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Notas de “Discurso sobre las ciencias y las artes”

de J. J. Rousseau

A lo largo de este Discurso, Rousseau analiza si el establecimiento de las ciencias y las


artes han contribuido a depurar las costumbres del hombre. Esto como una crítica a los
valores culturales de la sociedad del siglo XVIII y a los ideales de los ilustrados.

Rousseau va a examinar si el restablecimiento de las ciencias y las artes han contribuido a


modificar o corromper las costumbres y que partido se debe adoptar ante esta cuestión.
Se dirige al tribunal preguntándoles cómo es que osan condenar las ciencias ante una de
las sociedades más sabias de Europa, ensalzando la ignorancia en una célebre Academia y
conciliar el desprecio por el estudio con el respeto por los verdaderos sabios. El autor dice
defender la virtud ante los hombres virtuosos, no atacar a la Ciencia. Rousseau dice que el
partido en el que se debe de estar es el de la verdad y que la recompensa la encontrará
siempre en el fondo de su corazón.

En la primera parte del libro Rousseau exalta la renovación de su generación en cuestión


de la razón, cómo es que el hombre logra salir de su nada por sus propios esfuerzos
usando la razón; recordando que la Ilustración fue una época donde cada unos de los
autores aportaba además de información filosófica o científica, el hombre alentaba al
hombre a llegar a este grado donde se renovaría la educación, que ayuda a que se pase de
la ignorancia a la vida ilustrada de conocimiento que creará la aparición del “arte de
pensar” haciendo a los hombres mas sociables e inspirando el deseo de agradarse unos a
otros por medio de obras dignas de aprobación mutua, formando un pueblo civilizado.

Rousseau también habla de que el hombre de bien es aquel que desprecia todos los
ornamentos que impedirían el uso de sus fuerzas que normalmente fueron creados para
cubrir las deformidades del hombre. Por esto dice que el hombre de bien debe ser un
atleta que le gusta combatir desnudo. Dejándose ver completamente, siendo transparente.
La naturaleza humana no es buena, pero el conocerse recíprocamente los alejaba de
muchos vicios, dice Rousseau. Me parece muy cierto este fragmento del discurso, ya que
el hombre cuando se examina a si mismo se puede dar cuenta de realmente como es él
como ser humano y su verdadera condición, pero si vemos puro comportamiento exterior
y además, solemos ser hipócritas con nosotros mismos, sería como si siempre
estuviéramos maquillados, mintiéndonos hasta llegar a creer que nuestras mentiras son la
verdad. Pero cuando logramos ser sinceros con nosotros, podemos ver lo positivo que
esta fuera de nosotros, en mi caso, Dios, a quien podemos adoptar para que pueda hacer
el bien en nosotros y como dice, alejarnos de muchos vicios; ya que el bien no se
encuentra en nosotros, sino se alcanza a través de desmaquillarnos o estar desnudos
siendo humildes primeramente ante Dios, nosotros y el mundo.
Rousseau dice que como esto ya pasó, y el mundo no se pone a pensar en esto, no
existen las verdaderas amistades, ni la estimación real, ni a confianza fundada, porque
detrás de esto, en realidad hay sospechas, recelos, temores, frialdad, reserva, odio y
traición. Sobre todo olvidándose del Creador y blasfemando contra El. Lo que
precisamente nos lleva a que si Dios es lo único bueno, si se deja a Dios, no queda nada
que esperar del hombre, excepto al que llama el vestido del ropaje de la virtud. La virtud
solo es de Dios, así que los que Dios vista, serán virtuosos y podrán hacer el bien, pero no
de ellos, sino por Dios mismo.

Rousseau también explica que nuestras almas se han corrompido, la depravación real, a
medida que nuestras ciencias y artes han avanzado hacia la perfección, pero dice que esto
no es una desgracia porque los males causados por nuestra vana curiosidad son antiguos
como el mundo. En el inicio de las Letras, no se había llegado a la corrupción del corazón
de sus habitantes, pero el progreso de las artes, la disolución de las costumbres antiguas
para seguir otras como la de Grecia, corrompió. Dice el autor, Roma antes fue templo de
la virtud para que después se convirtiese en teatro de crimen, oprobios de naciones y
juguete de bárbaros. Viene la caída de Constantinopla, siendo la fuente pura para emanar
las luces. Menciona que hay pueblos que se preservaron del contagio de conocimientos
vanos, labrando su felicidad y dando ejemplo a otras naciones por sus virtudes.

Menciona también en una parte que el mismo se preguntó si prefería ser como un artista
o poeta que se creen los hombres mas sabios o ser solo lo que él es, y el dice contestarse
a el y a Dios que quiere permanecer siendo lo que es; los sofistas, poetas y oradores creen
saber algo pero no saben la verdad, ni el la sabe pero dice al menos no dudar eso, sino
esta bien convencido de lo que no sabe. Rousseau cataloga a Sócrates como virtuoso por
elogiar a la ignorancia. Aunque quiero yo insistir en que sólo Dios puede saber quienes
son hombres virtuosos, recuerdo haber leído a Sócrates hablando cosas casi Bíblicas, pero
siempre ocurre algo como con todos los autores filosóficos que le dan su dosis de “razón”
a sus obras, haciéndolas parte del lado que Rousseau insinúa no estar.

Para cerrar esta parte, Rousseau escribe “los hombre son perversos, pero serían peores
aún si hubiesen tenido la desgracia de nacer sabios”. Esto es real, si fuéramos sabios
innatamente, creceríamos siendo seres increíblemente egoístas y vanagloriosos.

En la segunda parte del discurso, dice que el inventor de las ciencias fue un dios enemigo
de la tranquilidad de los hombres. Dice, “la astronomía nació de la superstición, la
elocuencia de la ambición, del odio, de la lisonja, de la mentira… y aún la moral misma
fue hija del orgullo humano. Las ciencias y las artes han sido engendradas de nuestros
vicios” Todo origen es imperfecto, eso lo vuelve malo y al final de cuentas, el propósito o
fin de estas se demuestra al reflexionar lo que Rousseau dice, por ejemplo, ¿Qué sería de
la historia sin las guerras, tiranos o conspiradores? ¿De que nos servirían las artes sin el
lujo que las sustenta?. Siendo de fuente “mala” cuantos peligros hay en la investigación de
las ciencias y todos los errores y combinaciones; solo la verdad se manifiesta de una
misma manera.

Rousseau pregunta que pasaría si nunca nos hubieran enseñado estos conocimientos,
¿seríamos menos florecientes, mas perversos, menos temibles, peor gobernados?. Yo creo
que las artes y las ciencias no son malas, solo que hay variedad de ellas, unas que dañan y
otras que avivan. El autor dice en otro fragmento que los antiguos políticos hablaban sin
cesar de las costumbres y de la virtud y que en su época ya solo se hablaba de comercio y
dinero.

Dice “el estudio de las ciencias tiende más bien a corromper y a afeminar el valor, que a
sustentarlo y a aguijonearlo”. El arte y la ciencia se usaban para distraer al hombre de lo
militar, eran parte de una estrategia de entretenimiento del pueblo. El cultivo de las
ciencias termina siendo un obstáculo a las cualidades guerreras, pero aún más a las
cualidades morales. El arte provoca que antes que aprendamos a leer tengamos modelos a
los ojos de malas acciones. Los libros se buscan por lo bien escritos, no por su utilidad. El
hombre es lo que estudió (físicos, químicos, músicos, poetas, etc.) ya no hay ciudadanos,
pues los que quedan son despreciados.

Sugiere que las sociedades para honrar el mérito literario deberían hacer una selección de
temas a propósito de reanimar el amor a la virtud en el corazón de los ciudadanos, pues
esto hace que las sociedades sean sabias y se dediquen a derramar luces agradables e
instrucciones saludables. Si se exhala la corrupción de las costumbres del siglo y se
transmite la historia fiel del progreso y de las ventajas de nuestras ciencias y de nuestras
artes, probablemente volverían a Dios Todopoderoso, levantando sus manos y diciendo en
amargura “tu tienes en tus manos los espíritus, líbranos de las luces y de las funestas
artes de nuestros padres y otórganos de nuevo la ignorancia, la inocencia y la indigencia,
únicos bienes que pueden hacer nuestra felicidad y los únicos meritorios ante ti” dice
Rousseau Al reducido grupo que se encarga del buen uso y estudio de las ciencias y las
artes les corresponde elevar monumentos a la gloria del espíritu humano, se tiene que
renunciar al antiguo prejuicio inventado por el orgullo de los grandes, contribuyendo al
bienestar de los pueblos y solo así se podrá ver lo que pueden hacer la virtud, la ciencia y
la autoridad animada por una noble emulación y trabajando de consuno por la felicidad
del género humano. Y dice que mientras la autoridad permanezca aislada de un lado y las
luces y las ciencias del otro, los sabios no podrán concebir grandes cosas, los príncipes no
ejecutaran bien y los pueblos seguirán siendo corrompidos y desgraciados. Y los dice a los
hombres no dotados de grandes talentos que no busquemos la felicidad en la opinión de
otros si podemos encontrarla en nosotros mismos, dejando a otros el cuidado de instruir
y nosotros cumpliendo bien los nuestros.

Concluye Rousseau diciendo que basta con escuchar la voz de la conciencia y


reencontrarse en sí mismo para hallar la verdadera filosofía sin envidiar la gloria de los
hombres celebres que se inmortalizan con las letras, tratando de colocar en medio esta
distinción de que uno sabe bien decir y el otro bien hacer.

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