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Genocidios en la actualidad

Los rohingya en Myanmar

Quizás el peor genocidio de los últimos años es el de los rohingya, que viven en el estado de
Rakhine, al noroeste de Myanmar.

A diferencia de la mayoría budista del país, los rohingya son musulmanes, y durante mucho tiempo
han sido tratados como ciudadanos de segunda en Myanmar porque la mayoría de la población los
considera inmigrantes ilegales y terroristas de Bangladesh.

El secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson, calificó en noviembre la crisis de los
rohingya un caso de limpieza étnica. Hasta la fecha, más de 3.000 personas han sido asesinadas en
Myanmar, y al menos 270.000 han sido desplazadas.

Los nuer y otros grupos étnicos en Sudán del Sur

Sudán del Sur se convirtió en 2011 en el país más nuevo del mundo, pero desde 2013 ha estado
inmerso en una brutal guerra civil.

Durante el complejo y poliédrico conflicto el presidente de Sudán del Sur, Salva Kiir, perteneciente
al grupo étnico de los dinka, ha utilizado al ejército para emprender una campaña de genocidio y
limpieza étnica contra su principal grupo rival, los nuer, así como contra otros grupos minoritarios
de la zona. Los nuer también han participado en la limpieza étnica contra los dinka.

El Reino Unido ha calificado estos asesinatos y violaciones como genocidio. Aunque el conflicto
entre los dinka y los nuer ha sido el principal en Sudán del Sur, muchos grupos étnicos más
pequeños también se han visto envueltos en la espiral de violencia étnica que asola el país.
Cristianos y yazidíes en Irak y Siria

Mientras el grupo terrorista Estado Islámico esculpía su califato en Siria y en Irak, asolados por la
guerra, en 2014 y 2015 también puso en su punto de mira a varias comunidades y grupos étnicos
no musulmanes como los yazidíes y chiítas iraquíes, así como a los cristianos asirios que viven en
Siria e Irak.

En brutales campañas de genocidio perpetradas en ambos países, el Estado Islámico llevo a cabo
un proceso de exterminio sistemático de los yazidíes, chiítas y cristianos y destruyó sus aldeas.
También cometieron violaciones masivas en el seno de estas comunidades. Aunque las cifras
siguen sin estar claras, miles de personas han sido asesinadas en estos genocidios.

Hace pocas semanas que el Estado Islámico ha sido oficialmente derrotado en la zona, pero los
efectos de sus genocidios siguen causando estragos entre la población. Khider Domle, un
investigador yazidi de Dohuk (Irak), afirma que los efectos secundarios del genocidio siguen
estando muy presentes en las comunidades yazidíes del país.

Nuestra identidad psicológica, social y religiosa ha sido destruida», explicó Domle a Al Jazeera. La
gente está desperdigada, y no saben qué les depara el futuro. El gobierno iraquí no ha puesto en
marcha ninguna medida para ayudar a los desplazados a volver a Sinjar, ni ha iniciado ningún
proceso de reconciliación nacional, ni ha hecho el más mínimo esfuerzo por reconstruir las
infraestructuras destruidas.

Cristianos y musulmanes en la República Centroafricana

La República Centroafricana, un país encajado entre la República Democrática del Congo, Sudán
del Sur y Chad, lleva inmersa en una guerra civil desde 2013, cuando el presidente cristiano del
país, François Bozizé, fue derrocado por una alianza de grupos musulmanes.
Aunque la guerra terminó en 2016, la tensión racial ha crecido exponencialmente, y muchos
observadores temen que se esté produciendo un genocidio entre las milicias cristianas, llamadas
anti balaka, y la alianza musulmana.

Stephen O'Brien, el responsable de la misión humanitaria de Naciones Unidas, ha afirmado que en


el país se está produciendo un genocidio y una limpieza étnica: La escalada es preocupante,
explicó O'Brien en declaraciones recogidas por Newsweek. Estamos viendo cosas que hacía tiempo
que no escuchábamos. Se está abriendo una profunda y grave perspectiva de limpieza étnica.

Darfuris en Sudán

A mediados de los 2000, el de Darfur fue reconocido como el primer genocidio del siglo XXI por
observadores internacionales y por los embajadores de Estados Unidos de la época. Aunque han
desaparecido de los titulares, las atrocidades cometidas en esta región occidental de Sudán no se
han detenido.

Las matanzas étnicas comenzaron en 2003 cuando las milicias árabes, apoyadas por el presidente
sudanés Omar Hassan al-Bashir, empezaron el exterminar a la población no árabe y a destruir sus
aldeas. Las principales víctimas de estas campañas han sido los fur, pero otros grupos minoritarios
no árabes también se han visto afectados.

En 2016 y 2017 la violencia se ha incrementado en Darfur, y muchos campos de refugiados para


los desplazados darfuríes internos han sido atacados por las fuerzas árabes, en lo que supone una
continuación del genocidio de los 2000. Y mientras que el gobierno central continúa con la
represión, la misma población que obtuvo atención mundial en años anteriores sigue sometida al
acoso.

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