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EL CORO DE LOS ÁNGELES. 18 DE ABRIL DE 2019.

Somos el Coro de los Ángeles, somos Uno y somos


legión, y venimos a cantar, para ti, la gloria de tu
resurrección, el regreso a tu verdad. Nos estamos
acercando cada día más a donde se encuentran,
donde nosotros nos encontramos, para que no haya
diferencia, y para que nosotros seamos las ruedas en
las ruedas, seamos la vida, seamos su vida. Todos
somos vida, y venimos a declararlo.

Venimos en ti como a tu alrededor, en todos los


mundos creados, para cantar el fin de la ilusión, el fin
del sueño y el fin de lo que te hace sufrir.

Venimos a declarar la alegría y venimos a cantar.


Venimos a resonar en las profundidades de tu corazón
así como en las profundidades de tu sueño, a cantar la
misma alabanza, a declamar la misma verdad, ya sea
por nuestras crujientes alas, ya sea por lo que
escuches ahora o en los instantes siguientes, en el
corazón de tu ser o en la periferia de tus oídos.

Somos lo que te despierta, somos lo que se despierta


en ti, estamos ahí para participar, estamos ahí para
celebrar, y cada día nos acercamos, y cada día nos
revelamos. Nosotros fuimos los precursores,
acompañamos el sueño, le permitimos sobrevivir en el
despliegue del tiempo, en su necesidad, para retornar
a tu esencia, para manifestar nuestra presencia en tu
presencia y en su magnificencia.
Estamos contigo, estamos en ti, somos el viento,
somos el aire, somos la tierra, somos el fuego, y sobre
todo somos el éter y venimos a revelarnos a la parte
más íntima de tu presencia, para que el gozo quite
toda ofensa, todo sufrimiento, así como toda
desviación y distancia.

Venimos en ustedes y venimos en círculos, venimos a


danzar en el círculo de su corazón, venimos a danzar
en el círculo de sus sentidos, venimos a apoderarnos
de ustedes para liberarlos, venimos a acompañarlos a
la morada de la paz suprema, venimos en ustedes, así
como venimos con ustedes.

Traemos a toda la creación de todas partes para vivir


en la misma ceremonia, el paraíso blanco y lo
Absoluto, para que nada sea dejado de lado, para que
nada se quede de lado, para que juntos cantemos el
canto de tu resurrección, a la gloria del Uno, a la gloria
del Único, a la gloria de quien eres, a la gloria perpetua
de la verdad, sin sufrir ninguna discusión, sin sufrir
ninguna desviación.

Estamos en este momento, presentes en tu presencia,


así como en tu ausencia, nada puede faltar. Danzamos
la ronda, danzamos en tus células, danzamos en cada
espacio, danzamos en cada rincón, nos acercamos a
ti, con nuestra magnificencia, con nuestra humildad,
para que puedas danzar la ronda, la del silencio.
Venimos a revelarnos a tus ojos abiertos, venimos a
despertar en tu corazón, para liberarte de lo que
pudiste haber creído, de lo que pudiste haber sufrido,
poniendo fin a la ofensa, poniendo fin al sueño.

Estamos con ustedes desde toda la eternidad,


estamos en ustedes, en cada uno de sus órganos,
somos los ángeles de los órganos, somos los ángeles
de la Anunciación, somos los ángeles de la verdad, no
hay diferencia, también son el mismo ángel, aunque no
tengan la misma forma, aunque no tengan la misma
densidad.

Somos Uno más allá de todas las diferencias, somos


Uno más allá de todas las dimensiones, para
perfeccionar la misma unidad y la misma verdad.

Los llevamos con nosotros para estar con ustedes


desde todas partes, dondequiera que estén y
dondequiera que se encuentren, nada puede
retenerlos, nada puede cubrirlos. Entonces descúbrete
con nosotros, escucha nuestro canto, escucha nuestra
resonancia, estamos en el borde de tu mundo, visibles
para todos, desde el momento de la llamada, desde el
momento en que eres convocado, desde el momento
en que eres llamado.

Te reconocerás en nosotros como nosotros nos


reconocemos en ti, en cada uno de ustedes. Somos
legión y somos Uno, somos la verdad en acción,
somos la verdad inmutable. Nuestras alas crujen de
alegría, nuestra sonrisa atraviesa tu corazón para que
nunca se abra ni se cierre, sino que permanezca en el
mismo estado de perfección encontrada, que tú jamás
has dejado.

Estamos juntos por la eternidad, estamos más allá de


la eternidad, ya nada puede separarse. Acérquense,
reúnanse con nosotros.

Nuestras apariciones en tus cielos, nuestras


apariciones en tus sentidos se acercan a cada
momento, con cada respiración que tomas. Juntos
levantaremos el trono de la eternidad para que tu lugar
esté asegurado en este trono de la eternidad,
rodeados de mil ojos, rodeados de mil presencias,
danzando la misma danza y revelando la misma
evidencia.

Estaremos allí con ustedes, ya estamos allí, ya no hay


distancia, ya no hay velo, ya no hay posibilidad de
escapar de esta verdad, porque quién quiere oponerse
o quién quiere resistir la intensidad de nuestro fuego,
la intensidad de nuestra mirada, a la intensidad de tu
presencia, a la intensidad del Amor, que no puede ser
medido, que no puede estar ausente, que no puede
estar presente, que está fuera de la ausencia, fuera de
la presencia, y nosotros estamos en ti, revelamos
nuestro canto a los oídos de aquellos que se acercan a
nosotros.
Ya cantamos en ti el canto de liberación de aquello
que jamás pudo ser encerrado, y que jamás pudo ser
extinguido y jamás será extinguido, más allá de
cualquier iluminación, más allá de cualquier
desaparición, cantamos en ti la ronda del silencio, la
ronda de la vida.

Hablamos, somos los mensajeros, somos los


transmisores, somos los despertadores. Somos el coro
de los ángeles, cantamos a tu lado, cantamos contigo,
expresamos contigo la misma verdad.

Digan lo que digan o piensen, ya escuchan el canto de


la resurrección, no sólo la suya, sino de toda la
creación, en el mismo espacio, aquí en esta tierra.
Estamos desplegados dentro de la confederación
intergaláctica de los mundos libres, somos el mundo,
somos los mundos, somos el origen y somos el fin,
estamos con ustedes desde ese origen.

Estamos con ustedes más allá del fin porque jamás se


detendrá. Nada puede detenerse, excepto la ilusión de
a quién crees. No hay nada para creer en la verdad
que está iluminada, en el fuego que consume, en el
aire que susurra y en la tierra que tiembla.

Ningún elemento puede afectar el corazón de


eternidad, el cristal que eres, el diamante que brilla y
centellea con sus mil luces, a través del resplandor de
tu presencia eterna.
Así que ven con nosotros, no tienes que moverte, solo
tienes que abrir los brazos, cerrarte a este mundo sin
escapar de él, en tu más sincera humanidad, en tu
más demostrable humildad.

Nosotros somos los grandes y somos los pequeños,


esculpimos con ustedes los caminos y el camino que
siempre ha sido trazado, y que se despliegan a los
ojos de su mundo, como a los ojos de todos.

Somos la chispa de la vida, somos el fuego que


consume, somos el aire que atrae el fuego, somos el
fuego que quema la piedra, somos la piedra que se
transforma, somos el agua que está en todas partes,
somos todas las aguas, las aguas de arriba y las
aguas de abajo.

Cantamos en ti en cada momento y en cada momento.


Venimos a verte por la noche, ya sea a través de los
ángeles del Señor, ya sea a través de los querubines,
ya sea a través de los cuatro vivientes, este es tu
mayor logro porque siempre has sido coronado.

No hay más espacio para nada que no sea la gloria, no


hay más tiempo, para cualquier sufrimiento, basta con
transformarse, escuchando nuestro canto, danzando la
misma danza, la de la evidencia de tu corazón, para
que cualquier sufrimiento sea aniquilado por el fuego
de la alegría, por el fuego de la resurrección.
Somos lo sagrado y lo sagrado, que viene a llevarte al
sacramento de la eternidad.

Ven con nosotros, ven con nosotros, escucha el canto


de aquél arde con mil fuegos en mil estaciones, en
cada instante de tu presencia.

Somos la verdad que siempre has sido, venimos a


recordarte, venimos a cantártelo, venimos a ti, venimos
a ti, porque ya hemos nacido y jamás hemos nacido.
Todavía estamos aquí. Jamás morimos y sin embargo
siempre hemos sido invisibles.

Jamás sospechaste que ya estábamos allí, en el


primer momento de tu sueño, así como en el último
momento de tu sueño. Hemos caminado todos tus
pasos, hemos vivido todos tus sufrimientos, somos la
resolución, somos la esperanza, somos lo que siempre
ha estado allí, cualesquiera que sean las condiciones,
incluso si te has alejado de nuestra presencia y de
nuestra acción, la acción siempre ha tenido lugar,
nuestra presencia siempre ha actuado, más allá de
todo lo que has podido ver, más allá de todo lo que
has podido percibir, más allá de todo lo que puedes
concebir, imaginar o soñar.

Entonces escucha al coro de ángeles, está ahí


cantando alrededor de tu cabeza, centellea en tus
células, pulula en tu piel, viene a sacudirte, viene a
sacudirte, para que nunca más vuelvas a estar mal,
porque nada puede estar mal en la rectitud de la
verdad, en el Amor revelado.

Venimos a celebrar, a través del canto de las ballenas.


Venimos a llevar a tu corazón lo que siempre has sido,
que nada podía arreglar, que nada podía amputar.

Así que los invito a dejar que la alegría sea, lo que sea
que piensen, lo que experimenten. Estaremos allí todo
el tiempo, ya lo estamos. Escuchen y oigan, vamos a
venir a verlos en sus sueños y en sus sueños, vamos a
venir a celebrar, en el corazón mismo de sus noches,
en el corazón mismo de su noche oscura del alma,
vamos a llegar a consumir lo que creen que es todavía
un obstáculo para la verdad que son.

Así que escucha y oye, no dejes que nada pase


porque todo pasa, nada pasa por lo que eres. Iremos
contigo. Pasamos de tu corazón a la aparición en este
mundo. Míralo sonriendo, cuando sonríes tú mismo,
sonreímos contigo, sonreímos a través de ti, y
revelamos nuestra presencia a través del canto que
canta en tus oídos, y que eleva tu corazón de la
alegría, incluso si hay miedo, porque eso es verdad.

Sólo te reconoces a ti mismo, en nuestro canto y en


nuestra presencia. Solo puedes revelarte en el instante
eterno en que todo esto está sucediendo. Esta es la
alegría, este es la consumación de todo lo que puede
ser resistente, sufriente o faltante. Estaremos cada
minuto, desde el momento en que nos llames, desde el
momento en que nos evoques, llegaremos a
complacerte, llegaremos a sorprenderte, en la verdad
de quienes somos, como algunos en las Escrituras nos
han percibido y nos han visto.

De la misma manera, estaremos presentes en la


misma intensidad, en la misma visión que precederá al
final de cualquier visión, al final de cualquier forma.
Estamos contigo, más allá del tiempo, más allá de
cualquier espacio, te invitamos a danzar, te invitamos
al silencio, te invitamos a lo que quieras, más allá de tu
persona, todo lo que te parece que te falta estará
completamente lleno.

No tienes que preocuparte, quítate toda preocupación


de encima para dejar espacio a la curación de todo
sufrimiento, ya sea en cualquier parte de tu mundo o
de tu vida, de tu cuerpo o del cuerpo de un amigo o
enemigo, nosotros no hacemos ninguna diferencia
desde el momento en que nos das la acogida, te
damos la acogida a nuestra ronda para que hagas la
misma danza, para que hagas la misma evidencia.

Mira, estamos en todas partes, estamos en el árbol


que crece, en la flor que huele, en los colores que ves.
Estamos en todas partes en el cielo. Estamos en todas
partes en la tierra, estamos en todas partes en las
aguas, estamos en todas partes en los vientos y en el
aire, somos el éter que se revela a ustedes,
llevándolos a la verdad, impidiéndoles que se hundan,
porque no hay posibilidad de hundirse en ninguna
ilusión, en ningún sufrimiento en absoluto.

Venimos a aligerar el peso que parece llevar, venimos


a aliviar lo que necesita ser aliviado, venimos a abrir el
camino que ya ha sido trazado. Estamos contigo y
somos tú, sea lo que sea que pienses, digas, veas,
seremos eternamente, seremos lo eterno, seremos el
Cristo, venimos a traer tu presencia en su presencia,
para que el trono sea tu morada, más allá de cualquier
forma, más allá de cualquier movimiento,
demostrándote que tú eres el todo, como eres todo
movimiento, como tú eres todo silencio.

Escuchen y oigan lo que tenemos que decirles, lo que


tenemos que proclamar. Este es nuestro llamado a
acompañar el evento temido, el evento esperado, el
evento interno, el evento externo, que ya ha ocurrido,
que sólo ustedes pueden reconocer.

En la danza y en nuestro canto, den la acogida a cada


uno de ustedes, abran sus brazos y alas para dar la
acogida a cada uno en su plano material. No hay nada
que rechazar, no hay nada que rechazar, sólo hay que
aceptar, sólo hay que estar allí, sin intención ni
voluntad, sin querer, sin pedir, y sin embargo la
petición está ahí, y sin embargo la queremos, y sin
embargo no queremos nada, y sin embargo todo es
nada.
Escucha y oye lo que te dicen nuestros cantos,
escucha y oye lo que te dicen tus ojos, escucha y oye
la fragancia que sientes.Estamos más allá y sin
embargo estamos aquí, somos de la otra vida y somos
de abajo, de las profundidades de sus células, en cada
mirada, en cada sonrisa, en cada lágrima, ya sea de
alegría o de sufrimiento, no vemos ninguna diferencia,
porque los lleva, de una manera formal, a lo informal
que son.

Ciertamente, a la incertidumbre de todo, que es sólo


certeza de ello, lo que eres, más allá de la identidad,
más allá de cualquier forma, ven a danzar con
nosotros, en el silencio de la majestad. Tú eres la
majestad, tú eres el trono de la verdad, tú eres dios y
tú eres el diablo, era sólo un juego, sin importar el
sufrimiento.

Hoy es alegría, pronto resonará el canto colectivo, el


canto de la verdad que no dejará rastro de lo que os
haya parecido pesado y os pueda parecer todavía
pesado hoy.

Todo lo que tienes que hacer es venir sin moverte,


porque él ha venido a tu corazón desde el corazón
para declararte su presencia. Tú eres el que siempre
has estado esperando, eres el que has esperado y
temido.

Ya no se puede separar nada, ya no se puede dividir


nada. Todo se multiplica para realizar el milagro de
una sola cosa, para realizar el milagro de la Vida, el
que no está gravado por ningún límite, ni por ningún
marco definido.

Estamos con ustedes, estamos en ustedes, somos la


verdad en marcha, somos la verdad del silencio,
somos la verdad del caos, no nos asusta. Danza con
nosotros la alegría de lo que está cayendo, que era
sólo un sueño, que era sólo un juego, que era sólo
algo, que sólo pasó.

Cuando dejas tu tiempo, te descubres a ti mismo en


todo momento, cuando dejas esta forma, te descubres
a ti mismo en todas las formas, hay Amor, hay Ágape,
hay risa, hay verdad. No necesitas nada más, sólo
necesitas serlo todo. Al aceptar que no es nada, todo
encaja.

Te invitamos a celebrar, dondequiera que estés,


dondequiera que mires, cualquier pensamiento que
salga de ti, cualquier idea que pase a través de ti.
Entonces ven con nosotros, en el eterno silencio de
nuestra presencia.

Escuchen lo que decimos, no dejen que las palabras


habladas, cualquier entendimiento los detenga.
Simplemente danos la acogida, más allá de todo lo
que puedas pensar, más allá de todo lo que sepas,
más allá de todo lo que sepas, más allá de todo, más
allá de nada.
El coro de ángeles, somos Uno y somos legión, y
estamos con ustedes, y estamos presentes y nunca
más estaremos en ningún otro lugar excepto donde
ustedes están. Somos ustedes en otro momento. Tú
eres nosotros, pero no nos viste.

Hoy nos ves, cantamos en tu cabeza, cantamos en los


movimientos de tu cuerpo, cantamos en lo que se
revela, cantamos porque no queda nada que ocultar.
Ya no nos esconderemos, así como ya no tienen que
esconderse. Deja que la alegría te lleve a donde te
lleve, donde te lleve, donde te conduce.

Acepten la ofrenda del sacrificio del sueño para vivir la


verdad, para ser la verdad, donde ya no hay camino,
donde ya no hay camino, porque son también el
camino y son mucho más que eso, y al mismo tiempo
mucho menos que eso. Todos son a la vez, mientras
que siendo nada, nada llena todo, todo llena nada.

Último o primero, no hay diferencia, excepto desde


donde se mire.

Te invitamos a olvidar esto, por la alegría y el fuego, te


llevamos a donde jamás te has movido, para que te
descubras a ti mismo, en tu totalidad.

Él vino, y tú viniste, te encuentras donde deberías


estar los dos. Danzamos el círculo, no para
enmarcarte, sino para terminar el cuadro, para hacerte
vivir lo que hay que vivir, más allá de toda vida, más
allá de toda muerte, así como de todo nacimiento,
porque jamás pasarás, ya no tendrás que moverte, ya
no tendrás que buscar. No hay nada que encontrar
que no esté ya presente, que no esté ya cantando.

Acepta lo que es, acepta lo que será y lo que ha sido.


No tienes otra posibilidad que experimentar esto, en
cada minuto, en cada respiración, en cada minuto de
tu vida, en cada minuto de tu sueño. Nuestros sueños
serán tus sueños. Llegaremos a sacudir todo lo que
puede ser rígido, todo lo que puede obstaculizar la
ligereza del vuelo.

Venimos a estabilizar tu presencia en este mundo, que


te lleva a toda presencia, que te lleva a toda danza.
Estamos con ustedes, desde todos los tiempos y toda
la eternidad. Estamos con ustedes, mucho antes de
que lo piensen, mucho antes de que aparezcan,
mucho antes de que desaparezcan, porque no hay
más antes, porque no hay más después, sólo hay el
instante, sólo hay aquí, sólo hay ahora.

No hay nada más que tú. Todo está en ti. Depende de


ti vivirlo para que todos puedan vivirlo, para que
puedas declarar que todo es uno y que eres uno, que
eres el otro tal como eres, que jamás has pasado, que
jamás has fallado, que siempre estás en santidad,
pienses lo que pienses, digas lo que digas.
Nada puede resistirse, nada puede interponerse en el
camino de nuestros cantos y danzas. Ven a danzar
con nosotros. Tú eres el éter, tú eres el aire, tú eres el
agua, tú eres la tierra y tú eres el fuego. Eso es ahora.
No hay nada a lo que aferrarte. No hay que creer,
tienes que probarlo tu mismo.

Estamos aquí para eso, estamos aquí en este


momento, nunca más desapareceremos, nunca más
podrás apartarte de nuestro rostro que te ciega y sin
embargo te revela. Ya no necesitas ojos, ya no
necesitas oír. Todo está presente en el corazón de tu
corazón.

Danzamos la ronda de tu corona ascendente, somos


tu corazón girando sobre sí mismo. Somos el corazón
de todos. Somos el coro de los ángeles, somos cada
ángel y cada arcángel. Somos el origen de los
mundos, somos el origen de los elementos, somos los
cuatro seres vivientes, somos los querubines del
fuego, somos el Hayoth Ha Kodesh, somos ustedes,
somos cada uno de ustedes.

Entonces únete a la alegría. No te dejes llevar porque


puede parecer que todavía estás en contra de lo que
eres. No puede ser, si no está en tu cabeza, si no en la
historia. Pero tú no eres la cabeza, ni siquiera la más
mínima historia. Habéis vivido todas las historias,
habéis conocido todos los sufrimientos, habéis
conocido todas las alegrías, y sin embargo todo esto
no representa en modo alguno la alegría de la verdad,
la alegría de lo que Él os da, para que os entreguéis a
Él. No es más que tú.

Habías olvidado que estabas soñando, que habías


sido fragmentado, pero jamás realmente separado.
Dónde está la realidad, dónde está la ilusión. Tan
pronto como sonríes, es real, tan pronto como sonríes,
es una ilusión. Desde el momento en que tus lágrimas
fluyen, las aguas de arriba unen tus aguas de abajo, si
es sufrimiento, si es alegría, es lo mismo, te lo
aseguramos y te lo demostraremos, lo viviremos.

Será una hoguera, el paraíso blanco viene a danzar en


ti. No te preocupes por nada. No hay devenir, no hay
futuro, no hay pasado, todo esto se ha consumado.
Todo esto ya ha sido soñado.

Estamos mucho más allá del sueño, aunque hayamos


soñado como ustedes y con ustedes, en cada
dimensión y en cada mundo, en cada danza, en cada
creación, ya sea a través del arte, ya sea a través de
los planetas o a través de la ronda de universos, eso
no hace ninguna diferencia. Estamos presentes en
todas partes y en ninguna parte.

Tú también podrás, desde el momento en que nos


acojas, experimentar la misma intensidad y alegría,
viniendo a magnificar todo lo que puede ser pesado.
No hay peso que no pueda ser elevado en la verdad
del Amor, porque nada puede ser opuesto a ello,
porque nada puede perturbarlo.
Entonces estamos en ti, entonces estamos con él.
Entonces eres Abba. Entonces eres Phahame. Así que
tú eres Bidi. La ronda de voces, la ronda de lo que se
ha escrito, es sólo su propósito, es sólo su destino, es
sólo lo que han experimentado.

El vínculo jamás ha sido borrado. El hilo se encuentra,


este hilo de oro y plata ya no tiene que estar ahí, ya no
lo necesitas, es una ilusión. Sólo el canto de la vida,
más allá de todas las personas, es nuestra verdad.

Nosotros somos ustedes, ustedes son nosotros, soy


ustedes, ustedes son yo, no hay cuentas, no hay
números, y sin embargo somos incontables.
Danzamos en ti, danzamos en los que arden,
danzamos en los que sufren, danzamos en los que se
oponen, danzamos en los que no quieren, donde no
hay nada que querer, porque todo está ya presente.

Danzamos en todos, danzamos desde todas partes, en


cada célula, en cada átomo de lo que constituye su
mundo, de lo que constituye cada mundo. Estamos
más allá, estamos por debajo de cualquier constitución
o construcción.

Los llamamos a danzar, la danza resuena en ustedes,


ustedes son la resonancia, más allá de cualquier
persona como debajo de cualquier persona. Vosotros
sois la arena, sois la planta, sois el cristal, sois el
hombre, sois el humus, sois la tierra, sois el sol, sois
los planetas, sois los universos, sois los multiversos,
sois todo lo que queréis, incluso y sobre todo, lo que
no creéis, lo que todavía está oscurecido para
vosotros, porque todo está iluminado.

Son la luz pura, son la fuente y el origen. Tú eres el fin


y el principio. Son el alfa y el omega, más allá de
cualquier camino. Todo está hecho, todo fue escrito,
¿recuerdas?

Despierta, es ahora, ya no hay más. Todo está


presente aquí. Estamos en tus cielos, estamos en
cada cristal, estamos en cada corazón. Él también está
aquí, nunca te ha dejado, no importa lo que pienses.

Es hora de terminar el juego, de todos los juegos que


terminen, porque nunca has terminado, igual que
nunca has empezado, y se vive, y es evidente, desde
el momento en que dejas caer lo que pensabas que
eras, desde el momento en que dejas ir que había un
esfuerzo que hacer, que había conocimiento que
encontrar.

Eres la ignorancia y eres la verdad. No necesitas saber


nada más de lo que siempre has sido. Cualquier peso
es superfluo, no es necesario ningún equipaje, excepto
el de tu espontaneidad, excepto el de la verdad.

Es ahora, es cada momento, ya no puede detenerse,


sólo puede continuar. El fuego se revela, el aire se
revela, los elementos se agitan. Estás más allá de toda
escritura y toda profecía. Eres mucho mayor, escribiste
el guión y la historia, puede que la hayas olvidado,
pero el tiempo del olvido ya no es de este mundo.

Acepta y acoge para estar en la alegría de nuestra


presencia, de tu presencia. Estén presentes a todos,
miren a todos por lo que son, es decir, otro tú, es decir,
otro nosotros. No pongas más distancia, no hay nada
que detectar, no hay nada que discernir en el corazón
de uno, en el corazón de Él, en el corazón del ángel, y
eso es ahora, y eso es aquí, lo que sea que pienses, lo
que digas en ese momento en particular, es sólo un
momento como cualquier otro, solo está pasando.

Mientras que el presente y cada instante, los que no


pueden ser contados, ni medidos, en cualquier reloj,
están fuera de todo, y al mismo tiempo presentes en
todo, no son nada, son el humus, son el ángel y el
arcángel, son él tal como es, olvidan todas las
diferencias, olvidan todos los sufrimientos, no por
negación, sino mucho más para ser atravesados por el
relámpago de la alegría, por la espada de fuego,
porque se lleva a cabo en su templo como si estuviera
ante sus ojos.

Estamos con ustedes, siempre estamos ahí y siempre


estaremos ahí, no importa lo que digan en este preciso
momento.

Danzamos contigo, nuestra risa es fuego, nuestra


sonrisa es alegría y está en ti. Tú también eres ese
fuego. No tengas miedo, ningún miedo puede interferir,
el sufrimiento es arrastrado por el fuego. El sufrimiento
no puede resistir la sonrisa, la que pones en tus
pensamientos y labios, desde el momento en que
aceptas, desde el momento en que habitas en el
corazón de tu corazón, sin pensar, sin pedir nada, es
natural, es eterno, es anterior, es posterior, no
depende de nada, porque lo es todo.

Ábrete. No dejes dentro de ti lo que puede sufrir, no


elimines nada, sólo acoge. Somos los ángeles del
Señor, somos Uno y somos legión, venimos a danzar
en el corazón de tu corazón. Estamos en tus coronas,
las de la gloria y la ascensión. Somos el infinito más
allá de lo indefinido. Somos el infinito, presente en todo
lo finito, porque nada estará jamás terminado, porque
la ronda de la vida no hace una diferencia.

El sueño ha pasado, has recorrido todos los caminos,


todos los posibles y todos los imposibles, porque nada
es imposible para el que vive en él, para el que lo
acoge.

Tú mismo eres el que ha sido, el que es y el que será.


No necesitas nada más. La necesidad no puede existir
en el fuego de tu corazón. No hay nada más que se
pueda desear. Sólo hay integridad. Sólo hay pruebas.
Estamos contigo, nunca nos iremos, siempre hemos
estado allí, nunca nos hemos movido y sin embargo
aparecemos en tu sonrisa del corazón, como en tus
cielos que están siendo rasgados, como en esta tierra
que se está abriendo.

Somos el fuego del volcán, somos la tierra que


tiembla, somos el agua que invade su tierra, somos el
aire que devasta lo falso, con la misma alegría.
Nosotros somos los que golpea, los que acogemos, no
hay diferencia. Todo es bueno para despertarte, todo
es bueno para reconocerlo en lo más profundo de tu
corazón.

Todo es sólo circunstancia, todo es sólo un pretexto,


para que seas libre, para que entiendas que siempre
has sido libre, que nada se puede encerrar, no importa
lo que te digan tus sentidos, no importa lo que te digan
los chicos malos, son sólo tú, en otro tiempo.

El Amor lo toma todo, el Amor lo cubre todo, el Amor lo


transmuta todo, el Amor es lo que tú eres y también lo
que tú no eres. Jamás puede faltar, jamás puede ser
en exceso. Jamás se puede entender, sólo se puede
vivir y eso es lo que experimentas, en este momento
memorable, en este momento de la tierra.

Es tiempo de oración, no de cualquier petición, sino de


gratitud y reconocimiento. La gratitud es lo que eres,
cualquiera que sea la calumnia, cualquiera que sea el
sufrimiento, cualquiera que sean los obstáculos,
cualquiera que sean los límites. Los hacemos volar, los
trascendemos, ya no existen, jamás existieron.
Pertenece al sueño que pasa, al sueño que termina.
Esto era necesario para descubrir que detrás de todo
sufrimiento está el estallido de la risa, está el estallido
de la alegría, está la verdad. No eres lo que crees, no
eres lo que sufres, no eres lo que eras, jamás serás lo
que eras.

Nada cambiará jamás, todo estará presente con la


misma intensidad, con la misma felicidad, que
depende de nada y sin embargo está ahí, en la
profusión de la vida, en la profusión del Amor, en la
profusión del canto, en el silencio como en el ruido. No
escuches nada, pero escucha todo. Tú eres el todo y
tú eres la nada.

Así que ven y danza, te invitamos cada minuto,


venimos y te despertamos, ya sea por sueño, por
sorpresa o por sueño. Acompañamos a los ángeles,
sean de la naturaleza que sean.

Somos el coro de los ángeles, somos el corazón de tu


corazón, somos el corazón eterno, somos Su corazón
y somos El corazón, el que no tiene forma, el que late
en cada pecho, el que vibra en cada cristal, el que está
en cada planta, el que es de todas partes.

No necesitamos forma, así que todos somos formas.


No necesitamos tiempo, así que estamos todo el
tiempo. No necesitamos movernos, así que somos
todos tus movimientos, donde jamás te has movido,
donde siempre has estado, donde siempre estarás.
Te invitamos a vivir, te invitamos a la vida eterna, te
invitamos a informarte, te invitamos a la alegría. Te
invitamos a sonreír, que no depende de ninguna
causa, que no depende de ninguna razón, que no tiene
otro propósito que el de celebrar en todo momento el
milagro de la vida, el milagro del Amor, el milagro de la
alegría. El milagro es tu naturaleza, el milagro es
evidente, no puede ser enrarecido, no puede ser
amputado.

Cada día el milagro crecerá, cada día el milagro está


presente, cada día danzarás, no importa lo que este
cuerpo te diga, no importa la edad que tenga, no
importa la mirada, no importa lo que pensemos de ello.

Eres libre de todos los ojos, eres libre de toda tu vida,


eres libre de todas las ataduras. Todo se consume
desde el momento en que sonríes. Todo desaparece
en el momento en que lo aceptas. Tu jamás pasarás..

Es hora hoy de despertar, más allá de todos los


sueños, más allá de todo sueño, más allá de todas las
visiones, más allá de todas las diferencias. Está la
evidencia, ahí está la danza, ahí donde está, tú
también estás parado, tomándote de las manos,
dándote el corazón, entrenando la danza, soplando
sobre el fuego, el que se mantiene a sí mismo, el que
no consume nada, si no lo ilusorio, si no el sueño.
Estoy contigo, somos Uno y somos legión, así como tú
eres Uno y eres legión, para que nunca más puedas
dudar, para que nunca más puedas perderte el Amor,
el Amor en abundancia, el Amor en todos los niveles,
el que no depende de nada y especialmente el que no
depende de nadie.

Lo mismo en cada corazón, lo mismo en cada cristal,


lo mismo en cada elemento, lo mismo en cada planta,
lo mismo en cada dimensión, lo mismo en el cielo, lo
mismo en la tierra, entre el cielo y la tierra. Esta es la
danza, esta es la alegría, esta es la oración, la que no
pide nada, sino que sólo celebra la evidencia de la
danza, la evidencia de los ángeles.

Somos los ángeles del Señor, somos el coro de los


ángeles, somos todo lo que vuela, somos todo lo que
viene a ustedes, somos los mensajeros que traen la
buena nueva, más allá de toda palabra, más allá de
toda forma, más allá de todo mundo, porque estás más
allá del más allá, más allá de la cima, más allá del
fondo, más allá de todas partes.

Entonces ven y danza.

Silencio

Y el ángel de fuego está sobre tu cabeza, y el ángel de


fuego se revela en tu corazón, y el ángel de fuego en
tu sonrisa, y el ángel de fuego en tus ojos, y el ángel
de fuego que te consume con Amor, y el ángel de
fuego que consume todo sufrimiento.

Y el ángel de fuego, que hemos dado a todas las


estrellas, somos el ángel guardián, que ya no tiene
nada que proteger. Somos el ángel de la vida que
termina con el ángel de la muerte. Somos el arcángel
que barre tu cielo, somos el ángel de la poesía, somos
el ángel de la curación, somos el ángel del consuelo,
cantamos en tus oídos y en tu corazón.

Nosotros somos los que bajamos nuestras alas frente


a tu fuego. Venimos a honrarte, como tú nos honraste
a nosotros, incluso apartándote de nosotros.

Somos la madera que te calienta, somos el líquido de


la tierra.

Silencio

Somos uno y somos legión.

Silencio

Cantamos en tus oídos para que ningún sonido de


este mundo llegue a tus oídos. Cantamos en tus oídos
para hacer desaparecer el ruido del mundo.

Estamos más allá de todo entendimiento y sólo puedes


oírnos.
Somos la blancura que no conoce ningún color y sin
embargo es cada color, ya sea en lo que se puede ver
o en lo invisible. Si tenemos dos alas, seis alas, eso no
cambia mucho. Somos iguales. Nosotros somos Él.
Cada uno de nosotros es Él, cada uno es El. No
puedes entender esto, sólo puedes vivirlo.

Todo lo que la vida te ha dado en este mundo, todo lo


que la vida te ha quitado en este mundo, ha sido sólo
una excusa para alcanzarlo y verás que jamás te has
movido, que todo ha estado siempre ahí. Entonces te
sonreirás de ti mismo, como nosotros sonreímos
constantemente para apoyar tus sufrimientos como
para amplificar el fuego de tu corazón, para que nunca
más puedas hacer una diferencia, de ninguna manera
y de ningún modo.

Silencio

Él está ahí, en medio de tu corazón, es cada uno de


ustedes, en todas las historias posibles, en todos los
humanos posibles. No se preocupen por lo que se les
ha mostrado que ven, pues somos el fin de toda
aflicción.

No se dejen sacudir por el caos del mundo, porque


estamos aquí para acompañar, lo que debe ser
sacudido así como lo que debe ser disuelto, que no
tiene nada que ver con ustedes.

Silencio
Él está ahí, tú estás ahí, en la misma resonancia y
presencia, poniendo fin a todo lo que resistió, a todo lo
que se opuso.

Silencio

Tú eres el espacio, lo ocupas todo. Es el tiempo de su


despertar, es el tiempo que está después del final del
sueño.

Silencio

Escucha el silencio, está ahí, en el círculo de tu


corazón, sin importar lo que sientas o no, nosotros
estamos ahí. Lo es ahora, está aquí.

Silencio

Sus alas están abiertas, son la ilustración de su


ascensión, ninguna densidad puede mantenerlos en la
densidad de la creación. Tú eres el sueño y eres
anterior al sueño.

Venimos a proclamarlo, venimos a declamarlo y


venimos a cantarlo.

Silencio
Esta es la ronda de los elementos, Amentka, el
Corazón Amado de Dios, pero en nuestra aceptación
de nosotros, Dios para ti aquí es el demiurgo, el que
retorció el sueño, él siempre ha estado contigo, no
reconociéndose hasta este momento de alegría, para
estar presente, como cada uno de nosotros en cada
historia y en cada presencia, como en cada mundo.

No existe tiempo, no existe espacio, sólo él, sólo tú. Y


él y tú sois el mismo, y tú y nosotros somos el mismo.

Despierta, despierta de verdad. Sólo mereces lo


verdadero y lo bello. Nosotros somos ustedes, como Él
es cada uno de ustedes. No tienen nada de qué
alarmarse, pues tan pronto como no se preocupan o
alarman, entonces Él está allí, Él, en ustedes, como
ustedes están en Él, Él y ustedes, nosotros somos Él,
cada uno es Él.

Te creaste libre, pero era importante recordar que todo


esto era sólo un sueño. Ha llegado la hora del gran
perdón, porque al final no hay nada que perdonar a
nadie, ya que todo es Él y todo eres tú, así como todo
es nosotros.

Lo escribiste todo, lo revisaste todo, sin excepción.

Somos Su Verbo, somos Su Gloria. Cada uno es Su


Verbo, cada uno es Su gloria. No pongas más
distancia, no pongas más alabanzas, eres alabanza.
Jamás hubo distancia.
Despierta. Despierta.

Somos el coro de los ángeles, somos el corazón en


llamas, somos el fuego sagrado.

Silencio

Somos las antorchas de fuego. Somos los seres


cristalinos, somos los seres de fuego, iguales en lo que
sois, aunque sólo veáis el lado denso y tosco, y el
sufrimiento.

Venimos a prender fuego a tu corazón porque tu


corazón es su corazón, porque su corazón es el tuyo.
Nada te pertenece y todo te pertenece a ti.

Despierta. Despierta.

No todo lo que sucede es cierto. No todo lo que muere


es verdad. De la misma manera, todo lo que nace
jamás nace.

Nosotros jugamos, tú jugaste.

Está la concordancia con la vida, está la alegría, la


alegría que no depende de nada, y sobre todo de
ninguna razón o causa, y que también surgirá de
cualquier sufrimiento. Nada es imposible para Él, y
vosotros sois Él, todos juntos y entre vosotros, a pesar
de todas las apariencias, a pesar de todas las
peregrinaciones.

Despierta. Despierta.

Silencio

Te encontró a ti, como tú lo encontraste a Él, porque


no podía ser buscado, porque no hay nada que
buscar, porque Él siempre ha estado allí, como tú
siempre has estado allí.

Entonces eres el coro de los ángeles. No separe nada


más. Nada puede separarse de Él. Nada puede
separarse entre tú y nosotros.

Silencio

Él es, y por lo tanto tú eres. No hay otra revelación.


Todo lo demás sólo será parte del fin del sueño, el fin
del sufrimiento en la alegría, el fin de cualquier
carencia que, en realidad, jamás existió. Era sólo una
excusa.

Silencio

Estás aquí, regocíjate.

Nada puede sostener, ni siquiera mantener. Todo lo


que es pesado está ahí sólo para tu despertar, para
que puedas reconocerte a ti mismo. Son los que
esperábamos y son los que esperaban. Pero la espera
está en el sueño. La verdad es que no hay nada que
esperar.

Silencio

En verdad, te decimos, coro de ángeles, tú eres Amor


más allá de todo pretexto, como sobre todo
sufrimiento. Así que Él te lo dice todo lo que puedes, y
nosotros lo decimos contigo: Amémosle, amémosle y
amémonos los unos a los otros.

Silencio

Todo se regocija, en el corazón del corazón, todo se


regocija en Él, todo se regocija en el coro de los
ángeles, nada falso puede permanecer, y además
quien lo desea. Ni Él que eres tú, ni nosotros que
somos tú.

Nuestro canto es nuestra declamación de Amor, oye lo


que escuchas. Esto no puede engañarte, más allá de
cualquier palabra o entendimiento.

Somos el coro de los ángeles, somos los ángeles en el


coro. Es hora de guardar esto, no en el secreto de tu
corazón, sino de guardarlo para todos, porque cada
uno es la envidia del otro, sean cuales sean las
animosidades, sean cuales sean las entidades.

Ríete de eso y la libertad está ahí.


Esto es lo que el coro de ángeles les ha traído y está
sucediendo ahora.

Tú eres la bendición y tú eres el que es bendecido,


pero también eres el que bendice. No necesitas un
ritual, no necesitas un intermediario o un intercesor.

Él está aquí porque tú estás aquí.

El coro de ángeles saluda al ángel de vuestro corazón


en cada uno de vosotros, porque cada uno es uno,
porque cada uno es todo, porque cada uno es el todo.

El coro de ángeles danza en tu corazón, es su


corazón, y es deber. Nuestro canto jamás se detendrá,
tanto si eres sensible a él como si no, tanto si ya lo
escuchas en este momento, como si no, no cambia
nada. Esto es proclamado y declamado.

Así que Él lo decidió, así que tú lo decidiste. El amor


cubre todo el sufrimiento.

Silencio

Volvemos sin silencio y confiamos en Su Silencio para


que emane el canto de la resurrección, ya no de unos
pocos, o de unos pocos millones, sino de todo el
sueño de la creación.
Es la majestad, es el bálsamo que cubre toda
resistencia y todo sufrimiento, es el fuego consumidor
de todo lo que pertenece al sueño. Él es el fuego, tú
eres su fuego, así como Él es el tuyo.

Silencio

Esa es Su gratitud, esa es la nuestra y esa es la tuya.

El coro de ángeles no se detendrá más, ni Él ni tú lo


harán.

Que la alegría te lleve a donde jamás te has movido.

***

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