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PARCIAL DE DERECHO CONSTITUCIONAL

COLOMBIANO II
Nombre del estudiante: Jesus David Lastre Vergara
A continuación, usted es magistrado de la honorable Corte Constitucional de Colombia y tiene a su
cargo la proyección de la sentencia de constitucionalidad o inconstitucionalidad del artículo 106 de
la ley 599 de 2000:

ACCIÓN PÚBLICA DE INCONSTITUCIONALIDAD


ACTOR: CARLOS ANDRÉS PÉREZ JIMENEZ
CIUDAD: CARTAGENA / BOLÍVAR

Acción pública de inconstitucionalidad artículo 106 de la Ley 599 del 2000 (Código Penal
Colombiano)
El que matare a otro por piedad, para poner fin a intensos sufrimientos provenientes de lesión
corporal o enfermedad grave e incurable, incurrirá en prisión de dieciséis (16) a cincuenta y cuatro
(54) meses.
Cargos de la acción: dicha disposición, a la luz del ciudadano que demanda, viola los artículos 1, 2,
4, 5, 6, 11, 12, 13, 14, 16, 18, 44, 45, 46, 47, 48, 49, 50, 83, 94, 95 numerales 1,2 y 4, 96, 97, 98, 99,
100, 277 numerales 1, 2, 3 y 7, 282 numerales 1 y 2, 365 y 366 de la Constitución.
¡Exitos!
excluir a las personas que se encuentran en circunstancias de salud extremas, padeciendo
sufrimientos intensos e incompatibles con su propia dignidad, sin posibilidades de alivio, como
fruto de lesiones corporales o enfermedades graves e incurables de la posibilidad de ejercer el
derecho fundamental a la muerte digna, debido a que su enfermedad no ha sido diagnosticada en
fase terminal, desconoce su derecho fundamental a la integridad, así como el deber de no someter a
las personas a tratos crueles, inhumanos o degradantes, contenidos en el Artículo 12 de la
Constitución Política.

Se examina la vulneración del derecho a la vida, la prohibición de  tratos y penas crueles,
inhumanas y degradantes y la libertad de expresión con lo restringido que se encontraba a nivel
jurisprudencial el derecho a morir dignamente. Así las cosas, reiteró que de acuerdo a lo establecido
bajo el principio de la dignidad humana, la vida no se reduce a la mera existencia biológica, sino a
la posibilidad de bien, de elegir vivir como se quiere y sin sufrimiento derivado de una patalogia.

el ejercicio de los derechos asociados al acceso a la muerte digna por parte de personas que padecen
intensos sufrimientos derivados de una situación de imposibilidad de alivio, fruto de lesiones o
enfermedades graves e incurables, constituye una aspiración legítima, basada en la autonomía y el
libre desarrollo de la personalidad. El Estado reconoce el derecho a morir dignamente,
especialmente, mediante los cuidados paliativos, el rechazo terapéutico o la adecuación del esfuerzo
terapéutico, todos los cuales cobijan a las personas que se encuentran en la situación planteada por
la demanda. Estas medidas son también manifestaciones del reconocimiento de la dignidad humana
y el principio de solidaridad. 

Las condiciones clínicas al final de la vida delimitan la aplicación de las modalidades descritas, a
partir de factores como la proximidad de la muerte, “la muerte previsible, muerte esperada en
corto tiempo”, la capacidad del cuerpo para responder a medidas de control de la enfermedad,
respuesta a tratamientos específicos o alivio de los síntomas que generan sufrimiento.

La regulación actual permite el ejercicio del derecho fundamental a morir con dignidad sin
diferenciar el origen de la patología, lesión o diagnóstico, lo que admite que las personas ejerzan sus
derechos a partir de una evaluación de medidas objetivas de pronóstico, control sintomático y alivio
del sufrimiento; y que, a través del agenciamiento, se garantice el cuidado integral del proceso de
muerte.
De siete regulaciones vigentes en el mundo sobre la eutanasia, cuatro incluyen las condiciones no
terminales, haciendo referencia a la prevalencia del sufrimiento y a la condición de funcionalidad.
Si se tuvieran en cuenta todas las regulaciones revisadas en el concepto sobre eutanasia y suicidio
médicamente asistido, entonces sólo cuatro de diez permitirían la anticipación de la muerte por
fuera de la condición clínica de terminalidad.

De lo anterior proyecto esta asentencia como EXEQUIBLE, ya que el articulo el artículo 106 de la
Ley 599 de 2000, (Por la cual se expide el Código Penal), por los cargos analizados, en el entendido
de que no se incurre en el delito de homicidio por piedad, cuando la conducta

1. sea efectuada por un médico,


2. sea realizada con el consentimiento libre e informado, previo o posterior al diagnóstico, del
sujeto pasivo del acto, y siempre que
3. el paciente padezca un intenso sufrimiento físico o psíquico, proveniente de lesión corporal
o enfermedad grave e incurable.

en todos los demás aspectos relacionados con la prestación de servicios para acceder a la muerte
digna (eutanásicos) será aplicable la jurisprudencia actual. Estos temas incluyen las condiciones
para expresar el consentimiento informado, la posibilidad de dar un consentimiento anticipado, o
aquellas en las que se produzca el consentimiento sustituto, y el derecho de niños, niñas y
adolescentes a acceder al derecho a la muerte digna y las condiciones especiales para transmitirlo.
En ese sentido, precisó, la dignidad humana protege al sujeto que se encuentra en circunstancias de
salud que le producen intensos sufrimientos de la degradación física o moral, o de una exposición
prolongada e indefinida a una condición de salud que considera cruel, dada la intensidad del dolor y
el sufrimiento.

Los requisitos para acceder a esto, están dados principalmente por el diagnostico de un médico de
que la persona sufre de alguna enfermedad incurable, teniendo en cuenta de igual manera que solo
estos profesionales son los autorizados legalmente para aplicar este procedimiento. Seguido a esto,
se debe exigir un consentimiento del paciente libre e informado, que puede estar dado antes de
padecer la enfermedad.

Los médicos además de estar obligados a aplicar la eutanasia, siempre y cuando el paciente lo pida,
deben exponerles toda la información de tratamientos, terapias o paliativos para que la persona
conozca todas sus opciones antes de tomar la decisión final.

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