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SERIE: Hábitos Que Prosperarán Tu Vida

TEXTO: Lucas 10:38-42

1. INTRODUCCIÓN:

Si hoy yo preguntara: Qué es importante para tí? Quizás tus respuestas estarían en el orden de: mi
familia, mi salud, Dios, la Iglesia, mi trabajo, mis relaciones, etc. Y si te preguntara: Qué es urgente para
tí? Quizás me dirías: la comida, la ropa, la salud, etc.

Marta y María son el ejemplo máximo del tercer hábito que prosperará tu vida en este año 2022. Ya que
en esta tercera clase aprenderemos mejor el significado de las palabras: urgente e importante. Porque
las bendiciones de Dios no se alcanzan por casualidad o coincidencias sino porque se requiere un
propósito, una misión, un claro sentido de dirección y valor establecido por el segundo hábito (tener un
fin/propósito ven mente: ser de influencia), es un ardiente «¡Sí!» interior que hace posiblemente decir
«No» a otras cosas. Es decidirnos a ir por las recompensas de Dios en lugar de esperar por Sus regalos.
Al salir de Egipto, Israel estuvo 40 años en el desierto viviendo de regalos de Dios (maná del cielo, agua
de las piedras, codornices que Dios mandaba, etc), lo tenían todo! Pero cuando cruzan el Jordan todo
cambia; a partir de allí, bajo la dirección de Josué, Dios les dice: "Todo lo que puse la planta de tu pie
será tuyo" (Josué 1:3). Es decir que tu pie determina tu bendición; es esforzarse, es no desmayar, es ser
valiente (Josué 1:9). Pero para ello debemos aprender a separar y distinguir entre lo que es urgente y lo
que es importante

2. URGENTE E IMPORTANTE

Cómo definimos una actividad determinada? Los dos factores que definen una actividad son urgente e
importante. Urgente significa que se necesita una atención inmediata, «¡ahora!». Las cosas urgentes
actúan sobre nosotros. El timbre del teléfono es urgente. La mayoría de las personas no soportan ni
siquiera el pensamiento de dejar que suene.

Uno puede pasar horas preparando materiales, vestirse y trasladarse a la oficina de alguien para
examinar una cuestión determinada, pero si mientras estamos allí suena el teléfono, tendrá preferencia
sobre nuestra visita personal. Cuando es uno quien llama, por lo general no nos contestan «Voy a colgar
y te llamo en quince minutos».

Pero son esas mismas personas, que por teléfono nos atienden de inmediato, las que pueden dejarnos
esperando en una oficina, por lo menos durante ese mismo lapso, mientras terminan una conversación
telefónica con algún otro.
Las materias urgentes son por lo general muy visibles. Nos presionan; reclaman acción y atención. A
menudo complacen a otros. Por lo general las tenemos ante nuestras propias narices (Lucas 10:40).
¡Pero con la misma frecuencia carecen de importancia!
La importancia, por otra parte, tiene que ver con los resultados. Si algo es importante, realiza una
aportación a nuestra misión, a nuestros valores, a nuestras metas de alta prioridad (Lucas 10:41-42).

Ante las materias urgentes, reaccionamos (reactividad). Las cuestiones importantes que no son
urgentes requieren más iniciativa, (más proactividad). Tenemos que actuar para no dejar pasar la
oportunidad, para hacer que las cosas ocurran. Si no practicamos el segundo hábito, si no tenemos una
idea clara de lo que es importante, de los resultados que deseamos obtener en nuestras vidas, con
facilidad nos veremos desviados hacia la respuesta ante lo urgente.

3. ESTABLECE PRIMERO LO PRIMERO

Las cosas realmente importantes son las que añaden valor y bendición a nuestras vidas; y entre cultivar
nuestras relaciones como matrimonio, con los amigos, familiares, etc, nuestra relación más
IMPORTANTE debe ser nuestra relación con Dios (Mateo 6:33 en tres versiones).

En nuestra vida debemos aprender a establecer prioridades. En el trabajo a veces surgen situaciones
que se deben resolver de forma urgente, pero es fundamental saber qué cuestiones ameritan más
atención y prioridad. Y en este punto es necesario aprender a decir SI o NO cuando es debido (Mateo
5:37 TLA). Yo tomé el consejo de una hermana que en una ocasión me dijo: "Es mejor hacer tres cosas
bien hechas, que mil cosas mal hechas". Y hoy en día ese consejo es una buena brújula en mi vida. Antes
yo le decía "SI" a todo el mundo, me metia en muchas deudas, me comprometía con todo el mundo y al
final quedaba mal, estaba endeudado, daba mal testimonio como irresponsable y terminaba con la
tensión alterada. Pero aprendí la lección y ahora sé decir NO cuando es necesario.

Ocurre lo mismo con nuestra relación con Dios. Para cultivar una buena relación con Dios, en primer
lugar, es necesario aprender a decir "NO" en ciertas ocasiones.

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