Está en la página 1de 171

ºV1Jíumen doble

ganz1912
MAX WEBER {1864-1920) -a quien #'.sociología Q
y !.a historia de Ja cultura deben no �t�Jo algunos de sus tr

instrumentos meto lógicos básicos, sir.o:- buen número 9


it

de hipótesis y teoría-; altamente fecundr..<-- dedicó la mayor


parte de sus csfoerzr·> a la investigació! y a la enseñanza;
sin embargo, a lo largo d� su vida mostr-1 siempre un
i'
�-
apasionado interés por la cos a pública y mmc,; dejó de ![.
e;eperimentar una cierta ncstalgia por 111 actividad polftica.
En los trabajos que c:omponen EL POUTICO Y EL ;z:
�-
CIENTIFICO, elaborados durante el dr am6t i co invierno
revolucionario alemán de 1919, Weber reflexiona acerca de
la contraposición entre el quehacer del investigador y el
C·)rnportamiento· del hombre de acciSn; su propia
·

ce n tr adi cc i ó:i vocacional sirve, en este caso, de poderoso


fa.;tor de il.�minación para uno d� fos 'problemas
c1 pitales e nuestra época. Por Wla parte, las virtudes
d1;l político parecen incompatibles con las cualidades del
ombre Je ciencia; míen.ras 6ste reflex:ona sobN
3COntecimientos que se repicen regularmt·nte y cuyas
relaciones son susccptibl� de un r.1erto ·1ivel de
"cn�ralidad y ¡:iredicci6n, la m isión del estadi:sta es adoptar
decisiones únk.as, fundam�nt.adas en juicios de valor
v de , on;ecuencias no ri?,Uroeamente previ ibJes.
Por 01ra, :.in t:mbargo, e:<iste una comunicación dialéctica
entre conocir.1iento y acc:ón; el saber objetivo,
nl red ucir y aislar el e!e men to de imprevisibilidad,
lavorcce un comportamiento razona ble y aumenta la
probebilidadc! d e coruegu1r lc:>s objetivos que el polftico
se propone. Abre el vuiumen un ext nso trabajo
<l� RA YMOND ARON (autor de cEnsayo sobre lit
lib�rtades•. LB 3), que con tituye una �
íntri>ducción a la obra del gran eocióloao e """"
alen:án, paso oblipdo para todol que le ineet •
por las cicu cias del hombre.

El libro ele bolsillo Alianza EditOrial


ganz1912
Ciencias sociales MaxWeber

El político
y el científico

Introducción
de Raymond Aron

Ei libro de bolsillo
Ciencia política
Afianza Editorial
ss'eXruC(gi[Puoí]jxhízu ií11 r
=Nonoaxiavi v ooiNgfHi33-¡303 aycxnMfi ajAN3‘tvtmoijaa vznvn v
3q s?g vq3aonsvTsaaos v:>K30im<i NQPVKyodNi yifloaaayamft ís
Ujcdg ui pajujid
(pupppo üopjy u9Í3iroxoS88f
«spfuoj\ strj» leuifrnpu |anW rl -v s'Vaaa :ua osajdmi
¿OOr-f-19‘61 K q*2a| oiispdaa
r-t96t-90Z-W-8¿6 :N3SI
Sa^BUOHp3BZin!t|CY<UV\(V\
es BB £6£ 16 7?131 :píJPc W ¿¿OBZ ÍS1 ap rarn (]pcu8t uenj apeo
¿cor ‘£00¿ ‘VOOZ ‘£00Z ‘¿00¿ ‘too? ‘000¿ ‘«6 6 1
‘ ¿661 ‘9661 ‘9661 ‘*661 ‘£661 ‘¿661 ‘8W6I '¿«61 ‘9861 >861 '1861 0861
*6¿6t ‘£¿61 ‘¿¿61 ‘696 f ‘¿961 ‘P P P W " V S 'l^popp’d tttüistjy pa ©
6961 u o jj aujTuqn nroJV puo\u¿sy ap uppanpcijun @
ipnrnw uj[jafl •loiqu.tnpi > g aa>pun<3 $*[JaA ©

• u p p í i u o m u i v .i i d a M j d r | u i« ’ O ip a iu ja in lijim s ti iip e > m t)tiiú 3 o « .n i d o s s p


o d i j j s i T i b ^ r D u s E p e í t j « 3p s u ) E o u 0 r a e p j ( l j 9) L i ! ‘ U M S D u u o q x iie ii n s o 'e ^ i j
-p u s p o c ^ p s n iD -c u D ja p ic íq o n in ' « « d u a o o p o i u a 'a t u a u r r o ^ q p d u í n c n i n m o j o
u ^ .i d 'f a q p j s T p 'u j ^ e i S e | d ’ U a j p í n p a n J p i s a u a i n p r j c d ' x o t a j n p a d A í c > y « p j o d s j u e i j r v r a
í u L u s p u i í S j u B i p u o d s a j i o j s « | ¡»p r y u i s p o ^ o j p i u i u f A u y i i u d * p « r u a d a a a j q o s s ^ n b
‘X s q e j j o d o p r íte to id t j q o o ts a a p o p ju a u io a ¡4 ’s o q w w p « q s o p o i « v p T w / w y

iq io iip 3 rzuejiv :eua;qna ap ouasiQ

¿oor :u9 !sajdmpj ea.c» o


g6 5 l rw ssjcp oeeep u ai^ oju aiu jp ou coap rajy» ua uop;pa ejatuud
¿661 ¡upisajdmiaj mupdpsoiiim(j
¿ 9 6 1 :*o||!$pq ap oiqp |g» ua upptpa Fiauiud
UOJ V pUOÜJvÍBH Jo d
a)U3JO| |o;qny o5spin*j.j :Hoir>riaVHx
u 9 p D t i p o j;u | Jni*3 íjp }fvipcui>atM ’fru¡»g íjv mvpd nyNioi«o cnru^x
g a n zl912

i.

Max Weber fue hombre de ciencia y no hombre po­


lítico ni hom bre de Estado, aunque sí, ocasional­
mente, periodista político. Estuvo, sin embargo,
apasionadamente preocupado por la cosa pública
durante toda su vida y no dejó nunca de experimen­
tar una especie de nostalgia de la política, como si la
finalidad última de su pensamiento hubiera debido
ser la participación en la acción.
Pertenecía a la generación que, al llegar ala virili­
dad, asistió al florecimiento del imperio alemán, ala
caída de Bismarck y ala asunción de sus responsabi­
lidades por el joven emperador. Los quince últimos
años del siglo x j x , que son para Max Weber la época
de form ación entre los veinte y los treinta y cinco,
están marcados por el desarrollo de la legislación
social, las primeras intervenciones personales del
9
10 8LRi\YMONOAR0:-.1 ¡XTROUUCOLON JJ

emperador en la diplomacia y, más profundamente El hom bre de acción es el que, en una coyuntura
aún, por la reflexión sobre la herencia bism arckia- singular y única, elige en función de sus valores e in­
na. ¿Cuál es la misión de Alemania una vez Lograda troduce en la red del determinismo un hecho nuevo.
su unidad? ¿Qué papel debe ser el suyo en la esce­ Las consecuencias de la decisión tomada no son ri­
na mundial? ¿Qué régim en es capaz de restablecer gurosamente previsibles, en la medida en que la co­
la unidad de la nación? La g en eración de M ax yuntura es única. Sólo hay previsión científica en las
W eber se plantea espontáneam ente estas cu estio ­ sucesiones de acontecimientos que pueden repetir­
nes, a las que la historia habría de dar una trágica se o, dicho en otros térm inos, sólo hay previsión
respuesta. científica respecto de las relaciones derivadas de lo
M otivos más personales explican su actitud. No concreto y elevadas a un cierto nivel de generalidad.
dejó jam ás de subrayar que la política no tenía nada No es menos cierto, sin embargo, que la decisión ra­
que hacer en las aulas, repitió continuamente que las zonable exige que se aplique a la coyuntura el con­
virtudes del político son incom patibles con las del junto de conocimientos abstractos de que se dispo­
hom bre de ciencia; pero su preocupación por sepa­ ne, no para elim inar el elemento de imprevisible
rar ambas actividades no era más aguda que su con­ singularidad, sino para reducirlo y aislarlo. Una
ciencia del vínculo que entre eUasexiste. No se puede ciencia que analice las relaciones de causa y efecto,
ser al m ism o tiem p o hom bre de a cció n y hom bre como M ax Weber deseaba para la teoría, es así tam­
de estudio sin atentar contra la dignidad de una y bién la mi sm a que responde a las necesidades del
otra profesión, sin faltar a la vocación de ambas. hombre de acción.
Pero pueden adoptarse actitudes políticas fuera de La teoría de la causalidad histórica basada sobre
la Universidad, y la posesión del saber objetivo, aun­ el cálculo retrospectivo de posibilidades (¿qué ha­
que no indispensable, es ciertam ente favorable para bría pasado si...?) no es otra cosa que la reconstitu­
una acción razonable. En resumen, en el pensa­ ción aproximada de las deliberaciones que tuvieron
miento de Max Weber, las relaciones entre ciencia y o pudieron tener los actores.
política no se caracterizan solam ente, com o siem ­ O brar razonablem ente es adoptar, después de
pre se dice, por la distinción necesaria. La ciencia haberlo meditado, la decisión que ofrezca más pro­
que él concibe es aquella susceptible de servir al babilidades de conseguir el fin que se pretende. Una
hom bre de acción, del mismo m odo que la actitud teoría de la acción es una teoría del riesgo al mismo
de éste difiere en su fin, pero no en su estructura, de tiempo que una teoría de la causalid a d . El historia-
la del hombre de ciencia. dorque se interroga sobre la ^ ^ ^ dad histórica re­
12 ^ YMONO AftC)N i.N1.m o u u c c j0 N 13

vive en su espíritu los acontecim ientos posibles que ddas por la orientación de nuestra curiosidad. La cien­
los actores consideraron, o hubieran podido consi­ cia natural selecciona en el infinito de los datos sensi­
derar, en las d elib eracio n es que p re ced iero n la bles los fenómenos susceptibles de repetirse y cons­
acción. truye eledificio de las leyes. La ciencia de la «cult^^>
La interrogación causal no se aplica solamente a selecciona en el infinito de los fenómenos humanos
las decisiones reflexivas de uno o varios individuos. lo que se refiere a los valores, valores de los contem­
La interrogación ¿qué habría sucedido si...? se plan­ poráneos o valores del historiador, y elabora, o bien la
tea tanto respecto de acontecim ientos que no han historia, si el sabio fija su atención en la secuencia
sido queridos por nadie (intervención de fenóm e­ única de los hechos o las sociedades, o bien las diver­
nos físicos, tempestades, agotamientos de minas de sas ciencias sociales que consideran las consecucio­
oro, victorias o derrotas en una batalla, etc.) com o nes r ^ ^ res o los conjuntos relativamente estables.
respecto de las decisiones personales. El esfuerzo La ciencia histórica o la ciencia de la «cultura»,
por evitar la ilusión retrospectiva de fatalidad no como la concebía Max Weber, era la comprensión de
deja de ser por eso característico delhistoriador p o­ la m anera como los hombres habían vivido, del sen­
lítico, del historiador que, interesado en los hom ­ tido que habían dado a sus existencias, de la jerar­
bres y sus luchas, quiere salvaguardar, en la resu­ quía que habían establecido entre los valores, en
rrección del pasado, la dim ensión propia de la tanto que la acción política es el esfuerzo, realizado
acción, es do:ch , incertidunibre del futuro, incer­ en circunstancia que no hemos escogido, p arap ro ­
tidum bre que no podría salvaguardar el historiador mover esos valores, constitutivos de nuestra comu­
sino manteniendo, contra la sanción del hecho, que nidad y de nuestro mismo ser.
lo real no estaba escrito de antemano y que depen­ Comprender a otro no implica reflexionar sobre
día de tales personas o de tales circunstancias el que sí mismo. La comprensión de la acción llevada a
la historia hubiese sido distinta. cabo por otros en el pasado no conduce necesaria­
El vínculo entre la ciencia y la política de M ax We- mente a la voluntad de obrar en el presente. Filosó­
ber aparece igualmente estrecho si se considera el ficamente y, para hablar en la jerga de moda, exis-
otro aspecto; no ya la relación causal, sinolosvalores: tencialm ente, no deja de haber, sin embargo, una
referencia a los valores en elcaso de la cierta conexión entre el conocim iento de sím ism o y
ción de los valores en el de la acción. La elección de el de los dem ás, entre la resurrección de las luchas
los hechos, la elaboración de los conceptos, la deter­ que se libraron entre los hombres desaparecidos y la
m inación del objeto, decía Max Weber, están marca- toma actual de posición.
14 R A Y M O N D A R ()N

D e hecho, no faltan historiadores que se esfuer­ que no Llegan a la signifí cació n sino a través de los
zan por com prender las existencias vividas por los valores. Cabe p lantear también la cuestión de hasta
otros sin interrogarse por la que ellos mismos v ^ n . qué punto se conform a siempre la práctica de ^ Max:
No faltan políticos que no establecen relación algu­ Weber a los esquemas de la teoría. ¿Ocupan las rela­
na entre su oficio y el sentido que ellos m ism os o la ciones causales tanto lugar en su práctica com o en
colectividad dan hoy a su existencia. D e derecho, su teoría? ¿No son esencialmente los estudios de so­
la exploración del pasado no se separa de la tom a de ciología religiosa una exploración de los diferentes
conciencia de sí m ism o. D e derecho, la acción sólo sistemas de creencias y de ideas que, más que para
es hum ana cuando se sitúa en el curso de los aconte­ aislar la eficacia propia de los distintos elementos,
cimientos y por referencia a los objetivos supremos. sirve sim plem entepara mostrar el entrecru^^inen-
La reciprocidad entre encuentro con el otro y descu­ to de ideas e instituciones, la conexión entre valores
brim iento de sí m ism o está dada en la actividad religiosos y actitudes sociales? ¿No constituye lo
m ism a del historiador. La reciprocidad entre cono­ esencial de W irtschaft und G esellschaft la exposición
cimiento y acción e sin pianente a la existencia m is­ de la estructura inteligible propia de los distintos ti­
ma de! hombre histórico, y no ya del historiador. pos de poder y de economía? Ahora bien, aunque no
M ax Weber prohibía que el profesor, dentro de la basta con que la relación comprensiva sea inteligible
Universidad, tom ase parte en las querellas del foro, para que sea cierta en una circunstancia determ ina­
pero no podía dejar de considerar a la acción, al m e­ da, la com probación de su veracidad no tiene nada
nos ala acción mediante la pluma o la palabra, como que ver con la coincidencia de relación comprensiva
meta iüt ima de su trabajo. y relación causal.
Se ha suscitado a veces la cuestión de en qué m e­ M ax Weber, en efecto, simplificaba en la teoría
dida se expresa adecuadamente el pensam iento de tanto la multiplicidad de las relaciones intelig ibles.
Max Weber en las categorías yelvocabulario del neo- que descubren el historiador o el sociólogo como la
kantismo de Rickert. A m i juicio, la fenomenología complejidad de las relaciones existentes entre com ­
de Husserl, que él conoció, pero que utilizó muy prensión y explicación, o entre la relación inm anen-
poco, le habría proporcionado el útil filosófico y ló­ teen lo dado y la relación elaboradagracias a cálculos
gico que buscaba. Le habría evitado en sus estudios restrospectivos de probabilidad. Hay tipos diversos
sobre la comprensión la oscilación entre el «psicolo- de inteligibilidad, que van desde la condu cta co n ­
gismo» de Jaspers (en la época en que éste escribía fo rm e a las leyes de la eco n o m ía a b stra cta h asta
su psicopatología) y los rodeos del neokantism o, la conducta con form e a la lógica del resentim ien-
17
16 ^ttMONQA.RON tNrR.OouccíON

to, pasando por la conducta dictada por la interpre­ tar la existencia de las obras como objetos a conoc®
tación de una cierta doctrina de salvación. La veri­ y no como valores a apreciar.
ficación no significa lo m ism o según que se tratede En cuanto a las proposiciones económicas o so­
una u otra de estas relaciones inteligibles q u eM ax ciológicas, cuya verdad para una sociedad particu­
Weber tenía tendencia a tratar simultáneamente en lar o, en un mayor grado de abstracción, para cual­
su metodología de la com prensión. Rectificaciones quier sociedad estaría menos ligada al presente de
y complementos no llevarían consigo m odificacio­ lo que Max Weber sugiere, puede decirse que elas
nes decisivas en lo que concierne al tema principal no alteran esencialmente el análisis de la elección Y
de nuestro estudio. En ciertos casos, por el con tra­ de la acción. Esas verdades son parciales, y los valo­
rio, en m ateria de teoría económ ica o de explicación res a los que el hombre se refiere son múltiples; €s
de un acontecim iento m ediante su confrontación raro que las consecuencias previsibles de una medi­
con un esquema, habría que insistir, a m i ju icio, so ­ da cualquiera sean conformes con todos nuestros
bre la objetividad y la universalidad accesibles. Pero valores y agradables para todos los individuos. No
no seríanecesaria una revisión fundamental. son la subjetividad y la relatividad de la ciencla la
Tomemos el caso de la comprensión. Se ha dicho que hacen necesaria la elección, sino el carácter P.ar-
que el am or y el odio son los resortes verdaderos de cial de las verdades científicas y la plura lid ad de los
la comprensión. Es inútil recomendar objetividad si valores.
por ello se entiende indiferencia frente a los valores, La objeción de que la fenomenología de la elec­
cuando se trata de asuntos hum anos, de los h o m ­ ción política resulta falsa porque Max Weber utiltzO
bres de ayer o de hoy y de sus obras, malditas o ben­ esquemas superados, hecho y valor, medio Y fir;-
ditas. No se podría captar el alma profunda de esos deja, creo yo, de lado lo esencial. Será forzoso aru;n1-
seres desaparecidos si no se experimentase frente a tir que el hecho al que se opone el valor no ha sido
ellos sentimientos comparables a los que despiertan construido sin referencia del historiador a los valo­
los vivos. Max Weber no hubiera tenido probable­ res. Los valores no se afum an ni se inventan fiera de
m ente gran dificultad en reconocer la parte de ver­ ese intercambio incesante entre el individuo y el me­
dad que existe en estas observaciones, pero hubiera dio, intercam bio que constituye una de las
restringido su alcance a la psicología de la investiga­ rísticas de la historicidad del hombre. Del
ción, sin extenderlo a la lógica de laciencia. Hubiese modo, el fin próximo se convierte en medio de una
men tm ido tanto el imperativo m oral de tender a la acción ulterior, como el medio actual puede haber
comprensión sine ira et studio como el deber de afron- sido fin de una acción pasada. Aún más, es dudoso
r

18 R A Y M O N D A R O N

que la actitud adoptada por la persona sea reducible tardar una evolución que se nos dice inevitable, al
a tal distinción. Al adoptar una cierta perspectiva tener que optar por una perspectiva global nos en­
sobre la historia, se estácerca de adherirse a un p ar­ contram os en una situación comparable a la que
tido, de suscribir una determinada técnica de orga­ afronta el hom bre de acción en una coyuntura sin­
nización y de acció n . La perspectiva global deter­ gular. Observamos los hechos, deseamos unos fines
m ina tanto la elección de los medios com o la de los determinados y elegimos, cargando conlos riesgos
fines. de la elección, sin derecho a invocar ni una totalidad
M ax Weber no ignoraba que las cosas suceden de que no nos es accesible, ni una necesidad que no es
este m odo. El m arxista se imagina que posee la in­ sino el a lib i de nuestra resignación o nuestra fe, ni
terpretación verdadera de un m w ^ n iento de la his­ una reconciliación de los hombres y los dioses que
toria, que es, a la vez, necesario y deseable, y que esta no es más que una idea situada en el horizonte de la
interpretación conlleva la adhesión a un partido y a historia.
un m étodo de acción. La experiencia ha dem ostra­ Lo que está en cuestión no es, por tanto, ni el es­
do que esta filosofía no elim inaba ni la duda.mbxe quema medio-fin, efectivamente demasiado simple,
los partidos ni la duda sobre los m étodos. Nadie se ni la distinción hecho-valor, cuyo alcance filosófico
com bate con más rigor que aquellos que se preten­ es discutible. Para refutar el pensamiento de Max
den servidores del m isino señor. Pero aun prescin­ Weber habría que demostrar, o bien que la ciencia
diendo de esta experiencia, Max Weber habría nega­ nos descubre la verdad de la historia total, o bien
do que una filosofía de la historia pueda anunciar que conoce de antemano un futuro predetermina­
un futuro cierto y, al mismo tiempo, dictar im pera­ do, o bien, por último, que promete la solución de
tivamente una actitud. La previsión del futuro im ­ los conflictos entre las colectividades y los valores.
plica un determinismo, y el determ inism o, enfoca­
do hacia un térm ino por venir, resulta tan parcial y
aún más probabilista que el utilizado retrospectiva­ Ma:x Weber tenía empeño en demostrar que la cien­
mente. Los caracteres de la sociedad futura que, en cia tiene un sentido y que vale la pena consagrarse a
el m ejor de Jos casos, podemos conocer de antema­ ella aunque lleve a despojar al mundo de su encanto
no son sustituidos por jw cios con t^ d ictorios de va­ y sea, por esencia, inacabable.
lor porque no satisfacen todas las aspiraciones de Se batía en dos frentes: contra quienes amenazan
los hom bres. No es forzoso jam ás que am em os lo con corrom per la pureza del pensamiento racional
que la ciencia nos anuncia. Libres de acelerar o re­ m ezclando con él actitudes políticas o efusiones
20 RAY'MONDARON frNTJlODuCCtON 21

sentimentales y contra aquellos quefalsean la signi­ sabios un juramento de fidelidad al Estado (cosa
ficación d e la ciencia atribuyéndole la capacidad de que podría resultar odiosa para los hom bres, pero
captar el secreto deJa naturaleza y del hombre. En el no mortal para la ciencia), sino que encuentran in­
discurso de Max Weber, la defensa e ilustración de la sop ortable el hecho de buscar y decir la verdad ob je­
ciencia adquiere un tono patético porque se percibe tivam ente. Esas tiranías pretenden imponer a las
enél el ecoam ortiguado de una nostalgia y la im pa­ universidades una doctrina pretendidamente total,
ciencia de un hom bre de acción. Nostalgia de los que no es sino una caricatura ridicula de las grandes
tiem pos en que el conocim iento no era m ero esla­ síntesis religiosas del pasado.
bón d e una cadena sin fin, sino plenitud y realiza­ Acerca del primer fenómeno sólo diré unas pala­
ción. Im pacienciad eun hom bre de acción que pide bras. Todo aumento en la capacidad de producir se
a la ciencia el conocim iento de los m edios y de las ha visto acompañado, desde hace algunos siglos,
consecuencias, pero que sabe de antem ano que la por un incremento en la capacidad de destruir. La
ciencia no lo liberará de la obligacióirde elegir, p or­ novedad actual es sólo de orden cuantitativo. Es el
que los dioses son múltiples y los valores contradic­ ^.increm ento en la cantidad el que origina la diferen­
torios. cia de cualidad. El sabio no podría adoptar indivi­
D ie E n tzau beru n g d er Welt durch d ie W issens- dualmente precaución alguna contra la explotación
chaft, continúa la ciencia desencantando el mundo. de sus trabajos por La industria de guerra. Colectiva­
La ciencia auténtica, trátese'de 1; física o de la socio­ mente, se sustrae aJ servicio del Estado y favorece a
logía, no nos dahoy una imagen acabada del univer­ otros Estados; precisamente a aquellos que más re­
so cósm ico o hum ano en la que podamos leer nues­ ducen las 1ibertades de los individuos. En cuanto
tro destino o nuestro deber. Se han producido, sin comienzan a discutir sobre la paz y la guerra, las
embargo, en nuestro tiempo, dos fenóm enos que asociaciones de sabios dejan de ser asociaciones
hacen pesar sobre las universidades de Europa una científicas para transformarse en asociaciones polí­
sorda angustia. Los medios d ed e stru cció n que el ticas. Sus llamamientos serían más convincentes si
progreso de la cienciaha puesto a disposición de los con frecuencia no m anifestasen en m ateria diplo­
jefes civiles o militares se han hecho tan desmesura­ mática una ingenuidad pareja a la autoridad que, a
d os que los sabios, responsables de esos descubri­ ciegas, se les concede a sus autores en m ateria de
m ientos y de sus aplicaciones, se interrogan sobre física nuclear.
sus responsabilidades. Conocem os en n u ^ tro siglo Más importante para quienes nos ocupam os de
^ ^ o ías positivas que no se lim itan a im poner a los las ciencias humanas es el segundo fenómeno, la
I

22 RAn^O!'lD A.RON INTRODUCCION 23

am enaza que hacen pesar sobre las universidades y tipos de soluciones, a aceptar las críticas recíprocas
sobre la ciencia ciertos regímenes políticos. Se ha y a enriquecerse con el intercambio.
visto una «m atem ática aria», y conocem os hoy un Ciertas especulaciones m atem áticas y físicas se
Estado que resuelve con su propia autoridad la q u e­ han hecho hasta tal punto sutiles que la república de
rella científica sobre la heredabilidad de los caracte­ la cie n cia no com p ren d e ya, a todo lo an ch o d el
res adquiridos o sobre la teoría de Mendel. Estos dos mundo, m ás que unos pocos m iem bros. Estas e s ­
ejemplos presentan caracteres distintos. En d e f o iti- peculaciones no dejan deser por ello u in v e ^ ^ ^ (diri­
va, no creo que haya habido m uchos m atem áticos gidas a todos los espíritus capaces de com p ren ­
alemanes que hayan tom ado en serio la distinción derlas y rebeldes a toda instrucción exterior a su
entre «matemática aria» y «matemáticajudaizante», esencia. Mi amigo Cavaillés, matemático y filósofo,
ni muchos físicos que hayan creído descalificado a escribió una obra de lógica matemática mientras es­
Einstein a causa de su religión. Es grave, sin em bar­ taba siendo perseguido por la policía. Francés y sol­
go, que en un país com o Alemania tantos sabios se dado, com batió contra el ocupante. Com o lógico,
viesen obligados a tolerar en silencio esta com edia seguía siendo discípulo de Cantor, de H ilbert y de
indigna, aparentando tomarla en serio e infligiendo Husserl. Ante el juez de instrucción testim oniabala
así un grave daño a esa república internacional del adm iración que conservaba p o r lo m ejor de la cul­
espíritu, que es la comunidad natural y necesaria de tura alemana. No le pasaba por lás núentes la idea de
los sabios. que los conflictos colectivos, incluso aquellos que
Nada más falso que la idea de q ue un sabio trabaja asumía hasta el extrem o de sacrificar por ellos su
solo, entregado por entero a su fantasía y a su genio. vida, pudiesen penetrar en el santuario del p ensa­
Los m atemáticos, los fisicos, los biólogos, separados miento fiel a su vocación, es decir, fiel a la búsqueda
por las fronteras y dispersos a través de todo el pla­ de laVerdad.
neta, están unidos por los lazos invisibles y podero­ Cuando un Estado o un partido pretenden im po­
sos de una comunidad de investigaciones y de n o r­ ner a la ciencia sus temas de estudio o las leyes de su
mas intelectuales, no formuladas pero obligatorias. actividad, cuando pretenden excluir a determ ina­
lo s problemas que hay que resolver vienen determi­ dos individuos o determ inadas naciones, cuando
nados por el avance de la ciencia, y eso explica la fre­ llegan incluso a arbitrar en controversias que sólo
cuencia de los descubrim ientos sim ultáneos. Una pueden resolverse mediante la experiencia o el razo­
concepción implícita y casi espontánea de lo que es nam iento, no basta ya con hablar, siguiendo
una verdad los lleva a prescindir de determ inados fórmula banal, de la opresión de los individuos por
24 fcx rM O N P ARON

la colectividad. Se trata entonces de La intervención


ilegítima de una colectividad política en la actividad
de una colectividad espiritual o, en otros términos, de
la raíz misma del totalitarismo. El invento más tem i­
ble del totalitarism o es precisamente el de la subor­
dinación de las múltiples obras de que el hom bre es
creador a la voluntad exclusiva de un partido o, a ve­
ces, de un hom bre. En su S ocio log ía , G. Sím mel ha
descrito de m anera brillante La pluralidad de círcu­
los sociales a que pertenecem os cada uno de noso­
tros, viendo en Cola p¡uiandad la condición de la li­
beración progresiva del individuo. Este recuerdo
nos permite dar su exacta medida a los intentos del
totalitarism o: son esfuerzos radicalm ente reaccio­
narios de retrotraer las sociedades al estadio prim i­
tivo en que las disciplinas sociales tendían a im po­
nerse a todos los individuos y a la totalidad de las
manifestaciones vitales de cada uno de ellos.
Es cierto que puede observarse una determ ina­
ción p a rcia l de la ciencia por factores sociales, histó­
ricos y, eventualmente, raciales. No es inconcebible
que una determ inada raza esté m ejor dotada que
otras para ciertos tipos de trabajos o más inclinada
hacia una determinada forma de ver el mundo, aun­
que, de otra parte, sea casi imposible aislar la acción
de una raza. Se ha demostrado que La mayor parte de
las generalizaciones en esta m ateria son falsas, y las
demás, indem ostrables. Pero cualquiera que sea el
grado de determ inación de la cien cia (de las cues­
tiones que se plantea, de las ideas filosóficas en las
25
INTRODUCCION

que se expresa) por circunstancias exteriores, quie­


nes invocan esta determinación de hecho para ju sti­
ficar la orientación autoritaria de la ciencia por los
poderespúblicos cometen un error fatal.
Los sabios son ai mismo tiempo los hombres de
una sociedad particular, de una época determinada.
Laorientacióny el estilo de las investigaciones están
m arcados por el carácter de los hombres y no sólo
por el carácter de los sabios, pues no es nunca posi­
ble separar rigurosamente a los unos de los otros.
Pese a todo, sigue habiendo una diferencia funda­
mental entre la influencia que el medio ejerce por sí
mismo sobre la ciencia, a través de la espontaneidad
de los sabios, y la que ejercerían los jefes políticos si
se arrogasen el derecho de fijarle a la ciencia sus ob­
jetivos, sus métodos y, finalmente, sus resultados.
En el prim er caso, la comunidad científica continúa
obedeciendo en to esencial a sus leyes específicas.
En el otro, abdicaría de su autonomía y pondría en
peligro, al mismo tiempo, su vocación y su progreso
futuro.
Incluso en la Gran Bretaña se discutió al terminar
la guerra sobre la independencia de la ciencia. Im­
presionados por el ejem plo soviético, algunos sa­
bios deseaban que se estableciese un plan de in ­
vestigaciones, con una distribución racional de los
recursos materiales y humanos entre los diferentes
laboratorios, cada uno de los cuales recibiría una
m isión particular. lx»s sabios británicos rechazaron
esta concepción pragmática; negaron al Estado el
26 RAYM OKD^ ON iNTRol>ucciON 27

derecho de indicar a los sabios lo que deben investi­ de las ciencias naturales. Es incontestable que en el
gar. EJ abandono o la subordinación de la investiga­ pasado ha existido una solidaridad entre ciertos
ción teórica no sólo sería fatal para el progreso de la modos de análisis y ciertas preferencias políticas o
técnica (no se sabe nunca de antem ano qué teoría ciertas concepciones filosóficas. Nada más fácil ni
concluirá por tener una aplicación), sino que cons­ tentador en econom ía política que la confusión en­
tituiría también la primera etapa de una abdicación tre esquemas ideales y realidad. Se le prestan a ésta
d ela comunidad científica que enajenaría su auto­ los m éritos que, en rigor, sólo a aquéllos correspon­
nomía. La desaparición de los biólogos m endelia- den. Si bien es cierto que el estado de equilibrio defi­
nos o la obligación para los físicos de arro p ar sus nido por la teoría clásica del mercado com porta la
resultados en la jerga del m aterialism o dialéctico m ax im ación del producto socialyel empleo óptim o
ilustran lo que podría ser la etapa fin a l de los recursos, de ahí no puede deducirse que las
Las ciencias sociales están infinitam ente más econom ías concretas a las que st: califica de libera­
amenazadas por los totalitarism os que las ciencias les, es decir, de parcialm ente liberales, sean las
naturales. Los tiranos tienen necesidad de estas úl­ m ejores, ni que convenga dejar jugar los m ecanis­
timas para acwnular medios de poder; sus interven­ mos imperfectos del mercado so pretexto de que si
ciones encuentran un lím ite en la preocupación por estos m ecanism os estuviesen perfectam ente rea­
la eficacia. Se obliga a los físicos a declararse entu­ lizados p ro p o rcio n arían la m ejor solución. Karl
siastas del m aterialism o dialéctico, pero no se les M annheim ha dado el nombre de W issenssoziologie
dictan sus ecuaciones. En último térm ino, se tiene a la disciplina que se esfuerza por dilucidar los d i­
sumo interés en el desarrollo de Ja física nuclear. Nada versos inodos de relación entre las circunstancias
impide, por el contrario, aceptar como verdades defi­ históricas y los edificios intelectuales.
nitivas las teorías marxistas de la plusvalía y del sala­ No intentamos negar que las ciencias sociales no
rio e imponerlas como tales; eso no produce un partenjam ás de una tabla rasa, que el plante^ amiento
irreparable para la planificación concreta. Como de los problemas no esté sugerido por los aconteci­
q uiera que la ortodoxia no es nociva, al m enos direc­ mientos, que el m étodo no sea independiente de la
tamente, para la ^ ^ r á a de la gestión, se convierte en filosofía o del medio histórico oque, frecuentemen­
un instrumento de la unanimidad artificial que los te, los resultados no estén influidos por los intereses
despotismos tienen por g^ n d e de estabilidad de las naciones o de las clases. Sería, sin embargo, fa­
La resistencia de las ciencias sociales a la in tru ­ tal extraer de aquí la consecuencia de que las cien­
sión de la política ha sido siempre más difícil que la cias sociales no son sino ideologías de clase o de
29
28 It.AnlQNDA.RON TÍÍTROUUCClON

raza, y que la ortodoxia impuesta p or un Estado to­ d a m en to sy a los m étodos. Los conocimientos socia­
talitario no difiere en su naturaleza de la investiga­ les se elevan al nivel de La ciencia en la medida en
ción libre propia de las sociedadespiuralistas. D íga­ que van acompañados de una conciencia exacta de
se lo que se quiera, existe una co m u n id a d d e las su alcance y también del ümite de su validez. En eco­
c ien cia s sociales, menos autónom a que la com uni­ nomía política, por ejemplo, la teoría progresa cons­
dad de las ciencias naturales, pero real pese a todo. truyendo nuevos modelos, pero también rec° n° -
¿Cuáles son las reglas constitutivas de esta com u­ ciendo Las condiciones precisas en q ue se aplica un
nidad de las ciencias sociales? modelo determinado, conocido desde hace mucho
1. ° En prim er Lugar, la a u sen c ia d e restriccion es tiempo. La teoría general de Keynes debe su origi­
p a r a la b ú sq u ed a y el estab lecim ien to d e ios h ech os nalidad a múltiples factores: la situación que origmó
m isinos, el derecho a presentar los hechos brutos y el problem a (el llamado paro perm anente), el es­
distinguirlos de las interpretaciones. Sin duda pue­ fuerzo que, a partir de un ca.so m édit° , se realiza
de sostenerse, en térm inos rigurosam ente filosófi­ para volverde nuevo a la teoría clásica, q ue adquiere
cos, que no hay ningún hecho h istó rico que no entonces validez en la hipótesis del pleno la
esté construido y no comporte, en consecuencia, se­ determ inación de la necesidad de algunos hechos
lección .. interpretación. E n la práctica las distincio­ concretos (estabilidad de Los salarios nom in ales) ,
nes conservan su valor. Es verdadero o es falso que una psicología del empresario distinta de la psicoto-
Trotsky tuvo parte im portante en la organización gía racional del hombre económico de la teoría tra­
del ejército rojo, es verdadero o es falso que Z ino- dicional, etc. La aportación, la sigrnfí.c^ d ría verda­
viev o Bujarin tram aron el asesinato de Stalin, es dera de la teoría general sólo se ponen de manifiesto
verdadero o es falso que Wall Street manipula a los a quien considera sim ultáneam ente estos diversos
políticos am ericanos y organiza una cruzada anti­ elementos de hecho y de método. En la ciencia so­
soviética. Todo Estado totalitario pone ciertos he­ cial, la teoría del conocim iento es inseparable del
chos fuera de la ley porque no encajan dentro del es­ conocimiento mismo. Toda doctrina, liberal o m ar-
quema oficial. Todo Estado totalitario lleva hasta el xista, que erige en dogma proposicioneso esquemas
absurdo la solidaridad entre el hecho y la interpre­ cuyo significado es equívoco y cuyo alcance es lin-
tación. preciso se aparta del mundo de la cieoría para caer
2. ° En segundo térm ino, la a u sen c ia d e restric­ en el de la mitología. En sociología o en econom ía
cio n es a l d ere c h o d e d iscu sión y d e c r ític a, a p lic a d o política, laconciencia crítica form a parte inte^ ^^te
n o solam en te a los resultados p arciales, sino a lo sfu n - de la conciencia científica.
30 Jl.A'a'MOND A.RON
31

3.° Por últim o, la au sen cia d e restricciones a l d e ­ das, precisando despiadadamente las condiciones
recho de d esen ca n ta rlo reai. Entre la idea de un rég i­ exteriores y las hipótesis previas de las que depende
m en y su funcionam iento, entre la dem ocracia con lavalidez de las proposiciones generales.
la que todos hemos soñado en las épocas de tiranía y Al m ism o tiem po, se nos pone de m anifiesto a
el sistem a de partidos que se ha instaurado en la qué fin responde esta libre comunidad de las c ie n ­
Europa occidental, existe un abismo no f^^ m ente sal- cias sociales y el porqué de que tantos gobiernos la
vable. Pero esta decepción es, en parte, inevitable. teman. Solam ente la ciencia crítica puede im pedir
Toda dem ocracia es oligarquía, toda institución es que la historia o la sociología se deslicen del reino
im perfectam ente representativa, todo gobierno que del conoc'uniento positivo al de la mitología, y m u­
se ve obligado a obtener el asentim iento de m últi­ chos regímenes no desean impedir este desliza­
ples grupos o personas actúa con lentitud y hade to ­ miento.
m ar en cuenta la estupidez yel egoísmo de Jos hom ­ Los acontecimientos históricos tienen todo lo n e­
bres. La prim era lección que un sociólogo debe cesario para que se los transfigure en m itología.
transm itir a sus alumnos, aun a riesgo de decepcio­ Están cerca de nosotros, son hum anos y, en conse­
nar sus ansias de creer y de servir, es la de que jam ás cuencia, estamos inevitablemente tentados de atri­
ha existido un régimen perfecto. buirlos a lavoluntad clara y resuelta de algunos per­
Es raro que un sabio use de estas tres libertades al sonajes, individuos o grupos, que se convierten en
m ism o tiempo y sin lim itaciones. Sería casi inhu­ angélicos o m onstruosos en razón misma del bien o
m ano que Lo hiciese así. La comunidad de las cien ­ del mal que se supone están causando. La mayoría
cias sociales tiene precisamente como función la de de los hombres del siglo XX no saben explicar los fe­
crear, mediante el diálogo y la crítica mutua, el equi­ nómenos que en otro tiempo hubieran sido con si­
valente de estas tres libertades. EJ otro me muestra la derados com o m ilagrosos (el vuelo de los objetos
parte de interpretación que com portan los hechos más pesados que el aire, la transm isión a distancia
brutos que yo creía constatar com o simples hechos o del sonido y de la imagen), pero saben que estos fe­
las consecuencias nocivas de Las instituciones enlas nóm enos tienen una explicación ra c io n a . Sólo
que estaba tentado de ver sólo m éritos. Sólo actuan­ para los niños es un hada la electricidad. En cambio,
do en el seno de esta comunidad y a través de ellalo- el capitalismo, el com unism o o WWaHStreet son de­
gran las ciencias sociales no prescindir de ningún monios para miUones de personas. La-histora uicita
hecho, no sustraer a la crític a ningún valor, acu ­ ala mitología por su estructura misma, por el con­
m ular conjuntam ente los con ocim ien tos y las du­ traste entre la ‘rnteligibilidad parcial y el m isterio de
32 kAirMONi> A ROrí INT RODUCCI Ó N 33

la totalidad, entre el papel evidente que juegan las desde el momento en que éstas no se ln iita n al estu­
voluntades humanas y el mentís no menos evidente dio de las técnicas admin istrativas y r a n hasta el tér­
que los hechos les infligen, por el titubeo del espec­ mino de su misión.
tad or entre la ind ignación, com o si todos y cad a Incluso cuando, por prudencia o p o r necesidad,
uno de nosotros fuéram os responsables de lo que el sociólogo o el historiador se abstienen de estudiar
sucede, y el horror pasivo, com o si nos encontráse­ los caracteres de los cesarismos antiguos o m oder­
mos ante una fatalidad inhumana. nos y limitan su estudio a los regímenes d istintos de
Si no tenem os cuidado, los conceptos de la cien­ aquellos bajo los que viven, el estudiante n o pue­
cia se convierten en personajes de la mitología. Bas­ de dejar de comprender que ese mismo m étodo de­
ta con confundir nuestro* e?qu c:U"“ y lo re'.ll, con bería aplicarse también a sus gobernantes, que se
olvidar ios múltiples sentidos de los fenóm enos verían así privados de su aureola de perfección o de
com plejos quedesignan térm inos como los de capi­ infalibilidad. No nos detenemos ante el análisis
talism o o socialismo, yrápidam ente queda hecha la de las instituciones parlamentarias que hoy funcio­
sustitución. No nos hallamos ya entonces ante hom ­ nan en Em opa por el temor de ser acusados de anti­
bres e instituciones, ante signilicados inm anentes a democratismo.
la conducta de éstos y a la estructura de aquéllas, La ciencia no nos dirá que es preciso ser dem ó­
sino ante una fuerza m isteriosa que ha guardado la crata, ni que la democracia es superior a las restan­
significación que dábamos a la palabra, pero que ha tes formas de gobierno practicables en nuestro si­
perdido el contacto con los hechos. La Historia, que glo. Muestra, simplem ente, los riesgos ilim itados
ahora se escribe ya con mayúscula, se convierte en el que los regímenes de partido únic o entrañ an para
campo de grandiosas batallas entre Ideas. Las cien­ ciertos valores que el profesor, sumido en la trad i­
cias históricas no suprim en el m isterio de los co n ­ ción secular de las universidades, tiene p o r sagra­
ju ntos supraindividuales, pero lo despoetizan. El dos. Muestra cuáles son las relativas garantías que el
diálogo de los sabios sobre el curso de las colectivida­ sistema de partidos múltiples ofrece, tan to de un
des no enseña el escepticismo ni impide el respeto, cierto respeto de los derechos personales com o del-
pero veda la divinización de las cosas temporales y carácter constitucional de los poderes y d e s u ejerci­
vvuelve a colocar sobre la tierra a los hombres o los re­ cio. Muestra también cuáles son los peligros inm a­
gímenes que se sitúan por encima de la s^ uertecomún. nentes de este régimen: inestabilidad del ejecutivo
D ifíc ilmente podrían evitar los gobiernos despó­ en caso de que no se forme una mayoría definida,
tico s el sen tir recelo frente a las cien cias sociales descomposición social cuando las luchas entre los
31 ARON INT RODUCCIÓN 35

partidos y entre las clases exceden de un cierto gra­ A sus ojos, lo patético de la acción estaba vincu­
do de violencia, parálisis del gobierno cuando todos lado a la antítesis entre las dos fo^ ^ morales, la mo­
los grupos e intereses particulares logran abogar de­ ral de la responsabilidad y Ja moral de la convicción.
masiado ruidosamente por su causa. O bien obed ezco a m is convicciones (pacifistas o
Frecuentemente se experim enta el tem or de que revolucionarias, tanto da) sin preocuparme por las
la ciencia política pueda resultar peligrosa para las consecuencias de mis actos, o bien me siento obliga­
dem ocraciasporque las muestra tal com o son, en su do a rendir cuentas de Jo que hago, aunque no lo
inevitable y burguesa im perfección. Yo no creo en haya querido directam ente, y entonces las buenas
este peligro. No olvidem os que la d em ocracia es, intenciones y los corazones puros no bastan ya para
en el fondo, el único régimen que confiesa o, m ejor justificar a los actores.
aún, que proclam a que la historia d elos Estados está Al m ism o tiem po, Max Weber no se cansaba de
y debe estar escrita en prosa y no en verso. subrayar la d istancia existente entre los proyectos
de los hombres ylas consecuencias de sus acciones. Lo
que una generación quiso libremente se transferí
Tanto si se trata de ciencia como de poütica, Max We- para la generación siguiente en un destino inexora­
ber perseguía siempre el mismo fin: delimitar la ética ble. Los puritanos elegían libremente la especializa-
propia de una determinada actividad, que él suponía ción profesional, los hom bres de hoy se ven obliga­
debía ser la que se ajustaba a su finalidad peculiar. El dos a ella. Ciertamente, no nos asalta la tentación de
sabio debe reprimir los sentimientos que le ligan al poner en duda la perpetua diferencia entre lo que
objeto, los j uicios de valor que en él brotan espontánea­ los hombres desean y lo que soportan cuando pen­
m ente y que deter minan su actitud frente a la socie­ samos en las esperanzas de Lenin y observamos la
dad; frente a la sociedad de ayer, que explora, yfrente a realidad del estalinism o, cuando recordamos la fe
la sociedad de hoy, que, aun sin quererlo, desea salva­ que mflamaba a tantos jóvenes alemanes en 1932 o
guardar, destruir o cambiar. Aceptar el carácter indo- 1933 y traemos a la m em oria algunos de los horro­
finido de la investigación positiva y, en beneficio de res del nazismo. La historia es la tragedia de una hu­
una m i t igación cuyo término se ignora, desencan­ manidad que hace su h isto ra , pero no sabe la histo­
tar el mundo de la naturaleza y del hombre, tal era el ria que hace. La acción política es pura n^ adacuando
mensaje patético que descubría ante sus auditores y no es un esfuerzo inagotable para obrar con clari­
que les invitaba a acoger en nombre de Jaelección que dad y no verse traicionado por las consecuencias de
ellos habían hecho de la carrera científica. las iniciativas adoptadas.
36 ftA Y M O N P A ftO N

La inoral del hombre de acción es ciertam ente la


moral de la responsabilidad. Pero no tom em os esta
afirm ación a la ligera. Esa moral excluyela sumisión
a las reglas de una ética formal al estilo kantiano o a
los imperativos sublimes del S erm ón d é l a M ontaña.
El Estado es la institución que, en una colectividad
dada, posee el m onopolio de la violencia legítim a.
E ntrar en política es participar en conflictos en los
que se lucha por el poder: el poder de influir sobre el
Estado y, a través de él, sobre la colectividad, Al m is­
mo tiempo, queda uno obligado a someterse a las le­
yes de la acción, aunque sean contrarias a nuestras
íntimas preferencias y a los diez m andam ientos; se
concluye un pacto con los poderes infernales y se que­
da condenado a la lógica de la eficacia.
¿En quién pensaba 'M ax Weber cuando, recién
term inada la prim era guerra mundial, escribió Poli-
tik ais B eru f ? Apuntaba sobre todo, me parece, a dos
categorías de hombres: los que nosotros llam aría­
mos pacifistas de inspiración cristiana y los revolu­
cionarios por principio. A los prim eros, a quienes
no negaba en modo alguno su estim ación personal,
les reprochaba el no tener en cuenta las consecuen­
cias de sus palabras o de sus escritos. Cargar sobre
su propio país todas las responsabilidades no co n ­
tribuye a restablecer la paz entre las naciones. Al de­
bilitar la posición moral del vencido se prepara un
tratado cuyo rigor e injusticia im pedirán el apaci­
guamiento y la reconciliación. Lo que le reprocha a
los segundos es que transfiguran un fin legítimo (la
omtk O d u c c íó n 37

transformación del régimen económ ico y social) en


un valor absoluto, de tal suerte que, a los ojos de sus
fieles, nunca se paga demasiado por la revolución.
En la actualidad creo que el diálogo con los paci­
fistas de inspiración cristiana ha perdido su signifi­
cación. Pocos pacifistas de este género existen ya en
un mundo en donde la guerra se ha hecho casi per­
manente. Los que por tales se hacen pasar encubren
en la mayoría de las ocasiones una actitud más polí­
tica que espiritual. Más fuerte seria hoy el pacifismo
por reflexión, el convencimiento razonable deque la
guerra moderna es siempre una catástrofe para sus
víctimas, para aquellos cuyo territorio sirve de cam ­
po de batalla. Este convencimiento, sin embargo,
sólo se convertiría en un factor de paz si fuese com ­
partido por todos los hombres de Estado, por todos
los pueblos. Frente a esta necesidad nos encontra­
mos con que, de acuerdo con su doctrina, los com u­
nistas han de creer que la fase h istórica que ellos
llaman revolución mundial estará llena de luchas gi­
gantescas cuya conclusión necesaria será el socialis­
mo universal. Para tal finalidad ni siquiera la guerra
atómica sería un precio demasiado caro.
Los revolucionarios contra los que Max Weber se
alzaba eran sobre todo idealistas, próximos unos de
los pacifistas de inspiración cristiana y otros de los
anarquistas o los utópicos. Hoy en día, los revo­
lucionarios son técnicos de la subversión y de la ti­
ranía que, no obstante, continúan pensando con
categorías del milenarismo y conceden a u n aconte-
38 RAViHONU A (ION INTllOIUUGClON 39

cim iento determ inado (la revolución) un valor de una filosofía vulgarizada. M ax Weber, a quien sus
único que lo coloca fuera del curso inm em orial de la estudios hubieran debido invitar a las vastas pers­
historia humana. Nada será posible hasta el d ía de pectivas sobre la historia, había sacado de ellos so­
esta conversión de la Historia, y todo será posible a bre todo una lección de m odestia. No se preguntaba
p artir de entonces. No puede prescindirse de nin­ por la sociedad del futuro, sino por las tareas del
gún medio para alcanzar este objetivo supremo, por presente. Hace treinta años esta tarea era la de lare-
lo demás históricam ente inevitable. construcción de la política y del Estado.
Cabe im aginar sin esfuerzo la respuesta de M ax Algunos de sus análisis se refieren a una situación
Weber frente a tal filosofía. Es posible, habría dicho, h istó rica d eterm in ad a y han perdid o en p arte
que las sociedades occidentales evolucionen necesa­ actualidad. Estaba obsesionado por su hostilidad
riamente (o, en térm inos más precisos, probable­ frente al emperador, a quien imputaba una respon­
mente) hacia un régimen de propiedad colectiva o sabilidad prim ordial en la catástrofe alem ana. Veía
de p lanificación’. No podría afirm arse de antem a­ en el reclutamiento de los jefes políticos entre los
no, sin embargo, que un solo y mismo partido tenga funcionarios una de las causas de la quiebra del
necesariam ente que llevar a cabo esta transform a­ Imperio guillerm ino. La «parlam entarización», la
ción en todos los países. Por otra parte, se pue­ transferencia al Parlam ento de responsabilidades
de discutir acerca de las ventajas e inconvenientes de efectivas ofrecería, pensaba él, una mayor probabi­
este régimen, pero la ciencia no perm ite afirmar, y lidad de que llegasen al poder personalidades enér­
ni siquiera creer, que las ventajas sean tales que va­ gicas, com bativas, animadas por una voluntad de
yan a resultar decisivamente m odificados los rasgos poder y de lucha.
seculares de las sociedades humanas. Max Weber sigue a través de los siglos el desarro­
Una argum entación de este género no convence­ llo de una categoría social, de un tipo de hom bre
ría a los creyentes, pero los haría aparecer com o que él llamaba el político profesional, el que obtiene
realm ente son: pretenden seguir los dictados de la de La política su subsistencia, el que vive de ella y
ciencia, pero realmente son adeptos de una fe que se p ara ella. Según los siglos y los países, han sido lo s
adorna con los oropeles de una ciencia anticuada o clérigos, los letrados, la nobleza cortesana o el patri-
ciado inglés quienes han ocupado el prim er puesto,
l. Hace treinta años Max Weber no estaba convencido de ello. y entre todos estos grupos han existido alia n z a y
A sujuicio, las tendencias necesarias de la evolución eran la ra-
cion^ali.zacióny la burocratfaación, pero no un de^^^laado tip-O cona tos que variaban según las cam biantes rela­
de propiedado de regulación. ciones entre las naciones, y entre los m onarcas, la
40 R AVMOMD A S O N

nobleza tradicional y la burguesía. Sin volver sobre


los detalles de estos análisis justam ente célebres» in­
sistiré sobre un punto que el m ism o M ax W eber
subrayaba, el del contraste decisivo entre dos tipos
de partidos» los partidos de notables y los partidos de
masas. Los abogados o juristas, los funcionarios del
Estado o de los partidos y los notables constituyen,
en efecto, los principales tipos de políticos profesio­
nales de nuestra época.
¿Cóm o se presenta noy la situación? La oposición
de los partidos de notables y los partidos de masas,
que casi se ha borrado en algunos países (el partido
conservador se ha convertido en la Gran Bretaña en
un partido de masas casi en los m ism os térm inos
que el partido laborista), subsiste, a m i ju icio , tanto
en Alemania como en Francia. Los radical-socialis­
tas y los independientes no son partidos de m asas
en el mismo sentido en que lo son la S. F. í. O. o in ­
cluso, hasta un cierto punto, el M. R. P. Pese a las
tentat ivas hechas para transform arla en organiza­
ción de masas, la C. D. U. conserva también, me pa­
rece, algunas características del partido de notables.
La organización de masas se hace o no necesaria se­
gún el grado de urbanización de la sociedad y tam ­
bién según el m odo de escrutinio. En el transcurso
de la fase por la que actualmente atraviesa la Europa
continental, la diferencia de estru ctu ra entre los
partidos de izquierda y de derecha, que tiende a ate­
nuarse, no debe desaparecer por completo.
C on la diferencia en la estructura de los partidos

L
ÍN T R O D U C C lO N 41

va la diferencia en el modo de reclutamiento de los


jefes políticos. En todos los regímenes políticos, y en
la dem ocracia más que en ningún otro, el recluta­
m iento de los jefes es el problema decisivo, el que
determina el éxito o el fracaso. En Alemania, los
principales dirigentes pertenecen todavía a una ge­
neración prehitleriana, cuya existencia se ha desa­
rrollado en su mayor parte, o bajo el Im perio de
Guillermo, o bajo la República de Weimar. En Fran­
cia, los dirigentes son en su mayoría sobrevivientes
de la Tercera República, que después de haber
desempeñado durante mucho tiempo un papel secun­
dario han sido traídos a primera fila con posteriori­
dad a 1945. A ellos se han sumado también algunas
personalidades procedentes de la Resistencia o del
movimiento gauliista. Apenas está representada en
Francia, por el contrario, la categoría, importante
en Alemania, de quienes han hecho carrera como
funcionarios délos partidos o los sindicatos.
Para el profesor que quiere entrar en política, la
dificultad provi ene de la disciplina y de la doctrina
de los partidos. En ningún país del mundo y en nin­
guna época existe un solo sociólogo ni un solo eco­
nomista que sea capaz de tomar al pie de la letra el
programa de ningún partido político. En el m ejor
de los casos, sólo podrá adherirse a ellos haciendo
un amplio uso de lo que, en materia religiosa, se lla­
maba la interpretación sim bólica. No existe ni un
solo ejemplo de oposición que no utilice frente al
Gobierno argumentos injustos o mendaces que
r

42 HAYb&OKD ARQN IN 'fR .01'.)U C <lO N

consisten en reprocharle no haber logrado éxitos cualidad del reclutam iento democrático. Quienes
que nadie hubiera podido lograr o haber hecho con­ carecen de fortuna no pueden lanzarse a la c a r e r a
cesiones que nadie hubiera podido evitar. Para el política sin aceptar, junto con los azares del oficio, la
profesor de ciencias sociales que quiere entrar en inseguridad fin anciera. Creo que en la Ale ^ m a ac­
política esto representa una perm anente tensión. tual la mayoría de los hombres políticos conservan
Esta tensión es más o m enos intensa según el gra­ y tienen que conservar su oficio anterior o una pro­
do de mala fe que caracterice las discusiones, y este fesión secundaria, frecuentemente la de funcionario.
grado varía según los países, el grado de disciplina Sólo los funcionarios de los partidos son exclusiva­
exigido a los m iembros de los partidos y el m om en­ mente políticos profesionales sin ninguna otra pro­
to. Cada uno de nosotros encuentra su propia res­ fesión. El juego parlam entario está hasta tal punto
puesta a este problema personal de las relaciones formalizado, despojado de sus caracteres de lucha
entre ciencia y política. Q uienes p articipan en los imprevisible, que no constituye ya un m odo de se­
trabajos parlam entarios no pueden perm itirse el lección. M ás que en el Parlamento, es en el partido
lujo de la libertad integral. La vocación de la c iencia en donde hay que im ponerse para ascender. En
es incondicionalm ente la verdad. El oficio de políti­ Francia, en donde ha conservado más inestabilidad
co no siempre permite decirla. o más fantasía, la vida política cont'múa siendo más
La subordinación al partido es tal vez hoy día, imprevisible. De tiempo en tiempo una personali­
gracias al escepticismo q ue ha corroído las creencias dad logra hacer carrera no en los partidos, sino al
partidistas, inenos grave que hace veinte años. Muy margen de ellos. No cabe decir que el actual estilo de
afortunadamente, ni los dirigentes ni las tropas de la la política alemana favorezca la aparición de perso­
socialdem ocracia afectan ya la m ism a fidelidad al nalidades de primer orden, de esos demagogos con
m arxism o o a los dogmas de la propiedad colectiva. los que soñaba Max Weber, que se entregan a su
Los partidos aparecen como lo que realmente son y obra al mismo tiempo que viven de ella y com binan
deben ser: organizaciones que aspiran al ejercicio extrañamente la pasión lúcida, el sentido de la res­
del poder, defienden ciertos intereses y prom eten ponsabilidad y la mesura.
gobernar en función de concepciones vagas y gene­ Pero tal vez M ax Weber les pidiese demasiado a
rales. Por desgracia, los partidos compensan a veces los hombres políticos de las modernas democracias-
lo que han ganado en flexibilidad doctrinal co n una imaginaba a los m ejores de entre ellos revestidos de
mayor violencia en las controversias de actualidad. especie de autoridad carismática. Es muy cierto
Ma.x W eberexpresaba ya sus inquietudes sobre la que las democracias están perpetuamente amenaza-
44
R A ^ W Ü .N D A R O N N 'RODUCCJON 45

das por Ia decadencia que entrañ an el anonim at0 de í Strauss quiere dem ostrar que, falto de un ju ic io
Ios poderes, Ia m ediocridad de los dirigentes y la pa- científico o al menos racional sobre los valores, el
sívidad de Ias m asas sin espíritu. En circu n stan c ias hombre queda entregado a la arbitrariedad de deci­
trágicas, cuando está en juego la vida de la nación 0 siones que son todas igualm ente ju stificab les o in ­
Ia C onstitución ha de ser restaurada, los pueblos de­ justificables. Por su parte, sin em bargo, n o exp one
sean seguir a un h o m bre al m ism o tiem po que o b e ­ claramente ni cuáI es en sí m ism o el régim en m ejo r
d ecer a Ias leyes. E s entonces cu an d o se im pone e I ni cóm o lIega Ia razón a precisar sus caracteres y a
d em a g o g o , eI q ue la R ep ú b lica ro m a n a lla m a b a dem ostrar su vaIidez universaI. C abría red u cir el
eI d ictad or y Ios autores p olíticos del p asad o c o n o- pensamiento de Strauss a un dogm atism o suprahis-
de l ^ i s ia dor: L n lo s m om entos tórico, del m ism o modo que él reduce al ^nihilismo el
crítico s, los regím enes vivos hacen surgir a las per- relativismo de Max Weber. ProvisionaIm ente h are­
son_as capaces de salvarlos. En las épocas tra n q uiIas, mos ab stracción de las con secu encias úItim as de
lo sj efes de la d em ocracia son ad m inistrad ores h o n- ambas tesis para considerar las ob jecion es que el fi­
rad° ^ a veces buenos o rganizadores y, m ás frecuen- 1 lósofo a la búsqueda del derecho natu ral dirige al
tem ente, simples co nciliadores. El hecho de que ten - J sociólogo preocupado por establecer una cien cia
gan tam bién la am plitud de visión, Ia clarivide n cia y objetiva y convencido de Ia irredu ctible diversidad
Ja p asión lúcida de los grandes hom bres de E stado | de las épocas humanas.
constituye un feliz azar co n el que, ra zonablem ente, l. La prim era objeción que Leo Strauss presenta
no p uede contarse. podríam os formularla así: la p r o h ib ic ió n d e los j u i­
cios d e v alor es, en cuanto tal, caren te d e sen tid o p o r ­
qu e el h isto ria d o r o el so ciólo g o n o p u ed en resp eta rla
2.
sin com p rom eter la calid ad d e su cien cia. «La obra de
Max W eber no sólo resultaría ab u rrid a sino tam ­
H ace algunos años, Leo Strauss consagró al exam en bién absurda si no hubiese hablado continuam ente
de las concepciones de M ax Web er un capítulo de su de-las virtudes yde los vicios intelectuales y m orales
libro D erech o n a tu ra l e h is to r ia 2 La inten ción últi­ utilizando el registro apropiado, el de la a la b a n z a o
m a de esta crítica es, si cabe expresarse así, la de re­ el reproche» (pág. 67). Y sigue: «Com o todos aque-
d u cir a M a x W eber aI nihiIism o. E n otras palabras, lIos que, en aIgún momento, han reflexionado sobre
la condición humana, W eber no podía dejar de ha­
2. ^Publicado en 1954 en ias Recherches en Humaines. blar de avaricia, de codicia, de faIta de escrúpuIos,
T

46 M loM O N D A K O N IN T R O D U C C IÓ N 47

de vanidad, de entrega desinteresada, de sentido de sentido m ás estrecho del térm ino, a analizar el ori­
la m edida y de otras cosas sem ejan tes, es decir, en gen de los cuadros desconociendo su mediocridad o
resum en, de ju icio s de valor». su excelencia, a con statar la sucesión de los estilos
A m i ju icio en este prim er punto hay que darle la sin establecer una jerarquía ni entre los dirersos es­
razón a Strau ss, pero com o, según su c rític a , M ax tilos ni, dentro de c a d a u n o de ellos, entre las reali­
W eber violó la n o rm a que eo teo ría afirm ab a, es zaciones d e lo s creadores y las de los imitadores.
preciso que nos preguntem os por qué un sabio ta n M ax Weber, que se som etió a esta exigencia de la
preocupado por la claridad y el rigor ha pod id o des­ investigación, no tuvo con cien cia de ella o, al m e­
con ocer su propia p ráctica. Un h s to ria d o r o un s o ­ nos, se lim itó a m antener la fórm ula de la relación
ciólogo incapaz de d istin g u ir entre un verdadero con los valores frente a la de los juicios de valor. Esta
profeta y un charlatán sería, p o r eso m ism o, incapaz distinción resulta extrañam ente sumaria.
de una au téntica com p ren sión. Un h istoriad or del D ecir que es bello o feo un templo de la India refi­
arte que no d istinguiese entre los cuadros de L eo ­ riéndose al can on de la belleza griega constituiría
nardo de V inci y los de sus im itadores d ejaría esca­ un ju icio de valor del tipo de los que Max Web er
par el sentido específico del o b jeto histórico, es de­ proscribe en nom bre de la objetividad de las cien­
cir, la cualidad de la obra. Un sociólogo que m etiera cias sociales. Situar en una escala jerárquica las dis­
en el m ism o saco a W ashington y a Hitler, a Boulan- tintas realizaciones de la arqui tectura y de la escul­
ger y a Charles de GaulJe, a un p o lítico interesado tura de la Ind ia es, en últim o análisis, inevi table.
ú nicam en te en el poder y a un hom bre de Estado ¿Cómo no com parar con los templos del pasado los
apasionado por la grandeza de su patria, ternú naría que se erigen hoy en estilo antiguo y que no son más
por con fund irlo todo con el pretexto de no to m ar que la ca rica tu ra de un arte que ha dejado de vivir?
partido. Del m ism o m odo, en religión o en política, habrá
Estos tres ejem plos sugieren la m ism a conclusión que ju zgar la grandeza del hom bre de fe o del hom ­
general: en la narració n o la in terp retació n de los bre de acción p o r referencia al sentido que daba a su
acontecim ientos o las obras el historiad or no puede predicación o a su empresa. M ax Weber no dio n in ­
d ejar de incluir ju icio s de valor, en la m edida en que guna d efinición de lo que él entendía exactamente
éstos son internos al universo de acción o de pensa­ porvalor. Nada impide sustituir el término valorpor
m iento, constitu tivos de la realidad m ism a. Para los térm inos que definen concretam ente los objeti­
evitar este género de ju icio s de valor, el historiad or vos de una con d u cta o de una o b ra, las reglas a las
debería reducirse a las proposiciones históricas en el que el acto r o el cread or han de someterse.
48 KAV5ACINE A R O V

D esd e su propio punto de vista, M ax W eber h a ­


b ría con sen tid o esta rectifica ció n , que n o es tanto
una rectificació n de su pensam iento com o de la ex­
presión que él le dio. Sólo en una fase p o sterio r de la
d iscu sió n h ab ría h ech o o b jecio n es. H abría acep ta­
do que se puede y se debe d istinguir en tre Leonardo
de V inci y sus im itadores; pero ¿puede establecer el
historiad or una jerarq u ía entre las m iniatu ras per­
sas y la pintura italiana, entre las estatuas de E lefan-
y ¡a Tiuiasf u e n tro de un universo
que posee sus propios criterio s de ap reciació n , el
historiador no puede dejar de apreciar sin falsear la
com prensión de lo real. Cuando los criterio s son ra ­
d icalm ente diferentes, cuando los universos son
esen cialm en te otros, el historiador no puede apre­
ciar m ás que tom ando partido y dejando asi, en ese
m ism o m om ento, de ser un hom bre de ciencia.
El exam en de esta pi ím era o b jeció n , válida, pero
susceptible de ser integrada en el p ensam iento de
M ax W eber, nos conduce a una segunda o b jeció n ,
que es tam bién un segundo tem a de reflexión. ¿Cuál
es el sentido de esta diversidad de universos?
2. L a a c ep ta c ió n d e q u e ex iste u n a d iv er sid a d r a ­
d ic a l en tre las d iferen tes ép o ca s destru iría, en ú ltim o
an álisis, e l a lc a n c e d e la m ism a s o c io lo g ía h istórica.
E n efecto, el sociólogo no puede com p ren d er una
socied ad sin u tilizar algún esquem a conceptual-
A hora b ien, si lo que utiliza es su propio esquem a
conceptual com prenderá la sociedad ajena de m odo
distinto a com o ella m ism a se com prendería y estará
IN TíLOD UCCltíiN 49

así falseando su sentido (a m e n o s que la com p ren­


da m ejo r de lo que ella m ism a se com prende). La
comprensión del otro por rela ció n a nuestro esque­
ma conceptual es relativa a é s te ; y, en la m edida en
que tal sistem a está sujeto a ca m b io , nuestra co m ­
prensión cam biará también; le jo s de se r um versal­
mente válida, está ligada a la h isto ria y a su época.
Cuando el sociólogo intenta estab lecer una ciencia
comparativa de las instituciones, o bien dispone de
un conjunto categorial cuya valid ez supera los lím i­
tes del tiem po, o bien su obra e s efím eray, en últim o
término, insignificante.
La objeción que hemos form ulado en térm inos li­
geramente distintos a los que em p lea Strauss co m ­
porta una conclusión incon testable que el m ism o
Max Weber aceptaba; la ciencia histórica o social es
umversalmente válida, pero de una universalidad
hipotética. Depende de hipótesis iniciales, de u n a
elección de valores y de una relación con los valores
que no se imponen a todos los hom bres y que cam ­
bian de u na época a otra. Se m e dirá que las m ate­
máticas o la física no valen tam p oco sino para quie­
nes se preocupan de este tipo de verdad. Existe, sin
embargo, una diferencia decisiva entre ciencias de la
naturaleza y ciencias de la «cultura» tal com o las e n ­
tiende M ax W eber: una vez qu erid a la verdad m ate­
mática o física, el desarrollo d e estas cien cias es acu­
mulativo. Incluso en caso de renovación teó rica, las
proposiciones de ayer encu entran un lugar, co n su
propio grado de aproximación, en el e d i f i c i o de hoy.
r
5 0 B A V M O N D A K ÍJhf urm otJLrcciO M 51

Por el con trario si, de época en época, se m odifican es el caso. Sea cu al fuere la actu ación que tien en en
las cuestiones de los historiadores y de los so c ió lo ­ el origen del cap italism o, Ja com prensión de los cal­
gos, el hom bre del siglo x x i, aun cu an d o quiera una vinistas constituye la m ay o r parte del estudio. N o es,
verdad objetiva, no está obligad o a interesarse por pues, la causalidad la que fundam enta lavalid ez de
las m ism as cuestiones que planteaba el h o m b re del la interpretación w eb erian a del calvinismo.
siglo x x . ¿En qué puede c o n s is tir la v erd a d de esta inter­
M ax W eberaceptaba sin titu bear esta con secu en­ pretación, si la m ism a su p o n e un con ju n to de c o n ­
cia de sus propios principios por dos razo n es, una ceptos y este con ju n to es la expresión del intérprete
explícita y la o tr a im plícita. Las cuestiones las plan­ yde su tiempo? C ierto que la interpretación debe ser
tea el sabio, decía, pero una vez planteadas, las res­ com patible con los h ech o s y con los d ocu m en tos,
puestas son universalm ente válidas. De otra parte, y pero según el propio W eber son posibles interpreta­
sin decirlo, no podía dejar de creer que las cuestiones ciones diversas de unos m ism os datos. Si no se lleva
que él planteaba resp ecto del pasado continuarían más lejos el análisis, la epistem ología se quedará en
teniendo un sentido para los hom bres del futuro. Es esta pluralidad in coh eren te. Para superar esta plu­
esta razón no expresada, más que la o bjetivid ad de ralidad hay que recurrir a análisis más sutiles.
las respuestas, la que f u ndam enta la validez de las Max W eber insistía so b re la cuestión del sentido
ciencias históricas. subjetivo, es decir, sobre el sentido vivido por los ac­
Lo que M ax W eber llam aba la cu estión de los va­ tores históricos. Lo que los historiadores y lo s so ció ­
lores o la relación con los valores no sólo d eterm ina logos buscan es el sen tido vivido, no el sentido verda­
el o b jeto o los lím ites de la investigación sin o ta m ­ dero. Este sentido vivido, sin embargo, es com plejo:
bién lafo rm u lació n conceptual de la m ism a. ¿Cómo el charlatán se hace pasar por. un verdadero profeta; el
no habrían de resultar inseparables las p ro p o sicio ­ demagogo, por un jefe carism ático. La expresión que
nes científicas (las respuestas) y las cu estio n es for­ los actores dan a sus exp erien cias, la co n cie n cia
m uladas? El propio M ax W eber ha o scilad o entre que de elJas tienen o pretenden tener, n o con stitu ­
d istin tas fórm ulas: co m o la respuesta es, al m ism o yen necesariam ente la verdad histórica. Si todos los
tiem po, com prensión y causalidad, las p ro p o sicio ­ sentidos son intercam biables, si ninguno tiene m ás
nes quedan consagradas por esta últim a en su v a li- alcance que los demás, las ciencias sociales no pue­
dez hip otéticam en te universal. Pero esta fórm ula den escapar al caos. De hech o lapluralidad de sen ti­
supondría que la historia o las ciencias sociales estu­ dos es úi negable, pero no se trata de una pluralidad
viesen entretejidas d erelacion es causales, lo no cualquiera.
53

Si el dem agogo es un charlatán, el historiador que una única idea de ella misma para q ue ella tenga u n a
lo tom a por un jefe carism ático se equivoca. Si el unidad; basta con que las distintas ideas que a ce rca
profeta es auténtico, se equivoca el h istoriad or que de ella m ism a ha tenido se orgaificen de alguna m a ­
vea en él un m ixtificador. Esta d iscrim in a ció n es nera, que no parezcan totalm ente desconectadas o
o tro ejem plo de eso sju icio s de valor internos de los desvi nculadas entre sí. De igual m an era la fiiosofía
respectivos universos que M ax W eber ig n o rab a en adquiere la unidad de una historia desde el m om en ­
su epistem ología explícita. E ntre las diversas inter­ to en q ue las cuestiones se en cadenan, aun cu an d o
pretacion es de un fenóm en o h istó rico se establece las respuestas se opongan.
espontáneam ente una jerarqu ía: el sentido con rela­ La sociología histórica de M ax W eber, i gualm e n ­
ció n al m edio, sentido-qüelexiaban los discípulos te, supone que las diversas sociedades no son
y el sentido que le presta el propio creador n o se comparables, y q u e se las puede ° rden* r en un s i s ­
7 ..l u y o u e u . b i sentido de una creen cia religiosa o tema de conceptos universalm ente válido. Strauss
de un sistem a filosófico es, en p rim er lugar, el que el reprocha a Max Weber el haber ignorado.la pof tb l-
profeta (o el teólogo) y el filó so fo le h an dado. Los lidad y la necesidad de un sistem a categoxial u_n1T ie r-
dem ás significados se destacan p or referencia a éste. salmente válido y, habiendo adm itido la relafividad
El historiad or ha de buscar este prim er sentido an ­ histórica de este sistema, el h a ber falsead co n el
tes de ponerse a investigar los restantes. provincialismo su sociología de la htetoxia un lver-
Se me dirá, claro es, que si el histo riad o r aplica sal. La distinción de los tres poderes, r a­
sus conceptos propios a la interpretación del senti­ cional y carism ático, no es m ás que la exp resión_de
do in trín seco ya lo está renovando. Cierto. Pero la una coyuntura singular, la que sigue a la R evoluc1 on
única conclusión que de ello puede sacarse es la de Francesa, dominada por la antiunrnla de trad icixin y
que, en el caso de que no hubiese orden interno en el razón, de antiguo régim en y revolu ción. E l te rcer
universo flo s ó fic o o religioso, la serie de las in ter­ tipo de poder, el carism ático, se añade.p ara d a r la
pretaciones sería tan incoherente co m o la de las impresión de que el esquema es exhaustivo.
obras. P rop osición , por lo dem ás, evidente a poco No es nuestro propósito el discutir aquí los m é ri­
que se reflexione sobre ella. No h ay h isto ria de la hu ­ tos y dem éritos de la distinción de los tres poderes,
m anidad si la hum anidad no existe. No hay historia pero hay un punto en el que Strauss tien e ra z ó n
de la filosofía si la filosofía no existe. frente a la epistem ología explícita de M a x W eber :
E ntend am os bien el alcan ce de estas a firm a cio ­ esta dist n c ió n sólo es significativa xi, y en la m ed í-
nes. N o es n ecesario que la hu m anidad m antenga da en q ue, los innum erables poderes pueden ser
54 iíA Y M O M P ARON

subsuinidos en alguno de los tres tip o s; o dicho de


otra m anera, si, y en la m edida en que, la diversidad
histórica no es radicalm ente incoherente. Pero la in­
coherencia no im plica todavía (y en este punto Max
W eber tiene razón frente a Strauss, al m enos a esta
altu ra de la argum entación) que exista un orden su-
p rahistórico en el que deban qued ar integradas las
singularidades históricas. Es cierto que equivocada­
m ente se ha confundido la rivalidad del antiguo ré­
gim en y la revolución con la antinom ia de tradición
y razón . Es p o sib le que la an tin o m ia tra d ició n -ra ­
zón ca ra cte rice a un solo período histó rico . Pese a
to d o, el esquem a w eberiano tiene a m is o jo s un al­
cance que Strauss len iega.
Los tres térm in o s (trad ició n , razón y carism a)
corresponden a tres principios de ob ed ien cia. El
hom bre obedece a los jefes que la costum br e consa­
gra, que la razón designa o que el entusiasm o eleva
por encim a de los demás. Los abuelos, los organiza­
dores y los profetas sim bolizan estas tres fuentes de
legitim idad, que Strauss hubiera podido adm itir,
puesto que se trata de m odelos m uy próxim os a los
que conoce el ciudadano no filosófico que piensa se­
gún las n ocion es de la vida cotid iana. En nuestro
tiem po, adem ás, están en vías de racionalización la
autoridad que se concede a la fu n ció n o la com pe­
tencia, o que continúan ejerciendo el pasado o la a n ­
cianidad. Jam ás basta, sin em bargo, con esta autori­
dad racion al; en el nivel suprem o, el jefe n o invoca
sólo la pura razón. En último análisis estátransfigu -
55
S JJT R O D U G C lO N

rado p or u n a tradición, siquiera sea la de los m eca­


nism os racio n ales, o p o r el entusiasm o de las m ulti­
tudes. El esq u em a w eberiano ayuda a captar el nú­
cleo del p ro b le m a p o lítico de nuestra civilización.
Es c ie rto q u e, así planteado, el problem a político
no tie n e u n a solu ción que sea en sí misma óptim a.
Es co n ceb ib le, pues, la posibilidad de otra tem ática
distinta, p aralela a la de la legitim idad parcial d eles-
quem a de W eber. Aun adm itiendo que la diversidad
histórica n o es incoherente, subsiste la oposición
entre dos tesis: la de Wfeber, que, excluyendo la bús­
queda del régim en m ejo r y del orden universalm en­
te válido de la diversidad, implica al m ism o tiem po
la leg itim id ad de una cien cia com parativa, y la de
Strauss, q u e vincu la la ciencia com parativa al orden
suprahistórico en el que se integra la diversidad h is­
tórica.
3. Así com o la diversidad radical de las épocas o
de las in stitu cio n es a través del tiem po privaría de
valor a la sociología histórica, así tam bién la irracio­
nalidad r a d ic a l d e las d ecision es p riv a ría d e v alor a la
p reo c u p a c ió n p o r la d isc rim in a c ió n rig u rosa en tre
cien ciay p o lít ic a , en tre relación con los v a lo resy j u i ­
cios d e valor. Después de todo ¿por qué no hacer p a ­
sar co m o c ie n cia lo q u e es p o lítica si, en ú ltim o
término, la honradez no es m ás que una de las elec­
ciones posibles, ni más ni menos válida que la elección
del cin ism o, de la h ip ocresía o de la con fu sión? El
peligro es tan to m ás real cu a n to q u e M ax W eber
Parece p ro p o n e r com o ideal, com o suprem a realí-
T

56 RAYMot:oJ\.R.í)s
ÍN TR .O O U C CJO N

zación de su propia elección, la obed iencia de cada cuerpo de tu propia m adre». Si lo único que fin al­
cual a su propio dios o a su propio d em onio. Sé lo mente subsiste es la obligación de fidelidad hacia s í
que eres, sería así La últim a palabra de lo que no mismo, el nietzscheano que no se detiene ante nada
puede llam arse ni m oral ni prudencia, sino, ta l vez, vale m ás que el violento a quien detienen los escrú­
«ética personal». pulos.
Si lo consideram os en relación con la trad ición fi­ Las im plicaciones nihilistas de algunos textos de
losófica, M ax Web er parece casi n ietzsch ean o. Se Max W eber son innegables. He de anadir q u e el
niega a p on er las reglas form ales de la m oralidad nihilism o fue una de las tendencias de su p en sa­
por encim a de la relatividad h istórica. Los im pera­ miento. «D ios ha m uerto, todo es lícito.» O al m e ­
tivos kantianos no son m enos característicos de una nos, «D ios ha m uerto, cada cualelige su propio dios,
actitud que la adhesión a los dogm as cristian os o el que tal vez será un d em onio». Pero no es esta te n ­
culto a los valores vitales. «No hagas a otro Laque no dencia la ú nica que atraviesa su pensam iento. E l
quieres que te hagan a ti»; este m and am iento exige nihilismo nietzscheano en el que aveces desem bo­
el refrenam iento de la voluntad de poder, la su m i­ caba era m enos o b jeto de una elección delib erada
sión a los principios de igualdad y reciprocidad en­ que consecuencia semii nvoluntaria de un prin cip io
tre los in dividuos. El in divid uo que ha elegido reali- 1 a sus o jo s fundam ental: la imposibilidad de dem os­
zarse a la m anera de Calicles se negará a in clinarse trar científicam ente un juicio de valor o un im pera­
ante las prohibiciones prom ulgadas por los débiles 1 tivo moral.
para protegerse de los fuertes, por los esclavos para 1 Puede concedérsele que la verdad de los m and a­
encadenar a los señores. tos «no hagas a o tro lo que no quisieras que se te
Es absolutam ente incontestable que las reglas for­ haga» o «no matarás» no es del mismo orden que la
m ales no son independientes de una m oral material, de la ley de la gravitación universal o de las ecuacio­
y que esta última es incom patible con el culto de los nes de la relatividad. Una vez establecida la hetero­
valores vitales o de La volw itad de poder. Pero si p o­ geneidad entre la verdad universal, tal com o La c o n ­
nem os en el m ism o plano el im perativo de recipro­ cibe la m oderna cien cia de la naturaleza, y todo lo
cidad y el rechazo de este im perativo, ya no es ücita restante, Max Weber se las ingenió para circu n scri­
la duda; caem os en el puro y sim ple nihilism o. Todo bir en las ciencias de lacu ltu ra un dominio en el que
es equivalente. El «no m atarás» no es, en ú ltim o té r­ sería posible a firm ar una verdad del m i sm o tip o
m in o, m ás evidente que el «ve h asta el fin al de tu que la de la física, arrojand o el resto de dichas cren-
em presa aunque tengas que pasar por en cim a del a las tinieblas exteriores.
r

59
58 ^^mondaron lN'^^DUCCIÓN

Su error es d oble: la d iscrim in ació n de las cu es­ las instituciones que, de siglo en alg ili, constituyen
tiones (arbitrarias) y de las respuestas (objetiv as) es su realización adecuada no pueden d ejar de cam ­
m u cho m ás espinosa de lo que sus análisis pueden biar en fu n ció n de las técn icas de la m ateria y de la
hacer pensar. Si tod o lo que no es verdad científica sociedad.
es arb itrario , la m ism a verdad cie n tífica resultaría 4. P o co im porta, habría resp ond id ° Weber, que
ser ob jeto de una preferencia tan caren te de funda­ el filósofo establezca m últiples categm íax. de proPo­
m ento com o la preferencia opuesta por los m itos y siciones o de m andatos no cien tífica . Yo no he sido
los valores vitales. ni he pretendido ser un filósofo. No me he aventura­
Max. W eber hubiese podido salir de este círcu lo 1 do por el terreno de la filosofía más que para mar^
en el que él m ism o se en cerrab a. En efe cto , si, para l los lím ites de la ciencia y las an tinom a de la acción-
em plear su m ism o lenguaje, él es cogía la verdad ' Ahora bien, la in ten ción d e u n ive rsa lid a d qu e a nana
cien tífica, es porque ésta es universal, co n d ició n y 1 a la m o ra l f o rm a l no se co m u n ica a las d ecisiones d e
h o g ar de una com unidad del espíritu que traspasa los h om bres d e acción . En otros térm in os, y para h a­
las fronteras y los siglos. El culto de los valores vita­ blar un lenguaj e d istinto al de M ax. la
les, la afirmació n de la voluntad de poder, entrañan menología w eberiana de la acción sigue siendo vali­
la negación de la universalidad: la rivalidad y no la da aunque se ponga la m oral f o n n al fuera de la
com unidad de Los espíritus sería entonces la esencia | relatividad histórica.
de la hum anidad. Aun admi tiendo que lógicam ente Volvamos a tom ar, uno por uno, los datos esen­
la verdad de «2 x 2 = 4» no es del m ism o género que la ciales de esta fenom enología. ¿Existen dos morales
de «no m atarás», queda subsistente el hecho de que esencialmente distintas, La de la responsabilidad/ la
el sentido último de la igualdad aritm ética se dirige de la convicción? A prim era v s ta está uno tentado de
a todos los hom bres, universalidad que la p ro h ib i- responder, com o Leo Strauss, que no es moral un
ción de matar posee tam bién por otros c a n inos. i hombre que actúa exclus iva m ente según la moral de
Las reglas form ales de la m oral ra cio n a lista de la convicción. Nadie tiene derecho a desinteresarse
origen cristiano, cuya expresión suprem a es la filo­ de las consecuencias de sus actos. De otra parte, la
sofía de K ant, no son tam poco cu estió n de gusto, preocupación p o r las con secu en cias completa, sin
com o los colores. Son el desarrollo lógico de la idea co n trad ecirios, los m óv iles de la acció n . Se obra
de hum anidad, de socied ad universal de los h o m ­ p or convicc ión y p a r a obtener ciertos resultados.
bres, idea inseparable del sentido p rofundo de la Estas o b jecio n es son d em asiad o sumarias p ara
verdad científica. Estas reglas son form ales porque rec itar convincentes. M ax W eber no quiere decir

É
60 RAY.MONDARON tN'TRODUCClON
6J

que el m oralista de la responsabilidad n o ten g a con­ intelectual, yo defiendo la v erd a d , es decir, procla­
vicciones, ni que el m oralista de la co n v icció n no mo la inocencia de Dreyfus, p ero q u e no se diga que
tenga sentido de la responsabilidad. Lo que él sugie­ estoy sirviendo así a la p a tr ia o a l ejército. Muy al
re es que, en condiciones extrem as, am bas actitudes contrario, al com prom eter e l p re stig io del Estado
pueden contrad ecirse y que, en últún o análisis, uno Mayor, estoy pon iendo en p elig ro la necesaria auto­
prefiere al éxito la afirm ació n intransigente de sus ridad de los jefes m ilitares. Yo ^ y, sin embargo, res­
p rin cip io s y el o tro sacrifica sus con vicciones a las ponsable delaverdad, no del p o d e río francés.
necesidades del triu nfo, siendo m orales tanto uno No creo que Leo Strauss negase estas evidencias.
com o otro dentro de una d eterm inad a concepción El problema está en d ete rm in a r q u é lugar hay que
de la m oralid ad . A los o jo s del m oralista de la res­ dar en la filosofía p olítica a las inevitables a n tin o ­
ponsabilidad, Rom ain R olland es culpable porque mias de la acción. Toda una e scu e la , cuyo más ilus­
debilita la confianza de los f ranceses en la ju sticia de tre representante es M aquiavelo, sostien e que la
Iv ...., c. . nbio, ..l.Ilte los o jo s del m ora­ esencia de la política se revela p recisam en te en las
lista de la convicción, para quien el respeto de Ja ver­ situaciones extremas. Un p o lític o d eb e ser, al nus-
dad o la fraternid ad de los esp íritu s son o b jeti v os 1 mo tiempo, convencido y resp o n sab le. ¿Pero cuál es
superiores al del triun fo de un país, aunque éste sea , la elección moral cuando es p reciso m entir o perder,
paladin de una causa relativam ente pura. , matar o ser vencido? La verdad, resp o n d e el m ora­
A su vez, esta respuesta nos parece convincente y 1 lista de la convicción; el éxito, resp o n d e elm oralista
sum aria. Si bien es cierto que el m oralista de la con­ dela responsabilidad. Las dos e le ccio n e s son m ora­
vicción se interesa por las consecuencias de sus pro­ les con tal de que el éxito que este ú ltim o quiere sea
pios actos, no es m enos cierto que el m oralista de la [i el de la ciudad yno el suyo propio.
responsabilidad está frecu entem ente tentado de La antinomia me parece e se n c ia l, aun cuando en
violar las reglas form ales o de sacrificar valores co n ­ la mayor parte de los casos la p ru d e n c ia sugeriría un
cre to s para co n seg u ir o b jetiv o s p reciso s. Nada compromiso razonable. La s itu a c ió n extrem a en la
contribuye más a Ja eficacia del com bate que la b u e- que el compromiso se hace d ifíc il, si no im posible,
na c o nc e n c ia d e lo s com batientes. La m itología o la no es excepcional, y el riesgo se p re sen ta des de el
m e n tu a con tribu yen m ás que la ex p resió n f el de m omento en que surge un c o n flic to . A h ° ra bien,
la verdad a la forja de esta buena co n cien cia. M ax Max Weber juzgaba, y no sin r a z ó n , que la p o lít
W eber habría suscrito las fórm ulas que B en d a u tili­ es por esencia conflicto entre las n a c io n e s, Los part1-
zaba en el m om ento del aff a ire D reyfus: en cu anto dos y los individuos. Nadie ha p e n s a d o jam ás que
62 R A V M O t'Jn AB.OM

las reglas form ales de la m oral kantiana sean, al m is­


m o tiem po, reglas de eficacia p ara uso de los com ­
batientes en la batalla política. Los ejem plos h istóri­
cos, en sí m ism os discutibles, que M ax W eberofrece
de la m oral de la convicción no han sido elegidos al
azar: el pacifista se niega a en trar en la guerra, el sin­
d icalista revolu cionario (tal co m o M ax W eber lo
construye) va hasta el fin de la voluntad de guerra.
U no y o tro rechazan toda p ru d encia (co sa que el
m oralista de la responsabilidad le rep rocha a justo
títu lo ), pero am bos pueden responder, el uno que
no quiere érttraí en Ja guerra, el o tro que n o quiere
hacer com prom isos con el régim en odiado. El «no¿
incon d icion al, absoluto, a riesgo de perderlo todo,
es la expresión últim a de lo que M ax W eber llam aba
la m oral de la con vicción. No hay responsable que
no se vea forzado, un día u o tro , a d ecir tam bién
«no», cualquiera que sea el precio que por ello tenga
que pagar, w eil er nicht a n d ers kcinn, porque no pue­
de obrar de otra m anera. En resum en, en el mundo
hum ano tal cual es, la prudencia, en la que se com ­
bin an norm alm ente afirm ación d e voluntad y pre­
ocupación p or las consecuencias, co rre en to d o m o­
m en to el riesgo de naufragar en el o b stá cu lo de la
co n trad icció n entre m oral universal y necesidades
de la lucha. La guerra es inseparable de la p olítica, y
el h om b re de pensam iento que entra en la política
no logra ni som eterse enteram ente a las o b lig acio ­
nes del com batiente, ni liberarse p o r com pleto de
ellas. R acionaliza sus propias con trad iccio n es en la
IN TR O D U C C IO N <53

antinomia de las dos m orales que, al nivel de la feno­


menología de la acción política, m e parece una co n -
ceptualización fiel de la co n cien cia desgarrada del
«intelectual en política».
«Salvar su alm a o salvar la ciudad»: a lo largo de la
historia los cristian os no h an creíd o que los dos tér­
minos fuesen incom patibles. Pero la política es gue­
rra, y la m oral universal, la de C risto o la de Kant,
que en la conciencia de M ax W eber seguía siendo la
moral, es paz. Tal vez la prudencia enseñe a los filó­
sofos a n o entrar en la guerra. Si entran en ella qui­
zás sean prudentes. ¿Serán veraces? ¿Serán puros?
5. Muchos filósofos se sentirán tentados de con­
siderar artificial la ant inom ia entre las dos morales:
dos tendencias com plem entarias, aunque a veces di­
vergentes, se presentan en ella com o dos térm inos
contradictorios. M ax W eber, por el contrario, veía
en esta antinom ia el signo de lo que auténticamente
constituye la condición hum ana. V eía la existencia
de esta contradicción en tres niveles distintos^ el de
Ia controversia p o lítica, el de los fundam entos del
orden ju sto y el de las finalidades últim as de La ac­
ción o de la existencia hum ana:
a ) M ax W eber no se cansaba de m o strar que nin­
guna m edida concreta (un derecho arancelario, un
aumento o d ism inución de impuestosi una subven­
ción) puede revestir la dignidad de una verdad cien­
tífica. Es im p osib le fav o recer a un g ru p o sin p er­
ju d icar a o tro , d e m o stra r que un p ro g reso de la
Pr°d u cción global no se paga d em asiad o caro con
64 ttjM rto o N D A jiQ íí

la ru in a de los pequeños co m ercian tes o el em p o­


brecim iento de una región desfavorecida; im posible
d em ostrar que las consecuencias» en sí m ism as de­
plorables, de una medida fiscal están com pensadas
por los beneficios que de ella se esperan. Este tipo de
argu m entación es, al m ism o tiem po, ind iscu tible y
sin gran alcance. Rem ite a la problem ática, ya clási­
ca, del interés colectivo y los intereses individuales.
Situ ém onos dentro del universo de la econom ía
m od ern a. Sólo se puede d ecir con certeza que una
m edida determ inada es conform e al interés convún
cuando increm enta las satisfacciones de algunos sin
dism inuir las de nadie (m idiendo las satisfacciones
con la expresión objetiva que constituyen los ingre­
sos disponibles). Incluso en esta hipótesis, sugerida
por la d efinición que Pareto da del m áxim o de inte­
rés p a r a una colectividad, subsiste en rigor una in ­
certidum bre: una u rd id a one
j increm entase los in-
gresos de algunos sin reducir los de nadie podría
agravar la i nsatisfacción ocasionada por la injusticia
en el caso de que la progresión del co n ju n to acen­
tuase la desigualdad en la d istrib u ció n . Aun en el
caso de que una m edida sea favorable para u no y no
para otros, no puede afirm arse sin m ás que la elec­
ció n hecha, que no es rigurosam ente científica, sea
efectivam ente arbitraria, y que a falta de to d a de­
m o stració n universalm ente válida n o quede otra
cosa que la lucha sin térm ino y sin solución equitati­
va. D entro de la sociedad industrial, existe una co n ­
troversia perm anente, pero esta controversia n o es
L '-ft& a O U C C lO N 65

una lucha a m uerte y no excluye la d iscu sión ra z o ­


nable y la solución negociada.
Existe un acuerdo sobre la finalidad a conseguir:
el increm ento del producto nacional y la atenuación
de las desigualdades de distribución. Estos dos ob­
jetivos del desarrollo y de la reducción de las d esi­
gualdades no sugieren siem pre, sin em bargo, las
mismas soluciones. Insistiendo dem asiado en la
igualdad, se corre el riesgo de com prom eter el desa­
rrollo. La obsesión por el desarrollo lleva a olvidar
los sufrim ientos de los hom bres y a sacrificar a los
vivos en aras de las generaciones por venir. N o existe
ni una sola de las medidas llam adas técnicas (tasas
de interés, derechos aduaneros, im puestos) que no
tenga im plicaciones políticas y sociales o, dicho de
otro m odo, que n o afecte a la d istribución de los in ­
gresos y del poder al mismo tiempo que al desarrollo
del conjunto. Las hipótesis sobre las que se funda el
W dfare (por ejemplo, que un reparto igualitario de
un cierto volumen de ingresos aumenta las satisfac­
ciones, puesto que el ingreso transferido de un rico a
Un pobre aumenta las satisfacciones de este últim o en
un grado mayor que aquel en que disminuye las de los
Primeros) son todas discutibles y, en todo caso, no
científicas. Sería un error, sin embargo, plantear la al­
ternativa de la ciencia o la decisión arbitraria. Entre la
proposición racional, válida para todos porque ha
sido dem ostrada según m étodos que a todos se im ­
ponen, y la elección que cada cual hace por sí solo y
que a nadie m ás obliga, queda espacio p ara la d eci-
66 R A V M O Jtfn APÍ1PÍ

sió n razonable, la decisión fundada sobre la razón,


aunque co n traria al interés de algunos.
D iscu sión y elección razonable se sitúan en el in­
te rio r de la civ iliz a ció n in d u strial, e in clu so en d
in terio r de un régim en determ inad o. Q u ien sigue
sien d o h ostil a la industrialización o q u ien rechaza
sin condiciones la propiedad privada de los medios
de producción no entra en esta discusión razonable.
Q uien así piensa se sitúa en la historia; y ésta está he­
cha de una lucha inacabable en tre los hom bres, los
partidos y los dioses.
b ) En segundo lugar, M ax W eber juzgaba irre­
ductibles ios conflictos en ios que se disputa ia defi­
nición del orden justo. ¿Cuáles son las exigencias del
concepto de igualdad? Tal es, en el fondo, la pregun­
ta últim a a que se reduce todo ei debate sobre el or­
den ju sto . Para esta pregunta, d ecía M ax Weber,
existen dos respuestas igualm ente válidas: o bien se
debe m ás a quien m ás produce o b ien se le pide más.
¿Es preciso favorecer al grupo más selecto y ayudar­
lo a desarrollarse con plenitud? O b ien , por ei con­
trario, ¿debe actuar ia legislación en sentido opuesto
a la naturaleza y restablecer sin cesar la igualdad que
ia naturaleza tiende con igual con stancia a destruir?
No sin m otivo Strauss juzga que M ax W eber no for­
m uló la an tin o m ia con su ficiente rig or n i, menos
aun, presentó la tesis de «igualdad a toda costa» ei*
térm in o s tales que la hagan aparecer tan plausible
co m o la tesis opuesta de las desigualdades naturales
que toda sociedad ha de aceptar.
p ír - R O o u o e f O t f €7

No p od ríam os d iscu tir a fondo el problem a del


orden ju sto sin salim os de los lím ites de esta intro­
ducción. Algunas observaciones bastarán para se­
ñalar lo que nos parece indiscutible en la concep­
ción w eberiana de las antinom ias de la igualdad y
válido en el rechazo que Strauss hace de esta transfi­
guración trágica de las antinom ias.
Considerem os los d o ctrin ario s de la política así
i com o tam bién los jefes de partido. El hecho es que
los unos están m ás preocupados de dejar libre curso
a los talentos y los otros de impedir que se acusen las
diferencias de condición. Releamos a.Alain; el filó­
sofo del radicalism o reconoce con Augusto Comte
que en toda sociedad hay ricos y poderosos, pero él
se preocupa m ás por evitar los abusos de la riqueza
y del p od er que por conceder a los más productivos
la recompensa m erecida en razón de sus capacida­
des. Otros escritores se orientan en la dirección
opuesta y se pregutan cóm o asegurar la selección de
una élite y reforzar la autoridad de los m ejores. Trá­
tese de ingresos o de poder, me parece que no es du-
| doso el hecho de que a nivel de las ideologías econó-
I m ico-sociales se d ibujan dos tendencias, una que
quiere dar a todos unas condiciones de vida tan
I iguales com o sea posible y otra que quiere aumentar
la prima debida a las capacidades, una que intenta
impedir que los gobernantes, aunque sean los m ejo-
res, ejerzan un poder ilim itado y otra que se da por
objetivo la consolidación del reinado de los gober­
nantes dignos de sus f unciones.
I
68 RAYMONDA.RON 69

Estas preferencias divergentes no pueden dejar de h tienen el m ism o origen, psicológico m ás que lógico.
actu ar cada vez que hay que resolver un problem a Fuera de la ciencia no hay m ás que elección; y com o
determ inado. Trátese de fiscalid ad , de sistem as de la elección no es, por esencia, cie n tífica , q u ien va
ed u cació n o de la propiedad de lo s in stru m en to s hasta el fin de sus creencias no puede ser con d en a­
de producción, el d o ctrin ario de la igualdad se m cli- do, aun cuando se vea arrastrado hasta el fanatism o.
nará en un sentido y el de la jerarqu ía natu ral y so­ Basta con aceptar la pluralidad de esas co n sid e ra ­
cial en otro. En este sentido, M ax W eber no errab aal ciones (o, si se prefiere, de esos valores), sin p o stu ­
señalar la heterogeneidad de la d ecisión poUtica y de lar una irreductible antinom ia entre ellas, p a r a d a r ­
la dem ostración científica. ¿Tenía razón, sin em bar­ se cuenta de que existe una salida. Preocupación por
go, al asim ilar las preferencias divergentes a una la dignidad igual de todos los h o m b res y, en nu es­
contrad icción fundam ental, irreductible? tras sociedades, por la reducción de las desigualda­
A esta asim ilación se llegaba a p a r t r de los postu­ des económ icas; acep tación de las desigualdades
la ^0 ^ u * ' 1 ° T oi: hom bres son naturalm ente naturales y necesidad de favorecer el libre desarrollo
desiguales, pero esta desigualdad natural es la injus- | de los talentos; reconocim iento de la jerarqu ía social
ticia suprem a y.original, y el teórico de la política tie- 1 y voluntad de h acerla equitativa m ed ian te la elec­
ne derecho a pensar que es preciso borrarla y actuar ción de los jefes y tolerable a los g o b ern ad o s m e­
para conseguir este objetivo._2.° La sociedad tiene ne- , diante la lim itación de las prerrogativas de los p o d e­
•4, „cesidad de los m ejor dotados en el orden de l espíriti ,¡ rosos: quien q u iera ignorar uno u o tro de estos
o de la m oralidad, pero aquel a quien anim a la pasión datos no com ete tal vez un error científico o una fal­
de la igualdad tiene derecho a olvidar las considera- 1 ta moral, pero es p oco razonable. Q uizás ^ Max' We-
cio n es p ra g m á tica s para no o b e d e ce r m á s que al ■ ber se lim itaría a responder que, si b ien eso es cier­
im perativo de la ju stic ia , tal co m o él lo interpreta. to»no se ve por qué vale m ás ser razon ab le que ser
3. ° Cuando se im ponen sim ultáneam ente considera- ' apasionado. Tal vez m ás que con trad ictorios, los cri-
ciones distintas y parcialm ente divergentes, el que ig- teri0s del orden ju sto son sim plem ente m últiples, tal
. nora una de ellas no vale m enos que el que se esfuerza vez las op o sicio n es se presenten en el p lan o de las
por r e l e erlas todas juntas o, en otros térm inos, el ex­ soluciones concretas y n o e n e l de los principios que,
tre m ista está al m ism o nivel que el m o d e ra d o , el en elm ás alto nivel de abstracción , son com plem en­
«m onoidealista» n o es inferior al prudente. tara s y no co n trad icto rio s. E n to d o caso, sigue
B asta con form u lar estos postu lados p ara p erci­ siendo verdad el hecho de que las exig en ciasd e ^^la
b ir que son, cuando m enos, discutibles, y que todos Persona, de cad a civ ilizació n y de cad a época son
70 R.J\YMCNOA^N■ 71

incom parables. Cada existen cia tiene su propio' Estas observaciones son hasta tal punto evidentes
Dios, y los dioses están en lucha. 1 que es difícil convencerse de que Max: W eber no las
e) Vengam os a la tercera co n trad icció n , la más ¡ haya visto.
profunda, decisiva si es au téntica, la contradicción ¡ Volvamos, pues, a leer la f a s e m ás característica:
entre los valores. Por así decir, M ax W eber su g e ra la , «La sabiduría popular nos enseña que una cosa pue­
co n trad icció n en tre los valores co m o si fu ese algo I de ser verdadera aunque no sea ni b e lla, ni sa n ta n i
por sí m ism o evidente, pero no la d em ostraba, y los ¡ buena, y precisam ente porque no lo es». ¿Por qué
ejem p los que utiliza no siem pre son convincentes. Max W eber no ha sacado de esta sabiduría popular
Una cosa, d ice él, puede ser bella precisam ente por- ¡ la conclusión de que cada universo espiritu al tiene
que n o es buena, y así sucede con L a s flo r e s d e l m al su ley propia, sino la de que el politeísm o griego es­
C ierto que la ob ra de Baudelaire no es m oral, ni en taba en lo ju sto al evocar la lucha entre los dioses?
su o b je to y ni siqu iera quizás en la in ten ció n de su B1 hom bre no puede conducirse, a la vvez, según las
autor, suponiendo qué la inten ción del poeta pueda exigencias de la moral de la santidad y las exigen-
juzgarse por referencia a la m oral. Pero la belleza de de la m oral temporal. Ofrecer la otra mejilla es falta
L a s flo r e s d el m a l no tiene co m o causa la inm orali­ de dignidad si no es santidad. De otra parte, si bien
dad de los tem as o la (supuesta) inm oralid ad del es c ierto que Apolo y M arte, Venus y M inerva no es­
creador. Entre el sentido específico de la o b ra de arte tán condenados a com batirse, cada persona, indivi­
y la finalidad de la conducta que se pretende moral. dual o colectiva, no puede sa c rfica r simultáneamen­
entre la belleza y el deber, no existe una lucha sin so­ te a todos los dioses. El filósofo puede concebir
lu ción , sin o u na sim ple pluralidad com parable a la fácilmente la diversidad de las realizaciones hum a­
que se da entre las castas de la lndia. os com o un enriquecim iento; el hom bre, solo entre
N inguna dem ostración, d ice él tam bién, perm ie otros, no puede elegir un m odo de realización sin re­
resolver la cuestión del valor respectivo de la cul^ tura nunciar con ello m ism o a los dem ás. Una sociedad
alemana y la cultura fr ancesa. Esto es verdad. ¿Pero es no puede sobresalir a la vez en todos los órdenes de
que tiene sentido eesa cuestión? En rigor, cabe estable­ la acción, la santidad, el arte y la m editación. E n este
cer una jerarqu ía entre diversas obras dentro de ufl sentido, toda existencia es elección, y toda elección
universo determ inado, pero no es posible establecer Comporta m ás «síes» que «noes» y condena a cada
una jerarqu ía entre conjuntos históricos, cada uno de 1 cuala contar con m ás enem igos q u efíe les.
los cuales contribuye a la riqueza de la historia total* Es evidente que el individuo nunca realiza m ás
cada uno de los cuales aporta algo que el otro n o posee que algunas de las potencialidades de su ser o de la
72 RMfMOlíP AROV IN T R O D U C C IO N 73

hum anidad. Es tam bién evidente que u na é p o ca es los dioses; lo que el historiador con stata es el furor
p risio n era de la idea que se ha h ech o de la belleza. fratricida de las iglesias.
Pero del m ism o m odo que el individuo no elige con­ La guerra de las Iglesias no es la con tiend a de los
tra laética del soldado al escoger la profesión de hom ­ dioses, p ero la frase de M ax W eber n o s sugiere el
bre de ciencia, Fidias no eligió la estatuaria griega paso de una a o tra : «Ofrecer la o tra m ejilla es falta
contra la de Elefanta. La particularidad de cada reali­ de dignidad cuando no es santidad». El m ism o acto
zación histórica no entraña el con flicto entre esas resulta bueno o malo según el sentido que el actor dé
particularidades. A lo sum o esa particularidad ^ crea­ a su vida.
ría un caos espiritual si la relatividad pura y simple No hay que ir a buscar dem asiado lejos el motivo
fuese la últim a palabra de la reflexión histórica. r, J e que Max W eber eligiese com o ejem plo de la con­
L ■1 ¿ - - i •u c a u e Ío:> d ioses o , al m enos, en tre los tradicción el aparentemente accidental de laactitu d
fieles de los dioses su rge si el culto a un dios contra­ frente al enem igo. La m oral de K ant o la ética del
d ice d irectam ente el culto a otro. E n la ciudad, el Serm ón d e la M on tañ a se aplican a los hom bres de
ciudadano o el hom bre de acción ha de tornar posi­ buena voluntad. En este m undo los h om b res están
ción a favor de un partido o de una causa en contra en guerra dentro de la ciudad y las ciudades están en
de otros p artid os o de otras causas, pues todos los I guerra en la escena del m undo. C ad a una de las
p artid os se am paran en valores pretendidam ente ciudades defiende una causa en sí m ism a válida.
suprem os. En La época en que los cristian os com ba­ (¿Cómo establecer una jerarquía entre las naciones,
tían el Panteón rom ano, los actores de la historia entre la cultura alemana y la cultura francesa?) Los
creían en dioses destinados inexorablem ente a una partidos cuyos m edios o cuyos objetivos im nediatos
lucha a muerte. Lo mism o sucedía (en m enor grado) parecen m enos justificables pueden llevar a buen
cuando los revolucionarios término tareas de las que se felicitarán nuestros b is­
^ franceses derribaban los |ii
tronos y los altares. Lo m ism o ocurre tam bién cuan­ nietos. Una vez m ás, Max W eber sólo p ercibe una
do los comunistas dsuelven los parlamentos ynacio- salida para quien no se somete a los im perativ os del
nalizan los instrum entos de producción. Cualquie* combate: la indiferencia ante las consecuencias, que
ra que sea el ju icio del filósofo, la h istoria está hecha suve de fundam ento a la m oral de la con vicción, o la
de com bates dudosos en los que n ingu na causa es : santidad de la no resistencia individual p o r fideli-
pura, ninguna decisión sin riesgos, ninguna acción a ciertas enseñanzas de Cristo.
sin consecuencias im previsibles. Q uizás el filósofa ' El ^ n to y el héroe no pueden act ^ ^ de igual m odo
d isciern a más allá de ese tum ulto la fraternid ad de en uunamisma ¿Ordena la religión «ofrecer
74 feAYMONQ ARCW ¡h^TODLfc c iüN 75

la o tra m ejilla» si esta fórm ula equivale a recom en­ progresiva de las Luces o en la persistencia de las ilu­
dar la no resistencia al mal? De una u otra form a, to­ siones. Ante los ojos del creyente, p or el contrario, es
das las sociedades han reconocido la pluralidad que Lafe la que determ ina el sentido del escepticism o. La
M ax Weber quería belicosa y patética. El guerrero no formula de la «guerra de los dioses» es la transposi­
siem pre com p ren d e al b rah m án , pero elb ra h m á n ción de un hecho indiscutible (el de que los hombres
no ignora ja m á s al guerrero: duda entre la utopía de se han hecho representaciones incom patibles del
una ciudaden la que el guerrero sus órdenes mundo) en una filosofía que nadie vive n i piensa
y la prudencia que se contenta con una ciudad en la que porque es contrad ictoria (la que sostiene que todas
los filósofos tuvieran libertad para pensar, pero no la las representaciones son equivalentes porque nin-
am bición de reinar, resignados a «la historia llena de ginaesverd ad era ni falsa).
ruido y furor y sin significado alguno». Cualquiera Max W eber podía tener el sentim iento de vivir
que sea su elección, no verá por ninguna parte una esta filosofía. No creyente, había guardado la nostal­
«guerra entre dioses». Si quiere la utopía, conservará gia de la fe y estaba convencido de que con la reli­
la espe^ ranza de la conciliación; y si es prudente, es de­ gión se pierden valores espirituales irreemplazables.
cir, resignado a la imprudencia de Jos demás, ¿por qué Kantiano, era un apasionado de la acción política y
habría de ver un conflicto sin s a ld a entre él y los in­ veía una antinom ia irreductible entre las reglas dela
sensatos, entre los que meditan ylos que combaten? El moral form al y Las exigencias de la acción, es decir,
héroe no ignora ri.i despreciad santo; desprecia al que de la lucha. Sociólogo, veía que las civilizaciones, los
ofrece la otra m ejilla por cobardía, no al que lo hace pueblos, los partidos, piensan y obran según siste­
movido por una bravura superior. mas de valores divergentes cuando no opuestos. El
¿Por qué está tan seguro M ax W eber de que los desgarramiento de la incredulidad, la antinom ia de
conflictos del O lim po son inexpiables? Por dos ra­ moralidad y política, la diversidad de las culturas, se
zones distintas: porque llevaba esos con flictos den­ convertían, en sus escritos, en otras tantas pruebas
tro de sí m ism o y porque ellos con stitu yen el tema de la «guerra de Los dioses». Análisis fenomenológi-
privilegiado de los estudios so cio ló g ic os. El racio­ cos intrínsecam ente verdaderos se expresan en una
nalista reconoce la luchaentre la fe y la incredulidad, filosofía hum anam ente impensable.
y adm ite que ni una ni o tra son científicam ente d e­
m ostrables. Aunque sostenga laverd ad de la incre­
dulidad, no deduce de ahí la existencia de una gue- La m etodología de M ax Weber, com o -tr a s otros
entre los dioses, sino que piensa en lad iscu sión m uchos- ha d ich o Leo S trau ss, es inseparable de
76 K^MOrílJAiUJiN ,j jntrOduccíOn 77
|
i
una filosofía. De esta observación indiscutible él ex- ^ La d ecisión le parecía tanto m ás h u m ana cuanto
trae, sin em bargo, conclusiones que son probable- ™ más libre es, pero no se preguntaba si ta l decisión
m ente inversas a las que yo sacaría. Él sugiere que la podía carecer de razones y si esas razones no ree n ^ ^
m etodología de M ax W eber se vio falseada p o r su fi­ inevitablem ente a principios universales. La diver­
losofía. Acepto esta afirm ación en determ inados as­ sidad histórica de los valores, las creen cias y las cu l­
p ectos: el lenguaje neokantiano (la d istin ción entre turas es un h e ch o ; el historiad or y el so ció lo g o no
hech o y valor, entre referencia a los valores y juicios pueden d ejar de con statar este h ech o prim ord ial.
de valor) com prom etió la elaboración de una teoría de No pueden, sin em bargo, acep tarlo tam b ién com o
la com prensión y le im pidió ad m itir apreciaciones 1 hecho últim o y definitivo sin h acer con ello im posi­
vincu lad as a la rompfen;c¡i(H> m ism a en el ca so de ble la cien cia de esta diversidad. ¿Perm ite el orden
obras cuyo sentido es inseparable- de su calid ad de esta diversidad establecer el fin últim o de la aven­
Pero, en lo esencial, no es que la m etod ología haya tura, eld estin o natural del hom bre y de la sociedad?
sido víctim a de la filosofía, sino que la m etodología I En las páginas que preceden no hem os pretendido
ha inspirad o una filosofía errada. Los lím ites de la [ responder a esta pregunta. r
ciencia, las an tin o m ias del. p ensam iento y de la ac­ Porque la ciencia es lim itada, el porven ir im pre­
ció n , son las ap ortaciones auténticas de u na des­ visible y los valores a corto plazo contradictorios, las
crip ció n fenom enológica de la con d ición humana. elecciones a las que efectivam ente está condenado el
La filosofía deldesgarram iento, si cabe hablar así, es hombre histórico no son dem ostrables. Pero la ne­
la transposición de estos datos a otro lenguaje, dán­ cesidad de la elección histórica no im plica que el
doles un sentido distin to. Esta tran sp osición supo­ pensamiento esté pendiente de decisiones esencial­
ne la negativa a d iscrim in ar entre valores vitd.es y mente irracionales y que la existencia se cum pla en
realizaciones razonables, la irracio n alid ad total de una libertad no som etida n isiq u iera a la Verdad.
la elección entre partidos políticos o entre las repre­
sentaciones del m undo en lucha recíp roca, la equi­ RAYMOND ARON
valencia m oral y espiritual de todas las actitudes, la
del sab io y la del insensato, la del fan ático y la del ■
m oderado.
Precisam ente porque conservaba la nostalgia de :
la fe perdida, M ax W eber juzgaba en últim o térm ino '■
inju stificable la ciencia a la que consagraba su vida. ,
El político y el científico
L a p o lític a c o m o v o c a c ió n *

La conferencia que, accediendo a sus deseos, he de


pronunciar hoy les defraudará por diversas razones.
De una exposición sobre la p olítica com o vocación
esperarán ustedes, incluso involuntariam ente, una
torna de posición frente a los problem as del m o-

" Aquí debemos hacer una advertencia. Las ideas conterúdas en


lossiguientes trabajos fueron expuestas en una conferencia pro­
nunciada, por invitación de la Asociación Libre de Estudiantes
deMunich,durante el invierno revolucionario de 1919, y ^vanasí
marcadas con Ja inmediatez de la palabra hablada. Esta confe­
rencia, así como la de «La ciencia como vocación», formaba par­
tede un ciclo, a cargo de diversos oradores, que se proponía ser-
virde gua para las diferentes formas de actividad basadas en el
trabajo intelectual a una juventud recién licenciada del servicio
^ ütar y profundamente trastornada por las experiencias de la
^etra y la posguerra. El autor completó más tarde su exposi­
ción antes de dada a la imprenta y la publicó porvez primera en
su forma actual durante el verano de 1919. (Nota de Marianne
Weber,en Heidelberg, agosto de 1926.)

I
83
82 JlL 1’O l t n C O Y E l , CíEl'o."TfFlCO LA POLITICA CAJMU VI n IA O lIN

inento presente. E sto, sin em bargo, es cosa que haré Tampoco es éste un concepto que pueda ser socioló­
sólo al fin a!, de un m odo puram ente form al y en co­ gicamente definido a partir del contenido de su ac­
nexión con d eterm in ad as cu estio n es relativas a la I tividad. Apenas existe una tarea que aquí o allá no
im p o rtan cia d ela a ctiv id a d política dentro del m ar­ haya sido acom etid a por una asociación políticay,
co general de la condu cta hum ana. De la conferen­ de otra parte, tam poco hay ninguna tarea de la que
cia de hoy quedarán excluidas, p o r el co n trario, to- i pueda d ecirse que haya sido siempre com petencia
das las cu estio n es con cern ien tes a la p o lí tica que exclusiva de esas asociaciones políticas que hoy lla ­
d eb em o s hacer, es d ecir, a! c o n te n id o que d e b e m o s mamos Estados o de las que fueron históricam ente
d ar a nuestro q u eh acer p olítico . E stas cuestiones antecedentes del Estado m oderno. D icho Estado
nada tienen que ver con el problem a general d e qué ' sólo es definible sociológicam ente por referencia a
es y qué sign ifica la política co m o v o cació n . Pase­ un m ed io específico que él, com o toda asociación
m os, pues, a nuestro tema. poütica, posee: la violencia física. «Todo Estado e s á
¿Qué entendem os por política? El concepto es ex­ fiuidado en la violencia», dijo Trotsky en Brest-Li-
traord inariam en te am plio y abarca cualquier géne­ towsk. O bjetivam ente esto es cierto. Si solamente
ro de activid ad d irectiv a au tónom a. Se habla de la ¡ existieran configuraciones sociales que ignorasen el
p o lítica de d ivisas de los b an co s, de la p o lítica de medio de la v iolencia h a b ría desaparecido el con­
descuento del R eich sb a n k , de la política de un sindi- ( cepto de «Estado» y se habría instaurado lo que, en
cato en una huelga, y se puede hablar igualm ente de j este sentido específi co, lim a ría m o s «anarquía». La
la política escolar de una ciudad o de una aldea, de la violencia no es, naturalmente, nielm ed io norm alni
p olítica que la presidencia de una a so cia ció n lleva | el único m edio de que el Estado se vale, pero sí es su
en la d irección de ésta e incluso de la p o lítica de una medio especí fico. Hoy, precisam ente, es especí a ­
esposa astu ta que trata de g o b ern ar a su m arido. me t e íntim a la relación del Estado con la violencia.
N atu ralm ente, no es este am plísim o concepto el que ( En el pasado las más diversas asociaciones, com en­
servirá d eb a se a nuestras consideraciones en la ta r- ¡ zando por la asociación fa m iliar (Sippe), han utili-
de de hoy. Por p o lítica entenderem os solam ente la zade la violencia com o un medio enteramente nor­
d irección o la influ encia sobre la d irecció n de una |l mal. Hoy, por elco n trario , tendremos que decir que
aso ciació n p o lític a , es decir, en nuestro tiem po, de Estado es aquella com unidad hum ana que, dentro
un E stad o. de un determ inado territorio (el «territorio» es ele­
¿Pero, qué es, desde el punto de vista de la consi­ mento distintivo), reclama (con éxito) para sí el m o­
d eración so cio ló g ica, una a so cia ció n «política»? , nopolio de la v io len cia fis ic a legítim a. Lo específico
T
llLpoirnco yEL^CUlNrrPtco L A P O im C A C O M O A C IO N

de nuestro tiem po es que a todas las dem ás asocia­ nan. ¿Cuándo y por qué hacen esto? ¿Sobre qué m o­
ciones e individuos sólo se les concede el derecho a tivos internos de justificación y sobre qué m edios
la v io le n c ia física en la m edida en que el E stad o lo externos se apoya esta dominación?
perm ite. El Estado es la única fuente del «derecho» En principio (para comenzar por ellos) existen tres
a la violencia. P o lítica sign ificará, pues, p ara n o s­ tipos de justificaciones internas, de fundamentos de
otros, la aspiración (Streben) a participar en el poder la leg itim id a d de una dominación. En prim er lugan la
o a influ ir en la distribución del p od er entre los dis­ legitimidad del «eterno ayer», de la costumbre consa­
tintos E stados o, dentro de un m ism o Estado, entre grada por su inmemorial validez y p ° r la consuetudi­
los distintos grupos d$ hom bres q u e lo com ponen. naria orientación de los hombres hacia su respeto. Es
Esto se corresp ond e esencialm en te con la a c . p la l^ it^ n idad «tradicional», com o la que ejercían los
1I. OU mauuuai ael térm in o. Cuando se d ice que una patriarcas y los príncipes patrim oniales de viej o
cuestión es política, o que son «políticos» un m inis­ cuño . En segundo térm ino, la autoridad de la gracia
t ro o un funcionario, o que una decisión está «polí- (carisnia) personal yextraordinaria, la entrega pura­
Ucam ente» condicionada, lo que quiere significarse mente personal y la confianza, igualmente persona^
siem pre es que la respuesta a esa cuestión, o la deter­ en la capacidad para las revelaciones, el heroísm o u
m in ación de la esfera de actividad de aquel fu n d o - otras cuaUdades de caudillo que un ind viduo posee.
nar1° , o las condiciones de esta decisión, dependen Es esta autoridad «carismática» la que detentaron los
d irectam ente de los intereses en to rn o a la dístrib u- profetas o, en el terreno político, los je fes guerreros
c ió n, la con servación o la tran sferen cia del poder. elegidos, los gobernantes plebiscitaria , los grandes
Q uien hace política aspira al poder; al p od er com o demagogos o los jefes de los partidos poU'ticos. Ten^-
m ed io para la consecu ción de otros fines (idealistas mos, por últim o, una legitimidad basada e n la «legaU-
o ego ístas>o al poder «por el poder», para gozar del dad», en la creencia en la validez de preceptos legales
sentúniento de prestigio que él confiere. y en la «com petencia» objetiva fundada sobre nor­
El Estado, com o todas las asociacion es políticas mas racionalm ente creadas, es decir, en la orienta­
que h istóricam en te lo han precedido, es una rela- ción hacia la obediencia a las obligaciones f e ^ ^ e n t e
c ió n d e d o m in a c ió n de hom bres sobre hom bres, que establecidas; una dom inación com o la que ejercen el
se sostiene por medio de la violencia legítim a (esde- moderno «servidordel Estado» y todos aquellos
de la que es vista com o tal). subsistir necesi­ lares del p o d erq u e se asem ejan a él.
ta, por tanto, que los dom inados a c a te n la autoridad Es evidente que, en la realidad, ta o b ed ien cia de
que pretenden tener quienes en ese m om ento dom i- los súbditos está condicionada p or muy poderosos
86 El T O L m e O Y HL G lE N T Í K I t O

m otivos de tem o r y de esperanza (tem o r a la v en ­


ganza del pod eroso o de los poderes m ágicos, espe­
ran za de una reco m p en sa terren a o u ltra terren a )
y, ju n to con ellos, tam bién p o r los m ás diversos in­
tereses. D e e sto hablarem os inm ed iatam en te. Pero
cuando se cu estionan los m otivos de «legitim idad»
de 1a obediencia nos encontram os siempre con nno de
estos tres tip o s «pu ros». E stas ideas de la leg itim i­
d ad y su fu n d a m e n ta ció n in tern a son de su m a
im p o rtan cia p a ra la estru ctu ra de la d om in ació n .
Los tip o s pu ros se encuentran, desde luego, m uy ra­
ram ente en la realidad, pero hoy no podem os o cu ­
p arn o s aquí de las intrincad as m o d ifica cio n es, in ­
terferen cias y co m b in acio n es de estos tip o s puros.
E sto es cosa que corresponde a la problem ática de la
«teoría general del Estado». Lo que hoy nos interesa
sobre tod o aquí es el segundo de estos tipos: la d o ­
m in ación producida por la entrega de los som etidos
al «carism a» puram ente personal del «caudillo». En
ella arraiga, en su expresión m ás alta, la idea de v o ­
ca ció n . La entrega al carism a del profeta, del caudi­
llo en la guerra, o del gran dem agogo en la E cclesia o
el Parlam ento, sign ifica, en efecto, que esta figura es
vista com o la de alguien que está internam ente «lla­
m ado» a ser co n d u cto r de hom bres, los cu ales n o le
prestan ob ed ien cia porque lo m ande 1a costu m bre o
u na n o rm a legal, sin o p orque creen en él. Y él m is­
m o , si no es un m ezquino advenedizo efím ero y pre­
su ntu oso, «vive para su ob ra». Pero es a su persona
y a sus cualidades a las que se entrega el discipulado,
1A H O L fn C A C O M O V O C A C IO N 87

el séquito, el partido. El caudillaje ha surgido en to­


dos los lugares y épocas bajo uno de estos dos aspec­
tos, los más im portantes en el pasado: el de mago o
profeta, de una parte, y el de príncipe guerrero, jefe
de banda o con d ottiero, de la otra. Lo propio del O c­
cidente es, sin em bargo, y esto es lo que aq u í m ás
nos im porta, el caudillaje p olítico. Surge prim ero en
la figura del «demagogo» libre, aparecida en el terre­
no del Estado-ciudad, que es tam bién creación p ro ­
pia de O ccidente y, so b re todo, de la cu ltura m edite­
rránea, y m ás tarde en la del «jefe de p artid o» en un
régimen parlam entario, dentro del m arco del Esta­
do con stitu cional, que es igualm ente un prod ucto
específico del suelo occidental.
Claro está, sin em bargo, que estos pol íticos p o r
«vocación» no son nu nca las únicas figuras deter­
minantes en la em presa política de luchar por el po­
der. Lo decisivo en esta em presa es, m ás bien, el g é ­
nero de m edios auxiliares que los p olíticos tienen a
su disposición. ¿C óm o com ienzan a afirm ar su do­
m inación los poderes p o líticam en te dom inantes?
Esta cuestión abarca cu alqu ier form a de d om ina­
ción y, por tanto, tam bién la d om inación política en
todas sus form as, tradicional, legal o carism ática.
Toda em presa de d o m in a ció n que requiera una
adm inistración con tinu ad a necesita, de una parte,
la orientación de la activid ad hum ana hacia la o b e ­
diencia a aquellos señores q u e se pretenden p o rta ­
dores del pod er legítim o y, de la o tra , el p od er de
disposición, gracias a dicha obediencia, sobre aque-
88
S.LPoit'Ticó yflL^Cfafico CüMo VOc«;iOl'<
Uos túe n e s q ije , m ent a l mente, sean necesarios para
ternos, lo mismo que sucede con una empresa eco­
el em pleo del Pod er físico: el equipo de personal ad­
nóm ica. Todas las organizaciones estatales p u ed ^
m inistrativo y los m edios m ateriales de la a ^ ü ü s-
tración ser clasificadas en dos grandes categorías según el
principio a que obedezcan. En unas, ei equipo hu­
N atura|mente, e| cuadro ad m inistrativo que re-
mano (fu ncionarios o lo que fueren) con cuya obe­
p fesenta hacia el exterior a la em presa de d o m in a ­
diencia ha de contar el titular del poder posee en
ció n p olític a, com o a cu alquier o tra em presa, no
p r o p ie d a d los medios de administración, consistan

es v*n culado con el t entador del poder p o r esas éstos en dinero, edificios, material bélico, parque de
ideas de legitim idad d t: 1 = q UC ..utcc h ab láb am o s
transporte, caballos o cualquier otra cosa; en otras,
sino por dos m edios q ue afectan d irectam ente al in ­
el cuadro administrativo está «separado» de los me­
t e . ,pf r sonai: laretrib u ció n m aterial y el h o n o r so- dios de administración, en el m ismo sentido en que
fcud ° de los vasallos., las prebendas de los
hoyen día el proletario oelem pleado «están» sepa­
í uncionarios patrimonia|es y el sueldo de los actua-
rados de Jos medios materiales de produccion den­
!es servidoref del Estad o>de una parte; de Ja o t ra el tro de la empresa capitalista. En estas últimas el ti­
¡ , nor de¡ caballero, |os privilegios estam entales y
tular del pod er tiene los bienes requeridos para la
eJ h on o r del f u ncionario constituyen el p rem io dei
adm inistración como una em p resa propia, organi­
c u ad ro a d m inis tra tivo y el fu n d a m en to ú ltim o y
zada por él, de cuya administración encarga a servi­
decisiv ° de su noüdaru la J '-vn el titu la r del poder.
dores personales, empleados, favoritos ú hoinbres
ambjé n para el c a udiJJaje c arisinático tiene validez
de confianza, que no son propietarios, que no poseen
esta afiirjm ación; el séq uito del guerrero recib e el h o- por derecho propio ios medios materiales de la em­
n o/ y ,e l ^ el del dem agogo los sp o-Us, la explota­ presa; en las primeras sucede justamente lo contra­
c ión de fes d om inados m ediante el m on opolio de
rio. Esta diferencia se mantiene a través de todas las
l ° s cargos, los beneficios políticam ente co n d icio n a­
organizaciones administrativas del pasado.
dos y las satisfacciones de vanidad.
A la asociación política en ia que los medios de
. Para el m a n te nim iento de toda d o m in ació n por
adm inistración son, en todo o en parte, propiedad
la fuerza se requieren c iertos bienes m ateriaies ex-
del cuadro administrativo dependiente la llamare­
mos asociación «estamentalmente» estructurada. En
i m a u f inserción de este párafo varía en las ediciones la asociación feudal, por ejemplo, el vasallopaga de su
alemana.y|(rancesa. Se ha seguido en esta edición castellan^S propio bolsillo los gastos de admini^ ra á ó n y d ejus­
crtíerio de la francesa. (N. del T.) »ie*|ana e«
ticia dentro de su propio feudo, y se equipa y aprovt-
90 ru. P O l . c o y 8,1. c l f !N T OTFICO | ■ pOI..fT1CA COMO VO^t.A.LlÓÑ

siona para la guerra; sus subvasallos, a su vez, hacen tipo . Especiabnente el Estado burocráú co, cuya t o ma
lo m ism o. E sta situación originaba consecuencias más * r acional es, prerisamente, elE sitado m °deirno!rno
En to das partes el desarm é del Estado m r á ei-n
evidentes para el poder del señor, que descansabaso-
«tomienza cuando el príncipe inicia ta exprop^ c t o
lainente en el vínculo de la lealtad personal y e n el he- j
de los titulares «privados» de po der ad m m istrauv
cho de que la posesión sobre el feudo y el honor social
que ju nto a él existen: los propieMrtos en n^ re
delvasallo derivaban su «legitimidad» del señor.
En todas partes, incluso en las con fig u racion es propio de m edios de admin isl et o yd e
recursos financieros y de U enes de M ülquiei- ge ^
p olíü cas m as antiguas, encontram os tam bién la or­
ro políticam ente utilizables. Este p r ° ee s° ° fr e ee mía
ganización de los m edios m ateriales de la a^rn^de- ^
tración com o empresa propia del señor. Éste trata de j analogía total con el desarrollo de l l 1 1dPór;1Sl1lClP^t° -s
lista m ediante la paulatina expr opm a ón de todo s
m antenerlos en sus propias m anos, ad m inistran- I
lo s productores independi es. A lt»™ o Ip ™*
dolos m ed iante gentes dependientes de él, esclavos , \
ceso vem os cóm o en el m °d e rn ° el p I p - £
criad os, servidores, «favoritos» personales o pre­
disposición sobre todos t o ^ d rns de la ^ p ^ sII
bendados, re tribuidos en especie o en dinero con
política se ^ n ont^ a en la t ó spt o , y r o ^
sus propias reservas. Intenta, igualm ente, atender a
t o o funcionario que sea pro pin a™ dpl
los gastos de su propio bolsillo, con los productos de
su patrim onio, y crear un ejército que dependa ex­ gasta o de los edificios, recur o - ins1tE d e « “ o
m áquinas de guerra q ne utaUza. t o el t *
clusivam ente de su persona porque se aprovisiona y
derno se realiza, pues, i 1in áximo ( y es» es “ 1™
se equipa en sus graneros, sus alm acenes y sus arse­
nales. En tanto que en la asociación «estam ental» el a su co ncepto m ism o), la «separación» e n r e . .
dro ad m in istrativ o (em pleado s u “ m s'
señ or g obiern a con el co n cu rso de una « a risto cra ­
nistratívos) y los m edios m ateriales de la í1^ ^ *
cia» independiente, con la que se ve obligado a com ­
tra ció n . De este punto a r ra n ca la m as
p a rtir el poder, en este otro tipo de a so cia ció n se
evolución que, ante nuestros intenta exPropi
apoya en dom ésticos o plebeyos, en grupos sociales
a este expropiador de los m edios po y» a
desposeídos de bien es y desprovistos de un hon or
social propio, enteram ente ligados a él en lo m ate- tanto, tam bién del p ° der p° lítico* Esto ds ° * n e
r a l y que no dis ponen de base alguna para crear un hecho la revolución2, i 1 menos en la me i a
pod er con cu rren te. Todas las form as de d o m in a­
ción p atriarcal y p atrim onial, el d esp otism o de los 2. Se refiere Weber a la revolución espartaquisto de Alemania.
sultanes y el Estado burocrático pertenecen a este (N.deIT.)
92 SIL P O L ÍT IC O Y P X C ie M T ÍP IO O

el puesto de Las autoridades estatuidas ha sido o cu ­


pado por dirigentes que, p or usurpación o por elec­
ción, se han apoderado del poder de d isposición so ­
bre el cuadro adm inistrativo y los m edios m ateriales
de la ad m inistración y, con derecho o sin él, derivan
su legitim idad de la voluntad de lo s d om inad os.
C uestión d istinta es la de si sobre la base de su éxito,
al m enos aparente, esta revolución perm ite abrigar
la esperanza de realizar tam bién la expropiación
d entro de la em presa cap italista, cuya d irecció n ,
ne»í> =>l-'- analogías existentes, se rige en úl­
tim o térm ino por leyes, muy distintas a las de la ad­
m inistración política. Sobre esta cuestión no vamos
a pronu nciarnos hoy. Para nuestro estudio retengo
sólo lo puram ente co n cep tu a l; que el Fst ado m od er­
no es una aso ciació n de d o m in ació n con carácter
institucional que ha tratado, con éxito, de m onopo-
„ lizar dentro de un territorio la violencia física legíti­
ma com o m edio de dom inación y que, a este fin, ha
reunido todos Los m edios m ateriales en m anos de su
dirigente y h a expropiado a todos los funcionarios
estam entales que antes disponían de ellos por dere­
ch o propio, sustituyéndolos con sus propias je ra r­
quías suprem as.
A hora b ien , en el curso de este proceso p olítico
de expropiación que, con éxito mudable, se desarro­
lló en tod os los países del globo, han aparecido, in i­
cialm ente com o servidores del príncipe, las p rim e­
ras categorías de «políticos profesionales» en un
seg u n d o sentido, de gentes que no querían gobernar
LA P O L I T I C A C O M U V O C A C I O N
93

por sí m ism as, com o los caudillos carismáticos,


sino que actuaban a l serv icio de jefes políticos. £n
las luchas del príncipe contra los estamentos se co­
locaron del lado de aquél e hicieron del servicio a
esta p olítica un medio de ganarse la vida, de una
parte, y un ideal de vida, de la otra. De nuevo, es sólo
en Occidente en donde encontramos este tipo de po­
líticos profesionales. Aunque sirvieron también a
otros poderes, y no sólo a los príncipes, fueron en el
pasado el instrumento más importante del que éstos
dispusieron para asentar su poder y llevar a cabo el
proceso de expropiación a que antes aludíamos-
Aclaremos bien, antes de seguir adelante, lo que la
existencia de estos «políticos profesionales» repre­
senta desde todos los puntos de vista. Se puede hacer
«política» (es decir, tratar de influir sóbrela distribu­
ción del poder entre las distintas configuraciones po­
líticas y dentro de cada una de ellas) como político
«ocasional», com o profesión secundaria o como
profesión principal, exactamente lo mismo que su-
ce e en la actividad económ ica. Políticos «ocasio­
nales» lo som os todos nosotros cuando deposita-
11105 nuestro voto, aplaudimos o protestamos en
lína reunión «política», hacem os un discurso «polí­
tico» o realizam os cualquier otra manifestación de
Unía<i de género análogo, y para m uchos hom-
res la relación con la política se reduce a esto. Polí-
«sem iprofesionales» son hoy, p o r e je m p lo y
1 05 esos delegados y directivos de asociaciones
P ° lílcas que, p o r lo general, sólo desempeñan estas
94 AL P O i r u C Q V t J-C IE N T T F JC O

actividades en caso de necesidad, sin «vivir» p rin c i­


p a lm en te de ellas y para ellas, ni en lo m aterial ni en
lo esp iritu al. En la m ism a situ ación se encuentran
tam b ién los m iem bros de los C o n sejo s de Estado y
otros cuerpos consultivos que sólo funcionan cuan­
d o son requeridos para ello. Pero no sólo éstos; tam­
bién son sem iprofesionales ciertos grupos bastante
num erosos de parlam entarios que solam ente hacen
p olítica m ientras está reunido el Parlam ento. En el
pasado encontram os grupos de este tipo en los esta­
m entos. Por «estam entos» entenderem os el con ju n­
to de poseedores por derecho propio de m edios ma­
teriales p ara la guerra o para la ad m inistración, o de
poderes señoriales a título personal. Una gran parte
de estas personas estaba m uy lejos de p on er su vida
al servicio de la política, ni por entero, ni principal­
m ente, ni de cualquier fo rm a que no fu ese pura­
m ente circu n stan cial. Aprovechaban m ás bien su
pod er señorial para percibir rentas o b en eficios, y
sólo desarrollaban una actividad p olítica, una acti­
vidad al servicio de la asociación política, cuando se
lo exigían expresam ente el señor o sus iguales. Tam­
poco es otra la situación de una parte de esas f uerzas
auxiliares que el p rín cip e suscitó en su lu cha por
crear u na em presa p o lítica propia, de la que sólo él
pueda d isp o n er. Así su ce d ía co n lo s « co n sejero s
áulicos» («Ráte von Haus aus») y, yendo aún m ás le­
jo s , con una parte de los consejeros que integraban
la «Curia» y otras corporaciones consultivas de los
príncipes. Pero a los príncipes no les bastaba, natu-
¿A Í O U T I C A C O M O V O i .A t l O t t f
95

raímente, con estos auxiliares ocasionales o sem i-


profesionales. Tenían que intentar la creación de un
equipo dedicado plena y exclusivam ente a su servi­
cio, es decir, un cu ad ro de auxiliares p rofesion ales.
La procedencia de estos auxiliares, la capa social en
donde fueron reclutados, habría de determ inar muy
esencialmente la estru ctu ra de las nacientes formas
políticas dinásticas; y no sólo de ellas, sino también
de toda la cultura que en ellas se desarrolló. En la
misma necesidad se vieron, y aun con m ayor razón,
aquellas asociaciones políticas que, habiendo elimi­
nado por entero o lim itado muy am pliam ente el po­
der de los príncipes, se constituyeron políticam ente
en lo que se llam an com unidades «libres»; «libres»
no en el sentido de estar libres de toda dom inación
violenta, sino en el de que en ellas no existía como
fuente única de autoridad el pod er del príncipe, le­
gitimado por la tradición y, en la mayor parte de los
casos, consagrado por la religión. Estas com unida­
des sólo nacen tam bién en el O ccidente y su germen
es la ciudad com o aso ciació n p olítica, la cual apare­
ce por vez prim era en el círculo cultural m editerrá­
neo- ¿C óm o se presentan en todos estos casos los
políticos «profesionales»?
Hay dos form as de hacer de la política una profe­
sión. o se vive «para» la política o se vive «de» lap o -
mítica. La oposición no es en absoluto excluyente. Por
encontrado, generalm ente se hacen las dos cosas, al
menos idealm ente; y, en la m ayoría de los casos,
también m aterialm ente. Quien vive «para» la políti-
96 lA POW'TICA COMO A VOCACION 97
ru. POLtT ICO Y R Ld ^ ENTÍFCO

ca h ace «de ello su vida» en un sentido ín t im o ; o excepcionales; en la econom ía cotidiana sólo elp a-
goza sim plem ente con el ejercicio del p o d erq u ep o - trim onio p ro p io posibilita la independencia. Pero
see, o alim enta su equilibrio y su tranquilidad con ía con esto aún no basta. Quien vive para la política
con cien cia de haberled ad o un sen tid o a su vida, po­ tiene q u e se r adem ás eco n ó m ica m e n te «libre»
niénd ola al servicio de «algo». En este sentido pro­ (abkom m H ch), estoes, sus ingresos no han de depen­
fu n d o, todo h o m b re serio que vive p ara algo vive der del h ech o de que él consagre a obtenerlos todo
tam bién d e ese algo. La diferencia entre el vivir para o una p a rte im p ortante de su trab ajo p erso n al y
y el vivir d e se sitúa, pues, en un nivel m ucho más sus p en sam ien tos. Plenam ente libre en este sen ti­
-grosero, en el nivel económ ico. Vive «de» la poütica do es solam ente el rentista, es decir, aquel que perci­
co n io profesión quien trata de hacer de ella una be una renta sin trabajar, sea que esa renta tenga su
fuente duradera de in gresos; vive «para» la política origen en la tierra, como es elcaso de los señores de)
quie nno se halla en este caso. P»ra que alguien pue pasado o los terratenientes y los nobles en la actnali-
d a vivir «p ara» la política en este sentido económ i­ dad (en la Antigüedad y en la Edad M edia había
co, y siem pre que se trate de un régim en basado en también rentas procedentes de los esclavos y los
la propiedad privada, tienen que darse cierto s su­ siervos), sea que proceda de valores bursátiles u
puestos, m uy triviales, si ustedes quieren: en con­ otras fuentes modernas. Ni el obrero ní elernpresa-
d icion es norm ales, quien así viva h a d e ser econó­ rio (y esto hay que tenerlo muy en cuenta), especial­
m icam ente independiente de los ingresos que la mente el gran empresario m oderno, so n libres en
política pueda proporcionarle. D icho de ía m anera este sentido. Pues también el em presario, y precisa­
más simple: tiene que tener un patrim onio o una si­ mente él, está ligado a su negocio y no es libre, y mu­
tu ación privada que le prop orcione entradas sufi­ cho menos el empresario industrial que el agrícola,
cientes. Esto es al m enos lo que sucede en circu n s­ dado el carácter estacional de la agricultura. Para él
tancias norm ales. Ni el séquito de los príncipes es muy difícil en la mayor parte de los casos hacerse
guerreros ni el de los héroes revolucionarios se pre­ representar por otro, aunque sea transitoriam ente.
ocupan para nada de las condiciones de una econo­ Tampoco es libre, por ejem plo, e lm é d ico , y tanto
m ía n orm al. U nos y otros viven del b o tín , el robo, menos cuanto más notable sea y más ocupado esté.
las con fiscacio n es, las co n trib u cio n es o im p o n ien ­ m otivos puramente técnicos se libera, en cam ­
do el uso forzoso de m edios de pago carentes de va­ bio, con m ucha mayor facilidad el abogado, quepor
lor, procedim ientos todos esencialm ente idénticos. es° ha jugado com o político profesional un papel
Sin em bargo, éstos son, nec^^ri^rnente, fenóm enos mucho m ás importante que el m éd 'co y, con fre­
98 h P O U T iC O y jC Q
LA P O L frlC A COM O VO<".AC lÓ N 99

cu en cia, un p ap el resueltam ente dom inante. Pero


todo en épocas extraord inarias, es decir, revolucio­
no vam os a co n tin u ar con esta casuística. Lo que
narias, el idealism o político totalm ente desinteresa­
n o s im p o rta es p o n er en evid encia algunas conse­
do y exento de m iras m ateriales es propio principal­
cu en cias de esta situación. mente, si no exclu sivam ente, de aquellos sectores
La d irección de un Estado o de un p a rtid o por que, a consecuencia de su falta de bienes, no tienen
gentes que, en el sentido económ ico, viven para la
interés alguno en el m an ten im ien to d el orden eco­
política y no de la p olítica, significa necesar^ rn ente nóm ico de una d eterm inad a socied ad. Querem os
un reclutam iento «plutocrático» de las capas p olíti­ decir únicam ente que el reclutam iento n o plutocrá­
cam ente dirigentes. Esta afirm ación no im plica, na­
tico del personal político, tanto de los jefes como de
turalm ente, su inversa. El que tal dirección plutocrá­ los seguidores, se apoya sobre el supuesto evidente
tica exista no significa que el grupo políticam ente ^ que la empresa p olítica p roporcionará a este per­
dom inante no trate tam bién de vivir «de» lap o lítica y
sonal ingresos regulares y seguros. La política pue­
no acostu m bre a u tilizar tam bién su dom inación
de ser « h o n o raria», y en to n ces e sta rá regida por
p o lítica para sus intereses eco n ó m ico s privados.
personas que llam aríam os «independientes», es de­
Evidentem ente, no se trata de esto. No ha existido
cir, ricas, y sobre todo por rentistas; pero si la direc­
jam ás ningún grupo que, de un a u o tra form a, no lo ción política es accesible a personas carentes de pa­
haya hecho. N uestra afirm ació n sign ifica sim ple­ trimonio, éstas han de ser rem uneradas. El político
m ente que los p olítico s profésionales^de esta clase profesional que vive de la política puede ser unpuro
no están obligados a buscar una rernu neracion por «prebendado» o un «funcionario» a sueldo. O reci­
sus trab ajo s p o lítico s, cosa que, en cam bio, deben ta ingresos provenientes de tasas y derechos por
hacer q u ien es carecen de m edios. De o tra parte, servicios determ inados (las propinas y cohechos no
tam poco se quiere decir que los políticos carentes de son más que una variante irregu lar y form alm ente
fortu na se propongan solam ente, y ni siquiera prin­ ilegal de este tipo de ingresos), o percibe un emolu­
cipalm ente, atender a sus propias necesidades por
mento fijo en especie o en dinero, o en am bas cosas
m edio de la p o lítica y no p ien sen pr incipalm ente
a la vez. Puede asum ir el carácter de un «empresa­
«en la causa». Nada sería m ás injusto. L a exp eñ en ' rio», com o sucedía con el c o n d o ttiero o el arrendata­
cia e n se ñ a que para el hom bre adinerado la preocu­ rio o com prador de un cargo en el pasado y su ^ ^ e
pación por la «seguridad» de su e x is t e n c ia s , cons­ hoy con el boss am ericano, que considera sus gastos
cien te o in con scien tem en te, un punto card inal de como una n v ersión de capital a La que hará produ-
to d a su o rien tació n vital. C o m o puede verse sobre beneficios utü i^ n do sus influencias. O recibe un
IOO KLPÜLlT I c o T R l ^ CLEN'li 'ÍFIOT LA tO lttlC A 0 l'\10 VOCACION tO i

sueldo fijo, com o es el caso del red actor de un perió­ ción de la Constitución, en partidos cazadores de
dico político, o de un secretario de p artid o o de un cargos, que cambian su programa objetivo de acuer­
m inistro o funcionario político m oderno. En el pa­ do con las posibilidades de captar votos. Hasta
sado, las rem uneraciones típicas con que los prínci­ hace p ocos años, en .España se alternaban los dos
pes, conqu istad ores o jefes de p artid os triunfantes grandes partidos, mediante «elecciones» fabricadas
prem iaron a sus seguidores fueron los feudos, las por el poder y siguiendo un turno fijo convencio­
donaciones de tierras, las prebendas de tod o género nalmente establecido para proveer con cargos a sus
y, m ás tarde, con el desarrollo de la eco n o m ía mone­ respectivos seguidores. En las antiguas colonias es­
taria, Las gratificaciones c ip c c inies. Lo que los jefes pañolas, tanto con las «elecciones» com o con las lla­
de p artid o dan hoy corno pago de serv icio s leales madas «revoluciones», de lo que se trata siempre es
son cargos de tod o género en partidos, periódicos, de los pesebres estatales, en los que los vencedores
herm andades, cajas del Seguro Social y organismos desean saciarse. En Suiza los partidos se reparten
m unicipales o estatales. Toda lucha entre partidos pacíficam ente los cargos en proporción a sus res­
persigue no sólo un fin objetivo sino tam bién, yante pectivos votos, y algunos de n u estros proyectos
todo, el con trol sobre la d istribu ción de los cargos. constitucionales «revolucionarios», por ejemplo, el
Todos los choques entre tendencias centralistas Y primero que se confeccionó para Baden, quisieron
p articu laristas en A lem ania g iran en tor no al pro­ extender este sistema a los cargos m inisteriales, tra­
blem a de qtúén ha de tener en sus m anos la d istribu­ tando al Estado y los cargos estatales com o si fueran
ció n de los cargos, los poderes de Berlín o los de Mu­ simplemente instituciones para la d istribu ción de
nich , K arlsruhe o Dresde. Los p artid os políticos prebendas. Sobre todo el Partido del C entro (Zen-
sienten m ás una reducción de su p articip ació n en trum spartei) se entusiasm ó tanto con el sistem a que,
los cargos que una acción d irigid a co n tra sus pro­ en Baden, convirtió en principio program ático la
pios fines objetivos. En Francia, un cam bio político distribución proporcional de los cargos entre las dis­
de prefectos es considerado siempre com o una revo­ tintas confesiones, es decir, sin tom ar en conside­
lución m ucho mayor y arm a m ucho m ás ruido que ración ni siquiera el éxito de cada partido. Con el in­
una m o d ific a ció n del p ro g ram a gubernam ental, cremento en el número de cargos a consecuencia de
que tien e un sig n ifica d o ca si exclu siv am en te fra­ la burocratización general y la creciente apetencia
seológico. C ierto s partidos, co m o , por ejem plo, loS de ellos com o un modo específico de a s eg u r a rse el
am ericanos, se han convertido, desde que desapare Porvenir, esta tendencia aumenta en tod os los par-
cie ro n las viejas controversias so b re la ia teip reta~ tid° s, que, cada vez más, son vistos por sus seguido-

A.
102 £L P O L ÍT IC O Y E í-C I E N T Í F I C O

res c o m o u n m e d i o p a r a l o g r a r el f in d e p r o c u r a r s e
un ca rg o .
A e s ta t e n d e n c ia s e o p o n e , sin e m b a r g o , la e v o lu ­
c i ó n d el f u n c i o n a r i a d o m o d e r n o , q u e s e v a c o n v i r ­
t i e n d o e n u n c o n j u n t o d e tr a b a j a d o r e s in te le c tu a le s
a lt a m e n te e s p e c ia liz a d o s m e d ia n te u n a l a r g a p r e p a ­
r a c i ó n y c o n u n h o n o r e s ta m e n ta l m u y d e s a r r o lla d o ,
c u y o v a l o r s u p r e m o e s la in te g r id a d . S in e s te f u n d o -
n a r i a d o s e c e r n e r í a s o b r e n o s o t r o s el r i e s g o d e una
t e r r i b le c o r r u p c i ó n y u n a i n c o m p e t e n c i a g e n e r a l i­
z a d a , e in c l u s o s e v e r ía n a m e n a z a d a s la s r e a liz a c io ­
n e s té c n ic a s d e l a p a r a to e s ta ta l, c u y a im p o r ta n c ia
p a r a la e c o n o m í a a u m e n ta c o n t i n u a m e n t e y a u m e n ­
t a r á a ú n n á s g r a c i a s a la c r e c ie n te s o c i a l i z a c i ó n . La
a d m i n i s t r a c i ó n d e a f i c i o n a d o s b a s a d a e n él spoils
s y s te m q u e , en los E s t a d o s U n i d o s , p e r m i t í a c a m ­
b i a r c ie n t o s d e m ile s d e f u n c io n a r io s , in c lu id o s los
r e p a r t i d o r e s d e C o r r e o s , s e g ú n e l r e s u l t a d o d e la
e l e c c i ó n p r e s i d e n c i a l , y n o c o n o c í a e l f u n c io n a r io
p r o f e s i o n a l v i t a l i c i o , e s tá y a , d e s d e h a c e m u c h o
tie m p o , m u y d is m in u id a p o r la C iv il S e r v i c e R eform -
N e c e s id a d e s p u r a m e n t e t é c n i c a s e in e lu d ib le s d é la
a d m i n i s t r a c i ó n im p u ls a n e s ta e v o l u c i ó n . A lo largo
d e un d e s a rro llo q u e d u ra y a q u in ie n to s a ñ o s, d
f u n c i o n a r i o e s p e c ia liz a d o s e g ú n la d iv is ió n d e l tr a ­
b a j o h a id o c r e c i e n d o p a u la ti n a m e n te e n E u r o p a . La
e v o lu c ió n s e in ic ia en las c iu d a d e s y s e ñ o r í a s italia­
n a s y, e n t r e las m o n a r q u ía s , e n lo s E s t a d o s c re a d o s
p o r lo s c o n q u i s t a d o r e s n o r m a n d o s . E l p a s o d e c is i­
v o s e d i o e n la a d m i n i s t r a c i ó n f i n a n c i e r a d é l o s príu-
1. \ P O L ÍT IC A C O M O V 'O C A C lO N 103

cip e s. E n las r e f o r m a s a d m in is tr a tiv a s d e l e m p e ra ­


d o r M a x p o d e m o s v e r c u á n d ifícil les re s u lta b a a io s
f u n c io n a r io s , in c lu s o en m o m e n to s d e a p u r o e x te ­
r io r y d o m i n a c i ó n tu rc a » d e s p o s e e r al p r ín c ip e de
sus p o d e r e s e n e s te t e r r e n o d e las f in a n z a s , q u e es el
que p e o r s o p o r ta el d ile ta n tis m o de u n g o b e rn a n ­
te q u e , a d e m á s , e n e s a é p o c a e r a so b re to d o u n cab a­
llero. El d e s a r r o llo d e la té c n ic a b élica h iz o n ecesario
el o fic ia l p r o f e s io n a l, y el r e fin a m ie n to del p ro ce d i­
m ien to ju r íd ic o h iz o n e c e s a r io el ju ris ta c o m p e te n te
En e s to s tr e s c a m p o s el f u n c io n a m ie n to p rofesion al
g a n ó y a la b a t a lla d e n t r o d e lo s E s ta d o s m á s d e sa ­
rro lla d o s , e n el s ig lo x v i . D e e s te m o d o se in icia n si­
m u ltá n e a m e n te e l p r e d o m i n i o dej a b s o lu tis m o del
p rín cip e s o b r e lo s e s ta m e n to s y la p a u la tin a a b d ic a ­
ción q u e aq u él h a c e d e su a u t o c r a c ia e n f a v o r d e los
f u n c io n a r io s p r o f e s io n a le s , c u y o a u x ilio le era in ­
d isp en sab le p a r a v e n c e r al p o d e r e s ta m e n ta l.
S im u ltá n e a m e n te c o n el a s c e n s o del fu n c io n a r ia -
d o p r o f e s io n a l se o p e r a ta m b ié n , a u n q u e d e m o d o
m u ch o m á s d ifíc ilm e n te p e rc e p tib le , la e v o lu ció n d e
los «p o lítico s d irig e n te s » . C l a r o e s tá q u e d e sd e siem ­
p re y e n to d o el m u n d o h a b ía n e x is tid o e s o s co n se ­
jeros o b je tiv a m e n te c u a lif ic a d o s d e los p rín cip e s . L a
n e c e s id a d d e d e s c a r g a r e n lo p o s ib le a l s u l t á n d e l a
re s p o n s a b ilid a d p e r s o n a l p o r e l é x it o d e la g e stió n
g u b e r n a m e n ta l h a b ía o r i g i n a d o e n el O r ie n te la tí­
pica fig u ra d e l « g r a n v is ir » . E n O c c id e n te , e n la é p o -
^ d e C a r l o s V, q u e es ta m b ié n la é p o c a d e M aq u ia-
^ o , y p o r in flu jo s o b r e t o d o d e lo s in fo rm e s d e los
ÍO-1 t L P O L Í T IC O YE L O t ^ ^ r t F l C Q

e m b a j a d o r e s v e n e c i a n o s , a p a s i o n a d a m e n t e le íd o s
e n lo s c í r c u l o s d i p l o m á t i c o s , la d i p l o m a c i a fu e la
p rim e ra e n c o n v e rtirs e e n u n a r te c o n s c ie n te m e n te
c u lt iv a d o . S u s a d e p t o s , en su m a y o r í a h u m a n is ta s ,
se t r a t a b a n e n t r e sí c o m o p r o f e s i o n a l e s in ic ia d o s ,
d e l m i s m o m o d o q u e s u c e d í a e n t r e lo s e s ta d i s ta s
h u m a n i s t a s c h in o s e n el ú l tim o p e r í o d o d e la d i v i ­
s ió n d el Im p e rio e n E s ta d o s , L a n e c e s id a d d e c o n ­
f i a r la d i r e c c i ó n f o r m a l m e n t e u n i f i c a d a d e t o d a la
p o lít ic a , in c lu id a !a i n te r n a , a u n s o lo e s t a d i s t a d ir i­
g e n te s ó lo a p a r e c i ó , sin e m b a r g o , d e m a n e r a d e f in i­
t i v a e i m p e r i o s a , c o n la e v o l u c i ó n c o n s t i t u c i o n a l .
H a s t a e n t o n c e s h a b ía n e x i s t i d o s i e m p r e , n a t u r a l ­
m e n te , p e r s o n a l i d a d e s a is la d a s q u e a c t u a b a n c o m o
c o n s e je r o s o , m á s e x a c t a m e n t e , q u e a c t u a b a n d e h e ­
c h o c o m o g u ía s d e lo s p r ín c i p e s . P e r o , in c lu s o e n los
E s t a d o s m á s a d e l a n t a d o s , la o r g a n i z a c i ó n d e lo s
p o d e r e s h a b ía s e g u id o in ic ia lm e n te o t r o s c a m in o s -
H a b ía n a p a r e c i d o a u t o r i d a d e s a d m i n i s t r a t i v a s s u ­
p r e m a s d e tip o c o le g ia d o , E n t e o r í a y, d e m o d o p a u ­
l a t i n a m e n t e d e c r e c i e n t e , t a m b i é n e n la p r á c t i c a ,
e s t a s m a g i s t r a t u r a s c o l e g i a d a s s e s i o n a b a n b a j o la
p r e s e n c i a p e r s o n a l d e l p r í n c i p e , q u e e r a q u ie n t o ­
m a b a la d e c i s i ó n . C o n e s te s i s t e m a c o l e g i a d o , que
c o n d u c ía n e c e s a ria m e n te a d ic tá m e n e s , c o n tra d ic ­
t á m e n e s y v o t o s m o tiv a d o s d e la m a y o r í a y la m in o ­
r ía , y, m á s ta r d e , c o n la c r e a c i ó n d e u n c o n s e jo in te­
g r a d o p o r h o m b r e s d e s u c o n f i a n z a (e l « g a b in e te » )»
q u e a c t u a b a p a r a le l a m e n te a las a u t o r id a d e s o fic ia ­
le s y c a n a li z a b a s u s d e c is io n e s s o b r e la s p ro p u e s ta s
LA POLJTTCA c o m o vocación 105

del C o n s e j o d e E s ta d o (o c o m o e n c a d a c a s o s e lla -
m a s e la s u p r e m a m a g is tr a tu r a d e l E s ta d o ), tr a tó de
e s c a p a r e l p r ín c ip e , c a d a v e z m á s en s itu a c ió n de d i­
le ta n te , a l a c re c ie n te e in e v ita b le p r e s ió n d e lo s fun -
c i o n a r i o s p r o f e s io n a le s , m a n te n ie n d o e n s u s p r o ­
pias m a n o s la d ir e c c ió n s u p r e m a . E n to d a s p a r te s se
p r o d u jo e s ta lu ch a la te n te e n t r e la a u t o c r a c i a y d
f u n c io n a r ia d o p r o f e s io n a l. S ó lo a l e n f r e n ta r s e co n
d P a r la m e n t o y las a s p ir a c io n e s d e los jefes d e p a r ­
tido al p o d e r se m o d ific ó la s itu a c ió n . C o n d ic io n e s
m u y d is tin ta s c o n d u je r o n , sin e m b a r g o , a u n re su l­
ta d o e x te r io r m e n te id é n tic o , a u n q u e , p o r su p u e sto ,
co n c ie r ta s d ife re n cia s. A llí e n d o n d e , c o m o su ce d ió
en A le m a n ia , la d in a s tía c o n s e r v ó e n sus m a n o s u n
p o d e r r e a l, los in tereses d el p r ín c ip e q u e d a r o n so li­
d a r ia m e n te v in c u la d o s c o n lo s d el f u n c io n a r ia d o
f r e n t e al P a r la m e n to y su s d e s e o s d e p o d e r. L o s fu n ­
c i o n a r i o s e s ta b a n in te r e s a d o s e n q u e in c lu s o los
p u e s to s d i r e c tiv o s , es d e c ir , lo s m in is te r io s , se c u ­
b r ie ra n c o n h o m b r e s p r o c e d e n te s d e su s fila s , f u e ­
ran c a r g o s a c u b r ir p o r el a s c e n s o d e lo s f u n c io ­
n a r io s . E l m o n a r c a , p o r s u p a r t e , e s t a b a ta m b ié n
in te re sa d o e n p o d e r n o m b r a r lo s m in is tr o s a su g u s­
to y d e e n t r e lo s f u n c io n a r io s q u e le te n ía n d e v o ­
c ió n , A l m i s m o tie m p o , a m b a s p a r te s te n ía n in terés
e n q u e , f r e n te al P a r la m e n t o , la d i r e c c ió n p o lític a
a p a re c ie s e u n if I c a d a y c e r r a d a ; o lo que es lo m is m o ,
ten ían in te r é s e n s u s titu ir el s is te m a c o le g ia d o p o r
1111 ú n ic o je f e d e g a b in e te . P a r a m a n te n e r s e fo rm a l­
m en te a sa lv o de las lu c h a s e n tr e lo s p a r tid o s y d e los
106 E L P O L ÍT IC O Y E L C iE N T lF F O O

a ta q u e s p a r t i d i s t a s , el m o n a r c a n e c e s i t a b a a d e m á s
u n a p e r s o n a q u e a s u m i e r a la r e s p o n s a b i l i d a d , c u ­
b r i é n d o l e a é l, es d e c ir , u n a p e r s o n a q u e t ó m a s e l a I
p a l a b r a e n el P a r l a m e n t o , se le e n f r e n t a r a y t r a t a r a
c o n lo s p a r t i d o s . T o d o s e s to s in te r e s e s se c o n j u g a ­
r o n a q u í p a r a a c t u a r e n la m is m a d i r e c c i ó n y p r o d u - 1
c i r u n m i n i s t r o - f u n c i o n a r io in d iv id u a liz a d o y c o n
f u n c io n e s d e d i r i g e n t e s u p r e m o - . C o n m a y o r f u e r ­
z a a ú n lle v ó h a c i a la u n i f i c a c i ó n d e l d e s a r r o l l o d e l
p o d e r p a r l a m e n t a r i o a llí e n d o n d e , c o m o o c u r r i ó ¡
e n I n g l a t e r r a , l o g r ó e l P a r l a m e n t o i m p o n e r s e al
m o n a r c a . A q u í el g a b in e te , te n ie n d o a s u f re n te a l d i­
r ig e n te p a r l a m e n t a r i o , al l e a d e r , se d e s a r r o lló
c o m o u n a c o m is ió n d e l p a rtid o m a y o rita rio , p o d e r
i g n o r a d o p o r las le y e s o f ic ia le s p e r o q u e e r a e l ú n i­
c o p o d e r p o l í t i c a m e n t e d e c is iv o . L o s c u e r p o s c o le ­
g i a d o s o ficia le s n o e r a n , en c u a n to ta le s , ó r g a n o s del
p o d e r r e a l m e n t e d o m i n a n t e d e lo s p a r t i d o s , y n o
p o d í a n se r, p o r ta n to , titu la r e s d e l v e r d a d e r o g o b ie r ­
n o . P a r a a f i r m a r su p o d e r e n lo in te r n o y p o d e r lle­
v a r a c a b o u n a p o lít ic a d e a lto s v u e lo s e n lo e x te r n o ,
u n p a r tid o d o m in a n te n e c e s ita b a , p o r el c o n tr a ­
r i o , u n ó r g a n o e n é r g i c o , d ig n o d e s u c o n f i a n z a e in ­
t e g r a d o s o l a m e n t e p o r su s v e r d a d e r o s d i r i g e n t e s ;
e s te ó r g a n o e r a p r e c is a m e n te el g a b in e te . AJ m is m o
t i e m p o , f r e n te a l p ú b lic o , y s o b r e t o d o f r e n te a l p ú ­
b l ic o p a r l a m e n t a r i o , n e c e s ita b a u n je fe re s p o n s a b le
d e to d a s las d e c is io n e s : el je f e d e l g a b in e te . E s te sis­
t e m a in g lé s d e lo s m i n i s t e r i o s p a r l a m e n t a r i o s fue
a s í tr a s la d a d o a l c o n tin e n te . S ó lo e n A m é r i c a y e n las
LA POLITICA COMO VOCACION 107

d e m o c r a c ia s q u e r e c i b ie r o n s u in flu e n c ia se c o n s t i ­
tu y ó , fren te a e s te s is te m a , o t r o d is tin to en el c u a l el
jefe d el p a r ti d o v i c t o r i o s o es s itu a d o , m e d ia n te e le c ­
c ió n p o p u la r d i r e c t a , a la c a b e z a d e u n e q u ip o d e
f u n c io n a rio s n o m b r a d o s p o r él m i s m o y q u e d a d e s ­
ligado d e la a p r o b a c i ó n p a r l a m e n t a r i a s a lv o p o r l o
que t o c a al p r e s u p u e s to y a la le g is la c ió n .
L a tr a n s f o r m a c i ó n d e la p o l í t i c a e n u n a « e m p r e ­
sa » , q u e h iz o n e c e s a r i a u n a p r e p a r a c i ó n m e t ó d i c a
de lo s in d iv id u o s p a r a la lu c h a p o r e l p o d e r y s u s
m é to d o s c o m o l a q u e lle v a r o n a c a b o lo s p a r t i d o s
m o d e r n o s , d e t e r m i n ó la d iv is ió n d e lo s f u n c i o n a ­
rio s p ú b lic o s e n d o s c a t e g o r í a s b ie n d is tin ta s a u n ­
que n o ta ja n te s : f u n c io n a r io s p r o f e s io n a le s , d e u n a
p a r te , y « f u n c i o n a r i o s p o l í t i c o s » d e la o t r a . A lo s
fu n c io n a r io s « p o lític o s » en el v e r d a d e r o s e n tid o d e
la p a la b r a c a b e i d e n ti f ic a r lo s e x t e r i o r m e n t e p o r el
h e c h o de q u e p u e d e n s e r tr a s la d a d o s o d e s titu id o s a
p la cer, o « c o l o c a d o s e n s i t u a c i ó n d e d is p o n ib ili­
d ad », c o m o s u c e d e c o n los p r e f e c t o s fra n c e s e s y lo s
f u n c io n a rio s s e m e ja n te s d e o t r o s p a ís e s , e n d i a m e ­
tral o p o s ic ió n c o n la « in d e p e n d e n c i a s d é l o s f m ic io -
n a r io s ju d ic ia le s . E n I n g l a t e r r a s o n f u n c io n a r io s
p o lítico s to d o s a q u e llo s q u e , s e g ú n u n a c o n v e n c ió n
firm e m e n te e s ta b le c id a , c e s a n e n sus c a r g o s c u a n d o
cam b ia la m a y o r ía p a r l a m e n t a n a y , p o r ta n to , e l g a ­
binete. E n tr e lo s f u n c i o n a r io s p o lític o s s u e le n c o n ­
ta rse e s p e c ia lm e n te a q u e llo s a q u ie n e s e s tá a tr ib u i­
d o el c u id a d o d e la « a d m i n i s t r a c i ó n in te r n a » e n
g e n e ra l; p a r t e in t e g r a n t e p r i n c i p a l d e e s ta c o m p e -
108 109
P.L PO LtT J c o y E L C lE N T lflC O 1.J\POUTlClA C 0 ;'1 o

tencia es la tarea «política» de m antener el «orden», fr ente a las necesidades cotidianas, cosa que no esen
es decir, las relaciones de d o m in ació n existentes. sí m ism a ninguna insensatez. El m inistro era sim ­
Tras el decreto de Puttta m er, estos funcionarios te­ plemente elrep resentante de La constelación de po­
nían en Prusia la obligación disciplinaria de «repre­ deres p o lític o s existente, y su función era la de de­
sentar la p olítica del G o b iern o », y eran utilizados fender las m ed id as p o lítica s que estos poderes
com o aparato oficial para influir en las elecciones, lo determ jnasen, resolver conform e a ellas las pro­
m ism o que sucedía con los prefectos franceses. En el puestas de los especialistas que le estaban subordi­
sistem a alem án, a diferencia de lo que ocu rre en los nados e im partir a éstos las correspondientes direc­
dem ás países, la m ayoría de los funcionarios «polí- trices de orden político.
.. .....j e et jas m ism as no i E xactam ente lo m ism o ocurre en una ^ Presa
dem ás funcionarios en lo que respecta a la adquisi­ económ ica privada. El verdadero «s° b eran °»> la
ción de sus cargos, para la cu al se req u ería, com o asamblea de accionistas, está tan privada de i.nfluen-
norm a general, un título académ ico, pruebas de ca­ c a sobre la dirección de la empresa como un «pue­
p acitación y un d eterm inad o tiem po de servicio blo» regido por funcionarios profesionales. A su
previo. Los únicos que, entre n oso tro s, carecen de vez, Jas personas que determ inan la política de.la
esta característica distintiva del m oderno funciona- empresa, los integrantes del «Consejo de Anfiúnir-
riado profesional son los jefes del aparato político, tración», dom inado por los bancos,se limitan a dar
los m inistros. B ajo el antiguo régim en se pod ía ser las directrices económ icas y a designar a las perso­
m in istro de E d ucación de P ru sia sin h aber pisado nas q ue han de adm inistrarla, sin ser capac¿s sin
jam ás un centro de enseñanza superior, m ientras embargo, de dirigirla técnicam ente por sí mismos.
que, en principio, para ser con sejero (V ortrag en d er Hasta ahora tam poco ha n novado nada fundamen­
R a t) era requisito ineludible el h aber aprobado las tal a este respecto la estructura actual del Estado re-
pruebas prescritas. Es evidente que, por ejem plo, volucío nario, que ha entregado elpoder sobre la ad­
cuando Althoff era m inistro de Instrucción de Pru­ m inistración a unos diletantes puros que dispoPÍan
sia, los fu n cio n ario s profesionales especializados, de las am etralladoras y querrían utilizar a los fun­
com o el consejero o el jefe de sección, estaban in fi­ cionarios profesionales sólo como m ente y brazo
nitam ente m ejo r inform ad os que su je fe sobre los ejecutor. Las dificultades de este nuevo tipo de Esta­
verdaderos problem as técnicos del ram o. Lo m ism o do son otras, y no hem os de ocupam os aquí de
sucedía en In g laterra. En co n secu en cia eran estos La c u estión que ah o ra nos interesa es la de cuál
fu n cion arios tam bién los que tenían ^ p od er real sea la figu ra típica del político profesional, la
110 E L J!O L .frlC O Y E L C ^ ^ T lP!CC O n i
t. VOL.mCACOMOVO^^lON
del «caudillo» com o la de sus seguidores. E sta figura tiempo en que se aprendía a c o m p °ner discurs° s la­
h a cam biad o con el tiem po y se n o s presenta h oy tinos y versos griegos para llega a ser consejero p o­
además bajo muy distintos aspectos. lít ico y, sobre tod o, h isto riógrafo pa lít ico de un
E n el pasado, co m o antes veíam os, han surgido prfncipe. Éste fue el tiem po en q ue florecieron las
«políticos profesionales» al servicio del p rín cip e en prim eras escuelas de hu m anistas y fos pn n c ipes
su lucha frente a los estam entos. Veam os brevem en­ fimda on las prim eras cátedras de «Poeti ca». Entre
te cuáles fueron los tipos principales de esta especie. nosotros esta época pasó muy rápidam ente , y aun­
Frente a los estam entos, el p rín cip e se apoyó so­ que m odeló de form a duradera n uestro alstem a de
bre capas so ciales d isponibles de cará cter n o esta­ enseñanza, no ha tenid o co n secu en clas ,poUt icas
m ental. A estas capas p erten ecían en p rim er lugar profundas. Muy distinto fue lo que sucedio e n el E x ­
los clérigos, y eso tanto en las Indias O ccidentales y trem o O riente. El m andarín chino es (o fue
O rientales c o rno en La M ongolia de los la n a s , las tie­ originariam ente) lo que fue el hum anista de nuestro
rras buclistas de China y el Japón y los reinos cristia­ R enacim iento: un literato hum am sti cam ente fo r­
n os. de la Edad M edia. La razón de la im portancia mado co m o co n o ce d o r de lo s m on u m e n to s h te -
que corno con sejeros del príncipe alcan zaro n Jos rarios del pasado rem oto. Leyendo el d la rio de
b ra h m a n es, lo s sacerd o tes b u d ista s, Los lam as y Hung T chang nos encontram os con que lo que más
los obispos y sacerdotes cristian o s ra d ica en el he­ le enorgullecía era el escribir poem a y ser buen ^ -
cho de que p odía estructurarse con ellos un cuadro lígrafo. Este grupo social, con sus convencíonalis-
adm inistrativo capaz de leer y escribir, susceptible mos construidos sobre el m odelo de la C hina antí-
de ser em pleado en la Lucha del em perador, o del gua, ha determ inado todo el. d estino de ese P aís’ Y
p ríncipe o del khan, co n tra la a risto cracia. A dife­ tal hubiera sido tam bién quizás nuestro destimo s1
rencia de lo que sucedía con el feudatario, el clérigo, los h um anistas hubieran tenido en su époc a la mas
y sobre todo el clérigo célibe, está ap artad o del jue­ m ínim a p osibilid ad de lo g ra el m ism o e:x:ito que
go de los intereses políticos y económ icos norm ales aquéllos alcanzaron.
y no siente La tentación de crear para sus descendien­ La tercera capa fue la nobleza cortesana. U navez
tes un poder político propio frente al del señor. Sus que consiguieron desposeer a la nobleza d^ su poder
propias cualidades estam entales lo «sepa ^ ^ > de los político estam ental, los p rín cipes la atr a)eron a la
m edios materiales de La adm inistración ^ [ príncipe. corte y la em plearon en el servicio político y dipto-
U n a segunda cap a del m ism o g én ero era la de mático. El cam bio de orientación de nuestro E te r n a
los literatos con form ación h u m anística. H ubo un de enseñanza en el siglo xV li estuvo detenr u nado
¡12 J/3
H . P O L 'i 'lC O y lA f O Lt n c .A L O M < >Y O I

por el hecho de que, en lugar de los literarios huma­ go. Ni los elementos de un pensam iento jurídico ra­
nistas, en traro n al serv icio del p rín cip e políticos cional en la Escuela M 'm am sa de la India ni el culto
profesionales procedentes de la nobleza cortesana. al pensam iento jurídico antiguo en el Islam pudie­
La cu arta categoría está co n stitu id a p o r una figu­ ron im pedir la sofocación del pensam iento jurídico
ra específicam ente inglesa: un patriciado que agru­ racional p or el pensam iento teológico. Sobre todo
pa tanto a la pequeña nobleza co m o a los rentistas no lograron racionalizar por entero el procedim ien­
de las ciudades y que es co n o cid a técnicam ente por to. Esto sólo se ha conseguido m erced a la recepción
el n om bre de g en try . O rig in a ria m e n te el príncipe por los ju ristas italianos de laantigu aju risp ru d en-
se atrajo a este grupo social para oponerlo a los ba­ cia rom ana, producto de una form a p olítica total­
rones, y entregó a sus m iem bros los car!Yos mente única que nace com o ciudad-Estado para
£ n\,rrvi*t'p» t p'<i .l .u.:... ii.u.ieiiao cada vez m ás depen­ convertirse en Imperio m undial. Junto con esta re­
diente de ellos con posteriorid ad . La g en try retuvo cepción han coadyuvado ta m b ién a ese fin, por
todos los cargos de la ad m inistración local, desem ­ supuesto, el usus m o d e r n u s de los can on istas y
peñánd olos gratuitam ente en interés de su propio pandectistas de la Baja E d ad M ed ia y las teorías
pod er social. Así ha preservado a Inglaterra de Ja jusnaturalistas, nacidas del pensam iento cristiano y
bu rocratización que ha sido el destino de todos los secularizadas después. Los grandes representantes
Estados continentales. de este racionalismo jurídico han sido élp o d esta ita­
Una quinta capa, propia sobre todo del continen­ liano, los juristas del rey, en Francia, que crearon los
te europeo y de decisiva im portancia para suestruc- medios form ales ele que el pod er real se valió para
tura polí tica, fue la de los ju ristas universitarios. En acabar con la dom inación de los señores, los cano­
nada se m anifiesta con m ayor claridad la poderosa nistas y teólogos jusnaturalistas del con ciliarismo,
influ encia del D erecho rom ano, tal com o lo confi­ l ° s ju rista s cortesan os y los ilu strad o s ju eces de
guró el burocratizado Im perio tardío, que en el he­ los príncipes continentales, los m onarcóm acos ylos
ch o de que sean los ju rista s univ ersitario s lo s que teóricos del Derecho natural en Holanda, los juris­
llevan a cabo la transform ación de la em presa políti­ tas de la Corona y del Parlam ento en Inglaterra, la
ca para convertirla en Estado racionalizad o. Taio- noblesse d e ro b e de los Parlam entos franceses y, por
bién en Inglaterra o cu rrió así, aunque allí las ^ran- , ultimo, los abogados de la ép oca de la Revolución.
des corporaciones nacionales de ju ristas estorbaron | ¡ Sin este racionalismo no son im aginables n i el Esta­
la recep ción del D erecho rom ano. En ningú n otro do absoluto ni la Revolución. Tanto las representa­
lugar del planeta se encuentra un fenóm eno análo­ ciones de los Parlamentos franceses com o los Cahiers
1
l) ec, poi m eo y el ci£N rir.ico

d e lo s E s t a d o s G e n e r a l e s d e F r a n c i a , d e s d e e l siglo
x v i h a s t a 1 7 8 9 , e s t á n r e p l e t o s d e l e s p í r i t u d e los
j u r i s t a s . A l e x a m i n a r la p r o f e s ió n d e lo s m ie m b ro s
d e la C o n v e n c i ó n f r a n c e s a , e le g id o s t o d o s e llo s de
a c u e r d o a las m is m a s n o r m a s , n o s e n c o n t r a m o s con
u n s o l o p r o l e t a r i o , m u y e s c a s o s e m p r e s a r i o s b u r­
g u e s e s y u n a g r a n m a s a d e j u r i s t a s d e t o d a s cla se s,
s in lo s c u a le s s e r ía im p e n s a b le el e s p í r i t u e s p e c ífico
q u e a n i m ó a e s to s in te le c tu a le s r a d i c a l e s y s u s p r o ­
y e c t o s . A p a r t i r d e e n t o h e e s la f ig u r a d e l a b o g a d o
m o d e r n o v a e s t r e c h a m e n t e u n id a c o n la m o d e r n a
d e m o c r a c i a . Y d e n u e v o n o s e n c o n t r a m o s c o n que
a b o g a d o s e n e s te s e n tid o , c o m o u n e s t a m e n t o in d e ­
p e n d ie n te , e x is te n s ó lo en O c c i d e n t e y s ó lo d e s d e la
E d a d M e d ia , c u a n d o ,b a j o la in f lu e n c ia d é l a r a c io ­
n a liz a c ió n d el p ro c e d im ie n to , e m p e z a ro n a co n v er­
t i r s e en ta le s los « i n te r c e s o r e s » ( F ü r s p r e c h ) d e l for­
m a lis ta p r o c e d i m i e n t o g e r m á n i c o .
L a i m p o r t a n c i a d e lo s a b o g a d o s e n la p o l í t i c a o c ­
c id e n ta l d e s d e q u e se c o n s ti tu y e r o n lo s p a r t i d o s no
e s , e n m o d o a l g u n o , c a s u a l. U n a e m p r e s a p o lític a
lle v a d a a c a b o a t r a v é s d e l o s p a r t i d o s q u ie r e d ecir,
j u s t a m e n t e , e m p r e s a d e in te r e s a d o s , y p r o n t o v e re ­
m o s lo q u e e s to s ig n if ic a . L a f u n c i ó n d e l a b o g a d o e s
. la d e d i r i g i r c o n e f ic a c ia u n a s u n t o q u e lo s in te r e s a ­
d o s le c o n f ía n , y e n e s to , c o m o la s u p e r i o r i d a d d e la
p r o p a g a n d a e n e m i g a n o s h a e n s e ñ a d o , el a b o g a d o
e s s u p e r i o r a c u a l q u i e r « f u n c i o n a r i o » . P u e d e h a ce *
t r i u n f a r u n a s u n t o a p o y a d o e n a r g u m e n t o s ló g ico s
d é b ile s y e n e s te s e n tid o « m a l o » , c o n v i r t i é n d o l o así
113
íapoi.fncAcomov¿iCAt;i(5N

en a s u n to té c n i c a m e n te « b u e n o » . M á s d e u n a v e z , e n
c a m b io , h e m o s t e n i d o q u e p r e s e n c i a r c ó m o el
f u n c io n a r io m e t i d o a p o l í t i c o c o n v i e r t e e n « m a lo »
co n s u g e s tió n t é c n i c a m e n t e « m a la » u n a s u n t o q u e
en ese s e n t i d o e r a « b u e n o » . L a p o l í t i c a a c t u a l s e
h ace, c a d a v e z m á s , d e c a r a a l p ú b li c o y, e n c o n s e ­
c u e n c ia , u tiliz a c o m o m e d i o la p a l a b r a h a b l a d a y e s ­
crita . P e s a r las p a l a b r a s e s t a r e a c e n tr a l y p e c u l i a r í -
sim a d e l a b o g a d o , p e r o n o d e l f u n c i o n a r i o q u e n i e s
un d e m a g o g o n i, d e a c u e r d o c o n s u n a tu r a le z a , d e b e
serlo y q u e , a d e m á s , s u e le s e r u n p é s im o d e m a g o g o
cu an d o , p e s e a t o d o , in te n ta s e r lo .
Si h a d e s e r fiel a s u v e r d a d e r a v o c a c i ó n (y e s to es
d ecisivo p a r a ju z g a r a n u e s t r o a n t e r i o r r é g i m e n ) , el
a u té n tic o f u n c i o n a r i o n o d e b e h a c e r p o l í t i c a , s in o
lim ita rs e a « a d m i n i s t r a r » , s o b r e t o d o irn parcial-
mente. E s ta a f i r m a c i ó n es ta m b ié n v á l id a , ofi c i a l -
m ente a l m e n o s , p a r a e l f u n c io n a r io p o l í t i c o m ie n ­
tras n o e sté e n ju e g o la « r a z ó n d e E s ta d o » , e s d e cir,
los in te re s e s v ita le s del o r d e n p r e d o m in a n te . E l f u n ­
c io n a rio h a d e d e s e m p e ñ a r su c a r g o sin e ira e tstu -
dio, sin ir a y s in p r e v e n c i ó n . L o q u e le e s t á v e d a d o
es, p u es, p r e c i s a m e n t e a q u e llo q u e s ie m p r e y n e c e ­
s a ria m e n te ti e n e n q u e h a c e r lo s p o lític o s , ta n t o lo s
jefes c o m o s u s s e g u id o r e s . P a r c ia lid a d , l u c h a y p a ­
sión (ira e t s tu d io ) c o n s ti tu y e n el e le m e n to d e l p o l í -
tico y s o b r e t o d o d e l ca u d illo p o lític o . T o d a la a c t i ­
v id a d d e é s te e s t á c o l o c a d a b a jo u n p r i n c i p i o d e
respon sabilidad d i s t in to y a u n o p u e s to al q u e o r i e n ­
ta la a c tiv id a d d e l f u n c i o n a r i o . E l f u n c i o n a r i o se
i 16 E l PO LÍT IC O Y tI_<:XE7JTfF{CÜ

h o n r a c o n su c a p a c i d a d d e e j e c u t a r p r e c i s a y c o n ­
c i e n z u d a m e n t e , c o m o si r e s p o n d i e r a a s u s p ro p ia s
c o n v i c c i o n e s , u n a o r d e n d e la a u t o r i d a d s u p e r io r
q u e a él le p a r e c e fa ls a , p e r o e n la c u a l , p e s e a s u s o b ­
s e r v a c i o n e s , in s i s te la a u t o r i d a d , s o b r e la q u e el
f u n c i o n a r i o d e s c a r g a , n a t u r a l m e n t e , t o d a la re s ­
p o n s a b il id a d . S in e s ta n e g a c i ó n d e sí m i s m o y esta
d is c ip lin a é t i c a , en el m á s a lto s e n ti d o d e la p a la b ra ,
s e h u n d i r í a to d a la m á q u i n a d e la A d m in is tr a c ió n .
E l h o n o r d e l c a u d i l l o p o lít ic o , e s d e c i r , d e l e s ta d ista
d i r i g e n t e , e s tá , p o r e l c o n t r a r io * e n a s u m ir p erso n a l-
^ re - u." i ¿j i*b i* i ^' ^ HtiCv-, re s ­
p o n s a b ilid a d q u e n o d e b e n i p u e d e r e c h a z a r o a r r o ­
j a r s o b r e o t r o . L o s f u n c io n a r io s c o n u n a lto sen tid o
é t i c o , t a l e s c o m o io s q u e d e s g r a c i a d a m e n t e han
o c u p a d o e n t r e n o s o t r o s u n a y o t r a v e z c a r g o s d ire c ­
tiv o s , s o n p r e c is a m e n te m a lo s p o lít ic o s , ir r e s p o n s a ­
b le s en s e n tid o p o lític o y p o r ta n to , d e s d e e ste p u n to
d e v i s t a , é t i c a m e n t e d e t e s t a b le s . E s e s to lo q u e lla­
m a m o s « g o b ie r n o d e f u n c i o n a r i o s » , y n o es a rro ja r
n i n g u n a m a n c h a s o b re el h o n o r d e n u e s t r o fu n cio -
n a r i a d o el d e c ir q u e , c o n s i d e r a d o d e s d e el p u n to de
v i s t a d e l é x it o c o n s e g u id o , e s te s is te m a e s p o lític a ­
m e n te fa ls o . P e ro v o lv a m o s d e n u e v o a lo s d if erentes
ti p o s d e p o lític o s .
D e s d e la a p a r i c i ó n d e l E s t a d o c o n s t i t u c i o n a l y
m á s c o m p l e t a m e n t e d e s d e la i n s t a u r a c i ó n d e la de­
m o c r a c i a , el « d e m a g o g o » e s la f ig u r a tí p ic a d e l jefe
p o lític o en O c c id e n te . L a s re s o n a n c ia s d e s a g ra d a '
b le s d e e s ta p a l a b r a n o d e b e n h a c e r o l v i d a r q u e no
U W J l . m c A C r íM O V O C A C IO N
117

fue C le ó n , s in o P e ric le s , e l p r i m e r o e n l l e v a r e s te
n o m b re . Sin c a r g o a lg u n o u o c u p a n d o e l ú n i c o c a r ­
go e le c tiv o e x is te n te (e n la s d e m o c r a c i a s a n t i g u a s
todos lo s d e m á s c a r g o s se c u b r í a n p o r s o r t e o ) , e l d e
e s tr a te g a s u p r e m o , P e r ic le s d i r i g i ó la s o b e r a n a e c -
clesia d el d e m o s a te n ie n s e . L a d e m a g o g i a m o d e r n a
se sirv e ta m b ié n d e l d is c u r s o , p e r o a u n q u e u t iliz a e l
d iscu rso e n c a n tid a d e s a t e r r a d o r a s ( b a s t a p e n s a r e n
la c a n ti d a d d e d i s c u r s o s e l e c t o r a l e s q u e h a d e p r o ­
n u n c ia r c u a l q u i e r c a n d i d a to m o d e r n o ) , s u i n s t r u ­
m en to p e r m a n e n t e es la p a l a b r a im p r e s a . E l p u b l i ­
cista p o lít ic o , y s o b r e t o d o e l p e r i o d i s t a , s o n io s
re p re se n ta n te s m á s n o ta b le s d e la f ig u r a d ei d e m a ­
gogo e n l a a c t u a iid a d .
S e ría to ta lm e n te im p o sib le in te n t a r en e s ta c o n f e ­
rencia ni s iq u ie r a u n e s b o z o d e la s o c i o l o g í a d e l p e ­
rio d is m o m o d e r n o , te m a q u e c o n s t i t u y e , d e s d e
c u a lq u ie r p u n t o d e v is ta q u e lo c o n s i d e r e m o s , u n
cap ítu lo a p a r te . Sí nos s o n n e c e s a r i a s , sin e m b a r g o ,
unas p o c a s o b s e r v a c io n e s s o b r e ei a s u n to . E l p e r i o ­
dista c o m p a r te c o n to d o s lo s d e m á s d e m a g o g o s , a s í
co m o ta m b i é n ( a l m e n o s e n ei c o n t i n e n t e , a d i f e ­
ren cia d e lo q u e o c u r r e en i n g l a t e r r a y o c u r r í a a n te s
611 P ru s ia ) c o n el a b o g a d o y e i a r t i s t a , e l d e s t i n o d e
escapar a to d a c la s if ic a c ió n s o c i a l p r e c is a . P e r t e n e -
** a u n a e s p e c ie d e c a s t a p a r i a q u e ia « s o c i e d a d » j u z ­
ga s ie m p re d e a c u e r d o c o n e i c o m p o r t a m i e n t o d e
sus m ie m b r o s m o r a lm e n te p e o r e s . A s í l o g r a n c u r s o
las m á s e x t r a ñ a s id eas a c e r c a d e lo s p e r i o d i s t a s y d e
su tta b a jo . N o to d o e l m u n d o s e d a c u e n t a d e q u e ,
11S El.FOJ.mCQYEl.
roitncAcoMOvocación 119
aunque producida en circunstancias m uy distintas,
una obra p erio d ística realm ente «buena» exige al Uegar hasta el poder por este cam ino son ahora m e­
m enos tanto espíritu com o cualquier otra obra inte­ nores , en general, de lo que eran en la pasada gene­
lectual, sobre todo si se piensa que hay que ración. N aturalm ente, tod o p olítico de im portancia
ap risa, p or encargo y para que su rta e fe c t o s inm e­ tenía necesidad de in flu en cia sob re la prensa y de
diatos. Com o lo que se recuerda es, naturalm ente, la conexiones con ella, pero no cabía esperar q u e, sal­
o b ra p eriod ística irresp onsable, a causa d e sus fu­ vo excepciones, salieran de entre sus filas los je fe s de
nestas con secu en cias, pocas gentes saben apreciar partido. La razón de esto hay que bu scarla en la cre­
q u e la responsabilidad del periodista es m ucho ma­ ciente fa lta de lib e rta d ( U n a b k o m m lic h k e it ) del
yor que la del sabio y que, p o r térm in o m edio, el periodista, especialm ente del periodista falto de re­
sentido de la responsabilidad del periodista honra­ cursos y en consecu encia ligado a su pro fes ¡ón, de­
do en nada le ced e al d e c u a lq u ie r otro intelectual. terminada por el inaudito increm ento en actualidad
Nadie quiere creer que, p or lo general, la discreción e intensidad de la em presa p eriodística. La necesi­
del buen p eriod ista es m ucho m ayor que la d e la s dad de ganarse el pan con artículos diarios o sem a­
demás personas, y sin em bargo así es. Las tentacio­ nales es para el político un grillo que estorba el m o­
nes incom parablem ente m ás fu ertes que rodean vimiento, y conozco ejem p los de hom bres nacidos
esta profesión, ju n to con todas las dem ás condici o­ para m andar a quienes esa necesidad ha frenado en
nes en que se desarrolla la actividad del periodismo elcam ino hacia el poder, creándoles inconvenientes
m oderno, originaron consecuencias que h an acos­ externos y, sobre todo, obstáculos de orden interno.
tum brado al público a considerar la prensa con una Cierto es que , bajo el antiguo régimen, las relaciones
m ezcla de desprecio y de lam entable cobard ía. No de la prensa con los poderes del Estado y de los par­
podem os ocu parnos hoy de ío q u eh ab ría que hacer tidos eran sum am ente nocivas para el periodism o, y
al respecto. Lo que aquí nos interesa es la cuestión este tema requeriría un capítulo aparte. Cierto tam ­
del destino p o lít ic o de los periodistas, de sus posibi­ bién que en los p aíses enem igos estas relacio n a
lidades de llegar a puestos d irectivos. H asta ahora eran muy otras. Pero tam bién para ellos, com o p ^ a
esto sólo ha sido posible dentro del p artid o social- todos los Estados m od ernos, parece valida la afir ­
dem ócrata, y aun dentro de él los puestos d e redac­ mación de que el trab ajad o r del period ism o nene
tores eran m ás bien puestos de fu n cionarios y no es­ cada vez m enos in fluencia p olítica, en tanto q ue el
calones para conquistar u n a je fa tu r a . magnate capitalista de la prensa (del tipo, p o r ejern-
En los p artid o s burgueses, las posibilidades de pl° , de un lord N orthcliffe) tiene cada vez más.
Entre nosotros, los grandes consorcios capitalis-
120 í - I .P O t .m C O YE L C I E K T Í F I C jO

ta s d e la p r e n s a , q u e s e h a b í a n a p o d e r a d o sob re
to d o d e lo s p e r i ó d i c o s c o n « a n u n c i o s p o r p a la b ra s»
(e l t í p i c o G e n e r a l a n z e i g e r ) , c u l t i v a b a n c o n su m o
c u i d a d o la in d if e r e n c ia p o l í t i c a . C o n u n a p o lític a
in d e p e n d ie n te n o te n ía n n a d a q u e g a n a r y c o r ría n ,
e n c a m b i o , el r ie s g o d e p e r d e r la b e n e v o l e n c ia e c o ­
n ó m i c a m e n t e r e n ta b le d e lo s p o d e r e s p o lít ic o s e sta ­
b le c id o s . £1 n e g o c i o d e lo s a n u n c io s p a g a d o s h a sido
a s í el c a m i n o p o r el q u e , d u r a n t e la g u e r r a , se in te n ­
t ó , y Q p Q r€nt€m €nt€ c o n tü iU a u n n o y suiii
e je r c e r s o b r e la p r e n s a u n a in f l u e n c i a p o l í t i c a de
g r a n e s tilo . A u n q u e h a y q u e e s p e r a r q u e la gran
p r e n s a l o g r a r á s u s t r a e r s e a e s a in f l u e n c ia , la situ a-
c i ó n es m u c h o m á s d ifíc il p á r a l o s p e q u e ñ o s p e rió ­
d i c o s . E n t o d o c a s o , y s e a c u a l f u e r e su a t r a c t i v o y su
c a p a c id a d p a r a d a r a q u ie n la s ig u e in f lu e n c ia , p o si­
b ilid a d e s d e a c c i ó n y, s o b r e t o d o , r e s p o n s a b ilid a d
p o l í t i c a , la c a r r e r a p e r i o d í s t i c a n o e s a c tu a lm e n te
(q u iz á s d e b ie r a d e c ir s e q u e n o e s y a , o q u e n o e s to ­
d a v ía ) e n n u e s t r o p a ís u n a v ía n o r m a l p a r a a scen d er
a la j e f a t u r a p o l í t i c a . R e s u lta d if íc il d e c i r si e s t a si­
t u a c i ó n c a m b i a r í a o n o c o n e l a b a n d o n o d e l p r in c i­
p io d el a n o n i m a t o , q u e m u c h o s p e r i o d i s t a s , aun qu e
n o t o d o s ello s , c o n s id e r a n n e c e s a r i o . L a e x p e r ie n c ia
q u e la p r e n s a a l e m a n a n o s h a o f r e c i d o d u r a n t e Ia
g u e r r a , c o n f i a n d o la « d i r e c c i ó n » d e c i e r t o s p e r ió d i­
c o s a e s c r i t o r e s c u a l i f i c a d o s q u e f i r m a b a n s ie m p ^
c o n s u p r o p i o n o m b r e , h a e v i d e n c i a d o c o n a lg u n o s
c a s o s b ie n c o n o c i d o s q u e d e s g r a c i a d a m e n t e n o &
t a n s e g u r o c o m o p o d r í a p e n s a r s e q u e p o r e s te c a n u '
U POLITICA-COM O VOCACION
121

no s e c o n s ig a un m á s elev ad o s e n tid o d e la re sp o n ­
sab ilid ad . S in q u e q u e p a h a c e r d ife re n c ia s en tre los
p a rtid o s» f u e r o n en g ran p a r te lo s p e r ió d ic o s d e
p e o r f a m a lo s q u e in te n ta ro n y c o n s ig u ie r o n u n a
m a y o r t i r a d a s ig u ie n d o e s te c a m i n o . L a s p e rs o n a s
que a s í a c t u a r o n , e d ito re s y r e p o r te r o s s e n s a cio n a -
Hstas, t a l v e z h a y a n c o n s e g u id o d e e s te m o d o d in e­
ro, p e r o s e g u r a m e n te n o h a n c o n s e g u id o h o n ra . No
ca b e , s in e m b a r g o , a p o y a r s e e n e s ta e x p e r ie n c ia
p ara o p o n e r s e al p rin c ip io ; la c u e s tió n e s m u y c o m ­
p lica d a y e s e f e n ó m e n o n o tie n e v a lid e z gen eral.
H asta a h o r a , n o o b s ta n te , n o h a s id o é s te el ca m in o
h a cia la a u t é n ti c a je fa tu ra o la e m p re s a p o lític a res­
p o n s a b le , y n o p u e d e p re d e c irs e c ó m o se co n fig u ra ­
rán las c o s a s e n el fu tu ro . L o c ie r to e s q u e la ca rre ra
p e r io d ís tic a c o n tin ú a s ie n d o u n a d e la s m á s im p o r­
tan tes v ía s p a r a la p ro fe sio n a lid a d p o lític a . V ía que
no p a r a t o d o e l m u n d o es fa c tib le y m e n o s que p a ­
ra n a d ie p a r a lo s c a r a c te r e s d é b ile s , e s p e c ia lm e n te
p a ra a q u e llo s q u e s ó lo lo g r a n s u e q u ilib rio in te rn o
cu a n d o o c u p a n u n a s itu a c ió n e s ta m e n ta l bien segu­
ra. A u n q u e ta m b ié n la v id a del h o m b r e d e cie n cia es
en su s c o m i e n z o s a z a ro s a , é s te e n c u e n t r a en su to r ­
no al m e n o s u n a s e rie d e c o n v e n c io n a lis m o s e sta ­
m e n tales d e f in id o s q u e le a y u d a n a n o d e s c a rria rse .
La v id a d e l p e r io d is ta , p o r el c o n t r a r i o , e s a z a ro sa
d esd e t o d o s lo s p u n to s d e v i s t a y e s t á ro d e a d a de
u n a s c o n d i c i o n e s q u e p o n e n a p r u é b a l a segu rid ad
in te rn a c o m o q u iz á s n o l o h a c e n i n g u n a o t r a situ a­
ció n . Y t a l v e z n o s e a n lo p e o r d e e lla la s e x p e rie n -
12 2
PCU.mcoVfiLC1ENTÍFJCU
lAPOLITlCll. COMOVO^CACtON 123
" frec uentem ente am argas de la vida profesional.
S precisam ente los periodistas triunfantes los que te extensas, es decir, con territorio y tareas superio­
Neoven situados ante retos especialm en te difíciles. res c los de los pequeños cantones rurales, en las que
N o ds ninguna bagatela eso d e m overse en los salo- se celebren elecciones periódicas para designar a los
titulares del poder, la em presa política es necesaria­
o de Jos g randes de este m undo, en pie de igualdad
n e|los ^ ,f r e c uentem ente |ncluso, rodeado d eh a- mente una e m p resa d e in teresad os. Querem os d ecir
t^ o rig in ad o s en el te m o r , sab ien d o al m ism o con esto que los prim ariam ente interesados en la
n em p° q ue apenas haya uno salido, tal vez el anfi­ vida p o lítica, en el p od er político, reclutan libre­
mente a g ru p os de seguidores, se presentan ellos
ó n tenga q ue ex cusarse ante sus dem ás invitados
es r ra ar a Ioü «piU°s de Ia prensa>>. C om o tampoco mismos o presentan a sus protegidos com o can d i­
es a ei-tam erne ning una bagatela la obligación de te- datos a las elecciones, reúnen los m edios económ i­
cos necesarios y tratan de ganarse los votos. No es
"r r pr° n unciar rápida y convincentem ente so-
« t° d° s y c ada uno de los asuntos que el «mercado» imaginable que en las grandes asociaciones pue^ dan
realizarse elecciones prescindiendo de estas empre­
d . m a’ sobre todos 'os Problem as imaginables, elu-
sas, en general adecuadas a su fui . Prácticam ente
s ln°n<t° c ber no só l° en la sup e fic ia lid a d absoluta, esto significa la di visión de los ciudadanos con dere­
en la ind ignid ad del exhibicionism o
co ia todas sus am argas consecuencias. Lo asom bro­ cho a voto en elem entos políticam ente activos y p o ­
so n o es que haya mucbms period istas huinanam en- líticamente pasivos, pero com o esa diferencia d ó n
arranca de la voluntad de cada cual es imposible eli­
tL°°dd<!SCatr lad° S o despreciables, sin o que, pese a
se encu en tre e n tre e l|° s un n ú m ero mucho minarla por m edios tales como los del voto obliga­
torio o la representación «corporativa», o cualquier
maay ° rendtee a°u<^éUnet!ac°sen te “ “ * “ es valiosos y otro que exp lícita o im plícitam ente se proponga ir
p q ue el p^ m ^ sta co m o tip o de político contra esta realidad, es decir, contra la dom inación
pr o fesional t|sns ya un pasado apreciable, la figura de los p o líticos profesionales. Jefatura y niilitancia
m e f u n cio na r io d e p a r t id o se h a d esarro llad o sola- como elem entos activos para el reclutam iento libre
de nuevos m iem bros y, a través de éstos, del eled o-
.'.lSinmS<!n los ultim os « ^ « ^ o s y. en p arte, sólo en los
rado pasivo, a fin de consegu ir la elección del Jefe,
... oós T en em os gue d irigir a h o ra nuestra
c ^^en ció n a los PC1*^ ^ y a su o rg a n iz a ció n para son elem entos vitales necesarios de todo partido.
Éstos difieren, sin em bargo, unos de otros en cuanto
E ^ ^ ^ r Ss*C fig ura s " su evolución h istórica.
t n todas |as as° c|ac|° nss políticas median:,,™ , . a estructura. Así. por ejem plo, los «part idos» de las
ci udades m edievales, com o los güelfos y gibelinos,
124 125
III. PO L ÍT IC O Y F.L LA P O L ÍT IC A C O M O V O C A C IO N

eran séquitos puramente personales. Al estudiarcada so han recurrid o de nuevo a los agentes de Ia antigua
Statuto d e l l a p a rte G u elfa, la co n fiscació n de los bie­ Okran a co m o instrum ento principal de su poder.
nes d e los n o b ili (o rigin ariam en te se consideraban Pero de lo que aquí tenem os que ocuparn osn o es de
n obili todas aquellas fam ilias que vivían al m od o ca­ estos a paratos de fuerza, sino de los poJíticos profe­
b alleresco y pod ían, por tanto, recib ir un feudo), sionales que intentan conquistar el poder a través
que estab an tam bién excluidos de lo s cargos y del del pro saico y «pacífico» reclutamiento del partido
d erecho a voto, Jos com ités interlocales del partido, en el m ercado electoral.
sus rígid as organ izacion es m ilitares y lo s premios Tam bién estos partidos, en el sentid oque hoyda-
para los denunciantes, sesien te uno ten tad od ep en - mos a la palabra, fueron originariam ente (así, por
. . sar en el bolchevism o con sus soviets, sus o r g ^ ^ - ejemplo, en Inglaterra) simples séqnitos de la dosto-
c ion e$ c w.uaau,,aui"i "tc seleccionadas rlc rniEcia y cracia. C ada vez que un par cam biaba de
(sobre to do.en Rusia) d eesp ion aje, sus confiscacio­ pasaban tam bién al nuevo partido todos los que de
n es, el desarm e y la privación de derechos polítiCOS éldependían. Hasta la promulgación del Keformbiil
a los «bu rgu eses», es decir, a los em presarios, co- las grandes fam ilias de la nobleza, nialnido la fami­
n iercian tes, rentistas, clérigos, m iem bros de la di­ lia real, tenían el patronato de un inmenso numen0
nastía depuesta y agentes de policía. M ás im presio- de distritos electorales. Próximos a estos partidos de
dun la auaivgía si se tiene en cuenta la a r is to c ra c ia estaban los p a rtidos de notables
que, de una parte, la organizacióji m ilitar de áquel (Hon0ra tio ren p a rteien ) que en todas partes siu-gie-
partid o guelfo era una pura m ilicia de caballeros en ron con la toma del poder por la burguesía- Bajola
la que sólo entraban quienes lo eran y que casi todos dirección espiritual de los grupos de intelectuales fí-
los cargos dirigentes fueron ocupados por nobles y picos del Occidente, los grupos sociales con «educa­
que, de la otra, los soviets h an m antenido al empre­ ción ybienes» se dividieron en partidos, determina­
sario bien retr ibuido, el salario a destajo, el trabajo dos en parte por diferencias de clase, en parte por
en cad ena y la disciplina m ilitar y lab oral o, más tradiciones de familia y en parte p ° r razones pura­
.^ exactam ente, han introducido de nuevo todas estas mente ideológicas. Clérigos, m aestros, profesores,
in stituciones y se han puesto a b u scar capital ex­ abogados, m édicos, farmacéuticos, agricultores ri­
tra n j e ro ; q u e, en una palabra, p ara m an ten er al cos, fabricantes y, en Inglaterra, todo ese grupo social
funcionam iento del Estado y de la econom ía han te­ que se incluye entre los gentlem en consu m a ro n en
nido que aceptar de nuevo todas aquellas institucio­ un pr im er m om ento asociacion es ocasionales o,
nes que ellos com batieron com o b ^ g u esas e inclU­ en todo ^ caso, clubs políticos locales; en momentos de
iA í'o .L f'n c a c o m o v o c :m ;iO n J27
126 El l'OLtnco yf . c^^rtrjOO
dicas y asam bleas públicas p ara escu char los in fo r­
crisis se les sum ó La pequeña burguesía y, ocasional­
mes de los diputados. La vida activa se reduce a la
m ente, in clu so el proletariad o, cu an d o co n tó con
época de las elecciones.
caudillos que, por regla general, no procedían de sus
La fuerza que im pulsa el establecim iento de
filas. En este estadio del d esarrollo todavía n o exis­
vínculos m ás firm es entre los distintos núcleos q u e
ten en el país los p artid o s co m o a so cia cio n es per­
configuran el p artid o es el interés de los parlam en­
m an en tes co n o rg a n iz a ció n in te rlo ca l. L a unión
tarios p o r h acer posibles co m p ro m iso s electorales
entre los d istintos gru pos locales está asegurada so­
interlocales y p o r disponer de la fuerzaque suponen
lam ente por los p arlam en tario s, y los n o ta b les de
una agitación u nificad a y un p rogram a tam bién
cad a localidad tien en una in flu en cia decisiva en la
unificado y co n o cid o en am plios sectores de todo el
proclam ación de candidatos. Los program as nacen,
país. El p a rtid o c o n tin ú a , sin em bargo, teniend o
en p arte, de las d eclaracio n es p ro p ag an d ísticas de ,
el carácter de sim ple a so cia ció n de notables, aun
los candidatos, y en parte, de la adhesión a los con­
cuando exista ya una red de círcu los p artidistas, in­
gresos de notables y a las resoluciones de los grupos
cluso en las ciudades m ed ianas, y un con ju n to de
p arlam entarios. La d irecció n del club o donde,
«hom bres de co n fian za» que ab arcan tod o el p aís
com o en la m ayoría de los caso s, éste no existe , la
y con lo s cuales puede m an ten er corresp ond encia
gestión no organizada de la em presa política queda
permanente un m iem bro del Parlam ento como diri­
en m anos de las pocas personas que, en tiempos
gente de la oficina central del partido. Fuera de esta
n o rm ales, se interesan p erm anentem ente en ella,
oficina central no existen aún funcionarios paga­
para las cuales se trata de un tra b a jo o casion al que
dos. Los círcu lo s locales están dirigidos por p er­
desem peñan com o profesión secu nd aria o simple­
sonas «bien vistas» que o cu p an este puesto a causa
m ente a tít ^ o honorifico. Sólo el periodista es polí- I
de la estim ación de que, p or distintas razones, son
tico profesional y sólo la empresa p eriod ística es, en !
objeto. Son éstos los notables extraparlam entarios,
general, una em presa política perm anente. Junto a
que d isponen de u na in flu e n cia p ara lela a la del
ella no eXlste más que la sesión parlam entaria. Por |
grupo de notables p o lítico s que ocupan un puesto
supuesto, los parlam entarios y sus dirigentes sabían |
como diputados en el Parlamento. El alim ento espi-
bien a qué notable local habían de dirigirse ^ ^ n do
n tritual para la prensa y las asam bleas locales lo p ro­
p arece deseable una determ inada a cció n política- ,
porciona cad a vez en m ayor m edida la corresp on­
Sólo en las grandes ciudades existen, sin embargo, I
dencia editada por el partido. Las contribuciones
círculos partidistas que reciben aportaciones mode- r e ^ ^ r e s de los m iem bros se hacen indispensables y
r a ^ ^ de sus m iem bros y celebran reuniones perió- ¡
128 El P O U T IC O Y EL C’ iEÍ/TlFlGO

c o n u n a p a r t e d e e lla s se a tie n d e a lo s g a s t o s d e l o r ­
g a n is m o c e n t r a l . E n e s te e s ta d i o s e e n c o n t r a b a n no
h a c e a ú n m u c h o la m a y o r p a r t e d e lo s p a r t i d o s a le ­
m a n e s . E n F r a n c i a se e s ta b a p a r c i a l m e n t e to d a v ía
en el p r i m e r e s t a d i o , el d e u n a lá b il v i n c u l a c i ó n e n ­
t r e lo s p a r l a m e n t a r i o s , u n p e q u e ñ o n ú m e r o d e n o ­
ta b le s l o c a l e s a t o d o lo a n c h o d e l p a í s y p r o g r a m a s
e la b o r a d o s p o r lo s c a n d i d a t o s o p o r s u s p a t r o n o s en
c a d a d i s t r i t o y p a r a c a d a e l e c c i ó n , a u n q u e e x is te
ta m b ié n u n a m a y o r o m e n o r a d h e s i ó n l o c a l a la s r e ­
s o lu c io n e s y p r o g r a m a s d e lo s p a r l a m e n t a r i o s . Sólo
e n p a r t e se h u q u c b i i t n i a a o n o y e s te s is te m a . E l n ú ­
m e r o d e q u ie n e s h a c í a n d e la p o l í t i c a s u p r o f e s ió n
p r in c i p a l e r a , a sí, p e q u e ñ o , y se l i m it a b a en lo e s e n ­
c ia l a lo s d ip u ta d o s e le c to s , los e s c a s o s f u n c io n a r io s
d e lo s o r g a n i s m o s c e n t r a l e s , lo s p e r i o d i s t a s y, en
F r a n c i a , a d e m á s , a q u e llo s « c a z a d o r e s d e c a r g o s »
q u e o c u p a b a n u n « p u e s to p o lític o » o a n d a b a n b u s ­
c á n d o l o . F o r m a l m e n t e la p o l í t i c a e r a p r e d o m i n a n ­
t e m e n t e u n a p r o f e s i ó n s e c u n d a r i a . E l n ú m e r o de
d i p u t a d o s « m i n i s t r a b l e s » e s ta b a e s t r e c h a m e n t e li­
m i t a d o , a s í c o m o ta m b ié n , d a d a la n a t u r a l e z a del
s is te m a d e n o ta b l e s , el d e c a n d i d a to s . N o o b s ta n te ,
e r a n m u c h o s lo s in t e r e s a d o s i n d i r e c t a m e n t e e n la
p o lít ic a , s o b r e t o d o d e s d e e l p u n to d e v i s t a m a te ria l.
P a r a t o d a s las m e d id a s q u e u n m i n i s t e r i o a d o p ta s e
y p a r a la s o lu c ió n d e t o d o s lo s p r o b l e m a s p e r s o n a ­
le s s e to m a b a en c u e n t a su e v e n tu a l r e p e r c u s i ó n s o ­
b r e la s p o s ib ilid a d e s e le c t o r a l e s y, d e o t r a p a r t e ,
p a r a l o g r a r c u a l q u i e r d e s e o , s e b u s c a b a la in e d ia -
LA P O L fl 1CA C O M O V O C A C IO N 129

ción deí d i p u t a d o d e i d is tr ito , a q u ie n e l m in i s tr o , si


e r a d e su m a y o r ía (y p o r e s to t o d o el m u n d o tr a ta b a
de q u e lo f u e s e ), e s ta b a o b lig a d o a e s c u c h a r d e p e o r
o m e jo r g a n a . C a d a d ip u ta d o te n ía el p a t r o n a z g o d e
los c a r g o s y , en g e n e ra l, d e t o d o s lo s a s u n t o s d e n tr o
de su p r o p io d i s t r it o y, a su v ez, se m a n t e n í a v i n c u la ­
do c o n los n o ta b le s lo cales a fin d e s e r re e le g id o .
F re n te a e s ta id ílica s itu a c ió n d e l a d o m i n a c i ó n d e
los n o ta b le s y, s o b r e t o d o , d e lo s p a r l a m e n t a r i o s , se
alzan h o y a b r u p ta m e n te las m á s m o d e r n a s f o r m a s
de o r g a n iz a c ió n d e lo s p a r t i d o s . S o n h ija s d e la d e ­
m o c r a c ia , d e l d e r e c h o d e las m a s a s al s u f r a g io , d e la
n e ce sid ad d e h a c e r p r o p a g a n d a y o r g a n iz a c io n e s d e
m asas y d e la e v o lu c ió n h a c i a u n a d i r e c c i ó n m á s
u n ifica d a y u n a d is c ip lin a m á s r íg id a . L a d o m i n a ­
ción d e lo s n o ta b le s y el g o b i e r n o d e lo s p a r l a m e n ­
ta rio s h a n c o n c lu id o . L a e m p r e s a p o l í t i c a q u e d a e n
m a n o s d e « p r o f e s io n a le s » a t i e m p o c o m p l e t o q u e
se m a n tie n e n f u e r a d el P a r l a m e n t o . E n u n o s c a s o s
s° n « e m p r e s a r i o s » ( a s í el b o s s a m e r i c a n o y el e le c -
tion a g e n t in g l é s ) ; en o t r o s , f u n c i o n a r i o s c o n s u e l-
fijo. F o r m a lm e n te se p r o d u c e u n a a c e n tu a d a d e ­
m o c ra tiz a c ió n . Y a n o es la fr a c c i ó n p a r la m e n t a r ia la
(F*e e la b ó r a lo s p r o g ra m a s a d e c u a d o s , n i s o n los n o ­
tables lo ca le s q u ie n e s d is p o n e n la p r o c l a m a c i ó n d e
ca n d id a to s. E s ta s ta r e a s q u e d a n r e s e r v a d a s a las
asa m b leas d e m ie m b r o s d el p a r t i d o , q u e d e s ig n a n
c a n d id a to s y d e le g a n a q u ie n e s h a n d e a s i s t i r a la s
a sa m b leas s u p e r io r e s , d e las c u a le s , a s e r p o s ib le ,
hab rá v a r ia s h a s t a lle g a r a la a s a m b le a g e n e ra l d e l
130 E.L E O L IT IC O T EX C IE ÍÍT 7F ÍQ 0

p a r t i d o (P a r t e it a g ). N a t u r a lm e n te , y d e a c u e r d o con
s u p r o p i a n a t u r a le z a , el p o d e r e s tá , s in e m b a r g o , en
m a n o s d e q u ie n e s r e a liz a n el t r a b a j o c o n t i n u o d en ­
t r o d e la e m p r e s a o d e a q u e llo s d e q u i e n e s é s ta de­
p e n d e p e r s o n a l o p e c u n i a r i a m e n t e , c o m o s o n , por
e je m p lo , lo s m e c e n a s o lo s d ir i g e n t e s d e lo s p o d e r o
s o s c lu b s p o l í t i c o s d e l ti p o d e l T a m m a n y - H a l l . Lo
d e c is iv o e s q u e t o d o e s te a p a r a t o h u m a n o ( l a «m á­
q u i n a » , c o m o e x p r e s i v a m e n t e s e d i c e e n lo s países
a n g l o s a j o n e s ) o m á s b i e n a q u e l l o s q u e l o d irig e n
e s tá n e n s i t u a c i ó n d e n e u t r a l i z a r a lo s p a r la m e n ta ­
r io s y d e im p o n e r le s e n g r a n p a r t e su p r o p i a vo lu n ­
ta d . E s te h e c h o es d e e s p e c i a l i m p o r t a n c i a p a r a la
s e l e c c i ó n d e la d ir e c c ió n d e l p a r t i d o . A h o r a se con ­
v i e r t e e n je f e a q u e l a q u ie n s ig u e la m a q u i n a r ia del
p a r t i d o , in c lu s o p a s a n d o p o r e n c i m a d e l P a rla m e n ­
to . L a c r e a c i ó n de ta le s m a q u i n a r ia s s ig n if ic a , dicho
c o n o t r a s p a l a b r a s , la i n s t a u r a c i ó n d e la d e m o c ra c ia
p le b is c it a r ia .
E s e v i d e n t e q u e la m i l i t a n c i a d e l p a r t i d o , sobre
t o d o lo s f u n c i o n a r i o s y e m p r e s a r i o s d el m is m o , es­
p e r a n d el t r iu n f o d e su jefe u n a r e t r i b u c i ó n personal
en c a r g o s o en p r iv ile g io s d e o t r o g é n e r o . Y lo deci­
s iv o es q u e lo e s p e r a n d e é l y n o d e lo s p a r ía m e 11*3'
r io s o n o s ó l o d e e llo s . L o q u e e s p e r a n e s , sobre
t o d o , q u e e l e f e c t o d e m a g ó g i c o d e la p e rs o n a lid a d
d e l je fe g a n e v o to s y m a n d a t o s p a r a e l p a r t i d o en Ia
c o n t i e n d a e l e c t o r a l , d á n d o le a s í p o d e r y a u m e n t a
d o , e n c o n s e c u e n c i a , h a s ta el m á x i m o la s p o s i b il i^ '
d e s d e s u s p a r t i d a r i o s p a r a c o n s e g u i r la a n s i a d a 1*"
LA P O L ÍT IC A C O M O V O C A C lO M ¡3¡

tr ib u c ió n . T a m b ié n en lo id e a l u n o d e lo s m ó v ile s
m ás p o d e r o s o s d e la a c c ió n r e s id e e n la s a tis fa c c ió n
que el h o m b r e e x p e r i m e n t a al t r a b a j a r , n o p a r a el
p r o g ra m a a b s t r a c t o d e u n p a r t i d o in te g r a d o p o r
m e d io c r id a d e s , s i n o p a r a la p e r s o n a d e u n je fe a l
que él s e e n t r e g a c o n f ia d a m e n te . É s te e s e l e le m e n to
« c a r is m á tic o » d e to d o c a u d illa je .
E s ta f o r m a s e h a im p u e s to e n m e d id a m u y d iv e r ­
sa en lo s d is tin to s p a r tid o s y p a ís e s , y s ie m p re e n lu ­
cha c o n s ta n te c o n lo s n o ta b le s y p a r la m e n t a r io s q u e
defienden s u p r o p i a in flu e n c ia . P r i m e r o se im p u s o
en los p a r t i d o s b u r g u e s e s d e lo s E s t a d o s U n id o s ,
más ta r d e e n lo s p a r t i d o s s o c i a l d e m ó c r a t a s , s o b r e
todo e n e l a le m á n . L a e v o lu c ió n q u e lle v a h a c ia ella
e x p e r im e n ta c o n t i n u a m e n t e r e t r o c e s o s c a d a v e z
que no e x is te u n c a u d illo g e n e r a lm e n te r e c o n o c id o ,
e in clu s o c u a n d o tal c a u d i llo e x i s t e h a y q u e h a c e r
co n ce sio n e s a la v a n id a d y a lo s in te re s e s de lo s n o ­
tables del p a r ti d o . E l rie s g o p r in c ip a l, sin e m b a rg o ,
1° c o n s titu y e la p o s ib ilid a d d e q u e la m a q u in a r ia
b ajo e l d o m i n io d e lo s f u n c i o n a r i o s d el p a r t i ­
do en c u y a s m a n o s e s tá el t r a b a j o r e g u la r . E n o p i­
nión d e a lg u n o s c ír c u lo s s o c i a l d e m ó c r a t a s , s u p a r ­
tido h a s id o v í c t i m a de e s ta « b u r o c r a ti z a c ió n » . L o s
« fu n cio n a rio s» , n o o b s ta n te , s e in c lin a n c o n b a s ta n -
te facilid ad a n te u n a p e r s o n a lid a d d e je fe q u e a c tú e
d e m a g ó g ic a m e n te , p u e s s u s in te r e s e s , ta n to m a te -
d a le s c o m o e s p iritu a le s , e s tá n v in c u la d o s a la a n s ia ­
da to m a d el p o d e r p o r e l p a r ti d o , y, a d e m á s , el tr a b a ­
ja* P ara u n je fe e s alg o ín tim a m e n te s a tis f a c to r io e n
J32 EL F O J.tT IC O Y S L CTEÍíTTFICQ

sí m is m o . M u c h o m á s d ifícil es e l a s c e n s o d e u n jefe
a llí e n d o n d e , c o m o s u c e d e en la m a y o r í a d e lo s p a r­
tid o s b u r g u e s e s , e x is te n a d e m á s d e lo s f u n c io n a r io s
u n o s « n o ta b le s » c o n in flu e n c ia s o b r e el p a r t i d o . E s­
to s n o ta b le s , e n e f e c to , « tie n e n p u e s ta s u v id a » ideal­
m e n t e en lo s p e q u e ñ o s p u e s t o s q u e , c o m o m ie m ­
b r o s d e la p r e s i d e n c i a o d e d i s t i n t o s c o m i t é s , ellos
o c u p a n . Su a c t i t u d e s tá d e t e r m i n a d a p o r el re se n ti­
m i e n t o c o n t r a e l d e m a g o g o c o m o h o m o n o v u s , la
c o n v i c c i ó n en la s u p e r i o r i d a d d e la « e x p e r ie n c ia »
p a r t i d i s t a ( q u e o b je ti v a m e n te e s c o n s id e r a b le m e n ­
te i m p o r t a n t e e n m á s d e u n a o c a s i ó n ) y la p r e o c u ­
p a c i ó n id e o ló g ic a p o r el q u e b r a n t a m i e n t o d e las
v ie ja s t r a d i c i o n e s del p a r t i d o . T o d o s lo s e le m e n to s
t r a d i c i o n a l i s t a s d e l p a r t i d o e s tá n a s u fa v o r. E l elec
t o r p e q u e ñ o b u r g u é s y, s o b r e t o d o , el e l e c t o r rural
v a n d e t r á s d e l n o m b r e d e los n o ta b le s q u e les es co­
n o c i d o d e s d e h a c e m u c h o t ’ie n p o y e n e l q u e confían;
d e s c o n fía n , en c a m b io , fre n te a l d e sco n o cid o )
a u n q u e , p o r lo d e m á s , si é s te a lc a n z a e l é x it o s e en­
t r e g a r á n a él i n q u e b r a n t a b l e m e n t e p a r a e l fu tu ro.
V e a m o s a h o r a a lg u n o s e je m p l o s i m p o r t a n t e s de la
c o n t i e n d a e n tr e e s ta s d o s f o r m a s e s t r u c t u r a l e s y d ¿
s u r g im ie n to d e la f o r m a p le b is c ita r ia , e s tu d ia d a es'
p e c ia l m e n te p o r O s tr o g o r s k i.
C o m e n c e m o s p o r I n g la te r r a . H a s ta 1 8 6 8 , la orga­
n i z a c i ó n d e lo s p a r t i d o s e r a allí una organización de
n o ta b le s c a s i p u r a . E n el c a m p o , lo s to rie s s e a p o y a '
b a n en lo s p á r r o c o s a n g lic a n o s , e n la m a y o r p a rce de
lo s m a e s t r o s d e e s c u e la y, s o b r e t o d o , e n lo s m a y o teS
LA P O llT fC A C O M O VO CA CION 133

te r r a te n ie n te s d e c a d a co u n ry , m ie n t r a s q u e lo s
whigs, p o r s u p a r t e , te n ía n e l s o s t é n d e p e r s o n a s t a ­
les c o m o e l p r e d i c a d o r n o c o n f o r m i s t a (e n d o n d e lo
h a b ía ), e l a d m i n i s t r a d o r d e c o r r e o s , el h e r r e r o , el
s a s tre , e l c o r d e l e r o , e s d e c ir , t o d o s a q u e llo s a r t e s a ­
n o s q u e e je r c e n u n a in flu e n c ia p o l í t i c a p o rq u e h a ­
blan c o n m u c h a g e n te . E n la s c iu d a d e s la d iv is ió n
en tre lo s p a r t i d o s se h a cía s o b r e la b a s e d e las d is tin ­
tas o p in i o n e s e c o n ó m i c a s y r e lig i o s a s o , s im p le ­
m e n te, d e a c u e r d o c o n la t r a d i c i ó n fa m ilia r d e c a d a
cu a l. E n t o d o c a s o , lo s titu la r e s d e la e m p r e s a p o líti­
ca e r a n s ie m p r e n o ta b le s. P o r e n c i m a d e to d o e s to se
s itu a b a n e l P a r la m e n t o , el g a b i n e t e y lo s p a r ti d o s
co n s u r e s p e c t i v o le a d e r , q u e e r a p r e s id e n te d e l
C o n sejo d e M in is tr o s o de la o p o s ic ió n . C a d a le a d e r
tenía ju n to a sí a u n p o lític o p ro fe s io n a l q u e d e s e m ­
p e ñ a b a el p a p e l m á s im p o r ta n te d e la o r g a n iz a c ió n
del p a r t i d o : el « f u s tig a d o r » ( w h ip ). E r a é s te q u ie n
tenía e n s u s m a n o s el p a t r o n a to d e lo s c a r g o s y a él
era p o r lo ta n to a q u ie n te n ía n q u e d irig irs e los c a z a ­
dores d e c a r g o s y q u ien se e n te n d ía s o b r e e sta s c u e s ­
tio n es c o n lo s d ip u ta d o s d e c a d a d is tr ito . E n e s to s
ú ltim o s c o m e n z ó le n ta m e n te a d e s a r r o lla r s e u n
nuevo tip o d e p o lític o p r o f e s io n a l a m e d id a q u e e n
ellos se ib a r e c u r r i e n d o a a g e n te s l o c a l e s a lo s q u e ,
en u n p r i m e r m o m e n to , n o s e le s p a g a b a y q u e a s u ­
m iero n u n a p o s i c i ó n m á s o m e n o s p a r e c id a a la d e
n u estro s « h o m b r e s d e c o n f ia n z a » . J u n to a ellos a p a ­
r t ó , s in e m b a r g o , en lo s m i s m o s d is tr ito s , u n a f i ­
gura d e e m p r e s a r i o c a p ita lis ta , e l e le c t io n agenta
134 E L t > O t ít lC O YE L C Í O Í T ÍE I C O

c u y a e x is te n c ia se h a c í a in e v ita b le u n a v e z p r o m u l ­
g a d a la n u e v a le g is la c ió n d i r i g i d a a a s e g u r a r la p u ­
r e z a d e las e le c c io n e s . E s ta le g is la c ió n in te n ta b a , en
e f e c t o , c o n t r o l a r lo s c o s t o s e l e c t o r a l e s y o p o n e r s e al
p o d e r d e l d i n e r o , p a r a lo c u a l o b lig a b a a lo s c a n d i ­
d a t o s a c o n f e s a r lo q u e les h a b ía c o s t a d o la e le c c ió n ,
p u e s é s to s p a r a c o n s e g u i r e l tr iu n f o e s ta b a n o b lig a ­
d o s n o s ó lo a e n r o n q u e c e r a f u e r z a d e d i s c u r s o s ,
s in o ta m b ié n a a f lo ja r la b o ls a m á s a u n d é l o q u e a n ­
te s s u c e d ía e n t r e n o s o t r o s . C o n la n u e v a le g is la c ió n ,
el e le c t io n a g e n t s e h a c í a p a g a r1p o f el c a n d i d a t o u n a
c a n tid a d g lo b a l, h a c ie n d o a sí un b u e n n e g o c io . En
la d i s t r i b u c i ó n d el p o d e r e n t r e l e a d e r y n o ta b le s del
p a r t i d o , t a n t o en e l P a r l a m e n t o c o m o e n e l p a ís,
a q u é l h a b ía t e n i d o d e s d e s i e m p r e e n I n g l a t e r r a la
m e j o r p a r t e , c o m o m e d io im p r e s c in d ib le p a r a p e r ­
m itir le h a c e r u n a p o lít ic a p e r m a n e n t e y d e g r a n es­
tilo . P e s e a e llo , s in e m b a r g o , la in f lu e n c ia d e lo s p a r ­
l a m e n t a r i o s y d e lo s n o ta b le s c o n t i n u a b a s ie n d o
c o n s id e r a b le .
É s t e e r a el a s p e c t o q u e o f r e c í a la v i e ja o r g a n i z a ­
c i ó n d e lo s p a r t i d o s , e n p a r t e e c o n o m í a d e n o ta b le s
y e n p a r t e y a t a m b i é n e m p r e s a c o n e m p le a d o s y
e m p r e s a r i o s . A p a r t i r d e 1 8 6 8 , s in e m b a r g o , s e d e ­
s a r r o l l ó , p r i m e r o p a r a la s e le c c io n e s l o c a l e s d e B ir-
m i n g h a m y d e s p u é s p a r a t o d o e l p a í s , e l lla m a d o
C a u c u s - S y s t e m , U n s a c e r d o t e n o c o n f o r m i s t a y, ju n ­
t o a é l, J o s é C h a m b e r l a i n , f u e r o n lo s q u e d i e r o n vid a
a e s te s i s t e m a , q u e n a c ió c o n o c a s i ó n d e la d e m o c r a'
t i z a c i ó n d e l v o t o . P a r a g a n a r s e a la s m a s a s s e hizo
LA. P O L IT IC A C O M O V O C A C IO N 135

n e ce sa rio c r e a r u n e n o r m e a p a r a to d e a s o c ia c io ­
nes a p a r e n t e m e n t e d e m o c r á t i c a s , e s t a b l e c e r u n a
a s o c ia c ió n e l e c t o r a l e n c a d a b a r r i o , m a n t e n e r t o d a
e s ta e m p r e s a e n p e r m a n e n t e m o v i m i e n t o y b u r o -
c r a tiz a r lo t o d o p r o f u n d a m e n t e . A p a r e c e a s í u n n ú ­
m e ro c a d a vez m a y o r d e e m p le a d o s p a g a d o s p o r lo s
c o m ité s e l e c t o r a l e s l o c a l e s , e n lo s q u e p r o n to q u e d ó
e n c u a d ra d o q u iz á s u n 10 p o r 1 0 0 d el e le c to ra d o y
u n a s e r ie d e i n t e r m e d i a r i o s p r i n c i p a l e s , e le g id o s ,
p ero c o n d e r e c h o d e c o o p t a c i ó n , q u e a c t ú a n f o r ­
m a lm e n te c o n i o p r o m o t o r e s d e la p o lític a d e l p a r t i ­
d o . L a f u e r z a im p u l s o r a d e to d a e s t a e v o lu c ió n f u e ­
ro n lo s c í r c u l o s lo c a le s , in te r e s a d o s s o b r e to d o e n la
p o lítica m u n i c i p a l (q u e e s e n to d a s p a r t e s la fu e n te
de las m á s e n j u n d i o s a s p o s i b il id a d e s m a t e r i a l e s ) ,
que e r a n ta m b i é n q u ie n e s h a c ía n la p r in c i p a l a p o r ­
ta c ió n f in a n c i e r a . E s t a n a c ie n te m a q u i n a r ia , q u e n o
estab a d i r i g id a y a d e s d e e l P a r l a m e n t o , tu v o q u e li­
brar p r o n to c o m b a t e c o n q u ie n e s h a s t a e n to n c e s h a ­
b ían t e n id o en s u s m a n o s el p o d e r , e s p e c i a l m e n t e
co n el w h ip . A p o y a d a e n lo s in te r e s a d o s lo c a le s , l o ­
gró, sin e m b a r g o , t r i u n f a r h a s ta tal p u n to q u e e l w hip
tu v o q u e s o m e té r s e le y p a c t a r c o n e lla . E l r e s u lta d o
fue u n a c e n t r a l i z a c i ó n d e l p o d e r e n m a n o s d e u n o s
p o c o s y f in a lm e n te d e u n o s o lo , s itu a d o e n la c ú s p i­
de d e l p a r ti d o . E n el p a r t i d o lib e r a l, e n e f e c to , el s is ­
tem a s e e s ta b l e c e e n c o n e x i ó n c o n e l a s c e n s o d e
G la d s to n e a l p o d e r . L o q u e c o n t a n t a r a p i d e z d io a
esta m a q u i n a r ia e l t r i u n f o s o b r e lo s n o ta b l e s fu e la
fe scin a c i 5 n d e |a « g r a n » d e m a g o g i a g l a d s t o n i a n a ,
136 e i, p an u co r e l c ie n t íf ic o

la c ie g a fe d e las m a s a s en el c o n te n id o é tic o d e s u p o lí-


t i c a y , s o b r e to d o , e n el c a r á c t e r é t i c o d e s u p e r s o n a ­
lid a d . A p a r e c e a s í e n la p o lític a u n e le m e n t o d e c e s a -
r i s m o p l e b is c ita r io , el d i c t a d o r d e l c a m p o d e b a ta lla
e le c to r a l. M u y p r o n t o h a b ía d e p o n e r s e d e m a n if ie s ­
to la n u e v a s i t u a c i ó n . E n 1 8 7 7 , c u a n d o p o r p r im e r a
v e z se e m p le a e n las e le c c io n e s n a c io n a le s , el c a u c a s
c o n s i g u e y a u n t r i u n f o r e s o n a n t e , c u y o r e s u lta d o
fu e la c a í d a d e D is r a e li en el m o m e n t o p r e c i s o d e sus
g r a n d e s é x i t o s . E n 1 8 8 6 la m a q u i n a r i a e s t a b a ya
h a s ta t a l p u n t o o r i e n t a d a c a r i s m á t i c a m e n t e h a c ia la
p e r s o n a del je f e q u e c u a n d o se p l a n t e ó la c u e s tió n
d e l H o m e - r u l e , e l a p a r a t o e n te r o , d e a r r i b a a b a jo , no
s e p r e g u n t ó si c o m p a r t í a o b j e t i v a m e n t e la o p in ió n
d e G la d s to n e , s in o q u e s im p le m e n te se d ijo « le se­
g u i r e m o s h a g a lo q u e h a g a » y c a m b i ó d e a c titu d
p a r a o b e d e c e r su s ó r d e n e s , d e j a n d o a s í e n la e s ta c a ­
d a a C h a m b e r la in , su p r o p io c r e a d o r 3.
E s t a m a q u i n a r i a r e q u ie r e u n c o n s i d e r a b l e a p a ­
r a to d e p e r s o n a l. A c tu a lm e n te p a s a d e 2 .0 0 0 el n ú m e ­
r o d e p e r s o n a s q u e v iv e n en I n g l a te r r a d ir e c ta m e n te
d e la p o lít ic a d e lo s p a r t i d o s . N u m e r o s í s i m o s son
ta m b ié n q u ie n e s c o la b o r a n c o m o in te re s a d o s o
c o m o c a z a d o r e s d e c a r g o s e n la p o l í t i c a , e s p e c i a l '
m e n t e e n la p o l í t i c a m u n i c i p a l . A d e m á s d e p o s i b i­
lid a d e s e c o n ó m i c a s , a l p o l í t i c o d e l c a u c u s se le o fre ­

3. Las fechas que se citan en el texto están erradas. El ttiunío


electoral de CJadstooe se produjo en 1874, y su cambio de °P*'
nión respecto de la cuestión del «Home rule» irlandés, en Í886.
(N. del T.)
L A Í'O U T IC A C O M O VOCACION 137

cen t a m b i é n p o s ib ilid a d e s d e s a tis f a c e r la v a n id a d .


L le g a r a s e r «1. P.» o in clu so « M . P.» es a s p i r a c i ó n n a ­
tu ra l d e la s m á x i m a s a m b i c i o n e s ( n o r m a l e s ) y e s
g r a c ia q u e s e c o n c e d e a las p e r s o n a s q u e p u e d e n e x ­
h ib ir u n a b u e n a e d u c a c ió n , a lo s g e n t l e m e n . C o m o
h o n o r s u p r e m o r e s p l a n d e c e la d i g n i d a d d e p a r ,
e s p e c ia lm e n te p a r a lo s g r a n d e s m e c e n a s , y n o h a y
que o lv id a r q u e las fin a n z a s d e lo s p a r t i d o s d e p e n ­
d e n , q u i z á s e n u n 5 0 p o r 1 0 0 , d e lo s d o n a t i v o s
a n ó n im o s .
¿C u á l h a s id o el e fe c to d e e s te s is te m a ? E l d e q u e
hoy en d ía , c o n e x c e p c ió n d e a lg ú n q u e o t r o m i e m ­
bro d el g a b in e te ( y alg u n o s o r ig in a le s ), lo s m ie m b ro s
del P a r l a m e n t o s o n , p o r lo g e n e r a l , u n o s borre^-
gos v o ta n te s p e r f e c ta m e n te d is c ip lin a d o s . E n n u e s ­
tro R e ic h s t a g lo s d ip u ta d o s a c o s t u m b r a b a n , a l m e ­
n os, a s im u la r q u e e s ta b a n t r a b a j a n d o p o r e l b ie n
del p aís c u a n d o a p ro v e c h a b a n s u s r e s p e c tiv o s p u p i­
tres p a r a d e s p a c h a r d u ra n te la s e s ió n su p r o p i a c o ­
r r e s p o n d e n c i a p r iv a d a . E n I n g l a t e r r a n o s o n n e ­
c e s a r i o s lo s g e s t o s d e e s te t i p o . L o ú n i c o q u e el
m ie m b ro d e l P a rla m e n to tie n e q u e h a c e r e s v o t a r y
no t r a i c i o n a r a l p a r tid o ; t i e n e q u e c o m p a r e c e r
c u a n d o el w h ip lo c o n v o c a p a r a h a c e r lo q u e , s e g ú n
el c a s o , h a n d is p u e s to e l g a b in e t e o e l l e a d e r d e la
o p o sició n . C u a n d o existe u n je fe f u e r te , la m a q u in a ­
ria del c a u c u s se m a n tie n e en el p a ís p o c o m e n o s
que sin c o n c i e n c i a p ro p ia y e n t r e g a d a p o r c o m p le to
a la v o lu n ta d d e l jefe. P o r e n c i m a d e l P a r l a m e n t o
está a s í el d i c t a d o r p le b iscita rio q u e , p o r m e d io d e la
138 üL ÍK JL ÍTIO O V E L C I ENTTFlCCl

m a q u i n a r i a , a r r a s t r a a la j n a s a t r a s sí y p a r a q u ie n
lo s p a r l a m e n t a r i o s n o s o n o t r a c o s a q u e s im p le s
p r e b e n d a d o s p o lít ic o s q u e f o r m a n s u s é q u ito .
¿ C ó m o s e p r o d u c e la s e le c c ió n d e l c a u d i llo ? Y e n
p r i m e r l u g a r ¿q u é f a c u lta d e s s o n la s q u e c u e n ta n ?
A p a r te la s c u a li d a d e s d e la v o lu n ta d , d e c is iv a s p a r a
t o d o e n e s te m u n d o , lo q u e a q u í c u e n t a e s , s o b r e to ­
d o , el p o d e r d e l d i s c u r s o d e m a g ó g i c o . Su e s tilo ha
c a m b i a d o m u c h o d e s d e lo s t i e m p o s d e C o b d e n , en
q u e s e d i r i g ía a la in te lig e n c ia , p a s a n d o p o r lo s de
G la d s to n e , q u e e r a u n e s p e c ia lis ta e n la a p a r e n t e s o ­
b r ie d a d d e « d e ja r q u e los h e c h o s h a b le n p o r s í so lo s»,
h a s ta la a c tu a lid a d , c u a n d o p a ra m o v e r a la s m a s a s se
u tiliz a n f r e c u e n te m e n te m e d io s p u r a m e n t e e m o c i o ­
n a le s d e la m is m a c la s e q u e lo s q u e e m p le a el E jé rcito
d e S a lv a c ió n . R e s u lta líc ito c a lif ic a r la s i t u a c i ó n p re­
s e n te c o m o « d i c t a d u r a b a s a d a e n la u tiliz a c ió n d e la
e m o t i v i d a d d e la s m a s a s » . P e r o a l m i s m o tie m p o ,
e l c o m p lic a d ís im o s is te m a d e tr a b a j o e n c o m is ió n del
P a r la m e n to in g lé s h a c e p o sib le q u e c o la b o re t o d o p o­
lític o q u e q u ie r a p a r t i c i p a r e n la d i r e c c ió n d e la p o lí­
tic a , e in c lu s o le o b lig a a ello. T o d o s lo s m in is tr o s de
a lg ú n reliev e q u e h a n o c u p a d o e l c a r g o e n los ú ltim os
d e c e n io s tie n e n d e tr á s d e e llo s e s te m u y r e a l y eficaz
tr a b a jo f o r m a tiv o . L a p r á c tic a d e lo s in f o r m e s y la crí­
t i c a p ú b lic a q u e e n las s e s io n e s d e e s ta s c o m is io n e s se
h a c e c o n v ie r te n e s ta e s c u e la e n u n a v e r d a d e r a se le c­
c i ó n q u e e x c lu y e a lo s sim p le s d e m a g o g o s .
A s í h a n id o la s c o s a s e n I n g l a te r r a . E l C a u cu s-S y s-
tem * s in e m b a r g o , n o e s m á s q u e u n a f o r m a d e b ilita -
ia roLfrrcA c o m o "v o í ; ación 139

da d e la e s t r u c t u r a m o d e r n a s i se la c o m p a r a co n la
o r g a n iz a c ió n d e lo s p a r t i d o s a m e r i c a n o s , q u e a c u ­
ñó d e f o r m a e s p e c ia lm e n te t e m p r a n a y p u r a el p r i n ­
cip io p l e b is c ita r io . E n e l p e n s a m ie n to d e W a s h in g ­
to n , A m é r i c a d e b e r í a h a b e r s id o u n a c o m u n id a d
a d m i n i s t r a d a p o r g e n t l e m e n . E n a q u e l tie m p o u n
g e rttlem a rt e r a t a m b i é n e n A m é r i c a u n t e r r a t e ­
n ie n te o u n h o m b r e e d u c a d o e n u n c o le g io . E n lo s
p rim e ro s ti e m p o s d e s u in d e p e n d e n c ia A m é r ic a fu e
e f e c tiv a m e n te a s í. A l c o n s t i t u i r s e lo s p a r t i d o s , los
m ie m b ro s d e la C á m a r a d e R e p r e s e n ta n te s c o m e n ­
z a ro n a t e n e r la p r e t e n s i ó n d e c o n v e r tir s e e n d i r i­
gen tes p o lít ic o s , c o m o h a b ía s u c e d id o e n I n g la te r r a
en la é p o c a d e la d o m i n a c i ó n d e los n o ta b le s. L a o r ­
g a n iz a c ió n d e lo s p a r t i d o s e r a m u y la x a . E s ta s itu a ­
c ió n se m a n tu v o h a s ta 1 8 2 4 . Ya an tes de la d é c a d a d e
1 8 2 0 h a b ía c o m e n z a d o a f o r m a r s e la m a q u i n a r ia
p a r tid is ta e n a lg u n o s m u n ic ip io s , q u e ta m b ié n a q u í
fu ero n lo s s e m i lle r o s d e la n u e v a e v o lu ció n . P e r o es
sólo la e l e c c i ó n c o m o p r e s id e n te d e A n d r e w J a c k -
son, el c a n d i d a to d e lo s c a m p e s in o s d e l O e s te , la q u e
a rro ja p o r la b o r d a la s v ie ja s t r a d i c io n e s . F o r m a l ­
m en te la d i r e c c ió n d e lo s p a r t i d o s p o r lo s p r in c i p a ­
les p a r l a m e n t a r i o s t e r m i n a p o c o d e s p u é s d e 1 8 4 0 ,
c u a n d o lo s g r a n d e s p a r la m e n t a r io s c o m o C a lh o u n
y W e b s te r se r e t i r a n d e la v i d a p o lític a p o r q u e , f re n ­
te a la m a q u i n a r ia p a r ti d is ta , e l P a r la m e n to h a p e r ­
dido y a c a s i t o d o p o d e r e n el p a ís. L a r a z ó n d e q u e la
« m á q u in a » p l e b i s c i t a r i a s e h a y a d e s a r r o l l a d o ta n
p ro n to e n A m é r i c a r e s id e e n el h e c h o d e q u e a llí y
140 nt. p o i . m co yulluc-k t / fiíxí la w i m c A r,¡{1n o v o < ,A :i O v 141

só lo allí el je fe del p o d er ejecutivo y (esto es, sobre están integrados, de m anera muy dem ocrática, por
todo, lo que im porta) el patrono que dispone de to­ asambleas de delegados que, a su vez, han recibido
dos los cargos es un presidente p lebiscitariam ente mandato de las p rim a rles, las asambleas de los elec­
elegido que, a consecuencia d e la «división de pode­ tores del p artid o. Ya en estas p rim a rle s los delega­
res», actú a con casi total in d ep en d en cia frente al dos so n elegid os por referen cia al nom bre de los
Parlam ento. Es así la m ism a elección presidencial la candidatos a la jefatu ra del Estado. D en tro de cada
que ofrece co m o prem io p or la v ictoria un rico b o ­ partido se d esarrolla la m ás enconada lucha p or la
tín de prebend as y cargos. El s p o ils s y stem , eleva­ n om in ation . En m anos del presidente quedan siem ­
do por Andrew Jackson a la c a te g o ría d e principio pre de 300.000 a 400.000 nom bram ientos de funcio­
sistem ático, no hace m ás que sacar las co n secuen­ narios que él ha de hacer previa consulta con los se­
cias de esta situación. nadores d ecad a Estado. Los senadores son tam bién,
;Q u é form ación de razón de esta Consulta, políticos poderosos. No
ivs partidos este sp o ils system , esta atribu ción de to­ así, en c^ n bio, la Cám ara de Representantes, pr iva­
dos lo s cargos federales al séquito del candidato vic­ da del patronato de los cargos, ni los m inistros, que,
torioso? Pues sim plem ente que se enfrentan entre sí aconsecuencia de la «división de poderes», son pu­
partidos totalm ente desprovistos de convicciones, ros auxiliares del presidente, legitimado p or la elec­
puras organizaciones de cazadores de cargos, cuyos ción popular frente a todo el mundo, incluido el
m utables program as son redactados para cada elec­ Parlamento, y que, por tanto, pueden desem peñar
ción sin tener en cuenta otra cosa que la posibilidad sus cargos con absoluta independencia de la co n ­
de con qu istar votos. Estos program as cam bian de fianza o la desconfianza de éste.
una a o tra elecció n en una m edida para la que no El sp o ils system así sostenido era técnicam ente
pueden encontrarse analogías en ninguna o tra par­ posible en A m érica porque la juventud de la cultura
te. L os partid os están cortados p or el p atrón que americana perm itía soportar una pura econom ía de
m ejor se ajusta a las elecciones realm ente im portan­ diletantes. Evidentem ente, una situación en la que
tes para la d istrib u ció n de los cargos: la elección la a d m in istra ció n e stab a en m anos de 3 0 0 .0 0 0 o
presidencial y la de los gobernadores de Estado. Los 400.000 hom bres d e partido, sin más cualificación
program as lo s establecen y lo s candidatos los desig­ para ello que el hecho de haber sido útiles a su p ro­
nan Las «convenciones nacionales» d e lo s partidos, pio partido, tenía que estar necesariam ente plagada
sin interven ción alguna de los p arlam entarios. Es de grandes lacras y, en efecto, la adm inistración
decir, congresos de lo s partid os q u e, form alm ente:» americana se caracterizaba por una corrupción yun
142 f L VOL.fm CO Y l!I . CIENTÍFICO i 43
l.A POm icA(,;(JMo v o c a c ió n

despilfarro inigualables, que sólo un país con posi­ como perceptor inm ediato del d in ero que entregan
bilidades eco n ó m icas todavía ilim itadas p o d ía so­ los grandes magnates financieros. Éstos no confiarían
portar. en modo alguno el d in ero que d an co n f ines e le c­
La ^ figura que con este sistem a de la m áqu ina ple­ torales a un fu n cio n ario a sueldo o a una p erso n a
b iscitaria aparece en p rim er plano es la del boss. que tenga que rendir cu entas públicam ente. El boss,
¿Qué es el boss? Un em p resario p o lítico capitalista con su prudente discreción en cuestiones de dinero,
que reúne votos por su cuenta y riesgo. Sus primeras es por antonom asia el hom bre de los círcu los cap i­
conexiones puede haberlas consegu id o co m o abo­ talistas que fin an cian las elecciones. El boss típ ico es
gado, tabernero o dueño de cu alqu ier otro negocio un hom bre absolutam ente gris. No bu sca prestigi o
sem ejante, o tal vez co m o prestam ista. A p ^ ^ - de social; p or el con trario, el « p ro fesio n a l» es despre­
esos com ienzos, va extendiendo sus redes hasta que ciado en la «buena sociedad». Busca exclusivam ente
logra «Controlar» un determ inado núm ero de votos. poder, com o m edio de con segu ir dinero, cie rta ­
Llegado aquí, entra en relación con los b o sses veci­ mente, pero tam bién por el pod er m ism o. A d ife­
nos, lo g ra atraer con su celo, su habilidad y, sobre rencia del le a d e r inglés, el boss am ericano trab aja en
tod o, su d iscreció n la aten ció n de qu ienes le han la sombra. R aram ente se Le oye hablar. Su gerirá al
precedido por este cam ino y com ienza a ascender. orador lo que tiene que decir, pero él m ism o calla.
El boss es indispensable para la organ izació n del P°r regla general no ocupa cargo alguno, si no es el
partido, que él centraliza en sus m anos y constituye de senador en el Senado federal, pues, co m o consti-
la p rincipal fuente de recursos fin ancieros. ¿Cómo tucionaalr\.1ente los senadores p articip an en el p atro ­
los consigue él? En parte m ediante las contribucio- ¡ nato de los cargos, es frecuente que el boss m ism o
nes de los m iem bros pero, sobre todo, recaudando acudapersonalm ente a esta corporación. La atribu­
un porcentaje de los sueldos de aquellos funciona­ ción de los cargos se hace, en p rim er lugar, de acuer­
rios que le deben el cargo a él y a su partido. Percib e do con los serv icios prestados al partido. Tam bién
adem ás el prod u cto del coh echo y de las propinas. se entregan, sin embargo, en m uchos casos a cam bio
Q uien quiere in frin g ir im punem ente alguna de las de dinero, e incluso hay ya cantidades fijas com o
num erosas leyes necesita la co n n iv en cia del boss y ! precio de determ inados cargos. Se trata, en de^ m ti-
tiene que pagar p o r ella, sin lo cual le aguardan co­ va, de un sistem a de venta de los cargos sem ejante al
sas m uy desagradables. Pero todos estos m edios 00 que durante los siglos x v n y x v m co n o ciero n las
bastan, sin em bargo, para reunir el cap ital que re­ monarquías europeas, inclu idos los E stad os de la
quiere la empresa. El boss es tam bién indispensable ¡ Iglesia.
1 44 E L r o U T I C G Y E L C IE N T ÍE fc .’O

E l b o ss n o tie n e p r in c i p io s p o lític o s f ir m e s , c a re c e
to ta lm e n te d e c o n v ic c io n e s y s ó lo p re g u n ta c ó m o
p u e d e n c o n s e g u ir s e lo s v o to s . N o e s r a r o q u e sea un
h o m b r e b a s ta n te in c u lto , p e r o g e n e r a l m e n te su vid a
p r iv a d a e s c o r r e c t a e ir r e p r o c h a b l e . S ó lo en su é tica
p o l í t i c a s e a c o m o d a a la m o r a l m e d i a d e l a a c t i v i ­
d a d p o l í t i c a q u e en c a d a m o m e n to im p e r a , lo m is m o
q u e m u c h o s d e lo s n u e s t r o s h i c i e r o n , en lo q u e res­
p e c t a a la m o r a l e c o n ó m i c a , en la é p o c a del a c a p a r a ­
m ie n t o . N o le i m p o r t a s e r s o c i a l m e n t e d e s p r e c ia d o
c o m o « p r o f e s io n a l» , c o m o p o l í t i c o d e p r o f e s ió n . El
h e c h o m i s m o d e q u e n o o c u p e n i q u ie r a o c u p a r los
g r a n d e s c a r g o s d e la U n ió n tie n e la v e n ta ja d e h a c e r
p o s i b le , e n n o p o c a s o c a s i o n e s , la c a n d i d a t u r a de
h o m b r e s in te lig e n te s a je n o s a lo s p a r t i d o s , d e n o ta ­
b ilid a d e s (y n o só lo , c o m o e n tr e n o s o tr o s , d e n o tab les
d e lo s p a r t i d o s ) , si el b o ss p ie n s a q u e p u e d e n a tra e r
v o to s . P r e c is a m e n te la e s t r u c t u r a d e e s to s p a r tid o s
sin c o n v ic c io n e s , c u y o s jefes so n s o c ia lm e n te d e s p re ­
c ia d o s , h a p e r m i t i d o d e e s te m o d o q u e lle g u e n a la
p r e s id e n c i a h o m b r e s c a p a c e s q u e e n tr e n o s o t r o s no
la h u b ie r a n a lc a n z a d o j a m á s . N a tu r a lm e n te lo s bos-
s e s se o p o n e n c o n u ñ a s y d ie n te s a c u a lq u ie r o u tsid er
q u e p u e d a r e p r e s e n t a r u n p e l ig r o p a r a s u s fu e n te s
d e p o d e r y d in e r o , p e r o n o es r a r o q u e , e n su c o m p e ­
te n c ia p o r el f a v o r d e lo s e le c to r e s , s e v e a n o b lig a d o s
a d e f e n d e r c a n d id a to s q u e s e p r e s e n ta n c o m o ad v e r-
s a r i o s d e la c o r r u p c i ó n .
H e a q u í, p u e s , u n a e m p r e s a p a r t i d i s t a , f u e r te ­
m e n te c a p it a lis ta , r íg id a m e n te o r g a n i z a d a d e arriba
LA .l'O L Í't'IC A C O M O V O C A < :C 0¡l 145

a b a jo y a p o y a d a tam b ién e n c lu b s f ir m e y j e r á r q u i ­
c a m e n te o r g a n iz a d o s , d e l ti p o d e l T a m m a n y -H a ll ,
c u y a fin a lid a d es la de o b te n e r b e n e ficio s e c o n ó m ic o s
m e d ia n te e l d o m i n i o p o l í t i c o d e la A d m i n i s t r a ­
c ió n y, s o b r e to d o , de la a d m i n i s t r a c i ó n m u n ic ip a l,
q u e ta m b ié n en A m é ric a c o n s ti tu y e el m á s r i c o b o ­
tín. L o q u e h i z o p o sib le e s ta e s t r u c t u r a v i t a l d e lo s
p a r tid o s fu e la a c e n tu a d a d e m o c r a c i a im p e r a n te e n
los E s ta d o s U n id o s c o m o « p a ís n u e v o » , y e s e s ta c o ­
n e x ió n e n t r e a m b o s t é r m i n o s la q u e h a c e q u e h o y
e s te m o s p r e s e n c ia n d o la le n ta e x p i r a c i ó n d e ese s is ­
te m a . A m é r i c a n o p u e d e s e r y a g o b e r n a d a ú n i c a ­
m e n te p o r d ile ta n te s. A la p r e g u n t a d e p o r q u é se
d ejab an g o b e r n a r p o r p o lít ic o s a lo s q u e d e c ía n d e s ­
p re c ia r, lo s o b r e r o s a m e r i c a n o s r e s p o n d i e r o n h a c e
q u in ce a ñ o s d icie n d o : « P r e f e r im o s te n e r c o m o f u n ­
c io n a r io s a g e n te s a las q u e e s c u p i m o s , q u e c r e a r
una c a s ta de fu n c io n a rio s q u e e s c u p a s o b re n o ­
s o tr o s » . É ste e r a el viejo p u n to d e v i s t a d e la « d e m o ­
c ra c ia » a m e r i c a n a , y y a e n a q u e l tie m p o lo s s o c i a l i s ­
ta s p e n s a b a n d e m o d o c o m p l e t a m e n t e d i s tin to . L a
s itu a c ió n se h a c e ya in s o p o r ta b le . L a a d m i n i s t r a ­
c ió n d e d ile ta n te s no b a s ta y a y la C iv il S e r v i c e R e-
.form e s tá c r e a n d o c o n t i n u a m e n t e n u e v o s p u e s t o s
v ita lic io s y d o ta d o s de j u b i l a c i ó n , c o n e l r e s u lta d o
de q u e e s tá n o c u p a n d o lo s c a r g o s f u n c i o n a r i o s c o n
f o r m a c ió n u n iv e r s ita r ia , ta n c a p a c e s e i n s o b o r n a ­
bles c o m o lo s n u e stro s. E x is te n ya c a s i 100.000 c a r ­
g o s q u e n o s o n o b je to d el b o tín e l e c t o r a l , s in o q u e
están d o ta d o s de un d e r e c h o a la j u b i l a c i ó n y q u e s e
146 EL P O L ÍT IC O Y BL C IE N T ÍF IC O

c u b r e n m e d ia n te p r u e b a s d e c a p a c i t a c i ó n . E s to h a r á
r e t r o c e d e r le n t a m e n t e e l s p o ils s y s t e m y o b l i g a r á a
m o d i f i c a r i g u a l m e n t e la e s t r u c t u r a d e la d i r e c c i ó n
d e l p a r t i d o e n u n s e n tid o q u e n o p o d e m o s p r e d e c ir -
H a s t a a h o r a , la s c o n d i c i o n e s e s e n c ia le s d e la e m ­
p r e s a p o l í t i c a e n A l e m a n i a h a b ía n s id o la s s i g u i e n ­
te s - E n p r i m e r lu g a r , i m p o t e n c i a d e l P a r l a m e n t o y,
c o m o c o n s e c u e n c i a d e e lla , e l q u e n i n g ú n h o m b r e
c o n c u a li d a d e s d e je f e s e q u e d a s e e n e l P a r l a m e n t o
d u r a n t e m u c h o tie m p o . ¿ Q u é e r a lo q u e u n h o m b r e
d e e s a s c o n d i c i o n e s p o d ía h a c e r allí? C u a n d o s e p r o ­
d u c ía u n a v a c a n t e e n u n a o f i c i n a d e la a d m i n i s t r a ­
c i ó n p o d í a d e c ir le a l f u n c i o n a r i o d e q u ie n d e p e n d ie ­
ra el a s u n to : « E n m i d i s t r it o te n g o u n a p e r s o n a
m u y in te lig e n te q u e d e s e m p e ñ a r í a m u y b ie n e s e
p u e s to , d é s e lo » . Y c o n g u s to se lo d a b a n . P e r o e s to e ra
a p r o x i m a d a m e n te t o d o lo q u e u n p a r l a m e n t a r i o ale­
m á n p o d ía h a c e r p a r a s a tis f a c e r s u i n s t in to d e p o d e r ,
e n el c a s o d e q u e lo tu v ie r a . E n s e g u n d o lu g a r, y e sta
c a r a c t e r í s t i c a c o n d i c i o n a ta m b ié n la a n t e r i o r , la in ­
m e n s a i m p o r t a n c i a q u e en A le m a n ia te n ía e l f u n c io -
n a r i a d o e s p e c ia liz a d o . E n e s ta m a t e r i a o c u p á b a m o s
e l p r i m e r lu g a r e n e l m u n d o . C o r o l a r i o f o r z o s o de
e s a i m p o r t a n c i a e r a la a s p ir a c ió n d e d i c h o f u n c io n a ­
r io a o c u p a r n o só lo lo s c a r g o s d e f u n c i o n a r i o s , s in o
ta m b i é n lo s p u e s t o s d e m i n i s t r o . H a s id o p r e c is a -
m e n te e n e l L a n d t a g b á v a r o e n d o n d e s e h a d ic h o
h a c e u n o s a ñ o s , a l d i s c u t i r s o b r e la i n t r o d u c c i ó n d el
r é g im e n p a r la m e n t a r io , q u e si lo s m in is te r io s h a b ía n
de s e r o c u p a d o s p o r p a rla m e n ta rio s n o h a b ría y 3
LA f O I TU CA. C O M O V O C A C IO N
147

p e r s o n a s c a p a c e s q u e q u is ie r a n h a c e r s e f u n c io n a ­
rio s. E s ta a d m i n i s t r a c i ó n d e f u n c io n a r io s se s u s tra ía
a d e m á s s is te m á tic a m e n te a u n c o n tro l c o m o el que
e je r c e n e n I n g la te r r a la s c o m is io n e s p a rla m e n ta ria s ,
h a c ie n d o a s í im p o s ib le q u e , a p a r te d e u n a s p o c a s e x ­
c e p c io n e s , se f o r m a s e n en el sen o d el P a r la m e n to je ­
fes a d m in is tr a t iv o s r e a lm e n te útiles.
L a t e r c e r a c a r a c t e r í s t i c a e r a la d e q u e e n A le m a ­
n ia, a d ife r e n c ia d e lo q u e e n A m é r ic a s u c e d e , te n ía ­
m o s p a r t i d o s p o l í t i c o s c o n c o n v i c c i o n e s , q u e , al
m e n o s c o n b o n a f t d e s s u b j e tiv a , a f i r m a b a n q u e
sus m i e m b r o s r e p r e s e n t a b a n u n a « c o n c e p c i ó n d el
m u n d o » . L o s d o s m á s im p o r ta n te s d e e s to s p a r t i ­
d os, e l P a r ti d o d e l C e n t r o ( Z e n t r u m s p a r t e i ) y la S o ­
c ia l D e m o c r a c i a , h a b ía n s u r g id o , sin e m b a r g o , co n
el d e lib e r a d o p r o p ó s i t o d e s e r p a r t i d o s m i n o r i t a ­
r io s . L o s d i r i g e n t e s d e l C e n t r o e n e l I m p e r io n o
o c u l ta r o n n u n c a q u e se o p o n í a n a l p a r l a m e n t a r i s ­
m o p o r q u e t e m í a n v e r s e c o lo c a d o s e n m in o r ía y h a ­
llar e n to n c e s m a y o r e s d ific u lta d e s p a r a a c o m o d a r a
sus c a z a d o r e s d e c a r g o s m e d ia n te p r e s io n e s s o b re el
G o b ie rn o , c o m o h a s ta e n to n c e s v e n ía n h a c ie n d o . L a
s o c i a l d e m o c r a c i a e r a , p o r p r in c ip io , p a r t i d o d e m i­
n o ría s y o b s t á c u l o al p a r l a m e n t a r i s m o p o r q u e n o
q u e ría m a n c h a r s e p a c t a n d o c o n el o r d e n p o lític o
b u rg u é s . E l h e c h o d e q u e a m b o s p a r t i d o s se e x c lu ­
y esen a s í m i s m o s d e l s i s t e m a p a r l a m e n t a r i o h iz o
im p o sib le la in t r o d u c c i ó n d e éste.
¿ C u á l e r a , e n t r e ta n to , la s u e r te d e lo s p o lític o s
p r o f e s io n a le s e n A le m a n i a ? N o te n ía n n i p o d e r ni
149
H8 ELl'OLmcOYF.LCI^TÍFtCO LAPOLrTlCA.COMOVO^CACtON

responsabilidad, sólo podían ju gar un papel bastan­ en la frecuencia con que se dejan s° b ° rnar los fu n ­
te su balterno de notables y, com o co n secu en cia de cionarios de los sindicatos am ericanos, pero con él
ello, estaban anim ad os en los ú ltim os tiem p o s del aparecieron tam bién e n e l partid e las consecuencias
esp íritu de g rem io típ ico de tod as las profesiones. de la dom inación de los fu n cion ar i o que antes ex ­
Para u n h o m b re que n o fuera com o ellos era im p o­ plicábamos.
sible ascender m ucho en el círculo de estos notables, Los partidos burgueses eran ya puros grem ios de
que p on ían sus vidas en sus p equ eños puestos. En notables desde 1880. Es cierto que de vez en cuando
tod os los partid os, sin exclu ir natu ralm en te el so- los partidos, con f n e s propagandi sticos, ten ían que
tia m tiiió „i yo t'vU.J r>orr*^ "traersepersonas inteligentes sin fi.Hación partidista
p od rían servir de ejem plo en esta tragedia de la ca- para poder d e cir «nosotros te nem os tales y tales
rrerap o ü tica porque sus portadores tenían cualida­ nombres». Si era posible se les im ped ía a estas p er­
des de jefe y, ju stam ente por eso, en co n tra ro n el sonas presentarse a las elecciones y só to se l^ ^ ^ ^ an
paso cerrado por los notables. Todos nuestros par­ sus candidaturas cuando esto era inevitable porque
tid os han seguido este cam ino que los llevó a con­ el nteresad o no se dejaba pescar de o tra m a n e ra .
vertirse en grem ios de notables. Bebel, por ejemplo, Tdéntico espíritu reinaba en el Parlam en to . Nues­
por m od esta que fuera su inteligencia, era todavía tros partid os parlam entarios eran y siguen riendo
un verdadti o caud <.lilo en razón de su temperam ento gremios. Cada discurso que se pronu ncia en el p le­
y su lim pieza de carácter. E l hech o de que fuese un no del R eichstag ha sido censurado antes en el p arti­
m ártir y d e que, al m enos en opm ión de ellas, no hu­ do, cosa que se d eja ver fácilm en te p o r su inaudito
biese defraudado nunca la con fianza de las m asas, aburrimiento. Sólo quien está inscrito com o orador
hizo que éstas estuviesen siem pre tras de él y que no puede tom ar la palabra. No cabe im aginar nada m ás
hubiera dentro del partido ningún poder que pudie­ opuesto a la costu m bre inglesa y tam b ién (aunque
ra op onérsele seriam ente. Con su m uerte term inó por razones radicalm ente opuestas) a la costum bre
to d o esto y com enzó la dom inación de los funciona­ francesa.
rios. Funcionarios sindicales, secretarios d ep artid o Q u z á s ahora, com o co n secu e ncia de este tre -
Y_ p erio d istas o cu p aro n lo s p u esto s clave y el par­ i mendo colapso que se ha dado en llam ar r^ e l ucióm
tid o qued ó dom inado por los instintos de funciona­ ' esté todo esto en vías de cam biar. TTal v en sea asL
rio. Era realm ente un fu n cio n ariad o m u y h on esto, ! pero no es seguro. En un prim er m om ento aparéete­
excep cion alm en te hon esto inclu so, si se piensa en ! ron intentos de c t^ otros tipos de aparato partidis-
có m o van las cosas en otro s países y, especialm ente, I ta. En prim er lugar, aparatos de a ficio n ad o s. F re-
¡5 0 J U. P O LPl'l..'O Y EJ. C U ^ T Ü 'ICO ¡5 ¡
L A P O L ÍllC A C O M O \r()CAC:tON

cuentem ente este intento parte especialm ente de es­ plebiscitarios d eterm ina la «d esesp iritu uilaauión.»
tudiantes d e las distintas escuelas superiores que se (Entseelung) de sus seguidores, su p ro letarizad o n
dirigen a algún individuo a quien atribuyen cualida­ espiritual, valdría decir. Para ser aparato utilizable
des de jefe para decirle: «N osotros harem os por us­ por el caudillo han de obedecer ciegam ente, conver­
ted el trabajo necesario; d iríjan os». En segundo lu­ tirse en una m áquina, en el sentido am en ca n o, n o
gar, aparatos de hom bres de negocios. Ha sucedido sentirse p ertu rbad os por vanidades de notables
a veces que un grupo de personas h a a c u d id o a al­ ypretensiones de tener opinión propa - L a elección
guien en quien suponen cualidades de jefe para pe­ de Lincoln sólo fue posible gracias a que la orgaui-
d irle que, a cam bio de una can tid ad fija para cada zación del partido tenía este carácter y, com o ya se
elección, asum a la tarea de ganar los votos. Si uste­ ha dicho, lo m ism o sucedió con el cau cu s en la elec­
des me pregun tasen h on rad am en te cu ál de estos ción de Gladstone. Es éste justam ente el pre° o que
dos tip os de ap ara to m e p a re ce más digno-de.con- hay que pagar por la d irección de un cau^uio. Sóui
fianza desde un punto de vista técn ico -p o lítico , les nos q ueda elegir entre la d em ocracia caudillista con
co n testad a, creo, que prefiero el segundo. Am bos «máquina» o la d em ocracia sin caudillos, es decir, la
fueron, en todo caso, burbujas que se h incharon rá­ dom inación de «p olíticos profesionales» sui voca­
pidam ente para rápid am ente estallar. Los aparatos ción, sin esas cualidades íntim as y carism áticas que
existentes se recom pusieron un poco y continuaron hacen al caudillo. Esto sig n ifica tam b ién lo que en
trabajando. Aquellos fenóm enos fueron sólo un sín­ las actuales contiendas dentro de un p artido se co­
tom a de que tal vez se establecerían nuevos aparatos noce con el nom bre de reino de las «cam arillas». A c­
cuando hubiese un caudillo capaz de hacerlo. Pero tualmente es esto lo único que tenem os en A lem a­
ya las peculiaridades técnicas de la representación nia, y su m antenim iento se verá facilitado en d
proporcional im pedían su crecim iento. Sólo surgie­ futuro, al m enos p ara el Reich, porque se reco n sti­
ron un par d e dictadores callejeros que volvieron a tuirá el B un d e s r a t que necesariam en te lim itará el
desaparecer. Y sólo el séquito de estas dictaduras ca- poder del R eich stag y dism inuirá así su im portancia
Uejeras fue organizado con una firm e disciplina; de como lugar adecuado para la selección de c a udill°s.
aqu í el p o d e r de estas m in o ría s, h o y en tra n ce de L ap erduración del sistem a está asegurada adem as
d esap arición . por la repr esentación proporcional, tui com o ahora
Su p ongam os que esta situ a ció n c a m b a r a . Hay está con figurada. Es ésta una institu ción t í p i ^ de la
que ten er en to n ces bien presente que, de acuerdo democr acia sin caudillos, no sólo porque fa cilita el
co n lo ya dicho, la d irección de los partid os p o rjefes chalaneo de los notables p ara colocarse, sino tam -
!
152 Ií l i*o j a r r e o v r l c ir n t if t c o

b ie n p o r q u e , p a r a e l f u tu r o , d a a las a s o c i a c i o n e s de
in te r e s a d o s la p o s ib ilid a d d e o b l i g a r a in c lu ir e n las
lis ta s a s u s f u n c io n a r io s , c r e a n d o a s í u n P a r la m e n t o
a p o l í t i c o e n el q u e n o h a y a lu g a r p a r a u n a u t é n t i c o
c a u d illa je . L a ú n ic a v á lv u la d e e s c a p e p o s ib le p a r a la
n e c e s id a d d e c o n t a r c o n u n a v e r d a d e r a je f a t u r a p o ­
d r í a s e r el p r e s id e n te d el R e ic h , si e s e le g id o p le b is ­
c i t a r i a m e n t e y n o p o r el P a r l a m e n t o . P o d r í a t a m ­
b i é n n a c e r y s e l e c c i o n a r s e u n a je f a tu r a s o b r e la b a se
d e l t r a b a j o r e a l i z a d o si a p a r e c i e s e e n la s g r a n d e s
c iu d a d e s , c o m o a p a r e c i ó e n lo s E s t a d o s U n id o s , s o ­
bral t o d o a llí «.a d o n d e se q u is o íu c li^ i S íJiia ju e n tc
c o n t r a la c o r r u p c i ó n , u n d i c t a d o r m u n i c i p a l, e le g i­
d o p le b is c ita r ia m e n te y p r o v is to del d e r e c h o a o r g a ­
n i z a r s u e q u ip o c o n a b s o l u ta i n d e p e n d e n c i a . E s to
e x i g i r í a u n a o r g a n i z a c i ó n d e los p a r t i d o s a d e c u a d a
a e ste t i p o d e e l e c c i o n e s , P e r o la h o s t i l i d a d p e q u e ­
ñ o b u r g u e s a q u e t o d o s lo s p a r t i d o s , y e s p e c ia lm e n ­
te l a s o c i a l d e m o c r a c i a , s ie n te n h a c i a el c a u d illa je
h a c e a p a r e c e r m u y o s c u r a la f u t u r a c o n f i g u r a c i ó n
d e lo s p a r t i d o s y, c o n ella, la r e a l i z a c i ó n d e e s ta s p o ­
s ib ilid a d e s .
P o r e s to h o y n o p u e d e to d a v í a d e c i r s e c ó m o se
c o n f i g u r a r á e n el f u t u r o la e m p r e s a p o l í t i c a c o m o
« p r o f e s ió n » , y m e n o s a u n p o r q u é c a m i n o s e a b re n
a lo s p o lít ic a m e n t e d o t a d o s la s p o s ib ilid a d e s d e e n ­
f r e n ta r s e c o n u n a ta r e a p o lític a s a tis fa c to ria . P a ra
q u ie n , p o r su s i t u a c i ó n p a t r i m o n i a l , e s tá o b lig a d o a
v i v i r « d e » la p o lític a se p r e s e n ta la a l t e r n a t i v a d e h a ­
c e rs e p e rio d is ta o f u n c io n a rio d e u n p a r tid o , q ue
í a pq u n a c o m c í v o c a c : iü n 153

so n lo s c a m i n o s d ir e c to s tí p ic o s , o b a s c a r u n p u e s t o
a p r o p ia d o e n la a d m i n i s t r a c i ó n m u n i c i p a l o e n la s
o r g a n iz a c io n e s q u e r e p r e s e n ta n in te r e s e s , c o m o s o n
los s in d ic a to s , las c á m a r a s d e c o m e r c i o , la s c á m a r a s
de a g r i c u l t o r e s o a r te s a n o s , las c á m a r a s d e tr a b a jo ,
las a s o c i a c i o n e s d e p a t r o n o s , e tc . S o b r e el a s p e c t o
e x te r n o n o c a b e d e c ir m á s , s a l v o a d v e r t i r q u e lo s
f u n c io n a r io s d e lo s p a r t i d o s c o m p a r t e n c o n lo s p e ­
rio d is ta s e l o d iu m que lo s « d e s c la s a d o s » d e s p ie r ta n .
D e s g r a c i a d a m e n t e s i e m p r e se l l a m a r á « e s c r i t o r a
s u e ld o » a é s t e y « o r a d o r a s u e l d o » a a q u é l ; p a r a
q u ie n e s se e n c u e n tr e n i n t e r i o r m e n t e in d e f e n s o s
fren te a e s a s itu a c ió n y n o s e a n c a p a c e s d e d a r s e a sí
m is m o s la r e s p u e s ta a d e c u a d a a e s a s a c u s a c i o n e s ,
está c e r r a d o e s e c a m in o q u e , en t o d o c a s o , c o m p o r ­
ta g r a n d e s te n ta c io n e s y d e s ilu s io n e s te r r ib le s . ¿Q u é
s a tis fa c c io n e s ín tim a s o f r e c e a c a m b i o y q u é c o n d i­
cio n e s h a d e te n e r q u ie n lo e m p re n d e ?
P r o p o r c i o n a , p o r lo p r o n t o , u n s e n ti m ie n to d e
p o d e r. L a c o n c i e n c i a d e te n e r u n a in f lu e n c ia s o b r e
los h o m b r e s , d e p a r ti c ip a r en el p o d e r s o b r e ello s y,
so b re t o d o , el s e n tim ie n to d e m a n e j a r lo s h i lo s d e
a c o n t e c i m ie n to s h i s t ó r ic o s i m p o r t a n t e s e le v a n a l
p o lític o p r o f e s io n a l, i n c l u s o a l q u e o c u p a p o s i c i o ­
nes f o r m a l m e n t e m o d e s ta s , p o r e n c i m a d e lo c o t i ­
d ian o. L a c u e s t i ó n q u e e n to n c e s se le p l a n te a es la d e
cu áles s o n las c u a lid a d e s q u e le p e r m i t i r á n e s t a r a la
a ltu ra d e e s e p o d e r ( p o r l i m i t a d o q u e s e a e n s u c a s o
c o n c r e to ) y d e la re s p o n s a b ilid a d q u e s o b r e é l a r r o ­
ja. C o n e s t o e n t r a m o s y a en el t e r r e n o d e la é ti c a ,
154 Ef PO LÍT IC O YE LC lE M T rP IC O

p u e s es a é s ta a la q u e c o r r e s p o n d e d e t e r m i n a r qué
c la s e d e h o m b r e h a y q u e s e r p a r a t e n e r d e r e c h o a
p o n e r la m a n o e n la r u e d a d é l a H i s to r i a .
P u e d e d e c i r s e q u e s o n t r e s la s c u a l i d a d e s d e c is i­
v a m e n te i m p o r t a n t e s p a r a el p o l í t i c o : p a s i ó n , s e n ti­
d o d e l a r e s p o n s a b ilid a d y m e s u r a ( A i t g e n m a s s ) . P a ­
s i ó n en el s e n ti d o d e « p o s it iv id a d » (S a c h lic h k e it ), de
e n t r e g a a p a s i o n a d a a u n a « c a u s a » ( S a c h e ) , a l d io s o
al d e m o n i o q u e la g o b i e r n a . N o e n el s e n ti d o d e esa
a c t i t u d in t e r i o r q u e m i m a l o g r a d o a m ig o J o r g e S im -
m e l s o lí a l l a m a r « e x c i t a c i ó n e s t é r i l » , p r o p i a d e un
d e t e r m i n a d o t i p o d e in te le c tu a le s , s o b r e t o d o ru s o s
( n o , p o r s u p u e s to , d e to d o s e llo s ) y q u e a h o r a ju e g a
ta m b i é n u n g r a n p a p e l e n t r e n u e s t r o s in te le c tu a le s ,
e n e s te c a r n a v a l al q u e se d a , p a r a e m b e l l e c e r l o , el
o rg u llo s o n o m b re de « re v o lu c ió n » . E s é se u n « ro ­
m a n t i c i s m o d e lo in te le c tu a l m e n te in te r e s a n te » que
g i r a e n ei v a c ío y e s tá d e s p r o v is to d e to d o s e n tid o de
la r e s p o n s a b ilid a d o b je tiv a . N o t o d o q u e d a a r r e g la ­
d o , e n e f e c to , c o n la p u r a p a s ió n , p o r m u y s in c e r a ­
m e n te q u e se la s ie n ta . L a p a s ió n n o c o n v i e r t e a un
h o m b r e e n p o l í t i c o s i n o e s tá a l s e r v i c i o d e u n a
« c a u s a » y n o h a c e d e la r e s p o n s a b i l i d a d p a r a c o n esa
c a u s a la e s tr e lla q u e o r ie n te la a c c i ó n . P a r a e s o se n e ­
c e s ita (y é s ta es la c u a li d a d p s i c o l ó g i c a d e c is iv a p a ­
r a el p o l í t i c o ) m e s u r a ( A u g e n m a s s ) , c a p a c i d a d p a ra
d e j a r q u e la r e a lid a d a c t ú e s o b r e u n o s in p e r d e r el
r e c o g i m i e n t o y la t r a n q u il id a d , e s d e c ir , p a r a g u a r ­
d a r la d is t a n c ia c o n lo s h o m b r e s y la s c o s a s . E l « n o
s a b e r g u a r d a r d i s t a n c i a s » es u n o d e lo s p e c a d o s
LA lO l-ÍTlC A COME* v o c a e ; h 1in 155

m o r ta le s d e t o d o p o lític o y u n a d e esas c u a lid a d e s


cu y o o lv id o c o n d e n a r á a la im p o te n c ia p o lít ic a a
n u e s tra a c t u a l g e n e r a c i ó n d e in te le c tu a le s. E l p r o ­
b le m a e s , p r e c i s a m e n t e , el d e c ó m o p u e d e c o n s e ­
g u irse q u e v a y a n ju n ta s en la s m is m a s a lm a s la p a ­
sió n a r d i e n t e y la m e s u r a d a fria ld a d . La p o lític a se
h a ce c o n la c a b e z a y n o c o n o t r a s p a rte s del c u e r p o
o d e l a l m a . Y, sin e m b a r g o , la e n tre g a a u n a c a u s a
sólo p u e d e n a c e r y a lim e n ta r s e d e la p a sió n , si h a d e
ser u n a a c t i t u d a u té n tic a m e n te h u m a n a y n o u n frí­
volo j u e g o in te le c tu a l. S ó lo el h á b ito de la d is ta n c ia
(e n t o d o s lo s s e n tid o s de la p a la b r a ) h ace p o sib le la
e n é r g ic a d o m a d e l a lm a q u e c a r a c te r iz a al p o lít ic o
a p a s i o n a d o y lo d i s t i n g u e d e l s im p le d i l e t a n t e
p o lític o « ¡e s té rilm e n te a g ita d o » . L a «fu erza» d e u n a
« p e r s o n a lid a d » p o lít ic a r e s id e , e n p rim e r lu g a r, e n
la p o s e s ió n d e e s ta s c u a lid a d e s .
P o r e s t o e l p o l í t i c o tie n e q u e v e n ce r c a d a d í a y
cad a h o r a a u n e n e m ig o m u y trivial y d em asiad o h u ­
m a n o , la m u y c o m ú n v a n id a d , e n e m ig a m o r ta l d e
to d a e n t r e g a a u n a c a u s a y d e t o d a m e su ra , e n e s te
caso d e la m e s u r a fre n te a s í m is m o .
L a v a n id a d es u n a c u a lid a d m u y e x te n d id a y t a l
vez n a d ie s e v e a lib re d e ella- E n los c írcu lo s a c a d é ­
m ic o s y c i e n t í f i c o s e s u n a e s p e c ie de e n f e r m e d a d
p r o f e s io n a l, P e r o p r e c is a m e n te e n el h o m b re d e
c ie n c ia , p o r a n t i p á t i c a q u e s e a su m a n ifestació n » la
v a n id a d es r e la tiv a m e n te i n o c u a en e l s e n tid o d e
q u e, p o r lo g e n e r a l , n o e s t o r b a el tra b a jo c ie n tífico .
M uy d if e r e n te s s o n s u s r e s u lta d o s en el p o lític o ,
156 EL P Ü U T i a i Y E L C tR N T ÍEJC O

q u ie n u tiliz a in e v it a b le m e n te c o m o i n s t r u m e n t o el
a n s i a d e p o d e r . El « i n s t i n t o d e p o d e r » , c o m o s u e le
l l a m a r s e , e s t á , a s í, d e h e c h o , e n t r e s u s c u a li d a d e s
n o r m a l e s . E l p e c a d o c o n t r a el E s p í r i t u S a n t o d e su
p r o f e s ió n c o m i e n z a en el m o m e n t o e n q u e e s ta a n ­
s ia d e p o d e r d e ja d e s e r p o sitiv a ( u n s a c h lic h ) , d e ja de
e s t a r e x c l u s i v a m e n t e a l s e r v i c i o d e la « c a u s a » p a r a
c o n v e rtirs e en u n a p u ra e m b ria g u e z p e rs o n a l. En
ú l tim o t é r m i n o , n o h a y m á s q u é d o s p e c a d o s m o r ­
ta le s e n el te r r e n o d e la p o lític a : la a u s e n c i a d e fin a li-
-J a u c » o D je tiv a s y Ja J a ita d e r e s p o n s a b i l i d a d , q u e
- fre c u e n te m e n te , a u n q u e n o s ie m p re , c o in c id e con
a q u é lla . L a v a n id a d , la n e c e s id a d d e a p a r e c e r s ie m ­
p r e q u e s e a p o s i b le e n p r i m e r p la n o , e s lo q u e m á s
lle v a a l p o l í t i c o a c o m e t e r u n o d e e s to s p e c a d o s o los
d o s a l a v e z . T a n to m á s c u a n t o q u e el d e m a g o g o está
o b l i g a d o a t e n e r e n c u e n t a el « e f e c t o » ; p o r e s to
e s tá s i e m p r e e n p e lig r o , ta n t o d e c o n v e r t i r s e e n un
c o m e d i a n t e c o m o de t o m a r a la lig e ra la r e s p o n s a b i­
lid a d q u e p o r la s c o n s e c u e n c i a s d e su s a c t o s le in ­
c u m b e y p r e o c u p a r s e s ó l o p o r la « i m p r e s i ó n » q u e
h a c e . Su a u s e n c ia d e ñ n a lid a d o b je ti v a le h a c e p r o ­
cliv e a b u s c a r l a a p a r ie n c i a b r illa n te d e l p o d e r e n lu ­
g a r d e l p o d e r r e a l; su fa lta d e r e s p o n s a b ilid a d lo lle­
v a a g o z a r d e l p o d e r p o r el p o d e r , s in t o m a r en
c u e n t a su f in a l id a d . A u n q u e e l p o d e r es el m e d io
in e lu d ib le d e la p o l í t i c a o , m á s e x a c t a m e n t e , p r e c i­
s a m e n te p o r q u e lo e s , y el a n s ia d e p o d e r e s u n a d e
la s f u e r z a s q u e la im p u ls a n , n o h a y d e f o r m a c i ó n
m á s p e r n i c i o s a d e la fu e rz a p o lític a q u e e l b a la d r o ­
LA POLITICA Go m o v o c a c io m 157

n e a r d e p o d e r c o m o u n a d v e n e d iz o o c o m p la c e rs e
v a n i d o s a m e n t e e n el s e n ti m ie n to d e p o d e r , e s d e c i r ,
e n g e n e r a l, t o d a a d o r a c i ó n d e l p o d e r p u r o e n c u a n ­
to ta l . E l s i m p l e « p o l í t i c o d e p o d e r » (M a c h t p o l i t i-
k e r )t q u e t a m b i é n e n tr e n o s o t r o s e s o b je to d e u n f e r ­
v o r o s o c u l t o , p u e d e q u iz á s a c t u a r e n é r g i c a m e n t e ,
p e r o d e h e c h o a c t ú a e n e l v a c í o y s in s e n tid o a lg u n o .
E n e s t o lo s c r í t i c o s d e la « p o l í t i c a d e p o d e r » (M a c h t -
p o litik ) tie n e n t o d a la r a z ó n . E n el s ú b ito d e r r u m b a ­
m ie n to i n t e r n o d e a lg u n o s r e p r e s e n ta n te s t í p ic o s d e
esta a c t i t u d h e m o s p o d id o c o m p r o b a r c u á n t a d e b i­
lid a d i n t e r i o r y c u á n t a i m p o t e n c i a se e s c o n d e t r a s
e sto s g e s to s , o s te n to s o s p e r o t o t a l m e n t e v a c ío s . D i­
c h a a c t i t u d e s p r o d u c t o d e u n a m e z q u in a y s u p e r f i­
cial in d if e r e n c ia fre n te al s e n t id o d e la a c c i ó n h u m a ­
n a , q u e n o tie n e n in g ú n p a r e n t e s c o c o n la c o n c ie n c ia
d e la u r d im b r e t r á g i c a e n q u e s e a s ie n ta la t r a m a d e
to d o q u e h a c e r h u m a n o y e s p e c ia lm e n te d e l q u e h a ­
c e r p o lític o .
Es u n a t r e m e n d a v e r d a d y u n h e c h o b á s ic o d e la
H is to r ia (d e c u y a f u n d a m e n ta c ió n n o te n e m o s q u e
o c u p a r n o s e n d e t a lle a q u í ) el q u e f r e c u e n t e m e n t e
o , m e j o r , g e n e r a l m e n t e , el r e s u l t a d o f in a l d e la a c ­
c ió n p o l í t i c a g u a r d a u n a r e la c ió n a b s o l u t a m e n t e
in a d e c u a d a , y f r e c u e n t e m e n t e in c l u s o p a r a d ó j i c a ,
co n su s e n t i d o o r ig in a r io . E s to n o p e r m i t e , s in e m ­
b a rg o , p r e s c i n d i r d e e s e s e n tid o , d e l s e r v i c i o a u n a
« c a u s a » , s i s e q u i e r e q u e l a a c c i ó n te n g a c o n s is te n c ia
in te rn a . C u á l h a y a d e s e r la c a u s a p a r a c u y o s e r v i c i o
b u sca y u tiliz a el p o lític o p o d e r e s y a c u e s t i ó n d e fe.
158 I1L POLfTÍCX> V EL CIFN JTm CO

P u e d e s e r v i r f in a lid a d e s n a c i o n a l e s o h u m a n i t a r i a s ,
s o c ia le s y é t i c a s o c u l t u r a l e s , s e c u l a r e s o r e lig i o s a s ;
p u e d e s e n t i r s e a r r e b a t a d o p o r u n a f i r m e fe e n el
« p r o g r e s o » (e n c u a l q u i e r s e n t i d o q u e é s te s e a ) o re ­
c h a z a r f r í a m e n t e e s a c l a s e d e fe ; p u e d e p r e t e n d e r
e n c o n t r a r s e al s e r v i c i o d e u n a « id e a » o r e c h a z a r p o r
p rin c ip io e se tip o d e p re te n s io n e s y q u e re r s e rv ir
s ó lo fin e s m a te r i a le s d e la v i d a c o t i d i a n a . L o q u e i m ­
p o r t a e s q u e s i e m p r e h a d e e x is t ir a l g u n a fe. C u a n d o
é s ta f a lta , in c lu s o lo s é x i t o s p o l í t i c o s a p a r e n t e m e n t e
m á s s ó lid o s , y e s to es p e r f e c t a m e n t e ju s to , lle v a n s o ­
b r e sí la m a l d i c i ó n d e la in a n id a d .
C o n lo q u e a c a b a m o s d e d e c i r n o s e n c o n t r a m o s
y a a n te el ú ltim o d e lo s p r o b le m a s d e q u e h e m o s d e
o c u p a r n o s h o y , e l d el e th o s d e la p o l í t i c a c o m o « c a u ­
s a » . ¿ C u á l e s el p a p e l q u e , i n d e p e n d i e n t e m e n t e de
su s fin e s , h a d e lle n a r la p o lític a e n la e c o n o m í a é tic a
d e n u e s t r a m a n e r a d e v iv ir? ¿ C u á l e s , p o r a s í d e c i r , el
lu g a r é t i c o q u e e lla o c u p a ? E n e s te p u n to c h o c a n e n ­
t r e sí c o n c e p c i o n e s b á s ic a s d e l m u n d o e n t r e la s c u a ­
les, e n ú l tim o t é r m i n o , h a y q u e e s c o g e r. V a y a m o s de
f re n te a e s te p r o b le m a q u e ú l tim a m e n te se h a p u e s to
d e n u e v o en d is c u s ió n y en u n a f o r m a q u e e s, a m i
e n te n d e r , t o ta lm e n te e q u iv o c a d a .
. L i b e r é m o n o s a n te s , sin e m b a r g o , d e u n a fa ls ific a ­
c i ó n p e r f e c t a m e n t e t r i v i a l . Q u i e r o d e c i r c o n ello
q u e la é t i c a p u e d e s u r g i r a v e c e s c o n u n p a p e l e x t r e ­
m a d a m e n t e f a ta l. V e a m o s a lg u n o s e je m p l o s . R a r a ­
m e n te e n c o n t r a r á n u s te d e s a u n h o m b r e q u e h a y a
d e ja d o d e a m a r a u n a m u je r p a r a a m a r a o t r a y n o se
ía p o u r i c A c o m o v o c a c ió n 159

s ie n ta o b lig a d o a j u s t i f i c a r s e a n t e sí m i s m o d ic ie n d o
q u e la p r i m e r a n o e r a d i g n a d e s u a m o r , o q u e lo h a
d e c e p c io n a d o , o d á n d o s e c u a lq u ie r o tr a « ra z ó n »
p o r e l e s t i l o . E s t o e s fa lta d e c a b a l l e r o s i d a d . E n l u g a r
de a f r o n ta r s im p le m e n te el d e s tin o d e q u e y a n o
q u ie re a s u m u je r y d e q u e é s t a tie n e q u e s o p o r t a r l o ,
p ro c e d ie n d o d e m o d o m u y p o c o c a b a lle ro s o tr a ta
d e c r e a r s e u n a « l e g i t i m i d a d » e n v i r t u d d e la c u a l
p r e t e n d e t e n e r r a z ó n y c a r g a r s o b r e e lla la s c u lp a s ,
a d e m á s d e la in fe lic id a d . D e l m i s m o m o d o p r o c e d e
el c o m p e t i d o r q u e tr i u n f a e n u n a lid e r ó t i c a : e l riv a l
d e b e d e v a l e r m e n o s c u a n d o h a r e s u l t a d o v e n c id o .
P e ro ta m b i é n es é s ta la s i t u a c i ó n e n q u e se e n c u e n ­
t r a el v e n c e d o r d e u n a g u e r r a c u a n d o , c e d i e n d o al
m e z q u in o v i c i o d e q u e r e r te n e r s ie m p r e r a z ó n , p r e ­
te n d e q u e h a v e n c i d o p o r q u e te n ía la r a z ó n d e s u
p a rte . O la m i s m a t a m b i é n d e q u ie n s e q u ie b r a m o ­
r a lm e n te b a jo lo s te r r o r e s d e la g u e r r a y e n to n c e s , e n
lu g a r d e d e c i r s im p le m e n te q u e n o p o d í a a g u a n t a r
m á s, s ie n te la n e c e s id a d d e j u s t if i c a r s e c o n s i g o m is ­
m o y a firm a q u e n o p o d ía s o p o rta rlo m á s p o rq u e
ten ia q u e lu c h a r p o r u n a c a u s a m o r a l m e n t e m a la . O
ta m b ié n la d e q u ie n e s s o n v e n c id o s e n la g u e r r a . P o ­
n erse a b u s c a r d e s p u é s d e p e r d i d a u n a g u e r r a q u ié ­
nes s o n lo s « c u lp a b le s » e s c o s a p r o p i a d e v i e j a s ; es
siem p re la e s t r u c t u r a d e la s o c i e d a d l a q u e o r i g i n a la
g u e rr a . L a a c t i t u d s o b r i a y v i r il es l a d e d e c i r a l e n e ­
m ig o : « H e m o s p e r d i d o la g u e r r a , la h a b é is g a n a d o
v o s o tr o s . E s t o es y a c o s a r e s u e lta - H a b l e m o s a h o r a
de Las c o n s e c u e n c ia s q u e h a y q u e s a c a r d e e s te h e c h o
16Q kil_ P O I.1 T 1 C O V P.L C IE N T IF IC O

r e s p e c t o d e l o s in te r e s e s m a t e r i a l e s q u e e s t a b a n en
ju e g o y r e s p e c t o d e la r e s p o n s a b ilid a d h a c i a e \ fu t u ­
ro, q u e es lo p r i n c i p a l y q u e i n c u m b e s o b r e t o d o al
v e n c e d o r » . T o d o lo q u e n o s e a e s t o e s i n d i g n o y se
p a g a a n te s o d e s p u é s. U n a n a c ió n p e rd o n a el d añ o
q u e s e h a c e a s u s in te r e s e s , p e r o n o e l q u e s e h a c e a
su h o n o r y m e n o s q u e n i n g u n o e l q u e s e le in fie re
c o n e s e c le r ic a l v ic io d e q u e r e r te n e r s i e m p r e r a z ó n .
T o d o n u e v o d o c u m e n to q u e tra s d e c e n io s a p a re z ca
h a r á l e v a n t a r s e d e n u e v o el in d ig n o c l a m o r e o , el
o d io y la ir a , e n lu g a r d e p e r m itir q u e , a l m e n o s m o
r a í m e n t e , la g u e r r a h u b i e r a q u e d a d o e n t e r r a d a al
te rm in a r. E s to s ó lo p u e d e c o n s e g u ir s e m e d ia n te
La o b je tiv id a d y la ca b a lle ro sid a d , y s o b re to d o só lo m e ­
d ia n te la d i g n i d a d . N u n c a m e d i a n t e u n a « é tic a »
q u e , e n v e r d a d , lo q u e s ig n ific a es u n a in d ig n id a d de
la s d o s p a r te s . U n a é tic a q u e , e n lu g a r d e p r e o c u p a r s e
d é l o q u e r e a lm e n te c o r r e s p o n d e a l p o lític o , el futuro
y l a r e s p o n s a b ilid a d fre n te a él, se p ie r d e e n c u e s tio ­
n e s, p o r in so lu b le s p o lític a m e n te e s té rile s , s o b r e c u á ­
les h a n s id o las c u lp a s en el p a s a d o . H a c e r esto es in ­
c u r r i r e n c u lp a p o lític a , si es q u e la h ay. Y c o n esta
a c titu d se p a s a a d e m á s p o r a lto l a in e v ita b le falsifica­
c ió n d e to d o el p r o b le m a p o r m u y m a te r ia le s in tere­
s e s : in te r e s e s d el v e n c e d o r en c o n s e g u i r la s m a y o r e s
g a n a n c i a s p o s ib le s , ta n to m o r a le s c o m o m a te ria le s )
e s p e r a n z a s d e l v e n c id o d e c o n s e g u ir v e n ta ja s a c a m ­
b io d e s u c o n f e s ió n d e c u lp a . Si h a y a lg o « a b y e c to » en
e l m u n d o es e s to , y é s te es e l r e s u lta d o d e e s a utiK za-
c ió n d e la « é tic a » c o m o m e d io p a r a « t e n e r r a z ó n » .
E.A T O U T 1C A C O M O V O C A C IO N 161

¿C u ál e s , p u e s , la v e r d a d e ra r e l a c i ó n e n t r e é t i c a y
p o lítica? ¿N o tie n e n n a d a q u e v e r la u n a c o n la o t r a ,
c o m o a v e c e s se d ice? ¿O es c i e r t o , p o r e l c o n t r a r i o ,
que h a y « u n a s o la » ética, v á lid a p a r a la a c t i v i d a d p o ­
lítica c o m o p a r a c u a lq u ie r o t r a a c tiv id a d ? S e h a c r e í ­
do a v e c e s q u e e s ta s d o s ú l tim a s a f i r m a c i o n e s s o n
m u tu a m e n te e x c lu y e n te s ; q u e s ó l o p u e d e s e r c i e r t a
la u n a o la o t r a , p e r o n o las d o s . ¿ P e r o e s c i e r t o a c a s o
que h a y a a lg u n a é tic a en el m u n d o q u e p u e d a i m p o ­
n e r n o r m a s d e c o n te n id o i d é n t i c o a la s r e l a c i o n e s
e ró tic a s , c o m e r c ia le s , f a m ilia re s y p r o f e s io n a le s , a la
re la c ió n c o n la e s p o s a , c o n la v e r d u l e r a , e l h ijo , e l
c o m p e tid o r, e l a m ig o o el a c u s a d o ? ¿ S e rá v e r d a d q u e
es p e r f e c ta m e n te in d ife re n te p a r a la s e x ig e n c ia s é ti­
cas q u e a la p o lít ic a se d irig e n el q u e é s ta te n g a c o m o
m edio e s p e c íf ic o d e a c c ió n el p o d e r , t r a s el q u e e s tá
la v io le n c ia ? ¿N o e s ta m o s v ie n d o q u e lo s id e ó lo g o s
b o lc h e v iq u e s y e s p a r ta q u is ta s o b t i e n e n r e s u lta d o s
idénticos a lo s d e c u a lq u ie r d i c t a d o r m ilita r p r e c is a ­
m ente p o r q u e se s irv e n d e e s te i n s t r u m e n t o d e la
p o lítica? ¿ E n q u é o t r a c o s a , si n o e s e n la p e r s o n a d el
titular d el p o d e r y en su d ile ta n tis m o , se d is tin g u e la
d o m in a c ió n d e lo s c o n s e jo s d e o b r e r o s y s o ld a d o s
de la d e c u a lq u ie r o tro g o b e r n a n t e d e l a n t ig u o r é g i­
men? ¿E n q u é se d istin g u e d e la d e o t r o s d e m a g o g o s
k p o lé m ic a q u e h o y m a n tie n e la m a y o r p a r t e d e lo s
re p re se n ta n te s d e la é tica p r e s u n ta m e n te n u e v a c o n -
h a su s a d v e r s a r io s ? Se d i r á q u e p o r la n o b le i n t e n ­
ción, p e ro d e lo q u e e s ta m o s h a b la n d o a q u í e s d e lo s
m ed io s. T a m b ié n los c o m b a ti d o s a d v e r s a r io s c r e e n ,
162 hl p o i .Ittco v hl ci£ N i rp<eo

c o n u n a c o n c i e n c i a a b s o lu ta m e n te b u e n a , en la n o -
b l e z a d e s u s p r o p i a s in te n c io n e s . « Q u i e n a h i e r r o
m a t a a h i e r r o m u e r e » y la lu c h a e s s i e m p r e lu ch a .
¿ Q u é d e c ir , e n t o n c e s , s o b r e la é t i c a d e l S e r m ó n d e la
M o n t a ñ a ? E l S e r m ó n d e la M o n ta ñ a , e s t o es, la é tic a
a b s o l u t a d el E v a n g e lio , es a lg o m u c h o m á s s e r i o de
lo q u e p i e n s a n q u ie n e s c ita n s u s m a n d a m i e n t o s . N o
e s p a r a t o m a r l o a b r o m a . D e e s a é t i c a p u e d e d e cirse
lo m i s m o q u e s e h a d i c h o d e la c a u s a lid a d en la cie n ­
c ia , qu e n o es un c a rru a je q u e se p u e d a h a c e r p a ra r
p a r a t o m a r l o o d e j a r l o a c a p r ic h o . S e la a c e p t a o s e la
r e c h a z a p o r e n te r o ; é s t e es p r e c i s a m e n t e sel s e n tid o ;
p r o c e d e r d e o t r o m o d o es t r i v i a l i z a r l a . P e n s e m o s ,
p o r e je m p lo , e n la p a r á b o la d e l jo v e n r i c o , d e q u ien
se n o s d i c e « p e r o se a le jó d e a llí tr i s t e m e n t e p o rq u e
p o s e í a m u c h o s b ie n e s » . El m a n d a m i e n t o e v a n g é li­
c o es i n c o n d i c i o n a d o y u n í v o c o : d a a lo s p o b re s
c u a n t o tie n e s , t o d o . E l p o l í t i c o d i r á q u e é s te es un
c o n s e jo q u e s o c ia l m e n te c a r e c e d e s e n tid o m ie n tra s
n o se le im p o n g a a todos. E n c o n s e c u e n c i a r e c u r r ir á
a lo s im p u e s t o s c o n f i s c a t o r i o s , a la p u r a y sim p le
c o n f i s c a c i ó n , en u n a p a l a b r a , a la c o a c c i ó n y la re­
g l a m e n t a c i ó n c o n t r a todos. N o e s e s to , s in e m b a rg o .
e n m o d o a l g u n o lo q u e el m a n d a t o é t i c o p o s t u l a , y
.é sa e s s u v e r d a d e r a e s e n c ia . E s e m a n d a t o n o s o r d e ­
n a t a m b i é n « p o n e r la o t r a m e jill a » , in c o n d i c i o n a l­
m e n t e , s i n p r e g u n t a r n o s s i el o t r o t i e n e d e r e c h o a
p e g a r . E s t a é t i c a e s , a s í, u n a é t i c a d e la in d ig n id a d ,
s a lv o p a r a lo s s a n to s . Q u ie r o d e c i r c o n e s to que sise
e s e n t o d o u n s a n t o , a l m e n o s i n t e n c i o n a l m e n t e . 51
LA POLITICA C O M O VOCACION 163

se v iv e c o m o v iv ie r o n J e s ú s , io s a p ó s t o l e s , S a n
F r a n c is c o d e A sís y o t r o s c o m o e llo s , e n t o n c e s e s t a
é tica sí e s tá lle n a d e s e n tid o y sí e s e x p r e s ió n d e u n a
alta d i g n i d a d , p e r o n o si a s í n o e s. L a é t i c a a c ó s m i c a
nos o r d e n a « n o r e s is tir e l m a l c o n la f u e r z a » , p e r o
p a r a ei p o l í t i c o lo q u e t i e n e v a lid e z e s el m a n d a t o
o p u e s to : h a s d e r e s i s ti r al m a l c o n la f u e r z a , p u e s
de lo c o n t r a r i o te h a c e s r e s p o n s a b l e d e s u t r i u n f o .
Q u ie n q u ie r e o b r a r c o n f o r m e a la m o r a l d e l E v a n ­
gelio d e b e a b s te n e r s e d e p a r t i c i p a r e n u n a h u e lg a ,
que e s u n a f o r m a d e c o a c c i ó n , e i n g r e s a r e n u n s i n ­
d ic a to a m a r i l l o . Y, s o b re t o d o , d e b e a b s t e n e r s e d e
h a b la r d e « r e v o l u c i ó n » . P u e s e s a é t i c a n o e n s e ñ a ,
ni m u c h o m e n o s , q u e la ú n i c a g u e r r a l e g í t i m a s e a
p r e c is a m e n te la g u e r r a c iv il. E l p a c i f i s t a q u e o b r a
segú n el E v a n g e lio se s e n ti r á en la o b l i g a c i ó n m o ­
ral d e n e g a r s e a t o m a r las a r m a s o d e a r r o j a r l a s ,
co m o se r e c o m e n d ó e n A le m a n i a , p a r a p o n e r t é r ­
m in o a la g u e r r a y, c o n e lla, a t o d a g u e r r a . E l p o l í t i ­
c o , p o r s u p a r t e , d irá q u e el ú n i c o m e d i o d e d e s ­
a c r e d ita r la g u e r r a p a r a t o d o e l f u t u r o p r e v i s i b l e
h u b iese s id o u n a p a z d e c o m p r o m i s o q u e m a n t u ­
viese e l s ta tu q u o . E n to n c e s se h u b ie r a n p r e g u n t a ­
do lo s p u e b lo s q u e p a r a q u é h a b ía s e r v i d o la g u e ­
rra. S e la h a b r í a r e d u c id o a l a b s u r d o , c o s a q u e
a h o r a n o es p o s ib le , p u e s p a r a lo s v e n c e d o r e s , a l
naenos u n a p a r t e de e llo s , h a b r á s id o r e n ta b le p o l i ­
tic a m e n te . Y re s p o n s a b le d e e s t o e s e s a a c t i t u d q u e
nos in c a p a c ita b a p ara to d a r e s is te n c ia . A h o r a , y
una v e z q u e p a s e el c a n s a n c i o , q u e d a r á d e s a c r e d i -
ii
164 e l p o u t ic o Y E t c iF N T t r iC o

t a d a la p a z , n o la g u e r r a . U n a c o n s e c u e n c i a d e la
é t i c a a b s o lu ta .
F i n a l m e n t e , la o b lig a c i ó n d e d e c i r la v e r d a d , q u e
la é t i c a a b s o l u ta n o s i m p o n e s in c o n d i c i o n e s . D e
a q u í s e h a s a c a d o la c o n c l u s i ó n d e q u e h a y q u e p u ­
b l i c a r t o d o s lo s d o c u m e n t o s , s o b r e t o d o a q u e llo s
q u e c u lp a n aJ p r o p io p a ís , y, s o b r e la b a s e d e e s t a p u ­
b l i c a c i ó n u n ila te r a l, h a c e r u n a c o n f e s ió n d e la s p r o ­
p ia s c u lp a s ig u a lm e n te u n ila te r a l, in c o n d i c i o n a l , sin
p e n s a r e n la s c o n s e c u e n c i a s . E l p o l í t i c o s e d a r á
'uentTi He q ” ** c z í .¿o se 'qmda a 1?* verdad,
s in o q u e , p o r el c o n t r a r i o , se la o s c u r e c e c o n e l a b u ­
s o y e l d e s e n c a d e n a m i e n to d e la s p a s io n e s . V e rá que
s ó lo u n a in v e s tig a c ió n b ie n p l a n e a d a y t o t a l , llevada
a c a b o p o r p e r s o n a s i m p a r c ia le s , p u e d e r e n d i r fru ­
to s , y q u e c u a lq u ie r o t r o p r o c e d e r p u e d e te n e r, p ara
la n a c i ó n q u e lo s ig a , c o n s e c u e n c i a s q u e n o p o d rá n
s e r e l i m i n a d a s e n d e c e n i o s . L a é t i c a a b s o l u ta , sin
e m b a r g o , n i s i q u i e r a se p r e g u n t a p o r l a s c o n s e ­
c u e n c ia s .
C o n e s to ll e g a m o s a l p u n t o d e c is iv o . T e n e m o s
q u e v e r c o n c l a r i d a d q u e t o d a a c c i ó n é tic a m e n te
o r ie n ta d a p u e d e a ju s ta rs e a d o s m á x im a s fu n d a­
m e n t a l m e n t e d is tin ta s e n t r e s í e irre m e d ia b le m e n te
o p u e s ta s ; p u e d e o r ie n ta r s e c o n f o r m e a la « é t i c a d e la
c o n v i c c i ó n » o c o n f o r m e a la « é t i c a d e la r e s p o n s a b i­
lid a d » ( g e s i n n u n g s e t h i s c h o d e r v e r a n t w o r t u n g set~
h i s c h ) . N o e s q u e la é t i c a d e la c o n v i c c i ó n s e a id én -
t i c a a la fa lta d e r e s p o n s a b i l i d a d , o la é t i c a d e &
r e s p o n s a b ilid a d , a la f a lta d e c o n v i c c i ó n . N o se trata
tA P O K f T J c A C O M O V O C A C I0 N 165

en a b s o l u to d e e s to . P e r o sí h a y u n a d ife re n cia abis­


m a l e n t r e o b r a r s e g ú n la m á x i m a d e u n a é tica de la
c o n v i c c i ó n , ta l c o m o la q u e o r d e n a (re lig io sa m e n te
h a b la n d o ) «el c r i s ti a n o o b r a b ien y d e ja el re su lta d o
e n m a n o s d e D io s » , o s e g ú n u n a m á x i m a d e la é d ca
d e la r e s p o n s a b ilid a d , c o m o la q u e o r d e n a ten er e n
c u e n ta la s c o n s e c u e n c ia s p re v is ib le s d e la p ro p ia a c ­
c ió n . U s te d e s p u e d e n e x p l i c a r e lo c u e n te m e n te a u n
s in d ic a lis ta q u e las c o n s e c u e n c i a s d e s u s a c cio n e s
s e r á n la s d e a u m e n t a r la s p o s ib ilid a d e s d e la r e a c -
o ó n , i n c r e m e n t a r la o p r e s ió n d e su cla se y dificu ltar
su a s c e n s o ; si e s e s in d ic a lis ta e s t á f ir m e e n su é tica
de la c o n v i c c i ó n , u s te d e s n o l o g r a r á n h a c e rle m ella.
C u a n d o las c o n s e c u e n c i a s d e u n a a c c i ó n realizad a
c o n f o r m e a u n a é t i c a d e la c o n v i c c i ó n s o n m alas,
q u ien la e j e c u t ó n o se s ie n te r e s p o n s a b le d e ellas,
sino q u e re s p o n s a b iliz a a l m u n d o , a la estu p id ez de
los h o m b r e s o a la v o lu n ta d de D io s q u e lo s hizo así.
Q u ien a c t ú a c o n f o r m e a u n a é ti c a d e la re sp o n sa b i­
lidad, p o r el c o n t r a r i o , t o m a e n c u e n t a to d o s los d e­
f e c to s d e l h o m b r e m e d i o . C o m o d i c e F ic h te , n o
tie n e n in g ú n d e r e c h o a s u p o n e r q u e e l h o m b re es
b u en o y p e r f e c t o y n o se s ie n te e n s itu a c ió n de p o ­
d er d e s c a r g a r s o b re o t r o s a q u e lla s c o n s e c u e n c ia s de
su a c c i ó n q u e él p u d o p r e v e r . Se d i r á s ie m p re que
esas c o n s e c u e n c i a s s o n im p u ta b le s a su a c ció n .
Q u ien a c t ú a s e g ú n u n a é t i c a d é l a c o n v ic c ió n , p o r el
c o n t r a r i o , s d lo se s i e n t e r e s p o n s a b l e d e q u e n o
flam ee la lla m a d e la p u r a c o n v ic c i ó n , la lla m a , p o r
eje m p lo , d e la p r o t e s t a c o n t r a la s in ju s tic ia s del o r ­
166 je v p e tm c a y e l c ie n t íf ic o

d e n s o c i a l . P r e n d e r l a u n a y o t r a v e z es l a f i n a l i d a d
d e su s a c c i o n e s q u e , d e s d e el p u n t o d e v i s t a d e l p o ­
s ib le é x it o , s o n p l e n a m e n te i r r a c i o n a l e s y s ó l o p u e ­
d e n y d e b e n t e n e r u n v a l o r e je m p la r.
P e r o t a m p o c o c o n e s t o lle g a m o s a l t é r m i n o d e l
p r o b l e m a . N i n g u n a é t i c a d e l m u n d o p u e d e e lu d ir
e I h e c h o d e q u e p a r a c o n s e g u ir fin es « b u e n o s » h a y q u e
c o n ta r en m u c h o s c a s o s c o n m e d io s m o r a lm e n te
d u d o s o s , o a I m e n o s p e l ig r o s o s , y c o n la p o s ib ilid a d
e in c lu s o la p r o b a b il id a d d e c o n s e c u e n c i a s la te ra le s
m o r a lm e n te m a la s . N in g u n a é t i c a d e l m u n d o p u e d e
r e s o l v e r t a m p o c o c u á n d o y e n q u é m e d id a q u e d a n
« s a n ti f ic a d o s » p o r e l fi n m o r a l m e n t e b u e n o lo s m e ­
d io s y la s c o n s e c u e n c i a s la te r a le s m o r a l m e n t e p eli­
g ro so s.
E l m e d i o d e c is iv o d e la p o l í t i c a es la v i o l e n c i a , y
p u e d e n u s te d e s m e d i r la in t e n s i d a d d e l a te n s ió n
q u e d e s d e el p u n to d e v i s t a é t i c o e x is te e n t r e m e d io s
y fin e s r e c o r d a n d o , p o r e je m p lo , e l c a s o d e lo s s o c ia ­
lis ta s r e v o l u c io n a r io s (t e n d e n c i a Z im m e r v v a ld ), ios
c u a le s d u r a n te la g u e r r a se g o b e r n a b a n d e a c u e r d o
c o n u n p rin c ip io q u e p o d r ía m o s fo rm u la r d e sca r­
n a d a m e n te en los s ig u ie n te s t é r m i n o s : « S i te n e m o s
q u e e l e g i r e n t r e a l g u n o s a ñ o s m á s d e g u e r r a que
tr a ig a n e n t o n c e s la r e v o lu c ió n o u n a p a z in m e d ia ta
q u e la im p id a , p r e f e r im o s e s o s a ñ o s m á s d e g u erra»*
A la p r e g u n t a d e q u é es lo q u e p o d í a t r a e r c o n s ig o
e s a r e v o lu c ió n , t o d o s o c ia lis ta c ie n tífi c a m e n t e e d u ­
c a d o h a b r ía c o n t e s t a d o q u e n o c a b ía p e n s a r e n m o ­
d o a lg u n o e n el p a s o a u n a e c o n o m ía s o c ia lis ta ,
p u l JT JC A COA-IO V O C A C IO N 167

e n e l s e n tid o q u e é l d a a \ a p a l a b r a , s in o e n la r e c o n s ­
t i t u c i ó n d e u n a e c o n o m í a b u r g u e s a q u e h a b r í a e li­
m in a d o ú n i c a m e n t e lo s e l e m e n t o s f e u d a le s y lo s
re s to s d i n á s t i c o s . Y p a r a c o n s e g u i r e s te m o d e s t o r e ­
s u lta d o s e p r e f ie r e n « u n o s a ñ o s m á s d e g u e r r a » . P o ­
d r ía m u y b ie n d e c i r s e q u e , in c lu s o te n ie n d o c o n v i c ­
c io n e s s o c i a l i s t a s m u y f ir m e s , s e p u e d e r e c h a z a r u n
fin q u e e x i g e ta l e s m e d io s . É s t a e s , s in e m b a r g o , la
s itu a c ió n d el b o l c h e v i s m o , d e l e s p a r t a q u i s m o y, en
g e n e ra l, d e to d o s o c i a l i s m o r e v o l u c io n a r io , y r e s u lta
e n c o n s e c u e n c i a s u m a m e n t e r i d í c u l o q u e e s to s s e c ­
to r e s c o n d e n e n m o r a l m e n t e a lo s « p o lít ic o s d e p o ­
d e r» del a n t i g u o r é g im e n p o r e m p l e a r e s o s m is m o s
m e d io s , a u n q u e e s té p le n a m e n te ju s t if i c a d a la c o n ­
d e n a d e su s f i n e s .
A q u í, e n e s te p r o b l e m a d e la s a n ti f ic a c ió n d e lo s
m e d io s p o r e l fin , p a r e c e f o r z o s a la q u ie b r a d e c u a l ­
q u ier m o r a l d e la c o n v i c c i ó n . D e h e c h o , n o le q u e d a
ló g ic a m e n te o t r a p o s i b il id a d q u e la d e c o n d e n a r
toda a c c i ó n q u e u tilic e m e d io s m o r a l m e n t e p e l ig r o ­
sos, L ó g ic a m e n te . E n el t e r r e n o d e la s r e a lid a d e s v e ­
n io s u n a y o t r a v e z q u e q u ie n e s a c t ú a n s e g ú n u n a
é tic a d e la c o n v i c c i ó n s e t r a n s f o r m a n s ú b i ta m e n te
en p r o f e ta s q u i l i á s t i c o s ; q u e , p o r e je m p lo , q u ie n e s
r e p e tid a m e n te h a n p r e d i c a d o «el a m o r f r e n t e a la
tu e rz a » in v o c a n a c t o s e g u id o la f u e r z a , la f u e r z a d e ­
fin itiv a q u e h a d e t r a e r c o n s i g o la a n i q u i l a c i ó n d e
toda v io le n c ia d el m is m o m o d o q u e , e n c a d a o f e n s i-
va> n u e s t r o s o f ic ia le s d e c í a n a lo s s o ld a d o s q u e e r a
Ia ú ltim a , la q u e h a b ía d e d a m o s el tr iu n f o y c o n é l la
168 PI P O M T tC O YEL CÍBNT Ít lCO IAPOUT1CA COMO VOCACION 169

paz. Q uien opera co n fo rme a una ética de la convic­ este m undo irra cio n a l del su frim iento in m ereci­
ción no sop orta la irracionalid ad ética del m undo. do, la in ju s tic ia im pu ne y la estupidez ir r e m e ­
Es un «racionalista» cósm ico-ético. Aquellos de en­ diable. O ese C reador n o es todopoderoso, o n o es
tre u sted es que co n o z ca n la o b ra de D o sto iev sk i bond ad oso, o bien la vida está regida por u n os
record arán a este p rop ósito la escen a del G ran In ­ principios de equ ilibrio y de sanción que sólo pue­
quisidor, en donde este problem a se plantea en té r­ den ser interpretados m etafí sicam ente o que están
m inos m uy hondos. No es posible m eter en el m is­ sustraídos para siem pre a nuestra interpretación.
m o saco la ética de la con v icción y la ética de la Este problem a de la irracionalid ad del mundo ha
responsabilidad, del m ism o m odo que n o e s posible sido la fuerza que ha impulsado todo desarroüo reli­
decretar éticam ente qué fines pueden s a n tñ c a r ta ­ gioso. La d o ctrin a hindú del Karm a, el dualism o
les o c u a les m edios, cuando se q u iere h acer alguna persa, el pecado original, la predestinaciónyel D eu s
concesión a este principio. abscon ditu s han brotado todos de esta experiencia.
M i coltgo. f . a quien personalm ente También los cristianos prim itivos sabían muy exac­
tengo en gran estim a por la indudable sinceridad de tamente que el mundo está regido por los demonios
sus convicciones, pero a quien rechazo enteram ente y que quien se mete en política, es decir, quien acce­
com o p olítico , cree pod er salvar esta dificultad en de a utilizar com o medios el poder y la violencia, ha
su con ocid o libro recu rriend o a la sim ple tesjs de sellado un pacto con el diablo, de tal m odo que ya no
que de lo bueno sólo puede resultar el bien y de lo es cierto que en su actividad lo bueno sólo produz­
malo, sólo el mal. Si esto fuese así, ^ naturalmente, no se ca el bien y lo m alo el mal, sino que frecuentemente
presentaría el problem a, pero es asom broso que tal sucede lo contrario. Quien no ve esto es un niño, p o­
tesis pueda aún ver la luz en el día de hoy, dos líticamente hablando.
quinientos años después de los Upanishadas. No so­ Las distintas éticas religiosas se han acomodado
lam ente el curso todo de la historia universal, sino de diferente m odo al hecho de que vivimos insertos
tam bién el exam en imparcial de la experiencia coti­ en ordenaciones vitales d istintas, gobernadas p o r
diana, nos están m ostrando lo contrario. El desarro­ leyes distintas entre sí. El politeísm o helénico ^ o r i­
llo de todas las religiones del m undo se apoya sobre ficaba tanto a Afrodita com o a Hera, a Apolo com o
la base de que la verdad es lo contrario de lo que a Dionisos, y sabía bien que no era el conflicto
tesis sostiene. El problem a original de lateo d icea es entre estos dioses. La ord enación vitalhindú hacía
el d e c ó m o es p o sib le que un p od er que se supone. a cada p ro fesión o b jeto de una ley ética especial,
a la vez, in fin ito y b o n d a d o so haya p o d id o crear de un d h a r m a , y las separaba p ara siempre natura de
170 el P o t-frico y iít, tit^ rrrF ico

o t r a s en c a s t a s d is tin ta s . L a s c o l o c a b a e n u n a j e r a r ­
q u í a fija d e la q u e lo s n a c i d o s n o p o d í a n e s c a p a r
s i n o p o r e l r e n a c i m i e n t o e n la p r ó x i m a v i d a , c o l o ­
c á n d o l a s a s í a d i s t a n c i a s d if e r e n te s d e lo s b ie n e s s u ­
p r e m o s d e la s a l v a c i ó n r e lig i o s a . L e e r a p o s ib le , de
e s te m o d o , c o n s t r u i r el d h a r m a d e c a d a c a s t a , d e s d e
lo s a s c e t a s y b r a h m a n e s h a s t a l o s r a t e r o s y las
p r o s t i t u t a s , d e a c u e r d o c o n la le g a lid a d in m a n e n te
p r o p i a d e c a d a p r o f e s i ó n . E n el B h a g a v a t a , e n la
c o n v e r s a c ió n e n tre K r i s c h n a y A r d u n a , e n c o n t r a r á n
u s te d e s la u b i c a c i ó n d e la g u e r r a d e n t r o d e l c o n j u n ­
t o t o t a l d e la s o r d e n a c i o n e s v ita le s . « H a z la o b r a n e ­
c e s a r i a » , e s to e s , la o b r a o b lig a to r ia s e g ú n el d h a r m a
d e la c a s t a d e lo s g u e r r e r o s , lo o b j e t i v a m e n t e n e c e ­
s a r io d e a c u e r d o c o n la f in a lid a d d é l a g u e r r a . P a ra
el h i n d u is m o e s to n o e s t o r b a la s a l v a c i ó n re lig io s a ,
s in o q u e , p o r e l c o n t r a r i o , la a y u d a . P a r a el g u e r r e r o
h i n d ú q u e m o r í a h e r o i c a m e n t e , el c i e l o d e I n d r a es­
ta b a t a n e t e r n a m e n t e s e g u r o c o m o el W a lh a lla p a r a
lo s g e r m a n o s . H u b i e r a , e n c a m b i o , d e s p r e c i a d o el
n i r v a n a c o m o lo s g e r m a n o s d e s p r e c i a b a n el c ie lo
c r i s t i a n o y s u s c o r o s d e á n g e le s . E s ta e s p e c ia liz a c ió n
p e r m i t i ó a la é t i c a h in d ú u n t r a ta m ie n t o d e l a r te real
d e la p o lít ic a e n el q u e n o h a y q u ie b r a s p o r q u e s e li­
m i t a a s e g u ir la s le y e s p r o p ia s d e la m i s m a e in clu s o
la s r e f u e r z a . E l « m a q u i a v e l i s m o » v e r d a d e r a m e n t e
r a d ic a l, e n e l s e n tid o h a b itu a l d e l t é r m i n o , e s tá c lá ­
s ic a m e n te r e p r e s e n ta d o e n la li te r a t u r a h i n d ú p o r el
A r t h a s a s t r a d e K a u tily a , q u e e s m u y a n t e r i o r a n u es­
t r a e r a y d a ta p ro b a b le m e n te del tie m p o d e C h a n -
la p o l íi ic a co m o Vo c a l k>n 171

d r a g u p ta . A s u la d o e l « P r ín c ip e » d e M aq u iav elo n o s
r e s u lta p e r f e c t a m e n t e in o c e n te . C o m o e s sa b id o ,
p a r a la é t i c a c a t ó l i c a , d e la q u e ta n p r ó x i m o e s tá el
p r o f e s o r F o r s t e r , lo s c o n s ilia e v a n g é lic a c o n s ti tu í
y e n u n a é t i c a e s p e c i a l p a r a q u ie n e s e s tá n d o ta d o s
c o n el c a r i s m a d e la v id a s a n ta . E n t r e e llo s e s tá n ,
a d e m á s d el m o n j e , q u e n o d e b e n i d e r r a m a r sa n g re
ni b u s c a r g a n a n c i a , el c a b a lle ro c r i s t i a n o y el c iu d a ­
d a n o p i a d o s o q u e , r e s p e c t iv a m e n te , p u e d e n h a c e r
u n a y o t r a c o s a . El e s c a l o n a m i e n t o d e la é tic a y su
in te g r a c ió n e n u n a d o c t r i n a d e la s a lv a c ió n s o n m e ­
n o s c o n s e c u e n t e s a q u í q u e en la I n d ia , p e r o ello d e ­
b ía y te n ía q u e s e r a s í, d e a c u e r d o c o n lo s su p u estos
d e la fe c r i s t i a n a . L a c o r r u p c i ó n d e l m u n d o p o r d
p e c a d o o r i g i n a l p e r m i t í a c o n r e la tiv a fa cilid a d in ­
t r o d u c i r e n la é t i c a la v io le n c ia c o m o u n m e d io p a ra
c o m b a ti r e l p e c a d o y las h e r e jía s q u e p o n e n el alm a
en p e lig r o . L a s e x ig e n c ia s a c ó s m i c a s d el S e rm ó n de
la M o n ta ñ a , q u e p e r t e n e c e n a u n a p u r a é tic a de la
c o n v i c c i ó n , y e l D e r e c h o n a t u r a l q u e e n ellas se
a p o y a y q u e c o n t i e n e ta m b ié n e x ig e n c ia s ab solu tas,
c o n s e r v a r o n , s in e m b a r g o , s u fu e r z a re v o lu cio n a ria
y s a lie ro n f u r io s a m e n te a la s u p e r f ic ie e n casi to d a s
las é p o c a s d e c o n m o c i ó n s o c i a l . D ie r o n o rig en , en
e s p e c ia l, a la s s e c t a s p a c if is ta s r a d ic a le s , u n a d e las
c u a le s h iz o e n P e n n s y lv a n ia e l e x p e r im e n t o de un
E s ta d o q u e r e n u n c i a b a a la f u e r z a fre n te a l exterior,
E ste e x p e r im e n t o s ig u ió u n c u r s o tr á g ic o cu an d o, al
e sta lla r la g u e r r a de la in d e p e n d e n c ia , lo s cu áq u ero s
se v i e r o n im p o s ib ilita d o s d e t o m a r la s a rm a s en un
172 eLt'OlJTICOY LAFOLmCACOP.OWCA.CJÓN 173

conflicto en el que selu ch ab a por sus ideales. El pro­ para ello seguidores, un «aparato» humano. Para
testantism o norm al, por el contrario, legitim ó el Es­ que éste funcione tiene que ponerle ante los ojos los
tad o, es decir, el recurso a la v iolen cia, co m o una necesarios prem ios internos y externos. En las con­
in stitu ció n divina, especialm ente el Estado au tori­ diciones de la m oderna lucha de clases, tiene que
tario legítim o. Lutero quitó de los hom bros del indi­ o f ecer como premio interno la satisfacción del o ^ o
viduo p articu lar la responsabilidad ética de la gue­ ydel deseo de revancha y, sobre todo, la satisffacd de
rra para a rro ja rla sobre la au torid ad , a la que se del resentim iento y de la pasión pseudoética de te­
puede obed ecer, sin ser cu lpable, en todo salvo en ner razón» es decir, tiene que satisfacer la necesidad
las cu estion es de fe. El calv in ism o volvió a aceptar de d ifam ar al adversario y de acusarle de herejla.
com o p rin cip io básico 1-a legitim idad de lit ff:.:r Como m edios externos tiene que ofrecer1la aventu­
..omu i n ^ iv Ja defensa de la fe, es decir, lague- ra, el triunfo, el botín, el poder y las prebendas. El
rra de religión, que fue un elem ento vital en el Islam jefe depende por entero para su triu n fo del ífinel0-
desde sus com ienzos. C om o puede verse, no es la namiento de este aparato y por esto depende de los
m od erna falta de fe, nacida del cu lto renacentista motiv os d el a p a r a to y no de los suyos pm pm s Tie­
por el héroe, la que h a suscitado el p rob lem a de la ne, pues, que asegurar p e r m a n e n te m e n te esos pre­
é tica p olítica. Todas las religiones, con éxito muy mi os para los seguidores que necesita, es dedr ,para
distinto, han lidiado con Él com o, de acuerdo con lo los guardias rojos, Jos picaros y los agitadores. En
que acabam os de decir, no podía por m enos de su­ tales c ondiciones, el resultado objetivo de su acción
ceder. La singularidad de todos los problem as éticos no está en su mano, sino que le viene impuesto P ° r
de la política está determ inada sola y exclusivam en­ esos m otivos éticos, predom inantem ente abyectos,
te por su medio específico, la v io le n c ia leg ítim a en de sus seguidores, que sólo pueden ser refrenados
m anos de las asociaciones hum anas. en la m edida en que al m enos una parte de éstos
Q uien de cualquier m odo pacte co n este m e d o y que en este mundo nunca será la mayoría, esté ani­
para cualquier fin que lo haga, y esto es lo que todo mada po r una noble fe en su persona y en su causa-
p o lítico hace, está con d enad o a su frir sus conse­ Pero, incluso cuando subjetivam ente es sincera, no
cuencias especificas. Esta condena recae m uy espe- sólo esta fe no pasa de ser en la m ayor parte d e los
^ cialmente sobre quien lucha por su fe, sea ésta reli­ casos m ás que una «legitim ación» d e lansia de ven­
giosa o revolucionaria. Tom em os la actualided co ­ ganza, de poder, de botín y de prebendas (no nos
m o ejem plo. Q uien q u iera im p o n er so b re la tierra engañem os, la interpretación m atCT^teta. de la his­
la ju sticia absoluta valiéndose del p o d e r necesita toria no es tam poco un carru aje que se toma y se
174 I U - P O I Í T I C O V tL C lE N T T P lC O

d e ja a c a p r i c h o , y n o se d e tie n e a n te lo s a u t o r e s d é l a
r e v o l u c i ó n ) , s in o q u e , s o b r e t o d o , t r a s 1a re v o lu c ió n
e m o c i o n a l , se i m p o n e n u e v a m e n t e la c o t id ia n id a d
t r a d i c i o n a l : lo s h é r o e s d e la fe y la fe m i s m a d e s a p a ­
r e c e n o , lo q u e e s m á s e f ic a z a u n , se t r a n s f o r m a n en
p a r t e c o n s t i t u t i v a d e la f r a s e o l o g í a d e l o s p i c a r o s y
d e lo s t é c n i c o s d e la p o lít ic a . E s ta e v o lu c ió n s e p ro ­
d u c e d e f o r m a e s p e c ia lm e n te r á p id a e n la s c o n t ie n ­
d a s id e o ló g ic a s p o rq u e s u e le n e s t a r d ir ig id a s o
i n s p i r a d a s p o r a u t é n t i c o s ca u d illo s^ p r o f e t a s d e la
r e v o l u c ió n . A q u í, c o m o e n t o d o a p a r a t o s o m e t i d o a
u n a j e f a t u r a , u n a d e las c o n d i c i o n e s d e l é x i t o e s el
e m p o b r e c i m i e n t o e s p ir itu a l, la c o s i f i c a c i ó n , la p r o ­
l e t a r i z a r o n e s p i r i t u a l e n p r o d e la « d i s c ip lin a » . E l
s é q u i to tr iu n f a n t e d e u n c a u d i l l o i d e o l ó g i c o suele
a s í t r a n s f o r m a r s e c o n e s p e c ia l f a c ilid a d e n u n g ru ­
p o c o m p l e t a m e n t e o r d i n a r io d e p r e b e n d a d o s .
Q u ie n q u i e r a e n g e n e r a l h a c e r p o l í t i c a y , so b re
t o d o , q u ie n q u i e r a h a c e r p o l í t i c a c o m o p r o f e s ió n
h a d e t e n e r c o n c i e n c i a d e e s ta s p a r a d o j a s é ti c a s y de
su r e s p o n s a b ilid a d p o r lo q u e él m is m o >b a j o su p re­
s ió n , p u e d e lle g a r a ser. R e p ito q u e q u ie n h a c e p o lí­
t i c a p a c t a c o n lo s p o d e r e s d ia b ó lic o s q u e a c e c h a n en
t o r n o d e t o d o p o d e r . L o s g r a n d e s v i r t u o s o s del
a m o r a l p r ó j i m o y d el b ie n a c ó s m i c o d e N a z a r e t, de
A s ís o d e lo s p a la c io s re a le s d e la I n d i a n o o p e r a r o n
c o n m e d io s p o l í t i c o s , c o n e l p o d e r . Su r e in o « n o era
d e e s te m u n d o » , p e s e a q u e h a y a n t e n i d o y te n g a n
e f i c a c i a e n é L P l a t ó n , K a r a ta je v y lo s s a n t o s d o s -
t o ie v s k i a n o s s ig u e n s ie n d o s u s m á s fieles r e p r o d u c'
IA POlftlCACOM O VOCACION 175

d o n e s . Q u ie n b u s c a la s a l v a c i ó n d e s u a l m a y la d e
los d e m á s q u e n o la b u s q u e p o r el c a m i n o d e la p o lí­
tica , c u y a s t a r e a s , q u e s o n m u y o t r a s , s ó lo p u e d e n
ser c u m p li d a s m e d ia n te la f u e r z a . E l g e n io o d e m o ­
nio d e la p o l í t i c a v iv e e n t e n s i ó n in te r n a c o n el d io s
d e l a m o r , in c lu id o e l d io s c r i s t i a n o e n su c o n f ig u r a -
d o n e c l e s i á s t i c a , y e s ta te n s i ó n p u e d e c o n v e r tir s e e n
to d o m o m e n t o e n u n c o n f l i c t o s in s o lu c ió n . E s t o lo
sa b ía n y a lo s h o m b r e s e n la é p o c a d e la d o m i n a c ió n
de la Ig le s ia . U n a y o t r a v e z c a ía el in te r d ic to p a p a l
so b re F l o r e n c ia (y e n e s a é p o c a e s t o s ig n ific a b a p a r a
los h o m b r e s y la s a lu d d e s u s a lm a s u n p o d e r m á s
fu e rte q u e lo q u e F ic h te l l a m a la « a p r o b a c i ó n f r ía »
del j u i c i o m o r a l k a n t i a n o ) , c u y o s c i u d a d a n o s , s in
e m b a r g o , c o n t i n u a b a n c o m b a t i e n d o c o n t r a lo s E s ­
ta d o s d e la Ig le s ia . C o n r e f e r e n c i a a ta le s s i t u a c i o ­
n es, y e n u n b e llo p a s a je q u e , si la m e m o r i a n o m e
e n g a ñ a , p e r t e n e c e a las « H i s to r i a s f lo r e n tin a s » , M a -
q u ia v elo p o n e e n b o c a de u n o d e su s h é r o e s la a l a ­
b a n z a d e a q u e llo s q u e c o l o c a n la g r a n d e z a d e l a p a -
t r i a p o r e n c i m a d e la s a lv a c ió n d e s u s a lm a s .
Si e n lu g a r d e c i u d a d n a ta l o d e « p a tr ia » , q u e q u i­
zás n o tie n e n h o y p a r a t o d o s u n s ig n if ic a d o u n ív o ­
co, d ic e n u s te d e s «el f u t u r o d el s o c ia lis m o » o la « p a z
in te r n a c io n a l» , t e n d r á n p la n te a d o e l p r o b le m a e n su
fo rm a a c tu a l . T o d o a q u e llo q u e s e p e r s ig u e a tra v é s
de la a c c i ó n p o lít ic a , q u e se s ir v e d e m e d io s v i o l e n ­
tos y o p e r a c o n a r r e g l o a la é t i c a d e la r e s p o n s a b ili­
d ad , p o n e e n p e l i g r o la « s a lv a c ió n d e l a lm a » . C u a n ­
d o se t r a t a d e c o n s e g u i r u n a f in a lid a d d e e s e g é n e r o
176 EL P O L I ! ÍC O Y E L CIETCTÍPICO

e n u n c o m b a t e id e o ló g ic o y c o n u n a p u r a é tic a d é l a
c o n v i c c i ó n , e s a f in a lid a d p u e d e r e s u l t a r p e r ju d ic a ­
d a y d e s a c re d ita d a p a ra m u ch a s g e n e ra c io n e s p o r­
q u e e n su p e r s e c u c i ó n n o se tu v o p r e s e n te la r e s p o n ­
s a b ilid a d p o r las c o n s e c u e n c i a s .
Q u ie n a s í o b r a n o tie n e c o n c i e n c i a d e la s p o te n ­
c ia s d i a b ó l i c a s q u e e s t á n e n j u e g o . E s t a s p o t e n c i a s
s o n in e x o ra b le s y o r ig in a r á n c o n s e c u e n c ia s que
a f e c t a n t a n t o a su a c tiv id a d c o m o a s u p r o p i a a lm a ,
f r e n te a l* s q u e *e e n c u e n t r a in d e f e n s o si n o la » ve.
« E l d e m o n i o es v ie jo ; h a z t e v i e j o p a r a p o d e r e n te n ­
d e r lo .» N o s e t r a t a en e sta f r a s e d e a ñ o s , d e e d a d , i b
n u n c a m e h e d e ja d o a b r u m a r e n u n a d i s c u s ió n p o r
e l d a t o d e la f e c h a d e n a c im ie n to . P e r o e l s im p le he­
c h o d e q u e a lg u ie n te n g a v e in te a ñ o s y y o m á s de
c i n c u e n t a t a m p o c o p u e d e i n d u c i r m e , e n d e fin itiv a ,
a p e n s a r q u e e s o c o n s titu y e u n é x i t o a n te el q u e te n ­
g o q u e t e m b l a r d e p a v o r. L o d e c is iv o n o es la ed ad ,
s in o la e d u c a d a c a p a c i d a d p a r a m i r a r d e f r e n te las
r e a lid a d e s d e la v i d a , s o p o r t a r l a s y e s t a r a s u a ltu ra .
E s c i e r t o q u e la p o l í t i c a se h a c e c o n la c a b e z a ,
p e r o e n m o d o a l g u n o s o l a m e n t e c o n la c a b e z a . En
e s to t i e n e n t o d a la r a z ó n q u ie n e s d e f ie n d e n la ética
d e la c o n v i c c i ó n . N a d ie p u e d e , s in e m b a r g o , p r e s c r i­
b ir s i h a y q u e o b r a r c o n f o r m e a la é t i c a d e la r e s p o n ­
s a b il id a d o c o n f o r m e a la é t i c a d e la c o n v i c c i ó n , o
c u á n d o c o n f o r m e a u n a y c u á n d o c o n f o r m e a o tra.
L o ú n ic o q u e p u e d o d e c ir le s es q u e c u a n d o e n e sto s
ti e m p o s d e e x c ita c ió n q u e u s te d e s n o c r e e n «estéril^
(l a e x c i t a c i ó n n o e s n i e s e n c ia lm e n te ni s ie m p r e
L A P o U T lC A C O M O YO C A CtO N X77

p a s ió n a u t é n ti c a ) v e o a p a r e c e r sú b ita m en te^ , lo s p o ­
lítico s de c o n v i c c i ó n en m e d io d e l d e s o r d e n g r i t a n ­
d o: « E l m u n d o e s e s tú p id o y a b y e cto , p e r o y o n o ; la
r e s p o n s a b ilid a d p o r la s c o n s e c u e n c ia s n o m e c o ­
r r e s p o n d e a m í, s in o a lo s o t r o s p a r a q u ie n e s y o t r a ­
bajo y c u y a e s tu p id e z o c u y a a b y e c c ió n y o e x t i r p a ­
r é » , l o p r i m e r o q u e h a g o e s c u e s t i o n a r la s o lid e z
in t e r io r ( i n n e r e n S c h w e r g e w ic h t s ) q u e e x is te t r a s
e s ta é t i c a d e la c o n v i c c i ó n . T e n g o la im p r e s i ó n d e
q u e e n n u e v e c a s o s d e c a d a d ie z m e e n f r e n t o c o n
o d r e s lle n o s d e v i e n t o q u e n o s ie n te n r e a l m e n t e lo
q u e e s t á n h a c ie n d o , s in o q u e se in fla m a n c o n s e n s a ­
c io n e s r o m á n t i c a s . E s to n o m e in te re sa m u c h o h u ­
m a n a m e n te y n o m e c o n m u e v e en a b s o lu to . E s , p o r
el c o n t r a r io , in f in ita m e n te c o n m o v e d o r a la a c t i t u d
de u n h o m b r e m a d u r o (d e p o c o s o m u c h o s a ñ o s ,
q u e e s o n o i m p o r t a ) , q u e s ie n te r e a lm e n te y c o n
to d a s u a l m a e s ta r e s p o n s a b ilid a d p o r la s c o n s e ­
c u e n c ia s y a c t ú a c o n f o r m e a u n a é tic a d e r e s p o n s a ­
b ilid a d , y q u e a l lle g a r a u n c ie r to m o m e n t o d ic e :
«N o p u e d o h a c e r o t r a c o s a , aq u í m e d e te n g o » . E s t o
s íe s a lg o a u t é n ti c a m e n te h u m a n o y e s to sí c a l a h o n ­
do. E s t a s i t u a c i ó n p u e d e , e n e fe cto , p r e s e n t á r s e n o s
en c u a lq u ie r m o m e n t o a c u a lq u ie r a d e n o s o t r o s q u e
n o e s té m u e r t o i n t e r io r m e n te . D esd e e s te p u n t o d e
v is ta la é t i c a d e la r e s p o n s a b ilid a d y la é t i c a d e la
c o n v ic c ió n n o s o n t é r m i n o s a b s o lu ta m e n te o p u e s ­
tos, s in o e l e m e n t o s c o m p l e m e n t a r i o s q u e h a n d e
c o n c u r r i r p a r a f o r m a r a l h o m b r e a u té n tic o , a l h o m -
b re q u e p u e d e te n e r « v o c a c ió n p o lític a » .
178 la . r o L J l r l c o i el C fE N T lE ^ lCO LA l’ÜÍ ÍT! COMO VÜt; ACION ly-f

Y ahora, estim ados oyentes, los em plazo para que ¿quién de aquellos vivirá cuya primavera florece hoy
hablem os nuevam ente de este asunto dentro de diez aparentem ente con tanta opulencia? ¿Y qué habrá
añ o s. Si entonces, com o d esgraciad am ente tengo sido e n to n ce s in te rn a m e n te de todos ellos? H a­
m uchos m otivos para tem er, llevam os ya mucho brán caído en la am argura o en la grandü° cu encia
tiem po dom inados por la reacción y se h a re^ alizado vacía, o habrán aceptado sim plem ente el m undo y
m uy p o co o quizás absolu tam en te nada de lo que, su profesión, o habrán seguido un tercer c ^^^n°
seguram ente m uchos de ustedes, y y o m ism o, como que no es el más infrecuente, el de la huida m ística
h e co n fesad o frecu en tem en te, h em o s d esead o y del mundo para aquellos que tienen dotes para eHo
esperado (m uy probablem ente eso no m e aniquila­ o q ue (y esto es lo m ás com ú n y lo peor) adoptan
rá, pero supone, desde luego, una grave carga saber este cam ino para seguir la moda. En cualquiera de es­
que así será), me gustará m ucho saber qué «ha sido» tos casos sacaré la consecuencia de q ue no han esta­
interiorm ente de aquellos de entre ustedes que ahoora do a la altu ra de sus propios a cto s, de que no han
se sienten au ténticos «p o lítico s de con v icción » y estado a la án ura del mundo com o realmente e^ Y a
p articip an en la em briaguez de esta revolución ac­ la altura de su cotidianidad. O b jetiva y verdadera­
tual. Sería m uy bello que las cosas fu eran de tal mente, no han tenido, en sentido ^ o fu n d ^ la vo^a-
m odo que se les pudiera aplicar lo que Shakespeare ción política que creían tener. Habrían hecho m eJor
dice en el soneto 102: ocu pándose lisa y llanam ente de la fraternidad de
hombre a hom bre y dedicándose simplem ente a su
Entonces era primavera y tierno nuestro amor trabajo cotidiano.
entonces la saludaba cada día con mi canto La polí tica consiste en una dura y prolongada pe­
como canta el ruiseñor en la alborada del estío netración a través de tenaces resistencias, para la
yapaga sus trinos cuando va entrando el día. que se requiere, al m ism o tiem po, pasión y
Es completamente cierto, y así lo prueba la H isto^ia,
Pero las cosas no son así. Lo que tenem os ante nos­ que en este mundo no se consigue nunca lo posible
o tros no es Ja alborada del estío, sino noche po­ si no se intenta lo im posible una y otra vez. Pero
la r de una dureza y una oscurid ad heladas, cuales­ para ser capaz de hacer esto no sólo hay que ser un
quiera que sean los grupos que ahora triu n fen . caudillo >sino tam bién un héroe en el sentido m ás
en donde nada hay, en efecto, no es sólo el empera­ sencillo de la palabra. Incluso aquellos q ue no so n ru
dor quien pierde sus derechos sin o tam bién el pro­ lo uno ni lo otro han de arm arse desde ahora de esa
letario. C u and o esta n o ch e se d isipe p o co a poco, fortaleza de ánim o que perm ite soportar l a destru c*
180
ELP^^ncOYELCUiNIlFICO

c i ó n d e t o d a s las e s p e r a n z a s , si n o q u ie r e n r e s u lta r
i n c a p a c e s d e r e a liz a r in c l u s o lo q u e h o y e s posible.
L a c i e n c i a c o m o v o c a c ió n
Sólo q u ie n e s tá s e g u r o d e n o q u e b r a r s e c u a n d o , d e s­
d e su p u n to d e v i s t a , el m u n d o se m u e s t r a d e m a s ia ­
d o e s tú p id o o d e m a s i a d o a b y e c t o p a r a lo q u e él le
o f r e c e ; s ó lo q u ie n f r e n te a t o d o e s to e s c a p a z d e res­
p o n d e r c o n u n « s in e m b a r g o » ; s ó lo u n h o m b r e de
e s ta f o r m a c o n s t r u i d o tie n e « V o c a c ió n » p a r a l a p o ­
lí tic a .

De acuerdo con vuestro deseo he de hablaros hoy


sobre «la cien cia como vocación». Tenemos los
econom istas una cierta pedantería pecultar,
tro de la que quisiera mantenerme, y que consiste en
arrancar siempre de las reiaciones exte r nas •En la
cuestión que hoy nos ocupa habríamos d e^ r e ^ 31^
pues, de la siguiente pregunta: ¿Cómo se pie senta
hoy la ciencia como profesión, en el sentid° m
material del término? Desde el punto de v&ta prac­
tico esta pregunta equivale esencialmente a esta
otra’ ¿Cuál es hoy la situación de un graduad0 que
está resuelto a consagrarse profes ion^ m ente a b
ciencia dentro de la Universidad? Para comprender
en qué consiste la peculiaridad alemana al respecto
parece conveniente proceder por vía de compara-
CJ.ó n y recordar cuál es esta situación en aquel Pa*s
que m ás difiere del nuestro en lo relat ivo a estas
cuestiones, es decir, en los Estados Unidos-
182 KL fO LTnC O Y BLCI£*CrtfTUQ

C o m o e s s a b id o , e n t r e n o s o t r o s la c a r r e r a d e un
jo v e n q u e q u ie r a c o n s a g r a r s e a la p r o f e s ió n c ie n tífi­
c a c o m i e n z a n o r m a l m e n t e p o r la f u n c ió n d e Privat-
d o z e n t . D e s p u é s d e h a b e r s e p u e s t o a l h a b l a c o n el
t i t u l a r d e la e s p e c i a l i d a d y h a b e r o b t e n i d o su c o n ­
s e n t i m i e n t o , s e c a lif ic a p a r a e l l o p r e s e n t a n d o una
o b r a o r ig in a l y s o m e t i é n d o s e a e x a m e n e n u n a u n i­
v e r s id a d d e t e r m i n a d a , e n la c u a l , s in s a l a r i o y sin
m á s r e t r i b u c i ó n q u e la q u e r e s u l t a d e la m a tr íc u la
d é l o s e s t u d i a n t e s , p u e d e p r o f e s a r c u r s o s c u y o ob ­
j e t o fija él m ’ts m o d e n tr o d e lo s lím ite s d e su v en ia le-
g e n d i.
E n A m é r i c a la c a r r e r a a c a d é m i c a c o m i e n z a n o r ­
m a l m e n t e , d e f o r m a t o t a l m e n t e d i s t i n t a , c o n el
n o m b r a m i e n t o d e a s s is ta n t. D e m a n e r a a n á l o g a a lo
q u e s u c e d e e n tre n o s o t r o s e n io s g r a n d e s in stitu to s
d e la s f a c u l t a d e s d e M e d ic in a y d e C i e n c i a s , e n los
q u e s ó lo u n a p e q u e ñ a p a r t e d e lo s a s is te n te s , y fre­
c u e n t e m e n t e m u y t a r d e , p r e t e n d e la h a b ilita c ió n
c o m o p r i v a t d o z e n t . E s t a d i f e r e n c i a s i g n i f i c a e n la
p r á c t i c a q u e e n t r e n o s o t r o s la c a r r e r a c ie n tíf ic a está
e d i f i c a d a e n d e f in itiv a s o b r e s u p u e s t o s p l u t o c r á t i '
e o s , p u e s e s s u m a m e n te a r r i e s g a d o p a r a u n c ie n tífi­
c o jo v e n s in b ie n e s d e f o r tu n a p e r s o n a l e x p o n e r s e a
lo s a z a r e s d e la p r o f e s ió n a c a d é m i c a . A l m e n o s du~
r a n te u n c i e r t o n ú m e r o d e a ñ o s t i e n e q u e e s t a r e n si­
t u a c i ó n d e s o s t e n e r s e c o n s u s p r o p i o s m e d i o s , sin
t e n e r la c e r t e z a d e q u e m á s t a r d e p o d r á c o n s e g u ir
u n p u e s t o q u e le p e r m i t a v iv ir. E n lo s E s t a d o s U n i­
d o s , p o r el c o n t r a r i o , im p e r a el s is te m a b u r o c r á tic o -
L A O S N C L A C O M O V O C A C IO N ¡8 3

El m u c h a c h o r e c i b e d e s d e e l c o m i e n z o u n s a la r io ,
au n q u e, d e s d e lu e g o , é s te e s b a jo , y a q u e s u c u a n t ía
ap en as c o r r e s p o n d e , la m a y o r ía d e la s v e c e s , a lo q u e
p e rcib e u n o b r e r o m e d i a n a m e n t e c u a li f ic a d o . E n
tod o c a s o c o m i e n z a c o n u n a p o s i c i ó n a p a r e n t e m e n ­
te s ó l i d a , p u e s t o q u e r e c i b e u n s u e ld o fijo . C o m o
s u c e d e c o n n u e s t r o s a s is te n te s , la r e g la e s , s in e m ­
b a rg o , la d e q u e p u e d e s e r d e s t i t u i d o , y t i e n e q u e
e s p e r a r q u e s e le d e s t i t u y a d e u n m o d o b a s t a n t e
d e s p ia d a d o si n o c o l m a las e s p e r a n z a s q u e e n é l s e
p u sie ro n . E s ta s e s p e r a n z a s c o n s i s t e n e n q u e s e a c a ­
p az d e « ll e n a r la s a la » . E s t o e s a l g o q u e n o p u e d e s u -
c e d e r le a u n p r i v a t d o z e n t a l e m á n - U n a v e z n o m ­
b ra d o n o p u e d e y a s e r d e s titu id o . E n r e a lid a d n o t i e ­
ne « d e r e c h o s » , p e r o s í la r a z o n a b l e e x p e c t a t i v a d e
que, d e s p u é s d e h a b e r d e s e m p e ñ a d o d u r a n t e a ñ o s
sus f u n c io n e s , se le g u a r d e n c i e r t a s c o n s id e r a c io n e s
y se le t o m e en c u e n t a in c lu s o p a r a el c a s o (c o n f r e ­
c u e n c ia m u y i m p o r t a n t e ) en q u e se t r a t e d e la e v e n ­
tual h a b ilita c ió n d e o t r o s p r iv a t d o z e n t e n . E s t a c u e s ­
tió n d e si s e d e b e h a b i l i t a r a a q u e llo s g r a d u a d o s
p r o b a d a m e n te c a p a c e s q u e lo s o l i c i t e n o se d e b e n
to m a r e n c o n s id e r a c ió n las « n e c e s id a d e s d o c e n te s »
(es d e c ir , si se d e b e c o n c e d e r u n m o n o p o l io a lo s
p r iv a t d o z e n t e n y a e n f u n c i o n e s ) c o n s ti tu y e u n p e ­
n o so d i l e m a , e s t r e c h a m e n t e c o n e c t a d o c o n e s a d o ­
ble faz d e la p r o f e s ió n a c a d é m i c a d e la q u e e n s e g u i­
d a h e m o s d e o c u p a r n o s . E n la m a y o r p a r t e d e lo s
c a s o s se o p t a p o r la s e g u n d a d e las d o s s o lu c i o n e s
a n te s m e n c i o n a d a s , lo c u a l i m p l i c a , s in e m b a r g o ,
184 E L l>O i_ÍT [C Ü V K L C T E K T tfK D

q u e el p ro fe s o r o r d in a r io in te re s a d o , p o r m u y co n ­
c ie n z u d o q u e se a , p re fie ra a sus p r o p io s d iscíp u lo s.
P a r a d e c ir lo to d o , y o p e r s o n a lm e n te h e s e g u id o el
p r in c ip io d e q u e q u ie n e s se h a n g r a d u a d o co n m ig o
tie n e n q u e h a c e r sus p r u e b a s y h a b ilita rs e c o n otro
p r o f e s o r y en o t r a u n iv e rs id a d . E l r e s u lta d o d e este
p r in c ip io h a s id o , sin e m b a r g o , el d e q u e u n o de mis
m e jo r e s d is c íp u lo s se h a v is to r e c h a z a d o e n otra
u n iv e rsid a d p o rq u e n a d ie q u e r ía c r e e r allí q u e fuera
é s ta la v e r d a d e ra r a z ó n d e q u e b u s c a r a e n ella la h a­
b ilita c ió n .
E x is te a ú n o t r a d ife r e n c ia e n tr e n u e s tro siste m a y
el a m e r ic a n o . E n tr e n o s o tr o s , p o r lo g e n e ra l, el p r i-
vatdozent tie n e q u e o c u p a r s e m e n o s d e lo q u e qui­
s ie r a d e la e x p lic a c ió n d e c la s e s. E n p r in c ip io tiene
d e r e c h o a d i c t a r c la s e s s o b re t o d o s lo s te m a s d e su
e s p e c ia lid a d , p e r o e s to s e ría c o n s id e r a d o c o m o una
in a u d ita fa lta d e c o n s id e r a c ió n p a r a c o n los do zen -
ten m ás a n tig u o s , y g e n e ra lm e n te es el titu la r quien
d ic ta las « g r a n d e s » le c c io n e s , en ta n to q u e el priva t-
d o z e n t se o c u p a d e las c u e s tio n e s s e c u n d a r ia s , l a
v en taja del s is te m a es la d e q u e , a u n q u e se a , e n p ar­
te, c o n t r a su v o lu n ta d , este u ltim o tie n e a s ílib e rta d
p a r a d e d ic a r s e al tra b a jo c ie n tífic o d u r a n te su s años
d e ju v e n tu d .
E n A m é r ic a las c o s a s s u c e d e n , e n p r in c ip io , de
m u y o t r o m o d o . C o m o r e c ib e u n su eld o , e s ju s ta ­
m e n te d u r a n te s u s p r i m e r o s a ñ o s d e p r o f e s o ra d o
c u a n d o m á s a b r u m a d o d e tr a b a jo d o c e n te se en­
c u e n t r a e l jo v e n c ie n tífic o . E n u n d e p a r t a m e n to de
LA CIENCIA COMO -VOCACION 185

G e rm a n ís tic a , p o r ejem plo, el p ro fe s o r o r d in a r io se


co n ten ta c o n d ic ta r , d ig am o s, u n c u r s o d e tre s h o ra s
se m an ales s o b re G o eth e, en ta n to q u e el jo v e n a sis­
tente se p u e d e d a r p o r m uy s a tis fe c h o si e n sus d o c e
horas se m a n a le s d e clase, a d e m á s d e e n s e ñ a r los r u ­
d im en to s d e la len gu a a le m a n a , p u e d e o c u p a r s e d e
p o etas d e la c a te g o ría de U h la n d o c o s a a sí. S o n la s
a u to rid a d e s d e la esp ecialid ad las q u e d e te r m in a n el
p ro g ra m a , y e l assistant tien e q u e c e ñ irs e a él, c o m o
entre n o s o tr o s su ce d e con lo s a s is te n te s d e los in s ti­
tutos.
P o d e m o s v e r a h o r a con c la r id a d c ó m o la re cie n te
am p liació n d e la U n iversidad p a r a a c o g e r e n su se n o
n u ev as r a m a s d e la cien cia s e e s tá h a c ie n d o e n tre
n o s o tro s sig u ie n d o p atro n es a m e r ic a n o s . L o s g r a n ­
des in st itu to s d e M ed icin a o d e C ie n c ia s se h a n c o n ­
v e rtid o en e m p re sa s de « c a p ita lis m o d e E s ta d o » . N o
p u ed en re a liz a r su labor sin m e d io s d e g r a n e n v e r­
g a d u ra, y c o n e s to se p ro d u c e e n e llo s la m is m a si­
tu ación qu e e n to d o s aquellos lu g ares e n lo s q u e in ­
te rv ie n e La e m p r e s a c a p ita lis ta : la « s e p a r a c i ó n d el
tra b a ja d o r y d e lo s m ed io s d e p r o d u c c i ó n » . E l t r a ­
bajad or, en n u e s tro caso el a s is te n te , e s tá v in c u la d o
a lo s m e d io s d e trab ajo q u e el E s ta d o p o n e a su d is­
p o s ic ió n . E n c o n s e c u e n c ia es ta n p o c o in d e p e n ­
diente fren te al d ire cto r del in stitu to c o m o el e m p le a ­
do d e u n a f á b r ic a fren te al d e é s ta , p u e s el d i r e c to r
del in s titu to p ie n sa , co n e n te r a b u en a fe, q u e é s te es
swyoi y a c tú a c o m o si e fe ctiv a m e n te lo fu e ra . S u si­
tu a c ió n es fre cu e n te m e n te ta n p r e c a r i a c o m o c u a l-
186 M. I t í L f r i C O v n . CIEMTÍFIOO u C lt íí C ! A C O M I) TO C A C IO N
187

quier otra existencia «proletaroide», como le ocurre que impera, pero la casualidad reina de un modo
tam bién al assistant de la Universidad am ericana. desacostumbrado. Apenas conozco otra carrera en
La vida universitaria alem ana se americaniza, el mundo en la que elazarjuegue unpapel semejan­
como se americaniza nuestra vida entera en puntos te: Estoy tanto m ás calificado para hablar así cuanto
m uy im portantes, y estoy convencido de que esta que yo, personalm ente, tengo que agradecerle a
evolución ha de afectar tam bién con el tiem po a ciertas casualidades puras el haber sido nombrado
aquellas disciplinas en las que, com o hoy sucede en muy joven profesor ordinario de una materia en la
gran parte con la m ía, el artesano m ism o es propie­ que otros colegas mayores que yo habían producido
tario de los medios de trabajo (esencialm ente de la paara entonces obras más importantes que la nua. En
biblioteca) del mismo modo que en el pasado era el virtud de esta experiencia, creo tener un a sensibili­
artesano propietario de su taller. La evolución se en­ dad muy aguda para percibir el inmerecido destino
cuentra en pleno desarrollo. efe muchos para los que la casualidad ha jugado y
Las ventajas técnicas de esta situación son indu­ juega en sentido contrario y que, pese a su capaci­
dables, como lo sonlas de toda empresa capitalistay dad, no llegan a ocupar el puesto que merecen por
burocratizada. El nuevo «espíritu», sin embargo, obra de este sistema de selección.
está muy alejado de la vieja atm ósfera histórica de El hecho de que el azar, y no sólo la capacidad,
las universidades alemanas. En lo interno y en lo ex­ constituya un factor determinante, no depende ex­
terno, existe un inm enso abismo entre eljefe de una clusivamente y ni siqu iera principalmente de las de­
empresa universitaria y capitalista de este género y bilidades hum anas que, naturalm ente, se hacen
el habitual profesor ordinario de viejo estilo. Esta sentir en este procedim iento de selecció n como en
diferencia afecta también a la actitud interna, aun­ cualquier otro. Sería injusto culpar a la inferioridad
que no quiero insistir más sobre esto. En lo interno personal del Ministerio de las Facultades del hecho
com o en lo externo, la vieja con stitu ción de la Uni­ indudable de que existan muchos mediocres que
versidad se ha hecho ficticia. Se ha conservado, sin ocupan puestos importantes en las universidades.
embargo, e incluso se ha intensificado, un elemento Esto es algo que depende de las l^res de la colabora­
peculiar de la c a r r e r a académ ica: la cu estió n de á ción humana, que es en este caso la colaboración de
un p riv a td o zen t o un asistente tendrán alguna vez varias corporaciones: la Facultad qu ep rop one y el
oportunidad de ocupar un puesto de profesor ordi­ Ministerio. Un fenóm eno paralelo nos ofrece la
nario o de director de un instituto sigue dependien­ elección papal, cuyos procedim ientos podemos se­
do del ^ azar. Ciertamente no es sólo la casualidad la guir a lo largo de los siglos y que constituye el más
¡88 £i_ £ O i m e o Y £ L e n ; r r r t e c o

im p o r ta n te e je m p lo c o n tro la b le d e u n a s e le c ció n de
p e r s o n a . S ó lo en c o n ta d a s o c a s io n e s se h a v isto c o ­
r o n a d o el c a r d e n a l c o n s id e r a d o c o m o « fa v o rito » .
P o r re g ia ge n e ra l ia tia r a h a id o a i q u e o c u p a b a el se­
g u n d o o t e r c e r lu g a r en el o r d e n d e p re f e re n c ia s .
O t r o ta n to o c u r r e c o n lo s p re s id e n te s d e io s E sta d o s
U n id o s . S ó lo e x c e p c io n a lm e n te c o n s í g u e l a tiom i-
n a tio n p a r ti d is ta y, desp u és> el tr iu n f o e le c to r a l el
c a n d id a to m á s n o to r io y f a m o s o ; u n a y o t r a v a n ge­
n e r a lm e n te al q u e h a c e el n ú m e r o d o s o tre s . Los
a m e r ic a n o s h a n a c u ñ a d o ya e x p r e s io n e s s o c io ló g i­
c a s té c n ic a s p a r a d e s ig n a r a e s te tip o d e h o m b re s , y
s e ría s u m a m e n te in te re s a n te b u s c a r , a p a r t i r de es­
to s e je m p lo s , las ley es d e u n a s e le c ció n o p e r a d a m e ­
d ia n te u n a v o lu n ta d c o le c tiv a . N o v a m o s a o c u p a r ­
n o s a q u í d e e s ta c u e s tió n , p e r o sí h ay q u e o b s e rv a r
q u e d ic h a s leyes tie n e n ta m b ié n v a lid e z e n lo que
r e s p e c ta a las c o r p o r a c io n e s u n iv e rs ita ria s y q u e lo
q u e p u e d e s e r m o tiv o d e a s o m b r o n o e s e l h e c h o
d e q u e h a y a e r r o r e s fre c u e n te s , s in o el d e q u e , p ese a
to d o , el n ú m e r o d e n o m b r a m ie n to s a c e r t a d o s sea
ta n elev ad o . L o q u e es se g u ro es q u e so n só lo lo s m e ­
d io c r e s a c o m o d a tic io s o lo s a r r iv ís ta s los q u e tien en
p o sib ilid a d e s d e s e r n o m b ra d o s c u a n d o e n lo s n o m ­
b ra m ie n to s in te r v ie n e , p o r m o t iv o s p o lítico s, el P a r ­
la m e n to , c o m o s u c e d e e n a lg u n o s p a ís e s , o el m o ­
n a r c a o u n d ir ig e n te r e v o l u c io n a r io , c o m o su ce d ía
a n te s y sig u e s u c e d ie n d o a h o ra e n tre n o s o tr o s .
N in g ú n p ro fe s o r u n iv e r s ita r io r e c u e r d a c o n gu s­
t ó l a s d is c u s io n e s e n t o r n o a s u n o m b r a m ie n to , Que
t * niE N C r* C o m o v o f . a c i ó n i&9

ra ra m e n te so n a g ra d a b le s, y, sin e m b a rg o , p u ed o
a se g u ra r q u e en lo s n u m ero so s c a s o s qu e m e ha sido
d ad o c o n o c e r, sin e x ce p ció n a lg u n a , e x istía la b u en a
volun ta d d e d e c i d i r p o r m o tiv o s p u r a m e n te o b je ­
tivos.
H a y q u e v e r las co sa s c o n c la rid a d . N o s o n ú n ica ­
m ente las in su ficie n cia s d e la se le cció n o p e ra d a a
trav és d e u n a d e c is ió n c o le c tiv a las q u e h a c e n tan
s u m a m e n te a z a ro s a la su e rte d e lo s d e stin o s a ca d é ­
m icos. T o d o jo v en q u e se c re a llam ad o a la profesión
a c a d é m ic a d e b e te n e r co n c ie n c ia c la ra de que la ta­
rea que le a g u a rd a tiene u n a d o b le v e rtie n te . N o le
b a s ta rá c o n e s ta r cu a lifica d o c o m o sab io , sin o que
ha de e s ta r lo ta m b ié n c o m o p ro fe so r, y estas dos
cu a lid a d e s n o se im p lican re c íp r o c a m e n te ni m u ­
ch ísim o m e n o s . U n a p e rso n a p u e d e se r un sabio e x ­
ce p cio n al y al m is m o tie m p o u n p ro fe so r d e sa stro ­
so. P ien so en la a ctiv id a d d o ce n te d e h om b res co m o
H e lm h o ltz o R a n k e , que n o so n , desde luego, ejem ­
plos ú n ic o s . Tai c o m o e s tá n o r g a n iz a d a s la s co sa s,
n u e s tra s u n iv e rs id a d e s , s o b re to d o las p e q u e ñ a s,
e s tá n e m p e ñ a d a s en u n a r id ic u la co m p e te n cia p o r
c o n s e g u ir el m a y o r n ú m e ro p osible de estu d ian tes.
Q u ie n es e x p lo ta n el alq u iler d e h ab ita cio n e s e n las
ciu d a d es u n iv e rsita ria s salud an c o n festejos al estu ­
d ian te n ú m e ro m il, pero h o n ra n d e preferen cia con
un d esfile de a n to rch a s al q u e h a ce lle g a ra dos m il el
n ú m e ro to ta l. El in g reso p ro c e d e n te de la s m a tríc u ­
las se v e c o n d ic io n a d o , h ay q u e d ecirlo fra n ca m e n ­
te , p o r el h e c h o d e q u e e s té n o c u p a d a s d e m o d o
¡90
EL P O ll^ lC O Y fcLCIEN TrfiCO

« a tr a c tiv o » las c á t e d r a s m á s p r ó x i m a s , p e r o aun


p re s c in d ie n d o d e e s to , es e v id e n te q u e el n ú e r o de
m a tr í c u la s c o n s titu y e un s ig n o d e é x ito su sce p tib le
d e e x p r e s ió n c u a n t ita ti v a , en ta n to q u e la c a lid a d
c ie n tífic a n o e s c u a n tific a b le y q u e , f r e c u e n te y n a tu -
r a ím e n te , le se a n e g a d a a lo s in n o v a d o r e s a u d a ce s.
T o d o q u e d a s u b o rd in a d o a e s ta o b s e s ió n d e la in fi­
n ita b o n d a d y v a lo r d el g r a n n ú m e r o d e e stu d ia n te s.
C u a n d o s e d ic e d e a lg u ie n q u e e s un m a l p ro fe s o r,
e s te ju ic io e q u iv a le e n la m a y o r p a r t e d e lo s c a s o s a
u n a s e n te n c ia d e m u e r te a c a d é m ic a , a u n q u e s e tra te
del m a y o r sa b io del m u n d o . P a r a c o lm o , la c u e s tió n
d e s a b e r si a lg u ie n es b u e n o m al p ro f e s o r es re s p o n ­
d id a en fu n c ió n d e la asid u id ad co n que e se a lg u ie n se
v e h o n r a d o p o r lo s s e ñ o r e s e s tu d ia n t e s , y e s b ie n
c o n o c i d o el h e c h o d e q u e la a flu e n c ia d e e s tu d ia n te s
a u n a c á t e d r a d e t e r m in a d a d e p e n d e , e n g r a d o casi
increi'b le, d e c ir c u n s ta n c ia s p u r a m e n te e x te r n a s , ta ­
les c o m o s o n el te m p e r a m e n to del p r o f e s o r o su tim ­
b re d e v o z . U n a e x p e rie n c ia m á s q u e su ficie n te y nna
s o b r ia r e fle x ió n m e h a n e n s e ñ a d o a d e s c o n f ia r p r o ­
f u n d a m e n te d é l o s c u r s o s m a s iv o s , p o r in e v ita b le s
q u e s e a n . L a d e m o c r a c i a e s tá b ie n d e n tr o d e s u p r o ­
p io á m b ito , p e r o la e d u c a c ió n c ie n t íf i c a q u e , p o r
t r a d i c i ó n , h e m o s d e p r o c u r a r en las u n iv e rs id a d e s
a le m a n a s e s u n a c u e s tió n d e a r is to c ra c ia esp iritu a l,
y s o b r e e s to n o c a b e e n g a ñ a r s e . T a m b ié n es c ie r to
q u e 1a e x p o s ic ió n d e lo s p ro b le m a s c ie n tífic o s d e tal
m o d o q u e re su lte n c o m p r e n s ib le s p a r a u n a m e n te
n o e d u c a d a , p e r o c a p a z , y é s ta lleg u e (y e s to e s p a ra
LA CUKNCJACOMO VOCACION 191

n o s o tr o s lo ú n ico d e cisiv o ) a te n e r s o b re ello s id eas


p ro p ia s es q u iz á s la m á s d ifícil d e las ta r e a s p e d a g ó ­
g ica s. N o e s , sin e m b a r g o , el n ú m e r o d e o y e n te s el
q u e d e c id e s o b r e el é x ito o el f r a c a s o d e e s te e m p e ­
ño. Y v o lv ie n d o a n u e s tro te m a , este a rte d e e n s e ñ a r
es, e n to d o c a s o , un d o n p e rs o n a l q u e n a d a tie n e q u e
ver c o n la c a lid a d c ie n tífica de u n sab io . A d ife re n c ia
de F r a n c ia n o te n e m o s n o s o tr o s , sin e m b a r g o , u n a
c o r p o r a c i ó n d e « in m o r ta le s » d e la c ie n c ia , d e ta l
m o d o q u e , s e g ú n n u e s tra tr a d ic ió n , la s u n iv e rs id a ­
des h a n d e r e s p o n d e r a la d o b le e x ig e n c ia d e la in ­
v e s tig a c ió n y d e la e n s e ñ a n z a . E l q u e la s c a p a c i d a ­
des p a r a e s ta s d o s fu n cio n e s d istin ta s se d e n u n id a s
en u n m is m o in d iv id u o es sim p le ca su a lid a d .
L a v id a a c a d é m ic a es, p o r tan to , p u ro azar. R esulta
casi im p osib le a c e p ta r la resp onsabilid ad d e a c o n s e ja r
al jo v e n q u e v ien e a p ed ir u n a o r ie n ta c ió n s o b re su
p o sib le h a b i l i t a c i ó n . Si se t r a t a d e u n ju d ío h a y
q u e resp o n d erle n a tu ra lm e n te lasciate o g n is p e m tiz a .
P ero, en c o n c ie n c ia , a cu a lq u ie r o t r o , a u n q u e n o lo
sea, h a y q u e p re g u n ta rle ta m b ié n : « ¿C re e u s te d que
p o d r á s o p o r ta r sin a m a rg a rs e y sin c o r r o m p e r s e el
que a ñ o tras añ o p a s e p o r delante d e u ste d u n a m e d io ­
c rid a d tr a s o tra ? » P o r s u p u e sto , la r e s p u e s ta q u e s e
recib e es s ie m p re la m is m a : «N atu ral e n te , y o v iv o
só lo p a r a m i v o c a c i ó n » . H e d e d e c ir , n o o b s t a n t e ,
que yo al m en o s h e co n o cid o a m u y p o ca s p erson as q u e
puedan s o p o r ta r e s to sin d a ñ o p a ra su v id a in terio r.
E r a e s to lo q u e m e p a r e c ía n e c e s a r io d e c ir s o b r e
las c o n d ic io n e s e x te r io r e s d e la v id a a c a d é m ic a .
192 BL P O L l'T C O Y EL CLENTCFlCO }93
LA Cl UNCÍ A fX J M C
>VOr, ACIÍIN

Creo, sin embargo, que lo que ustedes esperaban la ven desde fuera, sin esta pasión, sin este senti­
de m í era algo distinto; que Les hablase de la voca­ miento de que «tuvieron que pasar m ilenios antes
ción íntim a del hombre de ciencia. En la actualidad de que yo apareciera y milenios aguardaron en si­
la situación interior de la vocación científica está lencio a que yo comprobase esta hipótesis», no se
condicionada, en primer lugar, por el hecho de que tiene v ocación para la ciencia y es preferible de­
la ciencia ha entrado en un estadio de especializa- dicarse a algo distinto. Nada tien e v alor para el
ción antes desconocido y en el que se va a mantener hombre en cuanto hombre si no p u e d e hacerlo con
para siem pre. Todos los trabajos que rozan con pasión.
otras disciplinas, como los que ocasionalm ente ha­ Sucede, sin embargo, que por mucha, auténtica y
cem os y com o los que los soció lo go s tien en que profunda que sea esta pasión no es posible forzar
hacer una y otra vez, se llevan a cabo con la resignada con ella el resultado. No es más que wia condición
conciencia de que tal vez se están proporcionando al previa de lo que sí es decisivo, de la «inspiración».
especialista cuestion es útiles en las que él no caería En los círculos juveniles está hoy muy extendida la
fácilm ente desde su propia situación, pero que el idea de que la ciencia se haconvertido en una opera­
trabajo propio, como tal, ha de quedar inevitable­ ción de cáJcuJo que se lleva a efecto en los laborato­
mente muy incompleto. Sólo m ediante una estricta rios o en los archivos estadísticos con el frío enten -
especialización puede tener el trabajador científico dimiento, y no con toda el <<alma», en algo que se
ese sentimiento de plenitud, que seguramente no se produce como «en una fábrica». Frente a esta creen­
produce niás de una vez a lo largo de una vida y que cia hay que señalar, por de pronto, que parte de un
le perm ite decir: «Aquí he construido algo que du­ conocim iento erróneo de lo que ocurre en una fá­
rará». En nuestro tiem po la obra realmente impor­ brica y de lo que ocurre en un Laboratorio. Para lle­
tante y definitiva es siempre obra de especialistas. gar a producir algo valioso en uno u otro lugar es
Quien no es capaz de ponerse, por decirlo así, unas necesario que al hombre se le ocurra algo, aquello
anteojeras y persuadirse a sí mismo de que la salva­ precisamente que es adecuado. Esta ocurrencia, sin
ción de su alma depende de que pueda comprobar embargo, no puede ser forzada y no tiene nada de
esta conjetura y no otra alguna, en este preciso pa­ frío cálculo. Por supuesto que también el frío cálcu­
saje de este m anuscrito, está poco hecho para la lo es una condición previa. Ningún sociólogo, por
ciencia. Jam ás experim entará en sí m ism o lo que ejemplo, puede lamentar el tener que dedicarse du­
podríam os llam ar la «vivencia» de la ciencia. Sin rante meses, y qú zás en su vejez, a realizar opera­
estaextraña embriaguez, ridicula para todos los que ciones perfectamente triviales. Se paga el mten-
¡9 4 l-L P O L IT IC O V tL C U L V l-ÍF lC O

to d e d e s c a r g a r s e d e e s ta ta r e a c o n la a y u d a d e m e ­
d io s m e c á n i c o s , s i es q u e r e a lm e n te q u ie re s a c a rs e
a lg o d e ella, a u n q u e lo q u e se s a c a s e a c o n f re c u e n c ia
m u y p o c a c o s a . P e ro si n o se le « o c u r r e » a lg o c o n ­
c r e t o s o b r e la d i r e c c i ó n d e su c á l c u l o y, m ie n tr a s
é s te se e s tá e f e c tu a n d o , s o b re el a lc a n c e d e su s p o s i­
b le s re s u lta d o s , ni s iq u ie ra e s ta p o c a c o s a se c o n s e ­
g u i r á . S ó lo s o b r e el t e r r e n o d e u n d u r o t r a b a j o
s u r g e n o rm a lm e n te la o c u r r e n c ia , a u n q u e s e d en a l­
g u n a s e x c e p c i o n e s a e s ta r e g la g e n e r a l . L a o c u ­
r r e n c i a d e u n a f ic io n a d o p u e d e t e n e r e l m is m o o
m a y o r a lc a n c e c ie n tífic o q u e la d e u n e s p e c ia lis ta , y
a a f ic io n a d o s te n e m o s q u e a g r a d e c e r le s m u c h o s de
n u e s tr o s m e jo r e s p la n te a m ie n to s y c o n o c im ie n to s .
E l a f ic io n a d o só lo se d is tin g u e d e l e s p e c ia lis ta
(c o m o H e lm h o ltz d e c ía d e R o b e r t M a y e r) p o rq u e le
fa lta la firm e s e g u r id a d del m é to d o d e tr a b a jo y, en
c o n se cu e n cia , n o está la m a y o r p a rte d e las v eces en si­
t u a c i ó n d e a p r e c ia r y c o n t r o la r o , in clu s o , d e lle v a r
a c a b o la o c u r r e n c ia . La o c u r r e n c ia n o p u e d e su sti­
t u i r a l tr a b a jo , c o m o é s te a s u v e z n o p u e d e n i su s­
ti tu ir ni fo rz a r a la o c u r r e n c ia , c o m o n o p u e d e h a c e r­
lo t a m p o c o la p a s ió n . T ra b a jo y p a s ió n sí p u e d e n , en
c a m b io , p r o v o c a r la , s o b re to d o c u a n d o v a n u n id o s,
p e r o ella v ie n e c u a n d o q u ie r e y n o c u a n d o q u e r e ­
m o s n o s o tr o s . D e h e c h o e s p e r f e c ta m e n te c ie r to q u e
la s m e jo re s c o s a s se le o c u r r e n a u n o m ie n tr a s fum a
u n c i g a r r o e n e l s o fá , c o m o le s u c e d ía a I h e r in g , o
q u iz á s , c o m o d e sí m is m o d ic e H e lm h o ltz c o n p r e c i­
s ió n d e fís ic o , m ie n t r a s p a s e a p o r c a m i n o s e n lev e
LA CIE N C IA C O M O V O C A C IO N 195

cu e sta , o en c u a lq u ie r o t r o m o m e n to . E n t o d o c a s o
s u rg e c u a n d o m e n o s se la e s p e r a y m i e n t r a s u n o
p e n a y s e a f a n a e n la m e s a d e tr a b a jo . C la r o es q u e
ja m á s s u r g ir ía si u n o n o tu v ie ra t r a s sí e s a s h o r a s d e
p e n a r e n la m e s a d e tr a b a jo y e s a p r e o c u p a c i ó n
c o n s ta n te p o r las c u e s tio n e s a b ie rta s . S ea c o m o fu e ­
re , el tr a b a j a d o r c ie n tífico tie n e q u e t o m a r ta m b ié n
e n c u e n ta e s te a zar, c o m ú n a t o d o tr a b a jo cie n tífico ,
d e q u e la in sp ira ció n p u ed e v e n ir o n o ven ir. S e p u ed e
ser u n d e s t a c a d o tr a b a j a d o r y n o h a b e r te n id o j a ­
m ás u n a o c u r r e n c ia v alio sa. L o q u e sí c o n s titu y e u n
e r r o r g r a v e es c r e e r q u e e s to o c u r r e só lo e n la c ie n ­
c ia y q u e , p o r e je m p lo , las c o s a s s u c e d e n d e m o d o
d istin to en u n la b o ra to rio q u e en u n n e g o c io . U n c o ­
m e rc ia n te o u n g r a n in d u s tria l sin « f a n ta s ía c o m e r ­
cia l» , es d e c ir, s in o c u r r e n c ia s , sin o c u r r e n c i a s g e ­
n iales, n o p a s a r á n u n c a d e ser, e n el m e j o r d e lo s
ca so s, d e p e n d ie n te o e m p le a d o té c n ic o , y ja m á s e s ­
tr u c tu r a r á n u e v a s o r g a n iz a c io n e s . N o es, e n m o d o
alg u n o , c i e r t o q u e la in s p ir a c ió n ju e g u e m a y o r p a ­
p el e n la c ie n c ia q u e e n la s o lu c ió n d e lo s p r o b le m a s
p r á c t i c o s q u e se p la n te a n a u n e m p r e s a r io m o d e r ­
no, au n q u e la so b e rb ia de lo s cien tífico s n o lo c re a así.
Así c o m o ta m p o c o , en c o n t r a d e lo q u e su ele c r e e r ­
se, e s s u p a p e l m e n o r en la c i e n c i a q u e e n el a r t e .
E s u n a id e a in f a n til la d e q u e u n m a t e m á t i c o p u e ­
d e ll e g a r a u n r e s u l t a d o c i e n t í f i c a m e n t e v a l i o s o
tr a b a ja n d o s o b r e su m e sa c o n u n a re g la d e c á lc u lo o
c u a lq u ie r o t r o m e d io m e c á n ic o o m á q u i n a d e c a l ­
cu la r. E s e v id e n te , p o r s u p u e s to , q u e t a n t o p o r s u
Í9 6 EL P O L I T I C O Y E L C IE N T IF IC O C IEN C IA C O M O VOCACION 197

sentido como por los resultados a los que apunta, la ningún gran artista que haya hecho otra cosa que
fantasía m atemática de un Weierstrass está orienta­ servir a su arte y sólo a él. incluso en una personali­
da de modo muy distinto a la de un artista, y que dad como la de Goethe, el arte ha resultado perjudi­
una y otra son cualitativamente diferentes. Pero no cado por la libertad que el artista se tomó de querer
difieren en cuanto procesos psicológicos. Ambas hacer de su propia «vida» una obra de arte. Q ^ te ^
son embriaguez (en el sentido de la «m ama» plató­ se ponga en duda esta afirm ación, pero, en todo
nica) e «inspiración». caso, hay que ser un Goethe para poder perm itirse
El que alguien tenga inspiraciones científicas es tal libertad, y nadie me negará que hasta un hombre
cosa que depende de un destino que se nos esconde de esa categoría, de los que sólo aparecen una vez
y, además, de ciertos «dones». Sobre la base de esta cada m il años, tiene que pagar un precio por ella. Lo
verdad indudable se ha originado una actitud, muy mismo sucede en lo que respecta a la política, de la
, ¿vutc iuuü) y puj uxcü compren­ que no hemos de tratar hoy.
sibles entre la juventud, con la que se rinde a ciertos En el terreno científico es absolutamente seguro
ídolos un culto del que encontram os m uestras en que carece de «personalidad» quien se presenta en
todas las esquinas y en todos los periódicos. Estos escena como «empresario» de la causa alaque debe­
ídolos son la «personalidad» y la «vivencia». Ambos ría servir, intenta legitimarse mediante su «viven­
están estrecham ente conectados y predom ina la cia» y continuamente se pregunta: «¿Cómo podría
idea de que es la segiuida la que contribuye a formar yo demostrar que soy algo más que un simple espe­
la prim era, a cuya esencia pertenece. La gente se cialista?, ¿cómo hacer para decir algo que en su for­
atorm enta por «acumular vivencias», puesto que ma o en su fondo nadie haya dicho antes que yo?»
eso es lo que se espera de una personalidad, y si no lo Es ésta una actitud muy generalizada que indefecti­
consigue tiene que comportarse, al m enos, como si blemente empequeñece y que rebaja a aquel que tal
hubiese recibido ese don. Antes esa «vivencia» se lla­ pregunta se hace, mientras que, por el contrario, la
maba en alemán «sensación», y se tenía, me parece, entrega a una causa y sólo a ella eleva a quien así
una idea más correcta de lo que es y lo que significa obra hasta la altura y dignidad de la causa mism-a.
la«personalidad». También en este pimto ocurre Lo m ism o al científico
Distinguidos oyentes: en el cam po de la ciencia yal artista.
sólo tiene «personalidad» quien está pura y sim ple- Pero pese a la existencia de estas condiciones pre­
m t t te a l servicio d e la causa. Y no es sólo en el terre­ vias comunes tanto a nuestro trabajo com o al traba­
no científico en donde sucede así. No conocem os jo artístico, el trabajo científico está som etido a un
199 r.t p o l ít ic o y E í.rjE N T T H ic o

d e s tin o q u e lo d istin g u e p r o f u n d a m e n te d e a q u é l. El
tr a b a jo c ie n tíf ic o , e n e f e c to , e s tá in m e r s o e n la c o ­
r r ie n te d e l p r o g r e s o , m ie n tr a s q u e e n e l t e r r e n o del
a r te , p o r el c o n t r a r i o , n o c a b e h a b la r d e p r o g r e s o en
este s e n tid o . N o es c i e r t o q u e la o b r a d e a r t e d e u n a
é p o c a q u e d is p o n e d e n u e v o s m e d io s t é c n i c o s o de
c o n o c i m i e n t o s m á s p r o f u n d o s s o b r e la s le y e s d é l a
p e r s p e c tiv a e s té , s ó lo p o r e s to , p o r e n c i m a d e o tr a
o b r a p r o d u c id a e n u n a é p o c a e n la q u e n i e x is tía n
e s to s m e d io s ni se c o n o c í a n esa s le y e s, co n tcd> n a tu ­
r a lm e n te , d e q u e e s ta ú ltim a s e a m a te r ia l y f o r m a l­
m e n te ju s ta , es d e cir, c o n ta l d e q u e h a y a e le g id o y
tr a ta d o su o b je to c o m o e r a p o sib le h a c e r lo a r tís tic a ­
m e n te c a r e c ie n d o d e e s o s m e d io s y d e e s a s leyes.
U n a o b r a d e a r te q u e se a r e a lm e n te « a c a b a d a » no
s e rá n u n c a s u p e r a d a ni e n v e je c e rá ja m á s . El in d iv i­
d u o p o d r á a p r e c ia r d e m a n e r a d is tin ta la im p o r ta n ­
c ia q u e p a r a él, p e rs o n a lm e n te , tie n e e s a o b r a , p ero
n a d ie p o d r á d e c ir n u n c a d e u n a o b r a que e s té re a l­
m e n te « lo g r a d a » e n s e n tid o a r t í s t i c o , q u e h a sid o
« s u p e ra d a » p o r o t r a q u e ta m b ié n lo e sté . E n la cie n ­
c ia , p o r el c o n t r a r i o , to d o s s a b e m o s q u e lo q u e h e ­
m o s p r o d u c id o h a b rá q u e d a d o a n tic u a d o d e n tr o de
d iez o de v e in te o de c in c u e n ta a ñ o s . É s e es el d e sti­
n o y el s e n t id o d e l tr a b a jo c ie n t íf i c o y al q u e é ste , a
d ife re n c ia d e to d o s lo s d e m á s e le m e n to s d e la c u ltu ­
r a , q u e e s tá n s u je to s a la m is m a ley, e s tá s o m e tid o y
e n tr e g a d o . T o d o « lo g r o » c ie n t íf i c o im p lic a n u e v a s
« c u e s tio n e s » y h a d e s e r s u p e r a d o y h a d e en v ejecer.
T o d o e l q u e q u ie r a d e d ic a r s e a la c i e n c i a t i e n e q u e
LA C IE N C IA C O M O V O C A C IO N m

c o n t a r c o n e sto . C ie r ta m e n te e x is te n tra b a jo s c ie n ­
tífico s q u e p u e d e n g u a r d a r su im p o rta n c ia de m o d o
d u ra d e ro c o m o « in s tr u m e n to s d e g o z o » a c a u s a de
su c a lid a d a r t í s t i c a o c o m o m e d io s de p r e p a r a c ió n
p a ra el tra b a jo . E n to d o c a s o , h a y q u e re p e tir que el
ser s u p e ra d o s n e c e s a ria m e n te n o es só lo el destino de
to d o s n o s o t r o s , s in o t a m b i é n la fin a lid a d p r o p ia
de n u e s tra ta r e a c o m ú n . N o p o d e m o s tra b a ja r sin la
e s p e r a n z a d e q u e o t r o s h a n d e lle g a r m á s a llá q u e
n o s o tr o s , e n u n p r o g r e s o q u e , e n p rin cip io , n o tien e
fin. L l e g a m o s a s í al p r o b l e m a d e l s en tid o d e la
cie n c ia .
N o es f á c il de e n te n d e r , e n e f e c to , q u e algo q u e
está s o m e tid o a tal ley te n g a e n sí m is m o sen tid o y
sea e n s í m is m o c o m p re n s ib le . ¿ P o r q u é o cu p a rse de
algo q u e , e n re a lid a d , no tie n e ni p u e d e ten er n u n ca
fin? U n a p r i m e r a re s p u e s ta es la d e q u e e so se h ace
co n u n a fin a lid a d p r á c t i c a o, e n té r m in o s m ás a m ­
plios, té c n ic a : p a r a p o d e r o r ie n ta r n u e stro c o m p o r­
ta m ie n to p r á c t i c o e n f u n c ió n d e las e x p e cta tiv a s
q u e la e x p e r ie n c i a c ie n tífic a n o s o frece. E s ta re s ­
p u e sta es c o r r e c t a , p e ro s ó lo tie n e se n tid o p a r a el
h o m b re p r á c t i c o . ¿ C u á l es, sin e m b a rg o , la actitu d
ín tim a d el h o m b r e d e c ie n c ia r e s p e c to d e su p rofe­
sió n ? E n el c a s o , n a tu r a lm e n te , d e q u e se o cu p e de
ello. A firm a q u e c u ltiv a la c ie n c ia « p o r sí m ism a» y
n o p o r q u e o t r o s c o n s ig a n c o n ella é x ito s técnicos o
e c o n ó m ic o s , o p u e d a n a lim e n ta rs e , vestirse, alu m ­
b ra rs e o g o b e r n a r s e m e jo r . ¿ P e r o e n q u é sen tid o
c re e él qu e tie n e q u e e n tre g a rs e a e r e a r alg o d estin a-
200
EL (lO L IlIC O V £ 1 CIENTÍFICO

d o in d e fe ctib le m e n te a en v e je ce r, s u m e rg irs e e n esta


e m p r e s a d iv id id a en p a r c e la s e s p e c ia liz a d a s y c a ­
r e n te d e té r m i n o fin al? L a r e s p u e s ta a e s ta c u e s tió n
e x ig e a lg u n a s c o n s id e r a c io n e s d e o r d e n g e n e ra L
E l p r o g r e s o c ie n tíf ic o c o n s ti tu y e u n a p a r t e , la
m á s i m p o r t a n t e , d e e s e p r o c e s o d e ín te le c tu a liz a -
c ió n al q u e , d e s d e h a c e m ile n io s , e s ta m o s s o m e tid o s
y f r e n te al cu al, p o r lo d e m á s , se a d o p ta h o y f f e c u e n -
te m e n te u n a a c titu d e x tr a o r d in a r i a m e n te n e g a tiv a .
T ra te m o s d e v e r c la r a m e n te , p o r d e p r o n to , qué es
lo q u e sig n ifica d e s d e el p u n to d e v is ta p r á c t i c o e s ta
li^rHón intelectual!
c ie n c ia y d e la t é c n i c a c ie n t íf i c a m e n t e o r ie n ta d a .
¿S ig n ifica , q u iz á s , q u e h o y c a d a u n o d e lo s q u e e s ta ­
m o s e n e s ta s a la tie n e u n c o n o c i m i e n to d e su s p r o ­
p ias c o n d ic io n e s d e v id a m á s c la r o q u e el q u e d e las
s u y a s te n ía u n in d io o un h o te n to te ? D ifíc ilm e n te
s e r á e s o v e r d a d , A n o s e r q u e s e t r a t e d e u n fís ic o ,
q u ie n v ia ja e n tr a n v ía n o te n d r á s e g u r a m e n te ni
id e a de c ó m o y p o r q u é a q u e llo se m u e v e . A d e m á s ,
t a m p o c o n e c e s ita s a b e rlo . L e b a s ta c o n p o d e r « c o n ­
ta r» c o n el c o m p o r t a m i e n t o d e l tr a n v ía y o r ie n ta r
a s í su p ro p ia c o n d u c t a , p e r o n o s a b e c ó m o h a c e r
tr a n v ía s q u e fu n c io n e n . E l sa lv a je s a b e m u c h ís im o
m á s a c e r c a d e su s p ro p io s in s t r u m e n to s . Si s e t r a t a
d e g a s t a r d i n e r o , p o d r ía a p o s t a r a q u e , a u n q u e se
e n c u e n tr e n e n e s ta s a la a lg u n o s e c o n o m i s t a s , o b ­
te n d r ía m o s ta n ta s re s p u e s ta s d is tin ta s c o m o su je to s
in te r r o g a d o s si s e n o s o c u r r i e r a p r e g u n ta r p o r q u é
c o n u n a m is m a c a n tid a d d e d i n e r o p o d e m o s c o m -
201
L A C tf N C ÍA C O M O V O C ACION

p ra r, s e g ú n tas ocasiones* c a n tid a d e s m uy distintas


de la m is m a c o s a . El salvaje, p o r e l c o n tra rio , sabe
m u y b ien c ó m o c o n s e g u ir s u a lim e n to cotidiano y
cu á le s s o n las in stitu cio n es q u e le ay u d an p a ra eso.
La in telectu alizació n y r a c io n a liz a c ió n crecientes no
sig n ifica n , p u es, un c re c ie n te c o n o c im ie n to general
d e las co n d ic io n e s gen erales d e n u e stra vida. Su sig­
n ifica d o es m u y d istin to ; sig n ifica n q u e se sabe o se
c re e q u e e n cu a lq u ie r m o m e n to e n qu e se quiera se
p u e d e lle g a r a s a b e r q u e, p o r ta n to , n o existen en
to r n o a n u e s tr a v id a p o d e r e s o c u lto s e im previsi­
b les, s in o q u e , p o r el c o n t r a r io , to d o pu ede ser d o ­
m in a d o m e d ia n te e lc á lc u lo y la p re v is ió n . Esto quie­
re d e c ir sim p lem en te q u e se h a ex clu id o lo m ágico
del m u n d o . A diferen cia del salv aje, p a ra quien tales
p o d e re s e x is te n , n o s o tr o s n o te n e m o s que recu rrir
ya a m e d io s m á g ic o s p a r a c o n t r o la r los espíritus o
m o v e rlo s a p ied ad . E sto es c o s a q u e se logra m erced
a lo s m e d io s té cn ico s y a la p re v is ió n . Tal es, esen­
c ia lm e n te , el sign ificad o d e la in telectu alización -
A h o ra b ie n , cab e p re g u n ta rs e si to d o este proce­
so d e d e s m a g if ic a c ió n , p r o lo n g a d o d u ra n te mile­
n ios e n la c u ltu ra o c c id e n ta l, si to d o este «progreso»
e n el q u e la c ie n c ia se in s e r ta c o m o elem en to inte­
g ra n te y fu e rz a p ro p u lso ra , tie n e a lg ú n sentido que
tr a s c ie n d a d e l o p u ra m e n te p r á c tic o y técn ico . Este
p r o b le m a está p lan tead o d e m a n e r a e je m p la r e n la
o b ra d e l>eón Tolstoi, q u ien lleg a a é l p o r un cam in o
p e c u lia r. Su m e d ita c ió n s e v a c e n tr a n d o c a d a
m ás e n u n a so la cuestión» Ia d e si la m u e rte co n sd tu -
20 2 e l p o u t i c o v £ r .c r p w r in c o

y e o n o u n f e n ó m e n o c o n s e n tid o . Su r e s p u e s ta es
q u e p a r a el h o m b r e c u lto la m u e r te no tie n e sen tid o .
L a v id a in d iv id u a l c iv iliz a d a , in s ta la d a en el « p r o -
g r e s o » , en lo in fin ito , es in c a p a z , s e g ú n su p ro p io
s e n tid o , d e té r m i n o a lg u n o . S ie m p re h a y u n p r o g re ­
so m á s a llá d e lo ya c o n s e g u id o , y n in g ú n m o r ta l
p u e d e lle g a r a las c im a s s itu a d a s en el in fin ito . A b ra -
h a m o c u a lq u ie r c a m p e s i n o d e lo s v ie jo s tie m p o s
m o r ía « v ie jo y s a c ia d o d e v iv ir» p o rq u e e s ta b a d e n ­
tr o del c ír c u lo o r g á n ic o d e la v id a ; p o rq u e , d e a c u e r ­
d o c o n s u s e n tid o in m a n e n te , su v id a le h a b ía ya
d a d o a l t é r m i n o d e s u s d ía s c u a n t o la v id a p o d ía
o f r e c e r ; p o r q u e n o q u e d a b a a n te él n in g ú n e n ig m a
q u e q u is ie r a d e s c if r a r y p o d ía así s e n tirs e « sa tisfe ­
c h o » . P o r el c o n t r a r i o , un h o m b re civ iliz a d o , in m e r­
so en u n m u n d o q u e c o n s ta n te m e n te se e n riq u e c e
c o n n u e v o s s a b e re s , id eas y p r o b le m a s , p u e d e s e n ­
tirs e « c a n s a d o d e v iv ir » , p e r o n o « s a c ia d o » . N u n ca
h a b rá p o d id o c a p ta r m á s q u e u n a p o r c i ó n m ín im a
d e lo que la v id a del e s p ír itu c o n t in u a m e n te a lu m ­
b r a , q u e s e rá , a d e m á s , alg o p r o v is io n a l, ja m á s d e fi­
n itiv o . L a m u e r te re su lta a s í p a r a él u n h e c h o sin
s e n tid o . Y c o m o la m u e r te c a r e c e d e s e n tid o , n o lo
tie n e ta m p o c o la c u ltu r a e n c u a n t o ta l, q u e es ju s ta ­
m e n te la q u e c o n su in s e n s a ta « p r o g re s iv id a d » p riv a
d e s e n tid o a la m u e r te . E n to d a s s u s n o v e la s ta rd ía s
s e rep ite e s ta n o ta f u n d a m e n ta l d el a r t e d e T olstoi-
¿ Q u é p e n s a r d e to d o esto ? ¿T ien e el « p r o g re s o » en
c u a n t o tal u n s e n tid o c o g n o s c ib le q u e v a y a m á s allá
d e lo p u r a m e n te té c n ic o , d e tal m o d o q u e s u s e rv í-
t_A CIENCIA C O M O V O C A C IO N 203

c ío c o n s titu y e u n a v o c a c i ó n s ig n if ic a tiv a ? E s im ­
p re scin d ib le p la n te a r e s ta c u e s tió n . E l p r o b le m a y a
n o es a sí s ó lo el d e la v o c a c i ó n d e l c ie n tíf ic o , el del
s ig n ific a d o q u e la c ie n c ia tie n e p a r a q u ie n a ella se
e n tre g a . Se tr a ta y a d e o t r a c o s a , d e d e te r m in a r q u é
es la v o c a c ió n c ie n tífic a d e n tr o d e la v id a to d a de la
h u m a n id a d y c u á l es su v a lo r.
E s in cre íb le la d ife re n c ia q u e e n e s te p u n to e x iste
e n tre el p a s a d o y el p r e s e n te . R e c u e r d e n u sted es el
m a ra v illo so c u a d r o q u e se n o s d e s c r ib e al co m ie n z o
del L ib r o S é p tim o d e la R e p ú b lic a d e P la tó n : U n
g r u p o d e h o m b r e s se e n c u e n t r a n e n c a d e n a d o s en
una c a v e r n a , c o n lo s r o s tr o s d irig id o s a la p ared del
fo n d o y v o lv ie n d o las e s p a ld a s a la lu z , d e tal m o d o
que s ó lo p u e d e n v e r las s o m b r a s q u e d a n z a n en la
p a re d y tr a t a r d e a v e rig u a r la r e la c ió n q u e e n tre ellas
e x iste. U n o d e ellos lo g ra , al fin , r o m p e r la s c a d e ñ a s ,
se v u e lv e y m ir a h a c ia el sol. C e g a d o , se m u e v e a
tien tas y c u e n ta b a lb u c ie n te lo q u e ve. L o s d e m á s le
lla m a n lo c o , p e r o , p o c o a p o c o , el lib e ra d o a p re n d e
a v er en la luz y a s u tn e e n to n c e s la ta r e a d e d e s c e n ­
d e r h a s ta d o n d e sus c o m p a ñ e r o s q u e d a r o n p a r a l i ­
b ra rlo s de su s c a d e n a s y c o n d u c ir lo s a ella. E ste es el
filósofo, y la lu z d el s o l es la v e rd a d d e la c ie n c ia , q u e
n o b u s c a a p a r ie n c ia s y s o m b r a s , s in o el v e r d a d e ro
ser.
¿Q u ién tie n e h o y u n a a c titu d s e m e ja n te fren te a la
c ie n c ia ? E i s e n tim ie n to h o y p r e d o m in a n te , e s p e c ia l­
m e n te e n tr e la ju v e n tu d , es m á s b ie n el c o n t r a r io .
L as c o n s t r u c c i o n e s in te le c tu a le s d e la c ie n c ia s o n
2(H F X P O L f n e o Y E t C I K N T Í Í TCO

h o y p a r a los jó v e n e s un re in o u ltr a te r r e n o d e a r tif i­


c io sa s a b s tra c c io n e s q u e tr a ta n d e a f e r r a r e n su s p á li­
d a s m a n o s la s a n g re y la sa v ia d e la v id a re a l sin c o n ­
s e g u ir lo j a m á s . E s aquí» e n la v i d a , e n lo q u e p a r a
P la tó n n o e r a s in o u n ju e g o d e s o m b r a s e n la p a r e d ,
e n d o n d e la te la v e r d a d e ra re a lid a d . T o d o lo d e m á s
n o s o n sin o fa n ta s m a s v a c ío s d e s v ia d o s d e la re a li­
d a d . ¿ C ó m o p u d o lle g a r a p r o d u c ir s e e s te c a m b io ?
El a p a s io n a d o e n tu s ia s m o d e P la tó n e n la R e p ú b lica
se e x p lic a , en ú ltim o té r m in o , p o r el d e s c u b rim ie n to
r e c ie n te d e u n o d e lo s m a y o re s in s tr u m e n to s del c o ­
n o c i m i e n t o c ie n tífic o * d e l c o n c e p t o : F u e S ó c r a te s
q u ien d e s c u b r ió su a lc a n c e , a u n q u e n o s e a é l e l ú n i­
c o d e s c u b r id o r d el c o n c e p to . Ya e n la I n d ia p u e d e n
e n c o n tr a r s e e le m e n to s ló g ic o s m u y s e m e ja n te s a los
d e A ris tó te le s. E n n in g ú n s itio fu e ra d e G re c ia se tie ­
n e , sin e m b a r g o , c o n c ie n c ia d e su im p o r ta n c ia . Fu e
o iiícji u u n u e p o r vez p i i m e t a l u e v is to c o m o u n in s ­
tr u m e n t o u tiliz a b le , m e r c e d a l c u a l p u e d e c o lo c a r s e
a c u a lq u ie r p e r s o n a e n el to r n o de la ló g ic a y n o p e r ­
m itir le e s c a p a r d e él a m e n o s q u e c o n f ie s e , o b ie n
q u e n o s a b e n a d a , o b ien q u e é s ta y n o o t r a a Ig u n a es
la v e r d a d e t e r n a q u e , a d if e r e n c ia d e la s a c c io n e s e
im p u ls o s d e los h o m b re s c ie g o s , n o h a d e p a s a r j a ­
m á s . É s ta fu e la in a u d ita v iv e n c ia d e lo s d is c íp u lo s
d e S ó c r a te s . D e e lla p a r e c ía n e c e s a r i a m e n t e d e d u ­
c ir s e q u e u n a v ez q u e se h u b iese e n c o n t r a d o el c o n ­
c e p to d e lo b ello, d e lo b u e n o , d e la b r a v u r a , d e l a lm a
o d e c u a lq u ie r o t r a c o s a , ta m b ié n p o d r ía e n c o n t r a r ­
se su v e r d a d e r o ser, q u e d a n d o a sí a b ie r to el c a m i n o
LACIBNClA OUMO W C A C IÓ N 20.S

que p e r m itir ía e n s e ñ a r y a p r e n d e r c u á l es d m odo


ju s to d e c o m p o r ta r s e en la v id a y, s o b re to d o , de
c o m p o r ta r s e c o m o ciu d ad an o . P a ra el h elen o, cuyo
p e n s a m ie n to es ra d icalm en te p o lític o , to d o depen­
d e, e n e fe cto , d e esta ú ltim a c u e s tió n d e cisiv a , cuya
in v e s tig a c ió n co n stitu y e el s e n tid o m á s h o n d o de la
c ie n c ia .
Ju n to a e s te d e sc u b rim ie n to d e l e s p íritu helénico
a p a r e c e , c o m o fru to del R e n a c im ie n to , el segun do
g r a n i n s t r u m e n to del tra b a jo c ie n tífic o : el e x p e ri­
m e n to r a c i o n a l c o m o m e d io d e u n a e x p e rie n cia
c o n tro la d a y d ig n a de co n fia n z a , sin la c u a l n o sería
p o sib le la c ie n c ia em p írica a c tu a l. T am b ién ya antes
de e s ta é p o c a se había e x p e rim e n ta d o . Se habían
e fe ctu a d o , p o r ejem p lo, e x p e rim e n to s p sicológicos
en la In d ia al serv icio de la té c n ic a ascét ica del yoga, y
e x p e rim e n to s m a te m á tico s ta n to e n G recia co m o en
la E u r o p a m e d iev al, allí c o n fin alid ad es de técn ica
m ilitar y aq u í p a r a la e x p lo ta c ió n d e m in as. L a eleva­
c ió n del e x p e rim e n to co m o tal a p rin cip io d é la inves­
tig a ció n es, sin em b arg o , o b ra del R en acim ien to. Los
p io n e ro s d e e s ta nueva se n d a son los p rim e ro s g ran ­
des artistas m odernos* L e o n a rd o y sus p ares, pero so ­
b re t o d o y m u y c a r a c t e r i z a d a m e n t e lo s m ú sico s
e x p e r im e n ta le s del siglo x v i , c o n su cla v ico rd io de
p ru e b a s. D e ello s la e x p e rim e n ta c ió n p a só a la cien­
c ia , e s p e c ia lm e n te p o r o b r a d e GalíleOi a l a teo ría, a
tra v é s d e B a c o n , y m ás ta rd e a c a d a u n a d e las disci­
p lin as c ie n tífic a s singulares e n las u n iversid ad es del
c o n tin e n te , s o b re todo las italian as y las ho lan d esas.
206 KL P O i.m C O Y E j,C T tN T ÍF l¿U

¿Q u é s ig n ific a d o te n ía la c ie n c ia p a r a e s to s h o m ­
b r e s s itu a d o s en las f r o n te r a s d e la m o d e r n i d a d ?
P a r a lo s a r tis ta s e x p e r im e n ta le s d e l tip o d e L e o n a r ­
d o y d e lo s in n o v a d o r e s m u s ic a le s , 1a c ie n c ia sig n ifi­
c a b a el c a m i n o h a c ia d a r t e v e r d a d e r o , q u e p a r a
e llo s e r a ta m b ié n el d e la v e r d a d e r a n a tu ra le z a . H a ­
b ía q u e e le v a r el a r t e a la c a t e g o r í a d e la c i e n c i a , y
e s to s ig n ific a b a s o b r e to d o q u e , p o r su r a n g o s o c ia l
y el s e n tid o d e su v i d a , el a r tis ta te n ía q u e s e r e q u i­
p a r a d o c o n d d o c t o r . É s ta es la a m b ic ió n q u e y a c e
en e l fo n d o d el T ra ta d o d é l a P in t u r a d e L e o n a r d o .
¿ P o d r ía m o s d e c i r h o y q u e la c ie n c ia e s e l « c a m i n o
h a c í a l a n a tu ra le z a » ? E s to s o n a r ía c o m o u n a b la sfe ­
m ia en lo s o í d o s d e la ju v e n tu d . H o y se t r a t a m á s
b ien d e lo c o n t r a r io , d e lib e ra rs e d e l in te le c tu a lis m o
c ie n tífico p a r a v o lv e r h a c ia n u e s tr a p r o p ia n a tu r a le ­
z a y, a tr a v é s d e e lla , h a c ia la n a tu r a le z a en g e n e ra l.
¿El c a m i n o q u e lle v a a l a r te p le n o ? E s ta a f ir m a c ió n
ni s iq u ie ra r e q u ie r e c r í t i c a . P e r o e s q u e en el m o ­
m e n to d el n a c im ie n to d e las c ie n c ia s e x a c t a s d e la
n a t u r a le z a to d a v ía s e e s p e r a b a m á s d e e lla s. Si re ­
c u e r d a n la fra s e d e S w a m m e rd a m (« a q u í, en la a n a ­
t o m í a d e u n p io jo , le s tr a i g o u n a p r u e b a d e la P r o ­
v i d e n c i a d i v i n a » ) , v e r á n u s te d e s q u e el tr a b a jo
c ie n t íf i c o , in d i r e c t a m e n t e in f lu e n c ia d o p o r e l p r o ­
te s ta n tis m o y d p u r i ta n i s m o , se c o n s id e r a b a a sí
m is m o en a q u e l tie m p o c o m o d c a m i n o h a c i a D io s,
E s é s ta u n a a c titu d q u e n o c o m p a r t e n y a lo s filó s o ­
fo s d e su tie m p o , c o n su s c o n c e p t o s y d e d u c c io n e s .
T o d a la te o lo g ía p ie tis ta d e e s a é p o c a , e s p e c ia lm e n te
lA C I R X C lA CO M O V O C A C IO N 207

S p en er, s a b ía y a q u e n o e ra p o s ib le e n c o n t r a r a
D io s p o r e s e c a m in o , q u e e r a d s e g u id o d u r a n te la
E d a d M e d ia . D io s e s t á e s c o n d id o , sus c a m i n o s n o
so n n u e stro s c a m in o s n i su s p e n s a m ie n to s lo s n u es­
tro s . En las c ie n c ia s e x a c ta s de la n a tu r a le z a , sin e m ­
b a rg o , en d o n d e s u s o b r a s p o d ía n c a p t a r s e f ís ic a ­
m e n te , s e e s p e r a b a p o d e r h a lla r las h u e lla s d e su s
p r o p ó s ito s r e s p e c to d el m u n d o . ¿Q u é e s lo q u e h o y
s u c e d e ? E x c e p to a lg u n o d e e s o s n iñ o s g r a n d e s q u e
fre c u e n te m e n te s e m u ev en en el m u n d o d é l a s c ie n ­
cias n a tu ra le s , ¿q u ié n c r e e to d a v ía h o y q u e lo s c o n o ­
c im ie n to s a s t r o n ó m i c o s , b io ló g ic o s , fís ico s o q u í­
m ic o s p u e d e n e n s e ñ a r n o s alg o s o b re e l s e n tid o d el
m u n d o o siq u iera s o b re d c a m in o p o r el q u e p u e d e n
h a lla rse in d ic io s de ese s e n tid o , en el s u p u e s to de
que e x is ta ? Si tales c o n o c im ie n to s tie n e n a lg ú n e fe c ­
to es m á s bien e l d e s e c a r d e r a íz la fe e n q u e e x is te
alg o q u e p u e d a s e r lla m a d o « s e n tid o » del m u n d o .
¿L a c ie n c ia c a m in o h a cia D ios? ¿ C a m in o h a c ia D io s
ese p o d e r e s p e c ífic a m e n te a je n o a la d iv in id a d ? Q u e
se lo c o n fie s e o n o , n a d ie p u e d e te n e r h o y d u d a s e n
el fo n d o de su s e r de q u e la c ie n c ia es a je n a a la id ea
d e D io s. L a e m a n c ip a c ió n r e s p e c to del r a c i o n a l is ­
m o y e l in te le c tu a lis m o de la c ie n c ia c o n s titu y e la
p re m is a fu n d a m e n ta l p a r a v iv ir en c o m u n id a d co n
lo d iv in o . E s ta e x p re s ió n u o t r a sen sib le m e n te a n á lo ­
g a es u n o d e lo s e n u n c ia d o s f u n d a m e n ta le s q u e
b ro ta d el s e n tim ie n to d e n u e s tra ju v e n tu d re lig io sa
o de a q u e lla p a r te d e n u e s tra ju v e n tu d q u e a s p ir a a
te n e r u n a v iv e n c ia re lig io sa . L o q u e le in te re s a n o es,
208 í i PO LÍT ÍC O V F-l-CIENTIFICO

p o r lo d e m á s , la v iv e n c ia r e lig io s a , s in o la v iv e n c ia
en g e n e ra l. L o q u e sí es e x t r a ñ o e s el c a m i n o que
p a r a ello se t o m a y q u e c o n s is te , en d e fin itiv a , en
e le v a r a la c o n c ie n c ia y c o l o c a r b a jo la lu p a d e la r a ­
z ó n lo ú n ic o q u e h a s ta a h o r a n o se h a b ía v is to a fe c­
ta d o p o r e l in te le c tu a lis m o , la e s fe ra d é l o ir ra c io n a l.
E s to es lo q u e e n la p r á c t i c a e s tá a c o n te c ie n d o c o n el
m o d e r n o r o m a n tic is m o in te le c tu a l d e lo ir ra c io n a l.
E l c a m i n o p a r a lib e r a r s e d el in te le c tu a lis m o lleva
ju s ta m e n te al p u n to o p u e s to d e a q u e l q u e se p r o p o ­
n ían a lc a n z a r q u ie n e s lo e m p r e n d ie ro n .
T ra s la a n iq u ila d o ra c r ític a n ie tz s c h e a n a d e a q u e ­
llo s « ú ltim o s h o m b r e s » q u e « h a b ía n e n c o n tr a d o la
fe lic id a d » , p u e d o d e ja r d e la d o el in g e n u o o p tim is ­
m o q u e festejab a en la c ie n c ia , e s d e c ir , e n la té c n ic a
c ie n tíf ic a m e n te f u n d a m e n ta d a , el c a m i n o h a c ia la
•"^licidnd» ¿O u ié n c re e h o y d ía e n e s o , si se e x c e p ­
tú a n a lg u n o s n iñ o s g r a n d e s d e ios q u e p u e b la n las
c á te d r a s o las salas d e r e d a c c ió n d e lo s p e r ió d ic o s ?
V o lv a m o s a trá s. D a d o s e s to s s u p u e s to s y te n ie n ­
d o e n c u e n t a q u e , c o m o a c a b a m o s d e d e c ir , h an
n a u f r a g a d o y a to d a s e s a s ilu s io n e s q u e v e ía n e n la
c ie n c ia el c a m in o « h a c ia el v e r d a d e ro s e r» , « h a c ia el
a r te v e r d a d e r o » , « h a c ia la v e r d a d e r a n a tu r a le z a » ,
« h a c ia el v e r d a d e ro D io s » , « h a c ía l a fe licid a d v e r d a ­
d e r a » , ¿ c u á l es el s e n tid o q u e h o y tie n e la c ie n c ia
c o m o v o c a c ió n ? L a re s p u e s ta m á s s im p le e s la q u e
T o ls to i h a d a d o c o n la s s ig u ie n te s p a la b r a s : « L a
c ie n c ia c a r e c e d e s e n tid o p u e s to q u e n o tie n e r e s ­
p u e s ta p a r a la s ú n ic a s c u e s tio n e s q u e n o s im p o r ta n ,
LA O E N C lA COMIO VOCACIÓN 209

las d e q u é d e b e m o s h acer y c ó m o d e b e m o s v iv ir» .


D ifícilm en te p o d r ía d isc u tirs e el h e c h o d e q u e , e fe c­
tiv a m e n te , n o re sp o n d e a e s ta s c u e s tio n e s . E l p r o ­
b lem a e stá, sin em b arg o , en e l s e n tid o e n q u e p u e d e
d e c irs e q u e n o o fre c e « n in g u n a » r e s p u e s ta , y e n si
ta l vez, a falta d e resp u esta, la c ie n c ia n o c o n trib u y e ,
e n c a m b io , a p la n te a r a d e c u a d a m e n t e e s ta s c u e s ­
tio n es.
H oy en d ía se su ele h a b la r c o n f r e c u e n c ia d e u n a
c ie n c ia « s in su p u e sto s p r e v io s » . ¿ E x is te ta i c o s a ?
T o d o d e p e n d e , desde lu ego, d el s e n tid o q u e se d é a
esta e x p re s ió n . Todo tra b a jo c ie n tífico tie n e sie m p re
c o m o p re s u p u e sto la v alid ez d e la L ó g ic a y d e la M e­
to d o lo g ía , q u e so n lo s f u n d a m e n to s g e n e ra le s de
n u e s tr a o r ie n ta c ió n en el m u n d o . E s to s s u p u e s to s
n o s u s c ita n g r a n d e s p r o b le m a s , al m e n o s e n lo q u e
to ca a las c u e s tio n e s q u e a h o ra n o s o c u p a n . Sin e m ­
b argo, to d o tra b a jo cie n tífico ti e n e a ú n o t r o su p u e s­
to n e c e s a rio , el d e q u e el re su lta d o q u e c o n él se in ­
tenta o b te n e r e s « im p o rta n te » , en e l s e n tid o d e q u e
es « d ig n o de s e r sabido». C o n este s u p u e sto v u e lv e n
e v id e n te m e n te a p la n te á rse n o s to d o s n u e s tro s p r o ­
b lem as, p u e s él n o es a su v e z c ie n tífic a m e n te d e ­
m o strab le. S ó lo cab e in terp reta rlo d e a c u e r d o c o n su
sen tid o ú ltim o y a ce p ta rlo o re c h a z a rlo , se g ú n c u a l
sea la a c titu d de cad a u n o fren te a la v id a .
L a r e la c ió n del tra b a jo c ie n tíf ic o c o n e s to s su ­
p u esto s p r e v io s es, a d e m á s , m u y d is tin ta s e g ú n la
e s tr u c tu r a de las diferentes c ie n c ia s . L a s c ie n c ia s n a ­
tu rales, c o m o la Física, la Q u ím ic a o la A s tro n o m ía ,
T
210 t: fOLMlCOY L,J\(JENCI,¡\COMQ 211

presuponen com o algo evidente por sí m ism o que ta. LaM edicina no se pregunta si la vida es digna de
Las leyes que estas ciencias Jogran constru ir acerca ser vivida o cuándo lo deja de ser. Todas las ciencias
del acontecer cósmico son dignas de ser conocidas. de la naturaleza responden a la pregunta de qué de­
Y esto no sólo porque con estos conocim ientos pue­ bemos hacer si querem os dom inar técnicam en te la
den conseguirse éxitos técnicos, sino tam bién en vida. l a s cuestiones previas de si debemos y, en el
quien Las cultiva por «vocación», «por el co n o ci­ fondo, queremos conseguir este dominio y sita l do-
miento m ism o». Este supuesto no es en sí m ism o mífiio tiene verdaderamente sentido son dejadas de
demostrable, asícom o tampoco puede dem on strarse lado o, sim plem ente, son respondidas ^ c ativa­
que sea digno de existir el mundo que tales leyes mente de antemano. Pensemos ahora en una disci­
describen, que ese mundo tenga un sentido y que plina distinta, como es la Ciencia del Arte. La estéti­
tenga sentido vivir en él. Por esto las ciencias de ia ca parte del hecho de que existen obras de arte y
naturaleza no se plantean estas cuestiones. Pense­ trata de averiguar en qué condiciones se produce
mos ahora, por ejemplo, en una ciencia tan alta­ este hecho. No se plantea, sin embargo, el problema
mente desarrollada desde el punto de vista científi­ de si el reino del arte no es, quizás, un reino de la
co com o es La Medicina moderna. El «presupuesto» m agnificencia diabólica, un reino de este mundo
general de la tarea médica es, expresado en sus tér­ que es por eso mismo, en su más profundo sentido,
minos más simples, el de que hay que conservar la un reino enemigo de Dios y, en cuanto a su espíritu
vida como tal y hay que dism inuir cuanto se pueda profundamente aristocrático, enemigo también de
el sufrimiento. Se trata de un supuesto muy proble­ la fraternidad entre los hombres. Por esto la estética
mático. El médico, gracias a sus recursos, mantiene no se pregunta si d eb en existir o no obras de arte.
vivo al en fermo incurable aunque éste Le suplique Otro tanto ocurre con la jurisprudencia, que se limi­
que lo Libere de la vida, aunque los parientes, para ta a constatar lo que es válido según las reglas del
qwenes esa vida carece ya de valor, que quieren ver­ pensamiento jurídico, en parte estrictamente lógico
la liberada del dolor o que no pueden soportar los y en parte vinculado por unos esquemas convenci o­
costos que implica el m antenerla (puede tratarse, nalmente construidos. Su función es la de determi­
por ejemplo, de un loco paupérrimo), estén desean­ nar cu á n d o son obligatorias determinadas normas
do consciente o inconscientemente, y no sin razón, jurídicas y determinados m étodos para su interpre­
lam uerte del enfermo. Sólo elC ódigo Penal y lossu- tación. No responde, en cam bio, a la cuestión de si
puestos sobre los que la M edicina se asienta impi­ debe existir el Derecho o de si deben establecerse
den que el médico se aparte de esta linea de conduc- precisamente esas normas y no otras; sólo puede in-
212 213
RL P O l .m C O V E I , C E EN T ÍFItíO LA C LE N C tA C O M O ^ ^ 3 OS

dicar que si quiere obtenerse tal fin, el medio apro­ Foerster, de quien tan alejado estoy, sin enibargo^en
piado para alcanzarlo, de acuerdo con las reglas de cuanto a opiniones. Pero tampoco han de hacer po­
nuestro pensam iento jurídico, es tal o cual norma. lítica en las aulas los profesores, especialmente Y
O piensen ustedes, por último, en las ciencias histó­ menos que nunca cuando han de ocuparse de laPo-
ricas. Enseñan a com prender los fenóm enos polí­ lítica desde el punto de vista científico. Las tomas de
ticos, artístico s, literario s y so ciales teniendo en po sición política y el análisis científico d elos feft<>
cuenta las circunstancias de su aparición, pero no menos y de los partidos políticos son dos cosas bien
tienen respuesta para la cuestión de si tales fenóme­ distmtas. Si se habla de democracia en una asamblea
nos d ebieron o d eben existir, o si vale la pena moles­ po pular no es para hacer secreto de la propia acti­
tarse en conocerlos. Da pnr supuesto quf> existe tud; precisamente lo moralmente obligatorio estPor
interes en participar, m ediante este conocim iento, el contrario, el tomar partido. Las palabras f n-
en la com unidad de los «hom bres cultos», pero es tonces se utilizan no son instrum ento de añiláis
. incapaz de probar esto «científicam ente» ante na­ científico, sino de propaganda política frente a los
die. El hecho de tojnar como supuesto la existencia demás. No son rejas de arado para Hb rar el terreno
de ese interés no basta para hacerlo evidente por sí del pensam iento contemplativo, sino espadas par-
m ism o, cosa que, desde luego, no es en m od o al- acosar al enemigo, medios de lucha. Utilizar lapala-
i- guno... bra de este modo en un aula o en una conferencia se­
Reduzcámonos ahora a las disdplin as que yo ten­ ría, por el contrario, un sacrilegio. Cuando en estas
go más próximas, es decir, a la Sociología, la Histo­ ocasiones haya que referirse a la «democracia^ ha­
ria, la Econom ía, la Teoría del Estado y esa especie brá que presentar sus distintas formas, al i zar su
de Filosofía de la Cultura que se propone com o tarea f uncionam iento, señalar qué consecuenca s üenen
la interpretación de todos los fenómenos de este gé­ para lavida cada una de esas formas, contraponer"
nero. Se dice, yes afirm ación que yo suscribo, que la las a las formas no democráticas de ordenacion Po“
política no tiene cabida en las aulas. En prim erlugar Utica y tratar de que, en la medida de lo posible* el
no debenhacer política los estudiantes. Yo lam enta­ auditor se coloque en situación de poder tomar P0-
ría el hecho de que los estudiantes pacifistas d eB er- sición al respecto a partir de sus propios ideales
lín arm aran un escándalo en el aula de mi antiguo cos. El verdadero maestro, no obstante, se
colega Dietricb Schafer con la misma fuerza con que muy m ucho de empujar hacia una posición
lamento el escándalo que, según par ^ * , le han orga­ minada aprovechando su labor en la cá te dr a
nizado los estudiantes a n tip a cifista s al profesor rectajnente n ia través de sugerencias, pues «el deP11
214
E l P O iJT IC O r E L C V £ N T ÍÉ -tC O

q u e lo s h e c h o s h a b le n p o r sí m is m o s » c o n s titu y e la
f o r m a m á s d e s le a l d e e je r c e r p re s ió n s o b r e el a u d i­
to rio .
¿C uál es ia r a z ó n d e q u e n o d e b a m o s h a c e r e s t o ? D e
a n t e m a n o h e d e d e c i r q u e a lg u n o s m u y e s tim a d o s
c o le g a s m ío s e n tie n d e n q u e es im p o s ib le p o n e r en
p r á c t i c a e s ta a u to lim ita c ió n y q u e a u n q u e n o lo f u e ­
r a n o s e t r a t a r í a s in o d e u n p u r o c a p r ic h o . C i e r t a ­
m e n te n o c a b e d e m o s t r a r l e a n a d ie c i e n t í f i c a m e n ­
t e d e a n t e m a n o c u á l es su d e b e r c o m o p r o f e s o r . L o
ú n ic o q u e s e le p u e d e e x ig ir es q u e te n g a 1a p ro b id a d
in te le c tu a l n e c e s a r ia p a r a c o m p r e n d e r q u e e x is te n
d o s tip o s d e p ro b le m a s p e rfe c ta m e n te h e te ro g é n e o s :
d e u n a p a r t e la c o n s t a t a c i ó n d e lo s h e c h o s , l a d e ­
t e r m i n a c ió n d e c o n te n id o s ló g ic o s o m a te m á tic o s o
d e la e s t r u c t u r a in te r n a de f e n ó m e n o s c u ltu ra le s ; de
la o t r a , la r e s p u e s ta a la p r e g u n ta p o r el v a lo r d é la .
c u l t u r a y d e su s c o n te n id o s c o n c r e t o s y, d e n t r o d e
e lla , d e cu ál d e b e s e r el c o m p o rt a m ie n to del h o m b re
e n la c o m u n id a d cu ltu ra l y e n las a s o c ia c io n e s p o lí­
tic a s . Si a lg u ie n p r e g u n ta q u e p o r q u é n o se p u e d e n
t r a t a r en el au la lo s p ro b le m a s d e e s te s e g u n d o g é n e ­
ro h a y q u e r e s p o n d e r le q u e p o r la s im p le r a z ó n d e
q u e n o e s tá en las au las el p u e s to del d e m a g o g o o del
p r o f e ta . P a r a u n o s y o t r o s h a s id o d i c h o : «Id p o r c a ­
lles y p la z a s y h a b la d a llí p ú b lic a m e n te » . E s d e c ir , v e
a llí en d o n d e s e te p u e d e h a c e r c r ític a s . E n el a u la es
el p r o f e s o r el q u e h a b la en ta n to q u e lo s o y e n te s h a n
d e c a l l a r ; p a r a h a c e r s u c a r r e r a , lo s e s tu d ia n te s e s tá n
o b lig a d o s a a s is tir a las c la s e s d e l p r o f e s o r , y e n ellas
LA VlUÍACríOPJ
215

n o se le p e r m ite a n ad ie h a c e rle c r ític a s . M e p a re ce


d e u n a a b s o lu ta falta d e re s p o n s a b ilid a d q u e el p ro ­
fe so r a p r o v e c h e e sta s c ir c u n s ta n c ia s p a r a m a r c a r a
io s e s tu d ia n te s c o n su p ro p ia s o p in io n e s políticas»
e n lu g a r d e lim ita rs e a c u m p lir su m is ió n e s p e c íf ic a ,
q u e e s la d e se rle s ú til c o n s u s c o n o c im ie n to s y con
su e x p e r ie n c i a c ie n tífic a . P o r s u p u e s to , es siem p re
p o s ib le q u e a lg ú n p r o f e s o r só lo c o n s ig a a m ed ias
p r e s c i n d i r d e s u s s im p a tía s p o lític a s . E n e s te caso
se e x p o n d r á a las m á s a g u d a s c r í tic a s d e su p ro p ia
c o n c ie n c ia . E s te h e c h o , e n d e fin itiv a , n a d a p ru e b a .
Tam bién so n p o sib le s lo s e r r o r e s p u r a m e n te ob jeti­
v o s y t a m p o c o ello s s u p o n e n u n a r g u m e n to e n con ­
tr a del d e b e r d e b u s c a r la v e rd a d . A d e m á s , es ta m ­
bién el in terés cie n tífico el q u e m e h a c e c o n d e n a r e s a
a c titu d . B a s á n d o m e en la o b r a d e n u e s tro s h is to r ia ­
d o r e s , m e c o m p r o m e to a o fre c e r la p r u e b a d e que
allí e n d o n d e un h o m b re d e c ie n c ia p e r m ite q u e se
in tr o d u z c a n su s p ro p io s ju ic io s d e v a lo r dej a d e te­
n e r u n a p le n a c o m p r e n s ió n del te m a . P o r lo dem ás,
e sta c u e s tió n e x c e d e , c o n m u c h o , d e l t e m a <3u e 1105
p r o p o n e m o s t r a ta r h o y y e x ig iría p o r s i s ó l a u n lar_
go tr a ta m ie n to .
M e lim ita ré a p r e g u n ta r q u e c ó m o e s p o s ib le im­
p o n e r u n m is m o c rite rio evalu ativo a u n c a t ó l i c o y a
u n m a s ó n q u e a s is ta n ju n to s a u n cu s o s o b r e las
f o r m a s d e g o b ie r n o , las d is tin ta s Ig lesia o la histo­
r ia d e las re lig io n e s. E v id e n te m e n te eso e s c o s a q u e
n o p u e d e lo g ra rs e . Y, sin e m b a r g o , el p r o f e s o r h a d e
q u e r e r y h a d e in te n ta r s e r t a n ú til a i u n o c o m o al
216 ' t-L P O L tl'lOO Y E L C IE ^ NTfPICXJ COMO VAJ>C/\Cl0N 217

otro con sus conocim ientos y métodos. Podrían ob­ existen hechos incómodos. C reo que cuando un
jetarm e ustedes, y con razón, que un católico cre­ profesor obliga a sus oyentes a acostumbrarse a ello
yente no aceptará jam ás los hechos que, sobre las les está dando algo más que una simple aportación
circunstancias que dieron origen aJ cristianism o, le intelectual. Llegaría incluso a la inm odestia de utili­
exponga un profesor que no com parta sus presu­ zar laexp resión «aportación ética», aunque pueda
puestos dogmáticos. Aunque esto sea absolutamen- | sonar como un término en dem asía patético para
te cierto, la diferencia subsiste y estriba en lo si­ calificar una evidencia tan trivial.
guiente: La ciencia «sin supuestos previos», en el Hasta ahora no he hablado sino de las razones
sentido de que rechaza toda vinculación religiosa, p rá ctica s que aconsejan al profesor evitar Ja impo­
no reconoce en cuanto a ella ni el «m ilagro» ni la sició n de sus propias p ostu ras p erson ales a sus
«revelación». Si los aceptase traicionaría sus propios alumnos. Pero no son estas razones las únicas que
«presupuestos», en tanto que ei creyente acepta tan­ existen. La imposibilidad de hacer una defensa
to eí uno com o la otra. Esa ciencia «sin supuestos «científica» de las posturas prácticas (excepto en
previos» no exige de él nada menos (pero tampoco aquellos casos en que se trata de determ inar los me­
n a d a más) que el reconocim iento de que si se debe dios m ejores para alcanzar mi fui dado de antema­
explicar el origen del cristianism o sin tom ar en no) brota de motivos mucho más hondos. Esa de­
cuenta esos factores, que para una explicación em­ fensa es ya absurda en principio porque los distintos
pírica no tienen valor causal, hay que explicarlo pre­ sistemas de valores existentes libran entre sí una ba­
cisam ente en la forma en que se intenta. Esto sí pue­ talla sin solución posible. El viejo Mili, cuya filoso­
de reconocerlo sin faltar a su fe. fía no quiero por eso alabar, dice en una ocasión, y
¿Pero, tendrá entonces sentido laaportación dela en este punto sí tiene razón, que en cuanto se sale de
ciencia para aquellos a quienes dejan indiferentes la pura em piria se cae en el politeísm o. La a f i n a­
los hechos y paralos que sólo cuenta la toma de po­ ción parece superficial y paradójica, pero contiene
sición en la práctica? Tal vez sí. Por de pronto nos una gran verdad. Si hay algo que hoy sepamos bien
encontró n os con esto: la primera tarea de un profe­ es la verdad vieja y vuelta a aprender de que algo
sor es la de enseñar a sus alumnos a aceptar los he­ puede ser sagrado, no sólo aunque no sea bello, sino
chos in cóm o d os; quiero decir, aquellos hechos que p o rq u e no lo esy en la m ed id a en que no lo es. En el
resultan incóm odos para la corriente de opinión capítulo Llll del Libro d e Isa ía s y en el Salm o
que los alumnos en cuestión com parten, y para to- pueden encontrar ustede s referencias sobre ello.
lascorrientes de opinión, incluida la mía propia, También sabemos que algo puede ser bello, no sólo
BL P O Ü T I C O y fii/ C T C N T ÍH C Q

a u n q u e n o s e a b u e n o , s in o j u s t a m e n te p o r a q u e llo
p o r lo q u e n o lo es. L o h e m o s v u e lto a s a b e r c o n
N ie tz s c h e y , a d e m á s , lo h e m o s v isto re a liz a d o e n L a s
flo re s d e l maU c o m o B au d elaire titu ló su lib ro d e p o e ­
m a s . P o r ú ltim o , p e r te n e c e a la s a b id u ría c o tid ia n a
la v e r d a d d e q u e a lg o p u e d e s e r v e r d a d e r o a u n q u e
n o s e a ni b e llo , ni s a g r a d o , n i b u e n o . N o o b s t a n te ,
é s to s n o s o n s in o lo s c a s o s m á s e le m e n t a le s d e e s a
c o n t ie n d a q u e e n t r e s í s o s tie n e n lo s d io s e s d e lo s
d is tin to s s is te m a s y v a lo r e s . C ó m o p u e d e p r e t e n ­
d e rs e d e c id ir c ie n tífic a m e n te e n tre e l v a l o r d e la c u l­
t u r a fra n c e s a y e l d e la a le m a n a es c o s a q u e n o s e m e
a lc a n z a . T am b ién aq u í s o n d istin to s d io se s los q u e e n ­
t r e s í c o m b a t e n . Y p a r a s ie m p r e . S u c e d e , a u n q u e
e n o t r o s e n tid o , lo m is m o q u e s u c e d ía e n e l m u n d o
a n tig u o c u a n d o é s te n o s e h a b ía lib e r a d o a ú n d e sus
d io s e s y d e m o n io s . A s í c o m o lo s h e le n o s o f r e c ía n
s a c r if ic io s p r i m e r o a A f r o d ita , d e s p u é s a A p o lo y,
s o b re to d o , a los d io s e s d e la p r o p ia c iu d a d , a s í t a m ­
b ié n s u c e d e h oy, a u n q u e e l c u lto s e h a y a d e s m itific a ­
d o y c a r e z c a d e la p lá s tic a m ític a , p e r o ín tim a m e n te
v e r d a d e ra , q u e te n ía en su f o r m a o r ig in a l. S o b re e s ­
to s d io s e s y su e te r n a c o n tie n d a d e c id e el d e s tin o ,
n o u n a « c ie n c ia » . L o ú n ic o q u e p u e d e c o m p r e n d e r ­
s e es q u é c o s a s e a lo d iv in o en u n o u o t r o o r d e n o
p a r a u n o r d e n u o tr o . A q u í c o n c lu y e t o d o lo q u e un
p r o f e s o r p u e d e d e c ir en la c á te d r a s o b re el a s u n to , lo
c u a l n o q u ie re d e c ir, p o r s u p u e s to , q u e c o n e s o c o n ­
c lu y a e l p r o b le m a v ita l m is m o . P o d e r e s m u y o t r o s
q u e lo s d e las c á te d r a s u n iv e r s ita r ia s s o n lo s q u e tie -
LA C ífiW C lA COr>tO V O C A C IO N 219

n e n a q u í la p a la b ra . ¿Q u ié n o s a r ía « re fu ta r c ie n tífi­
c a m e n te » la é t i c a d e l S e r m ó n d e la M o n ta ñ a , o el
p r in c ip io q u e o r d e n a « n o r e s is tirá s a l m a l» o la p a ­
r á b o la q u e a c o n s e ja o f r e c e r la o t r a m e jilla ? Y, sin
e m b a r g o , es c la r o q u e d e s d e el p u n to d e v is ta m u n ­
d a n a l es u n a é tic a d e la in d ig n id a d la q u e de e s a fo r­
m a se está p r e d ic a n d o . H ay q u e e le g ir e n tr e la d ig n i­
d a d re lig io s a q u e e s ta é tic a o f r e c e y l a d ig n id a d v iril
q u e , p o r el c o n t r a r i o , o r d e n a « re sistirá s al m a l, pues
e n o t r o c a s o se rá s c o r re sp o n sa b le d e su triu n fo » . S e­
g ú n la p o s t u r a b á s ic a d e c a d a c u a l, u n o d e estos
p r in c ip io s r e s u lta r á d iv in o y el o tro d ia b ó lico , y e s
c a d a in d iv id u o el q u e h a d e d e c id ir q u ién es p o r a él
D io s y q u ié n el d e m o n io . O t r o ta n to su ce d e en los
re s ta n te s ó r d e n e s d e la v id a . E l g ra n d io s o r a c io n a ­
lism o d e u n a v id a é tic a y m e tó d ic a m e n te o rd e n a d a
q u e r e s u e n a en el fo n d o d e t o d a p ro fe c ía relig io sa
d e s tr o n ó a q u e l p o lite ís m o en fa v o r d e «el ú n ic o que
h a c e f a lta » , p e r o d e s p u é s , e n f r e n ta d o a las r e a lid a ­
d es d e la v id a in te r n a y e x te r n a , se v io o b lig a d o a
e s o s c o m p r o m is o s y re la tiv iz a c io n e s q u e c o n o c e ­
m o s p o r la h is to r ia d e l C r is tia n is m o , H o y to d o eso
e s y a « r u tin a » re lig io s a . L o s n u m e ro s o s dioses a n ti­
g u o s , d e s m itif ic a d o s y c o n v e r tid o s e n p o d e re s im ­
p e r s o n a le s , sa le n d e su s tu m b a s , q u ie re n d o m in a r
n u e s tr a s v id a s y r e c o m ie n z a n e n tre ello s la e te rn a
lu ch a . L o q u e ta n d u ro re su lta p a r a el h o m b re m o ­
d e r n o , y e s p e c ia lm e n te p a r a la g e n e ra c ió n jo v e n , es
e s ta r u t i n a . T o d a e s a b ú sq u e d a d e la «viven cia» p r o ­
c e d e d e u n a d e b ilid a d , p u es d eb ilid a d es la in ca p a ci-
220 1>L P O l (T IC O Y E L C I E íiT lF I C O

d a d p a ra m i r a r d e fre n te el r o s t r o s e v e ro d e l d e s tin o
d e n u e s tro tie m p o .
E l d e s tin o d e n u e s tr a c u lt u r a e s , s in e m b a r g o , el
d e v o lv e r a to m a r c o n c ie n c ia c la ra d e e s ta s itu a c ió n
q u e h a b ía m o s d e ja d o d e p e r c ib ir, c e g a d o s d u r a n te
to d o u n m ile n io p o r la o r ie n ta c ió n e x c lu s iv a ( o q u e
s e p re te n d ía e x c lu s iv a ) d e n u e s tra c o n d u c t a e n f u n ­
c ió n d e l p a th o s g r a n d io s o d e la é t i c a c r i s ti a n a .
P e r o b a sta y a d e e s ta s c u e s tio n e s q u e ta n le jo s n o s
lle v a n . A t o d o lo q u e ao^bsírnoc H*» H e rir u n a D a rte
d e n u e s tra ju v e n tu d co n te sta ría d icie n d o : «Sí, p e ro , d e
to d a s f o r m a s , n o s o tr o s a s is tim o s a c la s e p a ra a lg o
m á s q u e p a r a e s c u c h a r a n á lis is y v e r if ic a c io n e s
d e h e ch o s» . El e r r o r e n q u e esta actitu d in c u rr e es e ld e
b u s c a r e n el p ro fe so r alg o q u e éste n o p u e d e d ar. B u s­
c a n en él u n c a u d i l l o y n o u n m a e s t r o , p e r o s ó lo
c o m o m a e s t r o s se n o s c o n c e d e la c á t e d r a . Se t r a t a
d e d o s c o s a s b ie n d is tin ta s , y u s te d e s p u e d e n c o n ­
v e n c e r s e fá c ilm e n te d e e s ta d u a lid a d . P e r m í t a n m e
q u e m e re fie ra d e n u e v o a A m é r ic a p o rq u e e s a llí e n
d o n d e c o n íf e c u e n c ia p u e d e n v e rs e e s ta s c u e s tio n e s
e n su m á s f la g r a n te o rig in a lid a d . El m u c h a c h o a m e ­
r ic a n o a p r e n d e in fin ita m e n te m e n o s c o s a s q u e el
n u e s tro . P e s e a la in c re íb le s e rie d e e x á m e n e s a q u e
se v e s o m e tid o , n o s e h a c o n v e r tid o to d a v ía e n ese
h o m b r e - e x a m e n a b s o lu to q u e es el e s tu d ia n te a l e ­
m á n . E n e f e c to , la b u r o c r a ti z a c ió n , q u e e x ig e e l d i­
p lo m a c o m o billete d e e n tr a d a al re in o d e lo s c a r g o s ,
e s tá allí e n sus c o m ie n z o s . E l jo v e n a m e r ic a n o n o le
tie n e re s p e to a n a d a n i a n a d ie , a n in g u n a tr a d i c ió n
Í.ACJJ6NCIA COMO VOCACION 221

ni a n in g ú n c a r g o , pero sí al é x ito p e r s o n a l d e quien


lo o c u p a . Es e s to lo que los a m e r ic a n o s llam an «de­
m o c r a c ia » . P o r d e s g a rra d a m e n te q u e la realid ad se
c o m p o r t e r e s p e c to de este s e n tid o d e la p alab ra, el
s e n tid o es é s te , y eso es lo q u e a q u í n o s im p o rta.
E re n te al p r o f e s o r q u e tie n e d e la n te , el m u ch a ch o
a m e r ic a n o p ie n s a qu e le e s tá v e n d ie n d o sus co n o ci­
m ie n to s y s u s m é to d o s a c a m b io d e l d in e ro de su
p a d r e , e x a c ta m e n te del m is m o m o d o q u e la verdu­
le ra le v e n d e a su m ad re u n a c o l. E s to e s tod o. Si el
p r o f e s o r es a d e m á s c a m p e ó n de fú tb o l, lo aceptará
c o m o jefe en e s te te rre n o , p e r o si n o lo es (o n o es
a lg o d e l m is m o estilo en c u a lq u ie r o tro d ep o rte), no
p a s a r á d e s e r m a e s tro , y a n in g ú n jo v e n a m e ric a ­
n o se le o c u r r ir á qu erer c o m p ra rle «visiones del m un­
d o » o re g la s a d e cu a d a s p a r a el g o b ie rn o d e su vida.
E s s e g u r o q u e , fo rm u lad as así las c o s a s, n o so tros las
r e c h a z a r í a m o s . Pero de lo q u e se t r a t a a h o ra es de
d e te rm in a r s i e n este m o d o de v er las cosas, q u e de­
lib e ra d a m e n te h e exag erad o un tan to, n o se encierra
u n a p iz c a d e verdad .
M is q u e r id o s estu d ia n te s: u sted e s a c u d e n a n o ­
s o tr o s d e m a n d á n d o n o s c u a lid a d e s d e cau dillo sin
p e n s a r an tes q u e el n o v en ta p o r cien to d e los prof e­
so re s ni p r e te n d e n ni p u e d e n p r e te n d e r ser, no sólo
c a m p e o n e s e n el fútbol d e la v id a , s in o tam p o co
« c a u d illo s » e n lo que r e s p e c ta a l m o d o de vivir.
P ie n s e n u s te d e s qu e el v a lo r d e u n h o m b re n o d e ­
p e n d e d e su s cu a lid a d e s d e c a u d illo y q u e, e n todo
c a s o , n o s o n las cu alid ad es q u e h a c e n de un hom bre
223
LA Cu:NCJA COMO VOCACION
222 bJ. J'()LfiICOYf.LC^"'TfíJCO
conocim ientos sobre la técnica que, mediante la
un sabio sobresaliente y un gran profesor las m is­
previsión, sirve para dominar la vida, tanto las cosas
mas que se requieren en e] que ha de actu ar de cau­
externas como la propia conducta de los hombres.
d illo para la orientación en la vida y especialm ente
Dirán ustedes que por ese camino nos encona m os
en la política. Es pura casualidad que un profesor
sim plem ente con la verdulera del muchacho ameri­
posea también esas cualidades, y resulta muy arries­
cano; ésa es también mi opinión. Pero en segundo
gado que alguien que ocupa una cátedra se vea soli­
lugar, y esto ya es algo que la verdulera no hace en
citado para ponerlas en práctica. M ás arriesgado
m odo alguno, la ciencia proporciona métodos para
aun sería que se dejase decidir a cada profesor uni-
pensar, instrum entos y disciplina para hacerlo. Tal
ver s ita lo si tiene que com portarse o no com o cau­
vez me objeten ustedes todavía que aunque eso no
dillo en el aula. Los más inclinados a ello son, fre­
son verduras, no pasan de ser medios para procu­
cuentemente, los menos capacitados, y, en todo caso,
rárselas. Aceptado; por hoy podemos dejarlo así. Fe­
lo sean o no lo sean, su situación en la cátedra difífí-
lizmente tam poco con eso concluye, sin embargo, la
d lm ente ofrece ocasión para p ro b a rlo . El profesor
aportación de la ciencia, y aún podemos mostrar un
que se siente Llamado a ser consejero de la juventud
tercer resultado importante de la misma, la claridad.
Y que goza de la confianza de ésta puede realizar su
Suponiendo, naturalmente, que el profesor Laposea.
labor en el contacto personal de hom bre a hombre.
Si este supuesto se da, nosotros, los profesores, po­
Y si se siente llamado a intervenir en los conflictos
demos hacer ver claramente a quienes nos escuchan
existentes entre las distintas concepciones del mun­
que frente al problem a de valor de que se trate cabe
do y las diversas opiniones, que lo haga en la plaza
adoptar tales o tales posturas prácticas (les ruego a
publica, en donde discurre la vida, en la prensa, en
ustedes que, para sim plificar, piensen en el ejemplo
reuniones, en asociaciones o en donde quiera, no
de los fenómenos sociales), Sise adopta tal postura,
en las aulas. Resulta demasiado cóm odo m ostrar la
la experiencia científica enseña que se han de utili­
fortaleza de sus opiniones allí en donde los que le es­
zar tales y tales m edios para llevarla a la práctica. Si,
cuchan, que quizá. piensen de otro m odo, están con­
por casualidad, esos medios son de tal índole que
denados al silencio.
ustedes se sienten obligados a rec hazarlos,se verán
Ustedes preguntarán, por últim o: «Si todo esto es
forzados a elegir entre el fin y los inevitables medios.
así, ¿qué es lo que de realm ente positivo aporta la
¿Resultan o no santificados los medios por el fin? El
ciencia para la"vida” práctica y personal?» C on esto
profesor puede situarlos a ustedes ante la necesidad
nos en e n tr a m o s de nuevo ante el problema de su
de esta elección, pero no puede hacer más mientras
«vocación». Por de pronto, la ciencia proporciona
224 t!L PO LÍTIC O V E l.C f£ N T f r iC a

siga sien d o m a e s tro y n o se c o n v ie r ta e n d e m a g o g o .


P u e d e d e c ir , a d e m á s , q u e si u s te d e s q u ie r e n t a l o
c u a l fin h a n d e c o n t a r c o n e s ta s o a q u e lla s c o n s e ­
c u e n c ia s s e c u n d a r ia s q u e , s e g ú n n u e s t r a e x p e r ie n ­
c ia , n o d e j a r á n d e p r o d u c ir s e . Y d e n u e v o n o s e n ­
c o n t r a m o s a s í e n la m is m a s i t u a c i ó n . L a v e r d a d es
q u e e s to s p r o b le m a s p u e d e n p la n te a r s e ta m b ié n a
to d o s a q u e llo s té c n ic o s q u e , m u y f r e c u e n te m e n te ,
tie n e n q u e d e c id ir d e a c u e r d o c o n el p r in c i p io del
m a l m e n o r o d e lo re la tiv a m e n te m e jo r . L a d ife r e n ­
cia e s tr ib a e n q u e a e s o s t é c n i c o s su e le v e n ir le s ya
d a d o d e a n te m a n o lo p r in c ip a l, q u e es e\ fin. E s to es
ju s ta m e n te lo q u e a n o s o tr o s no se n o s d a c u a n d o se
r ^ n h le m a s v e r d a d e r a m e n te « ú ltim o s » . Y
c o n e s to lle g a m o s y a a la u íu m u a p o ^ u ^ ó n
c ie n c ia p u e d e h a c e r en a r a s d e la c la r id a d , a p o r t a ­
c ió n q u e m a r c a ta m b ié n su s lím ite s: p o d e m o s y d e ­
b e m o s d e c irle s ig u a lm e n te a n u e s tr o s a lu m n o s q u e
tal p o s t u r a p r á c t i c a d e riv a ló g ic a y h o n r a d a m e n te ,
s e g ú n su p ro p io sen tid o > d e tal v is ió n d e l m u n d o (o
d e ta le s v is io n e s d e l m u n d o , p u e s p u e d e d e r iv a r d e
v a r ia s ), p e r o n o d e tales o tr a s . H a b la n d o e n im á g e ­
n e s , p o d e m o s d e c ir q u e q u ie n se d e c id e p o r e s ta
p o s tu r a e s tá s ir v ie n d o a este dio s y o fe n d ie n d o a este
otro. Si se m a n tie n e fiel a sí m is m o lle g a r á in te r n a ­
m e n te a e sta s o a q u e lla s c o n s e c u e n c ia s ú ltim a s y s ig ­
n ific a tiv a s . E n p rin c ip io al m e n o s , e s to e s tá d e n tr o
d el a lc a n c e d e la c ie n c ia y e s to es lo q u e t r a t a n d e e s ­
c la r e c e r las d iscip lin a s filo s ó fic a s y lo s te m a s in ic ia ­
le s , e s e n c ia lm e n te filo só fico s, d e la s d e m á s d isc ip li-
LA CIEN CIA COMO VOCACION 225

ñ a s c o n c r e ta s . Si c o n o c e m o s n u e s tra m a te ria (cosa


q u e , u n a vez m á s , h e m o s d e d a r aq u í p o r supuesta)
p o d e m o s o b lig ar a l in d iv id u o a q u e, p or sí mismo, se
d é cuenta del sentido último d e las p ropías acciones. 0
s i n o o b lig a rlo , aJ m e n o s p o d e m o s ay u d arle a esa
to m a d e co n c ie n cia . M e p a re c e q u e e s to no es ya tan
p o c o , n i s iq u ie ra d e s d e el p u n to de v ista de la vida
p u r a m e n te p e r s o n a l. T a m b ié n a h o r a estoy tentado
de d e c ir que c u a n d o un p ro fe s o r lo g ra esto está sir­
v ie n d o a un p o d e r « é tic o » , a la o b lig a c ió n de crear
c la r id a d y s e n tim ie n to de la resp o n sab ilid ad . Y creo
q u e s e rá ta n to m á s c a p a z de re a liz a r esta o b ra cuan­
to m á s c o n c ie n z u d a m e n te e v ite p o r su p a rte el de­
s e o de im p o n e r o s u g e rir su p ro p ia p o stu ra personal
a su s oy en tes.
P o r supuesto, las ideas qu e e sto y exp on ien d o aquí
a n te u sted es d e riv a n de un h e c h o fu n d am en tal, el de
q u e la vid a, e n la m ed id a en q u e d esca n sa en sí mis­
m a y se co m p re n d e p o r sí m is m a , n o co n o ce sino esa
e te r n a lu ch a e n tre d io ses. O d ic h o sin im ágenes, la
im p o s ib ilid a d d e u n ific a r lo s d is tin to s puntos de
v is ta q u e , en ú ltim o té r m in o , p u ed en tenerse sobre
la v id a y, en c o n s e c u e n c ia . La im p o sib ilid ad de resol­
v e r la lu ch a e n tre ellos y la n e c e s id a d de optar por
u n o u o tro . Si, sie n d o a s í las c o s a s , vale la pena que
a lg u ie n a d o p te la c ie n c ia c o m o « v o c a c ió n » o si la
c ie n c ia tien e e n s í m is m a u n a « v o c a c ió n » objetiva­
m e n te v alio sa s o n , u n a v ez m á s , cu e stio n e s que exi­
g e n p a r a su re s p u e s ta u n ju ic io d e v a lo r y sobre las
c u a le s n ad a c a b e d e c ir e n el au la. L a enseñanza que
POLITICQY LAClhNCLACOMOvO:At:lON 227

a llí se da p res u p o n e ya una respuesta afirm ativa. cuestiones de qué es lo que debernos hacer y cómo
Yo, personal mente, respondo afirmativamente a esa debernos orientar nuestras vidas, o dicho en el len­
cuestión con mi propio trabajo. Pero también supo­ guaje que hoy hem os empleado aquí, quién p° dr¿
ne una respuesta previa a la misma cuestión el pun­ indicarnos a cuál de losdioses hemos de servh, habra
to devista que v e e n e l intelectualismo el peor de los que responder que sólo un profeta o un salvador. Si
males, punto de vista que es el que sustenta nuestra ese profeta no existe o si ya no se cree en su m en­
juventud. O más exactam ente, que es el punto de saje, es s^ ^ ^ que no conseguirán u ^ ^ e s hacerlo ba­
vista que nuestra juventud se im agina sustentar, j ar d e nuevo a la tierra intentando que mili ares de
pues esto es lo que efectivamente sucede en la mayor profesores, como pequeños profetas pagados o privi­
parte de los casos. A esta juventud habría que recor­ legiados por el Estado, asum an en las aulas s':' ^ fun-
darle la ft'ase que dice: «Acuérdate de que el diablo es ción. Por ese medio sólo conseguía n im pedu q ue
viejo yhazte viejo para comprenderlo». Esto no se re­ se tome plena conciencia de la verdad fundam entel
fiere, naturalmente, a la edad física. Su sentido es el de de que el profeta por el que una gran parte de nues­
que si se quiere acabar con ese dem onio no hay que tra generación suspira no existe. Creo que ni abora
h uir de é!, como hoy con tanto gusto se hace, sino n i nunca sirve al verdadero interés ín t m o de un
que hay que segu.ir primero sus cam inos hasta el fin hombre realmente religioso, de u n h o mbre que «vi­
para averiguar cuáles sonsus poderes ysuslím ites. bre» con la religión, el que se le vele con un sucedá­
El hecho de que la ciencia es hoy una «vocación» neo (y un sucedáneo son todas estas profecías he­
que se realiza a través de la esp ecialización al servi­ chas desde la cátedra) el hecho fundamental de que
cio de la toina de conciencia de nosotros mismos y nos ha tocado vivir en un tiempo que carece de pro­
del conocim iento de determinadas conexiones fác- fetas y está de espaldas a Dios. En m i opifilfin, Ia pu­
ticas constituye un dato de nuestra situación histó­ reza de sus sentimientos religiosos debería lle^ ^ a
rica del que no podemos olvidarnos si queremos ser rebelarse contra sem ejante engaño. Tal vez en este
fieles a nosotros mismos. La ciencia no es hoy un punto sientan ustedes la tentación de preguntar que
don de visionarios y profetas que distribuyen ben­ cómo se explica entonces que exista la «Teología» y
diciones y revelaciones, n i parte integrante de la que ésta tenga pretensiones de «ciencia». No intento
meditación de sabios y filósofos sobre el sentido del esquivar esta cuestión. Aunque la «Teología» y Jos
mundo. Si de nuevo en este punto surge Tolstoi den­ «dogmas» no son fenóm enos universales, es cierto
tro de ustedes para preguntar que, puesto que la cien­ que no existen solam ente en el cristianismo- Nf u an-
cia nolohace, quién esel que hade respondernos a las do hacia atrás en el tiem po tam bién lo s encontra-
228 AL P O L flíC O V E L C IE N 1 IF JC O

m o s , y en f o r m a m u y d e s a r r o lla d a , e n el Is la m , e n el
m a n iq u e ís m o , e n la g n o s is , e n el o r f is m o , e n el p a r -
s is m o , en el b u d is m o , e n las s e c ta s h in d ú e s , e n el
ta o ís m o , e n lo s u p a n is h a d a s y , n a tu r a lm e n te , e n
e l ju d a is m o . P o r s u p u e sto , su d e s a r r o llo s is te m á tic o
e s m u y d istin to e n c a d a u n a d e estas re lig io n e s. N o es,
e n m o d o a lg u n o , u n a c a s u a lid a d q u e sea el c r i s t i a ­
n is m o o c c id e n ta l el q u e n o s ó lo h a d e s a r r o lla d o s is ­
te m á tic a m e n te la T eo lo g ía (e n o p o s ic ió n , p o r e je m ­
p lo , a l c o n te n id o te o ló g ic o d e l j u d a i s m o ) , s in o el
q u e le h a d a d o ta m b ié n u n a im p o r ta n c ia h i s t ó r i c a
in c o n m e n s u r a b le m e n te m á s g r a n d e . E s e l e s p ír itu
h e lé n ico el q u e h a p r o d u c id o e s ta o b r a y t o d a la T eo ­
lo g ía del O c c id e n te p r o c e d e d e él, d e l m is m o m o d o
q u e to d a la T e o lo g ía o rie n ta l p r o c e d e e v id e n te m e n ­
te d e l p e n s a m ie n to h in d ú . T o d a T e o lo g ía e s r a c io n a ­
liza ció n in te le c tu a l d e l c o n te n id o e s c a to ló g ic o d e la
r e lig ió n , N in g u n a c ie n c ia c a r e c e p o r e n te r o d e su­
p u e s to s p re v io s y n in g u n a p u e d e d e m o s t r a r su p r o ­
p io v a lo r a q u ien es r e c h a z a n e s to s s u p u e sto s , p e r o la
T e o lo g ía in tr o d u c e , a d e m á s , p a r a su d e s a r r o llo y su
ju s tif ic a c ió n , u n c i e r t o n ú m e r o d e o t r o s s u p u e s to s
q u e le s o n e sp e cífi c o s . T oda T e o lo g ía , in clu id a , p o r
e je m p lo , la h in d ú , p a r te d e l s u p u e s to d e q u e el m u n -
. d o h a d e te n e r u n sen tid o . E l p r o b le m a q u e h a d e re ­
so lv e r es, en c o n s e c u e n c ia , el d e e n c o n t r a r u n a f o r ­
m a d e in te r p r e ta r el m u n d o q u e h a g a p o sib le p e n s a r
a sí. Se t r a t a d e u n a s itu a c ió n id é n tic a a la d e la te o ría
k a n tia n a d el c o n o c im ie n to , q u e p a r t e d e l s u p u e s to
d e q u e « e x is te u n a v e rd a d c ie n tífica v á lid a » y se p re ­
LA CIENCIA CO M O VOCACION ■ 229

g u n ta d esp u és p o r los su p u e sto s m e n ta le s q u e hacen


esto (s ig n ific a tiv a m e n te ) p o sib le. O ta m b ié n idénti­
c a a la s itu a c ió n d e los e s té tic o s m o d e r n o s , q u e p a r -
te n d el s u p u e s to e x p lícito (c o m o G, v o n L u k a c s ) o
im p lícito d e q u e «existen o b r a s d e a rte » y se p re g u n ­
ta n d e s p u é s q u e c ó m o es p o s ib le q u e s u c e d a esto y
q u e te n g a se n tid o . L as te o lo g ía s n o s e c o n te n ta n ,
a d e m á s , c o n e ste solo su p u e sto (e s e n c ia lm e n te reli­
g i o s o -f ilo s ó f ic o ), sino q u e p a r te n a u n d e o t r o situa­
d o m á s a l l á ,e l d e q u e h a y q u e c r e e r e n d ete rm in a d a s
« re v e la c io n e s » c o m o h e c h o s s a lv a d o r e s (e s decir,
c o m o los ú n ic o s h ech o s q u e p e r m ite n un m o d o de
v id a d o ta d o de sen tid o ) y q u e d e te rm in a d o s estados
y d e te rm in a d o s actos p o s e e n un c a r á c te r sacral, esto
e s , c o n s t i t u y e n un m o d o d e v id a r e lig i o s o o , al
m e n o s , f o r m a n p arte d e él. Su c u e s tió n es, entonces,
la d e in te r p r e ta r estos d a to s , fo rz o s a m e n te im pues­
to s , d e n tr o d e u n a im a g e n g e n e r a l d el m u n d o . Los
s u p u e sto s m is m o s están p a r a la T eolo gía m ás allá de
to d a « c ie n c ia » , n o c o n s titu y e n un «sab er», en el sen­
tid o h ab itu al d e este v o cab lo , s in o u n «tener». La Teo­
lo g ía n o p u e d e darle fe (o el e s ta d o s a c ra l de que en
c a d a c a s o se tra te ) a q u ie n c a r e c e d e ella. T am p oco
p u e d e d á rs e la n in g u n a o t r a c ie n c ia . P o r el c o n tra ­
r io , e n to d a T eología «p o sitiv a » lleg a el crey en te a un
p u n to e n e l q u e ad q u iere v a lid e z la m á x im a agusti-
n ia n a d e c r e d o non q u o d , s e d q u i a a b s u rd u m est.
L a c a p a c id a d p a ra llegar h a s ta este v irtu o s o «sacrifi­
c io d e l in te le c to » es la s e ñ a l d is tin tiv a d e l h o m b re
v e r d a d e ra m e n te religioso. El h e c h o d e q u e esto sea
230 llJ j'( '> Ú l 'i c o Y E L c i E N r m c o L,ACTBt'o:CJAr.OMO V O C ^ IÓ N 231

así nos pone de manifiesto que, pese a la Teología (o cierto que todo acto de auténtica fraternidad puede
más bien a consecuencia de ella, pues es ella la que la engendrar la conciencia de que con él se añade algo
pone de m anifiesto), la tensión entre la esfera de los imperecedero a un reino suprapersonal, me parece
valores «científicos» y la de la salvación religiosa es muy dudoso que esas interpretaciones religiosas
totalm ente insoluble. aumenten la dignidad de las relaciones comunitarias
Sólo el discípulo ante el profeta o el creyente ante puramente humanas. Pero en verdad esta cuestión
su Iglesia hacen este «sacrificio del intelecto». Nunca, cae ya fuera de nuestro tema.
sin embargo, ha surgido una profecía nueva (y repi­ El destino de nuestro tiem po, racionalizado e
to deliberadamente esta imagen que puede resultar intelectualizado y, sobre todo, desmitificador del
chocante para algunos) para satisfacer La necesidad mundo, es el de que precisam ente los valores últi­
que ciertos intelectuales m odernos parecen sentir mos y más sublimes han desaparecido de la vida pú­
de amueblar, por así decir, sus alm as con cosas vie­ blica y se han retirado, o bien al reino ultraterreno
jas y de garantizada autenticidad. Al experim entar de la vida mística, o bien a la fraternidad de las rela­
esta necesidad se acuerdan de que entre esas cosas ciones inmediatas de los individuos entre sí. No$s
viejas figuraba tam bién la religión que ellos ya no casualidad ni el que nuestro arte más elevado sea
tienen, y se construyen entonces com o sustitutivo hoy en día un arte íntimo y nada monumental, ni el
de ella una especie de capillita doméstica de jugue­ que sólo dentro de los m ás reducidos círculos co­
te, amueblada con santitos de todos los países del munitarios, en la relación de hombre a hombre, en
mundo, o la sustituyen con una com binación de to­ pianissirno, aliente esa fuerza que corresponde a lo
das las posibles experiencias vitales, a la que atribu­ que en otro tiempo, com o p n eu m a profético, en for­
yen la dignidad de la santidad m ística para llevarla ma de tem pestuoso fuego, atravesaba, fundiéndo­
cuanto antes al mercado literario. Todo esto es, sim­ las, las grandes comunidades. Cuando nos empe­
plem ente, o charlatanería o ganas de engañarse a ñamos en «hallar» por la fuerza una concepción
sí m ism os. No hay, por el contrario, charlatanería, artística m onum ental surgen esos lamentables es­
s n o algo m uyserio yverdadero, aunque a veces qui ­ perpentos que son muchos de los monumentos de
zás equivoco, en el hecho de que algunas de esas co­ los ú ltim os veinte años. Y cuando, sin nuevas y
munidades juveniles que se han desarrollado silen­ auténticas profecías, nos obstinam os en constituir
ciosamente durante los últimos años interpreten sus nuevas religiones se producen internamente esper­
propias relaciones com unitarias y hum a ^ ^ com o pentos semejantes, cuyas consecuencias han de ser
una relación religiosa, cósi c a o mística. Si bien es peores aún. Las profecías lanzadas desde la cátedra
232 tL F O L T lJC O T -E lI-C I K N T fF IC P C It:N C IA C O M O V O C A C IO N

podrán crear sectas fanáticas, pero nunca ^ unaautén­ Elpueblo a quien esto fue dicho ha preguntado y
tica com unidad. A quienes no puedan so p o rta r esperado durante más de dos años,y todos cono­
virilm ente este destino de nuestro tiempo hay que cem os su estremecedor destino. Saquemos de este
decirles que vuelvan en silencio, liana y sencilla­ ejem plo la lección de que no basta con esperar y an­
mente, y sin la triste publicidad habitual de los rene­ helar. Hay que hacer algo más. Hay que ponerse al
gados, al ancho y piadoso seno de las viejas Iglesias, trabajo y responder, como hombre y com o profesio­
que no habrán de ponerles dificultades. Es inevita­ nal, a las «exigencias de cada día)). Esto es sim pley
ble que de uno u otro modo tengan que hacer a a l el sencillo sí cada cual encuentra el demonio que m a­
«sacrificio del intelecto». No se lo reprocharemos si neja los hilos de su vida y le presta obediencia.
de veras lo consiguen. Tal sacrificio hechc en aras de
la entrega religiosa sin condiciones es éticam ente
muy otra cosa que ese olvido de la simple probidad
intelectual que se produce cuando alguien no tiene
ánimo bastante para darse cuenta de su propia pos­
tura básica y se facilita a sí mismo esa obligación por
el cam ino fácil de relativizarla. Para m í esa entrega
tiene más valor que todas las profecías de cátedra
que desconocen la verdad de que dentro de las aulas
no existe ninguna virtud fuera de la simple probi­
dad intelectual. Esa probidad nos ordena constatar
que la situación de todos aquel los que hoy esperan
nuevos profetas y salvadores es la misma qu e re­
suena en esa bella canción del centinela edom ita,
de la época del exilio, recogida en las profecías de
Isaías:
Una voz me llega de Seir, en Edom:
«Centinela, ¿cuánto durarála noche aún?»
El centinela responde:
«La mañana ha de venir, pero es noche aún.
Si queréis preguntar, volved otra vez.»

i
ín d ic e

Introducción, de Raymond A ro n ............................. 7


Uno......................................................................... 9
D o s ................................................................................ 44

EL POLÍTICO Y El. CIENTÍFICO


La política como vocación 8J
La ciencia como vocación . !81

También podría gustarte