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RAÚL PORRAS BARRENECHEA

Primeros años[editar]
Su padre fue Guillermo O. Porras Osores, hijo de Melitón Porras Díaz y
hermano de Melitón F. Porras Osores, que murió durante un duelo en 1899,
por una trivial discusión. Su madre fue Juana Barrenechea y Raygada, la cual
provenía de aristocracia peruana; era hija de José Antonio Barrenechea y nieta
de José María Raygada, encargado de la Presidencia (1857-1858). Sus estudios
iniciales los realizó en el Colegio San José de Cluny y luego en el Colegio
Sagrados Corazones Recoleta, en la Plaza Francia de Lima. Durante sus años
escolares demuestra sus dotes de escritor publicando tres cuentos y una
traducción del francés en la revista del colegio.

En 1912 ingresó en la Facultad de Letras de la Universidad de San Marcos, de


la que se doctoró en Filosofía, Historia y Letras (1928). En esa misma
universidad, fue catedrático de Literatura castellana (1928), Historia de la
Conquista y la Colonia (1929), Historia diplomática del Perú (1931) y Literatura
americana y peruana (1942).
Paralelamente, debido a la temprana pérdida de su padre, trabaja como
amanuense (secretario) en la Corte Suprema de Lima.
Fue uno de los más entusiastas y dinámicos jóvenes que impulsaron
el Conversatorio Universitario, integrado por Jorge Guillermo Leguía, Ricardo
Vegas García, Manuel Abastos, Guillermo Luna Cartland y Carlos Moreyra Paz
Soldán.
En 1918 viaja como delegado estudiantil a La Paz (Bolivia) y al año siguiente
a Buenos Aires (Argentina), donde se involucra con las ideas de la Reforma
Universitaria. Fue fundador de diversas revistas de literatura, como Alma
latina.
Desde 1923 fue profesor de Historia de diversos colegios de Lima, destacando
su paso por los colegios limeños Anglo-Peruano (hoy San Andrés), italiano
Antonio Raimondi y alemán.
Actuación pública[editar]
En 1922 ingresó al Ministerio de Relaciones Exteriores, en donde fue
bibliotecario (1922-1926) y jefe del Archivo de Límites (1926-1931).
En 1926 participó como asesor del comité de límites para la Cuestión de Tacna
y Arica, y fue secretario de la delegación peruana en el centenario
del Congreso de Panamá.
En 1933 fue consejero de la delegación peruana en las conferencias para
el Caso de Leticia, en Río de Janeiro. En 1934 se trasladó a España, en donde
se dedicó a la investigación historiográfica en archivos y bibliotecas,
especialmente en el Archivo de Indias y el Archivo Histórico Nacional. Al año
siguiente fue nombrado delegado en el XXVI Congreso de Americanistas,
en Sevilla.
En 1936, se instaló en París y ese mismo año fue designado ministro
plenipotenciario y delegado permanente ante la Sociedad de Naciones, cargo
que ocupó hasta 1938.
En 1956 fue elegido senador por el departamento de Lima1 y ese mismo año
nombrado primer vicepresidente de su cámara. En 1957, ante la muerte
de José Gálvez Barrenechea, asumió la presidencia interina del Senado desde
febrero hasta julio. Durante su período senatorial fue miembro de las
comisiones de Demarcación territorial, Diplomacia, Educación y Redacción.
En 1958, el presidente Manuel Prado y Ugarteche lo nombró ministro de
Relaciones Exteriores, cargo cuyas funciones desempeñó mayormente desde
su casa por sus graves afecciones cardíacas. En 1959, al ser recompuesto el
gabinete ministerial, el presidente lo mantuvo en su cargo teniendo que jurar
en su propia residencia en lugar del Palacio de Gobierno, por haber sufrido un
ataque al corazón. Renunció a su puesto en 1960.
Es memorable su actuación principista en la reunión de cancilleres de
la Organización de Estados Americanos donde rechaza el bloqueo a Cuba.
Enamorado de Lima, destaca su conferencia «El río, el puente y su alameda»,
que se incluye en la famosa Antología de Lima.
Falleció de un ataque al corazón a las 10 de la noche del 27 de
septiembre de 1960, en su casa de Miraflores, que hoy es casa-museo y sede
del instituto que lleva su nombre. El gobierno de Fidel Castro envió una
ofrenda floral, en memoria de su intervención.

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