Está en la página 1de 1

Correcta

manipulación de los huevos


Las temperaturas de refrigeración son las más adecuadas para conservar
alimentos frescos como los huevos y evitar la proliferación de
microorganismos. Pero los huevos son muy sensibles a los cambios de
temperatura. Una diferencia brusca de temperatura (especialmente de
frío a calor) puede producir condensación de agua en la superficie de la
cáscara.
La cáscara es porosa y el agua condensada facilitará el paso de
microorganismos al interior del huevo a través de esos poros.
Por eso los huevos deben transportarse y almacenarse a una temperatura
lo más constante posible y por eso en el punto de venta los encontramos
a temperatura ambiente. Los huevos se transportan a temperatura
ambiente (no refrigerados) para evitar que los cambios de temperatura
(de frío a calor) provoquen condensación de agua en la cáscara que
permita la entrada de microorganismos.
Todo esto lo sostiene el (Reg. 589/2008 sobre normas de comercialización
de los huevos en su artículo 2.3), Este mismo reglamento, obliga a que los
estuches lleven una indicación de la condición especial de
almacenamiento que recomiende a los consumidores que mantengan los
huevos en el frigorífico. Para conservar los huevos en las mejores
condiciones de conservación y mantenimiento hay que mantener
constante la temperatura. Cuando vayas a usarlos lo ideal es que los
saques de la cámara de refrigeración en el momento que vayas a cocinar
con ellos. Coge sólo los que vayas a necesitar (no saques el estuche –
huevera- completo) y utilízalos inmediatamente.

También podría gustarte