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Fuentes de área fija

Como contaminan
¿Sabía que el pollo a la brasa a pesar de su alta legión de seguidores
contamina el medio ambiente? Un estudio realizado por el programa regional de
Aire Limpio, determinó que el humo que emanan los hornos de pollería producto
de la combustión de la grasa con el carbón encendido, provocan una serie de
partículas contaminantes que se concentran en el aire e incluso en el mismo pollo
a la brasa, lo que a largo plazo puede afectar la salud de las personas.

“Si bien el transporte es el mayor contaminante atmosférico, se detectó que los


hornos de pollerías junto a otras industrias como las ladrilleras artesanales tienen
una incidencia significativa, dependiendo del grado de contaminación de cada
ciudad”

La contaminación por el humo de pollería es el tercer mayor contaminante del


aire, después del transporte y otras industrias, lo que obliga a las autoridades a
adoptar medidas para un mejor funcionamiento de este tipo de locales.

Los hornos de pollería generan partículas contaminantes como monóxido de


carbono, óxidos de nitrógeno e hidrocarburos aromáticos policlínicos, que según
los estudios realizados a 32 de sus compuestos, al menos 15 de ellos fueron
calificados como cancerígenos.

Guías para mejorar el funcionamiento de los hornos de pollería.

“Mediante un mejor diseño del horno, la recolección de grasas de los pollos al


momento de la combustión, entre otras medidas se puede reducir hasta en tres
veces las actuales emisiones que generan las pollerías” expresó Montalvo.

Entre otras medidas la institución ha diseñado los llamados “Hornos ecológicos”


que funcionan a carbón pero con encendido a gas que reduce en 30% las
emisiones por la combustión del carbón. Si bien algunas reconocidas pollerías han
incorporado este tipo de hornos en sus locales, lo cierto es que la mayoría opera
de manera convencional, contaminando el aire y la salud de los comensales.
Distribución y almacenamiento de gas
LP
Como contaminan
La absoluta falta de seguridad en gaseras, camiones, pipas repartidoras, tanques
estacionarios y cilindros, así como en las conexiones de viviendas, comercios,
industrias, restaurantes, panaderías y puestos callejeros de comida, todo lo que se
traducía en miles de pequeñas fugas de gas que en cualquier momento podrían
magnificarse y desencadenar accidentes mortales, además de provocar grave
contaminación del aire.

Los distribuidores de gas licuado de petróleo (LP) alistan un programa de


prevención de fugas para reducir la contaminación en la zona metropolitana del
valle de México, ya que después de los automóviles, los 7 millones de cilindros de
este combustible y de uso doméstico son otra fuente de emisión de compuestos
orgánicos volátiles (COV), uno de los precursores del ozono
“los compuestos orgánicos volátiles son uno de los elementos más complejos para
reducir en emisiones porque sus contribuciones por sector son muy pequeñas y no
hay comparación con los óxidos de nitrógeno, que claramente 88 por ciento de
esas fuentes vienen del parque vehicular
El gas LP es un combustible tan seguro que 80 por ciento de los mexicanos tienen
su propio almacenamiento en su casa pero es muy seguro siempre y cuando se
guarden las mínimas condiciones de seguridad, tales como mantener en buen
estado su recipiente y que las instalaciones sean correctas

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