Tema 11. La Jurisdicción Contencioso-Administrativa. Cuestiones a las que se extiende.
Cuestiones excluidas. Objeto del recurso contencioso-administrativo. Las partes procesales.
La Jurisdicción Contencioso-Administrativa. La Ley 29/1998, reguladora de la Jurisdicción Contencioso-Administrativa (LJCA), se resume en los siguientes puntos: 1. Es una auténtica jurisdicción, considerable como jurisdicción ordinaria, a quien corresponde la función de satisfacer pretensiones a través de procesos cuyo conocimiento se reserva a órganos judiciales especializados por su competencia y personal. La jurisdicción contencioso- administrativa es por tanto un orden jurisdiccional propio encargado del control de los actos de la administración 2. Difiere de las demás jurisdicciones en: a) La necesidad de que antes de acudir a la Jurisdicción Contencioso-Administrativa exista un acto administrativo. No obstante, el objeto del proceso contencioso-administrativo no es el acto previo, sino las pretensiones que se deduzcan en relación con el mismo. Esta disposición define el carácter revisor de la Jurisdicción contencioso-administrativa. b) La sentencia es declarativa con lo cual quiere decirse que su ejecución corresponde al órgano autor del acto recurrido, o sea a la Administración Pública. 3. El proceso contencioso-administrativo es propiamente una primera instancia jurisdiccional, un auténtico juicio o proceso entre partes, cuya misión es examinar las pretensiones que alegue la parte demandante, por razón de alguna de las manifestaciones de la acción administrativa que pueden ser objeto de recurso, ya sea acto, disposición, inactividad o vía de hecho. La LJCA enumera los órganos que componen el orden jurisdiccional contencioso- administrativo: 1. Juzgados de lo Contencioso-Administrativo: con competencias sobre una provincia y tienden a ocuparse de los asuntos de menor trascendencia. 2. Juzgados Centrales de lo Contencioso-Administrativo: con competencias sobre todo el territorio del Estado y especializado en lo relativo a la Administración General del Estado. 3. Salas de lo Contencioso-Administrativo de los Tribunales Superiores de Justicia: con competencias sobre el territorio de una comunidad autónoma y de atribución residual, correspondiéndoles los asuntos que no se le encomienden a ningún otro órgano. Puede haber varias salas en un sólo Tribunal Superior de Justicia, que abarquen una o varias provincias. 4. Sala de lo Contencioso-Administrativo de la Audiencia Nacional: con competencias sobre todo el territorio del Estado y dedicada a aquello asuntos de mayor transcendencia en lo que está involucrada la Administración General del Estado. 5. Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo: con competencias sobre todo el territorio del Estado y que se encarga en primera instancia de los asuntos relacionados con los órganos de relevancia constitucional, como Gobierno, Cortes Generales, Juntas Electorales, etc. Respecto a la competencia territorial, corresponde al órgano en cuya circunscripción tenga su sede la Administración Pública demandada. Si se tratara de asuntos de personal, propiedades especiales o sanciones, el demandante podrá escoger el órgano en cuya circunscripción se halle su domicilio particular. En materia de urbanismo y expropiación forzosa, es competente el órgano en cuya circunscripción se halla el inmueble en cuestión. Cuestiones a las que se extiende. El texto de la LJCA define el ámbito propio, la extensión y los límites de la Jurisdicción Contencioso-Administrativa al exponer que los Juzgados y Tribunales del orden contencioso- administrativo se ocupan de las pretensiones que se deduzcan en relación con la actuación de las Administraciones Públicas sujetas al Derecho administrativo, con las disposiciones generales de rango inferior a la ley y con los decretos legislativos cuando excedan los límites de la delegación. La LJCA especifica una serie de cuestiones que siempre y en todo caso están sujetas al control de la Jurisdicción Contencioso-Administrativa: 1. La protección jurisdiccional de los derechos fundamentales, los elementos reglados y la determinación de las indemnizaciones que fueran procedentes, todo ello en relación con los actos del Gobierno o de los Consejos de Gobierno de las Comunidades Autónomas, cualquiera que fuese la naturaleza de dichos actos. 2. Los contratos administrativos y los actos de preparación y adjudicación de los demás contratos sujetos a la legislación de contratación de las Administraciones públicas. 3. Los actos y disposiciones de las Corporaciones de Derecho público, adoptados en el ejercicio de funciones públicas. 4. Los actos administrativos de control o fiscalización dictados por la Administración concedente relativos a los dictados por los concesionarios de los servicios públicos que impliquen el ejercicio de potestades administrativas conferidas a los mismos. También los actos de los propios concesionarios cuando puedan ser recurridos directamente ante este orden jurisdiccional de conformidad con la legislación sectorial correspondiente. 5. La responsabilidad patrimonial de las Administraciones públicas, cualquiera que sea la naturaleza de la actividad o el tipo de relación de que derive, no pudiendo ser demandadas aquellas por este motivo ante los órdenes jurisdiccionales civil o social, aun cuando en la producción del daño concurran con particulares o cuenten con un seguro de responsabilidad. Cuestiones excluidas. La LJCA también señala con fines aclaratorios aquellas cuestiones que en ningún caso deben someterse a la Jurisdicción Contencioso-Administrativa: 1. Las cuestiones expresamente atribuidas a las jurisdicciones civil, penal y social, aunque estén relacionadas con la actividad de la Administración Pública. 2. El recurso contencioso-disciplinario militar, atribuido a la jurisdicción militar y en recurso de casación a la sala de lo militar del Tribunal Supremo. 3. Los conflictos de jurisdicción entre los Juzgados y Tribunales y la Administración Pública y los conflictos de atribuciones entre órganos de una misma Administración. Estos conflictos se resolverán por el Tribunal de Conflictos de Jurisdicción. 4. Los recursos directos o indirectos que se interpongan contra las Normas Forales fiscales de las Juntas Generales de los Territorios Históricos de Álava, Guipúzcoa y Vizcaya, que corresponderán, en exclusiva, al Tribunal Constitucional. Objeto del recurso contencioso-administrativo. Los recursos interpuestos ante la Jurisdicción Contencioso-Administrativa, se resuelven a través de un verdadero proceso judicial regulado en la LJCA. Junto al procedimiento general llamado de primera instancia o instancia única, la ley regula el procedimiento abreviado, para los asuntos de menor cuantía o más urgencia. También existen los procedimientos especiales, como el procedimiento para la protección especial de los derechos de las personas, procedimientos en los casos de suspensión administrativa previa de acuerdos y las cuestiones de ilegalidad. La actual ley de Jurisdicción contencioso-administrativa supera la tradicional concepción del recurso contencioso-administrativo como la revisión de un acto de la Administración Pública, y consagra la idea de que el verdadero objeto del recurso son las pretensiones de las partes en el mismo. De esta forma el orden jurisdiccional contencioso administrativo aparece como un sistema para obtener justicia ante cualquier acto ilícito de las administraciones. Las partes procesales. Las partes en el procedimiento contencioso-administrativo son dos: parte demandante y parte demandada. En cualquiera de las dos posiciones puede existir pluralidad de partes. Las partes en todo caso deben estar asistidas por abogado y si lo desean pueden conferir su representación a un procurador, que sólo es obligatorio en actuaciones ante órganos colegiados. 1. Parte demandante: es la parte que interpone el recurso. Presenta los requisitos de capacidad procesal y legitimación. La capacidad procesal viene regulada en la LJCA, de forma que tienen capacidad procesal quienes la ostentan conforme a la Ley 1/2000, de Enjuiciamiento Civil. La falta de legitimación es causa determinante de la inadmisibilidad del recurso. En cuanto a la legitimación, es también la LJCA la que establece quienes están legitimados ante el orden jurisdiccional contencioso-administrativo: 1. Las personas físicas o jurídicas que ostenten un derecho o interés legítimo. 2. Las corporaciones, asociaciones, sindicatos y grupos y entidades habilitados para la defensa de los derechos e intereses colectivos. 3. La Administración General del Estado, cuando ostente un derecho o interés legítimo, así como la Administración de las Comunidades Autónomas o Entidades Locales, para impugnar los actos y disposiciones que afecten al ámbito de su autonomía. 4. El Ministerio Fiscal para intervenir en los procesos de su incumbencia. 5. Las Entidades de Derecho público con personalidad jurídica propia vinculadas o dependientes de cualquiera de las Administraciones públicas para impugnar los actos o disposiciones que afecten al ámbito de sus fines. 6. Cualquier ciudadano, en ejercicio de la acción popular. 7. Para la defensa del derecho de igualdad de trato entre mujeres y hombres, además de los afectados y siempre con su autorización, estarán también legitimados los sindicatos y las asociaciones legalmente constituidas cuyo fin primordial sea la defensa de la igualdad de trato entre mujeres y hombres, respecto de sus afiliados y asociados, respectivamente. 2. Parte demandada: la parte demandada es siempre la Administración Pública contra cuya actividad se dirija el recurso. También pueden ser parte demandada los órganos competentes del Congreso de los Diputados, del Senado, del Tribunal Constitucional, del Tribunal de Cuentas y del Defensor del Pueblo, así como de las Asambleas Legislativas de las Comunidades Autónomas y de las instituciones autonómicas análogas al Tribunal de Cuentas y al Defensor del Pueblo, cuando el recurso se dirija contra sus actos y disposiciones en materia de personal, administración y gestión patrimonial sujetos al derecho público.