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Primer Parcial

Historia Americana y Argentina III – Inés Ossorio Arana

1) Explicar por qué unitarismo, federalismo y caudillismo son conceptos tan reñidos. Desarrollar las
discusiones presentes en la bibliografía y, no olvidar, las expuestas en clase. Utilizar:
GOLDMAN/SALVATORE, TORRES MOLINA, ENTRADA “INTENTANDO
COMPRENDER CONCEPTOS FUNDAMENTALES” (CAMPUS).
2) Explicar cuál fue la importancia de la Guerra con Brasil en tanto momento fundamental para
pensar una primera unidad nacional. ¿Por qué estuvo condenada al fracaso? Utilizar:
DÍAZ/RAPALO, TERNAVASIO, DOCUMENTO “LA LEY FUNDAMENTAL…” (CAMPUS).
RESPUESTAS

1) En ambos textos señalados para el desarrollo de este ejercicio podemos notar como se confirma la
noción de que unitarismo, federalismo y caudillismo son conceptos muy reñidos. Todos ellos van
variando en el tiempo, evolucionando y desarrollándose hasta entenderlos a la manera de hoy en
día. De más esta decir que fueron y son también, cargados de simbolismos ideológicos,
desarmando lo que implica cada concepto a la luz de diferentes ideologías. Es decir por ejemplo,
que no es lo mismo pensar en la idea de un caudillo bajo un análisis liberal, fruto de la
historigrafía reinante en la educación, que bajo el lente de una visión revisionista.
Por un lado podemos ver como los conceptos e identidades de “unitario” y “federal” no son
términos normalmente acuñados por los protagonistas de la historia. Como ejemplo podemos
tomar el caso del caudillo Juan Facundo Quiroga, en donde recién en el año 1827 habla sobre
federalismo, para referirse al ejercito federal y a las provincias federadas. Si analizamos los
conflictos con Buenos Aires o el resto de las provincias en un principio, estos no radican en una
diferencia en cuanto a la visión de gobierno sino más bien al manejo de los recursos. Tal como
podemos leer en el texto de Torres Molina (1986, p. 107) en los documentos no se menciona en
lo absoluto al federalismo o a la Constitución Unitaria, firmada por Quiroga. Entendemos que los
conflictos entre ambos lados, luego llamados unitarios y federales, no tienen un origen tan
concreto, cercándolos a solamente determinados asuntos, sino que con el ejemplo de Quiroga,
quien firma la Constitución Unitaria de 1826, y definiéndose a favor de una forma de Gobierno
representativo, republicano y organizado bajo un centro de unidad, y naciendo los conflictos con
el poder central al momento de verse perjudicados con Leyes emitidas por Rivadavia, injiriendo
estas en asuntos centrales para la economía de la provincia, dos medidas tomadas por el
Congreso. Estas fueron la creación del Banco Nacional, afectando la actividad de la Casa de la
Moneda Riojana, y la ley de consolidación de la deuda, que otorga al presidente el control sobre
las tierras y los demás bienes inmuebles de propiedad pública sobre todo el terreno nacional,
quitándole autoridad sobre las minas de Famatina a las autoridades locales. (Torres Molina, 1986,
p.106). Entendemos hoy en día a los conceptos como definiciones cerradas, concluidas y
determinantes, pero como estudiantes de historia tenemos que entender que las mismas se deben a
un proceso de formación en el tiempo, en donde en un principio, estas clasificaciones no eran
cerradas ni tan claras, sino que son el resultado de un análisis posterior imposible de llevar a cabo
entonces. Esta construcción en el tiempo la podemos notar también en los distintos referentes del
federalismo, asumiendo su liderazgo con distintas perspectivas. No todos entienden la lucha por
ejemplo, de la misma manera que lo hace Artigas en la Banda Oriental, o Güemes un reconocido
federal (Torres Molina, 1986, p.126) su hermana en cartas a Facundo Quiroga presupone el
federalismo de su hermano quién a la vez culmina propugnando un Gobierno Monárquico o un
Gobierno de Unidad Nacional.
Lo mismo sucede cuando analizamos al caudillo. En la generación del ´37, entendemos al
caudillo como la fuerza de choque rural, con la violencia como único y primer método,
entendiéndolo como la máxima expresión de la barbarie gaucha (Salvatore y Goldman, 2005,
p.8). Este es un análisis realizado desde la óptica si se quiere Unitaria, en donde se busca
desprestigiar y anular la figura del gaucho. Este concepto se encuentra íntimamente ligado con el
de la “anarquía del año 20”, situación luego de la batalla de Cepeda. Analizando la misma,
entendemos que no es una anarquía la dada en aquel entonces sino solamente un desplazamiento
de poder, quedando desplazado el Poder Central. El concepto de caudillo, interpretado bajo esta
visión es absolutamente erróneo. Plantea al mismo generalmente como falto de educación, la
cabeza de esa barbarie a la cual hay que educar, “europeizar”, medidas tan halagadas por la
historiografía antes mencionada. El revisionismo histórico luego rescata la figura de Rosas y los
caudillos de interior (Salvatore y Goldman, 2005, p. 11). Luego de lo conversado en clase,
podemos derribar el mito de la barbarie presente en los caudillos, entendiendo que muchos de
ellos contaban con una educación que respaldaba su conducción, y los entendemos como figuras
en respuesta a situaciones determinadas en pos de luego, la organización nacional.
2) Luego de la batalla de Cepeda en 1820, comienza un período en la historia mal llamado “la
anarquía del año ´20”. Sucede que cae el poder central en mano de los caudillos del Litoral,
desplazando al Directorio. Mal llamado “anarquía” ya que la definición de la misma es la
ausencia total de estructura gubernamental de un Estado y ese no era el caso, sino que comienza
un tiempo de autonomías provinciales. No habían desaparecido las figuras de autoridad o
instituciones de gobierno sino que las mismas eran de orden local, provincial. A partir de ese
momento, comienza un camino de unificación nacional. Esto se da ya que no nos encontramos
con una anarquía, entendiendo a la misma como un desgobierno sino que comienza un período de
búsqueda de reorganización e unificación, planteado en el común objetivo a partir de los años, de
la firma de una Constitución Nacional. Podemos ver con el correr de los años los distintos
intentos fallidos de esto, como por ejemplo, la Constitución Unitaria de 1826.
En 1824, Buenos Aires tiene la iniciativa de convocar al Congreso Constituyente, convocando
como razón de urgencia la situación de la Banda Oriental. La misma estaba ocupada por las
fuerzas portuguesas desde 1817, incorporada en 1821 al Reino de Portugal como Provincia
Cisplatina y en 1822 pasa a formar parte del nuevo Imperio de Brasil (Ternavasio, 1998, p. 182).
Aquí se ve la intencionalidad de Rivadavia de generar unidad nacional, convocando a un
Congreso Constituyente, siendo un punto central dentro de la convocatoria del mismo.
Anteriormente se sostenía una posición meramente diplomática para la resolución del conflicto,
encontrándose con una dura respuesta del lado brasileño.
En abril de 1825 se toma a decisión de emprender la expedición de los 33 orientales, que poco
después obtiene rápidos éxitos, declarando la reincorporación de la Banda Oriental a las
Provincias Unidas del Río de la Plata (Ternavasio, 1998, p. 188), alentando a las posiciones más
favorables hacia un conflicto bélico, declarando formalmente la guerra a principios de 1826.
A nivel local, resurgen conflictos entre los ahora llamados unitarios y federales, siendo estos
primeros quiénes quieren imponer nuevamente una Constitución y forma de gobierno favorable a
Buenos Aires y al Poder Central, renovando tensiones preexistentes que solamente alejan el
objetivo de generar esta tan deseada Unidad Nacional. Estos conflictos suman a los malestares
que luego detallaré, fruto de la situación bélica con el Imperio de Brasil.
La guerra comienza a ver sus primeras derrotas, generando desgaste y malestar, junto con el
bloqueo del río, perjudica fuertemente a las Provincias Unidas. Esto conflicto, junto con las
situaciones vividas a nivel local, como la imposibilidad de lograr el objetivo del Congreso
Constituyente, es decir, la firma de una Constitución a la cual adhieran todas las provincias, lleva
a su fin al ya débil gobierno de Rivadavia, cayendo de vuelta el Poder Central.
Generando aún mayor gasto público, aún con una administración como la de Rivadavia cuyo
objetivo había sido minimizarlo lo más posible, el factor económico que fue el bloqueo del río,
mostrando la enorme dificultad y el perjuicio para con las Provincias Unidas en el caso de que la
guerra se extienda durante el tiempo, desmoronándose el Congreso Constituyente y con la
posición del emperador del Brasil que se negaba a las soluciones diplomáticas propuestas, y por
último con la aceptación de García a tratativas de paz que involucraban la devolución de la Banda
Oriental al Imperio de Brasil, concretar la fatal suerte del gobierno de Rivadavia, renunciando
este a su cargo.
Se nombra un presidente provisional, pero la autoridad central a nivel nacional había vuelto a
perder legitimidad, y su autoridad ya no era acatada por nadie.

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