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Nutrición del Cachorro (Canis lupus familiaris)

Isabel González Gutiérrez

Sección 1. Medicina Veterinaria. Universidad del Alba.

Resumen

La nutrición del cachorro es crucial tanto en su gestación, como lactancia y destete, y el rol que
cumplen los dueños es tan importante como el que cumple la madre, ya que depende de ellos la
correcta alimentación de esta, y por lo tanto los cachorros a los que alimente. Cuando la madre
deja su rol de principal fuente de alimento, el dueño se vuelve el responsable de entregar una
nutrición completa y balanceada que pueda satisfacer las necesidades para su desarrollo
cognitivo, óseo, muscular y motor. La relación dueño-alimento será una de las principales vías
de socialización que se tendrá con el cachorro y lo que forjará la confianza ente ambos
individuos.

Introducción

Al momento de nacer, los cachorros son muy susceptibles a enfermedades e infecciones, por lo
que es indispensable una alimentación que les otorgue protección ante agentes patógenos que
pueden llegar a ser muy nocivos para ellos. A pesar de que la lactancia es el proceso más crucial
en su nutrición, también es importante su alimentación mientras se encuentra en proceso de
gestación, por lo que la madre cumple un gran papel en ambas etapas. Por otro lado, la
alimentación luego del destete es también un factor de importancia en cuanto al crecimiento y
desarrollo del cachorro, tanto óseo como muscular.

Además de una buena alimentación, el crecimiento del cachorro dependerá de diferentes factores
como genética, raza, sexo y su entorno (Jeusette, 2010), y mientras más coma el cachorro más
crecerá, sin embargo, un rápido crecimiento no es indicador de que el individuo se esté nutriendo
correctamente.
Nutrición prenatal y postnatal

Aproximadamente el 30% de las muertes en cachorros ocurre los primeros 14 días de vida
(Reynolds, 2000), de las cuales muchas son a causa de un mal funcionamiento del tracto
gastrointestinal, al no poder absorber ni digerir los nutrientes. Este defecto se debe a una mala
alimentación de la madre durante la gestación e incluso luego del parto.

Las perras que están en período de gestación deben ser alimentadas con comida que otorgue altos
niveles de energía, que sea altamente digerible y que sea balanceada en vitaminas y minerales,
incluso este cambio de dieta puede comenzar desde la cruza de la perra lo cual ayudará a tener
camadas más grandes y con mayor viabilidad (Davidson, 2003). Durante el embarazo de la perra,
su requerimiento de proteína sube aproximadamente un 70%, por lo que una deficiencia de esta
influiría directamente en los cachorros pudiendo causar muertes tempranas, o crías con bajo peso
(Greco, 2014). Otro factor asociado, es la falta de ácidos grasos esenciales, lo cual se ha visto
como causa de partos prematuros, mal desarrollo de la placenta y camadas pequeñas con bajo
peso. Las dietas ricas en acido docosahexaenoico otorgadas a perras gestantes, han dado
resultados en cachorros con mejor visión, adiestramiento y memoria (Greco, 2014).

Al nacer un cachorro, su intestino es uno de los órganos que sufre más cambios junto con los
pulmones, ya que reemplazará la función que tenía la placenta durante la preñez. El tracto
gastrointestinal aumentará su tamaño y se prepara para recibir la leche materna. A pesar de que
el intestino de un recién nacido no es capaz de digerir algo más que esta leche, está altamente
especializado para digerir y absorber los nutrientes que otorga la leche y más importante el
calostro, el cual promoverá el desarrollo del intestino y su musculatura (Reynolds, 2000).

El calostro es una fuente de nutrientes, energía, hormonas, e inmunoglobulinas, entregado por la


madre a los cachorros a través del amamantamiento, es el alimento principal de los cachorros
durante las primeras semanas de vida, y el factor que le entregará la inmunidad que se requiere
en esta etapa. Su principal rol es entregar energía al cachorro. Gracias a su alto contenido graso,
el cachorro es capaz de mantener su temperatura a niveles óptimos, además la energía entregada
por este alimento permite el mantenimiento de la glucosa, su locomoción y digestión; y es
esencial para el correcto desarrollo de su cuerpo (Mila, 2017).
Además de la energía, el calostro es la principal fuente de inmunoglobulinas para el cachorro, ya
que solo un 5-10% de las inmunoglobulinas son obtenidas durante la gestación (Mila, 2016).
También, le entregará hormonas que se encargarán del crecimiento del intestino delgado y de su
mucosa, por lo que la ingesta de alimentos, así como su digestión y absorción será efectiva y
mayor que la de un cachorro que ha sido alimentado con un sustituto de leche materna. Si se opta
por alimentar al cachorro con un sustituto de calostro, el individuo podrá adquirir las proteínas y
vitaminas necesarias, pero no obtendrá la inmunidad que otorga el calostro natural (Mila, 2017),
por lo que se debe optar a otras opciones como la administración de plasma para que pueda
adquirir una protección completa y desarrollo efectivo.

Durante las primeras semanas de vida existen otros factores que cumplen un rol importante en
cuanto a la alimentación de un cachorro, entre ellos su dentadura y los problemas con los que
podría nacer. Una enfermedad común es la microglosia, la cual se caracteriza por cachorros que
nacen con una lengua muy corta, la cual no les permite succionar en el pezón de la madre,
impidiendo su ingesta de leche. Los cachorros con esta condición se muestran desinteresados en
la lactancia y además carecen de el reflejo de deglución (Hale, 2000).

Nutrición después del destete

Luego de 3 semanas del nacimiento del cachorro, su intestino sufre cambios que lo preparan para
la ingesta de alimentos sólidos, muy diferentes a la leche que le entregaba su madre. El páncreas
ya puede producir enzimas y agentes antibacterianos; y la mucosa que reviste al intestino
delgado esta apta para la absorción de proteínas, lípidos, vitaminas y minerales. Además, esta
ingesta de nuevos alimentos sólidos da paso a que se comience a desarrollar la flora intestinal.

La introducción de este alimento sólido debe ser gradual desde que comienza el destete, de esta
forma el cachorro no desarrollará problemas a nivel gastrointestinal, de lo contrario esto podría
causar diarreas y/o vómitos. El nuevo alimento debe ser de fácil digestión y su composición debe
entregar la energía y nutrientes requeridos para el crecimiento del cachorro, así como para su
actividad durante el día, ya que un cachorro destetado necesita de 2 a 3 veces la cantidad de
calorías por unidad de peso que un perro adulto de la misma raza (Committee on Nutrient
Requirements of Dogs and Cats, 2006).
La alimentación de un cachorro de raza grande debe ser equivalente al tamaño y peso que tenga
en el momento, de la misma forma que los de raza pequeña. Algunos dueños alimentan
excesivamente a sus mascotas de raza grande sin saber el tamaño real que tendrá, esto causará un
crecimiento muy rápido exponiéndolo a que su esqueleto no se desarrolle de forma correcta y
tenga más posibilidades de adquirir problema a nivel óseo y articulaciones. (Elliot, 2012). Tanto
un déficit como exceso de proteínas, vitaminas y minerales pueden ser nocivos para el individuo
y su desarrollo (Nap, 1994). La ingesta excesiva de calorías en los animales jóvenes no causa
acumulación de grasa, sino que se expresa en crecimiento, por lo que es muy frecuente que un
cachorro este siendo alimentado con una cantidad mayor de calorías de lo que es realmente sano
para el (Hazewinkel, 2008). Los cachorros de rápido crecimiento tienen requerimientos de
proteína muy altos, sin embargo, esto no quiere decir que deba comer grandes cantidades de
alimento, sino que debe consumir un alimento de buena calidad con altos niveles de proteína,
especializado para cachorros, ya que, aunque un alimento de perro adulto tenga mayores niveles
de proteína, no va a satisfacer las necesidades para el crecimiento de óseo y muscular
(Hazewinkel, 2008).

Junto con el alimento seco, los probióticos son un suplemento que aporta mucho al desarrollo,
principalmente inmunitario, del animal. Según un estudio publicado por The Journal of
Nutrition, se demostró que al incluir Enterococcus faecium en la dieta de perros jóvenes,
mejoraba la respuesta inmune tanto a nivel sistémico como en las mucosas, al ser aplicado al
momento del destete y en las etapas siguientes de crecimiento, especialmente considerando que
las respuestas inmunes de anticuerpos son a largo plazo (Benyacoub Et al, 2003).

Educación y socialización con el cachorro a través del alimento

El entrenamiento de un cachorro puede mejorarse a través de la nutrición. Según un estudio


presentado en el 50° Congresso Nazionale Multisala SCIVAC, el 68% de los cachorros
alimentados con alto contenido de ácido docosahexaenoico (DHA) fueron capaces de pasar
pruebas cognitivas en comparación a un 30% de los cachorros con bajo contenido de DHA en su
dieta (Kelley, Lepine y Morgan, 2005). Esto demuestra la importancia de los lípidos en la dieta
de los cachorros y las ventajas que conlleva para la educación y entrenamiento de ellos.

Al momento de socializar con el cachorro, muchas veces se comete el error de ganarse el afecto
y confianza del animal a través de premios y comida, lo que llevará al cachorro a ver al dueño
como una simple fuente de alimento, y puede afectar a sus habilidades sociales, tanto con
humanos como con otros perros, si no las tenía hasta el momento (Muller, 2008). Este periodo de
aprendizaje es crucial para su formación cognitiva y social, ya que el cachorro mantendrá la
personalidad que desarrolle durante los primeros 4 meses de vida, por el resto de ella. Por lo
tanto, tratar de educar a un perro a través de premios y comida, no solo le podría causar
desórdenes alimenticios y problemas conductuales, sino que lo llevará a entender que esa es la
única forma de relacionarse con los humanos.

Referencias bibliográficas

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