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El 

combate naval del lago de Maracaibo 

fue un enfrentamiento naval ocurrido el 24 de julio de 1823 entre la escuadra de


la República de Colombia liderada por el almirante neogranadino José Prudencio
Padilla y la escuadra de la Armada del Reino de España dirigida por el capitán de
navío Ángel Laborde y Navarro.

El combate se libró en las aguas del lago de Maracaibo, al oeste de la


actual Venezuela. Resultó en una victoria decisiva para las fuerzas republicanas,
con la captura o destrucción de la casi totalidad de la escuadra española. La
derrota de las fuerzas españolas en el Lago fue seguida por la capitulación y
entrega de la ciudad de Maracaibo, que había sido ocupada por los realistas en
septiembre de 1822 tras la batalla de Salina Rica. Como consecuencia de esta
victoria se consolidó definitivamente la independencia de las antiguas colonias
españolas de la Nueva Granada y Venezuela, agrupadas bajo la denominación
de República de Colombia, quedando como último reducto realista en los
territorios independizados la plaza de Puerto Cabello. En Colombia y Venezuela,
la batalla se conmemora cada 24 de julio como el Día de la Armada Nacional de
Colombia y de la Armada Bolivariana

Después del éxito de la batalla de Garabulla, el 13 de noviembre de 1822, el


dominio del capitán general Francisco Tomás Morales sobre Maracaibo parecía
asegurado. Sus operaciones militares le habían permitido retener Puerto
Cabello, recuperar Coro y animar una rebelión en Santa Marta, aunque había
fracasado en conquistar Valencia. El brigadier Sebastián de La Calzada, su
segundo al mando, trae el 29 de noviembre sesenta oficiales de Puerto Cabello a
Maracaibo (otros trescientos habrían llegado los días anteriores).4

Maracaibo se había mantenido al margen del conflicto hasta ese tiempo, 5 no


sufriendo ataques patriotas a diferencia de otros bastiones realistas como Coro y
Angostura, permitiéndole aportar recursos tributarios al esfuerzo bélico realista.6
Pero la ciudad sí fue afectada indirectamente al no poder exportar su cacao y café
a España y el resto de América.5 Estratégicamente era importante, el año anterior,
gracias al pronunciamiento de unos patriotas locales, la ciudad pasó a la
República y esta pudo aislar por vía terrestre a los bastiones monárquicos de
Riohacha y Santa Marta del de Coro, pudiendo conquistarlos uno por uno.7 Sin
embargo, el puerto sólo cobro verdadero valor militar al final de la guerra, con la
campaña de Morales.8

Cuando quiso conquistar Trujillo y Mérida, el capitán general sufrió un nuevo


revés. Menos de la mitad de sus 1.500 expedicionarios volvieron a Maracaibo.9
Por aquellas fechas, en enero de 1823, José Antonio Páez impuso un bloqueo a
Puerto Cabello aprovechando que la escuadra monárquica estaba en Maracaibo.
Para esto tenía los buques Carabobo con cañones y tripulantes, Mosquito, Zafiro
y María Francisca, pero el 1 de mayo llegó Ángel Laborde y Navarro con una
escuadrilla formada por los navíos Diamante, Casilda, Hiena, Ceres, Constitución
y Jacinta. El español capturó dos corbetas y puso fin al bloqueo. El 27 de abril
Manuel Manrique desembarca en Gibraltar con 1.200 soldados e inicia su marcha
hacia Maracaibo con coordinación con Mariano Montilla, que hace lo mismo
desde Riohacha con 2.500 efectivos a través de la península de la Guajira. El
ejército de Montilla en Riohacha disponía de 4.000 infantes y 300 jinetes pero solo
3.000 estaban disponibles para una campaña.

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