Está en la página 1de 1

Corrección fabulación de dupla

Gabriela Pérez y Mía Mendoza

Yo,Disociación
Me miro en el espejo, empiezo a sentir la música a mi alrededor. Me miró fijamente en el
espejo, analizo cada parte de mi cuerpo, cada detalle y como soy, mi mano toca el espejo y
empiezo a hablar conmigo misma…
¿Quién eres tú? Soy yo.
¿Quién quieres que sea? No sé, soy yo
¿Qué es ser yo? Yo soy, lo que soy
Desde muy pequeña he tenido esto que se llama miedo, no sé exactamente desde cuándo o
por qué empecé a sentir miedo. Viene cuando quiere y se va por las mismas. Mi mayor miedo
es la ansiedad y me debato entre tenerla por siempre o volverme loca o hasta desquiciada.
Varía porque hay veces donde es muy intensa y otras muy leves.

Cuando es intensa para mi y mi cuerpo se vuelve una desesperación enorme y puedo llorar
desconsoladamente, sintiendo que me voy a morir y que el fin está cerca. Todo se vuelve
extraño para mi, cada parte de mi cuerpo, mi nariz me gusta pero me perturba su existencia
en la cara. El solo sentir mis huesos me estresa y me da ansiedad. Hay momentos donde estoy
alegre y feliz, disfruto el momento y pongo mi música favorita. De repente, como si nada
empiezo a escuchar más fuerte los latidos de mi corazón y el ruido en mi cabeza aumenta, no
puedo callar esas voces dentro de mi diciéndome que haga algo o simplemente diciéndome
que soy el ser más despreciable e inútil sobre la tierra.

Estoy harta, todo el tiempo mi cabeza no se calla y me desconozco. Sin embargo, cuando
tengo ataques más leves los manifiesto con tics en mis manos. A mis 18 años me chupo el
dedo gordo y juego con un cayito, me ayuda para sentirme segura y protegida. Por un
momento las voces de mi cabeza hacen silencio, pero empiezo a sentir escalofríos y la
presencia de alguien conmigo creo que me llama de otra dimensión, es aquí donde pienso que
no soy humana o está vida para mi solo es un disfraz.

Mi amigo ha llegado y existe un silencio en mi cabeza y solo estamos él y yo, no lo había


visto nunca pero dentro de mi lo conocía de toda la vida. Me pidió que me quitara el vestido y
aunque me pareció raro aún así lo hice y me quedé en ropa interior, me sentí liberada y no
paraba de reírme con él. Todos los ruidos interiores empezaron a disminuir y me sentía segura
junto con mi amigo, estaba presente en el momento. Todo era extraño pero terminó, como
cuando las funciones terminan, lo mío por ahora y acabo por hoy.

También podría gustarte