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Hacer, sentir y pensar

PROGRAMACIÓN
Grado: 8Vo
Bloque: 2
Asignatura: Historia
Maestra: Daysi Trujillo
Semana: 5
Fecha: Del 24 al 28 de mayo

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Hacer, sentir y pensar

VIERNES : Libertad, igualdad, fraternidad/ Las tullerías

Cuando se inició la Revolución Francesa con la toma de la Bastilla, todas


las personas estaban enloquecidas y por eso asaltaron la antigua prisión
por ninguna razón. Durante veinte años las ideas de los libros de
Rousseau y Voltaire habían concientizado a las personas y cada vez más
pensaban que la monarquía y la aristocracia eran una estafa.
En esa época en toda Francia existían sociedades cerradas donde los
integrantes eran personas de alta alcurnia como: abogados, periodistas y
médicos que realizaban planes para eliminar las cosas falsas como: la
realeza, la nobleza y la Iglesia. Siempre proponían nuevas propuestas y
siempre surgía en sus reuniones tres palabras cuando discutían el futuro
de Francia.
Asimismo, el primero que utilizó estas tres palabras y de las cuales
explicó su significado, era un hombre de los mensajeros desconocidos de
la hermandad secreta de los rosacruces Estas palabras deberían
siempre ser practicadas en la religión, la ciencia y el arte´. Estas palabras
eran las siguientes:
Libertad para pensar y expresarlo oralmente o escrito.
Igualdad para todo. Todos se deberían regir por las mismas leyes.
Fraternidad. Todos dependemos del trabajo de otros, como ellos
dependen del nuestro.
Es importante mencionar que estas palabras se deben utilizar en el
ámbito correcto, por ejemplo yo a pesar de ser un pintor reconocido no
puedo afirmar que soy igual a Leonardo da Vinci.
Fueron aquellas tres palabras las cuales debían edificar un nuevo orden
cuando hubiera desaparecido el antiguo orden de los reyes y
aristócratas. Pero con el pasar del tiempo se olvidó el sentido de estas
tres palabras y cuando se reunieron los conspiradores que planearon la
Revolución Francesa hablaron de libertad, igualdad y fraternidad, sin
importar en el ámbito que se debían usar. Y fueron ellos que el 14 de
julio de 1789 levantaron a las masas falsos rumores y que dirigieron a la
muchedumbre contra la Bastilla empezando la Revolución Francesa.
Aquellas tres palabras tuvieron un gran efecto en la Revolución
Francesa, pero casi nadie pensaba en su verdadero significado, incluso
las personas gritaban y escribían esas palabras en sus pancartas como
un mensaje de esperanza. Por otro lado, la Asamblea Nacional, con los
diputados se mantuvieron unidos desafiando al rey Luis XVI y dictaron
nuevas leyes sin su aprobación y una de esas las leyes era que
reconocían al rey, pero solo como un servidor de la voluntad del pueblo,
otra ley era que la Iglesia y los aristócratas empezarían a pagar
impuestos y otra ley era que todo el mundo podía hablar o escribir lo que
creían que era verdad. Estas leyes que se promulgaron en la Asamblea
Nacional se hicieron famosas como la Declaración de los Derechos del
Hombre y fueron recibidas con mucho júbilo por toda Francia y por el
mundo entero.
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Por otro lado, los campesinos empezaron a quemar las mansiones y


castillos, además asesinaban a los nobles y a sus familias, también, a los
sirvientes fieles a sus amos, pero toda esta rebelión no podía parar el
hambre en Francia y en octubre del año 1789 ocurrió algo fatídico, la
gente de París estaba famélica y culpaban al rey de la escasez de
alimentos.
Todas las personas hambrientas marcharon hasta Versalles que durante
el día se pusieron a gritar fuera del palacio, pero cuando oscureció
entraron a la habitación de la pareja real y empezaron a acuchillar la
cama pensando que María Antonieta se encontraba en ella. Al final la
turba fue expulsada del palacio por la Guardia Nacional, pero la multitud
no se marchó y ahora reclamaban que el rey y toda su familia real
regresen con ellos a París y que vieran cómo la gente se moría de
hambre. El rey accedió al pedido.
Por último, la familia real que viajaba en el carruaje rumbo a París se
encontraron con carros que llevaban harina, lo que levantó el ánimo a la
multitud y gritaron ¡Traemos al panadero y a su esposa a París! De ese
modo Luis XVI llegó al antiguo palacio de París, las Tullerías, donde vivió
antes que mandara a construir Versalles, luego el Parlamento se trasladó
a París y los acontecimientos de la Revolución Francesa siguieron allí.

Las tullerías
Cuando se realizó la Asamblea Nacional, el Parlamento de Francia se
trasladó a París y se dividió en dos partidos. El primer partido fue de los
republicanos que anhelaban que Francia sea una república sin
monarquía, el otro partido pensaba que sería lo mejor para Francia tener
un rey. Muchos aristócratas que habían huido a Alemania y Austria
estaban ocupados en formar un pequeño ejército para invadir a Francia.
Además, Leopoldo II, el emperador de Austria y hermano de María
Antonieta, estaba congregando un ejército para invadir Francia y rescatar
a su hermana. También, Federico II, rey de Prusia quería invadir Francia.
Todos estos reyes y aristocráticos estaban conmocionados por lo que
estaba pasando en Francia y querían aplastar la Revolución Francesa
antes que las ideas se expandieran a sus propios países.
Luis XVI fue advertido que si intentaban huir o unirse a sus enemigos de
Francia lo iban a considerar un traidor, pero el 20 de julio de 1791 a
medianoche el rey salió con su familia sigilosamente de las Tullerías,
para ser llevado a la frontera pero fue reconocido y hecho prisionero.
El acontecimiento del rey Luis XVI huyendo marcó un aspecto negativo
para los franceses que comenzaron a odiarlo considerándolo un traidor y
una noche veinte mil personas entraron al palacio de la Tullerías para
atacar al rey y a la familia real. Pero sus hombres de la guardia suiza
sacaron sus espadas dispuestos a luchar por el rey, pero en ese
momento apareció Luis XVI y dijo:
¡Bajen esas espadas! ¡No tengo nada que temer a los franceses!
Todos llevaban gorritos rojos que era símbolo de la libertad de los
republicanos más acérrimos y uno de ellos se lo sacó y se lo dio al rey, él
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mismo se lo puso en su propia cabeza y ese acto agradó a los hombres


que empezaron a aclamarle. La reina y su hijo hicieron lo mismo. El mal
momento pasó y la muchedumbre regresó a sus casas Si no hubiera
existido la calma y dignidad del rey se hubiera desatado una batalla
entre sus guardias y los veinte mil hombres.
Por otro lado, un joven oficial que observó junto a un amigo el momento
en que la multitud llegó al palacio de las Tullerías, dijo: un simple coñazo
habría hecho correr a esa turba. Ese hombre se llamaba, Napoleón
Bonaparte que era un hombre que no le importaba si había
derramamiento de sangre aspecto que si preocupada a Luis XVI.
Otros reyes de otros países se enteraron de lo sucedido. El príncipe
prusiano el Duque de Brunswick envió una carta diciendo que harían
pagar con sangre a los franceses por su insulto a la realeza. Los
franceses sintieron que ese mensaje era como una afrenta al honor de
Francia y que solo había una manera de mostrar que no temían a Prusia
ni a Austria y era declarándoles la guerra. Este acto hizo que la multitud
de Paris, pensara que el rey y la reina eran los culpables de la guerra
Una vez más la turba machó hasta las Tullerías y con previo aviso al rey,
le dijeron que ni él ni su familia estarían a salvo y que la chusma los iba a
matar sin piedad. Entonces, el rey Luis XVI y su familia se desplazaron
hasta la Asamblea Nacional, pero los guardias del palacio no sabían que
el rey y la reina estaban bajo protección de la Asamblea Nacional, es por
ello que empezaron a disparar contra los franceses. Cuando el rey se
enteró se sintió horrorizado y les envió un mensaje diciéndoles que no
lucharan.
Ellos dejaron de hacerlo, pero lamentablemente la turba no se detuvo y
los mató.
El rey pensaba que estaría a salvo bajo la protección de la Asamblea
Nacional, pero estaba equivocado porque los de la asamblea, dictaron
una ley que acabó con la monarquía y decidió que Francia se convierta
en una república. La familia real fue arrestada y encerrada en una
lúgubre prisión llamada “el templo”, ya que antaño había sido un castillo
de los Caballeros Templarios y ahora ese castillo presenciaba la caída
del último rey de Francia.

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