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Modelos de intervención

Laura Camila Ramírez Herrera


NRC 4948
ID 245953

Ensayo sobre la Calidad de Vida

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Incontables veces los indicadores de las que la Ciencia Social se vale no son
suficientes para establecer la calidad de vida de las personas. Es innegable, por otro
lado, la importancia de intentar cuantificar la calidad de vida, que permite un
análisis de la sociedad desde un punto de vista más abarcativo que el monetario.
Sin embargo, es preciso ahondar más profundamente en estos índices, buscando
comprobar la veracidad y provecho de los mismos.

Primeramente, y antes de permitirnos ensalzar o rebajar índices a partir de su


utilidad para medir la calidad de vida, deberíamos preguntarnos, justamente: ¿Qué
es una buena calidad de vida? Es particularmente complejo alcanzar una
definición acertada y amplia, que contemple todos los aspectos que podrían
tenerse en cuenta, partiendo de la base de que la calidad de vida es un término
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altamente subjetivo. Lo que para un individuo es trascendental para afirmar que


posee una buena calidad de vida para otro podría no ser más que accesorio, o
incluso innecesario.

Sin embargo, es posible aseverar la presencia de ciertas necesidades que son


básicas en todo ser humano. Así, por ejemplo, en Argentina, y guiándonos por el
Índice de Necesidades Insatisfechas (NBI), que determina si una persona está
por debajo de la línea de la pobreza, las necesidades básicas se dividen en
acceso a la vivienda, acceso a la educación, acceso a servicios sanitarios y
capacidad económica. A primera vista, y sin entrar en un debate profundo, el
cumplimiento de estas cuatro dimensiones debería otorgar una buena calidad de
vida
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¿Para qué, entonces, seguir indagando en la calidad de vida?

El Índice de Desarrollo Humano (IDH) se define a partir del nivel de


educación, la PBI per cápita y la salud. Aunando estas variables con las de las
NBI nos encontramos entonces con 5 grandes grupos que, a priori, caracterizan
las necesidades básicas: Vivienda, servicios sanitarios, educación, ingresos y
salud. En este punto podemos alegar que tener una buena calidad de vida de
componer de ver satisfechas esas cinco necesidades.

No obstante, la calidad de vida es definida, según la OMS (Organización


Mundial de la Salud) como “la percepción que un individuo tiene de su lugar en
la existencia, en el contexto de la cultura y del sistema de valores en los que vive
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y en relación con sus objetivos, sus expectativas, sus normas, sus inquietudes. Se
trata de un concepto que está influido

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por la salud física del sujeto, su estado psicológico, su nivel de independencia, sus
relaciones sociales, así como su relación con su entorno”.1 De este modo, aunque
una persona vea satisfechas sus necesidades básicas, podría no estar gozando de una
buena calidad de vida. Aquí radica la importancia de la subjetividad, al ser cada
individuo diferente y valorar multiplicidades de cosas desemejantes. Una persona
creyente podría poner a la religión como fundamental en su calidad de vida; un
trabajador podría ubicar el ocio como necesario; un estudiante podría colocar a su
grupo de pertenencia como ineludible; etc.

Los ejemplos son variados, tan variados como individuos distintos haya. No es
menester señalarlos todos, sino poner en jaque la creencia de que la calidad de

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vida puede ser cuantificada mediante ciertos indicadores. La subjetividad propia


que involucra este concepto la vuelve imposible de medir numéricamente sin caer
en la tentación de dejar variables de lado.

Reforzando aún más esta postura es interesante realizar un cruzamiento entre el


Índice de Desarrollo Humano y la Tasa de Suicidios. Así, Japón se ubica en el
puesto 12 dentro de la tabla de IDH pero a su vez en el puesto 6 en la Tasa de
Suicidios; Suiza se coloca en la sexta posición en la tabla de IDH y 15 en la Tasa
de Suicidios; Bélgica en el puesto 18 en la tabla de IDH y 10 en la Tabla de
Suicidios. ¿Cómo es posible que países con tan alta calidad de vida presenten tan
preocupantes porcentajes de suicidios?

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En conclusión, se ha determinado que el nivel de calidad de vida no puede ser


establecido mediante un cálculo cuantitativo. Por el contrario, urge un análisis
cualitativo individual, centrado en la persona, con el fin de determinar si cada
individuo goza de una buena calidad de vida.

Bibliografía

Anónimo en http://es.wikipedia.org/wiki/
%C3%8Dndice_de_desarrollo_humano consultado el 13/3/12

Anónimo en http://es.wikipedia.org/wiki/Calidad_de_vida consultado el 13/3/12

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1 WHO. Constitution of the World Health Organization. En: Ten years of the World Health
Organization (Annexe I). Geneva, 1958.

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Anónimo en http://es.wikipedia.org/wiki/Necesidades_b
%C3%A1sicas_insatisfechas consultado el 13/3/12

Gaviri, Alba Emilce, El concepto de calidad de vida, Escenarios de la Salud


Pública, 2009
Gómez Vela, María en
http://campus.usal.es/~inico/investigacion/invesinico/calidad.htm consultado el
13/3/12

Monés Joan en http://www.aecirujanos.es/revisiones_cirugia/2004/Agosto2.pdf


consultado el 13/3/12

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