La reincidencia es un agravante de la responsabilidad criminal, aplicado
al reo que reincide en cometer un delito análogo a aquel por el que ya ha sido condenado. Si hablamos de personas previamente capturadas por otros hechos o de personas ya condenadas. El primero es usualmente conocido por la ciudadanía, mientras que realmente la reincidencia se refiere a condenados.
La reincidencia está establecida como una de las causales para
argumentar una medida de aseguramiento y asegura una condena más elevada respecto de quienes carecen de antecedentes penales”.
En esta misma línea, la Corte Constitucional colombiana en la sentencia
C-181 de 2016 comprende adecuadamente lo que es la reincidencia, definiéndola Como “una recaída en el delito, por parte de quien ya había sido condenado penalmente con anterioridad, lo cual genera una reacción social y jurídica en términos punitivos, pues agrava la pena del nuevo delito”. Afirma además la Corte en esta misma sentencia, que la reincidencia es un elemento accidental y accesorio a la pena y al delito en sí mismo considerado, ya que no condiciona la existencia de los elementos dogmáticos que son: la conducta, la tipicidad, la antijuricidad y la culpabilidad.
Algunos aseguran que la mayoría de reincidentes quedan en libertad
por errores en procedimientos de captura por parte de policía judicial o por malas prácticas de la Fiscalía, pero el restablecimiento de la libertad no necesariamente es consecuencia de una orden de un juez. Es posible que el mismo fiscal, por ejemplo, restituya la libertad de una persona por evidenciar que no hay situación de flagrancia o porque simplemente el delito no comporta detención preventiva, esto puede suceder, por ejemplo, en hurtos de cuantías menores.
El debate también se ha centrado en analizar cómo este fenómeno
afecta el proceso de resocialización de un individuo que se ve clara y notoriamente truncado tras el escenario frecuente y cada vez más alarmante que plantea la reincidencia, sin mencionar el hacinamiento carcelario y su incidencia en este problema general. Así, reincidencia y resocialización han ido de la mano en clave de los retos y perspectivas que plantea hoy el conjunto mismo de la política criminal.
No existe una política criminal a largo plazo que garantice la
resocialización. Ofrecer, como bandera política, penas más altas, no solo es ilusorio en términos de prevención del delito, sino que se trata de poner más seres humanos en espacios donde no cabe una persona más, el incremento de penas no incide en la comisión de delitos, eso nunca debemos olvidarlo.
Introducción al derecho internacional privado: Tomo III: Conflictos de jurisdicciones, arbitraje internacional y sujetos de las relaciones privadas internacionales