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APUNTES SOBRE ASPECTOS GENERALES DE LA SELECCIÓN DE

CONTRATISTAS

 Sistema de Modalidades de Selección de contratistas en Venezuela

El sistema de contrataciones públicas venezolano se encuentra diseñado con base en


cuatro modalidades de selección de contratistas, a saber: Concurso Abierto, Concurso
Cerrado, Consulta de Precios y Contratación Directo. Adicionalmente, es importante
decir, que estas cuatro modalidades de selección han sido concebidas de manera muy
disímil si las analizamos desde el punto de vista de la transparencia y de la
discrecionalidad de los funcionarios públicos que las tramitan.

Cada modalidad refleja los distintos umbrales monetarios que la legislación


venezolana establece para la selección de cada modalidad, así como los niveles de
transparencia de cada escalón. Así, cada modalidad, excepto la Contratación Directa,
tiene un parámetro cuantitativo que aplica según el tipo de contrato que se trate, lo
cual se determina según el monto estimado de la contratación. El caso de la
Contratación Directa es distinto, ya que no se encuentra sujeta a ningún parámetro
cuantitativo, sino que su aplicación se establece para 28 casos excepcionales previstos
en la Ley de Contrataciones Públicas.
 
Entonces, en la cúspide de la escalera tenemos el Concurso Abierto, que viene a ser la
modalidad de selección de contratistas aplicable a los contratos con montos de
contratación más altos. Adicionalmente, esta modalidad de selección de contratistas
viene a ser la más transparente y con menor discrecionalidad, ya que los participantes
no son preseleccionados ni invitados a presentar oferta por el funcionario
administrativo que sustancia el proceso, sino que la participación obedece a un
anuncio público de licitación (“Llamado a Participar”) que se publica en la página
web del Servicio Nacional de Contrataciones, el cual es de libre acceso, requiriéndose
la pro actividad del interesado en adquirir el Pliego de Condiciones y presentar su
oferta en caso de ser de su interés.
 
Este solo hecho, que el funcionario sustanciador no puede ejercer ningún tipo de
discrecionalidad en la selección de los participantes del proceso es de una
importancia vital en materia de transparencia en contrataciones públicas, ya que
coloca a todos los posibles participantes en la misma posición inicial de tener que
tomar la iniciativa de participar en el proceso licitatorio con base en su propio interés,
y no gracias a la voluntad poco transparente de un solo funcionario que decide a
quien invita y a quien no.
  
Ahora bien, conforme vamos descendiendo en la escalera de las modalidades de
selección de contratistas, nos vamos sumiendo en cierta ausencia de transparencia y
más discrecionalidad del funcionariosustanciador.
 
De esta forma, en el Concurso Cerrado, en la Consulta Precios y en la Contratación
Directa, ya no existen anuncios públicos de licitación, sino que el funcionario
sustanciador cumple con las exigencias de ley, al invitar a presentar oferta a cinco,
tres o una sola persona, según sea la modalidad de que se trate, debiendo justificar su
elección únicamente con base en algunos criterios muy genéricos previstos en el
ordenamiento jurídico que rige la materia. Tales criterios de selección son tan amplios
que pueden ser cumplidos con la invitación de un número indeterminado de personas,
y el ordenamiento jurídico no establece criterios estrictos ni demasiado objetivos para
que el funcionario sustanciador pueda llegar a reducir tal número indeterminado a tan
solo cinco, tres o una sola persona.
 
Por ejemplo, en el caso del Concurso Cerrado, el artículo 86 de la Ley de
Contrataciones Públicas, establece que la selección debe realizarse “fundamentada en
los aspectos legales, capacidad financiera y experiencia técnica requeridos y debe
constar en el acta de inicio del procedimiento, levantada al efecto”. Adicionalmente
indica, que tal selección debe realizarse de entre los inscritos en el Registro Nacional
de Contratistas.
 
La realidad es que muchas personas pueden cumplir con los mismos requisitos,
Entonces, ¿cómo un funcionario sustanciador puede reducir de un amplio universo de
participantes, a solo invitar uno, tres o cinco? La respuesta no es clara. Si bien las
personas naturales y jurídicas con inscripción actualizada en el Registro Nacional de
Contratistas no compiten en los mismos rubros, también es cierto que muchas
personas calificarán al momento de reducir el objeto de la contratación a solo los tres
tipos previstos en la ley (adquisición de bienes, prestación de servicios y ejecución de
obras).
 
Pudiéramos pensar que esa respuesta la podríamos encontrar, como exige la Ley, en
el Acta de Inicio de cada modalidad de selección, sin embargo, las mismas suelen
simplemente incluir información sobre los criterios de selección y el cumplimiento de
tales por parte de los que resultaron seleccionados para invitación pero no
encontraremos explicación detallada de cómo se redujo ese universo de potenciales
invitados, ni mucho menos por qué solo se invitan al número mínimo que exige la ley
y no a más personas para favorecer la competitividad.
 
La verificación de esas Actas de Inicio es en la práctica difícil prácticamente
imposible, ya que en materia de acceso al expediente administrativo de selección de
contratistas, el Artículo 20 de Ley de Contrataciones Públicas, autoriza el acceso al
expediente pero solo una vez “culminada la selección del contratista”
estableciéndose que expresamente que “los oferentes tendrán derecho a solicitar la
revisión del expediente y requerir copia certificada de cualquier documento en el
contenido”. Es decir, solo quienes presentaron oferta pueden revisar el expediente, el
ciudadano común y la sociedad civil organizada no lo pueden revisar.
 La respuesta está en la discrecionalidad del funcionario sustanciador, que
lamentablemente muchas veces se presta para invitar recurrentemente a la mismas
personas, bien por comodidad o bien por existir un acuerdo previo con las mismas,
todo lo cual apunta hacia mayor discrecionalidad y mayor posibilidad de corrupción.
 

 Requisitos previos a la modalidad de selección del ente Contratante y del


Contratista

Las modalidades de selección de contratistas reguladas en la Ley de Contrataciones


Públicas, exige el cumplimiento por parte del órgano o ente contratante y de los
contratistas, de requisitos previos comunes a las distintas modalidades.
        
El incumplimiento de los requisitos previos exigidos en la Ley de Contrataciones
Públicas, afecta la validez de la modalidad de selección que aplique, de allí la
importancia de su cabal cumplimiento.
 
Por lo que se refiere al órgano o ente contratante, éste debe cumplir con los siguientes
requisitos
 
a). Previsión presupuestaria, b). Presupuesto base de la contratación, c).Elaboración
del proyecto, y d). Pliego de condiciones.
 
Por su parte, los contratistas deberán cumplir con los siguientes requisitos:  
 
a). Inscripción en el Registro Nacional de Contratistas, b). Solvencia laboral, y, c).
Inscripción en el Registro Nacional de Empresas y Establecimientos.

 Requisitos previos a la modalidad de selección del ente Contratante.


Elaboración del proyecto (art. 51)

 
La Ley de Contrataciones Públicas, establece en el artículo 73, que “En los casos de
contratación de obras, aún en casos excluidos de modalidad de selección de
contratistas, sólo podrán iniciarse siempre que exista el respectivo proyecto. (…)”.
 
Conforme a lo anterior, el órgano o ente debe, de manera previa, al inicio de
cualquiera de las modalidades de selección que aplique, cumplir con la elaboración
del proyecto. Cabe resaltar, que este requisito aplica de manera exclusiva al contrato
de obra, y, se fundamenta en la determinación que necesariamente debe anteceder al
desarrollo del procedimiento de selección, de las especificaciones de la obra a
ejecutar, a los efectos de que sean posteriormente integradas en el pliego respectivo.
 
La Ley de Contrataciones Públicas, sin embargo, contempla en el mismo artículo 73,
un supuesto en el que no es exigible para el órgano o ente, la existencia previa del
proyecto de obra. En efecto, el referido artículo 73 establece que “(…) Sólo se podrá
contratar conjuntamente el proyecto y la ejecución de una obra, cuando a ésta se
incorporen como parte fundamental equipos altamente especializados; o cuando
equipos de esa índole deban ser utilizados para ejecutar la obra”.
 
Se trata en estos casos, de supuestos excepcionales, y, por ende, su interpretación
debe realizarse restrictivamente con la finalidad de evitar la apertura de
procedimientos de selección sin contar con un proyecto elaborado. En aquellos
supuestos distintos a los especificados, debe presentarse el proyecto de la obra antes
de iniciar el procedimiento de selección, en caso contrario, ello podría derivar en la
nulidad del contrato.
 Requisitos Previos a la modalidad de selección del ente contratante.
Previsión Presupuestaria (art. 74)

Los órganos y entes públicos sometidos al ámbito de aplicación de la Ley de


Contrataciones Públicas, deben como uno de los requisitos previos al desarrollo de
cualquiera de las modalidades de selección de contratistas, contar con la previsión
presupuestaria para sufragar el contrato. Es decir, el principio general es que el
órgano o ente debe tener la previsión de los fondos con los cuales será pagada la
obra, el servicio o la adquisición de bien objeto de la modalidad de selección.
 
En tal sentido, la Ley de Contrataciones Públicas, dispone en el artículo 74:
 
Los órganos o entes pueden iniciar los procedimientos de contratación, seis (6)
meses antes de que se inicie el ejercicio presupuestario del año fiscal siguiente, sin
embargo, no pueden otorgar la adjudicación hasta tanto se cuente con la
disponibilidad presupuestaria correspondiente.
 
Desde el ámbito de la Ley de Contrataciones Públicas, resulta legalmente posible
iniciar el procedimiento de selección con la previsión presupuestaria. Ello significa,
que la sola existencia de la previsión presupuestaria (entendida como su previsión en
el presupuesto del ente o en otros instrumentos legales que prevean la obtención de
los recursos necesarios para atender los compromisos a asumir) permite iniciar, hasta
con seis meses de anticipación, el procedimiento de selección.
        
De acuerdo con lo establecido en el único aparte del artículo 74 de la Ley de
Contrataciones Públicas, existe un impedimento legal para otorgar la adjudicación si
el órgano o ente no cuenta con la disponibilidad de los recursos. Por lo tanto, llegado
el momento de procederse al otorgamiento de la adjudicación, si no se cuenta con la
disponibilidad de los recursos, el ente deberá declarar la suspensión del
procedimiento hasta tanto se verifique este requisito. Debe señalarse, que la Ley de
Contrataciones Públicas, al regular en el artículo 106, la suspensión del
procedimiento, no establece las causas que pueden originarla, sin embargo, la falta de
disponibilidad constituiría un supuesto de hecho excepcional y sobrevenido,
imputable al ente, que justifica la declaratoria de suspensión del procedimiento.
 Requisitos previos a la modalidad de selección del ente contratante.
Previsión Presupuestaria Base de la Contratación (ART.59)
 
 La Ley de Contrataciones Públicas, en el artículo 59, prevé como requisito previo
para el desarrollo de todas las modalidades de selección, la preparación por parte del
órgano o ente contratante del presupuesto base de la contratación. En efecto, dispone
el artículo 59:
 
“Para todos los procesos de selección de contratistas establecidos en el presente
Decreto Ley, el contratante debe preparar el presupuesto base de la contratación, cuyo
monto total incluyendo los tributos, será informado a los participantes en el pliego de
condiciones o en las condiciones de contratación y podrá mantenerse en reserva su
estructura de costos.
En la elaboración del presupuesto base los contratantes, deben considerar las
regulaciones existentes para los precios, en materiales o insumos establecidas en la
Ley que regula la materia de precios justos y demás disposiciones relacionadas.
El presupuesto base deberá formar parte del pliego de condiciones o condiciones de la
contratación y podrá establecerse como criterio para el rechazo de las ofertas”
        
El presupuesto base, se encuentra definido en el artículo 6 numeral 16 de la Ley de
Contrataciones Públicas, en los términos siguientes:
 
“Es una estimación de los costos que se generan por las especificaciones técnicas
requeridas para la ejecución de obras, la adquisición de bienes o la prestación de
servicios”.
 
La elaboración previa del presupuesto base de la contratación, cumple una función
práctica de gran utilidad para el ente contratante, ya que de él se derivan tres
elementos importantes para el desarrollo del procedimiento, a saber: a). La estimación
de la previsión presupuestaria y de la disponibilidad con la que debe contar el ente
contratante para el otorgamiento de la adjudicación, b). Determinación de la
modalidad de selección a seguir, y, c). Incidencia en las fianzas solicitadas a los
contratistas.

 Requisitos Previos a la Modalidad de Selección del ente Contratante.


Elaboración del Pliego de Condiciones
 La Ley de Contrataciones Públicas, en el artículo 6 numeral 17, define al pliego de
condiciones en los siguientes términos:
 
“Es el documento donde se establecen las reglas básicas, requisitos o
especificaciones que rigen para las modalidades de selección de contratistas
establecidas en el presente Decreto Ley, así como para los procedimientos excluidos
de la modalidad”.
 
Aun cuando la Ley de Contrataciones Públicas no establece de manera expresa que la
elaboración previa del Pliego, constituye un requisito indispensable para iniciar el
procedimiento de selección, es lo cierto que

 Requisitos previos a la modalidad de selección del contratista. inscripción


en el Registro Nacional de Contratistas. supuestos de exclusión (art. 49)

La Ley de Contrataciones Públicas, en los artículos 47 y 48, exige a los interesados en


presentar ofertas en todas las modalidades de selección por ella reguladas, cuyo
monto estimado sea superior a cuatro mil Unidades Tributarias (4.000 U.T.) para
bienes y servicios, y cinco mil Unidades Tributarias (5.000 U.T.) para ejecución de
obras, la inscripción en el Registro Nacional de Contratistas.
 
El cumplimiento de este requisito es de gran importancia para la Administración,
pues le permite verificar no sólo la idoneidad técnica, económica y financiera de los
participantes, sino también su comportamiento en contrataciones anteriores con el
Estado. Asimismo, le proporciona celeridad al desarrollo de la modalidad de
selección, pues el ente contratante no tendrá que indagar sobre la veracidad de los
documentos que presentan los participantes para demostrar su capacidad legal,
técnica y financiera, ya que éstos se encuentran debidamente certificados en el
Registro Nacional de Contratistas y a la disposición de cualquiera que desee
consultarlos.

Ahora bien sobre este aspecto considerar las novedades de la Ley Constitucional
contra la Guerra Económica, en relación al Registro Único de Contratistas que
simplifica los trámites para obtener la certificación y comprobante de inscripción en
este Registro.  Y las modificaciones en relación a la nueva unidad de medida UCAU
que sustituye a la UT.
Se observa del contenido de la Ley de Contrataciones Públicas, que el cumplimiento
de este requisito de inscripción en el Registro Nacional de Contratistas, opera -
únicamente- como condición indispensable para presentar ofertas en las modalidades
de selección, y no para que el órgano o ente contratante proceda al pago de las
contraprestaciones derivadas del contrato.
 
La Ley de Contrataciones Públicas, en el artículo 49, dispone los supuestos
exceptuados de la calificación del Registro Nacional de Contratista.

 Contratación Directa. Procedimiento Excepcional. Supuestos.


Interpretación Restrictiva

        La Ley de Contrataciones Públicas consagra un supuesto de Contratación


Directa, es decir, de una modalidad de selección del contratista que procede sólo en
los supuestos previstos en la Ley de Contrataciones Públicas y que tiene por finalidad
que la Administración Pública seleccione a su contratista mediante trato directo y con
exclusión de concurrencia. 
 
         La Contratación Directa se erige como un mecanismo excepcional frente a las
demás modalidades de selección reguladas en la Ley de Contrataciones Públicas que
habilita a la Administración a seleccionar en forma directa al contratista que más se
ajuste a sus requerimientos. Este carácter excepcional de la modalidad de
Contratación Directa es ratificado por la propia Ley de Contrataciones Públicas que
en su artículo 6, numeral 15,  la define como “(...) “la modalidad de selección de
contratista que realiza el contratante, aplicando los supuestos cualitativos
contemplados en el presente Decreto Ley. Adicionalmente se observa, que el carácter
excepcional de todos los supuestos de Contratación Directa previstos en la Ley de
Contrataciones Públicas se encuentra expresamente indicado en el encabezamiento al
establecer que “Se podrá proceder excepcionalmente a la Contratación Directa
(…)” (Resaltado nuestro).
 
El carácter excepcional de la modalidad de Contratación Directa,  exige que las
disposiciones que la regulan sean interpretadas en forma restrictiva, pues de lo
contrario se desvirtuaría el objeto de la Ley de Contrataciones Públicas al permitirse
que los entes contratantes utilicen esa modalidad de selección para supuestos distintos
a los legalmente previstos, lo que contraría la intención del legislador de aplicar como
regla general las modalidades de Concurso Abierto, Concurso Cerrado y Consulta de
Precios. 

 Ofertas. Criterios de Valoración y Evaluación. Determinación en el Pliego

La Ley de Contrataciones Públicas contempla como requisito obligatorio del pliego


de condiciones, el establecimiento de los criterios de calificación, su ponderación y la
forma en que se cuantificarán dichos criterios.   Asimismo, exige la indicación de los
criterios de evaluación, ponderación y la forma en que se cuantificarán “el precio, y
los demás factores definidos como criterios”

Esa norma permite afirmar  que el ente contratante tiene plena libertad de regular en
el pliego los criterios de evaluación y valoración que serán considerados para la
selección de las ofertas, los cuales, como se observa, no se limitan únicamente al
precio de la oferta, sino que también pueden preverse otros “criterios” de
evaluación.    En cualquier caso, esos criterios vinculan al ente contratante en la fase
de evaluación de las ofertas, de modo que no pueden emplearse criterios distintos, ni
dejarse aplicar o modificar los ya establecidos

 Pliego de Condiciones. Regulaciones  

El pliego es el documento “donde se establecen las reglas básicas, requisitos o


especificaciones que rigen para las modalidades de selección de contratistas
establecidas en la Ley”. Asimismo, se reitera en la Ley que los pliegos de
contratación contienen las “reglas, condiciones y criterios aplicables a cada
contratación” los cuales “deben ser objetivos, de posible verificación y revisión”
 
Normalmente, los entes contratantes cuentan tres (3) modelos de pliegos para regular
sus procedimientos: (i) uno de condiciones generales, (ii) uno de condiciones
particulares y (iii) uno de especificaciones técnicas, de acuerdo a la complejidad de
cada contratación.
 
En todo caso, el contenido mínimo de los pliegos –se use uno o varios pliegos- se
encuentra regulado en el artículo 65 y 66 de la Ley de Contrataciones Públicas, que
prevé que éstos deben establecer las reglas que rigen aspectos formales del
procedimiento –idioma, moneda, corrección de errores, requisitos de ofertas,
compromiso de responsabilidad social-, los aspectos adjetivos –lapsos, actos, forma
de entrega, notificaciones- y los aspectos sustanciales del procedimiento, como la
calificación y los criterios de evaluación, entre otros aspectos.
                           
El pliego también regula aspectos contractuales propiamente dichos, pues tales
documentos deben contener por mandato de la Ley, el “proyecto de contrato que se
suscribirá con el beneficiario de la adjudicación” (Art. 66, núm. 16). Además, la Ley
de Contrataciones prevé que en los contratos adjudicados, el ente contratante debe
mantener lo contemplado en el pliego y en la oferta beneficiaria, como parte de las
condiciones contractuales (Art. 119) –so pena de nulidad de la adjudicación- lo que
implica que el contenido del pliego tiene efectos jurídicos una vez se adjudique el
contrato sustanciado conforme a esas reglas.
 
De allí que los pliegos no pueden ser considerados únicamente como documentos que
contienen las condiciones generales para los procedimientos de selección, pues éstos
también regulan aspectos concretos relativos a la contratación que se desea realizar,
lo que requiere su adaptación a cada contrato específico.

 Otorgamiento de la adjudicación. Análisis en concordancia con el artículo


38 Numeral 4 de la Ley Orgánica de la Contraloría General de la República
y del Sistema Nacional de Control Fiscal

La LCP establece que la máxima autoridad del órgano o ente contratante “debe
otorgar la adjudicación a la oferta que resulte con la primera opción, al aplicar los
criterios de evaluación y cumpla los requisitos o condiciones establecidos en el
pliego de condiciones”.
 
Así, en los procedimientos de selección regulados en la LCP, la regla es que el
otorgamiento de la adjudicación debe recaer sobre la oferta que resulte con la primera
opción en el informe de la Comisión de Contrataciones. Esa primera opción será
establecida según todos los criterios de evaluación establecidos en los pliegos, que no
sólo se limitan al precio de la oferta, sino también a los demás aspectos técnicos y
financieros vinculados con las necesidades del ente contratante.
 
Por su parte, el artículo 38 numeral 4 de la Ley Orgánica de la Contraloría General de
la República y del Sistema Nacional de Control Fiscal establece expresamente lo
siguiente:
 
“Artículo 38. El sistema de control interno que se implante en los entes y organismos
a que se refieren el artículo 9, numerales 1 al 11, de esta Ley, deberá garantizar que
antes de proceder a la adquisición de bienes servicios, o a la elaboración de otros
contratos que impliquen compromisos financieros, los responsables se aseguren del
cumplimiento de los requisitos siguientes:(…)
4. Que los precios sean justos y razonables, salvo las excepciones establecidas en
otras Leyes”.(Resaltado nuestro)”
 
Del contenido de la norma transcrita, se observa que  no se condiciona la idoneidad
del precio de la oferta a su monto, es decir si es el más bajo; sino se exige que sea
“justo y razonable”, salvo las excepciones establecidas en “otras leyes”. 
 
Dentro de esa referencia debe entenderse incluida, en primer lugar, la LCP, que es la
ley especial en la materia, de modo que la idoneidad del precio en los términos en los
que lo prevé la normativa de control fiscal, deberá determinarse según lo previsto en
la LCP.
 
La LCP no contiene disposición alguna que otorgue preeminencia al precio de la
oferta como criterio fundamental para el otorgamiento de la adjudicación; antes bien,
todas las normas que se refieren a la evaluación de las ofertas, exigen que el ente
contratante adecue su actuación a los criterios establecidos en los pliegos de
condiciones. 
 
De modo que el carácter “justo y razonable” de la oferta, si bien está vinculado al
monto de la oferta, no necesariamente exige que el ente contratante deba escoger la
oferta más baja, pues debe igualmente examinar que dicha propuesta cumpla con los
demás requerimientos exigidos para el fiel cumplimiento del contrato. No siempre la
oferta más económica satisface las necesidades del ente contratante, pues puede
suceder que una propuesta con esas características, presente condiciones técnicas y
financieras más desfavorables para el ente contratante.
 
Lo anterior no impide que el ente contratante pueda apreciar conforme a lo
establecido en la LOCGR, los valores económicos de la oferta, para rechazarla por
considerar que su precio no guarda un margen razonable o justo a la actividad que se
desea contratar. Lo que se quiere advertir es que la disposición consagrada en el
artículo 38, numeral 4 de la LOCGR, no impone al ente contratante la obligación de
escoger la oferta que presente el precio más económico

 Oferta con la Primera Opción. Informe de la Comisión de Contrataciones.


Determinación

La Comisión de Contrataciones en el informe de recomendación de la adjudicación,


“indicará la oferta que resulte con la primera opción, según los criterios y
mecanismos previstos en el pliego de condiciones, así como la existencia de ofertas
que merezcan la segunda y tercera opción.” (Artículo 95). (Resaltado nuestro).
 
La LCP no define lo que debe entenderse por oferta más ventajosa o cuál, en
concreto, es la oferta que merece la primera opción.  Es decir que no precisa la  LCP
que la oferta más beneficiosa para el ente contratante deba ser la más conveniente
desde el punto de vista económico o aquella técnicamente más ventajosa. Tampoco
impone la LCP, dejando a salvo la modalidad de selección de Consulta de
Precios, que en la valoración de la oferta se otorgue preeminencia al examen de
ciertos factores o atributos específicos sobre otros.
 
Todos esos aspectos serán determinados libremente, y según las necesidades de cada
contratación, por el ente contratante. De allí que en algunos casos la oferta más
beneficiosa desde el punto de vista económico (precio más bajo), no sea la
merecedora de la adjudicación, por no ser la que ofrezca mayores ventajas ni se
adecue a todas las necesidades exigidas por el ente contratista.
 
En ese sentido, el ente contratante, atendiendo a las necesidades de cada contratación,
establece los criterios que son fundamentales para la escogencia de la oferta.   Puede
preverse así que  en aquellos contratos en los que las características o atributos
específicos del contratista son fundamentales (i.e. capacidad legal, técnica y
financiera), el precio del contrato no determinará la escogencia de la oferta. En esos
supuestos, la oferta deberá ser evaluada en su integridad, otorgando preeminencia a
todos los factores que permitan determinar la capacidad de la empresa para ejecutar el
contrato que se pretende adjudicar, a satisfacción del ente contratante y del interés
colectivo.
 
La evaluación, por tanto, tiene un carácter global y los resultados en esa fase del
procedimiento de selección reflejan la conveniencia o no de contratar con
determinado oferente atendiendo a los parámetros que se hubieren fijado en el pliego
de condiciones, vinculados por lo general con la capacidad legal, técnica, económica
y financiera  del contratista.   Es decir, que la oferta debe ser conveniente desde todo
punto de vista, por ello, además de los aspectos meramente económicos vinculados
con el precio ofrecido, deberá constatarse que el oferente cuenta con la capacidad
suficiente para desarrollar, en las condiciones más ventajosas para el ente contratante
y la colectividad, el contrato sometido al procedimiento de selección.
 

En esta fase, se insiste, solo podrán aplicarse los criterios establecidos en el pliego de
condiciones, en la forma que indiquen esos instrumentos jurídicos.

 Compromiso de Responsabilidad Social. Garantía. Inaplicación a los


Contratos Laborales 

La Ley de Contrataciones Públicas destacó dos aspectos importantes acerca del


compromiso de responsabilidad social (obligación preexistente en la anterior Ley), a
saber: su carácter contractual y la necesidad de que sea garantizado. En efecto, el
artículo 30 del referido Decreto Ley dispone:

Artículo 30. El  compromiso de responsabilidad social se constituirá en una


obligación contractual para el beneficiario de la adjudicación, y su ejecución debe
estar debidamente garantizada.

De lo anterior, pueden derivarse las siguientes consideraciones en cuanto a los


mecanismos para garantizar el cumplimiento del aludido compromiso:

1. Siendo una obligación contractual, el compromiso de responsabilidad ha de


incluirse en la fianza de fiel cumplimiento, cuando esta sea requerida por el
contratante. Ello en atención a la  “Providencia mediante la cual se aprueba
con carácter general y uniforme las Condiciones Generales del Contrato de
Fianza con Organismos del Estado” (G.O. Nº 39.941 del 11/jun/2012) dictada
por la Superintendencia de la Actividad Aseguradora  
2. En ausencia específica fianza de fiel cumplimiento, por haberse optado por
otro tipo de garantía por tal concepto, debe el contratante requerir una garantía
para el compromiso de responsabilidad social (la Providencia de la
SUDESEG solo aplica al caso específico del contrato de fianza).
3. En ausencia de garantía de fiel cumplimiento por no haber sido esta requerida
por el contratante, debe subsistir la garantía del compromiso de
responsabilidad social; pues la Ley no establece ningún tipo de exclusión o
excepción al deber de dicha garantía. En este contexto, resultaría admisible
cualquier garantía permitida por el ordenamiento jurídico.
4. Como quiera que el establecimiento del compromiso de responsabilidad
social constituye uno de los elementos del pliego de contrataciones o de las
condiciones de contratación, en ese mismo instrumento debe establecerse la
garantía que será requerida para dicho compromiso. 
5. La propia Ley adiciona elementos que permiten, al menos
teóricamente, garantizar la ejecución del compromiso de responsabilidad
social. En efecto, la no presentación de declaración jurada de cumplimiento
del compromiso de responsabilidad social constituye causal de  rechazo de
ofertas 
6. Existe en la Ley la obligación del contratante de establecer controles que
permitan regular el cumplimiento del compromiso de responsabilidad social,
como parte de las actividades propias de la administración del contrato.

En cualquier caso, la garantía del cumplimiento del compromiso de responsabilidad


social ha de ser suficiente en los términos del Decreto con Rango, Valor y Fuerza de
Ley de Contrataciones Públicas, así como de la Ley Orgánica de la Contraloría
General de la República y del Sistema Nacional de Control Fiscal (G.O. 6.013 Ext.
del 23/dic/2010). Además, la garantía que se adopte debe poder permitir la ejecución
del compromiso de responsabilidad social ante cualquier incumplimiento del
contratista, incluso ante un escenario de rescisión del contrato, cualquiera que sea la
causa.  Recuérdese que la omisión de la solicitud o recibo del compromiso de
responsabilidad social constituye también un supuesto generador de responsabilidad
administrativa.

El Compromiso de Responsabilidad Social previsto en la Ley de Contrataciones


Públicas no es aplicable para los contratos de naturaleza laboral en virtud de las
siguientes consideraciones:

a).- La regulación del Compromiso de Responsabilidad Social alude a los


procedimientos de selección de contratistas y no a los contratos que se excluyen de
dichos procedimientos por mandato del artículo 5 de la Ley de Contrataciones
Públicas, como son los contratos laborales.
 
b).- Aún en el supuesto en que se considere que el Compromiso de Responsabilidad
Social constituye un aspecto contractual que en virtud de de la Ley de Contrataciones
Públicas resulta aplicable a los contratos excluidos de los procedimientos de
selección, consideramos que dicho requisito –por sus efectos y naturaleza- no puede
aplicarse a los contratos laborales. 
 
c).- Las normas que regulan los contratos aplican a los supuestos excluidos de los
procedimientos de selección pero sólo en la medida en que se ajusten a la naturaleza
de cada contrato.  
 
d).- La naturaleza del Compromiso de Responsabilidad Social es incompatible con
los contratos laborales, pues se trata de un requisito exigible a los contratistas de la
Administración a fin de que destinen un porcentaje de los ingresos que obtengan por
el contrato a proyectos sociales.
 
e).- Pretender aplicar el Compromiso de Responsabilidad Social a los contratos
laborales, constituiría una afectación ilegítima del principio constitucional “in dubio
pro operario”, ya que se impone en ese caso una carga económica injustificada al
trabajador.

 Comisión de Contrataciones. Constitución, Designación  y Funciones

Las Comisiones de Contrataciones son los órganos que, dentro del ente contratante,
ejercen funciones asesoras y que fueron creados para que colaboren con éste en la
dirección, coordinación y sustanciación de los procedimientos de selección de
contratistas. Se trata de órganos colaboradores –pues simplemente coadyuvan a
llevar a término el procedimiento- que recomiendan a la máxima autoridad del órgano
o ente contratante las decisiones a tomar en los procedimientos de selección.
 
La Ley de Contrataciones Públicas establece que en todos los sujetos regidos por su
ámbito de aplicación “debe constituirse una o varias Comisiones de Contrataciones,
atendiendo a la cantidad y complejidad de las obras a ejecutar, la adquisición de
bienes y la prestación de servicios”. De modo que es obligatorio que cada ente
contratante cuente con al menos una Comisión de Contrataciones –sin perjuicio de
que se creen Comisiones adicionales- que ejecute su función asesora y de
sustanciación de los procedimientos de selección.
 
Las Comisiones de Contratación están integradas por número impar de miembros
principales, que cuentan con sus respectivos suplentes. Dichos integrantes deben ser
de calificada competencia profesional y reconocida honestidad y son “designados por
la máxima autoridad del órgano o ente contratante de forma temporal o
permanente, preferentemente entre sus empleados o funcionarios” (énfasis
añadido). Es, además, menester que su integración represente las áreas jurídica,
técnica y económico-financiera del órgano o ente contratante
 
Conforme a esa regulación, cada ente debe designar –por medio de su máxima
autoridad- su propia Comisión de Contrataciones, la cual debe estar integrada
preferiblemente por sujetos –indeterminados- que ejerzan funciones dentro del ente.
La finalidad es que la Comisión, con las decisiones tomadas por mayoría de sus
miembros que representan cada una de las áreas de acción del ente –financiera,
jurídica y legal- recomiende a la máxima autoridad la opción más idónea para
contratar. Resulta evidente que, de acuerdo la regulación contenida en la Ley de
Contrataciones, las comisiones de contrataciones –sea una o varias- son propias de
cada ente u órgano contratante y realizan sus funciones de sustanciación en los
procedimientos para los contratos de los órganos para las cuales funcionan.
 
La circunstancia de que las Comisiones de Contratación sólo pueden ejecutar sus
competencias como órganos asesores, dentro del órgano o ente contratante para el
cual fueron designados, se ratifica en la previsión –novedosa- de la Ley de
Contrataciones Públicas que establece que los miembros de la Comisión “serán
solidariamente responsables con la máxima autoridad, por las recomendaciones que
se presenten y sean aprobadas”.
 
Evidentemente, la interpretación de esa norma deriva en que las Comisiones de
Contratación sólo actúan como asesores para la máxima autoridad del ente que los
designó y sólo para las contrataciones de ese ente, lo que excluye la posibilidad
conforme a la cual la Comisión de un ente preste sus funciones asesoras u otro, o bien
la circunstancia de que un ente mantenga Comisiones de Contratación con otro ente
distinto al contratante.
 Interpretación de los plazos de manifestación de voluntad y de ofertar
(art. 67)

La Ley de Contrataciones establece los lapsos dentro de los cuales la Comisión de


Contrataciones debe proceder a fijar la oportunidad para “la preparación de la
manifestación de voluntad de participar o de ofertar” según sea el caso, atendiendo a
la complejidad de la obra o del suministro del bien o servicio. A tal efecto, indica en
el referido artículo los plazos respectivos de acuerdo a la modalidad de selección de
contratista de que se trate.
 
Además de lo anterior, se observa que para el supuesto de Concurso Abierto,
regulado en el artículo 81 la Ley de Contrataciones Públicas,  prevé unos lapsos
distintos, que aplican sólo en lo que respecta a los mecanismos de calificación de
ofertas.
 
Nótese que en realidad la Ley de Contrataciones Públicas no plantea una
contradicción, pues se entiende que los plazos contenidos en el artículo 67 son para la
presentación de la manifestación de voluntad de participar y los previstos en el
artículo 81 son especialmente para la presentación de ofertas en el caso de actos
separados. De allí que el artículo 67 de la Ley de Contrataciones establezca lapsos
para “la preparación de la manifestación de voluntad de participar o de ofertar”,
dependiendo de si ello aplica para cada caso. Así, para la presentación de ofertas en
caso del Concurso Abierto con Actos Separados, se tomará como aplicable el plazo
previsto en el artículo 81. 
 
 
En conclusión, no hay una contradicción entre los lapsos de la Ley de
Contrataciones Públicas, pues los plazos previstos son para la preparación de la
manifestación de la voluntad o para presentar ofertas, según sea el caso. En el caso
de Concurso Abierto, será para preparar la manifestación de la voluntad y en caso
del Concurso Cerrado, será para presentar ofertas.

 Necesidad de Acto Motivado para las Prórrogas de los lapsos de


preparación de manifestación de voluntad y ofertas
La Ley de Contrataciones Públicas prevé, como principio general, que cuando se
justifique la ampliación de los lapsos de las modalidades de selección de contratistas
previstos en la Ley, se requerirá “acto motivado de la máxima autoridad del órgano o
ente contratante, indicando explícitamente en la motivación los nuevos lapsos”, lo
cual será regulado por el Reglamento.
 
De otra parte,  contempla que el ente contratante puede “prorrogar el lapso
originalmente establecido para la preparación de manifestaciones de voluntad u
ofertas a partir de la última notificación”. Sin embargo, no hace referencia a la
necesidad de contar con un acto motivado de la máxima autoridad.
 
En nuestra opinión, dado que esa prórroga implica una modificación del lapso de
preparación de manifestación de voluntad o de las ofertas, según sea el caso, esa
decisión deberá hacerse con un acto motivado en los mismos términos del artículo 50
de la Ley de Contrataciones Públicas.
 
En conclusión, para la prórroga del lapso de preparación de manifestación de
voluntad o de las ofertas se requiere de un acto motivado, por cuanto ésta deriva en
una modificación de los lapsos del procedimiento de contratación.

 Selección Electrónica de Contratistas

La Ley de Contrataciones Públicas –tal y como lo hacía la derogada Ley de


Licitaciones- contiene un capítulo destinado a regular los procedimientos de
contratación por vía electrónica, los cuales antes eran denominados “licitaciones
electrónicas” y ahora –de manera imprecisa- “contrataciones electrónicas”. A pesar
de la modificación del nombre, el capítulo mantiene el mismo contenido, destinado a
permitir que las modalidades de selección de contratistas puedan eventualmente
realizarse utilizando “medios y dispositivos de tecnologías de información y
comunicaciones” que garanticen la transparencia, honestidad, eficiencia, igualdad,
competencia, publicidad, autenticidad, seguridad jurídica y confidencialidad
necesaria.
 
De manera igual a como lo hacía la Ley de Licitaciones, se establece que previa
opinión favorable de la Comisión de Contrataciones, el ente contratante está en la
obligación (“debe”) –siempre que cuente disponibilidad y preparación tecnológica-
de contemplar en el llamado o invitación y en el pliego de condiciones, la posibilidad
de participar por medios electrónicos, en cuyo caso, especificará los programas y
otros datos tecnológicos necesarios para esa participación, todo de conformidad con
lo previsto en la legislación sobre mensajes de datos y firmas electrónicas (Art. 104 y
105).
 
 Requisitos previos a la modalidad de selección del contratista. Solvencia
laboral
 
Los requisitos que deben cumplir los interesados en participar en las modalidades de
selección reguladas por la Ley de Contrataciones Públicas, se encuentran, algunos de
ellos regulados en la misma Ley, y otros, en diferentes ordenamientos jurídicos.
 
La presentación de la solvencia laboral vigente, constituye un requisito exigido en
el Decreto N° 4.248 del 30 de enero de 2006 (G.O. Nº. 38.371 del 2 de febrero de
2006), que tiene por objeto regular el otorgamiento, vigencia, control y revocatoria
del certificado de solvencia laboral. En este sentido, si bien el Decreto regula aspectos
relativos a la solvencia laboral de patronos con la finalidad de proteger los derechos
humanos laborales, dicho requisito se erige no como un documento relativo a
aspectos laborales propiamente dichos, sino como una condición exigida para las
contrataciones de los entes y órganos del Estado.
 
La regulación contenida en el Decreto más que ser de naturaleza laboral, atañe al
régimen de contratación de la Administración Pública y de las gestiones
administrativas realizadas por sus entes y órganos (créditos del sistema financiero
público, renegociación de deudas con el Estado, obtención de divisas, etc.) ya que
tiene por finalidad establecer un requisito administrativo adicional para los
particulares que realicen esas actividades con el Estado.
 
 Dicha solvencia laboral, conforme a lo señalado en el Decreto, es “un documento
administrativo emanado del Ministerio del Trabajo que certifica que el patrono o
patrona respeta efectivamente los derechos humanos laborales y sindicales de sus
trabajadores y trabajadoras, el cual constituye un requisito imprescindible para
celebrar contratos, convenios y acuerdos con el Estado” (Artículo 2).
 
Debe tenerse presente que ningún empleador, independientemente de la actividad
económica que realice su empresa, podrá contratar con el Estado, si no obtiene
previamente del ente rector en materia laboral, la solvencia laboral que certifique su
pleno cumplimiento de las normas reguladoras del Derecho del Trabajo.
 
Es de hacer notar que el Decreto incluye, como sujetos de aplicación de esa
normativa, a las asociaciones cooperativas, por lo que no sólo se limita a patronos que
tienen naturaleza de sociedad mercantil.

 Momento de inicio de los Procedimientos de Selección


 
La  Ley de Contrataciones Públicas no establece de manera expresa el momento en el
que se considera iniciado formalmente el procedimiento de selección de contratitas de
concurso abierto, pues no contiene una norma que explícitamente haga esa precisión.
 
La Ley de Contrataciones Públicas es imprecisa en ese sentido, ya que sólo indica en
su artículo 79 que: Los contratantes deben publicar en su página web oficial el
llamado a participar en Concursos Abiertos, hasta un día antes de la recepción de
sobres; igualmente debe remitir al Servicio Nacional de Contrataciones el llamado a
participar en los Concursos Abiertos para que sean publicados en la página web de
ese órgano durante el mismo lapso.

Igualmente los contratantes en casos excepcionales, y previa aprobación de la


Máxima Autoridad de la Comisión Central de Planificación, podrán publicar los
llamados a concursos abiertos en medios de comunicación de circulación nacional o
regional, especialmente en la localidad donde se vaya a suministrar el bien o servicio,
o ejecutar la obra. Adicionalmente, podrán divulgar el llamado a través de otros
medios de difusión. 

Aun cuando esa norma no es explícita en cuanto a que el “llamado a concurso”


constituye el inicio del procedimiento, tradicionalmente se ha entendido que es
precisamente ese llamado el acto jurídico que exterioriza la voluntad contractual de
la Administración y por ende, éste debe ser considerado como el inicio formal del
procedimiento de selección de contratistas.
 
El llamado a concurso, constituye una convocatoria unilateral, por medio de la cual el
ente público decide iniciar el procedimiento administrativo reglado para seleccionar
sujetos para la ejecución de obras, adquisición de bienes o prestación de servicios
comerciales. Es con ese objeto que invita a los eventuales interesados en contratar
para que formulen sus propuestas u ofertas según lo requerido por los pliegos. En el
llamado se establecen los aspectos generales del procedimiento que se inicia (objeto
del procedimiento, identificación del órgano o ente contratante, dirección y fecha a
partir de la cual estará disponible el pliego de condiciones, lugar y hora de la
calificación, mecanismo para calificar, etc.) respecto de los interesados, por lo que es
con su publicación que se inicia el concurso abierto, ya que da lugar a la concurrencia
de todos los particulares que se consideran en condiciones de participar, para
presentar sus ofertas.
 
En virtud de lo anterior, los actos de trámite previos o internos (v.gr: asesoría técnica
y financiera, actividad interna de control) que se destinan a la organización y
preparación del ente contratante y que constituyen la fase previa a la formación de la
voluntad administrativa, no constituyen la expresión concreta y formal que da inicio
al procedimiento de selección de contratistas. En efecto, aun cuando esos actos –que
en su conjunto, coadyuvan a una contratación más transparente y con las mejores
condiciones para la Administración- son de obligatorio cumplimiento por parte del
ente administrativo y condicionan la validez de los actos subsiguientes (i.e.:
elaboración de los pliegos de condiciones; autorización presupuestaria; aprobación de
la máxima autoridad; elaboración del proyecto de contrato), ellos sólo tienen un
carácter previo y preparatorio y no constituyen el inicio formal del procedimiento.

 Hacia una futura reforma del Sistema

En opinión de algunos autores, una futura reforma de la Ley de Contrataciones


Públicas debe incluir algunos aspectos procedimentales como: Estar en consonancia
con los estándares internacionales en la materia; eliminar las invitaciones por parte
del funcionario sustanciador y someter cualquier tipo de modalidad de selección de
contratistas a la necesidad de publicidad absoluta, de forma que sean los interesados
los que hagan presencia en los procedimientos, sin necesidad de ser invitados por la
autoridad que lostramita.
 
Adicional a lo anterior, indican, que la existencia de alta discrecionalidad en los
Concursos Cerrados, Consultas de Precios y Contrataciones Directas, es precisamente
lo que genera incentivos para encontrar la manera de tramitar un procedimiento de
selección de contratistas a través de una modalidad distinta a la prevista en la ley. Si
en todas las modalidades de selección de contratistas se exigiera invitación pública
para su trámite, ¿qué incentivo tendría un funcionario para evadir la aplicación de una
modalidad? Lo único que diferenciaría a las modalidades de selección serían los
parámetros cuantitativos de contratación y quizás los tiempos de trámite de cada una,
pero más allá de eso el funcionario sustanciador no tendría un incentivo personal para
evadir una modalidad de selección de contratistas, ya que no podría tener control
sobre el número de empresas que presenten oferta.
 
Entonces, mientras la legislación venezolana se abre hacia más transparencia y se
adapta a los estándares internacionales, se debe tener mucho cuidado al momento de
seleccionar la modalidad aplicable, aplicando siempre los parámetros cuantitativos,
realizando una interpretación estricta y restrictiva de las excepciones previstas en la
ley para la aplicación de cada una y explicando de manera específica y amplia las
razones por las cuales se invitan a determinadas personas a presentar oferta, de forma
de siempre favorecer la transparencia, la rendición de cuenta y sobretodo la
competencia en los procesos de selección.

El carácter público del expediente de contratación

Desde la primera Ley de Licitaciones del año 1990 todos los instrumentos normativos
que han regulado las contrataciones públicas venezolanas han repetido la misma
norma referente el acceso al expedienteadministrativo.
 
Hoy en día, esa norma, que tiene casi 30 años de inalterable vigencia, se encuentra en
el artículo 20 del Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley de Contrataciones
Públicas, el cual establece que “Culminada la selección del contratista, los oferentes
tendrán derecho a solicitar la revisión del expediente y requerir copia certificada de
cualquier documento en el contenido. Se exceptúan de lo dispuesto en este artículo,
los documentos del expediente declarados reservados o confidenciales conforme a la
Ley que regula los procedimientos administrativos”.
 
En tal sentido, es necesario analizar si la referida norma es cónsona con los principios
rectores previstos en el artículo 2 de la Ley de Contrataciones Públicas, en particular
con los principios de transparencia y publicidad.
 

Los principios de transparencia y publicidad y su impacto en la contratación pública


El artículo 141 de nuestra Constitución reconoce la transparencia como uno de los
pilares fundamentales de la Administración Pública, y el artículo 143 establece el
derecho de los ciudadanos a ser informados oportuna y verazmente por la
Administración Pública, sobre el estado de las actuaciones en que estén directamente
interesados, y a conocer las resoluciones definitivas que se adopten sobre el
particular.
 
Asimismo, se reconoce el derecho de acceso a los archivos y registros
administrativos, sin perjuicio de ciertos límites en materias relativas a seguridad
interior y exterior, a investigación criminal y a la intimidad de la vida privada, de
conformidad con la Ley que regule la materia de clasificación de documentos de
contenido confidencial o secreto.
 
Adicionalmente, la transparencia es uno de los principios rectores de los deberes y
conductas de los servidores públicos respecto a los valores éticos que han de regirlo,
y exige de todo servidor público la ejecución diáfana de los actos de servicio y el
respeto del derecho de toda persona a conocer la verdad, sin omitirla ni falsearla, en
observancia de las garantías establecidas en el artículo 143 de la Constitución.
 
En materia de contrataciones públicas, el artículo 2 de la Ley de Contrataciones
Públicas indica que las normas contenidas en dicho instrumento normativo se
desarrollarán respetando una serie de principios, entre los que se incluyen la
transparencia y la publicidad.
 
Adicionalmente, podemos indicar que existe una particularidad muy importante
frente a otras materias especiales de Derecho Público, que radica en el hecho que la
declaración de principios que realiza el artículo 2 de la Ley de Contrataciones
Públicas es de obligatoria aplicación, al establecerse su inobservancia como un
supuesto generador de responsabilidad administrativa (artículo 166.3 de la Ley de
Contrataciones Públicas).
 
El principio de transparencia en materia de contrataciones públicas se materializa en
el acceso de los participantes a toda la información relacionada con el procedimiento
de selección de contratistas; en el derecho a contar con normas, criterios y reglas
claras y de aplicación uniforme; en el derecho a ser informados veraz, oportunamente
y, al mismo tiempo, de todas las decisiones, actos e incidencias del procedimiento. En
líneas generales, se materializa en el derecho a conocer todos y cada uno de los
elementos sobre los cuales gira y se fundamenta el procedimiento de selección de
contratistas, sin que se oculte información en beneficio de una de las partes, es decir,
sin que una de las partes tenga una ventaja sobre el resto de los participantes en el
conocimiento de tales reglas y parámetros. A priori, pudiéramos pensar que esta
transparencia de reglas, criterios e información, debería también incluir el derecho de
acceso al expediente administrativo, pero ya veremos más adelante la incongruencia
del Legislador en ese sentido.
 
En el caso del principio de publicidad, algunas de las normas de contrataciones
públicas que representan este principio las podemos encontrar en el carácter público
de los actos de recepción y apertura de sobres (artículo 91 de la Ley de
Contrataciones Públicas), carácter público del presupuesto base en todas las
modalidades de selección de contratistas (artículo 59 de la Ley de Contrataciones
Públicas), y la publicidad de la información contenida en el Registro Nacional de
Contratistas (artículo 46 de la Ley de Contrataciones Públicas), entre otros.
 
No obstante la regulación que nuestro ordenamiento jurídico y la propia Ley de
Contrataciones Públicas han establecido sobre los principios de publicidad y
transparencia, la aplicabilidad de estos principios ha sido severamente trastocada en
la regulación referida al acceso al expediente administrativo, imponiéndose
importantes restricciones en ese sentido.
 

 El carácter “público” del expediente administrativo en la legislación en


materia de contratación administrativa

En materia de acceso al expediente administrativo de selección de contratistas,


tenemos el ya citado artículo 20 de la Ley de Contrataciones Públicas, que autoriza al
acceso al expediente pero solo una vez “culminada la selección del contratista”,
estableciéndose expresamente que “los oferentes tendrán derecho a solicitar la
revisión del expediente y requerir copia certificada de cualquier documento en el
contenido”.
 
Entonces, de conformidad con la referida norma, se limita el acceso al expediente
sólo a los oferentes y únicamente luego de culminado el procedimiento de selección
de contratistas. Esta regulación supone, por ejemplo, que un participante que no
calificó para la etapa de presentación de ofertas no tiene derecho de acceso al
expediente administrativo, al igual que algún ciudadano u organización que desee
acceder a información sobre la contratación. Y más grave aún, también supone que un
oferente (es decir, un participante que sí calificó a la etapa de presentación de ofertas)
debe esperar a que finalice el procedimiento de selección de contratistas para poder
revisar el expediente y poder presentar cualquier tipo de reclamo.
 
Si bien la limitación presente en el caso venezolano pudiera encontrar cierta lógica en
la idea que permitir el acceso al expediente durante la sustanciación de la modalidad
de selección pudiera comprometer no solo la integridad del expediente sino también
la capacidad de la unidad contratante para trabajar en el mismo, lo cierto es que estas
limitaciones de acceso al expediente atentan contra la publicidad y la transparencia
del proceso, así como contra el derecho de los participantes de conocer en tiempo real
todos los elementos sobre los cuales se va formando la voluntad de la Administración
y además incorpora importante restricciones para controlar el poder de la unidad
contratante, de forma que las posibles desviaciones e imperfecciones en el proceso se
puedan corregir a tiempo, antes que se otorgue la adjudicación.
 

 En torno a una reforma que favorezca la transparencia y el control sobre


el expediente administrativo en la actividad contractual

Señalan algunos especialistas en el área que el Legislador ha debido decantarse por


una mayor transparencia y posibilidad de control de la actividad de la
Administración, permitiendo que el expediente fuese totalmente público durante todo
el proceso, ya que la publicidad total y absoluta del expediente durante la
sustanciación del procedimiento de selección abonaría en la construcción de una
Administración más transparente y accesible al ciudadano.
 

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