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INVIRTIENDO EL PUNTO DE VISTA: LAS GEOGRAFÍAS URBANAS HOLOGRÁFICAS DEL

SUJETO HABITANTE - Alicia Lindón

Desde los años setenta y sobre todo ochenta, la geografía humana no ha permanecido al margen de las
transformaciones sociales recientes del mundo y de los giros de las otras ciencias sociales con los que
se ha tratado de ofrecer respuestas a esos cambios sociales.

Ruptura con el devenir de la disciplina en otros tiempos:


1. Las transformaciones del mundo no eran tan radicales como las actuales y por lo mismo no ponían
en vilo el saber hacer tan intensamente.
2. La relación de la disciplina con los vaivenes y grandes dilemas teóricos, epistemológicos y
metodológicos de las otras ciencias sociales no era tan notoria.

esos giros no tienen un único rumbo sino varios, la disciplina a lo largo del siglo XX ha avanzado
sustancialmente en la especialización en diversos campos del saber geográfico. Por lo cual, los giros la
impactan de formas muy disímiles en cada uno de sus campos.

Revolución cuantitativa en la G. Urbana.

La geografía urbana es un campo del saber geográfico bastante consolidado. En buena medida ese
carácter consolidado se debe a la apropiación que ha hecho la geografía urbana de las propuestas y
enseñanzas de la revolución cuantitativa. En la geografía urbana lo cuantitativo no sólo modeló el
espacio urbano a la usanza de las tendencias de los años cincuenta y sesenta del siglo XX , años más
tarde también generó nuevas propuestas.

Por ejemplo, todos los esquemas explicativos relacionados con las ciudades globales, la competitividad
de las ciudades, son algunas de esas nuevas pistas producidas en los años noventa, que se configuraron
sobre las bases que las visiones económicas asociadas con la revolución cuantitativa, legaron al estudio
geográfico de la ciudad.

Nos centramos en aquello que se hace eco de los giros de finales del siglo XX , o como los denomina
Benno Werlen, del segundo giro cultural (1993, 2003).

Este apartado presenta una particular búsqueda de respuestas a cómo conocer geográficamente la
ciudad a través de escenarios urbanos, que no aspira a constituir más que una forma de aproximarse al
asunto entre muchas otras posibles

1. La geografía urbana y los giros

Una de las características centrales de estas geografías urbanas resultantes de los giros es la de buscar
concepciones e interpretaciones bastante próximas a la ciudad como experiencia y la vida urbana
misma. Estas geografías aspiran a acompañar de cerca el fenómeno estudiado, antes que encapsularlo
en esquemas lógicos que dejen fuera del análisis buena parte de lo urbano Así, estas geografías urbanas
asumen que lo urbano es mucho más que lo que usualmente se ha colocado bajo la lupa de este saber.

la consolidación del campo de la geografía urbana no resulta tan notoria si se considera toda esta
heterogeneidad que ha acompañado a la geografía urbana en su devenir. Posiblemente, la consolidación
de este pensamiento geográfico sólo se puede sostener enteramente respecto a cierta geografía urbana,
frente a lo cual el interrogante no se demora: ¿cuál sería esa geografía urbana consolidada? podríamos
adelantar que esa consolidación se relaciona con la geografía urbana que es tributaria de la geografía
económica y de la geografía de la población. La consolidación estaría en aquella geografía urbana muy
apegada a la concepción de la ciudad como concentración de población y también como localización de
actividades económicas. Si esto se aborda desde otro ángulo, como es la concepción de espacio
dominante, esta geografía urbana consolidada también se puede identificar con aquella que se sustenta
en una concepción del espacio geográfico en términos relativos; 5 y por ello ha cultivado un saber
externo y aéreo del espacio urbano.

El análisis del sujeto para esta geografía urbana que gira resulta conveniente concretarlo al menos en
tres planos analíticos. Uno de ellos es el «actuar de los sujetos» en la ciudad, considerando que esto
incluye no sólo todos los tipos de prácticas espaciales sino también hablar de la ciudad, de sus
fragmentos y hablar acerca de lo que se hace en la ciudad. El otro plano analítico en el que se concreta
la consideración urbana del sujeto es precisamente la subjetividad urbana, es decir, esa trama de sentido
en la cual se mueven y actúan los urbanitas.

la inclusión del sujeto urbano en la geografía urbana se constituye en un medio para tejer un puente
entre este campo del saber geográfico y la perspectiva de la construcción socio-espacial de la ciudad y
lo urbano.

La otra cuestión que adquiere centralidad en la geografía urbana que se reconstruye con los giros, es la
del «movimiento». Para abordar esta temática nos ubicamos en una ventana analítica que denominamos
«concepto ampliado de movimiento»

2. La geografía urbana y el movimiento

El interés por el movimiento no es nuevo en la geografía urbana, ni desencadenado a partir de los


mencionados giros, sino de larga data. El movimiento ha estado presente en la geografía urbana a
través del interés por estudiar la movilidad espacial y también los flujos.

A modo de síntesis rápida y no carente de esquematismo, se puede recordar que los flujos básicamente
se han analizado como flujos de bienes, movilidad y flujos de personas; y más recientemente también
como flujos de servicios, información, conocimiento, poder, relacionados con las redes
informacionales. En el caso particular de los flujos de bienes se puede recordar que han sido objeto
de análisis sobre todo por parte de la geografía urbana de orientación económica. Los flujos y la
movilidad espacial de las personas en diferentes lapsos de tiempo, también constituyen una línea de
larga tradición en la geografía urbana. Éste es el caso de la movilidad espacial trabajo/residencia que
ocurre dentro del ciclo de las 24 horas, usualmente estudiada en la geografía urbana bajo el rótulo de
conmuting. Este tema ha sido una forma de abordar la suburbanización (Berry, 1976) que devino en
uno de los grandes capítulos de la subdisciplina.

Una derivación del estudio de la movilidad residencial a lo largo de la trayectoria de vida de los
habitantes de la ciudad es la que se ha interesado por el fenómeno conocido como gentrificación. En
muchos casos este proceso ha sido estudiado desde la reestructuración urbana y la renovación de los
centros históricos con un sesgo en las políticas urbanas. En otros casos la gentrificación ha sido
analizada desde la perspectiva del movimiento de los habitantes de la ciudad que en cierto momento de
su trayectoria biográfica desplazan su residencia hacia los centros, cuando antes —o en generaciones
previas— lo habían hecho hacia las afueras.
El sujeto resulta indisolublemente ligado al movimiento en sentido amplio porque el discurrir de la vida
es movimiento. El actuar del sujeto en la ciudad es una forma de movimiento, incluso en los instantes
en los que no se desplaza. Veamos con cierto detenimiento esta idea de movimiento que busca no
reducirlo al desplazamiento de un lugar a otro.

La concepción de la ciudad como movimiento también implica acercarnos analíticamente a lo efímero


y lo fugaz. La ciudad en movimiento sería así el conjunto de múltiples expresiones condensadas del
tiempo y el espacio, que constituyen las acciones ocurridas en esas unidades espacio-temporales.

Las prácticas conllevan el movimiento constante porque constituyen el hacer mismo del sujeto. En
cambio, la ocupación espacial destaca la inmovilidad, ya que esta noción enfatiza la forma espacial
resultante de la práctica. En el análisis de la ocupación espacial, las prácticas no se analizan en sí
mismas, sino a través del producto material que generan. Así, las formas espaciales constituyen el
esquema de pensamiento de lo urbano más difundido.

3. La geografía urbana y el giro hacia el sujeto

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