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UNA CITA

Llegas al lugar donde me encuentro, trabas relación con todas mis cosas, con las personas, con los
espacios, con los tiempos. Eres bien recibido y hablado. Te observo mientras adelantamos las
rutinas, los encuentros, los diálogos. Me pregunto qué pasará en la noche. ¿Dormiremos juntos?
Aparentemente no. Te veo durmiendo, sin las características gafas, pareces oriental, la tez más
clara, los ojos rasgados. Despiertas. Debo resolver un asunto. Cuando regreso te veo escribiendo
sobre la madera de una mesa, pienso que todo está bien. Aparece mi madre, me dice que me
invita a ver una película muy buena, nos vamos. Me pregunto qué harás entre tanto. El sueño,
abigarrado de lugares abigarrados de personas y situaciones, tiene un centro: has llegado.

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