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Esperanza

El escritor Mark Twain advirtió: «Aléjese de los que tratan de menospreciar sus

anhelos. Las personas pequeñas siempre hacen eso, pero los que realmente son grandes

hacen que usted también se sienta como si pudiera llegar a ser grande». ¿Cómo se siente la

mayoría de las personas cuando están a su alrededor? ¿Se sienten pequeños e

insignificantes, o creen en sí mismos y tienen esperanza en lo que pueden llegar a ser?

La clave de cómo tratar a las personas yace en la manera en que piensa en ellas. Es un

asunto de actitud. Su manera de actuar revela lo que cree. Johann Wolfgang von Goethe

enfatizó: «Trate a un hombre como aparenta y lo empeorará. Pero trátelo como si ya fuera

lo que potencialmente pudiera ser, y hará que sea lo que debe ser».

La esperanza es, quizás, el don más grande que pueda darles a otros como resultado de

nutrirlos, porque aunque su sentido propio sea débil y no puedan percibir su significado,

aun así tienen razón para continuar tratando y luchando para concretar su potencial en el

futuro.

En Building Your Mate’s Self—Esteem [Edifique la autoestima de su cónyuge], Dennis

Rainey cuenta un maravilloso relato respecto a la esperanza nutridora que puede hacer

desarrollar el tremendo potencial. Dice que había un niño llamado Tommy que no le iba

muy bien en la escuela. Hacía preguntas constantemente, y jamás podía ponerse al día.

Parecía fracasar cada vez que intentaba algo. Su maestro, al fin, no pudo más, y le dijo a su

madre que era incapaz de aprender y que jamás llegaría a mucho. Pero la madre de Tommy

era una nutridora. Creía en él. Le enseñó en la casa, y cada vez que fracasaba, le daba

esperanza y lo animaba a que siguiera intentándolo.

¿Qué pasó con Tommy? Se convirtió en inventor, y a la larga tuvo más de mil patentes,

incluyendo las del fonógrafo y el primer bombillo incandescente eléctrico con potencial

comercial. Su nombre era Thomas Edison.6 Cuando las personas tienen esperanza, no se

sabe cuán lejos pueden llegar.

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