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Trastorno del espectro autista (TEA)

 El TEA F84.0 [299.00] Es un trastorno de orígenes genéticos y biológicos, que se encuentra en

los trastornos del neurodesarrollo, debido a limitaciones que tienen como, el desarrollo

cognitivo, la maduración de destrezas colectivas y sociables.(APA, 2014) lo distinguen por la

apariencia de patrones repetidos, restringidos o estereotipados en la comunicación, habilidad

social y comportamientos en actividades e intereses (López, et al., 2009)  los síntomas pueden

reconocerse a partir de los 12 meses o incluso antes de los 2 años si es muy grave, aunque

algunos menores reciben un diagnóstico final hasta que son mucho más grandes, el diagnóstico

está entre los 3 y 10 años teniendo en cuenta factores sociales y ambientales en los que se

desarrolle (Gutiérrez, citado por Daniels, 2014) .

La presencia de este trastorno suele tener comportamientos limitantes ante actividades y

habilidades comunicativas, la concentración consigue alterar mayormente mediante la

experiencia y la educación, la sintomatología está dividida en 3 condiciones: la comunicación,

socialización y motricidad. (Toro y Ezpeleta. 2014).

 la razón por la cual se encuentran dentro de los trastornos del neurodesarrollo es preciso a que su

inicio está en el período de desarrollo, manteniéndose indefinidamente como déficits que tienen

dificultades significativas en la reciprocidad socio-emocional, proceso de compresión social y

precocidad en la maduración de las habilidades comunicativas (Gutiérrez-Ruiz, 2018). Así

mismo el niño se ve afectado en su desarrollo, presentando inconvenientes en su interacción

social, por ejemplo: Se le es difícil adaptarse y su participación es casi nula. Esto hace que las

acciones del niño se vean en comparación con lo que nosotros solemos ver en otros niños de su

misma edad y condición (Raíz, A, 2019)


Trastornos de la comunicación social pragmática

TCS

El TCS Suele identificarse por primera vez a los 4 y 5 años de edad, se caracteriza por tener

dificultades en un contexto social para relacionarse, comunicarse, interactuar o tener un buen

desarrollo laboral (Gonzales, M. Et al., 2015). Aunque dispone de un buen léxico y destrezas

adecuadas para construir frases, tienen inconvenientes con la utilización práctica del lenguaje

como: intervenciones con fines sociales e intenciones según el entorno, mostrando patrones de

comunicación no coherentes. Además presentan dificultad para apegarse al contexto de la

conversación y entender mensajes que no están explícitamente dichos del lenguaje verbal y no

verbal como las metáforas, los juegos de palabras y las bromas (González, M. et al., 2015)

Según Moreno, J. (2015) El motivo por el cual se encuentra en los trastornos del neurodesarrollo

es debido a que tiene su inicio en el período de desarrollo, trayendo consigo malestares y

dificultades en la vida social del individuo, ocasionando ansiedad al no darse una

interdependencia y afinidad entre el lenguaje y la comunicación. Teniendo indefinidamente

déficits que tiene dificultades significativas en la concentración, debido a la alteración del

proceso de compresión debido al retraso en la maduración del SNC (González, et al. 2015)
Similitudes

Una situación que comparten estos trastornos es que tanto el TCS como el TEA tienen

dificultades para interpretar el lenguaje verbal y no verbal, la comprensión, la integración social,

los comportamientos y las conductas restringidas. Por ende la flexibilidad en eventos sensorio

motores presentan dificultades para el cambio de temática durante el diálogo (Martinez y Pérez,

2015). Situaciones que traen dificultades socio-escolares. Según Falla y Ortega, (2019) Los niños

con TEA tienen un modelo de intereses y comportamiento que lo hacen más propensos a sufrir

acoso escolar, a causa de sus dificultades en las relaciones sociales, la comprensión de

expresiones socio-emocionales como: saludar y compartir información de manera adecuada y/o

asertiva. En el escenario social se le dificulta seguir normas de conversación al igual que los

sujetos con TCS víctimas de abuso infantil que se les dificulta la competencia social (Moreno, J.

2015)

Por otro lado, desde una mirada neurobiológica el TCS se asimila al TEA y a otros trastornos

neurológicos debido a que en las áreas cerebrales expresó-receptivas involucradas presentan

deficiencia en la región frontal y temporal, regiones encargadas del rendimiento y comprensión

del lenguaje, es por esto que comparten similitudes. (Martinez, citado por Muñoz et al., 2006).

Velarde, et al. (2017) Señala una relación entre la falta en el uso del discurso y la memoria del

trabajo, dado que las oraciones en el diálogo y a su proceso continuo, además de la complejidad

del proceso, de ahí que la retención dificulta la comprensión normal del mensaje- contexto en

correlación con la temática comunicada. Así mismo, una similitud particular del TCS con el TEA

es que su expresión social se muestra de una manera sostenida y puede llegar a percibirse como

artificial o robótica.
por ende son frecuentes las dificultades de estos trastornos que dan lugar a la ansiedad, síntomas

afectivos y estrés, causado por TCS o el TEA en su proceso de integración y comprensión del

lenguaje, situación que se podría catalogar como una dificultad diagnóstica (Velarde, M. et al.

2017).

En casos diagnósticos cuyos criterios presentan gran similitud se debe hacer apoyo procesos

alternos como el uso de pruebas en la debida complejidad diagnóstica.

Según El mundo del autismo (2018) la metodología diferencial se da en base en procesos

alternos como puede ser el de pruebas psicométricas, con la finalidad de descartar criterios de

cada trastorno (Bishop, 2003). Hablando del TCS La prueba Children’s Communication

Checklist (CCC) de Bishop, suele ser un test eficaz para la evaluación de la práctica verbal en

escolares, basada en 5 mediciones: destrezas Conversacionales, coherencia-comprensión,

compenetración, Comunicación no verbal y pertinencia, en la cual valoran aspectos relativos a la

forma del lenguaje fonología y morfosintaxis, que se evalúan. Según Sanz-Cervera, P. et al.

(2017) en el caso del TEA se podría utilizar el TEACCH para clasificar con TEA es conveniente

usar el TEACCH para así identificar patrones de su conducta y lenguaje, procedimiento que se

basa en trabajar tanto las destrezas comunicativas, como las intelectuales, las perceptivas, de

imitación y motricidad (Bishop, 2003).


Diferencias

El Trastorno de la Comunicación Social (TCS) se distingue con algunas particularidades en

diálogo colectivo que tienen la posibilidad de asemejarse a las que aparecen en los trastornos del

espectro autista de elevado desempeño (Psise, 2021). Sin embargo, no muestra indicaciones

conductuales más allá de los comunicativos, ni intereses y comportamientos repetitivos o

restringidos, criterio diagnóstico primordial para el diagnóstico del TEA en cualquier persona de

sus grados. González, M.et al (2015) se basó en un análisis vigente (Gibson, 2013) intituye que

el TCS es un trastorno distinto del TEA por la ausencia de intereses y comportamientos

repetitivos y por la existencia de problemas lingüístico-expresivas. Comúnmente, algunos chicos

con TEA padecen alteraciones de tipo pragmático, sin embargo además se detectaron casos de

menores no autistas que presentaban problemas con la pragmática y la comunicación social en

los dos trastornos, el déficit pragmático es grave en (psicopatología) la diferencia principal entre

ellos se da en intereses los restringidos, habla y conductas motoras estereotipadas.

Velarde, M., et al. (2017) nos dice que para establecer diferencias tanto del TEA con el TCS es

necesario tener en cuenta la diferencia con otros trastornos; se analizan comparando su nivel de

afectación en el área afectada como lo es la relación social, donde se muestra que luego de una

gran diferencia del estado sano de la persona con el TEA hay poca diferencialidad, luego están

los intereses restringidos; el trastorno con el que mayor difiere es el TEA, pero presenta un gran

nivel de similitud con algunas características del TDAH y TAP. En el último componente que es

la pragmática se observa que hay gran diferencia entre TCS y el estado sano, pero no presenta

diferencias con el TEA.

Al hacer un diagnóstico diferencial con otros trastornos en los que está involucrado el lenguaje

pragmático, trastornos como TDH que no muestra déficit en comunicación ni en comprensión a


diferencia del TAP en el que el déficit pragmático también está presente en el TCS el cual se

diferencia porque en en el segundo es más grave además de que la relación y comprensión se ven

más afectados. El TEA se diferencia a partir que el individuo tiene intereses restringidos y

estereotipias en su conducta (APA, 2014). Los dos grupos tienen problemas en las relaciones

sociales, pero el TCS no muestran dificultades de motricidad gruesa, ni alteraciones

visoespaciales y organizativas que se presenta tanto en el TEA y el TAP (Velarde, M., et al.

2017)

Así pues un posible uso de sus diferencias para lograr un diagnóstico empieza desde la primera

interacción con el niño observando detenidamente si hay contacto visual, patrones semánticos y

fonólogicos de la comunicación, por otra parte conocer la versión del acompañante, haciendo

diferentes preguntas tales como ¿la persona tiene alguna rutina específica en su vida? Si es así

esta se molesta si hay algún cambio en esta? ¿tiene algún interés en algo en particular, de lo cual

hable constantemente? ya que esto podría ayudar al terapeuta a descartar varios factores. El

proceso puede ir acompañado de pruebas psicométricas (Velarde, M., et al. 2017).


Referencias

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(pragmático), nueva categoría diagnóstica DSM-5, consideraciones clínicas y diagnóstico

diferencial a propósito de un caso. revista de psiquiatría infanto-juvenil, 155–160.

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https://bbibliograficas.ucc.edu.co:4058/es/ereader/ucc/114763?page=304

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