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procesos en la
producción de
acero
Araya Tames, Shaslyn
2016062699
II Semestre 2021
Acero es una aleación de hierro y carbono con
hasta aproximadamente 2% de carbono.
Los hierros fundidos son aquellas aleaciones de
hierro-carbono que contienen mayor cantidad de
carbono por lo cual su punto de fusión es más
bajo.
Alrededor del siglo XIV se desarrollaron grandes
hornos capaces de reducir el mineral de hierro a
hierro metálico en estado líquido. Estos hornos
facilitaron la extracción del producto metálico en
la forma deseada, esto gracias a dos factores:
1. El tamaño de los hornos y el uso de carbón o
coque como combustible y agente reductor
2. El exceso de carbono y las condiciones
reductoras dentro del horno
procesos de reducción
Para fabricar hierro a partir de minerales (estado
oxi) se requiere de una reacción química de
reducción que lo transforma en hierro metálico.
Fig 1: Diagrama de flujo de la
producción de acero que incluye
distintas opciones para cada paso.
el alto horno
El óxido de hierro se reduce por los gases
generados a partir del coque o carbón vegetal y
adiciones de carbón en polvo. La inyección de
aire en las toberas por la parte inferior del horno
oxida parte del carbono introducido en el horno
aumentando la temperatura.
Se forma una mezcla de gases reductores y se
eleva para reaccionar con los óxidos. El resultado
del proceso de reducción se recoge en forma
líquida en un crisol.
Generalmente, el arrabio (fósforo, azufre y
carbones que se incorporan en el metal líquido)
producido en grandes acerías se utiliza solo como
producto intermedio para la fabricación de
acero, no como material para la producción
directa de piezas fundidas.
La temperatura se eleva lo suficiente para que el
metal líquido caiga por la parte inferior donde se
recoge en el hogar. Una mezcla de las impurezas
no reducidas y los fundentes añadidos a la carga
conduce a la formación de una escoria líquida
que por la diferencia de densidad y tensión
superficial facilita la separación de fases.
acería
Sir Henry Bessemer desarrolló un proceso que
podía “convertir” arrabio en acero inyectando
aire a temperatura ambiente a través de arrabio
fundido, sin la adición de combustible de ningún
tipo.
El proceso se llevó a cabo en un recipiente
cilíndrico por el cuál se sopló aire constante a
través de toberas en la parte inferior del horno
giratorio. Posteriormente se agregaron refractarios
básicos que hicieron posible la desfosforización y
la desulfuración.
Este proceso presentaba dos inconvenientes:
1. El metal refinado absorbía una cantidad de
nitrógeno debido a la solubilidad con el hierro
líquido
2. Había una pérdida de calor significativo con
el calentamiento del gas nitrógeno
desoxidación
Los desoxidantes más comunes son el aluminio, el
silicio, el manganeso y una combinación de silicio
y manganeso. Después del refinado por oxidación
del acero, el contenido de oxígeno en el metal
líquido debe reducirse a niveles aceptables en el
producto sólido.
Las solubilidades de los óxidos formados durante la
desoxidación disminuyen con la reducción de la
temperatura.