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IMPUESTOS

Este rubro es bastante complejo, para explicar ampliamente dicho rubro es


importante destacar los aspectos más relevantes que la pandemia de COVID – 19
ocasiono a este sector para posteriormente evaluar la situación en la reapertura
económica tras dicha pandemia.
Como sabemos, la pandemia de COIVID – 19 ha traído problemas económicos
para todos los niveles y estratos sociales en México y en todo el mundo; por
consecuencia esto puede acontecer a la dificultad de que muchos pequeños y
grandes contribuyentes tengan los suficientes recursos para pagar sus impuestos.
“Los impuestos se pagan en relación con los márgenes de utilidad que tienen las
empresas, al no tener las empresas un margen de utilidad o ventas, por ende, no
se está obligado al pago de los gravámenes “, cuenta Guillermo Mendieta
González, integrante de la Comisión Técnica de Auditoría Fiscal del Colegio de
Contadores Públicos de México (CCPM).
Por ende, se puede argumentar que, si no se tienen ingresos, no se esta obligado
al pago de impuestos “Si no hay dinero, aunque yo le quiera aplicar la tasa
impositiva que tú me digas, pues no va a haber un impuesto a pagar”, agrega el
socio de Guillermo Mendieta y Asociados.

Al cierre de 2020, el Servicio de Administración Tributaria (SAT) tiene registrado


más de 79 millones 756 mil contribuyentes, quienes pagan impuesto sobre la
renta, impuesto al valor agregado y otros gravámenes más.

Una caída en la recaudación se refleja en la economía mexicana, ya que el


gobierno de Andrés Manuel López Obrador no tendrá dinero para el gasto
corriente ni el pago de servicios y quizá tendrá pocos recursos para la adquisición
de insumos para enfrentar la pandemia de Covid-19.

Una vez mencionado lo anterior, podemos pasar al enfoque de la reapertura


económica, para ello es necesario conocer a que alude el concepto de “Alivio
fiscal” El alivio fiscal tiene como objetivo reducir la cantidad que un contribuyente
individual o negocio puede deber en impuestos al IRS y, a veces, a las agencias
tributarias locales y estatales. Existen varios enfoques para el alivio fiscal que
pueden ser implementados durante la presentación o como una medida reactiva si
tiene una deuda de impuestos. Las deducciones, créditos, exclusiones y los
programas de alivio de la deuda tributaria del IRS son ejemplos de alivio fiscal. Los
primeros pueden reducir su factura de impuestos antes de recibirla, mientras que
el alivio de la deuda aborda la responsabilidad tributaria después de que su factura
ya haya vencido. Más adelante, veremos cómo funciona cada una de estas
estrategias. Dependiendo de la estrategia de alivio fiscal que esté utilizando, es
posible que pueda hacerlo por su cuenta o prefiera contar con el apoyo de un
profesional de impuestos que lo ayude a navegar a través del proceso.
El alivio fiscal incluyó mayores transferencias a los hogares, y reducción de los
impuestos para las familias y las empresas. Varios países introdujeron programas
de garantía de préstamos y otros tipos de medidas de apoyo extrapresupuestario,
destinadas particularmente a las pequeñas y medianas empresas. Las autoridades
alentaron a los bancos a reprogramar los préstamos con períodos de gracia y
vencimientos más largos de los pagos; algunos países decretaron el aplazamiento
de los pagos.
Los déficits fiscales totales aumentaron en promedio un 5,3% del PIB, del 3,0% en
2019 al 8,3% en 2020. A su vez, se estima que la deuda pública aumentó del 58%
del PIB en 2019 al 72% en 2020, y en un escenario central seguirá aumentando
hasta llegar al 76% hacia 2023. Sin embargo, una recuperación fuerte
acompañada de reformas permitiría que la deuda se estabilice en torno al 72% y
luego comience a bajar. En las economías dependientes del turismo, se estima
que la deuda aumentó del 63% del PIB en 2019 al 80% del PIB en 2020, y en un
escenario central podría aumentar hasta el 87% del PIB hacia 2023. La alta
exposición de los países dependientes del turismo subraya la naturaleza
internacional de esta crisis.

Otro aspecto relevante para tocar es que los países con impuestos altos y un
gasto público elevado se beneficiarían de una mayor eficiencia en los impuestos y
en el gasto. Una mejor focalización de los programas sociales de transferencias, la
equiparación de los salarios públicos con los salarios del sector privado, y una
mejora de las políticas de adquisiciones y contrataciones públicas generaría
ahorros de hasta el 4,4% del PIB al año en promedio, y en algunos países incluso
más. Los países con bajos impuestos tienen opciones para aumentar la
recaudación sin sacrificar el crecimiento. Los mayores ingresos fiscales y los
ahorros en el gasto deberían asignarse a proyectos de inversión bien
seleccionados, con altos beneficios sociales y para el crecimiento.
Debido a los problemas fiscales y a los altos niveles de deuda, la mejora de las
instituciones fiscales debería ser una prioridad de las políticas públicas. Contar
con mejores instituciones aumentaría la credibilidad de la política fiscal y permitiría
a los países implementar planes de ajuste más gradual, acompañados de tasas de
interés más bajas, para asegurar la sostenibilidad de la deuda. La mayoría de los
países mantuvieron el acceso a los mercados financieros durante la COVID; ese
acceso será importante de preservar en los próximos meses para ayudar a
financiar una recuperación más fuerte. Tras la pandemia, a los países les
convendría reconstruir los amortiguadores fiscales, limitar la dolarización, y
asegurar amplias reservas para reducir la volatilidad de los flujos de capitales y
preservar el acceso fluido a los mercados.

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