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TEMA 3 - LA CELESTINA

LENGUA
3º ESO

A) LENGUA
LAS CLASES DE ORACIONES

ORACIONES IMPERSONALES

Existe un grupo de oraciones simples que no tienen sujeto, ni este se puede recuperar a partir de la
terminación verbal. Son las oraciones impersonales.

Las Oraciones Impersonales son aquellas que no admiten sujeto

Estas oraciones están constituídas por un sintagma verbal.

Las oraciones impersonales se construyen con:

● Los verbos que indican fenómenos meteorológicos: Hoy lloverá, Ha nevado esta mañana…

● El verbo haber como núcleo del predicado; Hubo un gran atasco, hay leche en la nevera, había
gente en la pista de baile…

● El verbo hacer, ser y estar en 3ª persona singular; que indica tiempo cronológico o tiempo
natural: Hace seis años de aquello ; hace fresco por las noches, ayer hizo frío; es muy tarde;
estaba muy nublado; será primavera pronto…

● Impersonales con el pronombre SE (NO CONFUNDIR CON LAS PASIVAS REFLEJAS ):

- La oración NO admiten plural, es decir, no se puede pasar a plural.

- El verbo se conjuga solamente en 3ª persona singular. De modo que, el verbo siempre estará en
singular.

- Las oraciones impersonales carecen de sujeto, pero sí pueden tener complementos del verbo (CD,
CI…).

IMPORTANTE: cuando una oración con SE lleva un CD introducido con la preposición "a" (hace
referencia a persona) SIEMPRE es impersonal. Solo en estos casos se puede pasar a plural, pero no está lo
admitido por la RAE.

- El complemento no tiene por qué concordar en género y número con el verbo.

- Cuando se analiza el SE no tiene función y se indica de la siguiente manera: marca de


impersonalidad (M. Imp.)
Ejemplos: Se recibió a mi tía con abrazos
Aquí se trabaja bastante bien
Esta tarde se hablará del nuevo contrato
Para este juez se es siempre culpable
¡Qué bien se vive aquí!
Se come bien en España

​ORACIONES ACTIVAS Y PASIVAS

● ORACIONES ACTIVAS
En las oraciones activas el sujeto realiza la acción

Jaime lee un libro → sujeto: Jaime; Complemento directo: un libro

● ORACIONES PASIVAS

La Oración Pasiva es aquella en la que el sujeto recibe la acción del verbo (Sujeto Paciente) y el
Complemento Agente la realiza:

El libro es leído por Jaime → Sujeto Paciente: el libro; C.Ag.: por Jaime​

Reconocemos las oraciones pasivas porque están formadas con la construcción perifrástica del verbo
auxiliar ser + participio del verbo conjugado. Constan de un Sujeto Paciente (cuando lo desempeña
una persona o animal), un predicado (verbo ser + participio) y un Complemento Agente (que realiza la
acción, sería el sujeto en la oración activa) introducido por la preposición "por":

Mi perro ha sido vacunado por el veterinario


El debate será moderado a través de un mensajero

​Las oraciones activas se convierten en pasivas de esta forma:

● El CD pasa a ser Sujeto Paciente.


● El Sujeto de la oración pasa a ser el Complemento Agente.
● El verbo en la pasiva está formado por: verbo auxiliar ser (conjugado igual que el verbo de la
oración activa) + verbo en participio de la oración activa.
● Pasiva refleja (pasivas con la forma pronominal SE)

- Las oraciones en pasiva refleja tienen un sujeto PACIENTE y un verbo en voz activa (en singular o en
plural).

- Se establece concordancia con el verbo y el sujeto PACIENTE.

- Cuando se analiza el SE no tiene función sintáctica y se indica de la siguiente manera: marca de pasiva
refleja (M. Pas. Ref.)
Ejemplos: Se venden dos casas en esta zona.
Se construyó un puente.
Se convocarán elecciones en marzo.

ACTIVA - PASIVA - PASIVA REFLEJA

B) LITERATURA
LA CELESTINA
FERNANDO DE ROJAS

En el siglo XV aparecen las Coplas de Jorge Manrique y La Celestina; ambas son obras innovadoras que
nos anuncian el final de la Edad Media y la riqueza literaria y artística que llegará a España un poco
después con el Renacimiento.

Se llama también Tragicomedia de Calisto y Melibea y es una obra dialogada en prosa que no se puede
representar en el teatro debido a su gran extensión y a su estructura.

La primera edición (Burgos, 1499) tenía 16 actos; la de Sevilla (1502) 21 actos; en la edición de Toledo
de 1562 se le añadió un acto más.

Durante mucho tiempo se dudó acerca de la autoría de la obra. Se da como seguro que fue Fernando de
Rojas, que nació en Puebla de Montalbán (Toledo), probablemente en 1476. Estudió leyes en la
Universidad de Salamanca y llegó a ser Alcalde Mayor de Talavera (Toledo), donde murió en el año 1541.

Según cuenta él mismo en el prólogo, leyó el primer acto de la obra que circulaba entre los estudiantes de
la universidad sin saber quién lo había escrito. Le gustó y se dedicó a continuar la obra con el resto de los
actos, acabando en 15 días, durante sus vacaciones.

ARGUMENTO
En La Celestina se muestran los trágicos amores de Calisto y Melibea y las malas artes que emplea la
alcahueta Celestina para que se enamoren.
Calisto, un mozo inteligente y de clase alta, ha conocido en una huerta, algo alejada de la ciudad, a la
bellísima Melibea, y se ha enamorado de ella. Vuelve a encontrársela en la ciudad, cerca de la iglesia, y le
comunica sus sentimientos; ella lo despide irritada. Vuelve Calisto a su casa y confiesa su amor y su pesar
a su criado Sempronio. Éste le propone que utilice a la vieja Celestina como intermediaria, para que
suavice la aspereza de Melibea.

Celestina logra entrar en la mansión de Melibea e intercede en favor del enamorado; consigue vencer su
esquivez y la joven corresponde a Calisto. Sempronio y Pármeno, criados de Calisto, de acuerdo con
Celestina, desean explotar la pasión de su amo, que había ofrecido a la vieja una cadena de oro si lograba
sus propósitos. Los criados reclaman su parte a la vieja, que se niega; la matan y huyen. Pero son
apresados y muertos por la justicia.

Calisto suele visitar a Melibea trepando a su jardín por una escalera de cuerda; estando en él, se produce
en la calle una pelea. El joven, pensando que uno de sus nuevos criados tiene problemas, desea intervenir
en ella y al bajar por la escalera cae al vacío. Calisto muere, y Melibea, al saberlo, sube a una torre y se
arroja desde lo alto.

La obra termina con el llanto de Pleberio, padre de Melibea.

PERSONAJES
Dos mundos se contraponen en la obra: el ideal o renacentista, de los jóvenes enamorados que solo viven
para su pasión; y el real o medieval de la Celestina y los criados, ruines explotadores de aquel amor.

El personaje mejor trazado en la obra es el de Celestina, la vieja astuta, encarnación del mal, que con
tentadoras palabras quebranta la virtud de Melibea. Uno de los aspectos más destacables de la obra es la
magnífica caracterización de los personajes a través del lenguaje que emplean: los personajes nobles,
como Calisto y Melibea, se expresan con delicadeza y elocuencia, mientras que los personajes populares,
como Celestina y los criados, emplean un lenguaje más espontáneo y popular, lleno de refranes y frases
hechas.

La Celestina es una obra única en cuanto a la creación de caracteres. Aunque Calisto y Melibea aparecen
como protagonistas, es Celestina la que domina la obra entera; es sin duda el personaje mejor logrado y a
la vez el más complejo de los personajes creados por Rojas. Celestina es un personaje que vive del vicio y
de las bajas pasiones de los demás. Y todo esto lo aprovecha en beneficio propio. Pero sin los vicios y
miserias morales de la ciudad, Celestina no sería posible. Su existencia sólo es posible porque existe una
sociedad urbana que de alguna manera la necesita.

Es un personaje que sirve de todas las artes, desde la hechicería a las ocasiones para lograr su propósito:
dinero. Porque la gran pasión de Celestina es la avaricia. La avaricia es la que la lleva a pervertir a los
criados de Calisto: por avaricia no se detiene ante nada ni le importan los medios. Sus conocimientos de la
naturaleza humana, el engaño, la falsedad, la pretendida compasión, el cinismo y la ironía, la hechicería y
sobre todo su inmensa experiencia, todo lo pone al servicio de su gran pasión, que no es la lujuria sino la
avaricia.

Importante también es señalar que Celestina ama su oficio y lo realiza con el interés de un profesional.
Otro hecho que la define de algún modo es su importancia social como alcahueta, hecho éste digno de
tenerse en cuenta a la hora de ver La Celestina como testimonio histórico social. En efecto, Celestina es
reconocida, tal como es, de una manera general. Pármeno, en la descripción que ella hace, dice que en
todas partes está y todos la solicitan.

Calisto, mozo noble y de notable ingenio, no posee la firmeza y determinación de Melibea. Es voluble,
impresionable, fácil al desánimo y la exaltación más apasionada. Los dos rasgos más sobresalientes de
este nuevo amador son por un lado, su total enamoramiento, es un poseso del amor, lo cual le hace andar
completamente abstraído, en ocasiones como un sonámbulo, y por otro su egoísmo y su inseguridad.

El enamoramiento le lleva a las alabanzas más incontenibles, y a veces sofisticadas, de Melibea. Cae así
en los esquematismos del amor cortés y en las exageraciones propias de los amantes, fruto no de la razón
sino del corazón. Encarna el amor ciego, la pasión desatada, pasión que le esclaviza hasta convertirle en
un personaje trágico.

Otro rasgo de este personaje es su inseguridad. Es tan inseguro, que llega incluso a perder protagonismo a
favor de Celestina y de sus criados, quienes de esta manera se agigantan como personajes imprescindibles
en la obra.

LAS DOS VISIONES DE LA CELESTINA


La Celestina es una obra que contiene elementos propios del tiempo que deja atrás (La Edad Media) y
otros de la nueva mentalidad que llega (El Renacimiento).
Perteneciente a la visión medieval pueden ser, por ejemplo, el propósito moralizador de la obra, la muerte
de los personajes como castigo divino por sus vidas y pecados.
A la visión renacentista corresponden, por ejemplo, un amor ya sensual y gozoso y el valor que se
concede a las riquezas y a la fama.

TEMAS PRINCIPALES QUE SE TRATAN EN LA OBRA


El autor pretende comunicar en La Celestina una historia de amor y muerte. El amor apasionado de los
amantes Calisto y Melibea, amor nacido y cultivado en secreto por las artes de la vieja hechicera
Celestina. Y la muerte domina la escena con un designio fatal: mueren los criados, víctimas de su codicia,
muere Calisto, desesperado en su irreflexión; y muere Melibea, suicidándose, porque no le merece la pena
vivir sin su amado.

- La pasión amorosa: Trata sobre el deseo irrefrenable que aunque a veces aparezca envuelto en los
típicos del amor cortés, se salta todas las normas sociales y morales llevando así la destrucción de todos
los personajes. La pasión amorosa se ve reflejada en la ceguera de Calisto.

- La codicia y la pasión por la riqueza: El origen de todos los conflictos secundarios que aparecen en la
obra son la codicia y la mezquindad de la Celestina y de los criados y el dinero es lo que los arrastra a la
muerte. La codicia y la pasión por la riqueza se ve reflejada cuando Sempronio y Pármeno son capaces de
traicionar a su propio amo por dinero.

- La astucia: Es una de las mejores características que describe a la Celestina. Es por esta por la cual es
capaz de manejar a todos los personajes a su antojo pero su mezquindad puede más y la lleva a la ruina.
La astucia se la aporta su dominio del lenguaje, el hecho de que domine todos los registros lingüísticos.
Pero esta habilidad, su arte queda anulada por su codicia, por su avaricia si no fuera compartir las
ganancias

- La muerte: Fernando de Rojas hereda el concepto de la muerte en la Edad Media pero él no tiene la
esperanza cristiana de que hay una vida después de la muerte. Por eso todos los conflictos aparecidos
acaban en muerte, de ahí el nombre de tragicomedia. La muerte se ve reflejada al final de la obra cuando
acaban muriendo la mayoría de los personajes.

INTENCIÓN DE LA OBRA
A pesar de que la obra es bastante cruda, tanto por las pasiones como por el lenguaje utilizado, la
intención es didáctica. Intenta prevenir a las muchachas de la época contra las trampas de las alcahuetas
que trataban de minar su recato; y advertir a los jóvenes de todos los tiempos contra las locuras del amor,
contra la tentación de sentir el amor como lo único y los más importante; como algo que si no se domina
conduce a la destrucción y a la muerte.

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