Está en la página 1de 15

El presente trabajo se dispone a informar acerca de la sentencia de

segunda instancia que recayó sobre dos recursos de apelación, uno


interpuesto por la parte demandante, y otro interpuesto por el demandado,
adhiriendo a este ultimo la pontificia universidad católica de chile (en
adelante PUC), en la causa caratulada “Pastor Espejo, María Elena- Goñi
Espíldora, Ignacio con Hospital clínico de la pontificia universidad católica,
cuyo rol de ingreso a la ilustrísima corte de apelaciones es Nº 10.569-
2005.

I ANTECEDENTES DEL INFORME:

A continuación se presenta el estudio de las siguientes materias civiles


que este informe pretende realizar y que se encuentran en la sentencia de
alzada.

• Responsabilidad extracontractual que puede surgir en virtud de un


contrato.

• Responsabilidad medica por imprudencia o negligencia respecto a


las reglas de la respectiva lex artis, en concordancia con los
artículos 23141 y 23292 del código civil.

• En que circunstancias existe la responsabilidad por el hecho ajeno


en los términos de los artículos 23203 y 23224 ambos inciso primero
del código civil, y que tipo de responsabilidad tiene la institución
médica que arrienda sus instalaciones a un facultativo con el cual
no tiene ningún vínculo de subordinación y dependencia.

1
Art. 2314. “El que ha cometido un delito o cuasidelito que ha inferido daño a otro, es obligado a
la indemnización; sin perjuicio de la pena que le impongan las leyes por el delito o cuasidelito”.
2
Art. 2329.” Por regla general todo daño que pueda imputarse a malicia o negligencia de otra
persona, debe ser reparado por ésta”.
3
Art. 2320. “Toda persona es responsable no sólo de sus propias acciones, sino del hecho de
aquellos que estuvieren a su cuidado”
4
Art. 2322. “Los amos responderán de la conducta de sus criados o sirvientes, en el ejercicio de
sus respectivas funciones; y esto aunque el hecho de que se trate no se haya ejecutado a su
vista”.
1|Página
• Procedencia del recurso de apelación de la demandante, en virtud
del artículo 2314 del código civil, en cuanto a la exigencia de lucro
cesante y daño emergente.

Los recursos de apelación se interponen en contra de la sentencia de


primera instancia, que da lugar a la indemnización por concepto de daño
moral, una vez acreditada, a su juicio, la existencia de la negligencia
medica. La misma sentencia recurrida rechaza las pretensiones de la
actora en cuanto a la petición de indemnización por concepto de lucro
cesante y daño emergente, por considerar que no existen merito en autos
que le dan lugar.

II RESUMEN DE LOS RECURSOS DE APELACION:

A) RECURSO DE APELACION DEMANDANTE: la demandante


interpone acción apelación en contra de la sentencia de primera
instancia, pidiendo se amplíe el monto otorgado como
indemnización por concepto de daño moral, y además, le sea
otorgada también indemnización por lucro cesante y daño
emergente, en virtud de los artículos 2314 y 2320 del código civil.

Otro punto dentro del recurso de apelación presentado por la


demandante, es la petición de que se condene a la PUC como
responsable por el hecho ajeno, situación contemplada en el
articulo 2320 y siguientes del código civil.

B) RECURSO DE APELACION DEMANDADO: el recurso de apelación


interpuesto por el demandado, se funda en la aseveración de que
su actuar no ha faltado a los principios de su lex artis, como si que
da establecido en la sentencia recurrida, ya que lo que se le

2|Página
reprocha debió haber aplicado esta establecido en virtud de
literatura extranjera, y además cuya infracción no ha sido acreditada
en el juicio de primera instancia.

Además, alega el demandado también, que el fallo de primera


instancia no toma en cuenta el proceso en sede criminal, en el cual
no se estableció responsabilidad en la causa seguida en su contra
por cuasidelito de lesiones graves. Por tanto pide se le exonere de
toda responsabilidad en este caso y se revierta la sentencia
recurrida en la cual se le condena a pagar indemnización por daño
moral.

C) ADHESION A LA APELACION POR PARTE DE LA PUC: en su


escrito de adhesión al recurso de apelación, la PUC alegó no ser
legitimada pasiva en esta causa, ya que la demanda fue dirigida
contra el hospital clínico de la pontifica universidad católica de
Chile, la cual no cuenta con personalidad jurídica y patrimonio
propio.

III HECHOS QUE HAN QUEDADO A FIRME EN EL JUICIO DE PRIMERA


INTANCIA:

1. Se da por establecido que el demandado, faltando a los


principios de su lex artis, no detuvo la cirugía para determinar la
extensión del tumor que afectaba a la demandante, quedando
totalmente desvirtuada su defensa respecto al procedimiento
recomendado en estos casos.

2. También se le critica al demandado no haber informado a la


paciente acerca de la situación y tampoco haber recabado algún
tipo de autorización para extirparlo.

3|Página
3. Se le imputa luego, que una vez tomada la decisión de extirpar,
tampoco siguió el procedimiento adecuado, ya que no
reconstruye en la misma operación el nervio facial de la
paciente, reduciendo así las posibilidades de éxito.

4. También se censura el actuar del demandado, ya que una vez


terminada la intervención, y a sabiendas dela necesidad de un
injerto posterior para la recuperación del nervio facial, deja
trazada la intervención con hilo vicril, el cual el cuerpo
reabsorbe, dificultando la localización posterior para realizar el
injerto.

5. Tampoco el facultativo cumplió con su deber de informar a la


paciente acerca de la necesidad de que se sometiera en el mas
breve plazo a una cirugía reconstructiva, solo se limita a enviarla
a sesiones de kinesiología, tratamiento ineficaz para recuperar la
parálisis facial que ya s había producido, por lo que la operación
posterior a la que se sometió la paciente solo permitió recuperar
levemente la movilidad y la sensibilidad.

6. El juez de primera instancia, haciéndose cargo de los informes


evacuados en la causa criminal contra el demandado, estima
que estos no son suficientes para exonerarlo de responsabilidad,
ya que los mismos solo contienen justificaciones subjetivas, que
no se condicen con lo hechos.

IV PROBLEMAS JURÍDICOS DE FONDO PLANTEADOS EN LA


SENTENCIA:

1. RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL QUE SURGE EN


VIRTUD DE UN CONTRATO: CUMULO U OPCION DE
RESPONSABILIDADES.
4|Página
Uno de los problemas debatidos por la doctrina es aquel que dice
relación con la opción de responsabilidades, lo que consiste en “en
determinar si los perjuicios provenientes de la infracción de una obligación
contractual, cuasicontractual o legal pueden demandarse conforme a las
normas de la responsabilidad contractual o a las normas de la
responsabilidad extracontractual, según lo que convenga al acreedor,
porque al mismo tiempo que existe un incumplimiento de una obligación
hay un hecho doloso o culpable que causa daño”.5

La doctrina clásica en esta materia señala que se debe rechazar tal


opción, y así, la infracción a una obligación contractual solo genera
responsabilidad contractual, “porque cuando las partes o la ley, supliendo
o interpretando la voluntad de aquellas (artículo 1547), han determinado la
culpa de que responderá el deudor, o la han eximido de responsabilidad, o
han limitado esto en cuál o tal forma, ese contrato, esa voluntad es ley
para la parte. No cabe admitir, por lo tanto, que el acreedor pueda
prescindir del contrato y perseguir la responsabilidad del deudor fuera de
sus términos porque eso sería desestimar la fuerza obligatoria de la
convención y negar toda eficacia a las cláusulas de exención o de
limitación de responsabilidad.”6
En este sentido se ha seguido la tesis sustentada por Alessandri y
defendida por los autores franceses de la época, que niegan al
demandante la posibilidad del cumulo u opción, por tanto, se rechaza
totalmente la posibilidad que tendría el acreedor de una obligación
contractual, cuasicontractual o legal de elegir y acudir a la vía
extracontractual.
Pero si existen dos casos en que la doctrina clásica acepta la
posibilidad del cumulo u opción:
• Cuando las partes así lo han estipulado;

5
Celis Rodríguez, Rubén, “Responsabilidad Extracontractual”, Librotecnia, Santiago, 2004, pág.
59., en apuntes de derecho civil extracontractual, Orrego Acuña, Juan Andres pag. 24
6
Ibid.
5|Página
• Cuando del incumplimiento del contrato resulte también un delito o
cuasidelito penal (como en el caso de la negligencia medica)
En estos casos, la responsabilidad civil nacida del delito penal sería
indistintamente contractual y extracontractual; optando siempre eso si, por
una de las dos, ya que ambas conjuntamente seria improcedente.

1.1NATURALEZA DE LA RESPONSABILIDAD DEL MEDICO

Se discute en doctrina acerca de la naturaleza de la responsabilidad


medica, es decir si esta es contractual, extracontractual o legal. Frente a
esta discusión, la mayor parte de la doctrina sostiene que se trata de
responsabilidad contractual.

Igual responsabilidad existiría, cuando el contrato es celebrado con un


hospital o centro de salud, pus es este ultimo quien asigna al facultativo.
Pero existen algunos casos en que esta responsabilidad es
extracontractual, esto son:
1° Tratándose de médicos que prestan sus servicios por amistad o
gratuitamente.
2° Si requerido un médico para atender a una persona, sin que medie
obligación alguna, se niega, pudiendo haber prestado sus servicios.
3° Cuando la conducta del médico causa daños a terceros: por ejemplo,
cuando fallece un paciente a cuyas expensas vivía un tercero. En este
caso, el médico, en ejercicio de sus funciones, causa daño a un tercero, en
cuyo caso se habla de víctimas por repercusión que sufren daño por la
muerte o menoscabo físico del paciente (por ejemplo, el cónyuge
sobreviviente o los hijos menores del paciente fallecido, que vivían a su
cargo).
Como parte integra del contrato de prestaciones medicas, se
entiende que el medico se obliga a consultar a su paciente o representante
respecto de las distintas actuaciones medicas (una intervención quirúrgica,
por ejemplo), cuando esto no se cumple, debe entenderse como

6|Página
incumplimiento contractual según la doctrina clásica o contractualista, y no
debiera admitirse que el contrato no existe, por faltar el consentimiento del
paciente.
Francisco Merino, apartándose de la tesis contractualista, plantea
una responsabilidad legal del médico, que exige el cumplimiento de los
siguientes requisitos:
1° Que el médico haya desarrollado una actividad inherente a la profesión.
2° Que exista norma legal que lo obligue a observar determinada
conducta.
Como lo son los artículos 2329 del código civil y 491 del código penal, que
contienen un mandato para el medico, que lo obligan a actuar con
diligencia.
3° Que se produzca una transgresión de la conducta legalmente exigida.
Puede producirse esta transgresión:
• si el médico daña al paciente; y
• si al ocurrir lo anterior, el médico incurre en negligencia,
imprudencia o impericia, que precisamente causan el daño.

Tendríamos que estimar entonces, que tipo de conductas configuran la


imprudencia, la impericia y la negligencia. “Habría negligencia en la falta
de diagnóstico, en el diagnóstico a distancia, en un tratamiento
inadecuado, en el abandono del enfermo, en la falta de asepsia, etc.
Habría imprudencia, en la ligereza o temeridad en el tratamiento, en la
falta de previsión inexcusable, en la prescripción de medicamentos no
autorizados en el país o en dosis peligrosas, etc. Habría impericia, en la
falta de una adecuada preparación profesional, en la ausencia o
insuficiente actualización en los adelantos médicos, error de diagnóstico,
terapia equivocada, alta prematura, etc.”7
4° Que a consecuencia del hecho, se haya producido un resultado dañoso.
Y este daño debe reunir las siguientes características:
• que el daño sea cierto y no eventual;
7
Canales, Patricia, “la responsabilidad civil médica en la doctrina y en la jurisprudencia”,
depesex/bcn/serie estudiosaño xiii, nº 277. Pag 14
7|Página
• que el daño, que puede ser presente o futuro, sea consecuencia del
hecho negligente (vinculo causal);
• que el daño no haya sido reparado; y
• que se afecte un interés legítimo del reclamante, considerando la
profesión u oficio del reclamante y cuantificando la indemnización
en consideración a lo anterior.

Posición de la corte en la sentencia:


Por tratarse de un caso donde no solo existe incumplimiento
contractual, sino también la configuración de un cuasidelito de lesiones
graves, la actora ha podido en definitiva acogerse a lo que entendemos
como opción o cumulo de responsabilidades, y decidir entablar su acción
en sede extracontractual, la que le permite una mayor extensión en la
reparación del daño, siempre probando este ultimo, y estableciendo el
nexo causal entre este y el autor de la negligencia.

2. RESPONSABILIDAD POR EL HECHO AJENO: PRESUNCION DE


RESPONSABILIDAD.

Por regla general, tal como lo establece el artículo 2316 8, se responde


por hechos propios, no por hechos ajenos. Excepcionalmente, sin
embargo, se debe responder por los hechos ajenos, como lo plantea el
artículo 2320 del código civil “Toda persona es responsable no sólo de sus
propias acciones, sino del hecho de aquellos que estuvieren a su cuidado”.
Esta disposición se sustenta en el deber de vigilancia que una persona
tiene respecto de otra u otras, que están bajo su control o dirección, y de
las cuales debe preocuparse que no causen daño, y en el caso de que
este se produzca, se le imputara que no empleo la debida vigilancia. Y por
ello se señala que más que responsabilidad por el hecho ajeno, lo es por
el hecho propio.

8
Art. 2316. “Es obligado a la indemnización el que hizo el daño, y sus herederos.”
8|Página
Los requisitos para la existencia de la responsabilidad por el hecho
ajeno son:
• Relación de dependencia entre el autor del daño y la persona
responsable. Deberá probar esta relación la víctima.
• Que ambas partes sean capaces de delito o cuasidelito
• Que se pruebe la culpabilidad del subordinado.
La presunción de culpa es simplemente legal, excepto en el caso
del articulo 2321 del código civil.

2.1 RESPONSABILIDAD CIVIL DE HOSPITALES Y CLINICAS


PRIVADAS POR EL HECHO AJENO

En el derecho moderno, ya no solo se busca la responsabilidad civil del


medico, sino también la de la clínica u hospital en donde se perpetraron lo
hechos dolosos o culposos. Esto, para lograr que sea el patrimonio
solvente quien enfrente el pago de la indemnización. Frente a lo anterior,
existen tres teorías que intentan explicar y dar alcance a la responsabilidad
civil de estas instituciones.
La primera, llamada “de la responsabilidad por culpa en la elección
y en la vigilancia”, la cual plantea que la clínica u hospital solo será
responsable civilmente una vez que se acredite su culpa en la elección y
vigilancia de los médicos y demás personal que en ellos trabaja. Esta es la
teoría consagrada en nuestro código civil respecto a la responsabilidad
civil del empresario.
La segunda teoría, la de “la responsabilidad vicaria, indirecta o
sustituta”, considera que los centros hospitalarios tiene una
responsabilidad objetiva frente a la culpa de sus subordinados; por tanto
este no puede eximirse de tal responsabilidad, respondiendo así en forma
de garantía de la culpa ajena. Esta doctrina tiene especial importancia,
pues ha sido aplicada por los Tribunales de modo tácito o indirecto a
través de una interpretación extensiva de las normas contempladas en el
Código Civil, especialmente los artículos 2314, 2320 y 2322.

9|Página
La tercera, “de la responsabilidad por el riesgo de la empresa”,
supone que tanto clínicas y hospitales son empresas de servicios, por
tanto crean y se lucran de un riesgo, y por ello deben responder de los
daños causados por ello, independientemente si hubo o no culpa.

2.2 REGIMEN CHILENO DE RESPONSABIIDAD DE CLINICAS Y


HOSPITALES.

Se reglamenta en el código civil tanto la responsabilidad contractual


(articulo 1545 y siguientes), en la cual se presume la culpa del (artículo
1547 inciso del Código Civil); así como también la responsabilidad
extracontractual (articulo 2314 y siguientes del código civil), que se basa
en el incumplimiento de los deberes generales de diligencia y cuidado.

Frente a la división anterior, los daños causados al paciente durante


una operación quirúrgica pueden ser una infracción contractual (contrato
de hospitalización y /o asistencia médica) y a la vez de un delito o cuasi
delito civil (violación de la obligación genérica de actuar con diligencia y no
causar daño a otro), por lo tanto, la negligencia médica y hospitalaria con
daños al paciente puede incluirse indistintamente como responsabilidad
contractual o extracontractual, siendo esta ultima acción mas protectora de
las victimas, que la acción contractual.
En la práctica, en la mayoría de los casos de negligencia médica, se
persigue la responsabilidad extracontractual de la clínica-hospital,
omitiendo el contrato que pudiera existir entre el demandante y el
demandado.

2.3 RESPONSABILIDAD DEL CENTRO HOSPITALARIO POR EL


HECHO DE SU CONTRATANTE INDEPENDIENTE.

Hoy en día, no cabe duda de que un centro hospitalario es


civilmente responsable por el hecho culpable de su personal medico, aun

10 | P á g i n a
cuando no tengan forma de ejercer control sobre sus actos. El problema
esta, cuando el daño es causado por un medico que no es dependiente de
tal hospital. En estos casos, aunque ese medico atienda en las
instalaciones del centro y ocupe sus insumos e instrumentos, el
establecimiento no es civilmente responsable, salvo que se llegare a
probar culpa en la organización o falta de servicio.
Así, en relación con la responsabilidad civil del hospital por los
daños causados por la intervención de un equipo médico, es necesario
distinguir la forma como el paciente contrató los referidos servicios médico-
quirúrgicos. Si el demandante sólo contrató dichos servicios con su médico
particular y éste configuró el equipo médico con sus colaboradores más
inmediatos (médicos ayudantes, anestesistas y enfermeras
especializadas), el hospital no sería civilmente responsable por las culpas
de éstos, pues se trata de personas que no pertenecen al personal del
mismo, salvo que exista una falta de servicio o culpa en la organización o
que un funcionario del propio hospital que colabore con el equipo medico
haya incurrido en culpa.
Según Zelaya Etchegaray, “la moderna doctrina del riesgo de
empresa sostiene que el hospital, considerado como empresa prestadora
de un servicio más o menos integral de salud, tendría la capacidad de
controlar los riesgos típicos o inherentes a su actividad, soportar el daño y
distribuir su costo entre el mayor número de personas. De esta forma, se
ayuda a crear un incentivo financiero para que el hospital sea más
cuidadoso en la selección, instrucción y
regularización de las actividades que se realizan en su interior”9.
Tratándose de un Centro Médico, esto es el lugar donde varios
médicos tienen sus consultas privadas, compartiendo infraestructura,
instrumental y equipos, cuyos gastos son comunes, la negligencia de uno
de ellos no compromete la responsabilidad civil del centro médico ni del
resto de los profesionales que lo integran.

9
Op Cit Pag 24
11 | P á g i n a
Posición de la corte en la sentencia:
En este sentido, la corte ha fallado que presentada por la actora la
petición de que se condene a la PUC por responsabilidad en el hecho
ajeno, esta pretensión no tendría asidera, ya que además de acreditar la
existencia de una acción u omisión culpable, también se debe acreditar
que tal persona tiene un vinculo de dependencia con la institución,
cuestión que no se da en este caso, ya que la actora concurrió a la
consulta particular del facultativo, y no se prueba que dicha institución
haya tenido injerencia en el tratamiento y procedimiento efectuado, por
tanto no se le puede considerar civilmente responsable por lo que ejecuten
médicos contratados directamente por los pacientes.
Para entregar este argumento, la corte se apoya principalmente en
la doctrina clásica, principalmente lo sostenido por el profesor Enrique
Barros, quien estima que el hospital o clínica solo responde en el caso de
no haber dispuesto los medios necesarios para prestar los servicios, no
haberse observado los deberes de cuidado en la administración de los
equipos de trabajo, infraestructura e instalaciones, cuestión que ha juicio
de la corte no ha sido probada en esta causa.
Frente a este argumento nuestra postura estuvo dividida, por un
lado es cierto que no se cumplen las condiciones que exigen los preceptos
legales para configurar la responsabilidad por el hecho ajeno, pero por otro
lado, consideramos también que los artículos 2320 y 2322 del código civil,
produce el efecto de invertir la carga de la prueba, por lo que es la PUC
quien debe probar la falta de responsabilidad, cuestión que no hace.
También consideramos que se debe dejar atrás la doctrina
tradicional en este sentido, y dar una revisión a la teoría más moderna, la
que plantea que por ser estos centros de salud, verdaderas empresas que
lucran con la salud de las personas, deberían hacerse responsables de
todo cuanto acontece en sus instalaciones.
Por otra parte, consideramos que el hecho de haber sido esta
institución donde se realizo la intervención, no es intrascendente, toda vez
que es en función del prestigio y confianza que le provoco a la actora el

12 | P á g i n a
nombre de la institución, que ella pudo haber accedido a realizarse tal
intervención, y que de no haber sido por ello, tal cirugía no se hubiese
realizado. Esta institución presto su nombre y prestigio, y la demandante
firmo un contrato de ingerso en el centro hospitalario, cuestión mas que
suficiente para nosotros para determinar que si existe responsabilidad.

3. EXTENCION DE LA INDEMNIZACION.

En materia delictual o cuasidelictual la reparación es completa, ya que


involucra todo el daño sufrido por la victima, ya sea en su persona o en
sus bienes, la perdida de beneficio moral o material, patrimonial o
extrapatrimonial.

Para lograr la indemnización por este daño sufrido, en materia de


responsabilidad delictual o cuasidelictual, es la víctima que reclama la
reparación quien debe probar el hecho doloso o culpable que imputa al
demandado, ya que la obligación de reparar nace precisamente del hecho
ilícito que invoca el demandante. Esta regla general se aplica, salvo que la
ley presuma la culpabilidad, como ocurre en los casos de los art. 2320 a
2323 y 2326 a 2329.

Tal reparación del daño, dependerá del alcance que este tuvo, y la
indemnización debe abarcarlo en su totalidad, es por ello que comprende
tanto el lucro cesante, el daño emergente y el daño moral. En este sentido
es fundamental el elemento nexo causal para la determinación de los
daños que deberán ser indemnizados. La Reparación dependerá de la
magnitud del daño ocasionado. La indemnización debe resarcirlo
totalmente. En consecuencia, comprende el daño emergente, el lucro
cesante y el daño moral.

Recordemos que el elemento nexo causal no sólo constituye un


elemento de imputación, sino también una herramienta para la

13 | P á g i n a
determinación de los daños que deberán ser indemnizados (extensión de
la reparación).

Posición de la corte en la sentencia:


Respecto a la pretensión de la demandante, quien solicitaba una
extensión del monto otorgado por concepto de daño moral, además que
también se considere una indemnización por lucro cesante y daño
emergente, la corte argumenta que no existen los fundamentos suficientes
para ello, además tampoco presenta prueba adicional que logre desvirtuar
la sentencia en revisión.
Frente a esta postura de la corte, nuestra opinión es contraria, ya
que si bien no existen nuevos antecedentes que hagan procedente el
aumento del monto por daño moral, ni menos para una estimación del
lucro cesante, respecto del daño emergente, creemos que se debió haber
otorgado, toda vez que esta totalmente acreditado que la actora debió
someterse a nuevas cirugías y tratamientos que le permitiesen de cierta
forma superar el trauma causado por la impericia e imprudencia del
demandado. Y como lo dice el articulo 1556 de nuestro código civil “La
indemnización de perjuicios comprende el daño emergente y lucro
cesante, ya provengan de no haberse cumplido la obligación, o de
haberse cumplido imperfectamente, o dehaberse retardado el
cumplimiento.
Exceptúanse los casos en que la ley la limita expresamente al daño
emergente.”, pero este daño causado queda fuera de la orbita del contrato,
por tanto se debe aplicar la norma del articulo 2329 del mismo cuerpo
legal, que nos dice “Por regla general todo daño que pueda imputarse a
malicia o negligencia de otra persona, debe ser reparado por ésta”. En
virtud de esta disposición fluye el principio de reparación integra del daño,
mas aun si se cumplen todos los requisitos que se exigen para la
existencia de la responsabilidad extracontractual, y no existe ningún tipo
de atenuante.

14 | P á g i n a
V CONCLUSIONES:

1. La corte rechaza las peticiones tanto de demandante como de


demandado, por considerar que los antecedentes no han variado
respecto del juicio de primera instancia.
2. Respecto a acoger una demanda por responsabilidad
extracontractual que ha tenido origen en un contrato de prestación
de servicios médicos, estamos contestes de que es posible el
cumulo de responsabilidades en este caso, toda vez que se
cumplen los requisitos para ello.
3. Respecto a la responsabilidad que le cabe al facultativo, queda
totalmente establecida su negligencia médica, ya que se prueba sin
dudas que se aparto totalmente de lo que indica su lex artis.
4. Respecto a la responsabilidad por el hecho ajeno que le cabria a la
PUC, la corte en su fallo sigue la doctrina clásica, que indica que si
no hay un vinculo de subordinación o dependencia entre el
profesional y esta, la ultima no esta responsables por los actos que
este facultativo realiza, a menos que no haya procurado los medios
necesarios, la administración adecuada, o alguno de sus
funcionarios actúe con culpa dentro de un equipo medico externo.
Respecto ello, esta trabajo considera que se debe tener presente la
doctrina que considera al hospital como empresa, responsable de
todo aquello que ocurra en sus instalaciones.
5. Respecto a la indemnización de perjuicios, la corte rechaza la
petición de aumento del montó por daño moral, así como también la
petición de lucro cesante y daño emergente, no contemplando el
hecho de que la norma del articulo 2329 nos dice que todo daño
debe ser indemnizado, mas aun si está efectivamente probado y es
imputable al demandado, en este caso nos referimos al daño
emergente, que consideramos si debió ser otorgado por la corte.

15 | P á g i n a

También podría gustarte