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Universidad Católica Cecilio Acosta

Facultad de Filosofía y Teología

HISTORIA DE LA IGLESIA EN AMÉRICA LATINA.

Lcdo. Henry Granados.

Autor: Jesús Alfonso Márquez Contreras

C. I. – 24.195.008

Junio, 2016.

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Evangelización en América Latina.

(Siglos XVI – XX)


En 1492, Colón, un marino genovés descubre América. Su objetivo era llegar a las
Indias navegando hacia el oeste, para conseguir especias y evitar a los turcos, que
establecidos en Constantinopla desde 1453, impedían el comercio entre Europa y Oriente a
través del Mediterráneo. Un error en la medición de los meridianos le hizo creer que había
llegado a las Indias y no a América, cuyo nombre se debe a Américo Vespucio que
participo en otro de los viajes de Colón y que en un libro publicado en Alemania reconocía
la existencia de un nuevo continente.

Durante el reinado de Carlos I (1516-1556) se lleva a cabo la conquista y


colonización del nuevo mundo: Pizarro conquista Perú; Hernán Cortés, México; Valdivia,
Chile, etc.

Además Magallanes y Juan Sebastián el Cano realizan la primera vuelta al mundo


que confirma la existencia de América.

Para evitar conflictos con Portugal, que era el otro país europeo que estaba llevando
a cabo exploraciones atlánticas, realizan una división del mundo tomando como referencia
los meridianos. El último es el “Tratado de Tordesillas” (1494) según el cual la parte oeste
de la línea a 250 millas de las islas de Cabo Verde (casi toda América, salvo Brasil),
correspondía a España y la zona este a Portugal que de esta forma se afirmaba el control de
sus colonias con África y Asia.

Cuando empiezan las protestas de otros países sobre esta división, al ver las grandes
cantidades de oro y plata que llegaban de América, los teóricos españoles las justifican
basándose en la "misión evangelizadora” que les había encomendado el Papa, de ahí la gran
importancia que tendrán en América la iglesia y la religión y la protección de los indígenas
para evitar el maltrato de los colonos “Leyes de Indias” (1505).

La Misión en América Latina, no fue solo una empresa eclesiástica, sino que fue
apoyada por fieles de toda condición, principalmente por los Reyes, que la anteponían a

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toda finalidad. Los Reyes instituyen el Estado misional propio de América Latina, que no
es una institución eclesiástica, sino temporal basado en el Estado confesional Europeo.

Este apoyo de la monarquía, logro alcanzar un cierto grado de integración cultural


en América del sur.

La expansión española tuvo un carácter funcional, no colonial. No se limitó a


traspasar en el Nuevo mundo formas culturales y políticas de una metrópolis europea, sino
que origino otras nuevas. Creando dentro de la población indiana, por encima de las
diversidades étnicas y culturales, una firme unidad de lengua, de espíritu y de creencias.

El solo hecho de pisar tierra americana produjo una espectacular cadena de


acontecimientos que transformó y dinamizó la historia de la humanidad. El descubrimiento
de oro y plata en el continente desataron un verdadero aluvión colonizador. Centenares de
expediciones y millares de hombres fueron tras los pasos de las noticias de fabulosas
fortunas. En los primeros 150 años de conquista, 17 mil toneladas de plata y unos 200
toneladas de oro arribaron a España y potenciaron el incipiente desarrollo comercial y
manufacturero, que abrió las compuertas a la Revolución Industrial y al desarrollo
capitalista de Europa.
La ambición no encontró barreras infranqueables. En pocos años la inmensidad americana
dejó de ser inexpugnable y españoles, portugueses, británicos, holandeses y franceses se
disputaron el gigantesco botín.

Un siglo después de la llegada de las carabelas de Cristóbal Colón al mar Caribe, de


los más de 70 millones de indígenas preexistentes sólo quedaban tres millones y medio de
almas. Primero, fueron derrotados por la desproporción de recursos, la sorpresa y la
confusión. Luego, fueron privados de su cultura y creencias, sometidos al trabajo esclavo y
finalmente, las enfermedades importadas por los europeos encontraron a sus organismos sin
anticuerpos para resistir los virus y bacterias.

En general, los primeros evangelizadores de América Latina se propusieron tener


como modelo de evangelización para nuestro continente la metodología que se había
empleado para la Iglesia Primitiva. La primera medida evangelizadora que tomaron los

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misioneros españoles fue la de destruirle a los indígenas sus lugares sagrados y sus objetos
religiosos de culto, porque, según parecía, todo era pagano. Amortiguaban la dureza
del procedimiento porque daban primero una orden para que los indígenas mismos
destruyeran sus pertenencias culturales y, si no obedecían, entonces los militares lo hacían
con gran violencia. La cristianización se hizo buscando acabar con tradiciones, autoridades
y valores antiguos, haciéndolos aparecer perversos o inadmisibles.

La religión estuvo íntimamente ligada a la opresión colonial: en el afán por


convertir a los indios al cristianismo, se utilizó la violencia, como método de extirpación de
cultos autóctonos. En esta forma, se subvaloró la religión del indígena, con la convicción de
portar una religión y cultura superiores… se buscó evangelizar y "civilizar" al
mismo tiempo, utilizando el modelo español, pues se pensaba que la religión indígena era
una superstición.

El primer anuncio kerygmático estuvo muy marcado por una tendencia de


"conversión militar" al estilo español, que defendía la fe más en los campos de batalla que
en la mente y en el corazón. Eso ha dado lugar a que se diga que los indígenas americanos
aceptaban solo externamente el cristianismo, o que el paganismo aborigen subsistía bajo el
culto católico.

En metodología de Primera Evangelización, se hace la catequesis conveniente


hasta poder constatar la fe (que se constata por las buenas obras que demuestran ya la
conversión) y se procede recién a celebrar los Sacramentos, en los que se hace la profesión
solemne de esa fe. Los primeros evangelizadores de Latinoamérica, generalmente aplicaron
el método de bautizar primero, para luego proceder a la catequización.

El tercer elemento de la Evangelización Fundante será la creación de algo


totalmente nuevo: un catolicismo con raíces americanas, no un simple injerto del
catolicismo ibérico, sino algo inédito surgido de la cuádruple relación histórica entre
catolicismo ibérico, religiones indígenas, religiones africanas (incorporadas un poco más
tarde) y teorías y métodos de Evangelización:

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El tercer punto es la formación de un catolicismo diferente con raíces americanas.
En efecto, la evangelización fundante produjo un catolicismo popular, que era un trasplante
del ibérico revestido de formas americanas. Éstas se debían al esfuerzo inculturado de los
misioneros para adaptar su mensaje a la cultura indígena y al esfuerzo sincrético de los
indios para mantener su religión o para dar formas indígenas al catolicismo que acabaron
aceptando.

Para estudiar la génesis de la creación de este catolicismo americano en la etapa de


la Evangelización Fundante, pensamos que es útil hacer el seguimiento a dos procesos de
intercambio religioso entre la matriz católica traída de España y las matrices indígenas
americanas, los mismos son: los procesos de inculturación y los procesos de Diálogo
Interreligioso.

El concilio Vaticano II celebró su primera reunión, con 2.540 padres conciliares, en


la basílica de San Pedro; el 11 de octubre de 1962, y la última el 8 de diciembre de 1965.
En total, duró algo más de tres años. La gran preocupación de Juan XXIII fue la renovación
de la vida de la Iglesia, su puesta al día. Pero también dio un gran aliento al ecumenismo,
crean un Secretariado para la Unidad de los Cristianos que inició intensos contactos entre la
Iglesia ortodoxa y los líderes protestantes.

Asimismo fomentó el diálogo con los judíos y otras confesiones religiosas. Su


interés por temas sociales, la paz y la cooperación internacional, le llevó a escribir diversas
encíclicas, entre las que destacan las tituladas “Pacem In Terris y Mater et Magistra”. En
ambos documentos del Santo Padre insiste en los derechos y los deberes correspondiente y
los deberes correspondientes que se derivan de la dignidad del hombre como criatura de
Dios y son muestra de la “catolicidad” de la Iglesia que busca un sincero acercamiento al
espíritu religioso de todos los hombres, resultando de la acción real del amor  a Cristo y a
los hombres.

 Pablo VI, Giovanni Battista Montini, sucedió a Juan XXIII en 1963. Tenía 66 años.
Se hizo cargo del Concilio Vaticano desde su segunda sesión. El concilio trazó durante esta

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segunda sesión un importante programa de renovación cristiana que plasmó en sus
documentos especialmente en sus cuatro Constituciones: sobre la Iglesia, la  Sagrada
escritura, la Liturgia y la Iglesia del mundo actual.

Las estructuras tienen su consistencia en Cristo. “El mantiene en el mundo a su


Iglesia Santa” (LG 8) y mediante el Espíritu Santo le sigue comunicando la verdad y la
vida. Cristo es el que da vida a la Iglesia y la constituye en sacramento de salvación para
todo el género humano. “Solamente Cristo es el mediador y el camino de salvación,
presente a nosotros en su cuerpo, que es la Iglesia” (LG 14). Cualquier estructura
desconectada de Cristo en su origen, o si no lleva a Cristo como finalidad, se convierte en
algo vacío y carente de sentido. No tiene otros ideales ni se le ha encomendado otra misión,
que la de comunicar a los hombres la buena nueva de la salvación realizada por Cristo.

Ante estos cambios la Iglesia no puede ni debe quedarse al margen de los


acontecimientos, no puede guardar  silencio con respecto a la dinámica política que vive
nuestro continente. Debemos ejercer nuestra labor profética y hacer oír nuestra voz. La
sociedad demanda de nosotros y nosotras, nuestra participación en estos procesos de
cambios tan fundamentales para el futuro nuestros países.

¿Son compatibles las teorías socialistas y liberadoras con los valores del
Cristianismo?

Sí,  son compatibles, siempre lo hemos dicho, solo hay que hacer un estudio
profundo del Nuevo testamento y en especial del libro de los Hechos de los Apóstoles. La
dificultad que pueda presentarse en el análisis de estos principios está en la incapacidad de
abordar el tema desde una perspectiva verdaderamente Ecuménica. Esto debemos
estudiarlo, sin apasionamientos sectarios y sin idealismos religiosos enajenantes
preestablecidos.

Las supraestructuras religiosas, carecen de la objetividad suficiente para opinar al


respecto por toda la carga política que intencionalmente le han dado a esta discusión. Ellas
son parte de esa dinámica Gramsciana, que las ubica inevitablemente en esa etapa
moribunda de las instituciones viejas y agonizantes en contra de la otra parte nueva de la

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historia, que nace en nuestro continente, para construir un nuevo pensamiento político y
una Nueva Sociedad, Un Mundo Otro o Reino de Dios.

Monseñor Romero es una de las figuras más emblemáticas de la historia de El


Salvador, siendo un sacerdote que tenía estrechos vínculos personales con la oligarquía
salvadoreña y que simpatizaba con el grupo de extrema derecha de la iglesia, el Opus Dei,
dio un cambio brusco al ser nombrado arzobispo de San Salvador, posicionándose a favor
de los trabajadores del campo y la ciudad y dando la espalda a la clase dominante y la
dictadura militar con la que gobernaba. No podríamos entender dicho cambio sin
comprender el contexto de aquellos años.

Las concepciones materialistas del marxismo aunque son contrarias a las tesis
fundamentales de la religión, ya que estas parten de una concepción idealista -consideran
que lo material surge de lo no material es decir que la tierra, los hombres, las mujeres y la
sociedad ha sido una creación de Dios o de cualquier otro ser sobrenatural- no nos impide
tener un acercamiento correcto hacia este tema, si bien es cierto que los marxistas no somos
religiosos, es cierto que reconocemos que millones de trabajadores en todo el mundo tiene
una u otra religión, sin embargo ello no les impide comulgar con los objetivos históricos del
proletariado que es el de la transformación revolucionaria de la sociedad.

Por otra parte la mujer en este momento de la historia luego del concilio vaticano II
ha tomado un papel importante en la misión de esta ya que en la mujer se ve la manera de
como en este momento ellas también son llamas al discipulado siguiendo los pasos de
María la virgen y de las que fueron discípulas de Jesús en su caminar.

Es por eso que en la historia la Iglesia ha intentado responder a su misión


anunciando el Evangelio de Jesús y estableciendo el Reino de Dios, y al ser la historia de la
Iglesia vemos que hay tensiones que suponen unas esperanzas y utopías. Estas se hacen
realidad a través de nuestra vida y de nuestra palabra.

La Iglesia de hoy sigue adelante intentando proclamar el Reino de Dios, y todos los
cristianos como miembros de la Iglesia, somos responsables de que esto se haga realidad.

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La Iglesia necesita hombres y mujeres valientes que sean capaces de seguir anunciando el
Evangelio de Jesús, sabiendo que el Espíritu Santo nunca se separa de ellos.

BIBLIOGRAFÍA.

 Juan María Laboa, Historia de la Iglesia Contemporánea, BAC, Madrid, 2002.


 Jesús Álvarez Gómez, Historia de la Iglesia en Hispanoamérica, Publicaciones
Claretianas, Madrid, 1995.
 Pedro Borges, Historia de la Iglesia en Hispanoamérica y Filipinas (Siglos XV-
XIX), Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid, 1992.
 P. Antonio Rivero, L. C., Historia de la Iglesia.

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