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Una Crítica Reformada a los Alcohólicos Anónimos

R. Scott Clark
Profesor Asociado de Historia de la Iglesia
Revisado en Agosto, 2001
© 2001, R. Scott Clark
Nota: Este ensayo fue publicado primero en El Heraldo Reformado en
1989. Aparece aquí
únicamente con una revisión menor.
Introducción
El movimiento de los doce pasos y el lenguaje de co-dependencia ha
llegado a ser una parte
aceptada de la vida de la iglesia evangélica. No siempre ha sido así ni es
el status quo
necesariamente correcto y bueno para la iglesia. Este ensayo es una
petición para que se
reconsidere esta tendencia a la luz de la enseñanza Bíblica y la doctrina
Cristiana.
El Programa
Alcohólicos Anónimos nació en medio de la agitación religiosa de los
años 1930’s, en medio
de un gran fervor ecuménico, la creciente anticipación de una guerra en
Europa, y una batalla
entre Fundamentalistas y Modernistas por el alma religiosa y teológica
de los Cristianos de la
nación.1
En 1935, en Akron, Ohio, una “repentina experiencia espiritual” liberó a
un corredor de bolsa
de su obsesión con el alcohol.
Luego de una reunión con un amigo alcohólico que había estado en
contacto con los
Grupos de Oxford de esa época... Aunque no podía aceptar todas las
creencias de los ñ
Grupos de Oxford, estaba convencido de la necesidad de hacer un
inventario moral, la
confesión de los defectos de la personalidad, la restitución hacia otros
de aquella utilidad
que se había deteriorado, y la necesidad de creencia y de dependencia
en Dios.2
Ese corredor de bolsa y su amigo médico, armados con una descripción
del “alcoholismo y su desesperanza” crearon su propio remedio
espiritual sintético para su mal. Lo que siguió fue una explosión en
popularidad que cualquier programa de iglecrecimiento envidiaría. Para
1939 la membresía había alcanzado las 800 personas, con el respaldo
de Harry Emerson Fosdick, y la revista Episcopal Libertad. En 1940 John
D. Rockefeller declaró su apoyo a los AA. Para 1941
1 Alcohólicos Anónimos, xvii.
2 Ibid.
1
los AA tenían 2000 miembros y el respaldo de Jack Alexander en el
Saturday Evening Post.
“El proceso de crecimiento rápido estaba en pleno desarrollo. AA había
llegado a ser una
institución nacional.”3
En este mismo período de tiempo el grupo comenzó a formular sus
credos y confesiones
conocidos como los Doce Pasos y las Tradiciones.4 En 1939 produjeron
su libro autoritativo:
Los Alcohólicos Anónimos, llamado por el grupo El Gran Libro.5
Unos cuarenta años después de sus primeras reuniones el grupo ha
florecido hasta alcanzar los
50,000 grupos alrededor del mundo en 110 países y una membresía que
se estima de manera
3 Ibid. xviii, xxii.
4 Los 12 Pasos son:
1. Admitimos que no teníamos poder sobre el alcohol – que nuestras
vidas se habían vuelto difíciles de
controlar.
2. Llegamos a creer que un Poder mayor que nosotros mismos podía
restaurarnos a la sensatez.
3. Tomamos la decisión de entregar nuestra voluntad y nuestras vidas al
cuidado de Dios tal y como lo
entendiéramos. (Énfasis en el original.)
4. Hicimos un escrutinio y un inventario moral sin temor de nosotros
mismos.
5. Admitimos delante de Dios, de nosotros mismos, y ante los demás
seres humanos la naturaleza precisa de
nuestras malas acciones.
6. Estuvimos totalmente dispuestos a permitir que Dios removiera todos
estos defectos de carácter.
7. Humildemente le pedimos a Él que quitara nuestras deficiencias.
8. Hicimos una lista de todas las personas a quienes habíamos herido, y
llegamos a estar dispuestos a
enmendarnos para con todos ellos.
9. Hicimos restituciones directas a tales personas cada vez que fuese
posible, excepto cuando hacerlo les
perjudicaría a ellos o a otros.
10. Continuamos realizando el inventario personal y cuando estábamos
equivocados lo admitíamos de
inmediato.
11. Buscamos, a través de la oración y la meditación, mejorar nuestro
contacto consciente con Dios tal y
como le entendiésemos, orando para conocer Su voluntad para nosotros
y el poder para ponerla por obra.
(Énfasis en el original.)
12. Habiendo tenido un despertamiento espiritual como resultado de
estos pasos, tratamos de llevar este
mensaje a los alcohólicos, y practicar estos principios en todos nuestros
asuntos.
Las 12 Tradiciones son, en parte:
1. Nuestro bienestar común debiese ser lo primero; la recuperación
personal depende de la unidad de AA.
Cada uno de los miembros de AA no es sino una pequeña parte de un
gran todo. AA debe seguir viviendo
o la mayoría de nosotros morirá con seguridad. De allí que, nuestro
bienestar común viene primero. Pero
el bienestar individual le sigue muy de cerca.
2. Para el propósito de nuestro grupo no existe si no una autoridad
última – un Dios amoroso tal y como se
expresa a Sí mismo en la conciencia de nuestro grupo. Nuestros líderes
son siervos de confianza; no
gobiernan.
3. El único requerimiento para la membresía en AA es el deseo de dejar
de beber. Nuestra membresía
debiese incluir a todos los que sufren de alcoholismo. De modo que no
debemos rehusar a ninguno que
quiera recuperarse. Ni debiese la membresía en AA depender del dinero
o la conformidad. Cualquier
grupo de dos o tres alcohólicos reunidos para mantener la sobriedad
puede llamarse a sí mismos un grupo
AA, siempre y cuando, como grupo, no tengan otra afiliación.
5. Todo grupo tiene un solo propósito primordial – llevar su mensaje al
alcohólico que todavía sufre.
10. Los Alcohólicos Anónimos no tienen ninguna opinión sobre asuntos
externos; por lo tanto, el nombre de
AA nunca debiese ser mencionado en ninguna controversia pública.
Ningún grupo AA debiese jamás, de
manera tal que implique a AA, expresar una opinión sobre asuntos
controversiales externos –
particularmente aquellos sobre política, reformas sobre el alcohol, o la
religión sectaria. Los grupos de
Alcohólicos Anónimos no se oponen a nadie. Con respecto a tales grupos
no expresan opinión alguna.
12. La anonimia es el fundamento espiritual de todas nuestras
tradiciones, siempre recordándonos a colocar
los principios antes que las personalidades... nosotros los de Alcohólicos
Anónimos creemos que el
2
conservadora en un millón de miembros. Su fortaleza se encuentra no
solamente en los
números sino en lo atractivo de su programa, i.e., su carácter anónimo y
ecléctico. Hay muy
pocos centros de tratamiento del alcoholismo no totalmente controlados
intelectualmente por la
teología y metodología de AA.
Será útil conocer un poco más sobre los Grupos de Oxford de los que AA
ha tomado en
préstamo sus métodos. Los Grupos de Oxford fueron fundados por un
ministro Luterano, Frank
Buchman, a principios de los años veintes. Obtuvieron su sobrenombre
de las celebraciones
caseras informales que se realizaban alrededor de la Universidad de
Oxford. Se llamaban a sí
mismos el “Compañerismo Cristiano del Primer Siglo.” Su énfasis se
hallaba en la guía
mística, similar a la Palabra de Ciencia Pentecostal, quizá no tan
dramática, pero seguramente
subjetivista.6
El punto focal no se encontraba en la Biblia como la Palabra revelada de
Dios, sino en la
experiencia personal. Más tarde el movimiento llegó a ser conocido
como “el Rearme Moral”
cuando la Buchman declaró que la nación no podía salvarse a sí misma
(1938) con armas sino
con la guía de Dios.7
Buena parte de su evangelismo en los Estados Unidos se centró
alrededor de Park Avenue y
tenía su cuartel general en una parroquia Episcopal de la ciudad de
Nueva York. Existe también
una conexión intelectual con los modernos movimientos del
pensamiento positivo tales como
el dirigido por Norman Vincent Peale y más tarde, Robert Schuller. Había
cuatro absolutos
sobre los cuales insistía:
1. La honestidad perfecta
2. La pureza
3. La falta de egoísmo
4. El amor
Las “Cinco C’s” por las que el grupo es conocido son:
1. Confianza
2. Confesión
3. Convicción
4. Conversión
5. Continuación.8
principio de la anonimia tiene un inmenso significado espiritual... Nos
recuerda que hemos de practicar
en verdad una genuina humildad. Esto para el fin de que nuestras más
grandes bendiciones nunca se
echen a perder; para que podamos vivir por siempre en una
contemplación agradecida de Aquel que
preside sobre todos nosotros (Alcohólicos Anónimos, 17; Los Doce Pasos,
5ff).
5 El Gran Libro ha sido revisado varias veces desde su publicación.
6 Los Cristianos Pentecostales enseñan un tipo de revelación sobre la
marcha y que Dios les habla directamente a
los Cristianos sobre cosas específicas aparte de las Escrituras. Vea W. S.
Hudson, La Religión en los EUA, 378 ff.,
W. W. Sweet, La Historia de la Religión en los EUA, 423ff, H. H. Henson,
Los Grupos de Oxford, 5; P. León, La
Filosofía de la Valentía, 112ff.
7 Sweet, 423.
8 Hudson, 378. La relación histórica entre los AA y los Grupos de Oxford
se insinúa en la cita del Gran Libro
arriba mencionado en la frase, “aunque no acepte (Bill W.) todos las
creencias...”
Estos principios, aunque vinculados originalmente a la aparente
organización Cristiana para-eclesiástica, no son
distintivamente Cristianos, únicamente porque no fluyen de una
confesión distintivamente Cristiana. Es decir, no
hay nada en ellos que requiera que uno sea un Cristiano para
practicarlos. La noción de este ensayo es que el
3
Fue un asunto relativamente simple adaptar los nueve puntos antes
enumerados a la
metodología de auto-ayuda de los AA.9 También ha sido una práctica
regular de los AA tomar
con liberalidad porciones de la Biblia y de la tradición Cristiana mientras
se niega su sustancia
y significado.10
Uno no puede dudar que la organización AA se considera a sí misma una
religión. Las mismas
palabras del fundador, Bill W., son bastante claras en este sentido:
Siempre he creído en un Poder más grande que yo. He pensado a
menudo en estas cosas,
yo no era un ateo... tenía poca duda de que un poder y un ritmo
todopoderosos subyacían a
todo. ¿Cómo podía ser que hubiese una ley precisa e inmutable, y que
no hubiese
inteligencia? Simplemente tenía que creer en un Espíritu del Universo,
que no conociera ni
el tiempo ni limitación alguna... Con los ministros y las religiones del
mundo me apartaba
precisamente en eso... A Cristo le concedí la certeza de un gran hombre,
no seguido muy
de cerca por aquellos que afirmaban conocerle... Mi amigo me sugería lo
que parecía ser
una idea novedosa. Él dijo, ¿Por qué no escoges tu propia concepción de
Dios? Aquella
declaración me impactó mucho... allí estaba yo, por fin, a la luz del sol.
Era solamente un
asunto de estar dispuesto a creer en un poder mayor que mí mismo. No
se requería de mí
nada más para señalar un principio... Allí me ofrecí humildemente a
Dios, tal y como lo
entendía en ese momento, para que hiciera conmigo como bien le
pareciera (itálicas
añadidas.)11
El Gran Libro, para los Alcohólicos Anónimos, es una combinación de la
Biblia y de las
Confesiones de Agustín. Así como el Cristiano se vuelve a la historia
afectuosa de la
conversión de Agustín después de aquella gran batalla intelectual con la
necedad del Evangelio,
así esta colección de historias se levanta como un registro aún más
autoritativo del peregrinaje
espiritual de los Padres Fundadores y autores del Gran Libro.12 El Gran
Libro es autoritativo
para los AA porque fue escrito por alcohólicos para alcohólicos y por
sobre todo porque, en sus
palabras, “funciona.”13
Cristianismo es una religión única, en el hecho de que es divinamente
revelada, su Dios es trino, y su doctrina de
la redención y la ética están organizadas alrededor del Dios-Hombre
Jesucristo, quien murió como sustituto para
todo su pueblo. La ética Cristiana no es nada más ni menos que la
respuesta agradecida por parte de los redimidos
a la gracia de Dios hacia los pecadores en Cristo.
9 Ibid. xvi.
10 Por ejemplo, es una práctica regular recitar el Padrenuestro en sus
reuniones. Jesús oró “santificado sea tu
nombre,” o “tu nombre es Santo”, con la intención clara de declarar que
el nombre de Dios (Yahvé), Dios mismo
en verdad, es distinto, tanto moralmente como en su ser, de la
humanidad. No obstante, en el paso tres y en la
tradición dos AA rechaza explícitamente tal visión de Dios. La oración de
Jesús es exclusivista en el sentido que
implica que no hay otros dioses además del Dios de la Biblia.
Hay otras insinuaciones de la Biblia en las Doce Tradiciones de los AA.
Algunos ejemplos de tal préstamo: la
tradición tres habla de la reunión de “dos o tres”, una referencia obvia a
Mateo 18:20, “Pues donde están dos o tres
reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.” Los Doce Pasos
y las Tradiciones se refieren a Dios
como “Él,” junto con el pronombre en mayúscula, reservado
tradicionalmente en Inglés para la Deidad Bíblica. Es
interesante notar que, las oraciones publicadas de los AA están incluso
escritas en una clase de Inglés del siglo
diecisiete, aparentemente para imprimirles un aire de tradición y
autoridad.
11 Alcohólicos Anónimos, 12-13. Vea también, los Doce Pasos y las Doce
Tradiciones, 132ff.
12 El capítulo cuatro del libro incluso contiene una defensa apologética
de su doctrina de Dios y de su visión de la
revelación.
13 Muchas reuniones de los AA finalizan con la canción, “sigue
regresando, funciona.”
4
¿La enfermedad?
¿Cómo debiesen los Cristianos entender la conducta del alcohólico? ¿Es
el alcoholismo el
resultado de una alergia (su primera explicación) o una enfermedad (su
explicación más
reciente), la cual hace que el bebedor no sea responsable de su abuso, o
es pecado? Los
Alcohólicos Anónimos interpretan el problema de Bill como una
enfermedad. La medicina
moderna jamás ha sido capaz de encontrar una evidencia sólida de una
causa viral o bioquímica
para el alcoholismo.14
Cualquiera que sea la causa, afirman que solamente ciertas personas
pueden tratar el problema
del alcohólico: otros alcohólicos. En los AA este es un dogma aceptado.
La primera cosa que
un miembro de los AA aprende es que su problema es único, que tiene
una enfermedad, y que
nadie más le entiende excepto otros alcohólicos. Estas son las piedras
angulares de la primera
tradición y del primer paso.15
La Información Bíblica
¿Qué dice el Señor? La borrachera, como todos bien sabemos, es
condenada universalmente en
la Biblia. No así el beber. Pensamos inmediatamente en el mandato: No
os embriaguéis con
vino, sino sed llenos con el Espíritu (Efesios 5:18). De hecho, existen al
menos treinta pasajes
separados que tratan con la borrachera y el beber de alguna manera. La
Escritura es muy
realista en su descripción de la borrachera. Describen cuáles conductas
la acompañan, hacia
dónde conduce, a qué se parece un borracho y como será castigado.
Proverbios 23:29-35 advierte vívidamente sobre la necedad de la
borrachera. A inicios del
capítulo se nos advierte sobre las consecuencias del exceso. No hay
descripciones del tipo torre
de marfil. El escritor habla de la atracción del vino, de cómo brilla, y la
mañana después de los
ojos rojos, los mareos matutinos, la pausa y la repetición de tal
conducta. El profeta Isaías
describe la mugre del vómito de modo que no hay un lugar limpio, y la
borrachera es tal que
nadie desea hacer la obra del Señor (Isaías 5:11; 24:2; 28:1-7). Una de
las marcas del hijo
rebelde es la borrachera (Deuteronomio 21:20). El pecado de Israel se
describe en términos de
la borrachera (Ezequiel 23:42; Joel 1:5).
Pablo, al advertirles a los Tesalonicenses que velaran por la llegada de
Cristo, les recuerda
gráficamente la vida nocturna de aquel que abusa con el alcohol (1 Tes.
5:7).16 Les advierte a
los Corintios que no debiesen asociarse con los borrachos ni a esperar
que los borrachos
heredaran el Reino de Dios (1 Corintios 5:11; 6:10).
Estos no son patrones aislados. Esta es la descripción Bíblica de la
“adicción” al alcohol.
Existe una clara aceptación del hecho de que si se abusa de él el alcohol
puede tener efectos
espirituales, sociales y físicos devastadores. Los escritores bíblicos, bajo
la inspiración del
Espíritu Santo, eran plenamente conscientes de la conducta que ahora
es llamada alcoholismo.
14 L. P. Jacks, Oxford y los Grupos, 129; J. Alsdurfs, revisión de El Mito
del Alcoholismo como una Enfermedad,
por H. Fingarette, “El Alcoholismo, ¿Es Un Pecado Después de Todo?,”
(Cristianismo Hoy, Febrero 3, 1989).
Vea también L. M. Thomas, “El Alcoholismo No es Una Enfermedad,” en
Cristianismo Hoy, Octubre 4, 1985.
Para una visión contraria vea el artículo de A. Spinkard en Cristianismo
Hoy, Agosto 4, 1983, 26.
15 A. Spinkard, 26; T. J. Shipp, Ayudando al Alcohólico y a Su Familia,
91ff.
16 Vea la exhortación similar en Rom. 13:13.
5
Sin embargo, nunca es tratada ni una sola vez, ni remotamente, como
una enfermedad. Siempre
es clasificada con otros pecados: fornicación, adulterio, gula,
homosexualidad, asesinato, robo,
etc. Por implicación, el alcoholismo no parece ser considerado una
enfermedad más que
cualquier otro de los pecados mencionados junto con él.
No existe fundamento Bíblico para hacer diferenciación entre el
alcoholismo y lo que la
Palabra de Dios llama borrachera y adicción al alcohol. Es verdad que
generalmente no
consideramos como alcohólicos a los estudiantes de los años superiores
de secundaria que se
embriagan por primera vez la noche de graduación. Sin embargo, la
Biblia no distingue entre el
bebedor profesional y el amateur. ¿Acaso un pecado es menos pecado si
se comete una vez en
lugar de cometerse cien veces?
Un pecado dado no asume un carácter diferente una vez que llega a
hacerse habitual. Los
efectos de un tipo de pecado pueden ser más devastadores que otros.
Aún así, no hay
justificativos Bíblicos para llamarle a cualquier transgresión de la Palabra
de Dios una
enfermedad simplemente porque llegue a hacerse habitual y a dominar
la vida. Como veremos,
casi cualquier pecado puede asumir tal carácter. A sugerencia de John
Murray y Jay Adams,
tomaremos Efesios 5:15-20 como nuestra guía para la solución Bíblica
del problema de la
bebida excesiva.
Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como imprudentes, sino
como sabios,
aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. Por tanto, no
seáis insensatos,
sino comprendiendo bien cuál es la voluntad del Señor. Y no os
embriaguéis con vino, en
lo cual hay libertinaje; antes bien, sed llenos del Espíritu, hablando entre
vosotros con
salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y salmodiando al
Señor en vuestros
corazones; dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el
nombre de nuestro Señor
Jesucristo (RVR77).
Las palabras de Pablo son la voluntad revelada de Dios, nuestra norma y
también la norma para
el abusador del alcohol. Pablo dice que nos quitemos una conducta /
estilo de vida y que nos
vistamos de otra. No significa esto que sea un proceso corto o simple,
sino únicamente que, por
la gracia y el Espíritu de Cristo, debe y puede hacerse.
Este es el mensaje consistente del Nuevo Testamento. Colosenses 3:10
dice la misma cosa,
quitaos el viejo hombre y vestios del nuevo. En Cristo hay una nueva
creación. Hay
crecimiento en gracia por el poder del Espíritu Santo. Todos los
mandamientos de Pablo
asumen la obra vivificante del Espíritu descrita en Efesios capítulo uno.
Estas son evidencias
de la obra santificadora del Espíritu.
La Responsabilidad Personal y la Autoridad Religiosa
La segunda tradición de AA explica su visión de la autoridad religiosa.
Para AA, la voluntad de
Dios se descubre ya sea en privado, o a través de la conciencia colectiva
de la reunión local. En
esto, los AA sustituyen la Palabra de Dios con sus propias normas. El
cuarto paso de los AA
habla de un “inventario moral sin temor.” Sin la Palabra de Dios, ¿cómo
puede uno hacer tal
inventario? ¿Por la experiencia de otros? ¿Por la experiencia pre-
alcohólica de uno? No hay
manera de determinar con certeza qué es el hombre, o qué es la vida,
una vez que uno
6
prescinde de la doctrina bíblica del hombre. La ausencia de un estándar
absoluto por el cual
juzgar la conducta resulta en una confusión moral y espiritual.
La Doctrina de Dios
El lector notará un uso abundante de la palabra “Dios” en los Doce
Pasos y en las Tradiciones.
Un concepto de Dios es crucial para su sistema, como una noción
regulativa, o como una idea
útil. Sin embargo, ése Dios es bastante distinto del Dios de la Biblia, no
es un Dios que habla.
De modo que, cuando el segundo paso dice, “llegamos a creer que un
Poder más grande que
nosotros...” AA no da a entender el Dios Trino y auto-existente de la
Biblia.
Es inevitablemente cierto que el mismo lenguaje del segundo paso, “un
poder mayor que...” se
refiere a una fuerza impersonal. El dios anónimo de los AA también es
mudo. El dios de los
AA no puede hablarles a los humanos porque su dios es un “eso.” Sin
embargo, en la
naturaleza de las cosas, uno no puede tener relaciones personales con
una entidad impersonal.
Por lo tanto, para camuflar su agnosticismo implícito, los AA hablan del
dios de los AA como
un “Él.”
Para cualquier Cristiano que alguna vez haya dicho, “Creo en Dios Padre
Todopoderoso,
creador del cielo y de la tierra,” el agnosticismo de los AA debiese ser la
cosa más obvia y
perturbadora.17 El Dios Cristiano es Trino. Es decir, Él es un Dios en tres
personas, por lo
tanto, Él es el principio de la personalidad. Debido a que Él es personal,
Él nos habla, Él nos
conoce y puede ser conocido por nosotros. El Dios de la Biblia es “... un
Espíritu,” (Juan 4:24)
infinito, (Job 11:7-9), eterno (Salmo 90:2) e inmutable, (Santiago 1:17)
en su ser, (Éxo. 3:14)
sabiduría, (Salmo 147:5) poder, (Apoc. 4:8) santidad, (Apoc. 15:4)
justicia, bondad y verdad
(Éxo. 34:6-7).”18
Los AA le dicen al alcohólico que adore a Dios “tal y como le
concibamos.” Esto es
exactamente lo que la Biblia no quiere que hagamos. La Palabra de Dios
dice, “Yo soy el SEÑOR
tu Dios... no tendrás otros dioses delante de mí” (Deut. 5:6-7).19 Lo que
los AA llaman dios, la
Biblia lo llama un ídolo. Somos llamados precisamente a no confeccionar
nuestros propios
dioses, sino a alejarnos de ellos y acercarnos al Dios vivo y verdadero
quien nos hizo y nos
redimió.
La Doctrina del Hombre
Debido a que Dios es personal, y porque hemos sido creados a su
imagen, nosotros somos
personas. De modo que, una de las razones por las cuales AA es tan
dañino es que ignora la
enseñanza de la Biblia de que el hombre es creado a imagen de Dios.
Efesios 4:24 dice que
fuimos creados a imagen de Dios en conocimiento, justicia y santidad de
la verdad.
La fe Cristiana es que Él fue crucificado para restaurarnos como la
imagen de Dios, cuya
imagen será consumada en el día final. El hombre como la imagen de
Dios es esencial al
17 El primer artículo del Credo de los Apóstoles dice, “Creo en Dios
Padre Todopoderoso, creador del cielo y de la
tierra.”
18 Catecismo Menor de Westminster, Pregunta y Respuesta No 4.
19 Versión Revisada Estándar, (Nueva York: Oxford University Press,
Inc.) 1973, 1977.
7
Cristianismo, pero no para AA. Si, junto con los AA, negamos esta
doctrina, Cristo murió por
nada. Para los Cristianos tal idea es una blasfemia (Gál. 2:21).
AA dice que el alcoholismo no es un patrón pecaminoso de conducta,
sino una pérdida de la
cordura. Existen graves consecuencias al describir el pecado como una
enfermedad. P. E.
Hughes dijo,
La enfermedad no es penalizada: es tratada... Al estar enfermos y ser
víctimas de fuerzas
más allá de su control, deben ser enviados a recibir “tratamiento”... Hay
una amplia
evidencia de la manera en la cual esta benevolencia terapéutica puede
ser tiránicamente
extendida más allá de las personas corruptas y violentas hacia aquellos
que se hallan, tanto
política como religiosamente, fuera de la línea a los ojos de la oficialidad
y quienes son,
por consiguiente, puestos detrás de las paredes de una prisión o en las
salas de hospitales
“mentales” aparentemente con el propósito declarado de ser “tratados”
o “curados.”20
Las consecuencias espirituales de describir el pecado como una
enfermedad son aún peores.
Rehusarse a describir el abuso del alcohol como pecado es negarle
implícitamente la
humanidad al pecador o privarle de su responsabilidad moral delante de
Dios. Contamos al
pecador como responsable por sus acciones porque son agentes
morales responsables con una
mente y una voluntad. Categorizar a los pecadores como víctimas es
privarles de su agencia
moral, y por ende, de su personalidad.
Rehusarse a describir el abuso del alcohol como pecado es también
negarle la esperanza al
paciente. Una enfermedad puede que no tenga esperanza, pero existe
un Salvador para los
pecadores.
Por estas razones la Palabra de Dios nos aleja de pensar de algún
pecado en términos de la
irresponsabilidad personal y nos acerca a pensar de él en términos de
responsabilidad personal.
¿Cómo podemos pedirle a la persona que está luchando con el pecado
del abuso del alcohol
algo menos que aquello que Dios demanda de él?
Negar que un trago lleva al otro, y que cualquiera que sea la motivación
pecaminosa, el pecado
llegó a ser habitual y dominante de la vida, llevando a otros pecados y a
consecuencias
desastrosas de todo tipo, no es negar la grandeza del pecado, sino más
bien es poner ese pecado
en su perspectiva Bíblica. Si dejamos de poner el problema del abuso del
alcohol en sus
términos apropiados, de pecado y redención, entonces les negamos a
los pecadores necesitados
la ayudan que tanto necesitan y que pueden encontrar únicamente en
Cristo.
Cristo y la Redención
El Cristianismo se centra en la encarnación (el hecho de asumir nuestra
humanidad), la vida
obediente y muerte y resurrección de Jesucristo, el Hijo unigénito de
Dios, la segunda persona
de la Trinidad.21 Debido a que el Cristianismo se halla tan centrado en
Cristo, es
20 P. E. Hughes, Esperanza para un Mundo Desesperado: La Respuesta
Cristiana al Problema del Mal, 26-27.
21 El Catecismo Menor de Westminster P/R 22 dice, “Cristo, el Hijo de
Dios, se hizo hombre, tomando para sí
mismo un cuerpo verdadero, (Heb. 2:14, 16; Heb. 10:5) y un alma
racional, (Mat. 26:38) siendo concebido por el
poder del Espíritu Santo, en el seno de la Virgen María, y nacido de ella,
(Lucas 1:27, 31, 35, 42; Gál. 4:4) pero
sin pecado. (Heb. 4:15; Heb. 7:26)”
8
necesariamente exclusivista e intolerante con otras religiones. Jesús nos
enseñó a pensar de esta
manera cuando dijo, “Yo soy el camino, la verdad y la vida, nadie viene
al Padre si no es por
mí” (Juan 14:6).22
AA, en contraste, es simultáneamente universalista (abrazando todas las
religiones del mundo)
y exclusivista (rechazando todas las otras religiones del mundo excepto
la propia). Por un lado
hablan como si no hubiese una única fe verdadera. Por otro lado,
también dicen que solo ellos
tienen la manera verdadera de liberación de la adicción al alcohol. Esto
les convierte de manera
efectiva en la única religión verdadera.23 Cualquiera de las dos
afirmaciones (el universalismo o
el exclusivismo de AA) es patentemente incompatible con el
Cristianismo.
También, AA nunca describe la condición humana en términos del
pecado, y por lo tanto,
nunca habla de la redención en términos Cristianos. En contraste, la
religión Cristiana
comienza con Adán y nuestra caída en él. Encuentra salvación para los
pecadores en Cristo y su
justicia para nosotros, recibida por fe (confiando en Cristo) solamente.
Si no hubo primer Adán, cuya caída y pecado nos son imputados, no hay
necesidad de un
segundo Adán, Cristo, cuya obediencia y justicia nos es imputada. El
aparente rechazo de AA
del corazón del Cristianismo es la consecuencia más seria (y más
desalentadora) de su
enseñanza.
Los Cristianos y Alcohólicos Anónimos
Muchos Cristianos, incluyendo a los Evangélicos y aún a Cristianos
Reformados, han dicho
que el modelo de la enfermedad es suficiente para explicar el éxito de
AA y su desarrollo.
Varios escritores incluso han intentado justificar la síntesis del
pragmatismo de AA con varias
formas Cristianas. Un esfuerzo notable fue Una Fe Sobria del fallecido G.
A. Taylor (1953).
Taylor es recordado en círculos Reformados y Presbiterianos como el
editor del Diario
Presbiteriano.
En el prefacio, Russell Dicks llamó a Taylor un amigo tanto de la Iglesia
como de AA.24 Esto
es sólo una verdad a medias. Taylor deseaba ser un amigo de ambos,
pero tal cosa es imposible.
Uno no puede tener dos amos. Debe amar a uno y aborrecer al otro.25
Taylor deja de hacer las
distinciones necesarias y Bíblicas entre AA y el Cristianismo. El
Cristianismo es la relación
pactal de Dios con su pueblo y la redención de este pueblo suyo de sus
pecados, pero AA no es
esto.
Taylor dice,
A su propia manera única AA va por allí conduciendo a hombres y
mujeres hacia Dios,
aquellos que nunca antes meditaron mucho en Él. Espero que mis
hermanos más
conservadores que se puedan sentir inclinados a cuestionar la teología
de AA en este punto
22 De la Nueva Versión Americana Estándar.
23 Alcohólicos Anónimos, 46-47.
24 Ibid, el prefacio, vii.
25 Mateo 6:24.
9
sostengan su juicio por el momento. El éxito de AA constituye una
poderosa
recomendación de sus métodos.26
Con todo el debido respeto, los Cristianos no pueden retener un juicio
teológico o moral sobre
una base vagamente utilitaria. Otras sectas, e.g., los Testigos de Jehová,
también afirman
conducirlo a uno a dios, pero está claro que no es el Dios de la Biblia.
Isaías reclama con
respecto a los ídolos hechos a mano, Pablo se queja de aquellos cuyo
dios es su vientre. Si el
dios al que uno es traído no es el Señor Jesucristo, entonces eso es
vanidad. No hay pasos
intermedios hacia Dios.
De hecho, AA no es la adoración al Dios vivo y verdadero, sino que es,
específicamente, la
presión de los iguales aplicada para alterar un patrón particular de
conducta, a menudo
reemplazando una adicción por otra, por la naturaleza del caso, el apoyo
del grupo por el apoyo
de la botella.27
La afirmación de Taylor de que, en algún punto, todo miembro serio de
AA es confrontado por
necesidad con el Cristianismo simplemente no es verdad.28 De hecho,
las actuales corrientes de
pensamiento se están alejando de los énfasis más abiertamente
religiosos de años pasados hacia
una fe más mecanicista y secular. La autoridad de Bill y de los otros
fundadores de los AA
también está menguando. Después de todo, ¿no es la experiencia de
una persona simplemente
tan normativa como la de cualquier otra? El agnosticismo reina en AA.
“Dios, tal y como lo
concibamos” y la autoridad de Dios “tal y como Él se expresa en nuestra
conciencia de grupo,”
han tomado su curso normal. Si alguien llegaba a estar sobrio sin algún
dios, entonces dios no
es estrictamente necesario. Desde luego que el dios que comenzó como
una idea útil da lugar a
un agnosticismo desnudo.
Taylor reconoció los paralelos entre el Cristianismo y AA. En lugar de
adscribirle estas
aparentes similitudes al plagio, Taylor dice que existe la cantidad exacta
de religión en AA para
hacer que sea efectivo sin espantar a esta persona del Cristianismo.
Después de todo, dice, los
alcohólicos son notorios por sus malos sentimientos para con la religión.
Taylor piensa que AA
es una buena introducción para los Alcohólicos hacia el Cristianismo.29
El error más grande de Taylor fue negar la enseñanza bíblica con
respecto a la responsabilidad
humanidad por el pecado. Al decir lo que dice, junto con AA, que el
alcoholismo (y en
realidad, cualquier otra conducta excesiva) es asunto de tratar una
enfermedad entonces uno ha
removido el problema de la esfera apropiada de referencia (pecado y
redención) y ha admitido
que la revelación bíblica, la obra de Cristo y los medios de gracia (la
predicación de la Palabra
y los sacramentos) son insuficientes para la redención y para la vida
Cristiana.
La Palabra de Dios describe de manera consistente, y de una forma muy
diferente, nuestra
suerte. “Todos pecaron y han sido destituidos de la gloria de Dios”
(Romanos 3:23). Todos
estorban el conocimiento de Dios en incredulidad (Romanos 1:18). Todos
son propensos, por
naturaleza, a odiar a Dios y a su prójimo. La visión Cristiana del asunto
es que el alcohólico, no
importa cuán trágico sea su caso, no tiene ventaja alguna sobre el hijo
promedio de Adán en ese
26 Una Fe Sobria, 4ff; 52ff.
27 Ibid., 32 ff., esp. 42.
28 Ibid., 59.
29 Ibid., 35, 78, 87.
10
sentido. La respuesta no se encuentra en una síntesis de obvias
conductas y doctrinas Cristianas
(o copias de ellas) con los modelos modernos que interpretan el
alcoholismo como una
enfermedad.
La respuesta se encuentra en el arrepentimiento real y en la fe en el
Dios viviente, la segunda
persona de la Trinidad, el Jesús que murió por los pecadores y que fue
levantado otra vez para
nuestra justificación y quien, a través del Espíritu Santo, nos llama
efectivamente a la fe y
quien nos da nueva vida y que nos hace santos en Él mismo.
¿Cuál es la diferencia real entre la conducta sexual adictiva y el
alcoholismo? Una vez que uno
llega a ser adicto a las sensaciones del orgasmo, uno no quiere
abandonar aquello y ordenará su
vida alrededor de eso. La pregunta no es cuánto, sino ¿porqué continúa
la conducta dañina e
inapropiada? Esto no es negar que el alcoholismo no sea dañino, sino
que es la afirmación de
que todo pecado tiene su propia forma de precipitación. Los efectos son
diferentes en algún
sentido, pero la naturaleza progresiva de la adicción comienza con la
voluntad de pecar. Los
efectos del pecado no justifican llamarle enfermedad a un pecado. En
cuyo caso la borrachera
habitual no es más una enfermedad que el uso habitual de pornografía.
Ningún pecado es
excusable, no importa cuál sea la causa.
Un libro de 1982, escrito por A. C. DeJong, Ayuda y Esperanza para el
Alcohólico, apenas
muestra un poco de mejoría con respecto a Taylor. DeJong toma el
camino del centro. El
enfoque de DeJong es muy similar al de Taylor porque su creencia es
que la Biblia no habla
sobre el abuso del alcohol, (o que lo que dice está pasado de moda), que
Alcohólicos
Anónimos es un complemento útil a la Iglesia, y lo más importante, que
el alcoholismo no es
pecado, sino una enfermedad.30
DeJong dice que una vez pensaba que el alcoholismo era pecado, pero
desde su propia
recuperación (del alcoholismo) ha llegado a ver el error de esa
posición.31 La razón para el
cambio en su posición no fue exegética (determinada por el estudio
detallado de la Palabra de
Dios) sino experimental. DeJong, sobre la fuerza de su experiencia y
suposiciones, les
recomienda a Alcohólicos Anónimos a todos sus feligreses alcohólicos y
a todas sus
organizaciones subsidiarias.32
Igual que Taylor, DeJong argumenta que no es útil llamarle pecado al
alcoholismo. DeJong
dice que si los efectos son así de devastadores, y que ninguna persona
racional infligiría tanto
daño, ni a sí mismo ni a sus seres amados, ni siquiera alguien
pecaminoso, entonces la causa
debe ser la enfermedad sobre la que el alcohólico no tenía control
alguno. DeJong admite que
no existe causa conocida de la enfermedad y que su origen es un
misterio.33 DeJong incluso
afirma que el hecho de que un no-alcohólico llame pecado al
alcoholismo es muestra de una
actitud llena de orgullo.34
30 Ibid., 18, 38, 41.
31 Ibid., 18.
32 Ibid., 14, 57.
33 Es así que Jay Adams llama absurdo al uso de la palabra enfermedad
en el contexto del alcoholismo.
34 DeJong, Ayuda y Esperanza para el Alcohólico, 18, 21; Cf. J. E. Adams,
Capacitado para Orientar, xiv.
11
DeJong quiere hacernos creer que AA es Bíblico. Usa Escrituras para
respaldar cada uno de los
Doce Pasos.35 DeJong admite que el alcohólico comienza en pecado
pero dice que, al final, el
alcohólico es en realidad una víctima y no un pecador.36
Allí donde la Escritura y AA se apartan, DeJong sigue de manera
consistente el programa de
AA. Hace la asombrosa declaración de que el alcoholismo no es auto-
inflingido. Entonces,
¿Cómo, se pregunta uno, es que llegó a suceder esta catástrofe? Ya ha
admitido que no existe
causa conocida de la enfermedad, ni ningún respaldo médico sustancial
para la afirmación de
que es una enfermedad, de modo que ¿quién o cuál fuerza secreta y
oscura le ha endosado esta
enfermedad?37
En cada capítulo DeJong provee un sumario del significado de uno o más
de los Doce Pasos de
Alcohólicos Anónimos. El capítulo cuatro trata con la “rendición
incondicional.” El tercero de
los Doce Pasos.38 Él compara esta rendición con las descripciones
bíblicas de la constricción, el
arrepentimiento y el quebranto de corazón.39
En la superficie esto parece apropiado, pero de hecho es distintivamente
anti-Cristiano.
¿Cómo? Aún cuando los pasos siguientes hablan de “nuestras malas
acciones” y “defectos de
carácter” estas no son evaluadas usando la Palabra de Dios que es el
único estándar con el cual
el pecado puede ser juzgado (1 Juan 3:4; Romanos 7:7). En la Biblia,
arrepentirse de los
pecados propios, reconocer la profundidad del pecado y la miseria
propia, implica correr hacia
Jesús quien levanta nuestra carga y la reemplaza con Su yugo ligero.
Esto no es lo que AA tiene en mente. Uno no confiesa, cuando admite
que “no tiene poder”
sobre al Alcohol, que ha impedido el conocimiento del Dios del Pacto en
incredulidad, pecado
y rebelión. En lugar de eso, lo que el alcohólico admite con esta
confesión es su falta de
responsabilidad moral por su situación. Él confiesa que su enfermedad le
ha atrapado hasta el
punto que ha comenzado a controlarle por encima de todos sus otros
defectos. Además, le
confiesa estos deslices a un dios que es fruto de su propia imaginación -
¡en última instancia, a
sí mismo! Estas son dos confesiones de fe fundamentalmente diferentes.
DeJong hace otra afirmación impresionante, en contraste con Taylor, que
AA no es un
compañerismo religioso porque no requiere una suscripción a un
conjunto específico de
doctrinas para la membresía. También contradice la realidad. Los Doce
Pasos y los Doce
Tradiciones son, de hecho, un catecismo y una confesión. AA es una
religión confesional. No
existe ninguna confesión no-religiosa o neutral de un dios. O uno
confiesa al Dios de la Biblia
o es un incrédulo.40
Esto nos ayuda a llegar al corazón del problema de DeJong. En todos los
puntos le permite al
alcohólico permanecer a cargo. La Biblia simplemente prohíbe tal
enfoque. DeJong
simplemente ha ignorado la información bíblica que repasamos al inicio.
Está claro hacia el
35 Ayuda y Esperanza para el Alcohólico, 31ff.
36 Ibid., 22.
37 Ibid., 35.
38 Ibid., p. 59ff.
39 Ibid., 61.
40 Ibid., 114.
12
final del libro, donde cita al Gran Libro de AA cada vez más, que su
posición es impulsada por
una biblia pero no por la Palabra revelada de Dios.
La Palabra de Dios jamás da lugar a tal auto-suficiencia. De alguna
manera, y con claridad,
DeJong ha justificado, para sí mismo, el sacrificio de una cosmovisión
bíblica por la de los
Alcohólicos Anónimos. En cada uno de los Doce Pasos, se pueden
mostrar importantes
diferencias entre lo que la Biblia enseña y lo que enseña cada Paso o
Tradición.
Su Iglesia y el Alcohólico
Phillip Yancey llama a AA “La Iglesia de Medianoche.” Hay cosas en las
que AA es como una
Iglesia local. Lo que atrae a los alcohólicos a AA es el compañerismo, el
respaldo mutuo y la
aceptación que allí encuentran.41
Como otros grupos para-eclesiásticos, AA nació en un vacío dejado por
la iglesia. En el pasado
los Cristianos han alentado el crecimiento de los AA al menospreciar a
los alcohólicos como
pecadores de una clase especial. Cuando los Cristianos tratan al
alcohólico como si su pecado
fuese peor que los nuestros, hemos reforzado la idea de que solamente
los alcohólicos
entienden a otros alcohólicos y que la iglesia es irrelevante para el
alcohólico.
No es como si no hubiese abuso del alcohol en la iglesia. La verdad es
que hay más abuso del
alcohol y su adicción de lo que muchos reconocen. Al ignorarlo y hacer
chistes de los
problemas con la bebida algunas veces hemos empujado al alcohólico a
los brazos de AA. Así
como hemos llegado a ser sensibles a las necesidades de aquellos que
enfrentan la crisis del
aborto, el divorcio, el abuso doméstico, la iglesia debiese hacer un
esfuerzo para llegar a ser
consciente de los síntomas específicos del abuso del alcohol para que
podamos identificarlo y
abordarlo en nuestras propias congregaciones. No podemos esperar que
el alcohólico que está
batallando con la adicción y el abuso del alcohol confíe en nosotros, si
no estamos dispuestos a
admitir que aquellos que confiesan a Cristo algunas veces caen en el
pecado del abuso del
alcohol.
Para corregir el problema los Cristianos deben, primero, ser conscientes
de que la voluntad de
Dios para los pecadores, de todas las clases, es que encuentren su
compañerismo, aceptación,
apoyo mutuo y fortaleza dentro de los límites de la iglesia local, la
comunidad pactal que
41 Phillip Yancey, “La Iglesia de Medianoche,” Cristianismo Hoy, Febrero
4, 1983, 96. Yancey da una descripción
demasiado sentimental y antibíblica de los Alcohólicos Anónimos. Sin
embargo, está bastante en lo correcto
cuando lo llama una “iglesia única.” Aunque no parece ser consciente de
lo que esto implica. Él también se ha
tragado la idea de que de alguna manera Alcohólicos Anónimos refleja el
verdadero espíritu de la primera Iglesia,
una iglesia sin todas aquellas odiosas disputas doctrinales que
preocupan a la iglesia organizada. Al hacer esto
confirma la conexión con los Grupos de Oxford. Toca de manera
superficial lo que llama la “cuestión
Cristológica” i.e., ¿cómo podría un Cristiano tomar parte activa en la
adoración de un dios desconocido? o más al
punto: ¿propagar tal fe sin comprometer su fe Cristiana?; con el peor
tipo de defensa: bueno, la iglesia está llena
de hipócritas, y el alcohólico está viendo cómo sus necesidades son
cubiertas, de modo que, ¿cuál es la diferencia?
Sin embargo, la imprecisión más descarada en el artículo es su
insistencia en que AA requiere que el alcohólico
asuma la responsabilidad por sus acciones. Este no es el caso. Aunque
existe una declaración medio formal de que,
sí, el alcohólico es responsable, la principal doctrina de la fe es que el
alcoholismo es el resultado de una
enfermedad no un pecado, y por lo tanto, en última instancia, el
alcohólico no puede ser plenamente responsable
porque nadie puede ser considerado como responsable de acciones
cometidas bajo la influencia de una
enfermedad sobre la cual no tenía ningún control.
13
confiesa a Cristo, compuesta de creyentes confesantes, pecadores
redimidos, salvados por la
gracia.
Nadie puede confrontar cualquier pecado que domine la vida aparte de
la gracia salvadora de
Dios en Cristo. El primer paso hacia la libertad del abuso del alcohol es
alejarse de todo pecado
y colocar la confianza de uno en la obediencia justa de Jesucristo como
nuestro Sustituto y
Salvador (Hechos 2:28-29; 10:43; Romanos 1:16-17; 10:17; Gál. 2:16).
La ubicación de nuestra vida en Cristo y la fuente de nuestra ayuda
diaria es la gracia de Dios
administrada en la congregación por medio de la predicación del
Evangelio y la administración
de los sacramentos.
En Efesios 5:18-20 Pablo da directrices explícitas en este sentido. Pablo
asume que en Cristo
somos una nueva creación con nuevos patrones de vida y nuevos
amigos. Pablo sugiere que
parte de la nueva vida quiere decir estar sujetos a nuestros hermanos y
hermanas en el cuerpo
visible de Cristo en lugar de estarlo al alcohol.
Segundo, los Cristianos debemos hacer un compromiso de aceptar al
abusador del alcohol en
nuestro medio, como alguien no más o menos dependiente de la gracia
de Dios de lo que
somos nosotros. Si nosotros, como la comunidad visible de los redimidos
verdaderamente nos
vemos a nosotros mismos como pecadores perdidos salvados por gracia,
entonces ¿cómo no
podemos aceptar a otros pecadores en medio nuestro? ¿Cómo podemos
distinguir entre un tipo
de conducta pre-Cristiana y otro? No podemos hacerlo y tampoco
debiese hacerlo el abusador
del alcohol (o de cualquier otra sustancia.)
Note como Pedro clasifica el abuso del alcohol en 1 Pedro 4:1-4:
Por eso, ya que Cristo sufrió en el cuerpo, ármense también ustedes con
la misma actitud;
porque el que ha sufrido en el cuerpo ha roto con el pecado. Así que ya
no vive el resto de
su vida terrenal para satisfacer sus malas pasiones sino para cumplir la
voluntad de Dios.
Pues ya basta con el tiempo han empleado en hacer lo que es del
agrado de los paganos,
entregados al desenfreno, a las bajas pasiones, a las borracheras, a las
orgías, a las
parrandas y a las idolatrías abominables. A ellos les parece extraño que
ustedes no corran
con ellos en el mismo torrente de inmoralidad, y por eso los insultan a
ustedes. (NVI)
El Apóstol Pedro reconoce con franqueza la dificultad de dejar atrás la
vieja vida y unirse a un
nuevo grupo de amigos, la iglesia. El verso cuatro, “A ellos les parece
extraño...” parece indicar
que algunos de los creyentes incluso estaban siendo perseguidos por
sus viejos camaradas de
bebida. El versículo también ilustra la necesidad de que el alcohólico
sustituya sus viejas
asociaciones con nuevas compañías (cf. 1 Corintios 15:33). La iglesia es
la agencia de Dios
para la ayuda al abusador del alcohol.
Tercero, debemos hacer el compromiso de tratar abiertamente los unos
con los otros lo relativo
a nuestros pecados. Aquí necesitamos reclamar un territorio que le
hemos concedido a AA. En
una reunión de los AA generalmente existe un grado notable de apertura
en la reunión de los
unos hacia los otros. La simulación es difícil en un salón lleno de
personas que han estado
haciendo exactamente lo que tú has estado haciendo y diciendo las
mismas mentiras. Si alguien
está teniendo un tiempo difícil por ello, esa persona es alentada a
buscar ayuda de un
14
compañero miembro calificado e incluso del grupo como un todo. Esto
parece ajustarse a la
situación visionada por el Señor en Mateo 18:15-19, por Pablo en
Colosenses 3:16 y por
Santiago en 5:16.
Cuarto, debemos llegar a estar disponibles para servirnos los unos a los
otros. Todos somos
pecadores. Cualquier pecado puede llegar a dominar la totalidad de la
vida. No es necesario ser
un alcohólico para atender las necesidades espirituales del alcohólico.
Parte de ese ministerio requiere que el alcohólico sobrio y maduro esté
disponible para ser
llamado (de la misma forma que un médico está disponible) durante las
24 horas del día.
Cuando se sirve de ese modo el teléfono de uno podría sonar de día o de
noche con una
llamada de parte de algún miembro compañero que está a punto de
“salirse del vagón.” Se
forman fuertes vínculos de amor y de aceptación mutua cuando pasa la
noche sosteniendo la
mano de alguien que está temblando y vomitando bajo los síntomas de
la retirada. ¿Nos
amamos los unos a los otros en Cristo tanto como los miembros de AA
se aman unos a otros?
¿No haría una diferencia en nuestra vida, si cuando estamos tentados a
cometer algún pecado
por la vez número cien, uno supiera que hay un amigo Cristiano que uno
podría llamar y que
mostraría el amor de Jesús dando aliento, orando con uno, llevándolo a
uno a tomar un café y
proveer alguna redirección? Pienso que la haría.
Quinto, hay muchos Cristianos que asisten a AA, quienes viven una vida
dual, debido a que
creen que la Iglesia se burlará de ellos debido a su pasado abuso del
alcohol. Esto es muy triste.
La Iglesia la que tiene las buenas nuevas para los alcohólicos - ¡el
pecado no tendrá dominio sobre los creyentes! (Romanos 6:14). No
basta tener la concepción de un ser superior también es necesario que
lo hagas el gobernante de tu vida.
Aquellos Cristianos que están llevando esta doble vida deben ayudar a la
Iglesia a aprender a
tratar abiertamente con el abuso del alcohol y las drogas. Los Cristianos
con un pasado
alcohólico deben confiar lo suficiente en sus hermanos y hermanas para
mostrarles como
ministrar al adicto.
Conclusión
A la Iglesia se le ha confiada la gran comisión de hacer discípulos,
incluso de los alcohólicos.
AA constituye un campo blanco para la cosecha, lleno de personas
heridas y necesitadas del
evangelio. La pregunta es, ¿estamos lo suficientemente hambrientos por
la cosecha?
Puede que se vea pasado de moda, pero debemos describirle al
alcohólico la profundidad de su
pecado y su miseria, cómo puede ser redimido de todos sus pecados y
miseria y como ha de
estar agradecido por tal redención.42 Obviamente la presentación del
evangelio debe ser
sensible y bien pensada y variará de caso en caso, pero los elementos
esenciales, como
veremos, no pueden verse comprometidos, incluso (o quizás,
especialmente) para alguien tan
desesperado como el alcohólico. No nos atrevemos a lanzarle una
cuerda demasiado corta a un
hombre que se está ahogando. Solamente la cuerda del evangelio
servirá.
42 Este lenguaje se deriva de la segunda pregunta, y su respuesta, del
Catecismo de Heidelberg, un documento
confesional Reformado publicado primero en 1563.
15
Bibliografía
Adams, J. E., Manual del Consejero Cristiano, Presbyterian and
Reformed: Phillipsburg, 1975.
-- Capacitado para Orientar, Baker: Grand Rapids, 1970.
Servicios Mundiales de Alcohólicos Anónimos, Alcohólicos Anónimos, AA
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Nueva York, 1976.
Servicios Mundiales de Alcohólicos Anónimos, Los Doce Pasos y
Tradiciones, AA Grapevine
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Crossman, R. H. S., Ed., Oxford y los Grupos. Blackwell: Oxford, 1934.
DeJong, A. C., Ayuda y Esperanza para el Alcohólico, Tyndale: Wheaton,
1982.
Henry, C. F. H., Ética Cristiana Personal. Baker: Grand Rapids, 1957,
repr. 1979.
Henson, H. H., Los Grupos de Oxford. Oxford University Press: Londres,
1933.
Hughes, P. E., Esperanza para un Mundo Desesperado: La Respuesta
Cristiana al Problema
del Mal. Presbyterian and Reformed: Phillipsburg, 1977.
Leon, P., La Filosofía de la Valentía. George Allen and Unwin: Londres,
1939.
Machen, J. G., La Visión Cristiana del Hombre. Estandarte de la Verdad:
Edinburgh, 1937,
repr., 1984.
Shipp, T. J., Ayudando al Alcohólico y Su Familia. Prentice-Hall:
Englewood Cliffs, 1963.
Taylor, G. A., Una Fe Sobria: La Religión y Alcohólicos Anónimos.
Macmillan Company,
Nueva York, 1953.
Wisdom, C., “Alcohólicos Anónimos – Una Crítica Bíblica de la Visión de
Dios, el Hombre, el
Pecado y la Esperanza que tienen los Alcohólicos Anónimos”, El Diario de
la Práctica Pastoral,
1986.
« El alcoholismo es reconocido como un problema mayor de la salud.
En los Estados Unidos es la tercera causa de mortalidad, despues de las
enfermedades de corazon y el cancer, y no solo afecta a alcoholicos,
exclusivamente. Otros, son afectados por sus consecuencias, por
ejemplo, en la casa, el trabajo, en la carretera, etc. El alcoholismo le
cuesta a la comunidad millones de pesos cada año. Por lo tanto, si usted
llega a ser alcoholico o no, el alcoholismo aun puede tener alguna
incidencia en su vida.
Desde el principio de los tiempos se tuvo muy en cuenta a la
humanidad, principalmente a los adolescentes, los daños irreparables
(corporales, sexuales, cerebrales), los efectos secundarios devastadores,
la pérdida de la dignidad, de la ética que produce la ingestión de
alcohol sin control. Si se tiene en cuenta que hoy se comienza desde
muy joven a hacerlo, es claro que dirigentes, autoridades, periodistas,
médicos especializados y psicólogos lo tienen como una
preocupación mundial; y a su vez traten de implementar alguna
solución, aún a sabiendas que no es nada fácil ya que la elaboración
de alcohol más todas las bebidas y medicamentos que lo contienen,
son fuentes de trabajo que de suprimirse causarÃan más problemas.

Es claro que tal vez nunca se previó la debacle que se


está produciendo en todo el mundo, ya que al no hacerse los controles
a su debido tiempo hoy se sufren las consecuencias, tanto en el
individuo como en la sociedad, incluso en el seno de las familias. Creo
que son muy pocas las posibilidades de un cambio radical en la actual
situación, sin la directa intervención de los mayores, sobretodo de los
padres y de hecho predicado en el ejemplo.

Es verdad que no todos los jóvenes son adictos a las bebidas


alcohólicas, se sabe que es una parte de la juventud, deseosa y como
novedad de iniciarse en la ingestión de alcohol, por lo que creemos
muy necesaria la intervención de los padres, pero no como amigos de
los hijos, porque necesitan padres contenedores. Por lo tanto y si
tomamos en cuenta los consejos de médicos, sicólogos, especialistas,
maestros y profesores, los padres no deben ignorar a que lugares
concurren sus hijos, principalmente en las salidas nocturnas y tener muy
en cuenta su comportamiento en todo momento, por lo que es claro que
casi todos los problemas se originan en la sociedad, principalmente
entre jóvenes, son por el consumo de alcohol, droga y tabaco. Si los
padres no colocan lÃmites a estos abusos, jamás podremos terminar
con estos flagelos.

En esta situación se sobreentiende que ningún padre está libre de


equivocarse al dar un consejo a sus hijos, pero bajo ningún concepto
deben tener miedo. Una equivocación puede ser subsanada aunque sea
pidiendo disculpas, pero no deben dejar de darlos. Los consejos a los
adolescentes son convenientes, pero además como padres no deben
olvidarse de sus derechos y tienen toda la obligación de hacerlo y con
más razón en el seno del hogar.

Si los padres creen que implementando prohibiciones, tanto a las salidas


nocturnas como a la ingestión de alcohol de los hijos estarán
solucionando el problema, o esperar que las escuelas, maestros o
profesores procuren encontrar una mejorÃa a la situación están
equivocados. Lo mejor es aplicar el sentido común pero nunca con
autoritarismo o amenazas, culpables en muchas oportunidades de
desavenencias familiares, pero tampoco delegar a los educadores los
espacios que ellos mismos pudieron dejar vacÃos. Deben tener en
cuenta que un problema de alcohol o droga no se soluciona desde la
escuela, sino que todo debe ser tratado por personas que tengan pleno
conocimiento del problema, los padres en primer lugar y aplicar el mejor
criterio que conlleve a dar una solución al tremendo problema que se
ha creado por el hábito entre jovenes de beber sin control.
estadisticas

ORIENTACIONES A FAMILIARES Y PASOS TERAPEUTICOS


PARA AYUDAR AL ENFERMO ALCOHOLICO

Gerardo Aznar Rivera

Psicólogo de Asayar

ASOCIACIÓN DE AYUDA ANTIALCOHÓLICA REHABILITADORA

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Gerardo Aznar R gar@cop.es Contactar al autor

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3. COMO TRATAR Y APOYAR LA SOBRIEDAD


El objetivo ahora es mostrar cómo toda la familia puede tratar y apoyar
la sobriedad. Los miembros de la familia tienen una gran variedad de
sentimientos y actitudes contradictorias acerca de la bebida. Estos
sentimientos y actitudes es necesario que salgan a la luz y se comenten.
Las familias también pueden hacer cambios para ayudar a la persona a
que mantenga la sobriedad pero sin poner en peligro el propio bienestar
familiar. Se deben restablecer los canales de comunicación y cuidarse
unos a otros. Las responsabilidades familiares deben redistribuirse. El
tiempo de ocio y disfrute debe mejorarse. Por toda esta serie de cosas,
es necesario que toda la familia se implique en el tratamiento.
Razones para cambiar
Conseguir cambios es algo difícil para toda la familia. Es necesario
tiempo y esfuerzo, asumiendo que existen riesgos, por ello toda la
familia debe sentir que sí se necesitan cambios. Deteneos ahora y
examinar vuestras razones para apoyar la sobriedad y hacer cambios.
Por ejemplo: Todos los miembros de la familia están muy nerviosos
entre sí y, además no hablan mucho. La separación es algo que sin duda
ocurrirá a no ser que las cosas mejoren. Usad las líneas siguientes para
hacer una lista de las cosas negativas que eliminaréis si todo el mundo
decide apoyar la sobriedad y hacer cambios.
Las cosas buenas, o reforzantes, seguro que las conseguiréis
rápidamente si todos apoyáis la sobriedad y trabajáis unidos.
Haz ahora una lista con las cosas positivas que ocurrirán si hacéis todo
esto.
________________________________________
________________________________________
________________________________________
________________________________________
Confianza
Se necesitarán mucho tiempo para que los familiares puedan confiar en
que la persona con problemas de alcohol se mantenga sobria. Lo más
normal es que la confianza haya sido sustituida por la duda. Esto es algo
natural y debe ser reconocido por todos. Si las personas están nerviosas
porque desconfían que su familiar siga bebiendo, es bueno expresarlo
de un modo apropiado. Por ejemplo, podéis decir, “Has hecho un gran
esfuerzo para permanecer sobrio. He disfrutado estando a tu lado todo
este tiempo. Sin embargo, has llegado tarde varias noches después de
salir del trabajo y pareces bastante preocupado. Me pregunto si estás
teniendo problemas con la bebida otra vez”. Esta forma de expresar la
preocupación puede que anime a tu familiar a discutir la situación
bastante mejor que si tú estás enfadado, hueles su aliento o si le miras
de arriba a bajo y te guardas tus sospechas.
La falta de confianza es desagradable para todo el mundo y puede
convertirse en un disparador (sería algo que despierta el deseo de...) de
la bebida. Examinemos varios modos por los que la familia y el familiar
con problemas de alcoholismo pueden confiar entre sí:
a. Desarrollando una buena comunicación entre todos los miembros
de la familia.
b. A todos los miembros de la familia se les pueden solicitar
contribuciones para crear nuevos caminos de comunicación,
alternativas a la bebida o evitar disparadores.
c. Los familiares deben conocer los objetivos de la persona con
problemas de alcohol y cómo piensa cumplirlos. Recordad, es
responsabilidad de él o ella el seguir adelante con sus planes.
d. Los familiares deben guardar respeto y consideración hacia las
PPB. Explícale, por ejemplo, que llegarás tarde. Él o ella, puede
pensar de modo equivocado y herirse a sí mismo. Las promesas
solamente deben hacerse si pueden cumplirse.
Si la familia comprende qué es lo que impulsa a beber a su familiar,
cuáles son los cambios que él o ella van a realizar y cuáles son los
cambios que espera que la familia lleve a cabo, esto servirá de punto de
partida para restablecer otra vez la confianza de la familia con respecto
a la PPB al menos durante un cierto periodo de tiempo. Los familiares
pueden y deben utilizar las terapias familiares como lugares en los que
expresar su falta de confianza y así poder enfrentarse a ella. Sin
embargo, la confianza necesita un cierto tiempo para poder recuperarse.
Este hecho debe transmitírsele a la persona con problemas de alcohol
cada cierto tiempo especialmente si él o ella sienten que la familia no se
fía que no beba y se les note a sus familiares que se están preguntando
si él o ella continúan bebiendo alcohol.
Comunicación
Para la mayor parte de los alcohólicos, uno de los mayores obstáculos
para conseguir la sobriedad y mejorar las relaciones será el problema de
la comunicación, la cual no ha existido mientras bebía. Las quejas y
pequeños sentimientos no comunicados puede que poco a poco
comiencen a crecer hasta convertirse en problemas sin solución. Más
aún, los familiares puede que estén cometiendo errores al no comunicar
lo que sienten por temor a que puedan influir en su sobriedad.
Tenemos que tener en cuenta algunos malos estilos comunicativos que
deben evitarse en el futuro:
1. No escuchar o aparentar que se está escuchando a quien habla (el
marido viendo la televisión o leyendo el periódico mientras su
mujer le está hablando)
2. Tomarse a broma problemas serios, (la esposa puede reírse o
hacer chistes mientras su marido se queja de sus problemas de
trabajo)
3. Evitar los enfrentamientos para disculpar y/o parecer
desesperanzado o deprimido. Esto hace que los miembros de la
familia no muestren sus respuestas de enfado y por tanto nunca
se enfrentan a los problemas. (La esposa llorando cuando su
marido se queja en voz alta de falta de afecto y cariño)
4. Evitar la discusión de temas importantes a través de atacar con ira
y echarle las culpas a los demás (el marido gritando y discutiendo
cuando se sienta su mujer para discutir sobre las calificaciones
escolares de sus hijos).
5. No hablar claro, dando respuestas que no tienen mucho que ver
con lo que se pregunta. (El marido hablando entre dientes y no
expresando lo que siente cuando su mujer y sus hijos están
buscando algún tipo de sugerencias para pintar la casa)
La comunicación honesta y directa es la que aumenta la posibilidad de
que la sobriedad pueda llegar a alcanzarse. El objetivo a largo plazo es
aprender a expresaros del modo más claro posible y aprender a
escuchar con empatía y sin enjuiciar a las demás personas. Algunas
veces puede ser necesario interrumpir una discusión y continuarla más
tarde si los sentimientos de ira se vuelven tan intensos que la discusión
se convierte en un círculo vicioso.
La terapia de familia, de pareja y de grupo son los lugares
recomendables para desarrollar y mejorar las habilidades de
comunicación.
Compartir las responsabilidades otra vez
Las personas dependientes del alcohol y su familia deben reestablecer
de nuevo las responsabilidades del bebedor. Él o ella deben nuevamente
compartir las responsabilidades de los hijos, el presupuesto familiar y
realizar las tareas de casa que le correspondan. Los familiares no deben
evitar que la PPB asuma sus responsabilidades, ni deben pensar que el
darle responsabilidades vaya en contra de que logre la sobriedad.
Alcanzar metas aumenta la autoestima y proporciona la satisfacción del
deber cumplido.
Enfrentarse con los problemas de alcohol que afectan a la
familia
Existen varias cuestiones referidas al uso social de bebida, y que la
familia debe discutir. Toda la familia, incluida la persona con problemas
de bebida (PPB), debe hablar sobre los pros y los contras de tener
alcohol en casa. La decisión final deberá basarse tanto en lo más
conveniente para la abstinencia de la PPB, como en la decisión de tener
alcohol en casa para que otros puedan beber, pero en ningún momento
olvidar que se debe tener muy presente que, el hecho de que exista
proximidad física de bebida ante una persona con problemas de alcohol
y que aún no se encuentra lo suficientemente preparada para rechazar
una bebida, el impulso o deseo de beber será irrefrenable en los
primeros momentos, pues su autocontrol aún no está lo suficientemente
instaurado.
Toda la familia debe hablar sobre si debe acudir a la reuniones sociales
en las que exista alcohol de por medio y en ese caso decidir si los
miembros de la familia beberán delante de la PPB. Este debe ser un
tema abierto de discusión, y ser tenido en cuenta cada vez que surja
una situación social similar. Los sentimientos van cambiando con el
tiempo y algunas situaciones pueden ser más peligrosas que otras.
También es importante decidir y planear por anticipado entre todos qué
es lo que es lo que se le dirá a ciertos amigos, determinados vecinos y
compañeros de trabajo acerca de la abstinencia.
Igualmente, debéis ayudar a la persona con problemas de alcohol a
hacer planes para rechazar bebidas.
Métodos para reconocer y superar las tentaciones
Es muy normal que la PPB siga sintiendo impulsos para beber.
Especialmente al principio, al empezar a dejar de beber, puede que no
sea capaz de prever los disparadores que puedan presentársele. Puede
que, a causa de la falta del consumo de alcohol, a veces note
irritabilidad, depresión y tenga a veces reacciones excesivas. En casos
extremos la persona hasta puede parecer que está intoxicada
(embriagada).
Estos impulsos hacia la bebida no tienen mayor problema si la persona
está preparada para ellos y posee alternativas para utilizar si esos
impulsos surgen. De este modo cuanto más tiempo esté sobrio y tome
mayor conciencia de los disparadores, más fácil le resultará detectarlos
y prevenirlos evitando que se vuelvan demasiado fuertes o que
realmente le lleven a beber.
Para la familia es importante reconocer esas situaciones, momentos,
etc., que despiertan los deseos de beber y prestar apoyo cuando
sucedan. Puede ser útil para los familiares reconocer los disparadores,
alternativas y propósitos de su familiar con problemas de alcohol y
asimismo sugerirle a él o ella que usen esas alternativas para conseguir
que las ganas de beber disminuyan y poder alcanzar lo que quieren sin
necesidad de alcohol.
El mejor método es no sentir pánico ni reaccionar de modo alarmista
sino que de forma calmada hacer más consciente al familiar de esos
impulsos hacia la bebida y prestarle tu ayuda para seguir adelante sin
recurrir al alcohol. Lo importante no sólo es si él o ella van a beber sino
si están pensando hacerlo.
Mejorando el uso del tiempo libre
Tanto la familia como el enfermo deben disfrutar durante la sobriedad.
Para conseguir una sobriedad de calidad es necesario convertir la misma
en una fase más placentera que los periodos en los que se bebía. Es
importante que todos los familiares disfruten estando unos al lado de los
otros para que todos los cambios sean más fáciles y posibles de realizar.
Se necesita tiempo para planear los propósitos individuales y colectivos
de disfrute del tiempo libre para toda la familia. ¡¡Intentad nuevas
actividades!! ¡¡Experimentad!! ¡¡Lograd un compromiso!!

EJEMPLO: Si tu esposa quiere ver una película determinada y tú un


partido de fútbol haced las dos cosas. La acompañas al cine una noche y
ella va contigo a ver el partido otro día. En la familia todos habéis
trabajado muy duro. Por ello que no se os olvide daros algún tipo de
compensación realizando actividades con las que podáis disfrutar.
¡¡Estas actividades son muy buenas alternativas también!!
Hacer cumplidos
Cuando hacemos algo por nuestros propios medios o con la ayuda de los
demás, es bonito tener a alguien que nos diga que estuvo bien y que
apreció nuestro trabajo. Ayuda a tener interés para volverlo a hacer otra
vez. Por ejemplo: si tu marido te invita a cenar se sentirá bien si le dice,
“Me lo he pasado de maravilla esta noche. La cena fue deliciosa. Gracias
por una noche tan feliz”.
No olvides que el recompensarse unos a otros hace que todo el mundo
se sienta bien y continúe realizando cambios constructivos.
Reconocimiento y desarrollo de los cambios
Es importante para todos los miembros de la familia renunciar a los
viejos métodos de comportamiento que no resultaron de gran valor en el
pasado. Se ha aprendido a identificar los cambios que tanto tú como tu
familia os gustaría que se produjeran en vuestra relación.
Ahora estáis comenzando a hablaros unos a otros otra vez, disfrutando
de vuestra mutua compañía una vez más. Incluso te resulta más fácil ser
bueno para tu esposo/a e incluso haceros cumplidos de vez en cuando.
Para conseguir que las cosas sigan por el buen camino, es importante
hace una lista de todos aquellos cambios que te gustaría que cada
miembro de la familia realizase.
Algunas reglas generales para recordar a la hora de hacer listas de
cambios y premios son:
1. Habla de los cambios que quieres con tu pareja para asegurarte de
que los acepte y comprenda
2. Pide los cambios y premios que quieres de verdad, y no lo que
crees que tu pareja quiere.
La siguiente es una lista que resume los cambios que los miembros de la
familia pueden llevar a cabo para mejorar la calidad de la sobriedad y de
las relaciones familiares:
a. Procurar mejorar la comunicación expresando del modo más
directo posible los pensamientos y sentimientos de cada uno de
vosotros. Interrumpir la conversación si se vuelve demasiado
conflictiva y retomarla más tarde.
b. Escuchad cuidadosamente unos a otros, respetando las diferencias
de opinión.
c. Reservar un momento del día sólo para hablar.
d. Establecer objetivos día a día.
e. Premiaros a corto y largo plazo.
f. Dedicar algún momento del día sólo para relajaros.
g. Comenzar a compartir responsabilidades de nuevo.
h. Esforzaos en mejorar las actividades de ocio y tiempo libre tanto
individuales como conjuntas.
i. Hacer cumplidos para mejorar los buenos sentimientos.
j. Establecer compromisos de modo que todo el mundo salga
ganando.
k. Desarrollar planes adecuados de seguimiento para poder
mantener los cambios alcanzados.
l. Hablar abiertamente de los problemas relacionados con el alcohol.
Tratar directamente de cuándo los miembros de la familia deben
beber, de si debe guardarse alcohol en casa, y de si debe irse a
ciertos tipos de fiestas o reuniones sociales.
m. Hablar acerca de las tentaciones e impulsos de beber y apoyar los
cambios positivos que se vayan consiguiendo.
n. Dejar que sea la persona con problemas de alcohol quien asuma la
responsabilidad de beber o no beber
o.
Necesidad de hacer un inventario moral, la confesión de los defectos de
la personalidad, la restitución hacia otros de aquella utilidad que se
había deteriorado, y la necesidad de creencia y de dependencia en Dios.
Había cuatro absolutos a considerar:
1. La honestidad perfecta 2. La pureza 3. La falta de egoísmo 4. El amor
Las “Cinco C’s” por las que el grupo es conocido son:
1. Confianza 2. Confesión 3. Convicción 4. Conversión 5. Continuación
La ética Cristiana no es nada más ni menos que la respuesta agradecida
por parte de los redimidos a la gracia de Dios hacia los pecadores en
Cristo.
Mateo 18:20, “Pues donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí
estoy yo en medio de ellos.”
La Biblia. No así el beber. Pensamos inmediatamente en el mandato: No
os embriaguéis con vino, sino sed llenos con el Espíritu (Efesios 5:18).
De hecho, existen al menos treinta pasajes separados que tratan con la
borrachera y el beber de alguna manera. La Escritura es muy realista en
su descripción de la borrachera. Describen cuáles conductas la
acompañan, hacia dónde conduce, a qué se parece un borracho y como
será castigado.
Proverbios 23:29-35 advierte vívidamente sobre la necedad de la
borrachera.
A inicios del capítulo se nos advierte sobre las consecuencias del exceso.
El profeta Isaías describe la mugre del vómito de modo que no hay
un lugar limpio, y la borrachera es tal que nadie desea hacer la obra del
Señor (Isaías 5:11; 24:2; 28:1-7). Una de las marcas del hijo rebelde
es la borrachera (Deuteronomio 21:20). El pecado de Israel se
describe en términos de la borrachera (Ezequiel 23:42; Joel 1:5).
Pablo, al advertirles a los Tesalonicenses que velaran por la llegada de
Cristo, les recuerda gráficamente la vida nocturna de aquel que abusa
con el alcohol (1 Tes. 5:7). Les advierte a los Corintios que no debiesen
asociarse con los borrachos ni a esperar que los borrachos heredaran el
Reino de Dios (1 Corintios 5:11; 6:10).
Este es el mensaje consistente del Nuevo Testamento. Colosenses
3:10 dice la misma cosa, quitaos el viejo hombre y vestíos del nuevo. En
Cristo hay una nueva creación. Hay crecimiento en gracia por el poder
del Espíritu Santo. Todos los mandamientos de Pablo
asumen la obra vivificante del Espíritu descrita en Efesios capítulo uno.
Estas son evidencias de la obra santificadora del Espíritu.
La biblia: poder, (Apoc. 4:8) santidad, (Apoc. 15:4) justicia, bondad y
verdad (Éxo. 34:6-7).”
“Yo soy el camino, la verdad y la vida, nadie viene al Padre si no es por
mí” (Juan 14:6).
La Iglesia la que tiene las buenas nuevas para los alcohólicos - ¡el
pecado no tendrá dominio sobre los creyentes! (Romanos 6:14). No
basta tener la concepción de un ser superior también es necesario que
lo hagas el gobernante de tu vida.
A la Iglesia se le ha confiada la gran comisión de hacer discípulos,
incluso de los alcohólicos.
AA constituye un campo blanco para la cosecha, lleno de personas
heridas y necesitadas del evangelio.

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