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El Tratado de Límites entre la República de Chile y la República de Bolivia de 1866 es

un tratado internacional suscrito el 10 de agosto de 1866 en la ciudad de Santiago de Chile,


como la culminación de una larga disputa territorial entre ambos países por el desierto de
Atacama, que se remontaba a 1842. Por este tratado, la línea fronteriza entre Bolivia y
Chile quedaba fijada en el paralelo 24°S y se establecía que entre los paralelos 23°S y 25°S
los Estados signatarios se repartirían las utilidades guaneras y mineras en partes iguales.1

Poco tiempo después de haberse celebrado este tratado se produjeron varias dificultades en
su aplicación, lo que acarrearía nuevas disputas. En 1872, ambos países buscaron
solucionar los problemas del tratado mediante un acuerdo complementario, el llamado
acuerdo Lindsay-Corral. El acuerdo fue aprobado por Chile pero nunca por Bolivia, debido
a la influencia del Perú, país con el que firmaría un tratado de alianza en 1873.

Los intereses económicos que tenían estos tres países por los recursos de la zona
ensombrecieron las relaciones. Pese a esto, Bolivia y Chile lograron finalmente llegar a un
entendimiento con un nuevo tratado en 1874 cuya violación2 por parte de Bolivia en 1878
desencadenó la Guerra del Pacífico en 1879.3

Índice
 1 Antecedentes
 2 El tratado
o 2.1 Negociación
o 2.2 Firma y aprobación
o 2.3 Contenido
o 2.4 Alcances del tratado
 3 Situación posterior al tratado
o 3.1 Opinión en Bolivia y Chile sobre el tratado
o 3.2 Problemas en su aplicación y nuevas negociaciones
o 3.3 El protocolo de Corral-Lindsay de 1872 y la influencia del Perú
o 3.4 Nuevo tratado entre Bolivia y Chile en 1874
 4 Véase también
 5 Referencias
 6 Notas
 7 Bibliografía

Antecedentes
Artículos principales: Cuestión del Paposo y Corredor de Atacama.

Al iniciarse la época republicana, Chile, Perú, Bolivia y Argentina colindaban sin haber
definido sus fronteras en tratados mutuos. Siguiendo el acuerdo implícito del Uti possidetis
común a todos los países latinoamericanos, los límites eran los definidos durante la colonia,
que eran vagos, a veces contradictorios y a menudo sobre territorios desconocidos,
inhabitados o inhabitables por su clima o lejanía.4

Respecto a la soberanía del desierto de Atacama, existe poco entendimiento. Chile desde
1822 señalaba "el despoblado de Atacama" como límite, sin dar mayor especificación o
exactitud sobre el límite de su territorio5nota 1 mientras que Bolivia en 1825 incluía una parte
de ella a su territorio,6 aunque de igual modo sin especificar límites exactos.7nota 2

La región en general se encontraba poco habitada, por lo inhóspito y por la poca


importancia económica que tuvo en un comienzo. Chile mantenía algunas aldeas en el
Paposo; y Bolivia, que le resultaba muy difícil la comunicación con la zona debido a la
cordillera de los Andes que lo separaba, contaba apenas con cinco aldeas: dos en Atacama
Alto (Calama y Chiu Chiu) y tres en Atacama Bajo (las poblaciones costeras de Cobija,
Tocopilla y Mejillones).nota 3 Tanto Chile8 como Bolivia9 ejercieron en algunos puntos de
Atacama actos de jurisdicción sin realizar reclamos por los actos del otro.

Esta situación cambió a principios de la década de 1840, cuando se descubrieron en el


desierto grandes acumulaciones de guano y salitre, fertilizantes que empezaban a ser muy
cotizados en el mercado mundial. Similares descubrimientos se dieron en la provincia
peruana de Tarapacá, al norte de Atacama. Todo ello concitó el interés del presidente
chileno Manuel Bulnes, que en 1842 envió una expedición para que explorara el territorio
«entre el puerto de Coquimbo y el morro de Mejillones», en busca de yacimientos. El
mismo Bulnes informó del resultado de las prospecciones ante el Congreso de su país y
aunque afirmó que estas solo ubicaron yacimientos de baja ley en algunos puntos, propuso
una ley para declarar como propiedad del Estado las guaneras situadas al sur del paralelo
23°S (Mejillones).10 El Congreso chileno, por ley del 31 de octubre de 1842, consagró
dicha propuesta, quedando así fijada, por una ley de carácter económico interno, la frontera
norte de Chile en el paralelo 23°S.11 Un año después se creó la provincia chilena de
Atacama.

El gobierno boliviano, producto de esta ley chilena, oficializó a comienzos de 1843


reclamos a Chile manifestándole, con vaguedad y contradicción, que el verdadero límite
entre ambos países estaba en el río Salado o en el Paposo, ubicándolo el primero en el
paralelo 26ºS y el segundo en el 25ºS.12

Incidentes y reclamos entre ambos países se sucedieron en los años siguientes debido a este
conflicto que comenzaba a aflorar por la jurisdicción de la zona. En 1846, el bergantín
boliviano General Sucre apresó en Mejillones al barco chileno Rumenia, conduciéndolo
hasta Cobija.13 En 1857, la corbeta chilena Esmeralda apresó en esa misma zona costera al
barco Sportsman, conduciéndolo hasta Caldera. Otros incidentes también se dieron en ese
periodo. De igual forma las diplomacias de ambos países argumentaban respectivamente
sobre los derechos que tenían en la región, exhibiendo documentos coloniales sobre la
jurisdicción de la Audiencia de Charcas o la Capitanía General de Chile.14

Desde 1842 a 1862, todos los esfuerzos diplomáticos para lograr un acuerdo en esta disputa
territorial fueron infructuosos. En 1860 el gobierno boliviano envió una misión diplomática
a Chile, encabezada por José María Santibáñez, para negociar un tratado de límites que
pusiera fin a la disputa. Para zanjar el asunto, el representante boliviano propuso como
solución el paralelo 24ºS y medio como límite, a lo que el canciller chileno Matías Ovalle
Errázuriz se opuso. Santibáñez sugirió entonces llevar el asunto al arbitraje, a lo que
también se negó rotundamente el plenipotenciario chileno.15

Para 1863 las tensiones entre Chile y Bolivia aumentaron drásticamente. La Asamblea
Legislativa boliviana autorizó al Ejecutivo, por ley del 25 de junio de ese año, declarar la
guerra a Chile, alegando la usurpación de su territorio «desde el Paposo, ó Río Salado,
hasta Mejillones»,16 aunque solo después de que se agotaran todos los recursos por la vía
diplomática que dieran un resultado favorable a Bolivia.17 El problema común en 1865 por
la guerra con España puso un paréntesis al asunto, pues Bolivia se alió con Perú, Chile y
Ecuador frente a la agresión de la flota española (1866), considerándose secundaria
cualquier otra disputa que no fuera el enfrentar al enemigo común.18

El tratado
Negociación

El presidente boliviano Mariano Melgarejo, al centro; y a su derecha, de civil, Aniceto


Vergara Albano, diplomático chileno; y a su izquierda, también de civil, el ministro
boliviano Mariano Donato Muñoz. Foto tomada el día en que este presentó sus cartas
credenciales como Ministro Plenipotenciario y Enviado Especial del gobierno de Chile
(1866).

Existiendo un ambiente plenamente americanista producto de la guerra con España, Bolivia


y Chile reanudaron las negociaciones para finiquitar su primer tratado limítrofe y dar punto
final a la controversia. Gobernaba entonces en Bolivia el general Mariano Melgarejo
(gobernante de facto)19 y en Chile el presidente José Joaquín Pérez Mascayano (elegido
democráticamente).20 El gobierno boliviano acreditó en Santiago como enviado
extraordinario y ministro plenipotenciario a Juan Ramón Muñoz Cabrera, mientras que
Chile nombró como su representante en La Paz a Aniceto Vergara Albano.
El representante chileno presentó sus cartas credenciales ante el presidente Melgarejo el 19
de marzo de 1866. Al día siguiente, se suscribió con el ministro boliviano Mariano Donato
Muñoz el acta de la adhesión formal de Bolivia a la alianza contra España que era uno de
los puntos importantes de su misión en la capital boliviana. Luego de esto, comenzaron a
inicios de junio las negociaciones entre Vergara Albano y Donato Muñoz para establecer
las bases del tratado entre ambos países. Vergara Albano había sido aconsejado por el
canciller chileno Álvaro Covarrubias Ortúzar en dejar a Bolivia la iniciativa para proponer
un acuerdo que fuera razonable.

El ministro Donato Muñoz remitió a Albano las bases para un acuerdo en el que
argumentaba que "siendo vagos y mal definidos los límites que dividen a las dos repúblicas
por la parte del desierto de Atacama, la buena armonía que debe existir entre ellas, a la
par que la justicia y la equidad" era recomendable la repartición de las utilidades guaneras
y minerales que se encuentran en los paralelos 23°S y 25°S, habilitándose la bahía de
Mejillones para satisfacer la distribución, y la división del territorio en el paralelo 24°S. El
representante chileno remitió las bases de este acuerdo a su gobierno mediante una nota
fechada el 3 de junio, señalando la conformidad en cuanto a la repartición equitativa de los
recursos, pero con dudas respecto a si Chile debía renunciar a Mejillones, que tanto su país
como Bolivia se adjudicaban con resistencia por su valor. En el caso de que Chile no
aprobara esta propuesta, el gobierno boliviano estaba dispuesto a aplazar indefinidamente la
cuestión de límites. Según el historiador Gonzalo Bulnes, el borrador del tratado propuesto
por Bolivia fue finalmente aceptado por Chile con ligeras modificaciones.19

Se tiende a señalar por parte de la historiografía boliviana que Vergara Albano jugó un
papel fundamental en las negociaciones del tratado.21 Por su parte, el historiador peruano
Jorge Basadre refiere la confesión que hizo el presidente Melgarejo, en el sentido de que el
autor del documento fue el representante chileno.17 Por el contrario, el historiador chileno
Sergio Villalobos señala que la autoría que Melgarejo le hace a Vergara Albano sobre el
tratado sería un simple error o exageración, ya que la documentación de la época no dejaría
dudas de que su verdadero gestor fue el ministro boliviano Donato Muñoz, quien además se
jactaba de ser su autor.22

Otro punto que también es mencionado por la historiografía boliviana, es que este tratado
se obtuvo en base de los halagos y regalos que los diplomáticos chilenos en la capital
boliviana le confirieron a Melgarejo, especialmente por el hecho de haberlo investido como
general del ejército chileno.23 Sin embargo, se omite el hecho de que la investidura de
general chileno a Melgarejo ocurrió con posterioridad a la firma del tratado, y que además,
este mismo grado militar fue conferido por Chile a los presidentes de Perú y Ecuador como
honra por la alianza contra España, así como también que el presidente chileno Pérez fue
igualmente honrado con el mismo grado militar por Bolivia.24

Firma y aprobación

Este tratado se firmó en Santiago de Chile, siendo sus suscriptores el ministro boliviano
Juan Ramón Muñoz Cabrera y el canciller chileno Álvaro Covarrubias.1 La razón por la que
el tratado debió ultimarse y suscribirse en Chile se debe a que Vergara Albano carecía de
autorización para suscribir un convenio en que se señalara que su país renunciaba a
Mejillones.25

El tratado fue aprobado sin dificultades por ambos gobiernos.26

Contenido

El Tratado consta de ocho artículos:1

 El artículo primero fijaba el límite entre Chile y Bolivia en el paralelo 24ºS, «desde
el litoral del Pacífico hasta los límites orientales de Chile». Una comisión de peritos
nombrada por las altas partes contratantes se encargaría de fijar la línea exacta de la
frontera. El tratado no fijaba los "límites orientales" de Chile.
 El artículo 2º establecía que los Estados signatarios se repartirían por mitades las
ganancias provenientes de la explotación de los depósitos de guano descubiertos en
Mejillones y los que se descubriesen en el territorio comprendido entre el paralelo
23°S al 25°S, así como los derechos de exportación que se perciban sobre los
minerales en el mismo territorio (zona de beneficios mutuos).
 El artículo 3º se obligaba a Bolivia a habilitar un puerto y una aduana en Mejillones,
que sería el único lugar por donde pasarían los productos explotados para su
exportación. Chile tendrá derecho a nombrar empleados fiscales que intervendrán
en el departamento de contabilidad de esta aduana con pleno derecho de inspección.
A Bolivia se le concederá un derecho igual en caso de que Chile establezca una
aduana al sur del paralelo 24ºS.
 El artículo 4º liberaba del pago de derechos de exportación de los productos
comprendidos entre los paralelos 24°S y 25ºS que salgan por Mejillones, y eximía
de pago de derechos de importación a los productos chilenos internados también en
Mejillones.
 El artículo 5º dejaba que las altas partes contratantes determinaran de común
acuerdo el sistema de exportación o venta del guano y los derechos de exportación
de los minerales.
 El artículo 6º se obligaba a las partes a no enajenar los derechos de posesión o
dominio del territorio dividido a un tercer Estado, sociedad o individuo. Con
excepción de las partes contratantes.
 El artículo 7º comprometía a las partes a dar una indemnización a los explotadores
por los perjuicios que les fueran inferidos.
 El artículo 8º determinaba que, una vez ratificado el tratado por los congresos de
ambos países, se canjearían las ratificaciones en La Paz o en Santiago, dentro de un
plazo máximo de 40 días.

Alcances del tratado

El tratado fue aprobado por ambos países, con la satisfacción de dar por concluida, de
manera aparentemente razonable, una disputa territorial que se arrastraba por varios años.
Todo con aras de lograr una buena relación, pregonada por el ambiente americanista que
había en aquellos momentos.
Las concesiones eran recíprocas. Los dos países renunciaban expresamente a sus
pretensiones basadas en títulos coloniales. Chile renunciaba a Mejillones, considerada la
perla del desierto, y a todo el grado geográfico hasta el paralelo 23°S, que había sido el
núcleo principal de la disputa. Por su parte, Bolivia renunciaba a sus pretensiones
territoriales que, con cierta vaguedad y contradicción, extendía hasta el río Salado o el
Paposo. Quedaba entonces la frontera en el paralelo 24ºS y se repartían en forma equitativa
las ganancias de los recursos que había entre los paralelos 23°S y 25°S.

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