Culqui es uno de los 38 caseríos que pertenecen al distrito de
Paimas, ubicado en la Provincia de Ayabaca, en la Regió n Piura, Cuyo nombre es materia de otra cró nica al igual que su fundació n, así que recordemos lo que muchos han olvidado: En Culqui se situó una hacienda la cual estuvo a cargo de algunos patrones como antes los llamaban cuyos nombres fueron los siguientes: salvador y Rodrigo, quienes posiblemente habían estado a cargo de la hacienda entre 1930-1945 respectivamente , también estuvo a cargo de la hacienda el hacendado Alberto vega y unos añ os má s tarde ingresó como patró n el señ or enrique Elí, quien luego migró a estados unidos dejando como hacendado a su hermano julio Elí, quien luego la alquiló al señ or Alberto bel, es en este momento en que inicia la reforma agraria entre los añ os de 1965-1969 siendo presidente de la repú blica, Juan Velazco Alvarado , es aquí en que la hacienda fue abandonada y quedó en manos de la cooperativa, quienes má s tarde repartieron las tierras, ganado y pertenencias que habían dejado los hacendados, así culminó la época de haciendas he inicio un nuevo mundo. Durante los añ os que estuvo activa la hacienda, allá entre 1948-1950 nace la primera escuela culqueñ a dirigida por una sola profesora, Orosia Rivera Cevallos, quién dictaba clases hasta tercer grado de primaria, aquella maestra que vivía en la escuela y dictaba clases en dos turnos, tanto en la mañ ana como en la tarde, en esa pequeñ a escuela que muchos recuerdan interesantes anécdotas, cuyo tema es parte de una nueva cró nica, pero aquí hay una: La maestra enviaba a sus alumnos en busca de leñ a para cocinar, y en una oportunidad dos estudiantes fueron enviados, pero se hicieron tarde y pasaron de largo con la leñ a y en vez de entregá rsela a la maestra se la llevaron a su casa. En 1950 inició en Culqui la obra má s grande hasta el momento, la construcció n del canal Culqui, quien fue aprobado he inaugurado por el entonces presidente, Manuel Odría, quien llegó hasta el distrito de paimas acompañ ado de má s autoridades, fue una obra que duró aproximadamente dos añ os culminando en 1952 y que cobró la vida de algunas personas, quienes morían a causa de los derrumbes ocasionados por las dinamitas, esta obra benefició a toda la població n y a la agricultura. Hoy con 70 añ os de construcció n hay tramos que se encuentran deteriorados y necesitan una reconstrucció n, se dice que en aquel tiempo llegaron decenas de personas de diferentes partes del país a trabajar a dicha obra, en aquel momento muchas familias llegaron a Culqui a vivir por temas de trabajo y venta, ya que todo el personal se instaló en lo que hoy se conoce como Culqui alto, pero en ese momento fue apodado como el campamento, cuentan que los fines de semana llegaban pequeñ os grupos musicales a alegrar a los obreros.
Entre 1965 – 1969, después de la reforma agraria llegaron a
Culqui muchas familias quienes antes viviá n en otros lugares, se instalaron en Culqui en busca de tierras para sembrar, muchos encerraban hasta donde avanzaban, el ganado fue repartido entre algunas personas, pero quedó la casa hacienda como posada para cualquier persona que quisiera vivir allí por un tiempo, hasta que fue destruida por completo. En Culqui existe también un monolito, que es una piedra de tres metros de altura en la que se encuentra dibujada una línea en forma de espiral, que segú n sería la ruta de Quito a Cajamarca pero aú n es un misterio por descubrir, este petroglifo que fue encontrado en el caserío de los laureles que antes formaba parte del caserío de Culqui, se encuentra hoy ubicado frente del saló n comunal del mismo caserío, segú n relatan que en una oportunidad fue llevado a paimas, pero fue devuelto y desde ese entonces no se ha movido a ningú n otro lugar. En Culqui aú n existe un pequeñ o manantial de agua cristalina, que es un lugar en el que acude la població n en tiempos de lluvia, cuando el agua del canal llega mezclada con lodo. Culqui es un caserío que posee gran cantidad de flora y fauna, plantas medicinales, secretos, costumbres y misterios, lo cual sería parte de otra cró nica. DIEGO ESAU TORRES CARDOZA