saldrá nunca de la pobreza donde está sumida hasta que nos detengamos de "robar" al Señor su Diezmo. Ese es un principio espiritual que la Iglesia no ejercita como debería. Los cristianos que no entran en este pacto con Dios no necesariamente pierden su salvación, ¡NO! Pero no son más que empobrecidos cuyo tesoro está en las cosas materiales, en vez de en las promesas de Jehová Jireh: El Proveedor. ¿Para qué usa las Iglesia el Diezmo y las ofrendas? 1. Para pago del sueldo del pastor y otros obreros de la Palabra 2. Para pago de renta, utilidades, materiales, etc. 3. Para la evangelización a través de los medio 4. Para proveer ayuda a los necesitados 5. Para comprar materiales para la educación: Biblias, libros, guías, etc. 6. Para construcción de nuevas obras la expansión del Evangelio. 7. Para ayudar a los pastores, predicadores, evangelistas, etc. que visitan el templo para bendecir al pueblo con el estudio de la Palabra, etc. ¿Con que frecuencia debe darse el Diezmo? Debido a que el Diezmo es la décima parte de todos sus ingresos, usted debe separar una décima parte de todos sus ingresos y traerlo al templo. Si usted cobra semanalmente, separe el Diezmo semanalmente y deposítelo la próxima vez que vaya al templo a adorar. Si usted cobra quincenalmente, o mensualmente, lo mismo aplica. ¿Qué significado tiene el Diezmo para el Señor? La Biblia nos hace una comparación magnífica que nos ilustra el significado del Diezmo para el Señor. "En el caso de los levitas (en el mundo físico), los diezmos los reciben hombres mortales; en el otro caso (en el mundo espiritual), los recibe Melquisedec (tipo de Cristo), de quien se da testimonio de que vive." Hebreos 7:8 Esto significa que los sacerdotes levitas, quienes son simples hombres sujetos a la muerte, reciben el diezmo y las ofrendas, pero como de la muerte de Melquisedec nunca se hizo mención, de aquí se desprende que Melquisedec es un tipo de Cristo, quien vive para siempre, y que por tanto, es quien, en el mundo espiritual, recibe los diezmos en realidad. El Diezmo es y continuará siendo una ley espiritual efectiva, ¡la practique usted o no!