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4to año.
Profa: Lucía Marrero
¿Qué es la Filosofía?
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ARISTÓTELES: Gran filósofo
antiguo, político, científico.
Nacido en la ciudad de
Estagira, al norte de la
Antigua Grecia.
LA FILOSOFÍA
“Todos los hombres desean por naturaleza saber. Así lo indica el amor a los sentidos;
pues, al margen de su utilidad, son amados a causa de sí mismos, y el que más de todos,
el de la vista. En efecto, no sólo para obrar, sino también cuando no pensamos hacer
nada, preferimos la vista, por decirlo así, a todos los otros. Y la causa es que, de los
sentidos, éste es el que nos hace conocer más, y nos muestra muchas diferencias.
Por naturaleza, los animales nacen dotados de sensación; pero ésta no engendra en
algunos la memoria, mientras que en otros sí. Y por eso éstos son más prudentes y más
experiencia. Pero el género humano dispone del arte y del razonamiento. Y del
recuerdo nace para los homnbres la experiencia, pues muchos recuerdos de la misma
cosa llegan a los hombres a través de la experiencia. Pues la experiencia hizo el arte,
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observaciones experimentales surge una noción universal sobre los casos semejantes.
Pues tener la noción de que a Calias, afectado por la enfermedad, le fue bien tal
propio de la experiencia; pero saber que fue provechoso a todos los individuos de tal
constitución, agrupados en una misma clase y afectados por tal enfermedad, por
Pues bien, para la vida práctica, la experiencia no parece ser inferior al arte, sino que
incluso tienen más éxito los expertos que los que, sin experiencia, poseen el
conocimiento teórico.
sino a Calias o a Sócrates, o a otro de los así llamados que, además es hombre. Por
universal pero ignora su contenido singular, errará muchas veces en la curación, pues
Creemos sin embargo, que el saber y el entender pertenecen más al arte que a la
consideramos más sabios a los conocedores del arte que a los expertos, pensando que
la sabiduría corresponde en todos el saber. Y esto, porque unos saben la causa, y los
otros no. Pues los expertos saben el qué, pero no el porqué. Aquéllos, en cambio,
consideramos que el arte es mpas ciencia que la experiencia, pues aquellos pueden y
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Es pues, natural que quien en los primeros tiempos inventó un arte cualquiera (…) fuese
admirado por los hombres, no sólo por la utilidad de alguno de los inventos, sino como
sabio y diferente de los otros, y que, al inventarse muchas artes, orientadas unas a las
sabios los inventores de éstas que los de aquellas, porque sus ciencias no buscaban la
utilidad. De aquí que, constituidas ya todas estas artes, fueran descubiertas las
primero tuvieron vagar los hombres. Por eso las artes matemáticas nacieron en Egipto,
Lo que ahora queremos decir es esto: que la llamada Sabiduría versa, en opinión de
todos, sobre las primeras causas y sobre los principios. De suerte que, según dijimos
antes, el experto nos parece más sabio que los que tienen una sensación cualquiera, y
el poseedor de un arte, más sabio que los expertos, y los conocimientos teóricos, más
que los prácticos. Resulta, pues, evidente que la sabiduría es una ciencia sobre ciertos
principios y causas.
Y, puesto que buscamos esta ciencia lo que debiéramos indagar es de qué causas y
del sabio, es probable que el camino quede mpas despejado. Pensamos, en primer lugar,
que el sabio lo sabe todo en la medida de lo posible, sin tener la ciencia de cada cosa
en particular.
También consideramos sabio al que puede conocer las cosas difíciles y de no fácil
acceso para la inteligencia humana (pues el sentir es común a todos, y por tanto, fácil
y nada sabio). Además, al que conoce con más exactitud y es más capaz de enseñar las
causas, lo consideramos más sabio en cualquier ciencia. Y, entre las ciencias, pensamos
que es más Sabiduría la que se elige por sí misma y por saber, que la que se busca a
obedecer a otro, sino que ha de obedecerle a él el menos sabio. Tales son, por su
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calidad y su número, las ideas que tenemos acerca de la Sabiduría y de los sabios. Y de
éstas, el saberlo todo pertenece necesariamente al que posee un sumo grado la Ciencia
conocimiento más difícil para los hombres es el de las cosas más universales (pues son
las más alejadas de los sentidos). Y generalmente, el conocimiento más difícil para los
hombres es el de las cosas más universales (pues son las más alejadas de los sentidos).
Por otra parte, las ciencias son tanto más exactas cuanto más directamente se ocupan
de los primeros principios (…). Además, la ciencia que considera las causas es también
más capaz de enseñar (pues enseñan verdaderamente los que dicen las causas acerca
la ciencia que versa sobre lo más escible. Y lo más escible son los principios y las
causas (…). Y es la más digna de mandar entre las ciencias y superior a la subordinada,
la que conoce el fin por el que debe hacerse cada cosa. Y este fin es el bien de cada
Por todo lo dicho, corresponde a la misma Ciencia el nombre que se busca. Pues es
preciso que ésta sea especulativa de los primeros principios y causas. En efecto, el
bien y el fin por el que se hace algo son una de las causas.
Que no se trata de una ciencia productiva, es evidente ya por los que primero
comunes; luego, avanzando poco a poco y planteándose problemas mayores, como los
cambios de la luna y los relativos al sol y a las estrellas, y la generación del universo.
también el que ama los mitos es en cierto modo filósofo; pues el mito se como de
claro que buscaban el saber en vista del conocimiento, y no por alguna utilidad. Y así lo
atestigua lo ocurrido. Pues esta disciplina comenzó a buscarse cuando ya existían casi
todas las cosas necesarias y las relativas al descanso y al ornato de la vida. Es, pues,
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evidente que no la buscamos por ninguna otra utilidad, sino que, así como llamamos
hombre libre al que es para sí mismo y no para otro, así consideramos a ésta como la
única ciencia libre, pues ésta sola para sí misma. Por eso también su posesión podría
con justicia ser considerada impropia del hombre. Pues la naturaleza humana es
esclava en muchos aspectos; de suerte que, según Simónides, “solo un dios puede tener
Por consiguiente, si tuviera algún sentido lo que dicen los poetas, y la divinidad fuese
desdichados todos los que en esto sobresalen. Pero ni es posible que la divinidad sea
envidiosa, aquí parece que se aplicaría principalmente, y serían desdichados todos los
que en esto sobresalen. Pero ni es posible que la divinidad sea envidiosa (sino que,
según el refrán, mienten mucho los poetas), ni debemos pensar que otra ciencia sea
más digna de aprecio que ésta. Pues la más divina es también la más digna de aprecio. Y
en dos sentidos es tal ella sola: pues será divina entre las ciencias la que tendría Dios
principalmente, y la que verse sobre lo divino. Y ésta sola reúne ambas condiciones;
pues Dios les parece a todos ser una de las causas y cierto principio, y tal ciencia
Así pues, todas las ciencias son más necesarias que ésta; pero mejor, ninguna.”
CONSIGNA DE TRABAJO:
1. Lee detenidamente el texto
2. Realiza vocabulario de aquellas palabras que no entiendas.
3. Resalta con subrayado aquellas frases que te llamen la atención, es decir que
te dejen pensando por algún motivo.
4. ¿Qué preguntas te surgen a partir del texto? Fundamenta.
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Bertrand RUSSELL (1872-1970) Filósofo, matemático, lógico y escritor
británico.
bueno será considerar, para concluir, cuál es el valor de la filosofía y por qué debe ser
estudiada. Es tanto más necesario considerar esta cuestión ante el hecho de que
que la filosofía sea algo más que una ocupación inocente, pero frívola e inútil, con
conocimiento es imposible.
Esta opinión sobre la filosofía parece resultar, en parte, de una falsa concepción de
los fines de la vida, y en parte de una falsa concepción de la especie de bienes que la
filosofía se esfuerza en obtener. Las ciencias físicas, mediante sus invenciones, son
útiles a innumerables personas que las ignoran totalmente: así el estudio de las
las estudia, sino más bien por su efecto sobre los hombres en general. Esta utilidad no
pertenece a la filosofía. Si el estudio de la filosofía tiene algún valor para los que no
se dedican a ella, es sólo un efecto indirecto, por sus efectos sobre la vida de los que
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Pero ante todo, si no queremos fracasar en nuestro empeño, debemos liberar nuestro
necesidades materiales, que comprende que el hombre necesita el alimento del cuerpo,
quedaría todavía mucho que hacer para producir una sociedad estimable; y aun en el
mundo actual los bienes del espíritu son por lo menos tan importantes como los del
cuerpo. El valor de la filosofía debe hallarse exclusivamente entre los bienes del
espíritu, y sólo los que no son indiferentes a estos bienes pueden llegar a la persuasión
sistema del cuerpo de las ciencias, y el que resulta del examen críttico del
durará tanto tiempo como estemos dispuestos a escuchar. Pero si hacemos ls misma
llegado a resultados positivos comparables a los de las otras ciencias. Verdad es que
esto se explica, en parte, por el hecho de que, desde el momento en que se hace
posible el conocimiento preciso sobre una materia cualquiera, esta materia deja de ser
denominada filosofía y se convierte en una ciencia separada. Todo el estudio del cielo,
modo análogo, el estudio del espíritu humano, que era, todavía recientemente, una
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parte de la filosofía, se ha separado actualmente de ella y se ha convertido en la
ciencia psicológica.
Así, la incertidumbre de la filosofía es, en una gran medida, más aparente que real; los
problemas que son susceptibles de una respuesta precisa se han colocado en las
ciencias, mientras que sólo los que no la consienten actualmente quedan formando el
incertidumbre de la filosofía. Hay muchos problemas- y entre ellos los que tienen un
interés más profundo para nuestra vida espiritual- que, en los límites de lo que
Universo una unidad de plan o designio, o es una fortuita conjunción de átomos? ¿Es la
acabará por hacerse imposible? ¿El bien y el mal son de alguna importancia para el
ellos de diversas maneras. Pero parece que, sea o no posible hallarles por otro lado una
aproxima a ellos y manteniendo vivo este interés especulativo por el Universo, que nos
El hombre que no tiene ningún barniz de filosofía, va por la vida prisionero de los
prejuicios que derivan del sentido común, de las creencias habituales en su tiempo y en
preciso, definido, obvio; los objetos habituales no le suscitan problema alguno, y las
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posibilidades no familiares son desdñisamente rechazadas. Desde el momento en que
empezamos a filosofar, hallamos, por el contrario (…), que aun los objetos más
ordinarios conducen a problemas a los cuales sólo podemos dar respuestas muy
respuesta a las dudas que suscita, es capaz de sugerir diversas posibilidades que
disminuir nuestro sentimiento de certeza sobre lo que las cosas son, aumenta en alto
un aspecto no familiar.
valor- tal vez su máximo valor- por la grandeza de los objetos que contempla, y la
intereses privados: la familia y los amigos pueden inclinarse en ella, pero el resto del
forma parte del círculo de los deseos instintivos. Esta vida tiene algo de febril y
limitada. En comparación con ella, la vida del filósofo es serena y libre. El mundo
entero, permanecemos como una guarnición en una fortaleza sitiada, sabiendo que el
enemigo nos impide escapar y que la rendición final es inevitable. Este género de vida
no conoce la paz, sino una constante guerra entre la insistencia del deseo y la
importancia del querer. Si nuestra vida ha de ser grande y libre, debemos escapar, de
cuando sus perspectivas son muy amplias, no divide el Universo en dos campos
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hostiles- los amigos y los enemigos, lo útil y lo adverso, lo bueno y lo malo-; contempla
Universo sea afín al hombre. Toda adquisición de conocimiento es una ampliación del
desea previamente que los objetos tengan tal o cual carácter, sino que el yo se adapta
a los caracteres que halla en los objetos. Esta ampliación del yo no se obtiene, cuando,
partiendo del yo tal cual es, tratamos de mostrar que el mundo es tan semejante a
este yo, que su conocimiento es posible sin necesidad de admitir nada que parezca
serle ajeno. El deseo de probar esto es una forma de la propia afirmación, y como toda
forma de egoísmo, es un obstáculo para el crecimiento del yo que se desea y del cual
partes, considera el mundo como un medio para sus propios fines; así, cuida menos del
mundo que del yo, y el yo pone límites a la grandeza de sus propios bienes. En la
todo, con la ausencia de insistencia y sus deseos como una parte de un todo, con la
amor universal que puede ser dado a todos y no sólo a aquellos que juzgamos útiles o
sino también los objetos de nuestras acciones y afecciones; nos hace ciudadanos del
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Universo, no sólo de una ciudad amurallada, en guerra con todo lo demás. En esta
ciudadanía del Universo consiste la verdadera libertad del hombre, y su liberación del
“La historia de la filosofía como pensar metódico tiene sus comienzos hace dos mil
Origen es, en cambio, la fuente de la que mana en todo tiempo el impulso que mueve a
filosofar. (…)
Primero. Platón decía que el asombro es el origen de la Filosofía. Nuestros ojos nos
“hacen ser partícipes del espectáculo de las estrellas, del sol y de la bóveda celeste”.
Este espectáculo nos ha “dado el impulso de investigar el universo. De aquí brotó para
nosotros la Filosofía, el mayor de los bienes deparados por los dioses a la raza de los
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mortales. Y Aristóteles [añade]: “Pues la admiración es lo que impulsa a los hombres a
filosofar: empezando por admirarse de lo que les sorprendía por extraño, avanzaron
busca el saber, pero el saber mismo, no “para satisfacer ninguna necesidad común”.
Se busca el saber, pero el saber mismo, no “para satisfacer ninguna necesidad común”.
todo ello y de dónde viene, preguntas cuyas respuestas no sirven para nada útil, sino
lo que existe, pronto se anuncia la duda. Los conocimientos se acumulan, pero ante el
examen crítico no hay nada cierto. Las percepcione están condicionadas por nuestros
órganoss sensoriales y son engañosas o en todo caso no concordantes con lo que existe
fuera de mí. Nuestras formas mentales son las de nuestro humano intelecto: se
frente a otras”
Jaspers nos está señalando así dos posibles fuentes de error: 1) los sentidos,
que tienen limitaciones: con luz escasa, por ejemplo, confundimos los colores; 2) la
razón, que nos lleva a veces a demostraciones contradictorias (por ej., se han
Y a esto añade dos formas de duda que se han dado históricamente: la duda pirroniana
para llegar a la certeza. Descartes decía “Pienso, luego existo” y esta inferencia era
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confiabilidad de los sentidos, de haber señalado la posibilidad de confundir sueños y
en todo momento. Aún así, equivocándose en todo, podía llegar a estar seguro de algo:
mientras estaba dudando estaba pensando y al pensar estaba existiendo en tanto ser
pensante. La duda metódica parece, sin duda, más viable que la duda pirroniana ya que
ésta puede llegar a ser paralizante. (Si todo conocimiento de la realidad es imposible
Tercero. Según Jaspers el hombre puede mirar hacia afuera- al mundo-, o hacia
no vivirá indefinidamente, etc. Esto le provoca angustia- que no es sino una “conmoción
no se las aprovecha, no vuelven más. Puedo trabajar por hacer que cambien
determinadas situaciones. Pero hay otras que son, por su esencia, permanentes aun
Quiere decir que son situaciones de las que no podemos salir y que no podemos alterar.
representaciones” (…)
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Estos tres influyentes motivos- la admiración y el conocimiento, la duda y la certeza,
en la actualidad.
En estos tiempos, que representan el corte más radical de la historia, tiempos de una
disolución inaudita y de posibilidades sólo oscuramente atisbadas, son sin duda válidos,
pero no suficientes, los tres motivos expuestos hasta aquí. Estos motivos resultan
que no se limite a ser de intelecto a intelecto, de espíritu a espíritu, sino que llegue a
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