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“Puede ser un argumento ad hominem, pero para ponerlo en contexto, Sartre es un hombre feo.

Pequeño, encorvado y bizco. Su fealdad, pienso yo, es muy diferente de la de Sócrates. Nos revela
algo fundamental de su alma. Nosotros sabemos que es muy malicioso, tacaño. Se rumora que su
avaricia es legendaria. Él nunca te compraría un expreso. El infierno son los otros, dice un personaje
en una de sus obras teatrales. Para mí, el Infierno sería pasar unas horas mientras escuchó los
pensamientos del Maestro sobre los judíos. O de cualquier otro tema.”

Opinión de Julius Evola sobre Jean Paul Sartre.

Traducción por Oscar Ortega Espinosa

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