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Particulas en Suspension
Particulas en Suspension
Las partículas contaminantes no son idénticas física y químicamente, sino que más
bien están constituidas por una amplia variedad de tamaños, formas y composiciones
químicas. Algunas son nocivas para la salud, alteran las propiedades de la
atmósfera ante la luz solar o reducen la visibilidad.2
Índice
1 Efectos de las partículas en suspensión
1.1 Desequilibrio de la radiación terrestre
1.2 Efectos nocivos sobre la salud
2 Fuentes de partículas atmosféricas
3 Composición
4 Índices de calidad del aire de materia particulada
5 Distribución de partículas
6 Clasificación de las partículas suspendidas en el aire
7 Tipos principales de partículas atmosféricas
7.1 Materia mineral
7.2 Aerosol marino
8 Efectos de las partículas
9 Características de la corriente gaseosa
10 Equipos de control de partículas
11 Referencias
Efectos de las partículas en suspensión
El interés por las partículas atmosféricas se debe a los crecientes resultados
científicos sobre sus consecuencias:
Composición
Consecuentemente la composición elemental de las partículas es similar a la
respectiva de la corteza terrestre: elevados contenidos de aluminio (Al), calcio
(Ca), silicio (Si) y oxígeno (O), en sales de aluminosilicatos.
Emisión de partículas por la erupción volcánica del Mount St. Helens el 18 de mayo
de 1980.
Opuestamente al origen de las partículas gruesas, que resultan principalmente de
ruptura de otras más grandes, las finas se generan, primordialmente, por reacciones
químicas y de condensación de materias más pequeñas, incluidas moléculas en estado
de vapor. El contenido orgánico medio en las partículas finas es, por lo general,
mayor que en las grandes. Por ejemplo, la combustión incompleta de combustibles a
base de carbono, como el carbón mineral o el vegetal, el petróleo, la gasolina y el
dísel, generan muchas partículas pequeñas de hollín, que son principalmente
cristales de carbono. Las partículas finas también contienen metales pesados.4
Superficie
Humedad
Cobertura vegetal
Las composiciones química y mineralógica de estas partículas varían de una región a
otra según las características y la composición de los suelos, que generalmente
está constituida por calcita (CaCO3), cuarzo (SiO2), dolomita [CaMg(CO3)2, o bien
CaCO3 • MgCO3], arcillas (sobre todo caolinita e illita) y cantidades inferiores de
sulfato cálcico (CaSO4•2H2O: yeso) y óxidos de hierro (Fe2O3: hematita), entre
otros.
Aerosol marino
El aerosol marino es el segundo tipo de partículas importante en cuanto a monto de
emisiones a escala global. Su composición química deriva de su fuente de origen: el
agua de mares y océanos. Al igual que el material particulado mineral, el origen de
las partículas de aerosol marino es en su mayoría natural, y se emite directamente
a la atmósfera (partículas primarias).
Hay diferentes razones generales por las cuales se comprende por qué las partículas
grandes son menos preocupantes –que las pequeñas– para la salud humana. Se debe a
que:
En estas condiciones, dentro del saco se formará ácido clorhídrico (HCl) líquido,
que ataca la estructura del saco, cuyo resultado es que su duración sea menor. Se
debe hacer una acción correctiva para conservar el saco arriba del punto de rocío o
eliminar el HCl de la corriente de gas.12
En un asentador por gravedad, el flujo de gas es más lento hacia abajo, de modo que
la fuerza gravitatoria obliga el asentamiento de las partículas, según la ley de
Stokes.
El uso de un «ciclón» (separador ciclónico) provoca que el gas gire y que las
partículas grandes se aceleren mediante un movimiento centrífugo hacia la pared
exterior, donde se recolectan, y el gas limpio fluye hacia arriba. La ley de Stokes
también controla este efecto.
Una bolsa o un filtro de tela semejantes a una aspiradora grande. La corriente de
aire se mueve a través del filtro de tela, que atrapa las partículas en un lado.
Ocasionalmente se debe agitar el filtro, a fin de limpiarlo para revertir el flujo
de aire.
En un precipitador electrostático se utiliza electricidad para atraer partículas y
efectuar su recolección. La corriente de gas pasa a través de un campo eléctrico
que carga a las partículas. Ya cargadas, a éstas las atrae una placa de carga
eléctrica opuesta, sobre la cual se recolectan. A estas placas también se les ha de
limpiar o de reemplazar periódicamente.
Un cepillo húmedo emplea una corriente de neblina que fluye en sentido contrario a
la corriente de gas. Las partículas chocan y se interceptan sobre las gotas de
agua, las cuales, por gravedad, se recolectan para su reutilización o para
desecharlas.
En general, los dispositivos mecánicos de control son de menor costo, pero tan
eficientes como los de transferencia de masa. Cada sistema de aire se debe tratar
de manera particular, lo cual requiere diseño de un dispositivo de control
específicamente para él.11
Referencias
Spiro, Thomas G.; Stigliani, William M. Química Medioambiental. 2a. edición.
Pearson Prentice Hall. Madrid. 1996, pág. 225.
Rejón, Raúl (9 de febrero de 2021). «Las partículas que viajan en los gases que
recalientan el planeta causan el 20% de las muertes prematuras mundiales».
eldiario.es.
De Nevers Noel. Ingeniería de control de la contaminación del aire. Mc Graw Hill.
México, D. F. 1998, pág. 183.
RACC-ZURICH, ed. (2019). «2». PRÁCTICA DEPORTIVA Y CALIDAD DEL AIRE EN ÁMBITOS
URBANOS. Barcelona, España. p. 6. Archivado desde el original el 2 de abril de
2019. Consultado el 2 de abril de 2019.
Damian Carrington (17 de diciembre de 2021). «Wood burners cause nearly half of
urban air pollution cancer risk – study». The Guardian (en inglés). Consultado el
13 de febrero de 2022.
Baird Colin. Química ambiental. Reverté S. A. Barcelona. 2004, pp. 116-133.
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Ayola Ibáñez, Carlos; Prieto Rubio, Manuel. Los sistemas terrestres y sus
implicaciones medioambientales. Ministerio de Educación y Ciencia. Madrid, España.
2004, pp. 135-136.
Bishop, Kelly C. (1 de agosto de 2018). «Hazed and Confused: The Effect of Air
Pollution on Dementia». NBER (en inglés). Consultado el 16 de febrero de 2019.
Sánchez, Esther (29 de octubre de 2018). «La contaminación causó 38.600 muertes en
España en 2015, una subida del 23%». El País (Madrid, España). p. 26. Consultado el
5 de noviembre de 2018.
Alley Roberts y Associates, Inc. Manual de control de la calidad del aire. Tomo 1.
Mc Graw Hill. México, D. F. 2000, cap. 19.
De Nevers Noel. Ingeniería de control de la contaminación del aire. Mc Graw Hill.
México, D. F. 1998, pág. 183.