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Lazarillo de Tormes
El Lazarillo de Tormes es un relato autobiográfico en el que Lázaro cuenta una selección de
episodios cruciales en su vida desde su infancia hasta su madurez.
El Autor:
El primero en mencionar al posible autor de la obra fue en 1605, Fray José de Sigüenza, en
su Historia de la orden de San Jerónimo, quien atribuye la novela al padre Juan de Ortega, en
cuya celda se encontró un manuscrito del Lazarillo de su puño y letra. Otros testimonios de
principios del siglo XVII señalan al poeta Don Diego Hurtado de Mendoza como autor.
El Lazarillo de Tormes.
Batalla Naval.
Estructura:
Los 3 primeros son largos: se trata de la etapa de formación del niño y por ello para el narrador-
protagonista es importante narrar con detalle esta etapa para que podamos comprender la
manera de reaccionar al “caso” de su situación actual (el adulterio de su mujer).
Los tratados IV, VI y VII son mucho más breves pues una vez que conocemos la dinámica de su
vida, solo necesita seleccionar algunos ejemplos más de los nuevos amos que va teniendo. En el
último, relata brevemente, el caso motivo de escritura de la obra
El tratado V es más extenso y está entre tratados breves. Relata su experiencia con el buldero. La
astucia de su amo, capaz de engañarle también a él, le demuestra que no está preparado para el
arte del engaño y es como si Lázaro llegase a la conclusión de que si quiere sobrevivir debe
buscarse un oficio.
Temas de la obra
El hambre, que se observa especialmente en los tres primeros tratados y provoca que el
muchacho aprenda rápido y estimule su inteligencia para sobrevivir.
La honra es lo que quiere conseguir Lázaro al trabajar y casarse y, paradójicamente, lo que no
logra del todo pues su mujer lo engaña con el arcipreste, hecho conocido por todos incluido
Lázaro. Sin embargo, él lo niega y dice que su mujer es decente. Sin duda no quiere perder la
posición que tiene, aunque para ello tiene que vivir sin honra.
En cuanto a la religión, se crítica la desviación de la buenas costumbres cristianas; en la novela
se critica las “malas” conductas de clérigos y arciprestes que se apartan de los preceptos de la
iglesia y son avaros, como el clérigo del tratado II, o farsantes como el vendedor de bulas, o
lujuriosos como el fraile de la merced del tratado IV y el arcipreste de San Salvador.
Quiero expresar mi agradecimiento en primer lugar a la Dra. Francisca Moya del Baño, directora
de la tesis, sin la cual está no se hubiera realizado.
A vosotros mis colaboradores, que me habéis ayudado a conseguirlo: María Carmen Sarabia
Bermejo y Carolina Lozano Bermejo, a Carmen Guzmán Arias, Diego Carvajal y Juan Bautista
Martínez Guevara.
A mis hijos y nietos, que acompañan mis " 100 días de soledad..." y en especial a ti, conchita, por
haber aceptado que la vida me ofreciera el lugar que tú merecías.
Capítulo I: Lázaro relata su nacimiento, explica quiénes fueron sus padres: un molinero ladrón,
ahora muerto, y una madre que vivía como amante con un criado negro. Su madre lo pone al
servicio de un ciego y el resto del capítulo narra lo que aprendió con él a fuerza de golpes. El
relato con el ciego contiene los pasajes más recordados de la novela.
Capítulo II: Lázaro sirve a un clérigo avaricioso que casi no le da de comer. Cuando descubre que
el muchacho le roba el pan para sobrevivir, lo despide.
Capítulo III: Va a parar al servicio de un hidalgo pobre que sólo se ocupa de las apariencias;
Lázaro no sólo no tiene qué comer, sino que ha de buscar comida para su amo.
Tratado V: Entra al servicio de un buldero (persona que dice tener la capacidad de hacer
milagros. En realidad, un estafador que vende bulas: documentos supuestamente milagrosos
que protegen de los malos espíritus a quien los tiene), y con el aprende las artes del engaño.
Capítulo VI: Sirve por breve espacio a un pintor de panderos y después pasa al servicio de un
capellán que lo convirtió en repartidor de agua, su primer trabajo, con el que gana algo de
dinero y puede comprarse “dignas” ropas usadas y sus primeros zapatos.
Capítulo VII: Vive durante poco tiempo con un alguacil (encargado de la seguridad en una
población), pero pronto lo abandona por ser oficio peligroso. Luego logra el oficio de pregonero
(vendedor) de vinos de un arcipreste en Toledo, lo que para él supone un ascenso en la sociedad.
Ha logrado un trabajo que le da dinero suficiente para vivir, se ha casado y vive por primera vez
en su vida como una persona honorable (aunque para mantener este estatus tenga que aceptar
el adulterio de su mujer con su “amo” el arcipreste.
Conclusión:
Los personajes son el fiel reflejo de la hipocresía moral y social, por tanto, la dignidad de todos
ellos aparece maltrecha. La obra parece darnos el mensaje de que la vida es dura y, ante esta
situación, cada uno mira por sus propios intereses sin importarle ni un ápice tener que pisar a los
demás. En esta novela se denuncia que, en la sociedad, la gente que parece "virtuosa"
solamente es una apariencia de virtuosa ya que eso parece ser lo importante: da igual como
seas pero actúa como ello y, así, aunque no lo seas lo parecerás.