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Ponencia dirigida al

X Encuentro Regional de Estudiantes de Historia C-S


Tlaxcala, México
“Realidades y diálogos contrapuestos: historia y formas de historiar entre
nuevos giros, conflictos sociales y procesos epidemiológicos”
Del 24 al 30 de abril 2021

Toluca

Las manifestaciones feministas del 2019: ¿cuarta ola del


feminismo? Interpretación de una historiadora actual
Temática:
Historia de las mujeres

Ponente:
Inés Nicté Tenorio Vega

inesnictet@gmail.com
Recién egresada

Delegada(o):
Daniel Cervantes
Edna Martínez

Proyector y laptop
RESUMEN
El siguiente trabajo busca explicar las manifestaciones feministas del 2019, desde el punto vista
histórico, apoyado en la Historia del Género. Para mostrar la perspectiva que debe tomar el
historiador y crear teoría feminista de la Historia, como Gerna Lerner propone en “la Creación
del Patriarcado”. ¿Cómo podemos interpretar estos eventos que van en contra el sistema
(patriarcal)? ¿Cuál es el posicionamiento que debemos tomar como historiadores? ¿es el mismo
que puede tomar cualquier otra persona? En la formación del historiador se enseña a estar lejos
del objeto de estudio, todas esas herramientas que se aprenden para analizar el pasado deben
servir para comprender y explicar después el presente. Entender a los sujetos históricos, explicar
lo que viven los demás actualmente, interpretar las raíces históricas de este presente. Alejados de
juzgar. Porque no es la función del historiador criticar sino ayudar a construir una explicación a
lo actual, para ayudar a otros a entender, para escribir sobre los cambios y las permanencias en la
sociedad.

INTRODUCCIÓN
Cuando leíamos sobre Historia Oficial (o nos educan sobre ella) las mujeres no aparecían como
grupo social ni como individuos destacados en los grandes procesos formadores de la nación. Y
ni siquiera nos percatamos de ello. No es que las mujeres hayan permanecido inactivas en los
acontecimientos históricos, es que fueron omitidas metódicamente de los registros oficiales. Esto
se debe a que la Historia ha sido narrada por hombres, y ellos mantuvieron una conspiración para
mostrar a las mujeres sin valor social, las desaparecieron del pasado. En conclusión, la diferencia
de sexo ha afectado cómo se escribe y concibe la Historia. 1 (Scott, El problema de la
invisibilidad, 1992)
Es ante esta razón que este trabajo persigue explicar las manifestaciones feministas del 2019,
desde el punto vista histórico. Apoyado en la Historia del Género. Para mostrar la perspectiva que
debe tomar el historiador y crear teoría feminista, como Gerna Lerner en algún momento se
propuso hacerlo y propone que otras hagan, en “la Creación del Patriarcado”.
Desde el punto de vista público, el 2019 fue particularmente debatido por las diferentes
manifestaciones feministas. Las mujeres, sin necesariamente ser feministas, se manifestaron a
1
Joan Scott teoriza, desde la perspectiva histórica, la invisibilidad de las mujeres. Desarrolla,
en conjunto, otros aportes como utilizar el género como una categoría de análisis histórica. Es
una importante teórica del Género. Solo que, para este proyecto sus aportes no son
recuperados como teoría, sino como práctica.
través de las redes sociales, con hashtags como #MeToo, #YoSíTeCreo, #LaPolicíaNoTeCuida,
#28-S y el icónico #ElVioladorEresTú, compartiendo imágenes, reflexiones, fotos personales,
infografías de desaparecidas o víctimas del feminicidio, utilizando filtros relacionados con el
feminismo.
Se manifestaron con marchas, quemaron, pintaron, rompieron. Pero se logró el cometido, la
mirada pública se enfocó a la lucha feminista. Aunque esa visión era hacia la crítica o a estar a
favor, lograron su cometido: ser escuchadas, romper el silencio, visibilizar su enojo y
preocupaciones.
Las demandas se tornaron en diferentes sentidos: la violencia, inseguridad y miedo que vive
diario una mujer del país. Violencia en la pareja, acoso en las calles en el trabajo, en la escuela,
en la casa. Inseguridad: asaltos, violaciones, feminicidios e impunidad. También se profundizó en
dejar de culpar a la víctima. Lo que después de intentar replantearse eso, llevó a un
enfrentamiento con los medios porque difundían con morbo los detalles de cada feminicidio, al
publicar fotos en ropa interior de la víctima, pero tapar la cara al presunto culpable.
Y entonces, ¿cómo podemos interpretar estos eventos? ¿Cuál es el posicionamiento que deben
tomar los historiadores? ¿es el mismo que puede tomar cualquier otra persona? En la formación
como historiadores nos enseñan a manejarnos lejos del objeto de estudio. Todas esas
herramientas que nos enseñan para analizar el pasado deben servirnos para hacerlo con nuestro
presente. Entender a los sujetos históricos, buscar explicar lo que vivimos, entender las raíces
históricas de este presente. Alejados de juzgarlo, sino para entenderlo. No es nuestra función
criticar sino ayudar a construir una explicación a lo actual.
Para poder entender las manifestaciones del 2019 es necesario hacerlo desde la Historia del
Género, por lo que este trabajo hace un recorrido en el paso de la Historia de las mujeres 2 a la
Historia del Género. El 2019, desde mi punto de vista, es parte de la cuarta ola. Así que, se
teorizan los aportes de cada una de las olas anteriores y su relación con esta nueva. Para mayor
comprensión del lector. Este trabajo culmina con los acontecimientos relevantes de la lucha
feminista en México durante el 2019.

2
Que es de vital importancia, porque como Gerna Lerner explica en “La Creación del Patriarcado”: “El impedimento
para el desarrollo de una conciencia colectiva entre las mujeres fue la carencia de una tradición que reafirmase su
independencia y su autonomía en alguna época pasada. Por lo que nosotras sabemos, nunca ha existido una mujer o
un grupo de mujeres que hayan vivido sin la protección masculina. Nunca ha habido un grupo de personas como
ellas que hubiera hecho algo importante por sí mismas. Las mujeres no tenían historia, eso se les dijo y eso
creyeron”. (Lerner G. , 1986, pág. 310)
De la Historia de las mujeres a Historia de Género
Las mujeres son la mayoría en la población global. Coexisten en todos los campos culturales, con
mayor presencia en unos que en otros. Sin embargo, se tiene la noción que, como grupo social,
pocas veces las mujeres han iniciado procesos revolucionarios. Y eso no quiere decir que sean
apáticas a los procesos históricos o en la búsqueda de poderes alternos. (García Peña, 2016)
La Historia se centró en acontecimientos, procesos y movimientos que coincidían con valores
masculinos. Como si esos actos fueran dignos de historiarse, haciendo casi “invisibles” los de las
mujeres, o irrelevante su participación en ellos. Esto es un fenómeno global. La Historia era
exclusiva de la vida pública y política, donde las mujeres no son mayoría. Los criterios para la
construcción de los hechos históricos se centran en la vida pública, se escriben bajo una
humanidad neutra. Aunque, en realidad, “…aluden a la parte masculina de la misma.” (García
Peña, 2016)
Ante la pretensión de una visión universal histórica, la Historia postmoderna plantea darles voz a
los grupos antes marginados por la misma, con la noción de incluir las particularidades culturales
de sus procesos. La Historia de las mujeres surge como una de ellas. Y se explica de la siguiente
manera: el sufragio femenino, un fenómeno histórico, se vivió de diferente manera para cada país
y que sólo es explicable por su contexto y cultura nacional, sería imposible estudiar este
fenómeno sin mencionar dichas particularidades. (García Peña, 2016)
Las mujeres son sujetos con historia propia. La Historia de las mujeres se cuestiona sobre
¿cuáles fueron los procesos que colocaron a los hombres como protagonistas y figuras de la
historia humana? ¿Por qué se pasaron por alto las acciones de las mujeres, o fueron relegadas
dentro de la misma?, ¿La mujer produce una historiografía diferente de la de un hombre?, ¿qué
aporta a la Historia considerar los acontecimientos y las acciones desde otras posiciones, como
las de las mujeres? ¿Por qué se sigue marginando la historia de las mujeres? Dichas preguntas
hacen visibles a las mujeres como sujetos históricos. (García Peña, 2016)
Lo que hace diferente la Historia de las mujeres es que se interroga el significado de las mujeres,
busca observar las permanencias y cambios históricos del grupo. Entender a las mujeres como
sujetos históricos. En las categorías anteriores la tendencia de ver a las mujeres en el ámbito
doméstico, porque ese ha sido “su lugar” de acción, dejando de lado su participación en la esfera
pública. La originalidad de la historia de las mujeres no recae en tener métodos únicos, sino en
las preguntas que plantea y en las relaciones de conjunto que establece. (García Peña, 2016)
Para realizar un análisis histórico sobre las mujeres se debe considerar las estructuras
económicas, sociales y políticas tradicionales, así como las dimensiones de la vida privada: la
familia, la sexualidad, la reproducción, la cultura femenina, la salud, el trabajo doméstico, la
socialización de los hijos, etc. Lo anterior genera visión integral de la experiencia histórica que
tienen las mujeres y expone las relaciones entre los sexos, el proceso de formación de conciencia
de las mujeres y los cambios en su situación social. (García Peña, 2016)
El desarrollo de la historia social y los cambios en la condición de las mujeres dio un espacio
para su propia historia. Así como las preguntas que las feministas comenzaron a realizarse:
¿Existe una identidad común de las mujeres como grupo? Michel Perrot en 1973 se cuestionaba:
¿Tienen historia las mujeres? Fue solo lo que despuntó las investigaciones entre historiadoras de
diferentes países y que ayudó a ganar terreno. (García Peña, 2016)
En su etapa inicial, la historia de las mujeres tenía la intención de recuperar las experiencias
colectivas e históricas y hacer visible su papel como agentes sociales. Comenzando con la
historia de mujeres destacadas, la excepción, las que habían llamado la atención; y también se
escribió sobre las mujeres como un elemento accesorio de los movimientos sociales. Ambas
trataban sobre la victimización o el protagonismo. “Ver a las mujeres como eternas víctimas de
una sociedad patriarcal o como constantes luchadoras por la transformación social y feminista”.
(García Peña, 2016)
Ambas visiones son limitadas para crear una historia social de mujeres. Después, los estudios se
dirigieron a encontrar explicaciones convincentes sobre el origen de la subordinación del sexo,
este debate giraba en torno a la dualidad doméstico-público y las razones por las que las
sociedades hicieron de la diferencia sexual productos para la actividad humana. Y así, construir
una teoría que explique la opresión de las mujeres en su infinita variedad. Esto podría generar una
interpretación global de la historia humana, porque juntaría las experiencias de las mujeres y los
hombres en el pasado. Por lo que la historia de las mujeres solo está estudiando una parte, la que
faltaba por ser narrada. (García Peña, 2016)
Para la mitad de la década de los setenta, comenzó a ser reconocida como una temática en Europa
y Estados Unidos. En México, la historia de mujeres y del género aparece en libros, revistas
especializadas, hay centros de estudios, seminarios y cátedras a cargo de feministas (que se
dedican al estudio interdisciplinario de las mujeres) en las universidades. (García Peña, 2016)
La Historia de las mujeres surgió por una invisibilización al grupo, no solo de manera histórica.
Se concentró en explicar la subordinación, la experiencia histórica, la participación social y
evidenciar como sujeto a las mujeres. Sin embargo, y a diferencia de los demás grupos
marginados, existía una posibilidad de abrir el área de estudio para abarcar más sujetos, y no
incurrir en la misma invisibilidad en la que se había metido. (García Peña, 2016)
El género3 permite enfocarnos en diferentes aspectos, explotando más temáticas, es una categoría
sociocultural que estudia lo olvidado o de lo que no se ha querido hablar. Se entromete en el
estudio de las relaciones entre grupos humanos omitidos; una de las aportaciones metodológicas
más importantes dadas por las mujeres a la ciencia histórica. (García Peña, 2016)
Dentro del género está la conciencia que las relaciones entre los sexos no son determinadas por lo
biológico, sino por lo social y por ello son históricas. Esta explica que la relación construida a lo
largo de la historia entre hombres y mujeres no podía limitarse al reduccionismo biológico
porque la palabra sexo lo sugiere. El género hace visibles las formas múltiples de la experiencia,
los valores, las costumbres y tradiciones, de las actividades y representaciones sociales. Porque el
sexo es una construcción social. (García Peña, 2016)
Así, la Historia de las mujeres pasó al género para hacer más grande su enfoque, para hablar
sobre las relaciones y procesos entre los sexos. Las construcciones alrededor de los roles
masculino y femenino (roles de género). Sin centrarse exclusivamente en la mujer, dio paso a
hablar de dos, como antes no se había hecho. La falta de egoísmo en el objeto de estudio para
hacer más. Porque entendieron que las identidades de género son un conjunto de patrones de
comportamiento, normas, signos y símbolos, emociones, nociones, costumbres que se
construyen, imponen y transforman o reproducen con el paso del tiempo. Y que vale la pena
estudiar. (García Peña, 2016)

Las Olas del Feminismo


Dentro del feminismo podemos encontrar luchas diferentes, que por el tipo de manifestaciones,
demandas y época se teorizan como “olas”. La postura que busca demostrar este trabajo es que en
el siglo XXI estamos viviendo la cuarta ola. Que surge de las herencias de las anteriores, más que
3
La definición que ofrece Joan Scott sobre género está formada por subpartes, que cada una es
distinta, pero en conjunto ofrecen una definición sobre género completa. El género está formado por la
diferencia que significa el sexo en las relaciones sociales, de la que también derivan las relaciones de
poder. Cuando se da un cambio en la estructura de las relaciones sociales, también se da en la relación
de poder.
explicar cada ola, quisiera retomar solo los recursos que fueron tomados de cada una. De
cualquier manera, invito a leer más sobre las mismas.

Primera ola
La Primera Ola del Feminismo emerge en la Revolución francesa, cuando se buscan los derechos
de los y las ciudadanas, ya que las mujeres quedaban sin ser reconocidas como individuos o
ciudadanas. En esta lucha, surgieron los Cuadernos de Quejas, donde las mujeres también
expresaban su deseo de abolir los malos tratos del matrimonio. Si lo contrastamos, muchas
mujeres siguen padeciendo violencia intrafamiliar, entre las pancartas de manifestaciones
recientes resaltan frases como “somos las nietas del abuso sexual” 4 o “no era paz, era silencio”
(Crail, Tapia, & Cisneros, 2020). Actualmente las manifestaciones se han levantado en contra del
sistema, porque explican que no las protege, ya que algunas mujeres han sido asesinadas después
de poner denuncias o restricciones a sus maridos.
El derecho a la educación ya es una meta que no se persigue en esta ola nacional. Porque ya es un
derecho universal. Ahora las demandas sí piden recibir una educación sexual como parte de la
educación básica, para prevenir abuso sexual infantil, hacer una planeación familiar y tener
autoconocimiento del cuerpo.
Lo que le falta a la ola actual es expresar los nuevos paradigmas que se buscan con esta nueva
ola. Como en su momento estuvieron textos de La Declaración de los Derechos de la Mujer y de
la Ciudadana de Olympe de Gouges (primera ola), El Segundo Sexo de Simone de Beauvoir
(segunda ola) y La mística de la feminidad de Betty Friedan (tercera ola). A diferencia de las
anteriores, no existen un texto que enmarque las demandas actuales debido a la diversidad de
ellas y diferentes tipos de feminismo que surgieron a partir de la tercera ola.
La primera ola tenía claro que la mujer debía estar presente en la política, en el Congreso y el
gobierno. Actualmente hay más mujeres participando activamente en la política, pero la cuota de
género no asegura la creación de leyes pensadas en resolver problemáticas que las mujeres tienen
en su día a día. Sobre todo, porque son cuestiones culturales. La opresión actual es bajo la

4
Se puede leer en redes sociales la historia de cómo una mujer se da cuenta, a través de relatos de una abuela a sus
nietas sobre el abuso sexual que padeció con su abuelo cuando aún era adolescente. Y a partir de ahí entendió que
muchos y muchas “somos los hijos del abuso sexual” y que no nos habíamos dado cuenta. Para mayor consulta
recomiendo ampliamente leer el relato completo en: https://rudagt.org/somos-las-nietas-del-abuso-sexual/.
Consultado el 23 de enero de 2022.
superestructura del patriarcado5. Sin embargo, como Gerna Lerner plantea, el patriarcado es un
sistema histórico que puede acabarse gracias al mismo curso histórico. (Lerner G. , 1986, pág.
23)
Las mujeres ya no reciben una educación tradicional sobre aspectos de su género o “cómo debe
ser la mujer”. Ya que actualmente se considera que existen varios elementos en la conformación
de la identidad sexual que son propios, acordes a lo que a cada uno le haga sentir cómodo. Se
empezó a derrumbar el muro entre lo femenino y lo masculino. Las mujeres y los hombres
pueden desempeñar cualquier actividad sin que se vea comprometida su feminidad o
masculinidad.

Segunda Ola
El sufragismo femenino, emblema que se persigue en la segunda ola, fue un movimiento de
agitación internacional, y durante la cuarta ola hemos podido apreciar aún más esta unión gracias
a una sociedad globalizada y que tiene acceso a lo que está sucediendo en otros países con mayor
rapidez con el alcance de las plataformas de las redes sociales. Es más evidente cómo las mujeres
son limitadas en sus derechos y se difunde esta información, además de las mujeres que son
perseguidas por levantar la voz o ayudar a otras. Como las historias de Malala Yousafzai, en el
ámbito internacional, o la de Marisela Escobedo, en el plano nacional; y podemos saber de
ambas.
Durante la 2ª. Ola tuvieron como mártir a Emily W. Davinson. Actualmente no se necesita una
mártir, ya que en 2019 ocurrían 9 feminicidios por día en México. De lo que nos enterábamos por
alguna madre, hermana, hija, amiga que difundía el caso.
Por los feminicidios se levanta la voz desde las marchas de 2006, con las muertas de Juárez. Al
no ser escuchadas sus historias, las marchas del silencio fueron cambiadas por marchas más
agresivas en 2019, se rompían vidrios, se prendía fuego a cosas, se grafitean las frases de la
lucha. Lo que las indignó aún más fue escuchar que la opinión pública se oponía a ellas por dañar
los monumentos históricos. Actualmente no se habla de una sola mujer o niña muerta, por lo que

5
Gerda Lerner (1986) definió al patriarcado como: “la manifestación e institucionalización del dominio masculino
sobre las mujeres y niños/as de la familia y la ampliación de ese dominio sobre las mujeres en la sociedad en
general”. Para mayor consulta, el libro “La Creación del Patriarcado”, donde desarrolla con profundidad cómo
funciona este sistema, encuentra los orígenes y considera que es una estructura histórica que puede derrocarse. Y
también cuenta con un anexo en el que hace definiciones conceptuales y teóricas del feminismo.
se pide que no haya ni una más ni una menos. No desde un papel de víctima, sino conscientes y
visibilizando esta realidad social.
Las mujeres de ahora están a favor de las manifestaciones violentas para hacerse escuchar, es una
herencia de las grandes manifestaciones violentas de la segunda ola. Ellas tenían demandas que
conquistaron para las mujeres de ahora, que ya pueden votar, ocupar cargos políticos, poder
afiliarse a grupos políticos, así como asistir a reuniones políticas. Hoy en día pueden tener
propiedades, ya no están bajo la tutela de un hombre, responsable de ellas, su riqueza o dinero.
La lucha por el sufragio duró ochenta años, que significa tres generaciones militantes en el
mismo proyecto. La cuarta ola podría aprender de la lucha resistente. Sobre no rendirse si no se
aprecian resultados inmediatos.

Tercera ola
A pesar de haber señalado la discriminación sexual y que no existía ninguna ley para evitarlo,
hoy en día es una permanencia. Aunque existe una regulación en el marco jurídico con el acoso
laboral, así como evitar que te despidan por estar embarazada. Sin embargo, eso no significa un
cambio en las condiciones. A pesar de hacer talleres de acoso laboral, esto no ha cambiado a los
acosadores, que se encuentran en cualquier ámbito y en cualquier profesión.
Estas actitudes se han tratado de visibilizar, por ejemplo: con el #MeToo, que comenzó para
evidenciar situaciones de violencia laboral, como cuando las actrices denunciaron acoso de parte
de directores, como Karla Souza. Significaba “yo también” y se utilizaba para explicar “he
sufrido acoso” o “he sido violentada por la misma persona”, e incluso este movimiento fue
llevado a cabo por estudiantes realizando tendederos para denunciar el acoso de sus maestros.
En la tercera ola se apoya la búsqueda de la felicidad e independencia de la mujer, actualmente se
refiere a ello como empoderamiento y se habla un poco mucho más sobre la salud mental y la
depresión. El empoderamiento está ligado hacia el amor propio, disfrutar la sexualidad y
visibilizar la salud mental.
Aunque, en la ola pasada y la actual se comparten experiencias de opresión social y sexismo. La
cuarta ola está haciendo evidente que esta cultura sexista escondida en bromas no es divertida y
cada vez hace evidente cuán arraigada la tenemos. Una de las luchas actuales es erradicar
cualquier tipo de broma que dañe las identidades de las personas.
Las mujeres de la tercera ola se sentían como objetos de sus esposos, vivían resignadas a la
maternidad y ser amas de casa, como Betty Friedman lo explicaba en su texto La mística de la
feminidad. Por lo que, las mujeres de la tercera ola defendían que su feminidad depende de la
maternidad. Gracias a los avances que hacen en esta ola, las mujeres se emanciparon de esas
ideas y de tener la creencia de “depender de un hombre”. Actualmente se imparten talleres o hay
varios libros sobre cómo desmitificar el “amor romántico”.
Las mujeres de la tercera ola trataron de hacer cambios en los roles ligados a la concepción
femenina. En esta cuarta ola se expandió a los roles de género y la posibilidad de asumirte como
hombre o mujer a partir de una concepción propia, sin estándares.
Con los aportes de Betty Friedman queda descubierto el rol opresivo hacia las mujeres en ser
perfectas esposas, perfectas amantes, perfectas amas de casa y perfectas madres. Pero no busca
una teoría explicativa de este rol, como ahora lo hace la cuarta ola a través del patriarcado 6. Y,
además, no se conforma con evidenciar esta estructura, también buscan destruirla.
La tercera ola es el pasado más cercano a la ola actual, de la cual aún derivan algunos aspectos
ideológicos o de los que se mantienen continuidades porque no fueron resueltos. Actualmente, la
cuarta ola tiene ligeras diferencias y aportes propios, pero muchas temáticas de la lucha fueron
conquistas de la ola anterior; que aún se debe estudiar y retomar aquellos aspectos que se
quedaron en el aire y no se solucionaron o permean. Como la posibilidad de ser sensual sin ser un
objeto sexual. Y erradicar la cultura machista que te hace sentir como tal.

La cuarta ola
¿Cómo podemos interpretar los acontecimientos del 2019 de la lucha feminista? ¿son parte de
una cuarta ola? ¿Cuál es su importancia histórica? ¿Cómo podemos vincularlo con historia del
género? La teoría aplicada.
El objeto de estudio de este trabajo son las manifestaciones feministas significativas del 2019,
como parte de un movimiento unificado, porque cambiaron la forma de lucha y llevaron a un tipo
de levantamiento y expresión diferente. Estos condujeron a la mayor asistencia registrada de una
marcha en México (8 de marzo), así como a la organización del primer paro nacional de mujeres
(9 marzo) en el 2020. De igual manera, presentó rasgos, que considero distintivos de un
feminismo actual de la 4ª. Ola.
Las manifestaciones históricas mencionadas anteriormente, permiten futuras líneas de
investigación. Empero, sería difícil hablar de ello sin profundizar en las experiencias del 2019 y

6
O cómo los han desarrollado también la teoría marxista, la teoría psicoanalítica. Para más información
puede consultar los anexos.
en el legado que dejaron a la lucha feminista. La intención de este trabajo es desglosar estos
elementos para un mayor entendimiento del pasado inmediato o cercano.
El 2019 fue una pieza importante para el feminismo. Cada vez más hombres y mujeres se unieron
al movimiento feminista. Con los aportes de la interseccionalidad, recuperados de la tercera ola,
la desigualdad ya no pasa tan desapercibida. El grito feminista se encuentra bajo una demanda
social: “basta de feminicidios, ¡Ni una más! ¡Ni una menos!”. (Alonso, 2019)
A partir del verano de 2019, las feministas mexicanas comenzaron a movilizarse contra los
feminicidios y violaciones en el país, sobre todo, contra aquella actitud de impunidad y
normalidad que mantenían los casos. El enojo también se dirigió contra los policías, a quienes
señalaban (por diversas experiencias femeninas de violencia o acoso) de violadores. Sobre todo,
con el Estado, encargado de garantizar la equidad y los derechos de las mujeres, un papel que no
estaba desarrollando, que encubría y favorecía a los agresores. (Alonso, 2019)
Existe mucha impunidad, ya que 9 de cada 10 delitos en el país no se castigan. Debido a esto, la
lucha feminista se tornó en evidenciar las problemáticas diarias de las mujeres, lo que generó
distintas respuestas: a favor del despertar y en contra de la forma de protestar. La batalla
feminista convocó a diferentes movilizaciones a lo largo del año, las mujeres contra la violencia
machista, más aún, contra el Patriarcado, en cualquier ámbito de su vida. (Alonso, 2019)
México formó parte del movimiento feminista latinoamericano del 2019. En Bolivia, las mujeres
tomaron las calles en noviembre tras las elecciones, en protesta contra el sistema que no vela por
ellas. Chile impactó internacionalmente con “Un violador en tu camino” porque, la culpa de los
problemas, son del sistema patriarcal. (Alonso, 2019). El 2019 inició con los restos del
movimiento #MeToo, que exhibió las problemáticas de acoso en cualquier aspecto y ámbito. Las
mujeres tuvieron conflictos con personas conservadoras, las cuales niegan la violencia de género.
A raíz de esto surgió un nuevo rasgo, la defensa de las víctimas de acoso y violencia, un
feminismo de sororidad. (Alonso, 2019)
Para Tania Reneaum, en una declaración a Forbes México, este movimiento generó comprensión
colectiva: las violencias contra las mujeres no tienen que ser normalizadas y no deben ser
aceptadas. En el 2020, el informe anual de AI señaló que una de las problemáticas que sufren las
mujeres en Latinoamérica es la habitual agresión sexual de la policía. (Ordaz, 2020). Sumado a
que las autoridades no investigan ni sancionan los delitos de violencia de género
¿Qué elementos se pueden notar en esta nueva lucha feminista? Una característica, herencia
de la teoría de género, es replantearse los conceptos normativos que regulan los símbolos con
los que nos identificamos como hombre o mujer. Existe una mayor difusión a las diferentes
identidades de género y sexuales, buscando derrumbar las construcciones que habían elaborado
las estructuras religiosas, educativas, científicas, legales y políticas como una única posible.
Los elementos que definen la masculinidad o la feminidad son propios. El estilo de vida, las
actividades, actitudes e ideología no te hacen más o menos mujer u hombre. Esta puerta, que
abrió la teoría del género y es apoyada por la perspectiva interseccional, está surtiendo efecto en
la aceptación e integración de las personas trans. Aún quedan muchos espacios que deben ganar
las mujeres y comunidad LGBTTTQI+.
Las mujeres aún no acceden a los mismos salarios y oportunidades de aumentos, aún
existe un sector desempleado, a cargo del hogar. A pesar de la integración que ha tenido
la mujer en el mercado laboral su segundo trabajo es su hogar. La gente trans no tiene
muchos espacios en donde pueda insertarse laboralmente, aún persiste el miedo a lo
desconocido. Y las personas homosexuales refieren que deben esconder sus preferencias
sexuales para tener oportunidades de trabajo.
Existe nula educación sobre las identidades homosexuales en los espacios de educación
básica, manteniendo una heteronormatividad, que afortunadamente el enfoque
interseccional busca destituir. En la política estos sectores de la comunidad LGBTTTQI+
no se ven representados, las mujeres no han sentido el respaldo en cuestiones como el
aborto legal y seguro, pese a exigir esto desde la tercera ola y haberse logrado en la
Ciudad de México hace más de una década.
Las identidades subjetivas que ha destapado y favorecido el feminismo que se apoya en la
teoría Queer, son un interesante punto que debería ser objeto por sí solo de investigación.
Una de las intenciones actuales es destruir cualquier tipo de estereotipo sobre las
concepciones de hombre y mujer, éxito personal, color, forma, origen étnico y los
estándares de belleza.

Sororidad
La “cuarta ola del feminismo” irrumpió con fuerza. El movimiento no parecía nuevo, pero sus
ideas tuvieron un importante impacto en México el año pasado. Esto se debe al aumento
significativo de asesinatos y desapariciones de niñas y mujeres.
Las mujeres sintieron la necesidad de manifestar su enojo contra los tipos de violencia que ponen
en riesgo su vida e integridad: desde acoso y agresiones sexuales, hasta los discursos sociales
sobre ser mujer. Cuando es víctima es su culpa, cuando decide vivir su sexualidad es una “puta”,
cuando se empodera es una “perra”, cuando no tiene buena autoestima es “tóxica”. “Tal vez no es
tan bonita, tal vez es muy inteligente para tener un marido, estar soltera a los treinta está mal, no
tener hijos te hace sentir sola y eso está mal”, son algunos discursos de odio generados en la
sociedad que no permiten a las mujeres amarse ni estar bien.
Aunado a todas estas deconstrucciones que buscan el cese a la violencia en cualquiera de sus
formas, este año, las mexicanas también marcharon por sus derechos reproductivos y la
despenalización del aborto. Añadiendo los colores morado, verde y rosa como símbolos
feministas. (Parcerisa, 2019)
En 2019, la estela del feminismo sobrepasó los números del año anterior. Con las movilizaciones
sociales de ese año, se consolida una nueva era del movimiento feminista, la cuarta ola, ahora con
particularidades propias del siglo XXI. Gracias al uso de las redes sociales, se promovió y
difundió la lucha por la igualdad de género. Esto ha permitido tener una nueva perspectiva sobre
la concepción del feminismo. En algunas ocasiones es usado de manera despectiva, en otras,
permite rememorar el sufragismo. También permite que inclusive algunos varones conozcan el
movimiento y se identifiquen con él.
Otro gran aporte de la cuarta ola es el concepto de sororidad, buscando eliminar la lucha que se
sostiene entre mujeres. La sororidad es una forma de relacionarse, que implica el reconocimiento
de la otra, el diálogo entre mujeres diferentes y requiere la identificación de algunos intereses
comunes.
Aunado a la sororidad, los nuevos discursos feministas han centrado su foco en la responsabilidad
del sistema judicial y de los medios de comunicación que generan una doble victimización.
Ligado a este entorno de agresión, las mujeres no se sienten escuchadas por lo que reivindicar su
voz es clave en el contexto de esta nueva ola: “Somos el grito de las que ya no tienen voz”. Que
también viene acompañado de cierto empoderamiento, Un proceso por el cual las personas
fortalecen sus capacidades, confianza, visión y protagonismo como grupo social para impulsar
cambios de las situaciones que viven.
La cuarta ola del feminismo destaca por su carácter interseccional, que contempla otros rasgos
como la raza o la clase social. La manifestación feminista actual es consiente que se necesita un
movimiento anticolonial e interseccional para cambiar las relaciones y estructuras de poder
desiguales entre hombres y mujeres. Todavía, y con mayor fuerza, se han tratado de hacer
visibles estos binomios de dominación y desigualdad (Privilegio – Opresión/Resistencia); estos
son algunos ejemplos:
 Androcentrismo (Hombre-Mujer)
 Heterosexismo (Heterosexual – Lesbiana, Gay, Bisexual)
 Racismo (Raza blanca – Raza negra)
 Capacitismo (Capacitadx – Discapacitadx)
 Edatismo (Joven – Ancianx)
 Genderismo (Cisgénero – Transgénero)
 Clasismo (Clase social alta – Clase social baja)
 Elitismo (Con estudios – Sin estudios)

Estos elementos (ya diagnosticados como fuentes de opresión) buscan integrar una misma lucha
contra el sistema hetero patriarcal y la cultura machista que asesina e invisibiliza a cada grupo, y
señala a quien es diferente del modelo occidental. Por ejemplo, el estereotipo de belleza y estética
se busca combatir a través de: la noción de Body positive; aceptar tu cuerpo como es y no como
quieres que sea. La difusión de este mensaje se ha hecho mediante imágenes, frases positivas,
influencers y campañas publicitarias en redes sociales; modelos XL posan para publicidad en
revistas, así como mujeres con vitíligo.
Ante tantas injusticias y estereotipos ¿es posible que la subordinación de la mujer y del resto de
los grupos sociales provenga de una diferencia sexual? El hombre blanco privilegiado es quien
sostiene este sistema patriarcal y a veces no se distingue de dónde provienen los prejuicios y
acciones que se suman a las discriminaciones y tipos de violencia. Por fortuna, el feminismo de la
cuarta ola busca reivindicar estas actitudes exponiendo el cómo se convierten en violencia,
generando un diálogo para la deconstrucción.
Gracias a la interseccionalidad descubrimos cómo vive el otro, lo que nos lleva a empatizar con él
y descubrimos que compartimos experiencias. Los movimientos actuales ponderan que no somos
débiles por los contrastes, al contrario, ahí radica nuestra fortaleza. Y que la unión o el punto de
encuentro de estas diferencias es la fuerza del movimiento. Las experiencias de opresión
generadas bajo el patriarcado nos unen para erradicarlo.
Manifestaciones del 2019

Como he descrito, estas manifestaciones se dieron a través de diferentes momentos y apoyadas en


las redes sociales, algunas de las que puedo rescatar en este trabajo son:

#METOO
Aunque el movimiento internacional comenzó en 2017 gracias al tuit “Si has sido acosada o
violentada, responde con un #MeToo”, fue hasta el 2019 que cobró fuerza en México, donde
miles de mujeres alzaron la voz para denunciar las violencias que sufrieron en distintos ámbitos.
(Galván, 2019)
La primera denuncia fue contra el escritor Gersón Varona, pero la lista de acusados fue larga, por
lo que se crearon en Twitter distintas cuentas en las que las mexicanas compartieron sus
experiencias de acoso, abuso y violencia. Los señalados y sus conocidos salieron en su defensa,
lo que motivó una nueva etiqueta entre las feministas: #YoTeCreo. Pero el movimiento fue más
allá de una red social, y pronto se conocieron las denuncias por acoso en las aulas. (Galván,
2019)

#NOMECUIDANMEVIOLAN
El 12 de agosto, decenas de mujeres protestaron en la Secretaría de Seguridad Ciudadana
capitalina, donde pintaron con aerosol las paredes con frases como “¡Violadores!”, “¡Justicia!” y
“No me cuidan, me violan”. También rompieron puertas y ventanas de cristal, y arrojaron
diamantina rosa al entonces titular de la dependencia, Jesús Orta Martínez, cuando salió a dar un
mensaje. Después de que dos jóvenes habían señalado como sus violadores a policías.
Las autoridades dijeron que estos actos eran de provocación, días después las feministas
decidieron protestar porque había resultado más importante el daño a los monumentos que a las
mujeres. En su paso dejaron diamantina rosa, monumentos rayados y vidrios rotos. “Fuimos
todas”, refutaron al gobierno de la ciudad, sin dejar de lado la razón principal de su movimiento:
“¡Ni una más!”.

MARCHA FEMINISTA DEL 17 DE AGOSTO

En agosto se hizo pública la denuncia una menor y su madre que aseguraron que la joven fue
violada por unos policías cuando regresaba de una fiesta a su casa en Azcapotzalco. Nunca una
marcha de mujeres había sido violenta, por lo que hicieron que la opinión pública volteara ver a
las feministas. Aunque algunos reprobaron los modos de manifestarse de las mujeres, los
colectivos manifestaban que era una respuesta por hartazgo a los feminicidios y acoso sexual, así
como al machismo que impera en la sociedad. Restauradoras del arte consideraron que no se
debían borrar las consignas grafiteadas por estas razones, porque un monumento se erige bajo los
valores del Estado, pero si sus habitantes no se sienten representados y deciden modificarlos por
el momento histórico que viven (como la Independencia o la Revolución o la lucha feminista),
también es parte del arte exponer eso.

FEMINICIDIOS MEDIÁTICOS

Ya que ayudaron a difundir los casos de indignación e impunidad, aunque se tornaron un poco
hacia el morbo, sirvieron para empatizar con el dolor humano y con los familiares.

UN VIOLADOR EN TU CAMINO

El 25 de noviembre, en Chile, "Las Tesis" protestaron en contra de la violencia hacia las mujeres
con un performance que pronto le dio la vuelta al mundo: "Un violador en tu camino". Unas cien
mujeres crearon una coreografía para cantar una canción en la que protestan contra la policía de
Chile y el patriarcado. Chile vive una serie de protestas desde hace meses y varias mujeres han
denunciado abusos sexuales en ese marco.
"Un violador en tu camino" se convirtió en viral a través de las redes sociales y se replicó en
América y Europa, principalmente, como una forma pacífica de protestar por la violencia en
contra de las mujeres.
El tema contiene elementos fuertes y alusiones políticas. El performance es una síntesis de una
investigación sobre las violaciones de Rita Segato, las ideas extraídas fueron suficientes para que
las mujeres se reflejaran con lo que convirtieron en su himno, porque reflejaba su situación. Que
resultó no exclusiva de Chile, sino también internacional.

Conclusiones
Después de este análisis, podemos interpretar los hechos ocurridos hace un año desde la
perspectiva histórica que brinda el enfoque de Género. Debe ser nuestra responsabilidad, como
historiadores, alejarnos de la crítica superficial o determinada por juicios y acercarnos a entender
a los sujetos históricos actuales, porque esa es nuestra función a través del tiempo. Como
historiadores no nos corresponde juzgar lo que observamos, sino explicarlo, describirlo y
analizarlo.
La idea que buscaba perseguir con este trabajo era mostrar la Historia de Tiempo Presente con las
herramientas académicas que nos aportan. Y mostrar la movilización feminista del 2019, que
puede ser explicada y analizada a partir del estudio de la Historia de Género. Encontrar las
permanencias y las diferencias de esta cuarta ola en contrapunto con las que le preceden.
Espero haber contribuido a la interpretación de estos sucesos recientes bajo una teoría feminista
de la Historia. En palabras de Gerna Lerner:

“Vivimos en una época de cambios sin precedentes. Estamos en el proceso de llegar a ser… Las
mujeres por fin están exigiendo, como lo hicieran los hombres en el Renacimiento, el derecho a
explicar, el derecho a definir… Mientras que tanto hombres como mujeres consideren «natural» la
subordinación de la mitad de la raza humana a la otra mitad, será imposible visionar una sociedad en
la que las diferencias no connoten dominación o subordinación…
La Historia de las mujeres, la herramienta imprescindible para crear una conciencia feminista entre las
mujeres, está proporcionando el corpus de experiencias con el cual pueda verificarse una nueva teoría,
y la base sobre la que se puede apoyar la visión femenina. Una visión feminista del mundo permitirá
que mujeres y hombres liberen sus mentes del pensamiento patriarcal y finalmente construyan un
mundo libre de dominaciones y jerarquías, un mundo que sea verdaderamente humano”. (Lerner G. ,
1986)

Y yo también lo creo.

Referencias
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2020, de https://tribunafeminista.elplural.com/2019/12/2019-un-ano-feminista/

Crail, A., Tapia, P., & Cisneros, V. (08 de Marzo de 2020). "No era paz, era silencio": La marcha histórica
que unió a las mexicanas. (C. especial, Ed.) Ciudad de México: EME EQUIS. Recuperado el 23 de
Enero de 2022, de https://www.m-x.com.mx/al-dia/no-era-paz-era-silencio-la-marcha-historica-
que-unio-a-las-mexicanas

El Universal. (25 de diciembre de 2019). El año en que conocimos a las feministas en México. El
Universal. Obtenido de https://www.eluniversal.com.mx/nacion/politica/feminismo-que-es-y-
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Lamas, M. (1996). El género: una categoría útil para el análisis histórico. En M. Ángel, El género: la
construcción cultural de la diferencia sexual. (págs. 265-302). México: Porrúa-PUEG (UNAM).

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Recuperado el 12 de Octubre de 2020, de https://www.studocu.com/es/document/universidad-
de-chile/ciencias-sociales-y-salud/otros/scott-el-problema-de-la-invisibilidad/5705091/view

Scott, J. (1992). El problema de la invisibilidad. Género e Historia, 38-65. Obtenido de


https://www.studocu.com/es/document/universidad-de-chile/ciencias-sociales-y-salud/otros/
scott-el-problema-de-la-invisibilidad/5705091/view

Scott, J. (1996). El género: una categoría útil para el análisis histórico. En M. Lamas, El género: la
construcción cultural de la diferencia sexual (págs. 265-302).

Anexos

Teoría del Patriarcado


Gerda Lerner definió al patriarcado como: “la manifestación e institucionalización del dominio
masculino sobre las mujeres y niños/as de la familia y la ampliación de ese dominio sobre las
mujeres en la sociedad en general”.
Para Lerner la razón de la subordinación de las mujeres es por su relación con la Historia. Las
mujeres cooperaron en la creación de esta. Y ellas se opusieron, si no es que todavía algunas lo
hacen, a la creación del surgimiento de la conciencia feminista (ojo no se refiere a la femenina).
Debido a la subordinación, los hombres han victimizado a las mujeres. Es un error
conceptualizarlas de esta forma. Hacerlo oscurece lo que debería analizarse como una situación
histórica. Marc Bloch nos enseña que no debemos descartar una fuente por ser apócrifa, sino
descubrir porqué encubre la verdad, porqué miente. De la misma manera, porqué las mujeres han
sido relegadas. (Lerner G. , 1986, págs. 10-21)
Bajo esta visión y estas interrogaciones es que surgieron las teorías del patriarcado de Lerner, el
género como categoría de análisis histórico de Joan Scott entre otras. Para Lerner “Las mujeres
han <<hecho historia>>, aunque se les haya impedido conocer su Historia e interpretar tanto la
suya como la de los hombres.” (Lerner G. , 1986, pág. 21) Se les ha excluido de poder elaborar
“sistemas de símbolos, filosofías, ciencias y leyes.
Se les ha negado la educación y se les ha impedido participar en la formación de teorías. A lo que
Lerner lo ha designado como “dialéctica de la historia de las mujeres” al conflicto sobre la
experiencia real de las mujeres y su exclusión para interpretar esa experiencia. “Esta dialéctica ha
hecho avanzar a las mujeres en el proceso histórico”. (Lerner G. , 1986, pág. 22)
El Género: una categoría útil para el análisis histórico de Joan Scott
La teoría del patriarcado y sus problemas
La teoría del patriarcado centra su atención en la subordinación de las mujeres, por la
<<"necesidad" del varón de dominar a la mujer>>. (Scott, 1996. P. 9) Mary O'Brien adapta los
postulados de Hegel, y define esta dominación como el deseo de los hombres de trascender. Esta
teoría explica que el patriarcado confirma la primacía de la paternidad y oscurece el trabajo de las
mujeres en el parto (la maternidad).

Concibe que las mujeres serán libres con una comprensión clara del proceso de reproducción,
cuando entiendan la contradicción entre la naturaleza de las mujeres (reproductora) y la
mistificación ideológica que los hombres hacen de la misma. Y que a partir de ella dominan a las
mujeres: con los elementos que ellos consideran “femeninos” y que las mujeres aceptan la
imposición de ello.

Shulamith Firestone presume la reproducción como una "trampa amarga" (para las mujeres).
Según su análisis, en un futuro se podría eliminar a la mujer como agente “reproductor de la
especie". Para esta autora, como para otras, la esencia del patriarcado reside en la reproducción,
para otras la clave está en la propia sexualidad. Como Catherine MacKinnon, que hace una
analogía con el marxismo concluyendo que "La sexualidad es al feminismo lo que el trabajo al
marxismo”. MacKinnon promocionaba la conciencia como método del análisis feminista (en
lugar del materialismo dialéctico). Consideraba que, si las mujeres comparten sus experiencias de
objetificación, comprenderán su identidad común.

Catherine M. validaba que las relaciones sexuales se definen como sociales en su análisis.
Aunque, nada hay (excepto la desigualdad de la relación sexual) que pueda explicar por qué el
sistema de poder opera de esta forma. Y esta es la causa de las relaciones desiguales entre los
sexos.
Las teóricas del patriarcado han estudiado la desigualdad entre hombres y mujeres y sus teorías
generan problemas para los historiadores. En primera instancia, porque afirman la preponderancia
de este sistema en toda organización social. Pero no demuestran cómo la desigualdad de géneros
estructura las demás de desigualdades o cómo afecta el género a áreas de la vida que no están
conectadas con él. En segundo lugar, porque el análisis descansa en la diferencia física. Una
teoría que se apoya en una única variable (la diferencia física) asume un significado inherente
para “…el cuerpo humano -al margen de la construcción social o cultural- y con ello la
ahistoricidad del propio género. En cierto sentido, la historia se convierte en un epifenómeno, que
proporciona variaciones continuas al tema inmutable de la desigualdad permanente del género.”
(Scott, 1996. P. 10)

La teoría marxista y sus limitaciones


Por su parte, las feministas marxistas mantienen una perspectiva histórica, guiadas por la teoría
de la historia. Su explicación para el género ha limitado el desarrollo de nuevas líneas de análisis.
Aunque plantea una solución sobre el sistema dual (que afirma que los dominios del capitalismo
y el patriarcado están separados pero interactúan recíprocamente), la explicación de los orígenes
(y cambios) en los sistemas del género están al margen de la división sexual del trabajo.
El análisis de Heidi Hartmann (economista) insiste en la importancia de considerar el patriarcado
y el capitalismo como sistemas separados pero que interactúan. Sin embargo, debido a su
formación, la causalidad económica tiene prioridad, y define al patriarcado como un ente que
cambia en función de las relaciones de producción. Para ella es necesario erradicar la división del
trabajo para acabar con la dominación masculina, esto quiere decir terminar la segregación del
trabajo por sexos.
Las primeras discusiones entre feministas marxistas surgieron por el rechazo a quienes
argumentaban que la reproducción biológica determina la división sexual del trabajo bajo el
capitalismo; pues el reconocimiento de los sistemas económicos no determina las relaciones de
género, y que realmente la subordinación de las mujeres es anterior al capitalismo.
Joan Kelly Gadol afirma que los sistemas económicos y de género se interrelacionan para generar
experiencias sociales e históricas. Y que estos sistemas operaron para construir estructuras
socioeconómicas dominadas por el varón. La formación marxista de Kelly la llevó a priorizar el
rol de los factores económicos en la determinación del sistema de género. Kelly introdujo la
noción de una "realidad social con base sexual", pero (para ella) dicha realidad estaba bajo
relaciones económicas de producción.
Las feministas marxistas estuvieron influidas por la atención creciente a la explicación de la
sexualidad planteada por Michel Foucault (para el que la sexualidad se produce en contextos
históricos), las autoras hicieron de la "política sexual" su centro de investigación.
Al hacerlo presentaron soluciones al problema. Aunque tienden a resaltar la causalidad de los
contextos sociales-económicos, pero sugieren estudiar la "estructuración psíquica de la identidad
de género". La ventaja que ofrece un planteamiento así reside en que evita diferencias marcadas
de posición, pero como desventaja, deja intacta una teoría que reconvierte las relaciones basadas
en los sexos en relaciones de producción.

Dentro del marxismo, el concepto de género ha sido tratado durante mucho tiempo como el
producto en el cambio de las estructuras económicas; mostrando que el género carece de status
analítico independiente propio.

La teoría psicoanalítica y sus dificultades

Nancy Chodorow y Carol Gilligan, de la escuela angloamericana, son nombres que se asocian
con este enfoque. Aunque Gilligan está menos interesada en la construcción del sujeto que en el
desarrollo moral y el comportamiento. En contraste con la escuela angloamericana, se encuentra
la escuela francesa; que se basa en la estructura de Freud y sus teorías del lenguaje (para las
feministas, la figura clave es Jacques Lacan).

Ambas escuelas “están interesadas en los procesos por los que se crea la identidad del sujeto;
ambas se centran en las primeras etapas de desarrollo del niño en busca de las claves para la
formación de la identidad del género”. (Scott, 1996. P. 15)

Los teóricos de las relaciones-objeto se inclinan por la experiencia real, mientras que los
posestructuralistas se basan en el lenguaje (símbolos): la comunicación, interpretación y
representación del género. Para los lacanianos, el inconsciente es un crítico en la construcción del
sujeto. Los historiadores que trabajan con el concepto de "cultura de mujeres" se sustentan en
Chodorow o Gilligan; quienes desarrollan la teoría feminista mirando a Lacan.

La teoría de las relaciones-objeto confía en que estructuras relativamente pequeñas produzcan la


identidad del género y generen el cambio. La división familiar del trabajo y la asignación real de
funciones a cada uno de los padres, juegan un papel crucial según la teoría de Chodorow. De
acuerdo con Chodorow, si el padre estuviera más implicado en la crianza y tuviera mayor
presencia en las situaciones domésticas, las consecuencias del drama edípico podrían ser
diferentes.
Según Scott, esta interpretación limita el concepto de género a la familia y a la experiencia
doméstica, por lo que no deja vía para que el historiador relacione el concepto (o el individuo)
con "otros sistemas sociales de economía, política o poder. Y no deja claro de dónde procede la
división sexual del trabajo. Tampoco en oposición a la asimetría se plantea la cuestión de la
desigualdad. Ni la asociación de la masculinidad con el poder. No es posible hacer este análisis
sin prestar atención a los sistemas simbólicos, es decir, a las formas en que las sociedades
representan el género, y a partir de ello formulan normas y las relaciones sociales.

Sin significado, no hay experiencia, y sin procesos de significación no hay significado, una teoría
que no tiene en cuenta el lenguaje ignora el rol de los símbolos y conceptos que juegan en la
definición de la personalidad. En contraparte, se encuentra la teoría lacaniana, para la que el
lenguaje es el centro porque lo considera clave para instalar al niño en el orden simbólico. A
través del lenguaje se construye la identidad de género.

En esta teoría la idea de masculinidad descansa en la represión de los aspectos femeninos e


introduce el conflicto de la oposición masculino y femenino. Los deseos reprimidos están
presentes en el inconsciente y son una amenaza para la identificación de género, al negar su
unidad. Además, las ideas conscientes de masculino y femenino no son fijas, ya que varían, según
el uso del contexto.

La revisión de la teoría psicoanalítica requiere la especificación de las escuelas debido a los


diversos enfoques que tiene. Esta interpretación hace difícil evocar a las categorías de "hombre" y
"mujer", porque sugiere que son construcciones subjetivas (o ficticias). Uno de sus mejores
aportes, y que por eso el feminismo lo retoma, es que el sujeto está en un proceso constante de
construcción.

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