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De acuerdo a lo visto en el video anterior, existen muchas definiciones acerca

del comportamiento del consumidor; a través del tiempo se han emitido desde
diferentes perspectivas: Economía, Psicología, Sociología, Antropología hasta
Ingeniería, todas ellas reconocen la importancia que este tiene dentro del
proceso del marketing.

En principio se podía decir que el comportamiento del consumidor era un


proceso de adquisición, uso y aprobación de marcas y productos desarrollados
por el ser humano en su rol de consumidor, en busca de la satisfacción de sus
deseos de interacción social y humana.

En este sentido; se define el Punto de partida del proceso que desarrolla el ser
humano en su rol de consumidor es el de adquisición de productos (bienes,
servicios e ideas sociales), hoy el consumidor no es un comprador que procesa
racionalmente información.

Notoriamente esto ha cambiado en la actualidad; las investigaciones de


marketing demostraron que los consumidores no eran tan racionales y que
además existía una diferencia marcada entre las personas que compraban y
las personas que estaban consumiendo los productos y los usaban. Por
consiguiente, esto llevaba a analizar nuevamente al consumidor, dando como
resultado un nuevo concepto: el de consumidor. Este es estudiado desde todo
su proceso de consumo (a que ahora consume, con quién consume, bajo qué
circunstancia lo consume...) rayendo esto consigo dos componentes del
proceso: el proceso de adquisición y el proceso de consumo.

Desde hace 30 años al marketing se introdujo la antropología dándole un


vuelco al concepto del consumidor, definiendo a este como la persona que no
solo consume si no que se apropia o se identifica con sus marcas y productos.
Se denota la apropiación como factor de identidad del individuo.

Todo esto conllevo a que el consumidor fuese estudiado desde la perspectiva


de uso de productos, no tanto por lo que los productos hacen, sino por lo que
estos significaban socialmente para este; estos terminaban pareciéndose a sus
dueños.
De lo cual se obtuvo como resultado que los productos son una prolongación
de la personalidad de sus consumidores, así como dicta la antropología: “las
personas no son lo que son, sino lo que consumen”. En consecuencia, el
producto terminó siendo parte de la identidad de los individuos.

Luego, el concepto del comportamiento del consumidor se fue haciendo más


complejo puesto que, ya no se hablaba de aquel consumidor que compra o que
usa; sino de aquel que se apropia de los bienes y servicios y las ideas sociales
con las que se identifica, es por esto que los componentes hacen más
complejos la comprensión y análisis de dicho comportamiento.

Más adelante surge otro elemento esencial en el marketing y en la


comprensión del comportamiento del consumidor, este es; el de ver al
consumidor como un ser humano, el cual se desdobla en su rol de consumidor,
es decir, él no es un consumidor mecánico, sino que se deja ver como
cambiante, voluble, insaciable el cual necesita poseer más información que
antes y que además su toma de decisiones de consumo ahora es más variable
y participativa. En ese sentido, el ser humano que muchas veces la
organización deja un lado no deja de ser humano cuándo asume su rol de
consumidor, además de esta forma logra mantener unos niveles permanentes
de interacción social y humana, volviéndose así cada vez más un ser humano;
ya que a través de la interacción social y humana este se consolida como ser
humano y en ello, aparecen los productos como una especie de mediadores
culturales, por consiguiente; el consumidor no es evaluado por lo que es sino
por lo que consume.

De tal manera que, si la interacción social humana de una persona se reduce,


las decisiones de marketing cambian, puesto que es a través de ello que las
personas son evaluadas por los estereotipos que se van generando a causa de
esto, ya que los seres humanos son evaluados por lo que consumen, de allí el
refrán “Dime que marca usas y te die quien eres”. Viendo, así como los
productos termina siendo una auto extensión de los individuos, de tal forma que
los consumidores no son más que reflejo de lo que consumen.

Vale la pena resaltar que todo esto se desarrolla en medio de una sociedad
capitalista, dónde lo importante no es ser sino parecer, donde vale más la
imagen que la realidad, en el cual el marketing se apoya para hacer que el
consumidor adquiere los productos y que la empresa está vendiendo, que este
ha sido estudiado y analizado en todos los aspectos previamente; como
consumidor, como ser humano, aprovechando de esta forma todas sus
debilidades para así hacer que este crea que a través del producto el
consumidor será mejor.

En síntesis, el comportamiento del consumidor no es más que el proceso


complejo en el cual se incluye la adquisición, el consumo, la apropiación de
bienes, servicios e ideas sociales que realiza el ser humano en su rol de
consumidor a fin de buscar la interacción social y humana a través de la cual
hace parte un conglomerado en el cual se ha formado y en el que desea ser
aceptado.

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