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EL PRIVILEGIO DE SERVIR A DIOS

Sabemos que por nuestros delitos y pecados éramos enemigos de Dios, caminábamos en
condenación más Dios que es rico en misericordia por su gran amor con que nos amó nos dio
vida juntamente con Cristo y nos hizo suyos, nos redimió para siempre. Nos volvimos a nuestro
creador, no por nuestras fuerzas ni por nuestra inteligencia, sino que fuimos atraídos por lazos de
amor del Padre. Dijo Jesús, Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere. Y
eso sucedió en nosotros, Dios mismo obró con el evangelio a través del Espíritu Santo
haciéndonos entender nuestra miseria espiritual y presentándonos su gracia para con nosotros.
Esta comprensión de la verdad de Dios que obró en nosotros nos atrajo en amor hacia él y le
confesamos con nuestra boca lo que creímos en nuestro corazón que Jesús es el Señor. Antes
éramos hijos de desobediencia más ahora en Cristo somos hijos de Dios, ¡Qué privilegio! Lo que
era imposible para nosotros por cuanto éramos débiles en la carne Dios lo hizo posible en Cristo.
ahora si vivimos, vivimos para él y si morimos, morimos para él porque del Señor somos y al él
servimos, porque él es nuestro amo, nuestro Señor y también nuestro Padre, El todopoderoso.
Así que fuimos elegidos por Dios, y se nos concedió el don de colaborar con él y ser sus
instrumentos en la edificación de la iglesia, en la expansión del evangelio, en obrar para bien con
nuestros prójimos para ello nos dotó de dones para usarlos adecuadamente al servicio del Señor.
Puso su Espíritu en nos nosotros para capacitarnos por medio de su palabra y fortalecernos en el
servicio a él. Juan 15:16 dice No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y
os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; .... Amados esta es la
vida que nos identifica con Cristo. Somos sus servidores. Así que nuestro andar debe mostrar
expresiones prácticas y visibles de nuestra condición de siervos de Cristo en todo momento y
esto debe ser de corazón como para el Señor, movido por su amor. Colosenses 3:23 Y todo lo
que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres.
Y para tener esta postura de nuestro corazón en nuestro servicio a Dios, nuestros pensamientos
deben ser continuamente renovados por la palabra de Dios, nosotros necesitamos tener por
habito el nutrirnos diariamente de la palabra de Dios, meditándola. Esta disciplina espiritual en
nuestra relación con Dios, nos perfecciona y capacita haciendo de nosotros hombres y mujeres
enteramente preparados para toda buena obra. 2timoteo 3:17. Tendremos más sensibilidad de
poner nuestro tiempo, nuestras habilidades, talentos, fuerzas, recursos en beneficio de la obra del
Señor. Habrá más entendimiento, comprensión de hacer que el interés de Cristo por su iglesia
sea hora el interés de nuestra vida. Miraremos a la iglesia del mismo modo que Cristo la ve,
pensaremos en la iglesia del mismo modo que Cristo piensa, trabajaremos por su iglesia del
mismo modo que Cristo trabajó. Miraremos la necesidad espiritual de nuestros prójimos con la
misma compasión que veía nuestro Señor. tendremos en alta estima el precio que cuesta seguir a
Cristo. En nuestro corazón habrá más determinación para decir resueltamente, hágase mi Señor
conforme tu voluntad y actuar en obediencia al Señor aun cuando haya situaciones adversas. Por
lo tanto, nuestro servir a Dios debe ser nuestra respuesta natural y llena de amor para Aquel que
nos amó primero. Para Jesucristo el Señor. Así que lo que debo examinar es cómo mi vida entera
está al servicio de Dios, de qué manera estoy sirviendo a Dios, de qué manera abundo en mi
servicio a Dios. Soy buen administrador de lo recibido de Dios, procuro los mejores dones, crezco
en el amor de Dios.
Amados hay bastante trabajo en la obra del Señor. en cierta ocasión dijo Jesús a sus discípulos
La mies a la verdad es mucha, más los obreros pocos; por tanto, rogad al Señor de la mies que
envíe obreros a su mies.
Amados servimos a Dios de muchas maneras, edificándonos unos a otros con los dones
recibidos, motivándonos con una palabra, testimonio, alabanza, predicando la palabra. Haciendo
el bien a todos mayormente a la familia de la fe. orando los unos por los otros. Atendiendo al
huérfano y a la viuda, ofrendando, en la enseñanza a niños, levantando al caído, visitando a
nuestros hermanos para alentarlos en la fe, visitando a los enfermos, a los de las cárceles, dando
pan al hambriento, apoyando con nuestros bienes en lo que se refiere a la expansión del
evangelio. orando por los que se ocupan de la palabra en la iglesia y alrededor del mundo.
Limpiando el lugar que se congrega la iglesia. como ujieres. Como maestros. Como ancianos. En
las reuniones evangelistas, en la alabanza, en los equipos. Invitando a otros a oír la palabra, en la
elaboración de folletos, dando buen testimonio en nuestro trabajo. Y todos los que formamos la
iglesia somos llamados a trabajar coordinadamente para que la iglesia de Cristo crezca y sea
edificada. hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un
varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; efesios 4:13.
Algo que necesitamos considerar es la exhortación de filipenses 2:21 Porque todos buscan lo
suyo propio, no lo que es de Cristo Jesús. Aquí nos refiere que hay quienes siendo creyentes su
prioridad no es Cristo están más enfocados en sus propias metas, deseos, anhelos, intereses
personales, allí gastan su vida, su tiempo, sus fuerzas, sus capacidades, no están comprometidos
con la evangelización, con la iglesia, con las necesidades de la expansión de evangelio de esta
forma de vivir no nos caracteriza como iglesia de Cristo.
Amados nuestro servicio a Dios debe ser resultado de un corazón transformado, de una mente
renovada, como para el Señor. Considerando que nuestro servicio es al todopoderoso, a nuestro
padre eterno y lo necesitamos hacer con excelencia y de corazón. 1 Corintios 15:58 Así que,
hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre,
sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano 24 sabiendo que del Señor recibiréis la
recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís. Y jamás olvidemos amados que el
propósito de nuestro servicio es para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, amén.

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