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Así que entonces nos encontramos, una vez más, aquí discutiendo
acerca de este controversial proyecto, llamado Modificación de varios artículos
de la Ley 7744, concesión y operación de marinas turísticas. A todas luces, un
proyecto muy controversial y al cual le hemos dedicado nosotros horas de
horas de estudio y de discusión aquí, por medio de resúmenes, porque no hay
mucho tiempo para entrar al fondo de todos los asuntos que tienen que ver con
este proyecto, que son aspectos no solamente relacionados con el ambiente,
con la ecología, con la biodiversidad, si no que son asuntos también
relacionados con la problemática social de nuestro país, con los problemas
económicos y con una serie de consecuencias que conllevan.
Así que en este lapso que tengo para hacer uso de palabra, yo me
abocaré a profundizar sobre varios argumentos que he ido señalando, tanto en
este Plenario como en medios de prensa y en foros de discusión, con diversos
movimientos sociales, movimientos ecologistas, ambientalistas, estudiantes de
escuelas y de colegios, no solamente de las zonas costeras, sino también de la
Gran Área Metropolitana, que están muy preocupados por la situación de
nuestros océanos.
Primero, y una de las variantes más discutidas del texto, yo sigo notando
una problemática de fondo, en el tanto continúa existiendo una exclusión
expresa de las municipalidades en el proceso de otorgamiento de las
concesiones. Estas no son involucradas, las municipalidades no se toman en
cuenta como debe ser, en este primer proceso, a cargo de la conformación de
lo que se ha dado en llamar el Cimat, es decir, esa comisión interinstitucional
de marinas y atracaderos turísticos, que conformados por diversas instituciones
centrales del Estado, adquiere entonces un carácter político y no técnico, como
debería ser, o científico, en este caso.
Este órgano del Cimat nos deja muchas dudas, en general, es un órgano
al cual hay que ponerle mucha atención, porque no queda claro,
específicamente, no lo que va a hacer ese órgano, al que así se le dan
atribuciones, sino lo que van a hacer otras instancias que tienen funciones muy
bien determinadas y que están en otras leyes.
Tenemos, por otro lado, el aspecto ambiental. Y acá hay que ponderar
la irresponsabilidad con la que son redactadas nuestras leyes en el país. Y es
que resulta inadmisible, desde todo punto de vista, la elaboración de este tipo
de leyes sin la existencia, por ejemplo, y esto es muy importante, de un plan
integral de marinas, la ausencia de estudios sobre la capacidad de los litorales,
la ausencia de controles estrictos previos y posteriores y las limitaciones
municipales para corroborar las compatibilidades de los proyectos de marinas
con los planes costeros, los planes reguladores, los planes de zonificación o los
usos de suelo, donde estos existan.
Además, hay que tener en cuenta que Costa Rica solo cuenta con un
uno por ciento del área marina protegida, costarricenses que nos escuchan,
Costa Rica solo cuenta con un uno por ciento del área marina protegida, eso
quiere decir que el noventa y nueve por ciento está al garete, que en el noventa
y nueve por ciento puede suceder cualquier cosa. O sea, que nosotros más
bien deberíamos pensar de previo en la elaboración de normativas tendientes a
fortalecer y proteger los recursos marino-costeros, en vez de ponerlos en
riesgo de esta forma.
Señalar, por ejemplo, la terrible noticia que nos dan hoy los medios de
comunicación en relación con la exploración petrolera, si somos un país que se
supone que está en paz con la naturaleza, pero cada paso que se da nos hace
a nosotros pensar que ese discurso de paz con la naturaleza es como el
sermón del cura gatica, que predica pero no práctica y que predica porque eso
se vende en el mercado internacional, porque eso se vende en los foros,
porque eso permite a algunos en vez de ser ambientalistas ser ambientalistos,
es decir, como me decía, cuando le hablaba de esto al ex ministro de Trabajo,
don Chico Morales, me decía: Sí, los vivazos de siempre, sí, los que andan
montados en un avión y andan de congreso en congreso, con discursos
elaborados, pero que sí son como el cura gatica, andan predicando pero no
practican nada aquí y nos dan esta terrible noticia, de que están dispuestos.
¿Y qué pasa con las moratorias anteriores? ¿Ni siquiera las vamos a
estudiar, en relación con otras empresas, pero moratoria al fin? ¿Qué pasa
con los pasos que hemos dado aquí nosotros, en este Parlamento, con un
nuevo Código de Minería, que sea específico en relación con la extracción de
metales pesados a cielo abierto, pero que habla de la prohibición de la
utilización del cianuro como una materia altamente contaminante, para proteger
precisamente el recurso hídrico, la biodiversidad?
Y esto tiene que ver con esta bandera que está aquí, que es la bandera
que llevamos a Calero, que es la bandera que enarbolamos cuando
denunciamos, hace un año en el mes de junio, el asunto del dragado del río
San Juan, y que no había estudios de impacto ambiental para hacer ese
dragado, y que estamos hablando de… sí, de un río nicaragüense, pero
estamos hablando de una cuenca binacional, cuyo cuarenta por ciento está en
territorio costarricense, en zonas altamente frágiles, vulnerables, desde el
punto de vista del ambiente y la biodiversidad.
Y si ustedes ven este mapa con mucho cuidado, se van a dar cuenta
que, precisamente, las concesiones están ahí, donde está isla Calero. Y
hemos hablado, no solo del problema del río San Juan en cuanto al dragado
sin estudio, hemos hablado de la represa Brito también, que se las trae, que es
un problema fundamental, hemos hablado de un canal interoceánico, hemos
hablado del interés de los chinos y del interés de los iraníes en esa zona. Y
resulta que uno de esos bloques, donde está una de las mayores riquezas de
gas natural y petróleo, que es el bloque 11, está justamente en la isla Calero…
en la isla Portillos, que ahora es territorio en disputa, y que eso significa
seiscientos, setecientos kilómetros cuadrados en el mar patrimonial
costarricense, donde hay profundas riquezas, y que es territorio en disputa, o
sea, ya no sabemos si es de nosotros.
Aquí hay compañeros que hablan de las marinas con un placer inmenso,
con una pasión increíble, talvez con la misma con que yo hablo en contra.
¿Será que creen que el mar es solamente esa porción de playa, donde van de
vez en cuando a asolearse, a bañarse? No, dicen los expertos que conocemos
más la luna que los océanos, aquí está la noticia de una experta internacional
que estuvo por Costa Rica, y nos señala que conocemos más de la luna que de
nuestros océanos, una persona que ha hecho estudios de investigación
profundísimos y que vino aquí a dar capacitación.
Por el orden.
Se reanuda la sesión.