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ASENTAMIENTO EN EL PALACIO DE BELLAS ARTES, MEXICO.

Reseña Histórica
La información histórica de una finca que ocupa el Palacio de Bellas Artes señala que
quedó fuera de la primera traza de la ciudad elaborada el año de 1526, que se trataba de
un terreno pantanoso.
En el año de 1601 la propiedad se transformó en el convento de Santa Isabel. La estructura
amenazó caer y por ello fue apuntalada y reconstruida. La nave estaba orientada en
dirección norte-sur y tenía un ancho de 12 a 14 m. En la parte posterior había un callejón
llamado de Santa Ana. Por el año de 1861 la torre del convento fue eliminada; la nave se
transformó en fábrica de sedas. En 1901 se derribaron también el convento de Santa
Isabel, las casas y vecindades, para despejar el terreno de lo que sería el futuro Palacio de
Bellas Artes.

Las condiciones de cimentación del sitio fueron mejoradas por la preconsolidación del suelo
bajo el convento; por su parte, la influencia de las construcciones prehispánicas fue poco
significativa, porque sólo hubo estructuras ligeras con estacados someros.

Origen del hundimiento

El análisis de las cuatro nivelaciones topográficas anteriores y su observación en varias


obras, permitieron en 1899 al ingeniero Adrián Téllez Pizarro afirmar que la magnitud del
hundimiento de la ciudad de México era variable para cada sitio peculiar y que alcanzaba
valores de 2 a 4 cm/año (Tellez, 1899). Por esos años no parece que alguien relacionara el
hundimiento con la extracción del agua del subsuelo, a pesar de que para 1889 los señores
Pane y Molteni ya habían perforado 140 pozos con profundidades de hasta 105 m. El que
se instaló al frente de lo que fue el Convento de Santa Isabel se perforó y explotó desde
principios del siglo pasado.
Causas del hundimiento

Para averiguar las causas del hundimiento se excavaron varios pozos alrededor de la
plataforma, en los que se observaron variaciones en el nivel de agua, demostrándose que
había una corriente con dirección noroeste, la cual coincidía con el hundimiento. A esa
condición de flujo de agua, posiblemente causada por los trabajos de excavación de zanjas
para el drenaje, se le concedió gran importancia y hasta se interpretó que ése era el origen
del problema del hundimiento, cuando sólo pudo haber tenido una cierta contribución

Entre las posibles causas del hundimiento se encontraron:


• El terreno no contaba con la misma resistencia en todas sus partes, pues antiguas
construcciones lo habían comprimido irregularmente.
• El exceso de presión sobre la plataforma.
• Las fluctuaciones de agua localizadas en 1908.
Corriente de agua bajo la superficie

Resolución del problema


Para resolver el problema de los hundimientos se consultó con el estructurista W. Birkmire,
quien recurrió al ingeniero John O’Rourke (destacado constructor). Ambos recomendaron
dar estanqueidad al sitio, mediante una ataguía o tablestaca doble de acero, para formar
una Steel cofferdam perimetral, separada unos 3 m de la losa de cimentación (Entre la
ataguía de acero y la losa de cimentación, O’Rourke propuso una liga estructural de celdas
de concreto armado, que no se realizó, y la tablestaca que se instaló fue sencilla. Se
empleó un martillo de caída libre de 900 kg operado con un malacate de vapor; para
guiarlas se excavó una zanja de 50 cm de profundidad. Además, “con el objeto de
consolidar el subsuelo entre la plataforma y la ataguía, y de que ésta cumpliera las
funciones de un verdadero muro de contención.

El año de 1908 se incrementó la carga, dado que se construyeron los muros exteriores de
concreto, de 44 cm de espesor, los interiores en parte de concreto de 44 cm y también de
tabiques del sistema toembling y se colocó la maquinaria del teatro. El peso se incrementó
así hasta llegar probablemente al 70% del total.

Procedimiento para combatir el hundimiento


La inyección del subsuelo
El problema de los asentamientos del Teatro hizo crisis a finales de 1908. Seguramente por
ello, a partir de ese año, las mediciones topográficas fueron más meticulosas; el
hundimiento diferencial medido durante 1909 alcanzó la alarmante cifra de 27.2 cm/año
entre las esquinas sureste y noroeste.
Se aceptó como procedimiento para combatir los
hundimientos el de inyecciones puestas a
profundidad en el subsuelo; pero se hizo un
estudio experimental para sustituir el cemento por
materiales más eficientes y de menor costo. El
resultado de esas experiencias fue aceptar para
las inyecciones una mezcla compuesta de arena,
arcilla y cal. El papel que desempeñaban estos
materiales es el siguiente: la arena es el material
inerte que viene a aumentar la masa de un
volumen dado y al mismo tiempo modifica las
condiciones de plasticidad de la arcilla del
subsuelo, evitando que ésta escurra con gran
facilidad bajo las presiones que soporta; como la
arena sola era difícil de manejar a presión, a
través de tuberías de corto diámetro, se aumentó
la arcilla como lubricante; para evitar que una vez
incrustada la arena en determinada zona, las
corrientes subterráneas la deslavaran, se
aumentó la cal grasa como aglomerante;
ciertamente que en las condiciones en que se
encuentra la inyección en el subsuelo es difícil su
fraguado por carbonatación, pero se aprovecha la ventaja de que en el subsuelo del valle
de México se encuentra un gran porcentaje de desechos volcánicos (vidrio volcánico), los
cuales, en presencia de la cal grasa, forman un concreto puzolánico, que es, a no dudar, la
explicación del fraguado de esa mezcla que está perfectamente comprobada”. Llama la
atención el que, a pesar de los cuidadosos sondeos que realizaron en 1921, no advirtieran
que la inyección.

CONCLUSIONES
La construcción del Teatro Nacional fue un proceso lento y muy irregular, se inició en
noviembre de 1904 y fue perdiendo velocidad, hasta quedar detenido en 1916. Permaneció
abandonado durante casi 14 años, se reanudo su construcción en 1932 y se concluyó 2
años después.
La inyección del subsuelo del Teatro ha sido injustamente calificada como un trabajo que
no tuvo consecuencias benéficas, porque las mediciones de asentamientos hasta 1925
hacen patente que a pesar de que continúo hundiéndose, se logró la uniformidad que
explica su buen comportamiento estructural.
La información topográfica recopilada hasta 1925 demuestra que este caso de la Ingeniería
Geotécnica, más que histórico es actuada, porque la potencialidad de la inyección de
suelos es una de las técnicas para enfrentar algunos problemas de monumentos y edificios
afectados por el hundimiento regional de la ciudad de México.

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