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5.1 Las funciones de nutrición.

Las funciones de nutrición nos permiten obtener, trasformar y asimilar los


alimentos suministrados por el medio y, a partir de ellos, obtener la energía necesaria
para poder realizar las demás funciones. También comprenden dichas funciones la
extracción y eliminación de las sustancias de desecho de dicho aprovechamiento.

El metabolismo es el conjunto de reacciones bioquímicas y procesos físico-


químicos que ocurren en una célula y en el organismo. [ ]Estos complejos procesos
interrelacionados son estudiados tanto en una escala molecular (bioquímica) como de
organismo (fisiología). Gracias al metabolismo, el cuerpo humano mantiene sus
estructuras y funciones básicas (relación, reproducción y la propia nutrición).

El metabolismo, en resumidas cuentas y en la especie humana, comprende todos


los procesos encaminados a la reposición y adición de nuestra materia constituyente, la
obtención de la energía y a la eliminación de sustancias de desecho y toxinas.

Para ello necesitamos materia, la cual la obtenemos de los alimentos. Esta


materia la tenemos que llevar a todas nuestras células, por lo que previamente tenemos
que simplificarla para que sea asimilable (digestión). Una vez asimilada y distribuida
por todo el organismo (circulación) esa materia será procesada para reponer o añadir
materia a nuestro organismo, o bien para obtener energía a partir de ella (respiración).
Los productos inútiles y nocivos, o sea desechos, se retiran de las células (circulatorio,
de nuevo) y son expulsados al exterior (excreción).

El metabolismo se divide en dos procesos conjugados: catabolismo y


anabolismo. Las reacciones catabólicas degradan la materia orgánica y liberan la
energía contenida en sus enlaces químicos, como ocurre en la respiración de las células,
donde la combustión de la glucosa en presencia de oxígeno, libera energía, la cual se
acumula en moléculas de ATP (adenosíntrifosfato, “moneda” universal de energía).

Las reacciones anabólicas, en cambio, utilizan esta energía liberada para


recomponer enlaces químicos y construir componentes de las células, bien para
mantener nuestra estructura, o bien para desarrollarnos y crecer. El catabolismo y el
anabolismo son procesos acoplados e íntimamente relacionados, que tienen lugar en las
células, tanto uno como otro son procesos interdependientes.

5.2 Composición química de la materia viva.

La química orgánica (química del carbono) y la bioquímica (química de los seres


vivos) estudian la composición química de la materia viva y las reacciones químicas que
tienen lugar entre esas moléculas.

Los seres vivos químicamente hablando se componen, como el resto de la


materia, de elementos químicos llamados bioelementos, los cuales no son exclusivos de
los seres vivos, sino que están incluidos en la tabla periódica, donde están ordenados
todos los elementos conocidos. De los 106 existentes, 70 de ellos son bioelementos.
Seis de ellos (C, H, O, N, P y S) son muy abundantes y comprenden el 97% del peso
total.
El carbono es el elemento más abundante y, a la vez, más característico de las
moléculas biológicas. Pueden formar largas cadenas mediante la unión de muchos
átomos, que constituyen la estructura básica de los componentes de un organismo.

Otros bioelementos, aunque presentes en mucha menor cantidad, son también


indispensables para muchos seres vivos (Ca, K, Cl, Mg, Fe, Na…). Los restantes,
denominados oligoelementos, se encuentran en proporciones inferiores al 0,1%, pero
pueden ser muy importantes (Cu, Zn, Mo, Mn, I, F, Ni…).

Los bioelementos no se encuentran, lógicamente, como átomos aislados, sino


unidos unos a otros formando moléculas. A las moléculas que forman parte de los seres
vivos se las denomina biomoléculas y son de dos tipos: orgánicas e inorgánicas.

Las biomoléculas inorgánicas son el agua (H2O) y las sales minerales.

El agua es la molécula más importante de los seres vivos, pues constituye del 70
al 90% del peso de los organismos. Su presencia es debida a que desempeña un papel
importantísimo, sobre todo porque la mayoría del resto de biomoléculas se encuentran
disueltas en agua, lo cual es imprescindible para que se produzcan las necesarias
reacciones bioquímicas. Además actúa como medio de transporte de compuestos entre
las distintas partes de un organismo, como amortiguador de los cambios de temperatura
debido a su elevado calor específico, incluso puede actuar como reactivo químico en
muchas reacciones importantísimas, como la fotosíntesis y las hidrólisis que tienen
lugar en la digestión de los alimentos.

Las sales minerales son moléculas inorgánicas que suelen encontrarse disueltas
en forma iónica (aniones y cationes); también pueden aparecer precipitadas, como en
los huesos y conchas. Su función es regular los procesos osmóticos, ya que tienden a
retener el agua. Los procesos osmóticos son muy importantes en los organismos, ya que
están compartimentados en células y gracias a la concentración de sales el agua tenderá
a salir o entrar en esos compartimentos (la entrada de agua del suelo a la raíz es uno de
esos procesos osmóticos). Las sales gracias al efecto tampón o amortiguador mantienen
el pH del organismo en un rango estable (sales antiácidas como el bicarbonato). Por otra
parte, cada ion puede realizar unas funciones biológicas concretas (el Fe forma parte de
la molecula de hemoglobina, el Mg de la de la clorofila, etc.).
Las biomoléculas orgánicas son muy variadas, pero a la vez muy comunes
para todos los seres vivos por muy distintos que sean. Las podemos agrupar en cinco
grandes grupos:

- Glúcidos: Formados por C, H y O. Son moléculas fundamentalmente


energéticas, para ser respiradas (Glucosa, sacarosa, almidón, glucógeno…),
aunque también las hay estructurales (celulosa, quitina, ribosa, desoxirribosa,
etc.). Muchas de ellas son comunes a muchos seres vivos.

- Lípidos: Formados también por C, H y O, se caracterizan por su aspecto


untuoso al ser insolubles en agua (hidrófobas o liposolubles). Funciones muy
variadas, sobre todo energéticas de reserva (grasas y aceites de semillas y
frutos), pero también estructurales, como los fosfolípidos que forman las
membranas celulares, el colesterol…) y reguladoras como las vitaminas
liposolubles (A, D y K) y las hormonas esteroideas (cortisona y las sexuales).
Muchas de ellas son comunes a muchos seres vivos.

Testosterona

- Proteínas: Son moléculas compuestas por C, H, O y N, de elevado peso


molecular (macromoléculas) formadas por la unión de unas moléculas
denominadas aminoácidos. Existen 20 tipos diferentes de aminoácidos,
llamados esenciales, y el orden de unión de éstos determina que las proteínas
sean diferentes en todos los seres vivos, lo que determina también que las
especies sean distintas entre sí, e incluso los individuos de una misma especie.
Son, por tanto, específicas de cada especie e incluso individuo.
Desempeñan funciones muy variadas, pero no son energéticas salvo en
casos de desnutrición. Las hay estructurales (formando parte de las membranas
plasmáticas, queratina, colágeno, elastina…), contráctiles (actina y miosina),
inmunitarias (globulinas que constituyen los anticuerpos), hemostáticas (fibrina),
hormonas (insulina, adrenalina), transportadoras (hemoglobina) y muchas
proteínas actúan como enzimas (catalizadores o “aceleradores” de las reacciones
metabólicas). De hecho en todas las enzimas que existen, que son muchísimas,
la parte activa es siempre una proteína.

Esquema general de un aminoácido (la variabilidad en R origina los 20 aminoácidos esenciales)

- Ácidos nucleicos: Son moléculas compuestas por C, H, O, N y P. Son las


moléculas que contienen la información necesaria para establecer la secuencia
de los aminoácidos de las proteínas en cada individuo; Es decir, son portadoras
del código genético. Las características anatómicas y fisiológicas de un
organismo son consecuencia de la información contenida en su código genético.
Son, por tanto, específicos de cada especie e incluso individuo.

Existen dos tipos de ácidos nucleicos: El ADN y ARN y ambos están


constituidos por nucleótidos.
El ADN (ácido desoxirribonucleico) se encuentra en el núcleo de las
células y lleva codificado el mensaje genético según el orden de disposición de 4
nucleótidos A, C, G y T (cada nucleótido está formado por una molécula de
desoxirribosa, otra de ácido fosfórico y una base nitrogenada que puede ser
adenina, citosina, guanina o timina).
El ARN (ácido ribonucleico) transfiere las instrucciones del ADN desde
el núcleo hasta los ribosomas del citoplasma, que son los orgánulos encargados
de sintetizar las proteínas. De modo similar al ADN, contiene la información
según el orden de disposición de 4 nucleótidos A, C, G y U (cada nucleótido está
formado por una molécula de ribosa, otra de ácido fosfórico y una base
nitrogenada que puede ser adenina, citosina, guanina o uracilo).
- Vitaminas: Son compuestos heterogéneos desde el punto de vista químico,
imprescindibles para la vida, que al ingerirlos de forma equilibrada y en dosis
esenciales promueven el correcto funcionamiento fisiológico. La mayoría de las
vitaminas esenciales no pueden ser sintetizadas (elaboradas) por el organismo,
por lo que éste no puede obtenerlas más que a través de la ingesta equilibrada de
vitaminas contenidas en los alimentos naturales.

Las vitaminas se pueden clasificar según su solubilidad: Hidrosolubles si


lo son en agua o liposolubles si lo son en lípidos. En la especie humana hay 13
vitaminas que se clasifican en dos grupos: 9 hidrosolubles (8 del complejo B y la
vitamina C) y 4 liposolubles (A, D, E y K).

La deficiencia de vitaminas puede producir trastornos más o menos


graves (enfermedades carenciales como escorbuto, raquitismo, beriberi…)
según el grado de deficiencia, llegando incluso a la muerte. Sobre la posibilidad
de que estas deficiencias se produzcan en el mundo desarrollado, hay posturas
muy enfrentadas. Por un lado están los que aseguran que es prácticamente
imposible que se produzca una avitaminosis, y por otro los que responden que a
veces es difícil llegar a las dosis de vitaminas mínimas y, por tanto, es factible
adquirir una deficiencia, al menos leve. Normalmente, los que alegan que es
poco probable una avitaminosis son mayoría, ya que las necesidades de
vitaminas son mínimas y no hay que preocuparse por ellas, pues en nuestro
entorno la calidad de los alimentos es suficientemente alta y, además, se suele
hacer una dieta bastante variada para cubrir todas las necesidades.

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