oportunidad de
pedir riquezas, larga vida o la muerte de sus enemigos (como lo cita 1 Re 3,11); sin
embargo, pidió “un corazón que escuche” para gobernar al pueblo de Dios.

Salomón supo ver “el cuadro completo” y supo que con un pueblo tan grande, tenía
grandes responsabilidades y debería tomar grandes decisiones.

“Un buen líder tiene visión. Siempre ve más allá y avanza más allá que los demás.”
Enseñanza #2:
Llama mi atención que no se limita a pedir únicamente la habilidad o el hábito de
escuchar; sino que, comienza por pedir un “corazón” que escuche. En otras palabras,
Salomón le pide a Dios que le conceda la humildad de preocuparse sinceramente
por su pueblo. Comprende que no se puede liderar a un equipo (o pueblo en su caso)
sin antes aprender a liderarse a sí mismo; así que se olvida del Ego; descarta pedir
algo para sí mismo y pide por quienes tiene bajo su responsabilidad.

“Un buen líder primero piensa en su equipo. Un buen líder de hogar, primero piensa en
su familia.”
Enseñanza #3:
Nótese que no pide palabras sabias o elocuencia para hablar. No…cuando Salomón
pide, está pensando en la oportunidad de callar y permitir a su pueblo que hable y
se exprese. Desde que pide “un corazón que escuche”, ya está anticipando emociones
y amor por aquellos que necesitan hablar y sentirse escuchados. Salomón no sólo
quiere facilitarles que hablen y pretender que escucha. Salomón desea sentir
empatía por su gente; escucharles y ayudarles a sentirse mejor.

¿Cómo lograr eso sin poner el corazón?; ¿Cómo lograrlo si hubiese alimentado su ego
primero con un regalo de Dios para sí mismo?

“Un líder transformador poner el corazón en el desarrollo de su gente.”


Enseñanza #4:
Salomón comprende que no se puede dirigir a un pueblo si el pueblo no confía en su
líder y ¿Cómo puede un pueblo confiar en su líder si su líder no le escucha y no le
conoce?

La confianza surge con el tiempo a partir de la relación; pero si no se propicia


espacio para escuchar al pueblo, se está truncando la posibilidad de tener
seguidores fieles, comprometidos y felices.
Lo mismo le sucede al líder de empresa que no escucha a su equipo tanto en forma
grupal como individual y lo mismo sucede con el padre de familia que no escucha a
sus hijos o pareja… tienen pocas posibilidades de desarrollar confianza.

“No se puede obtener resultados sostenibles en el tiempo sin contar con la base de la
confianza.”
Enseñanza #5:
Por último, pero no menos importante, debido a que Salomón se preocupó por el
pueblo de Dios más que por sí mismo; Dios no sólo le concedió lo solicitado, sino
que también le ofreció riquezas, esplendor y una larga vida (1 Re 3, 11-14). Su
acción desinteresada le trajo bienestar al pueblo y una recompensa que no espera
para sí mismo.

“El líder que lo da todo por su equipo, tarde o temprano recibe su


recompensa. Esto es una garantía!”

También podría gustarte