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Universidad de los Andes

Facultad de Ingeniería 
Escuela de Ingeniería Mecánica

Energía y transporte

  Integrantes:                  


   Profesor:   
• Rafael santos •  Hornero Jose  
Energía.
En determinadas condiciones, los cuerpos (objetos, plantas, animales o personas)
poseen energía.

La energía se puede entender como la posibilidad que tiene un cuerpo de producir


algún cambio, acción o efecto en sí mismo o sobre otro cuerpo. Tales cambios
pueden ser movimiento, calentamiento, o alteraciones en el estado de dichos
cuerpos.
La energía interviene en todos los cambios que ocurren en el Universo, y se
precisa para calentar, iluminar, deformar, mover, y para que la vida sea posible.

Se llama energía a la capacidad que tiene un cuerpo de producir algún tipo de


cambio en sí mismo o en otro cuerpo.

Por tanto, los cuerpos poseen energía, y dicha energía les permitiría ser capaces
de producir cambios o efectos en sí mismos o en otros cuerpos. Ahora bien, para
desencadenar ese cambio, la energía que acumula un cuerpo debe ser liberada, o
transferida a otro cuerpo.

2. FORMAS DE ENERGÍA.

Como ya se ha estudiado antes, los cuerpos poseen energía. Ahora bien, la


energía que contienen los cuerpos puede manifestarse de formas muy diversas.
Por ejemplo, la energía que posee una pila no será del mismo tipo que la energía
que posee una hoguera.
Algunas de las formas de la energía más sencillas son las siguientes:

1) Energía mecánica. (Em)


Se trata de la energía que poseen los cuerpos debido a su posición y/o a su
movimiento. Tiene dos componentes:
 Energía cinética (Ec): es la energía que posee un cuerpo por el hecho de estar
en movimiento. Depende de la masa (m) y la velocidad (v) a la que se desplace el
cuerpo:

Ec = 1/2 · m · v2 3
Energía potencial (Ep): Es la energía de un cuerpo debido a su posición dentro de
un campo de fuerzas determinado. En el caso del campo gravitatorio terrestre,
sería la energía de un cuerpo debido a la altura h en la que se encuentre:

Ep = m · g · h
Se cumple que la energía mecánica es la suma de la energía cinética más la
energía potencial:
Em = Ec + Ep

2) Energía térmica o calorífica.

Se trata de la energía presente en un cuerpo debido a su temperatura. La energía


térmica se debe al movimiento vibratorio de las partículas que forman la materia (a
mayor temperatura, las partículas que forman el cuerpo se mueven (o vibran) con
mayor velocidad, por lo que tendrán más energía).
La energía térmica se transfiere de un cuerpo que está a mayor temperatura a un
cuerpo que está a menor temperatura, en forma de calor. Existen tres formas de
transferencia del calor entre los cuerpos: conducción, convección y radiación.
3) Energía química.

Es la energía almacenada en los enlaces químicos que mantienen unidos los


átomos y moléculas de la materia. Dicha energía se libera al reaccionar dos o más
productos químicos para formar otro distinto.
Algunos ejemplos: digestión de los alimentos por parte de los seres vivos,
combustión del carbón, petróleo, gas, o madera, utilización de pilas y baterías en
circuitos eléctricos, etc.

4) Energía nuclear.

Se trata de la energía presente en los núcleos de los átomos de la materia. Se


puede liberar mediante las reacciones nucleares de fisión (ruptura de núcleos) y
fusión (unión de núcleos).
Actualmente sólo se aprovecha la energía atómica por fusión de núcleos de uranio
en las centrales atómicas.
5) Energía radiante o electromagnética.

Es la energía presente en las ondas electromagnéticas y las radiaciones (luz,


ondas de radio, rayos-X, microondas, infrarrojos, ultravioleta, etc.). La
característica principal de esta energía es que se puede propagar en el vacío, sin
necesidad de soporte material alguno. Un caso particular es la energía luminosa,
que es la energía contenida en la luz solar.

6) Energía eléctrica.

Energía asociada a la corriente eléctrica (cargas eléctricas en movimiento). Se


trata de la forma de energía más versátil, ya que se puede transformar en otras
formas de energía muy fácilmente.
3. TRANSFORMACIONES DE ENERGÍA.

Los cuerpos poseen energía en formas muy diversas. Pues bien, la energía se
encuentra en constante transformación. Todas las formas de energía son
convertibles, pasando de unas a otras.

Ejemplos:
Al arder la madera, la energía química de la misma se transforma en térmica y
luminosa.

Al girar las aspas de un aerogenerador, la energía mecánica del viento se


transforma en energía eléctrica.

3.1.- PRINCIPIO DE CONSERVACIÓN DE LA ENERGÍA.

La energía fluye entre los cuerpos transformándose de una forma en otra,


transfiriéndose de un cuerpo a otro, generando cambios en los cuerpos, etc. Ahora
bien, en las sucesivas transformaciones energéticas, la energía no se agota. La
energía total permanece constante; es decir, la energía es la misma antes y
después de cada transformación.

A esta idea se le llama principio de conservación de la energía, y dice que “la


energía ni se crea ni se destruye, sólo se transforma”.

3.2.- DEGRADACIÓN DE LA ENERGÍA.


La energía se puede transformar de unas formas en otras, sin que ello suponga
que la energía se agote o se destruya. Sin embargo, en estas transformaciones la
energía se degrada, pierde calidad.

En toda transformación parte de la energía se convierte en calor, que es una


forma de energía de menor calidad, menos aprovechable, porque no se puede
transformar en otras formas de energía fácilmente. Se dice entonces que el calor,
que se genera en toda transformación como un residuo, es una forma degradada
de energía.

Ejemplos:

Parte de la energía eléctrica se pierde en forma de calor, al pasar por una


resistencia.

La energía mecánica se degrada en forma de calor, por choque o rozamiento.

En una locomotora de vapor, del 100% de la energía química presente en el


carbón que se quema en la caldera, sólo el 8% se transforma en energía
mecánica (movimiento de las ruedas). El resto de energía se pierde en forma de
calor, y no se aprovecha.
4. FUENTES DE ENERGÍA.

Una fuente de energía es todo aquel material o fenómeno de la naturaleza a partir


del cual se puede obtener energía útil para ser aprovechada.

Las distintas fuentes de energía se agrupan principalmente en dos tipos,


dependiendo de su posibilidad de regeneración:

1) Fuentes de energía renovables: Son las fuentes de energía que se


regeneran a un ritmo igual o mayor al que se consumen.

2) Fuentes de energía no renovables: Se consumen a un ritmo más elevado al


que se producen, y terminarán agotándose.

También se pueden diferenciar en función del impacto ambiental que generen:

 Fuentes de energía limpias.


 Fuentes de energía contaminantes.

Otra clasificación se hace en función de su grado de desarrollo en la sociedad:

a) Fuentes convencionales: son las que llevan más tiempo explotándose, las
“tradicionales” (carbón, petróleo, gas, energía nuclear y energía hidráulica).

b) Fuentes alternativas: son las que aún están en estudio y desarrollo, por lo que
su capacidad energética aún no es demasiado alta (energía eólica, solar,
geotérmica, etc.)
Las principales fuentes de energía utilizadas actualmente por el ser humano son:
combustibles fósiles (carbón, petróleo, gas natural), combustibles nucleares
(uranio, plutonio, etc.), saltos de agua (cascadas, presas, etc.), viento, sol,
mareas, olas del mar, biomasa, biocombustibles, calor de la corteza terrestre,
residuos sólidos urbanos (RSU), etc.

El desplazamiento de una masa (que puede corresponder a una persona o a una


cosa) desde un lugar a otro requiere la realización de un trabajo, y por ello, la
aportación de energía es sustancial a todo proceso de movimiento. Cuando una
persona se mueve andando, corriendo o a lomos de un animal, o cuando una cosa
es transportada por una persona o arrastrada por animales, o en un vehículo
movido por ellos, se emplea el llamado “motor de sangre”: la energía procede de
los alimentos que la persona o animal han ingerido y que eventualmente han
podido acumular en su organismo.

En el proceso, además, se genera dióxido de carbono (CO2), por lo que este tipo
de movimiento no es sustancialmente diferente del producido por otro tipo de
motor. Sin embargo, el transporte que se realiza con el “motor de sangre” no es
considerado a los efectos de análisis de la energía consumida en el transporte

El automóvil es una pieza clave en nuestra sociedad actual. Nos permite


desplazarnos por cualquier rincón del mundo gracias su gran infraestructura y con
total flexibilidad e independencia. Sin embargo, es uno de los sumideros de
energía más grandes que nos  podemos encontrar en nuestro día a día.
En este artículo se pretende mostrar cuales son las principales causas del
consumo energético de los automóviles, que parámetros están influyendo en ellas
y como optimizarlos.

Para ello, vamos a considerar al automóvil idealizado, como una forma estructural
con ruedas que debe moverse, acelerar y frenar sobre un pavimento y estar
sometido a las condiciones ambientales de la atmósfera. De esta forma
conoceremos los datos de la energía neta que requiere para funcionar. A partir de
los resultados obtenidos y del rendimiento del vehículo podremos conocer el
consumo

En la figura superior se muestra el flujo de energía básico en cualquier vehículo.


La función del mismo es transformar la energía que le aportas en energía
mecánica de rotación en sus ruedas motrices. Su rendimiento será el porcentaje
de energía que se logra en esa transformación. Así, un vehículo eléctrico puede
tener un rendimiento en torno al 90%, mientras que uno de gasolina tendría en
torno a un 25-30%; sí, de toda la energía que pagas el 70-75% ni llega a las
ruedas.
En este artículo obviaremos todas las transformaciones y transmisiones
energéticas internas del vehículo y nos centramos en la energía neta que requiere
para desplazarse y funcionar.

Las principales causas físicas de que un vehículo necesite energía para su


funcionamiento son las siguientes:

 Acelerar su propia masa y la de su carga.


 Ascender los desniveles del terreno.
 Vencer la resistencia de rodadura.
 Vencer la resistencia del aire.
Comencemos con la característica más básica para conseguir un vehículo
funcional, esta es, obviamente, ser capaz de acelerar.

Para acelerar nuestro vehículo necesitamos una fuerza que venza la Primera Ley
de Newton o ley de la inercia.
Todo cuerpo persevera en su estado de reposo o movimiento uniforme y rectilíneo
a no ser que sea obligado a cambiar su estado por fuerzas impresas sobre él.

Desde el punto de vista energético para acelerar el vehículo es necesario aportar


una energía de acuerdo a la expresión de la energía cinética.

Energía cinética de traslación, Ec[J]:

Ec = ½ · m · v²

m [kg]: masa total del vehículo.

v [m/s]: velocidad del vehículo.

Además, debido a que las ruedas realizan un movimiento de rotación es necesario


incluir la energía cinética rotacional correspondiente a las mismas.

Energía cinética rotacional, Ecr [J]:

Ecr = ½ · I · ω²

I [kg·m²]: momento de inercia de las ruedas.

ω [rad/s]: velocidad de rotación de las ruedas.

La velocidad de rotación puede obtenerse a partir de la velocidad de traslación y el


radio de las ruedas según:
v=ω·R

V [m/s]: velocidad lineal del vehiculo.

ω [rad/s]: velocidad de rotación de las ruedas.

R [m]: radio de las ruedas.

El momento de inercia que aparece en la expresión de la energía cinética de


rotación desempeña un papel análogo a la masa en el caso de movimiento
traslacional. Es posible aproximar el momento de inercia de las ruedas
considerándolas como cilindros huecos, a través de la siguiente expresión:

Momento de inercia de un cilindro hueco, I [kg·m²]:

I = M · R²

M [kg]: masa de la ruedas

R [m]: radio de la rueda

Así, para obtener la energía total necesaria para acelerar el vehículo desde una
velocidad inicial ‘vi’ a una velocidad final ‘vf’ se procede de la siguiente forma.

Ec = ½ · m*(vf² - vi²) + ½ · I · (ωf² - ωi²)


En el siguiente gráfico se muestran los resultados de la energía necesaria para
acelerar vehículos de diferentes masas desde parado hasta distintas velocidades
finales.

Como indica la expresión de la energía cinética, se aprecia como la energía


necesaria para acelerar el vehículo aumenta con el cuadrado de la velocidad, así,
para acelerar desde parado hasta 100 km/h se necesita 4 veces más energía que
para acelerar hasta los 50 km/h. Sin embargo, la velocidad es lo que buscamos
para transportarnos, así que, tendremos que aceptar este hecho y buscar otras
alternativas para optimizar este gasto energético.

El factor o parámetro más influyente en el consumo de energía a la hora de


acelerar nuestro vehículo es la masa total del mismo, que influye de forma
directamente proporcional, lo cual quiere decir que si reducimos la masa a la
mitad, la energía necesaria para acelerarlo también se reducirá a la mitad.

El consumo de energía debido a la aceleración del vehículo es el tipo de consumo


más influyente en entornos urbanos, donde hay que frenar y acelerar
constantemente debido a semáforos, pasos de peatones, ceda el paso, stop,
intersecciones y condiciones del tráfico. La siguiente gráfica representa la
evolución de la velocidad a lo largo del tiempo en un recorrido urbano real en
coche registrado mediante GPS.

Energía necesaria para superar los desniveles del terreno.


De nuevo, al igual que en el apartado anterior el factor más influyente es el peso
total del vehículo, que influye de manera directamente proporcional en el gasto de
energía necesaria para vencer el desnivel acumulado.

La aceleración de la gravedad (9,81 m/s²) viene impuesta por la masa de la tierra y


el desnivel acumulado, aunque puede reducirse mediante infraestructuras, como
túneles y viaductos, también nos viene impuesto por la orografía del trayecto.
En la siguiente gráfica se muestra la energía necesaria para vencer un desnivel
acumulado para varios casos de masas totales:

Al igual que el apartado anterior, en función de lo que deseemos transportar y del


vehículo utilizado el rendimiento del proceso puede llegar a ser muy bajo.

En las carreteras, la pendiente se cuantifica mediante la tangente del ángulo que


forma la misma con respecto a la horizontal. Normalmente se expresa en forma de
porcentaje, como aparece en la siguiente ilustración.
Para calcular la el gasto de energía al recorrer una pendiente y la potencia
necesaria para superarla se puede proceder de dos formas diferentes:

Mediante equilibrio de fuerzas. La componente del peso que se opone al


movimiento del vehículo es igual a la fuerza que se debe ejercer para vencer la
pendiente con velocidad constante. La potencia que dicha fuerza esta ejerciendo
es igual al producto de dicha componente por la velocidad del vehículo. La energía
consumida es igual a la potencia por el tiempo transcurrido, o, el producto de dicha
fuerza por la distancia recorrida.

Fuerza: F = m · g · sen (arctan ('Pendiente'))

Potencia: P = m · g · v · sen (arctan ('Pendiente'))

Energía: E = m · g · d · sen (arctan ('Pendiente'))

Mediante energía. La derivada temporal de la variación de energía potencial es la


potencia que se desarrolla para vencer la pendiente. A partir de esta potencia se
puede obtener, como en el punto anterior, la energía consumida.

Potencia: ∂Ep / ∂t = ∂(m * g * Δh) / ∂t = m * g * Vy =


m * g * v * sen (arctan ('Pendiente'))

En la siguiente gráfica, también para el caso del vehículo de 1366 kg, se muestra
como varía la potencia necesaria para ascender a velocidad constante un desnivel
en función de la pendiente y la velocidad.

En el caso en que la pendiente sea descendente, la componente de la fuerza


debida al peso del vehículo en la dirección del movimiento irá a favor del
movimiento del mismo, tratando de acelerarlo.

Una forma de optimizar el gasto de energía debida a los desniveles del terreno es,
al igual que en el apartado anterior, utilizando un sistema de recuperación de
energía. En este caso, la energía que se aporta al vehículo al superar una
pendiente ascendente se puede transformar de nuevo en energía útil en una
pendiente descendente. En vehículos híbridos y eléctricos, como hemos visto, se
usa el motor eléctrico como generador en los descensos y la batería para
almacenar la energía recuperada para su uso posterior.

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