Las lecturas de este domingo de cuaresma, nos muestra el amor y a la
misericordia de Dios, que no se cansa de perdonar.
En el evangelio como en la primera lectura, el señor nos invita a mirar hacia adelante, dejar el pasado pecaminoso, como el pueblo elegido que Dios perdona sus pecados y le concede una vida nueva, después de su conversión. El evangelio nos dice que Jesús primero se va a orar al monte, a llenarse de su padre Dios, para luego irse al templo a enseñar, en ese escenario cuando esta enseñando le traen a una mujer encontrada en adulterio (lo central aquí es que le querían poner una trampa a Jesús para poder arrestarlo) y le preguntan que deben hacer con ella, según la ley de Moisés, se le debe apedrear a las adulteras ¿tu que dices? Jesús no les contesta y escribe en el suelo, SI DECÍA QUE SI, la gente diría esta proclama misericordia y condena a la mujer, SI DECÍA QUE NO, estaba yendo contra la ley de Moisés, pero como insistían les dice “EL QUE ESTE LIBRE DE PECADO QUE TIRE LA PRIMERA PIEDRA” todos se retiran, empezando desde los mas viejos, solo queda Jesús y la mujer, y le pregunta ¿Dónde están los que te acusaban, ninguno te ha condenado? Ninguno Señor, Yo tampoco te condeno, vete y no peques más. El evangelio de hoy trae una enseñanza muy profunda, importante para nuestra vida la necesidad de Dios, hoy mucha gente si siente como el fariseo, que son buenos, que no hacen mal a nadie, no van a lugares inconvenientes, creen que son buenos por ellos mismos, no reconocen la presencia de Dios en sus vidas, es bueno reconocer que lo bueno que tenemos es obra del Espíritu Santo que obra en nosotros, y nos invita a estar consiente que todos somos pecadores y arrepentirnos con sincero corazón de nuestras faltas, tengamos un momento para nosotros para hacer silencio interior y ver cómo estamos, estos últimos días de cuaresma, acerquémonos a confesarnos y a experimentar el amor y la misericordia de Dios, a través del perdón de nuestros pecados para vivir una buena Semana Santa.