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SOBRE EL
CÓLERA EPIDÉMICO
Y
DEMOSTRACIÓN PRACTICA
DE LA SUPERIORIDAD DE LA HOMEOPATÍA
EN EL TRATAMIENTO DE ESTA AFECCIÓN
poi-
— —
MADRID :
IMPRENTA dt D. JOSÉ TRUJILLO, HIJO, MINISTERIOS, 3 .
1854.
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DEMOSTRACIÓN PRACTICA
D E LA S U P E R I O R I D A D D E LA H O M E O P A T Í A
Por
D O N P I Ó H E R N Á N D E Z ¥ ESPESO,
MÉDICO HOMEÓPATA, REDACTOR CONSTANTE DE LA GACETA HOMEOPÁTICA.
Y CATEDRÁTICO DE HOMEOPATÍA EN EL INSTITUTO ESPAÑOL
Y ATENEO, ETC., ETC..
MADRID:
IMPRENTA DE DON JOSÉ TRÜJILLO, HIJO,
plaza de los Ministerios, 3 .
1854.
INTRODUCCIÓN
Pon deber y gratitud vuelvo á llamar la atención general para p r o -
clamar la verdad (le la doctrina homeopática , si bien circunscrita ahora
á los estrechos limites de un breve y sucinto examen de una enfermedad
determinada.
En circunstancias tan críticas para la salud pública como las que nos
rodean; cuando el azote epidémico esta sembrando el luto y consterna-
ción en varios puntos de la península, y cuando la duda en la elección
de los medios curativos mas eficaces contrista el ánimo, juzgo un deber
en todo homeópata de buena fe, ilustrar la opinión estraviada con los
exagerados temores que sobre la epidemia se abrigan, y devolver en
gran parte la tranquilidad, esponiendo los eficacísimos recursos con que
cuenta la doctrina de Hahnemann para combatir la grave dolencia de
que voy á ocuparme; recursos superiores sin género d e duda á los tan
numerosos como contradictorios de que se ha valido hasta ahora m m e -
dicina alopática.
Instado ademas por muchísimas personas que me honran con su
amistad y me dispensan años há su confianza para el tratamiento de sus
dolencias, á fin de que les dé por escrito una instrucción clara y sucin-
ta sobre las prescripciones y preceptos á que han de atenerse en el caso
probable de que la epidemia invada esta Capital, me ha parecido corres-
ponder mejor á las reiteradas pruebas de afecto y estimación componien-
do un tratadito que llene sus deseos, y sirva también de medio de propa-
gación de la doctrina homeopática,
Es una verdad reconocida entre los profesores imparciales que la
alopatía ha sido poco eficaz en el tratamiento de la epidemia colérica.
Si á esta consideración se agrega la de que en el caso de invasión la
asistencia facultativa no podria ser tan asidua y esmerada como exige la
dolencia y que muchas personas se hallarán distantes por el punto de su
residencia para recibir con oportunidad los auxilios convenientes, se con-
vendrá en la utilidad que ha de reportar tener á la vista una instrucción
concisa y clara del modo y forma en que se deben usar los medicamentos
que la homeopatía recomienda.
Últimamente, la prensa política ha preconizado con mas ó menos
entusiasmo ciertos medios reputados por específicos, y como desgraciada-
mente no conoce la ciencia medicamento alguno que tenga tal carácter
en el sentido al menos en que se les ha preconizado, natural parece se
den esplicaciones cumplidas á fin de que no recaiga sobre la ciencia el
descrédito consiguiente por la observación mal apreciada quizá de indi-
vidualidades aisladas, sin vínculo que las enlace y sin ley general que
presida á su producción.
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DESCRIPCIÓN DEL CÓLERA EPIDÉMICO, y ESPOSICION SUCINTA DE LOS MÉTODOS
PREVENTIVO Y CURATIVO QUE POSEE LA HOMEOPATÍA.
Imposible seria, en atención á los estrechos limites que me he pro-
puesto dar á este trabajo , entrar á dilucidar puntos que por mucho inte-
rés que inspiren, poco ó nada inihiyen en lo mas esencial de la enfer-
medad, que es reducir su desarrollo'al menor número de individuos po-
sible , y curarla cuando se ha desenvuelto del modo mas pronto y seguro.
En esta atención describiré clara y sucintamente la enfermedad por
sus síntomas, marcha, etc., para que"se puedan aplicar con oportunidad
los medicamentos que se propongan.
Pero antes de empezar la esposicion detallada de los periodos diferen-
tes del mal y las formas especiales de algunos de estos , consagraré unas
líneas á la apreciación de las causas ocasionales mas notables, ya que no
sea dable decir nada formal sobre las directas, acerca de las que, solo
existen congeturas, dudas y opiniones contradictorias.
Sabido es con que facilidad los desvíos de un buen régimen dan lugar
á alteraciones é indisposiciones determinadas; indisposiciones que por li-
geras é insignificantes que sean y por mas que muchas veces se las mire
con indiferencia adquieren en la actualidad un valor real y positivo, por
dar ocasión á que descompuesta la máquina y alterada la"salud, tenga
fácil entrada la acción del miasma colérico.
Si pues no hay sexo, edad, ni condición orgánica alguna que tenga
elementos suficientes para impedir la acción deletérea del miasma p r o -
ductor de la afección epidémica, es lógico convenir en la necesidad de
evitar todas las ocasiones posibles que puedan dar lugar al desenvolvi-
miento del mal, y prevenir toda causa que turbando el equilibrio funcio-
nal, coloque al individuo en una escala de mayor probabilidad para con-
traer la misma afección de la que se quiere sustraer.
Consignados están en la historia de la epidemia del cólera los funestos
estragos que ha producido el abuso de la venus, la embriaguez y el uso
empírico y rutinario de purgantes, fundado en la mayoría de casos en
tina tradición errónea y mal apreciada. Igualmente consta la sin razón
con que proceden los que prevalidos de la costumbre, siguen haciendo
uso de sustancias muy poco alimenticias ó refractarías á la acción del
estómago, porque si en el orden normal, ó cuando no existe constitución
epidémica, sus efectos son nulos ó se concretan á irritaciones comunes
mas ó menos pronunciadas, no sucede lo mismo cuando reina una enfer-
medad que como el cólera elige por punto de espresion el estómago é
intestinos en los que desarrolla una irritación especial caracterizada por
vómitos, diarrea y otros síntomas.
¿Comprenderá ahora el lector porqué da hoy la ciencia tanto valor á
las mas pequeñas alteraciones producidas generalmente por la intempe-
rancia en el régimen ó el desbordamiento de las pasiones? ¿Se con-
vencerá el público de que el rigorismo que la ciencia aconseja siempre y
en la actualidad con mas motivo, no es en vano temor, y si la necesi-
dad en que está el médico de que se eviten las causas ocasionales que
indudablemente favorecen el desarrollo de la afección?
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Entre las muchas descripciones del cólera que poseo, he meditado bas"
tante para elegir la mas conveniente, pues unas son demasiado científicas
para profanos, y otras pecan de difusas, por cuya razón me he visto
en la precisión de formar un cuadro que llene el objeto que me he pro-
puesto. "
No se distinguen periodos marcados en esta enfermedad y aun cuan-
do existiesen no tendrían mucho valor práctico, por lo menos en los casos
peligrosos; sin embargo como todos los autores los admiten, lo haré yo
igualmente no solo por imitarles, sino porque en muchos enfermos se pre-
sentan y porque afortunadamente en el cólera actual se ha observado que
los casos agudísimos ó fulminantes son poquísimo frecuentes, relativa-
mente á ló que sucedió eu las dos invasiones anteriores.
Se ha convenido en llamar colerina á la diarrea que precede al cóle-
ra. La forma que voy á describir, no es un mero preludio, sino la mis-
ma enfermedad bajo el aspecto menos grave, es en fin, el cólera morbo
epidémico.
Aunque para este periodo de la enfermedad se han reconocido hasta
seis formas distintas; trazaré un cuadro general que comprenda lo nías
característico y esencial, y cuando entre en el tratamiento, marcaré los
síntomas que requiere cada medicamento.
COLERINA.
CÓLERA CONFIRMADO.
viscosa y tria, y la de las manos y pies está arrugada como en las lavan-
deras, y su color azulado ó lívido" se estiende por todas partes. Dolor y
ardor en el estómago, sed inestinguible, deseo violento de bebidas Mas,
heladas; náuseas, vómitos, deposiciones bruscas y copiosas, acuosas,
serosas ó parecidas al cocimiento de arroz (características del cólera),
mezcladas ó no con copos albuminosos; otras veces son turbias, grises ó
verdosas.
Falta de liebre, pulso pequeño, nervioso, irregular; los latidos del
corazón son poco perceptibles y las orinas se suprimen ó quedan estan-
cadas en la vegiga, por cuya razón se la observará con detención á iin de
sondar al enfermo sino orinase naturalmente. Los calambres recorren en
pocos instantes las estremidades, vientre y pecho, y los cuales son cló-
nicos ó tónicos (1).
El enfermo es indiferente á todo, quiere que se le deje tranquilo y
hay grande debilidad y aniquilamiento.
El cólera empieza ordinariamente por la colerina, aunque también
invade súbitamente. o los síntomas prodromicos son de muy corta du-
ración.
PERIODO DE REACCIÓN.
MlÍTODO PRESERVATIVO.
MÉTODO CURATIVO.
COLERINA.
PERIODO DE REACCIÓN.
Uno de los síntomas molestos del cólera son los calambres, los cuales
suelen á veces resistirse tenazmente. En este caso, y cuando los medica-
mentos homeopáticos no los hayan combatido quedando en cierto modo
aislados y ya sin peligro, pueden usarse los anillos de cobre, abrazando
holgadamente los puntos de donde partan, y á los cuales sean aplicables
como sucede en las estremidades.
CONCLUSIÓN.
Manzanilla. i
lleleboro. '
Cobre. i
lleleboro. >6. un trascrito de la misma dilución.
a
Arsénico. \
NOTA IMPORTANTE.