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PROVINCIA DE BUENOS AIRES

DIRECCIÓN GENERAL DE CULTURA Y EDUCACIÓN


DIRECCIÓN DE EDUCACIÓN ARTÍSTICA
CONSERVATORIO PROVINCIAL DE MÚSICA de TRES ARROYOS
CARRERA: Profesorado de Música con orientación en Instrumento
MATERIA: PERSPECTIVA FILOSÓFICO PEDAGÓGICA II
AÑO: 2º
PROFESORA: MEDINA MENDOZA Inés Natalia
CICLO: 2020

Alumno: ETCHEVERRY, Joaquín

TRABAJO FINAL

Todos jóvenes. Siempre jóvenes.


Querría pasar desde los diez hasta los treinta
para no sufrir esta tortura
el primer amor, la primera casa
tener que llevar esta armadura
el primer amigo que te traiciona
o que tal vez traicionas tú
el primer tren en que no subes
y que tal vez no vuelve nunca.

(Jovanotti, 1994)

“Los jóvenes tienen que contar con habilidades para trabajar en empleos que aún no
existen. Debe ser lo suficientemente flexibles en sus capacidades mentales. El valor está
en el conocimiento, en el cerebro.”

(Facundo Manes)

Cuando hablamos de educación, por lo general los términos “jóvenes”, “juventud”,


“infancia”, “adolescencia” son conceptos recurrentes y que a su vez suelen ser los
primeros en aparecer en escena. No tan a menudo se tiene en cuenta la proyección futura
de la ciencia de la educación.
La educación no trabaja en la inmediatez, trabaja en el futuro. El producto de su
trabajo al fin y al cabo no es algo visible, ni medible o cuantificable en los cada vez más
cortos plazos en los que la posmodernidad nos fuerza a vivir.
Al fin y al cabo, cuando discutimos sobre educación, en realidad discutimos sobre
qué sociedad queremos ser en un futuro. Son proyecciones que se realizan sobre
generaciones futuras. Y ellas serán las responsables de medir, cuantificar y valorar los
resultados obtenidos por el sistema heredado de la generación anterior.
Recojo conceptos de Inés Aguerrondo, quien expone que el basamento sobre el
cual se construye el currículum actual de las instituciones está dado por los contenidos
socialmente objetivados de fines del siglo XIX, cuando se dió inicio en el mundo al
sistema escolar como una forma de poder desarrollar a las sociedades para que pudieran
continuar con la senda del desarrollo económico. Claramente estamos ante un problema,
ya que no podemos razonablemente sostener que la situación de la sociedad actual se
asemeja a la de la sociedad argentina luego de las primeras corrientes migratorias
europeas. Si bien el desarrollo económico siempre es bienvenido y debe ser buscado por
todos, el modo de llegar a ello en la actualidad no se asemeja con los modos empleados
en los tiempos de la ley 1420.
Al respecto, sostiene Manes que la inversión sostenida en ciencia y tecnología con
fines económicos es un predictor del desarrollo futuro de los paises. Argentina no transita
ese camino, por lo tanto no se está en vías de desarrollo. Por haber problemas
estructurales de pobreza y mal nutrición, no es fácil la “educabilidad” ya que los cerebros
de los niños no están bien nutridos en un alto porcentaje. Esto atenta contra la posibilidad
de desarrollar el país, apoyado en la innovación y en el desarrollo.

¿Qué esperamos hoy de la escuela?


Esa pregunta también puede ser reformulada como “¿qué sociedad queremos para
nuestro futuro?”. En una sociedad cada vez más cambiante, donde las mutaciones en el
conocimiento científico se dan día a día, claramente no pareciera que adoptar una
“pedagogía instructiva” en la cual el docente es el depositario de la información, sea la
mejor idea para construir futuro. Está en nuestras manos el progreso, el no instalarnos en
lo que ya somos.
Nos dice Bixio que es necesario pasar a “una pedagogía de la ayuda que facilite al
docente un compromiso activo con el aprendizaje y el progreso de los alumnos, que le
permita al docente estar atento al menor indicio que pueda ayudarle a los alumnos a
avanzar en sus aprendizajes y que les abra las posibilidades de trabajar sobre la base de
las diferencias en sus disposiciones de aprendizaje y las peculiaridades culturales que se
expresan en las clases”.
El docente pasa a tomar un rol de facilitador del acceso a la información, de guía
para el alumno. Son competencias fundamentales el saber informarse, y saber procesar la
información. El “aprender a aprender” que menciona Manes.
Una sociedad compuesta por sujetos que tienen dichas cualidades intelectuales
fuertemente desarrolladas, es una sociedad que puede tener proyectos a largo plazo,
abandonando la permanente preocupación por la urgencia de lo inmediato. Nos recuerda
Manes que tener proyectos a largo plazo, nos evita estar aplicando los recursos cognitivos
a resolver las situaciones del corto plazo.
De la escuela también esperamos que cumpla una función de “homogeneización”
entre las distintas personas que allí concurren. Que luego de su paso por ella las
posibilidades de desarrollo personal no tengan las mismas diferencias entre ellas que las
que tenían al momento de comenzar el trayecto escolar.
Es necesario entonces tener también una postura crítica como docentes e
incentivarla en los alumnos. En palabras de Giroux “las escuelas constituyen lugares de
encuentro cultural entre varios grupos, denominando la existencia de culturas dominantes
y subordinadas, en función del poder que tenga cada una de ellas para imponer su visión
de la realidad sobre el resto. Desde este punto, se considera importante demostrar a los
estudiantes, especialmente a los de los sectores oprimidos, que la cultura de la institución
escolar no es valorativamente neutra”.
Es necesario demostrarle a los alumnos que los conocimientos que integran el
currículum lo hacen en pos de determinado posicionamiento político elegido, lo cual lleva
a concluir que hay una visión dominante que es la que en un determinado momento de la
historia está siendo impartida, pero que ello puede no ser así en un futuro.
El conocimiento debe ser presentado a los estudiantes de manera problemática, de
forma tal que los estudiantes traten al conocimiento desde distintos marcos de referencia,
en lugar de hacerlo desde un único marco. Asimismo, los marcos de referencia que sirven
de base para el análisis deben ser presentados a los alumnos con su dimensión
axiomática. El pensamiento debe ser dialéctico. Es por eso necesario que desde el aula
se interpelen dichos esquemas axiomáticos, para que el conocimiento recibido por los
estudiantes realmente sea liberador, y asimismo la tarea docente sea la de un intelectual
transformador de la realidad, para evitar de ese modo que la institución escolar sea una
mera reproductora y legitimadora de las desigualdades existentes en la sociedad.
Todo lo hasta aquí desarrollado hace principalmente referencia al ámbito de la
comprensión intelectual. Es necesario también educar en la comprensión humana
intersubjetiva. Dicha comprensión comporta un conocimiento de sujeto a sujeto.
Comprender incluye necesariamente un proceso de empatía, de identificación y de
proyección. Dicho tipo de educación choca inexorablemente con obstáculos, los cuales de
algún modo son defectos inherentes a la raza humana.
Trabajar la comprensión entre sociedades, conlleva a lograr sociedades más
democráticas. Dice Morín: “la comprensión es a la vez medio y fin de la comunicación
humana. El planeta necesita comprensiones mutuas en todos los sentidos. Dada la
importancia de la educación en la comprensión a todos los niveles educativos y en todas
las edades, el desarrollo de la comprensión necesita una reforma planetaria de las
mentalidades ; esa debe ser la labor de la educación del futuro.”
De esta manera la escuela irá construyendo sujetos a medida que los alumnos
vayan atravesándola. Debemos tener en cuenta que la escuela constituye una estructura
que es habitada por sus alumnos. Éstos modifican la estructura que los contiene, a la vez
que la escuela modifica las propias estructuras internas de los alumnos. En dicho
proceso, se va dando la formación de un sujeto.
En su paso por la escuela, los sujetos van construyendo redes de experiencias, las
cuales a su vez tienen un peso fundamental en la composición de su identidad personal.
La escuela le asigna un lugar al alumno, más allá de lo que el alumno “es”. Pone en
relieve su condición de alumno por sobre el resto de las cualidades del niño. Con lo cual
en un principio, podríamos apuntar que prevalece lo “igual” (que lo empareja con el resto
de sus pares) sobre lo “no-mismo” (cualidades diferenciales que el alumno pueda llegar a
poseer). De esta manera, la escuela le impone al alumno ciertas normas, reglas,
procedimientos. Todos ellos regulan sus libertades. Según Foucault “el sujeto es una
"intersección" entre esta posibilidad general de regulación y las regulaciones que terminan
imponiéndose.”
Por último, el psicoanálisis incorpora un último concepto en esta trama. El “deseo”
provoca que siempre exista algo que se percibe como molestia. Tiene a su vez como
principal característica que siempre se está renovando y reinventando. La satisfacción de
ciertos deseos en las personas sólo logra que se proponga luego otros deseos mayores,
más difíciles de llevar a cabo: la insatisfacción es parte de la condición humana y que la
satisfacción del deseo equivale a la muerte misma.

El rol docente del futuro


La educación es un proceso formativo que, desde sus orígenes ha ido
modificándose y lo seguirá haciendo a lo largo de la historia. Los educadores tienen como
objetivo el aprendizaje significativo por parte del educando. Para lograrlo se debe tener en
cuenta el contexto de los alumnos, ya que en el aula habita una gran diversidad.
Es imperante entonces que se repiense al docente como un actor social
fundamental en la construcción de la sociedad futura. Ello implica abandonar
definitivamente muchas prácticas docentes acuñadas hasta ahora, y cuestionar otras
tantas.
Según Bixio, el habitus que habitan los docentes se ha tornado inhabitable, dado
que las representaciones que lo sostienen han perdido poder preformativo. De esta
manera, los docentes han creado para si mismos una ficción en la cual creen hay una
forma de ejercer el oficio que funciona, cuando a sabiendas no es así.
Es por otra parte cierto que los valores en los cuales se funda la educación no han
variado sustancialmente a lo largo de los siglos. Por nombrar algunos podemos
mencionar la ética, la responsabilidad, la democracia, la solidaridad, la justicia.
Es entonces el desafío poder entender cómo conjugar los valores que rigen a la
educación desde sus inicios con las necesidades de loas alumnos actuales y con la
dimensión utópica de la sociedad que tenemos pensada para las próximas generaciones.

BIBLIOGRAFÍA:
• Giroux, H. “Los profesores como intelectuales. Hacia una pedagogía crítica del
aprendizaje”.
• Manes, F. “La revolución del conocimiento como motor del proyecto Argentino”.
Conferencia.
• Manes, F. “Neurociencia y educación”. Conferencia
• Morín, E. “Los siete saberes necesarios para la educación del futuro”.
• Caruso, M y Dussel, I. “Yo, tu, él: ¿Quién es el sujeto?”
• Bixio, C. “Maestros del Siglo XXI”

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