Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
– EL CONOCIMIENTO JURÍDICO
Dimensión normativa – Las disciplinas que se centran en las normas jurídicas – contempladas
siempre como enunciados de deber ser – son la Dogmática Jurídica o Ciencia Jurídica en sentido
estricto, el Derecho Comparado y la Teoría General del Derecho.
Dimensión fáctica – El Derecho es obra humana, producto de una cultura determinada, que nace y
se desarrolla en el seno de unas concretas circunstancias sociales para responder a unas necesidades
específicas.
Dimensión valorativa – es a la filosofía del Derechos a quien le corresponde como tema central de
estudio esta dimensión. Así, la axiología jurídica se centrará en el valor de la justicia, construyendo
destacadas teorías en torno a la misma.
Como es sabido, la estricta concepción racionalista de los siglos XVII y XVIII, buscaba describir aquellas
leyes físico-naturales capaces de dar cuenta de un mundo concebido como un sistema ordenado. Se
comprende entonces que el objeto de estudio del jurista – el Derecho positivo-, provisto siempre de los
caracteres de convencionalidad, contingencia y mutabilidad, quedara seriamente cuestionado. La
consecuencia de esta insatisfacción fue la aparición de nuevas doctrinas iusnaturalistas (racionalistas), de
forma semejante a las leyes físicas que dirigen el universo existían normas que regulaban el comportamiento
humano y que conformaban el auténtico ordenamiento jurídico, el Derecho Natural, previo y superior al
Derecho positivo.
La ciencia del Derecho Natural terminó siendo una gran complicación para la nueva mentalidad positivista
surgida en el siglo XIX. Suponía la problemática separación del conocimiento jurídico en dos partes, por un
lado, se creó un nuevo saber que por ser verdadero no era jurídico (Derecho Natural), y por otro lado se
mantuvo el saber tradicional que por ser jurídico no era verdadero (Jurisprudencia).
Pero tampoco la concepción positivista de la ciencia, propia del siglo XIX, permitió una inicial y feliz
inserción de la actividad de los juristas teóricos en su seno. Las concepciones normativistas de la ciencia
jurídica se centraban en formulas legislativas abstractas – parecían quedar fuera de los cánones prescritos
por la nueva metodología positivista. Las únicas ciencias del Derecho posibles eran aquellas disciplinas
empíricas que conseguían reducir el Derechos a los hechos, sean éstos sociales o psicológicos, es decir, la
Sociología o la Psicología Jurídicas.
La semilla del positivismo jurídico estaba sembrada, y con ella el ocaso del iusnaturalismo racionalista.
Con el paso de los años, el nuevo positivismo normativista construyó una estricta concepción formalista del
conocimiento jurídico. De esta manera, y de la mano de juristas como Kelsen, se sentaban presuntamente
las bases definitivas para afianzar las condiciones de posibilidad de un auténtico y puro conocimiento
científico sobre el Derecho. Estas visiones han permanecido exentas de crítica durante el convulso siglo XX,
tras la segunda guerra mundial.
En resumen, no existe un concepto universa y ahistórico de ciencia que consagre las reglas que todas las
disciplinas deben respetar para merecer el título de científicas. La epistemología ha terminado flexibilizando
considerablemente la misma noción de ciencia, de tal manera que el acceso a l olimpo científico resulta
mucho menos exigente. El conocimiento jurídico tiene un sentido muy distinto de aquel que se predica de
las ciencias naturales o formales el conocimiento científico ha de estar metodológica y sistemáticamente
contrastado. Y es en este sentido en el que las ciencias jurídicas, tanto en su vertiente normativista como
histórico-sociológica, pueden predicar de sí mismas una serie de características propias, un mínimo común
denominador de la cientificidad de su saber: generalidad, objetividad, verificabilidad, previsibilidad,
sistematicidad, estabilidad, etc.
Desde luego, la Dogmática posee una innegable función descriptiva, que se revela en la explicación
pormenorizada de aquello que prescriben las normas jurídicas, de su contenido material. Resulta
evidente que las distintas normas jurídicas no son elementos aislados dentro del conjunto del que
forman parte, sino que tienen intrínsecas relaciones que deben ser analizadas. Es necesaria una
función de ordenación y sistematización de los materiales normativos propios de su ámbito.
Asumir funciones prescriptivas entre sus cometidos se cuenta el de suministrar diferentes criterios
para una correcta interpretación y aplicación del Derecho, lo que implica siempre una cierta
actividad valorativa, así como de orientación y crítica de las decisiones judiciales. Realiza también
propuestas de lege ferenda, encaminadas a solucionar problemas mediante las oportunas reformas
legislativas.
La problemática de la ciencia jurídica no es exclusivamente de orden epistemológico. El derecho
puede ser definido como el lenguaje del poder, cuestión que nos lleva a reconocer la función
jurídico-política o ideológica que puede cumplir la Dogmática en la construcción de conceptos y
categorías para la justificación del orden establecido.
La relación entre la ciencia y la Filosofía del Derecho no debe plantearse en términos de antagonismo o de
apoyo y complementariedad.
La reflexión se va a situar en un plano distinto al de las ciencias jurídicas, ya que éstas parten de un objeto
dado y claramente delimitado, y sus respuestas vendrán determinadas por la función de interpretación y
exposición sistemática del mismo. La Teoría del Derecho trascenderá los hechos jurídicos empíricos en su
labor de problematización crítica, analizando el propio proceso de conversión de la realidad jurídica en
objeto de conocimiento. Se trata de alcanzar una comprensión totalizadora del sentido que corresponde
atribuir al Derecho, a cualquier Derecho, en el marco de la realidad humana y social, lo que no excluye la
confrontación racional de diversas concepciones jurídicas ni el apoyo en las diferentes ciencias, aunque
siempre trascendiendo esas perspectivas estrictamente científicas.
El contenido temático de la disciplina incluirá todas aquellas cuestiones que ayuden a determinar el
concepto de Derecho:
La diferenciación respecto de otros órdenes normativos, como la moral o los usos sociales, y la
investigación de sus posibles relaciones, con el objetivo de determinar sus características propias.
El análisis del problema de la validar jurídica, sus criterios de identificación, así como sus relaciones
con la eficacia o la legitimidad.
El examen de las distintas manifestaciones del Derecho, las normas y principios, su estructura y
naturaleza, los conceptos jurídicos fundamentales, así como como el estudio del sistema jurídico en
su conjunto.
El estudio de los problemas que plantea la realización del Derecho, singularmente las cuestiones de
interpretación, aplicación y argumentación jurídica
La Axiología Jurídica tiene como objetivo situar el estudio del deber ser del Derecho, en el análisis crítico-
valorativo del mismo, que incluirá la discusión racional acerca de la efectiva implantación de los distintos
valores jurídicos que los ordenamientos pretenden proteger, así como de aquellos valores a cuya realización
debe tender cualquier sistema jurídico.
Es viable la reflexión filosófica acerca de la justicia y que son posibles las argumentaciones racionales
sobre el Derecho justo, eso sí, alejadas en todo momento de posturas absolutas y dogmáticas y, por ello,
siempre provisionales e inescindibles de los procesos sociales y los fenómenos humanos colectivos.
Entre los cometidos de la Axiología Jurídica destaca singularmente en la actualidad el estudio sistemático
de los derechos humanos, pues no en vano pretende plasmar y proteger valores tan importantes como la
libertad, la igualdad, la autonomía o la dignidad de la personal.